Etica en La Sociedad y Las Instituciones
Etica en La Sociedad y Las Instituciones
Etica en La Sociedad y Las Instituciones
Las organizaciones hacen todo lo posible por premiar solo el desempeño ético.
«La Ética es el fundamento sobre el que descansa el éxito de muchas
empresas». Una de las mayores preocupaciones de los ejecutivos que viajan al
exterior es comprender la Ética de negocios.
Ética y mercado
Porque en una economía libre los consumidores son los que determinan qué
bienes y servicios deben producirse, cómo y para quién. Son las personas las
que al disponer de sus ingresos, determinan quiénes deben ser dueños de la
tierra y de las industrias, de los bancos y medios de comunicación y cuánto
debe ganar un profesionista.
Ética y equidad
Cuando viene una crisis hay que ver que también hay una legislación y un
derecho de la crisis. Hay que dejar de lado la justicia conmutativa estricta y la
justicia legal y adaptarse a la emergencia, analizar cómo se puede proteger el
derecho de propiedad de todos y no de algunos como la libertad de contrato
debe ceder a veces para el bien común.
Ética y cultura
El término cultura procede del participativo latino del verbo colere, que significa
cultivar, por tanto su significado se identifica con cuidar algo, son el conjunto de
técnicas productivas, con todos aquellos que cada individuo adquiere como ser
social.
El proceso inicia con los cursos de formación cívica, Ética, cultura general, etc.
En ellos, conjuntamente con sus compañeros, aprende nuevos principios como
el respeto, la justicia, la tolerancia, etc.; pone en práctica lo aprendido y tendrá
la oportunidad de conocer algunas consecuencias negativas de una conducta
personal carente de sustento moral.
Para Encarta (2004) los partidos políticos, son organizaciones creadas con el
fin de contribuir de una forma democrática a la determinación de la política
nacional y a la formación y orientación de la voluntad de los ciudadanos, así
como a promover su participación en las instituciones representativas mediante
la formulación de programas, la presentación y apoyo de candidatos en las
correspondientes elecciones, y la realización de cualquier otra actividad
necesaria para el cumplimiento de sus fines. Su principal tendencia es durar y
consolidarse, y su finalidad última y legítima es obtener el poder mediante el
apoyo popular manifestado en las urnas (Vásquez, 2014, p. 69).
En este ámbito, la práctica moral tiene mucho que ver con la actuación recta de
quienes practican la política, con su conducción como personas que, por un
lado buscan ejercer o ya ejercen el poder político (el gobierno en cualquiera de
sus niveles federal, estatal y/o municipal) a través del voto popular o por
invitación en puestos de confianza; y por otro, pretenden la representación
popular (del pueblo a través del voto) como diputados o senadores. Y es
precisamente en el desempeño de estos cargos que el político puede incurrir
en conductas carentes de toda moralidad y los valores que contempla, como
son la corrupción, el tráfico de influencias, el desvío de recursos públicos, etc.
(Vázquez,2014, p. 69).
Por otro lado, la libertad religiosa consiste en que cada persona puede elegir su
religión de acuerdo con su propia conciencia, después de haber examinado y
reflexionado seriamente sobre el tema; de tal manera que ni el Estado ni
cualquier otra institución tiene facultad para imponer a sus súbditos una
determinada religión. Así la libertad religiosa se deduce a partir de la libertad de
conciencia. Es la consecuencia de ese derecho fundamental e inalienable que
todo hombre tiene para usar su libre albedrío en la determinación de su propia
vida (Vásquez, 2014, p. 72).