Bacterias Patógenas en Alimentos Frescos y Envasados
Bacterias Patógenas en Alimentos Frescos y Envasados
Bacterias Patógenas en Alimentos Frescos y Envasados
Control de alimentos
Enviado por Florencia Amengual
Partes: 1, 2
1. Introducción
2. Bacterias patógenas
3. Tipos de bacterias patógenas y sus consecuencias en el ser humano
4. Medidas de prevención
5. Fagos contra bacterias
6. Calidad de los alimentos
7. Trazabilidad de los alimentos
8. Control de los alimentos
9. Los conservantes en los alimentos
10. Conclusión
11. Bibliografía
12. Anexos
Introducción
Las bacterias patógenas en alimentos son nocivas para el cuerpo humano y hay que controlarlas. Esta fue
mi hipótesis planteada para realizar el trabajo de investigación. Es por esto que cualquier alimento debería
estar libre de presencia de bacterias patógenas, pero esto no es tan fácil, a pesar que cada alimento pasa por
rigurosos controles siguiendo lo que el código alimentario establece. Se habla de cómo evitar su presencia, de
sus consecuencias sanitarias y socioeconómicas, pero a menudo no se conocen lo suficiente.
Las enfermedades adquiridas por el consumo de estos alimentos contaminados es un problema común,
angustiante y a veces amenazador de millones de vidas del mundo.
Me propuse investigar sobre las bacterias patógenas en alimentos, que afectan al hombre a través de su
consumo, identificar las consecuencias que provocan estas bacterias en el ser humano, conocer por qué
controles pasa un producto ante de ser consumido y que medidas preventivas se tienen en cuenta. Durante
el desarrollo me cuestioné preguntas como, ¿Cuáles son las bacterias patógenas en alimentos?, ¿Qué
medidas de prevención se tienen en cuenta al realizar un producto para el consumo humano?, ¿Por qué
controles pasa este producto antes de su consumo? y ¿Qué consecuencias traen estas bacterias a nuestro
organismo, y como se tratan? ; entre otras.
DESARROLLO
Bacterias patógenas
Los microorganismos, y en concreto las bacterias, son la principal causa de enfermedades causadas por el
consumo de alimentos contaminados. Se habla de cómo evitar su presencia, de sus consecuencias sanitarias
y socioeconómicas, pero a menudo no se conocen lo suficiente.
Al contrario de lo que se cree de los miles de bacterias que se han descubierto cerca de unas 200 especies
son patógenas, es decir, causantes de enfermedades para el ser humano, algunas de las bacterias mas
dañinas son causantes de enfermedades como el cólera, la gangrena, la tuberculosis entre otras.
Las bacterias patógenas son aquellas que producen enfermedades, es decir, que provocan daño en el
hospedero. Generalmente, las bacterias patógenas son específicas, ya que un tipo de bacteria origina un tipo
de enfermedad.Los efectos patógenos provocados por las bacterias en los tejidos pueden agruparse en las
cuatro clases siguientes:
1. Efectos provocados por la acción directa local de la bacteria sobre los tejidos, como en la gangrena
gaseosa causada por Clostridium perfringens
2. Efectos mecánicos, como cuando un grupo de bacterias bloquea un vaso sanguíneo y causa un émbolo
infeccioso.
3. Efectos de respuesta del organismo ante ciertas infecciones bacterianas en los tejidos, como las cavidades
formadas en los pulmones en la tuberculosis, o la destrucción de tejido en el corazón por los propios
anticuerpos del organismo en las fiebres reumáticas
4. Efectos provocados por toxinas producidas por las bacterias, sustancias químicas que resultan tóxicas en
algunos tejidos. Las toxinas son, en general, específicas de cada especie; por ejemplo, la toxina responsable
de la difteria es diferente de la responsable del cólera.
Clostridium botulinum
Clostridium botulinum es una bacteria en forma de bastoncito que vive habitualmente en el suelo en
condiciones anaerobias (en ausencia de oxígeno), produce esporas resistentes y genera gas. La intoxicación
la produce la toxina botulínica, una potentísima neurotoxina que ataca al sistema nervioso. Se trata de una de
las más peligrosas que se conoce, pudiendo ocasionar la muerte a dosis bajísimas.
El botulismo se presenta raras veces, aunque se le presta mucha atención por su elevada mortalidad. Los
síntomas aparecen entre las 12 y 36 horas en forma de trastornos digestivos agudos, náuseas, vómitos,
incluso diarrea y dolores de cabeza, fatiga y desvanecimientos. También puede producir estreñimiento y
presentarse síntomas neurológicos como doble visión. Con frecuencia puede aparecer dificultad al tragar,
hablar y tener sensación de boca seca. La toxina paraliza los músculos involuntarios, extendiéndose
al sistema respiratorio y al corazón.
La causa más frecuente de este tipo de intoxicación es la elaboración incorrecta de alimentos envasados en el
hogar, principalmente carnes o pescados conservados, así como verduras y hortalizas (judías verdes,
espárragos y remolacha, entre otros). Los brotes de botulismo derivados de un fallo en la producción industrial
de alimentos siempre son noticia por sus consecuencias. La prevención pasa por el control de los tratamientos
térmicos y el rechazo de envases mínimamente abombados, hinchados o deteriorados.
Escherichia coli enteropatógeno
Bacteria E. coli
Escherichia coli enteropatógeno es una enterobacteria considerada como parte de la flora intestinal normal.
Sin embargo, se ha observado que ha sido responsable de afecciones diarreicas, especialmente en niños.
Estos serotipos responsables de diarreas y ciertos brotes de toxiinfecciones por alimentos se denominan E.
coli enteropatógeno (ECE).
Los síndromes determinados por la ingestión de ECE se dividen en dos grupos:
Bacterias que producen una enterotoxina y provocan una enfermedad similar al cólera (diarrea, vómitos,
deshidratación). Son las responsables de las diarreas infantiles y de las llamadas «diarreas del viajero». Tras
su ingestión se produce una colonización del intestino y una posterior liberación de la toxina.
Bacterias que no producen enterotoxina pero son invasivas del intestino y provocan colitis (inflamación del
intestino grueso) y cuadros similares a una sigelosis (disentería bacilar) con fiebre, escalofríos, dolores de
cabeza, espasmos abdominales y diarrea, entre otros.
En ambos casos se ingieren alimentos en los que se ha desarrollado un intenso crecimiento bacteriano, bien
por una fuerte contaminación o por una conservación inadecuada. La prevención pasa por el control de los
alimentos frescos en origen, principalmente leche y carne; la vigilancia de una posible contaminación posterior
y la recontaminación de los alimentos ya higienizados. Finalmente, la refrigeración impedirá la multiplicación
de los posibles ECE presentes en los alimentos.
Además de los mencionados ECE, E.coli O157:H7 relacionada con hamburguesas mal cocinadas, leche cruda
y algunos productos agrícolas, puede producir un tipo de toxina mortal. Su incidencia es baja.
Staphylococcus aureus
Imagen: S. aureus
La intoxicación de origen alimentario más frecuente la produce la ingestión de la toxina que aparece por el
crecimiento en los alimentos de ciertas cepas de S.aureus. Se trata de una enterotoxina que causa
gastroenteritis al poco tiempo de ser consumida (de dos a cuatro horas) con vómitos, diarrea e inflamación de
la mucosa gástrica e intestinal. El microorganismo es un estafilococo, es decir, una bacteria con forma
redonda que crece normalmente en masas similares a racimos de uvas en medio sólido, dando al alimento
una coloración amarilla dorada (aunque algunas cepas son incoloras), de ahí el nombre de aureus.
A pesar de su amplia distribución y a la facilidad con la que llega a los alimentos, sus efectos son agudos y
aparatosos pero remiten rápidamente. Staphylococcus aureus es un microorganismo muy resistente a las
condiciones ambientales y extremadamente difícil de erradicar, y convierte a los manipuladores de alimentos
en los principales agentes de su rápida extensión. El frío impide que la bacteria forme la toxina que
desencadena la infección bacteriana en humanos
Los alimentos más implicados son principalmente los cocinados ricos en proteínas como el jamón cocido,
carne de aves y también productos de pastelería rellenos de crema. Alrededor del 75% de los brotes de
intoxicación estafilocócica se presentan como consecuencia de una mala refrigeración.
Listeria monocytogenes
Listeria monocytogenes
Listeria monocytogenes debe su nombre al médico inglés Joseph Lister, cirujano del siglo XIX que,
impresionado por los trabajos de Pasteur, relacionó la sepsia postoperatoria con las infecciones microbianas
resultado de la falta de desinfección quirúrgica. Sus sencillos pero eficaces métodos de esterilización tanto de
instrumentos como de vendajes y ambiente en los quirófanos fueron totalmente revolucionarios en su época, y
sentó las bases de la cirugía antiséptica. Esta bacteria, con forma de bacilo corto o coco, produce una
enfermedad llamada listeriosis, una patología de periodo de incubación variable, especialmente grave en
mujeres embarazadas y recién nacidos así como en adultos inmunodeprimidos. En la madre puede causar
fiebre leve con gastroenteritis débil o síntomas similares a una gripe mientras que en el feto causa una
septicemia generalizada grave.
La listeriosis puede contraerse por diferentes vías de transmisión, pero la alimentaria es una de las más
frecuentes. Debido a que la cantidad presente en alimentos suele ser frecuentemente baja, el verdadero
problema reside en su rápida multiplicación durante el almacenamiento del producto, aún a temperaturas
bajas de refrigeración, una de sus características más problemáticas. Además es bastante resistente al calor,
acidez y concentración salina.
Se ha relacionado esta enfermedad con el consumo de verduras con excesivos almacenamientos en origen,
leche cruda, quesos blandos, carnes crudas o poco cocinados y embutidos, pollo y pavo y productos del mar
tanto frescos como en conserva y ahumados. Uno de sus principales reservorios en alimentación son las
superficies húmedas de plantas de procesado de alimentos. Este hecho, junto con su relativa facilidad para
crecer a bajas temperaturas, convierten las cámaras frigoríficas de la industria alimentaria en importantes
posibles placas de cultivo. Las manos del manipulador y la contaminación cruzada son los principales focos
de infección en alimentos.
Debe tenerse especial cuidado con la leche cruda y platos preparados con ellos, quesos de pasta blanda
(nunca comer la corteza), derivados cárnicos como embutidos, salchichas, especialmente de consumo frío,
durante el embarazo es preferible evitar todos ellos. Además es importante evitar almacenamientos
prolongados incluso en refrigeración; limpiar, desinfectar y secar bien superficies y utensilios, también las
manos; atención a la higiene del frigorífico; cocinar a fondo los alimentos también al recalentarlos; higienizar
verduras crudas antes de consumirlas, y no consumir alimentos artesanoales que no ofrezcan garantías
sanitarias.
Salmonella
Vibrio parahemolyticus
Imagen: Bacteria Vibrio parahemolitico
Se trata de un bacilo móvil próximo a V.cholerae (agente patógeno del cólera). Debido a que es un habitante
habitual del medio marino, su más temida característica es la condición de bacteria halófila, es decir, que
necesita concentraciones salinas elevadas, en este caso similares a las marinas, para desarrollarse, pero
resiste concentraciones superiores, por lo que además de alimentos de origen marino frescos puede
contaminar también otros productos como salazones. Su ingestión provoca, tras unas 12 horas, una
gastroenteritis febril a veces acompañada de diarrea sanguinolenta. Su papel enteropatógeno ha sido
ampliamente estudiado y demostrado en Japón, donde constituye una de las causas más importantes de
infecciones alimentarias.
Los alimentos más implicados son de origen marino: pescado y moluscos crudos o insuficientemente
cocinados. El microorganismo se encuentra ya en estos alimentos en el momento de su captura. Tras
la muerte del pescado, V. para hemolítico se multiplica activamente. Como medidas de control es conveniente
limitar su crecimiento en los productos crudos conservándolos en refrigeración o congelación además de
consumir pescados y mariscos suficientemente cocinados o hervidos e impedir su recontaminación por los
crudos como normalmente sucede en estos brotes. Una práctica peligrosa nada recomendable es
el empleo de agua de mar para labores de limpieza o para enjuagar alimentos que se van a consumir en
crudo.
Yersinia enterocolítica
Medidas de prevención
Para evitar el contacto con gérmenes patógenos se sugiere:
Lavarse las manos con agua caliente y jabón y cepillarse las uñas antes de manipular el alimento.
http://blogs.clarin.com/blogfiles/cuidado-nutricional/8845-1.jpg
Limpiar en forma periódica en agua con lavandina las rejillas y los estropajos.
Usar utensilios inoxidables, resistentes a la corrosión, y limpios.
Examinar y limpiar los armarios y los cajones donde se guarda la vajilla.
Lavar y enjuagar la vajilla y los utensilios con detergente.
http://www.nosotros2.com/images/articulos/v6_d_951.jpg
Hervir y cocer los alimentos en forma adecuada.
Eliminar los restos dispersos de los alimentos después de la cocción.
Congelar los alimentos a las temperaturas idóneas y en el tiempo correcto, en los sitios adecuados de la
heladera: específicamente, los lácteos deben guardarse en los estantes superiores, la carne en los del medio
y los alimentos cocidos en recipientes cerrados.
No volver a congelar los alimentos que fueron descongelados.
Evitar el expendio de alimentos no autorizados o con falta de higiene evidente.
Desechar latas de conservas abolladas u oxidadas, así como huevos con cascara sucia y blanda, o que flotan
sumergidos en el agua con sal.
También hay que tener mucho cuidado con las fechas de vencimiento, consumir los alimentos cocidos en
forma inmediata, evitar el contacto de los alimentos crudos y mantenerlos fuera del alcance de las mascotas e
insectos.
Los hospitales también pueden ser una fuente de microorganismos patógenos; actualmente, entre el 5 y 7%
de los pacientes se halla en peligro y puede contraer al menos una infección durante su estadía en ellos.
Otro aspecto importante tiene que ver con los aditivos químicos de los alimentos: colorantes,
conservantes, antioxidantes, estabilizantes, sustancias minerales y resaltadores de sabor, entre otros.
http://www.interactuar.org.co/web/Portals/0/Images/news/laboratorio.jpg
Los rótulos, envases y envolturas de productos autorizados de acuerdo con el Código Alimentario Argentino y
a las normas de esta Ley deberán expresar con precisión y claridad sus condiciones higiénico-sanitarias,
bromatológicas y de identificación comercial, de acuerdo con las características que hayan determinado la
autorización prevista.
En el caso de la leche hoy el Instituto Nacional de Alimentos (INAL) a través de su Programa de Monitoreo
realiza el control de cada lote de fórmula para lactantes que ingresa al país. También efectúa controles de
estos productos en caso de denuncias por parte de particulares.
Y en el caso de los productos alimenticios artesanales, según la entrevista realizada al bromatólogo
Maximiliano Yarrach, los productos manufacturados en la incubadora de empresas pasan por
un protocolo interno de análisis y llevan el control desde la materia prima hasta el producto terminado,
controlando PH, acidez, porcentajes de humedad.
http://www.alimentacion-sana.com.ar/Portal%20nuevo/imagenesplanillas/originales/ziplock.jpg
La conservación se define generalmente como el método empleado para preservar un estado existente o para
prevenir posibles daños debidos a la acción de agentes químicos (oxidación), físicos (temperatura y luz) o
biológicos (microorganismos).
La conservación de los productos alimenticios ha permitido al hombre disponer de alimentos desde una
cosecha hasta la siguiente. Por lo tanto, la función principal de la conservación es retrasar el deterioro de los
alimentos y prevenir alteraciones de su sabor o, en algunos casos, de su aspecto.
Este objetivo puede lograrse de distintas formas, gracias a procesos de tratamiento como el enlatado, la
deshidratación (secado), el ahumado, la congelación, el envasado y el uso de aditivos alimentarios como
antioxidantes o conservantes.
Los conservantes se usan principalmente para producir alimentos más seguros para el consumidor,
previniendo la acción de agentes biológicos.
Se sabe con certeza que más del 20% de todos los alimentos producidos en el mundo se pierden por acción
de los microorganismos y, por otra parte, estos alimentos alterados pueden resultar muy perjudiciales para
la salud del consumidor, por lo tanto el primer empleo es el de evitar el deterioro.
Tipo de conservante y su efecto sobre la salud del consumidor.
La mayoría de estos conservantes son colocados en carnes, embutidos, lácteos, en panificación y comidas
liofilizadas. Al observar sus efectos sobre la salud llegamos a la conclusión de que todos ellos son
beneficiosos a la hora de conservar un alimento pero al ingerirlos en diferentes cantidades pueden provocar
alteraciones en el sabor del alimento, tener acciones cancerígenas, provocar alergias y algunos en lactantes
pueden producir cianosis (bloqueo del transporte de oxígeno).
Nuevos tratamientos alternativos
Otros métodos alternativos recientes son:
Térmicos:
Calentamiento óhmico, basado en el principio físico que transforma la energía eléctrica en energía térmica
cuando atraviesa un conductor que le ofrece resistencia.
Aplicación de microondas sobre alimentos.
Cocción a vacío sobre materias primas envasadas al vacío en envases termorresistentes y bajo condiciones
controladas de tiempo y temperatura, normalmente inferior a 100º C y una fase de enfriamiento rápido hasta
temperaturas de refrigeración.
DIC (descompresión instantánea controlada) basada en los tratamientos HTST pero combinada con una
rápida caída de la presión.
No térmicos:
Los métodos de conservación de alimentos sin aplicación de calor o tecnologías suaves son poco agresivos y
tienen la ventaja de ofrecer productos muy semejantes a los frescos, pero sin perder sus garantías en materia
de seguridad alimentaria.
La técnica de los pulsos eléctricos está basada en la exposición del alimento a un campo eléctrico intenso
que provoca la formación de poros en las membranas celulares microbianas variando su permeabilidad.
La aplicación sobre los alimentos de una elevada presión de hasta 9.000 atmósferas de manera uniforme
durante un tiempo variable, que puede oscilar desde unos minutos hasta incluso algunas horas, tiene como
efecto la destrucción de microorganismos.
La irradiación de alimentos, es decir, su exposición a dosis establecidas de energía en forma de rayos o
partículas (normalmente gamma o electrones) de una manera controlada, elimina bacterias, parásitos e
insectos.
El tratamiento mediante luz pulsada consiste en la aplicación sucesiva de pulsos o destellos de luz con un
espectro entre el ultravioleta y el infrarrojo próximo con una duración muy corta, lo cual provoca que la energía
transmitida sea muy intensa aunque el consumo total del proceso sea moderado.
La bioconservación, se basa en el efecto de los llamados bioconservantes: microflora natural o controlada de
los alimentos y/o sus productos antibacterianos que aumentan la vida útil e incrementan su seguridad.
Conclusión
Mi hipótesis planteada es correcta, ya que las consecuencias que pueden causar estas bacterias en presentes
en nuestros alimentos van desde simples dolores de estómago o vómitos y hasta pueden llegar a ocasionar la
muerte en muchos casos.
Por eso es conveniente tomar medidas de prevención en las viviendas, mediante el cuidado de la higiene en
los utensilios de cocina, en uno mismo, la limpieza de los alimentos y su adecuada conservación y cocción, y
en las empresas productoras de alimentos, mediante estrictos controles que respete lo establecido por el
Código Alimentario Argentino.
Mis objetivos se cumplieron ya que logré informarme sobre las causas- consecuencias que producen estas
bacterias y también conocí el recorrido que hace un alimento (materia prima) hasta llegar a una góndola de
supermercado, pasando por todos los controles y evitando la contaminación del producto. Y también aprendí
que no solamente se producen enfermedades por estas bacterias sino que también muchos de los químicos
pesticidas que se les coloca al producto también pueden causar enfermedad.
Me pareció un tema interesante, y me gustó investigar sobre él. Las complicaciones que tuve fueron en cuanto
a lo que es la entrevista, que luego lo solucioné rápidamente encontrando a un especialista que amablemente
me respondió y así pude concretar el trabajo.
Bibliografía
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Ville, Claude A. Biología 8ª edición. Editorial McGraw-Hill. México: Distrito Federal. 1996.
Anexos
NOTICIAS
INVESTIGACION EN LECHES IMPULSO UN CAMBIO EN EL CÓDIGO ALIMENTARIO ARGENTINO.
Lunes 22 de marzo de 2010
Por Mercedes Domínguez (AGENCIA CYTA-INSTITUTO LELOIR)
A raíz de una investigación, publicada en la revista científica International Journal of Food Microbiology, el
Código Alimentario Argentino registró una modificación que obliga a verificar la ausencia de las bacterias
Cronobacter sakazakii en todas las fórmulas de leche en polvo para lactantes. La presencia de ese tipo de
bacteria, que puede ocasionar serios problemas en la salud de los bebés, fue detectada en
tres marcasimportadas de leches en polvo