La España Imperial
La España Imperial
La España Imperial
CAMBIOS EN:
FONOLOGÍA:
a) Pérdida del fonema /h/
En Castilla la vieja la h- no se aspiraba desde la primera mitad del s. XV.
c) Pérdida de las oposiciones /s-z/ y /ts-dz/ y consiguiente aparición del fonema /θ/
La confusión de las sibilantes se resolvió de dos modos diferentes:
1) Modalidad norteña: Centro-Norte de España: distinción entre las antiguas fricativas y las africadas. El proceso fue el siguiente:
/ts/-/dz/ > /ts/ > /___/ > /θ/
Sist. Medieval Ensordecimiento Pérdida de momento Para aumentar la diferencia
distinguía dos oclusivo. Aparición del entre /___/ y /s/, el primero
africadas fonema fricativo predorso- adelanta su punto de
dental, que se distinguía articulación haciéndose ápico-
de /s/ ápico-alveolar interdental.
2) Modalidad meridional: En buena parte de Andalucía no se mantuvo la oposición entre africadas y fricativas. Se perdió la distinción
entre /s/ y /___/, de modo que las cuatro sibilantes medievales se resolvieron en un único fonema fricativo sordo /s/. Este fonema se
realizaba (y se realiza aún) de dos maneras según la zona: como predorso-alveolar y como ápico-dental. Esto permite distinguir áreas
de seseo y de ceceo.
e) Fonematización de [ʝ]
[…] YOD????
YEÍSMO
Confusión de /ʝ/ y /ʎ/
NEUTRALIZACIÓN DE -R Y -L IMPLOSIVAS.
a) Como lambdacismo o como rotacismo, es decir, invirtiendo lo establecido por la norma. Por ejemplo: “abril” por “abrir”; “espardas” por
“espaldas”.
b) Como cero fónico: omitiendo completamente la líquida: Por ejemplo: “llorá” por “llorar”
CAÍDA DE LA -S IMPLOSIVA
Las <-s> omitidas en la escritura indican un debilitamiento del sonido, pero no podemos saber con certeza si eso indicaba aspiración o elisión.
VOCALISMO
FONOTAXIS
Quedaron eliminadas, a mediados del s. XVII las formas medievales resultantes de la yuxtaposición de dos elementos morfemáticos; así, por ejemplo,
dad+le o tomar+lo dejaron de ser dalde, tomallo, al conservar cada elemento su forma primitiva: dadle, tomarlo.
Comienza a restringirse el uso del artículo en su forma masculina delante de femeninos a los casos en que estos empiecen por /a/, principalmente
acentuada: el aurora, el ánima, el agua.
MORFOLOGÍA
1) Aparecen o se extienden otros sufijos de diminutivo, así, junto a {-illo} aparecen {-uelo}, {-ico}, {-ito}.
2) Se extiende y afianza el superlativo en {-ísimo}
3) Primera mitad s. XVI: primeros ejemplos de la forma quienes como plural de quien relativo, pronombre invariable durante la E.M.
4) La forma medieval gello, -a (< illi-illu, -a) pasa a se lo desde el siglo XIV, pero es en el período que nos ocupa cuando alcanza su implantación definitiva
gracias a la confusión con el reflexivo se y a los fenómenos fonéticos que afectaron a las sibilantes.
5) Reestructuración de las formas pronominales de la segunda persona:
o Resolución de la contienda nos-nosotros; vos-vosotros a favor de las formas compuestas.
o El pronombre vos singular fue experimentando una desvalorización sociolingüística por la concesión generalizada del mismo a individuos
de estratos inferiores. El tú estaba reservado a la intimidad familiar y al trato con gente inferior.
o Sustitución de vos por vuestra merced. Su uso se extiende desde el tratamiento a reyes hasta convertirse en fórmula de respeto entre
iguales (principios del s. XV), la cual se fue reduciendo por desgaste fonético a formas como vuesarced, vuarced, vuasted, vuested, vusted,
vusté, voacé, vucé y usted (1620). Vuestra merced - usted concuerdan con el verbo según la forma y no el sentido, de allí que aquél esté en
tercera persona aunque se trate de una segunda persona. Esa tercera persona en superficie llevó a emplear él/ella con valor de vuestra
merced.
1. Desde finales del s. XVI comienza a restablecerse, en el futuro y el condicional, la forma entera del infinitivo, con lo cual se van perdiendo las
contracciones medievales como perdrás, devría, etc, sustituidas por perderás, debería. Sin embargo, se conservan algunos casos: cabré, cabría; diré,
diría; habré, habría, etc.
2. En los casos en que la conjugación presentaba vacilaciones, se escogen ciertas formas. ES el caso de algunas formas de presente de indicativo y del
imperativo.
3. Empieza a desaparecer la -d- de la 2ª persona plural de las formas esdrújulas […]
4. Las formas de pretérito de la 2ª plural mantuvieron la terminación latina -stis: amastes, oístes, etc. hasta bien avanzado el siglo XVII, cuando por
analogía con otros tiempos, -stes pasa a la forma actual -steis: amasteis, leísteis, etc.
5. Frente a las formas avemos y aveis, subsistían hemos y heis-hedes. Como éste, otros verbos aún presentaban formas alternas de las cuales, solo más
tare, una habría de quedar relegada.
SINTAXIS
ESFERA DEL NOMBRE
1) La tendencia al empleo, desde el latín hispánico, de la preposición a ante el objeto directo referido a persona o cosa personificada se generaliza cada
vez más.
2) Desde el s. XVI se hace preponderante el empleo de las formas le para el objeto directo masculino y la para el objeto indirecto femenino (leísmo y
laísmo), fenómeno que comenzó en la E.M.
3) El uso del se indicador de pasiva se va generalizando a otras construcciones hasta adquirir un valor impersonal. Al aplicarse la construcción pasiva
refleja a personas se produce ambigüedad. Para resolverla, la lengua puso el verbo en singular acompañando al sujeto paciente con la preposición a,
convertido de este modo en un objeto directo. Surge así la construcción impersonal activa, de sujeto indeterminado significado por se: “Se robava a
amigos como a enemigos”.
1) Los verbos ser y estar delimitan en este período los usos que tienen en la lengua moderna.
2) En la lengua medieval, aver y tener eran ambos verbos transitivos que referían a la idea de posesión, aunque implicaban usos distintos. En la Edad
Moderna cada uno ocupa una significación y un uso particular. Tener quedó como el único transitivo indicador de posesión, y aver como auxiliar de
verbos transitivos, intransitivos y reflexivos, en los cuales antes competía con ser.
3) La forma verbal en -ra (amara), que ya había perdido su valor original de pluscuamperfecto del indicativo (=había amado) tiende también a perder el
de pluscuamperfecto del subjuntivo (=hubiera/ese amado) para asumir el valor de pretérito imperfecto del subjuntivo. Esto llevaría a un cambio
importante en la construcción de las oraciones condicionales.
4) Colocación de pronombres átonos: La regla vigente para el momento era que debían anteponerse al verbo excepto al inicio de frase o después de
pausa, pero ya comenzaba en este período a anteponerse en todo contexto. En el caso del imperativo y de las formas verbales infinitas (infinitivo y
gerundio), el pronombre podía, contrariamente a la norma actual, anteponerse, siempre que precediera otra palabra.
5) La estructuración de la frase y el discurso variaba según se tratara de textos literarios o no literarios. La lengua no literaria tiene un orden, por lo
general, rectilíneo, sencillo, sin adornos.