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Lectura Introductoria Orientación Al Logro

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La orientación al logro, otro desafío para el éxito gerencial

El liderazgo en las organizaciones requiere un alto sentido de compromiso con los


resultados, de tal manera que lo primero que debería recibir quien es nombrado o
seleccionado para ocupar un cargo de dirección es la llamada “descripción del cargo” que
le permita conocer desde el principio los entregables sobre los cuales será juzgado al
momento de hacer la evaluación del desempeño.

La diferencia entre una gestión promedio y una sobresaliente reside en la capacidad de


identificar la mejor manera de usar los recursos de los cuales dispone y su habilidad para
desarrollar en el equipo de trabajo una rutina capaz de producir resultados sobresalientes
y diferenciadores. La cotidianidad laboral que puede llevar a la rutina no es
necesariamente sinónimo de aburrimiento por la condición repetitiva de la tarea. Aquí es
donde aparece la importancia del sentido que tiene hacer la tarea para la cual hemos sido
contratados.

La gestión gerencial exige la orientación al logro como condición para asegurar un camino
que inicia dando una mirada al punto de llegada que le permita reconocer la complejidad
de la ruta que debe recorrer, tener presente la meta anticipa una estrategia que optimiza
los recursos que necesita para abordar con seguridad las tareas que, una vez realizadas, se
convertirán en los escalones necesarios para avanzar, no siempre hacia arriba, pero
siempre hacia adelante.

La búsqueda de resultados diferenciadores en la gestión debe encontrarse en capacidad


de intuir caminos innovadores y llenos de propuestas capaces de retar la rutina que ha
logrado mantener espacios de acción repetitivos. La consolidación del llamado “efecto
resorte” nos hace creer por breves momentos que hemos dado un salto cualitativo y que
por eso estamos preparados para alcanzar nuevas metas organizacionales, cuando en
realidad se trata solo de un impulso que puede llevarnos de nuevo a la misma “zona de
confort” de la cual partimos.

“Comenzar con el fin en la mente” hábito que nos regala S. Covey en “los 7 hábitos de la
gente altamente efectiva”, se trata de imaginar que somos capaces de tomar las riendas
de nuestra realidad y hacer realidad nuestros sueños a partir de los insumos con los cuales
contamos, tenemos la capacidad de “crear dos veces” lo que nos proponemos, la primera
en nuestra mente y la segunda es la expresión de eso que imaginamos. Asumir el liderazgo
de los resultados implica reconocer que la fuerza para producirlos nace del interior, es
cuando reconocemos que los recursos y los insumos solo adquieren su identidad
transformadora cuando combinamos cada uno de ellos de acuerdo al plano mental que
previamente hemos elaborado.

José Manuel Vecino

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