Ii Congreso Internacional de Derecho Procesal Del Trabajo: Magistrado Juan Rafael Perdomo
Ii Congreso Internacional de Derecho Procesal Del Trabajo: Magistrado Juan Rafael Perdomo
Ii Congreso Internacional de Derecho Procesal Del Trabajo: Magistrado Juan Rafael Perdomo
Coordinador
II CONGRESO
INTERNACIONAL
DE DERECHO
PROCESAL
DEL TRABAJO
MÁXIMAS DE LOS TRIBUNALES
SUPERIORES DEL TRABAJO
DEL CIRCUITO JUDICIAL DEL TRABAJO
DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL
DEL ÁREA METROPOLITANA DE CARACAS
(enero-junio 2004)
KHW1871
C749
II Congreso Internacional de Derecho Procesal del Trabajo.
Máximas de los Tribunales Superiores del Trabajo del Circuito
Judicial del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Área Me-
tropolitana de Caracas (enero-junio 2004): / Juan Rafael Perdomo,
coordinador. -- Caracas: Tribunal Supremo de Justicia, 2005.
II CONGRESO INTERNACIONAL
DE DERECHO PROCESAL
DEL TRABAJO
Máximas de los Tribunales Superiores
del Trabajo del Circuito Judicial del Trabajo
de la Circunscripción Judicial
del Área Metropolitana de Caracas
(enero-junio 2004)
Palabras Preliminares
En julio del presente año se llevó a cabo, en la sede del Tribunal Supremo de
Justicia, el II Congreso Internacional de Derecho Procesal del Trabajo,
organizado por la Sala de Casación Social, con la participación de trece
ponentes en representación de nueve países: Austria, Alemania, Argentina,
Brasil, Cuba, España, Estados Unidos, Italia, Irlanda y Venezuela.
Esperamos que este libro sea recibido por la comunidad jurídica a quien
se dirige con la misma aceptación con que han sido acogidas las anterio-
res publicaciones de nuestra Fundación Gaceta Forense y que el mismo
contribuya a su mejor formación. Aprovechamos la oportunidad para
reiterar el agradecimiento, del Órgano colegiado que presido, a los par-
ticipantes en el evento citado.
Contenido
El Proceso Oral
SUMARIO:
*
Tribunal Supremo de Justicia, Sala de Casación Social, Magistrado Vicepresidente.
10 Juan Rafael Perdomo
procesales se prevé la conciliación antes del juicio oral (caso España), pero
el juez está limitado por la normativa y no puede avanzar criterio, aunque es
obligatoria la comparecencia al procedimiento conciliatorio y es un requisi-
to preliminar (caso España).
ría de los países concurrentes a este evento, la duración sobrepasa los resul-
tados de la reciente experiencia venezolana.
Por lo antes señalado, hay que distinguir como fuente de esta Ley la Constitu-
ción de la República Bolivariana de Venezuela. Sin la vigencia de este texto no
era posible crear una Ley como la comentada; sin olvidar la legislación y doc-
trina extranjeras que han contribuido con su elaboración.
4. ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Estas reformas van a influir en el proceso civil en el siglo XX, es decir, las
observaciones iniciales sobre la calidad del proceso encontraron eco en el
sistema judicial imperante, y es por esta razón que lentamente se producen
reformas procesales. Si se revisa la legislación procesal europea nos damos
cuenta que los procedimientos eran formales. Hubo un predominio del elemen-
to escrito. Estaban vigentes las máximas de derecho común: nemo iudex sine
actore y ne procedat iudex ex officio. (Artículo 11 de Código de Procedimiento
Civil vigente en Venezuela). Se impuso el principio de que lo que no está en el
expediente no está en el mundo.
Los actos procesales tenían que constar en las actas. Ese proceso escrito su-
primió la inmediación entre el juez y las partes. (Artículo 25 del Código de
Procedimiento Civil). Las pruebas eran asumidas por terceras personas. Falta-
ba, además la publicidad como elemento característico de la oralidad. Por esto
es que en el proceso antiguo las partes eran las dueñas de sus causas (Artículo
11 del Código de Procedimiento Civil). Los jueces debían atenerse a las normas
de derecho, a lo alegado y probado en autos (Artículo 12 del Código de Proce-
dimiento Civil). Nuestro vigente Código de Procedimiento Civil, a pesar de la
reforma sufrida, conserva esa herencia cultural, es decir, el principio dispositi-
vo y el principio de verdad procesal y legalidad.
Todo este esquema judicial sufrió algunas modificaciones durante el siglo XIX
mediante la renovación procesal que significó el principio de la oralidad. A
partir de 1850, cuando se publica el Código de Procedimiento Civil de Hanno-
ver, se utilizó la oralidad y se descartó la escritura, pero esta reforma no dio el
resultado que se esperaba.
Entre las bases para la preparación del Código Procesal Civil –vigente en Vene-
zuela– se acordó la implantación del proceso oral, como la solución más eficaz
contra la excesiva duración del proceso penal, civil o laboral y que el juez debía
estar dotado de amplias facultades para declarar inadmisible la demanda, cuan-
do careciera de los requisitos formales exigidos en la ley procesal. Sólo que la
cuantía señalada en dicho texto limitó la eficacia del mismo en cuanto al proce-
so por audiencia.
5. PROBLEMAS COMUNES
Sin embargo, en materia laboral el tema ha sido resuelto por el Tribunal Supremo
de Justicia. Para este momento se han construido y remodelado sedes, el uso de
una tecnología moderna, equipos, recursos humanos, que están atendiendo los
requerimientos de justicia en nuestro país como ya se afirmó anteriormente. Debe
aclararse que se ha hecho un esfuerzo en materia penal, en materia laboral y en
este momento en lo concerniente a la aplicación adecuada de la Ley Orgánica
para la Protección del Niño y del Adolescente. El mejor esfuerzo está en el sector
laboral. En cuanto a las demás materias: civiles, mercantiles, tributarias, conten-
cioso administrativo, requieren un tratamiento igual para que el acceso a la justi-
cia se cumpla como lo ordena la Constitución. La morosidad tiene su
correspondencia con los problemas señalados entre otros.
6. SOLUCIONES
Harald SCHLIEMANN*
SUMARIO:
*
Corte Federal del Trabajo, Juez Presidente.
Bajo la colaboración del Doctor Jens Suckow, Juez del Tribunal del Trabajo, actualmente colaborador
científico en la Corte Federal del Trabajo.
24 HARALD SCHLIEMANN
INTRODUCCIÓN
El juicio oral es uno de los principios más importantes del derecho procesal
alemán. La siguiente exposición proporciona una vista general sobre los impe-
rativos normativos vigentes para el juicio oral ante los tribunales para asuntos
laborales, sus antecedentes político-legales, el desarrollo del juicio oral, así
como el alcance del principio de oralidad.
El poder judicial alemán es ejercido por cinco jurisdicciones autónomas entre sí,
la jurisdicción ordinaria (general), la jurisdicción laboral –estas dos conforman
las jurisdicciones civiles– , así como la jurisdicción contencioso-administrativa
(general), la jurisdicción social y la jurisdicción fiscal –las tres últimas son tribu-
nales administrativos en cuanto a la materia. El procedimiento en estas cinco
jurisdicciones está reglamentado en los respectivos códigos de procedimiento.
A pesar de que el legislador reglamentó los procedimientos de forma diferente
para cada jurisdicción, estos cinco códigos de procedimiento tienen en común el
Principio de Oralidad.1 Este es un derecho constitucional, que le asiste a toda
1
Comparar los procesos ante los tribunales del trabajo Artículo 46 ArbGG (Ley Alemana de Tribunales
del Trabajo) en conexión con el Artículo 128, párrafo 1 ZPO (Código Alemán de Procedimiento Civil), ante
los tribunales civiles generales (ordinarios) Artículo 128, párrafo 1 ZPO (Código Alemán de Procedimien-
to Civil), para el procedimiento penal Artículo 226 StPO (Código Alemán de Enjuiciamiento Criminal), para
el procedimiento del tribunal administrativo, Artículo 101, párrafo 1 VwGO (Código Alemán de Tribunales
Administrativos), para el procedimiento ante los tribunales de lo social Artículo 110 SGG (Ley Alemania
de Tribunales Sociales).
EL JUICIO ORAL EN LA JURISDICCIÓN LABORAL... 25
persona, de ser oído ante los tribunales, el cual está garantizado en el Artículo
103 párrafo 1 de la Ley Fundamental de la República Federal de Alemania2 (Ar-
tículo 103 Abs. 1 GG), y además está estrechamente relacionado con la garantía
de un procedimiento judicial público,3 que está prevista4 en el Artículo 6, párrafo
1, inciso 1 de la Convención para la Protección de los Derechos Humanos y de las
Libertades Fundamentales.5
La jurisdicción laboral alemana, a la que le compete decidir sobre las controver-
sias jurídicas enumerados en el catálogo de competencias de los artículos 2 a 3
de la Ley de Tribunales del Trabajo (ArbGG),6 está dividida en tres instancias:
el Tribunal del Trabajo como primera instancia uniforme, el Tribunal Superior
del Trabajo (Landesarbeitsgericht) como instancia de apelación y de recurso,
así como la Corte Federal del Trabajo como instancia de casación. En el proce-
dimiento de primera instancia ante el Tribunal del Trabajo, el cual está integra-
do por el Presidente que es un juez de carrera y dos jueces legos,7 está arraigado
especialmente el principio de oralidad.
2
Ley Fundamental de la República Federal de Alemania del 23 de mayo de 1949 (Gaceta
Oficial. Parte I, p. 1)
3
Comparar Klein, Die Grundsätze der Öffentlichkeit und Mündlichkeit im Zivilprozeß, Colo-
nia 1985.
4
Comparar además Artículo 169, párrafo 1, inciso 1 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de
Alemania (GVG) del 27 de enero de 1877 en la redacción del 9 de mayo de 1975 BGBl I 1077;
modificada por la ley del 12 de junio de 2003, BGBl I 838, conforme a la cual la vista de la causa
ante el tribunal que conoce e incluso el pronunciamiento de las sentencias debe ser público y
dentro de un plazo razonable.
5
Convención para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales del
4 de noviembre de 1950 en la redacción del Protocolo Nº 1 (EMRK). Artículo 6, párrafo 1,
inciso 1 EMRK que dice:
“Toda persona tiene derecho a que su causa sea oída equitativa, públicamente y dentro de un plazo
razonable por un tribunal independiente e imparcial, establecido por la ley, que decidirá los litigios
sobre sus derechos y obligaciones de carácter civil o sobre el fundamento de cualquier acusación
en materia penal dirigida contra ella”.
6
Ley de Tribunales del Trabajo en la redacción de la notificación del 2 de julio de 1979, BGBl I,
p. 853, modificada por el reglamento del 25 de noviembre de 2003, BGBl I p. 2304.
7
Cada Cámara del Tribunal del Trabajo está integrada por un Presidente y un juez lego elegido de
los círculos del patrono, Artículo 22 de la Ley de Tribunales del Trabajo, y un juez lego elegido de
los círculos del trabajador, Artículo 23; Artículo 16, párrafo 2 de la Ley de Tribunales del Trabajo.
26 HARALD SCHLIEMANN
El Código de Procedimiento Civil Alemán8 consolida el imperativo fundamental
del principio de la oralidad en el Artículo 128 del Código de Procedimiento Civil
(ZPO). La Ley de Tribunales del Trabajo se fundamenta en las disposiciones
del Código de Procedimiento Civil.
La disposición del Artículo 128 párrafo 1 ZPO, que también se9 aplica a los proce-
dimientos ante los tribunales en materia laboral, dispone en pocas palabras:
Las partes tramitan el litigio por vía oral ante el tribunal que conoce
del asunto.
El código de procedimiento de la jurisdicción ordinaria le da la posibilidad al
tribunal de tomar una decisión sin juicio oral con el consentimiento de las partes
(Artículo 128 párrafo 2 ZPO), pero el principio de oralidad en los procedimientos
de sentencia ante los tribunales del trabajo no está a disposición ni de las partes
ni del tribunal. El Artículo 46, párrafo 2, inciso 2 ArbGG establece expresamente la
no aplicabilidad del Artículo 128, párrafo 2 ZPO.
La norma básica del Artículo 128 ZPO permite dos excepciones. Si el tribunal
debe resolver por sí solo sobre las costas judiciales, la providencia podrá ser
tomada sin necesidad de un juicio oral, Artículo 46, párrafo 2, inciso 1 ArbGG,
en conexión con el Artículo 128, párrafo 2 ZPO.10 Conforme al Artículo 129,
párrafo 4 ZPO y de acuerdo con este principio se podrán dictar decisiones, que
no sean sentencias, sin juicio oral. En estos casos no decide, en principio, la
Cámara sino el Presidente solo, Artículo 53, párrafo 1 ArbGG. En lo que se
refiere a las llamadas “otras decisiones” se pueden mencionar todas las dispo-
8
Código de Procedimiento Civil del 30 de enero de 1977, entró en vigencia el 1º de octubre de
1879, en la redacción del 12 de septiembre de 1950, BGBl I 455, modificado por última vez
mediante Ley del 5 de mayo de 2004, BGBl I 718.
9
Artículo 128, párrafo 1 ZPO: originalmente se aplicaba a los procedimientos ante los tribunales
civiles ordinarios. La norma de remisión del Artículo 46, párrafo 1, inciso 1 de la Ley de
Tribunales del Trabajo, también se aplica al procedimiento de la jurisdicción laboral.
10
Las decisiones sobre costas en forma de auto resultan del Artículo 128, párrafo 4 ZPO. La
norma del Artículo 128, párrafo 3 ZPO, tiene un significado independiente, por ejemplo, para las
sentencias finales sobre costas.
EL JUICIO ORAL EN LA JURISDICCIÓN LABORAL... 27
siciones y autos judiciales, como la decisión sobre la jurisdicción local del
tribunal 11 respectivo; el otorgamiento de ayuda para el pago de las costas
judiciales; si no se cumple un plazo perentorio, el restablecimiento total al
estado anterior; la denegación de una notificación pública; la admisión adicio-
nal de una demanda de protección contra despido y la fijación de la cuantía
litigiosa con el fin de calcular los honorarios profesionales de abogado. 12
De forma similar se aplicará a las decisiones en el procedimiento sobre una
disposición provisional: es potestad discrecional del tribunal decidir si realiza
un juicio oral. Cuando se trate de casos de especial urgencia (comparar Artícu-
lo 63, párrafo 2 ArbGG, Artículo 937 párrafo 3 ZPO), el tribunal se abstendrá de
fijar una fecha para el juicio oral.
La regla que estipula que las decisiones que no sean sentencias se pueden
dictar sin juicio oral, también tiene sus excepciones. Así por ejemplo, el Artícu-
lo 322, párrafo 3, inciso 1 ZPO dispone que la rectificación de los hechos es
posible mediante resolución sólo después de sustanciar un juicio oral.
La esencia del juicio oral radica en debatir el litigio estando presentes ambas
partes ante el tribunal que conoce13 del asunto. El principio de oralidad está
asociado al principio de inmediación y materializa el derecho de ser oído.
El principio de oralidad contribuye a la materialización del derecho que tiene cada
parte de ser oído en juicio, tal como está contemplado constitucionalmente en el
Artículo 103, párrafo 1 de la Ley Fundamental de la República Federal de Alema-
nia.14 En el transcurso del proceso judicial, cada parte tendrá la oportunidad de
expresarse sobre el estado del proceso. Por tal motivo, el fundamento de la deci-
sión del juez es sólo la materia litigiosa sobre la cual el tribunal ha concedido a las
partes el derecho de ser oídas.15 El derecho de ser oído en juicio –distinto a lo que
11
En contraposición a esto, la decisión sobre la vía legal admisible tiene que ser tomada por la
Cámara, Artículo 48, párrafo 1, numeral 2 de la Ley de Tribunales del Trabajo.
12
Otros ejemplos de decisiones que no requieren un juicio oral se mencionan en Müller-Glöge en
Germelmann/Matthes/Prütting/Müller-Glöge, Ley de Tribunales del Trabajo, 4ª edición, Artículo
78 número 2.
13
Comparar Greger en Zöller, 24ª edición, ZPO, Artículo 128, número 1.
14
Ley Fundamental de la República Federal de Alemania del 23 de mayo de 1949, BGBl I 1949,
modificada por última vez mediante Ley del 26 de julio de 2002, BGBl I 2863.
15
Detalles al respecto: Germelmann en Germelmann/Matthes/Prütting/Müller-Glöge, Ley de
Tribunales del Trabajo, 4ª edición, Artículo 46 número 30.
28 HARALD SCHLIEMANN
da a entender la palabra “oído”–, no exige que la parte tenga la posibilidad de
expresarse verbalmente. El derecho constitucional de ser oído también se consi-
dera satisfecho en los casos en que el tribunal ofrece a una de las partes la
posibilidad de expresarse en forma escrita sobre los incidentes del proceso.
2.2.2 Inmediación
El principio de oralidad está estrechamente vinculado con el principio de inme-
diación. Este principio indica que el interesado en asistencia legal tiene acceso
directo al tribunal, es decir, que el tribunal mismo y no las declaraciones del
interesado en asistencia legal, ha de admitirlas y que el tribunal mismo ha de
oír, por ejemplo, a los testigos. Esto no excluye, sin embargo, el hecho de que
en casos excepcionales pueda actuar también un juez solicitado por el tribunal.
El principio de inmediación no se opone a que las partes se hagan representar
ante los tribunales (superiores) por un abogado o letrado. Esta obligación de
representación procesal tiene como objetivo proteger al interesado en asisten-
cia legal, ya que por lo general él no es un letrado o no tiene suficientes cono-
cimientos jurídicos.
La implementación significativa del principio de oralidad en la jurisdicción la-
boral tiene su justificación político-jurídica en las particularidades de la rela-
ción laboral en general y del proceso ante los tribunales del trabajo en particular.
Desde el punto de vista del derecho procesal, el juicio oral obligatorio favorece
la igualdad de condiciones entre las partes. El procedimiento ante el tribunal
del trabajo es conducido por las partes. Ellas no tienen que estar representadas
por letrados, sino que pueden conducir el proceso sin la intervención de un
abogado o de un representante del gremio. Si la parte conduce el proceso sin
asistencia profesional, necesitará en mayor medida las indicaciones y explica-
ciones procedimentales por parte del tribunal. Al tribunal le es más fácil realizar
esto en un juicio oral que en un procedimiento escrito.16
El procedimiento laboral ha sido concebido especialmente para llegar a un arbi-
traje pacífico (“arbitrar en vez de juzgar”). 17 La relación laboral es compleja no
16
Comparar Germelmann en Germelmann/Matthes/Prütting/Müller-Glöge, Ley de Tribunales
del Trabajo, 4ª edición, Artículo 46 número 28.
17
Este es el título de la investigación de Prütting en JZ 1985, 261.
EL JUICIO ORAL EN LA JURISDICCIÓN LABORAL... 29
El juicio oral contribuye, además, a que el proceso concluya con mayor rapidez.
Sólo por el hecho de que el tribunal fija una fecha para el juicio oral, obliga a
todos los participantes –incluso al tribunal mismo– a prepararse para esa fecha
de una manera tal que, de ser posible, el proceso pueda terminar en esa fecha.
Esto también es un objetivo claro del principio de oralidad.
Los tribunales en materia laboral se abocan exitosamente a la tarea encomendada
de llegar a un arbitraje pacífico en virtud del juicio oral. En la jurisdicción laboral
actúan cerca de 1.100 jueces de carrera en primera instancia, 214 jueces de carrera
en segunda instancia y 34 jueces de carrera en tercera instancia. De 625.323
causas recibidas en el año 2002 en el procedimiento de sentencia, los tribunales
del trabajo despacharon hasta su conclusión 391.515 procesos –esto representa
un 62,6%– en el lapso de tres meses. La cuota de arreglos amigables –acuerdos
conciliatorios– en todos los procesos fue superior al 45%; se dictaron 40.171
sentencias que representan menos de un 7%. 20 Todos los demás procesos
terminaron de forma diferente, por ejemplo, por desistimiento de la demanda.
Para aproximadamente la mitad de las sentencias solamente se interpuso 21 re-
curso de apelación ante el Tribunal Superior del Trabajo. Más de un tercio de
18
Más detalles en Kramer, Die Güteverhandlung, Freiburg 1999.
19
Más detalles en Grunsky, Die Schlichtung arbeitsrechtlicher Streitigkeiten und die Rolle der
Gerichte, NJW 1978, 1832.
20
En comparación con esto, la cuota de arbitrajes exitosos en los procesos ante los tribunales
ordinarios durante el mismo lapso de tiempo fue de sólo 20%; el porcentaje de sentencias fue
superior a 24%.
21
Las partes interpusieron el recurso de apelación contra sólo 21.280 sentencias de un total de
40.171 sentencias dictadas en primera instancia.
30 HARALD SCHLIEMANN
los procedimientos de apelación ante los tribunales superiores del trabajo ter-
minó también por acuerdo amigable entre las partes.22 En casi todos los casos,
la conclusión del litigio se fundamentó en el juicio oral ante el juez.
El juicio oral ante los tribunales del trabajo tiene lugar en dos fases. El juicio oral
se inicia con una audiencia de conciliación una vez interpuesta la demanda y
haya sido notificado al demandado sobre la misma. En aproximadamente 50 de
100 casos la causa concluye en la audiencia de conciliación. Si en la audiencia de
conciliación no se produce la conclusión del litigio, se fijará una fecha para el
juicio oral (contencioso). El legislador ha incorporado23 recientemente (a partir
del 1º de enero de 2001) en el Código de Procedimiento Civil Alemán (Artículo 278
ZPO) la audiencia de conciliación oral como principio para todas las controver-
sias en materia civil ante los tribunales civiles ordinarios. Hasta entonces se
había previsto sólo para los procesos ante los tribunales del trabajo.
Las partes que intervienen en la causa son citadas formalmente. La citación se
realiza independientemente de si el demandado ya se ha dado por notificado
para el proceso o ha dado su opinión en un escrito. Con frecuencia, por no
decir que casi siempre, la audiencia de conciliación tiene lugar sólo en virtud
del escrito de demanda y de la exposición oral del demandado y del demandan-
te. La audiencia conciliatoria tiene lugar ante el presidente para el arreglo ami-
gable entre las partes, sin la incorporación de los jueces legos. Ésta se inicia
con el anuncio de la vista de la causa, Artículo 220, párrafo 1 ZPO. Una vez que
las partes (y/o sus apoderados judiciales) hayan entrado en la sala de audien-
cias, el Presidente, a quien le compete la dirección del juicio oral, abre la sesión,
Artículo 136, párrafo 1 ZPO. El presidente, con el objeto de llegar a un arreglo
conciliatorio, deberá exponer con las partes la situación litigiosa, tomando en
consideración la libre valoración de todas las circunstancias de hecho. El Pre-
sidente, para el esclarecimiento de los hechos, podrá emprender todas las ac-
ciones que se puedan realizar de inmediato. Sin embargo, se exceptúan los
interrogatorios bajo juramento. El Presidente, con el consentimiento de las
partes, podrá continuar la audiencia de conciliación en otra fecha inmediata.
22
7.716 de un total de 21.280 procesos de apelación terminaron debido a conciliación
entre las partes.
23
Geswetz sobre la reforma del proceso civil del 27 de julio de 2001 (BGBl I, 1887).
EL JUICIO ORAL EN LA JURISDICCIÓN LABORAL... 31
El demandante, de momento, es libre de decidir si continúa con el proceso o si
prefiere retirar la demanda y terminarlo. La demanda se puede retirar antes de la
presentación de las solicitudes sin que se requiera la aprobación del demanda-
do. Las confesiones judiciales declaradas en la audiencia de conciliación con-
forme al Artículo 288 ZPO sólo tienen carácter vinculante, si se han hecho
constar en acta.
Se deberá levantar acta sobre el resultado de la audiencia de conciliación,
especialmente sobre la conclusión de una conciliación. Si una de las partes no
se presenta en la audiencia de conciliación o si la audiencia de conciliación
resulta infructuosa, sigue inmediatamente otra audiencia o habrá que fijar una
fecha inmediata para la audiencia contenciosa, si existen motivos que impidan
la realización de la audiencia. Si ambas partes están presentes o no tramitan la
audiencia de conciliación, se ordenará la suspensión del proceso. La fecha
para la audiencia contenciosa se fijará a solicitud de una de las partes. Esta
solicitud sólo se podrá presentar dentro de los seis meses siguientes a la au-
diencia de conciliación. Transcurrido este plazo se considera retirada la de-
manda. Esto último, sin embargo, no es usual en la práctica.
Si en la audiencia de conciliación no se pudo arreglar amigablemente el plei-
to, las partes prepararán la vía judicial por medio de escritos adicionales.
Éstos serán entonces la base de la audiencia contenciosa que tendrá lugar
ante el Presidente del Tribunal y los jueces legos –uno para cada grupo con-
formado por trabajadores y patronos–. El Presidente fijará la fecha, bien sea
al terminar la audiencia de conciliación o una vez recibidos los escritos ne-
cesarios; también podrá citar los testigos para la preparación de esta audien-
cia. El Presidente preside el juicio oral. También puede otorgar el derecho
de palabra a los jueces legos. De igual manera, podrá privar de este derecho a
los presentes –partes, apoderado judicial, testigos, peritos y jueces legos– si
no siguen sus indicaciones conforme a lo estipulado en el Artículo 136, párrafo
2 ZPO. El juicio oral contencioso consta de 5 secciones: la presentación de
solicitud sobre el fondo del asunto, la introducción en el estado del asunto y
del litigio por parte del Presidente, el esclarecimiento de los hechos por el
tribunal, la conversación conciliatoria e indicaciones judiciales y –si es reque-
rido– la práctica de pruebas y la audiencia de pruebas.
El objetivo principal es terminar el juicio oral contencioso lo más pronto posible.
Sin embargo, esto no siempre es posible, sobre todo si durante el juicio oral surgen
32 HARALD SCHLIEMANN
otros puntos que deben ser esclarecidos, por ejemplo, mediante la práctica de una
prueba. El Presidente, en todo caso, podrá citar testigos por precaución.
La Ley prevé regulaciones formales para el procedimiento litigioso. Conforme
al Artículo 137, párrafo 1 ZPO, se da inicio a la audiencia cuando las partes
presentan –de manera formal– las solicitudes sustanciadas, es decir, que de-
claran formalmente sus pretensiones. Las solicitudes y su motivación deter-
minan la materia sobre la cual el tribunal debe y puede decidir (Artículo 308
ZPO). Sin embargo, antes de la presentación de la solicitud el Presidente
podrá discutir con las partes (una vez más) la situación jurídica y el estado de
las cosas con el fin de promover solicitudes pertinentes. 24 Las solicitudes
serán leídas de acuerdo con los escritos elaborados por las partes conforme
al Artículo 130, numeral 2 ZPO para la preparación del juicio oral, Artículo
297, párrafo 1, inciso 1 ZPO, o que procedan de un escrito presentado como
anexo al acta (algo que no es usual). Se podrá prescindir de la lectura de las
solicitudes si las partes se refieren a ellas en sus escritos, § 297, párrafo 2
ZPO. Esta referencia tiene que ser concreta, es decir, por medio de una indica-
ción determinada del escrito; 25 de manera que no será suficiente una referen-
cia general de la presentación escrita. 26 El Presidente también podrá permitir
que las solicitudes formen parte del acta, Artículo 297, párrafo 1 inciso 3 ZPO.
Queda a discreción del Presidente si lo permite o no. 27 La presentación de la
solicitud formará parte del acta que se levanta en cada juicio oral, Artículo
160, párrafo 3 numeral 2 ZPO. Las declaraciones sobre las solicitudes debe-
rán ser leídas a las partes (Artículo 162, párrafo 1, inciso 1 ZPO) 28 Posterior-
mente, las partes deberán expresar su conformidad con el acta de presentación
de las solicitudes. Se deberá dejar sentado en el acta de la audiencia que se
dio lectura a las solicitudes y la conformidad de las partes, Artículo 162,
párrafo 1, inciso 2 ZPO. La solicitud presentada es válida hasta que se pre-
sente una nueva solicitud. Incluso si la sesión continúa en una fecha poste-
rior no se requerirá la presentación de una nueva solicitud 29 Sin embargo, es
24
Greger en Zöller, 24ª edición, ZPO, Artículo 137 Nº 1.
25
Comp. BAG del 4 de diciembre de 2002 - 5 AZR 556/01 - AP Nº 1 a Artículo 333 ZPO.
26
Greger en Zöller, 24ª edición, ZPO, Artículo 297 Nº 5.
27
Hartmann en Baumbauch/Lauterbach/Albers/Hartmann, edición Nº 59, ZPO, Artículo 297
Nº 14. Greger en Zöller, 24ª edición, ZPO, Artículo 297 Nº 6, indica, que el tribunal no debe
transformarse en ayudante de oficina en caso de solicitudes voluminosas.
28
La ley permite presentar a las partes las actas de la sesión para que las examinen, Artículo 162,
párrafo 1, inciso 1 ZPO. No obstante, en la práctica esto es poco usual.
29
Greger en Zöller, 24ª edición, ZPO, Artículo 137 Nº 2.
EL JUICIO ORAL EN LA JURISDICCIÓN LABORAL... 33
discutible si esto también se aplica en caso de que un juez se separe del juicio
y sea sustituido por otro. 30
Seguidamente el Presidente hace una introducción a las partes y a los jueces
legos sobre el estado del asunto y del litigio. Es imperativo del procedimiento
laboral que el proceso se desarrolle con rapidez. Este principio también se
aplica a la fijación de la fecha para el juicio oral. En este sentido, el tribunal
tiene que procurar que el proceso transcurra de manera concisa. En la práctica,
el juicio oral se limita a esclarecer la motivación de la decisión y las cuestiones
jurídicas ligadas al mismo.
El Presidente, usualmente, hace un breve resumen de los hechos presentados
al tribunal para dictar su decisión, tal como se desprenden de las actas, espe-
cialmente de los escritos de las partes. El tribunal, de acuerdo con las circuns-
tancias, podrá limitarse a dar una descripción muy sucinta. No es necesario que
el tribunal repita los antecedentes del proceso ni las opiniones jurídicas de las
partes. En la descripción de los hechos es conveniente hacer una distinción
entre los hechos que no son objeto de discusión, por ejemplo, los hechos que
el tribunal considera admitidos en vista de la descripción coincidente de las
partes, y los hechos litigiosos propiamente dichos, por ejemplo, los hechos
que aún no están definidos debido a discordancia entre las partes. En la medida
en que el tribunal explique objetivamente el estado real del asunto y del litigio,
dentro del marco de su obligación de esclarecer, lo que debe ocurrir siempre
salvo algunas excepciones, las partes deberán rendir declaraciones veraces
sobre hechos del litigio, Artículo 138, párrafo 2 ZPO. Es obligación del tribunal
hacer todos los esfuerzos necesarios para que la presentación de las partes sea
completa y que la información incompleta sobre los hechos que se hacen valer,
sean complementados y que se señalen las pruebas, Artículo 139, párrafo 1,
inciso 2 ZPO. Los informes de las partes se deberán dar de viva voz y deberán
abarcar la relación litigiosa desde el punto de vista de los hechos y del dere-
cho, Artículo 137, párrafo 2 ZPO. Sin embargo, no es necesario leer en voz alta
los escritos. El Presidente, más bien, podrá permitir a las partes que se refieran
a sus escritos si es necesario dar detalles, etc. La introducción que hace el
30
Mientras que la Corte Federal del Trabajo (BAG del 16 de diciembre de 1970 - 4 AZR 98/70 -
BAGE 23, 146) exige a las partes que vuelvan a presentar sus solicitudes, existen opiniones en la
literatura jurídica que consideran que no es indispensable la presentación de una nueva solicitud.
Comp. Peters en Münchener Kommentar, 2ª edición, ZPO, Artículo 137 Nº 4.
34 HARALD SCHLIEMANN
Presidente sobre el estado del asunto y del litigio y la exposición de las partes
deberá ser, sin embargo, lo más detallada posible, de manera que los jueces
legos puedan tener una idea suficiente del estado del asunto y del litigio que
les permita intervenir en la decisión.
Si en la vista de la causa se presentan las partes, ellas deberán ser escuchadas
personalmente. Para asegurarse de la asistencia personal de las partes, el Pre-
sidente podrá ordenar su asistencia antes de la fecha fijada, Artículo 141, párra-
fo 1, inciso 1 ZPO,31 lo que significa que la parte es citada de oficio para la vista,
Artículo 141, párrafo 2, inciso 1 ZPO. Si fuere necesario, el Presidente podrá
forzar la asistencia de las partes mediante fijación de una multa disciplinaria a la
parte (Artículo 141 párrafo 3 ZPO), y el apoderado judicial que se presente sin
su representada será considerado ausente y se podrá dictar una sentencia por
contumacia en contra de su representada (Artículo 51 párrafo 2 ArbGG).
El tribunal del trabajo en calidad de tribunal de primera instancia, en el mar-
co del juicio oral, deberá concentrarse especialmente en esclarecer los he-
chos, ya que la comprobación de la realidad de la materia del proceso sirve
de pauta para la continuación del mismo. El tribunal de apelaciones, al igual
que el tribunal del trabajo, también es competente para comprobar los he-
chos, pero con ciertas limitaciones. El Artículo 67 ArbGG estipula explíci-
tamente en qué medida se permite la admisión de nuevos hechos, así como
nuevos medios de acción y de defensa en la instancia de apelación. Es por eso
que se les recomienda a las partes que presenten en la primera instancia todos
los hechos y las pruebas que necesitarán para su acción o su defensa.
El debate sobre el fundamento de la decisión desde el punto de vista objetivo va
seguida de una conversación conciliatoria entre el tribunal y las partes. El Presi-
dente expone la posición jurídica del tribunal. En caso de hechos litigiosos, si
fuere necesario, se referirá a las respectivas variantes de las circunstancias de
hecho. En este sentido, el tribunal deberá señalar a las partes los puntos de vista
jurídicos que ellas, evidentemente, hayan pasado por alto o hayan considerado
sin importancia, y deberá darles la oportunidad de hacer sus comentarios. Espe-
31
Se deberá omitir esta orden, si a alguna de las partes le es imposible asistir a la vista de la causa
porque vive muy lejos o por cualquier otro motivo importante, Artículo 141, párrafo 1,
inciso 2 ZPO.
EL JUICIO ORAL EN LA JURISDICCIÓN LABORAL... 35
– Un contrato colectivo se aplica a la relación de trabajo sin que una
de las partes tenga conocimiento de esto.34
– Una declaración de voluntad, como por ejemplo, un despido, se
debe interpretar de forma diferente a la opinión de las partes.
– El tribunal considera una circunstancia evidente que no ha sido
presentada por ninguna de las partes, y la considera relevante para
tomar una decisión.36
– Las partes desconocen una modificación reciente a la normativa
o desconocen la jurisprudencia.
– El tribunal considera que los alegatos37 de las partes fueron pre-
sentados fuera de tiempo.
Si después del debate sobre el estado de las cosas y de la situación jurídica se
considera que un alegato litigioso de las partes es relevante para la decisión, es
decir, que la solución de la causa depende de la comprobación o no de un
hecho, el tribunal deberá evacuar la prueba de este hecho si la parte a la que le
32
Comp. BGH del 23 de septiembre de 1993 - I ZR 248/90 - NJW 1993, p. 667.
33
Comp. BGH del 11 de diciembre de 1997 - I ZR 162/95 - no publicado oficialmente.
34
Ello es probable especialmente en los contratos colectivos, universalmente vinculantes.
35
Así para contratos de formularios OLG Düsseldorf MDR 1982, 855.
36
Comp. BGH VersR 1971, 1020.
37
La parte debe tener la posibilidad de disculparse por la demora.
36 HARALD SCHLIEMANN
corresponde la carga de la prueba promueve esta prueba. La evacuación de la
prueba, a la que podrán asistir las partes, Artículo 357, párrafo 1 ZPO, se
establece en el caso ideal, inmediatamente después de la discusión sobre la
situación de hecho y derecho. Para tal fin el tribunal podrá citar testigos como
medida de precaución. En la práctica judicial ha prevalecido otro modo de pro-
ceder –especialmente en el caso de la promoción de pruebas mediante interro-
gatorios de testigos–. Si la promoción de una prueba no se puede realizar de
inmediato, el tribunal ordenará la instrucción de pruebas Artículo 358 ZPO38 y
fijará una fecha especial, la llamada fecha probatoria, en un plazo lo más corto
posible. La práctica de pruebas que, por lo general, tiene lugar ante el tribunal
de proceso, Artículo 355 ZPO,39 es ejecutada por el Presidente40 mediante juicio
oral. Si se solicitan experticias para la prueba, éstas se podrán presentar por
escrito. Sin embargo, la discusión sobre la experticia propiamente dicha se hará
de forma oral; para ello se podrá citar al experto.
Después de la evacuación de las pruebas se delibera sobre el resultado de las
pruebas. Con este objeto se deberá discutir de nuevo con las partes el estado
de las cosas y de la situación jurídica. Es importante dejar sentado en el acta
levantada de la sesión, el hecho de que el resultado de las pruebas fue discuti-
do con las partes, ya que se considera un procedimiento esencial conforme a lo
contemplado en el Artículo 160, párrafo 2 ZPO. El tribunal deberá aprovechar la
audiencia que sigue a continuación de la práctica de pruebas para proponer
nuevamente a las partes un arreglo amigable, tomando en consideración el
resultado de la fase probatoria.
Para concluir y sobre todo si las partes no consienten en terminar el litigio de
mutuo acuerdo, el Presidente preguntará a las partes, si ellas quieren presentar
otras declaraciones. Si el tribunal concluye que el litigio ha sido discutido plena-
mente, el Presidente dará por terminado el juicio oral, Artículo 136, párrafo 4 ZPO
y despide a las partes (y, si fuere necesario, a los testigos presentes). A continua-
38
Con respecto al contenido de la resolución probatoria comp. § 359 ZPO.
39
Sólo en casos excepcionales prevé la ley que la práctica de prueba podrá ser ejecutada por otro
tribunal, por el llamado “juez solicitado”, Artículo 362 ZPO.
40
Excepcionalmente, la práctica de prueba podrá ser ejecutada por otro juez (por el llamado
“juez encargado”), en vez del Presidente. Esto se aplica, sobre todo, si los testigos viven lejos.
EL JUICIO ORAL EN LA JURISDICCIÓN LABORAL... 37
ción, los jueces que asistieron al juicio (Artículo 309 ZPO) deliberarán sobre la
decisión judicial que se deberá tomar sobre la base del juicio oral.41 Si el tribunal
decide sentenciar, entonces consignará por escrito el fallo. Después de un nuevo
anuncio de la vista de la causa, el Presidente anunciará la decisión judicial en una
sesión pública.42 En este caso no es necesaria la presencia de las partes. El
resultado de la deliberación podrá consistir en la reapertura del juicio oral en una
fecha posterior –sobre todo para la práctica de pruebas–.
Las consecuencias derivadas del principio de oralidad son amplias: el tribu-
nal sólo podrá sustentar sus decisiones en la materia litigiosa que, con ante-
rioridad, fue objeto del juicio oral. El quebrantamiento del principio de oralidad
representa un vicio procesal importante de conformidad con el Artículo 538,
párrafo 2, numeral 1 ZPO con sus consecuencias. 43 A diferencia de los proce-
sos ante los tribunales civiles ordinarios, sin embargo, el Tribunal Superior
del Trabajo no podrá reenviar el litigio al Tribunal del Trabajo; el Artículo 68
ArbGG prohíbe esto expresamente en aras de la celeridad.
El tribunal de primera instancia deberá limitar 44 su función examinadora de los
hechos aportados por las partes y no podrá tomar en consideración ni siquiera
los hechos notorios, es decir, aquellos hechos que son conocidos universal-
mente, si éstos no han sido aportados por la parte a la que le corresponde
exponer sus argumentos en el juicio oral o que no han sido retomados (acepta-
dos) por ésta –eventualmente por indicación del tribunal–.45 También se consi-
derarán objeto del juicio oral, los contenidos de documentos o expedientes
presentados, informes periciales presentados, declaraciones de testigos escri-
tas, resultados de prácticas de pruebas externas, así como hechos que no fue-
ron presentados por las partes, pero que son del conocimiento del tribunal y
sobre los que el tribunal quiere fundamentar su decisión.
41
Sobre los detalles de las deliberaciones de la Cámara, comparar las disposiciones de los
artículos 192 y siguientes. GVG.
42
Se puede fijar una fecha especial (posterior) para la promulgación de una decisión, pero esto no
es usual en la jurisdicción laboral.
43
Greger en Zöller, 24ª edición, ZPO, Artículo 128 Nº 1.
44
Comp. BAG del 16 de marzo de 1972 - 5 AZR 435/71 - AP Nº 1 a Artículo 542 ZPO.
45
Comp. BAG del 30 de septiembre de 1976 - AP Nº 3 a Artículo 9 KSchG 1969 =
BAGE 28, 196.
38 HARALD SCHLIEMANN
El principio de oralidad no exige que las partes expongan toda la materia del
litigio de forma oral. También se considera como presentado el alegato conte-
nido en un escrito de una de las partes, al que se hace referencia durante un
juicio oral de forma admisible. Una referencia que puede darse de manera
expresa o también por una conducta concluyente es admisible si ninguna de
las partes se opone y el tribunal la considera pertinente, Artículo 137, párra-
fo 3 inciso 1 ZPO. La lectura de los escritos procederá sólo en aquellos casos
en que su contenido textual sea considerado importante, Artículo 137, párra-
fo 3 inciso 2 ZPO.
Si se aplicara el principio de oralidad de forma rigurosa, se correría el riesgo de
dilatar demasiado el proceso laboral. A fin de garantizar la terminación rápida
del proceso, el Presidente está obligado a preparar el juicio oral de tal manera,
que éste concluya, de ser posible, en una sola audiencia, Artículo 56, párrafo 1,
inciso 1 ArbGG. Por esta razón el Presidente, conforme al Artículo 56, párrafo 1,
inciso 2 numeral 1 ArbGG, deberá ordenar a las partes que presenten el comple-
mento o los comentarios de sus escritos preparatorios, así como documentos u
otros objetos idóneos que se deberán consignar en el tribunal. El Presidente
usualmente, una vez estudiadas las actas, dicta un auto en el que obliga a las
partes a profundizar su presentación de los hechos en algunos aspectos que
son relevantes para dictar sentencia, y que requieren una mejor explicación,
para lo cual se fijará un plazo de exclusión. Si las partes no cumplen con las
disposiciones judiciales respectivas dentro de los plazos fijados, existe el ries-
go de que ellas sean excluidas si las presentan tardíamente. Y es que de confor-
midad con el Artículo 56, párrafo 2, inciso 1 ArbGG, el tribunal admitirá sólo
aquellos medios de acción y de defensa que las partes produzcan después del
plazo fijado para ello, siempre que según libre convicción del tribunal su admi-
sión no atrase la terminación del litigio o si la parte muestra suficientemente las
razones que justifican la demora.46 El llamado “efecto preclusivo”, es decir, la
exclusión de la exposición de los hechos por las partes debido al vencimiento
de un plazo fijado, puede conducir a que el tribunal tome una decisión sobre
circunstancias de hecho que no se correspondan con los hechos reales. Para
garantizar que la verdad material deba subordinarse sólo en casos excepciona-
46
En asuntos de protección contra despidos, que deben ser tramitados por el tribunal de forma
prioritaria, Artículo 61a, párrafo 1, Ley de Tribunales del Trabajo, se encuentra una norma
similar en el Artículo 61a, párrafo 5, Ley de Tribunales del Trabajo.
EL JUICIO ORAL EN LA JURISDICCIÓN LABORAL... 39
les a las exigencias de un desarrollo procesal abreviado, la preclusión está
vinculada47 a condiciones muy rigurosas, sobre las que no se debe profundizar
en este contexto.48 Es importante resaltar, que la sola posibilidad de quedar
excluido a causa de una exposición fuera de tiempo induce, en la práctica, a las
partes procesales a preparar la acción legal de manera amplia y por escrito y a
no confiar en presentar hechos relevantes para el fallo durante el juicio oral.
Forma parte además de la preparación de la sesión por parte del Presidente,
solicitar a las autoridades administrativas y a los empleados públicos la informa-
ción sobre documentos y el otorgamiento de información oficial, si son importan-
tes para la decisión procesal, Artículo 56, párrafo 1, inciso 2, numeral 2 ArbGG..
Para no recargar el juicio oral desde el punto de vista de los hechos y del
derecho, el Presidente podrá dar indicaciones judiciales a las partes en estadio
preliminar del juicio oral. Entre estas indicaciones se pueden mencionar, por
una parte, que el tribunal aclare a las partes aspectos jurídicos que no hayan
sido tomados en cuenta por ellas hasta el momento49 y, por la otra, el tribunal
podrá comunicar a las partes su criterio jurídico provisional sobre las expecta-
tivas de éxito de la demanda y, en virtud de ello, someter a su consideración
una propuesta de avenimiento, tomando en cuenta el estado actual de las co-
sas y del litigio.
La terminación del juicio oral marca, en principio, el momento tope en que las
partes pueden exponer ante el tribunal los hechos y las opiniones jurídicas,
Artículo 46, párrafo 2, inciso 1 ArbGG en conexión con Artículo 296, inciso 1
ZPO. Sin embargo, si a una parte le es imposible dar una declaración inmediata
conforme a una indicación del tribunal, se le podrá fijar un plazo previa solici-
tud dentro del cual pueda presentar la declaración a posteriori mediante escri-
to, Artículo 46, párrafo 2, inciso 1 ArbGG en conexión con Artículo 296a, inciso
2 y Artículo 139, párrafo 5 ZPO. De forma análoga se aplica en el caso de un
alegato de la contraparte, que no fue comunicado a la otra parte oportuna-
47
Por ejemplo, al requisito de una indicación judicial respectiva, comp. Artículo 56, párrafo 2,
inciso 2, Ley de Tribunales del Trabajo y Artículo 61a, párrafo 6, Ley de Tribunales del Trabajo.
48
Detalles al respecto en Grunsky, NZA 1990, anexo Nº 2, p. 3.
49
Como por ejemplo, la aplicabilidad de un contrato colectivo (universalmente vinculante) o la
aplicación de lapsos de exclusión contractuales.
40 HARALD SCHLIEMANN
mente antes de la fecha fijada, Artículo 46, párrafo 1 ArbGG en conexión con
Artículo 296a, inciso 2 y Artículo 283, inciso 1, último inciso 1 ZPO.
En contraste con el principio del Artículo 296a ZPO, el Artículo 156 ZPO, el cual
conforme al Artículo 46, párrafo 2, inciso 1 ArbGG, también se aplica a los
procesos laborales, ofrece al tribunal la posibilidad de reabrir el juicio una vez
concluido el juicio oral. Se deberán distinguir dos casos: conforme al Artículo
156 ZPO, párrafo 1 ZPO, el tribunal puede reabrir el proceso, en los casos
contemplados en el Artículo 156 ZPO, párrafo 2 ZPO, el tribunal debe reabrir.
La disposición del Artículo 156 ZPO, párrafo 2 ZPO, la cual fue incorporada al
Código de Procedimiento Civil en el año 2001 en el marco de la reforma del
procedimiento civil, describe tres casos en los cuales el tribunal está obligado
a reabrir el proceso 50 en virtud de la ley. Tampoco se podrá ignorar el alegato
respectivo de las partes, por ejemplo, por haber recomendado a la parte la
posibilidad de interponer recurso o de intentar un procedimiento de reapertu-
ra.51 Debido al principio de oralidad no es posible que el tribunal pueda “sal-
var” el proceso de otra manera, por ejemplo, dando indicaciones a las partes
por escrito para concederles la posibilidad de presentar su posición.52
Conforme al Artículo 156 ZPO, párrafo 2, numeral 1 ZPO, es imperativo reabrir el
proceso si el tribunal comprueba un error procesal tachable de conformidad
con el Artículo 295 ZPO y que incide considerablemente en la decisión. Se
entiende que existe un error procesal de este tipo, entre otros, si el tribunal
viola su obligación de informar y esclarecer que le compete conforme al Artícu-
lo 139 ZPO. Las consecuencias prácticas son trascendentales: si el tribunal,
durante la deliberación de los hechos llegare a una decisión que pudiera sor-
prender a las partes, se deberá reabrir el proceso. Este es el caso, por ejemplo,
si el tribunal al deliberar sobre el fallo, comprueba que éste depende de un
50
Ya antes de la entrada en vigencia de la reforma del ZPO se había reconocido, que el tribunal
podía estar obligado –contrario al texto literal del Artículo 156 del anterior ZPO– a reabrir los
juicios orales, comp. BAG del 23 de enero de 1996 - 9 AZR 600/93 - AP Nº 20 a Artículo 64 Ley
de Tribunales del Trabajo 1979 = BAGE 82, 74; para los tribunales civiles también BGH del 7 de
octubre de 1992 - VIII ZR 199/91 - LM Artículo 156 ZPO Nº 5.
51
Greger en Zöller, 24ª edición, ZPO, Artículo 156 Nº 3.
52
Comp. BAG del 23 de enero de 1996 - 9 AZR 600/93 - AP Nº 20 a Artículo 64 Ley de
Tribunales del Trabajo = BAGE 82, 74.
EL JUICIO ORAL EN LA JURISDICCIÓN LABORAL... 41
En la mayoría de los casos, la omisión de una indicación judicialmente necesa-
ria violará, además, el derecho de las partes de ser oídos. Sin importar las
diferencias objetivas entre los dos grupos del caso, la ley menciona como
motivo para reabrir el proceso la violación del derecho de ser oído, además de
la violación de la obligación de informar y esclarecer, Artículo 156, párrafo 2,
numeral 1 a.E.
El tribunal también estará obligado a reabrir el juicio oral, si posteriormente se
presentan hechos cuya veracidad se demuestra y éstos suponen un motivo
para la reapertura del proceso, Artículo 156, párrafo 2, numeral 2 ZPO.
La ley regula en el Artículo 579 y el Artículo 580 ZPO un total de once causas de
reapertura. Las más importantes son las siguientes:
– El tribunal que conoce del asunto no está constituido debidamente.
– Una de las partes procesales no estuvo debidamente representa-
da durante el juicio.
– Uno de los documentos, que sustenta el fallo, es falsificado.
– Una de las partes presenta un fallo en la misma causa, que fue
emitido con anterioridad y tiene valor de cosa juzgada.
Los motivos para la reapertura, que son a la vez un motivo para reabrir el juicio
oral, deben ser demostrados por la parte que invoca este motivo. La parte
podrá valerse de todos los medios de prueba, Artículo 294, párrafo 1 ZPO, para
demostrar este motivo, siempre y cuando se pueda realizar la práctica de las
pruebas de inmediato, Artículo 249, párrafo 2 ZPO.
También es motivo obligatorio para la reapertura, si entre el lapso de la conclu-
sión del juicio oral y la conclusión de las deliberaciones y la votación se retira
un juez, Artículo 156, párrafo 2, numeral 3 ZPO.
53
Lo mismo aplica para un defecto de sustanciación no revelado a las partes; comp. Greger en
Zöller, 24ª edición, ZPO, Artículo 156 Nº 3.
42 HARALD SCHLIEMANN
Si no se está en presencia del caso estipulado en el Artículo 156, párrafo 2 ZPO,
el tribunal conforme al Artículo 156, párrafo 1 ZPO tendrá la facultad de reabrir
el juicio. A continuación se presentan algunos casos que se pueden considerar
para la reapertura:
– Una de las partes, después de concluido el juicio oral, incorpora
nuevos medios de acción o de defensa.54
– Una de las partes sostiene un motivo para la reapertura que no ha
podido demostrar.
– Un escrito que le ha sido entregado a una de las partes conforme
el Artículo 283 ZPO, contiene no sólo la respuesta al alegato del
adversario, sino además un nuevo informe.55
Cuando el tribunal emita su fallo según su potestad discrecional, deberá incluir
los aspectos opuestos del asunto. El principio de concentración, por una parte,
exige la celeridad del proceso. Pero además existe la posibilidad de evitar un
procedimiento de apelación o de casación.
El tribunal decidirá de oficio sobre la reapertura del proceso, es decir, que no se
requiere una solicitud especial de las partes. Una solicitud de esta clase, pre-
sentada por una de las partes, se considerará como una iniciativa,56 por lo que
no requiere una notificación expresa por parte del tribunal.57
El auto motivado emitido por la Cámara que ordena58 la reapertura del proceso,
contribuye a dar claridad jurídica. En la práctica, los tribunales se abstienen a
veces de emitir un auto expreso de reapertura y en vez de un fallo dan opinión
consultiva o dictan un auto que ordena la práctica de pruebas. También es
factible que se cancele la fecha del pronunciamiento y se fije una nueva fecha
54
Comp. al respecto BGH del 28 de octubre de 1998 - IX ZR 341/98 - NJW 2000, 142.
55
Comp. BGH del 7 de octubre de 1992 - VIII ZR 199/91 - NJW 1993, 134.
56
Greger en Zöller, 24ª edición, ZPO, Artículo 156 Nº 2.
57
BGH del 19 de noviembre de 1959 - VIII ZR 115/58 - BB 1960, 66.
58
La sola decisión del presidente no es suficiente; comp. Germelmann en Germelmann/Matthes/
Prütting/Müller-Glöge, Ley de Tribunales del Trabajo, 4ª edición, Nº 46 - Nº 29.
EL JUICIO ORAL EN LA JURISDICCIÓN LABORAL... 43
para la audiencia. Si se ha decidido un fallo, éste podrá ser revocado por los
jueces intervinientes59 antes de la fecha fijada para su promulgación.
Si el tribunal reabre el proceso, esto involucra el proceso completo y no sólo
abarcará el motivo de la reapertura.60 Contra la reapertura no tiene lugar recurso
alguno ni tampoco contra un auto en el que el tribunal rechaza la reapertura.61
Los tribunales superiores del trabajo, que conforman la segunda instancia en
controversias de derecho laboral, al igual que los tribunales del trabajo o de
primera instancia están integrados por un juez de carrera que actuará como
presidente y dos jueces legos. Su competencia se extiende a las decisiones
sobre la apelación de las sentencias dictadas por los tribunales del trabajo,
Artículo 64, párrafo 1 ArbGG, y sobre los recursos de queja relacionados con
sentencias de los tribunales del trabajo, Artículo 78, inciso 1 ArbGG. 62 Los
tribunales superiores del trabajo no se limitan sólo a revisar los vicios jurídicos
de las sentencias del tribunal del trabajo; bajo condiciones restrictivas también
están facultados para comprobar las circunstancias de hecho en su aspecto
real, más allá de los hechos presentados en la primera instancia.
El principio de oralidad tiene menor importancia en los procedimientos de re-
curso (apelación ante el Tribunal Superior del Trabajo, casación ante la Corte
Federal del trabajo) que en el procedimiento ante el Tribunal del Trabajo. Las
partes deberán estar representadas por abogado ante el Tribunal Superior del
Trabajo y ante la Corte Federal del Trabajo. (Artículo 11, párrafo 2, inciso 1
ArbGG); en lugar de abogado, un representante del sindicato o del gremio
patronal versado en derecho también podrá actuar como apoderado judicial.
59
Si para esta fecha uno de los jueces que interviene en el fallo no forma parte del cuerpo
colegiado sentenciador, deciden los demás sobre la materia, comp. BGH del 1º de febrero de 2002
- V ZR 357/00 - NJW 2002, 1426.
60
Greger en Zöller, 24ª edición, ZPO, Artículo 156 Rdnr. 1.
61
Greger en Zöller, 24ª edición, ZPO, Artículo 156 Rdnr. 6.
62
Para el procedimiento de queja se aplican las normas generales de los procesos civiles relacio-
nadas con protestas, § 78 inciso 1, Ley de Tribunales del Trabajo.
44 HARALD SCHLIEMANN
En los procedimientos ante el Tribunal Superior del Trabajo es usual el proce-
dimiento oral; sin embargo, se permite también un procedimiento escrito 63 que
es diferente al del Tribunal del Trabajo.
Para el juicio oral sobre la apelación de decisiones de la jurisdicción laboral se
aplican los mismos principios que en los procedimientos en primera instancia. El
Presidente dispone de las mismas facultades que el Presidente en primera instancia
en lo que se refiere a la preparación del juicio oral, Artículo 64, párrafo 7; Artículo 56
ArbGG. Aun cuando el Artículo 129 Abs. 1 ZPO estipula que en los procesos con
abogados, –es decir, los juicios, en los cuales las partes tienen que estar represen-
tadas por abogado–, el juicio oral debe preparase por medio de escritos. Sin embar-
go, en principio queda a criterio de las partes si éstas exponen sus puntos de vista
en el momento del juicio oral, debiendo observar siempre las normas pertinentes
sobre la incorporación de medios de acción y de defensa nuevos. La parte recu-
rrente, sin embargo, deberá exponer en el escrito de motivación de la apelación, de
qué modo y con cuáles argumentos de hecho y de derecho recurrirá el fallo del
Tribunal del Trabajo (Artículo 66 ArbGG, Artículo 520 ZPO).
Inmediatamente después de recibir el escrito de motivación de la apelación, el
Presidente deberá fijar la fecha para el juicio oral de apelación (Artículo 66,
párrafo 2, inciso 1 ArbGG). En la práctica, sin embargo, la fecha se fija a veces
en el momento en que se tiene la respuesta a la apelación; pues será entonces
cuando se emita, de forma preventiva, un auto que ordene la práctica de prue-
bas que guiará el juicio. De esta manera se podrá ver la causa y decidir sobre la
apelación también con la práctica de pruebas en la misma fecha fijada para el
juicio oral y para la práctica de pruebas.
En contraposición a los procesos ante los tribunales del trabajo, en los proce-
sos de segunda instancia la audiencia de conciliación no tiene lugar sólo ante
el Presidente; ni tampoco si las partes así lo desean o si el tribunal lo considera
conveniente.64 No obstante, el Presidente de una Cámara del Tribunal Superior
63
Comp. Germelmann en Germelmann/Matthes/Prütting/Müller-Glöge, Ley de Tribunales del
Trabajo, 41 edición Nº 46 - Nº 23.
64
La disposición del Artículo 54 del Ley de Tribunales del trabajo no se menciona en la norma de
remisión que aplica para el procedimiento de apelación, Artículo 64, párrafo 7, Ley de Tribunales
del Trabajo. Detalles en: Germelmann en Germelmann/Matthes/Prütting/Müller-Glöge, Ley de
Tribunales del trabajo, 4ª edición Artículo 64 Nº 93.
EL JUICIO ORAL EN LA JURISDICCIÓN LABORAL... 45
del Trabajo, deberá promover en cualquier estado del proceso un arreglo ami-
gable del litigio, de la misma manera que lo hace el Presidente de una Cámara
del Tribunal del Trabajo (Artículo 57, párrafo 2 ArbGG).
Las apelaciones ante el Tribunal Superior del Trabajo también se pueden sus-
tanciar y resolver desistiendo del juicio oral, es decir, en el procedimiento escri-
to. Ello se infiere de la norma en materia de remisión vigente del Artículo 64,
párrafo 6, inciso 1 ArbGG, para el procedimiento de recurso en segunda instan-
cia que ordena que en el procedimiento de apelación se aplicarán respectiva-
mente las normas del Código de Procedimiento Civil en materia apelación. El
Código de Procedimiento Civil remite en el Artículo 524, inciso 1 ZPO, a la
disposición contemplada en el Artículo 128, párrafo 2, inciso 1 ZPO, que permi-
te que el tribunal decida sin juicio oral, si las partes están conformes con un
procedimiento escrito.65 Sin embargo, en la práctica es poco usual la sustancia-
ción de las apelaciones sólo por escrito. Esto debido a que la disposición de
renunciar al juicio oral, con el consentimiento de las partes, se aplica al tribunal
regularmente si todos los aspectos de hecho y de derecho están expuestos en
los escritos de las partes de una manera tal que ya no se requiere un juicio oral
y, además, se excluye la posibilidad de llegar a un arreglo amigable. Tal conste-
lación se da (N.Trad.: la frase en el texto original es incompleta).
Si el tribunal presenta la propuesta de llevar el proceso de forma escrita en el
momento en que el proceso está en curso o si las partes declaran su consenti-
miento más adelante, después de realizar un juicio oral se podrá pasar también
al procedimiento escrito.66 Esto tendría sentido, por ejemplo, en caso de que
resulte innecesaria la fijación de fecha nueva para la vista de la causa después
de la revocación de la conciliación.
En vista de que la declaración de estar conforme con el procedimiento escrito
es una declaración procesal, la parte no podrá entregarla personalmente, sino
que deberá hacerlo a través de abogado o de un representante gremial Artículo
11, párrafo 2 ArbGG. La declaración de consentimiento, que deberá realizarse de
65
Antes de la entrada en vigencia de la reforma del ZPO, también le estaba permitido al tribunal
ordenar de oficio un procedimiento escrito, comp. Artículo 128, párrafo 2 ZPO a.F.
66
Greger en Zöller, 24ª edición, ZPO, Artículo 128 Rdnr. 3.
46 HARALD SCHLIEMANN
forma expresa,67 incondicional,68 pero no de forma determinada,69 podrá ser
revocada por las partes, una vez que la contraparte también haya dado su
consentimiento,70 sólo si ha surgido un cambio importante en la situación pro-
cesal, Artículo 128, párrafo 2, inciso 1 ZPO. La declaración de conformidad de
las partes es condición necesaria pero no suficiente para la ejecución de un
procedimiento escrito. Aun cuando las partes estén de acuerdo en desistir del
juicio oral, el tribunal tiene la potestad discrecional para decidir si desiste o no
del juicio oral (§ 128 párrafo 2 ZPO).71
Si el tribunal prefiere realizar el proceso sin juicio oral, dictará un auto ordenan-
do la realización del procedimiento escrito, en el que se establecerá al mismo
tiempo la fecha de entrega de los escritos preparatorios y la fecha de la promul-
gación de la decisión. Las partes deberán ser notificadas formalmente sobre
este auto, Artículo 329, párrafo 2, inciso 2 ZPO. Este auto no es vinculante para
el tribunal, de manera que podrá revocarlo72 en cualquier momento, aun sin el
consentimiento de las partes.
Independientemente del consentimiento de las partes, un recurso de apelación
que no es admisible73 podrá ser desestimado como improcedente sin juicio oral,
pero después de oídas las partes74 (de forma escrita) por medio de una resolu-
ción de la Cámara, es decir, con los jueces legos (Artículo 66, párrafo 2, inciso 2
ArbGG; Artículo 522, párrafo 1, incisos 2 y 3 ZPO). Pero esto también es poco
usual en la práctica. Por lo general, en estos casos la sustanciación es oral. Si
67
No es suficiente mantener silencio respecto de una interpelación judicial con lapso establecido.
Peters en MünchKomm, ZPO, 2ª edición, Artículo 128, Nº 25.
68
BAG del 23 de junio de 1993 - 5 AZR 248/92 - NZA 1994, 382.
Se admite, en cambio, una declaración de consentimiento que está bajo una condición intraprocesal,
por ejemplo, para el caso en que la contraparte revoque el compromiso que cierra un proceso,
comp. Greger en Zöller, 24ª edición, ZPO, Artículo 128, Nº 16.
69
BVerwG del 20 de febrero de 1981 - 7 C 78/80 - NJW 1981, 1852.
70
Antes del consentimiento de la contraparte se puede revocar la declaración sin la restricción
que impone el Artículo 128 ZPO, comp. BGH del 22 de mayo de 2001 - X ZR 21/00 -
BGHZ 147, 397.
71
Comp. BGH del 22 de diciembre de 1967 - V ZR 114/64 - MDR 1968, 314.
72
La anulación del auto que ordenó el procedimiento escrito puede efectuarse también de forma
concluyente, por ejemplo, por medio de la fijación de una fecha para el juicio oral. Comp. Peters
in MünchKomm, ZPO, Artículo 128, Nº 29.
73
Una apelación es inadmisible, por ejemplo, si debido a la cuantía demasiado baja no es proce-
dente o si se interpone después del lapso previsto para apelaciones de un mes.
74
BAG del 15 de agosto de 1989 - 8 AZR 557/88 - EzA Artículo 223 ZPO Nr. 11.
EL JUICIO ORAL EN LA JURISDICCIÓN LABORAL... 47
el recurso de apelación no concluye de otra manera, por ejemplo, retirando el
recurso de apelación o por medio de avenencia, al tribunal le queda la posibili-
dad de desestimar por inadmisible el recurso de apelación interpuesto –sin
embargo, mediante un fallo–, es decir, que podrá rechazarlo formalmente.
El Tribunal Supremo del Trabajo es un tribunal de apelaciones que comprueba
los hechos. Como tribunal que analiza los hechos deberá esclarecer y compro-
bar las circunstancias de hecho –de la misma forma que lo hizo previamente el
Tribunal del Trabajo– en el procedimiento de apelación, cuáles hechos son
ciertos y cuáles no o cuáles no se pudieron comprobar. No obstante se podrán
incorporar al proceso de apelación nuevos hechos, pero de forma restringida.
El Artículo 67 ArbGG contiene regulaciones especiales75 al respecto. Éstas no
son tan estrictas como las del proceso civil ante los tribunales ordinarios civi-
les; sin embargo, contribuyen a que las partes realicen exposiciones completas
desde un primer momento en la primera instancia.
La tercera instancia de la jurisdicción laboral está constituida por la Corte
Federal del Trabajo con sede en Erfurt. Este tribunal debe decidir sobre la
75
Texto del Artículo 67 ArbGG:
(1) Se excluyen los medios de acción y de defensa que, justificadamente, fueron rechazados en la
primera instancia.
(2) Nuevos medios de acción y de defensa, que no fueron presentados en la primera instancia, en
oposición al plazo fijado para ello, según el Artículo 56, párrafo 1, inciso 2, Nº 1 o Artículo 61a,
párrafo 3 ó 4, se podrán admitir sólo si su admisión, según la libre convicción del Tribunal
Superior del Trabajo, no atrasa la terminación del pleito o si la parte se disculpa suficientemente
por la demora. El motivo de la disculpa tiene que ser explicada fehacientemente si el Tribunal
Superior del Trabajo así lo requiere.
(3) Nuevos medios de acción y de defensa que, en oposición al Artículo 282, párrafo 1 del Código
de Procedimiento Civil, no fueron presentados en la primera instancia o que, en oposición al
Artículo 282, párrafo 2 del Código de Procedimiento Civil no fueron comunicados oportuna-
mente, sólo podrán ser admitidos si su admisión, según la libre convicción del Tribunal Superior
del Trabajo, no atrasa la terminación del pleito o si la parte no los presentó en primera instancia
por negligencia grave.
(4) Siempre y cuando sea posible admitir la presentación de nuevos medios de acción y de defensa
según los capítulos 2 y 3, éstos tienen que ser presentados por el recurrente en la motivación de
la apelación y por la parte recurrida en la respuesta a la apelación. Si se presentan más tarde, éstos
podrán ser admitidos sólo si surgieron después de la motivación de la apelación o de la respuesta
a la apelación o en caso de que la presentación tardía, según la libre convicción del Tribunal
Superior del Trabajo, no atrasa la terminación del pleito o si la demora no se debe a causas
imputables a la parte.
48 HARALD SCHLIEMANN
revisión de las sentencias del Tribunal Superior del Trabajo, Artículo 72, párra-
fo 1 ArbGG,76 así como las reclamaciones jurídicas contra autos del tribunal,
Artículo 78, inciso 3 ArbGG.77 La Corte Federal del Trabajo está integrada por
diez senados especializados; cada uno está integrado por un Presidente, dos
jueces asesores de carrera y cada una por un juez lego escogido entre el grupo
de trabajadores y de patronos, respectivamente, Artículo 41, párrafo 2 ArbGG.
A diferencia de los tribunales de primera y segunda instancia, la tercera no es una
instancia que analiza los hechos. La Corte Federal del Trabajo se limita más bien
a ejercer el control sobre los errores jurídicos. Para ello está sujeta a las compro-
baciones de hecho de los tribunales de instancia (Artículo 73, párrafo 1; Artículo
72, párrafo 5 ArbGG; Artículo 546; Artículo 557, párrafo 1 ZPO).
La casación sólo es admisible, si ésta ha sido admitida en la sentencia del
Tribunal Superior del Trabajo o si es admitida posteriormente en virtud de
queja por la no admisión de una de las partes por medio de auto especial de la
Corte Federal del Trabajo, Artículo 72, párrafo 1 ArbGG. Si el Tribunal Superior
del Trabajo no admite la casación, la parte vencida podrá elevar una queja por
la no admisión de la misma ante la Corte Federal del Trabajo (Artículo 72a
ArbGG). La Corte Federal del Trabajo podrá decidir sobre la queja de no admi-
sión sin juicio oral, Artículo 72, párrafo 5, inciso 2 ArbGG.
La Corte Federal del Trabajo también decidirá sin necesidad de juicio oral sobre
la decisión de un recurso de casación declarado no admisible por el Tribunal
Superior del Trabajo, es decir, sobre una queja en contra del desistimiento del
recurso de apelación por medio de resolución del Tribunal Superior del Traba-
jo, Artículo 78, inciso 1 ArbGG.
El recurso de casación, en principio, se decide después del juicio oral, a menos
que las partes (por medio de sus abogados) estén conformes en que la decisión
se tome en el procedimiento escrito.
76
Existe además el llamado “recurso directo” que en la práctica se da muy raras veces. Consiste
en interponer un recurso contra una sentencia del tribunal del trabajo pasando por alto la
instancia de apelación y directamente ante la Corte Federal del Trabajo, comp. Artículo 76, Ley
de Tribunales del Trabajo.
77
Una forma especial del recurso es el llamado recurso de casación contra la resolución del
Tribunal Superior del Trabajo que declaró la apelación como inadmisible, § 77 Ley de Tribunales
del Trabajo.
EL JUICIO ORAL EN LA JURISDICCIÓN LABORAL... 49
En principio, no existen diferencias importantes entre el juicio oral ante los
Tribunales Superiores del Trabajo y el juicio oral ante la Instancia de Casación.
Una vez interpuesto el recurso de casación, el Presidente fija sin demora la
fecha del juicio oral, Artículo 74, párrafo 2, inciso 1 ArbGG. De la misma forma
que el Tribunal Superior del Trabajo, la Corte Federal del Trabajo podrá decidir
sobre el recurso de casación sin necesidad de un juicio oral, con el consenti-
miento de las partes (Artículo 72, párrafo 5 ArbGG; Artículo 555, párrafo 1 inci-
so 1; Artículo 128, párrafo 2. ZPO).
La Ley de Tribunales del Trabajo conoce, además del procedimiento de senten-
cia, un procedimiento de resolución especial, el cual se deberá realizar en los
casos enumerados en el Artículo 2a, párrafo 2 ArbGG. Se trata principalmente
de controversias en materia del derecho de cogestión, bien sea que se trate de
asuntos de cogestión empresarial o de los trabajadores; o se trate de contro-
versias sobre la capacidad y/o competencia de un sindicato para negociar un
contrato colectivo.
El procedimiento de resolución, en comparación con el procedimiento de sen-
tencia, tiene una serie de peculiaridades. El tribunal, en contraste con el princi-
pio de disposición aplicable, procede de oficio para analizar la materia sobre la
que tiene que decidir, Artículo 83, párrafo 1 ArbGG. Por tal motivo, al Presidente
se le confieren atribuciones especiales en lo que se refiere a la preparación del
juicio oral. A diferencia del procedimiento de sentencia, la audiencia de conci-
liación en el procedimiento de resolución es opcional. La orden está sujeta a la
potestad discrecional del Presidente, Artículo 80, párrafo, 1 inciso 2, medio
inciso 1 ArbGG. A diferencia de los procedimientos en primera instancia que
están orientados a dictar un fallo, el tribunal del trabajo, actuando como tribu-
nal de primera instancia, podrá dictar su decisión sin juicio oral, si los intervi-
nientes dan su consentimiento para que el proceso se realice sin juicio oral
Artículo 80, párrafo 4, inciso 3 ArbGG.
6. RESUMEN
El principio de oralidad es muy importante en Alemania; es un concepto clave
de todos los procedimientos legales en los tribunales alemanes. El juicio oral
tiene especial importancia en los tribunales del trabajo. Los procedimientos de
los tribunales del trabajo (tribunales de primera instancia) se deben iniciar con
un juicio oral especial ante y con el Presidente del tribunal. Los juicios orales
50 HARALD SCHLIEMANN
ofrecen una mayor posibilidad para establecer la materia de discusión y para
terminar la disputa no sólo por medio de un fallo, sino –en la mayoría de los
casos– por medio de la conciliación. Los juicios orales contribuyen, además, a
acelerar los procesos y a concluirlos con mayor rapidez. En Alemania todos
han tenido una experiencia excelente con los juicios orales, especialmente los
jueces de los tribunales del trabajo y los abogados.
LA ORALIDAD EN EL PROCESO NORTEAMERICANO... 51
Peter MESSITTE*
SUMARIO:
*
Amherst College, graduado con honores. Universidad de Chicago, Escuela de Leyes. Juez
desde 1985 y, como tal, ha estado involucrado en actividades judiciales internacionales. Confe-
rencia Judicial, Juez Federal Distrito de Maruland. Miembro del Comité de Relaciones Judicia-
les Internacionales de la Conferencia Judicial de los Estados Unidos y del Subcomité para
Latinoamérica y el Caribe.
52 PETER MESSITTE
Pero primero debo reiterar lo que mencioné hace unos años, que los procesos
jurídicos del derecho laboral de los Estados Unidos difieren mucho del derecho
laboral en Venezuela y de la mayoría de los países del mundo.
En los Estados Unidos los procesos orales se realizan ante árbitros, jueces de
procesos administrativos y jueces de primera instancia en donde los abogados
de ambas partes y el juez interrogan a los testigos. Y aunque los árbitros y los
jurados (que sólo participan en los tribunales ordinarios) generalmente decla-
ran sus decisiones oralmente, los tribunales administrativos y los jueces (cuan-
do presiden en casos sin jurados) no lo hacen con frecuencia. Los jueces de los
tribunales de apelaciones en los Estados Unidos casi nunca declaran una deci-
sión oralmente, sino que emiten un fallo por escrito después de leer los escritos
y recibir los argumentos orales de los abogados que representan a ambas par-
tes. Luego hablaré más sobre los diferentes aspectos de los procesos orales,
pero debo señalar que en los Estados Unidos se considera que las deliberacio-
nes orales sirven un propósito distinto de lo que a lo mejor se considere aquí.
En nuestro caso, como ahora les explicaré, los interrogatorios a los testigos por
parte de los abogados de ambas partes en un juicio se valorizan como parte de
un mecanismo eficaz para descubrir la verdad, aunque no contribuya a acelerar
el proceso lento de la justicia.
2) Tampoco existen en los Estados Unidos los tribunales laborales a nivel fede-
ral o estatal. Las leyes que afectan los derechos de los trabajadores se aplican
LA ORALIDAD EN EL PROCESO NORTEAMERICANO... 53
en diferentes foros, entre ellos los tribunales ordinarios, los tribunales admi-
nistrativos y a veces en los procesos de arbitraje.
Todos estos rasgos son característicos no sólo de los juicios que se presentan
ante los tribunales ordinarios sino que también reflejan los problemas de los
tribunales administrativos y en menor medida los procesos de arbitraje.
Es recién durante la etapa final del tribunal administrativo o del tribunal ordina-
rio en donde las deliberaciones orales del sistema de Derecho Común adquie-
ren un papel protagónico. Además de obtener las pruebas documentadas y
54 PETER MESSITTE
Quiero reiterar que no todas las leyes se establecen por medio de la legisla-
ción y los reglamentos federales o estadales. Las decisiones de los tribuna-
les de última instancia, como suele ocurrir en los sistemas de derecho
consuetudinario, también constituyen una fuente de la ley. Es por lo tanto
importante consultar las decisiones de estos casos célebres para poder co-
nocer los derechos de los trabajadores.
Las leyes de algunos estados ofrecen mayores protecciones para los trabaja-
dores en comparación con otros estados. Las leyes federales evidentemente se
aplican de la misma manera en todo el país y aunque el estado de California
tiene el derecho de establecer normas más estrictas de seguridad en el trajo que
en otros estados como Missisippi, ambos deben cumplir con las normas míni-
mas establecidas por el gobierno federal.
protección que han surgido para los trabajadores a través de los años todavía
se opina por lo general de que debería existir un alto nivel de libertad en las
relaciones laborales pese a que esto no siempre beneficie al empleado.
El punto clave que quiero destacar con esto es que la legislación laboral en
los Estados Unidos es sumamente diversa y fragmentada.
donde los respectivos jueces reciben casos similares. Tanto en las agencias
federales como en las estatales se mantiene, por lo general, un consejo supe-
rior que revisa los fallos de los jueces de los tribunales administrativos y adop-
tan una decisión final. Una vez emitidas estas decisiones, las partes tienen el
derecho de apelación ante un tribunal ordinario.
También quisiera hacer mención de los trabajadores que forman parte de los
convenios colectivos. Se estima que más de 7 millones de trabajadores en los
Estados Unidos actrualmente participan en un total de 100.000 de dichos
convenios. Los acuerdos generalmente establecen procesos para presentar
reclamaciones cuando un trabajador considera que se le hayan violado los
derechos. Aunque los procesos de reclamaciones varían, los dispositivos
por lo general estipulan que el trabajador debe presentar dichas reclamacio-
nes al representante sindical primero y luego al representante de la empresa.
Si las partes no logran resolver el tema, deben proceder al siguiente paso.
Casi todos los convenios colectivos disponen de la posibilidad de recurrir al
proceso de arbitraje. Una vez que decida un caso por medio del proceso de
arbitraje. Una vez que se decida un caso por medio del proceso de arbitraje
dicho fallo será de carácter vinculante indeependientemente de que el de-
mandante está de acuerdo o en desacuerdo. Dicha decisión generalmente se
somete a una revisión limitada y en la mayoría de los casos será simplemente
aceptada por ambas partes. Como consecuencia casi nunca se presentan ca-
sos en los tribunales ordinarios de trabajadores que participan en convenios
colectivos con reclamaciones laborales.
Quiero retomar este tema tan importante. Independientemente de que los pro-
cesos recurran al arbitraje, los tribunales administrativos o los tribunales
ordinarios, todos comparten características similares. Una vezque se pre-
sente una reclamación, se responde por escrito y el caso no se resuelve en-
tonces se convierte en un proceso conocido como acusatorio. Durante la
audiencia final (que puede durar varios días o semanas) las partes compare-
cen ante el árbitro, juez administrativo o juez de tribunal ordinario) para pre-
sentar testimonio. El testigo primero responde a las preguntas del abogado que
lo citó (o por la parte que le citó si este no dispone de un abogado) y luego se
somete a un contra-interrogatorio por el abogado de la otra parte del caso con
preguntas adicionales que puedan ser formuladas por el árbitro, o el juez de un
LA ORALIDAD EN EL PROCESO NORTEAMERICANO... 59
tribunal u ordinario. Aunque los árbitros suelen declarar oralmente sus deci-
siones, la gran mayoría de las decisiones de los tribunales administrativos y
ordinarios se emiten por escrito en un lapso de tiempo después de concluir
de concluir las deliberaciones orales. Las partes que decidan presentar me-
morandos después del proceso deben esperar la emisión de la opinión escri-
ta del juez antes de conocer el resultado.
4. L A J U S T I F I C A C IÓ N D E L O S P R O C E S O S O R A L E S
No creo que la mayoría de los juristas en los EE.UU, percibirían a los pro-
cesos orales como mecanismos dirigidos a acelerar los procesos jurídi-
cos. Según nuestro criterio y el de los ingleses, nuestros antepasados en
este tema, los interrogatorios de testigos son fundamentales porque ponen
a prueba la veracidad y precisión de las declaraciones de los testigos. Las
declaraciones ex parte de los testigos tanto por escrito como orales en
donde no se permita un contra-interrogatorio pueden sufrir severas distor-
siones. Los contra-interrogatorios por parte de los abogados someten al
testigo a un proceso de verificación de la veracidad y exactitud de las de-
claraciones, además de determinar la capacidad del testigo de percibir, re-
cordar y relatar los hechos. Es por estos factores que el mecanismo del
contra-interrogatorio siempre se ha identificado como un gran mérito del
sistema Angloamericano. De hecho el Profesor John Henry Wigmore, con-
siderado el más destacdo autor en el tema de la jurisprudencia de pruebas
de los EE.UU, señaló que los contra-interrogatorios constituyen “el mejor
mecanismo que existe en nuestro sistema para descubrir la verdad”.
Aún así las deliberaciones orales, a nuestro juicio, juegan un papel funda-
mental en términos de verificar la veracidad de las declaraciones de las par-
tes y testigos en un juicio y contribuye de forma indirecta a un proceso
inmediato y público. Estos son los impactos positivos que todos los siste-
mas judiciales aspiran alcanzar y es por este motivo que los procesos orales
siempre jugarán un papel importante para nosotros, tanto en los casos labo-
rales como en los procesos jurídicos en general.
Para lograr una mayor eficiencia, sin embargo, debemos considerar la adop-
ción de otros mecanismos alternativos de resolución de controversias y me-
jores técnicas para manejar los flujos de casos. Estas son las iniciativas que
en la actualidad se están investigando activamente en los Estados Unidos y
si se logran aplicar seguramente beneficiarán a los trabajadores y a los liti-
gantes en general.
EL PROCESO LABORAL POR AUDIENCIAS EN AUSTRIA... 63
Herbert LIMBERGER*
SUMARIO:
1. Bienvenida e introducción
2. Situación general de Austria: 2.1 Geografía. 2.2 Principios fundamen-
tales de la Constitución de Austria.
3. Disposiciones constitucionales para la comprensión del derecho labo-
ral: 3.1 Idioma. 3.2 Capital federal. 3.3 La justicia civil. 3.4 Jurisdic-
ción. 3.5 Los jueces.
4. Oralidad: 4.1 Oralidad.
5. Publicidad o carácter público: 5.1 La publicidad popular.
6. Función del proceso civil y con ello también del juicio laboral: 6.1
Acción directa. 6.2 Reivindicación del derecho a la tutela judicial
efectiva (o derecho al acceso a la justicia). 6.3 Paz jurídica. 6.4 Proce-
so constituye el último recurso. 6.5 El interés jurídico.
*
Juez y profesor.
Abreviaturas empleadas: LTTS: Ley sobre los Tribunales del Trabajo y Asuntos de Seguridad
SociaL. TS: Tribunal Supremo. CPC: Código de Procedimiento Civil. CN: Constitución Nacional.
LM: Ley de Medios (de Comunicación).
64 HERBERT LIMBERGER
1. BIENVENIDA E INTRODUCCIÓN
Antes de 1987 los conflictos laborales eran ventilados ante una gran variedad
de tribunales y otras autoridades. La jurisdicción social se resolvía en tribuna-
EL PROCESO LABORAL POR AUDIENCIAS EN AUSTRIA... 65
les de arbitraje. En el curso de una gran reforma, la Ley sobre los Tribunales del
Trabajo y Asuntos de Seguridad Social (LTTS) transfirió la competencia en la
decisión de litigios laborales y sociales a los tribunales ordinarios.
En vista de que ahora el proceso laboral tiene lugar dentro del marco de la
jurisdicción ordinaria, se ha ordenado que, siempre que no sean necesarias
disposiciones especiales, se apliquen las disposiciones generales sobre la ju-
risdicción en causas civiles (Art. 2, aparte 1 de la LTTS).
2.1 GEOGRAFÍA
limita con ocho estados vecinos, de los cuales en al menos cinco se emplean
idiomas oficiales distintos del nuestro. Austria no tiene acceso directo al mar.
3.- El principio federal (Austria es un Estado federal y está conformado por los
estados independientes Alta Austria, Baja Austria, Viena, etc.).
Existe una separación organizativa entre los órganos del Poder Legislativo y
los del Poder Ejecutivo bajo el principio de la separación entre administración
y justicia.
3.1 IDIOMA
El idioma oficial es el alemán. Esto quiere decir que todas las órdenes se dictan
en alemán, incluso nuestras decisiones / sentencias. El alemán es la lengua
oficial en todos los tribunales (pero existe una protección para lenguas minori-
tarias: el croata y el esloveno).
La capital federal y la sede de los máximos órganos del gobierno federal, inclu-
yendo la Corte Suprema de Justicia, es Viena.
3.4 JURISDICCIÓN
– Todas las sentencias son elaboradas y publicadas “Im Namen der Republik”
en nombre de la República (Artículo 82 de la Constitución)
Los jueces son los órganos INDEPENDIENTES del Estado designados para
ejercer la(s) función(es) de administración de justicia en los tribunales y a
quienes compete el ejercicio de la administración de justicia en los litigios en
materia civil (desde luego también en materia penal). (Por tanto, esta función
no recae ni en el soberano, ni en el gobierno o en la opinión pública y tampoco
en una votación telefónica.)
68 HERBERT LIMBERGER
El proceso laboral por audiencias está marcado por esta “participación del
pueblo”.
En los asuntos laborales las decisiones son tomadas por principio por SALAS
DE JUSTICIA. Éstas se componen de un juez de carrera como presidente y dos
jueces legos conocedores de la materia, uno de ellos proveniente del seno de
los asalariados y uno proveniente del seno de los patronos.
–Juez profesional
–Jueces no profesional
4. ORALIDAD
Aun cuando temáticamente formen parte del punto anterior sobre las dispo-
siciones constitucionales, la oralidad y la publicidad se mencionan como
puntos aparte debido a que ambos principios revisten gran importancia en
este congreso.
Las audiencias en los juicios civiles (y penales) ante el tribunal que conoce el
caso respectivo son orales y públicas, Art. 90 de la Constitución federal.
4.1 ORALIDAD
– Sólo aquello que haya sido alegado en una audiencia oral podrá constituir la
base de una sentencia.
– Las partes tratan el pleito judicial de manera oral ante el tribunal que conoce
la causa.
70 HERBERT LIMBERGER
Luego de la llamada del asunto a vista, las partes serán oídas en sus solicitu-
des... y en las exposiciones jurídicas relativas al litigio.
Aquellos escritos a los que se haga referencia en las exposiciones, sólo serán
leídos en voz alta en cuanto sean desconocidos para el tribunal o la contraparte
o en cuanto se trate precisamente del sentido literal, § 178 CPC.
La sentencia deberá dictarse sobre la base del juicio oral, § 414 CPC.
El juicio de apelación SÓLO tendrá lugar en forma oral cuando haya sido soli-
citado así por una de las partes, ya que “las partes podrán prescindir de la
fijación de una audiencia judicial sobre el recurso de apelación”, § 492 ZPO.
Sin embargo, el tribunal por su propia parte podrá convocar una audiencia oral
si lo estimare necesario.
Por lo tanto, a cada cual le está permitido asistir de forma inmediata a las
actuaciones procesales de las partes y del tribunal, sin que para ello tenga que
notificar algún interés.
72 HERBERT LIMBERGER
El juez deberá velar porque toda persona tenga acceso a las deliberaciones.
El edificio público del tribunal está sujeto a los horarios oficiales de apertura
y cierre.
Puede ocurrir que exista un número insuficiente de salas de juicio y que por ello
el juez se vea precisado a trasladar la audiencia a su cámara, donde sólo hay
espacio para las partes en el litigio. En casos de emergencia esto tampoco
constituye una contravención del principio de publicidad.
Pero, tal como se ilustra en el punto siguiente, este precepto admite restricciones.
EL PROCESO LABORAL POR AUDIENCIAS EN AUSTRIA... 73
El público puede ser excluido, ya sea para la totalidad del juicio o sólo durante
partes de él, § 172, aparte 3 CPC.
El público PODRÁ ser excluido a solicitud de una de las partes cuando para
fines de la decisión en el litigio sea necesario ventilar hechos de la vida familiar,
o cuando aparenten estar en peligro secretos comerciales o industriales o el
secreto profesional, § 172, aparte 2 CPC.
Por lo tanto, la publicidad del proceso con relación a las partes persiste, aun
cuando la publicidad con respecto al público haya quedado excluida.
Otro campo de posibles tensiones se genera por el libre acceso del público y la
seguridad.
Terceros sólo podrán tener acceso a los autos cuando ambas partes hayan
dado su consentimiento para ello.
De faltar tal consentimiento, éste podrá ser otorgado por el presidente del
tribunal cuando se acredite un interés jurídico en el caso, § 219 CPC.
Cada cual tiene el derecho a que su causa sea oída de forma equitativa, públi-
camente y dentro de un plazo razonable por un tribunal independiente e im-
parcial basado en las leyes que ha de decidir... sobre reclamaciones y
obligaciones civiles.
La paz jurídica protege tanto a la esfera jurídica privada del ciudadano como a
todo el ordenamiento del derecho privado.
Por lo tanto, un
Sólo ha de recibir protección jurídica aquel que tenga un interés admitido por el
ordenamiento jurídico en el cumplimiento de derecho solicitado.
Cuando no esté dado el interés jurídico, la demanda / el recurso legal deberá ser
rechazada(o).
7.2 MEDIACIÓN:
En asuntos familiares es posible fijar una audiencia judicial para hacer uso de
una mediación.
En los juicios orales, el tribunal puede intentar en cualquier estado del caso un
arreglo amistoso de (la totalidad de) el litigio o la procura de un arreglo sobre
determinados puntos litigiosos, tanto a solicitud de las partes como por la vía
de oficio, § 204 CPC.
Las disposiciones austríacas sobre arreglos se han extendido incluso hasta Japón.
Aparte del ahorro de costas, se logra la paz jurídica rápidamente y sin compli-
caciones.
7.4 RECONOCIMIENTO
En el juicio arbitral los conflictos de derecho privado son resueltos no por tribu-
nales estatales sino por cuerpos deliberantes u órganos de decisión no estatales.
En los últimos años esta idea ha adquirido cada vez mayor importancia, incluso
a nivel nacional. Uno de los argumentos a favor de este procedimiento parece
ser la confidencialidad, ya que aquí no rige el principio de publicidad. Sin
embargo, existe el riesgo de que la parte más fuerte le imponga a la parte más
débil un tribunal arbitral perjudicial o desventajoso. En los juicios laborales la
relación de las partes frecuentemente es tal que el patrono, más fuerte económi-
camente, se enfrenta al trabajador económicamente más débil.
Durante mucho tiempo las sumas adeudadas a los trabajadores estaban sujetas
a una tasa de interés de (apenas) 4%. En tiempos de alto costo del crédito
(10%), al patrono le podía parecer más favorable retener la remuneración de su
empleado y pagársela con retraso, es decir, durante o después del juicio.
8. EL PROCESO JUDICIAL
Durante el año 2002 sólo en materia civil hubo alrededor de 230.000 expedientes
judiciales en Austria. De éstos, unos 20.000 casos correspondieron a causas
jurídico-laborales.
Existen formularios obligatorios para las acciones que pretenden obtener con-
dicional del pago. A partir de 2003 las acciones que preten pago popiamente
dicho por un importe no superior a 30.000 euros deberán a para los procesos
monitorios (Mahnklage).
– El tribunal no podrá conceder a la parte actora otra cosa que no sea lo deman-
dado, ni “más”, ni “algo distinto”.
El juez fija una audiencia. Las partes, los testigos, etc. son citados para esa
audiencia.
– solamente son impugnables los errores del tribunal –no así los de
las partes–.
Entre éstos cabe mencionar particularmente por estar relacionados con nues-
tro tema:
– Violación de la oralidad,
9. EL JUICIO LABORAL
9.1 GENERALIDADES:
Los motivos para el establecimiento del derecho laboral y del derecho procesal
laboral como un “derecho especial” se derivan de
– Competencia
– Competencia local
Tribunal colegiado:
Primera instancia
O juez profesional
OO jueces no profesionales
Segunda instancia OOO jueces profesionales
OO jueces no profesionales
Última instancia OOO jueces profesionales
OO jueces no profesionales
OOOOOOO jueces profesionales
OO OO jueces no profesionales
Los jueces no profesionales han de participar “en la cuestión misma” del litigio
y del fallo, mientras que el presidente de la sala debe poder tomar sólo todas
aquellas decisiones referidas a la conducción del juicio.
– Norma de representación:
– abogados
– Validez provisional:
– Evolución general:
10. PERSPECTIVAS
En Austria desde hace años se están haciendo esfuerzos por liquidar a los
tribunales pequeños, particularmente a los pequeños juzgados municipales
con un solo juez. Esto no afecta a los casos laborales.
De esta manera los litigios jurídico-laborales serían introducidos ante los tribu-
nales de primera instancia, por lo que en Austria debería existir un mayor núme-
ro de éstos que hasta el presente (62 en lugar de 16). Esto a su vez implica que
el ciudadano tiene un acceso geográficamente más sencillo a la justicia (en los
litigios de familia se escuchará y tendrá que oírse el argumento opuesto).
EL PROCESO LABORAL POR AUDIENCIAS EN AUSTRIA... 89
Estos cambios en la materia judicial constituyen retos múltiples para los tribu-
nales (aprendizaje de la nueva materia –su aplicación– logro de una jurispru-
dencia sentada). Epílogo:
Ante una constante sobrecarga de los tribunales y jueces podría surgir la idea
de limitar el principio de oralidad en beneficio de la forma escrita.
Los campeones del ahorro podrían calcular que con una más amplia utilización
de la forma escrita se necesitan menos salas de audiencia, habrá menos gastos
de energía eléctrica, hace falta menos personal.
Por último todo el proceso judicial se podría llevar a cabo por la vía virtual.
Con esto estoy tocando nuevas dimensiones de los principios procesales don-
de la oralidad y la publicidad tendrán que ser replanteadas por completo.
EL SISTEMA DE JUSTICIA LABORAL CUBANO. APUNTES Y ... 91
SUMARIO:
Introducción
1 . Antecedentes procesales del derecho laboral cubano: 1.1 Generalida-
des: 1.1.1 Constitucionalidad y derecho laboral. 1.1.2 Antecedentes
procesales. 1.1.3 Etapa revolucionaria.
*
Especialista en Asesoría Jurídica. Asesor Principal del Ministro de Educación Superior. Atiende
los Asuntos Jurídicos y asesora metodológicamente a las universidades adscriptas. Universidad
de La Habana, profesor Adjunto. Ha sido tutor, oponente y formado Tribunal en Diplomas de
estudiantes de Derecho. Ha participado en numerosos eventos nacionales e internacionales
relacionados con el derecho. Ha ejercido como Abogado ante tribunales de justicia en materia
penal, laboral y civil. Es miembro de la Unión Nacional de Juristas de Cuba. Teléfono: 55-2354.
Email: jvasan@reduniv.edu.cu
**
Especialista en Asesoría Jurídica (Maestría Profesional). Universidad Central Marta Abreu
de Las Villas, Decano de la Facultad de Derecho y Profesor Principal de la asignatura Derecho
Laboral y Seguridad Social. Teléfono 281273; Dirección Edificio 45 apto. 3 Reparto José Martí,
Santa Clara Villa Clara, teléfono 292297. e-mail echerri@sociales.uclv.edu.cu y
echerri@yahoo.com. Ha participado en varios eventos provinciales, nacionales e internaciona-
les, como el I, II y III y IV Encuentro Iberoamericano de Derecho Laboral y Seguridad Social. Es
Vicepresidente del Capítulo Provincial de la Sociedad Cubana de Derecho Laboral y Seguridad
Social y Presidente de la Junta Directiva Provincial de la Unión Nacional de Juristas de Cuba en
Villa Clara. Cuba.
92 JORGE VALDÉS ASAN / FERNANDO DE JESÚS ECHERRI FERRÁNDIZ
INTRODUCCIÓN
1.1 GENERALIDADES
Resulta extremadamente importante señalar que todas las instituciones del de-
recho laboral cubano tienen rango constitucional, ya que no podríamos expli-
car nuestro derecho laboral, ni los diferentes procedimientos y la forma en que
se resuelven los conflictos del trabajo, sin antes explicar, aunque sea breve-
mente, las normas establecidas en nuestra Constitución que consagran el dere-
cho al trabajo, tanto de hombres como de mujeres, y los principios sobre los
cuales se sustentan las normas jurídicas que procesalmente deben dar la ga-
rantía del pleno goce y disfrute de estos derechos.
Dio vida a la actual estructura y organización del Estado y del Gobierno, dejan-
do atrás un período que comenzó en 1959 donde se crearon las bases de la
actual sociedad cubana.
Estos dos artículos nos llevan de la mano al tema que nos ocupa: los derechos,
deberes y garantías fundamentales de los ciudadanos, con especial referencia
al trabajo.
“Cada trabajador está en el deber de cumplir cabalmente las tareas que le co-
rresponden en su empleo”. Artículo 45.
Sin menospreciar el criterio de aquellos que dejan claras sus posiciones se-
ñalando una ubicación anterior a tal acontecimiento, nos identificamos con
quienes lo ven como un resultado o consecuencia de aquél, sin que ello
signifique la ruptura o el aislamiento con otros sucesos, que en la misma
medida posibilitaron el advenimiento del Derecho Laboral como una especia-
lidad independiente dentro de la superestructura del Derecho y que conside-
ramos prudente señalar:
Los años que transcurrieron a 1899 hasta 1920 se caracterizaron por la ausencia
de influencia del movimiento obrero en la legislación laboral de las dos prime-
ras décadas de siglo. No obstante en esta etapa se maduraron las condiciones
que facilitaron que en los años posteriores, el efecto de la acción del movimien-
to obrero fuera notable en las leyes que serían dictadas. Para efectuar un aná-
lisis más detallado hemos decidido fragmentar dicha etapa en tres períodos los
que se comportarán de la siguiente forma:
Triunfante la Revolución desde los primeros claros del mes de enero de 1959, el
Gobierno Revolucionario se pronunció por lograr la depuración y reorganiza-
ción del movimiento sindical para erradicar el “mujalismo” y aspirar a una orga-
nización revolucionaria de todos los trabajadores. Así es que de inmediato se
1
Instituto de Historia del Movimiento Comunista y la Revolución Socialista en Cuba: El movi-
miento obrero cubano. Documentos y artículos, 1.1 Editorial de Ciencias Sociales. La Habana.
1975. p. 18.
98 JORGE VALDÉS ASAN / FERNANDO DE JESÚS ECHERRI FERRÁNDIZ
El primero de enero 1961 comenzó a regir para el Ministerio del Trabajo una
nueva Ley Orgánica, la número 907, del 31 de diciembre de 1960 con el propó-
sito de reorganizar las actividades del Ministerio del Trabajo, las que ahora se
ampliaban para incluir aquellas cuya esencia previa, las de tipo social recreati-
vas, culturales y deportivas de los trabajadores, así como el cuidado durante
las horas de trabajo de los hijos pequeños de los obreros.
En esta etapa tuvieron lugar en los XI, XII y XIII Congresos de la CTC desta-
cándose este último como el que mayor influencia ejerció en nuestra legisla-
ción laboral, debido al carácter de las leyes, que fueron dictadas al calor de lo
allí planteado emergerían. Figuran como ejemplos:
Cuestiones éstas que evidencian que a partir de la década del setenta la legis-
lación laboral y de seguridad social fue en ascenso.
Por otra parte la celebración del Primer Congreso del PCC en diciembre de
1975 y las resoluciones allí aprobadas hicieron posible que se proveyera al
país de las directivas necesarias para la organización económica, en especial
de la empresa estatal socialista, lo que implicó importantes cambios en la
legislación laboral de la nación. En tal sentido, se promulgó el Decreto 73 de
agosto de 1980 que estableció el sistema de contratación directa de la fuerza
de trabajo como regulador de la descentralización de la política de empleo y
del Decreto Ley 40 del 16 de octubre del propio año que implantó el contrato
de trabajo como instrumento jurídico idóneo para dicho proceso de descen-
tralización. Con estas normas el Derecho Laboral cubano obtuvo mayor orga-
nicidad y se enriqueció con la entrada y desarrollo de ciertas instituciones
jurídico-laborales, lo que favoreció tanto a trabajadores como a entidades
laborales, pues permitió la elección de la contraparte en la relación jurídica
laboral, lo que equivale a decir que hizo más pleno el derecho al trabajo.
2
Salario que no correspondía al contenido de la plaza por la que se retribuía y se estableció como
resultado de la congelación de los salarios.
100 JORGE VALDÉS ASAN / FERNANDO DE JESÚS ECHERRI FERRÁNDIZ
Hacia la década del ochenta, basada en las experiencias de los entonces países
socialistas y considerando las tradiciones jurídicas e históricas de nuestro
pueblo, entró en vigor el 26 de julio de 1985 la Ley número 49 del Código de
Trabajo. Su promulgación además de satisfacer una vieja aspiración de los
trabajadores cubanos que no pudo ser lograda en el capitalismo, a pesar de la
pujanza de la clase obrera durante esa etapa, evidenció la madurez que había
alcanzado nuestra legislación laboral, pues en él se habían sintetizado los prin-
cipios que regirían las relaciones laborales y de seguridad social en concor-
dancia con los preceptos constitucionales, lo que introdujo algunos cambios
en el orden político, económico y social del país.
La nueva ley estaría provista de los lineamientos que caracterizarían una socie-
dad nueva de obreros, campesinos y demás trabajadores intelectuales, los que
liberados ahora de la explotación a que fueron sometidos por más de un siglo, se
dispondrían a construir una sociedad en la que el poder político y económico
estaría en manos del pueblo trabajador.
Unos años más tarde, en 1989, con la caída del campo socialista, Cuba debió –
ante un problema único– reajustar su economía y su vida social, cultural y
científica al difícil reto de la supervivencia, pues por el acoso del bloqueo
norteamericano se había quedado sin créditos y sin posibilidad alguna de ob-
tener la cooperación de los organismos financieros internacionales. Las conse-
cuencias de estos hechos fueron muchas, pero entre ellas las relativas a la
esfera laboral fueron incalculables.
3
Fidel Castro: Informe Central al V Congreso del PCC, en Granma, 8 de octubre de 1997, p. 4.
EL SISTEMA DE JUSTICIA LABORAL CUBANO. APUNTES Y ... 101
Es por ello, que sin renunciar a los principios ni a las conquistas de la Revo-
lución se tomaron un conjunto de medidas que ayudarían al país no sólo a
paliar las condiciones del “período especial” sino a despuntar en una nueva
proyección económica que lejos de devenir en estímulo a los problemas so-
ciales que ya venían perfilándose fuesen una convincente respuesta a los
mismos. Necesariamente el perfeccionamiento de toda legislación presupone
el estar determinado o acorde con el desarrollo y necesidades que la sociedad
demanda, lo que confirma el hecho de hacer en cada momento lo que en cada
momento se requiere, por lo que fue preciso la introducción de algunos cam-
bios en la legislación vigente que sin ser ese su objetivo, quebrantaban lo
previsto o ya codificado.
mación de los derechos se suscitaran entre los trabajadores o entre éstos y las
administraciones de las entidades laborales.
Antes de comenzar nuestra explicación es bueno aclarar que si bien es cierto que
(...) existe en doctrina juslaboralista de la mayoría de los países una clasificación
tradicional, pero vigente que aparece recogida en buena parte de las normas posi-
tivas, y según la cual existen conflictos individuales y colectivos (...)4 en nuestro
país los conflictos colectivos que se originen por el incumplimiento de la Negocia-
ción Colectiva (Convenio Colectivo de Trabajo) se dirimen por el entendimiento
primario del Sindicato Nacional y el Organismo de la Administración Central de
Estado, y de no llegar a acuerdos se recurre al Arbitraje de la Oficina Nacional de
Inspección del Trabajo, adscrito al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
4
Sappia. Jorge. Justicia Laboral y medios alternativos de solución de conflictos colectivos e
individuales del trabajo. Oficina Internacional del Trabajo (OIT) 149, junio 2002.
104 JORGE VALDÉS ASAN / FERNANDO DE JESÚS ECHERRI FERRÁNDIZ
Así es, que del conglomerado de medidas, donde: la gravedad de los hechos, los
perjuicios causados, las condiciones personales del infractor, su historia laboral y
su conducta actual constituyen elementos determinantes en la valoración del caso
son las administraciones de las entidades laborales, taxativamente enumeradas en
el artículo 1 del mencionado decreto, las únicas facultadas para imponerlas. Por su
parte, ante conductas o actos violatorios de la disciplina laboral, los Órganos de
Justicia Laboral de Base, en su doble manifestación de instancia definitiva e inicial,
actuaran como el órgano primario y obligado en la solución de tales conflictos.
Podemos por tanto exponer cuáles son los elementos fundamentales de dichos
órganos que se traducen en:
5
Lic. Yailet Pérez Álvarez. El procedimiento Laboral Cubano y su problemática actual.
Consideraciones para un ordenamiento único. UCLV. 2002.
EL SISTEMA DE JUSTICIA LABORAL CUBANO. APUNTES Y ... 105
Y dentro del segundo subgrupo, que por demás pueden ser recurri-
das a la vía judicial:
Comparecencia de las partes: Este principio impera para que los que
resuelvan el conflicto obtengan directamente mayor claridad de los
hechos mediante el comportamiento, en un mismo acto de los relatos
y argumentos de las partes.
Del Derecho Penal “legendaria modalidad jurídica” (...) fueron legados algunos
términos, cuya aplicación fluctúa en el Derecho Laboral, gracias al grado de
relación que le une a una y otra especialidad, un ejemplo de ello es precisamen-
te el traído a colación sobre los fines o funciones de la pena, traspolados en el
orden laboral con los fines o funciones de las medidas disciplinarias (...) 6
6
Lic Yailet Pérez Álvarez. Ob. Cit., UCLV. 2002.
EL SISTEMA DE JUSTICIA LABORAL CUBANO. APUNTES Y ... 109
Una vez recibida la reclamación, ninguno de los miembros del Órgano de Jus-
ticia Laboral de Base –ni individual ni colectivamente– puede rechazarla sino
examinar el escrito y dentro de los diez días hábiles a la fecha de su presenta-
ción –nunca en horas laborables– el presidente citará a las partes involucradas
en el conflicto para la comparecencia pública, oportunidad en que presentará a
la administración una copia de la reclamación para que se instruya de su conte-
nido, la que en este tiempo se ocupará de efectuar los trámites que considere
pertinentes. En la misma participará el dirigente administrativo que aplicó o el
que propuso para su imposición la medida disciplinaria, o el que adoptó la de-
cisión susceptible de ser reclamada en los casos de derecho, salvo que por
fuerza mayor deba hacerse representar por otro dirigente administrativo.
7
Resolución Conjunta 1 (MTSS/TSP) de 4 de diciembre de 1997.
EL SISTEMA DE JUSTICIA LABORAL CUBANO. APUNTES Y ... 111
Dentro del término de diez días hábiles de notificada la resolución del Órgano
de Justicia Laboral de Base y con la presentación de la correspondiente Recla-
mación, documento acreditativo de la inconformidad de las partes se inicia el
112 JORGE VALDÉS ASAN / FERNANDO DE JESÚS ECHERRI FERRÁNDIZ
proceso laboral judicial ante el propio órgano que resolvió el conflicto, quien
dará traslado del escrito polémico de Reclamación al Tribunal dentro del impro-
rrogable término de tres días hábiles siguientes. El tribunal del municipio en
que radica la entidad laboral podrá admitirla, siempre que su contenido absorba
reclamaciones por inconformidad, dada la aplicación inicial de medidas disci-
plinarias consistentes en traslado a otra plaza de menor remuneración o califi-
cación o de condiciones laborales distintas con pérdida de la que ocupaba el
trabajador o separación definitiva de la entidad y en materia de derechos labo-
rales, para ello dispone de un término de veinticuatro días hábiles siguientes a
la fecha en que tal instancia conoció del asunto.
Si la revisión fuera declarada con lugar, la Sala de lo Laboral del Tribunal Supre-
mo Popular anulará la sentencia que fue objeto de la misma y dictará en su
lugar, la que en derecho proceda para resolver el fondo del asunto, contra la
cual no procede recurso alguno.
La demanda se presentará por escrito con tantas copias sean las partes deman-
dadas y en el término de treinta días contados desde el día siguiente a la fecha en
que se notificó la resolución, remitiéndose en lo demás a los extremos del artículo
706 de la ya mencionada ley de procedimiento, expresando concretamente los
hechos que pretenden probarse más los medios de prueba de que intente valerse
el demandante, acompañando los que dispusiere y, de no hacerlo, los señalará el
Tribunal de oficio.
SUMARIO:
*
Tribunal Supremo de España, Magistrado de la Sala de lo Social.
118 JESÚS GULLÓN RODRÍGUEZ
El derecho laboral, que intenta armonizar o regular los conflictos que se produ-
cen en el mundo de las relaciones de trabajo, y las normas de procedimiento
que encauzan ante los órganos que han de decidir las controversias las preten-
siones de trabajadores y empresarios, tiene su origen en Europa como conse-
cuencia de un dilatado proceso que se agudizó en la época de la denominada
revolución industrial, que trajo consigo, como es sabido, la paulatina disminu-
ción de las clases campesinas y su sustitución por la clase obrera en las gran-
des urbes industriales, lo que, a su vez, conduciría a los movimientos obreros
del Siglo XIX que tanta influencia tuvieron en el origen y desarrollo del dere-
cho del trabajo.
Realmente puede sorprender que las observaciones, las críticas y los defectos
que nuestros antepasados del Siglo XIX y principios del XX hacían notar
sobre las normas, los tribunales y la justicia en general, y en el ámbito laboral
en particular, tiene en nuestros tiempos una vigencia que a veces resulta irri-
tante. Da la impresión de que en casi doscientos años no hemos sido capaces
de terminar con algunos de los males endémicos de la justicia: la lentitud, el
alejamiento del ciudadano, la no gratuidad, la inexistencia de suficientes jueces
de alta cualificiación profesional y dignamente remunerados, la falta de medios
de la justicia. Por eso en algunas ocasiones un breve paso por la historia nos
ayuda a entender mejor las cosas, a conocernos mejor y, a veces, a darnos
cuenta de que “casi todo está inventado”, pues inevitablemente somos el re-
sultado, el fruto de todo cuanto ha sucedido en años, siglos anteriores.
En España, el proceso civil de mediados del siglo XIX no era apto para dar una
verdadera respuesta a aquellos conflictos que nacían del mundo del trabajo.
Resulta curioso leer hoy la Exposición de Motivos del proyecto de Ley de
Enjuiciamiento Civil de 1853, muchos años antes de que se aprobase la LEC de
LA SOLUCIÓN DE LOS CONFLICTOS DE TRABAJO Y SEGURIDAD ... 119
1881, que ha estado vigente hasta hace poco. Bien: entonces decía el Ministro
de Gracia y Justicia de Castro y Orozco que “los litigios y reclamaciones
jurídicas son hoy el espanto y la ruina de muchas familias; son un manantial
perenne de escándalos, son la muerte de la justicia misma. Las forma, o mejor
dicho, los abusos a que dan lugar, ahogan la voz de los litigantes, despopu-
larizan a nuestros Tribunales y acabarán por desacreditar una de las más
santas instituciones si no se hacen desaparecer pronto las irregularidades
de nuestro procedimiento”. No obstante, nuestra Ley de Enjuiciamiento Civil
de 1881, que ha estado vigente hasta la entrada en vigor de la nueva ley 1/2000,
en enero de 2001, siguió fiel a los principios procesales dominantes en la épo-
ca, perdurando en el proceso civil las características típicas de escritura, roga-
ción, no gratuidad, formalismos, pluralidad de procedimientos diversos. 1
Nada de esto satisfacía los más elementales principios que han de regir para
resolver los conflictos de trabajo, especialmente la celeridad y la gratuidad,
creándose al final del Siglo XIX un clamor favorable no sólo a la existencia de
un proceso laboral ágil, oral y gratuito, sino que, dando un paso más, se enten-
dió que los Juzgados civiles carecían de los conocimientos y proximidad que
requería la aplicación del derecho a las nuevas relaciones sociales, al mundo
del trabajo, por lo que se crearon los tribunales especializados como aspiración
típica de los movimientos obreros, que además pretendían que fuesen de natu-
raleza paritaria.
Esta Ley establecía por primera vez Tribunales laborales mixtos, compuestos
por un Juez de 1ª Instancia como presidente y seis jurados, tres elegidos por el
1
Revista General de Legislación, 1853, pp. 172 a 186.
120 JESÚS GULLÓN RODRÍGUEZ
litigante obrero entre los que figurasen en la lista elegida por los patronos, y
tres designados por el litigante patrono, entre los que figuraran en la lista
elegida por los trabajadores, estableciéndose un verdadero sistema electoral
para la designación de los integrantes de las listas de un verdadero “cuerpo de
jurados” en cada territorio.
2
Juan Montero Aroca. Los Tribunales de Trabajo. Jurisdicciones especiales y movimiento obre-
ro. Universidad de Valencia. 1976, pp. 44 y 45.
3
Memoria anual del Fiscal del Tribunal Supremo elevada a S. M. el Rey en 1911.
4
Juan Montero Aroca, Ob. Cit., p. 51.
LA SOLUCIÓN DE LOS CONFLICTOS DE TRABAJO Y SEGURIDAD ... 121
5
Sevilla Andrés, D. El socialismo en España, en Las Provincias, p. 5.
6
Bartolomé Ríos Salmerón. El despido disciplinario. Cuadernos de derecho Judicial 12/1995. pp.
297 y ss.
122 JESÚS GULLÓN RODRÍGUEZ
En todo caso, como afirma el profesor Palomeque López,7 durante ese período
el proceso de trabajo es especialmente el proceso en materia de contrato de
7
Palomeque López, Manuel. Derecho del Trabajo. Undécima edición. p. 1.185.
124 JESÚS GULLÓN RODRÍGUEZ
Conviene desde ahora decir que en el nuevo diseño jurisdiccional que se llevó
a cabo en la Constitución, las facultades de análisis de la constitucionalidad de
las leyes y los recursos de amparo formulados por los ciudadanos en solicitud
de protección de los derechos fundamentales que contiene la propia Constitu-
ción (artículos 14 al 29) corresponden al Tribunal Constitucional, que se com-
pone de 12 miembros nombrados por el Rey; de ellos, cuatro a propuesta del
Congreso por mayoría de tres quintos de sus miembros; cuatro a propuesta del
Senado, con idéntica mayoría; dos a propuesta del Gobierno, y dos a propues-
ta del Consejo General del Poder Judicial. Los miembros del Tribunal Constitu-
LA SOLUCIÓN DE LOS CONFLICTOS DE TRABAJO Y SEGURIDAD ... 125
En el artículo 122 CE se anuncia que la Ley Orgánica del Poder Judicial determi-
nará la constitución, funcionamiento y gobierno de los Juzgados y Tribunales,
así como el estatuto jurídico de los Jueces y Magistrados de carrera, que for-
marán un Cuerpo único, y del personal al servicio de la Administración de
Justicia. Es esa norma Orgánica el instrumento fundamental en el que vamos a
fijarnos después para determinar el sistema judicial español, especialmente en
lo que a la justicia laboral se refiere.
Tal y como establece el artículo 122.2 CE, el Consejo General del Poder Judicial
es el órgano de gobierno del mismo. Estará integrado por el Presidente del
Tribunal Supremo, que lo presidirá, y por veinte miembros nombrados por el
Rey por un período de cinco años. De éstos, doce entre Jueces y Magistrados
de todas las categorías judiciales, en los términos que establezca la ley orgáni-
ca; cuatro a propuesta del Congreso de los Diputados, y cuatro a propuesta del
Senado, elegidos en ambos casos por mayoría de tres quintos de sus miem-
bros, entre abogados y otros juristas, todos ellos de reconocida competencia y
con más de quince años de ejercicio en su profesión.
Dejando al margen ahora las polémicas suscitadas sobre ese sistema de elec-
ción de los miembros que integran el Consejo y el cambio en sistema que se
produjo desde la primera Ley Orgánica del Consejo de 1980 hasta el de la Ley
orgánica del Poder Judicial (LOPJ) de 1985 –de una elección de los doce jueces
“entre” ellos, por sufragio a un sistema de elección por las Cámaras– lo cierto
es que el Consejo tiene como misión fundamental el de proteger la independen-
cia de Jueces y Magistrados, pero también desarrolla las siguientes:
Suele llamar la atención en otros países el hecho de que el Consejo General del
Poder Judicial en España únicamente tiene competencias sobre Jueces y Ma-
gistrados. El Ministerio Fiscal tiene un estatuto distinto gestionado por el
Ministerio de Justicia (El Fiscal General del Estado se nombra por el Rey a
propuesta del Gobierno), los Secretarios y Médicos Forenses también depen-
den del referido Ministerio, pero el personal auxiliar de los Juzgados, o bien
depende del ejecutivo de las Comunidades Autónomas –si tienen transferida
esa competencia, como ocurre en la mayoría de los casos– o bien del propio
Ministerio de Justicia. Expresión práctica de ellos es, por ejemplo, que el hora-
rio de Juzgados y Tribunales no lo fija el Consejo, sino el ejecutivo. El panora-
ma, como puede verse, es un poco desolador cuando en una misma oficina
judicial se ofrece un repertorio de vinculaciones tan dispar, lo que conduce en
el ámbito organizativo y disciplinario a no pocos problemas. Además, los me-
dios materiales necesarios para la administración de justicia, desde la creación
de un Juzgado hasta la adquisición de un ordenador, dependen del poder eje-
cutivo –estatal o autonómico, según los casos y en función de las transferen-
cias–. En último término de este esbozo de dispersión competencial, podría
añadirse que el Consejo General del Poder Judicial propone a las Cortes el
presupuesto para su propio funcionamiento,9 pero no para abonar las retribu-
ciones de Jueces y Magistrados o para proveer de medios a la justicia, cantida-
des que obran en los del Ministerio de Justicia en todo caso para los Jueces,
Fiscales, Secretarios y Forenses. O en los presupuestos de las Comunidades
8
De los 3.500 puestos judiciales, principalmente se eligen de manera discrecional por el Consejo
los 88 Magistrados del Tribunal Supremo, los 17 Presidentes de Tribunales Superiores de Justicia,
52 Presidentes de Audiencias Provinciales, Presidentes de las Salas de Social y Contencioso-
Administrativo el Tribunales Superiores de Justicia 42 y Magistrados de Salas de Civil y Penal en
los TSJ, unos 50. El resto de ascensos y traslados se lleva a cabo por antigüedad o especialidad, o
ambos criterios combinados.
9
Unos 23 millones de euros en el año 2001.
LA SOLUCIÓN DE LOS CONFLICTOS DE TRABAJO Y SEGURIDAD ... 127
Como se dijo antes, únicamente los Jueces y Magistrados son los titulares del
denominado “tercer poder” del Estado. A ellos está encomendada la tarea de
10
En España hay cuatro Asociaciones. Asociación Profesional de la Magistratura, de corte
conservador, según la prensa, Francisco de Vitoria, “de centro”, Jueces para la Democracia,
progresista o de planteamientos de izquierdas, siempre según los medios, y una nueva que ha
surgido recientemente, Foro Judicial, de la que no se tienen muchas noticias.
128 JESÚS GULLÓN RODRÍGUEZ
Antes decíamos que la Constitución Española de 1978, vigente hoy sin prácti-
camente ninguna modificación, contempla en el artículo 143 y siguientes la
existencia y alcance del reconocimiento de las Comunidades Autónomas. En la
denominada “transición española” y como fruto de un difícil consenso se plas-
mó en la Constitución el sistema en virtud del cual España terminaría organiza-
da en 17 Comunidades Autónomas, que de forma paulatina fueron adquiriendo
distintas competencias transferidas desde el poder central. A título de ejemplo,
puede decirse que las Comunidades más desarrolladas en ese ámbito, como el
País Vasco o Cataluña, tienen su propio Parlamento (como las demás) Policía
Autónoma, Sanidad, Enseñanza, Trasportes, Turismo e incluso las Prisiones
(sólo Cataluña) etc., y, por supuesto, Justicia. Como antes se apuntó, el Poder
Judicial, los Jueces, dependen de un órgano central y único, el Consejo General
del Poder Judicial y ninguna de sus competencias es transferible. Por eso se ha
acuñado la terminología utilizada por el Tribunal Constitucional de que las
transferencias a las Comunidades Autónomas en esta materia, pueden llevarse
a cabo en relación con la administración (con minúscula) de la Administración
(con mayúscula) de Justicia, esto es, sobre los aspectos no relacionados direc-
tamente con la jurisdicción, como medios humanos –salvo jueces, fiscales,
forenses y secretarios– y especialmente sobre medios materiales.
Los Tribunales Superiores de Justicia: Existe uno en cada una de las 17 Comu-
nidades Autónomas, y en alguna de ellas, por razones de su gran extensión, el
Tribunal tiene varias sedes. Andalucía (tres), Canarias (dos), Castilla y León
(dos). Por tanto son 21 Tribunales, en los que existe una Sala de lo Civil y Penal,
cuyas competencias son muy limitadas, otra de lo Contencioso-Administrativo
que conoce de recursos planteados contra las sentencias de los Juzgados de lo
Contencioso y otra de lo Social, que resuelve, fundamentalmente, los recursos
de suplicación planteados, como luego veremos, frente a las sentencias de los
Juzgados de lo Social.
Pues, bien, la mejor prueba de que puede obtenerse un sólido equilibrio entre
ambos derechos fundamentales la tenemos hoy en el proceso de trabajo que, tal y
como aparece regulado en el vigente RD-Legislativo 2/1995, por el que se aprueba
el texto refundido de la Ley de Procedimiento Laboral, texto que, aun mejorable en
muchos aspectos y necesitado hoy de actualización después de la entrada en
vigor de la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil, cumple, como se ha dicho, con las
exigencias del artículo 24 CE.
3.2.1 Competencia
11
Gimeno Sendra, Vicente. El proceso laboral en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional.
Cuadernos de derecho judicial, 17/1996, pp. 329 y ss.
132 JESÚS GULLÓN RODRÍGUEZ
Pero, en la línea que antes indicábamos, cuando las partes llegan al proceso,
cuando se dicta la sentencia, por muy rápido que sea el tiempo de respuesta, de
alguna manera se ha producido un fracaso en la búsqueda de una solución a
los conflictos que no sea impuesta por el Juez. Nadie como los afectados por el
conflicto conocen sus interioridades y sus posibles soluciones, aunque no
vengan marcadas por la ley de forma concreta, por lo que a la postre, la auto-
composición es el mecanismo de solución más indicado. Además, no hay que
engañarse; rara vez una sentencia se acepta como absolutamente justa por
todas las partes en el proceso. De ahí que como decía Delgado Barrio, ex presi-
dente del Tribunal Supremo, la Justicia es “poco fotogénica” y es difícil que en
las encuestas populares su imagen sea buena. Piénsese que más o menos la
mitad de quienes litigan pierden el pleito, y es frecuente que éstos –creedores
de que están en posesión de la verdad o la justicia– achaquen el resultado
adverso a cualquier cosa menos a la falta de razón. Por eso, insistimos, la
conciliación puede cumplir perfectamente esa finalidad de arreglo aceptable
para todas las partes, eludiendo una solución impuesta y buscando salidas al
conflicto que pueden ser intermedias o con matices que la norma no contempla
o que el juez no puede acordar.
Del mismo modo el artículo 153 LPL exige la conciliación extrajudicial antes de
promover una demanda de conflicto colectivo.
12
Sánchez Pego: La nueva Ley de Procedimiento Laboral; Editora R. De Derecho Privado, p.
706, en la que sostuvo, que “la paz social es objetivo de potenciada persecución en este orden
jurídico, como corresponde por su propia naturaleza, mediante, en esta materia, dos sucesivos
intentos obligatorios de conciliación, extrajudicial y judicial”.
13
Lillo López, Enrique. Evitación del proceso. Cuadernos de Derecho Judicial del Consejo Gene-
ral del Poder Judicial. Número 24/1997, pp. 236 y ss.
136 JESÚS GULLÓN RODRÍGUEZ
Pero volvamos al ámbito del proceso laboral, del trámite de la conciliación extraju-
dicial previsto en el artículo 63 de la Ley de Procedimiento Laboral.
Como balance que cabe hacer de esta conciliación obligatoria previa al proce-
so, puede decirse que la actuación de los conciliadores en esos servicios admi-
nistrativos suele ser esencialmente pasiva, de manera que se producen
normalmente avenencias, cuando las partes ya llegan convenidas previamente,
siendo excepcional, que los conciliadores intenten alcanzar acuerdos, cuando
las partes no lo proponen directamente. Sin embargo, desde el punto de vista
cuantitativo, las conciliaciones extrajudiciales han despejado un importante
volumen de conflictividad laboral.
14
Fuente: página Web del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, www.mtas.es
LA SOLUCIÓN DE LOS CONFLICTOS DE TRABAJO Y SEGURIDAD ... 137
f) Fecha y firma.
Parece, por tanto, que nos encontramos ante un acto procesal, cuya finalidad es
la eliminación del conflicto,15 procurando el acuerdo entre los litigantes, incenti-
vados por la intervención del juzgador, que habrá de jugar, como se verá más
adelante un papel decisivo para el logro de la avenencia.
Sin embargo, la norma habilita para que, una vez concretados los puntos cen-
trales de la controversia, el juez pueda explicar las normas legales de aplica-
ción, su tratamiento jurisprudencial y en su caso, las cargas probatorias, lo que
permitirá, al menos en la mayoría de los supuestos, acotar los puntos de la
controversia, promoviendo la reflexión de las partes sobre sus posibilidades,
habilitando normalmente la búsqueda de soluciones que, de no ser propuestas
15
Valdés Dal-Re: Análisis y comentarios al RD 521/1990, de 27 de abril, Deusto, 1990, p. 237.
16
Bodas Martín, Ricardo. La conciliación en el proceso laboral. Cuadernos de Derecho Judicial.
Consejo General del Poder Judicial, número 23/1997, pp. 334 y ss.
17
Baylos, Cruz y Fernández: Instituciones de Derecho Procesal, E. Trotta, p. 137.
140 JESÚS GULLÓN RODRÍGUEZ
por los litigantes, podrán ser esgrimidas por el propio juez, sin que dicha con-
ducta implique prejuzgar, por cuanto el debate no habrá entrado en lo concreto,
al mantenerse estrictamente en el marco normativo general y en su aplicación
práctica. En este sentido no parece existir limitación legal, que impida al juzga-
dor proponer iniciativas concretas de avenencia, siempre que no se pronuncie
sobre el fondo de la contienda, limitándose a sugerir propuestas de concilia-
ción sobre bases teóricas.
Sin embargo, también es cierto que existe una disparidad muy significativa en
los resultados conciliatorios que obtienen unos jueces y los que obtienen
otros, lo que permite concluir que no siempre resulta sencillo conducir y obte-
ner una conciliación, pues esa tarea exige, por un lado, un buen conocimiento
por parte del juez del asunto, de las normas aplicables y de la jurisprudencia
sobre el problema que se le somete a su conocimiento, si existe. Como hemos
LA SOLUCIÓN DE LOS CONFLICTOS DE TRABAJO Y SEGURIDAD ... 141
18
Montero Aroca, Juan. Práctica procesal laboral. Marcial Pons. p. 390.
19
Montoya Melgar, Alfredo y otros autores. Comentarios a la Ley de Procedimiento Laboral.
Editorial Aranzadi. p. 288.
LA SOLUCIÓN DE LOS CONFLICTOS DE TRABAJO Y SEGURIDAD ... 143
20
Montero Aroca, Juan. Ob. Cit., p. 392.
144 JESÚS GULLÓN RODRÍGUEZ
Sin embargo, ello no debe suponer que el juez no pueda decidir libremente
sobre la admisión de las pruebas, pues el derecho constitucional al que nos
referimos en modo alguno es ilimitado, desde el momento en que las pruebas
que han de practicarse son, como es lógico, aquellas que guardan una perti-
nente relación con el proceso. Cabe añadir a lo anterior que solicitada y admi-
tida una prueba habrá de practicarse necesariamente para evitar indefensión a
la parte que la propuso.
En este sentido, tal y como proponen los profesores Alonso Olea Casas Ba-
hamonde, aun interpretándose de forma restrictiva estos principios, el empre-
LA SOLUCIÓN DE LOS CONFLICTOS DE TRABAJO Y SEGURIDAD ... 145
sario puede fiscalizar aquellas conductas del trabajador realizadas fuera del
ámbito estricto laboral, que puedan tener una relación y trascendencia direc-
ta en el mismo, como son los supuestos relacionados con una posible concu-
rrencia desleal, de incumplimiento sobre la normativa de incapacidad laboral
transitoria al trabajar o realizar esfuerzos fuera de la empresa en situación de
baja por enfermedad, o de determinadas conductas extralaborales que pue-
dan repercutir en grave desprestigio de la empresa.
Potestad judicial típica del proceso oral es la que se contiene en el artículo 87.5
LPL, con arreglo a la que “si el órgano judicial no se considerase suficientemente
ilustrado sobre las cuestiones de cualquier género objeto del debate, concederá
a ambas partes el tiempo que crea conveniente, para que informen o den explica-
ciones sobre los particulares que les designe”.
cuantas pruebas estime necesarias, para mejor proveer, con intervención de las
partes (artículo 88 LPL). En la misma providencia se fijará el plazo dentro del
que haya de practicarse la prueba, durante el cual se pondrá de manifiesto a las
partes el resultado de las diligencias, a fin de que las mismas puedan alegar por
escrito cuanto estimen conveniente acerca de su alcance o importancia. Trans-
currido ese plazo sin haberse podido llevar a efecto, el órgano judicial dictará
un nuevo proveído, fijando otro plazo para la ejecución del acuerdo, librando
las comunicaciones oportunas. Si dentro de éste tampoco se hubiera podido
practicar la prueba, el Juez o Tribunal, previa audiencia de las partes, acordará
que los autos queden definitivamente conclusos para sentencia.
3.- El acta del juicio podrá ser extendida también a través de medios
mecánicos de reproducción del mismo. En tal caso, se exigirán los
mismos requisitos expresados en el número anterior.
4.- Del acta del juicio deberá entregarse copia a quienes hayan sido
partes en el proceso, si lo solicitaren.
Por último, como refleja el artículo 101 LPL, si la sentencia fuera condenatoria
para el empresario, deberá satisfacer al demandante, que hubiera compareci-
do personalmente el importe de sus salarios los días de conciliación y juicio,
así como la conciliación previa ante el órgano correspondiente.
CONCLUSIÓN
Se habrá observado que, entre otras ausencias, nada se indica sobre los
recursos. Dejaremos para otro momento las referencias al de suplicación que
cabe contra la mayoría de las sentencias dictadas por los juzgados de lo
social, del que conocen las Salas de lo Social de los Tribunales Superiores de
Justicia y también del recurso de casación para la unificación de doctrina,
que es el cometido básico de la sala de lo social del Tribunal Supremo, recur-
so del que sólo diré ahora que tiende a paliar las inevitables discrepancias
que surgen de la doctrina contenida en las resoluciones de cada uno de
aquellos 21 Tribunales situados en la cúpula judicial de cada una de las 17
Comunidades Autónomas (ya se dijo que en Andalucía hay tres sedes, dos
en Canarias y dos en Castilla y León), lo que se corresponde –y con esto
volvemos un poco al desarrollo histórico del proceso laboral– con el nuevo
diseño territorial que se hizo en la Constitución Española de 1978, cuyo ar-
tículo 2º afirma que “la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad
de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y
reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regio-
nes que la integran y la solidaridad entre todas ellas”.
LOS TRABAJADORES INTERNACIONALES EN LA LEGISLACIÓN ... 151
SUMARIO:
1. Consideraciones generales.
2. Importancia del tema.
*
Universidad Católica Andrés Bello, Abogado, Doctor en Derecho. Profesor Titular. La
Universidad del Zulia, Profesor Titular. Universidad Central de Venezuela, Profesor
Titular, Jubilado (desde 1989) aunque “Activo” en los cursos de Postgrado. En 2001, esta Casa de
Estudios publicó, en dos tomos, un Libro Homenaje a Fernando Parra Aranguren, Caracas,
Impresora Gráfica Nacional, 2001. Tribunal Supremo de Justicia, Fundación Gaceta Forense,
Asesor de Publicaciones. Instituto Venezolano de Derecho Social, Premio a la mejor Tesis
de Doctorado sobre Derecho del Trabajo (1961-1963), Caracas 1965. Biblioteca de los
Tribunales del Distrito Federal, Fundación Rojas Astudillo, Premio Luis Sanojo, A la
mejor obra jurídica venezolana, Bienio 1965-1967, Caracas 1969.
La versión original preparada para este Congreso se difundió en disco compacto entregado a los
asistentes al mismo. Por su extensión, aun cuando adaptado a las indicaciones recibidas, era difícil
de exponer en el tiempo otorgado. En este libro se divulga cómo se desarrolló en el acto con
algunas modificaciones –de fondo y de forma– a los efectos de su publicación, entre otras, la
división en acápites y numerales, los títulos de ellos y las notas de pie de página. En éstas, la
número 10, explicita la problemática relacionada con la identificación del Código de Procedi-
miento Civil, mencionada en la intervención. Posiblemente, la monografía que apareció en el
disco compacto –puesta, nuevamente, al día– se difunda en otra oportunidad.
152 FERNANDO PARRA ARANGUREN
1. CONSIDERACIONES GENERALES
1. Introducción
2. Concepto:
1
El primer problema que enfrenta el juez, en el supuesto de trabajadores internacionales, es
determinar si, en realidad, se encuentra frente a una situación de esta naturaleza. En términos
semejantes al indicado, lo definen: Víctor Hugo Guerra Hernández, Un caso práctico de “traba-
jador internacional” resuelto a través del Derecho Internacional Privado en Libro Homenaje
a Fernando Parra Aranguren, Universidad Central de Venezuela, Facultad de Ciencias Jurídi-
cas y Políticas, Caracas 2001, Tomo I, p. 345, y Carlos Felce: La legislación aplicable al
contrato internacional de trabajo en el Derecho del Trabajo venezolano, bajo la Ley de Derecho
Internacional Privado, en Fernando Parra Aranguren, editor: Addemdum 2001, Ley de Derecho
Internacional Privado de 6 de agosto de 1998 (Antecedentes, Comentarios, Jurisprudencia),
Libro Homenaje a Gonzalo Parra-Aranguren, Tribunal Supremo de Justicia, Colección Libros
Homenaje Nº 1, Caracas/Venezuela 2002, p. 5. Ver, además, la Ley de Derecho Internacional
Privado de 6 de agosto de 1998, artículo 1. En otro sentido, infra 32.5.
LOS TRABAJADORES INTERNACIONALES EN LA LEGISLACIÓN ... 153
La Ley Orgánica Procesal del Trabajo –con razón– no da directrices para resol-
ver la cuestión previa de jurisdicción, esto es, para responder a la pregunta
¿qué juez debe conocer de la controversia? En consecuencia, a partir del seis
de febrero de 1999, fecha del inicio de su vigencia, debe solucionarse de con-
formidad con la normativa de la Ley de Derecho Internacional Privado de seis
de agosto de 1998. Antes de la fecha mencionada, la respuesta se obtenía con
base en la normativa del Código de Procedimiento Civil vigente para el momen-
to: el de 1916 o el que lo reemplazó, cuyo contenido es similar al del anterior,
salvo las modificaciones que se destacarán posteriormente.
2
Durante el tiempo analizado en esta exposición rigieron dos Códigos: uno, el cuatro de julio de
1916, vigente hasta el 17 de marzo de 1987 y, el otro, hasta el inicio de la vigencia de la Ley de
Derecho Internacional Privado de seis de agosto de 1998, el seis de febrero de 1999. El artículo
63 de esta normativa especial derogó “todas las disposiciones que regulen la materia objeto de
esta Ley”. En relación con la legislación adjetiva civil, ver nota 10.
3
De conformidad con el Código de Procedimiento Civil de cuatro de julio de 1916, “excepción
dilatoria”, artículo 248.1: “declinatoria de la jurisdicción del Tribunal ante el cual se haya
propuesto la demanda por incompetencia de éste (…)”.
154 FERNANDO PARRA ARANGUREN
6.1 El de 1961 ordenó que “la ley adoptará las medidas tendentes a garantizar la
estabilidad del trabajador en el empleo y establecerá las prestaciones que re-
compensen la antigüedad del trabajador en el servicio y lo amparen en caso de
cesantía” (artículo 88); y
7. Las normas legales, sin embargo, no han tenido por fin el prohibir los despi-
dos sin justa causa, sino el de establecer pagos indemnizatorios en tales su-
puestos. Puede afirmarse, por tanto, que la estabilidad, como institución, no
existe en nuestro ordenamiento jurídico, donde los empleadores han conserva-
do siempre el derecho de despedir sin causa justificada si cancelan al despedi-
do injustificadamente una indemnización estipulada en la ley (tarifada),
independientemente de los daños y perjuicios efectivamente causados.
4
La Constitución de cinco de julio de 1947, artículo 63, ordenó al legislador laboral, en la ley
correspondiente, consagrar, entre otros, los siguientes derechos y preceptos: “7. Estabilidad en el
trabajo para los miembros de las juntas directivas de los sindicatos de trabajadores, salvo en los casos
plenamente justificados”. El constituyente entendió la estabilidad, no como garantía contra la
privación injustificada del empleo, sino como mecanismo protector del derecho de sindicalización:
imposibilidad de despedir, trasladar o desmejorar en sus condiciones de trabajo, sin justa causa a los
promotores de un sindicato o a sus directivos (Artículo 198 de la Ley del Trabajo de tres noviembre
de 1947). La inamovilidad de los dirigentes sindicales –hasta un máximo de siete– “mientras estén
en el ejercicio de sus cargos y durante los tres meses siguientes” a la pérdida de tal condición, había
sido consagrada en la Ley de Reforma Parcial de la Ley del Trabajo, artículo 194 del texto unificado,
y en el Reglamento del Trabajo en la Agricultura y en la Cría, artículo 125, ambos instrumentos de
cuatro de mayo de 1945. Con anterioridad, sin embargo, La Ley de Navegación de nueve de agosto
de 1944, artículo 63, sí se había referido expresamente a la estabilidad al prohibir a los capitanes de
buque despedir sin causa justificada a los miembros de la tripulación.
LOS TRABAJADORES INTERNACIONALES EN LA LEGISLACIÓN ... 155
7.1 La primera ley que se ocupó de la materia, la de dieciséis de julio de 1936, creó
la indemnización por antigüedad, no como un derecho, sino como una expectativa
cuya materialización dependía de la actualización de los datos jurídicos contempla-
dos en el supuesto de hecho de la norma. Este pago, equivalente a quince días del
último salario devengado por el número de años de servicio, con algunas modifica-
ciones, fue mantenido en la reforma de cuatro de mayo de 1945.
7.3 El treinta y uno de mayo de 1974, la expectativa de derecho devino con base
en un Decreto Presidencial con rango de Ley. Esto es, la antigüedad y el auxilio
de cesantía se convirtieron en prestaciones sociales, con lo cual se dio cumpli-
miento a lo dispuesto en la Constitución vigente para la fecha (retro, 6.1).5 Elimi-
nado el pago indemnizatorio, el Congreso de la República sancionó la Ley Contra
Despidos Injustificados de ocho de agosto del mismo año, con miras a garanti-
zar la estabilidad, objetivo que no se materializó por la limitación establecida en
el ámbito de validez personal de la Ley y por mantener la facultad del empleador
de dar fin sin justa causa a la relación laboral, mediante el pago, a título de
resarcimiento, de una suma equivalente a la antigüedad y al auxilio de cesantía
que correspondía al trabajador. El empleador debía solicitar previamente la califi-
cación del despido; si era declarado injustificado por el órgano competente,
debía reenganchar al trabajador; pero podía incumplir la orden, esto es, insistir
en el despido, cancelando la indemnización establecida. En este caso, el legisla-
dor le impuso la obligación de sustituir al despedido sin causa (modalidad que
recibió el nombre de “estabilidad numérica”). Por expresa disposición, la norma-
tiva fue inaplicable en los supuestos de contratos a término.
5
Este Decreto materializó una de las medidas anunciadas por el Presidente de la República, en
Mensaje dirigido al Congreso el veintinueve de abril de 1974. Con miras a evitar los despidos
injustificados entre la fecha del anuncio y la del inicio de la vigencia de la Ley contra Despidos
Injustificados, el mismo funcionario los prohibió por un plazo de treinta días mediante Decreto
Nº 92 de quince de mayo de 1974. Este lapso fue prorrogado en otras dos oportunidades mediante
los Decretos Nos. 152 y 243 de quince de junio y once de julio del mismo año, en su orden.
156 FERNANDO PARRA ARANGUREN
7.4 En 1975, el Presidente de la República –Decretos con rango de Ley Nos. 859 y
876 de quince de abril y cinco de mayo, en su orden– reformó nuevamente la Ley
laboral. El primero, estableció los términos, condiciones y modalidades en que los
empleadores cancelarían las prestaciones. De conformidad con el otro, la cuantía
del auxilio de cesantía anterior al primero de mayo de 1975, no excedería del salario
de ocho meses; pero el causado con posterioridad no tendría limitación alguna.
7.6 En 1990, con la vigencia de la Ley Orgánica del Trabajo de veinte de diciem-
bre, se modificó nuevamente el régimen de las prestaciones sociales, sin au-
mentar la cuantía de la suma a percibir por el trabajador. Debe señalarse, además,
que la Constitución de 1961, vigente para la fecha, hacía referencia al auxilio de
cesantía; el legislador laboral, sin embargo, lo eliminó, aun cuando duplicó la
suma a recibir por concepto de antigüedad en el servicio.
7.8 En 1997 se produjeron, vía reforma de la Ley Orgánica del Trabajo de dieci-
nueve de junio, los cambios más trascendentales en esta materia. Los mismos,
sin embargo, no son tema de esta exposición, pues se refirieron, fundamental-
mente, a su cuantía y a su modo de pago.8
6
Sentencia Nº 89 de veintiuno de abril de 1983.
7
Sentencia Nº 67 de diecisiete de marzo de 1993.
8
Según explicita César Augusto Carballo Mena, en nota escrita a mi solicitud que le agradezco en
su justo valor, “La reforma de 19 de junio de 1997 modificó el modo de calcular la prestación de
antigüedad, sustituyendo el basado en el salario devengado a la fecha de terminación del vínculo
laboral por un nuevo sistema, fundamentado en el cálculo y liquidación mensual de la prestación.
El trabajador percibirá, por concepto de prestación de antigüedad (denominada sustitutiva), el
equivalente a cinco (5) días de salario por mes de servicio efectivamente ejecutado, a partir del
tercer mes de la relación de trabajo. Las sumas causadas por este concepto no están sometidas a
LOS TRABAJADORES INTERNACIONALES EN LA LEGISLACIÓN ... 157
4.1 LEGISLACIÓN
9. Entre los dos Códigos de Procedimiento Civil hay una diferencia que debe
destacarse. En el vigente entre 1916 y 1987, frente a la acción intentada ante un
recálculo o reajuste, salvo en lo concerniente a la fracción de año que corresponda al último año del
vínculo laboral y se abonarán en la contabilidad de la empresa, o se depositarán en un fideicomiso
o en un fondo constituido al efecto. Sólo serán disponibles por el trabajador a la terminación del
vínculo laboral, salvo los casos de excepción previstos. Percibirá, además, por concepto de presta-
ción de antigüedad adicional, el monto correspondiente a dos (2) días de salario por año de
servicio, acumulativos hasta treinta (30), cumplido que fuere el segundo año de servicio.
9
Sentencia Nº 1168 de 15 de junio de 2004.
158 FERNANDO PARRA ARANGUREN
10. A partir de 1987, en el Código que derogó el de 1916, identificado por algu-
nos como el de trece de marzo de 1987,10 el legislador eliminó las excepciones
10
Identificarlo es difícil porque lo es precisar la fecha de su promulgación gracias a los errores
cometidos por el legislador al modificarlo. De conformidad con la vigente Ley de Publicaciones
Oficiales de veintidós de julio de 1941, las leyes se mencionan por la fecha de su “Ejecútese”,
“Cúmplase” en la actualidad. El veintidós de enero de 1986 fue promulgado el Código que derogó
el de 1916 a partir del inicio de su vigencia, el dieciséis de septiembre del mismo año. Por Ley de
Reforma de quince de septiembre de 1986, se prorrogó la vacatio legis hasta el diecisiete de marzo
de 1987, fecha en que quedaría derogado el anterior. Al publicar el texto único con la reforma, no
se mantuvo, inexplicablemente, la de promulgación original: se cambió por la de la Ley de
Reforma. El trece de marzo de 1987, el legislador reformó nuevamente el Código y, al reimprimirse
con sus modificaciones, se le puso, como fecha de promulgación, la de esta nueva Ley. El primero
de agosto de 1990 se cambió por tercera vez y volvió a repetirse el error. En esta oportunidad, en
el artículo 940, aun cuando no había sido objeto de discusión, se estableció, como inicio de su
vigencia, el dieciséis de septiembre de 1986 y que, a partir de tal fecha, quedaría derogado el de
1916. Por Resolución Nº 50 del diecisiete de septiembre de 1990, en la Gaceta Oficial Nº 4.209
Extraordinario de dieciocho del mismo mes y año, el Ministro de Justicia ordenó reimprimir una
vez más la última Ley de Reforma Parcial y el texto íntegro del Código por error material. Se
desconoce la razón por la cual se cambió la fecha del “cúmplase” de la Ley de Reforma (debió
haberse publicado la misma si se trataba de un error material). Ésta ordenó publicar “en un solo
texto el Código de Procedimiento Civil con las modificaciones contenidas en la presente Ley, y
en el texto único sustitúyanse las firmas y demás datos de sanción y promulgación del Código
reformado, por los de la presente Ley”. En esta última versión, el artículo 940 –no considerado
por la Ley de Reforma– señala: “el presente Código entrará en vigencia el 02 de agosto de 1990
y desde tal fecha quedará derogado el (…) promulgado el 04 de julio de 1916”. Finalmente, el
Tribunal Supremo de Justicia, Sala Constitucional, Sentencia Nº 1.281 de 11 de junio de 2002, con
aclaratoria del 18 de julio del mismo año (Gacetas Oficiales Nos. 5595 Extraordinario y 37.589
de diecisiete de julio de 2002 y once de diciembre del mismo año, en su orden), declaró la nulidad
parcial –por inconstitucionalidad– del artículo 201. Por razones de seguridad jurídica, debió
haberse ordenado una nueva publicación del texto único del Código, lo cual no se ha hecho. Como
consecuencia, en algunas ediciones, el artículo 201, objeto de la nulidad parcial, ha sido incom-
prensiblemente eliminado. Si ésta se materializara, afortunadamente, no habría posibilidad de
alterar el “Cúmplase”.
LOS TRABAJADORES INTERNACIONALES EN LA LEGISLACIÓN ... 159
11
En este sentido, la Corte Suprema de Justicia, Sala Político-Administrativa, Nº 321 de treinta
de junio de 1987, señaló: “A la luz del nuevo Código hay que distinguir, ahora, entre cuestiones de
jurisdicción y de competencia”.
12
Tribunal Supremo de Justicia, Sala Constitucional, Sentencia Nº 827 de veintitrés de mayo de
2001. En este sentido, la Sala Politicoadministrativa del mismo Alto Tribunal, fallo Nº 50 de 31
de enero de 2001, había sostenido: “Hasta el siglo XIX, los conceptos de jurisdicción y compe-
tencia aparecían como sinónimos. Indistintamente se aludía a falta de jurisdicción como falta de
competencia en sentido material; o en sentido territorial, o aun para referirse a una función.
Pleonásticamente llegó a hablarse de incompetencia de jurisdicción. Esta equivocación perduró
(… hasta) el siglo XX (cuando) se superó este equívoco y la competencia fue considerada como
una medida de la jurisdicción”.
13
Sala Politicoadministrativa, decisión Nº 50 de 31 de enero de 2001.
14
Sentencia Nº 1098 de quince de diciembre de 1994.
160 FERNANDO PARRA ARANGUREN
15
Entre otras, Corte Suprema de Justicia, Sala Político-Administrativa, Sentencia Nº 377 de seis
de agosto de 1987. En fallo 1418 de cuatro de diciembre de 2002, la Sala Politicoadministrativa
consideró que, como “en el presente caso, no existe un Tribunal Superior común al Juzgado
Superior en lo Civil y Contencioso Administrativo de la Circunscripción Judicial de la Región
Centro Occidental y al Juzgado Segundo de Primera Instancia del Trabajo y Estabilidad Laboral de
la Circunscripción Judicial del estado Lara, de conformidad con las normas transcritas, por lo que,
la regulación de competencia efectivamente corresponde a este Alto Tribunal, y específicamente
a esta Sala Político-Administrativa, toda vez que uno de los Tribunales involucrados en el
conflicto pertenece a la Jurisdicción Contencioso Administrativa, y es ésta la cúspide de esa
Jurisdicción, de conformidad con lo establecido en el artículo 259 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela”.
16
Corte Suprema de Justicia, Sala Político-Administrativa, Sentencia Nº 637 de tres de
junio de 1997.
LOS TRABAJADORES INTERNACIONALES EN LA LEGISLACIÓN ... 161
13.2 Fuera de estos casos y salvo el derecho local en contrario, artículo 323,
“será juez competente para el ejercicio de las acciones personales el del
lugar del cumplimiento de la obligación y, en su defecto, el del domicilio de
los demandados y, subsidiariamente, el de su residencia”.
17
Tribunal Supremo de Justicia, Sala Constitucional, Sentencia Nos. 1130 de cinco de octubre de
2000 y 827 de veintitrés de mayo de 2001. La misma Sala, en fallo Nº 186 de catorce de febrero
de 2001, había afirmado: “el arbitraje –nacional e internacional– está admitido en nuestra
legislación como parte integrante del sistema de justicia”, por lo cual “la solución arbitral de las
controversias (…), no colide en forma alguna con el Texto Fundamental” porque forma parte del
sistema de justicia.
18
Tribunal Supremo de Justicia, Sala Politicoadministrativa, Decisión Nº 1209 de veinte de junio
de 2001. Allí señaló “a fin de precisar si el arbitraje puede considerarse una situación de excepción
al conocimiento de la jurisdicción ordinaria de una causa concreta, el juez debe valorar el cumpli-
miento de los requisitos para la validez y eficacia del pacto compromisorio y comprobar la
existencia de conductas procesales de las partes que determinen una inequívoca, indiscutible y no
fraudulenta intención de someterse a arbitraje”.
19
En Sentencia Nº 2827 de veintisiete de noviembre del mismo año, señaló: “Resulta errado el
ejercicio del recurso de regulación de jurisdicción (… porque) no se está en presencia de un
conflicto planteado entre un Tribunal venezolano y uno extranjero, ni tampoco entre un juez y
la administración pública, sino de lo que se trata es de una controversia planteada en torno a una
cláusula arbitral”.
20
Entre otras, Sentencias Nos. 98 y 289 de veintinueve de enero y diecinueve de febrero, ambas
del año 2002.
162 FERNANDO PARRA ARANGUREN
14.1 Del contenido del artículo 47, por argumento a contrario, los interesados
podrán derogar convencionalmente la jurisdicción propia de los tribunales na-
cionales “a favor de tribunales extranjeros, o árbitros que resuelvan en el ex-
tranjero”, con excepción de las controversias “relativas a derechos reales sobre
bienes inmuebles situados en el territorio de la República, o se trate de materias
respecto de las cuales no cabe transacción o que afecten los principios esen-
ciales del orden público venezolano”.
14.3 Finalmente, cabe mencionar que, de conformidad con el artículo 58, “la
jurisdicción venezolana exclusiva no queda excluida por la pendencia ante un
juez extranjero de la misma causa u otra conexa con ella”.
Tanto la de 1916 como la vigente (ver nota 2), tienen el mismo contenido, salvo
las excepciones que se indican:
LOS TRABAJADORES INTERNACIONALES EN LA LEGISLACIÓN ... 163
15.1 El artículo 53 del Código vigente le dio “competencia general (…) a los
Tribunales venezolanos en los juicios intentados contra personas domicilia-
das en territorio nacional”. En relación con las no domiciliadas en el país, calcó
lo sancionado por el 88 de 1916, esto es, les dio jurisdicción para conocer de las
demandas en su contra, si versaren sobre “obligaciones provenientes de con-
tratos o hechos verificados en el territorio de la República o que deban ejecu-
tarse en ella”. Agregó, sin embargo, un nuevo supuesto de jurisdicción
venezolana sobre personas no domiciliadas, aun cuando no se encuentren en
su territorio, al afirmarla cuando los interesados “se sometan expresa o tácita-
mente” a la misma.
15.2 Los tribunales nacionales, además, conocerían de las causas contra los no
domiciliados en el país si, de tránsito en el territorio de la República, fuesen
citados personalmente y de las demandas relativas a derechos personales en
que la ejecución pueda exigirse en cualquier lugar (artículo 54 del Código vi-
gente y 89 del de 1916).
16.3 Casos de sumisión: fue declarada la nulidad de las cláusulas que pactaron
la prórroga de la jurisdicción venezolana con base en el Código Civil, artículo 6,
esto es, porque no pueden renunciarse ni relajarse por convenios particulares
las leyes en cuya observancia están interesados el orden público y las buenas
costumbres. Observó la Sala de Casación Civil, Mercantil y del Trabajo:
21
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, Mercantil y del Trabajo, Nº 104 de tres de
agosto de 1966.
22
Corte Suprema de Justicia, Sala Político-Administrativa, Sentencia Nº 260 de veintiocho de
julio de 1980.
23
Corte Suprema de Justicia, Sala Político-.Administrativa, Sentencia Nº 101 de veinte de abril de
1989.
LOS TRABAJADORES INTERNACIONALES EN LA LEGISLACIÓN ... 165
17.2 Con igual fundamento se decidieron los casos Vidal de Salcines y Eva
Cuza, ambos contra el Banco Nacional de Descuento de Nueva York Represen-
tative Office, empresa “registrada ante las autoridades competentes de los
Estados Unidos”. En los dos casos, se trataba de contratos celebrados –y
concluidos– en los Estados Unidos con una empresa domiciliada en Nueva
York, por lo cual se argumentó que la jurisdicción correspondía a los Tribuna-
les de dicha ciudad. Para resolver la cuestión previa, se afirmó: “en materia de
jurisdicción de nuestros Tribunales (…), la regla es el fuero del demandado” y,
por ello, “el punto a analizar lo constituye la determinación” de su domicilio. El
del Banco Nacional de Descuento está en la ciudad de Caracas y, por ende, aun
cuando puede ser demandado en Nueva York por asuntos derivados de la
actividad de su oficina en esa ciudad, “ello en modo alguno excluye la jurisdic-
ción de los tribunales del lugar donde se halla (…) su asiento principal, pues el
domicilio de la agencia o sucursal es siempre subsidiario respecto de aquél”.
En consecuencia, finalizó, “la regulación de jurisdicción de solicitada (…) no
puede prosperar”.24
24
Sentencias Nos. 30 y 33, ambas de veintitrés de febrero de 1989. Al aceptar que podía,
igualmente, ser accionada en Nueva York, la Sala ratificó la doctrina expuesta en Alcalá vs.
VIASA
25
Sentencia Nº 665 de cinco de diciembre de 1990. Cita –además de los casos Martínez vs. VIASA
y Cuza vs. Banco Nacional de Descuento– la doctrina expuesta en el fallo Nº 378 de veintisiete
de octubre de 1988, donde explicita el contenido del artículo 54 del Código de Procedimiento
Civil vigente para la fecha. El citado artículo “reitera que se trata de demandados no domiciliados
y de obligaciones que pueden exigirse ‘en cualquier lugar’, lo que revela que cuando fuese un
domiciliado, puede ser demandado en Venezuela a pesar de que la obligación sea exigible en el
extranjero, de manera que, con la restricción de los inmuebles y salvo sumisión expresa o tácita
a la autoridad judicial extranjera, un domiciliado en Venezuela está sometido a sus Tribunales sea
cual fuere el origen, naturaleza o índole de la obligación y aun cuando la celebración o ejecución
fuese en el extranjero, como es el caso de autos”.
166 FERNANDO PARRA ARANGUREN
17.4 Carlos Guía Villalba, venezolano, prestó sus servicios en varias “Empresas
y Unidades de Gestión de la Corporación Venezolana de Guayana”: Siderúrgica
(1971-1985), Interamericana de Alúmina (1985-1986) y a partir de este último
año en C.V.G. Internacional C.A. en Nueva York. Al resolver la regulación de
jurisdicción, la Sala confirmó la jurisdicción de los tribunales nacionales por-
que “se trata de trata de una acción por cobro de prestaciones sociales (…)
intentada contra una empresa domiciliada en el territorio de la República, ac-
ción que (…) corresponde conocer y decidir a los Tribunales de” Venezuela.
18. En otro caso decidido en el período bajo examen, la Sala ratificó, igualmente,
el criterio según el cual la jurisdicción nacional no podía derogarse convencio-
26
Sentencia Nº 191 de trece de mayo de 1993.
27
Sentencia Nº 106 de trece de marzo de 1997. En el caso se había pactado, además, una cláusula
de sumisión, mediante la cual las partes se sometían a los tribunales venezolanos en caso de litigio.
La Sala, sin embargo, consideró necesario señalar: “El ejercicio de la jurisdicción venezolana en
este caso en examen queda limitado únicamente a la responsabilidad que pueda corresponder a la
demandada desde el día de inicio de la relación laboral entre el demandante y la demandada, hasta
la supuesta fecha de terminación de la relación; sin que pueda extenderse a pronunciamientos en
contra de otras empresas no demandadas en este caso y con relación a las cuales no se afirma
la jurisdicción venezolana o con relación a actos o hechos ocurridos con anterioridad a la fecha
de inicio de la supuesta relación laboral”.
LOS TRABAJADORES INTERNACIONALES EN LA LEGISLACIÓN ... 167
28
Sentencia Nº 260 de veintiocho de julio de 1988.
29
Sentencia Nº 31 de veintiuno de enero de 1999, Luis Carlos Charry contra Reuters Limited.
30
Sentencia Nº 677 de diecisiete de octubre de 1996.
168 FERNANDO PARRA ARANGUREN
21.1 El domicilio del demandado, entre otros casos, en García contra Bailey de
Venezuela C.A., donde observó: “la regla para determinar la jurisdicción de
nuestros tribunales respecto de los extranjeros es el domicilio del demanda-
do (…) como lo prevé el artículo 39 de la Ley de Derecho Internacional Priva-
31
Sentencia Nº 305 de cinco de mayo de 1994.
32
Ver nota 30.
33
Sentencia Nº 505 de treinta de julio de 1998. Con el fundamento expuesto, el Juzgado de
Sustanciación de la Sala Politicoadminsitraiva, Auto Nº 128 de diecisiete de febrero de 2004, en
Laufert contra República de Perú, confirmó la inmunidad de jurisdicción alegada por la accionada.
LOS TRABAJADORES INTERNACIONALES EN LA LEGISLACIÓN ... 169
do”. 34 Con igual base confirmó la jurisdicción en el caso Delgado Bello contra
Aguas Industriales San José C.A., Earth Tech de Venezuela C.A. y Rust Inter-
national de Venezuela C.A.; en Moreno Caijao versus BJ Services de Venezue-
la C.A.; 35 en Valdez Montilla contra Consultores e Ingenieros Consein C.A.; 36
en Apruzzese vs. Halliburton de Venezuela S.A.; en Cortés Zárate contra Ba-
roid de Venezuela S.A.; y en Plata contra General Motors Venezolana C.A. 37
21.2 En el lugar de ejecución del contrato, artículo 40.2, entre otros, en Delgado
versus Earth Tech. Inc., porque el actor “ejecutó obligaciones derivadas de su
relación laboral con aquélla en territorio venezolano”; en Rojo contra Varias,
porque se está en presencia de una reclamación hecha por un trabajador ex-
tranjero que desempeñó labores en territorio de Venezuela”.38
34
Sentencia Nº 1830 de ocho de agosto de 2001. A mayor abundamiento, destacó que la presta-
ción de servicios se había llevado a cabo en Venezuela. El Tribunal a quo, Juzgado Segundo de
Primera Instancia del Trabajo y Estabilidad Laboral de la Circunscripción Judicial del Estado
Carabobo, declaró con lugar la cuestión previa, aduciendo para ello que el artículo 10 de la Ley
Orgánica del Trabajo, de acuerdo con la doctrina patria, “debe aplicarse a toda relación laboral
que, aun comenzada en el exterior, termine en Venezuela”, que no era el caso. Afirmó, además
que, de acuerdo con el Código Bustamante, estando ambas partes domiciliadas en Estados Unidos,
este “Tribunal Laboral carece de Jurisdicción frente al juez extranjero” (sentencia de veintiocho
de febrero de 1997).
35
Sentencias Nos. 2159 y 344, de diez de octubre de 2001 y de veintiséis de febrero de 2002, en
su orden.
36
Sentencia Nº 575 de nueve de abril de 2002. Este caso, afirmó la Sala, difiere de la mayoría de
los casos relacionados con la materia, pues “no se discute el lugar en dónde la relación de trabajo
fue iniciada, en dónde la prestación de servicios fue ejecutada en su absoluta mayoría, en dónde la
relación de trabajo concluyó, así como tampoco la existencia de discusión en cuanto a cuál es la
ley sustantiva aplicable para determinar los beneficios y pasivos laborales, sino (…) a quien
corresponde la jurisdicción para dirimir un conflicto que se ocasiona por la reclamación de
indemnizaciones causadas en virtud de un presunto accidente o infortunio con ocasión directa
a la prestación de trabajo”.
37
Sentencias Nº 617, 474 y 846 de dieciséis de abril de 2002, veinticinco de marzo de 2003 y
once de junio de 2003, respectivamente.
38
Sentencias Nos. 2.159 y 680 de diez de octubre de 2001 y dieciséis de mayo de 2002, en su
orden.
170 FERNANDO PARRA ARANGUREN
39
Sentencia Nº 1321 de tres de julio de 2001.
40
Sentencia de veintiocho de febrero de 1997. El fallo de la Sala revocó la decisión (ver nota 34).
41
Sentencia Nº 2159 diez de octubre de 2001.
42
En este sentido, Sentencias Nos. 617 de dieciséis de abril de 2002; 680 de dieciséis de mayo de
2002; y 846 de once junio de 2003. Frente a la doctrina sostenida por la Corte Suprema de
Justicia, Sala de Casación Civil, Mercantil y del Trabajo, sentencias Nos. 115 y 104 de veintiséis
de julio de 1965 y tres de agosto de 1966, en su orden, y Sala Político-Administrativa, Nº 260 de
veintiocho de julio de 1988, la expuesta representa un cambio de ciento ochenta grados.
43
Sentencias Nos. 2159 y 245 de diez de octubre de 2001 y veinte de febrero de 2003. Según el
artículo 45, “la sumisión tácita resultará, por parte del demandante, del hecho de interponer la
demanda y, por parte del demandado, del hecho de realizar en el juicio, personalmente o por
medio de apoderado, cualquier acto que no sea proponer la declinatoria de jurisdicción. Ver,
además, nota 27.
LOS TRABAJADORES INTERNACIONALES EN LA LEGISLACIÓN ... 171
44
Sentencias Nos. 1529 y 1584 de veintinueve de junio de 2000 y seis de julio del mismo año.
45
Sentencias Nos. 1967 y 1972 de diecinueve de setiembre de 2001; Nos. 2090 y 3063 de tres de
octubre y veinte de diciembre, todas de 2001; Nº 936 de diecinueve de junio de 2003 y Nº 40 de
tres de febrero de 2004.
172 FERNANDO PARRA ARANGUREN
5. CONFLICTO DE LEYES
46
Sentencia Nº 1259 de diez de octubre de 2001.
47
Sentencia Nº 344 de veintiséis de febrero de 2002.
48
Sentencia Nº 1259 de diez de octubre de 2001.
LOS TRABAJADORES INTERNACIONALES EN LA LEGISLACIÓN ... 173
Regula el tema en los artículos 29, 30 y 10. De conformidad con los dos primeros,
las obligaciones convencionales se rigen por el Derecho indicado por las partes
y, a falta de ello, por aquel con el cual se encuentren más directamente vincula-
das. Su determinación se hará tomando en consideración “todos los elementos
(…) que se desprendan del contrato (…y) los principios generales de Derecho
Comercial Internacional aceptados por organismos internacionales”. El último
ordena, a pesar de lo previsto en la ley, la aplicación necesaria de “disposiciones
imperativas del Derecho venezolano que hayan sido dictadas para regular los
supuestos de hecho conectados con varios ordenamientos jurídicos”.
30.1 La Ley de 1936, artículo 8,49 mantenido por la Ley de 1947, consagró el
principio de la territorialidad de la Ley. De conformidad con el mismo, la lex
loci executionis debe prevalecer sobre la lex loci celebrationis, salvo en los
49
“Estarán sujetas a las disposiciones de la presente Ley, todas las empresas, explotaciones o
establecimientos, de cualquier naturaleza que sean, públicos o privados, existentes o que se
establezcan en el territorio de la República (…)”
174 FERNANDO PARRA ARANGUREN
50
“Las disposiciones de esta Ley son de orden público y de aplicación territorial; rigen a los
venezolanos y a los extranjeros con ocasión del trabajo prestado o convenido en el país y en
ningún caso serán renunciables por convenios particulares, salvo aquellos que por su propio
contexto revelen el propósito del legislador de no darles carácter imperativo”.
51
Gaceta Forense, Primera Etapa, Segunda Edición, Año I, Nº 4, Caracas abril de 1950, pp.
357-376.
LOS TRABAJADORES INTERNACIONALES EN LA LEGISLACIÓN ... 175
52
En este sentido, Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, Mercantil y del Trabajo,
Sentencias Nos. 115 y 104 de veintiséis de julio de 1965 y tres de agosto de 1966, respective.
53
“La acción personal y la acción real se pueden proponer también ante la autoridad judicial del
lugar donde se haya contratado o deba ejecutarse la obligación (…). Sentencia de 22 de marzo de
1973 en Ramírez & Garay: Jurisprudencia, tomo XXXVIII, pp. 260-262.
54
Frías contra Purina de Venezuela, 12 de mayo de 1981, revisada en el original.
55
Sentencia de 30 de abril de 1981, Ramírez & Garay, Ob. Cit., tomo LXXIII, Caracas 1981, p. 219.
56
Sentencia de treinta de mayo de 1984. En este caso, contradijo la posición expuesta en D.
T. Caballero contra Procter & Gamble el veintiocho de julio de 1982 (ambas, revisadas en su
original).
176 FERNANDO PARRA ARANGUREN
cuando “las obligaciones derivadas de la Ley se rigen por el derecho que las
haya establecido”, esta afirmación –observó– no es válida en materia laboral
porque en ella rige la territorialidad de la ley. En consecuencia, “habiéndose
ejecutado la relación laboral parcialmente en Caracas, pero en forma per-
manente y estable; y por ser el lugar de su terminación, es de forzosa aplica-
ción la normativa venezolana”, aun cuando pueden aplicarse preceptos
extranjeros, si fueren más favorables al trabajador.
32.4 La doctrina anterior estuvo vigente hasta la decisión del caso Cameron-
Compañía Occidental de Hidrocarburos Inc. y otra. El actor prestó sus servi-
cios en su país, Estados Unidos de Norte América, entre el 20 de marzo de 1979
y el 4 de enero de 1994, fecha en la cual fue transferido a Venezuela. Al anun-
ciársele el regreso a su patria, renunció efectivo el 29 de enero de 1996 y deman-
dó a su empleadora por prestaciones sociales y otros conceptos laborales.
Habiendo decidido los tribunales de instancia a favor del actor, la demandada
anunció y formalizó en tiempo oportuno el recurso de Casación.
57
Sentencias Nº 1 de dieciséis de enero de 1985, Nº 473 de diecisiete de diciembre de 1986, Nº 543
de nueve de diciembre de 1993 y Nº 549 de diez de agosto de 1999. En la Nº 473, la Sala consideró
pertinente ratificar a favor del actor la doctrina expuesta en la sentencia Nº 1 de dieciséis de enero
de 1985 y en la Nº 549, anuló “el fallo y ordenó al Tribunal que deba conocer en reenvío, dictar
nueva sentencia, acorde con la doctrina dictada en este fallo”.
LOS TRABAJADORES INTERNACIONALES EN LA LEGISLACIÓN ... 177
CONCLUSIONES
34.1 En relación con los primeros, entre otras, con base en las sentencias Nos.
680 de dieciséis de mayo de 2002, donde se confirma la jurisdicción de los
58
De tales probanzas concluyó que, durante su permanencia en Colombia, el actor era beneficia-
rio de la Póliza de Hospitalización, Cirugía y Maternidad de la empresa venezolana en Seguros La
Seguridad; había continuado inscrito como trabajador en el Instituto Venezolano de los Seguros
Sociales; y había permanecido como miembro de la Caja de Ahorros del Personal de la accionada,
amén de que ésta tuvo a su cargo los gastos de traslado al país vecino. El dos de junio de 2004,
General Motors Venezolana C.A. interpuso, ante la Sala Constitucional, por vía extraordinaria,
el Recurso de Revisión y la subsecuente nulidad de la sentencia de la Sala de Casación Social, sin
que haya habido decisión a la fecha (Expediente 04-1469).
LOS TRABAJADORES INTERNACIONALES EN LA LEGISLACIÓN ... 179
34.2 En cuanto a los segundos, se afirma con base en los dispositivos del
Código de Procedimiento Civil, artículo 59, primer aparte, y de la Constitución
vigente, artículos 253 y 258, en concordancia, inter alia, con lo expuesto en las
Sentencias Nº 1139 de cinco de octubre de 2000, Nº 184 de catorce de febrero de
2001 y Nº 827 de veintitrés de mayo del mismo año, de la Sala Constitucional y
Nº 98 de veintinueve de enero de 2002, de la Sala Politicoadministrativa, previo
cumplimiento de los requisitos exigidos para la validez de las cláusulas com-
promisorias pautados en el fallo Nº 1209 de veinte de junio de 2001, ratificados
un año después, por la Sala Politicoadministrativa.59
35. De los fallos expuestos se desprende, además, que nuestros jueces han
resuelto el conflicto de leyes a favor de la legislación venezolana, con base en
el principio de la territorialidad de la Ley, salvo los casos de aplicación de
preceptos foráneos más favorables al trabajador. Esta doctrina –expuesta en
varias oportunidades– parece contradecir lo dispuesto, desde 1990, por la Ley
59
Sentencia Nº 98 de veintinueve de enero de 2002.
180 FERNANDO PARRA ARANGUREN
Orgánica del Trabajo, artículo 59, y por la Constitución vigente, artículo 89.3.
En tales preceptos se consagra la teoría del conglobamiento u orgánica.60
60
La Ley Orgánica del Trabajo, artículo 59, al referirse al conflicto de leyes indica que, en caso
de dudas, “se aplicará la más favorable al trabajador”, y concluye “La norma adoptada deberá
aplicarse en su integridad”. La Constitución, artículo 89.3, entre los principios que señala para
cumplir la obligación del Estado de “mejorar las condiciones materiales, morales e intelectuales
de los trabajadores” indica: “3. Cuando hubiere dudas acerca de la aplicación o concurrencia de
varias normas, o en la interpretación de una determinada norma se aplicará la más favorable al
trabajador o trabajadora. La norma adoptada se aplicará en su integridad”. El aplicador, en
consecuencia, deberá estudiar la totalidad de los conjuntos aplicables y resolver de conformidad
con el más favorable de ellos, salvo que alguna norma específica desmejore o contradiga una de
orden público”.
LA CASACIÓN EN MATERIA LABORAL 195
Jordi NIEVA FENOLL*
SUMARIO:
Introducción
1 . Origen y finalidades de la casación.
2 . ¿Especificidad de la casación en materia laboral?
3 . La casación en la Ley del Procedimiento Laboral española: 3.1 La lla-
mada “casación ordinaria”. 3.2 El recurso de casación para la unifi-
cación de doctrina: 3.2.1 Fases de presentación, interposición y admisión:
3.2.1.1 Sentencias aptas para el contraste. 3.2.1.2 Requisitos de fondo
de la contradicción. 3.2.1.3 Procedimiento de la fase de preparación e
interposición. 3.2.1.4 Procedimiento de la fase de admisión. 3.2.2 Moti-
vos de casación. 3.2.3 Sustanciación y decisión.
4 . El problema de la sobrecarga de asuntos ante los Tribunales de Casa-
ción: 4.1 Aspectos históricos y lógicos. 4.2 Planteamiento del proble-
ma desde una perspectiva orgánica.
*
Universidad de Barcelona, España, Profesor Titular de Derecho Procesal.
1
Ponencia presentada en el II Congreso Internacional de Derecho Procesal del Trabajo. Audi-
torio Principal del Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela, 26 al
30 de Julio de 2004.
196 JORDI NIEVA FENOLL
INTRODUCCIÓN
Desde que inicié mis estudios sobre la casación,2 he querido conscientemente
pasar por alto la existencia de la casación laboral española. Conocía la activi-
dad de la Sala 4ª del Tribunal Supremo y su jurisprudencia, y por ello, salvo
alguna referencia marginal intencionadamente breve,3 he preferido no entrar en
esta materia.
Sin embargo, la oportunidad que ahora se me brinda me obliga a dejar de mirar
para otro lado y hablar, directamente, de hasta dónde puede llegar la decaden-
cia del recurso de casación. Y cómo, a pesar de ello, la casación parece que lo
resiste todo, pues su popularidad en los ambientes jurídicos provoca que exis-
ta una especie de temor reverencial a suprimirla. E incluso más que existir un
temor reverencial, personalmente creo que prácticamente nadie se imagina ni
contempla la posibilidad de su supresión.
Indico todo lo anterior para advertir al lector de que el trabajo que se dispone
a leer es, en ocasiones, muy duro. Y que en su elaboración no existe el más
mínimo ánimo de incomodar a los Magistrados de la Sala 4ª del Tribunal Supre-
mo. Y no existe dicho ánimo porque, como indicaré en el último grupo de epí-
grafes, a pesar de reprobar desde el plano jurídico parte de su jurisprudencia
actual, desde el plano práctico comprendo, aunque no comparta, su actitud. No
es conmiseración, sino pura empatía que hace que sea capaz de ponerme en su
lugar y entender que, en el fondo, su actitud responde a un problema que ni el
Legislador ni los Gobiernos se ponen manos a la obra para resolver: el colapso
de asuntos ante los tribunales de casación.
Pero como decía, esa empatía no puede obligarme a silenciar lo que pienso y
creo que me veo en la obligación moral de decir. El examen que seguirá analizará
los detalles de la casación ante la Sala 4ª, aunque, por las limitaciones de espa-
cio, no podré hacer un examen monográfico de cada problema. Hay cuestiones
de puro detalle, en su mayoría localismos de la regulación española,4 que care-
cen de cualquier importancia para el análisis jurídico comparado. Por ello, voy
2
Nieva Fenoll, Jordi, El recurso de casación ante el Tribunal de Justicia de las Comunidades
Europeas, Barcelona 1998; El hecho y el derecho en la casación penal, Barcelona 2000; Nieva
Fenoll, Jordi, El recurso de casación ante el T.S.J. de Galicia, tras la L.E.C. 1/2000, Revista
Xuridica Galega, Nº 33 y 34 (2001-2002), pp. 13-49 y 13-53 respectivamente; El recurso de
casación civil, Barcelona 2003.
3
Nieva Fenoll, El hecho, Cit. pp. 274-275.
4
Por ejemplo, la obligación de prestar depósito para recurrir contenida en el artículo 227 LPL.
LA CASACIÓN EN MATERIA LABORAL 197
a prescindir de los mismos en la exposición que seguirá, que solamente preten-
de dar una visión genérica, aunque lo más completa posible, de la realidad
actual de la casación laboral española.
Hace aproximadamente dos siglos que la Doctrina está investigando la casación,
desde que se creó en Francia por Decreto 27 de noviembre-1º de diciembre de
1790, en una forma que aunque resulte alejada de la actual,5 presenta caracteres
reconocibles que la hace poder ser identificada con los actuales recursos de
casación, diversos, que existen en las legislaciones de todo el mundo.
En primer lugar, debe decirse que la casación nació con la exclusiva finalidad de
proteger de los ataques de los jueces a la Ley emitida por el Poder Legislativo,
ya que en un período anterior, el Antiguo Régimen, como consecuencia del
fenómeno típicamente feudal de patrimonialización de la Justicia, se habían
producido reiteradas rebeldías de los jueces inferiores (parlements) 6 al Poder
Real de creación del Derecho, que ponían en cuestión la existencia misma de tal
Poder Regio.7 Los revolucionarios franceses no querían que la Ley, el fruto más
5
Para analizar dicha casación originaria y la evolución posterior es imprescindible la lectura de
la obra de Calamandrei, Piero, La Cassazione Civile. Vol. I. Milano 1920, en: Piero Calamandrei,
Opere Giuridiche, Vol. VI, Napoli 1976, así como de Halperin, Jean-Louis, Le Tribunal de
Cassation et ses pouvoirs, Libraire Générale de droit et de jurisprudence, París 1987.
6
Un influyente miembro de la Corte de Luis XIV, Louis de Rouvroy, Duque de Saint-Simon,
Mémoires. Additions au journal de Dangeau, Éditions Gallimard, París 1983, T. II p. 11, explica
el origen de esta curiosa denominación: “La même nécessité de vider cette abondance toujours
croissante de procès donna lieu à des assemblées plus fréquentes. Nos rois les indiquaient à
certaines fêtes de l’année, dans leur palais, tantôt aux unes, tantôt aux autres, et ces assemblées
prirent le nom de parlements, de parler ensemble: de là vinrent les parlements de Noël, de la
Pentecôte, de la Saint Martin, etc. ». Y en la p. 42 apostilla: “Louis XIV eut grand-peine à
reprendre, et à remettre le parlement dans ses bornes, qu’il a bien su contenir après, tant qu’il
a vécu”, palabras que deslizan la realidad de lo que habría de suceder después.
7
Lo explica Saint-Simon, Mémoires, Cit. Vol. VI, pp. 282 y ss., cuando viene a afirmar que los
parlements dejaban sin efecto los edictos y decretos reales, mediante el burdo expediente de no
registrarlos, reafirmando que ello suponía una rebeldía al poder regio, que resultaba contradictoria
en sí misma, puesto que el poder judicial, en la época, no era más que una manifestación del poder
del Rey (Op. Cit. Vol. II, pp. 920 a 922). Para evitarlo, en el antiguo régimen se había creado un
llamado Conseil de parties, como sección del Conseil du Roi, y que al modo de ver de Saint-
Simon, Mémoires, Cit. T. I, p. 355, nota 9, “...ce conseil était la juridiction suprême en matière
civile et administrative: en étaient membres tous les conseillers d’État (depuis 1673), au nombre
de trente, dont vingt-quatre ‘de robe’, nommés à vie, anciens maîtres des requêtes ordinairement
passés par les intendances de province, voire intendants en activité, et haut magistrats)”. Y
hablando de su misión, afirma lo siguiente utilizando ya el verbo “casser”: Op. Cit. T.V, p. 96:
“Que le Parlement (tribunal) se dise le premier de tous les corps qui tous ensemble composent
le tiers état, aucun de ceux des deux premiers ordres ne prendra, je crois, le soin de le contester;
198 JORDI NIEVA FENOLL
útil del Poder Legislativo, el más preciado de los tres,8 acabara siendo desvir-
tuada por la labor de los Jueces, como lo había sido en el Antiguo Régimen.
Por ello, el asunto quedaba sin juzgar, y se reenviaba al juez que había dictado la
resolución casada, en espera de que dicho Juez elaborara una nueva resolución,
teniendo en cuenta que el Tribunal de cassation había casado su anterior reso-
lución por ser contraria a la Ley. La nueva resolución podía volver a ser casada
por el Tribunal de cassation, y nuevamente reenviada. Sólo a la tercera vez, el
caso ya no era resuelto por esta especie de “adjunto” o agregado del Poder
Legislativo (“auprès du corps legislatif”), sino que era el propio Legislativo el
que emitía un décret declaratoire, en el que definitivamente se dirimía el asunto.
Esa es la casación originaria, la que más adelante y en virtud de avatares histó-
ricos que no puedo referir aquí, se acabará transformando en las casaciones
que hoy conocemos. Pero me he centrado en ese momento inicial para destacar
que la casación originaria: 1.- no se ocupaba únicamente de las leyes sustanti-
ce sera alors à cette compagnie à voir comment le Grand Conseil qui lui dispute la préséance,
trouvera cette proposition, et le Conseil privé, qui casse ses arrêts, dont les conseillers, qui sont
connus sous le nom de conseillers d’États”. La paciente recopilación de todas estas reveladoras
citas de las memorias del Duque de Saint-Simon no es mérito mío. Al contrario, debo las mismas
–así como las negritas del texto, que he decidido respetar–, y otras muchas que no puedo repro-
ducir en un trabajo de estas características, al Prof. Dr. Joan Verger Grau, insigne Catedrático de
Derecho Procesal, a quien agradezco su gran generosidad al habérmelas entregado y haber confia-
do en mí para su exposición pública, y cuyas ideas espero haber reflejado con acierto en estas
breves líneas.
8
Así lo destaca con gran claridad Vázquez Sotelo, José Luis, El modelo español de casación
(configuración histórica y evolución legislativa), en Scritti in onore di Elio Fazzalari, Milano
1993, p. 358, a quien agradezco expresamente la entrega y afectuosa dedicatoria de esta obra,
capital para el recto entendimiento de la realidad de la casación en España.
LA CASACIÓN EN MATERIA LABORAL 199
vas, sino de cualquier “Loi”, por tanto, también las procesales;9 2.- no tenía su
cognición limitada a las cuestiones de Derecho, sino que solamente se impedía
al tribunal de cassation resolver el fondo (hecho y derecho, ambas cosas) del
asunto,10 y 3.- la razón de su existencia y ámbito de su cognición, lo que hoy
llamaríamos “motivo”, no era la unificación de la jurisprudencia, sino la “con-
travención expresa del texto de la ley”. Es decir, se anulaba la resolución de un
Juez que expresamente prescindía de la ley, lo que constituye la vulneración
más flagrante que puede cometerse y, además, implica una puesta en cuestión
grave de los más básicos principios políticos del Estado, que era lo que más
preocupaba, sin duda, a los revolucionarios franceses.
Si se contemplaran con detenimiento esos orígenes cada vez que se habla sobre
la casación actual, se vería cuán erróneos resultan muchos planteamientos que,
con la excusa de volver a una “mítica” casación originaria, en realidad lo que
intentan es restringir el ámbito del recurso con el objeto, noble por otra parte, de
que el órgano casacional no se colapse de asuntos hasta el punto de no poder
prestar su función. Lo vamos a ver con extensión en el presente trabajo.
Dicho lo anterior, puede abordarse sin dificultad el estudio de las finalidades de
la casación, que en el fondo, no distan tanto, si bien se miran, de la razón que
motivó su creación.11 La casación existe para proteger al ordenamiento jurídico.
Es lo que se ha llamado por la doctrina “función nomofiláctica”. Pero sentado ese
principio, debe aclararse que en el momento actual la casación ya no defiende
exactamente al ordenamiento jurídico frente al poder de los jueces, puesto que
9
Una atenta lectura del Decreto institutivo de 27 de noviembre-1º de diciembre, así como de
Calamandrei, La Cassazione, Cit. p. 446, pueden despejar cualquier duda al respecto.
10
No puede hallarse, por tanto, el origen de la restricción jurisprudencial a las cuestiones de
derecho en la casación originaria, como creo haber demostrado en Nieva Fenoll, El hecho, Cit.
pp. 30 y ss., a pesar de que el pensamiento contrario ha estado tradicionalmente muy extendido,
incluso entre la doctrina laboralista (Martín Valverde, Antonio, La resolución del recurso de
casación laboral para la unificación de doctrina, Relaciones Laborales, Revista Crítica de
Teoría y Práctica 1992, (15), p. 160).
11
Para un análisis más extenso me remito al estudio que realizo en Nieva Fenoll, El recurso de
casación civil, Cit. pp. 75 y ss., dando por reproducida toda la doctrina allí citada, aunque a pesar
de la remisión, no puedo omitir la cita expresa de Taruffo, Michele, La Corte di Cassazione e la
legge, Riv. trim di dir. e proc. civ., 1990, p. 349 y ss. Chiarloni, Sergio, In difesa della nomofilachia,
Riv. trim. di dir. e proc. civ., 1992, p. 123 y ss. Guasch Fernández, Sergi, El hecho y el derecho en
la casación civil, Barcelona 1997, pp. 171 y ss. González-Cuéllar Serrano, Nicolás, Los fines de
la casación en el proceso civil, Jueces para la democracia, 1993, (19), pp. 55 y ss. Morón
Palomino, Manuel, La nueva casación civil, Madrid 2001, pp. 125-140 y, aparte de las obras ya
citadas con anterioridad, Serra Domínguez, Manuel, El recurso de casación en la LEC 1/2000,
RJCat, 2001, p. 1144.
200 JORDI NIEVA FENOLL
éstos, como tales, no poseen ya, por lo general, pretensiones de disputa del
poder político. Al contrario, como consecuencia de la necesaria pluralidad de
jueces, es inevitable que sus interpretaciones del ordenamiento jurídico puedan
resultar discrepantes, porque no todos poseen el mismo modo de pensar, básica-
mente, y además porque se les garantiza la independencia en su actuación.
Ahora bien, resulta que el ordenamiento jurídico, si desea otorgar la seguridad
jurídica para cuya consecución está concebido, no tiene otro remedio que ser
coherente, por pura lógica de las cosas. Por ello, debe existir un órgano único
que compagine todas las discrepantes resoluciones de las instancias, a fin de
que el ordenamiento despliegue eficazmente sus efectos y se concrete en las
resoluciones judiciales, con previsibilidad e inspirando confianza. Es decir,
con seguridad jurídica. Por ello es importante que ese órgano único, el tribunal
de casación de cada país, garantice la uniformidad de la jurisprudencia, pero no
como fin, sino como medio a través del cual logrará la protección del ordena-
miento jurídico, lo que constituye su misión principal, esta sí, desde hace más
de doscientos años.12
Finalmente, resulta obvio que tanto más conseguirá el tribunal de casación
proteger al ordenamiento jurídico cuantos más sean los casos concretos que
resuelva, conjurando de ese modo las interpretaciones discrepantes con dicho
ordenamiento jurídico. Por ello resulta fundamental proteger el derecho propio
del simple ciudadano de a pie (ius litigatoris),13 que no es sino aquel para
quien existe, en definitiva, el ordenamiento jurídico con todas sus finalidades.
Se puede decir que el sistema, dibujado en estos términos, produce sobrecarga
de asuntos, lo que revierte en una peor prestación de la función casacional,
con riesgo de que se produzcan incoherencias en la jurisprudencia del propio
tribunal de casación. Y ciertamente así es, pero no creo que la forma más ade-
cuada de solucionar ese grave problema sea impidiendo el acceso del ciudada-
12
Por tanto, la función nomofiláctica incluye la uniformización de jurisprudencia, en el modo
indicado o, si se prefiere, en la actualidad es casi una hipótesis de escuela que la una viva sin la otra,
como viene a reconocer Jiménez Fortea, Francisco Javier, El recurso de casación para la
unificación de doctrina laboral: problemas fundamentales, Valencia 1999. p. 50. En contra,
Desdentado Bonete, Aurelio, De nuevo sobre la contradicción de sentencias en el recurso de
casación para la unificación de doctrina, Revista de Derecho Social, 2001, (13), p. 44.
13
Así lo consideraba el trágicamente desaparecido en 1996, Magistrado de la Sala 4ª, Excmo. Sr.
D. Rafael Martínez Emperador, La nueva casación social. Puntos críticos, Actualidad Laboral,
1992, (16), p. 294. O Rodríguez-Piñero Royo, Miguel C., El recurso de casación para la
unificación de doctrina: revisión crítica, Madrid 1999, p. 96. También Campos Alonso, Miguel
Ángel, El recurso de casación para la unificación de doctrina: puntos críticos, Actualidad
Laboral, 1992, (16), p. 309.
LA CASACIÓN EN MATERIA LABORAL 201
no al tribunal de casación, puesto que si se prescinde de la pieza principal del
sistema, todo fallará. Me ocuparé más adelante de esta importantísima cues-
tión, de especial calado en la casación laboral española.
Examinadas las finalidades de la casación, en general, estimo que cabe obser-
var con claridad que las finalidades que la doctrina laboralista citada explicita
sobre el “recurso de casación laboral”, son coincidentes con los fines que ya
he descrito, por lo que, desde ese punto de vista, no cabe hallar especificida-
des de ninguna clase en la casación laboral. Dicho de otro modo, la casación
laboral es tan casación como la civil, la penal, la administrativa, o incluso si se
quiere, la militar. E incluso igual que la de cualquier otra materia que en el futuro
pudiera concretarse, puesto que la casación no es más que un medio, uno más,
para conseguir la protección del ordenamiento jurídico en cualquiera de sus
parcelas, válido para todas ellas. Igual que nadie hablaría de una apelación
civil, o penal, o administrativa, tampoco puede parcelarse la casación.
El mismo régimen de admisión, la misma regulación de la resolución del recurso,
en definitiva, el mismo cauce procedimental por el que discurre una casación,
puede servir para cualquier otra, por lo que todas las casaciones de un país
deberían conocer una regulación prácticamente única de su procedimiento.
Y es que la casación es una institución única, y se diferencia de otros recursos
en el hecho de que su labor se centra únicamente en destacar los errores come-
tidos por el juez de instancia, sean éstos en las normas jurídicas o en la lógica
de la valoración probatoria, también jurídica, por cierto. Ahora bien, el tribunal
de casación no juzga de nuevo el asunto como lo haría un tribunal de apela-
ción,14 sino que su labor se centra, repito, en destacar esos errores, pero sin
poder entrar en los juicios de valor del juez sobre la valoración probatoria,
salvo que colisionen con lo mandado por la ley o con las leyes de la lógica
humana. Por ello podría anular, por ejemplo, una valoración probatoria que
afirmara que el agua no contiene dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, o
simplemente una valoración de la prueba que no se sustentara en una actividad
probatoria objetivamente suficiente. Pero no podría discutir la técnica probato-
ria empleada por el juez para llegar a sus conclusiones, o la convicción que
14
En España sí lo hace, pero en un segundo momento lógico alejado de la función casacional,
por simples razones de economía procesal tendentes a evitar el siempre farragoso reenvío
al órgano a quo.
202 JORDI NIEVA FENOLL
produjo en el juez una actividad probatoria, reitero, suficiente, porque ello
supondría juzgar de nuevo el caso, materia reservada, por razones de mera
distribución de trabajo, a los jueces de instancia.15
La Ley del Procedimiento Laboral (en adelante LPL) es una norma que resulta
quizás original, aunque ciertamente anticuada en su propia denominación, que
no hace en absoluto justicia a su contenido, ya que va mucho más allá del mero
procedimiento.16 Sea como fuere, prevé la existencia, no de uno, sino de dos
recursos de casación bastante diferentes en cuanto a su régimen de admisión,
aunque no en cuanto a su trascendencia, si bien se miran las cosas. El sistema
actual17 fue introducido definitivamente en 1990,18 siguiendo las directrices de
la Ley de bases del procedimiento laboral de 12 de abril de 1989, y fue ideado
con la sana intención de que la Sala de lo Social (Sala 4ª) del Tribunal Supremo
pudiera conocer, al menos en principio, de cualquier materia de la parcela labo-
ral y social del ordenamiento jurídico, de manera que no hubiera, en realidad,
ninguna resolución de un órgano de segunda instancia que no pudiera llegar a
ser controlada por la Sala 4ª.
15
Más extensamente en Nieva Fenoll, Jordi, El recurso de casación civil, Barcelona 2003,
pp. 84 y ss.
16
Ninguna ley jurisdiccional se llama en la actualidad “del procedimiento”, puesto que esa deno-
minación pertenece a un período muy anterior, concretamente de mediados del siglo XIX, en el
que la asignatura “Derecho Procesal” se denominaba “procedimientos judiciales”. Dicho período
actualmente es estudiado con la denominación “procedimentalismo”, pero está completamente
superado en la actualidad, tanto en su perspectiva teórica como, desde luego, en su terminología.
Vid., por todos, Montero Aroca, Juan, En torno al concepto y contenido del Derecho Jurisdiccio-
nal, en: Estudios de Derecho Procesal, Barcelona 1981, pp. 15 y ss.
17
Sobre la historia de la casación laboral puede consultarse Montero Aroca, Juan (e.a.), Comen-
tarios a la Ley del Procedimiento Laboral, Madrid 1993, pp. 1131 y ss.
18
Real Decreto Legislativo 521/1990 de 27 de abril, por el que se aprueba el texto articulado de
la Ley de Procedimiento Laboral. Dicha norma ha sido sustituida por el Real Decreto Legislativo
2/1995 de 7 de abril, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Procedimiento Laboral,
actualmente en vigor.
LA CASACIÓN EN MATERIA LABORAL 203
De ese modo se configuró una llamada “casación ordinaria”, para que pudieran
ser recurridas las sentencias dictadas en única instancia, y a su lado una deno-
minada “casación para la unificación de doctrina” para los procesos que hubie-
ran sido sustanciados con un doble grado de jurisdicción.
Este es el sistema que voy a analizar someramente en el espacio del que dispon-
go, aunque no en todos sus detalles, que además no son más que localismos
procedimentales o jurisprudenciales que, en realidad y como ya indiqué, poco
o ningún interés tienen para la Ciencia Jurídica. Por ello, me centraré en lo más
defendible y discutible del sistema, que pueda servir para alumbrar en el futuro
una nueva casación que deje satisfechos a la mayoría de los operadores jurídi-
cos, puesto que avanzó, ya que la actual solamente es defendida por unos
pocos, y criticada, sin embargo, por muchos.
Sobre este recurso de casación poco hay que decir, salvo describir superficial-
mente su régimen, discutir su denominación doctrinal y examinar con algo más
de detenimiento algún problema concreto. No es un recurso de casación fre-
cuente, habida cuenta de las escasas resoluciones que son recurribles en su
ámbito. Por eso voy a ser sintético en su exposición.
Por fortuna, no es la ley, sino parte de la Doctrina, la que moteja este recurso de
casación con el nombre de “ordinario”.19 Dicha denominación no merece otro
adjetivo que el de extravagante, porque si hay un recurso que nunca ha sido ni
puede ser ordinario es el de casación.20 Ordinarios son los recursos que no
tienen restricciones en la cognición del órgano jurisdiccional que entiende de
ellos, de forma que se impida la revisión de todo lo sustanciado en la instancia
anterior. Es decir, con más o menos limitaciones en el modus operandi del
tribunal, un recurso que quiera calificarse como ordinario jamás puede impedir
al tribunal juzgar del asunto en cualquiera de sus extremos. Es cierto que exis-
ten auténticas aberraciones jurídicas como el recurso de apelación penal con
“motivos” de apelación, en la Ley de Enjuiciamiento Criminal (artículo 846 bis
c). Pero ello no son más que desviaciones legislativas de un tema que desde el
19
Otros autores, como Casas Baamonde, María Emilia, La nueva Ley de Enjuiciamiento Civil y
el sistema de recursos en el orden jurisdiccional social, Relaciones Laborales. Revista Crítica de
Teoría y Práctica, 2001, (12), p. 880, prefieren la denominación “común”, que al menos no
resulta tan sumamente incorrecta, a pesar de que tampoco acaba de ser totalmente precisa.
20
Acertadamente lo subraya Cabañas García, Juan Carlos, Algunas reflexiones en torno a la nueva
casación laboral, Documentación Laboral, 1991, (34), p. 196.
204 JORDI NIEVA FENOLL
punto de vista técnico-procesal no admite discusión. Por ello, entiendo que
más que optar por una denominación específica, creo que el recurso podría
recibir el nombre que la propia ley le da, “recurso de casación”, sin más apelli-
dos, puesto que la especialidad es el recurso que veremos en el epígrafe si-
guiente, que quizás sí debe contener, y contiene, una denominación más precisa.
El recurso de casación que ahora nos ocupa está regulado en los artículos 203
a 215 LPL, y procede, como decía, en poquísimos casos. Únicamente contra las
sentencias y algunos autos21 dictados en única instancia por las Salas de lo
Social de los Tribunales Superiores de Justicia22 y de la Audiencia Nacional23
(artículo 203).
Solamente procede interponerlo por un listado de motivos de casación (artícu-
lo 205) que fue copiado de manera casi literal del artículo 1692 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil de 1881, en su versión de antes de la reforma de 1992 de
dicha ley, derogada actualmente por la Ley de Enjuiciamiento Civil de 2000.
Dichos motivos son los excesos o defectos de jurisdicción y competencia; la
inadecuación del procedimiento; el quebrantamiento de forma esencial; el error
en la apreciación de la prueba basado en documentos; y la infracción del orde-
21
Existe una contradicción evidente entre el artículo 203.1, que solamente se refiere a las
sentencias, el 203.2, que amplía el ámbito, y el 204, que se refiere también a los autos que
resuelvan recursos de súplica contra: los autos que se dicten declarando la incompetencia por
razón de la materia de las Salas referidas en el texto principal; o los autos que se dicten por dichas
Salas en ejecución de sentencia, parangonando al desaparecido recurso de casación en ejecución
de sentencia de la Ley de Enjuiciamiento Civil de 1881.
22
La competencia de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia hay que buscarla en el
artículo 7.a de la LPL: “En única instancia de los procesos sobre las cuestiones a que se refieren
los párrafos g), h), i), k), l) y m) del artículo 2 cuando extiendan sus efectos a un ámbito
territorial superior al de la circunscripción de un Juzgado de lo Social y no superior al de la
Comunidad Autónoma, así como de todos aquellos que expresamente les atribuyan las leyes”.
Y dichos párrafos del artículo 2 dicen lo siguiente: “cuestiones litigiosas (…) g) sobre constitu-
ción y reconocimiento de la personalidad jurídica de los sindicatos, impugnación de sus esta-
tutos y su modificación. h) En materia de régimen jurídico específico de los sindicatos, tanto
legal como estatutario, en lo relativo a su funcionamiento interno y a las relaciones con sus
afiliados. i) Sobre constitución y reconocimiento de la personalidad jurídica de las asociaciones
empresariales en los términos referidos en la disposición derogatoria de la Ley Orgánica 11/
1985, de 2 de agosto, de Libertad Sindical, impugnación de sus estatutos y su modificación. k)
Sobre tutela de los derechos de libertad sindical. l) En procesos de conflictos colectivos. m)
Sobre impugnación de convenios colectivos”.
23
La competencia de la Sala de lo Social de la Audiencia Nacional se establece en el artículo 8
LPL: “La Sala de lo Social de la Audiencia Nacional conocerá en única instancia de los
procesos a que se refieren los párrafos g), h), i), k), l) y m) del artículo 2, cuando se extiendan
sus efectos a un ámbito territorial superior al de una Comunidad Autónoma”. Dichos párrafos
son los mismos ya reproducidos en la nota anterior.
LA CASACIÓN EN MATERIA LABORAL 205
namiento jurídico, incluyéndose en este concepto, no sin polémica sobre esta
interpretación, a la jurisprudencia. Su interpretación, en la que ante lo infre-
cuente del recurso y las limitaciones de espacio no debo entrar en el presente
trabajo, es la habitual de estos motivos y de otros con contenido análogo.24
Para completar, aparte de las obras acabadas de citar, me remito también a la
explicación que ofreceré sobre este punto con respecto al recurso de casación
para la unificación de doctrina.
Por lo demás, el procedimiento es el siguiente:25
El recurso posee una fase de preparación, que se concreta en la mera manifesta-
ción, oral o escrita, ante la Sala a quo del propósito de interponer el recurso,
manifestación que debe hacerse en el plazo de 10 días desde que es notificada la
sentencia (artículo 206). La Sala a quo, salvo que concurran graves defectos
insubsanables (preclusión del plazo de preparación, resolución no recurrible),
tendrá por preparado el recurso y emplazará a las partes para que comparezcan
ante la Sala 4ª del Tribunal Supremo, a la que se remitirán los autos (artículo 207).
La Sala 4ª tendrá a las partes por comparecidas, con posibilidad de subsana-
ción de defectos en su postulación (artículo 209), y dará traslado de los autos
al recurrente para que realice el escrito de interposición del recurso, en el cual
exprese su fundamentación para recurrir en el plazo de 20 días.
Interpuesto el recurso e instruido el Magistrado ponente, se abre la fase de
admisión en la que puede rechazarse el conocimiento del recurso por las si-
guientes causas (artículo 211):26
1.- Incumplimiento manifiesto e insubsanable de los requisitos for-
males para recurrir.
2.- Falta de contenido casacional de la pretensión.
24
Sobre estos motivos, ampliamente, Serra Domínguez, Manuel, Comentarios a la reforma de la
Ley de Enjuiciamiento Civil, Tecnos, Madrid 1985, pp. 828 y ss. También en Serra Domínguez,
Manuel, Del Recurso de Casación, en La reforma de los procesos civiles (Comentario a la Ley
10/92 de medidas urgentes de reforma procesal). Madrid 1993. Ed. Civitas. pp. 242 y ss. Y
específicamente en el ámbito laboral, Montero Aroca, Comentarios, Cit. pp. 1140 y ss. Personal-
mente, me ocupo de motivos de casación con contenido similar a los citados en el texto principal
en Nieva Fenoll, El recurso de casación ante el Tribunal, Cit. pp. 235 y s.s, y en El recurso de
casación civil, Cit. pp. 139 y ss.
25
Para una explicación más detenida me remito a Montero Aroca, Comentarios, Cit. pp. 1148 y ss.
26
Sobre estas causas, Vid. Cabañas García, Algunas reflexiones, Cit. pp. 192 y ss.
206 JORDI NIEVA FENOLL
3.- Haber desestimado en el fondo otros recursos en supuestos sus-
tancialmente iguales.
Previa a la declaración definitiva de inadmisión, se da audiencia al recurrente y
traslado al Ministerio Fiscal para que se pronuncien sobre dicha inadmisión, que
la Sala declarará de forma total o parcial una vez concluido el trámite descrito.
Admitido el recurso, se da traslado a las partes recurridas para que redacten el
escrito de impugnación en el plazo de 10 días, y finalmente al Ministerio Fiscal
para que informe sobre la estimación de la casación.
Evacuado el anterior informe, la Sala dictará sentencia en el plazo de 10 días
(artículo 212), estimando o desestimando el recurso, con los efectos habituales.
Si se desestima, se confirmará la resolución recurrida. Si se estima un exceso o
defecto de jurisdicción o de competencia, o una inadecuación de procedimiento,
se declarará la nulidad de lo actuado, dejando a salvo el derecho de las partes a
reiniciar el proceso ante quien corresponda. Si se declara un quebrantamiento de
forma, se anulará el procedimiento desde que se produjo el defecto y se reenviará
el asunto al tribunal a quo para que lo prosiga desde ese momento, salvo que el
defecto estuviere en la sentencia, en cuyo caso la Sala 4ª puede decidir definiti-
vamente sobre el asunto si resultase suficiente el relato de hechos probados de
la resolución recurrida. De lo contrario, deberá reenviar el proceso al Juez a quo.
Por último, si se produce una infracción del ordenamiento jurídico, la Sala tam-
bién decidirá definitivamente el asunto, sin reenvío (artículo 213).
Como se ve, el recurso no contiene ninguna peculiaridad que lo haga especial-
mente destacable. En su “haber” debe apuntarse la existencia del motivo de
casación de error en la apreciación de la prueba, que permite corregir los defec-
tos más relevantes, y también más difíciles de descubrir, en la indebida aplica-
ción de la norma jurídica. O bien la sencillez de la fase de preparación, que se
limita a lo único en que debe consistir, es decir, un simple anuncio del recurso.
O bien la posibilidad de que la Sala decida definitivamente el asunto en caso de
quebrantamiento de forma en la sentencia, aunque con la matización de que
solamente lo haga si el relato de hechos resulta suficiente, lo que en líneas
generales parece acertado y está en la orientación que incipientemente apun-
tan las legislaciones europeas de casación más modernas.27 También debe des-
tacarse la obligatoriedad de decidir sobre el fondo en caso de defecto in
iudicando, tradicional en la legislación española desde los artículos 1060 y
27
Vid. al respecto Nieva Fenoll, El recurso de casación ante el Tribunal, Cit. pp. 430 y ss.
LA CASACIÓN EN MATERIA LABORAL 207
1061 de la Ley de Enjuiciamiento Civil de 1855, y que constituye una de las
peculiaridades más acertadas de la casación española,28 que ha sido y está
intentando ser copiada en otros modelos europeos,29 conscientes de la pérdida
de tiempo que supone el reenvío en estos casos.30
No obstante, en el “debe” de esta regulación cabe citar los defectos sistemáti-
cos en cuanto a las resoluciones recurribles, ya referidos. También debe hacer-
se referencia a la falta de armonía actualmente existente entre los motivos por
los que cabe interponer la casación civil y la laboral, tras la reforma de la Ley de
Enjuiciamiento Civil de 2000, sin que existan razones, como ya indiqué, para
que su régimen sea diferente. Con todo, en este particular, se trata de diferen-
cias de matiz que resultan salvables por lo general.31 Sin embargo, lo que más
negativamente destaca es la fase de admisión, no con respecto a su procedi-
miento, que en tanto en cuanto prevé la audiencia al recurrente, resulta acerta-
do, aunque siempre sea discutible que de la admisión se haga cargo la propia
sala sentenciadora y no una sala diferente.32 Lo más rechazable de esta fase
son dos de las causas por las que procede la inadmisión.
No parece aceptable que haber desestimado en el fondo otros recursos en
supuestos sustancialmente iguales deba ser motivo de inadmisión, sencilla-
mente porque eso supone una introducción soterrada del sistema anglosajón
del precedente judicial,33 que provoca un total olvido por la protección del ius
litigatoris, y además desvela una falta absoluta de preocupación por la con-
servación de una jurisprudencia actualizada, pues mal puede elaborarse dicha
jurisprudencia a base de superficiales autos de inadmisión que resuelven la
cuestión en un estadio preliminar de la tramitación del recurso.
De todos modos, la causa que resulta probablemente más rechazable es esa “falta
de contenido casacional de la pretensión” que avala, al amparo del artículo 211
28
Vázquez Sotelo, José Luis, La Casación Civil (Revisión crítica), Barcelona 1981, pp. 29 y ss.
29
Sobre dichos modelos, Nieva Fenoll, El recurso de casación civil, Cit., pp. 41 y ss.
30
Satta, Salvatore, Passato e avenire della Cassazione, Riv. T. Dir. Proc. Civ., 1962, p. 958.
31
Es decir, de hecho, todo lo que es alegable por los motivos del artículo 205 LPL, no sin algo de
habilidad, puede denunciarse actualmente a través de los motivos de los artículos 469 y 477 de la
Ley de Enjuiciamiento Civil. Vid. Nieva Fenoll, El recurso de casación civil, Cit. p. 141.
32
Serra Domínguez, Consideraciones sobre la situación actual del recurso de casación civil, Rev.
Jur. de Cat. 1979, p. 100. De La Plaza Navarro, Manuel, La Casación civil, Madrid 1944, p. 431.
33
Martín Brañas, Carlos, La inadmisión del recurso de casación por carecer de contenido
casacional o haberse ya desestimado en el fondo otros recursos en supuestos sustancialmente
iguales, Documentación Laboral, 1996, (50), p. 137.
208 JORDI NIEVA FENOLL
LPL, la inadmisión. Al margen del uso del término “pretensión”,34 la Sala 4ª posee
una jurisprudencia bastante errática sobre la materia, habida cuenta de que en
algunos casos procede a encubrir como inadmisiones, auténticas desestimaciones
por ser el recurso infundado, conclusión que sólo habría de ser posible extraer en
la fase de decisión del recurso.35 Y otras veces inadmite recursos que tratan de
convertir la casación en una segunda instancia, por discutir la apreciación proba-
toria judicial al margen del específico caso en que esta crítica está contemplada
como motivo de casación, y que ya vimos antes. En cualquier caso, el tenor de la
causa es tan sumamente ambiguo36 que debería ser desterrada de la legislación,
habida cuenta la peligrosidad que supone que una expresión aparentemente tan
convincente, pero a la vez tan vacua, como la “falta de contenido casacional”, se
convirtiera en una excusa para eliminar discrecionalmente recursos, con el objeto
de controlar el volumen de los mismos.
De momento no ha sido así, porque, como ya indiqué, son muy pocos los
recursos que le llegan a la Sala 4ª por la vía que estoy examinando en este
epígrafe, en comparación con la frecuencia de uso de la que es objeto el recur-
so de casación que examino en el siguiente, y al que, en consecuencia, dedicaré
una más detenida atención.
Con el objeto de sustituir a un anterior e ineficaz recurso en interés de ley,37 y
posibilitar que el Tribunal Supremo pudiera revisar también las sentencias38
34
Critica el uso de este término Martín Brañas, La inadmisión, Cit. p. 135. Quizás sea cierto que
el uso de la expresión sea un tanto inadecuado formalmente, puesto que sería más sencillo quizás
hablar de “recurso”, no confundiéndose así la pretensión de recurrir con la pretensión expresada
y debatida en primera instancia, que algunos identifican con el llamado “objeto del proceso”,
como Schwab, Karl Heinz, El objeto litigioso en el proceso civil, trad. de Tomás A. Banzhaf a la
ed. de Munich y Berlín de 1954 de “Der Streitgegenstand im Zivilprozeß”, Buenos Aires 1968,
pp. 241 y ss., o en España, aunque con visión diferente a la de Schwab, Guasp Delgado, Jaime, La
pretensión procesal, Anuario de Derecho Civil, 1952, p. 51. No obstante, personalmente no
encuentro tan criticable el uso de la palabra “pretensión”, siempre y cuando se entienda en el
sentido indicado de “objeto del recurso”.
35
En este sentido, Martín Brañas, La inadmisión, Cit., pp. 135-136.
36
Martínez Emperador, La nueva, Cit. p. 304, reconocía esta ambigüedad, y sugería que la causa
de inadmisión referida solamente fuera utilizada cuando el recurso careciera de “consistencia en
su motivación, en términos tales que lo haga inviable”, lo que apunta claramente a una razonable
consideración marginal de esta causa.
37
Sobre sus detalles, que ya carecen de toda importancia, me remito a lo indicado por Ivorra Mira,
María Jesús, El Recurso de casación para la unificación de doctrina, Valencia 1997, pp. 19 y ss.
38
Por tanto, no “autos”. Este afán restrictivo tiene el inconveniente de promover una dispersión
jurisprudencial en estas resoluciones de los Tribunales Superiores de Justicia, como lo destaca la
doctrina. Ivorra Mira, El recurso de casación, Cit. p. 33. Cabero Morán, Enrique, Las sentencias
recurribles y contradictorias en el recurso de casación para la unificación de doctrina (artículos 215
y 216 LPL), Actualidad Laboral, 1992, (29), p. 537. Montero Aroca, Comentarios, Cit. p. 1207.
LA CASACIÓN EN MATERIA LABORAL 209
dictadas en segunda instancia39 por los Tribunales Superiores de Justicia (artí-
culo 216 LPL), de forma que no mantuvieran éstos una jurisprudencia discre-
pante entre sí, o simplemente contraria a la de la Sala 4ª del Tribunal Supremo,
se crea este recurso de casación, con la única finalidad de cumplir ese objeto,
unificar jurisprudencia.40
Lo anterior, aunque se matiza después en la regulación, ya supone un gran
error de planteamiento, si se tiene presente cuanto se ha dicho en el segundo
epígrafe. Insisto una vez más en que la finalidad de la casación no es unificar
jurisprudencia, sino proteger al ordenamiento jurídico, principalmente a tra-
vés del mantenimiento de una jurisprudencia uniforme. Pero no debe confun-
dirse el medio con el fin, puesto que de lo contrario acaba perdiéndose de vista
que lo más importante, lo que finalmente interesa al ciudadano (repito una vez
más, para quien está concebido todo el sistema jurídico), es la casación de la
sentencia contraria al ordenamiento jurídico.
Lamentablemente, con el régimen que voy a describir a continuación, el ciudadano
queda relegado al escalón más bajo de la pirámide. Se prescinde completamente de
su existencia, puesto que a la Sala 4ª sólo le importa la infracción del ordenamiento
jurídico que le trae el ciudadano, si con ella entiende que puede elaborar una
jurisprudencia útil. Pero un problema añadido es que esos pocos casos en que
entiende la Sala 4ª que puede elaborar esa jurisprudencia útil, en realidad no son
tales, puesto que ha dispuesto jurisprudencialmente tantísimas trabas a la admi-
39
Aunque soy consciente que en la Doctrina laboralista es extendido el pensamiento de que el
recurso de suplicación no abre una segunda instancia, personalmente creo que esa afirmación está
inducida por razones históricas de lo que fue el recurso (sobre todo por quien conocía del mismo),
y no de lo que es el actual recurso de suplicación. Un recurso a través del cual, al amparo del
artículo 191 LPL, pueden analizarse infracciones procedimentales, pueden revisarse los hechos
a través de las únicas pruebas que el tribunal ad quem puede analizar en las mismas condiciones
que el a quo (documental y pericial), y por último, puede examinar infracciones del ordenamien-
to jurídico (incluyendo a la jurisprudencia), en prácticamente nada se diferencia de un recurso de
apelación, por ejemplo, en el orden civil. La suplicación, por tanto, no es más que un recurso de
apelación, que como la mayoría de modelos europeos ya no sigue el farragoso sistema romano de
novum iudicium, sino el de revisio prioris instantiae (Rechberger, Walter H. / Simotta, Daphne-
Ariane, Grundriß des österreichischen Zivilprozeßrecht. Erkenntnisverfahren, Wien 1994, p.
438, Satta, Salvatore / Punzi, Carmine, Diritto Processuale Civile, Padova 1996, p. 544). Por
tanto, creo que es urgente la modificación de la denominación, con el conveniente objeto de
homogeneizar la terminología en todos los órdenes jurisdiccionales, abandonando así el término
“suplicación”, demasiado pomposo y que pertenece a otra época muy pretérita, no habiendo sido
debidamente actualizado, a diferencia de lo que ocurre con la denominación “apelación”.
40
Así lo expresa, entre otras muchas resoluciones, el ATS 4-4-2003, (RJ 2003/5128), FD 1º: “La
función institucional del recurso de casación para la unificación de doctrina es procurar la
aplicación uniforme del ordenamiento jurídico por los órganos judiciales del orden social”.
210 JORDI NIEVA FENOLL
sión del recurso, que en el momento actual, por bien que los recurrentes, ávidos de
justicia, siguen intentando masivamente41 el recurso, ya dan por hecho que por
muy correctamente que esté formulado, no se va a admitir, sin entrar ni tan siquiera
en el fondo, sencillamente porque la Sala 4ª ha entendido, sin una motivación
convincente, que este recurso tiene carácter “excepcional”.42
Con ello se ha creado una situación paradójica sobre la que después reflexio-
naré. El recurso de casación para la unificación de doctrina no cumple su
finalidad casacional, puesto que deja al margen de su cognición a la enorme
mayoría de sentencias contrarias al ordenamiento jurídico. Además, permite
la existencia de jurisprudencia contradictoria entre los Tribunales Superiores
de Justicia, lo que resulta contrario a las razones que motivaron su creación.
Aunque eso sí, en contrapartida, además de la Sala de lo Militar, la Sala 4ª es
la única Sala del Tribunal Supremo que no sufre apenas retrasos, habida
cuenta de que el número de recursos pendientes es ínfimo, fruto de la enorme
cantidad de recursos inadmitidos.
De hecho, es en estos trámites en los que se sitúa la polémica, puesto que si los
requisitos que deben cumplirse ya son de por sí estrictos con la ley en la mano,
la Sala 4ª los ha hecho más estrictos todavía, optando siempre, sistemáticamen-
te, por la interpretación menos favorable al derecho al recurso, interpretación
41
Lo confirma Varela Autrán, Benigno, El recurso de casación para unificación de doctrina. Su
problemática a la luz de la doctrina jurisprudencial, Revista General de Derecho, 1997, (632),
p. 5217.
42
STS (Sala 4ª) de 13-2-1995 (RJ 195/1153), FD 2º. Apoya dicha excepcionalidad García Valverde,
Una interpretación, Cit. p. 659.
LA CASACIÓN EN MATERIA LABORAL 211
que, sorprendentemente, no ha sido corregida por el Tribunal Constitucional
en todos estos años, a pesar de ser claramente inconstitucional.43
Grosso modo, para la admisión del recurso, se exige que la sentencia recurrida
sea contradictoria con otra sentencia anterior. De ese modo, la Sala 4ª, como
unificadora de jurisprudencia, entraría a deshacer la contradicción indicando
cuál es la jurisprudencia correcta. Antes de desgranar el procedimiento de la
presentación y de la admisión, veamos cuáles son los criterios que sigue la
Sala 4ª para realizar esta actividad previa al conocimiento del recurso, llamada
“juicio de contradicción”.
Como se indicó, el artículo 217 LPL exige que se aporten como sentencias de
contraste para observar la contradicción, sentencias de los Tribunales Supe-
riores de Justicia (no especifica si solamente las Salas de lo Social, o también
las de lo Civil-Penal y de lo Contencioso-administrativo de estos tribunales),
así como sentencias del Tribunal Supremo. Y tampoco se especifica si cabe
aportar sentencias solamente de la Sala 4ª de lo Social, o también de las Salas
de lo Civil, Penal, Contencioso-Administrativo o, por último, Militar.
Pues bien, la Sala 4ª podría haber optado por ser permisiva en este punto.44
Pero bien al contrario, restringe esas sentencias a las que dicte la propia Sala
4ª,45 y en relación a los Tribunales Superiores de Justicia, sólo a las que dicten
43
Al contrario, aun sin entrar en el fondo de la jurisprudencia del Tribunal Supremo más que de
forma puntual, ha elogiado este recurso de casación para la unificación de doctrina (y no sé si
también su interpretación jurisprudencial) en la STC 318/1994 de 28-11-1994, FJ 2. También
es de interés la STC 256/1994 de 26-9-1994, FD 2, en la que se afirma literalmente lo siguiente:
“En el caso del recurso de casación para la unificación de doctrina, como ya ha tenido
ocasión de afirmar este Tribunal (SSTC 234/1993, 126/1994 y ATC 260/1993, entre otros),
los artículos 215 y ss. L.P.L. lo han configurado como un recurso extraordinario y excepcio-
nal que tiende fundamentalmente a garantizar la homogeneidad de la doctrina de los tribu-
nales laborales y la supremacía jurisdiccional del Tribunal Supremo (artículo 123 C.E.); y
aquel carácter de recurso extraordinario justifica la estricta exigencia de los presupuestos de
admisibilidad materiales y formales para evitar que se convierta en un tercer grado jurisdic-
cional con el único objetivo de examinar la infracción legal, función que la ley no le ha
atribuido, como el propio Tribunal Supremo ha dicho con reiteración y así lo recuerda
precisamente en la Sentencia ahora recurrida”.
44
Más que nada, para tratar de favorecer una cierta homegeneización jurisprudencial en las Salas
del Tribunal Supremo, ya que, lamentablemente, falta un más que necesario órgano que unifique
la jurisprudencia de dichas Salas.
45
ATS (Sala 4ª) 24-1-1991 (RJ 1991/177).
212 JORDI NIEVA FENOLL
las Salas de lo Social en suplicación, lo que excluye, sin existir motivo alguno
para ello, a las sentencias dictadas en única instancia por dichas Salas.46
Por último, se exige un requisito al margen por completo de la regulación legal.
La sentencia de contraste debe ser firme cuando se publica la sentencia recurri-
da47 y, por tanto, de fecha anterior a la recurrida. Que sea de fecha anterior
puede tener cierta lógica, desde un punto de vista formal, pues podría pensarse
que es la sentencia posterior, y no la anterior, la que resulta contradictoria, y
por tanto es la más moderna la que debiera ser recurrida. Pero al margen de esta
muy discutible conclusión, en la que no voy a profundizar, lo que sí resulta de
todo punto incomprensible es que se exija que la sentencia de contraste sea
firme. Y además, no esgrime la jurisprudencia razones para ello, salvo la natura-
leza excepcional del recurso, y el hecho de que si la sentencia no fuera firme, la
contradicción no habría llegado a consumarse.48 Por añadidura, el requisito de
la firmeza no viene exigido por la ley, y mucho menos que la firmeza deba ser
anterior a la publicación de la sentencia recurrida.49
No voy a extenderme en esta cuestión de detalle, ni en si el momento para exigir
dicha firmeza habría de ser la publicación de la sentencia recurrida o la prepara-
ción del recurso de casación. Y prescindo de dicho análisis porque, a mi juicio,
el hecho de que la sentencia de contraste deba ser firme carece de sentido,
puesto que sería especialmente útil que si se alega una sentencia no firme, es
decir, ya recurrida ante el Tribunal Supremo, la Sala decidiera la acumulación de
ambos asuntos, de cara a obtener soluciones todavía más uniformes, utilizan-
do para ello la facultad de acumulación de recursos pendientes contenida en el
artículo 232 LPL. Al contrario, prefiere no entrar en esta labor, y simplemente
prescinde de las sentencias pendientes de recurso, aceptando únicamente las
que ya no van a poder ser modificadas.
Por último, aunque la ley no limita en absoluto el número de sentencias de
contraste que pueda alegar el recurrente,50 la Sala 4ª lo restringe a una sola por
46
ATS (Sala 4ª) 2-2-2003 (RJ 2003/5167), FD 2.
47
STS (Sala 4ª) 20-6-1995 (RJ 1995/6249).
48
Interpretación avalada, además por el Tribunal Constitucional, en STC 132/1997 de 15-7-
1997, FJ 5.
49
Así lo destaca Molero Marañón, María Luisa, Una valoración crítica de la admisión del
recurso de casación para la unificación de doctrina, Relaciones Laborales. Revista Crítica de
Teoría y Práctica, 2002, (13), p. 169.
50
Como lo indica Molero Marañón, Una valoración crítica, Cit. p. 172, que tacha de “desviada”
la jurisprudencia de la Sala 4ª en este sentido.
LA CASACIÓN EN MATERIA LABORAL 213
cada extremo de la contradicción.51 Esta jurisprudencia de la Sala responde al
hecho de querer evitar la cita masiva de sentencias, que complicaba el análisis
del recurso, así como la emisión burocráticamente muy costosa de certificacio-
nes por cada una de esas sentencias.52 Lo que ocurre es que siendo ambas
cosas ciertas, esa forma de actuar de la Sala 4ª le impide que la relevancia de la
resolución unificadora dictada sea más ambiciosa, pues podría analizar, y uni-
ficar, muchos más casos concretos.
El artículo 217 LPL exige que en la sentencia recurrida y en la de contraste se
encuentren “los mismos litigantes u otros diferentes en idéntica situación
donde, en mérito a hechos, fundamentos y pretensiones sustancialmente igua-
les, se hubiere llegado a pronunciamientos distintos”.53
La redacción legal, aunque tenga antecedentes claros en otros textos legales,54
es sumamente restrictiva y defectuosa, como cabe inferir de una simple lectura.
Pero con todo, esas deficiencias no serían de consideración si no fuera porque
el tenor del redactado está hecho directamente a propósito para impedir el
51
STS (Sala 4ª) 7-2-1996 (RJ 1995/857).
52
Lo explican Campos Alonso, El recurso, Cit. p. 311. Desdentado Bonete, De nuevo, Cit.
p. 51 y ss.
53
Sobre estas frases los pronunciamientos doctrinales son numerosos. Vid. Desdentado Bonete,
De nuevo, Cit., p. 46 y ss. Jiménez Fortea, El recurso, Cit. pp. 176 y ss. Ivorra Mira, El recurso
de casación, Cit. pp. 40 y ss. Rodríguez-Piñero Royo, El recurso de casación, Cit. pp. 160 y ss.
Sempere Navarro, El recurso de casación para la unificación de doctrina, Pamplona 1999, pp.
47 y ss. Molero Marañón, Una valoración crítica, Cit. p. 174 y ss. De Miguel Lorenzo, El
recurso, Cit. pp. 229 y ss. Castell Valldosera, Lidia, La infracción de normas procesales como
motivo para la interposición del recurso de casación para la unificación de doctrina, Revista de
Derecho Social 1999, (7), pp. 67 y ss. Montero Aroca, Comentarios, Cit. pp. 1208 y ss. Sempere
Navarro, Antonio V. (con Montoya Melgar e.a.), Comentarios a la Ley del Procedimiento
Laboral, Cizur Menor 2003, pp. 686 y ss.
54
Aun salvando las distancias, como lo señalan Jiménez Fortea, El recurso, Cit. pp. 23 y ss., o
Sanz Tome, Federico, La preparación del recurso de casación para la unificación de doctrina,
Relaciones Laborales. Revista Crítica de Teoría y Práctica, (5), p. 283, se hallan dichos antece-
dentes, en concreto en el artículo 102 de la Ley reguladora de la Jurisdicción contencioso-
administrativa de 27 de diciembre de 1956, en su versión anterior a la reforma de la Ley 10/1992
de 30 de abril. El redactado de dicho artículo era prácticamente idéntico al previsto para el
llamado “recurso extraordinario de revisión”, y que después de la citada reforma se convirtió en
el “recurso de casación para la unificación de doctrina”, cuyo régimen pasó a hallarse en el
artículo 102-a de la misma ley. Actualmente dicho recurso lo hallamos en el artículo 96 de la Ley
29/1998 de 13 de julio reguladora de la Jurisdicción contencioso-administrativa, que sustituye a la
Ley de 1956. Sobre dicho “recurso extraordinario de revisión” que sirvió de base al recurso que
ahora estudiamos, puede consultarse García de Enterría, Eduardo / Fernández, Tomás-Ramón,
Curso de Derecho Administrativo II, Madrid 1992, pp. 643-644.
214 JORDI NIEVA FENOLL
acceso de recursos de casación, lo que no resulta aceptable como principio55 si
no se ofrecen más justificaciones. Dejemos al margen, de momento, la interpre-
tación jurisprudencial de este precepto y analicemos dicho redactado desde
una perspectiva literal.
En primer lugar, aunque los litigantes puedan ser los mismos, los hechos, los
fundamentos y las pretensiones, solamente pueden ser sustancialmente igua-
les, puesto que si fueran simplemente iguales –sin el “sustancialmente”– esta-
ríamos en realidad ante un supuesto de cosa juzgada.56 Por la misma razón, aun
suponiendo que los litigantes no sean los mismos pero sí que estén en idéntica
situación, de nuevo los hechos, los fundamentos y las pretensiones no pueden
ser idénticos, sino solamente sustancialmente iguales, puesto que, de lo con-
trario, el legislador estaría exponiendo en este caso un supuesto de sustitución
procesal57 en el ámbito laboral. Y lógicamente no ha pretendido ese resultado,
aunque no habría razón para descartarlo.
Se supone, en consecuencia, que lo que quiere decir la ley –aunque lo diga de
forma tan deliberadamente confusa– es que los hechos y las normas aplica-
bles, aquello que solicitaron las partes, y la posición jurídica de las partes en
relación con esos hechos,58 todo ello, se parezca bastante en los dos procesos
cuyas sentencias van a contrastarse. Es decir, por ejemplo, que se trate de dos
despidos (uno por cada sentencia) por causa objetiva, aunque la persona del
trabajador sea diferente en ambos casos, o incluso pueda diferir la causa de
despido, o la empresa, pero sea aplicable el mismo régimen legal.
Desde luego, no parece existir otra manera razonable de interpretar el precep-
to.59 Lo que ocurre es que si realmente es esta la interpretación correcta, se
55
En sentido similar, Molero Marañón, Una valoración crítica, Cit. p. 165. Ivorra Mira, El
recurso de casación, Cit. pp. 27-28.
56
Así lo destaca Jiménez Fortea, El recurso de casación para la unificación de doctrina laboral,
Cit. p. 177.
57
Sobre la misma, Nieva Fenoll, Jordi, La sustitución procesal, Barcelona-Madrid 2004.
58
Estimo, por tanto, que Jiménez Fortea, El recurso de casación para la unificación de doctrina
laboral, Cit. p. 179, expresa acertadamente que el requisito subjetivo queda absorbido por la
concurrencia de los requisitos objetivos (hechos, fundamentos, pretensiones).
59
Fue la interpretación inicial que hizo la doctrina: Ávila Romero, Manuel (con Rodríguez Santos
y Cebrián Badía), Comentarios a la Ley del Procedimiento Laboral, T. IV, Valladolid 1991, p. 81.
Y de hecho, así es como lo interpretó el Tribunal Constitucional en la interesante STC 3/1995 de
10 de enero, FJ 2, a pesar de que posteriormente el propio Tribunal Constitucional no ha seguido
esta línea de pensamiento corrigiendo la jurisprudencia de la Sala 4ª. Comentando precisamente
esta sentencia, Ivorra Mira, María Jesús, A vueltas con el recurso de casación para unificación de
doctrina y el recurso de amparo (a propósito de la sentencia del Tribunal Constitucional 3/1995,
de 10 de enero. BOE 11 de febrero de 1995), Poder Judicial, 1995, (40), pp. 381 y ss.
LA CASACIÓN EN MATERIA LABORAL 215
podría haber redactado la norma con un enunciado de vocación menos restric-
tiva, puesto que la frase “sustancialmente iguales”, así como el hecho de que
se refiera a sujetos, hechos, fundamentos y pretensiones, es decir, a todos los
elementos que, según diversas teorías, puede tener el objeto de un juicio,
puede ser malinterpretada con gran facilidad. Esa frase puede provocar que
alguien pueda interpretar que, en realidad, la igualdad exigida no hubiera de ser
“sustancial”, en el recto sentido del término, es decir, relativa a lo más esencial
y más importante de esos “sujetos, hechos, fundamentos y pretensiones”,
sino que podría entenderse desviadamente que esa “sustancial igualdad” in-
cluye también a los detalles externos de lo considerado. Y es evidente que los
detalles externos de algo no pueden confundirse nunca con su substancia.
Además, aun interpretando rectamente la frase “sustancialmente iguales”, las
exigencias que estamos analizando provocan dos principales problemas. En
primer lugar, el legislador desconoce –y desconoce a conciencia, que es peor–
que las normas jurídicas no solamente se aplican a hechos o situaciones “sus-
tancialmente iguales”. La aplicación analógica de las normas jurídicas a su-
puestos que aunque no sean esencialmente iguales, simplemente se parezcan,
es un principio básico de cualquier sistema de derecho que se pretenda que
funcione, ya que la analogía es una de las armas más eficaces para luchar
contra las lagunas del ordenamiento jurídico positivo.60
Siendo lo anterior de ese modo, el hecho de que el legislador, ya de entrada, excluya
el uso de la analogía, es un muy mal presagio para la funcionalidad del recurso, que
puede hacer de él un instrumento prácticamente inservible por su rigidez.
Pero por si lo anterior fuera poco, ese restrictivo redactado provoca un segundo
problema de mayor calado aún. Los magistrados de cualquier tribunal de casa-
ción del mundo, aunque haya muy honrosas excepciones, cada vez que tienen la
oportunidad de aprovechar un redactado legal para promover el formalismo y
quitar de en medio unos cuantos recursos pendientes a base de inadmisiones, no
hay que dudarlo, lo van a aprovechar. Y hasta quizás es lógico que lo hagan,
como explicaré en los últimos epígrafes con mayor extensión.
Pues bien, ese resultado es justamente el que la mayoría de los magistrados de
la Sala 4ª han propiciado, y que, además, coincide con la interpretación desvia-
da de la frase “sustancialmente iguales” a que antes me refería, puesto que la
Sala viene fijándose, en la mayoría de las ocasiones, en los detalles externos de
60
Vid. por todos, Lacruz Berdejo e.a., Elementos de Derecho Civil I, Parte General, Vol. I, Madrid
2002, pp. 258 y ss.
216 JORDI NIEVA FENOLL
los supuestos que considera, y no en la auténtica substancia de la causa, como
con reiteración le ha ido recordando en estos años la desalentada (y con razón)
Doctrina.61 Y si no, véase a continuación la interpretación que la Sala ha reali-
zado del redactado del artículo que nos ocupa:
1.- Los litigantes de ambos procesos tienen que ocupar idéntica posición jurí-
dica. De forma que aunque el caso sea el mismo, no se considerará cumplido el
requisito si en una sentencia el mismo litigante figuró como demandante, y en
la de contraste como demandado.62
2.- Aunque parezca, en ocasiones, decir lo contrario,63 la jurisprudencia de la
Sala 4ª exige una identidad casi total en los supuestos de hecho considera-
61
Expongo a continuación, a pesar de su extensión, uno de los poquísimos casos de “igualdad
sustancial” estimados por la Sala 4ª, para que se vea con claridad hasta qué punto se fija la Sala en
dichos detalles externos: STS (Sala 4ª) de 30-4-2003 (RJ 2003/5251), FD 1: “…Su comparado
examen muestra que los supuestos resueltos por dichas sentencias son completamente homogé-
neos. En efecto, en ambos casos se trata de médicos de cupo y zona al servicio del Instituto a los
que, de acuerdo con lo dispuesto en el Real Decreto 1.181/1989 de 29 de septiembre (RCL
1989\2158), se les había reconocido, en el año 1990 al actor de este proceso y en 1991 en el
caso de la sentencia referencial, el tiempo de servicios prestados para la Entidad Gestora antes
de obtener plaza en propiedad y abonado desde entonces en cuantía fija mensual. Conviene
advertir que en el apartado segundo del relato de hechos probados de la sentencia recurrida se
ha incurrido en un evidente error mecanográfico al transcribir la fecha en que se reconocieron
los trienios al actor. La que allí figura, 2 de abril de 1999, no es la real. La fecha correcta es la
de 2 de abril de 1990, que consta en la propia resolución administrativa que obra en autos
(folio 12). En sus demandas, planteadas ambas en el año 2000, reclamaron que los trienios ya
reconocidos en los años 90 y 91, les fueran satisfechos en cuantía del 10% de los haberes
básicos percibidos en agosto de 1982, así como los atrasos correspondientes al período febrero
de 1995 a enero de 2000. Las sentencias dictadas por los respectivos Juzgados de lo Social
estimaron las demandas y frente a ellas interpuso el Instituto Catalán de la Salud idénticos
recursos de suplicación. En el primer motivo, dedicado a sostener “la prescripción de la
acción” ejercitada por los demandantes, denunció la infracción del artículo 69 de la Ley de
Procedimiento Laboral en relación con los artículos 89.3 y 114 de la Ley 30/1992 (RCL
1992\2512, 2775 y RCL 1993, 246) de Procedimiento Administrativo. La sentencia referencial
estimó, declaró prescritas las cantidades anteriores en un año a la reclamación previa; y en
cambio la recurrida desestimó el recurso y confirmó el fallo de instancia. Concurre el presu-
puesto de recurribilidad exigido por el artículo 217 de la Ley de Procedimiento Laboral, pues
pese a encontrarse los litigantes en idéntica situación, y ser los hechos, fundamentos y pretensio-
nes en uno y otro caso sustancialmente iguales, e incluso idéntico el reproche jurídico en
suplicación, los pronunciamientos de las sentencias comparadas son opuestos…”.
62
ATS (Sala 4ª), de 14-6-1994 (RJ 1994/5452).
63
STS (Sala 4ª), de 11-2-2003 (RJ 2003/3302), FD 2º: “…La contradicción requiere que las
resoluciones que se comparan contengan pronunciamientos distintos sobre el mismo objeto, es
decir, que se produzca una diversidad de respuestas judiciales ante controversias esencialmente
iguales y, aunque no se exige una identidad absoluta, sí es preciso, como señala el precepto
citado, que respecto a los mismos litigantes u otros en la misma situación, se haya llegado a esa
diversidad de las decisiones pese a tratarse de ‘hechos, fundamentos y pretensiones sustancialmente
iguales’. Por otra parte, debe tenerse en cuenta que la contradicción no surge de una compa-
ración abstracta de doctrinas (STS/IV 16/07/2001 [RJ 2001\7471]) al margen de la identidad
de las controversias, sino de una oposición de pronunciamientos concretos recaídos en conflic-
tos sustancialmente iguales (sentencias de 27 [RJ 1992\70] y 28 de enero de 1992 [RJ 1992\131],
18 de julio [RJ 1997\5870], 14 de octubre [RJ 1998\443], 17 de diciembre de 1997 [RJ
1997\9482], 23 de septiembre de 1998 [RJ 1998\7424])”.
LA CASACIÓN EN MATERIA LABORAL 217
dos,64 de forma que si difieren algunos detalles de los hechos, se declara, creo
que con demasiada facilidad,65 que no existe la contradicción entre las dos
sentencias. De ese modo, se dejan amplias parcelas del ordenamiento jurídico
laboral sin considerar,66 en las que difícilmente se producen supuestos de he-
cho iguales. Y además, se dificulta sobremanera la interposición del recurso, y
no ya solamente porque los supuestos de hecho difícilmente son idénticos,
sino porque, además, en múltiples ocasiones las sentencias recurridas son
deficitarias en cuanto a la expresión de los hechos probados. Ello provoca que
ni el recurrente ni la Sala puedan saber a ciencia cierta si los hechos de una
sentencia y de otra eran sustancialmente iguales. Todo lo cual se traduce en un
resultado que creo que no era buscado por nadie: que los Tribunales Superio-
res de Justicia pueden ser discrepantes en su jurisprudencia con una única
condición: que no se esfuercen en redactar un completo, o al menos detallado,
relato de hechos.67
La Sala 4ª, además, propicia de hecho esas actitudes de los Tribunales Superio-
res de Justicia, puesto que en la enorme mayoría de sus sentencias, como ya
dije, normalmente desestimatorias, no se explica prácticamente el problema ju-
rídico planteado, sino que se encubre dicho problema jurídico ocupándose
exclusivamente del juicio de contradicción de sentencias, que, dicho sea de
paso, no tiene ni la más mínima relevancia para la conservación del ordena-
64
Así lo afirma prácticamente toda la doctrina: Jiménez Fortea, El recurso de casación para la
unificación de doctrina laboral, Cit. p. 183. Ivorra Mira, El recurso, Cit. p. 42. Vid. también
Molero Marañón, Una valoración crítica, Cit. p. 177, quien destaca incluso la actitud aparente-
mente arbitraria de la Sala 4ª. Incluso, demuestra su opinión en un supuesto concreto con un
detenido y acertado análisis de la sentencia considerada en Molero Marañón, María Luisa, Una
nueva oportunidad para el TS para ejercer su más elevado y propio cometido casacional
(Comentario a la STS 4ª de 23 de noviembre de 2000), Relaciones Laborales. Revista Crítica de
Teoría y Práctica, 2001, (4), pp. 965 y ss.
65
Es difícil conseguir estadísticas totalmente fiables de desestimaciones y motivos de las mismas
por la Sala 4ª. Pero no obstante, basta consultar cualquier repertorio de jurisprudencia para
encontrarse un sinfín de autos de inadmisión por este motivo, y sobre todo de sentencias que
también aprecian la falta de contradicción. Encontrar una sentencia estimatoria es casi como
encontrar oro. Así lo confirma Sanz Tome, Federico, La preparación, Cit. p. 285.
66
La enumeración que realiza Ivorra Mira, El recurso, Cit. p. 98 es escalofriante. Vid. también De
Miguel Lorenzo, El recurso, Cit. p. 223. Goerlich Peset, José María, Recurso de casación para
la unificación de doctrina y recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional, Relaciones
Laborales. Revista Crítica de Teoría y Práctica, 1992, (21), p. 378.
67
Así sucede en numerosas sentencias. Vid. por ejemplo la STS (Sala 4ª) 14-11-2003 (RJ 2003/
8817), FD 3º y 4º, en el que se afirma literalmente que “se ignora” uno de los hechos, sencillamen-
te porque no consta en la sentencia de contraste, y por ello, entre otras razones, no concurre la
contradicción. Añade la sentencia “Por la razón que acabamos de exponer no es factible afirmar
que las sentencias comparadas resolvieran en méritos a hechos sustancialmente iguales”. Vid.
también STS (Sala 4ª) de 14-4-2003 (RJ 2003/5194), FD 4º.
218 JORDI NIEVA FENOLL
miento jurídico en su parcela laboral. Es decir, la labor de los Magistrados se
centra, fundamentalmente, en ver qué tienen de diferente las sentencias alega-
das, y no en analizar qué podría ser analógicamente aplicable, que es lo que
sería útil para la función nomofiláctica. Y por demás, acostumbran a dar por
hecho que al concurrir esas diferencias, se trata de casos distintos, pero sin
explicar muchas veces por qué, sino limitándose a hacer un listado de hechos
contrastados. Y, reitero, sin exponer cuál es la problemática jurídica que había
planteado el recurrente, y cuál la que planteaba la sentencia de contraste, que
es lo único relevante para la función nomofiláctica.
De ese modo, aunque me duele y a la vez me indigna afirmarlo, puede decirse que
en la mayoría de las ocasiones es imposible comprobar la corrección del parecer
de la Sala 4ª del Tribunal Supremo, lo que hace que sus sentencias sean doble-
mente inútiles para el cumplimiento de la básica función casacional, la función
protectora del ordenamiento jurídico. Se dice que al no concurrir la contradic-
ción, muchos de los recursos desestimados tienen “falta de contenido casacio-
nal”. Analizado lo anterior me temo que hay que rectificar ese postulado.
Actualmente no son normalmente esos recursos, sino que son las sentencias de
la Sala 4ª, en su mayoría, las que carecen de ese contenido casacional.
Con las premisas de fondo ya explicitadas, se inicia el procedimiento. Y ya en el
primer momento, el escrito de preparación, se localiza el primer escollo obsta-
culizador de la interposición del recurso.
Las partes que sufran gravamen68 derivado de la sentencia dictada por el Tribu-
nal Superior de Justicia, o el Ministerio Fiscal en interés de la legalidad, podrán
preparar el recurso de casación presentando el correspondiente escrito ante la
68
Negligentemente, el artículo 218 LPL no hace referencia a este requisito básico para recurrir,
el gravamen o perjuicio derivado de la resolución recurrida, sino que dice que “cualquiera de las
partes” podrá preparar el recurso. Creo que en este punto, para no favorecer una interpretación
absurda que permitiría interponer el recurso a quien favorece la sentencia, yendo contra sus
propios actos, se impone la aplicación supletoria del artículo 448 de la Ley de Enjuiciamiento
Civil (D.A.1ª.1 LPL). Sobre el gravamen, Vid. extensamente Nieva Fenoll, El recurso de casa-
ción civil, Cit. pp. 105-138, así como la numerosa doctrina citada en ese lugar. Hago mención de
este punto porque alguien podría haber pensado que tratándose el presente de un recurso quasi
excepcional en el que lo único que importa es la elaboración e jurisprudencia, podría interponerlo
cualquiera, incluso la parte vencedora en la instancia. Insisto en que una interpretación del estilo
resultaría absurda, por agredir directamente la doctrina de los actos propios. Jiménez Fortea, El
recurso de casación, Cit. pp. 223 y ss., configura este requisito del gravamen como ineludible,
específicamente para el recurso que nos ocupa.
LA CASACIÓN EN MATERIA LABORAL 219
Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia que haya dictado la resolu-
ción. Lo que ocurre es que dicho escrito se distancia del escrito de preparación
que hemos estudiado en el anterior recurso, y de hecho la jurisprudencia lo ha
distanciado todavía mucho más. El artículo 219 LPL exige que dicho escrito
exprese simplemente el propósito de recurrir, pero además obliga al recurrente
a que realice una “exposición sucinta de la concurrencia de los requisitos
exigidos”. La Sala a quo será la encargada de comprobar que el escrito conten-
ga los dos contenidos citados. El plazo para la preparación de dicho escrito es
de 10 días desde la notificación de la sentencia impugnada (artículo 218 LPL).
Desde luego, una interpretación literal de lo que acabo de exponer daría como
conclusión que el escrito de preparación es sencillo.69 Y en el mismo bastaría
con manifestar la voluntad de recurrir, y hacer una muy somera referencia a la
contradicción jurisprudencial.70 Una interpretación razonable conduciría a pen-
sar que la Sala a quo, por pura incompatibilidad psicológica y por haber perdi-
do la debida imparcialidad objetiva al haber juzgado el caso, no debiera analizar
más que de forma muy superficial si aparentemente concurre dicha contradic-
ción jurisprudencial. De lo contrario, sucedería que el propio Juzgador que ha
dictado la sentencia, y que por pura lógica humana querrá defenderla, deberá
asumir que ha fallado de forma contradictoria con la jurisprudencia.71
Y que eso ocurra no es nada fácil. Podría decirse que siendo la contradicción
con la jurisprudencia de otros Tribunales Superiores de Justicia, la Sala a quo
no tendrá inconveniente en admitir la existencia de contradicción. Pero si la
contradicción es con la jurisprudencia del Tribunal Supremo, ¿cabría decir lo
mismo? Por añadidura, la Sala a quo, en ese breve examen de la fase de prepa-
ración, también debería observar la concurrencia somera del resto de requisitos
que analizaré en los siguientes epígrafes, y que consisten, muy brevemente, en
que los litigantes (o su situación jurídica), los hechos, los fundamentos y las
pretensiones entre la sentencia dictada y la de contraste, deben ser “sustan-
69
Es la teoría general de este escrito, que sirve solamente para que la sentencia recurrida no
alcance su firmeza, advirtiendo del propósito de recurrir. Vid. al respecto Serra Domínguez,
Comentarios, Cit. p. 867.
70
Así se pronunció la Sala 4ª en un principio. ATS (Sala 4ª) de 25-2-1991 (RJ 1991/926).
71
Es algo muy parecido a lo que ocurre en el proceso penal con la imposibilidad de que quien ha
sido instructor de una causa, figure como juzgador en la misma. Se trata de una causa de recusación
(artículo 219.11ª L.O.P.J.), que también ha sido estudiada como incompatibilidad de funciones
procesales (Montero Aroca, Juan, Sobre la imparcialidad del Juez y la incompatibilidad de
funciones procesales, Valencia 1999, p. 16), lo que sin duda presenta la ventaja de implicar un
enfoque todavía más análogo con el supuesto que aquí nos ocupa.
220 JORDI NIEVA FENOLL
cialmente iguales”, si bien diferiendo en los pronunciamientos. Reitero que se
intenta que el examen sea, como digo, superficial, para evitar que la Sala a quo
tenga la tentación de no tener por preparado el recurso, para conseguir la
firmeza de la sentencia. Pues bien, si ese examen ha de ser superficial, la concu-
rrencia de los últimos requisitos referidos sólo podrá hacerse de un modo muy
liviano, prácticamente creyendo la argumentación del recurrente en el escrito
de preparación, sin analizar directamente las sentencias aportadas, porque ello
provocaría un examen de fondo del asunto que debiera estar vedado a la propia
Sala que dictó la sentencia recurrida, por las razones antes apuntadas.
Pues bien, no es esta la interpretación que ha imperado. Al contrario, si bien en
un primer momento fue esa la jurisprudencia de la Sala 4ª, desde finales de 1992
cambió su criterio de forma radical,72 exigiendo que el recurrente expusiera en
su escrito la sentencia de contraste, y el “núcleo básico” de la contradicción,
expresión sumamente ambigua73 y engañosa que, en realidad, obliga al recu-
rrente a avanzar en el escrito de preparación buena parte del contenido del
escrito de interposición posterior. 74
Todo ello conduce a que en el cortísimo plazo de 10 días haya que buscar una
sentencia de contraste, lo que no siempre es sencillo pues, lamentablemente,
no están debidamente publicadas y recopiladas todas las sentencias de los
Tribunales Superiores de Justicia, que es lo mínimo que habría que garantizar
72
Con la oposición expresada en voto particular, por algunos magistrados, como Martínez
Emperador, Rafael, El recurso de casación para la unificación de doctrina: objeto, legitimación
y procedimiento, en: III Congreso Nacional de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social,
Valencia 1993, p. 339.
73
En este sentido, Ivorra Mira, El recurso, Cit. p. 55.
74
A pesar de lo que diga la jurisprudencia. Basta con leer el ATS 10-3-2003 (RJ 2003/5153), FD
1º para darse cuenta de las imprecisiones: “a) Con relación al escrito de preparación del
recurso de casación para la unificación de doctrina ‘ha sido la doctrina de esta Sala, iniciada
por los Autos de 13 de noviembre de 1992 (RJ 1992\8807 y RJ 1992\8808) (…) la que ha
determinado el alcance de la expresión legal exposición sucinta de la concurrencia de los
requisitos exigidos, que puede precisarse en estos extremos: (…) 3º.- La exposición sucinta no
es, desde luego, la relación precisa y circunstanciada de la contradicción que exige el artículo
222 de la Ley, pero tampoco se identifica con una mera afirmación de que la contradicción
existe, sino que debe mostrarse su realidad haciéndola visible. 4º.- Esta mostración de la
contradicción no implica el análisis comparativo de las identidades, lo que es propio de la
formalización del recurso, pero sí exige la identificación del núcleo básico de la contradicción
como la de las sentencias respecto de las cuales ésta se produce, sentencias que luego habrán
de ser precisamente sobre las que podrá versar el escrito de formalización del recurso y que
certificadas se aporten al mismo”.
LA CASACIÓN EN MATERIA LABORAL 221
para la funcionalidad del recurso que estamos analizando.75 Y por otra parte,
esa necesaria expresión del “núcleo básico” de la contradicción, prácticamente
fuerza a dejar este aspecto perfectamente razonado, aunque sea en esta manera
precipitada, para evitar una posible inadmisión de la Sala a quo.76
Esta situación materialmente injusta es criticada con reiteración por la doctri-
na,77 e incluso por algunos Magistrados de la propia Sala 4ª.78 Pero el parecer
mayoritario de la Sala, como ya se ha dicho, es el indicado. 79 A partir de ahí,
todo depende de la mayor o menor permisividad de las Salas a quo, que en este
particular, como no podía ser de otra forma, mantienen criterios discrepantes.
Si resulta que la Sala a quo tiene por preparado el recurso, al cumplir las exigen-
cias que he explicitado, realizará el emplazamiento al recurrente para que com-
parezca ante el Tribunal Supremo en el plazo que corresponda según el artículo
207 (artículo 221), 15 días si el recurrente tuviese su domicilio en la península
ibérica, y 20 si no fuere así. Indico los plazos porque justamente en este punto
tiene lugar otra de las trampas del recurso. Este plazo de emplazamiento no está
dispuesto solamente para que comparezca el recurrente ante el Tribunal Supre-
mo, que sería lo lógico. Al contrario, en este mismo plazo, el recurrente debe ya
formalizar su escrito de interposición, puesto que si no lo hace de ese modo, la
Sala 4ª inadmitirá el recurso.
75
Ivorra Mira, El recurso, Cit. p. 56, ve en ello, incluso, una posible lesión al derecho a la tutela
judicial efectiva. Vid. también De Val Arnal, J. Jesús / García Diez, Margarita, El derecho a la
tutela judicial efectiva y el recurso de casación para la unificación de la doctrina en el proceso
laboral, Poder Judicial, 1993, (32), pp. 216 y ss. Dicha lesión es asumida también por García
Valverde, María Dolores, Una interpretación formalística y rígida de algunos de los requisitos
del recurso de casación para la unificación de doctrina: comentario de la stc 132/1997, de 15
de julio, con voto particular, Actualidad Laboral, 1998, (36), p. 655.
76
ATS (Sala 4ª), 10-3-2003, FD 1º: “…La exposición sucinta no es, desde luego, la relación
precisa y circunstanciada de la contradicción que exige el artículo 222 de la Ley, pero tampoco
se identifica con una mera afirmación de que la contradicción existe, sino que debe mostrarse
su realidad haciéndola visible. 4º.- Esta mostración de la contradicción no implica el análisis
comparativo de las identidades, lo que es propio de la formalización del recurso, pero sí exige
la identificación del núcleo básico de la contradicción como la de las sentencias respecto de las
cuales ésta se produce, sentencias que luego habrán de ser precisamente sobre las que podrá
versar el escrito de formalización del recurso y que certificadas se aporten al mismo”.
77
Ivorra Mira, El Recurso, Cit. p. 64. Molero Marañón, Una valoración crítica, Cit. pp.
171-172. De Miguel Lorenzo, Ana, El recurso de casación para la unificación de doctri-
na: ¿un recurso excepcional?, Relaciones Laborales. Revista Crítica de Teoría y Práctica,
1994, (16), p. 226.
78
Voto particular formulado por Fernández López al ATS 13-11-1993 (RJ 1993/8807).
79
ATS (Sala 4ª) 4-5-1993 (RJ 1993/4027).
222 JORDI NIEVA FENOLL
Es decir, no ocurre lo que suele ser lo habitual, es decir, que primero se compa-
rezca y después la Sala otorgue plazo para la interposición, sino que compare-
cencia e interposición son dispuestas en el mismo plazo. No es que el
acortamiento del plazo efectivo para razonar el recurso sea contrario al derecho
de defensa, sobre todo teniendo en cuenta que buena parte de los esfuerzos
que hay que realizar en este escrito se habrán invertido ya en el escrito de
preparación, como hemos visto.
Lo que ocurre es que no se acierta a entender la funcionalidad de esta previ-
sión legal. Es decir, si lo que pretendía el legislador era abreviar los plazos, es
de todos conocido que no sirve de nada abreviar los plazos propios, los de
parte, puesto que suelen ser los impropios –los que los tribunales deberían
observar– los que son generalmente incumplidos, y a la postre provocan los
retrasos de los que se quejan todos los operadores jurídicos.
Pero es que, además, el cambio en el trámite despista a no pocos recurrentes
poco avezados, cuyos recursos perecen mientras esperan que el Tribunal Supre-
mo les emplace para la interposición. Desde luego, esa pérdida del recurso sola-
mente es imputable al recurrente, pero no creo que deba ser la ley la que favorezca
estos “despistes”, sino que debería procurar que no se produjeran. De hecho, de
lege ferenda estimo que si realmente se desea la economía procesal, quizás la
mejor forma de que ello ocurra sea que las partes realicen la preparación –anun-
ciando meramente el recurso, sin más– y la interposición ante el órgano a quo,
con la ventaja que supone el hecho de que los autos estarán a disposición del
recurrente, ahorrando estos traslados al Tribunal Supremo. Finalizada toda esta
primera fase, debería realizarse entonces el emplazamiento ante el Tribunal Su-
premo, quien entonces pasaría a la fase de admisión directamente. De hecho, un
sistema muy parecido a este es el que se sigue actualmente en la casación civil
(artículos 479 a 483 de la Ley de Enjuiciamiento Civil).80
Por lo demás, el escrito de interposición es el momento en el que el recurrente
realiza la fundamentación de su recurso, y el único en el que, en realidad,
debería hacerlo, según ya se ha dicho. El artículo 222 LPL exige que el escrito
contenga una “relación precisa y circunstanciada de la contradicción ale-
gada (…) con fundamentación (…) del quebranto producido en la unifica-
ción de la interpretación del derecho y la formación de jurisprudencia”. Con
estas expresiones se insiste en la importancia del juicio de contradicción, e
80
A pesar de que la jurisprudencia de la Sala 1ª lo ha desvirtuado, haciendo de la Sala a quo un
auténtico órgano de admisión. Vid. Nieva Fenoll, El recurso de casación civil, Cit. pp. 219 y ss.
LA CASACIÓN EN MATERIA LABORAL 223
Por último, también se exige que el recurrente manifieste una “infracción legal
cometida en la sentencia”, único motivo de casación que resulta recognosci-
ble en el artículo 222 LPL y que después comentaré.
Realizado en tiempo y forma el escrito de interposición, la Sala 4ª abrirá la fase
de admisión (artículo 223 LPL). En la misma se va a realizar el “juicio de contra-
dicción” aludido ya tantas veces. Esta fase pasaría, por lo demás, desapercibi-
da, si no fuera porque la mayoría de recursos perecen en ella.
Procedimentalmente la explicación es muy breve. La Sala inadmitirá el recurso
cuando se produzca:
– Falta de los requisitos procesales para recurrir.
– Falta de contenido casacional del recurso.
81
STS (Sala 4ª) 16-4-1994 (RJ 1993/4205). Resulta absurda esta exigencia, que no permite
rectificar el escrito de preparación, cuando lo lógico sería que si lo que se intenta es evitar las
contradicciones en la jurisprudencia, el recurrente pudiera rectificar lo indicado en su escrito de
preparación, en el momento de la interposición. No existiría ningún perjuicio en ello, sino más
bien todo lo contrario, puesto que, reitero, lo importante es que exista la contradicción. Además,
en la práctica dicha exigencia es frustrante para los Letrados que van a redactar el escrito de
interposición, que en muchas ocasiones no son los mismos que los que redactaron el escrito de
preparación, viéndose condicionados por la labor de estos últimos.
82
Si no se dispone de las mismas al presentar el escrito de interposición, deberán presentarse en
10 días, o bien deberá justificarse que se han solicitado las mismas y aún no se han expedido por
los tribunales correspondientes (artículo 222 LPL).
83
No deja de ser paradójico que la propia Sala 4ª exija certificaciones de sus propias sentencias.
La cuestión no merece más comentario.
224 JORDI NIEVA FENOLL
La inadmisión es propuesta por el Magistrado ponente del recurso a la Sala,
tras lo cual, antes de decretar la inadmisión, debe convocarse a una audiencia
al recurrente para que se pronuncie sobre la causa de inadmisión propuesta por
el ponente. Oído el recurrente, la Sala (compuesta para este trámite por tres
magistrados) podrá declarar, bien el pase a la siguiente fase, bien la inadmisión
del recurso a través de un auto motivando la inadmisión, auto que resulta
irrecurrible. Y además, puede imponer una multa al recurrente de hasta 900
euros si considera que tuvo ánimo dilatorio en la interposición.84
En líneas generales, el procedimiento de la fase de admisión, asumiendo que
ésta exista, parece acertado, salvo por la falta de intervención del recurrido en
un trámite que, obviamente, le interesa,85 y si no fuera porque la Sala considera
que la falta de contradicción en las sentencias aportadas provoca una falta de
contenido casacional en el recurso.
Para no reiterar lo ya dicho, me remito a cuanto he comentado ya sobre este
punto. Pero permítaseme añadir que resulta sorprendente que la Sala inadmita
un recurso de casación por “falta de contenido casacional”, cuando ni siquiera
ha analizado los motivos de casación que haya propuesto el recurrente en su
escrito de interposición. Es decir, su análisis en esta fase se centra casi exclu-
sivamente en el juicio de contradicción,86 lo que deja completamente al margen
la infracción del ordenamiento jurídico que se alegue como motivo, que debe
ser objeto de la sentencia. Y ya se dijo que esa infracción del ordenamiento
jurídico era la única que legítimamente debía ser relevante para la casación.
Pido disculpas al lector por el inadecuado lugar en que sistemáticamente trato
esta materia, pero el régimen legal y el discurrir de la jurisprudencia no me han
dejado otra opción.
84
Criticada por la doctrina, incluso desde un punto de vista técnico por no haber hecho referencia
a ella la Ley de bases de 1989. Ivorra Mira, El recurso, Cit. p. 90. Vid. también Yanini Baeza,
Jaime, La facultad de sancionar el uso dilatorio del recurso de casación para la unificación de
la doctrina, Revista de Trabajo y Seguridad Social, 1992, (6), pp. 99 y ss.
85
Además, es absurdo no darle esta audiencia, teniendo en cuenta que en nada va a retrasar ni
complicar la tramitación del recurso. En contra, Ivorra Mira, El recurso, Cit. pp. 89-90.
86
También rechaza algunos recursos por esta causa (STS (Sala 4ª) de 16-2-1995 (RJ 1995/
1159), cuando la doctrina de la Sala es constante sobre el punto planteado y deba proceder
la desestimación. De hecho, de esta forma sí entra en el fondo, aunque de un modo preci-
pitado y que, además, según afirma acertadamente Ivorra Mira, El recurso, Cit. p. 88, causa
inmovilismo en la jurisprudencia.
LA CASACIÓN EN MATERIA LABORAL 225
No se trata de una cuestión baladí y prefiero dejarla clarificada desde el princi-
pio. La doctrina que ha comentado el “recurso de casación para la unificación
de doctrina” ha confundido con alguna reiteración la alegación sobre el “juicio
de contradicción”, con un motivo de casación.87 Y debo indicar ya desde aho-
ra, con toda claridad, que dicha alegación no es más que un requisito de proce-
dibilidad, 88 un mero requisito de admisión del recurso al que la ley y la
jurisprudencia le dan una importancia claramente exacerbada. Pero esa impor-
tancia absurda no puede llevar a confundirlo con un motivo de casación.
El auténtico motivo de casación, en todas las legislaciones de casación que
conozco, siempre es la infracción de algún precepto del ordenamiento jurídico,
que de hecho es lo que justifica la existencia de la casación, es decir, la repre-
sión de dichas infracciones. Tras un examen superficial podría pensarse que la
“casación para la unificación de doctrina” carece de motivos de casación, en el
sentido técnico del término. Y, sin embargo, no es así, puesto que la propia
legislación, aunque ha escondido literalmente dichos motivos, los contiene en
su regulación.
En la casación que examinamos existe un único motivo de casación: “la infrac-
ción legal”, citada en el artículo 222 LPL,89 que debe ser razonada en el escrito
de interposición y que resulta imprescindible para el éxito final del recurso. Lo
que ocurre es que el precepto insiste tanto en la cuestión de la unificación de
doctrina, que este motivo de casación queda ensombrecido, lo que demuestra
a las claras, una vez más, la voluntad restrictiva del Legislador.
Rompiendo con el origen, tradición y lógica del recurso, no le importan a dicho
legislador, en el fondo, las infracciones legales. Si a la vez no provocan un
quebranto en la uniformidad de la jurisprudencia –y además desde el punto de
vista que ya fue explicado–, simplemente prescinde de ellas. Y ello es un gran
87
Por ejemplo, De Miguel Lorenzo, Ana, El recurso de casación para la unificación de doctrina:
¿un recurso excepcional?, Relaciones Laborales. Revista Crítica de Teoría y Práctica, 1994, (16),
p. 221. Sempere Navarro, El recurso de casación para la unificación de doctrina, Pamplona 1999,
pp. 47 y ss. Lo especifica, aun con algo de oscuridad, Sampedro Corral, Mariano, Notas sobre
fundamento, legitimación, resoluciones recurribles, motivación y efectos del recurso de casación
para unificación de doctrina, Revista General de Derecho, 1992, (579), pp. 11826 y ss.
88
ATS (Sala 4ª), 10-3-2003, FD 1º: “La contradicción entre la sentencia recurrida y otras con
valor referencial no se inserta en la motivación del recurso, sino que constituye propiamente un
presupuesto o requisito de recurribilidad”. Así lo entiende también Pérez Pérez, Manuel, Debate
sobre el recurso de casación para la unificación de doctrina, Temas Laborales. Revista Andalu-
za de Trabajo y Bienestar Social, 1995, (34), p. 21.
89
De ese modo lo reconocen Montero Aroca, Comentarios, Cit. p. 1239. Jiménez Fortea, El
recurso, Cit. p. 235.
226 JORDI NIEVA FENOLL
error, puesto que a los defectos y perjuicios que el “juicio de contradicción”
provoca, se añade ahora el hecho de que el Legislador reconoce una posibili-
dad de vulneración absolutamente impune del ordenamiento jurídico. Aunque
la jurisprudencia que mantengan los Tribunales Superiores de Justicia sea una
auténtica insensatez, si dicha jurisprudencia es uniforme, al Legislador no le
importa en absoluto que se destruya su propia obra legislativa.
Esta especie de suicidio al que están induciendo algunas leyes en los últimos
tiempos, a pesar de que tenga la intención de reducir los retrasos ante los
tribunales de casación, no deja de sorprender. Y, o bien está basada en una
confianza probablemente demasiado amplia en los tribunales, o bien se asienta
en un profundo desconocimiento de su realidad, y de hecho, en un olvido de la
compensación de los poderes de la división de Montesquieu,90 sin la cual no
puede funcionar el Estado como lo conocemos actualmente. Y además, en be-
neficio de una preponderancia de los órganos inferiores del Poder Judicial, ni
siquiera del Tribunal Supremo. Es decir, justo todo lo contrario, todo, a lo que
el Legislador de la Revolución Francesa quiso concebir.
No obstante, debe reconocerse que la posibilidad de que todos los Tribunales
Superiores de Justicia mantengan una jurisprudencia uniforme sobre una inter-
pretación errónea, es poco probable, aunque no imposible. Pero a consecuen-
cia de la restrictiva jurisprudencia sobre el “juicio de contradicción”, el riesgo
de que las interpretaciones erróneas arraiguen es más que factible.
Sea como fuere, sobre el motivo único de casación, la “infracción legal”, muy
brevemente, debe indicarse que ha de ser posible alegar cualquier norma jurídi-
ca laboral como infringida, es decir, no solamente las que estrictamente sean
“leyes”. Es obvio que el término “infracción legal” está utilizado de manera
impropia,91 por lo que debe aceptarse cualquier vulneración del ordenamiento
jurídico empleada por el juez a quo en su sentencia,92 lo que incluye a los
reglamentos, pues no hay nada que resulte más absurdo que considerar sola-
mente las infracciones de una ley, y olvidarse de las infracciones de dichos
reglamentos,93 que no son más que explicaciones y concreciones de la ley
imprescindibles para su aplicación.
90
Montesquieu, Barón de (Charles-Louis de Secondat), De l’esprit des lois, reedición de la ed. de
París 1748, París 1979. Libro XI, Cap. VI. “Ces trois puissances devraient former un repos ou
une inaction”. Todo ello a pesar de la preponderancia que, finalmente, tenía el poder legislativo.
91
Así lo entiende Jiménez Fortea, El recurso, Cit. pp. 251 y ss.
92
Satta, Salvatore, (con Punzi), Diritto processuale civile, Padova 1996, p. 600.
93
Así lo admite Sempere Navarro, El recurso de casación, Cit. p. 74.
LA CASACIÓN EN MATERIA LABORAL 227
Además, como lo ha reconocido la jurisprudencia, es posible alegar normas del
ordenamiento jurídico en su vertiente sustantiva, desde luego, pero también en
su vertiente procesal, lo que provoca que todos los motivos que vimos en el
recurso de casación anterior sean aplicables, sin más, a ésta. 94
No obstante, debe realizarse un breve comentario con respecto a la jurispru-
dencia de la Sala 4ª sobre defectos procesales en el recurso de casación para la
unificación de doctrina. Desde luego la legislación no realiza salvedad alguna,
y parece que con respecto a estos defectos también debería realizarse el juicio
de contradicción, y así lo ha interpretado la jurisprudencia, que obliga a alegar
la concurrencia de las identidades cuando se trata de un defecto procesal.95
Pero llegados a este punto, me veo obligado a afirmar que la propia Sala deslegi-
tima su propia interpretación del juicio de contradicción con esta exigencia. Des-
de luego, ya resulta inaceptable y carente de cualquier sentido jurídico, como lo
indiqué, la estrechez con que la Sala 4ª interpreta el requisito de la contradicción
cuando se alegan normas sustantivas como infringidas. Pero cuando estas mis-
mas exigencias se trasladan a un supuesto de infracción procesal, el mínimo
crédito que le podría quedar a la exigencia jurisprudencial de la contradicción,
cae como un fruto, no ya muy maduro, sino directamente corrompido.
Haciendo muchas concesiones, podría argumentarse, como hace la Sala 4ª, que
la necesidad de que los hechos sean sustancialmente iguales es imprescindible
para considerar que la norma sustantiva ha sido aplicada de forma contradicto-
ria. Pero me pregunto, y no acierto a entender por más que lo pienso, qué tendrá
94
En su comentario no voy a entrar, por no plantear especialidades de consideración en la
casación laboral. Por ello me remito a cuanto expongo en Nieva Fenoll, El recurso de casación
civil, Cit. pp. 139 y ss.
95
Especialmente ilustrativa es la STS (Sala 4ª), de 24-3-2003 (RJ 2003/4425), FD 7º: “Por otra
parte, en relación con las infracciones procesales en el recurso de casación para la unificación
de doctrina, esta Sala viene diciendo que el artículo 217 de la Ley de Procedimiento Laboral
(RCL 1995\1144, 1563) exige que las resoluciones que se comparan contengan pronuncia-
mientos distintos sobre el mismo objeto, es decir, que se produzca una diversidad de respuestas
judiciales ante controversias esencialmente iguales y aunque el precepto no exige una identidad
absoluta, sí es preciso, como en el mismo se señala, que respecto a los mismos litigantes u otros
en la misma situación, se haya llegado a esa diversidad de las decisiones pese a tratarse de
‘hechos, fundamentos y pretensiones sustancialmente iguales’, debiendo tenerse muy en cuenta
que la contradicción no surge de una comparación abstracta de doctrinas al margen de la
identidad de las controversias, sino de una oposición de pronunciamientos concretos recaídos
en conflictos sustancialmente iguales (sentencias de 27 [RJ 1992\70] y 28 de enero de 1992 [RJ
1992\131], 18 de julio [RJ 1997\5870], 14 de octubre [RJ 1998\443], 17 de diciembre de 1997
[RJ 1997\9482] y 23 de septiembre de 1998 [RJ 1998\7424], entre otras muchas)”.
228 JORDI NIEVA FENOLL
que ver, para considerar la infracción de norma procesal –por ejemplo, por una
inadmisión de un medio de prueba que haya provocado indefensión–, que dicha
infracción se haya cometido en un procedimiento de despido, o en un procedi-
miento de reclamación de pago de salarios. La infracción procesal es una y la
misma puede llegar hasta a ser idéntica. Pero no puede exigirse que la infrac-
ción se haya realizado en procesos idénticos o siquiera sustancialmente igua-
les.96 Si me impiden practicar una prueba pericial médica en un proceso por
accidente laboral, se me habrá provocado exactamente la misma indefensión
que si se me deniega esa misma prueba pericial en un proceso en el que se
discuta un permiso por lactancia. La indefensión será la misma, y no concibo
cómo es posible que la Sala 4ª únicamente entre en la infracción cuando los
hechos en ambos procesos sean sustancialmente iguales.
Es decir, con esta actitud la Sala demuestra que no tiene base jurídica alguna la
restrictiva jurisprudencia que mantiene, sino que la única finalidad es que la Sala
4ª no tenga recursos pendientes, al margen de cualquier otra consideración. De
ese modo, el requisito de la contradicción se convierte en una simple y burda
excusa, prácticamente discrecional. Y que, por otra parte, provoca que sea casi
irrealizable la posibilidad de que la Sala 4ª analice infracciones procesales.
Podría objetarse a cuanto acabo de decir que la ley exige el requisito de la
contradicción, sea cual fuere la infracción legal. Y a ello podría oponerse que
ninguna ley, ninguna, permite que se hagan interpretaciones contrarias a la
lógica de sus propias normas. De hecho, dichas infracciones deberían ser co-
rregidas por el Tribunal Supremo, o al menos por el Tribunal Constitucional,
que viendo claramente que la exigencia no es más que un pretexto para denegar
el derecho al recurso, debería corregir inmediatamente esta interpretación ma-
nifiestamente errónea de la Sala 4ª del Tribunal Supremo.
Admitido el recurso, la Sala abrirá la fase de sustanciación y decisión del mis-
mo. Dicha fase se inicia con el traslado del escrito de interposición a la parte
recurrida para que realice el escrito de impugnación. Dispone de un plazo de 10
días desde que le sea notificado que están los autos a su disposición en la
Secretaría del Tribunal (artículo 224.1).
96
Así lo estimó ya desde el principio el Magistrado Martínez Emperador, El recurso de casación,
Cit. p. 334. También Valdés Dal-Re, Fernando, Unificación de doctrinas discrepantes en materia
procesal, Relaciones Laborales. Revista Crítica de Teoría y Práctica, 1992, (10), p. 74. Martín
Brañas, Carlos, Norma procesal y recurso de casación para la unificación de doctrina, Docu-
mentación Laboral, 1997, (51), p. 124. Ivorra Mira, El recurso, Cit. p. 47.
LA CASACIÓN EN MATERIA LABORAL 229
Presentado el anterior escrito, los autos pasarán al Ministerio Fiscal para que
informe sobre la procedencia de la casación (artículo 224.2). Este traslado care-
ce de sentido, puesto que la intervención del Ministerio Fiscal en este procedi-
miento es inútil, y solamente sirve, de hecho, para hacer observar a la Sala
alguna causa de inadmisión que, a pesar de todo lo indicado anteriormente,
milagrosamente le hubiera pasado por alto. La presencia del Ministerio Fiscal
fue suprimida de la casación civil por innecesaria y dilatoria,97 y entiendo que
lo mismo debería hacerse en este orden jurisdiccional.
Realizado el anterior informe, sin vista, la Sala dictará sentencia en el plazo de
10 días desde que se realizó la votación (artículo 225 LPL). La Sala se compon-
drá de 3 magistrados, o de 5 si el Presidente de la Sala o la mayoría de la misma
lo acuerdan de este modo, basándose en la trascendencia o complejidad del
asunto (artículo 225.2).
Lo que resulta muy interesante es el contenido de la decisión de la Sala 4ª
resolviendo el recurso de casación. El artículo 226 prescinde por completo de
realizar la distinción de si la “infracción legal” que estima es de ley sustantiva
o de ley procesal. La omisión podría salvarse fácilmente aplicando analógica-
mente lo indicado para el anterior recurso de casación (artículo 213 LPL).98 Pero
resulta que el artículo 226 obliga a la Sala, en todo caso, a “resolver el debate
planteado en suplicación”. Es decir, que sea cual fuere el defecto planteado, el
Tribunal Supremo deberá fallar sobre el fondo, lo cual resulta especialmente
inoportuno en el caso de defectos procesales que hayan provocado indefen-
sión, o en casos de falta de jurisdicción o de competencia. Quién sabe si esta
solución legal materialmente absurda, sea la que haya obligado a la Sala a
mantener la incomprensible jurisprudencia sobre infracción de leyes procesa-
les que vimos anteriormente.
Tras este auténtico despropósito, incomprensiblemente el artículo 226 LPL se
enfrasca en realizar una absurda matización sobre la trascendencia de la sen-
tencia dictada. Declara solemnemente este artículo que en caso de casación de
la sentencia recurrida, la sentencia que se dicte alcanzará solamente “a las
situaciones jurídicas particulares creadas por la sentencia impugnada”.
Diciéndolo de la forma más cortés que se me ocurre, es obvio –y lamentable–
que el redactor de este precepto, distraído por un ánimo de distanciar este
97
Serra Domínguez, Comentarios, Cit. p. 896.
98
Así lo entiende Montero Aroca, Comentarios, Cit. p. 1266.
230 JORDI NIEVA FENOLL
recurso del antiguo recurso en interés de ley, 99 no tuvo en cuenta la existencia
de la cosa juzgada de las resoluciones judiciales, declarada antes por el artículo
1252 del Código Civil, y ahora por el artículo 222 de la Ley de Enjuiciamiento
Civil, y que provoca que la frase leída resulte absolutamente redundante e
innecesaria. Aunque dicha frase no existiera, el efecto sería el mismo,100 esto
es, que las sentencias que dicte el Tribunal Supremo no pueden afectar, en
modo alguno, a sentencias firmes dictadas con anterioridad, repito, por un
mero respeto a la cosa juzgada de las resoluciones judiciales, característica
esencial de la jurisdicción.101 ¿Cabe que alguien se imagine, en el estado actual
de desarrollo de la sociedad, que las sentencias del Tribunal Supremo pudieran
hacer revisar casos anteriormente fallados definitivamente? ¿Alguien imagina
la inseguridad jurídica y profunda conflictividad social que ello provocaría?
Creo que la cuestión no merece mayores comentarios.
No puedo extenderme en esta cuestión por no pertenecer al estudio específico
de la casación laboral, pero no querría concluir un trabajo como el presente, en
el que, por desgracia, he vertido tantas críticas, sin ofrecer algunas soluciones.
El problema de la sobrecarga de asuntos ante los tribunales de casación es
endémico, y acaece, de un modo u otro, en la enorme mayoría de países que
tienen la casación en sus ordenamientos jurídicos. Veamos algunos puntos
que estimo que deben ser de consideración para juzgar esta situación.
En los tribunales de casación se producen algunos fenómenos que topan con
la incomprensión general de los operadores jurídicos. Es tradicional que los
tribunales de casación, cuando tienen la oportunidad, sean formalistas, inad-
mitiendo recursos por haber incumplido el recurrente exigencias absolutamen-
te nimias, y que debieran provocar una simple oportunidad de subsanación.
Además, esas exigencias ni siquiera suelen estar en la ley.
En otras ocasiones, la ley ya ofrece esas excusas a los magistrados, y éstos
acostumbran a interpretarlas de modo todavía más formalista. Es lo que ha
99
Sobre el mismo, Vid. Montero Aroca, Comentarios, Cit. pp. 1197 y ss.
100
Irónicamente lo indica Cabañas García, Algunas reflexiones, Cit. p. 203.
101
Serra Domínguez, Manuel, Jurisdicción, en: Estudios de Derecho Procesal, Barcelona
1969, p. 50.
LA CASACIÓN EN MATERIA LABORAL 231
sucedido con el recurso de casación para la unificación de doctrina que he
analizado en este trabajo.
Todo ello revierte en un perjuicio para el recurrente, el simple ciudadano, que ve
cómo le inadmiten un recurso sin que tenga la más mínima posibilidad de saber, o
mejor dicho, de entender por qué. No quiero ni referirme a las dificultades que
suelen tener los Letrados para convencer a sus clientes de que, a pesar de tener
razón, la Sala 4ª no ha juzgado que su recurso era digno de consideración, y por
ello lo ha rechazado sin analizarlo más detenidamente. Es decir, sin tan siquiera
entrar en el problema jurídico planteado. En ocasiones, las más, el Letrado sale
airoso del embate, descargando las culpas en la Sala 4ª. Pero ello tiene el efecto
colateral de producir, poco a poco, una conciencia social de que la Justicia “fun-
ciona fatal”, lo que crea inseguridad jurídica, insatisfacción ciudadana y frustra-
ción. Y quién sabe qué puede provocar en un futuro próximo. Todos sabemos
que el proceso existe para evitar la autodefensa, la autotutela de los ciudadanos.
Dicho de otro modo, las realizaciones arbitrarias del propio derecho. Y todos
sabemos también que la autoayuda surge cuando no hay proceso, o éste no da
respuesta a las demandas de justicia de los ciudadanos.
Dicho de otro modo, los magistrados se encuentran ante un volumen de recur-
sos imposibles de resolver en los días que tiene un año, al menos con la dedi-
cación y fundamentación que son esperables en un tribunal de casación. El
número de recursos ante los tribunales de casación, además, puede ir en au-
mento en sociedades con un buen nivel de vida, puesto que cuanto mayores
sean los ingresos de los ciudadanos, mayores serán las posibilidades de acce-
der al Tribunal Supremo.
¿Qué han hecho los poderes públicos para tratar de solucionar esta situación
crítica? Honestamente, poco menos que nada. Los gobiernos han destinado,
102
La cifra está indicada, grosso modo, sobre los datos ofrecidos por el Magistrado de la Sala 4ª
Desdentado Bonete, De nuevo, Cit. p. 67.
232 JORDI NIEVA FENOLL
en ocasiones (pocas), más recursos económicos, pero careciendo de un plan
de trabajo previo y mínimamente serio, que expusiera cómo sería eficaz invertir
esos recursos.
Los Legisladores tampoco les han ido a la zaga. Normalmente, lo único que han
hecho es tratar de disponer trabas en la admisión de los recursos, trabas que
permitieran respirar a los tribunales de casación. 103 Incluso en los últimos diez
o quince años, por imitación de los modelos anglosajones del certiorari,104 se
han dedicado a ofrecer variadas excusas, con diferentes reformas, para que el
Tribunal Supremo pudiera evitar conocer de los recursos de casación, provo-
cando con ello que entre los jueces inferiores exista una dispersión de criterios
de tal magnitud, que hasta se ha planteado, y seriamente, entre algunos jueces
de primera instancia, la posibilidad de celebrar juntas para tratar de unificar
criterios, al margen por completo del Tribunal Supremo. Además, en la enorme
mayoría de las ocasiones, al conocer el Tribunal Supremo, en realidad, de mu-
chos recursos pero de pocos puntos de derecho positivo en virtud del estricto
régimen de admisión, no encuentran soluciones en su jurisprudencia, por lo
que prescinden de su lectura y se centran en la jurisprudencia del tribunal que
va a conocer del recurso contra su resolución, que no es más que una segunda
instancia. El daño para el ordenamiento jurídico derivado de la situación ex-
puesta es verdaderamente gravísimo.
Además, por si fueran pocos los males, fruto del gran número de recursos, los
magistrados se ven obligados a trabajar solos, prescindiendo de la necesaria
deliberación que debe existir en un tribunal colegiado. Con ello, se inaugura la
tendencia denominada como “dictadura del ponente”, en virtud de la cual, ante
la imposibilidad de analizar con detenimiento el proyecto de sentencia del po-
nente, por falta de tiempo, los magistrados votan a su favor prácticamente a
ciegas. Y ello provoca que, para colmo de desgracias, la jurisprudencia del
Tribunal Supremo sea contradictoria dentro de las propias Salas. No existen,
además, mecanismos –ni eficaces ni ineficaces– para unificarla. De ese modo,
ni tan siquiera es claro, en muchos supuestos, cuál es la jurisprudencia de un
tribunal de casación concreto sobre un determinado punto.
103
Es el caso de la casación para la unificación de doctrina que se ha examinado, y que se compara
acertadamente con la noción de “interés casacional” de la Ley de Enjuiciamiento Civil de 2000
por Casas Baamonde, María Emilia, La nueva Ley de Enjuiciamiento Civil y el sistema de
recursos en el orden jurisdiccional social, Relaciones Laborales. Revista Crítica de Teoría y
Práctica, 2001, (12), p. 881.
104
Folguera Crespo, José, El derecho a los recursos legalmente establecidos. Recursos de
suplicación y casación, Cuadernos de Derecho Judicial, 1996, (17), p. 187, considera al recurso
de casación para la unificación de doctrina dentro de este modelo discrecional.
LA CASACIÓN EN MATERIA LABORAL 233
Con todo, el problema no es nuevo. Y de hecho, la situación descrita es la que
ha existido desde hace siglos ante los tribunales supremos, o al menos sus
equivalentes. Por ejemplo, en un territorio relativamente pequeño como es
Cataluña, y de población que fue eminentemente pobre, reducida y diezmada
por guerras y pestes, existió un equivalente a lo que sería hoy el Tribunal
Supremo, denominado “Reial Audiència de Catalunya”. Pues bien, al mar-
gen de los detalles históricos, dicho tribunal, en 1599 contaba con dos Salas
de seis magistrados cada una, 105 y una sala de refuerzo, 106 para conocer de
todo tipo de asuntos.
Dicho tribunal estaba también colapsado. Sin embargo, la razón de la sobrecar-
ga de asuntos debe encontrarse en que conocía de muchos procesos en única
instancia. Y el procedimiento que seguían estos procesos era extraordinaria-
mente farragoso.
De todos modos, lo que interesa observar es la composición que tenía este
tribunal supremo hace cuatrocientos años. 12 magistrados más una sala de
refuerzo. Y, por considerar el ejemplo que estoy estudiando en este trabajo, la
composición de la Sala 4ª, es de trece magistrados… Sólo uno más que la Reial
Audiència, pero cuatrocientos años después, con un territorio mucho más
amplio, y con un volumen de asuntos muy superior al que debió tener en esa
época la Reial Audiència.
Me pregunto cómo es posible que la estructura de los tribunales supremos no
haya conocido variaciones sustanciales desde entonces. Es decir, resulta incon-
cebible que se piense que un tribunal va a funcionar hoy en día con la misma
estructura básica de hace cuatrocientos años, aunque eso sí, con la ayuda de la
fotocopiadora y la informática que entonces, ciertamente, no existían.
Lógicamente, ante esta situación de abandono y dejación del poder ejecutivo y
del poder legislativo, los magistrados del Tribunal Supremo se ven obligados a
afrontar solos el volumen excesivo de asuntos y, lógicamente, se defienden de
105
Bosc, Andreu, Summari index o epitome dels admirables, y nobilissims titols de honor de
Cathalunya, Rossello, y Cerdanya, y de les gracies, privilegis, prerrogatives, preheminencies,
llibertats, è immunitats gosan segons les propries, y naturals lleys, Perpinyà 1628, p. 283. Vid.
también Constitucions y altres drets de Cathalunya, compilats en virtut del Capítol de Cort
LXXXII de les Corts per la S.C.Y.R. Majestat del Rey Don Philip IV. nostre Senyor en la ciutat de
Barcelona any MDCCII, Barcelona 1704, reedición facsímil de esta edición, Col. “Textos jurídics
catalans”, Lleis i costums IV/2, Generalitat de Cathalunya, Departament de Justícia, Barcelona
1995, Cap. de Corte de Philip II, Primera Cort de Barcelona, 1599, p. 85.
106
Cyadc, Philip, Cort de Montsó, 1585, p. 84.
234 JORDI NIEVA FENOLL
la avalancha. Y lo hacen a través de la promoción del formalismo, descartando
el conocimiento de recursos ya a priori, con excusas en su mayoría más que
discutibles. De hecho, se trata, como decía anteriormente, de un caso de au-
toayuda o autodefensa de los Magistrados del Tribunal Supremo. Como el
Derecho no les da soluciones, se ven obligados a tomarse la justicia por su
mano para seguir prestando, al menos formalmente, y de la manera más razona-
ble posible, la función que tienen encomendada.
Ante esta situación, creo que los problemas que se identifican con claridad son
los siguientes:
1.- Excesivo número de recursos para la composición personal que
posee el tribunal de casación.
3.- Extraordinaria dispersión jurisprudencial, en el Tribunal Supremo
y fuera de él.
4.- Crisis del ordenamiento jurídico positivo, que carece de la protec-
ción de su más eficaz custodio, el Tribunal Supremo.
Ante estos cuatro problemas, estimo que las vías de solución son claras y
discurren en un doble sentido. En primer lugar, hay que disponer un medio para
que la jurisprudencia del Tribunal Supremo sea coherente y conocida por los
operadores jurídicos, ganando una autoridad que actualmente ha perdido. Y en
segundo lugar, debe garantizarse el acceso al recurso de esos 4.000 recurren-
tes, para que todos ellos, 107 salvo que padezcan algún defecto formal insubsa-
nable, obtengan del Tribunal Supremo un pronunciamiento motivado sobre el
fondo. Al igual que he indicado que hay que ser más indulgente y empático con
los Magistrados del Tribunal Supremo, tampoco puede criticarse que los Letra-
107
Por tanto, sin restricciones que dejen parcelas del ordenamiento jurídico sin que puedan ser
analizadas por el Tribunal Supremo, como ya lo sugiriera Ruiz Vadillo, Enrique, Algunas conside-
raciones sobre el proceso, la casación y la revisión en el orden jurisdiccional social, Documen-
tación Jurídica, 1986, p. 313.
LA CASACIÓN EN MATERIA LABORAL 235
dos agoten hasta la última oportunidad de recurrir. Si existe una ocasión para
defender a su cliente, la van a utilizar porque su cliente requiere justicia. Y si el
ciudadano requiere justicia, hay que dársela.108
Con respecto a la primera de las dos vías, estimo que la jurisprudencia del
Tribunal Supremo ganaría mucho en autoridad si no se limitaran a dictar disper-
sas y farragosas resoluciones, siguiendo un esquema que cuenta con siglos de
historia, pero que debido al gran número de resoluciones que se dictan hoy en
día, ha devenido ineficaz. Al contrario, sería muy positivo que las propias Salas
fueran elaborando un resumen actualizado periódicamente (anual al menos) de
su jurisprudencia, al menos sobre los puntos más frecuentes que analicen las
Salas. De ese modo, el recurrente, aunque también el juez inferior, sabrán de
forma prácticamente inmediata cuál es la jurisprudencia del Tribunal Supremo.
Y además, es mucho más sencillo que el Tribunal Supremo sea coherente con
su jurisprudencia de ese modo, teniendo presente ese resumen. De esa manera,
se evitarían las impresentables contradicciones jurisprudenciales en el seno de
una misma Sala. O al menos, los magistrados tendrían una plena consciencia de
cuándo se está modificando una jurisprudencia, declarándolo expresamente de
ese modo. La cita de ese resumen en cada sentencia debería ser imprescindible,
desterrando así de una vez por todas la innecesaria cita excesiva de sentencias,
que nadie va a leer, en apoyo de un determinado pronunciamiento.
Propongo todo lo anterior porque no creo que en el momento actual sea acep-
table que la jurisprudencia del Tribunal Supremo deba asentarse sobre bases
tan fragmentarias como el acopio anual de toda la jurisprudencia en volumino-
sos tomos o en copiosas bases de datos. Debe existir un medio para que la línea
de pensamiento del Tribunal Supremo se descubra con gran facilidad, para
beneficio de todos, litigantes, jueces a quo, e incluso magistrados del Tribunal
Supremo. Y el medio que me parece más adecuado es el indicado, teniendo en
cuenta, como ya he señalado, el gran número de sentencias que el Tribunal
Supremo dicta al cabo del año.
En relación con la segunda vía, creo que una vez evidenciado que el Tribunal
Supremo tiene una composición poco menos que proveniente de la Edad Me-
dia, hay que modificar su estructura, de forma que en un plazo de entre 6 meses
y 1 año, dé una respuesta a todo recurrente sobre el fondo del asunto.
108
En similar sentido, Ramos Méndez, Francisco, Tribunales Superiores de Justicia y Tribunal
Supremo: reflexiones sobre un despropósito, Justicia 1991 (III), p. 528.
236 JORDI NIEVA FENOLL
Para conseguirlo, debe arbitrarse una composición que permita resolver moti-
vadamente, y con la debida reflexión, todos los asuntos que llegan al Tribunal
Supremo, y no solamente en sentido desestimatorio, sino también estimatorio,
según corresponda. Para ello, como ya dije, trece Magistrados son insuficien-
tes. Pero por otra parte, tampoco debe aumentar mucho más la composición de
las Salas, puesto que, de lo contrario, las deliberaciones se hacen muy comple-
jas y el riesgo de que nazcan criterios contradictorios aumenta.109 Incluso el
número de trece, personalmente, me parece excesivo, siendo más conveniente
el de diez, para formar dos secciones de 5 Magistrados.
Para ello, como han ido intuyendo legisladores y Magistrados, es precisa una
selección de asuntos. Pero no en el sentido de que sean descartados muchos
con facilidad, disponiendo trabas formales, sino de manera que ningún recurso
correctamente interpuesto sea descartado. En este sentido, teniendo en cuenta
que en la enorme mayoría de asuntos no se plantean problemas de enorme
dificultad, sino que son de resolución sencilla, habría que separar los asuntos
que son de aplicación jurisprudencial sencilla, y en los que no se va a modificar
la jurisprudencia, de aquellos que son más difíciles, y que sí requieren un
estudio muy profundo y un posible cambio jurisprudencial. Aunque es muy
difícil hacer números en esta materia porque no hay estadísticas, creo que
podríamos convenir en que alrededor del 90%, y quizás más, de los asuntos
que llegan al Tribunal Supremo tienen una resolución simple. Y sólo un 10%
son realmente complejos.
Pues bien, estoy persuadido de que de esos asuntos de resolución sencilla
podría hacerse cargo un número variable de magistrados, en función del volu-
men del contencioso que exista, de forma que el tiempo de resolución sea,
como ya he indicado, nunca superior a un año. Por ejemplo, tomando la cifra de
4.000 asuntos anuales a que antes me referí, dichos magistrados deberían ha-
cerse cargo del 90% de esos asuntos, es decir, de 3.600. Teniendo en cuenta
que cada Magistrado –como ponente, por supuesto– podría hacerse cargo, de
forma razonable, de unos 100 casos al año, el número de magistrados sería de
36. Y si se considera que podrían hacerse cargo de 200, entonces harían falta
solamente 18 magistrados que formaran una Sala de apoyo.
109
En este sentido, Desdentado Bonete, De nuevo, Cit. p. 43, nota 6.
LA CASACIÓN EN MATERIA LABORAL 237
rígida vinculación al precedente judicial, establecido exclusivamente por la Sala
oficial. Para conseguir dicha vinculación sin excitar susceptibilidades, debe-
rían traspasar obligatoriamente el asunto a la Sala oficial si consideraran que
no deben seguir el precedente. Y si, a pesar de todo, vulneran el precedente (de
fácil conocimiento gracias al resumen que antes indiqué), deberían incurrir en
responsabilidad. Si bien estimo que los casos en que esto ocurriera serían
mínimos, porque les habría de resultar más cómodo seguir el precedente, que
conocerán perfectamente, que discrepar de él, con más razón si se arriesgan a
incurrir en dicha responsabilidad.
De ese modo, es muy posible que se estimaran más recursos, y que las senten-
cias del Tribunal Supremo no fueran casi siempre una larga letanía de por qué
no se admite cada motivo, o genéricamente el recurso. Se aplicaría el preceden-
te, sin más, salvo que se considerara necesario discrepar del mismo. Por añadi-
dura, la existencia de la Sala de apoyo surtiría para el futuro de Magistrados a
la Sala oficial del Tribunal Supremo, de manera que se evitarían los actuales
mecanismos de selección, que a pocos convencen, y se garantizaría que el
Magistrado que accediera sería, sin reservas, un perfecto conocedor de la ju-
risprudencia del Tribunal Supremo.
E incluso, para otorgarle más garantías al sistema, frente a la decisión de la Sala
de apoyo de resolver ella misma el caso –en contra la opinión expresamente
manifestada por el recurrente–, habría de proceder un recurso de queja ante la
Sala oficial. Dicho recurso no será muy frecuente, puesto que pocos Letrados
se atreverán a afirmar que en un asunto debe cambiar la jurisprudencia, salvo
que sea muy fundamentado dicho cambio, ya que si la interposición del recur-
so carece de efecto suspensivo, el recurrente será el primer interesado en que
el recurso se resuelva rápido, por lo que no va a entrar en la complicación y
238 JORDI NIEVA FENOLL
dilación que podría comportar un recurso de queja, y menos si el cambio juris-
prudencial que propone, repito, no está fundado en sólidas razones.
Estimo que con un sistema al menos similar al expuesto, se corregirían eficaz-
mente las infracciones del ordenamiento jurídico, creando a su vez una juris-
prudencia muy consolidada que podría estar en constante evolución a través
de la labor anual de la Sala oficial, así como de la labor de los jueces a quo
inferiores, que no están sometidos al precedente. Y además, es esencial que no
lo estén para que puedan ir proponiendo cambios en la jurisprudencia. Quizás
de ese modo evitemos, de una vez por todas, los inconvenientes de todo tipo
que provocan las fases de admisión, y dispongamos por fin de tribunales de
casación que puedan deliberar debidamente, y cumplan eficazmente con la
función que les ha sido encomendada.
EL PROCESO DEL TRABAJO EN ITALIA. LA ORALIDAD... 239
Aldo DE MATTEIS*
SUMARIO:
Introducción
1 . Competencia material.
2 . Competencia funcional.
3 . Competencia territorial.
4 . Características del proceso que contribuyen a la actuación de los prin-
cipios de concentración, rapidez y oralidad.
INTRODUCCIÓN
Me pareció una Ley bien concebida, en la que están contenidas algunas nove-
dades, como por ejemplo el despacho saneador, las sanciones al contumaz y el
*
Consejero de la Corte di Cassazione (Tribunal Supremo en Italia para la anulación de una
providencia jurisdiccional).
240 ALDO DE MATTEIS
principio in dubio pro operario, útiles también para resolver algunas trabas de
la ley italiana.
Como dijo, el Doctor Toselli, una buena Ley Procesal es indispensable para un
buen proceso, pero el proceso es hecho por los hombres. Con esos dirigentes,
quienes transmiten su entusiasmo a todos los hombres y muchachos que inte-
gran la jurisdicción laboral, se tienen todas las herramientas para un gran suce-
so en la justicia del trabajo en Venezuela.
Asimismo, los largos y merecidos aplausos del discurso del Doctor Mora y del
Doctor Perdomo, a los cuales obviamente me sumo, son la mejor prueba de
cómo su obra está afianzada.
Aquello que Italia tenía que decir lo ha dicho con Chiovenda, Carnelutti, Lieb-
man y Proto Pisani. Ahora tenemos que aprender de la experiencia de ustedes.
El año 1893, marca el nacimiento del proceso laboral en Italia, con la institu-
ción de los consejos de las comisiones mixtas industriales, bajo el modelo
francés y belga de los Conseils des proud’hommes: Composición tripartita
del consejo, presidido por un juez profesional y compuesta por dos jueces
laicos, en representación respectivamente de los trabajadores y de los em-
pleadores. Se trata del modelo aún dominante en varios países de Europa
(Alemania, Inglaterra, Suecia, Finlandia, Noruega e incluso Israel) y también
en grados sucesivos al primero.
La ley de 1928 introdujo un modelo procesal específico para las causas labora-
les ante el juez ordinario distinto a aquel modelo general civil, con algunas
características, especialmente en el tema de impedimento procesal, retomado
en nuestros días.
242 ALDO DE MATTEIS
Las leyes sobre el proceso laboral han siempre constituido en Italia el modelo
para el proceso civil ordinario, con un desenvolvimiento de altos y bajos: la ley
procesal civil adoptó en 1942 los principios de concentración propios del pro-
ceso del trabajo, cuyas normas venían absorbidas en la ley procesal general y,
cuya autonomía culminaba; pero la cultura nacional no soportó la rigidez gene-
ralizada del proceso, en 1950 las categorías profesionales interesadas en el
proceso impusieron una reforma liberadora, es decir, del tipo (“romper las fi-
las”), de manera que se hizo necesaria una nueva ley específica para las contro-
versias laborales, realizada en 1973, la qual se encuentra vigente en el actual
momento. Fue insertado en el cuerpo del Código de Procedimiento Civil el
título IV, normas para las controversias de trabajo, que contienen 2 vertientes:
uno para las controversias individuales de trabajo y otro para la previsión y
asistencia obligatoria.
Es importante resaltar que tal ley fue fruto de una presión conjunta de las
confederaciones de trabajadores y la de industriales, ambas interesadas en un
proceso eficiente de trabajo, y fue elaborada con el trabajo concertado de
abogados expertos en derecho laboral de ambas confederaciones.
Con sus principios, fue nuevamente inspirada la reforma del proceso civil ordi-
nario en 1995, aunque con notables disoluciones.
1. COMPETENCIA MATERIAL
– Dependientes públicos.
– Relaciones agrarias.
Una ley sucesiva obliga al juez civil a tratar controversias relativas a relaciones
de locación y de comodato de inmuebles urbanas con las reglas laborales.
2. COMPETENCIA FUNCIONAL
– Juez unipersonal de primer grado; cabe destacar que en 1973 el juez de primer
grado en las controversias civil y laboral era el Tribunal, en composición cole-
gial de tres miembros; seguidamente de la positiva experiencia del proceso de
trabajo, la escogencia del juez unipersonal fue posteriormente generalizada
desde la reforma del proceso civil ordinario de 1995.
3. COMPETENCIA TERRITORIAL
El demandado no puede proponer medios defensivos que vayan más allá de los
expuestos en la contestación, y tal sistema encuentra legitimación constitucio-
nal en su carácter de reciprocidad con el demandante (Corte constitucional
sent. 14 de enero 1977 Nº 13; ord. 12 de abril de 1978 Nº 40).
EL PROCESO DEL TRABAJO EN ITALIA. LA ORALIDAD... 245
El artículo 416, tercer párrafo, prescribe que el demandado debe fijar posición,
de una manera precisa y no genérica, a los fines de enervar los hechos afirma-
dos por el actor; pero no se menciona la sanción por no cumplir con esta carga
procesal, y así la Corte de Legitimidad retuvo por algunos decenios que ante la
ausencia de contestación o la negativa genérica de los hechos constitutivos
de la demanda por parte del accionado, no exime al demandante de suministrar
la prueba de los hechos afirmados por él.
Todo esto tiene entonces una función interpretativa e integrativa de los actos
constitutivos de la litis.
Hoy es afirmada aquella doctrina (Andrea Proto Pisani) que ve los poderes
instructores de oficio del juez como una válvula para mitigar la rigidez y dureza
de la práctica. Ella ha sido percibida por la Corte suprema, ya consolidada, en el
sentido de que en la práctica del trabajo, en el que por la particular naturaleza
de las controversias, el principio dispositivo va moderado con aquel de la
búsqueda de la verdad material mediante una relevante y eficaz acción del juez
en el proceso; cuando los resultados de causa ofrecen significativos datos de
indagación, no se puede hacer una aplicación mecánica de la regla formal de
juicio fundada sobre la carga de la prueba, sino que ocurre que el juez, conside-
rando que hay insuficientes pruebas, ejercite el poder: él debe de proveer de
oficio los actos instructores solicitados por el material e idóneo para superar la
incertidumbre sobre los hechos controvertidos. (Cassazione, sent. Nº 310 del
15/01/1998; Cassazione 3/06/1997 n. 4935; Cassazione 02/08/1996 n. 6995; Cas-
sazione 20/04/1995 n. 4432).
Sin embargo, hay un gran límite para esta jurisprudencia, porque ésta requiere
que exista un inicio de prueba, aunque sea insuficiente, es decir, que exista una
pista probatoria. Esto da lugar, a aplicaciones en la práctica, que no siempre
son consecuente con los principios allí expuestos.
4.4.6 Cuando en 1973 entró en vigencia el proceso laboral, Italia viajaba en una
inflación de la propia moneda (la lira) del 20% anual aproximadamente.
Por lo que el Art. 429 c.p.c. dispone que el juez al pronunciar sentencia de
condenación a pago de sumas de dinero a favor del trabajador, debe determi-
nar, más allá de los intereses legales, el mayor daño por parte del trabajador
para la disminución del valor de su crédito por la devaluación de la moneda, a
partir de la fecha en el que el juez declare l’exiatencia del derecho, pudiendo
éste ser declarado de una fecha anterior a la introduction de la demanda, y
hasta el pago. La jurisprudencia de legitimidad ha precisado que la suma liqui-
dada por el juez (capital + revaloración) constituyen la expresión monetaria
actual del crédito del trabajador.
La introducción del euro ha reducido la importancia del Art. 429 c.p.c que
permanece aún en vigor, y es aplicable a la inflación del euro, mucho más baja
que aquella de la lira.
Ello está sujeto, como en el proceso civil ordinario, al principio devolutivo, por
el que el juez de apelación no conoce la causa entera, sino sólo las cuestiones
devueltas a él con la apelación principal o incidental.
No existe ningún tipo de filtro entre el primer y el segundo grado, y entre éstos
y el juicio de Cassazione (TS de Italia).
El Juicio de Cassazione
Los Estados pre-unitarios tenían una corte suprema modelada sobre aquello de
los estados en precedencia dominantes, y frecuentemente dominadas por po-
tencias extranjeras: algunas por Tribunales de derivaciones francesas, cuyo
juez sólo de legitimidad, además de una corte de revisión de derivación austría-
ca que intervenía (como en el derecho canónico) sólo en los casos en el que el
primer juicio de apelación hubiesen tenido éxito contrastante y juzga en el
mérito como juez de tercera instancia.
Las Cortes Supremas que tienen el poder de seleccionar los recursos, como
la Corte Suprema Americana y la House of Lord inglesa, privilegian la fun-
ción pública.
Aspectos positivos:
El régimen fascista introdujo en 1926 la magistratura del trabajo para las contro-
versias colectivas con un colegio judicante compuesto por 3 jueces profesio-
nales y 2 laicos, que juzgaban en un solo grado las controversias, ya sean
jurídicas (relativas a la aplicación de los contratos colectivos), o económicas (
relativas a la formulación de nuevas condiciones de trabajo).
254 ALDO DE MATTEIS
Nuestra justicia del trabajo está regida por las causas seriales, es decir, por
dependientes de la misma empresa que tienen el mismo tipo de controversias,
pero que deben proponer a cada uno una causa individual delante del juez de
primera instancia (se piensa en lo contencioso de los dependientes de las fe-
rroviarias del Estado, que eran, antes de la privatización, unos 200.000 disper-
sos en todo el territorio nacional).
Prospectivas:
En vista del éxito del tentativo de conciliación puesto en obra por el juez de
trabajo in limini litis, se pensó de hacer obligatorio un tentativo de concilia-
ción anterior a la causa ante un órgano administrativo o sindical, pero la medi-
da no ha producido efectos apreciables, porque no se produjo un aumento de
los órganos encargados de esto ni su adiestramiento. Es vista por las partes,
como un trámite formal, fuente de ulteriores dificultades procesales, de pérdida
de tiempo, dinero y estructuras administrativas.
EL PROCESO DEL TRABAJO EN ITALIA. LA ORALIDAD... 255
Pero tal refirma, no aparece extensible al proceso laboral, porque colida con sus
principios.
Melanie PINE*
SUMARIO:
1. Comisarios de Derechos.
2. El Tribunal de Igualdad.
3. El Tribunal Laboral.
4. Tribunal de Apelación del Trabajo.
Me siento muy orgullosa y agradecida por haber sido invitada a dirigirme, hoy,
ante esta audiencia tan distinguida, conformada por jueces venezolanos e in-
ternacionales, así como por otros especialistas. Soy Directora de una de las
dos instituciones de Derecho Laboral de primera instancia de Irlanda. Antes de
comenzar la explicación sobre los aspectos procesales concernientes a mi área
de especialización en Derecho del Trabajo, me gustaría hablarles un poco de
Irlanda, como país, para poder contextualizar mis comentarios. Lo hago especí-
*
Tribunal de Igualdad, Irlanda, Directora.Maestría en Humanidades, Maestría en Ciencias.
258 MELANIE PINE
Para resolver los conflictos en relación con el derecho del trabajo se han esta-
blecido cuatro organismos especializados:
En primera instancia:
– Comisarios de Derechos.
En segunda instancia:
– El Tribunal Laboral.
1. COMISARIOS DE DERECHOS
2. EL TRIBUNAL DE IGUALDAD
1
Leyes que confieren funciones a los Comisarios de Derechos:
– Ley de Relaciones Industriales, 1969-1990
– Leyes sobre Despidos Injustificados, 1977-1993
– Ley sobre el Pago de Salarios, 1991
– Ley de Protección a la Maternidad, 1994
– Ley sobre Condiciones de Empleo (Información), 1994
– Ley sobre Permiso por Adopción, 1995
– Ley de Protección de Jóvenes (Trabajo), 1998
– Ley sobre la Organización del Horario de Trabajo, 1997
– Ley de Permiso por Paternidad, 1998
– Ley de Protección para Personas que Informan sobre Abuso de Menores, 1998
– Ley del Salario Mínimo Nacional, 2000
– S.I. Nº 487 de 2000, regulaciones de las Comunidades Europeas (Resguardo de los Derechos de los
Trabajadores sobre Transferencia de Obligaciones) (Enmienda), 2000.
– S.I. Nº 488 de 2000, Regulaciones de las Comunidades Europeas (Protección del trabajo), 2000.
– Proyecto de ley de Permiso por Cuidado de Personas a Cargo, 2000 y
– Ley de Protección de los Trabajadores (trabajo a tiempo parcial) 2001.
– Ley de Protección de los Trabajadores (trabajo a duración determinada), 2003.
EL PROCESO LABORAL POR AUDIENCIAS EN IRLANDA... 261
3. EL TRIBUNAL LABORAL
2
Leyes que confieren funciones de primera instancia al Tribunal de Igualdad:
– Ley de sobre la Igualdad en el Trabajo 1998
– Ley de Igualdad de Condiciones 2000
– Leyes de Pensiones 1990-2004
262 MELANIE PINE
En todas sus resoluciones sobre casos laborales, sus decisiones son vinculan-
tes sujetas a la apelación en un punto de derecho ante la Corte Suprema.
3
Leyes que confieren funciones de apelación al Tribunal Laboral:
– Ley contra la Discriminación (pago), 1974.
– Ley sobre Igualdad en el Trabajo,1977.
– Leyes de Pensiones, 1990-2004.
– Ley sobre la Organización del Tiempo de Trabajo, 1997.
– Ley sobre Igualdad en el Trabajo, 1998.
– Ley del Salario Mínimo Nacional, 2000.
– Ley de Protección de los Trabajadores (trabajo a tiempo parcial).
– Ley de Protección de los Trabajadores (trabajo a duración determinada), 2003.
EL PROCESO LABORAL POR AUDIENCIAS EN IRLANDA... 263
4
Leyes que confieren funciones de apelación y primera instancia al Tribunal de Apelación del
Trabajo:
– Leyes de Pagos por Despido, 1967, 1971, 1979 y 2003.
– Ley sobre Preaviso Mínimo y Términos de Empleo, 1973.
– Leyes sobre Despidos Injustificados, 1977 y 1993.
– Ley de Protección de Empleados (insolvencia de los empleadores), 1984.
– Ley de pago de salarios, 1991.
– Ley sobre Condiciones de Empleo (Información), 1994.
– Ley de Protección a la Maternidad, 1994.
– Ley sobre Permiso por Adopción, 1995.
– Ley de Protección de Jóvenes (Trabajo), 1996.
– Ley sobre la Organización del Horario de Trabajo, 1997.
– Ley de Permiso por Paternidad, 1998.
– Ley de Protección para Personas que Informan sobre Abuso de Menores, 1998.
– Ley de Salario Mínimo Nacional, 2000.
– Regulaciones de las Comunidades europeas (Protección del trabajo), 2000.
– Ley de permiso por Cuidado de Personas a Cargo, 2001.
– Regulaciones de las Comunidades europeas (Protección los Trabajadores sobre Transferencia de
Obligaciones), 2003.
264 MELANIE PINE
– Sexo y estado civil (la discriminación por estos motivos está prohi-
bida desde 1974 cuando entró en vigor la primera Ley5 sobre igual-
dad de salario).
– Edad.
– Religión.
– Orientación sexual.
5
Ley contra la discriminación (pago) 1974.
EL PROCESO LABORAL POR AUDIENCIAS EN IRLANDA... 265
6
El siguiente es un breve resumen de los poderes del Tribunal de Igualdad (esta no es una
interpretación de la ley):
1. Poder para entrar en los locales, obtener información e inspeccionar el trabajo,
poderes para:
– entrar en los locales;
– exigir a cualquier persona que entregue los registros, libros, documentos, etc. considerados
como material relevante;
– inspeccionar y copiar registros relevantes;
– inspeccionar cualquier trabajo en progreso en cualquier local;
– someter a una orden de registro emitida por el Tribunal de Distrito, entrar y buscar en los
locales mencionados en la orden, si es necesario por la fuerza
El Director también puede exigir a cualquier persona que se considere posee información relevante que
se presente ante ella para proporcionar información y responda preguntas verazmente.
266 MELANIE PINE
Durante la audiencia real del caso, a la cual pueden asistir testigos, hay una
oportunidad de hacer un contrainterrogatorio por las partes o sus represen-
tantes y el Funcionario de Igualdad también hará preguntas para clarificar
interrogantes surgidas de las presentaciones. El Funcionario de Igualdad
también tiene el poder de citar testigos si así lo considera necesario. En algu-
nos casos, pueden surgir interrogantes durante la audiencia por lo que se
requerirá la presentación de otras evidencias por parte de una o ambas partes
o se solicitará otra audiencia. Sin embargo, los casos generales se resuelven
en una audiencia.
Los poderes del Tribunal son amplios. Ambas partes están muy interesadas
en el tipo de reparación que se puede adjudicar. Tal y como lo haría la mayor
parte del derecho laboral, la legislación fija la indemnización de compensa-
EL PROCESO LABORAL POR AUDIENCIAS EN IRLANDA... 269
Proceso de mediación
se instauró hasta que los primeros mediadores del Tribunal recibieran la acredi-
tación básica por parte del Mediators Institute Ireland (Instituto de Mediado-
res de Irlanda) y hasta tanto no se redactara un código de ética para respaldar
el servicio. Entre otras cosas, este código de ética le garantiza a las partes la
confidencialidad y les garantiza que no se podrá utilizar ninguna información
emanada de la mediación en una investigación posterior. También, garantiza
que un mediador no revelará los detalles de la mediación a otro Funcionario de
Igualdad en una investigación posterior.
La mediación tiene cada vez más éxito. Este año, hasta ahora el número de
casos que han pasado por la mediación se ha duplicado y aproximadamente 4
de cada 5 mediaciones han resultado en un acuerdo. Estoy segura de que
seguirán aumentando cada vez más. Tiene ventajas prácticas ya que es mucho
más rápida que la investigación y necesita menos tiempo de las partes, ya que
no se requieren presentaciones. Aún más importante, implica soluciones ga-
nar-ganar, ya que el punto focal se centra en la manera como las partes maneja-
rán sus relaciones futuras, en lugar de quien tuvo la razón y quien no.
Apelaciones y ejecución
Las partes podrían apelar una decisión del Tribunal dentro de los 42 días. En
los casos laborales, estas apelaciones recaen en el Tribunal Laboral. Estas
apelaciones no requieren representación legal o de otro tipo. En los casos de
acceso a los bienes y servicios, las apelaciones recaen en el juzgado de circuito
o en el juzgado de circuito de segunda instancia. En general, este juzgado
requiere que las partes tengan un representante legal. En cada caso, se produ-
ce una nueva audiencia completa. Posteriormente, las apelaciones recaen en
un punto de derecho sólo en la Suprema Corte.
Algunas estadísticas
El año pasado, el Tribunal también recibió 717 demandas individuales por su-
puesta discriminación en relación con el acceso a los bienes y servicios. Casi la
mitad provenían de miembros de la comunidad viajera (354 demandas), nuestra
minoría nómada tradicional. Las otras tres causales más invocadas fueron la
discapacidad (63), la raza (43) y la edad (21). Además, hubo unas cuantas deman-
das por cada una de las otras causales.
En más de 25% de los casos, las personas sintieron que estaban siendo discrimi-
nadas en más de una causal. Las combinaciones más frecuentes fueron raza y
religión, edad y discapacidad, y sexo, estado civil y familiar.
El Tribunal cuenta con un sitio web sumamente completo (en inglés), muy
utilizado, con alrededor de 25.000 visitas mensuales de todas partes del mundo.
Es muy amigable y contiene una gran variedad de información relevante:
Estoy segura de que el sitio web es una fuente enriquecedora que incluye
material relevante para la investigación.
CONCLUSIÓN
SUMARIO:
1. Sedes físicas.
2. Capacitación: 2.1 Capacitación de jueces del trabajo. 2.2 Actividades
complementarias: 2.2.1 Formación de facilitadores ADA (Aprendizaje
Dinámico Acelerado). 2.2.2 Formación de Facilitadores ADA (Aprendi-
zaje Dinámico Acelerado). 2.3 I Taller Actor Litigante. 2.4 Programa de
gerencia de conflicto: Negociación, mediación y arbitraje. 2.5 II Taller
Actor Litigante. 2.6 III Taller Actor Litigante. 2.7 Seminario organiza-
*
Universidad Católica Andrés Bello, Abogada, Especialista en Derecho Procesal Civil, Ex Profesora.
Universidad Santa María, Especialidad Derecho del Trabajo, Profesora. En la Circunscripción Judicial
del Área Metropolitana de Caracas, Juzgado Superior Segundo del Trabajo, Juez Titular por Concurso
de Oposición (desde 2002); Juzgado Superior Cuarto del Trabajo, Juez Provisorio (2001-2002); Juzga-
do Superior Tercero del Trabajo, Juez Temporal (1999-2000); Juzgado Tercero de Primera Instancia,
Juez Titular (1993-2001); Juzgado Décimo de Primera Instancia del Trabajo, Juez Temporal (1992).
Instituto Venezolano de Derecho Social, Miembro de Número; Asociación Iberoamericana de Derecho
del Trabajo, “Guillermo Cabanellas”, Miembro de la Junta Directiva. Autora de varias publicaciones en
revistas especializadas y participante en numerosos foros y talleres.
274 MARJORIE ACEVEDO GALINDO
1. SEDES FÍSICAS
De igual manera el usuario externo debe contar con espacios suficientes para
ser atendido, sin hacinamiento y de cara a la más moderna tecnología.
Para este resultado se necesitaba realizar una gran inversión que se tradujera
en adquisición de nuevas sedes, remodelación de algunas existentes adecuán-
dolas al modelo organizacional y el alquiler de otras donde se dificultara la
adquisición o remodelación.
276 MARJORIE ACEVEDO GALINDO
2. CAPACITACIÓN
Para lograr este objetivo, la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de
Justicia planificó un proyecto coordinado de capacitación de los Jueces del
Trabajo a nivel nacional, garantizando una formación integral a los adminis-
tradores de justicia.
BALANCE DE LA LEY ORGÁNICA PROCESAL DEL TRABAJO EN ... 279
Las sedes elegidas para la realización de estos talleres fueron las siguientes:
Con los contenidos siguientes: los Principios Rectorales del Proceso del Tra-
bajo en Venezuela.; las Fuentes del Derecho Procesal del Trabajo, la Aplicación
de las Normas Jurídicas en Materia del Trabajo, los Tribunales del Trabajo; la
280 MARJORIE ACEVEDO GALINDO
De esta manera, los Jueces de los Estados Anzoátegui, Aragua, Bolívar, Cara-
bobo, Distrito Capital, Guárico, Lara, Miranda, Monagas, Nueva Esparta, Tá-
chira, Vargas, Yaracuy, Zulia e integrantes de la Sala de Casación Social,
recibieron los siguientes talleres.
Se estructuró el taller Actor Litigante con la finalidad de darle a los jueces las
herramientas necesarias para el manejo actoral de las audiencias que permite
BALANCE DE LA LEY ORGÁNICA PROCESAL DEL TRABAJO EN ... 281
De igual manera se seleccionaron para este taller veinte jueces más, abarcándo-
se así un universo mayor de jueces que adquirieron las destrezas dadas por la
Gente de Teatro, dictado igualmente por Gustavo Rodríguez, con una duración
de 20 horas.
Para la segunda fase, los participantes fueron divididos en 8 grupos para con-
formar equipos de trabajo, con la finalidad de hacer las prácticas de concilia-
ción, mediación y escenificación de los juicios virtuales, en un horario
comprendido entre la 1:30 p.m. y las 5:00 p.m.
Para la segunda fase, los participantes fueron divididos en 8 grupos para con-
formar equipos de trabajo, con la finalidad de hacer las prácticas de concilia-
ción, mediación y escenificación de los juicios virtuales, en un horario
comprendido entre la 1:30 p.m. y las 5:00 p.m.
Lugar:
Tercera Etapa: En esta nueva etapa se han preseleccionado setenta y seis as-
pirantes a jueces, correspondiente a los Estados: Aragua (La Victoria), Bari-
nas, Cojedes (San Carlos), Falcón (Coro y Punto Fijo), Mérida (Mérida y El
Vigía), que este año entrarán en vigencia conforme al artículo 194 de la Ley.
Para la segunda fase, los participantes serán divididos en 4 grupos para con-
formar equipos de trabajo, con la finalidad de hacer las prácticas de concilia-
ción, mediación y escenificación de los juicios virtuales. En un horario
comprendido entre la 1:30 p.m. y las 5:00 p.m.
En la tercera fase, los participantes llevarán a cabo unas pasantías en los tribunales
laborales, ubicados en el Centro Financiero Latino, José María Vargas.
Lugar:
Los docentes de esta tercera fase serán los miembros de la Sala de Casación
Social y jueces.
Los instructores serán los mismos jueces que han sido seleccionados como do-
centes. El perfil de los cursos es teórico-práctico, haciendo énfasis en el aspecto
práctico, programado en dos módulos, con 17 talleres el Módulo I y 17 talleres el
Módulo II, para un total de 264 horas de entrenamiento y capacitación.
3. TECNOLOGÍA
Este sistema está diseñado con la más alta tecnología que permite un ágil des-
empeño de las labores inherentes al nuevo esquema organizacional y es utiliza-
do por la mayoría de los Circuitos Judiciales. Tiene como principales ventajas
las siguientes:
El registro del tipo de asunto y procedimiento, que permite conocer los índices
de casos por los cuales los usuarios demandan.
La tramitación del caso con la inserción de formatos de los autos y oficios que
aligera el proceso de sustanciación y facilita a los usuarios internos la utiliza-
ción de éstos, que redunda en una rápida y efectiva sustanciación que permite
además automatizar las tareas de los tribunales. Estos formatos fueron elabora-
BALANCE DE LA LEY ORGÁNICA PROCESAL DEL TRABAJO EN ... 287
4.- Consulta de casos con el Juris 2000, el acceso a la información de los casos
es rápido, oportuno y eficaz, mediante las diferentes oficinas que ofrece el
modelo, ya sea a través de la Oficina de Atención al Público o a través de la
autoconsulta o consulta dirigida que próximamente existirá en los diversos
Circuitos, con ello el público puede constatar el estado de su expediente, las
actuaciones realizadas sin necesidad de estar en contacto con el Archivo Sede
y con los funcionarios adscritos a esa oficina.
3.2 DOTACIÓN
gunda instancia conformada por Tribunales Superiores del Trabajo; las Oficinas
de Apoyo Directo a la Actividad Jurisdiccional y las Oficinas de Servicios Comu-
nes Procesales.
Las oficinas que llevan adelante toda la actividad administrativa que anterior-
mente estaba en cabeza del juez, son la Coordinación Judicial y la Coordina-
ción de Secretaría, con la siguiente estructura:
2.- Jueces.
– Alguacilazgo:
aportar información a los interesados sobre el estado del asunto del cual re-
quieren información y entregar las copias de los documentos solicitados por
los interesados.
La OCC es una oficina muy importante, por cuanto lleva el control contable de
los movimientos de dinero de los asuntos que llevan los Tribunales y está a
cargo de un coordinador de área que reporta al Coordinador Judicial y se en-
carga de la recepción y entrega de consignaciones de dinero, para lo cual debe
realizar todas las gestiones necesarias con las instituciones financieras para
lograr el control de la apertura de cuentas de ahorro individuales a nombre de
cada trabajador, previo cumplimiento de los trámites procesales respectivos y
según lo ordenado por el Juez.
Por último, el Archivo Sede, que es la oficina que está encargada del orden y
custodia de los asuntos que se encuentran en curso. Este archivo tiene la
especial característica de ser centralizado y en él reposan todos los asuntos
del Circuito o Coordinación Judicial.
También se unifica el horario administrativo a nivel nacional de 8:30 a.m a 5:00 p.m.
5. ESTADÍSTICAS
A continuación se indican las cifras que presentaron los Coordinares del Tra-
bajo durante el período, desde la implantación de la nueva Ley Orgánica Proce-
sal del Trabajo hasta el mes de mayo de 2004.
laborales de las empresas demandadas y una pronta recepción del dinero adeu-
dado a los trabajadores, con un impacto positivo en la economía del país.
De igual manera se observa una reducción del tiempo de duración de los proce-
sos que antes de la vigencia de la Ley tardaban de cinco a ocho años para su
resolución, mientras que en los actuales momentos se redujo a cuatro meses
el período de duración del proceso desde su inicio hasta la culminación, lo
cual resulta un lapso mucho más corto que el previsto para la mediación en la
Ley que está estipulada para realizarla en cuatro meses máximo.
CONCLUSIONES
– Este nuevo proceso garantiza que los casos que antes duraban un promedio
de 8 años, en la actualidad se resuelven desde su inicio hasta casación en un
promedio de cuatro meses máximo.
– Los resultados de la fase inicial del proceso son totalmente exitosos, al punto
que en esta fase se resuelve el 97% de los casos.
SUMARIO:
Introducción
1 . El proceso oral.
2 . La oralidad como eje del activismo judicial.
3 . Las ventajas del procedimiento oral.
4 . Dificultades del procedimiento oral.
5 . La experiencia cordobesa.
6 . Los momentos de la oralidad.
Conclusiones
INTRODUCCIÓN
*
Cámara Única del Trabajo, Abogado, Magistrado Vocal. Universidad Nacional de Córdo-
ba, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Profesor en pre y postgrado. Asociación Argen-
tina de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social, Filial Córdoba, Ex Presidente. Autor
de más de cincuenta publicaciones en Revistas locales y nacionales sobre Derecho del Trabajo y
la Seguridad Social.
296 CARLOS ALBERTO TOSELLI
Esto no significa que todos los principios que van a regular la ley del rito sean
diferentes, sino simplemente que hay algunos que son muy típicos y propios,
1
Tribunales del Trabajo - Derecho Procesal del Trabajo, Santa Fe, Argentina, 1941, p. 161
ORALIDAD EN EL PROCESO LABORAL 297
En esta ponencia se analizarán las ventajas y dificultades del proceso oral para
arribar a los fines ya mencionados.
1. EL PROCESO ORAL
2
Chiovenda Giuseppe: Ensayos, Tomo II.
3
Podetti J. Ramiro: Conferencia intitulada: Anhelos de reforma del Procedimiento Civil, publi-
cada en el Boletín del Ministerio de Justicia de la Nación Argentina, dic. 1949, p. 721.
298 CARLOS ALBERTO TOSELLI
La necesidad del proceso oral está vinculado con la actuación del Juez, en su
posibilidad del acercamiento a las partes del litigio (la inmediatez) con su corre-
lato de indagación concreta para arribar a la justa composición de los derechos
e intereses litigiosos puestos a su consideración. Ello sin duda ayuda a la
supresión de formulismos que conspiran contra la celeridad o la agilidad que
debe imperar en el procedimiento judicial y en especial en el laboral, cuyos
créditos reclamados, son por su propia naturaleza, de características alimenta-
rios y asistenciales, y requieren una rápida definición.
4
Vélez Mariconde, Alfredo: Estudios de Derecho Procesal Penal, Ed. Universidad Nacional de
Córdoba, Córdoba, Argentina, 1956, Tomo II, p. 81.
5
Diario de Sesiones de la Cámara de Senadores de la Provincia de Córdoba, 17 Sesión de
Prórroga, 26 de octubre de 1949, pp. 1641/1642.
ORALIDAD EN EL PROCESO LABORAL 299
Debe quedar claro que no resulta posible que todo el procedimiento sea oral y
actuado, son necesarias determinadas constancias escritas, pero lo que signi-
fica cuando se está hablando de la necesidad del proceso oral, es la desburo-
cratización e informalismo con el activismo imprescindible del Juez (tanto de
Conciliación como de Sentencia) ya sea en la proposición de fórmulas de ave-
nimiento o bien en el interrogatorio concreto a partes y testigos, en la etapa
final previa a la resolución, durante la recepción de la vista de la causa.
En esa línea debemos especificar que la demanda que se instaure debe ser
escrita, para poder correr traslado de la misma a la contraria, respetando de esta
manera el derecho a la legítima defensa en juicio y al principio de congruencia
respecto de la traba de la litis, pero la audiencia de conciliación debe ser oral,
sin perjuicio de que luego de sus resultados (avenimiento o contestación de
demanda) se deje debida constancia instrumentada en el expediente de la cau-
sa. También los escritos de ofrecimiento de las pruebas que las partes han de
valerse deben presentarse en forma escrita y los decretos de trámite, pero la
audiencia de la vista de la causa y los alegatos deben ser orales, siendo éstas
las oportunidades que exigen el protagonismo judicial.
6
Cappelletti, Mauro: El testimonio de la parte en el sistema de la oralidad, Parte Primera,
Librería Editorial Platense, marzo de 2.002, Buenos Aires, Argentina, p. 42.
7
Chiovenda, Giuseppe, Tomo II, Roma, 1937, p. 201.
8
Cappelletti, Mauro, Op. Cit., p. 42.
300 CARLOS ALBERTO TOSELLI
Sin perjuicio de ello debemos destacar que tanto en el procedimiento que llama-
mos escrito como en el oral verificamos actos procesales que se cumplen con la
palabra hablada. Cuando una persona habla, para que la comunicación se rea-
lice, se requiere la presencia física inmediata de quien escucha. La inmediatez
es otra característica implicada necesariamente en la oralidad.
9
Ostoich, José Vicente M.: Derecho Procesal del Trabajo, p. 32, Editorial Mediterránea, Córdo-
ba, Argentina, noviembre de 2000.
ORALIDAD EN EL PROCESO LABORAL 301
Como síntesis de esta parte del análisis debemos consignar que en línea gene-
ral, los procesos orales serán de instancia única, mientras que los procesos
escritos tendrán la posibilidad de la doble instancia y en el primer caso la
valoración de la prueba es practicada en exclusividad por el Tribunal de Sen-
tencia, mientras que en el segundo caso, existe la posibilidad de revalorización
de la misma, a través del Tribunal de Alzada.
Y esto es así porque como bien señala el Doctor Américo Plá Rodríguez, siendo el
empleador el que tiene acceso a la documentación de la relación laboral, éste debe-
rá ser quien despeje la duda de los hechos, ya que, en tal caso la prueba debería
apreciarse “a la luz de las diversas circunstancias del caso y fundado ello en la
mayor dificultad que tiene el trabajador para acreditar determinados hechos, apor-
tar determinados datos o conseguir precisos informes o documentos”.10
10
Plá Rodríguez, Américo: Los Principios del Derecho del Trabajo, 3ª Ed. Actualizada, Buenos
Aires, Ed. Depalma, Año 1998, p. 92.
302 CARLOS ALBERTO TOSELLI
Y ello es así porque como desde mediados del siglo pasado se ha sostenido:
11
Perrachione, Mario C. Hacia un Nuevo Proceso Laboral - Conferencia Pronunciada en el
marco de los actos conmemorativos al cincuentenario de la creación de los tribunales del trabajo
de Córdoba.
12
Perrachione; Mario C: Op. Cit., nota 11.
13
Zanichelli, Arturo: Diario de Sesiones de la Cámara de Senadores de la Provincia de Córdo-
ba. Op. Cit., p. 1647.
ORALIDAD EN EL PROCESO LABORAL 303
así, puesto que esa norma define la obligación de dictar medidas legisla-
tivas o de otro carácter, para cumplir el propósito de adecuación.14
Debe tenerse siempre presente que el fin último de toda construcción dikelógi-
ca debe ser el hombre.
Con ello la oralidad permite cumplir el fin social o traspersonal del proceso
aumentando la credibilidad de la población en la administración de justicia. 16
a) Con la verdad real: El juez no se encuentra limitado por el corset que signi-
fica la incorporación escrita de los testimonios rendidos ante funcionarios ju-
diciales, sino que interviene directamente en la indagación a las partes y testigos
y es el director del proceso, realizando todas las medidas que sean conducen-
tes hacia el objetivo central, que es la búsqueda de la verdad real.
14
T.S. Justicia: Autos: Banco del Suquía S.A. c/ Tomassini Juan Carlos. (Sentencia de fecha 20
de octubre de 1.999 -L.L.C. 2.000, p. 279/280).
15
Conforme Ulla de Torresán, Alicia Graciela: Trabajo decente - algunas reflexiones - Ponencia
presentada en el II Congreso Internacional de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social, Asun-
ción, Paraguay, 14 al 17 de Agosto de 2002.
16
Perrachione, Mario C., conferencia citada.
304 CARLOS ALBERTO TOSELLI
Cappelletti profundiza esta idea al señalar: “no puede haber una efectiva reali-
zación de la concepción de la oralidad, en un proceso en el cual no se haya
valorizado plenamente el interrogatorio libre de la parte. Este interrogatorio
será entendido como un examen o un coloquio de las partes, ante el juez sobre
hechos de la causa, del cual el Juez puede sacar elementos para formar su
propio libre convencimiento sobre la verdad de los hechos”.19
17
Extractado de Somare José Isidro, Mirolo René R., Comentario a la Ley Procesal del Trabajo,
Ed. Advocatus, Córdoba, Argentina, noviembre de 1991.
18
Mirolo, René Ricardo - Director - Curso de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social, Tomo
II, Ed. Advocatus. Córdoba, Argentina, Setiembre de 2003.
19
Cappelletti, Mauro: Op. Cit. Tomo I, p. 14.
20
Art. 60 ley 7987 - Audiencia de vista de la causa.
21
Sentis Melendo, Santiago: El problema de la lentidad de los procesos y sus soluciones.
ORALIDAD EN EL PROCESO LABORAL 305
Ya Ramiro Podetti, citando a Sentis Melendo decía: “No se discuten las exce-
lencias y las ventajas de la oralidad, sobre todo como vehículo de la inmedia-
ción, pero se confiesa la imposibilidad por falta de elementos materiales de que
la inmediación se alcance en su totalidad...”,22 lo cual resulta lamentable desde
22
Podetti, J. Ramiro: Derecho Procesal Civil, Comercial y Laboral, Tratado de la Competencia.
Año 1973.
306 CARLOS ALBERTO TOSELLI
5. LA EXPERIENCIA CORDOBESA
En la Provincia de Córdoba rige la ley 7987, que reformara la ley 4163 que estable-
ciera el proceso oral, a partir del 1° de Enero de 1950. La norma abarca en el Área
Metropolitana del Gran Córdoba, un grupo poblacional de 1.500.000 de habitan-
tes, cuyas causas son tramitadas por ante 8 Jueces de Conciliación (5 mujeres y
3 varones en la actualidad), a lo que se deben agregar los circuitos satélites de la
Primera Circunscripción Judicial que comprenden a otro colectivo poblacional de
500.000 personas y con tramitación por 5 jueces de competencia múltiple. La
demora promedio en la tramitación de las causas, dependiendo de la complejidad
de la misma y de la actuación del Juzgado interviniente es de entre 6 a 8 meses.
El ingreso de causas por año ronda entre los 11.000 y 12.000 causas que se
distribuyen en los diferentes Juzgados a través de un sistema de turnos que
implica la recepción de cien causas seguidas por cada Juzgado para luego dar
paso al siguiente juzgado en turno.
a) En la etapa de conciliación:
El litigio se autocompone con la participación del juez quien debe velar que el
acuerdo se ajuste a derecho y respete el orden público laboral.
Este control, en el que el rol del Juez adquiere mayor relieve, diferencia la
conciliación de la mediación extrajudicial, puesto que este deber no es inhe-
rente a las funciones del árbitro.
23
Ver Toselli Carlos A. y Ulla Alicia Graciela, Comentario al Código Procesal del Trabajo de la
Provincia de Córdoba, Editorial Alveroni, Córdoba, año 2004.
ORALIDAD EN EL PROCESO LABORAL 309
Art. 60.- El día y hora fijados se realizará la audiencia con las partes que
asistan y el Asesor Letrado del Trabajo en representación del actor ausente.
El presidente ordenará la lectura de escritos de demanda, contestación y de
las actuaciones de prueba practicadas fuera de la audiencia, la que podrá
omitirse por acuerdo de partes, quedando incorporadas al debate, acto segui-
do se recibirán las demás pruebas ofrecidas. El tribunal podrá interrogar li-
bremente a los testigos, a los peritos y a las partes. Estas últimas podrán
interrogar a la contraparte, cuando ésta absuelva posiciones y libremente a
testigos y a peritos con venia del tribunal.
El tribunal podrá disponer medidas para mejor proveer, con noticia de partes,
hasta la clausura del debate. Producida la prueba, el presidente concederá la
palabra a los letrados y apoderados de las partes en su orden, para que aleguen
sobre el mérito de la prueba por un término de hasta veinte minutos. Podrá
ejercerse el derecho de réplica y contrarréplica por un término que no exceda de
cinco minutos. Dichos términos podrán ser prudencialmente ampliados por el
tribunal. Las partes quedarán facultadas a dejar apuntes sobre el mérito de la
causa, inmediatamente después de pronunciado el alegato.
24
Artículo 151. En el día y la hora fijado para la realización de la audiencia de juicio deberán
concurrir las partes o su apoderado, quienes expondrán oralmente los alegatos contenidos en la
demanda y en su contestación, y no podrá ya admitirse la alegación de nuevos hechos.
Si no compareciere la parte demandante, se entenderá que desiste de la acción; en este caso, el
juez de juicio dictará un auto en forma oral, reduciéndolo a un acta que se agregará al expediente.
Contra esta decisión podrá el demandante apelar ambos efectos por ante el Tribunal Superior del
Trabajo competente, dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes.
Si fuere el demandado quien no compareciere a la audiencia de juicio, se tendrá por confeso con
relación a los hechos planteados por la parte demandante, en cuanto sea procedente en derecho
la petición del demandante, sentenciando la causa en forma oral con base a dicha confesión;
sentencia que será reducida en forma escrita, en la misma audiencia de juicio. El demandado podrá
apelar la decisión en ambos efectos, dentro del lapso de cinco (5) días hábiles, contados a partir
de la publicación del fallo.
En las situaciones anteriormente referidas serán consideradas como causas justificadas
de la incomparecencia de las partes el caso fortuito o fuerza mayor, comprobables a
criterio del tribunal.
En los casos de apelación, el Tribunal Superior del Trabajo respectivo decidirá sobre la misma, en
forma oral e inmediata, previa audiencia de parte, en un lapso no mayor de cinco (5) días hábiles
siguientes a partir del recibo del expediente. Siempre será admisible recurso de casación contra
dichas decisiones, si la cuantía excediere del monto establecido en el artículo 167 de esta Ley.
Si ninguna de las partes compareciere a la audiencia, el proceso se extinguirá y así lo hará constar
el juez, en acta que inmediatamente levantará al efecto.
ORALIDAD EN EL PROCESO LABORAL 311
c) En la instancia casatoria:
En ese sentido parece más acorde al proceso oral el mecanismo establecido por
la LOPT venezolana en su artículo 173 al disponer:
Artículo 152. La audiencia será presidida personalmente por el juez de Juicio, quien dispondrá de
todas las facultades disciplinarias y de orden para asegurar la mejor celebración de la audiencia.
Oídos los alegatos de las partes, se evacuarán las pruebas, comenzando con las del demandante, en
la forma y oportunidad que determine el Tribunal. En la audiencia o debate oral, no se permitirá
a las partes ni la presentación ni la lectura de escritos, salvo que se trate de alguna prueba existente
en los autos, a cuyo tenor deba referirse la exposición oral.
312 CARLOS ALBERTO TOSELLI
CONCLUSIONES
Quien ha escrito esta ponencia está convencido de las ventajas del proceso
oral, como el más idóneo para dar solución a los conflictos derivados de las
relaciones de trabajo.
Ello es así, si partimos admitiendo que el objetivo del Derecho Sustancial del
Trabajo consiste en buscar, a través de sus principios y también trasladado al
proceso adjetivo, la igualación jurídica de los desiguales derivada de la des-
igualdad fáctica en la que se mueve el hombre de trabajo, con relación a quién
detenta el capital y que por ende tiene posibilidades de establecer las condicio-
nes más ventajosas en esta relación desigual. Si esto es así, este objetivo
obliga al legislador a establecer las normas de orden público laboral con carác-
ter de mínimas, inderogables e irrenunciables y al Juez Laboral, como juez con
conocimiento especial de la realidad circundante, con posibilidades de inme-
diatez, a fin de arribar a lo que constituye el objetivo teleológico del proceso:
“la verdad real de los hechos acontecidos”.
25
De la Cueva Mario, Derecho mexicano del Trabajo, 2ª ed, 1.943, citado por Plá Rodríguez
Américo en Los Principios del Derecho del Trabajo, 3ª. Edición actualizada, Ed. Depalma.
26
Art. 33 Ley 7987: “El Tribunal para establecer la verdad de los hechos controvertidos deberá
disponer de oficio las diligencias que estime necesarias”.
Art. 156 LOPT de la República Bolivariana de Venezuela: “El juez de Juicio podrá ordenar, a
petición de parte o de oficio, la evacuación de cualquier otra prueba que considere necesaria para
el mejor esclarecimiento de la verdad...”
ORALIDAD EN EL PROCESO LABORAL 313
que le permiten saltar los obstáculos que las partes puedan crear para ocultar la
verdad, resulta evidente que la ORALIDAD es el mejor vehículo precisamente
debido a la inmediatez.
27
Considerado tal al conjunto de normas supranacionales que se imponen a la soberanía de los
Estados en aquellas materias que son de orden público internacional por constituir principios
básicos de la convivencia internacional (Ermida Uriarte, Oscar: Eficacia Jurídica de la Declara-
ción Socio Laboral del Mercosur - Autores varios - editado por la Asociación Argentina de
Derecho del Trabajo y la Seguridad Social y la Oficina Internacional del Trabajo, p. 19).
314 CARLOS ALBERTO TOSELLI
Para concluir, no puedo dejar de remarcar que si en materia del Derecho Civil y de
los contratos comerciales, nos representamos a la Justicia como aquella señora
de ojos vendados sosteniendo balanceados sus platillos, en el área del Derecho
Social, del Derecho del Trabajo, para que realmente se cumpla su magna visión,
debemos visualizarla como la inmortalizara la estatua de la escultora Lola Mora,
con los ojos bien abiertos para que pueda verificar las condiciones laborales y
blandiendo su espada para castigar los injustos abusos hacia el más débil en
este contrato realidad.
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 315
ÍNDICE
ABOGADOS
1. ÉTICA EN EL PROCESO
“(…) ¿Es éticamente correcto que una parte, al constatar que el tribunal incu-
rrió en un error material involuntario en la impresión del fallo, y al tener acceso
al texto íntegro del mismo mediante el Sistema Juris 2000, alegue en esta Alzada
inmotivación? Definitivamente no es correcto. Es necesario recordar al apelan-
te y a su abogado que los ciudadanos tienen el deber de colaborar con los
órganos de la administración de justicia en el cumplimiento de los fines del
Estado. Esta afirmación está implícita en los artículos 132 y 135 de la Constitu-
ción de la República Bolivariana de Venezuela y también en el artículo 48 de la
Ley Orgánica Procesal del Trabajo, que prescribe la posibilidad de fijar sancio-
nes a los particulares cuando cometan actos contrarios a la ética profesional, la
majestad de la justicia y al respeto hacia el otro litigante. La conducta procesal
correcta ha debido consistir en una solicitud de aclaratoria ante el a quo o la
consignación de una diligencia, en la cual se le informara a la Jueza de Juicio
sobre el error material acaecido, a los fines que subsanara (…)”.
334 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
“El abogado tiene derecho a percibir sus honorarios y a acordar con su cliente
el monto de éstos (artículos 22 de la Ley de Abogados y 23° del reglamento
respectivo). Ahora bien, lo que está prohibido por el ordenamiento jurídico
venezolano, es el pacto por medio del cual el cliente traslade al abogado la
propiedad de las cosas comprendidas en la causa en que éste represente o
asista al cliente, durante la vigencia del mandato (…) En autos cursa copia
simple de poder otorgado (…) que contiene la siguiente mención: “…queda mi
prenombrado apoderado ampliamente facultado para… recibir en mi nom-
bre cantidades de dinero que me sean pagadas, recibir cheques emitidos a mi
nombre, endosarlos y cobrarlos por ante cualquier agencia o sucursal ban-
caria del país… Hacer su estimación de honorarios profesionales y en conse-
cuencia, descontar el treinta por ciento (30%) del dinero que me corresponda
y sea pagado como cancelación de sus honorarios profesionales…” (…) De
la anterior transcripción, se evidencia que las partes celebraron un acuerdo por
medio del cual el cliente transmitía al abogado, anticipadamente, la propiedad
del treinta (30%) de la suma que eventualmente fuera ordenada a pagar por el
juez del trabajo, por prestaciones sociales (...) La anterior situación es violato-
ria del artículo 1.482 del Código Civil y, en consecuencia, el pacto de las partes
es prohibido por el ordenamiento jurídico. Una vez establecida la existencia de
un pacto de cuota litis prohibido, se pasa a determinar las consecuencias jurí-
dicas pertinentes (…) el hecho que el poder judicial contenga, supuestamente,
un pacto de cuota litis, prohibido por el ordenamiento jurídico, no es una ca-
sual de inadmisibilidad de la demanda; por ende, mal podía el a quo declarar
inadmisible la acción. Si el pacto contenido en el poder se considera contrario
a la ética profesional, tal supuesta conducta del abogado no debe afectar al
poderdante y a su acción (…) cuando un juez del trabajo detecta una conducta
contraria a la ética por alguno de los sujetos procesales o sus apoderados,
puede hacer uso del artículo 48 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo y tomar
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 335
AMPARO CONSTITUCIONAL
1. AUDIENCIA CONSTITUCIONAL
debe quedar recogido en un acta (...)” (Se aplicó sentencia de la Sala Constitu-
cional de 1º de febrero de 2000 (Caso: José Armando Mejías).
2. AUDIENCIA CONSTITUCIONAL
3. COMPETENCIA
“Según las palabras de quien invoca estar legitimado para ejercer el amparo de
un interés colectivo laboral, existe una situación donde más de mil (1.000) tra-
bajadores de Cotécnica quedarán sin empleo a raíz de la terminación del contra-
to de concesión pública, y para solucionar este considerable problema de
desempleo, la alcaldía sólo está negociando supuestamente con uno de los
sindicatos constituidos en la empresa, a los fines de intentar conseguir empleo
a una parte de estos trabajadores. De probarse la situación descrita, la amenaza
de violación a la igualdad y no discriminación a los trabajadores representados
por Sibtracotécnica sí podría ser imputable al Municipio Bolivariano Liberta-
dor, por órgano de la alcaldía, a pesar de no tener la condición de patrono,
podría constituir una discriminación para los trabajadores representados por
Sibtracotécnica y aquellos representados por Suecot, si se les otorga un trato
más favorable a estos últimos en perjuicio de los primeros. Quedarían a salvo
las defensas que a bien tuviere la Alcaldía, las cuales, de ser el caso, serán
analizadas por el juez constitucional en primera instancia. Es de resaltar que el
presunto agraviante, (Alcaldía del Municipio Libertador) forma parte de la
Administración Pública, comparte el deber de garantizar que Venezuela dentro
de su municipio, sea un Estado democrático, social, de Derecho y de Justicia,
ajustado en todo momento a los valores superiores de acceso a la justicia, la
igualdad, la solidaridad, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el
pluralismo político (artículo 2° constitucional) (...)”.
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 339
7. DERECHO AL SALARIO
“De los hechos narrados, se evidencia que el querellante, ante la alegada vio-
lación constitucional, procedió a ejercer tres (3) recursos en vía judicial y,
luego que no pudo mejorar su situación procesal desfavorable, interpuso un
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 345
cuarto (4º) remedio judicial (la acción de amparo). Cabe destacar que, la falta de
restitución de la presunta situación jurídica infringida, a través de los tres (3)
remedios judiciales previos, se debió a la conducta procesal equivocada del
querellante y/o su apoderado judicial, por los siguientes motivos: 1) El recurso
de invalidación fue ejercido después del término de caducidad prescrito en el
artículo 335 del Código de Procedimiento Civil (un mes desde que se haya
verificado en los bienes del recurrente cualquier acto de ejecución); 2) El recur-
so de apelación era inadmisible, ya que lo correcto era ejercer recurso de con-
trol de legalidad (artículos 337 ejusdem y 178 de la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo); y 3) El recurso de casación era inadmisible por la cuantía y porque lo
procedente era ejercer recurso de hecho. Con base a la jurisprudencia de la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, antes comentada, y visto que
los hechos evidenciados en el expediente AP21-R-2004-000059 son subsumi-
bles en el numeral 5 del artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Dere-
chos y Garantías Constitucionales, se declarará inadmisible la acción de amparo
en la parte dispositiva de este fallo (...)”.
“En este orden de ideas, indica quien aquí sentencia que, efectivamente la accio-
nante en amparo, en virtud de la negativa expresada por la Alcaldía del Distrito
Metropolitano de Caracas, sí poseía otro medio procesal idóneo para solicitar la
restitución de la situación jurídica lesionada, como lo era proceder a la rectifica-
ción de los documentos que fueron rechazados por dicho ente, o proceder al
reclamo de las prestaciones sociales mediante la vía jurisdiccional, razones es-
tas, que hacen así como lo indicó la sentenciadora de instancia, inadmisible la vía
extraordinaria del amparo para así hacerlo. Así se decide (…)”.
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 347
AUDIENCIA DE JUICIO
1. DIFERIMIENTO
“Al folio trescientos sesenta y cinco (365) de la primera pieza, cursa un auto de
fecha 9 de enero de 2004, mediante el cual se fija para el 1° de marzo de 2004 a
las 10:00 a.m., la oportunidad para la celebración de la audiencia de juicio;
posteriormente por auto del 26 de enero de 2004, el tribunal de juicio modifica el
auto anterior y fija una nueva oportunidad para la audiencia de juicio, para el
mismo día señalado anteriormente, pero a la 1:00 p.m., de lo cual no fueron
notificadas las partes, pero considera este sentenciador que dicha omisión no
perjudica a las partes, pues el diferimiento es para una oportunidad posterior a
la señalada inicialmente y las partes al concurrir el 1° de marzo de 2004 a las
10:00 a.m., se enterarían que fue diferido para el mismo día a la 1:00 p.m., con lo
cual no había violación de ningún derecho al permitirse a las partes el conoci-
miento de la nueva oportunidad acordada. Por auto de fecha 27 de enero de
2004 el Tribunal de la causa modifica de nuevo la oportunidad para la celebra-
ción de la audiencia de juicio, pero esta vez la fija para el diecinueve (19) de
febrero de 2004 a las 10:00 a.m. Este diferimiento no fue notificado, lo que era
indispensable y necesario para garantizar el debido proceso y el derecho a la
defensa, porque se había adelantado la fecha de la audiencia de juicio en este
último supuesto comentado; si las partes debían concurrir el 1° de marzo de
2004 a la 1:00 p.m., cuando llegó este día, la audiencia de juicio ya había trans-
352 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
currido, pues la misma se había fijado para un momento anterior al que se había
acordado. Cuando se fija nueva oportunidad para una audiencia de juicio y
ésta corresponde a una fecha anterior a la que originalmente se había estable-
cido, es necesario poner en conocimiento de las partes la modificación, de
manera que no ocurra la incomparecencia de las partes o alguna de ellas por
ignorar la nueva fijación (…)”.
2. DIFERIMIENTO
“El artículo 158 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, ciertamente dispone
que, la audiencia de juicio sólo podrá ser diferida por una sola vez. A pesar
que la ley no prevé expresamente la posibilidad de acordar un segundo dife-
rimiento, esta Juzgadora entiende que tal postergación de la audiencia podría
ocurrir si, en la fecha fijada originalmente ocurre un caso fortuito o fuerza
mayor o no se da despacho en el Circuito Judicial del Trabajo de Caracas, de
tal manera que impida la continuación de la audiencia para el día fijado. En
estos supuestos, sería absurdo prohibir el segundo diferimiento, pues signi-
ficaría negar la posibilidad que el juez dictase oral y públicamente el disposi-
tivo, es decir, implicaría denegar justicia a las partes. Lo expuesto en el párrafo
precedente, se aplica especialmente cuando los diferimientos son fijados para
una fecha determinada (por ejemplo, lunes 10-01-2005) y no cuando se esta-
blece un término en días hábiles (por ejemplo, al 3er. día hábil). En este último
caso y valiéndonos del ejemplo, si en el 3er. día hábil ocurren hechos que
impiden dar despacho, en principio, no haría falta dictar un auto y acordar
una nueva fecha, ya que el diferimiento se realizaría el día hábil siguiente, o
sea, se efectuaría al 3er. día hábil”.
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 353
AUDIENCIA PRELIMINAR
“En cuanto a este hecho, quien preside este Tribunal dando cumplimiento a lo
pautado en el artículo 5 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, respecto a la
obligación del Juez de ir en búsqueda de la verdad y con el objeto de corrobo-
rar lo supra indicado, interrogó al representante judicial de la parte accionante,
quien de manera segura y sin vacilaciones ratificó lo ya expresado y alegó que
la parte contraria tenía conocimiento de que ella se encontraba a tempranas
horas en el Circuito Judicial del Trabajo. En este orden de ideas, esta Alzada
señala, que los argumentos esgrimidos por la representación judicial de la par-
te actora, a criterio de este sentenciador, por el interrogatorio realizado a la
parte recurrente, se constituyen como veraces, evidenciándose así la conducta
e intención de dicha representación, de cumplir con su obligación de asistir a la
prolongación de la audiencia preliminar (…)”.
354 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
“Este Tribunal Superior ha dicho que el caso fortuito o fuerza mayor presenta
las siguientes características: a) Es un hecho no imputable al obligado o parte;
b) Impide el cumplimiento de la obligación, deber o carga; y c) Es imprevisible
(ver sentencia del 14-11-2003, Germán Agustín Alcalá contra Asociación Civil
INCE Distrito Federal, Asunto N° AP21-R-2003-000037). A las anteriores carac-
terísticas, se le agrega que, si el hecho es previsible, debe ser inevitable (…)”.
“La Ley además permite que las partes podrán darse por notificados si tuvieren
mandato expreso para ello, directamente por ante el Tribunal. Esta actuación
que hace la parte demandada en forma voluntaria, en la cual se da por notifica-
do, debidamente asistido o representados por un profesional del derecho, no
amerita de ninguna otra actuación por parte del secretario del tribunal, en el
sentido de que deje constancia de la actuación verificada por la propia parte,
por cuanto desde el momento en que la parte se da por notificada, comienzan a
correr los lapsos previstos en la ley, y así se decide (…)”.
“(…) En el caso subjudice se observa que la parte demandada se dio por noti-
ficada en el expediente, directamente, mediante diligencia que suscribió el abo-
gado VICENTE M. SISO GARCÍA, quien consignó un instrumento de poder en
el cual se le confiere mandato para que represente a la demandada en todos los
asuntos judiciales y extrajudiciales que se le pudiesen presentar a la deman-
dada ante cualquiera de los Tribunales competentes de la República, en Corpo-
raciones u organismos nacionales, Estatales y Municipales y en especial para
un caso incoado por el ciudadano Luis Guánchez. De igual manera se observa
del instrumento de poder las facultades instituidas a los apoderados, entre
ellas, para darse por citados, representar a la demandada en la Audiencia Preli-
minar, en la Audiencia de Juicio y en cualquier tipo de audiencias de manera
general, por lo que existe el cumplimiento del requisito previsto en la norma a
los fines de que los abogados pudiesen darse por notificados. Ahora bien, una
vez que la parte se dio por notificada directamente en el juicio no es necesaria
ninguna actividad por parte del Secretario que valide ni ratifique tal actuación,
ya que de manera inmediata, franca y natural la parte demandada ha tomado
362 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
“Los artículos 126 y 128 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo sólo hacen
referencia a la constancia que debe dejar el Secretario de la notificación del
demandado y no de un tercero que podría intervenir o no –en este caso la
República–. Por ende, el alegato de la demandada es improcedente, ya que
consta en autos la constancia de la Secretaria de la notificación del banco
demandado, momento a partir del cual se debe computar el lapso de diez (10)
hábiles para comparecer a la audiencia preliminar (…)”.
“En cuanto a esto el Tribunal debe manifestar, que si bien es cierto que el iter
procesal acaecido en la presente causa, en principio pudo haber algún tipo de
confusión en cuanto al día en que debía realizarse la audiencia, no es menos
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 363
cierto que dicha confusión, fue aclarada de manera expresa por el Juzgado
Vigésimo Segundo de Primera Instancia de Sustanciación, Mediación y Ejecu-
ción del Trabajo, la cual mediante auto de fecha 17 de mayo de 2004, manifiesta
que se: “(…) deja sin efecto la certificación de la notificación realizada por el
secretario (...) en fecha 06 de mayo de 2004, dejando expresa constancia que el
lapso para la celebración de la audiencia preliminar comienza a correr desde el
día seis (06) de Mayo de 2004, inclusive. Y así se decide. De otra parte, debe
manifestar quien suscribe, que no encuentra explicación alguna sobre la aseve-
ración realizada por el recurrente, en el sentido de no haber podido acceder a
las actas procesales, por lo que cabría preguntarse ¿cómo pudo determinar que
la audiencia, según su conocimiento se realizaría el día 20 de mayo de 2004, si
como así lo señala, nunca pudo ver el expediente? De lo anterior debe deducir-
se que si el recurrente poseía la certeza de que la audiencia preliminar se efec-
tuaría el 20 de mayo de 2004, es porque efectivamente pudo realizar dicho
cómputo desde el día siguiente en que el secretario del a quo certificó la noti-
ficación efectuada por el alguacil en fecha 06 de mayo de 2004, sin percatarse
que en fecha anterior, es decir, en fecha 05, se había realizado una actuación de
la parte demandada, que materializó la figura de la notificación tácita, y que
como bien lo dejó establecido el Juzgado Vigésimo Segundo de Primera Instan-
cia de Sustanciación, Mediación y Ejecución del Trabajo, al dejar sin efecto la
actuación de la secretaria, el lapso para la realización de la audiencia comenza-
ría a correr desde el día siguiente al 05 de mayo de 2004, es decir, desde el día 06
de mayo, inclusive (…)”.
“El artículo 126 de la nueva ley adjetiva laboral dispone que, al día siguiente
que el Secretario deje constancia en autos de la notificación del demandado, se
comenzará a computar el lapso de comparecencia para la audiencia preliminar.
La finalidad perseguida por esta norma, consiste en dar certeza a las partes
sobre el día en que se celebrará la audiencia preliminar. En el presente asunto,
la Secretaria dejó constancia de la notificación de la Procuraduría General de la
República, mas no, de la realizada a la fundación demandada (...) se incumplió
364 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
“Del análisis del expediente, observa este Tribunal Superior que entre la cita-
ción de la codemandada (…) 04 Junio de 2002 y la empresa (…) 08 de Octubre
de 2002, transcurrió en exceso el lapso de 60 días a que se refiere la norma antes
transcrita, aplicable para la fecha de sustanciación del presente expediente, por
lo que operó la consecuencia jurídica establecida en la misma, esto es, decaye-
ron las citaciones de las codemandadas, por lo que considera quien decide que
el a quo obró ajustado a derecho al dejar sin efecto las citaciones de las empre-
sas codemandadas y ordenar suspender el procedimiento hasta que el deman-
dante solicitara nuevamente la citación de las mismas, por lo que resulta forzoso
confirmar el auto apelado como será decidido en el dispositivo del presente
fallo (…) Ahora bien, de acuerdo a lo previsto en el artículo 197 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo, este Juzgado ordena la remisión del presente
expediente al Juzgado de Sustanciación, Mediación y Ejecución del Régimen
Procesal Transitorio del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Área Metro-
politana de Caracas que le corresponda conocer por distribución en orden
cronológico, a fin de que se notifique a las partes para la celebración de la
audiencia preliminar (…)”.
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 365
“(…) En el caso bajo análisis se observa que el Alguacil (…) afirmó que en
fecha (…) y que fue atendido por el ciudadano (…) persona solicitada a quien
le hizo entrega de la boleta de citación, quien la leyó y se negó a firmarla, todo
en presencia del ciudadano (…) cuya declaración merece fe pública, por una
parte, y por la otra, la declaración del ciudadano (…) coincide con la de dicho
funcionario en las circunstancias de modo, lugar y tiempo, no incurrió en
contradicciones, identificó al ciudadano (…) a quien estaba dirigida la cita-
ción, por lo que considera este Sentenciador que dicho ciudadano quedó
debidamente citado en fecha (…) tanto así, que posteriormente en fecha (…)
el mismo (…) otorgó poder especial para el presente juicio a los abogados
(…) lo que implica necesariamente que éste quedó en conocimiento del mis-
mo, luego el acto de citación alcanzó su fin, en tal sentido decretar la reposi-
ción sería contrario a lo dispuesto en los artículos 26 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela y 206 del Código de Procedimiento Civil,
y por tanto es improcedente (…)”.
abogados, cuya representación había sido convalidada (…) Lo correcto era oír
a las partes (en un orden lógico que permitiera establecer la imparcialidad y el
ánimo efectivo del juez de escuchar para luego concluir) y, después, resolver
sobre la legitimación ad causam de una invocada unidad económica y sus
consecuencias, y buscar la realidad de los hechos y la correcta aplicación del
Derecho Procesal, en torno a la confusión de la identificación del sujeto con
cualidad pasiva (…)”.
“(...) Mediante escrito presentado (...) en fecha 17-11-2003, la parte actora im-
pugnó la representación de la demanda, a través de tacha del documento poder
correspondiente (...) En autos consta que las partes celebraron la audiencia
preliminar el 03-10-2003, y prolongaron dos (2) veces para las fechas 08 y 17-10-
2003. En las actas levantadas de tales reuniones no se evidencia que la parte
actora haya impugnado la representación judicial de la demandada; por el con-
trario, al prorrogar dos (2) veces la audiencia preliminar, se infiere que el accio-
nante aceptó dicha representación al negociar con los abogados e intentar en
tres (3) citas diferentes arreglar amigablemente la controversia. Además, el 17-
10-2003 se dio por terminada la audiencia preliminar y el accionante esperó un
mes para impugnar el documento poder. En razón de lo antes expuesto, se
considera que la parte actora convalidó la representación judicial de la deman-
dada y mal podía impugnarla con posterioridad. Adicionalmente, se destaca
que una de las finalidades de la etapa procesal conocida como audiencia preli-
minar es la depuración del juicio de vicios formales atinentes a los presupues-
tos procesales en cuanto a los sujetos, objeto y causa de la pretensión, mediante
el despacho saneador. Aquí la supuesta falta de representación. El fin es que el
proceso, de no culminar a través de un medio alternativo de resolución de
conflictos, no se interrumpa innecesariamente por cuestiones formales y se
eviten las reposiciones. Por tanto, la audiencia preliminar es la etapa idónea del
proceso para resolver problemas formales (...)”.
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 373
“Asimismo ha sido doctrina del Tribunal Supremo de Justicia que para determi-
nar la validez de un poder considerado como defectuoso, en el caso que se
impugne alegándose incumplimientos de forma, deberá aplicarse por analogía
lo dispuesto en el artículo 354 del Código de Procedimiento Civil, esto es, que
el presentante del instrumento poder podrá, dentro de los cinco (5) días si-
guientes a contar desde el pronunciamiento del juez sobre la eficacia del mis-
mo, subsanar el defecto u omisión, o consigne y exhiba los documentos que
acrediten la legalidad del poder (…) El artículo 47 de la Ley Orgánica Procesal
del Trabajo, establece la forma en la cual las partes pueden actuar en el proce-
so, a través de un mandato o poder que debe constar en forma auténtica, por lo
374 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
que, según la nueva ley, el requisito indispensable para la eficacia del poder en
materia laboral es su autenticación por ante el funcionario público competente,
y así se establece. En el presente caso se evidencia que de la nota de certifica-
ción expedida por el notario público, se evidencia que el instrumento poder fue
presentado para su autenticación por el abogado Carlos David González, y que
el otorgante fue el ciudadano José Luis Rodríguez, en tal sentido el notario
dejó establecido que tuvo a la vista los estatutos sociales de Óptica Berl, C.A.,
y el instrumento poder autenticado en fecha 22 de febrero de 2000, asimismo se
observa del contenido del poder que la representación que ejerce el ciudadano
José Luis Rodríguez, como Apoderado Administrador de la empresa ÓPTICA
BERL, C.A., emana de un poder de administración que tuvo a la vista y del cual
dio fe pública el notario respectivo. En tal sentido, se observa tal y como lo
estableció el a quo, que la parte impugnante sólo se limitó a esgrimir los argu-
mentos de su impugnación, sin ejercer el medio idóneo establecido para ener-
var la validez del instrumento poder, es decir, el carácter que dice tener el
poderdante, es decir, debió solicitar la exhibición a que se refiere el ordena-
miento jurídico procesal. En este sentido, esta alzada mal puede decretar la
nulidad del poder que acredita la representación de la empresa demandada
ÓPTICA BERL, C.A., cuando la parte cumplió con la obligación prevista en el
artículo 155 del Código de Procedimiento Civil, el cual exige que el otorgante
enuncie en el poder y exhiba al funcionario público que presencie el otorga-
miento “los documentos auténticos, gacetas, libros o registros que acrediten la
representación que ejerce”, ello con el fin de que el funcionario deje constancia
en la nota respectiva de otorgamiento, los documentos u otros recaudos que le
fueron exhibidos por el otorgante, debiendo el funcionario señalar en la nota,
las fechas, origen y procedencia de los recaudos, así como aquellos datos que
permitan su mejor identificación. De manera que, cumplidos los requisitos del
artículo antes mencionado, en tanto y en cuanto, el funcionario certifique que
los documentos aportados por el otorgante y que constan en el documento
son ciertos, según lo haya constatado de los originales presentados, será su-
ficiente a los fines de que el mandatario obre en nombre de su representado, y
en este sentido, la doctrina y la jurisprudencia han coincidido en afirmar que
basta una enunciación breve y sencilla de los datos más relevantes de los
recaudos que acrediten su carácter (…)”.
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 375
“(…) observa este Tribunal que efectivamente el poder judicial consignado por
la demandada fue impugnado en la primera oportunidad procesal en que com-
pareció la parte actora, posterior a la consignación de dicho poder, por lo que
dicha impugnación fue realizada en forma oportuna. No obstante lo anterior, se
observa que el Tribunal de la Primera Instancia procedió a dictar sentencia de
fondo, sin pronunciarse en forma alguna sobre la validez del instrumento poder
consignado por la demandada, obviando en forma absoluta la incidencia que
debió surgir con motivo de la ya mencionada impugnación. Ha señalado reite-
radamente nuestro Máximo Tribunal, que en estos casos, cuando exista una
impugnación del poder otorgado en juicio, es deber del Tribunal de la causa,
resolver este punto de tan relevante importancia, puesto que en el caso de que
efectivamente el poder consignado no fuese válido en derecho, el Juez como
director del proceso y garante de la administración de justicia, no puede permi-
tir que un abogado como representante judicial de alguna de las partes, actúe
con la presentación de un poder que resulte ineficaz, lo que causaría un grave
daño a la contraparte. En consecuencia, y a los fines de salvaguardar el princi-
pio constitucional del debido proceso, es forzoso para quien sentencia decre-
tar la nulidad de la sentencia definitiva dictada por el extinto Tribunal Cuarto
de Primera Instancia del Trabajo de esta Circunscripción Judicial, en fecha 03
de octubre de 2002, ordenando abrir la incidencia prevista en los artículos 155
y 156 del Código de Procedimiento Civil, a los fines de determinar la validez del
mandato que aduce tener el representante de la accionada, lo cual es funda-
mental para la validez del acto de contestación al fondo de la demanda, todo de
conformidad con el artículo 9 ejusdem, que consagra el principio de la regula-
ción de los actos y hechos ya cumplidos y sus efectos procesales, por la Ley
bajo cuyo amparo se realizó el acto. Así se establece (…)”.
376 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
“Analizadas como han sido las pruebas de las partes, esta Alzada pasa a pro-
nunciarse primeramente respecto a la impugnación del poder; otorgado al apo-
derado judicial de la parte demandada, interpuesta por la parte actora: En primer
término este Juzgador considera necesario señalar lo establecido en el artículo
155 del Código de Procedimiento Civil, respecto de los requisitos que debe
contener un instrumento poder cuando es otorgado por una persona jurídica,
el cual expresa que (…) Del poder otorgado al Abg. Ricardo Tirado Cabello, en
fecha 23-07-02, el cual riela en original, a los folios 55 y 56 del presente expe-
diente. Ahora bien, la parte actora en su escrito consignado en fecha 28-11-
2002, señaló que el ciudadano José Manuel Pita Fernández no tenía cualidades
para otorgar poder; sin embargo, este Juzgador observa que la demandada
consignó escrito de pruebas, y no insistió en la impugnación del poder, conva-
lidando así el defecto que pudiera tener el poder impugnado; en consecuencia
se tiene como eficaz el poder otorgado al Abg. Ricardo Tirado Cabello, en fecha
23-07-02. Así se decide (…)”.
33. NOTIFICACIÓN
“(…) Observa este Juzgado Superior, que además de lo antes apuntado sobre la
no coincidencia de fechas entre el asiento del Libro Diario y lo establecido por
el Tribunal en el auto de admisión de pruebas de la parte actora, el Alguacil del
extinto Juzgado de la causa en diligencia de fecha 21 de Noviembre de 2002,
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 377
34. NOTIFICACIÓN
35. NOTIFICACIÓN
“Ahora bien, esta Alzada observa que la mayoría de los sistemas procesales
reconocen la existencia de tres especies de actos de comunicación procesal
como lo son: la citación, la notificación y la intimación. Nuestro sistema proce-
sal recogido en la Ley Orgánica Procesal del Trabajo regula en el Artículo 126 la
forma que eligió el legislador para que el demandado tenga noticia de la realiza-
ción de un acto procesal, como lo es la asistencia a la audiencia preliminar, con
ello se acogió un mecanismo flexible, sencillo y rápido en virtud de los incon-
venientes que se suscitaban en el pasado con la figura de la citación, que se
traducían en retardo de los procesos. Esta notificación está sometida al cumpli-
miento de ciertos requisitos para que deba considerarse válidamente practica-
da. Así, el artículo en comento establece que una vez admitida la demanda se
ordenará la notificación del demandado, mediante un cartel que indicará el día
y la hora acordada para la celebración de la audiencia preliminar, el cual será
fijado por el Alguacil, a la puerta de la sede de la empresa, entregándole una
copia del mismo al empleador o consignándolo en su Secretaría o en su oficina
receptora de correspondencia, si la hubiere. Luego la actividad del alguacil
debe circunscribirse a dos acciones, a saber: 1) que el Alguacil fije un cartel a la
puerta de la sede de la empresa y 2) que entregue una copia del mismo al
empleador o consignándolo en su Secretaría o en su oficina receptora de co-
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 379
“Por otra parte, el artículo 46 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo establece
la forma como las partes actúan en el proceso, bien sea una persona natural o
jurídica, en el sentido que deben comparecer al juicio debidamente asistidas o
representadas de abogado, aclarando y ratificando el mandato expreso esta-
blecido en el artículo 4 de la Ley de Abogados que obliga a las personas que
deben estar en juicio como actor o como demandado nombrar abogado para
que lo represente o asista en todo proceso. Se observa de autos que el tercero
interesado consignó en fecha 11 de febrero de 2004, una diligencia mediante la
cual pretende darse por notificado, sin la asistencia de un profesional del dere-
cho, por lo que la actuación realizada por el tercero no puede surtir los efectos
jurídicos pretendidos y en consecuencia, no produce ningún efecto la diligen-
cia presentada y así se decide (…)”.
“(…) De la transcripción parcial del documento poder que corre inserto al folio
26, se observa que el mandato conferido por el ciudadano Alberto Martínez
Obadía, fue otorgado a título personal, es decir, en su condición de persona
natural y nunca en nombre y representación de las empresas “El Mundo de las
Alarmas C.A. y Distribuidora Genios C.A.”, las cuales, como así quedó estable-
cido anteriormente, son las llamadas a participar en el presente juicio y que
sería a través del mandato o poder conferido por las personas facultadas para
tales fines, como dichas sociedades mercantiles, podrían participar en la pre-
382 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
42. TERCERÍA
“La Ley Orgánica Procesal del Trabajo, en el Capítulo III, del Título IV, contem-
pla la intervención de terceros, señalando claramente que hay varias formas de
intervención: se refiere en primer lugar a la intervención coadyuvante, los que
acuden como litisconsorte y la excluyente, sólo que en todos estos casos se
requiere del tercero un “interés directo, personal y legítimo”; luego nos encon-
tramos con la intervención de terceros forzosa, en cuyo caso este tercero no
podrá objetar la notificación que se le hizo, a instancia del demandado, para su
intervención forzosa; por último tenemos la intervención acordada de oficio
por el Juez, en cuyo caso el proceso podrá suspenderse hasta por 20 días
hábiles (…)”.
43. TERCERÍA
CONTROL DIFUSO
DE LA CONSTITUCIÓN
petitum del libelo de la demanda, está ajustado a derecho, por tal motivo
precisa quien decide que los argumentos expuesto por la demandada para
tratar de paralizar la secuela del presente procedimiento, no proceden y mu-
cho menos para impedir que el ciudadano trabajador demande sus prestacio-
nes sociales y otros conceptos indicados en la demanda, además, como ya
fue señalado, los derechos derivados y reclamados por el actor de la relación
laboral que tuvo con la empresa demandada, tienen rango constitucional, los
cuales son tutelados y garantizados por el Estado, considerando este sen-
tenciador procedente los derechos reclamados por el actor y así serán decla-
rados en la parte dispositiva del presente juicio, con las restricciones que se
indicarán más adelante (…)”.
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 391
CONVENCIÓN COLECTIVA
2. ACUERDO MARCO
“(…) Ahora bien, si bien es cierto que el acuerdo marco se aplica obligatoria-
mente a los entes que lo suscribieron, esto no impide que otros entes públicos,
que no lo suscribieron, lo puedan aplicar en su contenido como condiciones de
trabajo de sus trabajadores. No existe prohibición expresa de aplicar dichas
normas a los laborantes de los entes públicos que no lo suscribieron, pues el
patrono puede otorgarle a los trabajadores condiciones de trabajo superiores a
las contempladas en la legislación especial y en la contratación colectiva que
los rige. En el presente caso, por manifestación de la apoderada judicial de la
parte demandada, que en la evacuación de la prueba de declaración de parte se
asimila a que fuera la propia demandada quien confiesa –a tenor de lo estable-
cido por el legislador en el artículo 103 de la Ley Orgánica Procesal del Traba-
jo–, se desprende claramente que la accionada aplica a sus trabajadores
–empleados y obreros– el acuerdo marco, por lo que en el caso de la actora en
este juicio, goza de su extensión y, por ello, puede reclamar su aplicación, como
en efecto lo hace en este pleito”.
5. IMAU
“(…) a pesar que la convención fue suscrita varios años atrás, siguen estando
en vigor, en principio, sus cláusulas económicas, sociales y sindicales, ya que
hasta la presente fecha no se ha celebrado una nueva convención colectiva,
todo de acuerdo a la ultractividad de la convención consagrada en el artículo
524 de la Ley Orgánica del Trabajo”.
396 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
COSTAS
1. ESTIMACIÓN DE COSTAS
2. ESTIMACIÓN DE COSTAS
derecho que el actor tiene de cobrar los honorarios intimados, antes de fijar la
oportunidad para nombrar a los Jueces retasadores, lo cual representa una
violación al debido proceso, razón por la cual este Sentenciador se ve forzado
a ordenar la reposición de la causa al estado de que se cumpla con la Etapa
Declarativa, es decir, que se pronuncie sobre la procedencia o no de la intima-
ción y estimación de los honorarios demandados que precede al ejercicio del
recurso de retasa. Así se decide (…)”.
398 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
EJECUCIÓN DE SENTENCIAS
“Si bien el artículo 533 del Código de Procedimiento Civil, prevé la apertura de
una articulación probatoria conforme al artículo 607 eiusdem, para tramitar cual-
quier otra incidencia que surja durante la ejecución, la no aplicación de esta
disposición por parte del a quo, implica que se deba revisar el gravamen causa-
do por el auto recurrido para establecer si es recurrible conforme al principio
contenido en el artículo 289 del mismo Código, según el cual de las sentencias
interlocutorias se admitirá apelación solamente cuando produzcan gravamen
irreparable. En este sentido, el auto recurrido negó la apelación contra una
decisión interlocutoria que anuló el mandamiento de ejecución y repuso la
causa al estado de librarlo nuevamente, por considerar que no se ajustaba a los
parámetros de la decisión que se ejecuta, actuación que en criterio de este
Juzgado Superior, podría causar gravamen al recurrente y por tanto, debe tener
la posibilidad de ser revisada por la Alzada, que en definitiva va a establecer si
está ajustada a derecho o no, lo que implica la declaratoria con lugar del pre-
sente recurso de hecho para que se oiga la apelación en un solo efecto, confor-
me al artículo 289 del Código de Procedimiento Civil (…)”.
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 399
2. DESIGNACIÓN DE PERITO
“(…) esta Superioridad destaca que cuando el Juez de la causa no pueda hacer
la estimación del monto a pagar, puede ordenar que el justiprecio de los bienes,
sea estimado por Peritos, de conformidad con lo previsto en el artículo 87 de la
Ley Orgánica de Tribunales y de Procedimientos del Trabajo, referido a la eje-
cución de las sentencias, vigente para la fecha del caso sub judice y el cual
constituye la norma a aplicar dada su especialidad. Dicho artículo establece
que en caso de desacuerdo entre las partes para el nombramiento del Perito o
Experto Contable, dicho Experto deberá ser designado por el Tribunal y no por
las partes. Esta norma ha sido interpretada tradicionalmente por los Tribunales
del Trabajo en el sentido de que la designación del Experto, en caso de des-
acuerdo o de inasistencia de una de las partes, corresponda siempre al Tribunal
de la causa, a los fines de garantizar la más absoluta imparcialidad, en la cuan-
tificación de las obligaciones que le son encomendadas. Por otra parte, no
comparte este Sentenciador el alegato de la parte demandada apelante referido
al hecho de que con la designación del Perito, por parte del Tribunal, ante la
ausencia de la contraparte se violó el artículo 454 del Código de Procedimiento
Civil y se le cercenó su derecho a la defensa y al debido proceso, pues dicha
norma, en primer término, es de carácter general, referida al procedimiento co-
mún y por otra parte se refiere a un supuesto distinto, como lo es a la Experticia
que puede ser promovida por las partes en el lapso de pruebas, y la norma que
es aplicable al caso bajo análisis, por su especialidad y por estar referida preci-
samente a la Experticia Complementaria del fallo, es la ya señalada disposición
contenida en el artículo 87 de la Ley Orgánica de Tribunales y de Procedimien-
tos del Trabajo. Así se establece (…)”.
400 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
“De una revisión de las actas procesales se evidencia que el juicio se encuen-
tra en fase de ejecución de la sentencia definitiva dictada por el extinto Juzga-
do Superior Tercero del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas, en fecha 19 de Octubre de 1998, folios 219 al 224,
que se rige por el artículo 532 del Código de Procedimiento Civil, contentivo
del llamado principio de continuidad de la ejecución de la sentencia, en virtud
del cual ésta –la ejecución– una vez comenzada, continuará de derecho sin
interrupción, excepto en los casos que el ejecutado alegue la prescripción de
la ejecutoria o haber cumplido íntegramente la sentencia mediante el pago de
la obligación demostrado por documento fehaciente, ninguno de los cuales
es el caso de autos, por lo que oír la apelación libremente atentaría contra
dicho principio (…)”.
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 401
ESTABILIDAD LABORAL
“De los argumentos explanados por las partes y del auto apelado se evidencia
que la parte demandada insistió en el despido conforme a lo establecido en el
artículo 125 de la Ley Orgánica del Trabajo, y a tal efecto consignó la suma de
Bs. 71.539.420,53, por una parte, y por la otra, la actora manifestó claramente su
desacuerdo con la misma, en tal sentido, lo procedente en este caso, bajo los
criterios aplicables para la fecha en que se produjo la consignación e impugna-
ción, era abrir la articulación probatoria a que se refiere el artículo 607 del
Código de Procedimiento Civil, a fin de que el Tribunal de la causa decidiera
sobre la suficiencia o no de la consignación, por lo que considera este Tribunal
de Alzada que el a quo obró correctamente al ordenar la reposición de la causa
a fin de sustanciar la incidencia surgida como se estableció anteriormente, por
lo que resulta forzoso para este Tribunal Superior declarar sin lugar la apela-
ción interpuesta por la parte actora y confirmar el auto apelado como será
decidido en el dispositivo del presente fallo (…)”.
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 405
“(...) observa quien decide que la demandada tampoco logró demostrar que el
despido fue injustificado, sin embargo, de haber demostrado el hecho que
alegó como fundamento del despido, es decir, que el ciudadano HILARIO GON-
ZÁLEZ MORILLO faltó a sus labores durante los días 06, 28 y 30 de Abril de
1999, hubiera operado el supuesto establecido en el artículo 101 de la Ley
Orgánica del Trabajo, esto es, el perdón de la falta, toda vez que entre el 30 de
Abril y el 02 de Julio de 1999, transcurrieron en exceso más de 30 días, por lo
que resulta forzoso para esta Juzgadora declarar con lugar la Solicitud de Cali-
ficación de Despido, Reenganche y Pago de Salarios Caídos (...)”.
7. TRABAJADORES DE DIRECCIÓN
8. TRABAJADORES DE DIRECCIÓN
EXPERTICIA COMPLEMENTARIA
DEL FALLO
“Del propio texto libelar se evidencia que el actor adujo que su salario le era
depositado en una cuenta nómina de ahorros cada quince días, el cual varió
según los aumentos concedidos por salario mínimo, pero no indicó cuál fue su
salario durante el período que duró la relación laboral para poder establecer y
cuantificar la prestación de antigüedad accionada, por lo que se impide la co-
rrecta determinación de tal concepto, dado que los decretos que fueron dicta-
dos a los fines de la fijación del salario mínimo tomaban en cuenta el número de
trabajadores al servicio de la empresa, esto es diferentes modalidades de ese
salario mínimo. En virtud de ello, se hace necesario para esta Alzada ordenar se
practique una experticia complementaria del fallo a los fines de que el experto
que resulte designado de conformidad con lo previsto en el Artículo 159 de la
Ley Orgánica Procesal del Trabajo y con vista a los libros, papeles y documen-
tos que lleve la demandada en el cual anote los salarios pagados al actor,
durante la vigencia de la relación laboral, cuantifique la prestación de antigüe-
dad, de conformidad con lo previsto en el Artículo 108 de la Ley Orgánica del
Trabajo, tomando en cuenta que para el primer año le correspondieron acredi-
tarle 45 días de salario, para el segundo año 62 días de salario y para el tercer
año 64 días de salario y 51 días para el período de noviembre de 2002 a julio de
2003. Así se establece (…)”.
3. INDEXACIÓN JUDICIAL
“(...) Ahora bien, observa esta Superioridad, que el a quo ordenó el pago de
los intereses de mora, así como la indexación de las cantidades condenadas a
partir de la admisión de la demanda, con respecto a lo enunciado este Juzga-
dor aprecia lo siguiente: Establece el artículo 185 de la Ley Orgánica Procesal
del Trabajo: “…En el caso de que el demandado no cumpliere voluntariamen-
te con la sentencia, procederá el pago de intereses de mora sobre las cantida-
des condenadas, las cuales serán calculadas a la tasa de mercado vigente,
establecida por el Banco Central de Venezuela para los intereses sobre pres-
taciones sociales y correrán desde el decreto de ejecución, hasta la materia-
lización de ésta, entendiéndose por esto último, la oportunidad del pago
efectivo, en el lapso establecido en la presente Ley. Igualmente, procederá la
indexación o corrección monetaria sobre las cantidades condenadas, la cual
debe ser calculada desde el decreto de ejecución hasta su materialización,
entendiéndose por esto último la oportunidad de pago efectivo…”. (Subra-
yado del Tribunal). Debe este sentenciador entrar a analizar el alcance de la
mencionada norma, y para ello debe desglosar la misma en dos conceptos, a
saber: –Desde qué momento comienzan a correr los intereses de mora y, –
Desde qué momento comienza a correr la indexación o corrección monetaria.
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 411
“(…) Con la entrada en vigencia del artículo 185 de la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo tenemos que, en caso que el demandado no cumpliera con la ejecución
voluntaria, los intereses moratorios como la corrección monetaria han de calcularse,
sobre las cantidades condenadas “desde el decreto de ejecución hasta su materiali-
zación, entendiéndose por esto último la oportunidad de pago efectivo”. Entonces,
¿a partir de cuándo procede su reclamo? ¿Proceden la indexacción e intereses mora-
torios durante la ejecución voluntaria? ¿Antes de la fecha del decreto de ejecución?
Algunos litigantes y doctrinarios (…) estiman que del texto del artículo 185 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo, se desprende que proceden los intereses moratorios
y la corrección monetaria, pero sólo a partir de la ejecutoriedad del fallo, y no desde
la fecha de la exigibilidad del crédito ni de la admisión de la demanda o de la notifica-
ción del demandado para la audiencia preliminar. Tal opinión parte de que la mora en
el pago (cuantitativamente), depende de la certeza o liquidación de la cantidad por
medio de la experticia complementaria del fallo. Para resolver los anteriores proble-
mas, esta Alzada aplica la doctrina asentada en la sentencia N° 12 de la Sala de
Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia de fecha 06-02-2001 (ponencia del
magistrado Juan Rafael Perdomo), en concordancia con el artículo 185 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo (…) En conclusión: El juez que resuelve el fondo debe
ordenar pagar, además del monto de las prestaciones adeudadas, la indexación de
esta suma desde la fecha de admisión de la demanda, los intereses moratorios desde
la fecha de terminación de la relación laboral (fecha a partir de la cual el crédito es
exigible), y ambos conceptos hasta la fecha en que la sentencia quede definitivamen-
te firme; para calcular la indexación y los intereses moratorios, ordenará la elabora-
ción de una experticia complementaria del fallo. Una vez realizada la experticia, y
actualizada y liquidada la deuda del demandado, éste deberá pagar voluntariamente.
En defecto de cumplimiento voluntario (ejecución forzosa), se solicitará ante el juez
de sustanciación mediación y ejecución, nueva experticia complementaria del fallo
para calcular, a partir de la fecha del decreto de ejecución y hasta el cumplimiento
efectivo, la indexación judicial y los intereses moratorios sobre la cantidad liquidada
previamente (que incluye la suma originalmente condenada, más los intereses mora-
torios y la indexación judicial calculados hasta la fecha en que quedó definitivamente
firme la sentencia) (…)”.
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 413
“(...) Para resolver la cuestión sobre cuál es la fecha en que la diligencia fue
presentada ante el Tribunal correspondiente, se debe acudir al artículo 14 de la
Resolución N° 2003-00017 de la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia del
06-08-2003, publicada en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Vene-
zuela N° 37.756 del 19-08-2003, en cuya última parte dispuso: “La fecha y hora
en que se registre en el sistema Juris 2000, cualquier escrito, libelo de de-
manda, solicitud, diligencia u otro tipo de documento, se entenderá que es la
que corresponde a su ingreso en el Tribunal correspondiente”. El sistema
Juris 2000 es un sistema informático implementado en los Tribunales del Traba-
jo de esta Circunscripción Judicial, en el cual se registran y gestionan todos los
actos y documentos que son recibidos de las partes, de terceros y aquellos que
emanan de los Jueces del Trabajo y demás funcionarios judiciales del Circuito
Judicial del Trabajo de Caracas, en relación con las causas pendientes ante
este Circuito. El sistema Juris 2000 es utilizado por la URDD y a través de él se
emiten los comprobantes de recibo de documentos. Por tanto, la fecha y hora
contenida en el comprobante de recibo de la diligencia (...) emitido por la URDD,
414 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
son las que se consideran como efectivas y no la fecha en que la diligencia fue
foliada en el expediente y llegó a conocimiento del a quo. Así se decide (...)”.
“Se observa que corre inserta en el folio 22 del expediente, el acta de la mencio-
nada inhibición, en la cual el precitado Juez manifestó ante la Secretaría del
extinto Juzgado antes mencionado los motivos por los cuales consideró perti-
nente abstenerse de seguir conociendo de la causa (…) No obstante lo ante-
rior, cabe destacar que es un hecho notorio que a raíz de la entrada en vigencia
de la nueva Ley Orgánica Procesal del Trabajo, existió una reestructuración en
la Jurisdicción Laboral, la cual trajo como consecuencia, que los Tribunales de
Primera Instancia y Superiores del Trabajo en el Área Metropolitana de Cara-
cas, fuesen extinguidos y en su lugar fueron creados nuevos Tribunales de
Primera Instancia de Sustanciación, Mediación y Ejecución, de Primera Instan-
cia de Juicio y Superiores para el Régimen Procesal Transitorio del Trabajo,
quienes estarán en conocimiento de las causas que anteriormente cursaban
ante los extintos Tribunales, por lo que fue necesaria una nueva distribución
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 415
INFORTUNIOS LABORALES
Y RESPONSABILIDAD CIVIL
“En conclusión, quien aquí sentencia, sin dejar de reconocer que la empresa
demandada incumplió con la obligatoria inscripción en el Instituto Nacional de
Previsión Salud y Seguridad Laboral, lo que conllevó a la falta de notificación
por parte del patrono al precitado ente, no se evidencia que con dicho incum-
plimiento el ciudadano Marcos Fidel Gómez, se haya encontrado al momento
de producirse el accidente, en una situación de riesgo superior a la que su
propia actividad en condiciones normales comprende, aunado a esto se debe
indicar, que como así quedó demostrado, el accidente se produjo, por una
causa extraña devenida por el doblamiento de la tabla manipulada por el hoy
accionante, situación tal, que para el criterio de este sentenciador, al subsumir-
se dentro de los parámetros de imprevisibilidad, característica propia del caso
fortuito, escapa a la responsabilidad tanto de la accionada como del propio
accionante, por lo que en tal sentido, para el presente caso concreto, no le son
aplicables las sanciones establecidas en la Ley Orgánica de Prevención, Con-
diciones y Medio Ambiente del Trabajo, tal y como lo estableció el sentencia-
dor de instancia. Así se decide (…)”.
418 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
2. DAÑO MORAL
3. DAÑO MORAL
“Respecto a la reclamación de daño moral, esta Alzada observa que para que el
mismo proceda es necesario demostrar la comisión de un hecho ilícito, la reali-
dad del daño y la vinculación de elementos entre sí por una relación de causa
y efecto. En el caso de marras se observa que para el momento del accidente, la
empresa demandada no cumplía con las condiciones de seguridad requeridas
para mantener un ambiente de trabajo seguro para sus trabajadores, lo que
representa el hecho ilícito; en cuanto al siniestro que generó un daño, el mismo
está representado por el fallecimiento de Yenny González y el sufrimiento de
sus menores hijos, sujetos a la protección de la madre fallecida. En cuanto al
tercer elemento de la relación de causalidad y efecto entre el primer y el segun-
do elemento, este Juzgador considera, que en virtud de las inadecuadas condi-
ciones físicas ambientales en el área de trabajo, ocasionaron la muerte a Yenny
González, de lo mismo este Juzgador infiere que el sufrimiento de los menores
debe ser indemnizable, aunque no represente reparación de daño material, exis-
te el dolor moral, en consecuencia, resulta procedente la indemnización por
daño moral, la cual estima y condena a pagar este Juzgador en la cantidad de
Bs. 5.000.000,00. Así se decide (…)”.
420 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
4. DAÑO MORAL
“Distinto el caso del daño moral, que no puede ser realmente cuantificable, ni
mucho menos tarifado por la Ley, queda a la libre estimación del Juez senten-
ciador, siempre y cuando el actor logre probar los extremos que conforman el
hecho ilícito, es decir, la responsabilidad consagrada en el artículo 1.193 del
Código Civil. Ahora bien, luego de un extenso análisis de las distintas pruebas
promovidas y evacuadas por ambas partes, este sentenciador de Alzada llegó
a la conclusión de que en ningún momento se comprobó el hecho culposo por
parte del patrono en el accidente de trabajo ocurrido, pues necesariamente
tiene que existir la ocurrencia de un hecho ilícito por parte del patrono que lo
haga responsable, según lo dispuesto en el artículo 1.185 del Código Civil, y al
no estar presente el hecho ilícito, mal puede este Juzgador condenar a resarcir
al trabajador el presunto daño moral proveniente del accidente de trabajo, por
cuanto de las pruebas aportadas por la demandada se logró demostrar que la
carga que llevaba el actor para el momento del accidente, era la adecuada para
ese tipo de transporte, por lo que solamente se le sancionará al patrono con la
responsabilidad objetiva explicada y analizada supra, además con lo ordenado
a pagar por el a quo, y por cuanto las normas sustantivas y adjetivas que
regulan el Derecho del Trabajo son de eminente orden público, pues su consa-
gración está dirigida a proteger la circunstancia contingente en la que se en-
cuentra una persona, el trabajador, frente a otra, el patrono, vinculadas por una
relación de manifiesta desigualdad económica, requiriendo una mayor protec-
ción cuando el trabajador es víctima de un infortunio laboral, es por lo que al
accionante le asiste las indemnizaciones de daños producto del infortunio la-
boral que fue objeto, todo en protección de los intereses del trabajador acci-
dentado, los tipificados en el artículo 567 de la Ley Orgánica del Trabajo como
los del PARÁGRAFO PRIMERO del artículo 33 de la Ley Orgánica de Preven-
ción, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo con su Reglamento, y así será
condenado a cumplir con dicha responsabilidad en la parte dispositiva del
presente fallo. Y así se decide (…)”.
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 421
5. DAÑO MORAL
“(…) observa este sentenciador la importancia del daño, que realmente ocurrió,
como se dijo, pero éste no es suficiente para entender que el daño moral es de
tal envergadura que exige una reparación por el monto “sugerido al juez” en el
libelo. Se advierte que los hechos sobre los cuales se fundamenta el pedimento
por daño moral provienen del accionado, siendo culpable de los mismos, al no
estar demostrada la participación de la trabajadora en los hechos que configu-
ran el daño moral; considerando también el grado de instrucción, la posición
social y económica de la trabajadora, reflejada en el cargo que desempeñaba y
en la remuneración que recibía por su desempeño; ausencia de atenuantes a
favor del demandado y de que la trabajadora estuvo sometida al daño moral por
un tiempo menor –menos de medio día (…)”.
6. DAÑO MORAL
trabajo; así tenemos que la teoría del riesgo profesional, radica en garantizar
la seguridad del trabajador en el lugar donde se encuentre por orden de su
patrono o por las necesidades del servicio. En el presente caso, al momento
en que ocurrió el accidente que ocasionó la muerte del trabajador, el mismo se
encontraba, bajo las órdenes de su patrono, en el desempeño de sus funcio-
nes laborales; en consecuencia, el patrono tiene la responsabilidad objetiva
de pagar a los parientes del difunto, una indemnización equivalente a 2 años
de salario, según lo dispuesto en el artículo 567 de la Ley Orgánica del Traba-
jo. Así se decide (…) En cuanto a la reclamación por la indemnización de 5
años de salario, prevista en el artículo 33 de la Ley Orgánica de Prevención
Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo; es de observase que para que la
misma prospere, de acuerdo a lo dispuesto en el encabezado del artículo,
debe darse la responsabilidad subjetiva del patrono; es decir, que el patrono
debe estar en conocimiento de que sus trabajadores desempeñan la labor por
él encomendada, en críticas condiciones y ambiente de trabajo, por la viola-
ción de las normas previstas en la Ley, las cuales podrían ocasionar una
lesión o inclusive la muerte a uno o más trabajadores. En el caso que nos
ocupa, de las actas procesales no se desprende que en efecto la demandada
hubiere incumplido con alguna de las disposiciones previstas en la Ley Orgá-
nica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo; por lo que al
no darse la responsabilidad subjetiva del patrono, este Juzgador considera
que no prospera la reclamación por indemnización establecida en el artículo
33, Parágrafo Tercero ejusdem. Así se decide (…)”.
INHIBICIÓN Y RECUSACIÓN
“(…) Por tales motivos, esta alzada observa que evidentemente la Juez Suplen-
te Especial del Juzgado Primero Superior del Trabajo del Circuito Judicial del
Trabajo de esta Circunscripción Judicial; quien a su vez es titular del Juzgado
Cuarto de Primera Instancia de Juicio del Circuito Judicial del Trabajo de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, se encuentra in-
cursa en una de las causales o motivos previstos en la Ley Orgánica Procesal
del Trabajo, como causal de inhibición del juez para abstenerse de conocer o
seguir conociendo de un juicio en especial, puesto que la misma se subsume en
la causal de inhibición prevista en el numeral 5 del artículo 31 eiusdem, referida
ésta a que el inhibido haya manifestado su opinión sobre el hecho controverti-
do antes de la sentencia correspondiente (…)”.
“(…) Así, al subsumir los hechos alegados por la Dra. CARMEN YOLANDA
RODRÍGUEZ GUERRA, en su condición de Juez Décimo Quinto de Primera
Instancia de Sustanciación, Mediación y Ejecución del Trabajo del Circuito
Judicial del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas, se observa que efectivamente ésta se encuentra inmersa dentro de las
causales de inhibición establecidas en los numerales 1 y 2 del artículo 31 de la
Ley Orgánica Procesal del Trabajo, referidas a que el inhibido tenga algún
parentesco de consanguinidad o afinidad con alguno de los litigantes, o en el
segundo caso, que tenga el inhibido o algún familiar interés directo en el pleito,
y en virtud de que la apoderada judicial de la parte actora tiene un parentesco
de consanguinidad con la Juez inhibida, se considera que tiene un interés
directo en el asunto principal (…)”.
430 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
“Así, al subsumir los hechos alegados por el Dr. JUAN GARCÍA VARA, en su
condición de Juez Cuarto Superior del Trabajo del Circuito Judicial del Trabajo
de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, se observa que
efectivamente éste se encuentra inmerso dentro de las causales de inhibición
establecidas en los numerales 1 y 2 del artículo 31 de la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo, referidas a que el inhibido tenga algún parentesco de consanguinidad o
afinidad con alguno de los litigantes, o en el segundo caso, que tenga el inhibido
o algún familiar interés directo en el pleito, y en virtud de que el apoderado
judicial de la parte actora tiene un parentesco de afinidad con el Juez inhibido, se
considera que tiene un interés directo en el asunto principal (…)”.
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 431
JUBILACIÓN
“(…) Decidido lo anterior, este Sentenciador observa que consta de autos que
la parte demandada entregó una cantidad en exceso en virtud de que la accio-
nante se acogió a la bonificación especial, por lo que resulta aparentemente
lógico que se ordenare la compensación en las cuotas mensuales de la jubila-
ción, sin embargo, considera este Juzgador que sería una injusticia social que
la pensión de jubilación, por razones de sobrevivencia, sea disminuida por vía
de compensación para satisfacer una acreencia de carácter civil, que no perte-
nece a la naturaleza de este proceso basado en los principios constitucionales
y de orden público en el derecho laboral. No obstante, es obvio que la parte
demandada puede accionar, para recuperar lo pagado en exceso, por vía de
juicio ordinario de naturaleza civil. Así se decide (...)”.
432 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
2. IRRENUNCIABILIDAD DE LA JUBILACIÓN
3. JUBILACIÓN ESPECIAL
5. PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN
“(...) Habiendo sido analizadas las pruebas promovidas por las partes, este
Sentenciador pasa a decir primeramente de la defensa de prescripción de la
acción, opuesta por la parte demandada. Al respecto es de señalar, que como es
criterio de este Juzgador, soportado en la doctrina y la jurisprudencia de la Sala
de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia, la jubilación genera entre
las partes, un vínculo de naturaleza no laboral, el cual se califica como civil, por
lo que le es aplicable el artículo 1.980 del Código Civil, que establece tres (3)
años como lapso de prescripción para todo cuanto deba pagarse por años o
por plazos periódicos más cortos. Ahora bien, tal como lo señalan las partes y
como se evidencia de la Planilla de Cálculo de Prestaciones Sociales que riela
en el folio seis (6) del presente expediente, la relación laboral terminó el 07 de
julio de 1994, y la demandante interpuso su demanda en fecha 30 de marzo de
1995, fecha esta para la cual habían transcurrido ocho (8) meses y veintitrés
(23) días, y la notificación de la parte demandada se efectuó el 11 de enero de
1996, habiendo transcurrido para ese momento un (1) año, seis (6) meses y
cuatro (4) días contado desde el término de la relación laboral; siendo evidente
entonces que la actora demandó y citó en el tiempo establecido en el ya men-
436 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
6. PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN
“(…) En el presente caso tenemos que la actora reclama el pago de dos concep-
tos, uno es la diferencia por concepto de Bonificación Especial, cuya reclama-
ción tiene un lapso de prescripción de un año que comienza a correr a partir de
la terminación de la relación laboral, de conformidad con lo estipulado en el
artículo 61 de Ley Orgánica del Trabajo, y la otra es la exigencia del derecho de
Jubilación Especial. Respecto a esta ultima, es de señalar que si bien es cierto
que la reclamación por concepto de derecho a la jubilación, deriva de la rela-
ción de trabajo que existió entre las partes, por ello es de carácter laboral y por
lo tanto debe aplicarse igualmente el artículo 61 antes mencionado, no es me-
nos cierto que la doctrina y la jurisprudencia han establecido que la jubilación
genera entre las partes, un vínculo de naturaleza no laboral, que en consecuen-
cia se califica como civil, siendo aplicable el artículo 1.980 del Código Civil que
señala tres (3) años como lapso de prescripción para todo cuanto deba pagarse
por años o por plazos periódicos más cortos. Ahora bien, el actor señaló, en su
escrito libelar, que la relación laboral terminó el 31 de diciembre de 1993, lo cual
fue aceptado por la demandada; así mismo, se observa, que la citación de la
demandada se efectuó en fecha 27 de febrero de 1996 según consta de certifica-
ción realizada por la ciudadana secretaria del extinto Tribunal a quo en fecha
12-06-98 al vuelto de la diligencia que riela en el folio 109 de la primera pieza del
presente expediente donde la abogada (…) consigna instrumento poder y en
nombre se su representada procede a darse por citada, habiendo transcurrido
desde la fecha de terminación de la relación laboral hasta ese momento dos (2)
años, un (1) mes y veintisiete (27) días, por lo tanto en el caso de la reclamación
por la diferencia de Bonificación Especial Triple observamos que el lapso de un
año de prescripción excedió y por cuanto la actora no consignó prueba alguna
que demostrara la interrupción de la prescripción de la acción se declara pres-
crita la acción por tal concepto; ahora bien, respecto a la reclamación por Jubi-
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 437
lación Especial por cuanto la demandante logró la citación antes del cumpli-
miento de los tres años se desecha la defensa de prescripción de la acción, sólo
en cuanto a este concepto. Así se decide (…)”.
7. PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN
“(…) quien decide, según el criterio sentado por la Sala de Casación Social del
Tribunal Supremo de Justicia en sentencia de fecha 08/08/00, considera nece-
sario pronunciarse primeramente respecto a la voluntad del trabajador a los
fines de determinar la existencia o no de un vicio en la misma, para así estable-
cer el lapso de prescripción que corresponde aplicar en el presente caso. Riela
en los folios 70 y 71 de la primera pieza del presente expediente, acta de fecha
29/03/94 suscrita por ambas partes, a la misma este Juzgador le otorga valor
probatorio de conformidad con lo previsto en el artículo 444 del Código de
Procedimiento Civil; desprendiéndose de la misma la voluntad común de las
partes de ponerle fin a la relación de trabajo, el convenio de pagar las Presta-
ciones Sociales de Antigüedad y una Bonificación Especial del doble del mon-
to de Antigüedad, así como la renuncia expresa del accionante al beneficio de
Jubilación Normas. La parte actora en su escrito libelar impugnó dicha Acta
señalando que no se había cumplido con lo previsto en el Parágrafo Primero
Único del artículo 3 de la Ley Orgánica del Trabajo. Ahora bien, la Sala de
Casación Social, mediante sentencia de reenvío señaló, respecto de un caso
similar al que hoy nos ocupa, que en virtud de que los hechos habían transcu-
rrido durante un período en que la empresa experimentaba cambios en su polí-
tica de reestructuración interna, por cuanto la CANTV, había pasado a manos
del Sector privado generando un cambio en las políticas internas de la empresa
a todo nivel, en virtud de que pasaba de ser un ente estatal a ser un ente
privado (…) la empresa CANTV se vio en la necesidad de implantar políticas
tendentes a reducir su nómina y gastos operativos en materia de recursos
humanos, situación esta que evidentemente y por máximas de experiencia llevó
a la Sala a concluir que las condiciones laborales que tenían lugar en todas las
oficinas de trabajo de la demandada, se encontraron ante situaciones de incer-
tidumbre respecto de lo que sería su futuro laboral (…) Situación esta que llevó
438 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
“(...) Así la jubilación puede obtenerse por mandato legal o por convención
colectiva como es la jubilación demandada en este caso, que no requiere (como
si fuera un seguro colectivo) que el trabajador contribuya económicamente
para la pensión, si no que, se basa en el trabajo prestado por más de veinticinco
(25) años con prescindencia de la edad del trabajador, que sólo debe solicitarla,
y, en todo caso, a nuestro entender, se encuentra dentro del campo del derecho
de seguridad social, avizorado por los contratantes (...) Con base a las anterio-
res consideraciones y en opinión de esta Juzgadora: 1) La relación que surge
entre un ex trabajador y su ex patrono en virtud de la culminación de la presta-
ción de servicios y la adquisición del derecho a la jubilación, no es de natura-
leza civil, ámbito jurídico en el cual predomina la autonomía de la voluntad de
las partes, sino es un vínculo causado por el hecho social trabajo y desarrolla-
do en el ámbito de la seguridad social, en donde el predominio es la protección
de los necesitados y del colectivo mediante normas de orden público constitu-
cional; 2) La acción para demandar el beneficio de la jubilación es imprescripti-
ble por las razones de orden público señaladas. Asunto distinto es la demanda
de pensiones regulares a las cuales si se aplica la prescripción, aquí de los tres
(3) años. Es decir, puedo reclamar derecho a la jubilación, pero, puede que si
dejé pasar más de tres años, prescribieron las pensiones correspondientes por
esos tres años y tengo derecho legítimo a demandar las pensiones subsiguien-
tes al período de prescripción de las anteriores. No obstante la anterior opi-
nión, y en cumplimiento del artículo 177 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo,
esta Juzgadora acoge la doctrina asentada en jurisprudencia reiterada de la
Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia y aplica en el presen-
te asunto la prescripción de tres (3) años establecida en el artículo 1.980 del
Código Civil. Así se establece considerando que la cuestión a resolver radica
en determinar a partir de qué momento se comienzan a contar los tres (3) años
440 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA
“(...) todas las fases procesales, aunque tengan fines distintos, debe garantizar
a las partes, el acceso efectivo, la sencillez, brevedad e inmediación, por lo que
a nuestro entender, (dado que las circunstancias que ameritan la solicitud y
toma efectiva de la decisión relativa al otorgamiento o no de una medida caute-
lar pueden presentarse en cualquier momento de la tramitación del juicio, y su
fin es el garantizar en definitiva la ejecución del eventual fallo a favor de una de
las partes), cualquier juez, sea de sustanciación, mediación y ejecución, sea de
juicio o incluso un juez superior, dependiendo de la etapa en que se encuentre
el proceso, podría acordar o suspender una medida cautelar, tramitada en cua-
derno separado, por cuanto la brevedad del proceso no es excluyente de la
atención inmediata, urgente de la solicitud en comento. Lo contrario sería poco
práctico y haría nugatorio el derecho cautelar en una materia social como la
nuestra, cuyas circunstancias de por sí cambian vertiginosamente. Por mucho
que se tramite por cuaderno separado o, tengamos un tipo de sentencia caute-
lar, no podemos cambiar la esencia de protección inmediata al derecho sustan-
tivo involucrado eventualmente en una medida cautelar (...) La hermenéutica
del artículo 137 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, dentro del marco del
capítulo II, del Titulo VII, otorga facultad discrecional al juez de sustanciación,
pero, no limita las potestades del juez de juicio. Su interpretación debe ser
lógica sistemática, aplicando a las circunstancias de cada caso, los principios
constitucionales relativos al Estado Social de Derecho, debido proceso y tute-
la efectiva (artículos 2, 49 y 26 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela), así como los principios legales establecidos en el artículo 2 de la
Ley Orgánica Procesal del Trabajo (...)”.
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 443
“El artículo 30 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo prescribe: “... Se consi-
deran competentes, los Tribunales del lugar donde se prestó el servicio o
donde se puso fin a la relación laboral o donde se celebró el contrato o en el
domicilio del demandado, a elección del demandante. En ningún caso podrá
establecerse o convenirse un domicilio que excluya a los señalados anterior-
mente”. (Destacado nuestro) (…) estima esta Alzada que el sentido y alcance
correcto del artículo 30 ejusdem, en particular su última parte, es el siguiente:
Las partes pueden elegir uno o más foros adicionales a los cuatro (4) estableci-
dos en el artículo 30, en el sentido que el demandante puede acudir a cuales-
quiera de los domicilios para interponer su demanda, los cuales son alternativos
(…) esta Alzada estima prudente que los jueces del trabajo no se declaren, de
oficio, incompetentes por el territorio, puesto que si el actor interpuso su libelo
en un foro no mencionado en el artículo 30 de la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo y el demandado acude al tribunal y asume la causa sin alegar incompe-
tencia del tribunal, se entiende que ambas partes convinieron tácitamente en
un domicilio adicional a los establecidos en el artículo 30, lo cual está permitido
por esta norma (…)”.
“Ahora bien, el artículo 291 del Código de Procedimiento Civil, señala: “la
apelación de la sentencia interlocutoria se oirá en un solo efecto…”; y que al
ser aplicada analógicamente dicha norma al presente caso concreto, se obser-
va que la decisión de declinatoria de competencia, se subsume dentro de los
parámetros allí establecidos. En ese sentido, estima quien aquí sentencia, que
la Jueza Décima tercera de Sustanciación, Mediación y Ejecución de este Cir-
cuito Judicial, no erró al oír el recurso de apelación interpuesto contra la deci-
sión dictada por el Juzgado antes indicado en fecha 15 de marzo de 2004,
solamente en el efecto devolutivo. Así se decide (…)”.
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 445
“(...) En virtud que la Ley Orgánica Procesal del Trabajo omite la regulación de
las formas procesales para tramitar la regulación de competencia, y de acuerdo
a los artículos 11 y 65 eiusdem, se establecen los siguientes criterios para la
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 447
9. REGULACIÓN DE COMPETENCIA
LIBELO Y CONTESTACIÓN
A LA DEMANDA
2. ACUMULACIÓN DE ACCIONES
3. ACUMULACIÓN DE ACCIONES
tensiones que por una parte tenían procedimientos diferentes, según la dero-
gada Ley Orgánica de Tribunales y de Procedimiento del Trabajo y los artícu-
los 116 al 124 de la Ley Orgánica del Trabajo, hoy derogados, vigentes para el
momento en que ocurrieron los hechos, y por la otra, persiguen objetos distin-
tos y por tanto no pueden acumularse. No obstante, ello no es causal de repo-
sición en virtud que sería inútil porque la demandada puede cumplir con el
dispositivo del fallo reenganchando al demandante y pagando los salarios
dejados de percibir, o en su defecto, en cualquier estado y grado de la causa si
lo considera pertinente, dar fin al procedimiento cumpliendo con el pago a que
se refiere el artículo 190 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, esto es abo-
nando todos los conceptos derivados de la relación de trabajo, los salarios que
hubiere dejado de percibir durante el procedimiento y las indemnizaciones a
que se refiere el artículo 125 de la Ley Orgánica del Trabajo (…)”.
4. ACUMULACIÓN DE ACCIONES
pero existe identidad del sujeto pasivo, con lo cual queda materializada la
conexión impropia prevista en el artículo 49 de la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo, por tanto es procedente la acumulación inicial de pretensiones en el
presente caso y debe en consecuencia revocarse la decisión apelada, como
se resolverá en la dispositiva del presente fallo (…)”.
5. ACUMULACIÓN DE ACCIONES
6. ADMISIÓN DE LA DEMANDA
“(…) En criterio de esta Alzada y por interpretación del artículo 124 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo, la admisión de la demanda o su negativa, debe
constar en forma expresa y no debe interpretarse la norma en comento bajo la
posibilidad de la admisión tácita. En todo caso, el auto de admisión o negativa
dictada fuera del lapso de ley, deberá ser notificado al actor para que pueda
ejercer los medios de impugnación establecidos en la Ley Orgánica Procesal
del Trabajo, según sea el caso (…)”.
7. ADMISIÓN DE LA DEMANDA
8. CONFESIÓN FICTA
“(…) destaca este Sentenciador que la sanción prevista en el artículo 362 del
Código de Procedimiento Civil, está referida únicamente al supuesto específico
cuando el demandado no diere contestación a la demanda en la oportunidad
legal correspondiente y no probare nada que le favoreciera. Caso distinto es
cuando el demandado comparece en la oportunidad fijada por el Tribunal de la
causa, pero con un poder defectuoso o insuficiente, por lo que entonces, tra-
tándose el artículo antes señalado de una norma sancionadora, no puede inter-
pretarse de manera extensiva, ni aplicarse por analogía a casos distintos del
expresamente indicado en ella. Así pues, teniendo en cuenta que el hecho de
que el demandado compareciera con un poder defectuoso o insuficiente, es
contrariamente distinto al supuesto de incomparecencia de éste al acto de con-
testación a la demanda, por lo que no encuentra ajustado a derecho este Tribu-
nal otorgar una consecuencia nefasta sobre este particular, como lo es declarar
la confesión ficta de la demandada. En el caso de autos, el demandado en la
oportunidad fijada para la contestación de la demanda, opuso las cuestiones
previas previstas en el ordinal 4° del artículo 346 del Código de Procedimiento
Civil, considerando el Juzgador de la Primera Instancia que en virtud de haber-
se presentado el representante de la accionada con un poder no válido, quedó
confeso en cuanto a la pretensión del actor y condenó a la accionada a pagar la
cantidad de (…) más las costas y costos procesales.// En este sentido, prevé el
artículo 350 del Código de Procedimiento Civil, la facultad que tiene el actor a
quien se le ha opuesto la cuestión previa tercera del artículo 346 eiusdem, por
defecto del poder, de subsanar tal defecto o insuficiencia, teniéndose la de-
manda por presentada y abriéndose la posibilidad para que dicho defecto o
insuficiencia del poder sea subsanado, motivo por el cual, al no adjudicar la
misma posibilidad a la parte demandada, considera quien sentencia que se
estaría transgrediendo el principio de igualdad de las partes establecido en el
artículo 15 ibídem. De tal suerte, que en el caso de que el poder presentado por
la accionada fuera insuficiente, no acarrearía de pleno derecho la sanción de
confesión ficta, por el contrario, de ser insuficiente el poder cuestionado pre-
sentado por la demandada, fue deber del Tribunal de la causa dictar un auto por
aplicación analógica del artículo 350 del Código de Procedimiento Civil, fijando
456 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
un lapso para que la accionada subsanase la falta o insuficiencia del poder. Tal
era el criterio sostenido por los Tribunales de la Instancia para el supuesto sub
iudice, en acatamiento a la doctrina de vieja data establecida por la Sala Políti-
co Administrativa de la Corte Suprema de Justicia de fecha 07 de octubre de
1993, de la Sala Social del Tribunal Supremo de Justicia de fechas 06 de febrero
y 18 de octubre de 2001 y, finalmente por la Sala Constitucional de ese Máximo
Tribunal de fecha 10 de diciembre de 2003, de naturaleza vinculante, con funda-
mento en el artículo 15 eiusdem que obliga al Juez mantener a las partes en los
derechos y facultades comunes a ella sin preferencias ni desigualdades, habi-
da cuenta de que si al actor se le otorga la facultad de corregir su poder defec-
tuoso y su libelo de demanda se tendrá como presentado válidamente, al
demandado también se le debe otorgar la misma facultad de conformidad con el
principio de igualdad antes señalado. Esta doctrina, no fue aplicada por el
entonces Juzgador de mérito de la Primera Instancia (…) Ahora bien, con vista
de los argumentos antes expuestos, considera esta Alzada forzoso declarar la
nulidad de la sentencia definitiva dictada por el Tribunal de la Primera Instancia
de fecha 30 de marzo de 2001, que declaró la confesión ficta de la demandada
(…) y en segundo término ordena al Tribunal de Primera Instancia de Sustan-
ciación, Mediación y Ejecución correspondiente, que en aplicación analógica
del contenido del artículo 350 del Código de Procedimiento Civil, aplicado por
remisión del artículo 11 de la ahora vigente Ley Orgánica Procesal del Trabajo,
permita a la parte demandada dentro de un lapso que fijará prudencialmente,
subsanar el defecto u omisión invocado, tramitándose con posterioridad la
causa de conformidad con las normas establecidas en la Ley Orgánica Procesal
del Trabajo, todo fundamentado en el principio de la igualdad de las partes en
el proceso. Así se establece (…)”.
9. CONFESIÓN FICTA
“Es necesario precisar que los hechos afirmados por las partes son por lo
general de dos clases, unos llamados normalmente primarios o principales,
los cuales para el actor son aquellos que forman fundamentalmente el su-
puesto de hecho de la norma cuyo efecto jurídico se invoca, mientras que
para el demandado son los hechos que fundamentan su defensa o excepción.
En cuanto a los secundarios son aquellos condicionantes de los principales
y a pesar de ser diversos a los que conforman los supuestos necesarios para
determinar la acción o la defensa o excepción, sirven para comprobar su rea-
lidad histórica o para complementarla; estos hechos además se reputan com-
prendidos dentro de los alegados. Por consiguiente, tanto los hechos
primarios como los secundarios, forman parte de la controversia, así estos
últimos no sean objeto de alegación expresa. Debe dejarse claro que las par-
tes en juicio no pueden, ni por mutuo consentimiento suscitar después de la
contestación al fondo de la demanda, un elemento nuevo de controversia,
alterándose así el cuasi-contrato de la litis y violando disposiciones de orden
público, como son las leyes de procedimiento, y por ello tanto la doctrina
como la jurisprudencia son contestes en señalar que los hechos aducidos
después de este momento constituyen hechos nuevos, que se encuentran
por tanto fuera de la controversia o en palabras de Kielmanovich, el hecho no
afirmado no cuenta para el proceso ni puede por lógica ser objeto de demos-
tración, cuando el mismo por definición no existe ni podría existir para este
singular método de conocimiento, mucho menos podrían entonces servir como
fundamento de la sentencia. Luego de estas breves consideraciones, esta
Alzada concluye en que la actividad desplegada por la parte actora en aten-
ción al despacho saneador al explicar en la subsanación cómo obtuvo el
salario promedio anual e indicar los montos que componían ese salario, no
adujo un hecho nuevo, ya que en cumplimiento de la denominada carga de
afirmación de los hechos que impone su exteriorización como concreto y
expreso fundamento de la pretensión, había alegado en el libelo de la deman-
da el hecho específico y principal referido al salario. Así se resuelve (…)”.
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 459
“(…) Es así pues, producto de lo expuesto que este Juzgado Superior Quinto,
establece que en caso de consignarse algún escrito reformatorio de la demanda
o de ampliación a la solicitud de reenganche y pago de salarios caídos, como la
del caso de autos, esto, deberá realizarse por una sola vez, antes de la realiza-
ción de la audiencia preliminar; para lo cual, el Juez de Sustanciación, Media-
ción y Ejecución, una vez admitido el mismo, ordenará notificar a la parte
accionada, indicando de manera expresa que la realización de las tantas veces
mencionada audiencia, se realizará al décimo día hábil siguiente, posterior a la
constancia en autos de su notificación o a la última de ellas, en caso de que
fueren varios los demandados, todo esto por aplicación analógica del artículo
128 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo. Así se decide (…)”.
“(…) Dispone el artículo 7 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo: ‘(…) Hecha
la notificación para la audiencia preliminar, las partes quedan a derecho y no
habrá necesidad de nueva notificación para ningún otro acto del proceso, salvo
los casos expresamente señalados en esta Ley (…)’. El autor Ricardo Henrí-
quez La Roche citando al tratadista patrio Luis Loreto, señala en su obra Nuevo
Proceso Laboral Venezolano: ‘Se entiende por estar a derecho, la presunción
legal de que el litigante conoce todo lo que acaece en el juicio, sin necesidad de
que se lo notifique el juez. Este principio “expresa acabadamente la idea de que
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 463
por el solo hecho de emplazamiento viene a pesar sobre las partes, sin ulterior
requisito de notificación alguna, la carga de realizar en el proceso los varios
actos de impulso procesal que estimen convenientes y provechosos a sus
pretensiones’ (…)”. Efectivamente como lo señala la parte recurrente, en el
nuevo proceso laboral existe el principio mediante el cual las partes están a
derecho, por ello, una vez que la parte demandada ha resultado notificada del
proceso, se entiende así mismo notificada para los demás actos. Por ello, en el
caso de autos el criterio establecido por el Juzgado a quo dista del supuesto
previsto en el artículo 7 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, al fijar una
nueva oportunidad para la celebración de la audiencia preliminar cuando ya la
parte demandada estaba en conocimiento de la existencia del presente procedi-
miento, en virtud de la notificación efectuada a ésta mediante Notario Público
el día nueve (9) de septiembre de 2003. No obstante, en razón de que la reforma
de la demanda no es un acto que se encuentre expresamente regulado en esta
nueva Ley Orgánica Procesal del Trabajo, la parte demandada debe efectiva-
mente tener la oportunidad de conocer lo que le es reclamado, por ello conside-
ra este sentenciador que en aquellos casos en los cuales se produzca la reforma
de la demanda, el Juzgado de Sustanciación, Mediación y Ejecución, aun cuan-
do no puede efectuar una nueva notificación según lo dispone el artículo 7
ejusdem, debe entonces una vez admitida la reforma de la demanda conceder a
la parte demandada un plazo prudente –común a ambas partes–, para que éstas
puedan comparecer con el conocimiento de lo reformado y ejercer así a cabali-
dad su derecho a la defensa en esta nueva oportunidad para la celebración de
la audiencia preliminar. El mencionado plazo deberá ser en todo caso expresa-
mente indicado por el Tribunal, sin que dicha actuación suponga o signifique
una nueva notificación del demandado (…)”.
“En el numeral 3 del artículo 123 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo,
establece que todo libelo deberá contener el objeto de la demanda, es decir, lo
que se pide o reclama. Este requisito hace referencia a la pretensión del actor
y, en casos de prestaciones sociales –como es el asunto presente– lo que se
reclama son conceptos laborales y sus montos correspondientes. Podríamos
decir que el numeral 3 del artículo 123 constituye una concretización de dos
(2) derechos constitucionales previstos en los artículos 26 y 49 de nuestra
Carta Magna, a saber: Derechos a una justicia idónea y a la defensa. La
finalidad del numeral analizado consiste en permitir a la contraparte conocer
cuáles son los conceptos reclamados, sus fundamentos y los montos respec-
tivos, ya que de esta manera podrá ejercer cabalmente su derecho a la defen-
sa, al conocer los hechos alegados por el actor y el modo como éste interpretó
y aplicó el Derecho. En caso contrario, es decir, si el accionante se limitara a
reclamar una suma de dinero, sin especificar los conceptos particulares recla-
mados, sus fundamentos ni los montos ¿Cómo podría defenderse el deman-
dado? Por otro lado, si el juez desconoce el origen del monto total solicitado,
difícil será su labor de garantizar una justicia idónea, puesto que la conducta
omisiva de la demandante, obstaculizará la búsqueda de la verdad y la correc-
ta aplicación de las normas. En el caso de marras (...) si bien es cierto que en
el libelo en sí no se especificaron los conceptos y correspondientes montos
reclamados, resulta que a tales efectos la actora se refirió expresamente a la
“Liquidación de Prestaciones Sociales y otros conceptos laborales”, anexo
“G” (folio 11); en estos anexos se detalló lo reclamado (...) a la luz del precep-
to constitucional que exige atender a la justicia material por encima de cual-
quier formalidad no esencial, por las razones expuestas se estima que la
accionante detalló los conceptos reclamados, sus fundamentos y montos,
por lo que se estima que sí se cumplió con el requisito previsto en el numeral
3 del artículo 123 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, garantizando así el
derecho a la defensa y a una justicia idónea”.
466 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
“Es importante aclarar que la demanda debe bastarse a sí misma; debe contener
toda la información necesaria, la más completa especificación y relación de los
hechos, razones e instrumentos en que se funda, de tal manera que no sea
necesario recurrir a otros elementos o recaudos para complementarla. En los
sistemas procesales modernos se admite como regla general, que sólo pueden
ser materia de discusión y de debate probatorio en el juicio los hechos que
oportunamente se han alegado en el libelo de la demanda y en la respectiva
contestación. De ahí que cualquier otro hecho distinto o nuevo que no haya
sido articulado en el libelo de la demanda, o que se encuentre impreciso o
ambiguo, queda fuera del debate procesal y resultará impertinente cualquier
medio probatorio que se promueva para su comprobación. En consecuencia, la
demanda laboral ha de contener la enumeración clara y concreta de los hechos
sobre los que verse la pretensión, de forma que ésta quede a la vez individua-
lizada y sustanciada, identificada la acción que se ejercita y referida a subsumir
al supuesto de hecho de la norma que la ampara, es preciso enumerar también
aquellos hechos que, aun sin ser constitutivos de la pretensión, según la legis-
lación sustantiva resulten imprescindibles para resolver las cuestiones plan-
teadas. También es importante la exposición de unos y otros hechos, dejando
así expuesta la causa petendi, es decir, la sustancia de su pretensión (…)”.
Civil, al respecto este Sentenciador observa que el artículo 360 del Código de
Procedimiento Civil establece: “ …El escrito de contestación se agregará al
expediente, con una nota firmada por el Secretario, en la cual se exprese que
aquélla es la contestación presentada y la fecha y la hora de su presenta-
ción…”. Ahora bien, del escrito de contestación de la demanda se evidencia
que efectivamente se cumplió con cada una de las formalidades, pues se evi-
dencia que el secretario colocó que tal escrito era el de contestación y además
colocó la hora y fecha de su presentación, por otra parte, se evidencia que tal
actuación fue dializada, acto este que da mayor validez al acto sin necesidad
del levantamiento de un acta suscrita por el juez, es por ello que este Sentencia-
dor le da valor al escrito de contestación a la demanda inserto en el expediente
en los folios (...)”.
468 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
MEDIDAS CAUTELARES
“(…) Del análisis de los autos que conformen el presente expediente, se evi-
dencia que en fecha 23 de Octubre de 2002, el extinto Juzgado (…) dictó senten-
cia en la cual declaró sin lugar la solicitud de medida de embargo preventivo
sobre bienes muebles propiedad de la parte demandada solicitada por la parte
actora en su libelo de demanda y que fue ratificado mediante escrito consigna-
do por ésta en fecha 09 de Octubre de 2002. Que en virtud de que en fecha 17 de
Diciembre de 2002 el extinto Juzgado Superior (…) declaró con lugar la recusa-
ción propuesta por el ciudadano (…) contra el Juez Provisorio del extinto Juz-
gado (…) la causa fue remitida por distribución al extinto Juzgado (…) y en
fecha 15 de Enero de 2003, la parte actora insistió en que se le acordara la
medida de embargo preventivo sobre bienes muebles propiedad de la deman-
dada; por lo que el Tribunal de la causa por auto de fecha 20 de Febrero de 2003
procedió a fijar la fianza correspondiente. Considera este Juzgado Superior que
el a quo actuó ajustado a derecho en virtud que la decisión dictada por el
extinto Juzgado (…) en fecha 23 de Octubre de 2002 que declaró sin lugar la
solicitud de medida de embargo preventivo sobre bienes muebles de la parte
demandada, quedó firme al no haber sido objeto de apelación por parte de la
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 469
actora y que en modo alguno pudiera ser considerada como “inexistente” toda
vez que la recusación es un recurso procesal que tienen las partes para atacar
la competencia subjetiva del Tribunal por los motivos legalmente establecidos
y que no implica la nulidad de lo actuado por el Juez antes de la interposición
de la recusación, tan es así que las actuaciones deben pasar inmediatamente a
otro tribunal de la misma categoría, mientras se decide la incidencia, siendo que
según dicha decisión no estaban cumplidos los extremos de ley para acordar la
medida solicitada, según lo establecido en el artículo 585 del Código de Proce-
dimiento Civil, lo procedente era acudir a la vía de caucionamiento establecida
en el artículo 590 eiusdem, como lo hizo el Tribunal a quo con el objeto de
decretar la medida requerida previo análisis de la caución fijada, por lo que
resulta forzoso para este Tribunal declarar sin lugar la apelación interpuesta
por la parte actora en fecha 05 de Marzo de 2003 contra el auto de fecha 20 de
Febrero de 2003 dictado por el extinto Tribunal de la causa (…)”.
3. PERICULUM IN MORA
“Con respecto al artículo 137 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, algunos
autores patrios han opinado que, para dictar las medidas cautelares, sólo se
exige el requisito concerniente a la presunción grave de la existencia del Dere-
cho, y en cambio, el riesgo que quede el ilusorio del fallo, supuestamente, ya
no es un requisito para la procedencia de las medidas cautelares. De una inter-
pretación literal del artículo eiusdem podría llegarse a la conclusión antes refe-
rida. Sin embargo, en el propio texto de la norma se hace referencia a la finalidad
de las medidas cautelares, a saber: Evitar que se haga ilusoria la pretensión. Por
otra parte, se considera que el Juez del Trabajo está autorizado para actuar
según su prudente albedrío, al momento de decidir sobre la procedencia o no
de las medidas cautelares, en virtud que: 1) El nuevo procedimiento laboral es
mucho más célere y, por consiguiente, hay menor riesgo que las sentencias
definitivas se tornen ineficaces y paralelamente menor necesidad de las medi-
das cautelares; 2) La redacción del artículo 137 eiusdem permite inferir que
sigue teniendo el juez la discreción para actuar según su prudente arbitrio, al
prescribir que éste “…podrá… acordar las medidas cautelares que considere
pertinentes…”. Por tanto, independientemente que la redacción del artículo
mencione al riesgo de la ilusoriedad del fallo como parte del fin de las medidas
y no como un requisito de procedencia, esta Juzgadora considera que el Juez
del Trabajo, a tales efectos, debe actuar según su prudente arbitrio, deberá
tomar en cuenta los diferentes factores y circunstancias particulares de cada
caso a los fines de acordar o no las medidas cautelares, y entre estos factores,
necesariamente tiene que analizar lo concerniente al riesgo que el eventual
fallo definitivo no pueda ejecutarse (periculum in mora) y la presunción grave
del derecho del solicitante”.
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 471
4. PERICULUM IN MORA
“(…) observa este Juzgador del análisis de las copias certificadas que con-
forman la presente incidencia, que efectivamente se evidencia de los autos,
(…) la fundamentación de la presunción del buen derecho que le asiste a la
parte solicitante de la medida preventiva de embargo –requisito exigido por el
artículo 585 del Código de Procedimiento Civil–, esto es, copia certificada de
la Providencia Administrativa N° 29002, de fecha 16 de diciembre de 2002
emanada de la Inspectoría del Trabajo en el Distrito Capital del Municipio
Libertador, de la cual se desprende que fue declarada con lugar la solicitud de
reenganche y pago de salarios caídos intentada por la ciudadana Tania Giral-
da Valencia contra la empresa Hotel Kursaal, C.A., ordenándose en conse-
cuencia su inmediato reenganche en su sitio de trabajo, decisión que no fue
acatada por el patrono, según se evidencia también de dichas copias certifi-
cadas. No obstante lo anterior, se observa que la accionante no cumplió con
el segundo requisito exigido por la norma antes señalada, es decir, el riesgo
manifiesto de que quede ilusoria la ejecución del futuro fallo dictado por el
Tribunal de la causa, toda vez que sólo se limitó a señalar que en virtud de la
situación económica que atraviesa actualmente el país, la actividad turística
ha mermado y por ende concluyó que el patrono podría caer en quiebra o
cerrar sus instalaciones en cualquier momento, sin traer a los autos pruebas
fehacientes que demuestren la situación patrimonial real de la empresa de-
mandada. En consecuencia, es forzoso para quien decide confirmar en la par-
te dispositiva del fallo, el auto mediante el cual el Tribunal de la Primera
Instancia negó la medida preventiva de embargo sobre bienes propiedad de
la demandada, solicitada por la parte demandante. Así se declara (…)”.
472 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
5. PERICULUM IN MORA
“En este sentido, observa este Sentenciador, específicamente del escrito pre-
sentado por el accionante ante el Tribunal de la causa en fecha 25 de marzo de
2003, que solamente se limitó el solicitante a señalar los bienes sobre los cuales
estaba solicitando recayera la medida de prohibición de enajenar y gravar, sin
consignar conjuntamente pruebas tendentes a demostrar el riesgo manifiesto
de que quedara ilusoria la ejecución del fallo (…) Por este motivo, y en atención
a la jurisprudencia pacífica y reiterada de nuestro Máximo Tribunal, al no ha-
berse aportado a los autos pruebas suficientes que fundamentaran el temor del
demandante de que quedara ilusoria la ejecución del fallo proferido a su favor,
mal puede acordarse la medida de prohibición de enajenar y gravar solicitada,
motivo por el cual este Tribunal deberá confirmar el auto apelado en la parte
dispositiva del presente fallo. Así se establece (…)”.
“(…) De acuerdo con las normas antes transcritas aprecia este Tribunal que la
característica esencial de las medidas cautelares es su instrumentalidad, es decir,
que ellas no son nunca fines en sí mismas ni pueden aspirar a convertirse en
definitivas, pues están dirigidas a ser de ayuda a modo de precaución anticipada
y provisional. Ahora bien, la norma con fundamento al cual el Tribunal a quo se
basó para negar la medida solicitada, requiere efectivamente que se produzcan
ciertas condiciones como requisitos de procedibilidad, a saber: la presunción
grave del derecho que se reclama y la presunción grave de que quede ilusoria la
ejecución del fallo. Entendiéndose por el primero la existencia de buen derecho,
que “…radica en la necesidad de que se pueda presumir al menos que el conteni-
do de la sentencia definitiva del juicio reconocerá como justificación de las con-
secuencia limitativas que acarrea la medida cautelar el decreto previo ab initio o
durante la secuela del proceso de conocimiento de la medida precautelativa…”
Ricardo Enríquez La Roche, Código de Procedimiento Civil, Tomo IV. Por el
segundo de los requisitos, consistente en el peligro en el retardo, es decir, la
presunción de existencia de circunstancias de hecho, que si el derecho existiera,
serían tales que harían verdaderamente temible el daño inherente a la no satisfac-
ción del mismo. De un examen al auto recurrido se observa que el Tribunal a quo
luego de un análisis efectuado a los recaudos que acompañó la parte accionante
como fundamento de su solicitud a los fines de que el Tribunal le acordara la
medida preventiva solicitada, que de ellos no surgía esa presunción grave a que
se ha hecho referencia, expresando que las documentales están referidas a mani-
festaciones o renuncias efectuadas por un grupo de trabajadores ante medios
impresos, autoridades del trabajo y ante los representantes de las codemanda-
das, considerando que no evidencia hecho alguno atinente a la posibilidad real o
disposición patrimonial que pueda o no tener las empresas codemandada o aquella
sobre la cual se solicita la medida de cumplir con un eventual fallo, motivos estos
que consideró que no podían constituir un riesgo manifiesto de inejecución de
un fallo, criterio este que comparte esta Juzgadora en atención a los requisitos
que deben estar dados, aunado a que como condición de procedibilidad de la
medida, para que la medida sea procedente, se requiere que exista la presunción
grave del derecho que se reclama, tal como se expuso en el párrafo que antecede,
474 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
1. ALCANCE DE LA TRANSACCIÓN
2. NULIDAD DE LA TRANSACCIÓN
3. REQUISITOS DE LA TRANSACCIÓN
4. REQUISITOS DE LA TRANSACCIÓN
“No existe duda, que la transacción es un contrato por el cual. las partes me-
diante recíprocas concesiones terminan un litigio pendiente o precaven uno
eventual. La Ley sustantiva del trabajo, en su artículo 3° contiene uno de los
principios fundamentales en materia del trabajo, el cual es el “principio de la
irrenunciabilidad”. Conforme al texto de la norma, la misma permite la posibili-
dad de que los sujetos que conforman la relación de trabajo, puedan celebrar
una transacción o conciliación, estableciendo los requisitos intrínsecos del
mencionado contrato. La transacción laboral, debe constar en forma escrita,
debe contener una relación circunstanciada de los hechos que la motiven; y
por último, debe efectuarse por ante un funcionario del trabajo, esto es, ante el
Juez del Trabajo o el Inspector del Trabajo. En el caso de autos, la referida
transacción fue celebrada ante un funcionario del trabajo, en forma escrita y
motivada, el trabajador estuvo asistido de abogado y la misma fue debidamen-
te homologada por el funcionario ante quien se realizó, por lo que en criterio de
este Juzgado de apelación, se satisfacieron los requisitos de validez del contra-
to transaccional laboral. Del análisis del material probatorio, no consta que el
trabajador hubiere incurrido en error o dolo en la celebración del contrato tran-
saccional, o que el mismo, se hubiere celebrado en contravención a la libre
478 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
“En principio (...) podría concluirse que dicho finiquito carece de los efectos de
tal (precaver cualquier litigio sobre los derechos laborales del actor, causados
con anterioridad al 28-03-2002), pues la transacción no cumplió con los extre-
mos legales (...) En este orden de ideas, en virtud que: 1) La situación concreta
del demandante difiere bastante de aquel trabajador abstracto pensado por el
constituyente, el legislador y el reglamentista –débil económico con una total
posición de minusvalía con respecto al patrono en la negociación de sus dere-
chos y las condiciones de trabajo; 2) Recibió una suma considerable de dinero
por el finiquito y percibió dos (2) “liquidaciones” previas en Venezuela; 3) El
grupo Universal Music actuó de buena fe al final del nexo laboral; 4) Es igual-
mente necesario e importante proteger las fuentes de empleo (...) es forzoso a
esta Juzgadora, en aplicación del principio de equidad al presente caso en la
interpretación de los artículos 3º de la Ley Orgánica del Trabajo y 9º del respec-
tivo Reglamento, darle plenos efectos al finiquito celebrado entre las partes,
siendo que todos los pasivos laborales asumidos por el grupo Universal Music
frente al accionante, causados con anterioridad al 28-03-2002, quedaron satis-
fechos con la cancelación de USD.500.000,00. Así se decide. A pesar que fue un
caso diferente al de marras, es importante destacar que la Sala de Casación
Social del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia de fecha 28-10-2003 (Fran-
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 479
cisco Antonio Santaella y otros contra Pdvsa Petróleo y Gas S.A. y otros,
ponencia del Dr. Juan Rafael Perdomo), flexibilizó la aplicación del artículo 3º de
la Ley Orgánica del Trabajo, adaptó su interpretación a las circunstancias sin-
gulares y le reconoció validez a una transacción judicial laboral, a pesar que no
contenía la especificación detallada de los derechos laborales comprendidos”.
480 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
PERENCIÓN Y DECAIMIENTO
DE LA ACCIÓN
1. PERENCIÓN
“Consecuente con lo expuesto, según la antes citada sentencia, para que exista
una paralización de la causa capaz de producir perención, se requiere que ni las
partes, ni el Tribunal actúen en las oportunidades señaladas por la ley para
ello, el lapso de perención debe computarse desde la fecha de la actuación del
Tribunal, 7 de Febrero de 2001, hasta el 6 de Febrero de 2002, en que el
apoderado actor diligenció solicitando la ratificación del oficio librado al Direc-
tor del Instituto de Vialidad y Transporte del estado Monagas, en cuyo caso,
no transcurrió un (1) año para que se produzca perención de la Instancia, de-
biendo revocarse el fallo apelado (…)”.
484 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
2. PERENCIÓN BREVE
3. PERENCIÓN
PRESCRIPCIÓN Y CADUCIDAD
terminación del vínculo laboral fue el día 02 de Julio de 1999 y por cuanto fue
presentada de forma intempestiva, esto es, el día 04 de Junio de 1999, se tiene
como por anticipada (...)”.
2. PRESCRIPCIÓN ANUAL
3. PRESCRIPCIÓN DECENAL
PRESTACIONES SOCIALES
“En cuanto a la calificación del despido si fue justificado o no, este sentencia-
dor de Alzada no comparte el criterio del a quo, cuando determinó “.....si el
trabajador deja transcurrir el lapso de cinco días hábiles sin solicitar la
calificación de despido, perderá el derecho al reenganche, pero no así los
demás que le corresponden en su condición de trabajador, debe referirse a
aquellos que la Ley establece y conoce por el solo hecho de la prestación, no
puede incluirse dentro de estos conceptos la sanción a que se contrae el
artículo 125 de la Ley Orgánica del Trabajo, por su propia naturaleza y por
no corresponderle por su condición de trabajador. Concebirlo de otra mane-
ra es desnaturalizar la esencia del procedimiento de estabilidad laboral y
permitir que el mismo se destruya dándole paso a las reclamaciones por pago
doble de prestaciones sin dilucidarse previamente la calificación del despi-
do...”. En tal sentido, este sentenciador de Alzada no comparte dicho criterio,
por cuanto la esencia del procedimiento de Estabilidad Laboral es solamente al
efecto de solicitar el reenganche y sus respectivos pagos de salarios caídos,
pero si el trabajador no quiere seguir trabajando para la demandada y opta por
recibir sus Prestaciones Sociales, le asiste toda la sanción atribuida al patrono
cuando el despido es realizado injustificadamente, es decir, el pago de todos
los conceptos derivados de la Ley Orgánica del Trabajo, incluyendo el del
artículo 125, y por cuanto se evidencia que el patrono solamente se limitó en su
escrito de contestación a la demanda, a negar los conceptos reclamados adu-
ciendo que no existía relación laboral entre su representado y el demandante,
mas no logró probar que el despido fue justificado, son motivos suficientes
para que el ciudadano trabajador se haga acreedor de la indemnización estable-
cida en la norma en comento, pudiendo comparecer ante los Tribunales compe-
tentes y reclamar por la vía ordinaria el pago de sus Prestaciones Sociales, por
lo que es forzoso para este sentenciador de Alzada, modificar el fallo apelado y
ordenar el pago de dicho concepto, además se deberá declarar improcedente la
apelación interpuesta por la parte demandada en el dispositivo del presente
fallo. Y así se decide (…)”.
492 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
6. PRESTACIÓN DE ANTIGÜEDAD
7. PRESTACIÓN DE ANTIGÜEDAD
“El artículo 108 de la Ley Orgánica del Trabajo vigente a partir del 1º de Mayo
de 1991, establece que el patrono deberá pagar al trabajador una “indemniza-
ción” de antigüedad de un mes de salario por cada año de antigüedad o frac-
ción superior de seis (6) meses, pero, es el caso que la relación laboral entre las
partes terminó el 10 de Noviembre de 2000, bajo la vigencia de la actual Ley
Orgánica del Trabajo, reformada parcialmente 19 de Junio de 1997, que en su
artículo 108 consagra una “prestación” de antigüedad que como derecho ad-
quirido se causa en el transcurso de la relación de trabajo, después del tercer
mes ininterrumpido de servicio, equivalente a 5 días de salario por cada mes
laborado ó 60 días por cada año de servicio, después del primer año (…)”.
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 493
PRIVILEGIOS PROCESALES
DE ENTES PÚBLICOS
“La Ley Orgánica Procesal del Trabajo en su artículo 12, señala la obligación
que tienen los operadores de justicia laborales, de observar los privilegios y
prerrogativas de la República. Aunado a lo expuesto, nuestro ordenamiento
jurídico conteste con el principio de integración que lo caracteriza, estableció a
través del Decreto con Fuerza de Ley Orgánica de la Procuraduría General de la
República, un conjunto de prerrogativas procesales, la que adminiculadas con
el artículo 12 de la Ley adjetiva del trabajo vigente, resultan de estricta obser-
vancia por parte de las autoridades judiciales y de aplicación obligatoria en los
procedimientos especiales u ordinarios (…)”.
“(…) Ahora bien, el tema que debe dilucidar este Juzgado es si la Audiencia
Preliminar fue realizada, de conformidad con el auto dictado por el Tribunal
Décimo Sexto de Primera Instancia de Sustanciación, Mediación y Ejecución,
para ello este Juzgador observa lo siguiente: De la fecha 28 de abril de 2004,
fecha en la que se dejó constancia –por la Secretaria del Tribunal– de la actua-
ción realizada por el Alguacil, a la fecha de la celebración de la Audiencia
Preliminar, constata quien decide que transcurrieron diez (10) días hábiles, con
lo cual no se cumplió con la suspensión indicada en el artículo 103 de la Ley
Orgánica de Régimen Municipal, el cuál reza: “…Los funcionarios judiciales
están obligados a notificar al Síndico Procurador de toda demanda, (…) que,
directa o indirectamente, obre contra los intereses patrimoniales del Municipio
o Distrito Metropolitano. Dichas notificaciones se harán por oficio (…) El Sín-
dico Procurador deberá contestarlas en un término de cuarenta y cinco (45)
días continuos, vencido el cual se tendrá por notificado…”. De la revisión
exhaustiva de las actas, advierte este sentenciador, que en el auto de admisión
de la demanda, se incurrió en el error de ordenar la notificación y la consecuen-
te suspensión por un lapso de ocho días hábiles, cuando lo correcto es ordenar
la suspensión del proceso por un lapso de cuarenta y cinco (45) días calenda-
rios consecutivos, por lo que debe forzosamente este Tribunal decretar la repo-
sición de la causa al estado de una nueva admisión, de conformidad con lo aquí
establecido. Así se decide (…)”.
498 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
PRUEBAS
1. ADMISIÓN DE PRUEBAS
“La parte demandada apeló del auto que admitió las pruebas promovidas por
la parte actora, por cuanto no se pronunció respecto a la oposición de los
documentos promovidos por la parte actora, marcados con las letras “A” y
“C”. Este Juzgador considera necesario señalar que tal como lo señala el
artículo 69 de la Ley Orgánica de Tribunales y Procedimientos del Trabajo,
una vez promovidas las pruebas el Tribunal de la causa debe pronunciarse
únicamente sobre su admisión o no, ya que la apreciación en definitiva de las
mismas, es materia de fondo; en consecuencia este Sentenciador considera
que el auto de fecha 12 de febrero de 2003, se encuentra ajustado a derecho,
por lo tanto se declara sin lugar la apelación de la demandada en contra del
mencionado auto . Así se decide (…)”.
504 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
“(…) La empresa Shering Plough S.A., parte demandada, recurre de hecho con-
tra el auto de fecha ocho (8) de enero de 2004, dictado por el Juzgado Primero
de Primera Instancia de Juicio del Circuito Judicial del Trabajo de la Circuns-
cripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, “(…) que negó la apela-
ción formulada contra el auto mediante el cual se admitieron las pruebas de
exhibición de documentos promovidas por los accionantes en el capítulo ‘IV
EXHIBICIÓN’ de sus respectivos escritos de promoción de pruebas (…)”.
“(…) Sobre la negativa de alguna prueba podrá apelarse dentro de los tres (3)
días hábiles siguientes a dicha negativa y ésta deberá ser oída en un solo
efecto (…)”. Por interpretación de la norma adjetiva antes transcrita, solamente
la negativa referida a la admisión de alguna prueba promovida es susceptible
de ser atacada mediante el recurso ordinario de apelación. Tal razonamiento no
es en modo alguno formalista, pues la admisión de los medios probatorios debe
ser la regla y su negativa, la excepción. Igualmente, se considera que la admi-
sión de una prueba, cualquiera que ésta sea, no puede interpretarse como
menoscabo o perjuicio al ejercicio del derecho a la defensa o de algún otro
derecho de las partes en el proceso; por el contrario, todo medio capaz de llevar
al juez a la convicción de determinados hechos, debería tenerse como acepta-
ble –siempre que no sea de los excluidos por la ley–, para dichos fines, pues los
medios probatorios constituyen las herramientas que las partes tienen a su
disposición para acreditar los hechos expuestos, según lo señala expresamen-
te el artículo 69 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo. En este orden de ideas,
entendiendo que el presente recurso busca su justificación en la admisión de la
prueba de exhibición promovida por la parte actora, según se desprende de la
diligencia de fecha 13 de enero de 2004, sin más fundamentos que el hecho
mismo de la admisión de dicha prueba, es forzoso concluir en la improcedencia
de la presente incidencia (…)”.
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 505
“Esta Alzada observa que la nueva Ley Orgánica Procesal del Trabajo introdu-
jo un cambio en cuanto a la posibilidad de insurgir contra del auto que provi-
dencia las pruebas, tal y como se encuentra regulado en el Código de
Procedimiento Civil en su artículo 402. Así el Artículo 76 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo, establece que sólo podrá apelarse en cuanto a la negativa
de la admisión de alguna prueba, y no se permite en ningún supuesto la apela-
ción de aquellos casos en los que el tribunal admita las pruebas promovidas,
así fueren impugnadas, caso en el cual le quedará a la parte ejercer su defensa
en juicio, para lo cual tendrá otros medios de ataque en contra de aquella o
aquellas pruebas que hayan sido admitidas y que considere ilegales o imperti-
nentes, demostrando tales hechos a través de la actividad que despliegue en el
proceso. En caso de que las mismas sean valoradas en la sentencia definitiva y
el opositor no esté de acuerdo con ello y se le produzca un gravamen con dicha
prueba que fue determinante para la decisión de la causa, tendrá la posibilidad
de interponer los recursos necesarios para que el juez superior revise tal deci-
sión y así se decide. Por consiguiente, en la nueva ley no se estableció el
recurso de apelación para la decisión que admite una prueba, ya que sólo
procede contra la negativa de prueba, oyéndose el recurso en un solo efecto.
Con ello la ley instrumenta una tramitación rápida y sumaria del recurso a los
fines de que, para la oportunidad de la audiencia de juicio, ya esté dilucidado el
punto sobre la prueba promovida y negada, a los fines de establecer si procede
su evacuación o no en el debate oral (…)”.
506 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
5. CARGA PROBATORIA
6. CARGA PROBATORIA
“Así las cosas, este Tribunal infiere que en el presente caso no se ha invertido
la carga de la prueba en virtud que la demandada negó la existencia pretérita de
la relación de trabajo o prestación de servicios invocada por el accionante y la
carga fundamental de probar recae sobre este último –el demandante– para
demostrar el elemento cardinal que hace surgir la presunción de una relación de
trabajo, conforme a lo previsto en el Artículo 65 de la Ley Orgánica del Trabajo,
como lo sería que prestó servicios personales que la accionada recibía. Ello
obliga a examinar las probanzas de autos (…)”.
7. CARGA PROBATORIA
do del artículo 135 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, podemos concluir
que le corresponde al demandado demostrar el salario que le atribuye al actor,
así como la comprobación de las tareas cumplidas por el laborante, para preci-
sar si es posible calificarlo como trabajador de confianza. Igualmente, señala
este sentenciador que corresponde al actor traer a los autos la prueba de haber
cumplido con una labor de 12 horas diarias y que laboró todos los días feriados
y de descanso semanal transcurridos durante todo el tiempo en que se cumplió
la prestación de servicios. Observa además este sentenciador que la parte ac-
cionada en la oportunidad de contestar la demanda rechazó pura y simplemente
los conceptos y montos relativos a la antigüedad abrogada, intereses, com-
pensación por transferencia, antigüedad posterior al 19 de junio de 1997, vaca-
ciones pendientes, bono vacacional y utilidades pendientes, sin aportar el
hecho cierto, como ordena la norma adjetiva y la doctrina de la Sala de Casa-
ción Social, por lo que han de tenerse como admitidos los mismos, a menos que
de los autos aparecieren desvirtuados (...)”.
“Disiente este Tribunal, del criterio sostenido por la primera instancia que atri-
buyó el carácter de instrumento público al documento denominado “de tran-
sacción de las partes”. En verdad, se observa que en el texto del mismo hay un
sello húmedo que identifica a la Inspectoría del Trabajo ya señalada, pero
carece de fecha y de firma, por lo tanto en modo alguno puede tener ese carác-
ter atribuido por la primera instancia y, al no haber sido desconocido, ni ener-
vado su mérito probatorio en forma alguna, este Tribunal tiene como cierto el
texto de la misma, esto es, que el actor declaró haber recibido la cantidad de Un
millón quinientos mil bolívares (Bs. 1.500.000,00) por concepto de liquidación
de sus prestaciones sociales. Habiendo quedado firme la carta de renuncia y el
recibo de liquidación de sus prestaciones sociales, este Tribunal declara im-
procedente la solicitud de reenganche y pago de salarios caídos, toda vez que
el actor renunció a su trabajo y recibió el correspondiente pago de sus dere-
chos causados a la terminación de la relación de servicio. Por consiguiente
este Tribunal en el dispositivo confirmará el fallo apelado aunque con distinta
motivación y deja expresa constancia que el trabajador conserva su derecho
para reclamar cualquier eventual diferencia a su favor por concepto de la liqui-
dación de sus derechos patrimoniales causados durante su relación laboral
con la empresa (…)”.
Civil, para que la sociedad mercantil (...) exhibiera las cartas enviadas por ésta
al banco “Popular Bank of Florida” de fecha 22 de Septiembre de 1997 y 18 de
Febrero, 26 de Mayo y 28 de Agosto de 1998, cuyas copias certificadas rielan a
los folios (...) que según la parte promovente por emanar de la empresa (...) y
estar dirigidas a terceros distintos de las partes, se encuentran en su poder, no
obstante que esa compañía le haya entregado una copia de dichas cartas al
demandante a través de la empresa (...) considera esta Sentenciadora que la
parte actora cumplió con los requisitos establecidos en los artículos 436 y 437
del Código de Procedimiento Civil, normativa aplicable para la fecha, esto es,
consignó copia de los documentos cuya exhibición solicitó y suministró las
circunstancias de hecho que hacen presumir que las documentales en cuestión
se encuentran en poder de la sociedad mercantil (...) por lo que resulta forzoso
para este Juzgado Superior declarar con lugar la apelación de la parte actora en
cuanto a este particular y revoca el auto apelado en cuanto a la negativa de la
admisión de dicha prueba (...)”.
“(…) Del análisis de las copias certificadas que cursan en el expediente, espe-
cíficamente de los folios 06 y 07, se desprende que la presente controversia
versa sobre la negativa del Tribunal a quo de admitir la prueba de exhibición
solicitada por la demandada para que la parte actora exhibiera los originales de
las declaraciones de impuesto sobre la renta del actor de los años (…) por tener
el mismo objeto que formó parte de la prueba de informes solicitada por la
misma parte y acordada por el Tribunal de la causa. // El criterio señalado por el
Tribunal Cuarto de Primera Instancia de Juicio para el Régimen Procesal Tran-
sitorio del Trabajo de este mismo Circuito Judicial, ha sido ampliamente com-
partido por los Tribunales de la República y se fundamenta en los principios de
la simplicidad y de la economía procesal. En verdad, si bien estos principios
constituyen la aspiración máxima de la justicia laboral venezolana e informan
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 517
22. I M P U GN A C I Ó N D E D O C U M E N TO S A N E X O S A L A
RECONVENCIÓN
“La parte actora promovió prueba de inspección judicial, la cual aun cuando
fue admitida por el extinto Tribunal a quo, mediante auto de fecha 20 de
noviembre de 2002, no fue evacuada en ninguna de las oportunidades fijadas
por el Tribunal; se observa que en fecha 11 de febrero de 2003, la parte actora
solicita al tribunal se pronuncie sobre la evacuación de esta prueba, y el
Tribunal a quo, mediante auto de fecha 18 de marzo de 2003 establece que el
lapso de evacuación de pruebas ha vencido completamente. La inspección
judicial es una prueba directa, lo que representa el contacto directo del Juez
y el hecho a probar; de acuerdo al artículo 473 del Código de Procedimiento
Civil, el Juez debe concurrir conjuntamente con su secretario o quien haga
sus veces y uno o más prácticos de su elección al lugar donde se encuentra el
objeto de la inspección, en consecuencia es vidente que la evacuación de
esta prueba está supeditada a que el Juez habilite el tiempo necesario y se
practique la misma. En el presente caso el extinto Tribunal a quo, admitió la
prueba de inspección judicial, pero nunca habilitó el tiempo necesario a los
522 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
“(…) Así las cosas, observa este Juzgador que efectivamente el Código de
Comercio en sus artículos 40 y 41, prohíbe de manera expresa la revisión o
examen general de los Libros que por Ley debe llevar el comerciante, consin-
tiendo en todo caso, la presentación de dichos Libros sólo para un examen
determinado o específico de lo que tenga relación con la cuestión que se ven-
tile en juicio, como sería en el caso de autos, la revisión de los asientos referi-
dos a los beneficios y prestaciones sociales del trabajador accionante. Sin
embargo, quien decide observa que la parte actora promovente, sólo se limitó a
señalar que promovía la prueba de Inspección Judicial con el objeto de demos-
trar que las empresas (...) efectuaban prácticas tendentes a simular o desvirtuar
la relación laboral en fraude de las prestaciones sociales y demás beneficios de
los trabajadores, sin especificar asientos, fechas o folios de los mencionados
instrumentos, lo que configura un señalamiento indeterminado o general, moti-
vo por el cual es forzoso para este Tribunal confirmar el auto dictado por el a
quo en fecha 09/08/2001, en lo que respecta a este particular (...)”.
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 523
28. PERITO-TESTIGO
“(…) Uno de los primeros aspectos que analiza este Juzgador se concreta en
determinar la admisibilidad o no del medio propuesto por el recurrente, esto es,
de la prueba de testigo-experto. En este orden de ideas, el artículo 70 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo, –norma que encuentra su fundamento en el artí-
culo 395 del Código de Procedimiento Civil–, establece una clasificación dual de
los medios de pruebas; por una parte, la citada disposición alude a todas aque-
llas pruebas cuyo único denominador en común es la ley (Pruebas legales),
grupo dentro del cual se incluyen los medios de pruebas previstos por la Ley
Adjetiva Laboral, Código Civil, Código de Procedimiento Civil y los señalados en
otras leyes del país distintos de los medios que anteceden; por otra parte y
opuesto al grupo anterior están las pruebas libres, es decir, aquellas pruebas
que no están particularmente previstas en la ley y que las partes quieren hacer
valer. A este último grupo, hace referencia el segundo párrafo de la citada dispo-
sición: “…Las partes pueden también valerse de cualquier otro medio de prueba
no prohibido expresamente por la ley y que consideren conducente a la demos-
tración de sus pretensiones…”. El primer grupo de pruebas se encuentra prácti-
camente regulado por normas que establecen requisitos para su promoción, de
manera que si alguno de estos requisitos no se cumplen, se violan o se infringen,
la promoción del medio resultaría ser ilegal. El incumplimiento de los requisitos
para la promoción del medio la hace inadmisible. Para el caso del segundo grupo
de pruebas (prueba libre), no se establecen requisitos en cuanto a su promoción
por tratarse de medios de prueba que resultan de la creación de las partes, sin
embargo, tales medios podrán admitirse en la medida que la ley expresamente no
los prohíba y por ende sean conducentes para traer al proceso los hechos que el
promovente del medio quiera demostrar, como fue señalado en el segundo párra-
fo de la norma transcrita up supra. En el caso de marras, la denominada prueba
“perito-testigo” o “experto-testigo”, en principio no está prevista en el ordena-
miento procesal vigente, razón por la cual queda comprendida dentro de aquel
grupo de medios probatorios denominados “prueba libre”. De ahí, que a luz de
las disposiciones procesales tradicionales, sea de suma importancia establecer
el tratamiento que eventualmente le será aplicado al medio libre promovido, pues
524 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
ley, sobre todo cuando se piensa que la ley se vale del interés de las partes y del
conocimiento que ellas tengan sobre el asunto planteado, para elegir el medio
más conducente para la demostración de los hechos (…)”.
“(…) Este Juzgador observa, que el extinto a quo mediante auto de fecha 03 de
octubre 2001 negó la admisión del escrito de promoción de pruebas de la parte
demandada, por considerarlo extemporáneo; en dicho escrito de promoción la
parte demandada solicita, en su capítulo V, la absolución de las posiciones
juradas; ahora bien, el artículo 405 del Código de Procedimiento Civil, estable-
ce que las posiciones juradas podrán efectuarse desde el día de la contestación
de la demanda hasta comenzar los informes de las partes para sentencia; por lo
que tenemos que el mencionado artículo se refiere a la evacuación de las posi-
ciones juradas; sin embargo, respecto a la promoción de la prueba en cuestión,
es criterio de este Juzgador que la misma debe hacerse hasta el lapso de promo-
ción de pruebas; y siendo que la parte demandada no promovió las posiciones
juradas dentro del lapso pertinente, la misma debe negarse por extemporánea.
Así se establece (…)”.
“(…) En tal sentido, considera quien decide, que si bien es cierto que la parte
demandada en fecha 02 de octubre de 2001, consignó escrito de pruebas, pro-
moviendo entre otras, la prueba de posiciones juradas en la persona del actor,
no es menos cierto que dicho escrito de pruebas fue rechazado por el Tribunal
de la causa por haberlo presentado la demandada extemporáneamente, lo que
526 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
trae como consecuencia que las pruebas que allí fueron promovidas, se tengan
como no efectuadas, por lo que al haber promovido la demandada en fecha 21
de enero de 2003 la prueba de posiciones juradas en la persona del accionante,
debe tenerse ésta como la sola vez permitida por el artículo 419 ejusdem, para
promover dicha prueba en la Primera Instancia, motivo por los cuales considera
quien sentencia que el auto dictada en fecha 29 de enero de 2003, mediante el
cual el a quo acordó las posiciones juradas promovidas por la demandada,
estuvo ajustado a derecho y por tanto mal pudo haber sido revocado por con-
trario imperio de ley. En consecuencia, en la dispositiva del presente fallo debe-
rá declararse con lugar la apelación interpuesta por la parte demandada y por
ende, se ordenará la evacuación de las posiciones juradas en la persona del
ciudadano Luis Mariano Sánchez, tal como lo promovió la demandada en fecha
21 de enero de 2003. Así se establece (…)”.
“En criterio de quien suscribe el presente fallo, los medios de pruebas deben
ofrecerse en la primera oportunidad, es decir, en la instalación de la audiencia
preliminar; ello tiene razón de ser, primero: debe respetarse el principio de la
concentración de los actos procesales; segundo: suministrar en una sola opor-
tunidad el material probatorio, permite al Juez de Sustanciación, Mediación y
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 527
Ejecución y a las partes, lograr con mayor facilidad una mediación positiva. El
material probatorio, debe ser utilizado por el mediador en beneficio y obsequio
de la mediación. La norma busca garantizar la lealtad y probidad de las partes
en el proceso, evitando que se puedan fabricar pruebas o traerlas creando
sorpresas para el juez y la parte contraria; consignadas las pruebas ha preclui-
do la oportunidad de promover otros medios de pruebas, por lo que las partes
y el juez, tendrán la tranquilidad necesaria para examinar las pruebas produci-
das y ejercer el control de las mismas. Permitir la entrada o incorporación de
medios de pruebas en las prolongaciones de la audiencia preliminar, conlleva-
ría desnaturalizar el principio de concentración a que se refiere el artículo 2 de
la Ley Orgánica Procesal del Trabajo (…)”.
“(...) Consta al los folios 234 al 257 de la primera pieza, copia certificada del
escrito de promoción de pruebas de la parte demandada y sus anexos, en el que
promovió (...) de conformidad con el artículo 1.422 del Código Civil en concor-
dancia con el artículo 451 y siguientes del Código de Procedimiento Civil la
prueba de experticia contable, a fin de que los expertos que resultaran designa-
dos establecieran mediante experticia que se practique en la empresa (...) du-
rante el período que va desde (...) lo siguiente: el nombre de los vendedores
que trabajaban y aparecían en la nómina de la empresa y si éstos devengaban
un salario básico, si el demandante aparecía registrado en dicha nómina y si
devengaba un salario básico; si dichos trabajadores devengaron y cobraron
utilidades laborales y si el accionante percibió dichas utilidades; si durante el
período antes señalado el demandante aparece inscrito por su representada en
el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales o si se encontraba incorporado
a las distintas pólizas de seguros que mantiene la empresa demandada para sus
trabajadores o si existe o existió algún apartado o reserva contable para cubrir
sus supuestas prestaciones sociales y que las cantidades pagadas por su re-
presentada al demandante, como producto de su alegada relación comercial, no
eran periódicas en cuanto al plazo y a la oportunidad de su pago (...) observa
este Juzgado Superior que los hechos que se pretenden demostrar mediante la
experticia contable promovida por la demandada, no exigen conocimientos pe-
riciales para la apreciación de los mismos, por lo que considera quien decide
que la solicitud del promovente no se corresponde con la naturaleza del medio
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 531
informes, expuesta por la parte demandante, quien señaló que en fecha 01-03-
90 el Juez del mérito, fijó el 3er. día para presentar informes y que en fecha 06-
03-90 dijo vistos y entró en término para dictar sentencia. Este Juzgador observa
que la parte accionante, fijado como fue en fecha 01-03-90, el 3er. día siguiente
la oportunidad para consignar los informes, no consignó escrito de informes;
al respecto, es de señalar que la falta de presentación de los informes no produ-
cirá la interrupción de la causa, es por ello que en fecha 06-05-90 el Tribunal en
virtud de que cumplido el horario del Despacho sin que las partes presentaran
sus informes dijo “vistos” y entró en el término para dictar sentencia. Así
mismo, este Sentenciador considera, que el lapso de presentación de informes,
así como el lapso de promoción de pruebas, no requiere de la declaración de su
apertura por parte del Juez, para que comience a correr, ya que el mismo es un
lapso abierto y por lo tanto si el actor deseaba consignar su escrito de informes
al tercer día siguiente después del avocamiento del Juez que sentenció, razo-
nes estas por las cuales este Sentenciador considera que la solicitud de repo-
sición de la causa al estado de que las partes presenten sus informes es
inoficioso e improcedente. Así se decide (...)”.
este Juzgado declarar sin lugar la apelación interpuesta por la parte actora
contra el auto de primera instancia en cuanto a la negativa de admisión de la
prueba de informes en referencia, dado que la documentación se halla en poder
de su contraparte, por lo que obró ajustado a derecho el Tribunal de la primera
instancia, como será decidido en el dispositivo del presente fallo (…) En el (…)
escrito de promoción de pruebas de la parte actora, promovió la prueba de
informes contemplada en el artículo 433 del Código de Procedimiento Civil, a
fin de que la sociedad mercantil (…) parte demandada en el presente juicio, con
vista a los libros, archivos, registros contables, cualquier otro registro y demás
documentos, pertenecientes a la sociedad mercantil (…) informe al Tribunal
sobre diversos particulares. Este Tribunal Superior observa, que la parte acto-
ra solicitó que la parte demandada (…) informara al Tribunal, conforme a lo
establecido en el artículo 433 del Código de Procedimiento Civil, sobre hechos
que no constan en los “…documentos, libros, archivos u otros papeles…” que
reposan en dicha empresa sino en la sociedad mercantil (…) considera quien
decide, que la prueba solicitada por la parte actora antes indicada no solamente
se aleja del objeto para el cual está consagrado dicho medio probatorio, sino
que además resulta ilegal, por cuanto mal podría informar una empresa sobre
hechos que constan en otra empresa aunque exista o no responsabilidad soli-
daria entre ambas, hecho este que no entrará a conocer este Tribunal, en todo
caso, la parte actora debió solicitar la prueba de informes dirigida a la sociedad
mercantil (…) en consecuencia, resulta forzoso para este Tribunal declarar sin
lugar la apelación interpuesta por la parte actora contra el auto que negó la
mencionada prueba de informes, por lo que el Tribunal de primera instancia
obró ajustado a derecho cuando negó su admisión, como será decidido en el
dispositivo del presente fallo (…)”.
parte o de un tercero. Una de las razones para que surgiera la prueba que
tratamos fue la dificultad de acceso del promovente a los documentos que no
están en su poder y por esa dificultad que existe para tomar de ellos los elemen-
tos probatorios que se requieren (…) De la forma como fue promovida la prue-
ba no se requiere copias o información de determinados hechos que consten o
se encuentran asentados en instrumentos en poder de la requerida sino lo que
se pretende es que la firma Espiñeira, Sheldon y Asociados rinda una especie
atípica de declaración sobre unos hechos de los cuales tiene conocimiento,
desnaturalizándose de esta manera el objeto del medio probatorio empleado y
que de ser admitido constituiría una mixturizacion de la prueba de informes con
la prueba de testigos, conforme lo ha denominado de manera reiterada tanto la
Jurisprudencia de los Tribunales Laborales como la doctrina patria. Así se
establece (…)”.
“Ahora bien, en el presente caso concreto, esta alzada difiere del criterio aco-
gido por el Tribunal de Instancia para rechazar la prueba de informes solicitada
a los Bancos Mercantil y Provincial, puesto que la forma en que se promovió
dicha prueba, no desnaturaliza su verdadera esencia, máxime si al realizar su
detenido análisis, ésta es precisa en cuanto a los datos aportados para su
admisión y consecuente evacuación (…)”.
ser plenamente comprobables y así lo hizo esta Alzada. Significa entonces que
esas pruebas promovidas y admitidas deben ser evacuadas en la audiencia que
se fije, que conforme a los artículos antes indicados debe desenvolverse en el
lapso perentorio de cinco días hábiles siguientes al recibo del expediente (…)”.
desestima, según el caso, lo dicho por el testigo, es decir, debe señalar expre-
samente lo que lo lleva a la convicción de que éste le merece fe o por el contra-
rio considera que incurrió en reticencia o falsedad”. (Sentencia de la Sala de
Casación Social del 22 de marzo de 2000, en el expediente Nº 99.235)”. De lo
expuesto se evidencia, que el criterio acogido por el juez a quo no dista de la
obligación establecida en la sentencia up supra emitida por la Sala Social, pues
la juez constitucional efectivamente indicó las razones por las cuales desesti-
mó las declaraciones de los testigos evacuados en el proceso, no obstante al
señalamiento hecho por el apelante en cuanto a que “…la ciudadana juez inmo-
tivó (MOTIVACIÓN) los hechos (…)”.
“El principio es que las pruebas deben ser admitidas por el Juez y sólo aquellas
manifiestamente ilegales o impertinentes, deben ser rechazadas antes de la
audiencia de juicio (artículo 75 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo). Si una
parte promueve varios medios de prueba para demostrar un mismo hecho, no
implica que el juez sólo necesite admitir un medio y rechazar los demás para
crearse la convicción, por ser éstos supuestamente inútiles. Precisamente, la
parte promovente, al anunciar varios medios, pretende asegurar la convicción
del juez si todos los medios evidencian el mismo evento; además, en razón del
principio de la comunidad de la prueba, en el supuesto en que los medios de
prueba difieran en la fijación del hecho, el juez podría tener más oportunidad de
llegar a la verdad material, que podría ser diferente a la aducida por el promo-
vente (...) En razón de las anteriores consideraciones, se admitirá la prueba de
informe y se ordenará al a quo su evacuación (…)”.
542 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
RECURSO DE APELACIÓN
“(…) Si bien es cierto que el artículo 76 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo
establece que el Juez de Juicio remitirá al Juez Superior competente, las copias
certificadas respectivas para la solución del recurso por el ad quem, no es
menos cierto que la parte apelante es quien debe velar porque efectivamente se
certifiquen las copias de todas las actas que considere conducentes para el
trámite de su apelación, y de esta manera observar que el Tribunal de juicio
remita adecuadamente conforme a su solicitud. Como efectivamente lo ha seña-
lado el Dr. Eduardo Couture, refiriéndose a la carga de la prueba, (Fundamentos
de Derecho Procesal Civil, Editorial de Palma, Buenos Aires) “…conducta
impuesta a uno o ambos de los litigantes, para que acrediten la verdad de los
hechos anunciados por ellos…”, “…quien no pueda probar los hechos que
ha de probar, pierde el pleito…”. Según lo expuesto, la conducta asumida por
el apelante equivale al interés que tiene en hacer valer su recurso, desde el
momento de la interposición de la apelación hasta su comparecencia a la au-
diencia fijada por el ad quem, inclusive los actos que revelen el interés propio
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 543
del litigante, como el velar porque efectivamente sean certificadas las copias
de todas las actas pertinentes para el trámite de la apelación. En todo caso,
corresponde a la parte recurrente impulsar ante el Tribunal de Alzada las copias
de las actas conducentes para la solución de su recurso y fundamentalmente
del auto apelado, de lo contrario se estaría subrogando el Tribunal en una
carga procesal que le corresponde a la parte; quien es la que tiene perfectamen-
te delimitado subjetivamente el alcance de su defensa en virtud del ejercicio de
tal recurso. Como ha sido señalado en destacada doctrina nacional, “…si el
apelante, cuyo recurso ha sido oído en el solo efecto devolutivo, no produce
en alzada la copia certificada del auto apelado, como le corresponde, por
ser su carga procesal, ello entraña una renuncia de la apelación; doctrina
esta que es aplicable si las copias producidas han sido ilegalmente expedi-
das por el tribunal de la causa, o aparecen expedidas oficiosamente por el
secretario del tribunal, sin haber sido expresamente solicitadas por el inte-
resado”. (Arístides R. Romberg, Tratado de Derecho Procesal Civil Venezo-
lano, 7ª Edición, Volumen II, p. 428). También, en sentencia de la Sala de Casación
Social de fecha 23 de noviembre del 2000, con ponencia del Magistrado Con-
juez Rafael Arístides Rengifo Camacaro, en el juicio de Armando Alberto Bení-
tez Adriani contra CANTV, en el expediente Nº 98.315, sentencia Nº 497, se ha
establecido que (...) Por último, en sentencia de la Sala Constitucional del 25 de
junio de 2001, con ponencia del Magistrado Pedro Rafael Rondón Haaz, en el
expediente Nº 00-2108, sentencia Nº 1124, señaló que (...) Con base a estos
planteamientos y visto que la codemandada-recurrente Four Seasons, C.A., no
produjo ante esta Alzada copia certificada del auto apelado, en lo que respecta
a su representada, forzosamente debe concluirse que ésta ha abandonado o
bien ha desistido de su apelación, máxime cuando se evidencia que entre el día
(13) de enero de 2004, oportunidad en la cual el Tribunal a quo oyó a un solo
efecto la apelación y el día (3) de febrero de 2004, fecha en que se realizó la
correspondiente audiencia por ante este Tribunal Superior, ha transcurrido
suficiente tiempo a criterio del tribunal para que el apelante acompañara con-
juntamente con su escrito de apelación, copia certificada de las actas que con-
sidere conducentes para la solución de su recurso (…)”.
544 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
“(…) en las apelaciones de los autos que niegan alguna prueba, es imprescin-
dible remitir al Juez Superior copias del libelo y la contestación a la demanda,
para que pueda resolver si una prueba es manifiestamente impertinente (…)”.
4. DESISTIMIENTO DE LA APELACIÓN
cen los efectos jurídicos previstos en la ley, entiéndase admisión de los hechos
o bien desistimiento del procedimiento. Si se trata de una Audiencia de apela-
ción, como en el caso bajo análisis, la incomparecencia del recurrente al acto
debe asimilarse al desistimiento del recurso y como consecuencia de ello firme
la decisión recurrida (…)”.
5. DESISTIMIENTO DE LA APELACIÓN
“De la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, se desprende que los artículos refe-
ridos a la audiencia oral a celebrarse por ante los Juzgados Superiores del
Trabajo, son de naturaleza obligatoria, y es por ello que constituye una carga
procesal para el apelante, su comparecencia, y en tal sentido, ello conlleva a
que la incomparecencia al acto acarrea el desistimiento del recurso de apela-
ción propuesto, y así está establecido en todo lo largo de la normativa procesal
para las audiencias a celebrarse, por ante los Juzgados Superiores (…)”.
6. DESISTIMIENTO DE LA APELACIÓN
Procesal del Trabajo, por lo que en tal sentido, se considera desistido el recur-
so de apelación intentado. Así se decide (…)”.
7. FUNDAMENTACIÓN DE LA APELACIÓN
“(...) Los demandantes (...) expresaron en sus libelos que la causa de culmina-
ción del nexo laboral, fue un despido injustificado; hecho considerado como
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 547
“Con respecto, a los nuevos hechos y peticiones aducidos por la parte recu-
rrente en esta Alzada, cabe decir que, como Tribunal Superior, el objeto de
revisión se contrae a la solicitud de la medida efectuada ante el a quo y la
negativa a esta solicitud. En razón del principio de doble instancia (artículo 49
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela), esta Juzgadora
no podría resolver sobre los nuevos hechos y pedimentos efectuados en esta
Audiencia, ya que se violaría el referido principio constitucional. A todo even-
to, la parte recurrente tiene la posibilidad de plantear el nuevo pedimento y los
nuevos hechos, con sus respectivas pruebas, ante el Juez de Sustanciación,
Mediación y Ejecución del Trabajo”.
548 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
RECURSO DE HECHO
1. DECISIONES RECURRIBLES
2. DECISIONES RECURRIBLES
3. DECISIONES RECURRIBLES
a la sentencia que dicta el Juez de Juicio por sus efectos. Concluyó el fallo en
comento que, negar la posibilidad del recurso de hecho ante la negativa de
admitir la apelación sería cercenarle a la parte que recurre la posibilidad de
revisión de dicha negativa ante el Juez Superior, y por ende, se lesionaría el
principio de la doble instancia, de consagración constitucional y en textos
normativos internacionales vinculantes en nuestro ordenamiento jurídico. En
el presente asunto, el auto apelado (…) tampoco constituye ninguno de los
supuestos establecidos en los artículos 130 y 131 de la Ley Orgánica Procesal
del Trabajo. Sin embargo, se considera que la intención del legislador, compar-
tida en la sentencia del Juzgado Segundo Superior del Trabajo antes comenta-
da, es permitir el recurso de hecho contra los autos que niegan la apelación de
decisiones que ponen fin a la causa, cuyo eventual gravamen no puede ser
reparado en sentencia definitiva alguna (…)”.
REGÍMENES ESPECIALES
DE TRABAJO
1. TRANSPORTE TERRESTRE
“El artículo 327 contempla el régimen especial del trabajo en el transporte te-
rrestre, definiéndolo como el trabajo de los conductores y demás trabajadores
que presten servicios en vehículos de transporte urbano o interurbano, sean
éstos públicos o privados, de pasajeros, de carga o mixtos, se regirá por las
disposiciones de especiales establecidas en los artículos subsiguientes. En el
artículo 329 del mismo texto sustantivo se prevén los modos de estipulación
del salario –clases de salario– esto es, por unidad de tiempo, por viaje, por
distancia, por unidad de carga o por un porcentaje del valor del flete siempre
que dicha estipulación no viole el límite máximo de la jornada ni infrinja normas
de seguridad.
552 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
RELACIÓN DE TRABAJO
“(…) esta Alzada observa: 1) Es diferente una actividad prohibida por el orde-
namiento jurídico (por ejemplo, refinar y comercializar heroína), que una activi-
dad permitida por el ordenamiento, pero con la condición previa de obtener
autorización administrativa (por ejemplo, establecer una librería, que requiere
la previa obtención de una licencia de industria y comercio de la correspon-
diente alcaldía). 2) La obtención, actualización o vencimiento de una autoriza-
ción administrativa, es ajena a la relación de trabajo que puede existir entre el
titular del establecimiento comercial, sujeto a la autorización, y sus empleados;
en cambio, todo lo concerniente a la autorización administrativa tiene inciden-
cias en las relaciones entre el titular del establecimiento y la persona jurídica de
Derecho Público respectiva –en este caso, el INH–. 3) Si se parte de la teoría
neocausalista, la causa del contrato fue lícita, ya que los motivos subjetivos de
las partes consistían en lucrarse del remate de caballos o subasta hípica, que es
una actividad permitida, pero sujeta a autorización administrativa previa. 4) De
igual manera, si se comparte la posición de la doctrina moderna italiana, la
causa fue lícita, ya que el contrato cumplió su función económica social, al
actor obtener un salario para su subsistencia y la de su familia, y al poder la
accionada disponer de la actividad del demandante, todo alrededor de una
actividad legal (subasta hípica). 5) Pretender que un contrato de trabajo sea
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 553
“Es evidente que la prestación de servicios del actor a la accionada era inde-
pendiente, con base a los siguientes indicios: 1) No lo obligaron constituir
compañía alguna, ya que Representaciones ORION, S.R.L. fue constituida 4
años antes del inicio de las relaciones con la accionada y fue inscrita ante la
SIEX en el año 1992; 2) La empresa demandada no tenía control sobre la jorna-
da del actor; 3) Representaciones ORION, S.R.L. prestaba servicios a otras dos
(2) empresas diferentes a la accionada; 4) El último año de la relación el accio-
556 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
“De manera que admitida como fue la existencia de una prestación de servicios
personales en la contestación a la demanda, aceptado y demostrado con las
documentales apreciadas, concretamente las cursantes a los folios 85 al 88, 61
y 62, 89 y 90, 60 al 67 y 70 al 73, así como con la prueba de informes, folio 118,
que el demandante percibía una remuneración por la actividad realizada, auna-
do a que conforme al artículo 65 de la Ley Orgánica del Trabajo, se presume la
existencia de una relación de trabajo entre quien presta un servicio y quien lo
recibe, toda vez que la parte demandada no logró demostrar que el demandante
fue contratado para una obra determinada y que prestaba el servicio desde su
casa de habitación, sin estar sometido a subordinación o dependencia, como
era su obligación procesal dada la forma en que contestó la demanda, es impro-
cedente considerar al demandante como un profesional no dependiente, en
virtud de las anteriores consideraciones y del principio de primacía de la reali-
dad sobre las formas en las relaciones laborales, contenido en el ordinal 1º del
artículo 89 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en
concordancia con el literal “c” del numeral III, artículo 8 del Reglamento de la
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 557
Ley Orgánica del Trabajo, toda vez que la prueba para demostrar la excepción
alegada debe ser contundente, observándose que de las promovidas por la
parte demandada no emerge ningún elemento capaz de llevar a la convicción
del Sentenciador que el servicio prestado por parte del accionante para las
empresas demandadas se ejerció de manera independiente en los términos del
artículo 40 de la Ley Orgánica del Trabajo, con ausencia de subordinación y
dependencia con respecto a las empresas demandadas, por lo que debe consi-
derarse que el demandante prestó servicios como un trabajador ordinario y por
tanto sujeto de derechos y obligaciones, todo conforme a lo dispuesto en el
artículo 9 de la Ley Orgánica del Trabajo (…)”.
“En el presente caso se observa que la demandada adujo que el actor le presta-
ba sus servicios como transportista de los productos de su propiedad, en
forma independiente. Sin embargo, del análisis probatorio que se ha efectuado,
se desprende que efectivamente el actor era propietario de un vehículo de
carga en el cual transportaba de manera exclusiva los productos de Industrias
Diana, por lo que a los fines de establecer si esta actividad era configurada
como una relación de carácter laboral, de acuerdo a lo establecido en el Artícu-
lo 39 y regida por las normas de la Ley Orgánica del Trabajo, bajo el régimen
especial de regulación del transporte terrestre, se hace necesario aplicar los
criterios establecidos por la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de
Justicia en sentencia de fecha 13 de agosto de 2002, en el juicio seguido por
Mireya Beatriz Orta de Silva contra la Federación Nacional de Profesionales de
la Docencia-Colegio de Profesores de Venezuela, determinándose que del exa-
men de los elementos de prueba se evidencia que existía una prestación perso-
nal, bajo control y supervisión de la demandada, quien determinaba la carga,
ruta y salida del camión, lo cual se evidencia en especial de las facturas consig-
nadas y valoradas por el sentenciador. De igual manera, ha quedado evidencia-
do a través de la prueba testimonial apreciada por el sentenciador y de la
declaración de parte, que el camión que utilizaba el actor para el cumplimiento
de sus labores, debía permanecer en la empresa en horas de la noche y que
además portaba el logotipo de la demandada, lo cual lleva a concluir al senten-
558 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
ciador que el servicio era prestado con exclusividad a la demandada, esto es,
que la labor de transporte de mercancía o de productos que ejercía el actor era
única y exclusivamente a la demandada (…)”.
“Es en virtud de los argumentos ampliamente expuestos, que esta Alzada con-
sidera, que las condiciones en las cuales prestaba el servicio la hoy accionan-
te, se encuentran enmarcados dentro de los parámetros de la independencia en
el trabajo profesional no dependiente, caracterizándose en consecuencia como
una trabajadora que a su libre albedrío establecía las condiciones de su activi-
dad, no materializándose así los elementos propios de un contrato de trabajo,
tales como la ajenidad y la subordinación. Así se decide (…)”.
“En cuanto a esto, quien aquí sentencia debe establecer que sin importar cuál
haya sido la denominación que en el contrato se le otorgue a la prestación de
servicios efectuada, lo que debe prevalecer es la realidad de los hechos que
revisten el carácter de éstos, para que una vez sean develadas las condiciones
propias en que se realizaba la actividad, pueda determinarse si los mismos,
revisten un carácter laboral o de otra naturaleza (…) En ese orden de ideas, en
cuanto a la declaración testimonial rendida por Hildemar Azuaje y Johanna
Eduardo Ramírez, a pesar de las posibles observaciones que en su escrito
recursivo hiciera la parte accionante, debe establecerse que las referidas testi-
moniales indican que la hoy demandante, estaba en la obligación de cumplir
con el horario establecido; que en caso de salir de su sede, es decir, de la
empresa Juriscomp Programación C.A., debía pedir permiso; que en caso de no
visitar a los clientes tenía que permanecer en su sede alimentando la base de
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 559
“(…) En este punto considera de vital importancia para esta Alzada dejar clara-
mente establecido el concepto de la disponibilidad del trabajador, en base a las
siguientes consideraciones: “…Se avecina al concepto legal de jornada dis-
continua, pero no encaja en él. Puesto que la jornada discontinua supone
una presencia del trabajador en el lugar donde se respetan los servicios y
más que una ubicabilidad, implica un empeño inmediato en la realización de
la tarea requerida, así por ejemplo, mientras el bombero permanece en su
puesto en la estación, a la espera de una alarma de incendios, desempeña
una jornada discontinua, independientemente de que se dé o no la alarma,
pero el médico a quien le sea requerido que determinados días u horas en que
se encuentre fuera del lugar de servicio o fuera de su jornada esté fácilmente
localizable para atender rápidamente las emergencias hospitalarias, está en
situación de disponibilidad o mejor de ubicabilidad o de llamado a emergen-
cia y entretanto dedica ese tiempo al descanso o a la actividad de su prefe-
rencia. No es pues, jornada efectiva, como ya se ha encargado de establecer
en forma reiterada la jurisprudencia laboral... Una doctrina respecto de los
trabajadores de la navegación ingresó el artículo 192 de la Ley Orgánica del
560 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
“En cuanto a esto, debe señalarse que de la revisión exhaustiva del material
probatorio cursante en autos, se observa que al folio 42 del presente expedien-
te, cursa marcado “I”, “Liquidación Final de Contrato de Trabajo”, de donde se
evidencia que el vínculo laboral entre las partes en disputa, inició en fecha 01
de julio de 1998. Por lo que en tal sentido, al no constar en autos ninguna otra
prueba que permita establecer lo contrario, debe tomarse como fecha de inicio
de la relación laboral, la ya indicada, es decir, el 01 de julio de 1998 y no el día 01
de junio del mismo año, como así lo pretendió indicar la parte demandante. Así
se establece (…)”.
“(…) observa este Tribunal que la accionada, quien tenía la carga probatoria de
desvirtuar la existencia de la relación de servicios alegadas por los actores, a
tenor de lo dispuesto en el artículo 68 de la entonces vigente Ley Orgánica de
Tribunales y de Procedimientos del Trabajo, no cumplió con dicha carga, pues
fundamentó su defensa en el hecho de que los contratos de servicio suscritos
entre los actores y el Gerente General Encargado, Fermín cabello, eran nulos,
pues éste no estaba autorizado por los estatutos de la Corporación Hotelera
Halmel, C.A., ni por su Junta Directiva para suscribir dichos contratos, por lo
que consideró los mismos sin ningún valor. Empero, tal defensa, no puede
desvirtuar la naturaleza de orden público de las disposiciones laborales. Resal-
ta este Sentenciador en forma expresa, que los actores señalaron su condición
de trabajadores y que empezaron a prestar servicios a la accionada a partir del
15 de abril y 1° de mayo de 1993, con un salario convenido de Bs. 200.000,00 y
Bs. 140.000,00, respectivamente más los gastos de comida, alojamiento y tras-
lado La Guaira-Valencia, dos veces por mes, y que dicha prestación de servi-
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 565
dano (...) en fecha 02 de Julio de 2001, que se encuentra suscrita por la ciudada-
na (...) en su carácter de Gerente de Recursos Humanos y que se le confirió
valor probatorio en cuanto al hecho de que el demandante había comenzado a
prestar sus servicios personales desde el 17 de Marzo de 1994, y del hecho de
que el despido del que fue objeto el trabajador en fecha 2 de Julio de 2001 fue
injustificado y la segunda en constancia de trabajo expedida por la Jefe de
Personal de la parte accionada de fecha 09 de Julio de 2001, a la cual este
Juzgado le confirió valor probatorio en cuanto al hecho de que el actor prestó
sus servicios para (...) desde el 17 de Marzo de 1994 hasta el 02 de Julio de 2001,
en el cargo de Gerente de Ingeniería, devengando un salario mensual de Bs.
1.450.000,00, por lo que considera quien decide, que el actor con dichas instru-
mentales, logró demostrar que existió una relación laboral entre él y la empresa
(...) demostrada como fue la existencia de una prestación de servicios persona-
les, como se evidencia de las pruebas apreciadas, en virtud del principio de
primacía de la realidad sobres las formas en las relaciones laborales, contenido
en el ordinal 1º del artículo 89 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, en concordancia con el literal “c” del numeral III, artículo 8 del
Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo, debe considerarse al demandante
como trabajador y por tanto sujeto de derechos y obligaciones conforme a la
Ley Orgánica del Trabajo, por lo que se tienen como ciertos todos los concep-
tos legales demandados por el actor (...)”.
Gerente General, en la que se evidencia que el ciudadano (...) prestó sus servi-
cios para el (...) desde el 15 de Septiembre de 1997, en el cargo de mecánico
automotriz, devengando un salario mensual de Bs. 220.000,00, en consecuen-
cia, considera quien decide, que el actor con dicha instrumental adminiculada
con la declaración de los testigos (...) y las posiciones juradas absueltas por el
representante legal de la demandada y el demandante, logró demostrar que
existió una relación laboral entre el ciudadano (...) De manera que, demostrada
como fue la existencia de una prestación de servicios personales, como se
evidencia de las pruebas apreciadas, en virtud del principio de primacía de la
realidad sobre las formas en las relaciones laborales, contenido en el ordinal 1º
del artículo 89 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en
concordancia con el literal “c” del numeral III, artículo 8 del Reglamento de la
Ley Orgánica del Trabajo, debe considerarse al demandante como trabajador y
por tanto sujeto de derechos y obligaciones conforme a la Ley Orgánica del
Trabajo, por lo que se tienen como ciertos todos los conceptos legales deman-
dados por el actor (...)”.
ante la Inspectoría del Trabajo del Municipio Libertador del Distrito Capital, la
hoja donde le especifican conceptos relativos a su liquidación, de donde se
debe hacer la expresa exclusión de los días 17 y 20 de enero de 2003, días estos
laborados y debidamente pagados por el empleador en fecha 28 de febrero del
mismo año. Así se decide (…)”.
estudio, se detalla que la trabajadora decidió por voluntad propia, libre, espontá-
nea y unilateral dar término a la relación laboral, atendiendo como ya se advirtió,
que no quedó demostrado para quien sentencia, el vicio de consentimiento alega-
do, es decir, no se constató en el caso de autos, que la carta-renuncia fue firmada
bajo una presión psicológica permanente, lo que conduce a concluir que no le es
dable a la hoy actora alegar en su provecho y beneficio situaciones de hecho que
ella misma escogió y que hoy esgrime como dañinas a su condición de mujer
embarazada para la época. Así se decide. La Sala Politicoadministrativa, en Senten-
cia Nº 02762 del 20/11/2001, estableció lo siguiente: “ (iv) la renuncia –libre de
constreñimiento– es un medio válido y, por tanto, admisible en derecho para con-
cluir o terminar una relación de trabajo (ex artículos 98 y 100 de la Ley Orgánica del
Trabajo), causándose inmediatamente, el derecho del trabajador de percibir todos
sus beneficios laborales al estimarse como obligaciones del patrono a plazo venci-
do; (v) una vez terminada la relación de trabajo por cualquier motivo, cuando el
trabajador proceda a recibir cantidades de dinero por concepto de sus beneficios
de antigüedad (prestaciones sociales), tácitamente se encuentra abandonando o
renunciando a toda posibilidad de entablar un procedimiento en aras de restable-
cer su empleo (reenganche), quedando a salvo, las acciones que le asistan en caso
de que estime que las sumas recibidas no se ajusten con lo que en derecho le
corresponde (...)”.
“(…) la facultad o potestad que tienen las partes para acordar la finalización de la
relación de trabajo está consagrada en los artículos 98 de la Ley Orgánica del
Trabajo y 42 de su Reglamento que contemplan la posibilidad de terminar la pres-
tación de servicios por voluntad común de las partes. El ejercicio de una facultad
que acuerda la ley a las partes –individual o en común– no puede interpretarse
como violación de derechos. Si la legislación laboral contempla en su articulado la
posibilidad de poner fin a un vínculo de trabajo, por mutuo acuerdo de trabajador
y patrono –mutuo disenso– lejos de representar la violación a principios laborales,
es el ejercicio de un derecho que acuerda la normativa legal (…)”
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 571
SALARIO
2. CESTA TICKETS
“En lo que se refiere al pago del beneficio, el mismo es procedente por haberse
aceptado expresamente en la contestación a la demanda, por tanto, correspon-
de decidir si debe tomarse en cuenta como parte del salario para el cálculo de
las prestaciones sociales (…) cuando se demanda el beneficio de cesta ticket
debe atenderse a la relación de proporcionalidad del valor entregado con las
necesidades del trabajador y su familia; y si el valor de los tickets entregados
es exorbitante o alto en relación con el salario devengado por el trabajador,
quedaría de manifiesto el ánimo de encubrir el salario y por tanto se considera-
ría salario, en tanto que si el valor de los tickets no es alto o exorbitante en
relación con el salario, encuadra como un subsidio o facilidad para la obten-
ción de bienes y servicios que no reviste carácter salarial. Si bien es cierto lo
anterior, no es menos cierto que la parte demandada en la contestación a la
demanda aceptó que debía el pago del beneficio durante los dos (2) últimos
meses de vigencia de la relación y no negó expresamente el carácter salarial
atribuido por los demandantes al beneficio de cesta tickets y por tanto, debe
tenerse como admitido conforme al artículo 68 de la Ley Orgánica de Tribunales
y de Procedimiento del Trabajo, siendo inoficioso analizarlo desde el punto de
vista de la proporcionalidad del beneficio en contraposición al salario (…)”.
“Contrario sensu, debe darse respecto a la parte variable del salario, que al
materializarse ésta, producto de las ventas realizadas, su tratamiento a los efec-
tos del cálculo de los días feriados y de descanso obligatorio, debe regirse
574 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
conforme a los parámetros del artículo 216 de la Ley sustantiva laboral y que
como se desprende del material probatorio cursante en autos, específicamente
el relacionado a las percepciones salariales recibidas por los accionantes (reci-
bos de pagos) los cuales se valoran conforme a derecho, se evidencia que la
empresa demandada reconocía dichos conceptos en la forma supra estableci-
da, es decir, única y exclusivamente en la parte variable del salario. Así se
establece (…)”.
“La regla “a trabajo igual salario igual”, denominación con la cual se le conoce más
comúnmente (también se conoce como la “regla de oro del salario”) requiere que
los requisitos del artículo 135 de la LOT se presenten de manera concurrentes y
simultáneos, esto es, que los requisitos –puesto, jornada y condiciones de eficien-
cia– concurran en una misma prestación de servicios, pero, además, que al mismo
tiempo, simultáneamente, otro trabajador se encuentre prestando el servicio en
puesto, jornada y condiciones de eficiencia igual al que aspira la aplicación del
trato idéntico y no discriminatorio, pero con la diferencia que aquél percibe por su
trabajo una mejor y mayor remuneración. El principio doctrinario, también conteni-
do en disposición sustantiva del trabajo, se refiere al derecho que tiene un trabaja-
dor a recibir las mismas remuneraciones y tratamiento laboral que otro trabajador,
cuando ambos ejecutan el mismo trabajo, porque se trata de un mismo puesto, una
misma jornada y una misma condición de eficiencia dentro de la cual realizan su
prestación de servicios. Esta regla acepta excepciones, contempladas en la Ley
Orgánica del Trabajo, en cuyo caso se permiten diferencias en el pago de remune-
raciones entre dos trabajadores que realizan un mismo cargo, igual jornada e idén-
ticas condiciones de eficiencia, siempre que las percepciones diferentes se deban
a razones de carácter personal, como serían primas de antigüedad, de edad, de
carga familiar, de ayuda escolar, entre otras. No se trata de que los requisitos de
puesto, jornada y condiciones de eficiencia que se alegan han de compararse con
la persona a la cual se sustituye o con otro trabajador que en alguna oportunidad
pasada desempeñó ese cargo; esto sería materia de condiciones de trabajo, no de
comparar la labor realizada por trabajadores, en un mismo momento, para aplicar el
principio (…) Cuando se trata de una prestación de servicios que se lleva a cabo en
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 575
7. PLAN DE AHORRO
“ (…) Ahora bien, de acuerdo al artículo 146 de la Ley Orgánica del Trabajo, el
salario base de cálculo de lo que le corresponde al trabajador, a consecuencia
de la terminación de la relación de trabajo de conformidad con lo previsto en el
artículo 125 ejusdem, será el devengado en el mes de labores inmediatamente
anterior. En cuanto a este punto ya la Sala de Casación Social por sentencia de
fecha 9 de marzo de 2000, dictada en el juicio H. Pérez contra Citibank, N.A.,
decidió que: “…Esta definición pareciera dejar fuera algunas percepciones que
no se pagan en forma constante ni regular, los cuales sí están comprendidos
dentro del concepto de salario contemplado en el artículo 133 de la Ley Orgáni-
ca del Trabajo, y se pagan una o dos veces al año, como lo es el caso de la
participación en los beneficios, el bono vacacional y algunas otras bonifica-
ciones o incentivos especiales otorgados al trabajador, que forman parte del
salario integral (…) A juicio de esta alzada, se debe considerar como válida la
segunda hipótesis planteada, es decir, incluir como parte del salario, a fin de
calcular aquellos beneficios e incentivos que el trabajador recibe anualmente,
pues lo contrario sería desnaturalizar la institución y colocar al trabajador en
una posición de desventaja absoluta, al no poder disfrutar al momento de la
terminación de la relación laboral una compensación justa y acorde con las
labores desempeñadas (...)”.
578 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
“No obstante en el presente caso concreto, debe tomarse en cuenta que los
hoy accionantes, se desempeñaban como visitadores médicos, para lo cual se
constituye como máxima de experiencia lo indispensable del vehículo para la
realización de sus actividades. En ese sentido, siendo el vehículo una herra-
mienta de indispensable utilización en las actividades de la visita médica, debe
entenderse que los aportes que en forma de subsidio o de reembolso haga el
patrono para tales fines, sólo van dirigidos a cubrir los gastos en que el traba-
jador pueda incurrir o el deterioro que el vehículo pueda sufrir producto de su
utilización, es decir, el aporte dinerario que pueda percibirse, aun de manera
periódica y regular, no se produce por “causa de la labor ejecutada”, vale decir,
por la colocación de los productos médicos ofertados en el mercado, sino muy
por el contrario, éste se materializa “para facilitar la actividad realizada” me-
diante la utilización del vehículo, es decir, para facilitar la colocación de dichos
productos en el mercado, todo lo cual permite concluir que los aportes en
cuestión, no deben ni pueden ser considerados en forma alguna, como una
modalidad salarial inmersa dentro de los parámetros establecidos en el artículo
133 de la Ley Orgánica del Trabajo. Así se decide (…)”.
580 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
SENTENCIA
1. ACTA-SENTENCIA
“En razón que todos los motivos de hecho y derecho de la decisión están
contenidos en la presente acta y que la misma cumple con los requisitos esta-
blecidos en el artículo 159 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, se conside-
ra a la presente acta como la sentencia escrita correspondiente a esta Alzada, y
se hace innecesario la reproducción aparte de la sentencia, todo con base al
principio de concentración establecido en el artículo 2 eiusdem”.
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 581
“(…) Observa esta Alzada que en el auto recurrido el Tribunal (…) suprimido,
resolvió que cada accionante demandara por vía separada, pudiendo hacerlo
en el mismo Tribunal sin necesidad de ir a distribución por ser el Juzgado que
conoció de la causa, en virtud de que el extinto Juzgado Superior Cuarto del
Trabajo de esta misma Circunscripción Judicial, ordenó en sentencia de fecha
30 de Enero de 2002 la reposición de la causa al estado de que el Juzgado de
Primera Instancia del Trabajo, se pronunciara sobre la admisión de la demanda
en conformidad con la doctrina proferida por la Sala de Constitucional del
582 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
4. INMOTIVACIÓN
“(…) Con arreglo a este orden de ideas, este juzgado considera pertinente aclarar
la diferencia existente entre la falta de motivación que vicia la sentencia y la hace
nula, con la insuficiencia de motivos que en modo alguno no invalidan el fallo. Ya
que el juez no está obligado a dar el porqué de cada motivo, la razón de cada
razón, o como bien lo señala el tratadista Arístides Rengel Romberg “…basta al
efecto que el fallo contenga en su conjunto el fundamento jurídico y de hecho
en que el sentenciador se ha apoyado para resolver el caso. La brevedad o
laconismo de los fundamentos en que el juez apoya su decisión, no puede aca-
rrear la censura del fallo por inmotivado”. (Tratado de Derecho Procesal Civil
Venezolano, Vol. II, pp. 318 y 319). Con acierto la doctrina nacional ha estableci-
do, que el vicio de nulidad de la sentencia se produce cuando el órgano jurisdic-
cional omite algunos de los requisitos intrínsecos de forma del fallo, lo cual
deviene en la incongruencia de ésta con la pretensión aducida. En este sentido,
se requiere que el juez exprese los razonamientos de hecho y de derecho en los
cuales fundamenta su decisión, ya que la actividad de juzgamiento radica funda-
mentalmente en el mérito que el juez le otorgue a los hechos demostrados y
traídos por las partes al proceso, de acuerdo a los medios previstos en la ley. La
facultad cognoscitiva del Juez le permite valorar el mérito que deriva del conteni-
do de la prueba, ya que el sentenciar deberá tener la convicción que su decisión
contendrá un correcto análisis de las pruebas aportadas por las partes, debida-
mente adminiculadas a los hechos planteados en el proceso. Ahora bien, la falta
de motivación ocurre únicamente cuando el juez en su sentencia omite los funda-
mentos en que se basa para dictarla, o bien como ha sido indicado por la doctrina
“…cuando la sentencia no contenga materialmente ningún razonamiento, caso
de rara ocurrencia, que revelará el vicio en su forma más crasa; o bien las
razones dadas por el sentenciador no tienen relación alguna con la pretensión
o con las defensas opuestas o se refirieren a materia extraña a la controversia
planteada; o bien los motivos se destruyen unos a otros por ser contradicto-
rios; o bien los motivos son erróneos, o tan generales que no pueda apreciarse
de ellos la razón del dispositivo de la sentencia”. (Arístides Rengel Romberg,
Tratado de Derecho Procesal Civil Venezolano, Vol. II, p. 318). Mientras que la
584 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
insuficiencia de los motivos, ocurre cuando el juez apoya su decisión sobre unos
fundamentos expresados, en términos breves, lacónicos o muy sencillos, lo cual
no pudiese acarrear la inmotivación del fallo, salvo que la insuficiencia sea de tal
entidad que se incurra en falta de motivación o en una motivación general (…)”.
“(…) por estricta aplicación del contenido del artículo 177 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo, se da cumplimiento a la doctrina sentada por la Sala de
Casación Social del Tribunal Supremo, copiada parcialmente en precedencia,
en cuyo caso se ordena la reposición de la presente causa al estado de que el
Tribunal de Sustanciación, Mediación y Ejecución, vista la incomparecencia
de la parte demandada, remita el expediente al Juez de Juicio que corresponda,
para que provea sobre lo que considere pertinente, luego de transcurridos los
cinco (5) días hábiles “a que se contrae el artículo 135 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo”; los cinco días hábiles se computarán a partir del día
hábil siguiente a que reciba las presentes actuaciones. Como consecuencia de
ello, se declaran nulas todas las actuaciones cursantes al expediente a partir
del 23 de marzo de 2004, inclusive, debiendo el Juez de Sustanciación, Media-
ción y Ejecución, dictar un auto en el que disponga mantener el expediente por
los cinco (5) días hábiles “a que se contrae el artículo 135 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo” (…)”.
6. EQUIDAD
“Uno de los principios que debe orientar al juez laboral en la resolución de los
casos es la equidad (artículo 2 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo). Con
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 585
9. INMOTIVACIÓN
la sentencia apelada, incluyendo las líneas que, por error material, no fueron
impresas por el tribunal de primera instancia. A todo evento y a pesar de lo
incompleto del ejemplar físico del fallo, cualquier profesional del Derecho pue-
de inferir, sin mucho esfuerzo, que el motivo fundamental de la decisión fue la
supuesta inexistencia de la relación de trabajo debido a la consideración que la
causa del contrato era ilícita. Tan es así, que uno de los principales fundamen-
tos de la apelación fue el alegato de que la causa era lícita. Por tanto, el motivo
no es vago, general, absurdo ni oscuro. Al respecto, en sentencia de fecha de
18-03-2004, la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia (Car-
men Dolores Azuaje de Valero y otro contra CADELA, ponencia del Magistra-
do Omar Mora), citó el siguiente criterio expuesto en otra sentencia del
05-03-2004: ‘...En último lugar, es inmotivación la falsedad o manifiesta ilogi-
cidad de la motivación, lo cual se presenta cuando los motivos son tan vagos,
generales, inocuos o absurdos que se desconoce el criterio jurídico que si-
guió el juez para dictar su decisión...’ (…)”.
“Por último adujo que la sentencia fue publicada fuera del lapso previsto en
el artículo 158 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo. De la revisión de las
actas que componen el proceso se evidencia que efectivamente la audiencia
oral fue realizada el día 8 de enero de 2004, oportunidad en la cual se dictó el
dispositivo del fallo y se fijó un lapso de cinco días hábiles para publicar el
cuerpo del fallo, pero realmente éste fue publicado el día 22 de enero del
mismo año, fecha esta que excede los fijados en el Acta levantada con motivo
de la audiencia. Ahora bien, la Ley Orgánica Procesal del Trabajo no contem-
pla la nulidad del fallo cuando ha sido publicado fuera del lapso establecido
en el Artículo 158 ejusdem, sino una sanción de destitución para el Juez que
incumpla con dicha obligación. Sin embargo, dicha sanción sería inaplicable
en el presente caso, por cuanto la juez que decidió el asunto era una Juez
Temporal, quien para estos momentos ya no ocupa tal cargo en el Circuito
Laboral. De acuerdo a lo expuesto, al no constituir una causa de nulidad del
fallo lo denunciado por el apoderado actor, haber cumplido la decisión docu-
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 589
“(…) quien aquí sentencia debe señalar que los sentenciadores de instancia
al momento de negar la admisión de alguna prueba, deben señalar suficiente-
mente los motivos de su negativa, para de esta manera, en caso de interponer
la parte afectada el recurso respectivo contra dicha decisión, puedan los
sentenciadores de la alzada correspondiente, conocer de manera fehaciente
cuál fue el motivo cierto que produjo tal negativa, pues de otra forma, se
colocaría en la instancia superior, en total y absoluta imposibilidad de ratifi-
car la decisión proferida (…)”.
“(…) el Juez del Trabajo de acuerdo al parágrafo único del artículo 6 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo, así como tiene la facultad de ordenar el pago de
conceptos como prestaciones o indemnizaciones, distintos de los requeridos,
cuando éstos hayan sido discutidos en el juicio y estén debidamente proba-
dos, o condenar al pago de sumas mayores que las demandadas, cuando apa-
rezca que éstas son inferiores a las que corresponden al trabajador de
conformidad con la ley y con lo alegado y probado en el proceso, siempre que
no hayan sido pagadas, puede también limitar el monto de un concepto que
exceda los parámetros legales, o verificar con vista de las pruebas, si algún
concepto demandado apareciere pagado (…)”.
“Es cierto, tal como lo alega la apelante, que en el auto de admisión, se obser-
vó un error procesal, al señalarse que las co-demandadas debían comparecer
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 591
SUJETOS DE LA RELACIÓN
DE TRABAJO
1. EMPLEADO DE DIRECCIÓN
2. EMPRESA LABORAL
“Desde del punto de vista del Derecho del Trabajo, la concepción de la empre-
sa difiere de la óptica civilista y mercantilista. En esta última, se concibe a la
empresa, generalmente, como un conjunto de bienes materiales e inmateriales
destinadas a un fin económico común. En cambio, la concepción laboralista
parte de un punto de vista sociológico y se enfoca en los sujetos y no los
objetos. En este sentido, se entiende a la empresa laboral como una comunidad
de personas que se relacionan con el fin de explotar una actividad económica,
sea producir bienes o prestar servicios (…) En la empresa laboral los tipos de
sujetos que interactúan, tradicionalmente son dos (2): El patrono y el trabaja-
dor. El primer sujeto se caracteriza por estar a cargo de la empresa laboral, y así
se entiende en el artículo 49 de la Ley Orgánica del Trabajo. El estar “a cargo de
la empresa”, implica la dirección y liderazgo de la comunidad, la propiedad o
posesión de los bienes utilizados para la explotación de la actividad económica
y el pago de los salarios y demás derechos consagrados en el ordenamiento al
otro sujeto de la empresa: El trabajador. Éste, por su parte, se caracteriza por
prestar un servicio subordinado al patrono. Ahora bien, en un caso sencillo
resulta fácil identificar al patrono dentro de la empresa laboral, ya que una sola
persona, natural o jurídica, dirige, posee y paga. Sin embargo, pueden darse
situaciones en donde surjan confusiones sobre la persona del patrono, puesto
que los roles de dirección, pago y posesión o propiedad estén asignados a
personas diferentes. Esto último fue lo ocurrido en la presente causa (...) En el
caso que nos ocupa, la empresa laboral estaba constituida por la comunidad de
personas que se relacionaban en las instalaciones del Hotel Four Seasons
Caracas, a los fines de explotar la actividad hotelera. De los alegatos de las
partes, quedó como admitido el hecho que las tres (3) codemandadas formaban
parte de esta empresa laboral de la siguiente manera: Consorcio Barrera y es
propietaria del inmueble donde funcionaba el hotel –uno de los principales
activos del negocio–, Pay Roll 2000 pagaba los salarios y Four Seasons Cara-
cas, con sus conocimientos, técnicas y estrategias desarrolladas en la expe-
riencia de la cadena hotelera, dirigía y administraba las actividades y relaciones
dentro de la empresa, incluyendo la administración del personal (contratación,
594 MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO...
supervisión y despido) (…) esta Alzada concluye: 1) Las tres (3) codemanda-
das formaban parte de una empresa laboral, y ninguna actuaba en condición de
subordinada o en representación de los intereses de las otras, pues los intere-
ses eran comunes; 2) Los roles asignados al patrono en una empresa laboral
fueron asumidos por las tres (3) codemandadas (dirección, propiedad o pose-
sión de los bienes y pago de los derechos laborales) (…) 4) Las tres (3) code-
mandadas eran vistas como patronos por los trabajadores y se beneficiaban de
la actividad económica: y 5) en consecuencia, se establece que las tres (3)
codemandadas fungían como patronos frente al accionante y, por consiguien-
te, son responsables solidariamente frente a éste. Quedan a salvo las acciones
legales pertinentes entre las codemandadas (…)”.
3. GRUPO DE EMPRESAS
(...) Cabe destacar que, el hecho que las personas jurídicas que conforman el
grupo de empresas tengan su sede en países diferentes a Venezuela, en modo
alguno puede entenderse que tal circunstancia impide la responsabilidad soli-
daria establecida en el Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo (...) Como
consecuencia de lo expresado en el párrafo precedente, la demandada es res-
ponsable solidariamente de las obligaciones laborales asumidas por los demás
integrantes del grupo económico, de acuerdo al artículo 21 del Reglamento de
la Ley Orgánica del Trabajo. El hecho que el actor haya optado por demandar
sólo a una de las personas jurídicas del grupo, no afecta la responsabilidad
solidaria. Negar la solidaridad en estos supuestos sería negar la esencia de la
misma, ya que el principal efecto de la solidaridad, es justamente permitir al
acreedor solicitar el cumplimiento total de la obligación a cualquiera de los
obligados, pudiendo ser uno solo o varios, a elección del acreedor (artículo
1.221 del Código Civil)”.
4. GRUPO DE EMPRESAS
5. GRUPO DE EMPRESAS
6. GRUPO DE EMPRESAS
7. INTERMEDIARIO
8. OBRERO
“(…) Ahora bien, así lo reseñan los representantes judiciales de la parte accio-
nante, las funciones realizadas por sus representados es de “vigilancia y segu-
ridad”, actividad esta, donde en forma alguna prevalece el esfuerzo intelectual,
sino por el contrario, por su naturaleza propia, predomina el esfuerzo manual,
físico o material, por lo que en tal sentido, éstos deben estar circunscritos bajo
la categoría de obreros; y si bien éstos prestan sus servicios para un ente
público como lo es el Fondo de Garantía de Depósitos y Protección Bancaria,
tal situación no desvirtúa la condición antes establecida (…)”.
9. PATRONO
“(…) en materia laboral, lo convenido entre dos personas o más con respecto a
quién será el patrono o quién será el responsable de los irrenunciables dere-
chos de los trabajadores cuyo trabajo beneficiará a todas estas personas, de
ninguna manera, en ningún caso, puede constituirse dentro de un Estado de
Derecho, en una especie de santa palabra que valga por encima de todo un
ordenamiento y razones del Estado Social, dada las razones de orden público
que rigen al hecho social trabajo y la protección de los débiles económicos,
independientemente de la legitimidad de las razones económicas o posibilida-
des desde el punto de vista individual empresarial mercantil (…)”.
MAXIMAS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DEL TRABAJO... 599
“En virtud de las normas antes señaladas, en criterio de este Juzgado Supe-
rior, una solicitud de esa naturaleza –dividir la condena entre los miembros de
la sociedad civil demandada por liquidación– el Tribunal de la causa debió,
por necesidad del proceso, fijar una oportunidad para que la parte demanda-
da por intermedio de sus liquidadores, Dres (…) contestaran la solicitud de la
demandante y posteriormente, abrir una articulación probatoria de ocho (08)
días, pronunciándose al noveno (9º), por lo que debe revocarse el fallo apela-
do, para que se cumpla con ese procedimiento, como se resolverá en la dispo-
sitiva del presente fallo (…)”.