Clase 5 El Nuevo Nacimiento
Clase 5 El Nuevo Nacimiento
Clase 5 El Nuevo Nacimiento
Clase 5
Seguramente esta aclaración sorprendió a Nicodemo. Acaso, ¿No era él judío, descendiente de
la nación escogida por Dios?, ¿No era él un buen hombre, muy moral? ¿No era maestro de la ley?,
la respuesta es Sí, pero aún no había nacido de nuevo.
El Señor Jesús declaro en este pasaje la necesidad absoluta del ser humano de “NACER DE
NUEVO”, no importa quien seas, tenemos que NACER DE NUEVO, no hay otra manera de llegar a
ser Hijos de Dios.
Luego Jesús le dijo a Nicodemo, lo que esto representaba en San Juan 3:14-15.
Así como los israelitas fueron salvados de una muerte física por mirar con fe a la serpiente en
el asta o poste, así nosotros somos salvados de la muerte eterna por mirar con fe al Señor Jesús
en la Cruz del Calvario.
Pero, desde el momento en que tomamos la decisión de seguir a Cristo, y nos comprometimos
a vivir con y para Él, Dios realiza varias obras milagrosas en cada uno de nosotros, veamos algunas:
a) Redención:
Uno de los frutos es que “Dios nos perdona el pecado”. Jesús al morir por nosotros nos redimió
y el precio fue su sangre. Efesios 1: 7, la medida de lo que Dios nos ha perdonado tiene relación
con “las riquezas de su gracia”, si pudiéramos medir la gracia de Dios (su favor, regalo inmerecido)
entonces podríamos ver lo que Él nos ha perdonado, porque su gracia es infinita.
b) Lavamiento:
“Somos limpios de nuestros pecados”. Efesios 5:25-26, nos salvó de nuestros pecados y nos
hizo una nueva creación 2 Corintios 5:17. El Espíritu Santo produce una maravillosa
transformación.
c) Regeneración:
“Somos renacidos”. Juan 3: 5. Dios nos da un espíritu Nuevo, y nos da su Espíritu para que
more en nuestro espíritu Nuevo. Ezequiel 36:26-27. También es necesario aclara que nuestra vieja
naturaleza no es quitada de nosotros, sino que Dios nos da Su Vida para vencerla. Nuestra
naturaleza vieja no será quitada hasta que Jesús venga por nosotros, pero con el Espíritu Santo
morando en nosotros podemos vencer los deseos pecaminosos de esa vieja naturaleza.
d) Justificación:
“Tenemos paz con Dios” Romanos 5:1 y Romanos 3:24. Ha terminado la guerra y las
enemistades, por medio de la obra de Cristo hemos pasado de enemigos a amigos de Dios.
e) Adopción:
“Somos hijos de Dios” Romanos 8: 15 y 1 Juan 3:1. Cuando alguien recibe a Cristo no es para
ser esclavo, sino que pasa a ser de la familia de Dios como su hijo, por lo que le podemos llamar:
¡Abba Padre!, esto dignifica “PAPITO”; así podemos llamar a nuestro Dios, que además que es tan
grande, está íntimamente cercano a nosotros.
f) Aceptación:
“El Padre nos recibe” Efesios 4:5-6 Él podría habernos salvado sin hacernos sus hijos, pero
escogió ambas cosas. Fuimos adoptados por medio de la muerte, sepultura y resurrección de
Cristo.
g) Vida Eterna:
“tenemos una esperanza de vida” San Juan 5: 24 y 1 Juan 5:11-12. Ahora que somos hijos de
Dios Tenemos una vida eterna que es la vida de Jesucristo, por lo tanto tenemos acceso por la
gracia inmerecida que recibimos a través de cruz. Esto hace posible que seamos victoriosos sobre
el mundo, la carne, y el diablo.
b- La Palabra de Dios
Cuando nacemos de nuevo, el Espíritu de Dios hace que la Palabra de Dios sea real y activa en
nuestro corazón y sabremos mediante la Palabra de Dios que somos salvos. 1 Juan 5:13
c- Nuestras Acciones
Cuando de verdad hemos nacido de nuevo, nuestra manera de vivir cambiará. Desearemos
obedecer a Dios. Empezaremos a amar las cosas que son correctas y a odiar las cosas que son
malas. Tendremos amor en nuestro corazón por los inconversos y desearemos que sean salvados.
También amaremos a otros cristianos. 1 Juan 3:14.
7. CONCLUSION
La vida cristiana es la mejor manera de vivir sobre la tierra. En ella se experimenta la genuina
felicidad. Solo debemos cumplir con un requisito: no andar en el terreno del enemigo, porque,
aunque Dios nos da todo, de la misma manera, nos exige que le entreguemos a Él todo lo que
somos.
Si alguien aspira a ser reconocido como cristiano e ingresar al reino de Dios para gozar de la
herencia de la vida eterna, debe experimentar el nuevo nacimiento, que consiste en renunciar a
ser dirigido por los deseos de la carne para empezar a ser guiado por el Espíritu Santo a través de
la Fe en la Palabra de Dios.