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Etica en La Sociedad y Las Instituciones

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LA ÉTICA EN LA SOCIEDAD Y LAS INSTITUCIONES

La Ética en la sociedad y las instituciones

La Sociedades la unión, moral y estable de varios individuos que persiguen un


fin común y que obran dirigidos por una autoridad. Una sociedad constituye una
persona moral con todos sus derechos y con todas sus obligaciones
correspondientes.

De lo anterior se desprende que la sociedad consta de los elementos


siguientes (Alvarado, 2003).

a. Elemento material, que es el número de individuos que la integran.

b. Elemento formal, o sea el vínculo moral que alcanza en virtud de la


concordancia de voluntades y la combinación de acciones.

c. La autoridad o potestad, para coordinar la actividad de los socios y para


obligar a estos a cooperar con sus actos para la consecución del bien común.

La Ética es una de las preocupaciones más importantes en el mundo actual sin


embargo es una de las menos estudiadas. Su estudio trata sobre si ciertas
prácticas específicas son o no aceptables. El deber y la obligación. La moral es
una forma de la conciencia social y, por tanto, depende de las relaciones
económico-sociales de la época. No hay normas eternas. Cada clase social
tiene sus propias normas; en una época determinada predomina la moral de la
clase dominante.

El progreso económico, científico, técnico y político social de los Estados de


Europa ha propiciado el surgimiento de la sociedad del bienestar, de la
abundancia y de su consumo. Esta sociedad presenta un amplio abanico de
perspectivas y ofrece un inmenso cúmulo de posibilidades a saber:

Posibilidades de riquezas. La propaganda y los medios de comunicación,


cotidianamente, nos presentan una enorme variedad de bienes y riquezas: los
lujos de las elites, las grandes mansiones y los grandes automóviles, el
reconocimiento social y la fortuna de las personas prestigiosas, de los grandes
arquitectos, de los escritores ilustres, etc.

Posibilidades de oficios y profesiones. Se nos ofrece una serie prácticamente


indefinida de carreras y empleos: ingenieros, médicos, economistas, artistas,
pintores, empresarios, deportistas, etc.

Posibilidades de comprar. Nuestros mercados nos brindan una gran cantidad


de artículos como: joyas, automóviles, ropa, electrodomésticos, tecnología,
etc., y la propaganda intenta convencernos de que todo se encuentra al
alcance de todos.

Posibilidades lúdicas. La publicidad nos informa de los más seductores


espectáculos y actividades. Constantemente se nos ofrecen viajes,
excursiones, posibilidad de admirar este u otro deporte, museo, gimnasio, etc.

La Ética ante el mundo global

Los mercados desempeñan una importantísima función en la economía global,


en el sistema socioeconómico de un país y en todas las empresas. (A
diferencias de los años 70 donde los mercados eran más domésticos).

Actualmente vivimos una economía global, donde el comercio mundial está


creciendo tres veces más rápido que la producción mundial. Las
organizaciones no ignoran la importancia de las cuestiones y problemas éticos.
El 75% a 80% de las principales empresas estadounidenses tienen códigos de
Ética para sus empleados.

Las organizaciones hacen todo lo posible por premiar solo el desempeño ético.
«La Ética es el fundamento sobre el que descansa el éxito de muchas
empresas». Una de las mayores preocupaciones de los ejecutivos que viajan al
exterior es comprender la Ética de negocios.

Si bien el mundo parece estarse achicando en algunos aspectos, la necesidad


de respetar y acatar los valores éticos de otra nación es sumamente
importante. La existencia de la información accesible significa que hay menos
excusas para ignorarla. Es necesario conocer las costumbres de un país para
no ofenderlas sin querer. El comportamiento ético permite que a un individuo u
organización se le permita o no seguir haciendo negocios en otro país.

Ética y mercado

Definitivamente un sistema que alienta el egoísmo, el materialismo y el espíritu


de lucro es inmoral. La primera ventaja de este sistema es que le permite
libertad, es decir que la gente viva como le parezca mejor, y que hace dentro
de lo posible, que las consecuencias de las acciones recaigan sobre quienes
las realizaron.

En este sentido se trata de un régimen basado en la libertad con


responsabilidad individual. En segundo lugar un mercado libre es el espejo más
fiel que se conoce de los valores y gustos de la comunidad. Y esta información
es indispensable para quienes de interesan y preocupan por la moralidad de
sus conciudadanos. El materialismo y el consumismo, si existen, son
cualidades de las personas, no del sistema como tal.
La economía se transforma para dar satisfacción a estas necesidades.
Caducarían o deberían ser modificados muchos de nuestros índices de
desarrollo y bienestar, pero el sistema seguiría siendo el más adecuado para la
producción de los bienes y servicios demandados.

Porque en una economía libre los consumidores son los que determinan qué
bienes y servicios deben producirse, cómo y para quién. Son las personas las
que al disponer de sus ingresos, determinan quiénes deben ser dueños de la
tierra y de las industrias, de los bancos y medios de comunicación y cuánto
debe ganar un profesionista.

Ética y equidad

La Equidad, es la promoción de la imparcialidad en todas las acciones. Es


reconocerse como iguales. Ofrecer un trato respetuoso a los demás sin distingo
de ideología, creencias, posición social, nivel intelectual, edad, género,
nacionalidad o cultura. De igual manera, promueve equitativamente el acceso a
oportunidades de desarrollo personal y profesional.

· Muestra interés en la persona, independientemente de sus diferencias.

· Ofrece las mismas oportunidades a las personas en función de su capacidad,


potencial o experiencia.

· Se niega a trabajar en función de favoritismos, compadrazgos y preferencias


subjetivas.

Cuando viene una crisis hay que ver que también hay una legislación y un
derecho de la crisis. Hay que dejar de lado la justicia conmutativa estricta y la
justicia legal y adaptarse a la emergencia, analizar cómo se puede proteger el
derecho de propiedad de todos y no de algunos como la libertad de contrato
debe ceder a veces para el bien común.

El bien común no es la suma de los bienes individuales, es un orden, una


armonización de los bienes individuales para que cada individuo pueda
encontrar su plenitud sin negársela a otro. Es decir, la aplicación de la justicia
distributiva es la que impone y reparte el Estado y la justicia legal es la
obligación de un ciudadano a obedecer los mandatos del Estado cuando son
justos y se debe adaptar para buscar el bien común, y este ante la emergencia
impone sus propias reglas.

Ética y cultura

El término cultura procede del participativo latino del verbo colere, que significa
cultivar, por tanto su significado se identifica con cuidar algo, son el conjunto de
técnicas productivas, con todos aquellos que cada individuo adquiere como ser
social.

En términos generales podemos decir que la cultura consiste en el conjunto de


informaciones y de patrones de comportamiento transmitidos mediante el
aprendizaje de generación en generación, dentro de la especie humana. La
cultura cuenta con unos mecanismos de elaboración, de transmisión y de
evolución propios, es decir la cultura se elabora mediante el recurso a sistemas
de símbolos humanos, no de meros signos animales Se transmite socialmente,
no individualmente Evoluciona a través de generaciones, no de mutaciones
genéticas.

La cultura engloba todos aquellos conocimientos, ideas, instrumentos técnicos


y modos de vida que los seres humanos han producido para poder adaptarse a
su medio. En este sentido todas las sociedades humanas tienen carácter
cultural. No existe ser humano sin cultura, más aún el ser humano solo puede
realizarse perteneciendo a una determinada cultura (Vásquez, 2014).

La cultura comprende mucho, las creencias, el arte, la moral, la ciencia, la


tecnología, la tradición, el lenguaje, la tradición, la religión, el derecho, los
símbolos, las costumbres, las relaciones familiares, las vinculaciones entre
individuo y sociedad, los regímenes matrimoniales, el concepto de autoridad,
las jerarquías sociales, la igualdad y cualquier otro hábito adquirido y
compartido por los hombres en la vida social, que constituyen un legado de
siglos de historia común.

La Ética en las instituciones educativas

Este aspecto se concibe como el proceso de investigación de las necesidades


sociales, para desarrollar servicios educativos tendientes a satisfacerlas,
acordes a su valor percibido, distribuidos en tiempo y lugar, y éticamente
promocionados para generar bienestar entre individuos y organizaciones. El
modelo de Ética de las decisiones de marketing, adaptado en particular al
educativo, comprende el análisis de las siguientes variables: el entorno
sociocultural: el sistema jurídico, el sistema político y las normas religiosas; el
entorno profesional: la profesionalización del marketing educativo, los códigos
de Ética; el entorno competitivo: la oferta y demanda educativa, la normativa
vigente, la coyuntura; el entorno institucional: la cultura institucional, la
actualización de las propuestas y las restricciones institucionales, el
comportamiento de la comunidad educativa, la relación familia-escuela; las
características personales del tomador de decisiones: su sistema de valores

El proceso inicia con los cursos de formación cívica, Ética, cultura general, etc.
En ellos, conjuntamente con sus compañeros, aprende nuevos principios como
el respeto, la justicia, la tolerancia, etc.; pone en práctica lo aprendido y tendrá
la oportunidad de conocer algunas consecuencias negativas de una conducta
personal carente de sustento moral.

En este ámbito, el joven estudiante se enfrenta a diversas tentaciones y retos


(alcohol, tabaco, sexo, drogas, ausencia de clases, indisciplina, entre otros) de
los que saldrá avante o sucumbirá si su formación en valores es sólida o
raquítica, según el caso; tendrá las herramientas o no para continuar sin
contratiempos su camino de crecimiento y desarrollo; o se verá entrampado y
correrá el riesgo de quedar rezagado (Navarro, 2004).

Es claro que se debe de educar en la comprensión de los cambios y en ese


sentido la educación debe proveer de un pensamiento adaptativo, en el sentido
que Piaget y los constructivistas le dan al término, como posibilidad de
reconocimiento de las nuevas condiciones para enfrentar al mundo. Apostar
por la educación es apostar por la auténtica y más sólida transformación social.
Apostar por la educación es apostar por el desarrollo del hombre, por el
desarrollo de la humanidad.

Si creemos sinceramente que vivimos una época de transición, debemos


aceptar que una educación para la transición debe ser una educación de la
esperanza, pero no para después, sino para hoy. Si la sociedad está
cambiando ¿por qué la educación no puede cambiar? Dicho cambio exige la
conformación de un proyecto específico por el cual luchar y el cual construir si
es que deseamos una sociedad cada vez más humana.

«Una educación capaz de enfrentar los retos del mundo contemporáneo,


requiere asumir el propio reto de transformar sus estructuras, empezando por
aquella que niega a los agentes involucrados profesor y alumno, para poder
convertirse en sujetos actuantes» (Vásquez, 2014, p. 67).

La Ética en los partidos políticos

Para Encarta (2004) los partidos políticos, son organizaciones creadas con el
fin de contribuir de una forma democrática a la determinación de la política
nacional y a la formación y orientación de la voluntad de los ciudadanos, así
como a promover su participación en las instituciones representativas mediante
la formulación de programas, la presentación y apoyo de candidatos en las
correspondientes elecciones, y la realización de cualquier otra actividad
necesaria para el cumplimiento de sus fines. Su principal tendencia es durar y
consolidarse, y su finalidad última y legítima es obtener el poder mediante el
apoyo popular manifestado en las urnas (Vásquez, 2014, p. 69).

El ámbito político es de suma importancia para la moral y sus principios. La


tarea política es algo muy serio que no debe tomarse a la ligera y, por
supuesto, la práctica política requiere ir acompañada paralelamente por la
práctica moral.
Debemos reconocer que la actividad política tiene que ver con todos y en todo.
El interés de la sociedad en general y de la juventud en particular, hacia este
tema, se ha visto diezmado por el desempeño de algunos políticos en el plano
de la vida real y que han lastimado esta difícil y muy noble tarea. Sin embargo,
hay quienes han dignificado la labor política que mucho debe ser de humana y
moral.

En este ámbito, la práctica moral tiene mucho que ver con la actuación recta de
quienes practican la política, con su conducción como personas que, por un
lado buscan ejercer o ya ejercen el poder político (el gobierno en cualquiera de
sus niveles federal, estatal y/o municipal) a través del voto popular o por
invitación en puestos de confianza; y por otro, pretenden la representación
popular (del pueblo a través del voto) como diputados o senadores. Y es
precisamente en el desempeño de estos cargos que el político puede incurrir
en conductas carentes de toda moralidad y los valores que contempla, como
son la corrupción, el tráfico de influencias, el desvío de recursos públicos, etc.
(Vázquez,2014, p. 69).

Navarro & Bonilla, (2004) al referirse al político prudente y magnánimo, digno


de ejercer el gobierno, asienta: «Manteniéndose libre de la ambición de
riquezas y poderío, se entregará todo a la república. Tampoco deberá exponer
a nadie al odio y a la envidia de los demás con falsas recriminaciones, y
constante siempre en la honestidad y justicia, muera por conservarlas, sin
temor de la envidia, antes que abandonar estas cosas que acabo de decir»
(Vásquez, 2014, p.70).

La Ética en las ONG

En cuanto a las Organizaciones No Gubernamentales (ONG), se consideran


los siguientes aspectos:

Ante cualquier juicio profesional se acepta la obligación de sostener un criterio


libre de conflictos e intereses imparciales; la calidad de un trabajo profesional
será con cuidado y diligencia; tener el entrenamiento técnico y la capacidad
necesaria para realizar las actividades profesionales satisfactoriamente;
siempre se aceptará una responsabilidad personal por los trabajos realizados
bajo su dirección; tiene la obligación de guardar secreto y con autorización de
los interesados proporcionará a las autoridades competentes la información y
documentación que estas soliciten; el trabajador cuidará sus relaciones con sus
colaboradores, colegas e instituciones buscando sin menoscabo de la dignidad
de la profesión (Vásquez, 2014, p. 71).

La Ética de organizaciones religiosas

El primer deber de la realización moral es con respecto a Dios creador es la


respuesta del hombre a Dios sintetizado en la religión.
La religión puede entenderse como la virtud del hombre que se relaciona con la
trascendencia; puede ser natural o sobrenatural, esta última se basa en la
Revelación.

Por otro lado, la libertad religiosa consiste en que cada persona puede elegir su
religión de acuerdo con su propia conciencia, después de haber examinado y
reflexionado seriamente sobre el tema; de tal manera que ni el Estado ni
cualquier otra institución tiene facultad para imponer a sus súbditos una
determinada religión. Así la libertad religiosa se deduce a partir de la libertad de
conciencia. Es la consecuencia de ese derecho fundamental e inalienable que
todo hombre tiene para usar su libre albedrío en la determinación de su propia
vida (Vásquez, 2014, p. 72).

En opinión de Gutiérrez (2004) la naturaleza de las cosas es la que indica al


hombre cuál es la mejor y más acorde con la verdad y desde ese conocimiento
se puede elegir la propia religión

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