La Raiz de TODOS Los Males
La Raiz de TODOS Los Males
La Raiz de TODOS Los Males
San Pablo escribió una carta a un joven cristiano, y dijo que la raíz de todos los
males es el amor al dinero. (1 Timoteo 6:10) Esta es una afirmación
impresionante.
Quizás podríamos aceptarlo si dijera demasiado amor por demasiado dinero, o tal
vez podríamos estar de acuerdo en que es la causa de algunos males… tal vez,
incluso, muchos males. Pero simplemente decir que todo amor por cualquier
cantidad de dinero es la causa de todos los males es más que lo que la mayoría
de la gente puede tolerar.
Sólo necesitas decir el versículo así como está escrito y verás una reacción de un
devoto regular a la iglesia. Inténtalo, y ve si no dicen algo como “Recuerda que es
el amor al dinero, no el dinero en sí”. Entonces van y continúan diciéndote que
conocen un montón de gente adinerada que ha hecho mucho para Dios.
¿Qué es lo que está pasando cuando responden así? Cambiemos el asunto un
poco para hacerlo más claro. Supón que alguien dice que la adicción a las drogas
está destruyendo a la sociedad occidental, y otra persona responde diciendo que
no son las drogas en sí, sino la adicción a las mismas lo que está generando el
problema. Supón que siguen explicando que conocen un montón de gente que
consume drogas regularmente, pero tienen confianza de que estos amigos no son
adictos, y que drogarse no afecta su habilidad de vivir una vida normal y feliz.
¿Puedes imaginar por qué esta persona reaccionaría de esta forma? Hay una
frase de Shakespeare que dice, “Pienso que protestas demasiado”. Dicho de otra
manera, cuando alguien es golpeado fuertemente por una verdad, tiende a
responder desproporcionadamente, y esta respuesta (o “protesta”) en realidad
demuestra su culpa.
Los traductores modernos de la Biblia han tenido problemas con este versículo,
porque saben que es ofensivo a la mayoría de la gente que asiste a las iglesias.
La versión “King James” (y la Reina Valera), expresa fielmente el pensamiento de
dicho pasaje. El griego original dice que la avaricia es la raíz de todos los males.
Entonces, ¿cómo pudieron los traductores alivianarla y todavía evitar ser
acusados de distorsionar el mensaje? Las Sociedades Bíblicas crearon una
solución ingeniosa para la Versión de Lenguaje Actual (Today´s English Version).
Pusieron “El amor al dinero es una fuente de todo tipo de males.” Aparte del uso
deshonesto de la palabra “una”, técnicamente usaron la palabra “todo”. El
problema es que lo utilizaron en un contexto que tiene un significado idiomático
que raramente es tomado literalmente. “Todo tipo de” simplemente significa
“mucho”. No significa “todo”.
Seguramente, si la avaricia es el origen del resto de los males, entonces debería
ser el blanco fundamental de cualquier campaña para traer rectitud al mundo. Es
lógico que si podemos librar el mundo de la raíz de todos los males, entonces la
consecuencia eventual sería un mundo sin ninguna maldad. ¿Pero dónde está la
iglesia, denominación, o religión que tenga semejante campaña contra la avaricia?
La verdad es que el tema de la avaricia, y especialmente la gente avariciosa
recibe muy poca atención por parte de las religiones de todos lados.
Pero déjanos comenzar con tomar el acercamiento más popular a este pasaje, el
cual es, por una razón u otra, que Pablo nunca tuvo la intención de decir lo que
está registrado que dijo en 1 Timoteo 6:10. Déjanos asumir que el amor al dinero
(que es peligroso si se abusa) no es tan malo, y ciertamente no es la causa de
todos los problemas del mundo. Supongamos que el pasaje 1 Timoteo 6:10 se
puso en la Biblia por error, o que fue puesto ahí por un monje entusiasta en los
primeros días de la iglesia.
De ser así, esperaríamos que el tema sería abandonado. No deberíamos estar
molestos por otros versículos que promueven semejante enseñanza extrema.
Ciertamente no encontraríamos a Jesús o a los apóstoles enseñando semejante
tonterías. La batalla entre el bien y el mal sería para ellos más como una entre
Dios y el diablo, quizás con algo como el orgullo o las ansias de poder (y no la
avaricia) siendo la raíz verdadera de toda la maldad en el mundo.
En los evangelios, Jesús nos dice que tenemos que elegir entre el bien y el mal, y
que no podremos “servir” a ambos “maestros”. La imagen es la de un empleado, o
sirviente, intentando trabajar para dos empleadores o jefes al mismo tiempo.
Presuntamente un empleador sería Dios, y el otro empleador sería el diablo.
¿Verdad? Pero no, así no es cómo Jesús describe la situación. Él dice que un
empleador es Dios, pero dice que el otro empleador es (¡espera!) el dinero, o
“mamón” (mamón es un término para el dinero que también incluye las cosas
materiales que el dinero puede comprar). Jesús dice que no podremos trabajar
para Dios y para el dinero al mismo tiempo. (Mateo 6:24 y Lucas 16:13) ¡Qué
impresionante! El continúa diciendo que terminaremos despreciando u odiando a
uno o al otro. Con este acercamiento y el que tomó Pablo, no queda lugar para ser
neutral, o con respecto a Dios o con respecto al dinero. Terminaremos amando a
uno y odiando al otro. No es una cuestión de amar un poquito más a uno que al
otro, sino de poner a ambos en lugares opuestos del espectro.
Uno será nuestro Dios, el otro será nuestro peor enemigo. Debemos elegir.
Es consistente con la imagen de un empleado tratando de trabajar para dos
empleadores al mismo tiempo. El empleado obviamente tendrá que engañar a un
empleador para poder ir a trabajar para el otro. Su “odio” hacia el empleador
engañado, tomará la forma de intentar reclamar pago por algo que a él o ella (el
empleado) no tiene derecho.
¿Podría ser que mucha gente religiosa está intentando estafar, o reclamar algo de
Dios (vida eterna) cuando en realidad no tiene el derecho? El argumento
inmediato que tenemos que encarar con respecto a tal pregunta es la creencia
extendida entre los cristianos profesantes de que no tenemos que hacer nada para
recibir la vida eterna. La salvación, dicen, es nuestro “derecho”; tenemos el
derecho a reclamarla sin importar si aparecemos en el lugar de trabajo.
Pero esto es completamente falso. Cuándo lo cuestionamos más cuidadosamente,
admiten que la salvación solo se consigue por la fe. Y casi todos ellos dirán que
esta fe debe ser puesta en Jesucristo. Entonces, ¿cuánta fe tienen en lo que
Jesús dijo sobre trabajar para Dios en preferencia a trabajar por dinero? Y si
vamos al caso, ¿cuánta fe tienen en cualquier cosa que Jesús haya instruido a sus
seguidores a hacer?
Jesús dijo que si no paramos de trabajar por el dinero, o los bienes materiales
(Juan 6:27) y empezamos a trabajar para Él (Mateo 11:29), tendremos la
recompensa de un empleado que intentó estafar al Empleador más poderoso del
Universo. Él dijo que dejáramos de preocuparnos por la comida y la ropa, y cómo
vamos a obtenerla (Mateo 6:25-33), y que en vez buscáramos primero construir el
reino multinacional de amor de Dios. Él dijo que, si hacemos eso, Dios mismo se
encargará de nuestras necesidades materiales. Él dijo que debemos renunciar a
todos nuestros bienes materiales si queremos ser uno de sus discípulos. (Lucas
14:33)
¿Entonces que ha hecho la iglesia con esta y otras instrucciones específicas sobre
desafiar a la raíz de todos los males? Ellos nos han dicho que todas estas
enseñanzas de Jesús y de Pablo significan poco más que tenemos que intentar
moderar nuestra avaricia. Está bien pasar tu vida ganando dinero si lo haces por
tu familia, y si no haces nada inmoral o ilegal para hacerlo, y si das un porcentaje
a la iglesia. “Renunciar” a las riquezas, ellos dicen, simplemente significa compartir
un poco de ellas con la gente correcta de vez en cuando.
Hay una especie de estereotipo mítico en las iglesias de una persona
extremadamente avara, que nada en piscinas llenas de diamantes y se frota todo
el cuerpo con dinero como un acto de adoración. La gente de la iglesia sabe que
no deben querer ser como esta persona.
Pero por otro lado, ¿hay algún registro en cualquier parte de la historia de la
iglesia institucional (de todas las denominaciones) donde alguien fue excomulgado
por ser demasiado avaro?
La verdad es que cualquier exceso de avaricia puede ser tolerado por cualquier
iglesia en el mundo. Mientras no rompas una corta lista de otras reglas, puedes
nadar en diamantes si quieres, y entre tú y yo, mientras más diamantes tengas
¡con más ganas te van a recibir! Es precisamente por esta razón de negar
renunciar a las riquezas y atacar a la avaricia, que la iglesia se ha vuelto
completamente inefectiva en ayudar al mundo. El amor al dinero en el mundo ha
causado guerras, explotado a los pobres, conducido al tráfico de drogas, políticos
corruptos y mucho más. Y el amor al dinero en la iglesia ha hecho a la iglesia
virtualmente inútil en cambiar las presentes tendencias de alejarse de Dios.
Diariamente, el mundo crece materialmente, pero también se vuelve más y más
desprovisto espiritualmente.
En el medio del Sermón del Monte, y en el medio de su discurso sobre la avaricia,
Jesús dijo, “Los ojos son como la lámpara del cuerpo. Si tus ojos son claros, tu
cuerpo entero estará lleno de luz; pero, si tus ojos son malos, tu cuerpo entero
estará en la oscuridad. Entonces si la luz en ti resulta ser tinieblas, ¡cuán terrible
será tu oscuridad!”. (Mateo 6:22-23, TEV) En otras palabras, si la iglesia, e
individuos cristianos no pueden comprender claramente sus enseñanzas sobre el
dinero, entonces Jesús está diciendo que no sólo serán inútiles, sino que serán
vistos como contribuyentes a la “terrible oscuridad” en la que el mundo está hoy en
día.
Hemos encontrado que esta enseñanza sobre el dinero es la llave a entender toda
la vida. Es en este mismo capítulo que Jesús hace referencia al Rey Salomón,
quien se cree haber sido la persona más sabia sobre la tierra cuando él estaba
vivo.
Jesús dice que Salomón, con todas sus riquezas, no se vistió tan hermosamente
como Dios viste a las flores de los campos.
En otro lugar (Mateo 12:42) habla de una historia que está registrada en el décimo
capítulo de 1 Reyes, cuando dice que la Reina de Saba cruzó la mitad del mundo
para escuchar la sabiduría de Salomón, y aun así “hay uno más grande que
Salomón aquí”. Está, en aceptar esta enseñanza de Jesús sobre el dinero, la llave
para descubrir sabiduría de la que Salomón apenas pudo rasgar la superficie.
El capítulo final de la Biblia continúa con el tema del bien y el mal. Describe al mal
como una Prostituta (Apocalipsis 17:5) y el bien como una Novia (Apocalipsis
19:7). Ambas mujeres dan lo que nuestra sociedad moderna llama “amor”, pero
una lo hace libremente, mientras que la otra lo hace por el dinero.
Los artistas comúnmente utilizan la palabra "prostituirse" para sí mismos cuando
dejan que la avaricia influencie su trabajo. Y cada uno de nosotros hacemos lo
mismo cuando usamos la vida y los regalos que Dios nos ha dado para ganar
dinero en vez de usarlos para libremente compartir sobre Él y su mensaje de fe y
amor con el resto del mundo.
La Prostituta tiene un nombre. Se llama “Babilonia”. El nombre simboliza todos los
imperios del mundo en la historia humana. Babilonia en particular es más famosa
por haber inventado el dinero. Ellos no inventaron la avaricia, porque la avaricia
existió incluso en los días de trueque, pero inventaron una manera mucho más
eficiente para satisfacer su avaricia.
Las monedas de oro fueron la primera forma de dinero, pero ha evolucionado en
varias formas durante los siglos, mientras los ricos se han vuelto cada vez más y
más ricos.
El Apocalipsis compara también a Dios con un “cordero” que pierde su vida para
salvar al mundo. (Apocalipsis 5:6) La antítesis de este pobre cordero inmolado es
una “Bestia” beligerante. La Bestia está representada por una “Marca”, que
eventualmente será implementada en el dorso de la mano o en la frente de todos,
y sin ella no podrán comprar ni vender (Apocalipsis 13:16-18). Este es el último
paso en la evolución del dinero, ¡y fue profetizado en la Biblia hace casi 2 mil
años!
Gradualmente se está volviendo conocimiento general que el mundo está muy
cerca de ese punto en la historia en el que la profetizada Marca será puesta en
circulación mundial, en la forma de un microchip implantado en el dorso de la
mano (o en la frente si tu mano ha sido amputada). La gente podrá pasar su mano
por un escáner para transferir fondos electrónicamente de una cuenta a otra en la
inminente “sociedad sin efectivo”. Esto no es un delirio fanático. Todo se está
poniendo en marcha ahora mismo. Puedes leer sobre esto en casi cualquier lugar
en la Prensa secular.
La Biblia dice que si alguno acepta la Marca será condenado eternamente.
(Apocalipsis 14: 9-10)
¿Acaso la iglesia está preocupada por eso? ¿Se hacen reuniones para ajustar su
estructura financiera para sobrevivir sin tomar la marca? Claro que no. De hecho,
si el tema surge, es rápidamente seguido con argumentos a favor de la Marca, y
en contra de todos aquellos que lo ven como malvada. La raíz de todos los males
está llevando a la iglesia institucional directo a las manos del Príncipe de la
Oscuridad mismo, y solo necesitaba el amor al dinero para hacerlo.
Hay una pequeña e interesante nota en el versículo del Apocalipsis sobre la Marca
de la Bestia. Dice, “Aquí hay sabiduría. Al que tenga entendimiento, que cuente el
número de la Bestia, porque es número de hombre, y su número es 666”.
(Apocalipsis 13:18)
Aquí hay sabiduría. La sabiduría puede volverse un objetivo consumidor de toda
nuestra vida, si tomamos la lección de Rey Salomón y como buscaba la sabiduría.
¿Queremos saber la verdad? ¿Queremos un corazón sincero? ¿Queremos un
hambre y sed para la rectitud? ¿Queremos sabiduría? Este versículo me dice que
busquemos entender el significado del número 666 si deseamos tener sabiduría.
Queríamos saber si el número 666 aparece en un otro parte de la Biblia. Y sí
aparece. El número 666 aparece en sólo otro lugar, y es, curiosamente, en el
mismo capítulo a que Jesús estaba refiriendo cuando él habló sobre tener mayor
sabiduría que Salomón. Está en 1 Reyes 10:14.
Este capítulo nos dice que la Reina de Saba trajo muchos regalos a Salomón, a
cambio de escuchar su sabiduría. Otros también vinieron ofreciendo regalos. Y en
un año, Salomón recibió 666 talentos de oro como paga por escuchar su
sabiduría. Ves, Salomón tenia sabiduría de algún tipo, pero él lo usó para ganar
dinero. Jesús tiene una sabiduría más grande, que pudo ver el engaño del mito del
dinero. El vio que el amor al dinero es la raíz de todos los males.
La búsqueda por sabiduría empieza con Salomón; y hace un círculo completo
hacia él. Y la paradoja es que, cuando vuelve a Salomón, descubrimos que él fue
el impostor de lo verdadero. Hay algo mejor que Salomón, y son las enseñanzas
de Jesús. Las enseñanzas de Jesús nos dicen que 666 talentos de oro carecen
valor (sin importar si es en bienes, lingotes de oro, cheques, dinero, acciones, o
dinero electrónico), y que la fe en Dios y un manojo de flores salvajes es más
valioso que todo esto. Las enseñanzas de Jesús nos dicen que podemos tener
toda la riqueza del mundo, ser un rey poderoso, tener monarcas circulando toda la
Tierra para escucharnos, y aún así no tendríamos nada si no seguimos a Dios.
Las enseñanzas de Jesús nos dicen que la relativamente corta historia de la raza
humana ha sido poco más que un experimento, para ver si usábamos nuestras
vidas para trabajar por la raíz de todo lo bueno o trabajando para la raíz de todos
los males. Nuestro destino eterno se determina por cuál “maestro” vamos a elegir
para servirle.
Lo que hemos hablado en este artículo ha sido la raíz de todos los males, y la
“llave” para destruirla. Hay mucho más que puede ser dicho. Pero nada de esto
nos sirve a menos que estemos dispuestos a actuar conforme con la verdad que
Jesús habló. Nuestra palabrería sobre la fe, el amor y la sinceridad se vuelve
farfulla sin sentido a menos que estemos preparados, en obediencia al Creador
del Universo, a soltar de nuestra riqueza y dedicar nuestras vidas a ayudar a los
demás y en obedecer a Dios… sin pensar en la comida o la ropa.