Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Habilidades Sociales en Niños

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 15

UNIVERSIDAD PRIVADA DE TACNA

FACULTAD DE EDUCACIÓN, CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN

Y HUMANIDADES

ESCUELA PROFESIONAL DE HUMANIDADES

Carrera de Psicología

“HABILIDADES SOCIALES EN NIÑOS”

ALUMNA: ALEXANDRA CAPAQUIRA QUISPE


DOCENTE: DR. PERCY ANTONIO CHE PIU SALAZAR
CURSO: METDOLOGIA DE LA INVESTIGACION CIENTIFICA II

TACNA-PERÚ
2018
INTRODUCCION

Siempre conocemos a esa persona que cae bien a todas las personas y a lo largo
de la vida nos encontramos con personas que se muestran siempre tolerantes y no hieren
a nadie a pesar de que acostumbran decir lo que piensan. Estas personas que directa o
indirectamente son admiradas por todos, también por lo general resultan ser sensatas,
convincentes y persuasivas sin presentar autoritarismo ni indiferencia ante las opiniones
o emociones de los demás. Este tipo de personas que manejan muy bien las relaciones
humanas, muchas veces han despertado la envidia de otras personas quienes muchas
veces intentan imitarles.

En este sentido las habilidades sociales que poseen estas personas son innatas y
las aplican sin mayor esfuerzo alguno cotidianamente; también existen personas que al
no tener estas habilidades de manera innata se proponen a aprenderlas y
así poder comunicarse mejor. Todas las personas pueden cambiar satisfactoriamente sin
alterar su personalidad. Partamos de que nuestra salud
mental y equilibrio personal están muy relacionados con la forma en que vivimos
las relaciones interpersonales. La convivencia, cómo nos sentimos con los demás, puede
resultar reconfortante o convertirse en una pesadilla (Trianes, 1996).

Si cultivamos y dominamos estas habilidades podremos conseguir satisfacciones


en el ámbito de la familia, de las amistades y en las relaciones amorosas. E incluso nos
ayudarán a la hora de conseguir un empleo, de relacionarnos con nuestros jefes y
compañeros de trabajo y de convencer de nuestras posturas o planteamientos (Rubin,
1993).

Hoy en la actualidad, diferentes investigaciones recientes muestran una relación


entre problemas en el desarrollo de habilidades sociales durante la infancia y desajustes
en la edad adulta. Un buen desarrollo de las habilidades sociales es uno de
los indicadores que más significativamente se relaciona con la salud mental de las
personas y con la calidad de vida. Tienen una estrecha relación con el desarrollo
cognitivo y los aprendizajes que se van a realizar en la escuela. Siendo de esta manera
un requisito necesario y fundamental para una buena socialización del niño y su entorno
social (Trianes, 1996).
MARCO TEÓRICO

CAPITULO I

Conceptualización de habilidades sociales

I.1. Concepto de Habilidad social

La habilidad social es considerada dentro de un marco cultural determinado, y


los patrones de comunicación varían ampliamente entre culturas y dentro de una misma
cultura dependiendo de factores tales como la edad, el sexo, la clase social y la
educación. Además, el grado de eficacia mostrado por una persona dependerá de lo que
desea lograr en la situación particular en que se encuentre (García, 1997).

La conducta apropiada considerada en una situación puede ser, obviamente


inapropiada en otra. El individuo trae también a su propia situación sus propias
actitudes, valores creencias, capacidades cognitivas y un estilo único de interacción.
Claramente no puede haber un criterio absoluto de habilidad social. Sin embargo, todos
parecemos conocer que son las habilidades sociales de forma intuitiva, esto lo afirma.
Aunque en contextos experimentales se puede demostrar que es más probable que
determinadas conductas logren un objetivo concreto, una respuesta competente es,
normalmente, aquella sobre la que la gente está de acuerdo que es apropiada para un
individuo en una situación particular (Rubin 1993).

Entonces decimos que no existe solo una manera correcta de comportarse que
sea universal, sino una serie de enfoques diferentes que puede variar de acuerdo con el
individuo. Así, dos personas pueden comportarse de un modo totalmente distinto en una
misma situación, o la misma persona actuar de manera diferente en dos situaciones
similares, y ser consideradas dichas respuestas con el mismo grado de habilidad social.
Por consiguiente, la conducta de una persona con habilidades sociales debería definirse
para algunos autores, en términos de eficacia de su función en una situación, en vez de
en términos de su topografía. Aunque los problemas con respecto a emplear las
consecuencias como criterio se han hecho notar repetidamente; las conductas que son
evaluadas consecuentemente como no habilidosas o antisociales pueden ser reforzadas
(Rubin 1993).
Tres tipos básicos de consecuencias:

1. Eficacia para alcanzar los objeticos de la respuesta (eficacia de objetivos)

2. La eficacia para mantener o mejorar la relación con la otra persona en la interacción


(eficacia en la relación)

3. La eficacia para mantener la autoestima de la persona socialmente hábil (eficacia en


el respeto a uno mismo)

Es considerada de este modo las habilidades sociales, como la conducta que


permite a una persona actuar según sus intereses más importantes, defenderse sin
ansiedad inapropiada, expresar cómodamente sentimientos honestos o ejercer los
derechos personales sin negar los derechos de los demás (Rubin 1993).

Otro autor describe la habilidad social como la capacidad de actuar


coherentemente con el rol que los demás esperan de uno. El autor enfatiza al rol en sus
dimensiones de conciencia y asunción del papel y a la habilidad para percibir, aceptar y
anticipar el rol de los demás interlocutores (Trianes, 1996).

Tras haber hecho estudios sobre las conductas asertivas, llega a considerar que la
conducta socialmente útil como un conjunto de conductas interpersonales que permiten
comunicarse con los demás de forma eficiente en base a sus intereses y bajo el principio
de respeto mutuo; esto implica ejercer los derechos personales sin negar los derechos de
los demás, defenderse sin ansiedad inapropiada y expresar opiniones, sentimientos y
deseos, arriesgándose a la perdida de reforzamiento social incluso al castigo. Este
mismo autor reformula estos aspectos y define las habilidades sociales como un
conjunto de conductas emitidas por el individuo en un contexto interpersonal que
expresa sus sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de un modo adecuado
a la situación, respetando esas conductas en los demás y que, generalmente, resuelve los
problemas inmediatos de la situación mientras minimiza la probabilidad de futuros
problemas (García, 1997).

García, (1997), define a las habilidades sociales como la capacidad para


interactuar con los demás en un contexto social dado de un modo determinado que es
aceptado o valorado socialmente y, al mismo tiempo personalmente beneficioso, o
principalmente beneficioso para los demás.
I.2. Origen del concepto:

El origen nace en los estudios de "desempeño social" que se inspiraron en los


trabajos del psicólogo A. Salter en 1949, reconocido discípulo de Pavlov; Salter publicó
el libro Terapia del Condicionamiento Reflejo. Por otro lado, en 1950 y 1960 Wolpe,
inspirado en el trabajo de Salter, denominó por primera vez el «entrenamiento asertivo»
como un método para tratar la ansiedad y facilitar la expresión de sentimientos. Se
definía la asertividad como la expresión de cualquier emoción libre de ansiedad en la
relación con otra persona. Posteriormente muchos autores han contribuido a enriquecer
el trabajo sobre comportamiento asertivo, entendiéndolo como la expresión de
sentimientos bien sean negativos o bien sea positivos como el aprecio, elamor, el
respeto, la comunicación, etc. Todos los aportes parten del modelo operante que se
refiere al aprendizaje a través de las consecuencias, modelo utilizado por la psicología
cognoscitivista (Goldstein, 1989).

Ya después de mucho tiempo paralelamente a las investigaciones en Estados


Unidos por Wolpe y otros investigadores, un nuevo movimiento surgido en la
Universidad de Oxford, en Inglaterra, investigaba sobre el desempeño social,
empezando a utilizar el término "habilidades sociales" (Rubin 1993).

Es a partir de los años 80" que se comienza a hacerse conocidos y difundidos los
trabajos de estos investigadores. Desde entonces las habilidades sociales concentran un
gran interés, dado que éstas comprenden un campo más amplio sobre las relaciones
interpersonales. El comportamiento asertivo es una sub área de las habilidades sociales.

En síntesis las habilidades sociales es un conjunto de desempeños que presenta


una persona ante las exigencias de una situación interpersonal dada, considerando esta
situación en un sentido amplio y ubicado en el contexto cultural en el que se presenta.
Estos desempeños suponen la expresión de los sentimientos y la defensa de los propios
derechos considerando también los del otro (Rubin 1993).
CAPÍTULO II

Clases de habilidades sociales

Las habilidades sociales no es algo estático de blanco o negro, sino que hay
muchos tipos. Alguien no es social o totalmente anti social, hay varios términos y tipos
de habilidades sociales y es bueno saber en que punto te encuentras para saber qué
habilidades sociales tienes que cultivar (Goldstein, 1989).

Mucha gente se piensa que para tener una vida socialmente buena hay que
convertirse en esas personas que no se callan ni debajo de la ducha y que hasta hacen
amigos cuando duermen encerrados y aislados en su habitación. No, esto no funciona
así, tu timidez y/o forma de ser también te aporta cosas buenas, no puedes suprimirlo
todo por completo porque entonces matarías una parte de ti mismo.

La clave de los tipos de habilidades sociales está en saber dónde te encuentras y


desarrollar las habilidades sociales para que te permitan poder conversar, hacer amigos,
conocer gente. Pero sin necesidad de ser alguien que habla constantemente. Tú quieres
tener habilidades sociales pero conservar tu espíritu que es lo que realmente te hace
auténtico.

II.2. Según el tipo de destrezas

Las habilidades sociales se clasifican según el tipo de destreza que se


desarrollen, en base a esto se puede encontrar 3 clases de habilidades sociales:

II.2.1. Cognitivas

Son todas aquellas en las que intervienen aspectos psicológicos, las relacionadas
con el «pensar». Algunos ejemplos son:

- Identificación de necesidades, preferencias, gustos y deseos en uno mismo y en los


demás.

- Identificación y discriminación de conductas socialmente deseables.

- Habilidad de resolución de problemas mediante el uso de pensamiento alternativo,


consecuencial y relacional.

- Autorregulación por medio del autorrefuerzo y el autocastigo.


- Identificación de estados de ánimo en uno mismo y en los demás.

II.2.2. Emocionales

Son aquellas habilidades en las que están implicadas la expresión y


manifestación de diversas emociones, como la ira, el enfado, la alegría, la tristeza, el
asco, la vergüenza, etc. Son todas las relacionadas con el «sentir» (Rubin 1993).

II.2.3. Instrumentales

Se refiere a aquellas habilidades que tienen una utilidad. Están relacionadas con
el «actuar». Algunos ejemplos son:

- Conductas verbales: inicio y mantenimiento de conversaciones, formulaciónde


preguntas, formulación de respuestas, etc.

- Alternativas a la agresión, rechazo de provocaciones, negociación en conflictos, etc.

- Conductas no verbales: posturas, tono de voz, intensidad, ritmo, gestos y contacto


visual.

II.3. Clasificación de las habilidades sociales según su tipología

II.3.1. Grupo I. Primeras habilidades sociales

• Escuchar.

• Iniciar una conversación.

• Mantener una conversación.

• Formular una pregunta.

• Dar las gracias.

• Presentarse.

• Presentar a otras personas.

• Hacer un cumplido.

II.3.2. Grupo II. Habilidades sociales avanzadas

• Pedir ayuda.

• Participar.
• Dar instrucciones.

• Seguir instrucciones.

• Disculparse.

• Convencer a los demás.

II.3.3. Grupo III. Habilidades relacionadas con los sentimientos

• Conocer los propios sentimientos.

• Expresar los sentimientos.

• Comprender los sentimientos de los demás.

• Enfrentarse con el enfado del otro.

• Expresar afecto.

• Resolver el miedo.

• Autorrecompensarse.

II.3.4. Grupo IV. Habilidades alternativas a la agresión.

• Pedir permiso.

• Compartir algo.

• Ayudar a los demás.

• Negociar.

• Empezar el autocontrol.

• Defender los propios derechos.

• Responder a las bromas.

• Evitar los problemas a los demás.

• No entrar en peleas.

II.3.5. Grupo V. Habilidades para hacer frente al estrés.

• Formular una queja.


• Responder a una queja.

• Demostrar deportividad después de un juego.

• Resolver la vergüenza.

• Arrglárselas cuando le dejan a uno de lado.

• Defender a un amigo.

• Responder a la persuación.

• Responder al fracaso.

• Enfrentarse a los mensajes contradictorios.

• Responder a una acusación.

• Prepararse para una conversación difícil.

• Hacer frente a las presiones del grupo.

II.3.6. Habilidades de planificación.

• Tomar decisiones.

• Discernir la causa de un problema.

• Establecer un objetivo.

• Determinar las propias habilidades.

• Recoger información.

• Resolver los problemas según su importancia.

• Tomar una decisión.

• Concentrarse en una tarea.

Las habilidades sociales anteriormente citadas comprenden un extenso conjunto


de elementos verbales y no verbales que se combinan en complejos repertorios
conductuales. Además, de los componentes verbales y no verbales, las habilidades
sociales dependen de procesos cognitivos (pensamientos, autocríticas, sentimientos,
etc.) para su correcta ejecución. Pero la habilidad social no es meramente una suma de
componentes verbales y no verbales unidos a procesos cognitivos, sino que supone un
proceso interactivo de combinación de estas características individuales en contextos
ambientales cambiantes (Goldstein, 1989).

Asimismo, la destreza para desempeñar una habilidad social puede no tener


ninguna correspondencia con la desenvoltura de otras (ej: conversar y rechazar
peticiones), incluso considerando el mismo tipo de habilidad la conducta concreta del
sujeto puede variar según factores personales (estado de ánimo, cogniciones, cambios
fisiológicos) y ambientales (las personas con quienes esté relacionándose, el tipo de
relación, la situación en la que se encuentre, etc.) (Goldstein, 1989).

CAPÍTULO III

Modelo de habilidades sociales

III.1. Modelo de aprendizaje social

Se aprende a través de experiencias interpersonales y son mantenidas por las


consecuencias sociales del comportamiento (Marchena, 2002).

Este aprendizaje está basado en una situación social en la que al menos


participan dos personas: el modelo, que realiza una conducta determinada y el sujeto
que realiza la observación de dicha conducta; esta observación determina el aprendizaje,
a diferencia del aprendizaje por conocimiento, el aprendizaje social el que aprende no
recibe refuerzo, sino que este recae en todo caso en el modelo; aquí el que aprende lo
hace por imitación de la conducta que recibe el refuerzo (Marchena, 2002).

III.2. Modelo cognitivo

La habilidad para organizar cogniciones y conductas hacia las metas sociales


comúnmente asociadas.

El modelo cognitivo postula que las emociones y conductas de las personas


están influidas por su percepción de los eventos. No es una situación en y por sí misma
la que determina lo que una persona siente, sino más bien la forma en que ella interpreta
la situación (Marchena, 2002).
Por lo tanto la forma en que se sienten las personas está asociada a la forma en
que interpretan y piensan sobre una situación. La situación por sí misma no determina
directamente cómo se sienten; su respuesta emocional está mediada por su percepción
de la situación." (Rubin 1993).

En otras palabras, el modelo cognitivo se basan en los siguientes supuestos básicos:

(1) Las personas no son simples receptores de los estímulos ambientales, sino que
construyen activamente su "realidad".

(2) La cognición es mediadora entre los estímulos y las respuestas (cognitivas, emotivas
o conductuales).

(3) Las personas pueden acceder a sus contenidos cognitivos.

(4) La modificación del procesamiento cognitivo de la información (sistemas de


atribución, creencias, esquemas, etc.) es central en el proceso de cambio.

En cuanto a su estilo las terapias cognitivas enfatizan:

(1) La importancia de la alianza terapéutica y la colaboración y participación activa del


paciente en el proceso.

(2) Un enfoque orientado al problema y los objetivos.

(3) El carácter educativo (o reeducativo) del proceso, capacitando al paciente para


enfrentar por sí mismo futuras situaciones de manera más saludable y funcional.

III.3. Modelo de precepción social

Destaca los procesos de selección de la información en la interacción social y


posterior interpretación.

Es el proceso por el cual el individuo llega a conocer a los demás y a concebir


sus características, cualidades y estados interiores. En cualquier caso ambas
aproximaciones demuestran la importancia de la formación de primeras impresiones
para el propio proceso de percepción social (Meichenbaum, 1981).

En definitiva, el término percepción social incluye todos aquellos procesos de


índole cognitiva mediante los cuales elaboramos juicios relativamente elementales
acerca de otras personas, sobre la base de nuestra propia experiencia o de las
informaciones que nos transmiten terceras personas (Meichenbaum, 1981).
III.4. Modelo de psicología clínica

Hace referencia a la capacidad social de expresar lo que se piensa, siente y cree


en forma adecuada al medio, en ausencia de ansiedad. Se ha denominado asertividad,
libertad emocional, autoafirmación, etc (Meichenbaum, 1981).

Las relaciones sociales son fundamentales en nuestras vidas. La consecución de


nuestros objetivos y la satisfacción de nuestras necesidades dependen en gran medida de
las habilidades de que dispongamos para relacionarnos con los demás de una forma
cooperativa. Por ello, no resulta extraño que las personas con problemas de salud mental
muestren dificultades en las interacciones interpersonales ¿ya sea como su antecedente
o como su consecuencia¿ El entrenamiento en habilidades sociales consiste en un
conjunto de procedimientos dirigidos a ayudar a las personas a mejorar sus estrategias
interpersonales de modo que puedan conseguir sus propósitos en aquellas áreas de su
vida que sean importantes para su bienestar (Marchena, 2002).

III.5. Modelo Conductista

La capacidad de ejecutar una conducta que refuerce positivamente a otros o evite que
seamos castigados (Verdugo, 1989).

Los presupuestos del modelo conductual se enfatizan en:

1. La capacidad de respuesta tiene que adquirirse.

2. Consiste en un conjunto de identificable de capacidades específicas.

Además la probabilidad de ocurrencia de cualquier habilidad en cualquier situación


crítica está determinada por factores ambientales, variables de la persona, y la
interacción entre ambos. Por consiguiente, una adecuada conceptualización de la
conducta socialmente habilidosa implica tres componentes de la habilidad social: una
dimensión conductual (tipo de habilidad), una dimensión personal (las variables
cognitivas), y una dimensión situacional (el contexto ambiental) (Marchena, 2002).

III.6. Modelo de teoría de roles:

Las habilidades sociales hacen referencia al papel que juegan las expectativas
dirigidas al propio rol y al de otros. Consiste principalmente en un conjunto de
construcciones. La palabra "rol" ha adquirido significado por influencia del inglés "role"
que significa función que algo o alguien cumple (Marchena, 2002).
Toda persona tiene un grupo de pertenencia (al cual pertenece) y otro de
referencia (que puede o no ser al que pertenece, pero que le sirve para usar sus normas
de comportamient, o bien para rechazarlas: son los grupos de referencia positiva o
negativa, respectivamente) (Verdugo, 1989).

FACTORES EXPLICATIVOS

Es posible encontrar en la literatura sobre el tema dos modelos explicativos de la falta


de habilidad social en la infancia, el modelo del déficit y el modelo de interferencia.

- Modelo de déficit: Según el primer modelo, los problemas de competencia social


se deben a que el sujeto no tiene un repertorio de conductas y habilidades
necesarias para interactuar con otras personas porque nunca las ha aprendido.
Esto puede deberse a que no ha tenido modelos apropiados o estimulación
adecuada, a la falta de oportunidades de aprendizaje o a la existencia de una
historia inadecuada de reforzamiento (Meichenbaum, 1981).
- Modelo de interferencia: Según el modelo de la interferencia, o del déficit en la
ejecución, el sujeto tiene determinadas habilidades, pero no las pone en juego
debido a determinados factores emocionales y/o cognitivos y motores que
interfieren con su ejecución. Entre las variables interfirientes se incluyen los
pensamientos depresivos, la baja habilidad de solución de problemas,
limitaciones en la habilidad para ponerse en lugar de los otros, bajas
expectativas sobre sí mismo, ansiedad, miedo, comportamiento motor deficiente
o excesivo, creencias irracionales, y déficit en percepción y discriminación
social (Meichenbaum, 1981).
CONCLUSIONES

- Las habilidades sociales marcan nuestras etapas sociales, de modo básico para
poder socializar mejor con nuestro entorno.
- El aprendizaje resulta ser un factor determinante que determinan caracterizando
a las conductas adquiridas por una persona. No se hace referencia a rasgos de
personalidad por lo tanto las conductas adquiridas son relativas bajo la
influencia de la enseñanza o mecanismos de aprendizaje
- Existe un mayor aumento en el refuerzo social y la satisfacción mutua de esta
manera disponer y manifestar un repertorio adecuado de habilidades sociales
hace que la persona obtenga más refuerzo de su ambiente, y permite también que
la interacción proporcione satisfacción a quienes forman parte de esta.
- Las habilidades sociales son recíprocas y dependientes de la conducta de las
otras personas que se encuentren en el contexto. Por ello, requieren la puesta en
marcha de habilidades de iniciación y de respuestas interdependientes dentro de
una reciprocidad e influencia mutuas. Así, la persona se ve influida por los
demás y también influye sobre los otros para que modifiquen sus conductas.
BIBLIOGRAFIA

- García, E. M., y Magaz, A. (1997). Enseñanza de Soluciones Cognitivas para


Evitar Problemas Interpersonales (ESCEPI). Madrid: Grupo Albor-Cohs.
- Goldstein, A. P., Sprafkin, R. P., Gershaw,N. J., y Klein, P. (1989). Habilidades
sociales y autocontrol en la adolescencia. Barcelona: Martínez Roca.
- Marchena, E., Navarro, J.I., Alcalde, C., y Ruiz, G. (2002). Habilidades Sociales
para el trabajo. Universidad de Cádiz: Departamento de psicología.
- Meichenbaum, D., Butler, L. y Gruson, L., Toward (1981). A conceptual model
of social competence, en J. Wine y M. Smye (comps.) Social competence,
Nueva York: Guilford Press.
- Rubin, K. H., y Asendorpf, J. B. (Eds). (1993). Social withdrawal, inhibition and
shyness in childhood. Hillsdale, NJ: Lawrence Erlbaum.
- Trianes, M.V. (1996). Educación y competencia social. Un programa en el aula.
Málaga: Aljibe.
- Verdugo, M. A. (1997) (1ª Ed. en 1989). Programa de Habilidades Sociales.
Programas Conductuales Alternativos para la educación de los deficientes
mentales. Salamanca: Amarù.

También podría gustarte