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Salud Publica

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ADMINISTRACIÓN EN LOS SERVICIOS DE SALUD

La administración en salud o administración sanitaria es la ciencia social y técnica


relacionada con la planificación, organización, dirección y control de las empresas
públicas y privadas del sector salud, mediante la optimización de recursos
financieros, tecnológicos y humanos. En otras palabras, la administración en salud
es la administración de empresas aplicada a las empresas proveedoras de bienes
y servicios de salud, que resulten en la recuperación o mejora en la salud de las
personas usuarias, a quienes -dentro del establecimiento de salud se les
denominan pacientes.
Es la capacidad de gestionar, administrar y financiar las empresas e instituciones
de salud, adecuarlas a las exigencias dadas por los nuevos sistemas de
prestación de servicios, actualizar su infraestructura y dotación donde se requiera,
ajustarse a los procesos de descentralización y modernización de los servicios
públicos, mejorar la prevención, promoción, diagnóstico y atención en salud,
aplicar los mecanismos tendientes a mejorar la calidad, eficiencia y coberturas de
los servicios en todos los niveles.
La administración de servicios de salud es una de las disciplinas de la salud
pública. Su función es la integración eficiente y efectiva de los recursos humanos,
físicos y económicos para lograr una atención óptima de servicios de salud al
paciente. El/la administrador/a procura que los recursos disponibles para la
promoción, protección y restauración de la salud sean aplicados tomando en
consideración el conocimiento científico vigente sobre la salud y la enfermedad.
El desarrollo de las actividades en los servicios de Salud es un proceso de alta
complejidad, ya que no se relaciona únicamente con alcanzar los resultados
esperados en la planificación, sino que tiene que ver con todos los elementos,
visibles y no visibles, que deben darse para lograr dichos resultados. Superados
los primeros momentos de la gestión en los servicios (definir objetivos generales,
proyectos, asignar recursos y personal) es indispensable garantizar el
cumplimiento de lo resuelto, momento en el que surge una serie de
complicaciones y obstáculos de carácter logístico y de naturaleza humana que a
veces llegan hasta a neutralizar la acción en las unidades operativas.
¿Cuáles son las fases de la planificación sanitaria?
Las fases de la planificación sanitaria pueden variar en relación a los términos
empleados para definirla, pero esencialmente las fases son las mismas y, de
hecho, comunes a la planificación en cualquier ámbito. Se describen
fundamentalmente seis:
Caracterización de la situación
Implica conocer las necesidades de salud de la comunidad, los factores que la
están determinando y los recursos con los que cuenta. Esta primera fase ya
permite tener datos más objetivos de la situación real y facilitará más adelante el
establecimiento de objetivos estratégicos.
Definición de prioridades
La limitación de recursos implica elegir a qué van a ser asignados de forma
prioritaria. Para esa decisión se toma en cuenta, entre otras variables, la magnitud
del problema y las posibilidades que existen de solucionarlo.
Establecimiento de objetivos
Ya se sabe qué problemas son prioritarios, ahora toca establecer los objetivos
concretos que perseguimos, tanto generales como específicos. Una definición
clara de objetivos no solo guiará todo el programa, sino que facilitará mucho otras
fases de la planificación, como la evaluación.
Elección de actividades y recursos
Una vez se ha definido a dónde se quiere llegar, hay que establecer las vías
concretas por las que vamos alcanzar ese objetivo. Toca definir las actividades,
sus objetivos específicos, los responsables de la ejecución y los destinatarios
concretos de cada actividad; las fechas claves y muy importante, distribuir los
recursos.
Ejecución de las actividades
Uno de los momentos más delicados de todo el proceso de planificación es la
ejecución, donde se impone motivar y lograr la implicación activa de todos los
actores claves.
Evaluación
Momento en el que evaluamos si se han alcanzado los objetivos establecidos y se
valora la necesidad de insertar cambios. Hay que tener en cuenta que, como en
todo proceso dinámico, estas fases no son lineales, sino que pueden ocurrir a la
par, por ejemplo, evaluar es algo que se hace en cada etapa y que puede llevar a
cualquier punto del proceso de planificación si se considera necesario.
ELEMENTOS BÁSICOS DE LA ADMINISTRACIÓN SANITARIA
Este proceso administrativo formado por 4 funciones fundamentales, planeación,
organización, ejecución y control. Constituyen el proceso de la administración. Una
expresión sumaria de estas funciones fundamentales de la administración es:
1. LA PLANEACION para determinar los objetivos en los cursos de acción que van
a seguirse.
2. LA ORGANIZACIÓN para distribuir el trabajo entre los miembros del grupo y
para establecer y reconocer las relaciones necesarias.
3. LA EJECUCIÓN por los miembros del grupo para que lleven a cabo las tareas
prescritas con voluntad y entusiasmo.
4. EL CONTROL de las actividades para que se conformen con los planes.

La planificación y la organización son identificables con el proceso de pensar


y la dirección y la evaluación es el hacer, la fase de pensar es necesaria en
cualquier proceso de administración.

LA ADMINISTRACIÓN HOSPITALARIA
Es una especialidad de la administración en salud enfocada a la autonomía de la
gestión de los servicios y de las instituciones hospitalarias. En el pasado, la
administración de un hospital estaba a cargo de uno de los médicos de mayor
antigüedad. En América Latina, la administración hospitalaria se fortaleció como
especialidad desde la descentralización de los hospitales, por lo tanto,
históricamente se divide en dos periodos, uno de valores modernos y otro de
valores posmodernos. Al igual que la gestión de empresas industriales, la
administración hospitalaria se basa en estrategias para conseguir una mejor
relación entre la calidad, precios y esfuerzos por lograr eficacias, efectividades y
eficiencias en los servicios del hospital.
La administración hospitalaria y, en general, la administración de centros
sanitarios, requiere de profesionistas cualificados y preparados en la gestión,
administración y gerencia de hospitales, sanatorios y clínicas.
Para ser exitosa, la dirección de unidades de salud debe estar a cargo de
personas con vocación, liderazgo, organización y capacidad de planeación. De la
misma manera, debe priorizar la calidad y una atención óptima encaminada a
satisfacer todo tipo de necesidades.
En suma, el centro hospitalario debe tener en cuenta que su objetivo más
importante es la atención del paciente. Para conseguirlo, el papel de la gerencia
hospitalaria es prioritario.
5 claves para dirigir centros sanitarios que busquen la excelencia. La finalidad:
ofrecer a pacientes y familiares la mejor atención posible precisamente cuando
más lo necesitan.
1) Vocación: la clave está en el principio
Al margen de que el centro sanitario sea público o privado, la vocación de servicio
y atención al prójimo en materia de salud debe ser el punto de partida para la
calidad y la excelencia.
La vocación, que puede ser al mismo tiempo pasión y compromiso, es un valor
que el director debe transmitir al personal sanitario, al personal administrativo y, en
general, a cualquier equipo que intervenga en el trabajo habitual de un centro
hospitalario.
2) La prioridad es el paciente
La administración hospitalaria reconoce cuatro áreas o campos de acción en su
trabajo habitual: la atención médica, la administración, el mantenimiento y los
servicios.
En todos los casos, la prioridad del gerente hospitalario es que esas cuatro áreas
se coordinen con base en un eje prioritario: la atención a las necesidades del
paciente.
3) Conocimientos de los procesos administrativos
La administración hospitalaria es la organización e integración de los recursos
disponibles en una planeación con objetivos específicos.
Coordinar y gestionar procesos administrativos en el ámbito de los servicios
sanitarios requiere una serie de conocimientos que pasan por la administración y
la gerencia, pero también por el sector de la salud, la organización y los procesos
hospitalarios y clínicos.
4) Planeación estratégica y proyección de la institución
Forme parte del sector público o del sector privado, el director de centros
sanitarios es el responsable de planear a mediano y largo plazo una estrategia
que permita incrementar el prestigio y la proyección de la institución que dirige.
Para conseguirlo, es necesario contar con conocimientos en las áreas de la
administración, pero también de la mercadotecnia, de la organización corporativa y
de los negocios.
El punto de partida será siempre el conocimiento de los productos que ofrece la
institución, del lugar que ocupa en el contexto de su especialidad y de los peligros
o las amenazas a las que debe enfrentarse.
5) Valoración del factor humano
La excelencia de una institución sanitaria pasa necesariamente por uno de los
recursos más importantes de toda organización: el factor humano.
Lograr que una institución de atención sanitaria se posicione como una referencia
de calidad demanda un gerente con capacidad de liderazgo, que solucione
conflictos y reduzca el estrés laboral.
De la misma manera, el personal de una institución sanitaria será más eficiente
cuando más cálido, respetuoso y amable sea el trato que recibe. Su motivación y
el reconocimiento de su desempeño son factores que abonan y repercuten en la
calidad de su trabajo.
La Salud Pública
Es una especialidad no clínica de la medicina enfocada en la promoción,
prevención e intervención de la salud desde una perspectiva multidisciplinaria y
colectiva, ya sea a nivel comunitario, regional, nacional o internacional, es decir,
no centrada en el individuo, sino en el colectivo.
En este sentido, sus funciones son principalmente la gestión, vigilancia y
mejoramiento del nivel de salud en la población, así como la prevención, el control
y la erradicación de enfermedades. Además, se encarga de desarrollar de políticas
públicas, garantizar el acceso y el derecho al sistema sanitario, crear programas
educativos, administración de servicios e investigación. Incluso, tareas referentes
al saneamiento ambiental, el control de la calidad de los alimentos, entre otras
cosas, pueden formar parte de sus competencias.
Debido a la amplitud de sus funciones, en la salud pública confluyen múltiples
disciplinas orientadas a la administración del sistema sanitario, como la medicina,
la farmacia, la veterinaria, la enfermería, la biología, la pedagogía, la psicología
social y conductual, el trabajo social, la sociología, la estadística, etc.
La salud pública puede ser administrada por una comunidad organizada, por un
organismo estatal o por uno internacional. Normalmente, cada país cuenta con su
correspondiente Ministerio de Salud o Secretaría de Salud, que es el organismo
del Estado responsable de velar por las condiciones de salud de la población. Del
mismo modo, existen organismos internacionales, como la Organización
Panamericana de la Salud (OPS) o la Organización Mundial de la Salud (OMS),
creados para la gestión de políticas de prevención y cuidados de la salud a niveles
supranacionales.
RELACIÓN ENTRE SALUD PÚBLICA Y ADMINISTRACIÓN SANITARIA
La salud pública es un concepto amplio cuya utilización dentro y fuera del ámbito
de la sanidad ha hecho que cuando lo usamos tengamos siempre que poner algún
apellido o añadido que marque y acote el ámbito de actuaciones en que nos
queremos mover. Es frecuente que salud pública sea sinónimo de sanidad pública
y se enfrente al término sanidad privada, lo que lleva a múltiples confusiones y lo
de un componente "ideológico" que no beneficia en nada a la salud pública.
Salud pública son aquellas acciones sanitarias dirigidas a la colectividad, al
conjunto de la población o enfocadas desde un punto de vista poblacional.
Obviamente la definición es muy simple, demasiado, pero para el tema que nos
ocupa suficiente (por las razones de multiprofesionalidad y transversalidad de la
salud pública) y nos permite diferenciar el término de otras acciones como
actividades de salud comunitaria dirigidas más a grupos o colectivos específicos.
El delimitar el campo a las acciones de prevención de la enfermedad y promoción
de la salud también nos sirve para marcar la frontera con la asistencia sanitaria y
los cuidados de salud.
Nuestras conclusiones son sencillas; es necesario volver a plantear la importancia
de las actividades de salud pública, que ocupan en la actualidad una posición
marginal en el sistema sanitario con poco protagonismo y escaso reconocimiento
de los profesionales que a ella se dedican, profesionales que han de ser múltiples
y adecuados a los objetivos que se pretenden conseguir, objetivos que en los
países desarrollados han cambiado según han ido variando los patrones de
mortalidad y de morbilidad de la población, condicionados por el desarrollo
sociosanitario y el envejecimiento poblacional. Es preciso desarrollar las
competencias profesionales; estas competencias se deben definir como estamos
señalando a partir del análisis de las funciones y de las actividades específicas
necesarias para desarrollarlas.

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