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FINAL RRII 1

Unidad 1: Desarrollo de los Grandes Estados Modernos

Punto 1: Situación en Europa entre 1750 y 1815

Un nuevo movimiento intelectual había nacido a mediados del siglo XVII extendiéndose a lo largo del Siglo XVIII y
finalizando en algunos casos, a principios del siglo XIX. Este nuevo movimiento recibió el nombre de Ilustración o Siglo de
las Luces y con él la historia entra en una nueva era o edad histórica, la edad contemporánea.

Este periodo fue denominado Ilustración, haciendo referencia a la luz del conocimiento y la razón frente a la oscuridad y
tinieblas en la que estaba perdida la humanidad. Es la fe en el progreso del hombre fuera de las supersticiones y la religión.
, la iluminación de la razón motivo por el cual también recibió el título de Siglo de las Luces.

El hombre ilustrado estaba convencido en que la única forma de combatir la ignorancia, la tiranía y la superstición es a
través del conocimiento. El movimiento ilustrado no se concentró tan sólo en una exposición ideológica, sino que también
movió los cimientos sociales, económicos, culturales y políticos.

Las nuevas ideas y pensamientos rápidamente calaron en la burguesía y en una parte de la aristocracia del momento. Los
nuevos medios de difusión, las reuniones o tertulias organizadas en las casas de las gentes más adineradas e incluso de
la antigua aristocracia donde políticos, pensadores, literatos o científicos exponían sus ideas y eran debatidas hicieron que
este movimiento ilustrado rápidamente se extendiera no sólo por Europa sino también por el nuevo continente.

La Europa del siglo XVIII es la Europa de la Ilustración. De la victoria de la razón frente a la fe. Es el siglo de las Luces. La
razón es la única forma y la mejor de conocer algo hombre y al universo. Se iniciarán importantes progresos científicos y
técnicos. Esta Ilustración nace en Francia, en los círculos elitistas, creándose la Enciclopedia con Diderot, D’Alembert y
Voltaire, que es la base de esta nueva y luminosa corriente. Aparece el utopismo que asegura que la aplicación de la razón
a todos los aspectos de la vida humana la llevará a un progreso cultural y económico infinito.

Esta Ilustración también entra en política y es usada por los reyes absolutos creándose el Despotismo Ilustrado, que bajo
el ideario ilustrado gobernará de forma despótica pero aprovechando y aplicando esos avances. El rey seguirá
concentrando todo el poder en su persona y será la cabeza visible de un estado reformador que tratará de optimizar y
mejorar la economía y la sociedad de sus naciones.

A partir de 1760 tiene lugar la Revolución Industrial en Inglaterra, es el proceso de transformación económica, social
y tecnológica que se inició en la segunda mitad del siglo XVIII en el Reino de Gran Bretaña, que se extendió unas décadas
después a gran parte de Europa occidental y América Anglosajona, y que concluyó entre 1820 y 1840. Durante este
periodo se vivió el mayor conjunto de transformaciones económicas, tecnológicas y sociales de la historia de la
humanidad desde el Neolítico, que vio el paso desde una economía rural basada fundamentalmente en la agricultura y
el comercio a una economía de carácter urbano, industrializada y mecanizada. El descubrimiento de nuevas formas de
obtener energía generaliza el uso de grandes fábricas textiles que abaratarán los productos. Con las fábricas aparecerá
un nuevo fenómeno social: el proletariado. Campesinos que abandonan el campo y van a las ciudades a trabajar en dichas
fábricas provocando una concentración y densidad poblacional hasta entonces nunca vista. Gracias a esta revolución las
naciones europeas lograrán una significativa ventaja sobre el resto del mundo que provocará el inicio del colonialismo y
su extensión por los continentes que más recursos naturales poseían, principalmente en Asia y África.

Las mejoras en agricultura, ganaderia, medicina e higiene provocarán una explosión demográfica mayúscula. Se
producirá en Europa un aumento poblacional de 120 millones a 180 millones a lo largo del siglo XVIII.

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La burguesía continúa tomando posiciones en el mundo económico que derivará en la reclamación de más poder político.
Y llevarán a la Revolución francesa y la caída del Antiguo Régimen. La llegada del liberalismo provocará un terremoto en
las estructuras políticas y traerá los nuevos aires de soberanía y ciudadanía del pueblo. La Revolución francesa fue
un conflicto social y político, con diversos periodos de violencia, que convulsionó Francia y, por extensión de sus
implicaciones, a otras naciones de Europa que enfrentaban a partidarios y opositores del sistema conocido como
el Antiguo Régimen. Se inició con la autoproclamación del Tercer Estado como Asamblea Nacional en 1789 y finalizó con
el golpe de estado de Napoleón Bonaparte en 1799.

Si bien, después de que la Primera República cayera tras el golpe de Estado de Napoleón Bonaparte, la organización
política de Francia durante el siglo XIX osciló entre república, imperio y monarquía constitucional, lo cierto es que la
revolución marcó el final definitivo del feudalismo y del absolutismo en ese país, y dio a luz a un nuevo régimen donde
la burguesía, apoyada en ocasiones por las masas populares, se convirtió en la fuerza política dominante en el país. La
revolución socavó las bases del sistema monárquico como tal, más allá de sus estertores, en la medida en que lo derrocó
con un discurso e iniciativas capaces de volverlo ilegítimo.

Según la historiografía clásica, la Revolución francesa marca el inicio de la Edad Contemporánea al sentar las bases de la
democracia moderna, lo que la sitúa en el corazón del siglo XIX. Abrió nuevos horizontes políticos basados en el principio
de la soberanía popular, que será el motor de las revoluciones de 1830, de 1848 y de 1871.

En el campo del arte es la última época del barroco y del clasicismo y la aparición del romanticismo. Se publican
numerosas obras de carácter político, económico y social por los ilustrados europeos y aparecen por primera vez
la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano así como movimientos de emancipación de la mujer.

Guerras Napoleónicas. Fueron las libradas en Europa en el período comprendido entre las Guerras de la Revolución
francesa(1792-1800), marcado por el ascenso al poder dictatorial de Napoleón, como Primer Cónsul,
en diciembre de 1799. Finalizaron el 20 de noviembre de 1815, tras la derrota final de Napoleón en la Batalla de
Waterloo y el Segundo Tratado de París de 1815. En conjunto, el casi continuado período de guerras comprendido entre
el 20 de abril de 1792 y hasta el 20 de noviembre de 1815 es llamado con frecuencia La Gran Guerra Francesa.

Las batallas libradas desde 1799 hasta 1815 entre Francia y varias naciones europeas son ya históricamente conocidas
como las Guerras Napoleónicas. Estos enfrentamientos militares fueron una continuación de las guerras mantenidas
por Francia en Europa durante la Revolución francesa (1789-1799). En ellas sobresalió el talento estratega de Napoleón
Bonaparte. Durante los años que Napoleón había pasado en guarniciones de provincias aprovechó su tiempo para ampliar
su preparación militar, profundizando en sus estudios de matemáticas, artillería y táctica militar, entrando, además, en
conocimiento de los pensadores políticos clásicos y descubriendo también su pasión por la historia.

Las Guerras Napoleónicas, se tiende cada vez más a llamar las Guerras de Coalición por haberle sido impuestas a Napoleón
por los aliados. El período de las guerras lo componen las diferentes coaliciones que conformaron los enfrentamientos.

Así concluyen las Guerras Napoleónicas, una serie de 400 batallas y combates librados entre 1792 y 1815, en los que se
implicaron todas las potencias occidentales con un gran costo de muertos a Europa entre soldados franceses y de otras
naciones.

La gran mayoría de las muertes se debieron a causas derivadas de los enfrentamientos, como represalias o enfermedades,
sin contar a los lisiados o las familias destrozadas. Las pérdidas estructurales no pueden mesurarse. Muchos puentes
fueron demolidos, cientos de pueblos quedaron arrasados, varias ciudades sufrieron graves daños; algunas grandes
capitales, como Leipzig o Moscú quedaron en ruinas.

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Napoleón saqueó media Europa. La mayoría de las ocasiones que sometía a un estado, le obligaba a pagar tributos en
dinero y obras de arte que enriquecieron el Tesoro de Francia. Sus tropas, al prescindir de logística para aumentar su
velocidad de maniobra, vivían sobre el territorio en campaña, saqueando las propiedades ajenas sin piedad.

Repercusión de las Guerras Napoleónicas

● Existen países europeos que tienen un sistema de leyes civiles, con un código legal influido por el código
napoleónico.

● Francia no volvió a ser una potencia dominante en Europa, como lo había sido desde los tiempos de Luis XIV.

● Se desató el nacionalismo, fuerza que avivó el nacimiento de naciones y el fin de otras. El mapa de Europa tuvo
que ser redibujado sobre las bases de la cultura, el origen y la ideología de las gentes.

● Gran Bretaña se convirtió en la potencia hegemónica, tanto en tierra como en el mar.

● La guerra en la Península Ibérica dejó completamente destrozada a España, así como su armada y ejército.
Para 1825, toda la antigua América española, con la excepción de Cuba y Puerto Rico, se había convertido en
repúblicas independientes o había pasado a formar parte de Estados Unidos (Florida, Luisiana), Gran
Bretaña(Trinidad) o Haití (Santo Domingo).

Punto 2: Congreso de Viena. Congresos Posteriores. La Santa Alianza

Tras la derrota de Napoleón, las grandes potencias vencedoras, Prusia, Rusia, Austria e Inglaterra se reúnen en Viena entre
1814 y 1815 para definir las relaciones entre los estados europeos. Los aspectos más importantes eran la vuelta al
absolutismo basado en el principio de legitimidad, el intervencionismo en defensa de los mismos y trazar nuevas fronteras
en el reparto del Imperio Francés basadas en el principio de equilibrio. La reunión se llevó a cabo del 18 de
septiembre de 1814 al 9 de junio de 1815 en la capital austriaca. El congreso tuvo como bases dos grandes principios: el
principio monárquico de legitimidad y el principio de equilibrio de poder, siendo el principal impulsor de la reunión el
príncipe Klemens von Metternich, ministro de asuntos exteriores de Austria y destacado diplomático de la época.

Tanto Metternich como el otro gran diplomático presente, el británico vizconde de Castlereagh, comprendían la urgencia
que las potencias vencedoras de la Guerra de la Sexta Coalición mantuvieran un equilibrio de poder en Europa y en
paralelo previnieran que las ideas de la Revolución francesa cobraran nuevo impulso y generasen nuevas revueltas y
conflictos en el continente europeo, por lo cual las decisiones del Congreso estarían marcadas por un
firme conservadurismo político que favorecía la restauración inmediata de gobiernos absolutistas.

Para esto, Metternich y Castlereagh estaban decididos a invocar que los reyes europeos actuaran como "garantes
personales" del equilibrio político en la "Europa de la Restauración", sofocando todo atisbo de liberalismo que amenazara
a las monarquías europeas, implicando que la paz del Continente solo podría lograrse mediante la mutua solidaridad de
los monarcas absolutistas. Tal idea complació en particular al zar Alejandro I de Rusia, a quien Metternich confió
especialmente este rol de "garante".

España, excluida de la Paz de París de mayo de 1814, llega a Viena como potencia de segundo orden y sin ningún poder
de negociación ante unas potencias cuyos diplomáticos habían acordado y firmado de antemano dichos pactos.

A lo largo de los meses de negociaciones, se reorganizan las fuerzas pasando Francia a ser firmante principal del Congreso.
Agotado el período de negociaciones, España se niega a firmar el acta al no ver satisfechas sus pretensiones de acceder a

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la sucesión al ducado de Parma. Acabará firmando el Acta del Congreso de Viena en 1817, tres días después de firmar su
compromiso con la Santa Alianza.

La Santa Alianza fue un tratado internacional celebrado, por iniciativa de Alejandro I de Rusia,
entre Austria, Rusia y Prusia, el 26 de septiembre de 1815 en París (Francia), tras la batalla de Waterloo. Los tres
monarcas invocaron los principios cristianos, prometiendo mantener en sus relaciones políticas los «preceptos de justicia,
de caridad y de paz», con el objetivo de contener el liberalismo y el secularismo que se había implantado en Europa fruto
de la Revolución francesa. En su pacto ellos se comprometían a intervenir donde fuera necesario para defender la
legitimidad monárquica y los principios del absolutismo y sofocar cualquier movimiento revolucionario. Se suele confundir
a menudo con la Cuádruple Alianza (1815), que incluye a Inglaterra.

Es un acuerdo internacional particular ya que se basa en el Cristianismo y, aunque aceptaba la adhesión de otras casas
reales cristianas afines a esta causa, dejaba deliberadamente fuera a potencias como el Imperio otomano o Gran Bretaña.

El Tratado de la Santa Alianza fue una iniciativa del zar Alejandro I que buscaba la unidad de la cristiandad en la defensa
del absolutismo, pero también era un instrumento de Rusia contra la política exterior británica. Fue firmada en 1815 por
el emperador de Austria, Francisco I (Florencia, Italia, 1768-Viena, Austria, 1835), el rey Federico Guillermo de Prusia
(Potsdam, Alemania, 1770-Berlín, Alemania, 1840) y el zar. Fernando VII firmó el tratado un año después gracias a las
gestiones del plenipotenciario ruso, Tatischeff (1767-1845), muy cercano al monarca español.

Viena fue el primero de una serie de Congresos que se celebraron entre las principales potencias, incluida Francia, para
evitar el avance del liberalismo. Los siguientes se celebraron en Aquisgrán (1818), Troppau (1820), Leibach (1820-1821), y
Verona (1822).

Los movimientos de independencia iberoamericanos eran vistos por las potencias europeas con inquietud cuando en
Europa se buscaba el mantenimiento de la integridad de las monarquías tradicionales. Pero, Inglaterra quería aprovechar
las oportunidades comerciales que se le abrían y defendía, además, la abolición de la esclavitud.

En agosto de 1818, España pedía la mediación de las potencias europeas a cambio de una amnistía general, libertad de
comercio, igualdad de los cargos en América y la predisposición a adoptar las medidas propuestas por los aliados. Unos
meses más tarde la política española cambió, y cuando en el Congreso de Aquisgrán, celebrado entre octubre y noviembre
de ese año, los aliados propusiesen la mediación de todas las potencias en América, España lo rechazó.

La ola revolucionaria de 1820 provocó una reacción de las potencias europeas. En el Congreso de Troppau, celebrado en
octubre de 1820, Austria, Prusia y Rusia acordaron la intervención militar en los países en los que triunfase un gobierno
revolucionario. Finalmente, se encarga a Austria la intervención para sofocar la revolución en Nápoles. Un mes más tarde
comenzaba el Congreso de Leibach en el que se presionó a Francia para que interviniese contra el gobierno liberal español,
pero nada se hizo.

Finalmente, la intervención francesa en España se decide en el Congreso de Verona, celebrado en octubre de 1822. El 7
de abril siguiente las tropas del Duque de Angulema cruzan los Pirineos para restaurar a Fernando VII en su trono absoluto.

Dos años más tarde, España pide ayuda militar a Francia para sofocar los movimientos de independencia iberoamericanos,
y se convoca a los aliados a una conferencia en París para tratar el asunto. Pero, Inglaterra anuncia su intención de
reconocer la independencia.

Punto 3: Procesos de unificación de Alemania Bismarck.

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La Unificación Alemana es la unión de 39 estados. Hasta mediados del siglo XIX, Alemania no se había constituido como
una nación unificada, sino un conjunto de 39 estados independientes que formaban la llamada Confederación Germánica.
Entre dichos estados, había sobresalido en forma extraordinaria el reino de Prusia, este reino agrupaba a pueblos de
origen germánico, y, además, el de Austria, poblada por diversas de razas. Las guerras napoleónicas y el anhelo
nacionalista que agitó a Europa, hicieron que los pueblos germanos aspiraran también a formar un solo estado poderoso
y una sola nación.

Prusia fue la nación que inició tal movimiento unificador. Para ello tuvo que entrar en guerra con Austria, nación que
igualmente poseía la misma aspiración, pero en provecho suyo, como también entró en conflicto con Dinamarca y Francia.

La Unificación Alemana, presenta las siguientes características:

– Se realizó sin contar con la libre voluntad de los pueblos; es decir, que no fue un movimiento espontáneo, un anhelo
nacionalista, una aspiración patriótica de las mayorías.

– Se llevó a cabo por medio de guerras, es decir por la fuerza.

– El gobierno surgido en Alemania unificada, fue autocrático y militarista.

– Se formó una nación poderosa: El Imperio Alemán (gobernado por los Hohenzollern), que alcanzó un formidable
desarrollo industrial, cultural y científico, con ansias de dominio universal. Su inmenso poderío militar y su anhelo de
expansión territorial dieron origen a las dos guerras mundiales más grandes de la Historia. La de 1914-1918 y la de 1939-
1945, que trajeron desastrosas consecuencias tanto para Alemania en particular, como para el Mundo en general.

Forjadores de la Unificación Alemana

Fueron el rey de Prusia, Guillermo I, que hizo de su nación la primera potencia militar de Europa; su célebre Canciller, Otto
de Bismarck, apodado el Canciller de Hierro en razón a su carácter sumamente autoritario, duro y enérgico; y el jefe de
Estado Mayor del ejército prusiano, general Moltke.

Otto Von Bismarck: Bismarck gobernó durante casi treinta años, primero, como ministro del rey de Prusia (1862-1871), y
después como ministro del emperador de Alemania (1871-1890). Europa lo contó entre sus principales dirigentes.

Nacido en una familia de la nobleza prusiana, poseía grandes condiciones de inteligencia, audacia, tenacidad y energía.
Era un aristócrata, un ultramonárquico. Sostenedor del derecho divino de los reyes y enemigo de las democracias y de los
Parlamentos. No admitía sentimentalismos en sus decisiones gubernativas Conocía bien la política alemana, pues había
sido, sucesivamente, diputado en el parlamento de Prusia y delegado prusiano en la Dieta de Francfort, por ocho años.
Conocía la vida de Alemania y la política de Austria. Fue embajador en Rusia y en Francia, donde aprendió la intrincada
política europea, convirtiéndose en un experto diplomático. Luego el rey lo nombró ministro.

Prusia llevó a cabo esta unificación por medio de las siguientes guerras:

-Guerra contra Dinamarca

En alianza con Austria, Prusia hizo la guerra a Dinamarca y le arrebató los ducados de Schleswig y Holstein, estos territorios
quedaron luego bajo el dominio mancomunado de Austria y Prusia.

-Guerra contra Austria

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Prusia, después de conseguir la neutralidad de Napoleón III y en alianza con Víctor Manuel II, declaró la guerra a Austria
llevada, justamente, del deseo de arrebatarle algunos territorios.

El poderoso ejército prusiano, en pocas semanas, se impuso sobre los austríacos a quienes derrotó en la batalla de Sadowa
(1866), firmándose a continuación la Paz de Praga, por la que Prusia ensanchaba considerablemente sus territorios con la
incorporación de los ducados de Schleswig y Holstein, el reino de Hannover, así como de otras regiones más. Austria, a su
vez, renunciaba definitivamente a formar parte de Alemania y aceptaba la disolución de la Confederación Germánica.
Poco después,todos los estados alemanes se unificaron a base de la Confederación de Alemania del Norte y proclamaron
como su soberano a Guillermo I. Por otra parte, Austria tuvo que devolver Venecia, la que, a su vez, fue incorporada a
Italia.

-Guerra contra Francia

El pretexto para esta contienda surgió cuando el príncipe Leopoldo de Hohenzollern, primo del rey de Prusia, aspiro la
corona de España, vacante por el destronamiento de Isabel II. A tal ambición se opuso Francia, pues no deseaba verse
entre dos naciones dominadas por la nobleza prusiana. Poco después, Napoleón III declaraba la guerra a Prusia, aduciendo
que Guillermo I había desairado al embajador francés al negarse a recibirlo en su palacio. Pero Guillermo I, anticipándose
a los sucesos, había movilizado ya un poderoso ejército de 500,000 soldados que, al mando del general Moltke, consiguiera
aplastante victoria sobre los franceses en las batallas de Freschwilier, Rezonville y Saint Privat.

El encuentro definitivo se realizó en Sedán (2 de setiembre de 1870), donde las tropas francesas resultaron
completamente derrotadas, siendo tomado prisionero el propio emperador Napoleón III. Al saberse que se firmó la
Capitulación de Sedan, estalló una revolución en París que proclamó la abolición de la Monarquía y el restablecimiento de
la República (III República), bajo la presidencia de León Gambeta.

El nuevo Gobierno Provisional, que reemplazó a la Monarquía, decidió proseguir la guerra; pero el ejército prusiano en su
arrollador avance ocupó París. Entonces Francia se rindió ante Prusia. Por el Tratado de Frankfort (Mayo de 1871). Este
tratado establecía que los franceses cedían a Prusia Alsacia y Lorena; se comprometían a pagar, asimismo, una elevadísima
indemnización de guerra equivalente a cinco mil millones de francos.

Con la incorporación de Alsacia y Lorena, Prusia, denominada en adelante Alemania, culminó la empresa de la Unificación.

Punto 4: Unificación de Italia. Cavour

La unificación italiana fue un proceso de largo recorrido en el que se sucedieron batallas y alianzas, junto con mucha
diplomacia, a lo largo de los años.

La unificación de los estados italianos tuvo lugar en el siglo XIX, en ese momento Italia estaba dividida en diferentes
estados según su ubicación. Al principio de los tiempos, bajo el Imperio Romano, Italia sí que estuvo unificada como un
solo estado, pero tras la caída del Imperio fue convirtiéndose en diferentes reinos independientes.

Vittorio Emanuele Maria Alberto Eugenio Ferdinando Luca Tommaso di Savoia-Carignano fue más conocido como Víctor
Manuel II, rey del Piamonte-Cerdeña. Uno de los aspectos más importantes de su reinado es que fue el primer rey de una
Italia unificada. Gobernó dentro de un marco de monarquía constitucional de régimen moderado, que supuso el gobierno
más liberal en Italia hasta el momento.

Piamonte fue una de las regiones más ricas y prósperas. Contando con el apoyo de Napoleón frente a Austria, aunque no
frente a Prusia, comenzaron las luchas para unificar toda la península. A su vez, acotó el poder de la iglesia católica (lo que

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supuso su excomulgación) y convirtió a Roma en la capital del reino, tras varias disputas., fomentó la industrialización y
trabajaron por mejorar las relaciones diplomáticas.

En el siglo XIX se llevó a cabo la unificación de Italia a través del movimiento político y social “El Resurgimiento” (ese
proceso ha de entenderse en el contexto cultural del Romanticismo y la aplicación de la ideología nacionalista, que
pretendía la identificación de nación y Estado, en un sentido centrípeto y, en el caso de Italia, también irrendentista), se
cree que comenzó la unidad de este país en el año 1815, cuando se celebró el Congreso de Viena y finalizó en torno al año
1871 con la Guerra Franco -prusiana.

Los promotores de la unificación fue El rey de Cerdeña, Víctor Manuel II, su ministro, el patriota Camilo Cavour, y Giuseppe
Garibaldi, valeroso y desinteresado patriota liberal. Desempeñaron, asimismo, importantísimo papel en la etapa inicial de
este movimiento el rey Carlos Alberto de Cerdeña, padre de Víctor Manuel II, así como José Mazzini, combativo y noble
político liberal que trabajó con abnegación y patriotismo por conseguir la Unificación de Italia.

Cavour funda la revista Il Risorgimento en 1847, en donde expresa sus ideales liberales y nacionalistas moderadas, mismas
que obtienen el apoyo de la clase media conservadora. La revista terminaría por darle nombre al movimiento cuya bandera
enarboló Cavour: la unificación de Italia mediante la liberación de la hegemonía austriaca, reintroduciendo el régimen
constitucional con división de poderes y un gobierno parlamentario. Cavour pensaba que esto era posible sin necesidad
de violencia ni revoluciones, lo que lo alejaba del movimiento radical de Mazzini.

Su desempeño le traería el nombramiento como Primer Ministro en 1852. Sus esfuerzos se concentraron en promover la
unificación italiana bajo la guía de Víctor Manuel II. Cavour era un hábil diplomático y administrador que logró el apoyo
de los movimientos liberales y nacionalistas que habían fracasado en sus intentos de liberarse de los austriacos. Logró el
apoyo de los países occidentales involucrados en la guerra de Crimea y particularmente de Napoleón III, emperador de
Francia. Cavour inició el rearme italiano pese a las amenazas austriacas de no hacerlo. Austria atacó el Piamonte e Italia
recibió al momento la ayuda militar de Francia, quienes junto a los piamonteses derrotaron a los austriacos en las Batallas
de Magenta y Solferino, sin embargo, Napoleón III ordenó a sus tropas replegarse, no cumpliendo con su alianza y dejando
la zona del Véneto en manos austriacas pero exigiendo al Piamonte la entrega de Niza y Saboya, prometidas por el apoyo
francés mediante el Tratado de Turín.

Cavour envió tropas al centro de Italia, logrando la unión de Umbría y Marcas. En 1861 Cavour proclamó a Víctor Manuel
como rey de Italia. Cavour murió el 6 de junio de ese mismo año, apenas tres meses después del establecimiento del reino
italiano.

Los estados italianos antes de la unificación

Los Estados italianos antes de la unificación fueron:


– El reino de Cerdeña (Cerdeña y Piamonte)
– El reino de las Dos Sicilias
– Los Estados de la Iglesia
– El reino Lombardo-Veneciano
– Los ducados de Parma, Modena y Toscana.

Etapas de la unificación italiana

Guerra contra Austria e incorporación de Lombardia

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El rey de Cerdeña, Víctor Manuel II, y su primer ministro, Conde Camilo de Cavour, fueron quienes llevaron a cabo la
unificación de Italia. Estaban convencidos que para culminar su magna obra era de imperiosa necesidad enfrentarse a
Austria, principal enemiga de tal unión, y que, asimismo había anexado los estados de Lombardia y Venecia. Para ello,
concibieron el plan de solicitar ayuda a una gran potencia. Fue así como pactaron secretamente con Napoleón III,
Emperador de Francia, quien, a su vez, tenía también puestas sus miradas en Soboya y Niza.
Iniciadas las hostilidades, la campaña militar, que fue de corta duración, dio la victoria a los franco-sardos, pues los
ejércitos austríacos fueron derrotados en las batallas de Magenta y Solferino en 1859. Pero, seguidamente. Napoleón III
firmo por separado. y en forma inesperada y sorpresiva, un armisticio con Austria por el cual Lombardía pasaba a poder
de Víctor Manuel IL pero quedaba aún bajo la dominación austríaca: Ve-necía; Francia obtenía, en cambio, Saboya y Niza.

Anexión de los Estados de Parma, Modena y Toscana

La victoria sobre Austria despertó el sentimiento nacionalista entre los estados de Italia Central. Un plebiscito realizado
en 1860 determinó entonces la incorporación al reino de Cerdeña (base de la futura Italia), de los estados de Parma,
Módena y Toscana.

La revolución de las dos Sicilias

Giuseppe Garibaldi, con el apoyo secreto de Cavour, desembarcó en Sicilia y se apoderó de la isla, al mando de un cuerpo
de mil voluntarios que vestían camisas rojas (los Mil Camisas Rojas). Poco después ocupó el reino de Nápoles. El ejército
sardo, al mando del propio Víctor Manuel II, después de conquistar los Estados de la Iglesia, excepto la ciudad de Roma,
se unió a Garibaldi en Nápoles. Las dos Sícilias declararon su incorporación al reino de Cerdeña.
El 13 de marzo de 1861, el primer parlamento nacional reunido en Turín, proclamó como Rey de Italia a Víctor Manuel II.

Incorporación de Venecia

Para conseguir la incorporación de Venecia, Víctor Manuel II entró en alianza con Prusia, rival de Austria. Surgida la
contienda, la victoria favoreció a Prusia; nación que obligó entonces a Austria a devolver Venecía a Italia.

Incorporación de roma, conclusión de la Unificación Italiana

Con la anexión de Venecia, faltaba solamente la incorporación de los Estados de la Iglesia y, sobre todo, de la ciudad de
Roma, para dar por concluida con la total unificación de Italia.
Víctor Manuel II se había comprometido con Napoleón III a mantener el dominio del Papa sobre la capital del mundo
católico. Una primera tentativa de Garibaldi para apoderarse de Roma fue rechazada por el ejército sardo (1862). Una
segunda lo fue por la guarnición francesa que custodiaba Roma (1867). La situación cambió por completo tres años
después, cuando estalló la guerra franco-prusiana, pues Napoleón III debió retirar la guarnición que mantenía en Roma
(1870).
Inmediatamente, Víctor Manuel II ordenó a sus tropas italianas ocupar Roma. Así se hizo, a pesar de la resistencia de la
guarnición papal y de las protestas del Sumo Pontífice (20 de septiembre de 1870).
Víctor Manuel se instaló en el palacio del Quirinal, y declaró que Roma era la capital del reino de Italia.
El Papa se negó a aceptar la anexión de Roma por Víctor Manuel, cuya autoridad desconoció. Como protesta se encerró
en el palacio del Vaticano, considerándose prisionero. Así nació la llamada Cuestión Romana, que se prolongaría por casi
sesenta años (1870-1929).
El Tratado de Letrán (1929), suscrito entre el Primer Ministro italiano, Benito Mussolini y el Papa Pío XI, quedó solucionada
la Cuestión Romana. Por dicho Tratado se reconocía la existencia del pequeño Estado del Vaticano (Estado que queda

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dentro de la ciudad de Roma) y asimismo, el Papa era reconocido como su soberano, con todos los derechos y todas las
prerrogativas que corresponden a los estados soberanos e independientes.

Punto 5: América del Norte. Proceso de Expansión de EUA. El destino manifiesto.

La expansión territorial es una de las características más importantes del desarrollo histórico de los Estados Unidos. En
sus primeros cien años de vida la nación norteamericana experimentó un impresionante crecimiento territorial. Las trece
colonias originales se expandieron hasta convertirse en un país atrapado por dos océanos. Como veremos, este fue un
proceso complejo que se dio a través de la anexión, compra y conquista de nuevos territorios

Es necesario aclarar que la expansión territorial norteamericana fue algo más que un simple proceso de crecimiento
territorial, pues estuvo asociada a elementos de tipo cultural, político, ideológico, racial y estratégico. El expansionismo
es un elemento vital en la historia de los Estados Unidos, presente desde el mismo momento de la fundación de las
primeras colonias británicas en Norte América. Éste fue considerado un elemento esencial en los primeros cien años de
historia de los Estados Unidos como nación independiente, ya que se veía no sólo como algo económica y
geopolíticamente necesario, sino también como una expresión de la esencia nacional norteamericana.

No debemos olvidar que la fundación de las trece colonias que dieron vida a los Estados Unidos formó parte de un proceso
histórico más amplio: la expansión europea de los siglos XVI y XVII. Durante ese periodo las principales naciones de Europa
occidental se lanzaron a explorar y conquistar dando forma a vastos imperios en Asia y América. Una de esas naciones
fue Inglaterra, metrópoli de las trece colonias norteamericanas. Es por ello que el expansionismo norteamericano puede
ser considerado, hasta cierta forma, una extensión del imperialismo inglés.

Los Estados Unidos experimentaron dos tipos de expansión en su historia: la continental y la extra-continental. La primera
es la expansión territorial contigua, es decir, en territorios adyacentes a los Estados Unidos. Ésta fue vista como algo
natural y justificado pues se ocupaba terreno que se consideraba “vacío” o habitado por pueblos “inferiores”. La llamada
expansión extra-continental se dio a finales del siglo XIX y llevó a los norteamericanos a trascender los límites del
continente americano para adquirir territorios alejados de los Estados Unidos (Hawai, Guam y Filipinas). Ésta provocó una
fuerte oposición y un intenso debate en torno a la naturaleza misma de la nación norteamericana, pues muchos le
consideraron contraria a la tradición y las instituciones políticas de los Estados Unidos.

El Tratado de París de 1783

El primer crecimiento territorial de los Estados Unidos se dio en el mismo momento de alcanzar su independencia. En
1783, norteamericanos y británicos llegaron a acuerdo por el cual Gran Bretaña reconoció la independencia de las trece
colonias y se fijaron los límites geográficos de la nueva nación. En el Tratado de París las fronteras de la joven república
fueron definidas de la siguiente forma: al norte los Grandes Lagos, al oeste el Río Misisipí y al sur el paralelo 31. Con ello
la joven república duplicó su territorio.

Los territorios adquiridos en 1783 fueron objeto de polémica, pues surgió la pregunta de qué hacer con ellos. La solución
a este problema fue la creación de las Ordenanzas del Noroeste (Northwest Ordinance, 1787). Con ésta ley se creó un
sistema de territorios en preparación para convertirse en estados. Los nuevos estados entrarían a la unión norteamericana
en igualdad de condiciones y derechos que los trece originales. De esta forma los líderes norteamericanos rechazaron el
colonialismo y crearon un mecanismo para la incorporación política de nuevos territorios.

La compra de Luisiana

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Para el año 1801 Europa disfrutaba de un raro periodo de paz. Aprovechando esta situación Napoleón Bonaparte obligó
a España a cederle a Francia el territorio de Luisiana. Con ello el emperador francés buscaba crear un imperio americano
usando como base la colonia francesa de Saint Domingue (Haití). Luisiana era una amplia extensión de tierra al oeste de
los Estados Unidos en donde se encuentran ríos muy importantes para la transportación.

Esta transacción preocupó profundamente a los funcionarios del gobierno norteamericano por varias razones. Primero,
ésta ponía en peligro del acceso norteamericano al río Misisipí y al puerto y la ciudad de Nueva Orleáns, amenazando así
la salida al Golfo de México, y con ello al comercio del oeste norteamericano. Segundo, el control francés de Luisiana
cortaba las posibilidades de expansión al Oeste. Tercero, la presencia de una potencia europea agresiva y poderosa como
vecino de los Estados Unidos no era un escenario que agradaba al liderato estadounidense. En otras palabras, la
adquisición de Luisiana por Napoleón amenazaba las posibilidades de expansión territorial y representaba una seria
amenaza a la economía y la seguridad nacional de los Estados Unidos. A pesar de la seriedad de este asunto, el liderato
norteamericano optó por una solución diplomática. El presidente Thomas Jefferson ordenó al embajador norteamericano
en Francia, Robert Livingston, comprarle Nueva Orleáns a Napoleón. Para sorpresa de Livingston, Napoleón aceptó vender
toda la Luisiana porque el reinició de la guerra en Europa y el fracaso francés en Haití frenaron sus sueños de un imperio
americano. En 1803, se llegó a un acuerdo por el cual los Estados Unidos adquirieron Luisiana por $15.000.000, lo que
constituyó uno de los mejores negocios de bienes raíces de la historia.

La compra de Luisiana representó un problema moral y político para el Presidente Jefferson, pues éste era un defensor de
una interpretación estricta de la constitución estadounidense. Jefferson pensaba que la constitución no autorizaba la
adquisición de territorios, por lo que la compra de Luisiana podía ser inconstitucional. A pesar de sus reservas
constitucionales, el presidente adoptó una posición pragmática y apoyó la compra de Luisiana. Para entender porque
Jefferson hizo esto es necesario enfocar su visión de la política exterior y del expansionismo norteamericano. Jefferson
era el más claro y ferviente defensor del expansionismo entre los fundadores de la nación norteamericana. Éste tenía un
proyecto expansionista muy ambicioso que pretendía lograr de forma pacífica. Según él, los Estados Unidos tenían el
deber de ser ejemplo para los pueblos oprimidos expandiendo la libertad por el mundo. De esta forma Jefferson se
convirtió en uno de los creadores de la idea de que los Estados Unidos eran una nación predestinada a guiar al mundo a
una nueva era por medio del abandono de la razón de estado y la aplicación de las convicciones morales a la política
exterior. Esta idea de Jefferson estaba asociada a la distinción entre republicanismo y monarquía. Las monarquías
respondían a los intereses de los reyes y las repúblicas como los Estados Unidos a los intereses del pueblo, por ende, las
repúblicas eran pacíficas y las monarquías no. Jefferson rechazaba la idea de que las repúblicas debían de permanecer
pequeñas para sobrevivir. Éste creía posible la expansión pacífica de los Estados Unidos, es decir, la transformación de la
nación norteamericana en un imperio sin sacrificar la libertad y el republicanismo democrático.

Para Jefferson, conservar el carácter agrario del país era imprescindible para salvaguardar la naturaleza republicana de los
Estados Unidos, pues era necesario que el país continuara siendo una sociedad de ciudadanos libres e independientes.
Sólo a través de la expansión se podía garantizar la abundancia de tierra y, por ende, la subsistencia de las instituciones
republicanas norteamericanas. Al apoyar la compra de Luisiana, Jefferson superó sus escrúpulos con relación a la
interpretación de la constitución para garantizar su principal razón de estado: la expansión.

La era de los buenos sentimientos

Años de controversias relacionadas a los derechos comerciales de los Estados Unidos culminaron en 1812 con el estallido
de una guerra contra Gran Bretaña. El fin de la llamada Guerra de 1812 trajo consigo un periodo de estabilidad y consenso
nacional conocido como la Era de los buenos sentimientos. Sin embargo, a nivel internacional la situación de los Estados

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Unidos era todavía complicada, pues era necesario resolver dos asuntos muy importantes: mejorar las relaciones con Gran
Bretaña y definir la frontera sur. La solución de ambos asuntos estuvo relacionada con la expansión territorial.

Mejorar las relaciones con Gran Bretañas tras dos guerras resultó ser una tarea delicada que fue facilitada por realidades
económicas: Gran Bretaña era el principal mercado de los Estados Unidos.En 1818, los británicos y norteamericanos
resolvieron algunos de sus problemas a través de la negociación. Los reclamos anglo-norteamericanos sobre el territorio
de Oregon era uno de ellos. En 1818, los Estados Unidos y Gran Bretaña acordaron una ocupación conjunta de
Oregon. De acuerdo a ésta, el territorio permanecería abierto por un periodo de diez años.

Una vez resuelto los problemas con Gran Bretaña los norteamericanos se enfocaron en las disputas con España con
relación a Florida. El interés norteamericano en la Florida era viejo y basado en necesidades estratégicas: evitar que Florida
cayera en manos de una potencia europea. En 1819, España y los Estados Unidos firmaron el Tratado Adams-Onís por el
que Florida pasó a ser un territorio norteamericano a cambio de que los Estados Unidos pagaran los reclamos de los
residentes de la península hasta un total de $5 millones. La adquisición de Florida también puso fin a los temores de los
norteamericanos de un posible ataque por su frontera sur.

La anexión de Oregon

Como sabemos, en 1819, los Estados Unidos y Gran Bretaña acordaron ocupar de forma conjunta el territorio de Oregon.
Ambos países reclamaban ese territorio como suyo y al no poder ponerse de acuerdo optaron por compartirlo. Por los
próximos veinte cinco años, miles de colonos norteamericanos emigraron y se establecieron en Oregon estimulados por
el gobierno de los Estados Unidos.

Las elecciones presidenciales de 1844 estuvieron dominadas por el tema de la expansión. La candidatura de James K.
Polk por los demócratas estuvo basada en la propuesta de “recuperar” Oregon y anexar Texas. Polk era un expansionista
realista que presionó a los británicos dando la impresión de ser intransigente y estar dispuesto a una guerra, pero que en
el momento apropiado fue capaz de negociar. En 1846, el Presidente Polk solicitó la retirada británica del territorio de
Oregon aprovechando que complicada por problemas en su imperio, Gran Bretaña no estaba en condiciones para resistir
tal pedido. Tras una negociación se acordó establecer la frontera en el paralelo 49 y todo el territorio al sur de esa frontera
pasó a ser parte de los Estados Unidos.

Texas

En 1821, un ciudadano norteamericano llamado Moses Austin fue autorizado por el gobierno mexicano a establecer 300
familias estadounidenses en Texas, que para esa época era un territorio mexicano. La llegada de Austin y su grupo de
emigrantes marcó el origen de una colonia norteamericana en Texas. El número de norteamericanos residentes en Texas
creció considerablemente hasta alcanzar un total de 20,000 en el año 1830. Las relaciones con el gobierno de México se
afectaron negativamente cuando los mexicanos, preocupados por el gran número de norteamericanos residentes en
Texas, buscaron restablecer el control político del territorio. Para ello los mexicanos recurrieron a frenar la emigración de
ciudadanos estadounidenses y a limitar el gobierno propio que disfrutaban los texanos (norteamericanos residentes en
Texas). Todo ello llevó a los texanos a tomar acciones drásticas. En 1836, éstos se rebelaron contra el gobierno mexicano
buscando su independencia. Tras una derrota inicial en la Batalla del Álamo, los texanos derrotaron a los mexicanos en
la Batalla de San Jacinto y con ello lograron su independencia.

Después de derrotar a los mexicanos y declararse independientes, los texanos solicitaron se admitiera a Texas como un
estado de la unión norteamericana. Este pedido provocó un gran debate en los Estados Unidos, pues no todos los
norteamericanos estaban contentos con la idea de que Texas, un territorio esclavista, se convirtiera en un estado de la

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unión. Los sureños eran los principales defensores de la concesión de la estadidad a Texas, pues sabían que con ello
aumentaría la representación de los estados esclavistas en el Congreso (la asamblea legislativa estadounidense). Los
norteños se oponían a la concesión de la estadidad a Texas porque no quería fortalecer políticamente a la esclavitud
dando vida a un nuevo estado esclavista. Además, algunos norteamericanos estaban temerosos de la posibilidad de un
guerra innecesaria con México por causa de Texas, pues creían que el gobierno mexicano no toleraría que los Estados
Unidos anexaran su antiguo territorio.

La guerra con México

La elección de Polk como presidente de los Estados Unidos aceleró el proceso de estadidad para Texas. Éste era un
ferviente creyente de la idea del destino manifiesto y de la expansión territorial. Durante su campaña presidencial, Polk
se comprometió con la anexión de Texas. En 1845, Texas fue no sólo anexada, sino también incorporada como un estado
de la Unión. Ello obedeció a tres razones: la necesidad de asegurar la frontera sur, evitar intervenciones extranjeras en
Texas y el peligro de una movida texana a favor de Gran Bretaña. Como habían planteado los opositores a la concesión de
la estadidad a Texas, México no aceptó la anexión de Texas y rompió sus relaciones diplomáticas con los Estados Unidos.
Con la anexión de Texas, los Estados Unidos hicieron suyos los problemas fronterizos que existían entre los texanos y el
gobierno de México, lo que eventualmente provocó una guerra con ese país. La superioridad militar de los
norteamericanos sobre los mexicanos fue total. Las tropas estadounidenses llegaron inclusive a ocupar la ciudad capital
del México.

Las fáciles victorias norteamericanos desataron un gran nacionalismo en los Estados Unidos y llevaron a algunos
norteamericanos a favorecer la anexión de todo el territorio mexicano. Los sureños se opusieron a la posible anexión de
todo México por razones raciales, pues consideraban a los mexicanos racialmente incapaces de incorporarse a los Estados
Unidos. Algunos estados del norte, bajo la influencia de un fuerte sentimiento expansionista, favorecieron la anexión de
todo México. Tras grandes debates sólo fue anexado una parte del territorio mexicano.

En el Tratado de Guadalupe Hidalgo (1848) que puso fin a la guerra, los Estados Unidos duplicaron su territorio al adquirir
los actuales estados de California, Nuevo México, Arizona, Utah, y Nevada; México perdió la mitad de su territorio; México
reconoció la anexión de Texas y los Estados Unidos acordaron pagarle a México una indemnización de $15 millones. Con
ello los Estados Unidos lograron expandirse del océano Atlántico hasta el océano Pacífico. La guerra aumentó del poder
de los Estados Unidos, fortaleció la seguridad del país y se abrió posibilidades de comercio con Asia a través de los puertos
californianos. Sin embargo, la expansión alcanzada también expuso las debilidades domésticas de los Estados Unidos,
exacerbando el debate en torno a la esclavitud en los nuevos territorios, lo que endureció el problema del seccionalismo y
llevó a la guerra civil. La victoria sobre México también promovió la expansión en territorios en poder de los amerindios
norteamericanos lo que desembocó en las llamadas guerras indias y en la reubicación forzosa de miles de nativos
americanos.

El destino manifiesto

En 1839, el periodista norteamericano John L. O’Sullivan escribió un artículo periodístico justificando la expansión
territorial de los Estados Unidos. Según O’Sullivan, los Estados Unidos eran un pueblo escogido por Dios y destinado a
expandirse a lo largo de América del Norte. Para O’Sullivan, la expansión no era una opción para los norteamericanos, sino
un destino que éstos no podían renunciar ni evitar porque estarían rechazando la voluntad de Dios. O’Sullivan también
creía que los norteamericanos tenían una misión que cumplir: extender la libertad y la democracia, y ayudar a las razas
inferiores. Las ideas de O’Sullivan no eran nuevas, pero llegaron en un momento de gran agitación nacionalista y
expansionista en la historia de los Estados Unidos. Éstas fueron adaptadas bajo una frase que el propio O’Sullivan acuñó,
el destino manifiesto, y se convirtieron en la justificación básica del expansionismo norteamericano.
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La idea del destino manifiesto estaba enraizada en la visión de los Estados Unidos como una nación excepcional destinada
a civilizar a los pueblos atrasados y expandir la libertad por el mundo. Es decir, en una visión mesiánica y mística que veía
en la expansión norteamericana la expresión de la voluntad de Dios. Ésta estaba también basada en un concepto
claramente racista que dividía a los seres humanos en razas superiores e inferiores. De ahí que se pensara que era deber
de las razas superiores “ayudar” a las inferiores. Como miembros de una “raza superior”, la anglosajona, los
norteamericanos debían cumplir con su deber y misión.

La doctrina del Destino manifiesto es una frase e idea que expresa la creencia en que Estados Unidos de América es una
nación destinada a expandirse desde las costas del Atlántico hasta el Pacífico. Esta idea es también usada por los
partidarios para justificar otras adquisiciones territoriales. Los partidarios de esta ideología creen que la expansión no solo
es buena, sino también obvia (manifiesta) y certera. Esta ideología podría resumirse en la frase: «Por la Autoridad Divina
o de Dios». La frase pasó a convertirse con el tiempo en una doctrina.

Punto 7: Guerra Civil de EEUU. Proceso de reunificación. Formación de los partidos políticos.

La Guerra Civil, o Guerra de Secesión, fue la única guerra que Los Estados Unidos vivió dentro de su propio territorio.
Paradójicamente, fue una guerra sin enemigos invasores, sin ejércitos enemigos provenientes de otras naciones. La nación
era una y, sin embargo, las facciones que se enfrentaron no poseían la misma cultura, ni las mismas tradiciones. En cierta
medida, puede hablarse del choque de dos naciones que convivían, y luego convivieron, pero no sin una subordinarse
eventualmente a la otra.

Causas de la guerra de secesión en Estados Unidos:

Aunque en el ideario general la guerra civil de los Estados Unidos tuvo como origen el movimiento abolicionista, que
buscaba precisamente la abolición de la esclavitud en todos los estados de este país, lo cierto es que rara vez una guerra
tiene un solo factor que la motive; en este caso, doctrinalmente y en un análisis histórico más profundo se nos arroja una
serie de causas que se combinaron y dieron origen a la llamada guerra de secesión de Estados Unidos.

Nacimiento de los Estados Confederados de América

Después de varios años de oposiciones y pugnas ideológicas por estas causas, cada zona se encontraba enfrentada a la
otra, lo que dio origen a la separación de once Estados del sur de los Estados Unidos. En 1960 Abraham Lincoln es electo
para la Presidencia de los Estados Unidos siendo un reconocido abolicionista.

A raíz de esto, la guerra civil en los Estados Unidos ya es una realidad, ya que el sur tenía desarrollado un fuerte sentimiento
de unión enarbolando la bandera del esclavismo como protección de su modelo económico, terminan por conformar una
nueva nación llamada Estados Confederados.

A este movimiento se llama secesionista ya que separa a los Estados Unidos y a ello debe su nombre esta guerra.

Inicio de la guerra de secesión

Finalmente, en 1961 toma posesión presidencial Abraham Lincoln declarando en su discurso que la secesión no sería
reconocida legalmente y se consideraría como nula, por lo que algunos de los fuertes militares en los Estados
Confederados mantuvieron resistencia a ser tomados por el nuevo gobierno separatista.

Modelos Económicos Dispares

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Por un lado, se encontraron enfrentados dos modelos económicos dispares: en los Estados del norte de Estados Unidos
se estaba desarrollando exitosamente una economía basada en el comercio y la industria, mientras que los Estados del
sur eran agricultores.

La economía de la agricultura de los sureños hacía necesario el trabajo de mano de obra esclava para sostenerse, mientras
que en el norte el progresismo mismo de su economía aunado a fuertes movimientos religiosos, los hacia tener fuertes
ideologías anti esclavismo.

Guerra de secesión

La Guerra de Secesión tuvo una duración de cuatro años, durante los cuales hubo más de dos mil enfrentamientos
armados y fallecieron más de un millón y medio de combatientes. Por su lado el ejercito de la Unión contaba con la mayoría
del control marítimo, lo que sumado a contar con la mayoría de recursos fue inclinando poco a poco la balanza a su favor.

Victoria y consecuencias de la Guerra de Secesión

La Guerra de Secesión culmina con la victoria del ejército de la Unión en 1864, y así la reintegración de los Estados
Confederados a los Estados Unidos de América. A pesar de lo cruenta de esta guerra, fue un evento que históricamente
sirvió para afianzar la unión de este país, marcando el inicio de su ascenso como Nación poderosa e influyente en el
mundo.

De igual manera, la esclavitud fue abolida para siempre en este país, aunque los problemas de racismo y segregación a la
población afroamericana subsisten hasta nuestros días a pesar de haber quedado atrás la guerra civil de Estados Unidos.

Dos culturas

La diferencia cultural entre las dos facciones de la Secesión, el Norte (la Unión) contra el Sur (la Confederación) hicieron
que cada bando tuviera su propia visión de los hechos desde el punto de vista ideológico y e histórico. Distintas
perspectivas irreconciliables.

La abolición de la esclavitud aparece como una de las razones principales de la guerra. La propaganda abolicionista que
surgió en Inglaterra echó fuertes raíces en los estados del norte ya hacia 1820. Sin embargo, gran parte de la economía
dependía hasta mediados del siglo XIX de la industria algodonera instalada en el sur, que utilizaba mano de obra esclava
en sus grandes plantaciones. El sur se enriqueció gracias a este tipo de actividad económica que perdía terreno frente al
avance del capitalismo, cuya mano de obra principal era el asalariado. Mientras esto sucedía, el norte comenzó a
desarrollar su revolución industrial, impulsada fuertemente por las inmigraciones provenientes de Europa.

Los verdaderos motivos de la guerra

Si bien las dos regiones se perfilaban marcadamente opuestas social y culturalmente y, si bien mantenían diferentes
ideologías respecto a la esclavitud, el antagonismo entre el norte y el sur se traducía principalmente al conflicto entre una
economía industrial enfrentada a una economía agrícola, al del trabajo libre contra el trabajo forzado.

El norte veía en el esclavismo un medio de fijar a los trabajadores a la tierra, en exclusivo beneficio de los propietarios de
plantaciones. Y el norte quería que esa mano de obra fuera lo suficientemente “libre” para que pueda elegir trabajar en
la industria, en el norte, donde les favorecía a los nuevos capitalistas.

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Además, los esclavos, imposibilitados de moverse de donde “pertenecían”, aumentaban la base de población del sur, y
esto no le convenía tampoco al norte. Porque el sistema de representación política de Los Estados Unidos contemplaba la
proporción representativa según la cantidad de pobladores de cada estado.

El punto más importante de la rivalidad entre el norte y el sur era la colonización de los espacios “libres” y la expansión
territorial. Cada nuevo territorio que se colonizaba en el amplio continente norteamericano incorporaba las tradiciones
de sus colonizadores, de modo que había que fijar qué tipo de actividades económicas se implementaban en las nuevas
tierras, si las basadas en las viejas plantaciones algodoneras o las nuevas economías, con granjas arrendadas y mano de
obra libre.

La reconstrucción fue un periodo de la historia estadounidense que duró de 1865 a 1877. El término tiene dos aplicaciones:
la primera se aplica a la historia completa de todo el país desde 1865 hasta 1877 después de la guerra de Secesión; el
segundo, al intento de transformación de los 11 estados exconfederados de 1863 a 1877, según lo ordenado por el
Congreso. La reconstrucción puso fin a los restos del nacionalismo confederado y puso fin a la esclavitud, haciendo que
los nuevos esclavos fueran ciudadanos libres con derechos civiles aparentemente garantizados por tres nuevas enmiendas
constitucionales. Tres visiones de la memoria de la guerra civil aparecieron durante la Reconstrucción: la visión de
reconciliación, que estaba arraigada en hacer frente a la muerte y la devastación de la guerra había traído; la visión de la
supremacía blanca, que incluía el terror y la violencia; y la visión de emancipación, que buscaba la libertad plena, la
ciudadanía y la igualdad constitucional para los afroamericanos.

Los líderes norteños aceptaron que la victoria requeriría más que el final de la lucha armada. Tenía que abarcar los dos
fines de la guerra: la secesión debería ser completamente detenida y cualquier tipo de esclavitud debía desaparecer. En
lo que discreparon fue en los criterios de esos fines, sobre el nivel de control federal que debería imponerse al Sur y sobre
el proceso por el cual los estados sureños debían ser reintegrados en la Unión.

La reconstrucción, que comenzó a principios de 1865 y finalizó en 1877 abarcó una serie de rápidos y complejos cambios
de las políticas federales y estatales. El resultado a largo plazo se hizo visible en las tres "enmiendas de la Guerra Civil" de
la Constitución: la Decimotercera Enmienda (diciembre de 1865), mediante la cual se prohibía la esclavitud; la
Decimocuarta Enmienda (julio de 1868), que extendía las protecciones legales federales a todos los ciudadanos
independientemente de su raza y la Decimoquinta Enmienda (febrero de 1870), que abolió las restricciones raciales para
votar.

La reconstrucción terminó en distintas fechas según el estado. Los tres últimos, Luisiana, Carolina del Sur, y Florida, se
reintegraron en los Estados Unidos definitivamente tras el Compromiso de 1877.

La Reconstrucción

La derrota de la Confederación dejó económicamente destruida la región agrícola más fértil del país, y devastó su rica
cultura. Al mismo tiempo, la abolición legal de la esclavitud no trajo igualdad para los antiguos esclavos. Inmediatamente
después de la Guerra Civil, las legislaturas de los estados surenos, temerosas de la manera cómo los antiguos esclavos
pudieran ejercer su derecho al voto y también ávidas por rescatar lo que pudieran de su anterior estilo de vida, trataron
de impedir que los negros votaran y decretaron "códigos negros" para restringir la libertad de los antiguos esclavos.
Aunque los republicanos "radicales'' del Congreso trataron de proteger los derechos civiles de los negros y de incorporarlos
en la corriente principal de la vida de Estados Unidos, sus esfuerzos fueron resistidos por el Presidente Andrew Johnson.
Johnson, un sureño que había permanecido leal a la Unión durante la Guerra Civil y prestado servicio como vicepresidente
republicano, asumió la presidencia al ser asesinado Abraham Lincoln.

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En marzo de 1868, la Cámara de Representantes respondió a la oposición de Johnson para adoptar soluciones radicales
intentando relevarlo de su puesto. Los cargos que se le imputaban carecían de fundamento, y el Senado votó en contra
de una moción para declararlo culpable. En opinión de muchos, Johnson había sido demasiado indulgente con los antiguos
confederados, pero su descargo constituyó una importante victoria para un principio fundamental del gobierno
estadounidense. Dicho principio es la separación de poderes entre las ramas legislativa, ejecutiva y judicial del gobierno.
El descargo de Johnson ayudó a conservar el delicado equilibrio del poder entre el presidente y el Congreso.

Sin embargo, este último pudo proseguir con su programa de "reconstrucción", o reforma, de los estados del sur, ocupados
después de la guerra por el ejército del norte. Para 1870, los estados del sur eran gobernados por grupos de negros,
blancos dispuestos a cooperar, y norteños trasplantados (llamados "explotadores"). Muchos negros sureños fueron
elegidos para ocupar cargos en las legislaturas estatales y en el Congreso. Aunque existía cierta corrupción en estos
gobiemos estatales "reconstruidos", fue mucho lo que hicieron por mejorar la educación, impulsar los servicios sociales,
y proteger los derechos civiles.

La Reconstrucción fue amargamente resentida por la mayor parte de los blancos del sur, algunos de los cuales formaron
el Ku Klux Klan, sociedad secreta violenta que esperaba proteger los intereses y ventajas de los blancos aterrorizando a
los negros e impidiéndoles lograr progresos sociales. Para 1872 el gobierno federal había suprimido al Klan, pero los
demócratas blancos seguían recurriendo a la violencia y al temor para reconquistar el control de sus gobiernos estatales.
La Reconstrucción llegó a su fin en 1877, cuando en todos los estados sureños se ratificaron constituciones nuevas y las
tropas federales en su totalidad fueron retiradas de la región.

Pese a las garantías constitucionales, los negros del sur eran ahora "ciudadanos de segunda clase"; es decir, estaban
subordinados a los blancos aun cuando gozaban de ciertos derechos civiles. En algunos estados sureños, los negros podían
votar y ocupar puestos de eiección. Había segregación racial en escuelas y hospitales, pero los trenes, parques y otras
instalaciones públicas todavía podían ser usadas, en general, por personas de una y otra raza.

Hacia fines de siglo XIX, este sistema de segregación y opresión de los negros se tornó mucho más rígido. En el caso de
Plessy vs. Ferguson, ventilado en 1869, la Corte Suprema de Estados Unidos determinó que la Constitución permitía
instalaciones y servicios separados para las dos razas, siempre que dichas instalaciones y servicios fueran iguales. Sin más
tardanza, las legislaturas de los estados del sur destinaron a los negros instalaciones separadas, pero desiguales. Las leyes
pusieron en vigor una estricta segregación en el trasporte público, los teatros, los deportes e incluso en los ascensores y
cementerios. La mayoría de los negros y muchos blancos pobres perdieron el derecho de voto debido a que no tenían
recursos suficientes para pagar los impuestos que habían sido decretados para excluirlos de la participación política, y a
que no sabían leer ni escribir. A los negros que eran acusados de delitos menores se les sentenciaba a trabajos forzados y
algunas veces eran asediados por turbas violentas. La mayoría de los negros del sur, debido a su pobreza e ignorancia,
seguían labrando las tierras como agricultores arrendatarios. Aunque legalmente eran libres, vivían y eran tratados como
esclavos.

Formación de los partidos políticos

El sist de part pol data de 1788 y tiene como primer referente las diferencias de opinión entre los principales colaboradores
del presidente Washington. A partir de entonces, el sist partidista estadounidense ha conocido 5 etapas:

1) Primer sist (1788-18288)

Los part pol surgieron de la división entre Hamilton y Jefferson durante la admi de Washington. A medida que el conflicto
se intensificaba, ambos recurrieron a sus aliados en el Congreso y en la admi para buscar el apoyo a fin de imponer su

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visión económica. Así los partidos pol nacieron a raíz de las divisiones internas dentro de la clase política y no a partir de
distintas convicciones ideológicas.

La división se escenificó en el Congreso a través de los bloques federalista y demócrata-republicano. Los primeros guiados
por Hamilton y Adams, estaban a favor de un gob central poderoso, apoyaban la relación con Inglaterra y se pronunciaban
por una eco que protegiera los intereses de los empresarios estadounidenses. Los demócratas-liberales, guiados por
Jefferson, se pronunciaban a favor de un gob federal sin tanta fuerza y apoyaba los int de los agricultores, se inclinaban
por una relac con Francia.

Despues de su derrota en 1800 los federalistas sufrieron un declive llevando a la desaparición del partido en 1816.

A partir de entonces de vivió una época de “bienestar” en la que no existía un sist de partidos ya que todos los integrantes
del Congreso se reconocían como republicanos. No existió una disciplina de partido, sino distintas visiones de las facciones
al interior del mismo.

Caract de este sist: no existían tradiciones ni filiaciones partidistas en la población, al no haber lealtades partidarias que
permitieran un voto “duro” para los partidos, la org de los part era rudimentaria.

2) Segundo sist (1828-1854)

Se dio en el contexto de una creciente participación política por parte de la población. En principio las restricc a la votación
que impedían ejercer el derecho a los que no poseían propiedades fueron suprimidas, se realizaron elecc internas
nacionales para elegir a los candidatos presidenciales y los niveles de votación aumentaron.

En las décadas del 30 y 40 los demócratas y los whigs se convirtieron en verdaderos partidos nac. Los dos partidos no se
distinguían claramente en relación con sus propuestas políticas. Ambos funcionaron como coaliciones amplias que
lograron aglutinar los intereses de agricultores y empresarios, nacionalistas, inmigrantes, católicos, etc. Esto ayudó a que
las dos agrupaciones pudieran competir en forma exitosa. No fue sino hasta que el debate de la esclavitud se generalizó,
los partidos se vieron obligados a tomar una posición, hecho que derivó en el tercer sist de partidos.

3) Tercer sist (1856-1896)

Durante las décadas de los 40 y 50, el sur aumentó sus diferencias con el resto de la Federación. El norte industrializado
favorecía la abolición de la esclavitud mientras que el sur defendía la esclavitud.

El Partido Democrata contaba con la influencia en el Congreso de impotantes representantes sureños. El Partido Whig no
pudo soportar las presiones por el debate sobre la esclavitud por lo que se disolvió en 1856.

En 1854 el Partido Republicano se forma, integrado por abolicionistas y disidentes norteños de los partidos Whig y
Demócrata. Estaba a favor de la abolición de la esclavitud y estaba a favor de que se detuviera la expnasion en los nuevos
territorios anezados a la Federación.

En las elecc de 1860 el voto popular se dispersó con la participación de cuatro candidatos.

Entre 1874 y 1896 los dos partidos se alternaron en el control de la presidencia y el Congreso, aunque los republicanos
dominaron durante dicho periodo.

Contribuciones: aparición grandes maquinarias electorales, cambios en la legislación electoral, la decisión de que las
boletas utilizadas para las elecc no serian producidas por los partidos sino por el gobierno, adopción de medidas que
garantizaran el voto de los ciudadanos fuera secreto.
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4) Cuarto sist (1896-1928)

EEUU se vio radicalmente alterada en su composición social. El paso de una soc preeminentemente industrial, la
modernización de las comunicaciones, la aparición de grandes corporac petroleras y de ferrocarriles transformaron los
intereses de los partidos políticos para ganar la confianza de esta nueva soc. Se caracterizo por un dominio del Part Rep,
y el part Demo conquistó en una sola ocasión con Woodrow Wilson la presidencia.

Aportaciones: se instituyeron las elecc primarias para la nominación de candidatos, lo que favoreció a los aspirantes con
mayo contacto con los electores, se estableció la elecc primaria para la candidatura a la presidencia. Hubo mas leyes que
regulaban la estructura de los part pol y se aprobaron nuevos cuerpos legales para regular el financiamiento de las
campañas electorales.

5) Quinto sist (1932-a la fecha)

La Gran Depresión de finales de los 20 y 30 propició el declive del Part Republicano. Para las elecc de 1932 el Part Demo
logro conformar una amplia coalición que le permitió triunfar en las elecciones y convertirse en partido dominante durante
las sgtes décadas. El New Deal de Roosevelt logró cohesionar a grupos dispares e implementó la versión estadounidense
del E de Bienestar, favoreciendo un cambio social en la vida del país.

Durante la segunda mitad del siglo, hubo una alternancia entre los republicanos y los demócratas.

Durante la década de los 80 la crisis del E de Bienestar permitió que el Part Rep con un nuevo discurso neoliberl se
mantuviera en la presidencia durante 12 años. Proponian la recuperac eco del país.

En 1992 los Demo volvieron a la Casa Blanca con una nueva generación de políticos de corte moderado con Clinton a la
cabeza que triunfó en las elecc de 1992 y 1996.

Unidad 2: América Latina, África y Asia en el S XIX

Punto 7: América Latina. Procesos de independencia. Las ideas bolivarianas del Panamericanismo

Algo más de tres siglos duró el dominio español en América Latina (a excepción de Cuba y otros pequeños enclaves). No
se puede negar que la independencia vino favorecida por la situación que se vivía en la península, a raíz de la ocupación
francesa. Pero, no es conveniente olvidar que, dicha independencia se produjo cuando América Latina estuvo preparada
para ella. La presencia militar española nunca fue elevada en el continente y dependía del apoyo militar de los propios
latinoamericanos.

Es interesante, también, no perder de vista que el proceso de independencia fue “uno”, ya que afectó a todo el continente
americano bajo dominio español, y “múltiple” ya que dio origen a varios procesos de independencia y a una división del
continente en diferentes naciones, relacionada, a veces, con la división administrativa española, otras con disputas
comerciales y recelos económicos.

En el conjunto de América Latina encontramos dos grandes espacios. Uno bajo dominio portugués (aproximadamente el
actual Brasil) y otro bajo dominio español (Hispanoamérica). El territorio español se dividía en cuatro virreinatos (Nueva
España, Perú, Nueva Granada y Río de la Plata, al frente de los cuales había un virrey) y cuatro capitanías generales
(Guatemala, Cuba, Venezuela y Chile, al frente de las cuales estaba un capitán general). Junto a ellos las intendencias (para
el control de los ingresos reales y el abastecimiento de los ejércitos), las audiencias (ejercicio de la justicia) y los obispados
y arzobispados (dimensión religiosa). Todo este entramado administrativo estaba en manos de peninsulares, siendo
escasa la presencia de criollos.
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Causas de la indep

Causas internas:

● el menosprecio de la Corona hacia la población criolla, que estaba apartada de las grandes decisiones políticas.
Los criollos accedían a los puestos inferiores de la administración, pero no a los más elevados reservados a los
españoles. A pesar de su poderío económico y de ser descendientes de españoles se veían mermados en sus
capacidades políticas.
● el monopolio mercantil en favor de España, perjudicando los intereses comerciales y empresariales de la
población criolla. Los esfuerzos económicos de la población residente en América sólo servían para incrementar
los ingresos de la Hacienda española.
● una administración que anteponía los intereses de España a las necesidades de los habitantes de las colonias y
que, fácilmente, caía en la corrupción y el nepotismo.
● una diversidad racial que llevaba aparejada la exclusión y sometimiento de partes importantes de la población,
sobre todo de los indígenas y negros, aunque también de la población mestiza.

Causas Externas

● el ejemplo de la independencia de los EE.UU: Ponía de manifiesto que unas colonias podían sacudirse el poder de
la metrópoli y que la independencia era algo posible.
● la introducción de las ideas ilustradas y de la revolución francesa: Dimensionaron las demandas económicas de
los criollos al situarlas en un plano político y de autonomía nacional y personal. El protagonismo demandado por
los criollos y la liberalización económica demandada, adquirió una versión política plasmada en un liberalismo
independentista.
● la creciente economía inglesa con su desarrollo industrial y la necesidad de nuevos mercados, junto al nuevo
marco bélico europeo tras la llegada al poder de Napoleón.

Este proceso independentista estará en manos de una pequeña parte de la población, la criolla, que buscó satisfacer sus
demandas mediante la independencia política, pero olvidando las pretensiones y necesidades del resto de la población,
lo que está en la base de los posteriores movimientos sociales que vivió América Latina.

Características

Aunque el proceso va a ser distinto en cada uno de los virreinatos americanos, no por ello dejan de compartir una serie
de características, entre las que podemos destacar:

-fue un proceso protagonizado por las minorías criollas y blancas, en el que la población indígena se vio relegada.

-tuvo el proceso un carácter autoritario y caudillista, no promoviendo un cambio social, sino un cambio en la titularidad
del poder.

-fue un proceso largo y complejo, en el cual no sólo se luchó contra los españoles, sino que también se produjeron
enfrentamientos entre los propios americanos.

-la estrecha relación entre el proceso de independencia y la evolución de España: ya que la invasión francesa será
aprovechada para proclamar la independencia, mientras que la vuelta al absolutismo por parte de Fernando VII impulsará
el liberalismo en América. Por último, las tropas que en 1820 se levantan en España contra el absolutismo de Fernando
VII y a favor de la Constitución de Cádiz, estaban destinadas a América para sofocar las rebeliones. El que esas tropas no
llegasen a América facilitará la definitiva independencia.
19
Etapas

La invasión de España, por parte de los franceses, provocará que las colonias americanas tomen el poder en sus manos,
evitando caer en manos francesas. Para ello tuvieron que oponerse a las autoridades nombradas desde España, que
permanecían fieles a Cádiz. En este proceso podemos distinguir dos modelos: uno el iniciado en las capitales,
protagonizado por las élites blancas que luego se extiende al mundo rural y otro de origen campesino y popular, que se
vivió en México. En el primer modelo los cabildos metropolitanos asumieron el poder, destituyendo a las autoridades
españolas y formando Juntas de gobierno. Más adelante estas Juntas convocarán congresos constituyentes en los cuales
se declaró la independencia. Este es el proceso que se vivió en: Venezuela, Argentina, Chile y Ecuador. El segundo modelo
es el vivido en Nueva España. Allí, en la localidad de Dolores, el cura Miguel Hidalgo convocó a indios y mestizos frente a
la población blanca, asaltando las posesiones de éstos y convirtiendo la revolución en un gran movimiento social, ante el
que se produjo la reacción de los blancos y criollos, que frenaron, con el apoyo del ejército español, la revolución.

El proceso iniciado se puede estructurar en una serie de fases, relacionadas con la evolución de la península:

1. la ocupación francesa de la península pone en marcha los procesos independentistas, al tratar de desvincularse de
España con el objeto de no quedar convertidas en colonias francesas

2. la restauración en el trono de Fernando VII y la vuelta al absolutismo posibilita que las fuerzas españolas vuelvan a
controlar una gran parte de los territorios sudamericanos, acabando con los conatos independentistas, excepto en el cono
sur

3. El triunfo del liberalismo durante el “trienio liberal”, entre 1820-1823 facilita una nueva explosión independentista,
favorecida por que los refuerzos militares enviados desde España no llegan al continente americano. Esta situación es
aprovechada por los independentistas para expulsar, definitivamente, a los españoles de América Latina.

4. Tras el proceso de independencia se inicia el de creación de estados nacionales a partir de la división de las grandes
áreas creadas por los “libertadores”.

Panamercanismo

El panamericanismo relacionado estrechamente con el americanismo, es un movimiento o corriente política, social,


económica y diplomática americana que tiene como objeto originar, promover, alimentar, acondicionar u organizar las
relaciones, cooperación y asociación que se puede generar entre los países que forman América en los distintos ámbitos
donde poseen un interés en particular. En otras palabras el panamericanismo es un principio o creencia de unidad entre
las naciones que representa el continente americano.

Sus orígenes se remontan hacia el año de 1800, partiendo de la lucha por la emancipación de América Latina,
e implantando la idea de que por ser países vecinos y naciones americanas, debían unir fuerzas y apoyarse mutuamente
en cuanto a soberanía y seguridad, esa independencia previamente ganada de las naciones latinoamericanas, seguida por
el desarrollo de los Estados Unidos adjudicada como potencia mundial, permitió el nacimiento de esta ideología de que el
nuevo mundo del hemisferio occidental era distinto al viejo mundo que estaba inundado por la monarquía europea,
uniéndolos cada vez más.

Simón Bolívar fue un político y militar venezolano, y a este se le considera el padre del panamericanismo; puesto que su
creencia e ideario era la completa unión política de los estados de América que comprendía en una contribución
permanente política y militar. Este personaje tan importante para la historia de las naciones americanas fue quien
ambiciono la creación de la Gran Colombia que abarcaría lo que era Nueva Granada y Venezuela, pero que no solo se

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limitara a esto sino que comprendiera también el resto de las antiguas colonias españolas; esto se debía a que Simón
Bolívar poseía la concepción de que la unión de estas fuerzas regido por un solo gobierno supremo favorecería a todos los
territorios americanos.

El panamericanismo tiene como objeto fomentar las relac y la colab entre los países de América. Nace con la indep de las
distintas colonias españolas y portuguesas del siglo XIX. Simón Bolívar, principal exponente, presintió que el mayor riesgo
al que se enfrentaban las nuevas naciones era su desunión, por lo que propugnó la federación de todas ellas en una
estructura de carácter supranacional. En la Carta de Jamaica (1853) ya había expuesto la idea de unir a toda Sudamérica.
Pero fue en 1826 cuando se convocó a instancias del propio Bolívar una reunión de las recién creadas repúblicas que se
celebró en Panamá. EEUU se desinteresó en participar.

En 1823 se proclama la Doctrina Monroe y EEUU sigue sin tomar parte activa en el movimiento, sin embargo acabada la
guerra civil estadounidense (1865), EEUU se muestra mas interesado en el comercio con Sudamérica. Entre 1889 y 1890
se celebró en Washington la Primera Conferencia Panamericana a la que asistieron representantes de 20 países
americanos. En esa reunión se sentaron las bases para un sist de coop panamericana y se creó la Oficina Internacional de
las Repúblicas Americanas, la cual años mas tardes se convertiría en la OEA con sede en Washington.

Punto 8: Posición europea y norteamericana. Canning. Monroe

La Doctrina Monroe es sin duda uno de los grandes temas de la historia de las Relaciones Internacionales del continente
americano. Originalmente fue parte del mensaje anual del presidente norteamericano James Monroe al Congreso de los
Estados Unidos del 2 de diciembre de 1823; con el tiempo se convirtió en parte fundamental de la política exterior
norteamericana. Mucho de su significado descansa en el hecho de que su esencia fue por más de cien años una parte
integral del pensamiento norteamericano.1 El mensaje articuló ideas ya bien establecidas en la política exterior de los
Estados Unidos. La idea de la separación geográfica, política, económica y social del Nuevo Mundo con respecto al Viejo,
destacando los diferentes intereses americanos, datan de antes de la independencia norteamericana; los principios de
Monroe complementaron el arraigado aislacionismo.

En 1815 Napoleón Bonaparte es definitivamente derrotado por una alianza de potencias europeas entre las que destacan
Inglaterra, Rusia, Prusia y Austria. A consecuencia de estos eventos, se reúnen los vencedores en un congreso, en la capital
del imperio austriaco, para Restaurar la Europa pre revolucionaria y firmar la Paz de Viena. Es a partir de entonces que los
Estados Unidos deciden volver la espalda al Atlántico, manifestando abiertamente su rechazo hacia las políticas europeas.

Por su parte, los europeos establecerán un nuevo sistema de congresos que garantizaría la paz en el continente; se trataba
de un procedimiento colectivo para resolver problemas y garantizar la aplicación de acuerdos. Este Sistema de Congresos
empieza a funcionar en 1818. En el cuarto de ellos, celebrado en Verona -de octubre a noviembre de 1822- España será
el tema prioritario por haber triunfado en este país un gobierno liberal, la mayor amenaza a los ojos de los líderes de la
Restauración. Francia está decidida a intervenir para derrocarlo y obtiene el apoyo de las demás potencias, a excepción
de la Gran Bretaña que se opone radicalmente. En el acta final del Congreso de Verona se aprueba la intervención armada
de Francia en nombre de la Alianza. Como resultado de estas acciones, el 7 de abril de 1823 Fernando VII es restituido
como monarca absoluto.

Inglaterra verá con temor estos acontecimientos; las potencias de la Santa Alianza podrían apoyar a España en la
recuperación de sus colonias en América, envueltas por entonces en guerras de independencia. Esto perjudicaría el
rentable comercio que los británicos habían establecido con ellas desde el inicio del proceso independentista (Pereira
2001). Por ello, ofrecen a Estados Unidos la elaboración de una declaración conjunta de oposición contra la intervención
europea en América.

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Si bien los norteamericanos se negaron a aceptar la fórmula de una declaración conjunta con Inglaterra, el día 2 de
diciembre de 1823, James Monroe, presidente de los Estados Unidos, presenta en su discurso anual algunos pasajes sobre
relaciones exteriores que dejarán clara la posición de los Estados Unidos en política exterior. Resumiendo la Doctrina en
las palabras del presidente:

a) "Los continentes americanos... no podrán considerarse ya como campo de futura colonización por ninguna potencia
europea."

b) "El sistema político de las potencias aliadas es esencialmente distinto... del de los Estados Unidos de América.
Considerando todo intento de su parte por extender su sistema a cualquier porción de este hemisferio como peligroso
para nuestra paz y seguridad."

c) "No nos hemos entrometido ni hemos de entrometernos con las actuales colonias o dependencias de ninguna potencia
europea."

d) "Nunca hemos intervenido en las guerras de las potencias europeas sobre cuestiones concernientes a ellas, ni se aviene
a nuestra política hacerlo."

"América para los americanos" es el lema que, para muchos, resume los principios de Monroe. Aunque el discurso fue
bien acogido por la opinión pública, fueron pocas las personas que apreciaron su verdadero significado.

Los motivos por los cuales los Estados Unidos rechazaron la propuesta británica de una declaración conjunta, dejan clara
su significación: si bien esta negativa se debió en parte a que los norteamericanos querían evitar echar todo el peso de los
Estados Unidos en la balanza del poder británico (que era precisamente lo que buscaban los ingleses), mucho más
importante fue que Canning, ministro inglés, proponía que ambos bandos se comprometieran a no adquirir ninguna parte
de la América española. Tal compromiso podría resultar un inconveniente en caso de que Cuba, aún española, votara por
unirse a los Estados Unidos. En otras palabras, Inglaterra podría pretender frenar el expansionismo norteamericano.

En efecto, desde sus inicios los Estados Unidos buscaron la expansión en el continente americano "con extraordinaria
fijeza de propósito". Antes de terminar el siglo XVIII habían firmado una serie de tratados para fijar los límites con Canadá
y la Florida en su favor; habían abierto el río Mississippi al comercio norteamericano y empezaron a establecer intereses
comerciales en las Indias Occidentales británicas. Esta primera etapa culminó en 1803 con la compra a Francia de la
Louisiana, que dio a la joven nación un inmenso territorio sin fronteras definidas al oeste del Mississippi, así como
reclamaciones de territorios españoles de Florida y de Texas.2 La expansión territorial a través de la América del Norte,
particularmente su avance hacia el Oeste, era considerada un asunto exclusivamente interno, y no una cuestión de política
exterior. Era considerada "Destino Manifiesto". Como consecuencia, durante el siglo XIX, la política exterior de los Estados
Unidos fue básicamente natural: realizar el Destino Manifiesto del país, y evitar mantenerse libres de compromisos en
ultramar.

Así, ante la amenaza de una posible incursión de la Santa Alianza en América, la Doctrina Monroe convertía en un foso
protector al océano Atlántico. Si hasta entonces, la regla fundamental de la política exterior norteamericana había sido
que los Estados Unidos no se dejarían enredar en las luchas europeas por el poder, la Doctrina Monroe daba el siguiente
paso al declarar que Europa no debía inmiscuirse en los asuntos de América. "Y la idea de Monroe de lo que constituía los
asuntos americanos de todo el hemisferio occidental era realmente expansiva."

Además, esta doctrina anunciaba audazmente que los Estados Unidos estarían incluso dispuestos a ir a la guerra para
sostener la inviolabilidad del continente americano porque considerarían toda extensión del poder europeo, en cualquier
parte del hemisferio, una amenaza para la paz y la seguridad.
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De esta manera era como los Estados Unidos daban la espalda a Europa y se otorgaban la libertad de extenderse por el
continente. Así, la nueva nación, al amparo de la doctrina Monroe, podía aplicar políticas muy cercanas a las de los
monarcas europeos de su tiempo: extender su comercio y su influencia, anexarse territorios y, en suma, convertirse en
una gran potencia.

No obstante el carácter unilateral de las declaraciones del entonces presidente Monroe, los ingleses ofrecieron su apoyo
a la doctrina con los cañones de la Marina Real. A pesar de que era una clara advertencia a las potencias europeas para
que se mantuviesen fuera de América, el mensaje no era para ellos; su respuesta fue apoyar una causa que a ellos también
les beneficiaba.

La primera aplicación clara y directa de la Doctrina Monroe la encontramos en la anexión de Texas a los Estados Unidos.
Polk fue el primer presidente que apeló a los principios de Monroe, dándoles tal nombre. Efectivamente, justificó los
hechos utilizando como argumento el peligro que significaba para los Estados Unidos el que el Estado independiente de

Texas se aliara o se convirtiera en la dependencia de una nación extranjera más poderosa, convirtiéndose así en una
amenaza para la seguridad norteamericana.

Sin embargo, el mismo presidente Polk adopta una actitud muy diferente en relación con los acontecimientos en la
desembocadura del Río de la Plata, en donde Francia y Gran Bretaña establecieron un plan conjunto de intervención
armada. Polk distingue entre una iniciativa europea, cuyo objetivo fuese una expansión territorial, y la que atentara a la
soberanía de un Estado americano. En el primer caso, los Estados Unidos harían todo lo posible para impedirlo; en el
segundo, no permanecerían indiferentes. Con esta distinción, el presidente norteamericano limitaba, implícitamente, el
campo de aplicación de la Doctrina Monroe a las regiones en que la Unión poseía intereses vitales.

Punto 9: Guerra de la Triple Alianza

Origen

Tuvo su origen en un conflicto interno que surgió en Uruguay y que escaló rápidamente a nivel regional (algunos sostienen
que alentado por los intereses comerciales del imperio británico).

Fue en 1864, pocas décadas después de que los países de Sudamérica declararan su independencia de las potencias
europeas, y cuando aún se definían las fronteras de las nuevas naciones vecinas.

El detonante que desencadenó todo fue la pelea entre los dos partidos tradicionales de Uruguay: el Partido Nacional (o
Blanco), que gobernaba, y el Partido Colorado.

El gobierno de Bernardo Prudencio Berro era el único aliado regional de Paraguay, y le garantizaba una salida al mar
(aunque en la práctica, antes de la guerra los paraguayos usaban principalmente el puerto de Buenos Aires para acceder
al océano Atlántico).

En cambio los colorados, liderados por el general Venancio Flores, tenían el respaldo de Brasil. Por ello, cuando Flores,
con ayuda de Brasil, encabezó una revolución para derrocar a Berro, el presidente paraguayo, el mariscal Francisco Solano
López, decidió salir en defensa del gobierno uruguayo.

Solano López ordenó la captura de un barco mercante brasileño e invadió la provincia brasileña de Mato Grosso, que
Paraguay y Brasil se disputaban. Desde allí, pretendía enviar a sus tropas hacia Uruguay, pero para ello necesitaba
atravesar la provincia argentina de Corrientes.

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Fue así como entró en el conflicto este último país. El presidente argentino, Bartolomé Mitre, era aliado de los colorados
uruguayos, al igual que Brasil. Por ello se negó al pedido de Solano López de atravesar Corrientes, y cuando este invadió
esa provincia, Argentina se sumó a Brasil y al nuevo gobierno uruguayo en contra de Paraguay.

Guerra de la Triple Alianza

La Guerra de la Triple Alianza (1865), fue una coalición conformada por Brasil, Uruguay y Argentina, que luchó
militarmente con el Paraguay. El conflicto se desencadenó cuando el general Francisco Solano López, presidente del
Paraguay, decidió acudir en ayuda del gobierno ejercido por el Partido Blanco (o Nacional) del Uruguay, en guerra civil
contra el Partido Colorado, apoyado militarmente por Brasil. Solano López solicitó al presidente argentino Bartolomé
Mitre, el permiso para que sus tropas atravesaran la provincia de Corrientes rumbo al Uruguay para colaborar en la
Defensa de Paysandú. Ante la negativa mitrista, tropas paraguayas ocuparon la provincia argentina de Corrientes, lo cual
forzó el ingreso de la Argentina en la guerra y su alianza con Brasil.

La guerra que enfrentó a la Argentina, Brasil y Uruguay contra Paraguay, entre 1865 y 1870, respondió más a los intereses
británicos y de acabar con un modelo autónomo de desarrollo como el paraguayo, que podía devenir en un “mal ejemplo”
para el resto de América latina, que a los objetivos de unificación nacional y defensa del territorio proclamados por sus
promotores.

El conflicto que terminó por enfrentar al Paraguay con la Triple Alianza, formada por Argentina, Brasil y Uruguay, tuvo su
origen en 1863, cuando el Uruguay fue invadido por un grupo de liberales uruguayos comandados por el general Venancio
Flores, quienes derrocaron al gobierno blanco, de tendencia federal y único aliado del Paraguay en la región.

La invasión había sido preparada en Buenos Aires con el visto bueno del presidente Bartolomé Mitre y el apoyo de la
armada brasileña. El Paraguay intervino en defensa del gobierno depuesto y le declaró la guerra al Brasil.

El gobierno de Mitre se había declarado neutral pero no permitió el paso por Corrientes de las tropas comandadas por el
gobernante paraguayo, Francisco Solano López. Esto llevó a López a declarar la guerra también a la Argentina.

Brasil, la Argentina y el nuevo gobierno uruguayo firmaron en mayo de 1865 el Tratado de la Triple Alianza, en el que se
fijaban los objetivos de la guerra y las condiciones de rendición que se le impondrían al Paraguay.

El Paraguay era la única nación de América Latina que no tenía deuda externa porque le bastaban sus recursos.

Pero lo cierto es que la guerra duró casi cinco años, le costó al país más de 500 millones de pesos y 50.000 muertos. Sin
embargo, benefició a comerciantes y ganaderos porteños y entrerrianos cercanos al poder, que hicieron grandes negocios
abasteciendo a las tropas aliadas.

Consecuencias

El trasfondo de la guerra, más allá de lo político, fue la disputa territorial. Antes del conflicto, Paraguay mantenía
diferendos territoriales con Brasil y Argentina. Tras la guerra, perdió gran parte del territorio que reclamaba, que según
Chamorro representaba más de 150.000 kilómetros cuadrados (y más del 25% del territorio que Paraguay consideraba
como propio). Brasil se quedó con el territorio que reclamaba en Mato Grosso y Argentina logró anexar las actuales
provincias de Formosa y Misiones. Además, Brasil ocupó Paraguay por seis años y exigió una indemnización de guerra.

Otras consecuencias:

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● Grandes pérdidas de población, territorio y poder económico para Paraguay, luego de ser derrotado en esta
guerra.

● Se introdujeron ideas liberales en Paraguay, con la creación de partidos políticos y la intervención de organismos
nacionales en dichas políticas.

● El Partido Colorado de Uruguay, con el apoyo de la Triple Alianza, logró conservar el gobierno usurpado.

Punto 10: Asia. Japón, el almirante Perry. Revolución Meiji

Matthew Calbraith Perry (1794–1858) fue un naturalista y oficial naval de EE. UU. Nacido el 10 de abril de 1794 en Newport
(Rhode Island) y fallecido en Nueva York el 4 de marzo de 1858. Rompió el aislamiento internacional de Japón y lo forzó a
abrirse a los demás países extranjeros e impulsó el tratado de Kanagawa.

Los Barcos Negros fue el nombre con el que fueron conocidos los barcos occidentales que arribaron a Japón entre el siglo
XV y el siglo XIX. En particular, este apodo hace referencia sucesiva a los barcos portugueses, españoles, holandeses e
ingleses, y muy posteriormente a los estadounidenses Mississippi, Plymouth, Saratoga, y Susquehanna, que arribaron en
1853 al Puerto de Uraga (que en la actualidad es parte de Yokosuka) en la Prefectura de Kanagawa, Japón, bajo el mando
del Comodoro estadounidense Matthew Perry. La palabra "negros" hace referencia al color negro del casco de esos barcos
de vela, y al humo negro del carbón que era quemado en las calderas del Mississippi y el Susquehanna.

Las superiores fuerzas militares del Comodoro Perry le permitieron negociar un tratado que le permitiera a los
estadounidenses comerciar con Japón, terminando con un periodo de 200 años en que Japón solo permitía el comercio
con los holandeses, los chinos y algún otro grupo menor. Los siguientes años, en el Tratado de Kanagawa, Perry regresó
con 7 barcos y forzó al shōgun a firmar el "Tratado de Paz y Amistad", estableciendo relaciones diplomáticas formales
entre Japón y los Estados Unidos. En 5 años, Japón firmó similares tratados con otros países occidentales. El Tratado de
Harris fue firmado con los Estados Unidos el 29 de julio de 1858.

Revolución Meiji

A principios del siglo XVII, en la conocida como era Tokugawa, Japón era una sociedad feudal, fuertemente jerarquizada y
cada vez más encerrada en sí misma tras pasar catorce siglos como estado tributario de un Imperio chino cuya superioridad
reconocía formalmente y al que consideraba fuente de toda sabiduría. Pero con la influencia china en decadencia se había
pasado a rechazar las influencias extranjeras, consideradas potenciales desestabilizadores para el orden social, en favor
de las costumbres japonesas: se prohibió el cristianismo y el uso de puertos japoneses por parte de extranjeros, así como
el uso de barcos de más de cierto tamaño, lo que en la práctica acabó con el comercio.

En 1853, Japón fue obligado a interrumpir su política de aislamiento con la llegada de una flota americana a la bahía de
Tokio que exigía, en nombre de Estados Unidos, Gran Bretaña y otras potencias occidentales, que Japón se abriera al
comercio. Japón cedía con la firma de los llamados tratados desiguales, que abrían el país al comercio en condiciones muy
desfavorables. Como sucedía en toda Asia, Japón se encontraba ante un enemigo con una flota y un armamento
vastamente superiores que invocaba permanentemente la amenaza de la invasión. La progresiva pérdida de soberanía
provocó sentimientos de odio contra los extranjeros y oleadas de protestas y disturbios contra aquellos que no eran
capaces de contenerlos, situación que acabó precipitando el derrocamiento del régimen Tokugawa por parte de los
samuráis. Estos, ya una casta más administrativa que guerrera, se pusieron al frente de Japón.

El nuevo Gobierno de samuráis había visto a China, el poder hegemónico en Asia durante siglos, humillada en las guerras
del opio. Tan partícipes del odio contra los bárbaros occidentales como el resto de la población, los samuráis optaron,

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contra todo pronóstico, por el pragmatismo: ante la superioridad tecnológica de las potencias occidentales, el camino
correcto para proteger el honor y la soberanía de la nación no podía ser otro que aprender de ellas. Se iniciaba así una
transformación política, económica y social sin precedentes.

Mucho más que una revolución industrial

La restauración Meiji fue un plan meditado y sistemático orquestado por las élites japonesas para transformar Japón en
un país industrializado en condiciones de hacer frente a los invasores, defenderse a sí mismo y proteger su soberanía. La
necesidad de emular a Occidente se entendía principalmente en términos económicos. Sin embargo, limitar el fenómeno
que se produjo a un proceso de industrialización sería un error: toda la maquinaria social se puso al servicio del nuevo
propósito nacional. Se enviaron misiones de observación a varias potencias occidentales, donde contrataron a trescientos
europeos y americanos, expertos en todo tipo de ámbitos, como asesores en su ambiciosa misión. En cuestión de tres
años, el feudalismo había sido efectivamente desmantelado y el sistema de castas, suprimido; en su lugar aparecían un
floreciente capitalismo y una alta sociedad que vestía ropa occidental e iba a la ópera. Y se había logrado con un mínimo
derramamiento de sangre.

La restauración Meiji presenta ciertas características que la convierten en un fenómeno histórico único. Supuso, a todos
los efectos, una revolución para el orden existente, pero se llevó a cabo por una parte de su élite; se dio debido a factores
puramente exógenos, a diferencia de la Revolución francesa o la industrial británica; fue una revolución conservadora,
que cambió cada resquicio para que la soberanía y la cultura japonesas, a pesar de todo, prevalecieran. Por desgracia, en
una sociedad tan profundamente jerárquica, elevar a Occidente a las alturas también significó reducir a sus vecinos
asiáticos a la categoría de naciones inferiores.

El trasfondo ideológico de la restauración Meiji era militarista y contenía las semillas del imperialismo japonés. La gran
capacidad militar y económica de las potencias admiradas por Japón descansaba sobre la explotación de sus colonias; para
considerarse plenamente una potencia como las occidentales —“Un Estado rico, militar y fuerte”, como rezaba el lema de
la época Meiji—, Japón necesitaba disponer de las suyas propias. Así, entre 1868 y 1945, Japón invadió Taiwán, Corea,
parte de China y gran parte del sudeste asiático. Este feroz expansionismo cesó con su derrota en la Segunda Guerra
Mundial y la ocupación de Japón por Estados Unidos, que forzó una Constitución pacifista que prohibía la guerra, el
mantenimiento de un ejército y el colonialismo. La soberanía nacional, el propósito mismo de aquella descomunal
empresa nacional, había sido arrebatada y sus aspiraciones de ser reconocido como un igual por la comunidad de naciones,
barridas.

Sin embargo, en el momento en el que los objetivos de la restauración Meiji parecían más inalcanzables que nunca, se
produjo lo que más tarde se llamó el milagro japonés. La instauración de la democracia y la paz y de una relación de
cooperación con Estados Unidos sustituyó al militarismo. Con la vía económica como único camino para abrirse paso en
la esfera internacional y apartado de toda obligación internacional, el país nipón concentró sus energías en reinventar su
industria y dejar atrás la producción militar prevaleciente junto con su pasado violento. Entre 1950 y 1980, Japón creció a
una media del 8,5% anual. En los años ochenta, las especulaciones de que se convirtiera en la primera potencia económica
mundial ya estaban a la orden del día. Los libros que explicaban las virtudes únicas de la gestión japonesa y la eficiencia
inherente a su cultura proliferaban. Japón lograba, finalmente, alcanzar su objetivo histórico y probaba que el desarrollo
y el prestigio económicos no estaban reservados para los caucásicos. El sabor de la victoria, sin embargo, habría de
desvanecerse pronto: en 1990, la burbuja japonesa estallaba y el país se sumía en una profunda crisis económica de la
que no ha logrado salir hasta nuestros días.

Rev Meiji

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Entre 1867 y 1912 tiene lugar la época Meiji en la que se desarrolla definitivamente un Japón nuevo que, abierto al mundo,
sabe guardar sus tradiciones esenciales. A la muerte del emperador Komei, en 1867, el nuevo emperador Mutsu-hito eligió
el nombre de Meiji (Gobierno de la luz) para designar su reinado. Los principios del gobierno iluminado fueron restablecer
la autoridad del Emperador y la occidentalización, es decir, el fin de la época feudal y la conversión de Japón en el primer
país no occidental que desarrolla las técnicas de la Primera Revolución Industrial.

la Era Meiji (1868-1912). Esta ha sido llamada así en honor al Emperador Mutsuhito, también conocido como el Emperador
de Meiji. Con este nuevo periodo, se puso fin a los 265 años de gobierno del Shogunato Tokugawa, comenzando una serie
de reformas que culminarían en la apertura de la Japón al exterior.

La causa fue la Restauración Meiji (1868-1912). Ésta fue una etapa política de Japón caracterizada por la recuperación del
poder ejecutivo para el emperador, pues entre 1600 y 1868 el archipiélago nipón había sido gobernado por una familia de
dictadores militares (shogunes). El nuevo gobierno imperial era consciente de la inferioridad tecnológica de Japón frente
a las potencias occidentales, con las que había comenzado a tener contactos en 1853.

Desde el gobierno imperial se realizaron varias reformas revolucionarias que hicieron pasar a su país de la Edad Media a
la II Revolución Industrial:

En 1871 se abolió el feudalismo y es estableció la propiedad privada de la tierra.

Se enviaron millares de estudiantes japoneses a Estados Unidos y Europa para formarse, y fueron contratados 3.000
occidentales para enseñar ciencia moderna, matemáticas, tecnología y lenguas extranjeras en Japón.

El gobierno se encargó de mejorar las carreteras, construir vías férreas, líneas de telégrafo, astilleros, fábricas de
municiones… Dio un impulso para modernizar la economía nipona (creación de una industria textil centrada en el algodón
y la seda) y la supervisó por completo.

En 1889 se creó una constitución y un parlamento, pero el sistema japonés no era verdaderamente liberal pues el mayor
poder político los seguía teniendo el emperador.

Una parte importante de la modernización de Japón estuvo unida a la creación de un ejército y una armada que estuviesen
a la altura de las occidentales. Fueron enviados cadetes a academias militares en Europa y Estados Unidos, y se estableció
el servicio militar obligatorio lo que permitió disponer de numerosas tropas. Ese poder militar lo usó Japón desde finales
del siglo XIX para su expansión exterior. Las causas del imperialismo japonés fueron la búsqueda de prestigio político
internacional y de las materias primas que necesitaba para mantener su nueva economía industrializada, porque el
archipiélago nipón carece de carbón, petróleo…

Punto 11: China, guerra del opio. Revolución de los bóxers. Guerra chino japonesa

Guerra del opio

Resistencia al imperialismo. China: la Guerra del Opio. 1839-1842

La guerra del Opio o Guerra anglo-china ocurrió entre 1839 y 1860 y fue el resultado de los conflictos comerciales entre
China y el Reino Unido. China estaba intentando prohibir el consumo de drogas, particularmente del destructivo opio que
generaba fuertes adicciones entre su población con las graves consecuencias sociales y económicas mientras que Gran
Bretaña contrabandeaba el opio procedente de la India británica y lo introducía en China.

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Durante el siglo XVI China y Europa comenzaron su intercambio comercial marítimo. Se establecieron colonias portuguesas
en India y Macao, España adquirió las Filipinas, y el comercio creció aceleradamente. Desde Manila partían galeones
cargados con las riquezas de Oriente.

El emperador Qing intentó limitar el contacto con Occidente permitiendo que solamente Cantón estuviese abierto al
comercio, imponiendo a los europeos pesados trámites y restricciones para la venta de sus productos y protegiendo sus
propios monopolios de producción de la competencia, con lo que los precios subieron y la demanda china de productos
europeos bajó; España inició la venta de opio a los chinos, junto con tabaco y maíz para equilibrar el déficit.

En el Reino Unido, había gran demanda de té, seda y porcelana chinas, pero los productos británicos no estaban
posicionados en China, por lo que el país tenía un fuerte déficit comercial y los artículos chinos tenían que pagarse con
plata. Para compensar el déficit, siguió el ejemplo de España, vendiendo a los chinos el opio que se cultivaba en la India
británica. El comercio del opio creció y la plata británica disminuyó en China.

En 1729, el emperador Yongzheng prohibió su comercio, por la gran cantidad de adictos que generaba. La prohibición
generó el conflicto, pues mientras el emperador chino veía en la droga un peligro para la población, los británicos veían
en el comercio del opio una manera de compensar el comercio con China, pues la droga les generaba ganancias cercanas
al 400 por ciento. Las guerras que se entablaron por esta razón y los acuerdos y tratados que les siguieron, llevaron a abrir
los puertos chinos al comercio y a colapsar la economía china.

La droga se cultivaba en China desde el siglo XV, se mezclaba con tabaco de acuerdo con una receta inventada por los
españoles, los holandeses dominaron el mercado a partir del siglo XVII y el consumo se generalizó tras el contrabando
británico en el XVIII. Tras percatarse de los problemas de salud vinculados con el opio, en 1829 el gobierno imperial chino
prohibió su consumo; la droga comenzó a circular clandestinamente.

El Emperador Daoguang, alarmado ante el creciente y desenfrenado consumo de Opio en China , encomendó a Lin Hse
Tsu su combate. Lin Hu Tsu ordenó la destrucción de cerca de veinte mil cajas de opio y envió un correo a la Reina Victoria
pidiendo que respetase las reglas del comercio internacional, no introduciendo más opio a suelo chino. Por toda respuesta,
en noviembre de 1839, la reina Victoria envío a la flota británica para atacar a la armada china en Hong Kong, iniciándose
la contienda, de la resultaría derrotada China. En la guerra del Opio estarían implicadas otras naciones, como Francia,
aliada y socia comercial de Gran Bretaña y Alemania.

Tras perder, China se vio obligada a tolerar el comercio del opio y a firmar tratados unilaterales y humillantes en los que
se le forzaba a abrir sus puertos, en el Tratado de Nankín, China cedió Hong Kong a Gran Bretaña y amplió el territorio de
concedido a los portugueses.

El sentimiento de vergüenza y humillación provocaría otras rebeliones en China como la Rebelión Taiping en 1850 y que
se consideró una segunda guerra del opio, la Rebelión Boxer en 1899, y finalmente el levantamiento armado encabezado
por Sun Yan-set y el Kuomintang, que traería como consecuencia el derrocamiento, en 1911, de la Dinastía Qing.

Revolución de los boxers

La Rebelión de los Bóxers fue la última revolución popular de la dinastía Qing, puesto que la Revolución de 1911 fue
protagonizada por la burguesía con escasa participación del pueblo. Los Bóxers fueron un movimiento antiextranjero
impulsado por la humillación infligida a China por el Tratado de Shimonoseki, la agresiva intrusión del cristianismo en la
tradición popular y, como detonante histórico, la invasión alemana del golfo de Jiaozhou, en la provincia de Shandong.

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Fue precisamente en esa provincia donde en 1899 surgió el movimiento Bóxer, formado principalmente por campesinos
pobres, obreros de industrias manufactureras, vagabundos, comerciantes ambulantes y demás. Los extranjeros en China
los bautizaron con el nombre de bóxers porque muchos de sus miembros solo utilizaban las artes marciales como arma
contra el enemigo. Sus primeras acciones antioccidentales se centraron en la destrucción de iglesias cristianas y el
asesinato tanto de misioneros como de conversos chinos.

En el año 1900, con el apoyo de la emperatriz viuda Cixí, quien quería utilizar el movimiento para atacar a los extranjeros
sin que se la pudiese acusar de ello, los Bóxers extendieron sus actividades a Tianjin y Pekín. Para ganarse su favor, la
emperatriz promulgó un decreto que reconocía a los Bóxers como grupo legal autorizado a expresar públicamente su
descontento. Tras ese edicto, los Bóxers entraron en Pekín y realizaron manifestaciones antioccidentales, pegaron carteles
revolucionarios y repartieron octavillas entre la población. Hacia la mitad de 1900, los Bóxers ocupaban casi toda la ciudad
de Pekín y toda Tianjin.

En junio de ese mismo año, las potencias imperialistas reunieron un ejército de agresión (según los chinos) para acabar
con la rebelión: fue el famoso Ejército aliado de las ocho potencias, formado por tropas de Gran Bretaña, Francia, EE. UU.,
Rusia, Japón, Alemania, Italia y el Imperio austrohúngaro. Su objetivo era liberar la zona de las embajadas en Pekín, que
en aquellos momentos se veía sometida al cerco de los Bóxers.

Las tropas extranjeras llegaron por barco a Tianjin, y allí se enfrentaron a la guarnición de la batería portuaria de Takú,
como ya había sucedido en la Segunda Guerra del Opio. Al principio, Bóxers y soldados imperiales plantaron cara
conjuntamente a los refuerzos occidentales. Mientras tanto, en Pekín, los Bóxers asesinaron al embajador alemán en
plena calle, lo cual provocó que los representantes diplomáticos británico, francés y norteamericano presentasen un
ultimátum a la emperatriz Cixí exigiéndole la represión de los rebeldes, de lo contrario lo harían las tropas ocupantes. La
emperatriz se enfureció y ordenó que el ejército imperial ayudara aún más a los Bóxers en su lucha contra los imperialistas.
No obstante, días más tarde, al haber caído Tianjin en manos de los aliados, la emperatriz Cixí decidió retirar su apoyo a
los Bóxers, que en ese momento atacaban la zona de embajadas extranjeras en Pekín.

En 1901, el gobierno Qing firmó un protocolo con los vencedores. Dicho protocolo supuso un duro golpe para la soberanía
del pueblo chino. En él se estipularon toda una serie de sanciones económicas contra China y diversas prerrogativas a
favor de los aliados: se impusieron fuertes indemnizaciones al gobierno Qing, tomándose los impuestos aduaneros como
garantía de pago; se prohibió cualquier manifestación popular antiextranjera, que desde entonces debía ser reprimida por
las propias autoridades chinas; se desmanteló la batería portuaria de Takú en Tianjin, dejando así desprotegida la puerta
marítima de la capital; se permitió a los extranjeros acantonar tropas a lo largo de la línea de ferrocarril entre Pekín y
Shanhaiguan (el paso de la muralla). Asimismo, la zona de embajadas en la capital quedó fuera de la jurisdicción de la ley
china y los aliados obtuvieron el derecho a alojar tropas en Pekín para proteger sus legaciones. Para colmo, los ciudadanos
chinos tendrían vetada la entrada a la zona de las legaciones extranjeras.

El fracaso de la Rebelión Bóxer dejó claro una vez más que el pueblo alzado en armas de manera espontánea, como ocurrió
durante la Rebelión Taiping, era incapaz de vencer a las fuerzas imperialistas y a sus acólitos reaccionarios en la corte. La
incipiente burguesía china comprendió, además, que el gobierno Qing era irremediablemente débil y corrupto, y que debía
derrocarlo cuanto antes por el bien de la nación. Por ello, la Rebelión Bóxer es considerada como el preludio de la
Revolución de 1911.

Primera guerra chino japonesa

La primera guerra sino-japonesa (1 de agosto de 1894-17 de abril de 1895) se libró entre la dinastía Qing de China y el
naciente Imperio del Japón, principalmente por el control de Corea. Después de más de seis meses de victorias

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ininterrumpidas del Ejército imperial y la Armada japonesa, así como de la toma del puerto chino de Weihai, China solicitó
la paz en febrero de 1895.

La primera guerra entre China y Japón conocida también como guerra Chino-japonesa se extendió desde el 1 de agosto
de 1894 al 17 de abril de 1895 se libró entre la Dinastía Qing que para ese entonces gobernaba en China y el naciente
Japonés, con el objeto de obtener el control de Corea. Tras varios meses de victorias ininterrumpidas del Ejército imperial
y la Marina japonesa, así como de la toma del puerto chino de Weihai, la cual culminaría con la firma del tratado de paz
entre los dos países conocido como tratado de Shimonoseki En marzo de 1895 en el cual China aceptó la cesión de Taiwán,
las Islas Pescadores y Liaodong a Japón.

Este conflicto fue un claro indicio del fracaso de la dinastía Qing en el intento de modernizar sus fuerzas armadas para
defenderse de las amenazas a su soberanía. Por primera vez, el dominio de la región del este de Asia pasó de China a
Japón, por lo que el prestigio de la dinastía Qing, así como con en la tradición de potencia guerrera, sufrieron un duro
golpe. La humillante pérdida de Corea como Estado vasallo de China provocó una protesta pública sin precedentes en
China que culmino más tarde en la Revolución de 1911 que acabó con la monarquía. Este conflicto se conoce comúnmente
en China como la Guerra de Jiawu el mismo destaco a Japón en la primera nación imperialista de Asía.

Causas de la Guerra

El impacto de los países occidentales ya le había quitado a China sus principales estados dependientes: Burma, Amnam,
Illi, Sikkim, sólo le quedaba Corea.

Corea se dirigía a su Soberana Independencia, lo cual se plasman en los tratados: japonés de 1876, americano de 1882 y
el europeo del 1883.

Las potencias occidentales no estaban preparadas para apoyar la Independencia Coreana, razón por la cual, Japón tuvo el
camino libre para apoyarla, esto le traía muchas ventajas, y su labor ante el resto del globo parecía un hecho altruista, el
de querer libertar a Corea de China y Rusia.

Segunda guerra chino japonesa

La Segunda Guerra Sino-Japonesa transcurrió entre los años 1937 y 1945, en el marco de la Segunda Guerra Mundial .
Comenzó cuando el ejército chino atacó a las tropas japonesas en el Incidente del Puente de Marco Polo. La guerra
concluyó con la rendición de la República de China a Japón en 1945. En chino, esta guerra es conocida como Guerra de
Resistencia

La Segunda Guerra Chino-Japonesa supuso la culminación de la tensión creciente entre China y Japón, que se remontaba
a la anterior guerra entre los dos países. Tras la Primera Guerra Chino-Japonesa, Japón había incorporado ya Taiwán a su
territorio, y los planes expansionistas de este país continuarían durante el principio del siglo XX. Al final de la Primera
Guerra Mundial, el Tratado de Versalles había concedido a Japón numerosos privilegios comerciales en China, que
causaron un gran resentimiento entre la población china, que desembocó en las protestas populares del Movimiento del
Cuatro de Mayo en ese día del año 1919. A partir de 1931, Japón establecía el estado títere de Manchukuo en Manchuria,
ante la impotencia de la República de China, gobernada por el partido nacionalista Kuomintang (KMT), que parecía incapaz
de garantizar la integridad territorial del país.

Esta tensión creciente se convertiría en una guerra abierta el 7 de julio de 1937, tras el incidente del Puente de Marco
Polo, cuando tropas japonesas estacionadas en Manchuria se enfrentaron al ejército de la República de China en las
cercanías del Puente de Marco Polo, unos veinte kilómetros al oeste de Pekín. Esta batalla comenzó porque las tropas

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japonesas creían erróneamente que uno de sus hombres había sido hecho prisionero por los chinos. Japón exigió disculpas
formales a China, lo cual fue rechazado por el hombre fuerte de China en aquellos momentos, el Generalísimo Chiang Kai-
shek, quien ordenó al ejército luchar contra los japoneses en el norte y el 14 de agosto mandó a la fuerza aérea del ejército
chino a bombardear los barcos de la marina japonesa anclados frente a las costas de Shanghái.

La entrada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial a finales de 1941 frenó el avance japonés en China. Al
igual que en China, la esperanza japonesa de una victoria rápida sobre los Estados Unidos no se concretó, y la llegada al
Océano Pacífico de tropas estadounidenses convirtió a la guerra con China en una carga para Japón.

Punto 12: Las conferencias de Berlín

La Conferencia de Berlín, celebrada entre el 16 de noviembre de 1884 y el 27 de febrero de 1885 en la ciudad de Berlín
(Imperio alemán), fue convocada por Francia y el Reino Unido1 y organizada por el Canciller de Alemania, Otto von
Bismarck, con el fin de solventar los problemas que implicaba la expansión colonial en África y resolver su repartición.

La Conferencia de Berlín fue uno de los grandes acontecimientos diplomáticos de finales del siglo 19. El evento incluyó a
la mayor parte de los estados de Europa, así como a los Estados Unidos y Turquía. El resultado fue la regulación del
"Reparto de África", ese último y próximo intento de aprovechamiento y recuperación en el último continente no
explotado en el mundo. Ninguna participación en las redes, y las repercusiones de la Conferencia de Berlín.

El 15 de Noviembre de 1884 arrancaba la misma con el discurso de su presidente el prusiano Otto von Bismarck, discurso
que fue una verdadera declaración de intenciones. Los países europeos debían introducirse en el interior de África, para
civilizar, llevar la cultura occidental, explotar sus materias primas e introducir el control político en todos los territorios sin
explotar. Tras lo cual podemos añadir que acababa de empezar el Imperialismo Europeo, que aunque se pueda pesar que
es lo mismo que colonialismo, no es del todo cierto. Si este último pretende el control comercial, al imperialismo hay que
sumarle el control territorial y político. Es decir, convertir a los países en protectorados de las metrópolis, adquiriendo
todas sus funciones administrativas.

Consecuencias inmediatas

El Principio de Efectividad tuvo como resultado la aceleración del "Reparto de África", debido a que existen numerosos
reclamos que tuvieron que ser aplicados sobre las tierras. El resultado fue una serie de guerras que duraron años. La mayor
parte del Congo se convirtió en la propiedad privada del Rey Leopoldo de Bélgica para explotar su antojo, como indiscutible
el régimen más terrorífico y brutal de la historia colonial de África. A finales del siglo 19, sólo dos estados independientes
permanecieron en África: Etiopía (habiendo rechazado una invasión italiana) y Liberia (fundada por esclavos liberados
americanos).

Los colonizadores: Sobre las primeras evidentemente la mayor parte fueron positivas; Para la economía supuso el acceso
a las materias primas a bajo precio, así como la obertura de nuevos mercados para colocar sus productos manufacturados.
Por otro lado para la sociedad europea supuso un alivio demográfico al facilitar nuevos empleos y lugares donde emigrar.
Políticamente gran prestigio a nivel mundial de los países europeos y un gran alivio a los problemas internos, se suele
afirmar que la Gran Guerra se retrasó por la carrera imperialista. Aunque también podemos afirmar que acabará
convirtiéndose en una de sus causas más importantes.

Punto 13: África: el colonialismo europeo en África y la guerra anglo Boers

CAUSAS DE LA EXPANSION COLONIAL

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En 1914, el 60% de las tierras y el 65% de la población mundial dependen de Europa: casi toda Oceanía, Asia del Sur y
Sudeste, Siberia y el 96% del territorio africano. Hay zonas, como América, Japón o China, donde la penetración es
fundamentalmente económica, configurando una situación imperialista sólo posible a partir de nuevas condiciones
económicas que imperan en el mundo luego del comienzo de la segunda revolución industrial.

1- Causas económicas del imperialismo

Estas causas están relacionadas con los profundos cambios que se producen en la economía occidental a partir de la
década del 70, a saber: la enorme expansión de la industria, la transformación del capitalismo de libre competencia en
capitalismo monopolista, y la implantación casi simultánea del perfeccionamiento aduanero por los Estados europeos, a
raíz de la profunda crisis económica registrada en 1873, que inauguró un período depresivo que se extiende hasta 1895.

El enorme desarrollo de todos los medios de comunicación y transporte, al cubrir tanto Europa como América, India, China
y Africa, unifica por primera vez realmente el mercado mundial. Sobre esa base, las metrópolis europeas, con su industria
en plena expansión, tratarán de proveerse de recursos cada vez más abundantes en materias primas (algodón, caucho,
petróleo, minerales) y de conseguir los productos tropicales de progresivo consumo (azúcar, café, etc.).

Además, la inversión de capitales se ve enormemente facilitada, justamente en la época en que la evolución del
capitalismo europeo así lo exigía. Hacia 1870, el desarrollo económico ha adquirido tal envergadura que las posibilidades
de invertir lucrativamente en la metrópoli disminuyen; es así como los capitales tienden a emigrar hacia las zonas las
ganancias son más altas, es decir, los países no industrializados. En estos, el predominio de las exportaciones mineras y
plantaciones, así como el bajo nivel de salarios, préstamos a los estados no industrializados, tanto como las inversiones
privadas en ellos, exigen un control continuado de la zona de inversión, hecho que conduce a una revaloración del
colonialismo.

Los bancos presionan hacia las intervenciones con la finalidad de protegerlos; además, la exportación de capitales, que se
realiza simultáneamente con la de mercaderías, opera como un estimulante de ésta; casi siempre las condiciones de los
préstamos exigen que estos sean invertidos en la metrópolis.

La desaparición del capitalismo de libre competencia, resultante de varios hechos económico de importancia
trascendental, conduce a la persecución de un mercado protegido cada vez más amplio; el imperialismo tiene un papel de
primera importancia en la consecución de este. En primer lugar, la crisis de 1873, singularmente aguda, conduce en el
período siguiente a la adopción por parte de los Estados europeos de medidas proteccionistas: las barreras aduaneras que
se adoptan obligan a expandir los mercados fuera del viejo continente; a su vez, la aparición de otros países altamente
industrializados, aparte de Inglaterra, agudiza la competencia y lleva a una acentuación de medidas proteccionistas.

2- Los antecedentes demográficos y la agudización de las tensiones sociales

El crecimiento demográfico como antecedente de la expansión imperialista, tan importante en períodos anteriores (en los
cuales encontraron su auge en las colonias de poblamiento), pasa a ocupar un lugar secundario en esta etapa que se
pronuncia indiscutiblemente por las colonias de explotación (la emigración europea de este período no parte de los países
metropolitanos, sino de los que desempeñan un papel menos importante en la carrera imperialista). Sin embargo, el
aumento demográfico siguió operando, al agudizarse las tensiones sociales

3- El desarrollo del nacionalismo y la insatisfacción de los países nuevos. La política de prestigio

La política de poder a que conduce el nacionalismo, encuentra un sólido apoyo en el imperialismo. Inglaterra está
insatisfecha, pero ve surgir competidores. Francia, perdidas Alsacia y Lorena, procura compensaciones en otros

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continentes. Rusia, detenida en Occidente desde su fracaso en la guerra de Crimea, se orienta hacia el Sur y el Este. Italia
y Alemania, recién unificadas, pugnan por ponerse a nivel de los grandes Estados en el reparto del mundo.

Todos estos factores hacen que los países europeos desarrollen una política de prestigio, por la cual ninguna quiere
quedarse atrás en el reparto del mundo y todas buscan puntos de apoyo estratégicos, en una época en que la navegación
a vapor exige zonas de abastecimiento de carbón alrededor del mundo; a su vez, la conquista de una colonia suscita la
necesidad de otras que la protejan, por razones de seguridad.

4- El espíritu misionero, científico y empresarial en el origen del nuevo imperialismo

En las décadas de la expansión imperialista, el espíritu misionero se reanima; los misioneros se reclutan no sólo en el seno
de la Iglesia católica sino también en las diversas sectas protestantes, y éstos llevan consigo, además de los principios de
su religión, las más variadas manifestaciones de la civilización occidental (técnicas industriales, prácticas médicas y
sanitarias, costumbres y principios europeos).

El espíritu científico también se encuentra presente en la gran empresa expansiva; las zonas aún inexploradas del globo
significan un desafío al espíritu de aventura y a la curiosidad científica de muchos, que emprenden audaces exploraciones.
Africa se vuelve uno de los principales escenarios de éstas y sus grandes ríos se convierten en las vías de penetración
naturales. El mismo fenómeno se da en el Asia interior y en las Zonas polares.

Pero es muy difícil deslindar lo que corresponde al impulso misionero y científico, del impulso imperialista. En general, la
exploración se demuestra inseparable de la conquista, y los Estados, para prepararla, subvencinan las expediciones e
incluso les prestan apoyo militar. Los misioneros, por su parte, llevando su presencia y sus contactos a todos lados, facilitan
la penetración y muchas veces la protección de aquéllos es invocada como pretexto por las potencias imperialistas para
intervenir las zonas de expansión.

5- La justificación doctrinaria del imperialismo.

La doctrina imperialista, más que una causa, es el intento de justificación de la empresa colonial.

Gobineau y Chamberlain habían difundido la idea original acerca de la desigualdad de las razas humanas y de la
superioridad de la blanca. El concepto de la superioridad se mezcla con la idea místico-religiosa de la predestinación de
ciertos pueblos para conquistar y civilizar el mundo; esta misión es considerada irrenunciable por todos.

En Inglaterra, R. Kipling resume e idealiza en muchas obras, de las cuales la más conocida se llama "La carga del hombre
blanco", la misión civilizadora de Occidente a través del imperialismo.

La difusión de cierta corriente filosófica proveniente sobre todo de Alemania, proclama a la fuerza idéntica al derecho y
esta tendencia será afirmada por el neo-darwinismo que centra la evolución del mundo en la lucha por la vida. Y esto
conduce a la justificación de los prejuicios y pasiones primarios y a una confusión entre la dureza y la justicia. Las leyes de
la evolución legitiman el uso de la fuerza y los Estados que no la ejercen corren serio peligro de desaparición. Dice T.
Roosevelt: "Cuando una nación poderosa teme la expansión y renuncia a ella, puede asegurarse que su grandeza y su
poder se aproximan al ocaso".

CONSECUENCIAS DE LA EXPANSION IMPERIALISTA

1- Sobre los territorios colonizados

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Fueron múltiples y en general de efectos negativos. A grandes rasgos, contribuyen a la conformación de los aspectos
típicos de los países que hoy integran el llamado "mundo subdesarrollado", coincidente con el que fue objeto de la
penetración imperialista.

2- Transformaciones económicas

La situación de dependencia a que son sometidos los países coloniales se concreta en el plano económico a través del
establecimiento del "pacto colonial"; la prohibición de la industria y el estímulo a los cultivos comerciales resulta
deformante para las economías indígenas y propicia el monocultivo, con todos los inconvenientes que esto trae
aparejados.

Las mejoras en los transportes dentro de este contexto adquieren la función de formas más eficientes de extraer la riqueza
de la zona explotada. El establecimiento del sistema colonial es acompañado por el despojo de tierras que sufre la
población nativa.

3- Transformaciones sociales y humanas

Las poblaciones nativas se ven conmovidas desde muchos ángulos por la penetración imperialista.

Se impulsa la abolición jurídica de la esclavitud. Y se implanta el trabajo forzado (Africa, Indonesia). Los nativos, después
de ser despojados de sus tierras, suelen ser reducidos en "reservas" indígenas. Frecuentemente son exterminadas
poblaciones enteras (Oceanía). Se hacen esfuerzos por liquidar las guerras intertribales, pero en ocasiones se las fomenta
como medio de debilitar a las poblaciones autóctonas y facilitar el control por parte del dominador occidental.

En casi todos los casos el régimen alimentario se ve afectado desfavorablemente por la disminución de la agricultura de
subsistencia y de sustitución por los cultivos comerciales. La penetración de la técnica y su sustitución por los cultivos
comerciales. La penetración de la técnica occidental provoca mejoras, como el progreso de la higiene, de la asistencia
médica y el retroceso de ciertas enfermedades endémicas, tales como el paludismo, la lepra etc. Esto va unido al
saneamiento y transformación de ciertas regiones. En general, estas medidas fueron adoptadas para favorecer a los
pobladores europeos, pero de todos modos los nativos se beneficiaron con ellas.

Cualquiera fuera la forma de trato para los nativos, el denominador común fue su consideración como seres inferiores,
hecho que condujo a la segregación racial, manifestada de múltiples modos: manteniendo a los nativos en cuerpos
subalternos, obligándolos a vivir en los barrios indígenas de las ciudades, incluso a los nativos ricos (Bombay, Calcuta, etc.),
prohibiéndoles la entrada a los lugares de diversión de los europeos, salvo como sirvientes, etc.

4- Transformaciones culturales

El desarrollo de las civilizaciones indígenas es detenido y en muchos casos destruido.

Ciertas unidades culturales y lingüísticas son quebradas al ser impuestos los modelos europeos.

El desarrollo de la enseñanza adquiere importancia donde el poblamiento europeo es mayor; en algunos lugares se
pretende que aquél ayude a la asimilación de la población autóctona a través de las escuelas mixtas (nativos y
occidentales) pero en general son escasos los grupos indígenas que se benefician con ellas. La inmensa mayoría de la
población nativa permanece huérfana de toda asistencia cultural.

- Transformaciones políticas

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Una vez integradas las zonas coloniales a los grandes imperios europeos, aquéllas se vieron inmensas en procesos de
transformación que aceleraron su desarrollo histórico.

En general, el advenimiento de los dominadores extranjeros no sólo hizo estallar viejas contradicciones sociales existentes
sino que creó otras nuevas. De ahí que una vez realizada la penetración occidental, comiencen a menudear en el mundo
colonial los levantamientos y las insurrecciones del más diverso contenido, pero, en todos los casos, provocados por la
implantación del imperialismo. A vía de ejemplo, analizaremos el caso de china, que presenta una variada gama de
matices.

El imperialismo en África tuvo las siguientes características:

Expansión cultural europea: los países europeos forzaron a los pueblos africanos a seguir aspectos culturales europeos,
justificando que estaban llevando el progreso y la ciencia en el continente.

Poder basado en la fuerza: La superioridad militar europea fue utilizada para someter y evitar las revueltas y
manifestaciones.

Consumo de bienes europeos: los europeos prácticamente obligaron a los africanos a consumir los productos fabricados
por las industrias europeas.

División del continente: el territorio de África se dividió entre las naciones europeas, haciendo caso omiso de la gente que
vivía allí.

Explotación de recursos: los europeos explotaron los recursos naturales (principalmente minerales) del suelo de África,
sin que los africanos percibieran beneficio alguno por la expropiación.

Consecuencia del tratado de berlin

Pues bien, en pocos años este espacio geográfico se lleno de carreteras, vías de ferrocarril o puertos marítimos y fluviales.
Su tradicional agricultura de subsistencia fue suplantada por una agricultura industrial, tanto extensiva como intensiva y
destinada a la economía de mercado. Además aparecieron nuevas ciudades que alejaron a la población autóctona de su
hábitat.

La explotación de los recursos ocasionó una rápida transformación de la estructura social con la aparición de una
burguesía, tanto autóctona con escasa preparación, como foránea. Junto a la misma una clase baja dedicada a la
construcción o a la agricultura como jornaleros. Cuando ambas clases sociales llegan a las nuevas ciudades se forman los
guetos, que hoy subsisten en toda África.

Otro problema fue el religioso, si bien antes de la llegada de los europeos convivían religiones en África como el
cristianismo o el islam con un fuerte arraigo desde la Edad Media europea. A partir de esta llegada de los europeos, con
los intentos de cristianización en especial de las zonas donde imperaba el ateísmo, el contraste producirá nuevas
segregaciones y conflictos.

Pero lo peor fueron las nuevas fronteras establecidas, ya que a simple vista cualquier persona que vea un mapa político
de África, puede ver dichas fronteras cortadas a escuadra y cartabón. Es decir no se tuvo en cuenta la anterior distribución
geográfica de las tribus africanas, muchas de ellas quedaron separadas por la mitad, o lo que es peor, bajo un mismo
régimen convivieron dos tribus enfrentadas previamente durante miles de años. Este problema ha llagado a la actualidad
con episodios tan tremendos como el genocidio de Ruanda en los años 90 del siglo XX, o la terrible guerra civil en Sierra
Leona, ambos ante la mirada impasible de la ONU.
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Convencidos de la superioridad europea, los colonos se fueron apoderando de las mejores tierras y desplazaron a los
antiguos habitantes hacia espacios menos productivos. A mediados del siglo XIX, en el territorio hoy conocido como
Sudáfrica, existían dos colonias británicas, dos repúblicas boérs (antiguos colonos holandeses) y numerosos reinos
africanos; con una población aproximada de 300 mil blancos y entre 1 y 2 millones de africanos. El descubrimiento de
grandes yacimientos de diamantes en 1868, aceleró el proceso de dominación y explotación sobre los africanos negros,
transformados en mano de obra para el trabajo en las minas, excluidos de los beneficios económicos, segregados y
discriminados por la población blanca.

Guerra anglo-boers

Los Bóers eran los colonizadores de habla holandesa que se establecieron, a partir de 1652, junto al cabo de Buena
Esperanza, en Sudáfrica. Era un pueblo dedicado a la agricultura y, en mayor medida, a la ganadería.

La Primera Guerra Bóer fue el primer enfrentamiento entre el imperio británico y los colonos neerlandeses o bóers de
Transvaal. Se desencadenó cuando Sir Theophilus Shepstone anexionó Transvaal (la República Sudafricana) al Reino Unido
en 1877. Los británicos consolidaron su poder sobre la mayoría de las colonias de Sudáfrica en 1879, tras la Guerra anglo-
zulú. Los bóers protestaron ante el hecho consumado y, en diciembre de 1880, estalló una revuelta.

Guerra Anglo-Boers. Es una de las primeras confrontaciones que permitieron desencadenar la agresión de los
imperialismos, inmediatamente antes de la Primera Guerra Mundial. La lucha en Transvaal y Orange presenta, además, el
triste antecedente de haber sido la primera guerra en que se utilizaron masivamente los campos de concentración para
la población civil.

En 1877, Gran Bretaña proclamó su soberanía sobre Transvaal, lo que provocó la resistencia de los colonos boers. Después
de algunos combates adversos a los ingleses, terminaba la primera guerra boer con un nuevo reconocimiento de la
independencia y soberanía de ambas repúblicas. Sin embargo, Inglaterra no cejaría en su intento de ocupar aquellos
territorios.

En 1884, cuando se descubrió oro en Transvaal, el imperio británico fomentó la entrada de aventureros sin escrúpulos
que provocaron desórdenes en las repúblicas boers. La situación de tensión llegó a tal extremo que, en 1899, el Presidente
de Transvaal, Paul Kruger, para mantener a raya las pretenciones inglesas, puso medidas restrictivas para la concesión de
los permisos de explotación a los ingleses. La tensión aumentó a tal nivel, que la guerra no tardó en desencadenarse.

Los bóers invadieron las colonias británicas de El Cabo y Natal, poniendo cerco a Ladysmith, Mafeking y Kimberley, donde
derrotaron a una fuerza expedicionaria inglesa. La ofensiva británica fue detenida en Colenso donde unos pocos miles de
boers, casi sin artillería, diezmaron a una columna de 80.000 ingleses. Al mismo tiempo un pequeño ejército boer
penetraba en la provincia de El Cabo derrotando a los ingleses en Stomberg.

Conmocionados por las derrotas, los ingleses comenzaron a acumular tropas y cañones. Para oponérseles, los boers
apenas tenían artillería y estaban escasos de municiones. En tres frentes los ingleses iniciaron la ofensiva, sólo para sufrir
una nueva derrota en Spionkob. Pero, en febrero de 1900, lograron su primera victoria en Paardeberg y ocuparon Orange.
En junio de 1900 invadían Transvaal y derrotaban a los boers en Diamond Hill y Belfast. La guerra se convirtió en una
guerra de guerrillas, donde los boers, faltos de munición y provisiones, terminaron por rendirse en 1902. Las dos repúblicas
quedaron incorporadas a la Corona Británica.

Punto 14: Guerra ruso japonesa

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La guerra entre Rusia y Japón hay que encuadrarla en el marco de la lucha entre dos potencias imperialistas en el Extremo
Oriente.

Ambas deseaban ampliar su área de influencia en Manchuria, provincia China, así como apoderarse de la península de
Corea.

Lo irreconciliable de sus intereses desembocó en un conflicto que se desarrolló durante los años 1904 y 1905.

Japón, potencia ascendente económica y militarmente, se consagró como indiscutible gran país tras la derrota de Rusia,
que asistió impotente a la destrucción de sus flotas del Báltico y el Pacífico

La derrota provocó en Rusia un fuerte movimiento social en demanda de reformas. En él participaron los soviets, que años
más tarde cobrarían especial relieve. El malestar sirvió de detonante a la Revolución de febrero de 1905.

Orígenes

A pesar de que el Imperio Ruso era una potencia eminentemente continental, las expectativas de expansión rusas se
basaban en una salida accesible a los mares cálidos del sur. Hacia el oeste, esa salida se encontraba vedada por las
potencias occidentales, particularmente el Reino Unido, que controlaba el Mar del Norte, hasta el estrecho de Skagerrak,
impidiendo una expansión desde el Báltico o el Artico hacia aguas del Atlántico. Entonces, la única alternativa viable
consistía en la expansión hacia oriente, que ya había iniciado con la construcción del ferrocarril transiberiano. Luego de la
guerra chino-japonesa1 de 1894, China se retiró de Corea, y reconoció su independencia, pasando a la esfera de influencia
japonesa, a la vez que cede Liao-Tung, Formosa y las islas Pescadores al Japón. Rusia no estaba dispuesta a que la península
de Liao-Tung permaneciera en poder japonés, ya que era imperativo que el ferrocarril corriera a través de esa franja de
tierra para poder abastecer a los puertos orientales que quedaban bloqueados por el hielo durante cuatro meses al año.
Para 1895, Rusia, con el apoyo de Alemania y Francia, habían presionado a Japón para que desalojara los puertos coreanos
de Wei-Hai-Wei y Port Arthur, que habían sido capturados por los japoneses durante la guerra con China. Las presiones
tuvieron éxito y Japón cedió los puertos al dominio ruso. Port Arthur, que había pasado a manos rusas en 1897, fue
nuevamente fortificada por Rusia, y para 1903 el ferrocarril transcontinental había llegado al puerto.

La expansión del imperio zarista preocupó de sobremanera a Japón y al Reino Unido. Esta preocupación de Gran Bretaña
quedó de manifiesto cuando Rusia intentó adquirir los dos acorazados que Chile tenía en construcción en Gran Bretaña, y
que por los Pactos de Mayo de 1902 firmados entre Argentina y aquel país, debían ser vendidos. Gran Bretaña se adelantó
y adquirió ambos navíos para su propia flota, renombrándolos Triumph y Swiftsure. Mientras que los propios británicos
fueron quienes aprobaron la compra por parte de Japón de los dos buques que Argentina tenía en construcción en Italia,
y que debían correr la misma suerte que los chilenos. A fines de 1902, las sospechas de tratados secretos entre Corea y
Rusia, Japón ofreció reconocer el dominio ruso sobre Manchuria, a cambio de que los rusos reconocieran el dominio
japonés sobre la península de Corea. Japón ingresó en la diplomacia mundial en 1902, cuando firmó un tratado de alianza
con el Reino Unido, en el que se contemplaba asistencia militar. Ese fue el primer tratado de ese tipo que una potencia
occidental firmaba con un país asiático. Cuando Japón intentó iniciar las negociaciones con Rusia, espías japoneses
detectaron que tropas rusas habían comenzado a cruzar el río Yalú, avanzando sobre la península coreana. Se había
llegado un punto del no retorno.

La guerra

El 5 de febrero de 1904, el Imperio Ruso se mostró determinado a mantener sus fuerzas en Corea, y a ejercer su dominio
sobre la Manchuria. Ese mismo día el gobierno japonés envío un memorandum a la embajada rusa en Tokio, por el que se
rompían relaciones diplomáticas. Al día siguiente, el agregado naval ruso informó a su país informó del rompimiento de
37
relaciones, y anunció que podían esperarse acciones militares contra fuerzas rusas en cualquier momento y sin previo
aviso, incluyendo el desembarco de tropas en la península de Corea. Rusia no prestó mayor importancia a la comunicación.
Gran parte de la confianza de Rusia estaba depositada en su aparente superioridad militar. Sin embargo, los hechos
demostraron todo lo contrario.

A pesar de contar con uno de los ejércitos más numerosos del mundo, en su extremo oriental, Rusia contaba con 350.000
hombres, mientras que las fuerzas del Japón ascendían a 850.000, más del doble, con una capacidad de movilizar hacia el
continente casi 200.000 soldados en corto tiempo. Sin embargo el total de "las fuerzas reclutadas por los nipones
alcanzaba en realidad a 1.542.000 hombres"

El otro factor de importancia que Rusia descuidó fue el naval. Para determinar los destinos de la zona en disputa, el poder
naval sería decisivo. Más aún considerando que los japoneses deberían contar con el dominio absoluto de los mares para
abastecer a sus tropas en el continente, para ello era vital dominar los mares de China y Japón, y el altamente estratégico
Estrecho de Corea. La flota rusa era superior en número a la de su contrincante, aunque las unidades niponas eran más
modernas, sin contar con la amplia experiencia en combate que habían adquirido en la lucha contra los chinos. Para el 8
de febrero, las tropas japonesas habían desembarcado en el puerto coreano de Chemulpo sin ser atacados por las
unidades rusas allí estacionadas. Cuando al día siguiente los buques rusos intentaron salir del puerto, fueron atacados por
fuerzas navales japonesas, siendo puestos fuera de combate o hundidos. El día 10 de febrero fue la declaración formal de
guerra del Japón, y para ese entonces Rusia, todavía contaba con la expectativa de vencer a los nipones de imponerse en
el este asiático. Durante el primer semestre de 1904, todas las acciones militares llevadas cabo resultaron en derrotas
sucesivas para los rusos. Como las unidades navales rusas habían sido duramente castigadas, el zar ordenó que la flota del
Báltico comandada por el almirante Rojestvensky zarpará hacia el teatro de operaciones oriental. La flota se enfrentaría a
un viaje de más de 18.000 millas a través de tres océanos y sin un solo puerto ruso en las singladuras.

Para diciembre de 1904, la flota rusa de oriente había sido hundida o capturada casi en su totalidad, y el estratégico Port
Arthur había caído en manos japonesas. Mientras tanto, la flota del Báltico seguía avanzando, y se detuvo por un largo
período en Madagascar, al amparo del gobierno francés. La noticia de la caída de Port Arthur fue un gran golpe a la moral
rusa. Allí recibió la flota la orden de dirigirse a Vladivostok. A principios de mayo de 1905, el contraalmirante Negobatoff
se unió a Rojestvensky. Había recibido órdenes de Moscú de cruzar el canal de Suez con una escuadra de viejos buques y
unirse a la flota del Báltico en aguas cercanas a la Cochinchina francesa. El 25 de mayo de 1905, Rojestvensky entraba por
los estrechos de Corea, navegando cerca de la isla de Tsushima, y se preparaba para enfrentar el destino. En horas de la
mañana, los buques rusos, con su casco pintado de negro y sus chimeneas de amarillo, fueron fácilmente detectados por
los japoneses, que, en sus buques de cascos grises, se confundían en la bruma. Durante el día y la noche del 26 de mayo,
se sucedieron los combates navales que culminaron en la derrota de la flota rusa, última esperanza del zar de recuperar
el dominio en los territorios perdidos . Para el 27 de mayo, la flota rusa estaba totalmente aniquilada , sólo tres buques
pudieron escapar.

Las fuerzas rusas perdieron la mayoría de sus buques capitales, destructores y auxiliares, y sufrieron 4.830 muertos, un
número indeterminado de heridos, 5.917 prisioneros y 1.862 rusos internados en países neutrales; mientras que los
japoneses no perdieron ningún buque capital, teniendo solo al Kasagi fuera de acción por un corto período de tiempo,
sufriendo sólo 117 muertos y 583 heridos. La derrota táctica y estratégica naval de Rusia, implicó que Japón pudiera seguir
abasteciendo por mar a sus tropas en el continente de manera casi ininterrumpida, mientras que las fuerzas rusas debían
ser abastecidas desde la Rusia europea a través del lento e inseguro tren transiberiano. Esta desventaja estratégica hizo
que el Imperio Ruso desistiera de sus pretensiones sobre Corea y se retirara.

Conclusiones

38
La guerra finalizó con la firma de la Paz de Portsmouth, el 5 de septiembre de 1905, bajo los auspicios de Theodore
Roosvelt (negociaciones que, entre otras, le valieron el premio Nobel de la Paz en 1906). Este tratado permitió que Japón
obtuviera la península de Liatung, incluyendo Port Arthur, y la mitad meridional de la isla de Sajalín. Rusia se retiró por
completo de Manchuria, cediendo sus derechos sobre Corea a Japón. En 1910, la nación insular anexaría formalmente
toda la península.

La derrota rusa trajo importantes consecuencias en ese país. La gran mayoría de la población veía la derrota como una
gigantesca humillación, al ser vencidos por un pueblo al que consideraban inferior, y la ira fue descargada contra la clase
dirigente, a la que consideraban como inepta, corrupta e ineficaz. Se puede decir que esta fue la causa inmediata de la
revolución de 1905, que fuera sofocada violentamente por el régimen zarista. A partir de allí, comenzaría la declinación
de los zares, que culminaría doce años después, con la Revolución Bolchevique, nuevamente en el contexto de otra guerra,
esta vez la Gran Guerra. Rusia renunció a sus ambiciones expansionistas en el este asiático, y volcó su atención hacia los
Balcanes y Turquía.

Por su parte, en Japón se celebró la victoria con gran júbilo. Pero en el ámbito mundial, las potencias se asombraron con
la que creían una victoria imposible. A pesar de que los ejércitos japoneses habían utilizado armamento y equipo
occidental, Japón fue reconocido como una de las primeras potencias mundiales, y su situación pasó a ser considerada en
las agendas de todas las naciones occidentales. Más aún, se generó en el pueblo japonés una sensación de que sus tropas
serían invencibles, depositando una confianza ciega en ellas. La actitud beligerante que demostró Japón durante las
décadas que seguirían fueron sin duda, alentadas por la victoria de Togo en Tsushima.

Unidad 3: Revolución Rusa y I GM

Punto 15: La Rusia de los zares. La revolución rusa. La crisis del sistema autocrático zarista. La revolución burguesa de
febrero. Lenin y la revolución de octubre

En el siglo XIX, Rusia junto a Inglaterra, Francia, Alemania y Austria, era una de las mayores potencias europeas, pero
mientras los demás países crecían, hacían reformas y se industrializaban, gracias a la revolución industrial, Rusia no se
modernizaba.

Su principal Características en la economía fue su sistema económico que se basó en el monopolio de la tierra y la riqueza
que quedaba en manos de unos pocos (la Nobleza y la aristocracia rusa).

Rusia era considerada un país atrasado en relación a los demás. Su economía se basaba en la agricultura monopolizada,
heredada de la edad medieval. Los siervos trabajan la tierra, pero los señores feudales no tenían ningún interés para
modernizar las plantaciones, ya que estos se quedaban con toda la riqueza, estos hacían parte de la Nobleza.

Los trabajadores rurales vivían en extrema miseria y pobreza, pagando altos impuestos para mantener la base del sistema
zarista de Nicolás II.

Los alimentos escanciaban en Rusia y el Hambre se apoderaba de la población.

Causas Sociales

El país fue gobernado por el zar (emperador), que tenía el poder absoluto, es decir, todos fueron sometidos a él,
incluyendo la Iglesia católica ortodoxa.

Había una tremenda desigualdad social donde solo unos pocos eran los dueños de las riquezas y los trabajadores y
campesinos llevaban la peor parte, la social estaba dividida en:
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La Nobleza: done estaba el Zar, y el Gobierno eran la clase privilegiada en Rusia, y gozaban de los privilegios y las riquezas
del país, estos eran los grandes propietarios de las tierras.

El Pueblo: Era la clase social menos privilegiadas formadas por los profesionales, los obreros, los campesinos y empleados,
los cuales eran sometidos a jornadas de trabajo largas, sometidos s una gran explotación. Sus derechos no eran
reconocidos y tenían pocas libertados.

Fueron estos cansados del régimen Zaristas quienes se alzaron en revolución.

Creación de soviets: Los soviets eran organizaciones políticas que nacieron en el seno de las capas populares y
representaban los intereses de los trabajadores. Así, había los soviets de obreros, de campesinos y de soldados.
Expresaban una forma de poder popular en oposición al gobierno provisional y se volvieron decisivos en los rumbos
políticos del país.

Causas Políticas

En Rusia, durante el siglo XIX, la falta de libertad era casi absoluta. En el medio rural, los campesinos vivían sometidos a la
nobleza latifundista, clase social teóricamente libre, pero que vivía subyugada por el zar (emperador), es decir: Gran Rey.

En el campo reina una fuerte tensión social con la permanencia de un sistema de producción feudal, que retardaba la
modernidad del país.

Las reformas promovidas por el zar Alejandro II (1855-1881) con la abolición de la servidumbre en 1861, y la reforma
agraria, poco adelantaron para aliviar las tensiones.

El régimen zarista reprimía todo tipo de oposición. El Ochrana, la policía política, controla la educación secundaria,
universidades, la prensa y los tribunales.

Miles de personas eran enviadas al exilio en Siberia condenadas por crímenes políticos. Los capitalistas y latifundistas
mantenían el dominio sobre los trabajadores urbanos y rurales.

Los obreros se concentraron en grandes centros industriales como Moscú y Petrogrado.

A pesar de ello, las condiciones de vida empeoraron, con el hambre, el desempleo y la disminución de los salarios. La
burguesía tampoco se beneficiaba, pues el capital estaba concentrado en manos de banqueros y grandes empresarios.

La oposición al gobierno crecía. Los partidos perseguidos iban a la clandestinidad, como el Partido Socialdemócrata. Sus
líderes, Plejanov y Lenin, tenían que vivir fuera de Rusia para huir de las persecuciones políticas.

Las divergencias de opinión fragmentaron el partido, que se dividió en dos tendencias:

Bolchevique (la mayoría en ruso), dirigido por Lenin, defendió la idea revolucionaria de la lucha armada para llegar al
poder

Mencheviques (minoritarios, en ruso), dirigido por Plejánov, defendió la idea de la evolución de llegar al poder a través de
medios normales y pacíficas, por ejemplo, las elecciones.

Rusia en el Régimen Zarista

Los trabajadores rurales vivían en extrema miseria y pobreza, pagando altos impuestos para mantener la base del sistema
zarista de Nicolás II. El zar gobernaba Rusia de forma absolutista, o sea, concentraba poderes en sus manos no abriendo
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espacio para la democracia. Incluso los trabajadores urbanos, que disfrutaban de los pocos empleos de la débil industria
rusa, vivían descontentos con el gobierno del zar.

La revolución rusa

La revolución rusa de 1917 fue un movimiento social, político y económico ocurrido en Rusia contra el régimen que
actualmente gobernaba ese país (el régimen zarista) en plena Primera Guerra Mundial, durante la época contemporánea.

Fue una serie de acontecimientos políticos en Rusia, que tras la eliminación de la autocracia rusa y después del Gobierno
Provisional (Duma), resultó en el establecimiento del poder soviético bajo el control del partido bolchevique.

Los revolucionarios abolieron la monarquía e implantaron un régimen de gobierno basado en ideas socialistas o
comunistas, el resultado de este proceso fue la creación de la Unión Soviética, que duró hasta 1991.

Inicio de la revolución rusa

En enero de 1905, un grupo de obreros participaba en una protesta pacífica frente al Palacio de Invierno de San
Petersburgo, una de las sedes del gobierno. El objetivo era entregar un escrito firmado al zar.

La guardia del palacio, asustada con la multitud, abrió fuego matando a más de mil personas. El episodio fue conocido
como el Domingo Sangriento y provocó una ola de protestas en todo el país.

Etapas de la revolución rusa

La Revolución comprendió dos fases distintas:

La revolución de febrero de 1917 (marzo de 1917, por el calendario occidental), que derribó la autocracia del zar Nicolás
II de Rusia, el último zar a gobernar, y trató de establecer en su lugar una república de cuño liberal. El zar de Rusia Nicolás
II

La Revolución de Octubre (noviembre de 1917, por el calendario occidental), en la que el Partido Bolchevique, liderado
por Vladimir Lenin, derrocó al gobierno provisional e impuso al gobierno socialista soviético.

Revolución de Febrero de 1917

El Imperio ruso fue uno de los principales interesados en la Primera Guerra Mundial, iniciada en 1914. Pero el ejército ruso
no fue nada para las fuerzas militares alemanas. Uno de los resultados fue la deserción masiva de soldados de la línea de
frente. Otro fue la intensificación del hambre entre la población que se mantenía en territorio ruso.

En los días finales de febrero de 1917, una manifestación por el Día Internacional de la Mujer, en San Petersburgo, se
transformó en una manifestación contra el hambre vivida por buena parte de la población. La manifestación logró el apoyo
de los soldados insatisfechos con la guerra. La insatisfacción fue aumentando y las manifestaciones ganaron fuerza.

El 27 de febrero, soldados y trabajadores invadieron el Palacio Tauride, logrando la renuncia del zar y la formación de un
Gobierno Provisional. Al mismo tiempo, los obreros y soldados constituyeron nuevamente los soviets.

Esta situación se conoce como doble poder, con la burguesía y la aristocracia que se organizaron en la Duma o parlamento,
y los obreros, soldados y campesinos que se organizaron en los Soviets.

El principal objetivo del pueblo era la salida de la guerra y medidas para aplacar el hambre, además de la distribución de
tierras.
41
Los conflictos sociales se intensificaron. Se inició un proceso de apertura política. En abril, uno de los principales líderes
bolcheviques, Lenin, volvió del exilio. A partir de ese momento, él consiguió influenciar más intensamente los rumbos a
ser tomados por el partido bolchevique.

En julio, fuerzas militares ligadas al zarismo intentaron derribar al Gobierno Provisional, siendo impedidas principalmente
por los obreros y campesinos organizados. Al darse cuenta de la intensificación de la situación de conflicto social, los
bolcheviques, dirigidos por Lenin y Trotsky, organizaron un congreso que defendía consignas como ” paz, tierra y pan ” y
” Todo el poder para los soviets con el fin de obtener apoyo popular.

En octubre de 1917, con la llegada del invierno, sectores de los bolcheviques vieron la necesidad de tomar una medida
más radical, la toma del poder. Los campesinos ya estaban ocupando las tierras de la aristocracia y de la iglesia, los
trabajadores intensificaban la formación de soviets y de comités de fábrica.

Con la deposición del zar Nicolas II, se formó un Gobierno Provisional, que pasó a una fase socialista, bajo la dirección de
Kerensky.

Revolución de Octubre de 1917

En septiembre, los dirigidos por Lenin, los llamados bolcheviques habían logrado el control del Soviet de San Petersburgo.
En las vísperas del Segundo Congreso de los Soviets de toda Rusia, los bolcheviques decidieron por el derrocamiento del
Gobierno Provisional. El 25 de octubre de 1917, el Instituto Smolny fue invadido por la Guardia Roja.

Basándose en su poder en los soviets y aliados con el ala izquierda del partido socialista revolucionario, los bolcheviques
iniciaron las medidas para la construcción del Estado Soviético. La ejecución de la Asamblea Constituyente fue
interrumpida. El control obrero de la producción fue instaurado.

Las tierras de la nobleza y de la iglesia fueron divididas entre el campesinado. Para administrar el Estado, el Congreso de
los Soviets creó el Consejo de los Comisarios del Pueblo.

Algunos grupos veían en los bolcheviques la solución para diversos problemas.

El 6 de noviembre, Lenin apoyado por los soviets y por una milicia popular conquista la capital obligando al gobierno
provisional a renunciar y asumir el gobierno en 1917. Ellos creían que sólo el comunismo podría traer felicidad a los rusos.
En el poder, ellos intentaron realizar y crear una sociedad donde todos fueran iguales y libres.

Para hacer realidad este sueño, se tomaron varias medidas:

Tierras de la Iglesia, la nobleza y la burguesía fueron expropiadas y distribuidas a los campesinos

Casi todo lo que se convirtió en propiedad del Estado (fábricas, tiendas, diversiones, bancos, etc.)

La idea de estas medidas fue la creación de la igualdad entre los hombres, ya que, según el marxismo sin propiedad no
habría explotadores y explotados

Entre octubre de 1917 y marzo de 1918, los bolcheviques lanzaron las bases del nuevo Estado.

La administración de la economía fue centralizada en instituciones estatales que pasaron a esbozar la planificación de la
producción, buscando mantener el control obrero de las empresas bajo ciertos límites. La Guardia Roja fue sustituida por
el Ejército Rojo, comandado por Trotsky.

42
El primer acto importante del nuevo gobierno fue retirar la guerra de Rusia. Para ello, en febrero de 1918, fue firmado
con Alemania, con las Potencias Centrales, el Tratado de Brest-Litovsk, retirando a Rusia de la Primera Guerra Mundial.

Igualmente, para evitar cualquier intento de restauración monárquica, el zar Nicolás II y su familia fueron asesinados sin
ningún tipo de juicio en julio de 1918.

El Tratado de Brest-Litovsk

El Tratado de Brest-Litovsk, también llamado Paz de Brest-Litovsk fue un tratado firmado el día 3 de marzo de 1918 por
Rusia, Alemania, el Imperio Austrohúngaro, Bulgaria y el Imperio Otomano en la ciudad de Brest-Litvosk, actual ciudad de
Bielorrusia que a inicios del siglo XX pertenecía al imperio ruso. Mediante este tratado se ponía fin a la participación de
Rusia en la Primera Guerra Mundial. La búsqueda de la paz una reivindicación de muchos ciudadanos rusos y de una
mayoría del Partido Bolchevique. Lenin, el líder bolchevique, fue uno de los que más defendió el fin de la participación de
Rusia en la Primera Guerra Mundial. Con este tratado Rusia perdería muchos territorios, aunque gracias a él pudo
consolidar su gobierno surgido tras la revolución de octubre y prepararse para la guerra civil rusa que se avecinaba.

El Tratado de Brest-Litvosk de 27 de enero/9 de febrero fue un tratado de paz firmado entre los representantes de la Rada
Ucraniana y los representantes de las potencias centrales y que ponía fin a la guerra entre estas potencias y Ucrania, que
al inicio de la guerra formaba parte del imperio ruso. El Tratado reconocía el estado de Ucrania, estableciendo a partir de
entonces relaciones diplomáticas entre este país y los países de las potencias centrales. Entre ellos finalizaría el estado de
guerra. Las dos partes renunciarían a exigir compensaciones de guerra y liberarían a los prisioneros de guerra.

El Tratado reconocía el estado de Ucrania, estableciendo a partir de entonces relaciones diplomáticas entre este país y los
países de las potencias centrales. Entre ellos finalizaría el estado de guerra. Las dos partes renunciarían a exigir
compensaciones de guerra y liberarían a los prisioneros de guerra.

Respecto al tema económico, el tratado estipulaba que se crearía una comisión que debía tratar los intercambios
comerciales y los precios de los productos. Se comprometían a intercambiar excedentes agrícolas e industriales entre los
firmantes.

La derrota alemana en la Primera Guerra Mundial anuló el tratado, y todas las pérdidas rusas habían sido recuperadas
para 1940. Solamente Finlandia y Turquía, sucesora del Imperio otomano, conservaron los territorios recibidos en Brest-
Litovsk

El cordón sanitario

El uso seminal del "cordón sanitario" como metáfora de la contención ideológica se refería al "sistema de alianzas
instituido por Francia en la Europa posterior a la Primera Guerra Mundial que se extendía desde Finlandia a los Balcanes"
y que "rodeaba completamente a Alemania y cerraba a Rusia de Europa Occidental, aislando así a las dos naciones
políticamente "enfermas" de Europa.

Al primer ministro francés Georges Clemenceau se le atribuye la acuñación del uso, cuando en marzo de 1919 exhortó a
los estados fronterizos recientemente independientes que se habían separado del Imperio Ruso y su sucesor la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas para formar una unión defensiva y así poner «en cuarentena» la extensión del comunismo
a Europa occidental; Llamó a tal alianza un cordón sanitario. Este es todavía probablemente el uso más famoso de la frase,
aunque a veces se usa más generalmente para describir un conjunto de estados de amortiguamiento que forman una
barrera contra un estado más grande, ideológicamente hostil.

43
Las potencias occidentales crearon lo que se denominó un “cordón sanitario” en torno a la URSS comunista: una serie de
estados antisoviéticos que cercaran al nuevo estado evitando la expansión del comunismo. La Unión Soviética fue aislada
internacionalmente y no se le permitió ingresar en la Sociedad de Naciones hasta 1934.

El significado de esa expresión es claro: hay que establecer una «línea de cuarentena» que evite el contagio de aquellas
ideologías y partidos considerados peligrosos por el statu quo. Para que el cordón sea efectivo son precisamente los
partidos que en algún sentido tienen afinidad ideológica o intereses comunes con aquellos a quienes se quiere discriminar
los que tienen que adoptar el compromiso de no llegar a acuerdos con éstos.

Punto 16: La cuestión armenia

El genocidio armenio fue planificado por el Estado turco, durante el gobierno del partido de los Jóvenes Turcos, con el
objeto de terminar con la cuestión armenia mediante el exterminio del pueblo armenio.

El genocidio armenio, crimen contra la humanidad (imprescriptible), no respondió a motivos religiosos sino políticos. Fue
organizado por un Estado, Turquía, que utilizó su poder y los recursos a su disposición para eliminar a la minoría armenia,
cercenando definitivamente las vidas de sus víctimas.

ARMENIA

La meseta de Armenia, situada entre el Cáucaso y el río Éufrates, alrededor de los lagos Seván y Van, ha constituido desde
el primer milenio antes de Cristo, el origen del pueblo armenio, de raza aria o indoeuropea y de religión cristiana.

Los armenios, a pesar de largos períodos de dependencia, pudieron perdurar aún divididos entre imperios rivales. El último
reino sobre suelo armenio se remonta al siglo XI, sucedido por el reino armenio de Cilicia, sobre el mar Mediterráneo, que
sucumbió ante los mamelucos en 1375. Desde entonces no hubo una estructura estatal independiente hasta la República
de Armenia de 1918 a 1920. En la actualidad y desde 1991 existe la República de Armenia independiente, que había
formado parte de la ex URSS.

Los armenios en el Imperio otomano

Los armenios del Imperio otomano se concentraron mayoritariamente en la región este y en Cilicia, sobre el Mediterráneo.
Existían, también, concentraciones de armenios en todo el territorio, incluso en la capital, Constantinopla (actual
Estambul), donde el patriarca armenio estaba al frente de la nación armenia (ermeni millet) y la representaba ante las
autoridades otomanas. Los armenios poseían un estatus de inferioridad, aunque durante décadas vivieron en cierta paz.
La independencia de los pueblos balcánicos puso en evidencia la debilidad del poder del sultán. Si el imperio otomano
perduró a pesar de esta situación fue gracias a la rivalidad de las potencias europeas – Inglaterra, Francia y Rusia- las
cuales temiendo que su caída fuera aprovechada por su adversario, hicieron todo lo posible por evitarla. Francia e
Inglaterra temían, sobre todo, que Rusia se beneficiara con la debilidad otomana para ocupar parte de su territorio.

En el siglo XIX, el vasto imperio abarcaba una diversidad de minorías cristianas: en Europa, los serbios y búlgaros; en Asia
menor, los autóctonos griegos y armenios. Estos últimos no aspiraban a la independencia sino a la igualdad de derechos
civiles y a la libertad cultural.

En el Congreso de Berlín (1878), luego de la derrota del sultán Abdul Hamid frente a Rusia, se dispuso (artículo 61) que se
exigirían reformas en los territorios ocupados por armenios, pero las mismas no se cumplieron. Por su gestión en favor de
Turquía, Inglaterra recibió a cambio la isla de Chipre. La postergación a la que fueron sometidas las provincias orientales
armenias (Van, Bitlis, Erzerum, Jarpert, Sivas, Diarbekir) alentó la creación de los partidos políticos armenios interesados
en mejorar su situación.
44
Masacres de 1894-1896, primera etapa del genocidio armenio

Inglaterra y Francia apoyaron los reclamos armenios de reformas y ejercieron presión para que ellas se cumplieran. Sin
embargo, dichas presiones produjeron un efecto contrario. Abdul Hamid, el sultán rojo, con el pretexto de complots
inexistentes y además, incrementaron el fanatismo de la población musulmana, ordenó las masacres de 1894-1896, que
se extendieron por distintos puntos del imperio. Por entonces fueron asesinados alrededor de 300.000 armenios, a los
cuales habría que agregar emigraciones y conversiones forzadas.

Masacres de 1909 en Cilicia, segunda etapa

El Imperio otomano estaba integrado por poblaciones cristianas –armenios, griegos- y musulmanas –turcos, kurdos y
árabes-. Su sustento ideológico, basado en la doctrina del otomanismo que reconocía la diversidad de las minorías, fue
suplantado desde 1913 por el panturquismo o panturanismo, que sostenía la superioridad de la raza turca y proponía la
unión de todos los pueblos turcos del Bósforo hasta la China. Aquellos que no eran turcos serían asimilados; quienes se
resistieran a la asimilación serían expulsados –caso griego- o exterminados –caso armenio-.

En julio de 1908 estalló la revolución en apariencia liberal, bajo la dirección del «Comité de Unión y Progreso » (Ittihad),
conocido como el partido de los Jóvenes Turcos, que sostuvo la igualdad de todos los pueblos que habitaban el imperio.
Al comienzo los armenios creyeron en las ideas “liberales” fundadas sobre el principio laico propuesto por el partido
Ittihad, que había desplazado al sultán a un lugar simbólico.

Esta situación duró poco tiempo, dado que en abril de 1909 estalló en Cilicia una segunda matanza organizada, primero
en la ciudad de Adana y luego en el resto de la provincia. Unos 30.000 armenios fueron asesinados. Se responsabilizó a
los sectores tradicionales desplazados, partidarios del sultán Abdul Hamid, pero fue evidente la responsabilidad del
partido gobernante.

Los armenios creyeron que las masacres habían sido alentadas por los sectores desplazados; por su parte, los Jóvenes
Turcos advirtieron que el hecho no había provocado una gran reacción en el mundo occidental y que, consecuentemente,
podrían expandirlas en un futuro no lejano.

En 1913 se estableció una dictadura militar con tres hombres fuertes Djemal, Enver y Taalat, que serían respectivamente,
ministros de Marina, Guerra e Interior, responsables del plan de exterminio de los armenios. El panturquismo estaba en
marcha.

El genocidio, 1915-1920

En tiempos del sultán Abdul Hamid se habían creado los regimientos “hamidiés”, estructura paramilitar cuyo blanco era
la población armenia. Los Jóvenes Turcos, por su parte, pusieron en marcha en 1914 una estructura denominada
«Organización especial », dirigida por dos médicos, Nazim y Behaedin Chakir con el mismo fin.

Cuando estalló la guerra de 1914, el Imperio otomano se alineó entre las potencias centrales, contra Francia, Gran Bretaña
y Rusia. Consecuentemente, en el invierno de 1914, Enver se lanzó a la campaña contra Rusia, en la zona del Cáucaso, que
resultó un fracaso total.

Los armenios de Rusia (su población total era aproximadamente 1.500.000) se alistaron en el ejército ruso y, los del
Imperio otomano (su población era de aproximadamente 2.000.000), en el ejército turco; solo unos pocos voluntarios se
pasaron al campo ruso. Los Jóvenes turcos explotaron este hecho magnificándolo, para luego acusar a los armenios de
traición y responsabilizarlos por la derrota. Enver necesitaba un “chivo emisario” a quien culpar.

45
La guerra y la derrota del ejército turco en el Cáucaso crearon las condiciones para aplicar el plan de deportación y
exterminio de la población armenia del Imperio otomano

El genocidio armenio presenta tres pasos premeditados:

1.- arresto y muerte de la clase dirigente armenia (intelectuales, políticos, religiosos,

comerciantes).

2.- desarme y asesinato de la población masculina en edad de portar armas.

3.- deportación de mujeres, ancianos y niños hacia los desiertos de Siria y Mesopotamia, con la finalidad encubierta de
eliminarlos.

Este plan se aplicó en todas las provincias armenias y en aquéllas que contaban con población armenia, según un esquema
inflexible.

Las masacres se efectuaron bajo la apariencia de una deportación provisoria, cuyo objeto era alejar a la población civil de
las zonas próximas al frente de lucha. Pero en realidad, un mínimo porcentaje pudo sobrevivir a las enfermedades, al
hambre, la sed, así como a los raptos, violaciones y ataques de bandas armadas que mataban y robaban a discreción.
Prácticamente en ese mismo año 1915 el plan mayor había sido concretado: casi no quedaban armenios en Anatolia
oriental. Luego llegó el turno a los armenios de Cilicia, con el mismo resultado.

Última etapa, 1920-1922

Todavía Turquía no estaba satisfecha con los resultados obtenidos; quedaba la Armenia oriental, la futura República de
Armenia. Con la retirada del ejército ruso después de la revolución de 1917, Turquía aprovechó la debilidad de ese
territorio y se lanzó sobre él pero fue detenida por una gran movilización popular en la batalla de Sardarabad en 1918 que
permitió salvar una porción del territorio, la República de Armenia, más tarde sovietizada.

Finalizada la guerra y luego de la derrota de Turquía, los Jóvenes Turcos emprendieron la huida. Mustafá Kemal, el líder
nacionalista que tomó su lugar; continuó con las ideas de sus predecesores, incluso la de la eliminación del resto de la
población armenia de Turquía.

El ascenso de los bolcheviques lo benefició puesto que recibió el apoyo de los aliados, temerosos de dicha presencia, y de
los mismos soviets que desconfiaban de los aliados. Esta situación privilegiada le permitió ignorar el Tratado de Sèvres
que reconocía la República de Armenia y envió el ejército turco para masacrar a su población. Finalmente, una pequeña
República de Armenia fue reconocida por turcos y soviéticos mientras que Cilicia, bajo mandato francés, fue abandonada
a su suerte en 1921 provocando el éxodo de los no turcos.

En la última etapa del plan de exterminio, los armenios que quedaban, abandonados por los aliados, fueron masacrados
por orden de Mustafá Kemal. El Tratado de Lausana (1923) ignoró los derechos de los armenios sellando definitivamente
en el papel lo que los turcos habían materializado por medio de las armas.

El proceso a los responsables del Genocidio armenio en 1919

Finalizada la guerra, la derrota turca motivó la huída de los principales responsables del genocidio. En 1919, en una
Constantinopla controlada por los aliados, se llevó a cabo el juicio a sus responsables, organizado por las nuevas
autoridades turcas. Estas trataron de responsabilizar a los Jóvenes Turcos, disociándolos de la nación turca. Al poco
tiempo, las potencias aliadas buscaron aproximarse con Mustafá Kemal, jefe del movimiento nacionalista que controlaría
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los destinos de la nueva Turquía, con lo cual se desvincularon del juicio y ni siquiera solicitaron la extradición de los
responsables; incluso, los veredictos de culpabilidad fueron anulados posteriormente.

La negación, última etapa del Genocidio Armenio.

El Genocidio lleva implícita la destrucción sin límites, - destrucción física y degradación de la persona - así como la
eliminación de la entidad jurídica de los sobrevivientes. La negación es doble: por un lado, la negación de los muertos, es
decir la responsabilidad por el crimen cometido y por el otro, la negación de la existencia de los sobrevivientes como
persona jurídica.

Si bien el caso armenio se tipifica como genocidio, los argumentos de la negación del mismo perduraron por décadas -en
particular, la negación de la responsabilidad del Estado turco y la culpabilidad de la víctima- pero cambiaron las prácticas.

Punto 17: Primera GM. Orígenes del conflicto

Conflicto militar que comenzó el 28 de julio de 1914 como un enfrentamiento localizado en el Imperio Austro-Húngaro y
Serbia; se transformó en un enfrentamiento armado a escala europea cuando la declaración de guerra austro-húngara se
extendió a Rusia el 1 de agosto de 1914; y finalmente pasó a ser una guerra mundial, en la que participaron 32 naciones,
finalizada en 1918. Veintiocho de ellas, denominadas ‘aliadas’ o ‘potencias asociadas’ y entre las que se encontraban Gran
Bretaña, Francia, Rusia, Italia y Estados Unidos, lucharon contra la coalición de los llamados Imperios Centrales, integrada
por Alemania, Austria-Hungría, el Imperio otomano y Bulgaria. La causa inmediata del inicio de las hostilidades entre
Austria-Hungría y Serbia fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Habsburgo, heredero del trono austro-
húngaro, cometido en Sarajevo (Bosnia, entonces parte del Imperio Austro-Húngaro; en la actualidad Bosnia-Herzegovina)
el 28 de junio de 1914 por el nacionalista serbio Gavrilo Princip. No obstante, las causas profundas del conflicto remiten a
la historia europea del siglo XIX, concretamente a las tendencias económicas y políticas que imperaron en Europa desde
1871, año en el fue fundado y emergió como gran potencia el II Imperio Alemán.

Las causas de la guerra

Los verdaderos factores que desencadenaron la I Guerra Mundial fueron el intenso espíritu nacionalista que se extendió
por Europa a lo largo del siglo XIX y comienzos del XX, la rivalidad económica y política entre las distintas naciones y el
proceso de militarización y de vertiginosa carrera armamentística que caracterizó a la sociedad internacional durante el
último tercio del siglo XIX, a partir de la creación de dos sistemas de alianzas enfrentadas.

a) El nacionalismo

La Revolución Francesa y las Guerras Napoleónicas habían difundido por la mayor parte del continente europeo el
concepto de democracia, extendiéndose así la idea de que las poblaciones que compartían un origen étnico, una lengua y
unos mismos ideales políticos tenían derecho a formar estados independientes. Sin embargo, el principio de la
autodeterminación nacional fue totalmente ignorado por las fuerzas dinásticas y reaccionarias que decidieron el destino
de los asuntos europeos en el Congreso de Viena (1815). Muchos de los pueblos que deseaban su autonomía quedaron
sometidos a dinastías locales o a otras naciones. Por ejemplo, los estados alemanes, integrados en la Confederación
Germánica, quedaron divididos en numerosos ducados, principados y reinos de acuerdo con los términos del Congreso de
Viena; Italia también fue repartida en varias unidades políticas, algunas de las cuales estaban bajo control extranjero; los
belgas flamencos y franceses de los Países Bajos austriacos quedaron supeditados al dominio holandés por decisión del
Congreso. Las revoluciones y los fuertes movimientos nacionalistas del siglo XIX consiguieron anular gran parte de las
imposiciones reaccionarias acordadas en Viena. Bélgica obtuvo la independencia de los Países Bajos en 1830; la unificación
de Italia fue culminada en 1861, y la de Alemania en 1871. Sin embargo, los conflictos nacionalistas seguían sin resolverse
47
en otras áreas de Europa a comienzos del siglo XX, lo que provocó tensiones en las regiones implicadas y entre diversas
naciones europeas. Una de las más importantes corrientes nacionalistas, el paneslavismo, desempeñó un papel
fundamental en los acontecimientos que precedieron a la guerra.

b) El imperialismo

El espíritu nacionalista también se puso de manifiesto en el terreno económico. La Revolución Industrial, iniciada en Gran
Bretaña a finales del siglo XVIII, en Francia a comienzos del XIX y en Alemania a partir de 1870, provocó un gran incremento
de productos manufacturados, por lo que estos países se vieron obligados a buscar nuevos mercados en el exterior. El
área en la que se desarrolló principalmente la política europea de expansión económica fue África, donde los respectivos
intereses coloniales entraron en conflicto con cierta frecuencia. La rivalidad económica por el dominio del territorio
africano entre Francia, Alemania y Gran Bretaña estuvo a punto, desde 1898 hasta 1914, de provocar una guerra en Europa
en varias ocasiones.

c) La expansión militar

Como consecuencia de estas tensiones, las naciones europeas adoptaron medidas tanto en política interior como exterior
entre 1871 y 1914 que, a su vez, aumentaron el peligro de un conflicto; mantuvieron numerosos ejércitos permanentes,
que ampliaban constantemente mediante reclutamientos realizados en tiempo de paz, y construyeron naves de guerra
de mayor tamaño. Gran Bretaña, influida por el desarrollo de la Armada alemana, que se inició en 1900, y por el curso de
la Guerra Ruso-japonesa, modernizó su flota bajo la dirección del almirante sir John Fisher. El conflicto bélico que tuvo
lugar entre Rusia y Japón había demostrado la eficacia del armamento naval de largo alcance. Los avances en otras áreas
de la tecnología y organización militar estimularon la constitución de estados mayores capaces de elaborar planes de
movilización y ataque muy precisos, integrados a menudo en programas que no podían anularse una vez iniciados.

Los dirigentes de todos los países tomaron conciencia de que los crecientes gastos de armamento desembocarían con el
tiempo en quiebras nacionales o en una guerra; por este motivo se intentó favorecer el desarme mundial en varias
ocasiones, especialmente en las Conferencias de La Haya de 1899 y 1907. Sin embargo, la rivalidad internacional había
llegado a tal punto que no fue posible alcanzar ningún acuerdo efectivo para decidir el desarme internacional.

De forma paralela al proceso armamentístico, los estados europeos establecieron alianzas con otras potencias para no
quedar aisladas en el caso de que estallara una guerra. Esta actitud generó un fenómeno que, en sí mismo, incrementó
enormemente las posibilidades de un conflicto generalizado: el alineamiento de las grandes potencias europeas en dos
alianzas militares hostiles, la Triple Alianza, formada por Alemania, Austria-Hungría e Italia, y la Triple Entente, integrada
por Gran Bretaña, Francia y Rusia. Los propios cambios que se produjeron en el seno de estas asociaciones contribuyeron
a crear una atmósfera de crisis latente por la cual el periodo fue denominado de la ‘paz armada’.

d) Las crisis anteriores a la guerra (1905-1914)

Al encontrarse Europa dividida en dos sistemas de alianzas hostiles, cualquier alteración de la situación política o militar
en Europa, África o en cualquier otro lugar provocaría un incidente internacional. Desde 1905 hasta 1914 tuvieron lugar
varias crisis internacionales y dos guerras locales, y todos ellas estuvieron a punto de desencadenar una guerra general
en Europa. El primer conflicto se produjo en Marruecos, donde Alemania combatió en 1905 y 1906 para apoyar al país en
su lucha por la independencia y para evitar el dominio del área por Francia y España. Francia amenazó a Alemania con
declararle la guerra, pero el incidente se solucionó finalmente en una conferencia internacional celebrada en Algeciras
(España) en 1906. Los Balcanes fueron el escenario de un nuevo enfrentamiento en 1908, motivado por la anexión de
Bosnia-Herzegovina por parte de Austria-Hungría. Entre los distintos tipos de paneslavismo se encontraba el
panserbianismo o movimiento para la creación de una Gran Serbia, uno de cuyos objetivos era que esta región adquiriera
48
la zona meridional de Bosnia, por lo que los serbios amenazaron a Austria con declararle la guerra. No se inició ninguna
campaña debido a que los serbios no podían emprender la lucha sin el apoyo de Rusia, y ésta no se encontraba en
condiciones de intervenir en la contienda. En 1911 estalló una nueva crisis en Marruecos, cuando el gobierno alemán
envió un buque de guerra a Agadir en protesta por los intentos franceses para conseguir la supremacía en esta zona. Hubo
amenazas de guerra por ambas partes, pero el conflicto se solventó en la Conferencia de Agadir. Italia, aprovechando la
preocupación de las grandes potencias por la cuestión marroquí, declaró la guerra al Imperio otomano en 1911, con la
esperanza de poder anexionarse la región de Tripolitania, situada al norte de África. Dado que Alemania se había visto
obligada a entablar relaciones amistosas con el Imperio otomano a causa de su política de Drang nach Osten (‘Expansión
hacia el Este’), el ataque de Italia debilitó a la Triple Alianza y alentó a sus enemigos. Las Guerras Balcánicas de 1912-1913
aumentaron el interés de Serbia por obtener el control de las áreas del Imperio Austro-Húngaro habitadas por pueblos
eslavos, agudizó el recelo del Imperio Austro-Húngaro hacia los serbios y generó en Bulgaria y el Imperio otomano un
deseo de revancha tras su derrota en dichos conflictos. Alemania, irritada por el hecho de que el Imperio otomano hubiera
perdido sus territorios en Europa como consecuencia del conflicto balcánico, formó un Ejército más numeroso. Francia
respondió con la ampliación del servicio militar obligatorio de dos a tres años en tiempo de paz. Las demás naciones
europeas siguieron el ejemplo de estas potencias y asignaron en 1913 y 1914 enormes cantidades al presupuesto
destinado a gastos militares

e) Las operaciones militares

El asesinato del archiduque austriaco tuvo una repercusión catastrófica en una Europa armada y desgarrada por las
rivalidades nacionales.

f) Las gestiones diplomáticas

El gobierno austro-húngaro, que consideraba que el asesinato había sido obra del movimiento de la Gran Serbia, decidió
suprimir esta agrupación enviando una expedición militar a Serbia. El 23 de julio, Austria-Hungría envió un ultimátum a
Serbia que contenía diez condiciones concretas, la mayoría de las cuales estaban relacionadas con la eliminación de la
propaganda antiaustriaca en Serbia. Ésta, alentada por Gran Bretaña y Rusia, aceptó las exigencias austro-húngaras salvo
dos de ellas el 25 de julio, pero Austria replicó que la respuesta serbia no era satisfactoria. Los rusos intentaron convencer
a Austria para que modificara los términos exigidos, y declararon que si los austriacos atacaban Serbia, ellos se movilizarían
contra Austria. El ministro de Asuntos Exteriores británico, sir Edward Grey, primer vizconde Grey de Fallodon, propuso el
26 de julio que Gran Bretaña, Francia, Alemania e Italia se reunieran en una conferencia para arbitrar en la disputa austro-
serbia, pero Alemania declinó dicha oferta.

g) Las declaraciones de guerra

Austria declaró la guerra a Serbia el 28 de julio, ya fuera porque creía que Rusia no llegaría a unirse a Serbia o porque
estaba dispuesta a correr el riesgo de un conflicto europeo general con tal de poner fin al movimiento nacionalista serbio.
Rusia respondió movilizándose contra Austria. Alemania advirtió a Rusia de que si persistía en su actitud le declararía la
guerra, y consiguió que Austria accediera a discutir con Rusia una posible modificación del ultimátum enviado a los serbios.
No obstante, Alemania insistió en que los rusos retiraran sus tropas inmediatamente. Rusia se negó a hacerlo y Alemania
le declaró la guerra el 1 de agosto.

Los franceses comenzaron la movilización de sus fuerzas ese mismo día; las tropas alemanas cruzaron la frontera de
Luxemburgo el 2 de agosto y Alemania declaró la guerra a Francia al día siguiente. El día anterior, el gobierno alemán había
informado al gobierno belga de su intención de marchar sobre Francia cruzando Bélgica, a fin de evitar que los franceses
utilizaran esta ruta para atacar Alemania. Las autoridades belgas se negaron a permitir el paso por su territorio de las
tropas alemanas y recurrieron a los países firmantes del Tratado de 1839 —en el que se garantizaba la neutralidad de
49
Bélgica en el caso de un conflicto en el que estuvieran implicados Gran Bretaña, Francia y Alemania— para que se
cumpliera lo establecido en dicho acuerdo. Gran Bretaña, uno de los países signatarios del Tratado de 1839, envió un
ultimátum a Alemania el 4 de agosto en el que se exigía que se respetara la neutralidad de Bélgica; Alemania rechazó la
petición y el gobierno británico le declaró la guerra ese mismo día. Italia permaneció neutral hasta el 23 de mayo de 1915,
cuando rompió su pacto con la Triple Alianza para satisfacer sus aspiraciones territoriales y declaró la guerra a Austria-
Hungría. La unidad de los aliados se fortaleció en septiembre de 1914 a través del Pacto de Londres, firmado por Francia,
Gran Bretaña y Rusia. A medida que avanzaba la contienda, fueron sumándose al conflicto países como el Imperio
otomano, Japón, Estados Unidos y otras naciones del continente americano. Japón, que había firmado una alianza con
Gran Bretaña en 1902, declaró la guerra a Alemania el 23 de agosto de 1914, y el 6 de abril de 1917 lo hizo Estados Unidos.

Punto 18: Diplomacia de guerra y fases del conflicto. Guerra total, neutrales y comercio mundial.

-Fases del conflicto

La Primera Guerra Mundial se puede sintetizar en tres etapas: Guerra de Movimientos, Guerra de Trincheras y Segunda
Guerra de Movimientos.

1. Guerra de Movimientos (1914)

En agosto de 1914, Alemania tenía como objetivo dominar rápidamente a Francia para continuar con Rusia, a la que
consideraba militarmente débil. La idea era mover rápidamente a las tropas hacia el frente francés y con un total de un
millón y medio de soldados, terminar la guerra en pocas semanas. Mientras tanto, dejaba a 500 mil solados en el frente
oriental para invadir Rusia, que tardaría varias semanas en movilizar a sus tropas; para cuando esto sucediera, Alemania
podría regresar las tropas del frente occidental para derrotar a Rusia. Este plan, ideado a principios del siglo XX se le llamó
el Plan Schlieffen por su creador, quien murió en 1913, por lo que no fue llevado a cabo tal como fue diseñado.

2. Guerra de Trincheras (1915-1917)

La guerra en el frente occidental quedó reducida prontamente a una guerra de trincheras que se extendieron como dos
líneas paralelas desde Suiza hasta el Mar del Norte. Las condiciones de las trincheras eran espantosas: lodo, ratas,
parásitos, lluvia constante, cadáveres; los soldados ensordecían por los cañoneos y la tensión nerviosa era terrible. Tan
solo en el frente Occidental se produjeron más de dos millones de bajas en un año.

La igualdad de fuerzas entre ambos bandos, dio origen en el año 1915 a la formación de trincheras para poder protegerse
del ataque enemigo. El frente estaba formado por líneas paralelas de trincheras comunicadas y protegidas por alambres
de púas.

3. Segunda Guerra de Movimientos (1918)

Con la derrota de Austria en manos de Rusia, el frente oriental queda débil y los aliados controlan el Mar Mediterráneo.
Alemania no tenía suficientes elementos para continuar la guerra y regresó a la guerra de movimientos: Utilizó gases
tóxicos, niebla artificial y artillería de larga distancia (bombardeó París desde 120 Km.), pero fue derrotada por los aliados,
como sucedió con las otras potencias centrales.

La 1ª Guerra Mundial promovió el armamentismo, impulsando la tecnología para producir nuevas armas. En ella se utilizó
por primera vez el avión de bombardeo, se fabricaron aviones de guerra, se construyeron dirigibles, tanques de guerra,
acorazados, gases tóxicos y lanzallamas.

Fin de la Primera Guerra Mundial (1918)


50
Para septiembre de 1914 todos los ejércitos se vieron desprovistos de armas y municiones, por las enormes pérdidas
sufridas durante los primeros meses de guerra. La industria bélica tuvo un gran desarrollo, absorbiendo la mayor parte de
los recursos económicos y de la mano de obra -aunque no se consiguió satisfacer la demanda sino hasta 1916- para hacer
posible este esfuerzo se recurrió al trabajo obligatorio en Alemania y en todos los países se empleó masivamente por
primera vez mano de obra femenina, además de utilizar a los trabajadores de los países colonizados y a los prisioneros de
guerra.

-Países neutrales

Fueron pocos los países europeos que permanecieron neutrales en la Gran Guerra :

-Suiza: Se mantuvo totalmente neutral durante todo el conflicto. Esta neutralidad se vio reforzada por ser sede de
organismos de cooperación internacional como la Cruz Roja o la Unión Telegráfica. No obstante, la opinión pública estaba
dividida en cuanto a qué bando apoyar; en general, la población de habla alemana apoya a los Imperios Centrales y de
habla francesa a los Aliados. El gobierno decretó la neutralidad armada, durante toda la contienda Suiza movilizó a sus
soldados para que vigilasen sus fronteras al objeto de evitar la extensión de la guerra a su territorio. Suiza jugó un gran
papel humanitario acogiendo a 68.000 soldados enfermos o heridos de ambos bandos entre 1916 y 1918.

-Países Bajos. Mantuvo su neutralidad, aunque tendió a abastecer a los alemanes lo que parece un normal dado su
frontera con Alemania y Bélgica ocupada por alemanes y a la presión que ello supuso.

-Dinamarca. Muy importante estratégicamente por ser una de las llaves del Báltico. Mantuvo una neutralidad benévola
hacia los Imperios Centrales.

-Noruega. Junto con Suecia, hizo una declaración de neutralidad el 8 de agosto de 1914. Mantuvo esta neutralidad durante
toda la guerra. Sufrió presiones de los Aliados y de Alemania para obtener una posición favorable, acabó cediendo a las
presiones británicas y comenzó a cortar el comercio de alimentos y materias primas con Alemania.

-Suecia. Neutralidad benévola hacia los Imperios Centrales.

Punto 19: Los 14 puntos de Wilson. Los principios de la seguridad colectiva

Los Catorce Puntos fueron una declaración de principios para alcanzar la paz en las negociaciones tras el fin de la Primera
Guerra Mundial. Éstos fueron delineados en un discurso dado por el presidente de Estados Unidos Woodrow Wilson el 8
de enero de 1918.

Estos puntos fueron generalmente aceptados por los países europeos, aunque sus principales aliados Georges
Clemenceau de Francia, David Lloyd George de Reino Unido y Vittorio Orlando de Italia, se mostraron algo escépticos
sobre su aplicabilidad.

El discurso de Wilson adaptó muchas de las ideas de Estados Unidos y las trasladó hacia la política exterior en estos Catorce
Puntos, como el libre comercio, los acuerdos abiertos, la democracia y la autodeterminación.

Los Catorce Puntos de Wilson


51
1) Pactos abiertos de Paz, tras los cuales no habrá acuerdos internacionales privados de ningún tipo, y en donde la
diplomacia procederá siempre de forma franca y a la vista del público.

2) Absoluta libertad de navegación en la paz y en la guerra fuera de las aguas jurisdiccionales, excepto cuando los mares
quedasen cerrados por un acuerdo internacional.

3) Desaparición, tanto como sea posible, de las barreras económicas.

4) Garantías adecuadas para la reducción de los armamentos nacionales.

5) Reajuste de las reclamaciones coloniales, de tal manera que los intereses de los pueblos merezcan igual consideración
que las aspiraciones de los gobiernos, cuyo fundamento habrá de ser determinado.

6) Evacuación de todo el territorio ruso, dándose a Rusia plena oportunidad para su propio desarrollo con la ayuda de las
potencias.

7) Plena restauración de Bélgica en su completa y libre soberanía.

8) Liberación de todo el territorio francés y reparación de los perjuicios causados por Prusia en 1871.

9) Reajuste de las fronteras italianas de acuerdo con el principio de la nacionalidad.

10) Oportunidad para un desarrollo autónomo de los pueblos del Imperio austrohúngaro.

11) Evacuación de Rumanía, Serbia y Montenegro, concesión de un acceso al mar a Serbia y arreglo de las relaciones entre
los Estados balcánicos de acuerdo con sus sentimientos y el principio de nacionalidad.

12) Seguridad de desarrollo autónomo de las nacionalidades no turcas del Imperio Otomano, y el Estrecho de los
Dardanelos libres para toda clase de barcos.

13) Declarar a Polonia como un estado independiente, que además tenga acceso al mar.

14) La creación de una asociación general de naciones, a constituir mediante pactos específicos con el propósito de
garantizar mutuamente la independencia política y la integridad territorial, tanto de los Estados grandes como de los
pequeños.

De este último punto surge la iniciativa para formar una Sociedad de Naciones, antecedente inmediato de las Naciones
Unidas actuales (ONU).

Principios de la seguridad colectiva

La seguridad colectiva forma parte de los mecanismos de gestión de la potencia de los Estados. En el siglo XXI, es el medio
considerado como el más legítimo por la comunidad internacional para hacer uso de la fuerza. Según Hans Morgenthau y
Kenneth Thompson, se trata inclusive “del intento más ambicioso para superar las deficiencias de un sistema de aplicación
de la ley totalmente descentralizado1”. Tradicionalmente, el derecho internacional dejaba en manos de los particulares,
es decir de las naciones, la responsabilidad de respetar y hacer respetar la ley, es decir los acuerdos firmados
voluntariamente con otras partes. Con la seguridad colectiva, esa responsabilidad incumbe a la colectividad de las
naciones (la seguridad colectiva es, por esencia, global y no limitada a una región o alianza alguna). En la práctica, esto
significa que incluso las naciones que no han sido víctimas de infracción a la ley (internacional) tienen la responsabilidad
de intervenir para reparar los daños sufridos y/o resolver los diferendos.

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La idea de seguridad colectiva fue en principio elaborada por los filósofos del siglo XVIII en respuesta a las deficiencias que
éstos percibían en el sistema de equilibrio vigente, sistema que privilegiaba a las naciones más poderosas y que
consideraba el recurso a la fuerza como un medio usual para mantener el equilibrio o, mejor dicho, para explotar las
relaciones de fuerza a su favor.

Después de la Primera Guerra Mundial, cuando el sistema de equilibrio de las potencias se desmoronó drásticamente, se
realizó un primer intento por instaurar un verdadero sistema de seguridad colectiva. Entre las dos guerras, dicho régimen
se instaló bajo la autoridad de la Sociedad de las Naciones pero ésta, totalmente desprovista de los apoyos necesarios
para triunfar, se derrumbaría a su vez bajo los golpes asestados por las futuras fuerzas del Eje: la SDN intentó acercarse lo
más posible a la forma ideal de la seguridad colectiva pero falló estrepitosamente en su aplicación práctica.

Contenido del artículo 16 del Pacto de la SDN:

Artículo 16.

1. Si cualquier miembro de la Sociedad recurriera a la guerra, contrariamente a las obligaciones contraídas por él de
acuerdo con los artículos 12, 13 y 15, será ipsofacto considerado como habiendo cometido un acto de guerra contra todos
los demás miembros de la Sociedad, los que se comprometen por el presente a romper inmediatamente con él todas las
relaciones comerciales y financieras, a prohibir toda comunicación entre sus nacionales y los nacionales del Estado en
ruptura de pacto y a hacer cesar todas las relaciones financieras comerciales o personales entre los nacionales del Estado
en ruptura de pacto y los de todo otro Estado, miembro o no de la Sociedad.

2. En tal caso, el Consejo tiene el deber de recomendar a los diversos gobiernos interesados los efectivos militares, navales
o aéreos con que los miembros de la Sociedad contribuirán, respectivamente, a las fuerzas armadas, destinadas a hacer
respetar los compromisos de la Sociedad.

3. Los miembros de la Sociedad convienen, además, en prestarse mutuo apoyo en la aplicación de las medidas financieras
y económicas a adoptarse, en virtud del presente artículo, a fin de reducir al mínimo las pérdidas y los inconvenientes que
de esas medidas pudieran resultar. Se prestarán igualmente mutuo apoyo para resistir toda medida especial dirigida
contra uno de ellos por el Estado en ruptura de pacto, y tomarán las disposiciones necesarias para facilitar el tránsito a
través de su territorio de las fuerzas de todo miembro de la Sociedad que participara de una acción común para hacer
respetar los compromisos de la misma.

4. Podrá ser excluido de la Sociedad todo miembro que hubiese violado algún compromiso resultante del pacto. La
exclusión tiene lugar por un voto del Consejo, aprobado por los representantes de todos los otros miembros de la Sociedad
representados en el mismo.

Punto 20: Los acuerdos al final de la 1ra GM

La Conferencia de París se inició en enero de 1919 con el concurso de las delegaciones de los 27 países vencedores de la
guerra.

No fueron convocados los vencidos. A pesar del número tan elevado de compromisarios las principales decisiones
recayeron sobre Estados Unidos (Wilson), Reino Unido (Lloyd George) y Francia (G. Clemençeau), aunque también jugaron
un papel relevante Italia y Japón.

Las deliberaciones giraron en gran medida en torno al Programa de 14 puntos que el presidente Wilson había presentado
en el Congreso en enero de 1918 cuando la contienda aún no había finalizado. Tenían por objeto lograr una paz mundial
duradera.
53
En la organización de la paz no hubo posturas unitarias:

Francia, la más radical, deseaba eliminar el peligro de una Alemania capaz de provocar una nueva guerra.

Clemençeau, su primer ministro, se abandonó a las tesis revanchistas e intentó la desmembración de su enemiga,
segregando Renania del resto del país. Impulsó el establecimiento de durísimas indemnizaciones alegando que Alemania
había sido la causante del conflicto y, por lo tanto, culpable. Texto. Quejas del cónsul inglés en Aleppo sobre la irrupción
de productos alemanes

El Reino Unido, junto con Estados Unidos eran partidarios de moderar esas indemnizaciones, pues no deseaban destruir
la economía alemana, alimentar el rencor nacionalista, ni tampoco fomentar un descontento que arrojara al pueblo
alemán en brazos del comunismo. Texto. La postura de Lloyd George sobre la paz

La Conferencia de París concluyó con la firma por separado de cuatro tratados que afectaron a las potencias derrotadas.
Se celebraron en sesiones separadas en las proximidades de París.

El tratado de Versalles: Acuerdo de paz firmado al concluir la I Guerra Mundial entre Alemania y las potencias aliadas
vencedoras. Fue negociado durante la Conferencia de Paz celebrada en Versalles, que comenzó el 18 de enero de 1919.
En ella se hallaban representados Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia e Italia; Alemania, que había adoptado un
régimen republicano tras la disolución del Imperio al final de la guerra, quedó excluida de las conversaciones. La primera
sección del Tratado recogía el Pacto de la Sociedad de Naciones, cuyo objetivo era garantizar el cumplimiento de los
términos de varios convenios acordados después de la I Guerra Mundial con el fin de lograr una paz duradera. El Tratado
se firmó en la Galería de los Espejos del Palacio de Versalles, próximo a París, el 28 de junio de 1919. Estados Unidos no lo
ratificó, pero firmó con Alemania por separado el 2 de julio de 1921 el Tratado de Berlín.

Presentado a los líderes alemanes para que lo firmaran el 7 de mayo de 1919, forzaba a Alemania a ceder territorios a
Bélgica (Cantones del Este), Checoslovaquia (distrito de Hultschin) y Polonia (Poznan, Prusia Occidental y Alta Silesia).
Alsacia y Lorena, anexadas en 1871 después de la Guerra Franco-Prusiana, volvieron a Francia. Todas las colonias alemanas
de ultramar se convirtieron en Mandatos de la Liga de Naciones, y la ciudad de Danzig, con mayoría étnica alemana, se
convirtió en una ciudad libre. El tratado exigía la desmilitarización y la ocupación de la región del Rin, y un estatus especial
para el Saarland bajo control francés. El futuro de las áreas del norte de Schleswig en la frontera entre Dinamarca y
Alemania y partes de Alta Silesia se determinaría mediante plebiscitos.

El desarme y las reparaciones de guerra

Según lo estipulado en el Tratado de Versalles, y siguiéndose en lo básico los Catorce Puntos, o directrices pautadas por
el presidente estadounidense, Woodrow Wilson, Alemania tuvo que suprimir el servicio militar obligatorio, reducir su
Ejército a 100.000 hombres, desmilitarizar todos los territorios situados en la orilla izquierda del río Rin y los del margen
derecho en una franja de 50 km de ancho, dejar de importar, exportar y prácticamente producir material de guerra, limitar
sus fuerzas navales a 36 buques de superficie (no se le permitió mantener submarinos) y el personal naval a 15.000,
quedándole prohibida la aviación militar. Alemania también aceptó que el antiguo emperador Guillermo II fuera juzgado
por un tribunal internacional bajo la acusación de haber cometido "un delito supremo contra la moralidad internacional",
pero el juicio nunca llegó a celebrarse.

Los alemanes debían hacer frente a una cuantiosa indemnización por reparaciones de guerra para resarcir a las potencias
aliadas por los daños causados durante el conflicto. Además de las reparaciones en metálico, se entregaron naves, trenes,

54
ganado y valiosos recursos naturales. Surgieron dificultades con la recaudación de los pagos y la modalidad y cuantía de
los mismos no quedó ajustada definitivamente hasta la Conferencia de Lausana de 1932.

Modificaciones territoriales

Alemania reconoció la soberanía incondicional de Bélgica, Polonia, Checoslovaquia (en la actualidad República Checa y
Eslovaquia), y Austria, y abrogó los tratados de Brest-Litovsk y Bucarest. Asimismo, perdió aproximadamente 71.000 Km.2
de territorio, algo más de un 13% de sus dominios europeos. Alsacia y Lorena fueron restituidas a Francia, y la región del
Sarre quedó bajo la administración de una comisión de la Sociedad de Naciones durante quince años. Bélgica recibió los
pequeños distritos de Eupen-et-Malmedy y Moresnet.

Se celebraron plebiscitos en 1920 para determinar la situación política de la zona norte y central de Schleswig-Holstein: la
primera, que comprendía 3.981 Km.2 fue cedida a Dinamarca, mientras que Alemania conservó la segunda. Grandes áreas
de las provincias de Posen (actual Pozna, Polonia) y Prusia Occidental pasaron a manos de Polonia. Los plebiscitos
celebrados en Prusia y Marienwerder (un distrito del sureste) en 1920 permitieron su permanencia a Alemania. El
convocado en la Alta Silesia en 1921 también otorgó la mayoría a Alemania, pero el Consejo de la Sociedad de Naciones,
que había sido invitado a mediar en la disputa, asignó la parte más rica de esta región a Polonia. Una parte de la Alta Silesia
(en la actualidad la República Checa) fue cedida a Checoslovaquia en 1920.

El puerto de Memel y su territorio adyacente fue entregado finalmente a Lituania. El puerto de Danzig quedó bajo el
control de las principales potencias aliadas y sus asociadas, que reconocieron a Danzig (en la actualidad Gdask) como una
ciudad libre administrada por la Sociedad de Naciones, pero supeditada al dominio de Polonia en lo que se refería a
sus aduanas y representación en el extranjero. Alemania también perdió todo su imperio colonial. Las duras condiciones
del Tratado, en especial la pérdida de los territorios del este, levantaron duras críticas en Alemania que calificó el Tratado
de paz como diktat o puñalada por la espalda, y dio lugar a la aparición de numerosos grupos nacionalistas que
demandaban la revisión del mismo, y que servirían de soporte para el ascenso al poder en la década de 1930 del Partido
Nacional Socialista Alemán.

Quizás la parte más humillante del tratado para la derrotada Alemania era el Artículo 231, comúnmente conocido como
"Cláusula de Culpabilidad de la Guerra", que obligaba a Alemania a aceptar la responsabilidad absoluta del inicio de la
Primera Guerra Mundial. Como tal, Alemania era responsable de todos los daños materiales, y el primer ministro de
Francia, Georges Clemenceau, insistió particularmente en imponer enormes pagos de compensación. Conscientes de que
Alemania probablemente no podría pagar una deuda tan elevada, Clemenceau y los franceses de todos modos temían
enormemente que Alemania se recuperara con rapidez y emprendiera una nueva guerra contra Francia. Por lo tanto, en
el sistema de tratados de la posguerra, los franceses intentaron ponerle trabas a los esfuerzos alemanes por recuperar su
superioridad económica y rearmarse.

El ejército alemán se limitaría a 100 mil hombres y se prohibiría el servicio militar obligatorio. El tratado restringía la
Armada a buques de menos de 100 mil toneladas y contenía una prohibición de adquirir o tener una flota de submarinos.
Además, Alemania tenía prohibido tener fuerza aérea. Alemania estaba obligada a llevar adelante juicios por crímenes de
guerra contra el káiser y otros líderes por emprender una guerra de agresión. El Juicio de Leipzig, sin el káiser ni otros
líderes nacionales importantes en el banquillo de los acusados, tuvo como consecuencia principalmente absoluciones y
fue ampliamente percibido como una farsa, incluso en Alemania.

El recientemente formado gobierno democrático alemán vio al Tratado de Versalles como una "paz impuesta" (Diktat).
Sin bien Francia, que había sufrido más en el plano material que los demás miembros del grupo de los "Cuatro Grandes",
había insistido en la dureza de los términos, el tratado de paz en última instancia no ayudó a resolver las disputas

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internacionales que habían dado origen a la Primera Guerra Mundial. Por el contrario, tendía a impedir la cooperación
intereuropea y complicaba más los problemas subyacentes que habían causado la guerra en primer lugar.

El tratado de Saint-Germain: con Austria (septiembre de 1919). Fue firmado y hecho a conocer el 10 de septiembre de
1919 entre las potencias aliadas vencedoras de la Primera Guerra Mundial y Austria. En este tratado se establecía de modo
definitivo el desmembramiento de la antigua monarquía de los Habsburgo, el Imperio austrohúngaro, y en su lugar quedó
reconocida la República de Austria como "estado sucesor", la cual quedó limitada a algunas zonas en las que se hablaba
solamente el alemán.

El tratado de Trianon: con Hungría (junio de 1920). Fue un tratado de paz firmado después de la Primera Guerra Mundial
entre los Aliados y el Reino de Hungría el 4 de junio de 1920. Fue firmado en el Gran Palacio de Trianon, en Versailles,
Francia. El tratado establecía la nueva situación de Europa, con los Estados que habían de reemplazar al antiguo reino de
Hungría, después de la desaparición del Imperio austrohúngaro. Los Aliados eran: Estados Unidos, Reino Unido, Francia,
Reino de Italia y Japón, y sus asociados fueron: Rumanía, el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, y Checoslovaquia.
Hungría, como parte del Imperio austrohúngaro, fue uno de los países derrotados en la Primera Guerra Mundial.

El tratado de Neuilly: con Bulgaria (noviembre de 1919). Fue firmado el 27 de noviembre de 1919 en Neuilly-sur-Seine
(Francia) entre el Reino de Bulgaria y las potencias vencedoras en la Primera Guerra Mundial. De acuerdo con lo estipulado
en el tratado, Bulgaria reconocía el nuevo Reino de Yugoslavia, se comprometía a pagar cuatrocientos cincuenta millones
de dólares en concepto de indemnización y reducía su Ejército a veinte mil soldados. Además, perdía cuatro enclaves de
terreno occidental en favor de Yugoslavia y cedía Tracia occidental al Reino de Grecia, por lo que quedaba sin acceso al
mar Egeo. El tratado es conocido en Bulgaria como la «Segunda Catástrofe Nacional», siendo la primera su derrota en la
guerra balcánica de 1913.

El tratado de Sèvres: con Turquía (agosto d 1920). Fue un tratado de paz entre el Imperio otomano y los países aliados
de la Primera Guerra Mundial (a excepción de Rusia y Estados Unidos), firmado en Sèvres, Francia el 10 de agosto de 1920
como parte de la partición del Imperio otomano y que nunca entró en vigor al no ser ratificado por las partes firmantes.

De estos tratados quedó, no obstante, por parte de los vencidos, la sensación de haber sido injustamente perjudicados.
El caso de Alemania fue el más sintomático ya que el Tratado (considerado como una imposición humillante) alentó el
nacionalismo y el revanchismo, propiciando el ascenso del nazismo y el estallido de la II Guerra Mundial.

Los tratados no resolvieron el problema de las nacionalidades, quedando desvirtuado el principio teórico que los había
impulsado, es decir, el respeto a la independencia de naciones, consideradas como comunidades con rasgos comunes de
identidad cultural y lingüística. Por el contrario, los nuevos estados que surgieron se crearon sin respetar esa política, lo
que generó tensiones que se prolongaron hasta el estallido de la Segunda Gran Guerra.

Perdidas de la guerra

Las secuelas más visibles de la guerra fueron la desaparición de cuatro imperios: el alemán, el austrohúngaro, el ruso y el
otomano. Numerosas naciones recuperaron su independencia y otras nuevas se crearon.

1- Muerte y destrucción

Durante el transcurso de la guerra, murieron 8 millones de soldados en total y 9 millones de civiles. Además, los
bombardeos destruyeron 300.000 casas, 6000 fábricas, 1000 millas de líneas de tren y 112 minas de carbón. En términos
militares, 12 millones de toneladas de barcos fueron hundidas. Estas cifras aumentan si consideramos el tremendo daño
físico y psicológico que sufrieron millones de personas, entre soldados y civiles, durante la guerra.

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2- Consecuencias económicas

La guerra fue un costo económico significativo para las naciones que participaron en ella. Alemania y Gran Bretaña
gastaron cerca del 60% de lo que su economía producía, teniendo que elevar los impuestos y pidiendo además dinero
prestado a los ciudadanos.

También se imprimió dinero para comprar armas y otros insumos necesarios para las batallas, lo que contribuyó a la
generación de inflación.

La guerra también generó restricciones en el comercio, que fueron exacerbadas por las políticas proteccionistas
exageradas que adoptaron los países. Esto generó un quiebre globalizado del sistema económico mundial, con
consecuencias desastrosas como fue la Gran Depresión en 1929.

3- Aparición de nuevas corrientes ideológicas

Con el colapso de Rusia bajo la presión de la guerra, los socialistas revolucionarios aumentaron su poder, convirtiendo la
ideología comunista en una fuerza importante dentro de Europa.

Aunque la revolución global que Lenin esperaba nunca llegó, la presencia de una gran nación comunista en Europa como
fue Rusia, con un marcado autoritarismo, cambió el equilibrio en la política entre Asia y Europa.

En un principio, Alemania se inclinó hacia Rusia, pero posteriormente formó su propia nueva democracia social.

4- Fin de las monarquías

La Primera Guerra Mundial finalizó cuatro importantes monarquías: la del zar Nicolás II en Rusia tras la que se inició el
comunismo de guerra, el reinado del Kaiser Wilhelm de Alemania, la monarquía del Empeerador Carlos de Austria y el
reinado del Sultán del Imperio Otomano.

5- Efectos sociales

La Primera Guerra Mundial generó importantes cambios sociales, las tasas de natalidad cayeron abruptamente por la
muerte de millones de hombres jóvenes. Además de esto, muchos ciudadanos perdieron sus hogares y tuvieron que huir
a otros países.

El rol de la mujer también cambió, ya que tuvieron que reemplazar a los hombres en las oficinas y las industrias. En esta
línea, comenzaron a aumentar los derechos de la mujer, como el derecho a voto.

Las clases sociales altas dejaron de tener un rol tan dominante en la sociedad, ya que la clase media y baja comenzó a
demandar sus derechos después de la guerra

Punto 21: La disolución del Imperio Austro-húngaro y la proclamación de la República de Weimar

La proclamación de la República de Weimar

Fue el régimen político el período de la historia de Alemania comprendido entre 1918 y 1933, tras la derrota del país en
la Primera Guerra Mundial. La denominación procede de la ciudad homónima, Weimar, donde se reunió la Asamblea
Nacional constituyente y se proclamó la nueva constitución, que fue aprobada el 31 de julio y entró en vigor el 11 de
agosto de 1919.

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Se estableció una República federal formada por 17 estados y cuyo poder legislativo residía en dos asambleas: el Reichstag
y el Reichsrat (cuerpos legistalitovs/ parlamento alemán). El presidente de la República, que ostentaba el Poder Ejecutivo,
era elegido por sufragio universal.

Antes de esta república Alemania vivía bajo el II Reich y el kaiser Guillermo II.

El Imperio alemán o Reich fue la forma de Estado que existió en Alemania desde su unificación y la proclamación de
Guillermo I como emperador, el 18 de enero de 1871, hasta 1918, cuando se convirtió en una república después de la
derrota en la Primera Guerra Mundial y la abdicación de Guillermo II (9 de noviembre de 1918). El término de Deutsches
Reich se mantuvo como nombre oficial de Alemania durante la República de Weimar.

La abdicación del Kaiser Guillermo II, el fin de la guerra y la desaparición del II Reich desembocaron en la creación de la
República de Weimar (denominada así por la localidad donde se instituyó). Tiene su origen concretamente el 11 de agosto
de 1919 en la ciudad de Weimar, lugar donde se constituye la Asamblea Nacional que proclama esta nueva constitución.
Duraría unos 15 años que transcurrieron en su mayor parte bajo constantes tensiones económicas, sociales y políticas.
Dos fueron sus presidentes: Ebert (1918-1925) e Hindenburg (1925-1934).

Este período democrático, se caracterizó por la gran inestabilidad política y social, en el que se produjeron golpes de
Estado militares y derechistas, intentos revolucionarios por parte de la izquierda y fuertes crisis económicas. Sin embargo,
la llegada de este nuevo régimen no trajo consigo la estabilidad de la nación, ya que durante la misma se produjeron
numerosas tensiones económicas, sociales y políticas. Ya desde un principio no se apoyó en una base política fuerte. Tanto
la izquierda como la extrema derecha nunca estuvieron de acuerdo del todo con la Constitución aprobada en Weimar.

La delicada situación económica y social hizo que a medida que fueran pasando los años la mayoría de partidos políticos
perdieron la fe en este nuevo régimen. Este estado caótico de las finanzas se debió en gran parte a las indemnizaciones
que Alemania tuvo que pagar a los vencedores de la I Primera Guerra Mundial. Grandes territorios llenos de riquezas
pasaron a manos extranjeras para poder hacer frente a esos pagos.

Revolución de Noviembre

En noviembre de 1918 estalló una revolución –también conocida como los sucesos de Kiel– que se extendió por toda
Alemania. Esta situación provocó la abdicación del káiser Guillermo II y con ello la proclamación de la República de
Weimar.

Todo comenzó a finales de la Gran Guerra en el puerto del Mar del Norte alemán de Kiel, donde la Marina alemana
planeaba enviar un último ataque contra la Royal Navy británica en el Canal de la Mancha. El canal de la Mancha es el
brazo de mar del océano Atlántico que lo comunica con el mar del Norte, al oeste de Europa, y separa el noroeste de
Francia de la isla de Gran Bretaña

Los preparativos para hacerse a la mar causaron enseguida un motín entre los marineros, que únicamente querían evitar
ser sacrificados innecesariamente en el último instante de la I Guerra Mundial; motín que se transformó en una
revolución general que acabó en pocos días por derrocar a la monarquía y a la creación de la República de Weimar –
régimen político de Alemania comprendido entre 1918 y 1933–

Los sondeos de paz del Káiser eran conocidos por los marineros y representaban también una señal clara de que se
acercaba el inevitable fin de la contienda. Ante ello, los marineros rechazaban toda idea de lanzarse a una operación casi
suicida sólo para salvar el honor de sus oficiales, alargar innecesariamente la guerra y reducir las posibilidades de lograr
un acuerdo de paz.

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El motín se propagó pronto a los marineros destinados en tierra, que desobedecieron a sus oficiales y se negaron a
embarcar en las unidades preparadas para la ofensiva.

Aunque el motín pudo ser sofocado, porque el resto de unidades navales no se adhirieron, el alto mando se vio obligado
a postergar su plan original de ataque al desconfiar de la obediencia de las tripulaciones.

El levantamiento marinero en Kiel fue, en definitiva, una rebelión contra el gobierno imperial y los marineros implicados
fueron reprimidos y encarcelados.

Sería Friedrich Ebert, presidente de la nueva república tras las elecciones alemanas de enero de 1919, quien reprimió de
forma sangrienta la revolución.

Disolución de Imperio Austro-húngaro

La disolución del Imperio Austro-húngaro comprende una serie de eventos ocurridos entre el 11 de noviembre de 1918 y
el 1 de Febrero de 1919 ocurridos en todos los territorios imperiales como consecuencia de la derrota en la Primera
Guerra Mundial que llevo un crisis económica, política y social sin precedentes en los territorios controlados por la
monarquía Habsburga, esto sumado a los nacionalismos y movimientos de independencia en varias zonas del imperio.

En plena guerra, moriría Francisco José I, quien fue sustituido por Carlos I que buscó hacer la paz con Francia, plan que no
le resultó bien. Un año antes del fin de la guerra, Carlos I envía un telegrama a Guillermo II en el que le dice que la alianza
del imperio Austrohúngaro con Alemania había acabado.

En 1919 queda disuelto en su totalidad el imperio, gracias a los tratados de Trianon y de Saint Germain.

La primera disolución oficial fue en plena guerra por parte de Checoslovaquia, un 28 de octubre de 1918. Tres días después
de esto, Hungría se separa de Austria y, por tanto, queda sola, pero, la proclamación de Hungría como república seria el
16 de noviembre (siempre en 1918); el 7 de noviembre se proclamó la república polaca; el 1 de diciembre se juntan varios
estados balcánicos formando el provisional Reino de los serbios, eslovenos y croatas; el 24 de diciembre Rumanía se hace
con la Transilvania, rompiéndose así totalmente el imperio Austrohúngaro.

Tras la derrota en la Primera Guerra Mundial, surgieron diversos movimientos nacionales que promovieron la disolución
del Imperio y la formación de Estados-nación que acogieran a los diversos grupos étnicos existentes en la región. En 1919,
Austria-Hungría fue disuelta, dando origen a los estados de Austria alemana, el Reino de Hungría, Checoslovaquia, el
Estado libre de Fiume y el Estado de los Eslovenos, Croatas y Serbios, mientras algunas regiones fueron anexadas por los
países vecinos.

En la actualidad, el antiguo territorio del Imperio austrohúngaro se extiende a lo largo de 13 países europeos: Austria,
Hungría, República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Serbia (las regiones de Voivodina y el
Banato Occidental), Montenegro (Bocas de Kotor), Italia (Trentino-Alto Adigio y Trieste), Rumania (Transilvania, el Banato
Oriental y Bucovina), Polonia (Galitzia occidental y Silesia) y Ucrania (Galitzia oriental y la Rutenia Transcarpática).

Punto 22: Los problemas de la paz. El nuevo mapa de Europa

Nuevo mapa de Europa

Para saber cómo quedó Europa después de la Primera Guerra Mundial es esencial que conozcamos todos los tratados que
se firmaron tras la conferencia en la capital de Francia. El más importante de los tratados, pues fueron cinco los tratados

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que se firmaron, fue el Tratado de Versalles (1919), en el que se estipulaba la suerte de Alemania, ya que este acuerdo se
elaboró partiendo de la base de que Alemania era el responsable del inicio de la Primera Guerra Mundial.

El Tratado de Versalles obligó a Alemania a renunciar a todas sus colonias en ultramar y a gran parte de su territorio
nacional, es decir, tuvo que devolver Alsacia y Lorena a Francia, la alta Silesia a Polonia y Checoslovaquia, las ciudades de
Malmedy y Eupen a Bélgica, el Norte de Schleswig a Dinamarca, y además supuso la aparición de un nuevo reino, Prusia.

Aparte de lo acordado en el Tratado de Versalles, otros tratados se ocuparon del resto de los vencidos:

● El Tratado de Saint Germain firmado con Austria en 1920, hizo que Austria se transformase en una pequeña nación
de 80.000 Km2. Las antiguas provincias de Bosnia, Herzegovina, Croacia y Eslovenia se unieron a Serbia y
Montenegro para formar una nueva nación, Yugoslavia. Hungría cede a Rumanía Transilvania. Los checos y los
eslovacos se unen para formar Checoslovaquia. Galizia pasa a Polonia y el Tirol del Sur, Istria y Trentino a Italia.

● El Tratado de Trianon firmado en 1920 con Hungría, hizo que esta perdiera la salida al mar y una parte de sus
antiguos territorios eran cedidos a la nueva Checoslovaquia, a Yugoslavia y a Rumania.

● El Tratado de Neuilly firmado en 1919 con Bulgaria, hizo que esta cediera parte de sus territorios mediterráneos
a Grecia.

● Y finalmente con el Tratado de Sèvres firmado en 1920 con Turquía, esta pierde los territorios europeos excepto
Estambul y las islas del Egeo y Esmirna pasan a Grecia.

Punto 23:La SDN: organización y los mandatos sobre posesiones coloniales

SDN

El Pacto de la Liga de las Naciones constituye la primera parte del Tratado de Paz de Versalles, subscripto en 1919, por las
potencias aliadas y asociadas en la primera guerra mundial, y Alemania. Por primera vez en la historia, se creaba una
asociación general de las naciones, con carácter universal, con el propósito de que entrasen en ella todos los Estados del
mundo.

ANTECEDENTES:

El desarrollo histórico de la comunidad internacional es la evolución social, política, económica, histórica, que conduce a
la interdependencia de los Estados modernos, y que ha formado una verdadera sociedad de hecho, natural, de los Estados
y los pueblos. Esa larga evolución es, pues, el conjunto de los antecedentes o factores que han contribuido a la formación
de esa nueva entidad (la Liga de las Naciones); más inmediatamente, los congresos y conferencias internacionales.

El reflejo de los hechos en la conciencia jurídica se revela a su vez en los diversos pensamientos y proyectos que los
hombres mas ilustrados han elaborado, tocante a una asociación de las naciones. El pensamiento de Europa y de América
influyó en el presidente de los Estados Unidos, Woodrow Wilson. En sus condiciones de paz, y definición de los objetivos
de la guerra, enunció sus célebres catorce puntos, diseñando la futura asociación internacional. Su energía y fervor puestos
en la lucha por su realización, fueron sin duda un impulso que determinó la creación de la Sociedad de las Naciones. “Debe
formarse -decía en el punto catorce- la asociación general de las naciones bajo pactos específicos de garantías mutuas
para la independencia política e integridad territorial de los grandes y los pequeños Estados”.

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La conferencia de la Paz proyectó el Tratado de Versalles; y el Pacto o Convenio de la Liga de las Naciones; luego se invitó
a los neutrales a que diesen su parecer respecto de ésta; pero era inútil, pues por el artículo 10 se declaraban miembros
originarios los firmantes y los Estados nombrados en el anexo que adhirieran sin reservas al Pacto. Ese procedimiento
vulneraba el espíritu de una verdadera sociedad de las naciones; pues se imponía a los neutrales un pacto para el cual no
habían siquiera sido consultados previamente.

FINES

Los grandes objetivos de la asociación de Estados de 1919 fueron: garantizar la paz y la seguridad internacionales; la
cooperación entre las naciones; la integridad territorial e independencia política de sus miembros, por medio de
compromisos de no recurrir a la guerra, relaciones fundadas en la justicia y el honor; observar el Derecho Internacional
como regla de conducta efectiva de los gobiernos; afianzar la justicia, respetar las obligaciones de los Tratados
(Preámbulo).

ESTADOS MIEMBROS

Órganos- por el artículo 1°, son miembros originarios los firmantes que figuran en el anexo y los también designados que
hayan adherido sin ninguna reserva dentro de dos meses. Son miembros admitidos los Estados, Dominios o Colonias que
se gobiernan libremente, con el voto favorable de dos tercios de la Asamblea, a condición de dar garantías efectivas de su
intención sincera de observar sus compromisos internacionales y aceptar el reglamento para los armamentos. Pueden
retirarse con aviso dado con dos años de anticipación respectivas.

Son sus órganos: la Asamblea, compuesta por representantes de los Estados, tres por cada uno; se reúne en épocas fijas
o cuando sea necesario, en la sede de la Liga o lugar que se designe. “la Asamblea entenderá en todas las cuestiones que
entren en la esfera de acción de la Sociedad o que afecten la paz del mundo”(art.3). cada Estado tiene un voto.
Atribuciones exclusivas de la asamblea: el presupuesto; aceptación de nuevos miembros; revisión de tratados; elección
de miembros no permanentes del Consejo. Se forma con un presidente, seis vices, y presidentes de comisiones generales.
El Consejo, que posee las mayores atribuciones, se compone de representantes de las principales potencias aliadas y
asociadas, y de otros cuatro miembros designados por la Asamblea. El Consejo se componía de seis miembros
permanentes, o sea las grandes potencias, y nueve no permanentes, elegidos por tres años y reelegibles. el Consejo se
reúne por lo menos una vez al año y resuelve sobre toda cuestión que entre en la esfera de acción de la Sociedad o que
afecte la paz del mundo.

La asamblea y el Consejo tienen atribuciones conjuntas: elección de jueces de la Corte de Justicia; enmiendas al Pacto;
aumento de miembros del Consejo. “las decisiones de la Asamblea y del Consejo se tomarán por unanimidad de los
miembros representados en la reunión”(art.5). en las cuestiones de procedimientos, la resolución se adopta por mayoría
de votos.

La secretaría se establece en la sede de la Liga, que es la ciudad de Ginebra. Comprende un secretario general, y los
secretarios y personal que se designe por el secretario general con aprobación del Consejo. Los gastos se sufragan por los
Estados miembros en la proporción establecida para los gastos de la Oficina Internacional de la Unión Postal Universal.
“Los representantes de los Estados y funcionarios de la Sociedad gozarán de inmunidades y privilegios diplomáticos. Los
edificios locales son inviolables”.

La Liga de las Naciones era una persona jurídica de derecho público y privado; tenía bienes de dominio; edificio propio;
derechos de legislación.

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Corte Permanente de Justicia Internacional. El Pacto prevé la solución de los conflictos por Tribunales de Arbitraje; pero
además el Consejo proyectaría una Corte Permanente de Justicia Internacional (art.14), la cual entendería en las
cuestiones que le sometieran las partes, y además dictaminaría sobre los puntos que le sometieran el Consejo o la
Asamblea. El Estatuto de la Corte, fue redactado por una comisión de juristas en la Haya, y aprobado por la Asamblea en
1920. Se constituyó en la Haya en 1922. Se componía de quince jueces titulares elegidos por la Asamblea y el Consejo
conjuntamente; duraban nueve años y podían reelegirse. Tenían inmunidades diplomáticas. Se reunían todos los años. Le
correspondía la interpretación de tratados, decisiones sobre puntos de Derecho Internacional, obligaciones, reparaciones
por daños.

La jurisdicción de la corte no era obligatoria; pero los Estados podían voluntariamente firmar el protocolo que contiene la
“cláusula facultativa”: “los subscriptos, debidamente autorizados, en nombre de su gobierno, reconocen desde la fecha
como obligatoria, de pleno derecho y sin convención especial, la jurisdicción de la Corte…”. En 1930, cuarenta y dos
Estados habían ratificado el protocolo del Estatuto y veintisiete el protocolo adicional de la cláusula optativa. Dicho
protocolo y cláusula se hallan previstos en el Estatuto de la Corte, que los autoriza para los Estados que los acepten
recíprocamente, y para las controversias de orden jurídico que allí se enumeraron, y son: a) interpretación de un tratado;
b) cualquier cuestión de Derecho Internacional; c) existencia de un hecho que podría constituir violación de una obligación
internacional; d) naturaleza o extensión de la reparación por quebrantamiento de una obligación internacional.

Dicho Estatuto es el mismo de la actual Corte de Justicia Internacional, de las Naciones Unidas.

MEDIOS PARA PREVENIR LA GUERRA. Tratados internacionales.

El Pacto estableció la necesidad de la reducción de armamentos al mínimo compatible con la seguridad nacional y el
cumplimiento de las obligaciones internacionales, y el Consejo debía formular planes para ese objetivo (art. 8). Otros
medios de lograr la paz, contenidos en el Pacto: Comisión permanente para asesorar en cuestiones militares, navales y
aéreas. Compromiso de respetar la integridad territorial e independencia política de los miembros de la Liga; caso de
agresión o amenazas, el Consejo dictaminará sobre los medios a adoptar (art. 10). Toda guerra o amenaza es asunto que
concierne a toda la Liga (art. 11). Las divergencias se someterán al arbitraje o encuesta del consejo; y no recurrirán a la
guerra antes de tres meses de producido el fallo o el informe (art. 12). Las cuestiones que en general pueden someterse
al arbitraje son las enumeradas para la cláusula facultativa de la Corte de Justicia; caso de no cumplirse el fallo, el Consejo
propondrá las medidas para su ejecución (art. 13). Caso de divergencia susceptible de conducir a una ruptura entre los
Estados miembros, y que no se someta al arbitraje, se someterá la cuestión al Consejo, éste puede llevar la divergencia a
la Asamblea (art. 15). Si un miembro recurre a la guerra, en contra de sus obligaciones emergentes del Pacto, será ipso
facto considerado como habiendo cometido un acto de guerra contra todos los demás, los que se comprometen a romper
con aquél las relaciones comerciales y financieras, prohibir las comunicaciones entre sus nacionales, etc. el Consejo
recomendará los efectivos militares, navales o aéreos con que se contribuirá a las fuerzas armadas destinatarias a hacer
respetar las obligaciones de la Liga (art. 16); y se establece el mutuo apoyo de los miembros de ésta. Del artículo 17 surgía
la posibilidad de una intervención del Consejo y de la Liga en caso de divergencia entre un Estado miembro y otro que no
lo era.

Tratados internacionales- los artículos 18, 19 y 20 se refieren a tratados internacionales y cómo incide el Pacto en los
tratados anteriores. El artículo 21 establece que los tratados para la paz no son incompatibles con el Pacto, ni las

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"inteligencias regionales como la doctrina Monroe"- ese precepto vulnera la naturaleza jurídica de la doctrina Monroe, al
definirla como "inteligencia regional".

MANDATOS; POLÍTICA SOCIAL Y ECONÓMICA

El artículo 22 se refiere extensamente a los territorios que se colocan bajo mandato. El artículo 23 bosqueja la política
social y económica de la Liga; asegurar condiciones de trabajo, equitativas y humanas, y medios para lograr ese gran
objetivo. El artículo 24 ofrece colocar a las oficinas internacionales bajo la dirección de la Liga. El artículo 25 promueve la
cooperación de organizaciones de la Cruz Roja. El artículo 26 y último establece que las enmiendas no serán obligatorias;
pero el Estado que no las acepte cesará de ser miembro de la Liga.

JUICIO CRÍTICO

La creación de una Sociedad de Naciones conjuntamente con el tratado de paz de los vencedores y vencidos, fue un gran
error político que vició desde sus orígenes la nueva institución, condenada por ello y otros motivos a llevar en sí sus propios
gérmenes destructivos. Al mantener el distingo entre vencedores y vencidos, entre naciones armadas y desarmadas, entre
miembros de la Liga y extraños a la misma, la nueva institución incuba en su seno las pasiones, el choque de intereses
plutocráticos y chauvinistas, la guerra moral, la desintegración de aquélla. Los neutrales sólo pudieron adherir sin reservas
(art. 1). Tuvieron voz, pero no voto; esa voz no resonaría públicamente, ni podía tener carácter oficial; se les concedía el
derecho de emitir opiniones sin valor alguno. Ningún grupo de naciones, por numeroso que sea, puede invocar la
comunidad internacional y actuar en su nombre. Ello implica usurpar el título de sociedad de las naciones. Un
conglomerado de naciones fuertes usó el título que pertenece sólo a la comunidad universal de los pueblos. La sociedad
de las Naciones, no es lo mismo que la Liga de algunas naciones. Aquélla es la expresión jurídica del pueblo-mundo. Ésta
es la alianza de un grupo de Estados, puesta al servicio de intereses no identificados con los de la humanidad.

NATURALEZA JURÍDICA

En cuanto a su naturaleza, era un tratado internacional de alianza, de amistad, de garantía de cooperación; pero alterado
por íntimas contradicciones; tratado que contiene en su seno conflictos en estado latente, gérmenes de destrucción,
absurdos provenientes de la heterogeneidad de las fuerzas económicas y principios teóricos contradictorios, de los que
es expresión resultante e inértica. No cumple el principio de la división de los poderes. Se critican también los medios
establecidos para prevenir la guerra y realizar sus grandes fines.

FIN DE LA EXISTENCIA DE LA SOCIEDAD DE LAS NACIONES

En abril de 1946 se reunió la última Asamblea, y resolvió declarar su extinción, para lo que adoptó una serie de medidas.
Resolvió, que la Sociedad de las Naciones cesaría a medianoche el 19 de abril de 1946. Se decidió la transferencia a la
Organización de las Naciones Unidas y a la Organización Internacional del Trabajo. La sociedad se extinguió en condiciones
económicas satisfactorias. Se declaró disuelta la Sociedad de las Naciones y la Corte Permanente de Justicia Internacional.
Una junta de nueve miembros: Noruega, Gran Bretaña, Francia, India, Suiza, China, Bolivia, Checoslovaquia y Unión
Sudafricana, fue designada para efectuar la liquidación económica y administrativa y para determinar qué participación
correspondería a cada Estado miembro en los fondos que dejó al extinguirse. Las Naciones Unidas heredaron parte de sus
actividades; recibió los textos originales de tratados internacionales registrados en la secretaría. Simultáneamente se
constituyó en la Haya la nueva Corte Internacional de Justicia, órgano de las Naciones Unidas.

Con esos actos de carácter legal quedó extinguida la Liga de las Naciones, la primera organización de tendencia universal,
después de un cuarto de siglo de existencia. Sin embargo, podemos afirmar que la Sociedad de las Naciones no ha muerto,

63
pues si bien adoleció de graves defectos y no logró la paz, la institución y su experiencia han servido de bases
fundamentales para la Organización de las Naciones Unidas.

El humanismo, el sentimiento de derecho y la justicia internacionales; inspiró a Wilson y muchos otros de sus creadores y
continuadores, aun cuando se infiltró en aquel organismo mundial, también y a pesar de los esfuerzos más nobles, el
espíritu imperialista de las potencias.

Mandatos

Históricamente Los Mandatos surgen después de la I Guerra Mundial. Y los Fideicomisos los reemplazan tras la II Guerra
Mundial.

Tienen por finalidad, más los mandatos que los fideicomisos, Dejar sometidos a vigilancia a las potencias coloniales que
quedaron a cargo de una serie de territorios tras la I Guerra Mundial.

Los Fideicomisos: su función es similar, pero a partir de la II Guerra Mundial.

Los Mandatos fueron creados después de la I Guerra Mundial. Tras el Tratado de Versalles 1921 por la Sociedad de Las
Naciones, que es la primera reunión mundial a través de la cual se unen los Estados antecesora de ONU y viendo la
necesidad de dejar sometidos a fiscalización a las potencias coloniales que se habían hecho cargo alguna vez de los
territorios sin dueños tras la caída de los 4 grandes imperios. Tras la I Guerra Mundial. caen los Imperios Turco, Austro-
Húngaro, de los Zares Rusos, Alemán (no significa que dejen de existir los países, lo que pasa es que dejan de tener poder
sobre sus colonias por tanto ya no son Imperios sino que solo países sin colonias) Por tanto al desaparecer estos Imperios
las posesiones quedaran sin gobernantes, obviamente las potencias vencedoras; Inglaterra, Francia y otras van a comenzar
a “administrar” estos territorios y esta administración comenzaron a ser abusivas, por lo cual se crean los Mandatos por
idea de Sudáfrica, y dio la idea no por ser genios, sino porque interesaban a Sudáfrica todos los territorios que colindan
con ella. Pero el Imperialismo no terminó con la I Guerra Mundial, por ello se buscó una forma elegante de continuar con
él (por ello se inclinan por la postura de los mandatos).

Sudáfrica se quedó con la zona de Transnaval, de la Republica de Orange (de aquella época), y de esa manera se crea la
Unión Sudafricana, históricamente, lo que ocurrió fue que entregaron los territorios a través de un mandato de tipo C,
pero al final no devolvieron los territorios alegando que pasaron a formar parte de sus territorios

Tipos de Mandatos (son de tres tipos)

En ellos hay una Potencia Mandataria: Que va a ser en el caso de la Unión Sudafricana, Inglaterra o Francia.

Y existen en segundo lugar las zonas sujetas a mandatos.

Mandato Tipo A: Quedaran incluidos territorios y poblaciones que formaban verdaderas comunidades, que habían sido
separadas del imperio Otomano y que estaban políticamente suficientemente desarrolladas para dentro de un breve plazo
obtener su independencia.

Siria, El Líbano bajo mandato Francés y Palestina, Transjordania e Irak, que fueron ubicadas bajo el mandato Británico.

Estos mandatos van a perdurar desde la década del 20 hasta la del 40 cuando ya empiezan a independizarse. Y tras la II
Guerra Mundial tras la emigración de los judíos a Palestina, se crea Israel por votación de la Asamblea General de ONU en
1948 votación que no fue unánime, hubo una votación con mayoría amplia, pero no unánime (se opusieron los estados
árabes y los amigos de los estados árabes).
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Estas Comunidades tenían un fuerte desarrollo institucional, poseían lo principal que eran los servicios públicos y por ende
sólo faltaba poder elegir a sus autoridades y otorgarse gobiernos propios, por ello en breve tiempo (15 o 18 años) fueron
independientes. (Lo que paso fue que muchas potencias dijeron que si nos ayudaban en la II Guerra Mundial. les darían
su independencia)

Mandato Tipo B: Eran pueblos (ya no comunidades) de África central, que quedan bajo el mandato Francés y británico,
cuales son:

En primer término, Togo y Camerún que fueron divididos los pueblos y puestos bajo mandato francés y británico, un
verdadero reparto. En vez de dar Togo a Inglaterra y Camerún a Francia, dividieron ambos pueblos y se los repartieron
(Geopolíticamente les convenía poseer esas zonas).

Además de ellos dos, está:

a) Tanganyika, ubicado en zonas aledañas a la Republica de Centro-África y colindantes a las montañas, fue puesto bajo el
mandato británico.

b) Ruanda Burundi que fue puesta bajo mandato belga, también en África Central. Ahí tomaron a Ruanda y a los
Borundeses que eran 2 pueblos diferentes y los juntaron y lo transformaron en una zona, pero una vez que se produjo la
descolonización africana empezaron las matanzas entre estos pueblos, porque son pueblos que se odian.

En cuanto a estos mandatos tipo B, era necesario que la potencia mandataria asumiera la Administración del territorio,
contra eso debía otorgar garantías de estabilidad, de orden, de seguridad, de desarrollo, etc.

Estos territorios se independizarán a partir de la descolonización africana partir de 1955 (se independiza el Congo, Zambia,
etc.). Normalmente los gobernantes de estos nuevos Estados serán Ex sargentos de los ejércitos de la potencia
mandatarias, porque los oficiales en esos ejércitos estando bajo el régimen colonial eran ingleses, franceses o belgas, y
solo los naturales del lugar llegaban a ser sargentos por ello tras el retiro de las potencias quienes tenían el poder de los
ejércitos eran los sargentos y estos llegan al poder, con todo lo que ello significa, puesto que no era gente muy civilizada
porque eran formados por los ejércitos coloniales para reprimir. Por tanto estos sargentos acceden al poder gobernando
por 20 - 25 años, eran verdaderos dictadores, sin concepciones democráticas, por tanto están acostumbrados a las
dictaduras, la población blanca prácticamente se vino en su totalidad. Se supone que tras morir estos sargentos que se
designaban Coroneles o Generales se piensa que puede haber un cambio más democrático. La hambruna, fue fruto de la
salida de las potencias porque se paralizaron las empresas y por tanto no había producción.

Mandato Tipo C: Eran aplicables a determinados territorios, muy despoblados, pequeños, que tenían contigüidad
geográfica con la potencia mandataria.

Este mandato se aplicó a todo lo que fue el Sudoeste Africano Alemán, es decir a los lugares de Transvaal, la República de
Orange, la zona que esta frente a Sudáfrica hacia el Oeste. También hay ciertas posesiones alemanas del pacífico como
Samoa occidental que se entregó como mandato a Nueva Zelanda, Nueva Guinea se le entregó en mandato a Australia y
Las Islas de Nauru se le entregaron a Gran Bretaña.

Finalmente hay tres grupos de islas que estaban bajo mandato japonés, que son: Las Islas Carolinas (se llaman así en honor
a Carlos V), Las Marshall y las Marianas a Japón. (Más tarde fueron entregadas en Fideicomiso estratégicos a EEUU,
después de la II Guerra Mundial)

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¿Cómo funcionaban los Mandatos?

La potencia mandataria tenía derecho a realizar o ejercer determinadas competencias dentro del territorio entregado a
mandato, pero a la vez tenia ciertas obligaciones, y además sujeta a un control internacional.

Competencias de la Potencia Mandataria:

1.- Competencia territorial. Vale decir, podían ocupar el territorio, por tanto al territorio sometido a mandato no le eran
aplicables los tratados concluidos por la potencia mandataria (Cláusula Colonial).

2.- Inaplicabilidad en el territorio sometido a mandato del derecho interno del Estado Mandatario. Por ende no podía
la potencia mandataria administrar dicho territorio como si fuera parte integrante de su territorio (porque no le eran
aplicables las normas internas del estado) con ello se buscaba impedir que fuera anexado el territorio sujeto a mandato.

Obligaciones de las potencias mandatarias:

1.- Debía respetar el estatuto jurídico de los bienes públicos del territorio sujeto a mandato, por tanto tenía autonomía
patrimonial este territorio sujeto a mandato.

2.- Debía respetar la integridad del territorio. No podía por ej. Hacer una cesión con otro estado de parte del territorio

3.- Los Habitantes del territorio no pasan a ser jurídicamente ni nacionales, ni ciudadanos de la potencia mandataria, sino
que eran administrados.

4.- Debía preocuparse de elaborar la constitución del territorio sujeto a mandato, especialmente los mandatos de tipo A
y B.

5.- Debía dirigir y controlar los servicios públicos.

6.- Defender el territorio, por tanto debía reprimir la trata de blancas, esclavos, tráfico de armas y debía garantizar la
libertad de conciencia y religión. (En la práctica esto no ocurrió)

Control Internacional de la Potencia Mandataria.


Anualmente la potencia mandataria debía dirigir un informe a la Asamblea General rindiendo cuenta y a su vez, la Sociedad
de las Naciones creó un comité especial que se llamaba Comisión Permanente de Mandatos que era la que fiscalizaba,
revisaba los informes y opinaba en razón de ellos.

¿Qué pasó con estos tipos mandatos?

Los Mandatos A desaparecieron por su propia razón de existir, ya que al fin se independizaron estados.

Los Mandatos B Se hicieron Fideicomisos.

Los Mandatos C desaparecieron porque la Unión Africana se anexo los territorios. Se produjo un gran desprestigio de
estos mandatos y se estimó que no era la forma exacta y precisa para poder administrar territorios, que debían ser
dirigidos en forma más efectiva. Obviamente no interesaba a las potencias la independencia de estos pueblos pues
usufructuaban de las riquezas naturales de estados.

La independencia de los mandatos A se dio como efecto de la II Guerra mundial, y la de los mandatos B no mostraba visos
de resolverse, por lo tanto en definitiva hubo que cambiar el régimen, para que pudieran tender a la independencia. Esto
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se cambió con ocasión del nacimiento de la ONU donde se creó una institución que estaba dirigida a controlar y fiscalizar
los fideicomisos.

Unidad 4: Primera Post Guerra

Punto 24: La humillación alemana. El pago de las reparaciones de guerra. Distintas posturas internacionales

El Tratado de Versalles fue un tratado de paz que se firmó en la ciudad de Versalles al final de la Primera Guerra
Mundial por más de cincuenta países. Este tratado terminó oficialmente con el estado de guerra entre la Alemania del
segundo Reich y los Aliados de la Primera Guerra Mundial. Fue firmado el 28 de junio de 1919 en la Galería de los
Espejos del palacio de Versalles, exactamente cinco años después del atentado de Sarajevo en el que fue asesinado
el archiduque Francisco Fernando, la causa directa de la Primera Guerra Mundial. A pesar de que el armisticio fue firmado
meses antes (11 de noviembre de 1918) para poner fin a las hostilidades en el campo de batalla, se necesitaron seis meses
de negociaciones en la Conferencia de Paz de París para concluir el tratado de paz. El Tratado de Versalles entró en vigor
el 10 de enero de 1920.

De las muchas disposiciones del tratado, una de las más importantes y controvertidas estipulaba que las Potencias
Centrales(Alemania y sus aliados) aceptasen toda la responsabilidad moral y material de haber causado la guerra y, bajo
los términos de los artículos 231-248,2 deberían desarmarse, realizar importantes concesiones territoriales a los
vencedores y pagar exorbitantes indemnizaciones económicas a los Estados victoriosos. El Tratado de Versalles fue
socavado tempranamente por acontecimientos posteriores a partir de 1922 y fue ampliamente violado en Alemania en
los años treinta con la llegada al poder de Adolf Hitler.

Alemania liquidó el pago de las reparaciones de guerra en 1983, pero todavía quedaba pendiente el abono de los intereses
generados desde la aprobación del tratado, que ascendían a 125 millones de euros (cambio de 2010). Dichos intereses no
podían ser abonados hasta que Alemania no estuviese reunificada, dándosele para ello 20 años a partir de ese momento.
Por aquellos días se creía que nunca iban a ser abonados, pero, tras procederse a la reunificación del país, se fijó el 3 de
octubre de 1990 como fecha de inicio de esos 20 años. Finalmente, Alemania liquidó totalmente las reparaciones de
guerra el 3 de octubre de 2010.

El pago de las reparaciones de guerra

Las reparaciones tras la I Guerra Mundial fueron una serie de compensaciones e indemnizaciones impuestas en
la Conferencia de Paz de París entre las potencias centrales y las fuerzas aliadas tras el final de la I Guerra Mundial con la
derrota de estos primeros. A cada uno de los estados del eje central se les exigieron compensaciones económicas a pesar
de la situación financiera de países como Austria, Hungría e Imperio Otomano tras el final del conflicto. Al ser
insuficientes, las transacciones fueron canceladas. Bulgaria pagó sólo una pequeña parte de lo estipulado y las
reparaciones fueron reduciéndose hasta ser canceladas.

Tanto el Tratado de Versalles como los acuerdos de Londres de 1921, quedó estipulado que Alemania debía pagar 132
mil millones de marcos dorados en reparaciones por daños causados a la población civil durante el conflicto. La forma de
pago era mediante bonos siendo un total de 50 mil millones de marcos, en cuanto al dinero restante tenía que ir destinado
a la comunidad anglo-francesa.

Sin embargo, Alemania dejó de liquidar y en 1923 Francia ocupó el Ruhr. Este acto provocó una crisis internacional que
desembocó en el Plan Dawes. Este programa permitía a Alemania a pagar la deuda mediante préstamos. No obstante, en
1928 los alemanes pidieron un nuevo plan de pagos: el Plan Young, el cual establecía que la reparación alemana costaría

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112 mil millones y que para 1988 Alemania habría saldado la deuda, pero en 1931 la economía colapsó y las transacciones
quedaron canceladas durante un año. Entre 1919 y 1932, Alemania pagó menos de 21 mil millones de marcos.

La opinión pública alemana interpretó las reparaciones como una humillación. En cuanto al Gobierno, trabajaron para
determinar la validez del Tratado de Versalles y empezaron a sopesar la posibilidad de negarse a pagar. El historiador
inglés John Maynard Keynes declaró que en caso de imponer la paz cartaginesa en respuesta al desafío teutón, esta podría
destruir económicamente el estado alemán.

De acuerdo con lo estipulado en el Tratado de Versalles, la comisión de reparación empezaría en 1921. Esta comisión
tomaría en consideración los recursos disponibles de Alemania y su capacidad de pago proveyendo al Gobierno la
oportunidad de buscar la manera de hacer frente a las deudas, la cual superaba los 20 mil millones de marcos dorados
en oro, navíos, comodidades, seguridad, etc,. El dinero iría destinado a pagar los costes por la ocupación de los Aliados y
la compra de víveres para los alemanes El Artículo 121 del Tratado de Neuilly-sur-Seine reconoció que "los recursos de
Bulgaria no son suficientes para liquidar la reparación íntegra y que tendrían que costear 2.250 mil millones de francos
dorados.

Otros tratados fueron los de Saint-Germain-en-Laye, Trianón y Sèvres. En estos se reconoció que ni Austria, Hungría ni
Turquía tenían recursos suficientes para pagar, y se retrasó la entrada en vigor de dichos tratados hasta que se estableciese
una comisión de reparación. Otro de los estados afectados fue Bulgaria, cuya administración tuvo que mandar millares de
ganado a Grecia, Rumanía y al Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos en restitución por los animales sustraídos durante
la guerra, aunque no se consideró como una reparación. De igual modo despachó 50 toneladas de carbón al año en
compensación por las minas destruidas. Alemania, Austria y Hungría también tuvieron que mandar materiales como
madera, mena y ganado a las Fuerzas Aliadas.

En enero de 1921 los Aliados empezaron a impacientarse y los costes de las reparaciones ascendieron a 226 mil millones
de marcos dorados. Los alemanes pusieron sobre la mesa 30 mil millones, y el 24 de abril el Gobierno declaró estar
dispuesto a hacer frente a los 50 mil millones posteriores para la reconstrucción. También prepararon la tercera remesa
a pagar en anualidades acorde con su situación financiera. En un escrito, también afirmaron su voluntad para proveer
recursos a otros estados en pro de combatir la miseria y el odio generados por la guerra.

Distintas posturas internacionales

Las negociaciones para discutir los términos de la paz se iniciaron el 18 de enero de 1919 en la Sala de l'Horloge en el
Ministerio de Relaciones Exteriores francés , en el Quai d'Orsay en París. Inicialmente 70 representantes de 27 países
participaban en las negociaciones, pero luego Alemania, Austria, Hungría y Rusia fueron excluidos, esta última por haber
negociado la paz por separado con Alemania en 1918.

Hasta marzo de 1919 el papel principal en las negociaciones recayó en el llamado “Consejo de los Diez”, el cual comprendía
a los jefes de gobierno y ministros de Relaciones exteriores de los cinco principales vencedores (el Reino Unido, Francia,
los Estados Unidos, Italia y Japón). El proceso resultó ser complicado y el consejo difícil de manejar para llegar a tomar
una decisión efectiva, por lo que solo los cuatro principales jefes de gobierno se mantuvieron. Posteriormente el primer
ministro italiano dejó las negociaciones (aunque regresó para firmar el tratado en junio) quedando solo el primer ministro
británico David Lloyd George, el primer ministro francés Georges Clemenceau y el presidente estadounidense Woodrow
Wilson.

El Reino Unido y Estados Unidos, con perdidas menores en la guerra en comparación con los franceses, buscaban
reparaciones menores por parte de Alemania. Reino Unido veía a este país como un importante socio comercial y se

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preocupaba por el efecto que las sanciones a los alemanes pudieran provocar en la economía británica. Por otra parte, el
primer ministro británico se mostró preocupado por la propuesta del presidente norteamericano Woodrow Wilson y
apoyó los tratados secretos y los bloqueos navales para lograr el pago de daños a su país.

Los norteamericanos, que antes y después de la guerra habían mostrado un fuerte deseo de no intervención en la misma,
estaban ansiosos por librarse de los asuntos europeos tan pronto como les fuera posible. Estados Unidos quería continuar
su comercio con Alemania por lo que no quería que esta fuera tratada con demasiada dureza en los asuntos económicos.

Punto 25: La Europa de los años 20: entre la recuperación y la crisis

La I Guerra Mundial había tenido efectos muy graves en la economía europea por la pérdida de activos fijos y financieros,
disminución de inversores extranjeros y quiebra de la producción agrícola e industrial. Además se agravaron en Alemania
por los pagos internacionales a las que se vio obligada a hacer frente como gran derrotada del conflicto. Como
consecuencia de todo ello, la economía en tiempos de paz comenzó con una fuerte inflación, grandes déficits
presupuestarios y monedas desestabilizadas.

Pero aquellos años de posguerra también vivieron tiempos de tensión social avivados por la frustración que producía el
haber entregado tanto a nivel personal sin haber recibido nada a cambio. Las clases medias eran ahora más pobres, había
más diferencia de clases, las protestas revolucionarias del movimiento obrero eran cada vez más frecuentes y además
habían de enfrentarse a las duras medidas de ajuste con las que se pretendía reavivar la economía.

Todo ello era caldo de cultivo suficiente para alimentar los radicalismos extremistas y los sentimientos nacionalistas.

El fascismo en Italia

En Italia toda la crisis de posguerra vino acompañada de una frustración nacionalista producida por no haber logrado los
objetivos de expansión territorial que se pretendía con la entrada en la Guerra y que les fue prometido por los Aliados en
caso de victoria. Este sentimients de frustración más la inflación, el déficit presupuestario y el hundimiento de la moneda
nacional desembocó en diferentes huelgas que un Gobierno constitucional impotente se vio incapaz de contener.

En tal situación emergió la figura de Benito Mussolini quien creó en marzo de 1919 los «fascios de combatimento» (milicias
nacionalistas violentas) para establecer una dictadura que acabase con todo el desorden social, restaurase la economía y
engrandeciese a la nación.

La lucha contundente contra la revolución comunista, contra el pacifismo de la Sociedad de Naciones y las democracias
parlamentarias, y su interés por frenar los desordenes en las calles le granjeó numerosas simpatías en el ejército y los
carabinieris.

En 1921 esta lucha se trasladó al campo de la política al fundar su propio partido. Aunque su primera representación
parlamentaria fue exigua, su fama y la confianza en sus ideas y acciones fue creciendo lo que le llevó a reclamar primero
la disolución del Parlamento (1922) y luego organizar una marcha sobre Roma.

Ante la posibilidad de una guerra civil el rey Victor Manuel II encargó la formación de gobierno al propio Mussolini quien
poco a poco fue implantando su dictadura (censura en la prensa, persecución de enemigos políticos y expediciones
punitivas).

En enero de 1924 el Parlamento fue disuelto y en las siguientes elecciones los fascistas obtuvieron una mayoría aplastante.
En enero de 1925 se anunció un modelo totalitario y un año después el Gobierno ya tenía todo el poder en sus manos.

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La dictadura en España

El Gobierno constitucional se había mostrado incapaz de dar paz a la zona que controlaba en su protectorado en
Marruecos. Por otro lado, la economía golpeaba con dureza a una sociedad española cada vez más frustrada y
desencantada de los partidos políticos que la representaban.

En una situación así y en un país con una cierta tradición militar «golpista» no es de extrañar que un nuevo Golpe de
Estado fuera bien visto por la sociedad e incluso apoyado por el Monarca, como así ocurrió en el Golpe de 1923 del
general Primo de Rivera.

Lejos de pretender una nueva forma de Gobierno el objetivo era ser un gobierno provisional de corte reformista que
luchara contra los desordenes sociales y la crisis económica para luego dejar paso a un gobierno alternativo.

Durante su gobierno se resolvió la crisis de Marruecos, se mejoró la economía pero empeoró las relaciones
internacionales, aunque por contra restableció el orden sociala costa eso sí de aplicar unas medidas represivas
importantes que luchaban contra el sindicalismo revolucionario y el comunismo.

En 1930 Primo de Rivera dimitió sin haber encontrado un sistema de gobierno alternativo de garantías, hueco que se
aprovechó en 1931 con el establecimiento de una República.

La dictadura en Portugal

Desde 1910 en que se instaurara la I República en Portugal, el país vivió continuas situaciones de crisis y tensión social
motivadas por el enfrentamiento entre unos gobernantes que intentaban implantar políticas de radicalismo anticlerical y
fuerzas contrarrevolucionarias más conservadores que formaban monárquicos y republicanos moderados.

La entrada del país en la I Guerra Mundial los enfrentó además al ejército el cual intentó hasta en tres ocasiones sustituir
al gobierno republicano por una dictadura militar. El principio del año 1919 vio lo que era una breve guerra civil en el país
que acabó con la reinstauración de la democracia republicana aunque dentro de un creciente malestar social.

El triunfo conseguido por Primo de Rivera en España dio nuevos bríos al ejército portugués que lanzó desde el norte de
Lisboa, en mayo de 1926, un nuevo Golpe de Estado con el que se implantó una dictadura militar.

No obstante, una pésima gestión llevó al gobierno al Dr. Oliveira Salazar, un inteligente político, profesor y catedrático,
que consiguió con sus medidas mejorar la situación financiera del país para desde entonces instaurar un «Estado nuevo»,
en la práctica, una dictadura personal lejos del liberalismo y de carácter anticomunista, que le permitió estar en el poder
hasta 1968.

Economía europea años 20

La economía europea se había caracterizado durante el siglo XIX por un desarrollo desigual, liderado por los Estados
industriales de Europa occidental (Francia, Alemania, Gran Bretaña, etc.), mientras que el nivel de rentas y de
productividad en países de Europa oriental y meridional como España, Grecia, Bulgaria o Rumania, cuyas economías se
basaban principalmente en la explotación de recursos primarios (alimentos y materias primas), era sensiblemente más
bajo. El librecambismo predominante en los años previos a la I Guerra Mundial fomentó un desarrollo capitalista, que
quedó dramáticamente truncado con el conflicto bélico. La guerra causó una enorme pérdida de mano de obra,
destrucción física de infraestructuras ferroviarias, fábricas, granjas y casas, pérdida de cosechas y rebaños, caos en el
sistema financiero, e inestabilidad política. Como consecuencia de esta guerra muchos Estados europeos pasaron a
depender de EEUU para abastecerse de alimentos, materias primas, bienes manufacturados o financiación, favoreciendo
70
su ascenso como nueva potencia mundial. Entre 1918 y 1939 la economía Europa estuvo hipotecada por las deudas
contraídas durante la I Guerra Mundial, por los elevados costes de recuperación, por las sanciones impuestas a los países
vencidos, por la escasez de capital, por los cambios de fronteras, que desmembraron algunas regiones industriales como
Alta Silesia, separaron áreas industriales mutuamente dependientes, como el carbón del Ruhr y el hierro de Alsacia,
afectaron a las infraestructuras de comunicación y destruyeron vínculos comerciales, y por los recelos entre Estados, que
sustituyeron las importaciones por el autoabastecimiento. Durante los años 20 la economía europea fue recuperándose,
pero en un contexto económico y político inestable, con un elevado nivel de desempleo industrial, un gran número de
trabajadores subocupados en la agricultura, y una actividad comercial inferior a la de 1913. Europa central y oriental, que
sufrió con más intensidad las consecuencias de la guerra, mantuvo su atraso económico respecto a la occidental. Alemania,
a la que se le impuso una deuda de 33.000 millones de dólares en 1921, padeció un deterioro progresivo de su estructura
económica y financiera que, en conjunción con la depresión de 1929, favoreció el ascenso de Hitler al poder. El crack del
29 en Estados Unidos, que ya por entonces jugaba un papel protagonista en la economía mundial, afectó negativamente
a Europa mediante una reducción de las exportaciones y un freno de la inversión y la financiación extranjera. Los países
más afectados fueron los de Europa oriental y meridional, dependientes del sector primario, ya que la caída de los precios
de los alimentos y las materias primas fue mayor que la de los productos industriales. Como consecuencia de la crisis los
Estados europeos protegieron sus economías mediante medidas proteccionistas como aranceles y cuotas de importación.

Punto 26: La crisis monetaria y el fin del “patrón oro”

La Gran Depresión, también conocida como Crisis del 29, fue una gran crisis económica mundial que se prolongó durante
la década de 1930, en los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial. Su duración depende de los países que se analicen,
pero en la mayoría comenzó alrededor de 1929 y se extendió hasta finales de la década de los años treinta o principios
de los cuarenta. Fue la depresión más larga en el tiempo, de mayor profundidad y la que afectó a mayor número de países
en el siglo XX.

La llamada Gran Depresión se originó en Estados Unidos, a partir de la caída de la bolsa del martes 29 de
octubre de 1929 (conocido como Crac del 29 o Martes Negro, aunque cinco días antes, el 24 de octubre, ya se había
producido el Jueves Negro), y rápidamente se extendió a casi todos los países del mundo.

La depresión tuvo efectos devastadores en casi todos los países, ricos y pobres, donde la inseguridad y la miseria se
transmitieron como una epidemia, de modo que cayeron: la renta nacional, los ingresos fiscales, los beneficios
empresariales y los precios. El comercio internacional descendió entre un 50% y un 66%. El desempleo en Estados Unidos
aumentó al 25%, y en algunos países alcanzó el 33%. Ciudades de todo el mundo se vieron gravemente afectadas,
especialmente las que dependían de la industria pesada, y la industria de la construcción se detuvo prácticamente en
muchas áreas. La agricultura y las zonas rurales sufrieron la caída de los precios de las cosechas, que alcanzó
aproximadamente un 60%. Ante la caída de la demanda, las zonas dependientes de las industrias del sector primario, con
pocas fuentes alternativas de empleo, fueron las más perjudicadas.

Los países comenzaron a recuperarse progresivamente a mediados de la década de 1930, pero sus efectos negativos en
muchas zonas duraron hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. La elección de Franklin D. Roosevelt como
presidente y el establecimiento del New Deal en 1932, marcó el inicio del final de la Gran Depresión en Estados Unidos.
Sin embargo, en Alemania, la desaparición de la financiación exterior a principios de la década de 1930 y el aumento de
las dificultades económicas, propiciaron la aparición del nacional-socialismo y la llegada de Adolf Hitler al poder.

Causas

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En 1925, la economía mundial se hallaba bastante equilibrada: la producción había vuelto al nivel de antes de la Primera
Guerra Mundial, la cotización de las materias primas parecía estabilizada y los países que atravesaban un periodo de alta
coyuntura eran numerosos. Sin embargo, no era un retorno a la belle époque. Una serie de equilibrios tradicionales
quedaban alterados: la producción y el bienestar progresaban de manera espectacular en unas partes (Estados Unidos,
Japón), mientras que en otras (en particular, en el Reino Unido), perdida la prosperidad anterior a la guerra, la población
vivía abrumada por el desempleo y las crisis endémicas.

Al mismo tiempo, los estadounidenses complicaban de singular manera la posición de los europeos. La deuda
internacional no podía pagarse sino con oro o mercancías, y los estadounidenses frenaban sus importaciones de Europa
con los nuevos derechos de aduana, cada vez más elevados, al tiempo que utilizaban su superioridad para imponer sus
exportaciones a Europa.

Por otra parte, los Estados Unidos disponían de las mayores reservas de oro del mundo y, para mantener el patrón oro,
hubo de conceder cuantiosos préstamos a Europa. Tal fue el origen de los planes Dawes y Young.

En 1924, la economía estadounidense vivía en plena era de prosperidad, y la guerra europea la acrecentó: durante tres
años sucesivos, los Estados Unidos fueron los proveedores de un mercado casi ilimitado, mientras las potencias europeas
se aniquilaban entre sí. La capacidad industrial de los Estados Unidos también había aumentado considerablemente, y su
agricultura progresaba a idéntico ritmo.

Desde 1925, la actividad de la Bolsa de Nueva York había evolucionado tan vertiginosamente como la producción industrial
del país. La cotización de las acciones subía regularmente de año en año, y fueron numerosos los estadounidenses que
hallaron en la especulación de la bolsa la fuente de una rápida fortuna: la fiebre de operar a la bolsa tentaba a todos los
estratos de la población de modo irresistible, tanto rentistas y jubilados como aprendices, que ignoraban todo lo relativo
a la industria, a la economía y a la misma bolsa. Todo el mundo consideraba que la economía del país se encaminaba hacia
niveles insospechados, y todos estaban persuadidos con que las "mejores acciones" podían conseguirse con muy poco
dinero, pensando que debía aprovecharse de aquella buena suerte antes de que pudiera terminarse.

La continua demanda hizo subir las acciones a alturas increíbles, y pronto la cotización en la bolsa fue pura especulación,
que nada tenía de común con la auténtica solvencia de la sociedad.

Mientras sólo se trató, para el ciudadano medio, de invertir sus economías, la especulación siguió dentro de ciertos límites
más o menos razonables, pero transcurrió el tiempo y los estadounidenses empezaron a operar en la bolsa con dinero
prestado.

El 22 de octubre de 1929 dejan de subir las acciones y comienzan a bajar hasta que el jueves 24 toma proporciones
catastróficas, día que pasó a la Historia como el “Jueves Negro”. Se empezaron a vender acciones para tratar de salvar la
mayor cantidad de dinero posible y se produce una bola de nieve: a consecuencia de esto, el precio de las acciones cada
vez bajaba con mayor rapidez. Llegaron a venderse hasta 12 millones de acciones en un solo día.

Después llegó el denominado ‘Martes Negro’, en el que se colapsó la Bolsa, consecuencia de la pérdida de 24.000 millones
de dólares en apenas una semana. Esto arruinaría a los especuladores y paralizaría las ventas de crédito.

El pánico cundió entre la población. Su respuesta fue acudir a los bancos a retirar todos los ahorros que tenían, pero éstos
no podían rembolsar ese dinero ya que se había invertido en préstamos o inversores, lo que produjo la quiebra en cadena
de los bancos (casi 4.000 en apenas tres años) y el consiguiente suicidio de empresarios y financieros.

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El desempleo subió como la espuma, lo que llevó al cierre de numerosos negocios y en 1933 se registraron 14 millones de
parados. El Gobierno podría haber intentando salvar la situación e imponer la calma, pero decidió no intervenir
limitándose a esperar a que pasara el tiempo y ver si se solucionaba solo.

Debido a la fuerte dependencia que tenía Europa de Estados Unidos, la crisis también le afecta. La reducción de las
importaciones americanas o la repatriación de los bancos americanos fueron alguno de los efectos. Austria es una de las
primeras afectadas con la quiebra de varios de sus bancos.

Con la llegada al poder de Roosevelt en 1933, se implanta el conocido “New Deal”, basado en las ideas de Keynes que
permitían la intervención del Estado cuando la situación lo requiriese.

Al asumir Franklin D. Roosevelt la presidencia en 1933 se aprobaron rápidamente varias leyes en el Congreso como fondos
asistenciales para desocupados, precios de apoyo para los agricultores, servicio de trabajo voluntario para desempleados
menores de 25 años, proyectos de obras públicas en gran escala, reorganización de la industria privada, creación de
organismo federal para salvar el valle del Tennessee, financiación de hipotecas, seguros para los depósitos bancarios y
reglamentación de las transacciones de valores. Estas leyes crearon nuevos organismos encargados de llevar a cabo estas
medidas. El New Deal, había sido elaborado durante la carrera presidencial por un grupo de intelectuales, que Roosevelt
reunió en torno suyo, conocidos como el "Brains Trust".

El problema más importante para Roosevelt era la quiebra casi total del sistema bancario, hasta tal punto que era
imposible cobrar un cheque. La producción industrial, por su parte, había tocado fondo en 1932. La crisis bancaria era
esencialmente de confianza y pudo ser solucionada fácilmente. En un discurso radial Roosevelt informó la población sobre
la reapertura de los bancos incitando a depositar ya que no se corrían más riesgos, por lo que varios individuos volvieron
a depositar. La recuperación de los bancos no fue más que el preludio de una revisión a fondo del sistema financiero,
gravemente distorsionado desde 1929 por la contracción del crédito, el incremento de las deudas y el impago de las
hipotecas.

En una serie de leyes y de decretos ley, Roosevelt y el Congreso hicieron salir al dólar del patrón oro, que imponía que el
Sistema de Reserva Federal no disminuyera las tasas de interés, y realizando lo contrario al aumentarlas con el fin de
proteger al dólar.46 Tres textos fundadores participaron en este movimiento: la Ley de Emergencia Bancaria, la Orden
Ejecutiva 6102 y la Ley Glass-Steagall. Estos tres textos son considerados por los conservadores como un atentado al
derecho de propiedad y como ataques importantes contra la constitución, toda persona que guardaba una suma
importante de oro fue obligada a cambiarlo así por dólares a un índice fijado. Pasado un cierto plazo, el Gobierno pudo
exigir la restitución del oro sin contrapartida. Además, el oro perdió su curso legal en el pago de los créditos y de las deudas
en la misma época. Los contraventores se vieron incluso sancionados con multas. Desde entonces, el dólar pudo fluctuar
libremente en el mercado de divisas sin contrapartida de oro. Solo en 1934 el oro volvió a ser convertible, a un precio
netamente inferior al precedente. Globalmente, los mercados reaccionaron bien al abandono del patrón oro, aunque en
un comienzo era solamente provisional.

Otro problema era el desempleo. La primera medida adoptada en este terreno fue la creación de campamentos de trabajo
donde los desempleados realizaban tareas de conservación de parques naturales y otros espacios verdes. Si bien el
Gobierno federal encaró la realización de obras públicas, estas no llegaron a compensar la enorme reducción
experimentada por el gasto a nivel estatal y municipal. El New Deal nunca dispuso de un programa concreto para bajar la
desocupación mediante obras públicas ya que se carecían de proyectos de antemano y la planificación requería tiempo.
Los proyectos debían autofinanciarse lo que hacía difícil su elaboración. Además, para lograr el máximo beneficio social
había que emplear a la mayor cantidad de mano de obra posible, ya sea calificada como no calificada por lo que estos
empleos eran tachados de constituir en la práctica una auténtica limosna. No solo el New Deal no pudo disminuir
73
considerablemente el desempleo, sino que los trabajos otorgados eran precarios al tratarse de obras públicas que por su
propia naturaleza no duraban mucho tiempo.

El New Deal se enfrentó constantemente al dilema de emplear el dinero en aliviar el sufrimiento actual o en estimular la
economía para el futuro. Gran parte de las inversiones del New Deal procedían de los impuestos, ya que de otro modo, el
gobierno federal tendría que haber aceptado un déficit presupuestario. Esto significaba que una parte del dinero
destinado a pagar el sueldo de los nuevos empleados se deducía del salario del que disfrutaba de un empleo. Esto
comprueba que Roosevelt desconocía de fondo las medidas recomendadas por Keynes ya que este indicaba que el
aumento de gasto, y en consecuencia, del déficit era algo positivo en épocas de crisis.

Otro problema gravísimo, era el bajo y permanente nivel de las rentas agrícolas. Era necesario aumentar los precios y ello
se conseguía disminuyendo la producción agraria. Para lograrlo, se concedían primas a aquellos agricultores que deseaban
producir menos. Esto implicaba que al menos una parte del costo recayera sobre el consumidor, que en algunos casos
estaba en la miseria si se trataba del proletariado de las grandes urbes. Sin embargo, el aumento del nivel de vida de los
agricultores significaba más dinero, más demanda y más empleo.

El segundo New Deal

El segundo New Deal se implementó en el segundo mandato de Franklin D. Roosevelt y consistió en la promulgación de
una ley sobre la vivienda, la puesta en marcha de la seguridad social, la creación de organismos de planificación regional,
el respaldo a los sindicatos y un sistema fiscal más progresivo con impuestos más elevados a los ingresos y a la riqueza.
Igualmente, las consecuencias de las nuevas imposiciones a los ricos fueron insignificantes y no hubo tal redistribución de
la riqueza. En 1929 las constituciones de sindicatos en forma irrestricta. Las empresas tuvieron que aceptar la libertad de
sindicación de sus empleados. Se logró la sindicalización de los trabajadores de las industrias de producción en masa;
todos los empleados, cualquiera que fuera su calificación, debían integrarse a un mismo sindicato industrial en tanto el
gobierno federal los emplearía como "correas de transmisión" de las normas estatales sobre asuntos laborales.

En estas circunstancias, el gobierno cometió un grave error económico que retrasaría en dos años la recuperación. En
1936, el ritmo de expansión era acelerado y los precios subieron rápidamente. Temiendo un auge especulativo, Roosevelt
puso fin al déficit presupuestario y al año siguiente la economía se sumió en una depresión que no sufría ningún otro país
y aumentó el desempleo. Tan pronto como el gobierno redujo los gastos, los empresarios perdieron la confianza y dejaron
de invertir. Roosevelt seguía sin entender la política fiscal, pensaba que era la obra pública y no el déficit presupuestario
lo que promovía el empleo. Los gastos federales aumentaron en 1938 pero la hostilidad hacia el New Deal había
aumentado. A medida que el desempleo se prolongaba, crecía la impopularidad de Roosevelt.

Si bien se dice que el segundo New Deal fue un ‘giro a la izquierda’, no era en absoluto hostil a los empresarios, lo que
hizo fue poner al burócrata donde había fracasado el hombre de negocios hasta que la empresa privada pudiera florecer
de nuevo. Por haber sabido evitar una solución más radical fue el salvador del capitalismo. El efecto más perdurable del
New Deal fue aumentar el poder del gobierno federal y del presidente en particular: se redujo el poder de los Estados y el
presidente y su gabinete sustituyeron al Congreso como principal fuente legislativa. La sociedad estadounidense
experimentó una profunda transformación debido al incremento del poder federal y presidencial sobre la economía. Por
eso el auténtico legado del New Deal fue revolucionar las expectativas.

La recuperación en el Reino Unido


74
La política económica británica en los años 1930 estuvo marcada por la trascendente decisión de abandonar el patrón oro
en 1931. La flotación de la Libra no fue acompañada de una mayor intervención estatal como en los otros países. La nueva
política británica se sustentó en el crédito barato y en el proteccionismo. Las posibilidades de acceso a préstamos a bajo
costo fue uno de los factores que contribuyó a impulsar el mercado de la construcción. Por otro lado, el establecimiento
de una política arancelaria dio por finalizado un período de casi noventa años de libre comercio, con la importante
consecuencia de colocar al mercado interno como motor del crecimiento. Este rasgo se vinculaba con la pérdida de
competitividad de los productos ingleses y con las posibilidades de expansión del consumo de masas que se desarrollaría
plenamente en la posguerra.

Si bien la economía británica experimentó una recuperación más prolongada y sostenida que la del resto de los países
industriales, hubo dos aspectos negativos importantes: el alto desempleo y la concentración empresarial producto del
proteccionismo y la preferencia imperial. Gran Bretaña, la potencia industrial menos concentrada en 1914.

La recuperación en Francia

La economía francesa, de buen comportamiento en la posguerra, se vio enfrentada a la crisis, cuando en 1931, Gran
Bretaña y otros numerosos países decidieron abandonar el patrón oro. Hasta ese momento, la devaluación del franco y el
proteccionismo hicieron que Francia fuera alcanzada débilmente por la crisis. El problema se presentó ante la disyuntiva
de mantener el patrón oro, favorecido por su gran cantidad de reservas de este material, o devaluar. La decisión de
mantener el patrón oro, por el temor a la inflación, impuso una línea de acción deflacionaria para adecuar los precios
franceses a los niveles mundiales en un marco de devaluación general. Así, se promovió la deflación mediante la reducción
de gastos, una baja en los salarios y el mantenimiento de altas tasas de interés. Esto provocó tensión social, caída de las
inversiones y ningún resultado positivo.

Sin embargo, en 1936, un nuevo gobierno de carácter socialista produjo un viraje de significación. Se abandonó el patrón
oro con la consecuente devaluación del franco, se realizó un moderado plan de obras públicas, se regularon los precios
agrícolas y se aumentaron los salarios. El traslado inmediato de los incrementos salariales a los precios relanzó la inflación
y reapareció la tensión social. A principios de 1939 la economía francesa pareció despegar debido al aumento de los gastos
militares, pero la entrada en la guerra y la ocupación por parte de Alemania al año siguiente cambiaron el rumbo de la
historia de Francia.

La recuperación en Alemania y el nacimiento del Nazismo

Hacia 1933, la economía alemana no había superado aún el impacto negativo de la política económica implementada por
un gobierno que había apostado por la deflación para salir de la crisis. Como la economía alemana dependía
fundamentalmente de los préstamos estadounidenses, la reducción de los mismos a partir del 1929, tuvo efectos directos
en la economía. La decisión del gobierno de mantenerse en la ortodoxia generó más desempleo, la caída del producto
interno bruto y el colapso del sistema bancario. La mala situación social, más el temor del avance del comunismo son
claves para entender la llegada de Hitler y el partido Nacional Socialista al poder (que 6 años más tarde daría comienzo a
la Segunda Guerra Mundial). Los comunistas alemanes fueron acusados del incendio del Reichstag, y en un clima de terror
e inseguridad, se le otorgó el poder absoluto de una forma legal y constitucional.

El nazismo se caracterizaba por un ultranacionalismo totalitarista y expansionista, anticomunismo, antiliberalismo,


antisemitismo y por la idea de supremacía racial del pueblo alemán. La política nazi en relación a lo económico estuvo
caracterizada por el alto grado de intervención estatal. Los objetivos finales de esta política económica eran el control
totalitario de la sociedad, los planes bélicos y la idea de superioridad racial. El sistema económico fue parte del sistema
político de dominación.

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La recuperación alemana comenzada en 1933, estuvo caracterizada por la creación de empleo y en una serie de
disposiciones fiscales con el objetivo de favorecer a las grandes empresas. El gasto militar subió del 3% del PIB en 1933 al
23% en 1939. El sector estatal fue el mayor inversor y el mayor consumidor en la economía alemana disminuyendo el
papel de la economía de mercado por las regulaciones impuestas por el Estado. A su vez, se profundizó la concentración
en las distintas áreas de la economía, rasgo característico de la estructura productiva alemana.

Punto 27: El antagonismo franco alemán. La incorporación de Alemania al concierto internacional

El tratado de Versalles

Después de los intensos combates de la Gran Guerra, los franceses estaban buscando revancha. Querían que, por encima
de todo lo demás, la venganza contra Alemania por la enorme cantidad de daño infligido a ellos durante la Primera Gran
Guerra. Las demandas más notables en el Tratado de Versalles, en lo que respecta a Francia, fueron los siguientes:

Artículos 45-50: Estos artículos esencialmente entablan a que Alemania debe ceder la cuenca del Sarre a la Liga de las
Naciones, y, además, debe entregar los derechos mineros a Francia. La cuenca del Sarre era una región importante, ya
que contiene grandes cantidades de carbón, un material esencial para el proceso de industrialización.

Después de quince años, los habitantes de la cuenca del Sarre entonces realizar un plebiscito para ver qué a que nación
se uniría.

Artículos 51-79: Estos artículos entablaban que la región de Alsacia-Lorena debe ser devuelta a Francia libre de deuda, ya
que estos territorios se habían perdido por Francia a Alemania durante la guerra Franco-Prusiana. Además, el gobierno
francés le permitió apoderarse de todos los bienes al Estado Alemán en esta región. A cambio, Alemania debe pagar por
todos los gastos para cosas tales como el costo de movilización de tropas en Alsacia-Lorena.

Económicas: Alemania debía pagar el costo de las pensiones a los soldados franceses que fueron heridos, enfermos, etc
según los cálculos de Francia. En las cumbres de esta, Alemania también se vio obligada a dar a Francia 7 millones de
toneladas de carbón al año durante diez años, que de otro modo habrían sido producidas en las regiones de Nord Pas de
Calais si no hubieran sido destruidos.

Los franceses también pidieron miles de toneladas de otros recursos, así como de la cantidad de ganado que habían
perdido durante los combates.

Alemania se vio obligada a pagar una suma neta de 100 mil millones marcos en una serie de plazos, 20 mil millones marcos
antes de 1921 sin intereses, otros 40 mil millones marcos entre 1921 y 1926 con el 2,5% de interés, y finalmente una
segunda de 40 mil millones de marcos a pagar para una fecha establecida por la comisión con el 5,0% de interés. De esta
cantidad total, Francia iba a recibir una parte de ella de modo que pudiera reconstruir su país.

Como se predijo por John Maynard Keynes, esta reparación resultaría ser insuficiente para la reconstrucción de Francia.
El daño masivo causado a Alemania por el Tratado de Versalles también resultaría perjudicial para Francia ya que les
robaron un aliado potencial que podría haber ayudado a desarrollar su propia industria.

Otro factor: terriotrios de Alsacia y Lorena

Guerra franco prusiana

La guerra franco-prusiana (en alemán: Deutsch-Französischer Krieg; en francés: Guerre franco-allemande) fue un conflicto
bélico que se libró entre el 19 de julio de 1870 y el 10 de mayo de 1871 entre el Segundo Imperio francés (y después de la

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caída del régimen, por la Tercera República Francesa) y el Reino de Prusia, con el apoyo de la Confederación Alemana del
Norte y los reinos aliados de Baden, Baviera y Württemberg. El conflicto marcó el estallido de la tensión entre las dos
potencias, que se acrecentó tras el fracaso del proyecto de Napoleón III de anexar Luxemburgo, un evento que causó el
final de una relación relativamente equilibrada con la Prusia de Otto von Bismarck. La tensión se hizo mayor debido a la
creciente influencia, no tolerada por Francia, ejercida por los Estados alemanes en el sur del río Meno, y la dirección de
Prusia ejercida dentro de la Confederación Alemana del Norte (estado creado en 1867 tras la victoria de Prusia en la guerra
austro-prusiana).

La guerra franco-prusiana fue el conflicto más importante que se libró en Europa después de las guerras napoleónicas y
previo a la Primera Guerra Mundial y terminó con la completa victoria de Prusia y sus aliados. La consecuencia más
importante fue la creación del Imperio alemán, el cual mantuvo un papel muy influyente en las relaciones políticas
internacionales de las décadas siguientes

El territorio de Alsacia y Lorena

El Territorio Imperial de Alsacia-Lorena (en alemán: Reichsland Elsaß-Lothringen, generalmente Elsass-Lothringen) fue uno
de los Reichsland del Imperio alemán, formado en cumplimiento del Acta de delimitación de fronteras del 26 de febrero
de 1871, ratificado por el Tratado de Fráncfort de 18 de mayo, con el que se puso fin a la Guerra franco-prusiana de 1871,
y se anexionó parte de los territorios de las regiones hasta entonces francesas de Alsacia y de Lorena.

Francia hubo de ceder a ésta los territorios de Alsacia y Lorena, que estaban bajo su soberanía desde 1648. Desde entonces
un sentimiento reivindicativo y revanchista, atizado por problemas derivados de la expansión imperialista, ensombreció
las relaciones franco-alemanas.

El territorio de Renania

La región de Renania (en alemán, Rheinland) es el nombre con el que se designa a las tierras de ambos lados del río Rin,
al oeste de Alemania

Desde los años 1950, la región de Renania la constituyen los estados de Sarre, Renania-Palatinado y Renania del Norte-
Westfalia. Este último constituye una de las regiones industriales de mayor pujanza en Alemania, contando además con
depósitos minerales de importancia (uranio, magnesio, petróleo, entre otros) y transporte fluvial accesible. En el estado
de Renania-Palatinado la agricultura es más importante, en especial sus preciados viñedos.

En clara violación al Tratado de Versalles, los franceses trataron de separar las áreas ocupadas de Alemania, estableciendo
la República de Renania, como un estado títere de Francia. Los intentos secesionistas tuvieron como uno de sus mayores
sustentos el sentimiento antiprusiano de la población

El Tratado de Versalles se violó de facto el 7 de marzo de 1936, cuando las tropas alemanas entraron en Renania. A pesar
de que pudieron haber sido fácilmente detenidas por los aliados (la mayoría de los soldados entró en bicicleta), el
sentimiento contrario a una guerra en Europa fue más fuerte, y se toleró esta violación.

Incorporación de Alemania al concierto internacional

En 1924, el recién nombrado ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Gustav Stresemann, adoptó una nueva
política con a respecto la Sociedad de Naciones: los anteriores gobiernos de Berlín la habían despreciado por considerarla
un instrumento creado por los vencedores de la Primera Guerra Mundial para dominar a los alemanes derrotados. En
diciembre de 1924, Stresemann envió una solicitud para la admisión de Alemania a la Sociedad, con la condición de que
también se la aceptara como miembro de su Consejo. Se rechazó la solicitud, pero, a principios de 1925, Stresemann hizo
77
un segundo intento. El camino hacia la adhesión de Alemania en la Sociedad fue despejado por la Conferencia de Locarno
de octubre de 1925, que dio lugar a una serie de tratados que entraron en vigor el 14 de septiembre de 1926. Francia,
Alemania, Bélgica, Gran Bretaña e Italia ratificaron la frontera occidental de Alemania, que fue declarada inviolable en el
más importante de estos acuerdos, conocido como el Pacto de Locarno. El pacto entraría en vigencia solo cuando Alemania
fuera admitida en la Sociedad de Naciones, con una banca en el Consejo. En esta carta, que data del 8 de febrero de 1926,
dirigida al secretario general sir Eric Drummond, Stresemann resume el historial de las medidas que tomó Alemania para
unirse a la Sociedad y, señalando que se han cumplido todas las condiciones para la adhesión, solicita a Drummond que
introduzca el tema de la admisión de Alemania en el orden del día de la Asamblea de la Sociedad lo antes posible. Alemania
se convirtió formalmente en miembro, con una banca permanente en el Consejo, el 8 de septiembre de ese año. La carta
pertenece a los archivos de la Sociedad, que se transfirieron a las Naciones Unidas en 1946 y se encuentran en su oficina
de Ginebra. Se inscribieron en el registro de Memoria del Mundo de la UNESCO en 2010.

Los tratados de Locarno, comúnmente denominados Acuerdos de Locarno, es el nombre que recibieron los ocho pactos1
destinados a reforzar la paz en Europa después de la I Guerra Mundial firmados por los representantes de Bélgica,
Checoslovaquia, Francia, Alemania, Reino Unido, Reino de Italia y Polonia en Londres, Inglaterra, el 1 de diciembre de
1925, aunque fueron negociados en Locarno, Suiza el 16 de octubre de 1925.

Punto 28: El final del aislamiento soviético. El refuerzo del sistema de seguridad colectiva, los acuerdos de Briand-
Kellogg

La caída del telón de acero

El Telón de Acero es un término que se utiliza para expresar la separación física e ideológica que tuvo lugar en Europa tras
la Segunda Guerra Mundial. Por un lado se situaron los países alineados en el Pacto de la OTAN, y por otro los alineados
en el Pacto de Varsovia. Esta división mantuvo al bloque comunista (con la excepción de Yugoslavia) aislado durante más
de cuatro décadas.

La división también se hizo patente en dos sistemas militares contrapuestos, la Organización del Tratado del Atlántico
Norte (1949) y el Pacto de Varsovia (1955), así como en las alianzas económicas, el Plan Marshall por un lado y el Consejo
de Ayuda Mutua Económica por otro.

El origen de esta separación radical comienza con el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando las diferencias entre las
dos grandes potencias, e ideologías totalmente opuestas, comenzaron a aflorar. Cada una de las potencias influenció a su
manera a los países pertenecientes a su bloque, siendo el bloque soviético el más restrictivo.

En los cinco años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, un total de 15 millones de personas emigraron del este al
oeste. Este hecho hizo que el bloque soviético llevara a cabo un bloqueo efectivo de la emigración en 1950.

Este bloqueo, que en cierto modo seguía las líneas bolcheviques que propusieron la abolición de los pasaportes en 1917,
en ningún momento fue mostrado como una privación de libertad, si no como una política protectora para las inversiones
en países comunistas

Pero el bloqueo de la inmigración no consiguió los resultados esperados, ya que tan sólo en la década de los 50 un total
de 4 millones de personas emigraron ilegalmente del bloque del este al bloque del oeste. El hecho de que un 85% de esta
emigración tuviera lugar entre las dos alemanias (suponiendo una emigración del 20% de la Alemania del Este) provocó
una intensificación de la presencia soviética de la frontera interalemana, hecho que se vio culminado con la construcción
del Muro de Berlín en 1961.

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Polonia fue el primero de los países en derrocar de forma pacífica a su gobierno socialista, acompañándoles en poco
tiempo Checoslovaquia, Hungría y Bulgaria, siendo Rumanía el único país en acabar con el régimen comunista de forma
violenta. Esta etapa de la historia encontró el broche final en el desmembramiento de la U.R.R.S., suponiendo el final del
Telón de Acero y de la Guerra Fría.

Sistema de seguridad colectiva

Después de la Primera Guerra Mundial, cuando el sistema de equilibrio de las potencias se desmoronó drásticamente, se
realizó un primer intento por instaurar un verdadero sistema de seguridad colectiva. Entre las dos guerras, dicho régimen
se instaló bajo la autoridad de la Sociedad de las Naciones pero ésta, totalmente desprovista de los apoyos necesarios
para triunfar, se derrumbaría a su vez bajo los golpes asestados por las futuras fuerzas del Eje: la SDN intentó acercarse lo
más posible a la forma ideal de la seguridad colectiva pero falló estrepitosamente en su aplicación práctica.

Contenido del artículo 16 del Pacto de la SDN:

Artículo 16.

1. Si cualquier miembro de la Sociedad recurriera a la guerra, contrariamente a las obligaciones contraídas por él de
acuerdo con los artículos 12, 13 y 15, será ipsofacto considerado como habiendo cometido un acto de guerra contra todos
los demás miembros de la Sociedad, los que se comprometen por el presente a romper inmediata-mente con él todas las
relaciones comerciales y financieras, a prohibir toda comunica-ción entre sus nacionales y los nacionales del Estado en
ruptura de pacto y a hacer cesar todas las relaciones financieras comerciales o personales entre los nacionales del Estado
en ruptura de pacto y los de todo otro Estado, miembro o no de la Sociedad.

2. En tal caso, el Consejo tiene el deber de recomendar a los diversos gobiernos interesados los efectivos militares, navales
o aéreos con que los miembros de la Sociedad contribuirán, respectivamente, a las fuerzas armadas, destinadas a hacer
respetar los compromisos de la Sociedad.

3. Los miembros de la Sociedad convienen, además, en prestarse mutuo apoyo en la aplicación de las medidas financieras
y económicas a adoptarse, en virtud del presente artículo, a fin de reducir al mínimo las pérdidas y los inconvenientes que
de esas medidas pudieran resultar. Se prestarán igualmente mutuo apoyo para resistir toda medida es-pecial dirigida
contra uno de ellos por el Estado en ruptura de pacto, y tomarán las disposiciones necesarias para facilitar el tránsito a
través de su territorio de las fuerzas de todo miembro de la Sociedad que participara de una acción común para hacer
respetar los compromisos de la misma.

4. Podrá ser excluido de la Sociedad todo miembro que hubiese violado algún compromiso resultante del pacto. La
exclusión tiene lugar por un voto del Consejo, aprobado por los representantes de todos los otros miembros de la Sociedad
representados en el mismo.

Fracasos de la seguridad colectiva en el periodo de entreguerras:

● Los últimos momentos de concordia: la evacuación de Renania y el Sarre

● La repercusión de la crisis económica: el fracaso de la Conferencia Económica Internacional

● La fallida Conferencia Internacional de Desarme

● El expansionismo japonés: la ocupación de Manchuria (1931)

Pacto Briand-Kellogg
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El pacto Kellogg-Briand, también conocido como pacto de París, es un tratado internacional que fue firmado el 27 de
agosto de 1928 en París por iniciativa del ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Aristide Briand, y del Secretario de
Estado de los Estados Unidos Frank B. Kellogg, mediante el cual los quince estados signatarios se comprometían a no usar
la guerra como mecanismo para la solución de las controversias internacionales. Este pacto es considerado el precedente
inmediato del artículo 2.4 de la Carta de las Naciones Unidas, en el que se consagra con carácter general la prohibición del
uso de la fuerza.

Buscando ligar a EE.UU. a una alianza dirigida a frenar una posible vuelta al expansionismo aleman, el ministro de asuntos
exteriores francés, Aristide Briand, propuso a la potencia norteamericana un pacto bilateral de no agresión en la primavera
de 1927. Alentado por la opinión más pacifista y menos aislacionista de su país, el secretario de estado norteamericano,
Frank B. Kellogg, propuso que el pacto se convirtiera en un tratado multilateral, lo cual fue aceptado por Francia.

Como resultado de la propuesta de Kellogg, casi todas las naciones del mundo firmaron finalmente el Pacto Briand-Kellogg,
acordando renunciar a la guerra como instrumento de política internacional y solucionar todos los conflictos
internacionales de manera pacífica. Hubo múltiples matices a este compromiso, por ejemplo, la guerra en defensa propia,
las obligaciones militares que surgieran del pacto de la Liga de Naciones, la doctrina Monroe o los tratados de alianza
acordados tras la I Guerra Mundial. Si unimos todas estas excepciones al hecho de que el tratado no estableció ningún
método para forzar su cumplimiento, podemos entender como el Pacto resultó totalmente inútil.

Punto 29: El triunfo de las políticas de intervención: el “New Deal” de Roosevelt, los planes quinquenales soviéticos y
la autarquía italiana

La política del New Deal

La política económica y social de Roosevelt fue conocida como New Deal. Tenía un doble objetivo: la recuperación de la
depresión económica que había surgido tras la crisis financiera de 1929 y la estabilización de la economía nacional para
evitar otras severas crisis en el futuro.

El New Deal fue un programa de política económica puesto en marcha por el presidente de Estados Unidos, Roosevelt, en
1933, que tenía como objetivo luchar contra los efectos de la gran depresión en el país.

Se trató de un programa de políticas intervencionistas y por tanto, el Estado desarrolló un papel esencial en el New deal.
Roosevelt creía que si el Estado no intervenía, se corría el riesgo de que la situación empeorase. En concreto, por un lado,
tenía miedo de que se dieran episodios deflacionarios (bajadas sostenidas del nivel de precios) debidos a que, la población
al ver disminuida su capacidad adquisitiva, no podría comprar todos los bienes disponibles en el mercado, así que habría
un exceso de oferta que llevaría a una bajada de precios. Por otro lado, estaba seguro de que si no se hacía frente a la
situación desde el Estado habría aumentos de la tasa de desempleo.

Propuestas del New Deal

Las políticas del New deal fueron dirigidas a cumplir dos objetivos principales:

● Reactivar la economía por medio del consumo y de la inversión: Para ello, aumentó el gasto público,
principalmente a través de la industria, potenciando las inversiones. Además, pusieron en marcha multitud de
proyectos de obras públicas, lo cual dio empleo a millones de trabajadores.

● Establecer controles bancarios para evitar otra crisis como la del 29: se exigió un aumento de las reservas de los
bancos para garantizar su solvencia. También se creó la “Ley de emergencia bancaria” (Emergency Banking Act),

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por la cual, se clausuraban todos los bancos que manifestasen insolvencia, dejando solo operar a los que pudiesen
demostrar que eran solventes. Y por último, se estimuló la concesión de créditos para la inversión empresarial.

Pero además de actuar en el ámbito económico, en el ámbito social, también intervino el Estado aplicando diversas
políticas:

Se regularon las relaciones entre empresarios y empleados, estableciendo un salario mínimo y una jornada horaria
máxima. El salario mínimo, junto con la disminución del desempleo, hizo que los trabajadores tuvieran mayor poder
adquisitivo, lo cual tuvo un efecto positivo en la demanda de bienes y servicios del país.

Se creó el primer sistema federal de seguro de desempleo y de pensiones (Social security act), que tenía como objetivo
disminuir las desigualdades sociales, especialmente en beneficio de las personas ancianas, que se habían empobrecido
gravemente como resultado de la gran depresión.

Según Keynes la crisis de 1929 había retraído la demanda y era necesario estimularla de alguna manera, generando una
demanda adicional que tirase de la producción. Las medidas no intervencionistas de los estados capitalistas no habían
logrado tal objetivo. Abogaba por tanto por una activa intervención del Estado que restableciera el equilibrio entre oferta
y demanda.

Desarrollar una política de inversiones estatales en obras públicas (carreteras, pantanos, etc.) que sirviese de estímulo a
la iniciativa privada a través de la demanda de cemento, hierro, componentes industriales, etc. La mano de obra empleada
en estas actividades aminoraría el desempleo, incrementaría la masa de consumidores y estimularía la actividad
económica.

Poner en circulación abundante dinero con el fin de estimular una moderada inflación. El peligro de una alta tasa de
inflación sería inexistente en tanto el paro fuese elevado.

Incrementar los salarios. La reducción de los salarios como medida para mantener el empleo (defendida por los
economistas clásicos) fue refutada por Keynes quien aseguraba que el empleo no dependía de los salarios sino del
consumo y la inversión. Una disminución de los sueldos de los trabajadores provocaría un retraimiento que deprimiría el
consumo y en consecuencia, la producción.

Intervenir en todos los sectores económicos, regulando la fijación de precios, salarios, mercado laboral, concediendo
subvenciones a las empresas, etc.

Planes Quinquenales

Fueron planes económicos y productivos a realizar en 5 años, desarrollados durante la existencia de la Unión Soviética
(1922-1991), con la finalidad de lograr una rápida y efectiva industrialización de esta superpotencia.

Los planes quinquenales para la economía nacional de la URSS,1 fueron una serie de proyectos internacionales
centralizados2 en el desarrollo económico de la creciente Unión Soviética. Estos proyectos fueron desarrollados por el
Gosplán (El Gosplán (ruso: Госпла́н) era el comité para la planificación económica en la Unión Soviética) basándose en la
“Teoría de las fuerzas productivas”, que era parte de las directrices generales del Partido Comunista para el desarrollo
económico. La realización del plan llegó a ser la insignia de la burocracia soviética (consultar Economía de la URSS). Esto
ayudó al desarrollo rápido de la industria, y en especial de la industria pesada plan propuesto por Stalin

Estos planes consistían en la planificación de la economía cada cinco años. Varios planes quinquenales no se llevaron a
cabo en su totalidad en el período asignado para ellos (unos satisfactoriamente fueron completados antes de lo esperado,
81
mientras que otros fracasaron y fueron abandonados, o debieron ser suspendidos por alguna razón —por ejemplo inicio
de una guerra—).

Los planes quinquenales iniciales fueron creados para ayudar en la rápida industrialización de la Unión Soviética,3 por
tanto se concentraron los esfuerzos en la industria pesada. En total, hubo 13 proyectos de cinco años. El primero fue
aceptado en 1928 para el quinquenio de 1929 a 1933, y completado un año antes de lo previsto. El último plan quinquenal,
el decimotercero, fue durante el período 1991-1995, y no fue completado debido a la disolución de la Unión Soviética en
1991.4 De 1928 a 1945 se decretaron tres planes: 1928-1932, 1933-1937 y 1938-1941. Este último se vio interrumpido
por la invasión alemana, pero después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) se volvieron a elaborar.

El primer plan quinquenal (1928-1932)

Artículos principales: Primer Plan Quinquenal de la Unión Soviética y Plan quinquenal (planificación).

El objetivo del primer plan quinquenal (1928-1932) era levantar la industria pesada de la URSS sin recurrir a la ayuda de
los países extranjeros. Pero la URSS continuaba siendo un país agrario, por lo que se debía de realizar antes una importante
reforma agraria.

La colectivización de la tierra, preveía la formación de granjas colectivas que se considerarían propiedad de los
campesinos. Esta colectivización provocó conflictos entre el estado y los campesinos propietarios especialmente,
propietarios medios (kuláks), pero al final el estado se impuso mediante la violencia. Miles de kuláks fueron deportados a
campos de trabajo, con penas de hasta 10 años. Muchos campesinos fueron asesinados durante estos conflictos por lo
cual preferían sacrificar sus animales, que ayudaban a trabajar la tierra, e incendiar sus cosechas en vez de entregarlas al
Estado. Esto generó profundas hambrunas y epidemias.

A pesar de todo, la agricultura fue durante mucho tiempo el sector más débil de la economía soviética. Paralelamente a
la colectivización de la tierra, hubo un rápido proceso de industrialización, previsto también en el plan.67

El segundo plan quinquenal (1933-1937)

El segundo plan (1933-1937) se centró en mejorar las condiciones de vida de la población e hizo hincapié en la
autosuficiencia, sobre todo de la industria pesada, fundamental para la producción bélica. El crecimiento industrial
durante los primeros diez años de la planificación fue espectacular: la producción de hierro y acero se multiplicó por cuatro
y la del carbón por tres y medio.

Este desarrollo en la industria base, permitió la conversión de la URSS en una potencia militar, que se hizo sacrificando la
industria de bienes de uso y consumo, lo que afectó al nivel y calidad de vida de la población.

El cuarto y quinto plan (1946-1950) y (1951-1955)

Tras la Segunda Guerra Mundial, se hizo hincapié en la reconstrucción, y en 1945 Stalin prometió que la URSS sería la
principal potencia industrial de 1960.

Autarquia italiana

Al finalizar la I Guerra Mundial parecía que las democracias estaban fuertemente asentadas en Europa, pero la realidad
era bien distinta. Ante la crisis económica y social que se abre en casi todos los países al reconvertir la industria de guerra
tras el final de la contienda y el agravamiento de la economía tras la crisis de 1929, surgen en un gran número de países
europeos regímenes autoritarios y Antidemocráticos. Para los fascistas el fascismo es otra alternativa frente al capitalismo

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y al comunismo. Se caracteriza este sistema por la negación de la libertad personal y los derechos elementales frente a un
Estado todopoderoso que controla todos los aspectos de la vida (en este carácter totalitario tiene muchos puntos en
común con el régimen comunista ruso). Los dos ejemplos más acabados de regímenes fascistas serán la Italia de Mussolini
y la Alemania de Hitler.

Un Estado totalitario.

Los regímenes totalitarios van a dar más importancia al Estado que a la nación,

ya que consideran que el Estado es la expresión del sentimiento de la nación. El Estado debe ser todopoderoso y controlar
todos los aspectos de la vida, y el individuo debe estar sometido y subordinado a las directrices del Estado. Se da, por
tanto, más importancia a la colectividad, encarnada por el Estado, que a los derechos del individuo que dejan de tener
importancia frente a los del colectivo.

El Estado totalitario, al recibir todos los poderes, puede actuar libremente para

eliminar a la oposición y a los disidentes y para encuadrar a los ciudadanos en organizaciones corporativas o profesionales
sometidas a ese Estado. El Estado también fomenta el militarismo y la disciplina en las distintas organizaciones en las que
encuadra a sus ciudadanos.

2. La política económica del fascismo.

a) La fase inicial: la liberalización de la economía (1922-1926).

Al llegar al poder los fascistas lo primero que hacen es pagar al gran capital los favores recibidos. De esta manera suprimen
los controles que tenía el Estado sobre la economía y que pervivían desde la guerra. Se eliminan algunos monopolios, se
privatizan industrias y se dan incentivos para la inversión del capital extranjero. En esa línea se produce una reducción del
gasto público para equilibrar el presupuesto. De todas formas, sigue sin solucionarse el problema de la inflación. Como
vemos la política económica que desarrollan no es fascista.

b) El Estado dirigista (1926-1930).

Desde 1926 se abandona la línea liberalizadora y el Estado empieza a interveniry a controlar la economía. Con la
aprobación de la Carta del lavoro se acentúa el intervencionismo en la economía.

En esta época Mussolini se va a plantear algunos retos económicos como si fueran batallas, en esta línea está la batalla
del trigo que tenía como objetivo que Italia se autoabasteciera de ese producto sin tener que recurrir a la importación, el
objetivo se cumplió pero a costa de sacrificar otros cultivos que sí hubo que importar. Otra preocupación es la creación
de una lira fuerte para subrayar el prestigio del país, se mantuvo un cambio bajo para otras monedas más fuertes y esto
se reflejó en una dificultad para la exportación de productos italianos.

Se lanzó también a una actividad constructiva febril: desecación de pantanos, construcción de autopistas, electrificación
del ferrocarril, construcción de edificios colosales sobre todo en Roma... todo ello como escaparate y propaganda de los
logros del régimen.

c) La autarquía (década de los treinta).

Los efectos de la crisis financiera de 1929 se van a notar en Italia a partir de 1932. Desde ese momento se reducen las
exportaciones y va aumentar el paro de forma rápida. Ante esta situación el Gobierno toma soluciones drásticas, entre
otras la devaluación de la lira en un 41%. En esta época se inicia también la política autárquica. Italia tiene que
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autoabastecerse de todos los productos de primera necesidad sin contar con el mercado exterior. Esta política supone el
total control de la economía por parte del Estado. La política autárquica se acentuaría a partir de 1936, año en el que Italia
invadió Etiopía y muchos países congelan sus relaciones con la Italia fascista. Poco a poco Italia se va acercando a Alemania.

A finales de los años treinta la política económica italiana se va a orientar hacia una economía de guerra ante la
probabilidad de que estalle una nueva guerra en Europa.

Unidad V: La post guerra en América, África y Asia

Punto 30: La posición de EEUU hacia el mundo, América Latina. Canal de Panamá

El siglo XX es el siglo de los Estados Unidos desde todos los puntos de vista. Sin embargo, los Estados Unidos entran en la
política internacional cuando las estructuras de poder de las potencias europeas se colapsa. Los norteamericanos se
sentían felizmente aislados de todo aquello que sucedía en Europa. El Viejo Continente para muchos norteamericanos
estaba muy lejos, y lo que pudiera ocurrir allí no les preocupaba.

Cuando estalla la I Guerra Mundial todas las potencias europeas sufren un tremendo desgaste. Antes de ese momento
había habido guerras, pero nunca tan atroces ni destructivas como esta. En todo caso, nadie tenía memoria ya de un
conflicto tan extendido como este. Para buscar un precedente deberíamos retroceder 100 años, cuando Napoleón fracasa
en su intento de dominar Europa.

Los Estados Unidos entran tarde en la I Guerra Mundial. Lo hacen cuando todas las potencias europeas se hallan exhaustas
y su entrada en la guerra significa que se desplaza el fiel de la balanza hacia un lado. Los imperios centrales comprenden
que tras la participación norteamericana en la guerra, la victoria es imposible, y en este momento finaliza la I Guerra
Mundial.

El mundo tras la I Guerra Mundial es diferente. Tras la I Guerra Mundial la gran potencia es ahora los Estados Unidos.
Inglaterra y Francia son en ese momento potencias poderosas pero decadentes. Su dominio no es ya indiscutido, aunque
siguen teniendo un nivel de potencia de primer nivel en la política internacional. Los países que habían formado parte de
la coalición de los imperios centrales quedan en una situación lastimosa.

En este momento los Estados Unidos empiezan a imponer su ley en el mundo. El capitalismo industrial y financiero
norteamericano es el más poderoso del planeta. Demográficamente los Estados Unidos son una nación importante, cuya
población supera ampliamente a la de cualquier país europeo si no tenemos en cuenta sus colonias.

Pero tras la I Guerra Mundial algo cambia notablemente el escenario anterior. Durante la I Guerra Mundial una Revolución
triunfa en Rusia instaurando un régimen desconocido hasta ese momento en la Historia. Los bolcheviques toman el poder
y constituyen una feroz dictadura sobre la base de una pretendida "dictadura del proletariado". Tras un período de guerra
civil este régimen se consolida. Hasta la II Guerra Mundial la participación de este nuevo sujeto en las relaciones
internacionales no es relevante, si exceptuamos su participación en la Guerra Civil Española. Sin embargo, y tras un forzado
período de industrialización y rearme, la Unión Soviética tendría un papel clave durante la segunda mitad del siglo XX, tras
la II Guerra Mundial.

En este contexto pasarán los años hasta que estalle la II Guerra Mundial. Durante la II Guerra Mundial los Estados Unidos
serán aliados de la Unión Soviética contra el régimen criminal de la Alemania nazi. El régimen fascista español, no
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beligerante pero claramente al lado de los intereses alemanes, sería para los norteamericanos un régimen adversario, y
así lo continuaría siendo hasta la década de los años 50.

Los Estados Unidos se aliarían a los rusos, luego sus peores enemigos, del mismo modo que cuando nacieron se aliaron a
los franceses, una potencia imperialista de Antiguo Régimen, en lucha contra la liberal Inglaterra.

Creación de Panamá

Antes de la llegada de los europeos, las tierras de Panamá estaban habitadas básicamente por pueblos chibchenses que
hablaban lenguas chibchas del grupo ístmico. Estos pueblos formaban grupos diversos por lo que no constituían una
unidad política unificada. Cristóbal Colón fue el primer explorador europeo en alcanzar tierra firme americana, en su tercer
viaje, pero, no el primero en arribar a territorio panameño. Esto correspondió a Rodrigo Galván de Bastidas, natural de la
ciudad de Sevilla. Como Colón había sido apresado en su tercer viaje, los Reyes Católicos eliminaron la exclusividad de la
empresa para el genovés (las Capitulaciones de Santa Fe). Por esta razón, Bastidas solicitó licencia para explorar. En 1501,
el sevillano recorrió las costas de Venezuela y el norte de Colombia, hasta el Golfo de Urabá. Posteriormente bordeó la
costa del istmo panameño, y llegó casi hasta el emplazamiento actual del canal de Panamá. En este trayecto, los
exploradores no fundaron ningún pueblo ni se adentraron en el territorio. Por medio de trueques con los pueblos
indígenas, Bastidas acumuló oro y palo de Brasil (apreciado por su madera y como fuente de un tinte). A diferencia de
otros conquistadores, Bastidas se dedicó antes a comerciar que a saquear las riquezas o a esclavizar a los indígenas.

La ciudad de Panamá fue fundada el 15 de agosto de 1519 por Pedro Arias Dávila, siendo la primera ciudad española en
las costas del Mar del Sur u Océano Pacífico y la más antigua de Tierra Firme que existe hasta nuestros días como ciudad.
Su fundación reemplazó a las anteriores ciudades de Santa María la Antigua del Darién y Acla, convirtiéndose en la capital
de Castilla del Oro.

La ciudad de Panamá se convirtió en el punto de partida para la exploración y conquista del Perú y ruta de tránsito para
los cargamentos de oro y riquezas provenientes de todo el litoral pacífico del continente americano que se enviaban a
España. En 1671 la ciudad es atacada por las fuerzas del pirata galés Henry Morgan con intenciones de saquearla. Por
medidas de seguridad, de la población y los bienes, el Capitán General de Tierra Firme, Juan Pérez de Guzmán ordena
evacuar la ciudad y volar los depósitos de pólvora provocando un gigantesco incendio que la destruyó totalmente. Las
ruinas de la antigua ciudad todavía se mantienen incluyendo la torre de su catedral y son una atracción turística conocida
como el conjunto monumental histórico de Panamá la Vieja, reconocida como patrimonio de la humanidad por la Unesco.
La ciudad de Panamá fue reconstruida en 1673 en una nueva localización a 2 km al oeste-suroeste de la ciudad original a
las faldas del cerro Ancón, conocida actualmente como el Casco Viejo de la ciudad.

En 1821, luego de la independencia de Panamá de España y su unión voluntaria a la Gran Colombia de Simón Bolívar,
la ciudad de Panamá pasa de capital de Castilla del Oro y el ducado de Veraguas, a ser la capital del departamento del
Istmo. La unión a Colombia se llevó a cabo con intenciones autónomas que Colombia nunca aceptó. En 1830, 1831 y 1832,
Panamá se intentó separar de Colombia, pero la insistencia de Bolívar primero, y la razón de las armas luego, reunificaron
los territorios. Dentro de las 6 guerras civiles habidas en Colombia durante el siglo XIX, la ocurrida a mediados de siglo
ocasiona la separación de Panamá en 1840, adoptando el nombre de Estado del Istmo, por un año.

La fiebre del oro en California, en 1848, convirtió nuevamente al istmo como la ruta de viajeros que cruzaban camino a la
costa occidental de Norteamérica, devolviéndole el auge comercial a la ciudad. En 1855 empezó operaciones el ferrocarril
de Panamá, la primera vía férrea transoceánica desde la Ciudad de Panamá en el Pacífico hasta la costa atlántica del istmo.

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En 1868 ocurrió otra revuelta popular; y finalmente el 12 de agosto de 1903 el Senado Colombiano reunido en Congreso,
rechazó el Tratado Herrán-Hay para construir un canal por los Estados Unidos, por considerar que menoscababa su
soberanía. La razón real del rechazo era dejar caer la concesión hecha a la Compañía francesa del Canal, que vencía hacia
febrero de 1904, y así asumir la propiedad de sus haberes, y renegociar el tratado estipulando que los 40 millones de
dólares que irían a la compañía irían al Tesoro de Colombia. Los panameños se organizan y declaran la separación el 3 de
noviembre de 1903. Estados Unidos reconoce a los tres días el nuevo estado, e impide con su armada la acción de
Colombia para restablecer la autoridad central.

La República de Panamá declara su separación de Colombia y la ciudad de Panamá se convierte en la capital de la nueva
nación. Con los trabajos de construcción del canal de Panamá se mejoró la infraestructura de la ciudad en aspectos como
sanidad, la erradicación de la fiebre amarilla y la malaria, la reconstrucción de calles y alcantarillado, así como la
introducción del primer sistema de agua potable.

En noviembre de 1903, Panamá se independizaba de Colombia. Pocos días después, EE.UU. se apresuraba a reconocer el
nuevo país. Washington había apoyado la secesión, y ahora quería sacar tajada. Por medio del secretario de Estado, John
M. Hay, se aceleraron las negociaciones con el ingeniero francés Philippe-Jean Bunau-Varilla, que había sido nombrado
ministro plenipotenciario de la nueva república centroamericana. Ambos países acuerdan la cesión a EE.UU. de los
territorios y los derechos de explotación de un futuro canal en el istmo. El Tratado Hay-Bunau-Varilla se formalizó el 18
de noviembre de 1903. Al año siguiente empezaba la construcción del canal de Panamá.

En el siglo XVI, el explorador Vasco Núñez de Balboa descubrió la estrecha franja que separaba el Atlántico del Pacífico.
Pero el sueño de unir ambos océanos quedaba todavía lejos.

Los franceses fueron los primeros en intentar construir un canal en Panamá, en 1880. El ambicioso proyecto se encargó al
ingeniero Ferdinand de Lesseps, que había demostrado su talento en la exitosa construcción del canal de Suez, en Egipto.
Sin embargo, las dificultades económicas y las enfermedades torpedearon el plan. La empresa encargada de la edificación,
en la que trabajaba Bunau-Varilla, quebró, y las obras se paralizaron.

Fue entonces cuando Bunau-Varilla se trasladó a EE.UU. para persuadir al Senado de ese país de que financiase el proyecto
de un nuevo canal. Tras una intensa campaña de lobbying, lo consiguió. A su regreso a Panamá, Bunau-Varilla instigó,
junto con las oligarquías locales, la revuelta contra el gobierno colombiano que culminaría con la independencia
panameña.

Las obras ya podían empezar. En 1904, el estadounidense John F. Stevens trazó un nuevo plan sobre el nivel del mar. El
canal de Panamá permite cubrir los 82 km que separan el Atlántico y el Pacífico en apenas diez horas.

El canal no utiliza bombas para encauzar el agua. Solo se requiere de la fuerza de gravedad para que los barcos transiten
por un sistema de lagos artificiales y esclusas. Cada esclusa mide 33,5 m de ancho por 308,8 de largo, y se cierra con unas
compuertas de 750 toneladas cada una. Su altura varía en función de su ubicación a lo largo del recorrido, pero las más
altas miden 18 m.

Para llevar a cabo semejante construcción fueron necesarios 75.000 obreros, de los que 30.000 perderían la vida a causa
de los desplazamientos de tierra, la malaria y la fiebre amarilla. El canal de Panamá se inauguró oficialmente en agosto de
1914, tras estallar la Primera Guerra Mundial. El buque panameño Ancón fue el primero en cruzarlo. Por fin, el sueño de
unir los océanos se hacía realidad.

Punto 31: El pensamiento de Martí

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José Julián Martí Pérez (La Habana, 28 de enero de 1853, 19 de mayo de 1895) fue un escritor y político cubano. Político
republicano democrático, pensador, periodista, filósofo y poeta cubano, creador del Partido Revolucionario Cubano y
organizador de la guerra del 95 o guerra Necesaria, llamada así a la guerra de Independencia de Cuba. Perteneció al
movimiento literario del modernismo.“Héroe Nacional de Cuba”, pensador, periodista y poeta cubano, revolucionario de
la independencia contra España, nació en La Habana, un 28 de enero de 1853. Hijo de un valenciano y una canariense,
alimentó su espíritu de indignación y lucha tempranamente, tras acompañar a su padre en una visita a la zona de
Hanábana, en la provincia de Matanzas, cuando conoció los horrores de la esclavitud.

Un año más tarde, un batallón de voluntarios lo detuvo y acusó de escribir una carta dirigida a un conocido, quien se había
alistado en el ejército realista, a quien Martí le dedicaba duras palabras. Esto le valió la detención, primera condena a seis
años, y posterior perdón de la pena a cambio de la deportación a España. De regreso a Cuba, comenzó a conspirar para
lograr la independencia de la isla, previo al inicio de una segunda revuelta anticolonial. Por entonces, mientras trabajaba
como pasante de un abogado, Martí asistía a mitines secretos, pronunciaba discursos encendidos y presidía círculos
revolucionarios. La “Guerra chiquita”, como se le llamó al segundo importante intento independentista cubano, fracasó
rápidamente y José Martí fue nuevamente deportado a España. Pero lograría escapar y pronto llegaría a Estados Unidos,
país en que residiría, salvo una estadía de algunos meses en Venezuela, por cinco largos años.

En los años previos al inicio de la tercera y decisiva guerra por la independencia de Cuba, de 1895, Martí escribió
numerosos artículos y poemas, muchos de los cuales fueron publicados en periódicos de distintos países americanos,
entre ellos, el diario argentino La Nación. En tanto, reinició los preparativos revolucionarios, a sabiendas de que luchaba
no sólo por Cuba, sino por una “ancha patria continental”, a la cual acechaba el expansionismo norteamericano. Martí
sabía que, mientras Cuba se acercaba a su primera independencia, los países hermanos debían luchar por la segunda.
Martí fue fundador en 1892 del Partido Revolucionario Cubano, que no era precisamente un partido electoral, y de su
órgano de difusión Patria y, en contacto con muchos luchadores de las guerras anteriores -como el militar Máximo Gómez-
, sentó las bases del nuevo alzamiento popular. El Plan de la Fernandina preparado y financiado por el PRC fracasó al
enterarse las autoridades estadounidenses del mismo y prohibir la partida de la flotilla revolucionaria. Pero el proyecto
siguió adelante. El ejército mambí, repleto de campesinos macheteros, comenzó finalmente la guerra el 24 de febrero de
1895.

Martí fue alcanzado por tres disparos en un inesperado encuentro con tropas realistas. No pudo presenciar el final de una
guerra victoriosa, a la que sin embargo le faltaría -como creía para el resto del continente- una “segunda independencia”.
Murió el 19 de mayo de 1895 luchando por la independencia de su país y por la unión latinoamericana.

Uno de sus escritos más famosos, Nuestra América, publicado en la Revista Ilustrada de Nueva York, el 1º de enero de
1891 y el 30 del mismo mes en el diario mexicano El Partido Liberal. Martí advertía en este ensayo fundamental hace más
de un siglo sobre la gran amenaza que se cernía sobre América Latina con el naciente imperio de los Estados Unidos, al
que metaforiza como el gigante de las siete leguas o el pulpo. El autor plantea aquí desde el mismo título la necesidad de
reivindicar la identidad latinoamericana y reapropiarse del nombre América, que los Estados Unidos tendieron a
apropiarse para sí. El conocimiento de la propia tierra y sus habitantes es, para José Martí, clave para el gobierno de estos
territorios y señala el fracaso de intentar aplicar aquí fórmulas ajenas a nuestras culturas: “Las repúblicas han purgado en
las tiranías su incapacidad para conocer los elementos verdaderos del país, derivar de ellos la forma de gobierno y
gobernar con ellos”. Plantea la necesidad de conocer la identidad latinoamericana, y de difundir ideas y el conocimiento
como las armas más poderosas: “Una idea enérgica, flameada a tiempo, para a un escuadrón de acorazados”. Hacia el
final del ensayo Martí hace un llamado a la unión de Hispanoamérica: “el problema (…) puede resolverse, para la paz de
los siglos, con el estudio oportuno, y la unión tácita y urgente del alma continental”.

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Punto 32: El pensamiento de Sandino

Augusto Nicolás Calderón Sandino (Niquinohomo, 18 de mayo de 1895-Managua, 21 de febrero de 1934), más conocido
como Augusto César Sandino, fue un patriota y revolucionario nicaragüense. Fue un líder de la resistencia nicaragüense
contra el ejército de ocupación estadounidense en Nicaragua en la primera mitad del siglo XX. Su lucha guerrillera logró
que las tropas de los Estados Unidos salieran del país, no sin antes crear la Guardia Nacional y poner a su frente al general
Anastasio Somoza García quien, a traición, acabaría ordenando asesinar a Sandino por órdenes de la Embajada
norteamericana.

Se le considera Héroe Nacional de Nicaragua y se le llama «General de Hombres Libres». Sus ideales y enseñanzas fueron
retomados años más tarde, en la fundación del grupo marxista-leninista Frente Sandinista de Liberación Nacional, el
antiguo FSLN (original e histórico), por Carlos Fonseca Amador junto a otros compañeros. Hay que aclarar que la
reivindicación de Sandino y de su ideario, es hecha por otros grupos disidentes del actual Gobierno Sandinista.

Augusto Nicolás Calderón Sandino nació el 18 de mayo de 1895, en la ciudad de Niquinohomo (Departamento de Masaya,
Nicaragua), hijo ilegítimo de Gregorio Sandino (un adinerado cultivador de café), y Margarita Calderón, una indígena
sirvienta de la plantación de su padre. En 1904, a la edad de 9 años, es abandonado por su madre y enviado a vivir con su
abuela materna. Más tarde es enviado a vivir con la familia de su padre, donde debe trabajar como peón de la plantación
para ganar su hospedaje.

Sandino fue sobre todo un Antimperialista y un luchador por la Soberanìa de su país, y por la justicia social. Estuvo
vinculado a movimientos y líderes latinoamericanos revolucionarios y de izquierda; con gran influencia de la Revolución
Mexicana, de carácter agrarista y nacionalista,etc. Se relacionó fraternalmente, con el reconocido comunista salvadoreño
Farabundo Martí, y con sus contactos con otros movimientos y partidos del continente. Tuvo gran influencia del
liberalismo pero no el sentido librecambista y oligárquico, sino en el sentido del Liberalismo político progresista de finales
del siglo XIX, de raíces populares, antioligárquicas y democráticas, y que evolucionó hacia las primeras formas de
Socialismo autogestionario y cooperativista. Sandino en su momento se destacó como uno de los generales de la
revolución constitucionalista de 1925 en Nicaragua, que fue de carácter progresista y liberal, y posteriormente inicia su
gesta continental en contra de la ocupación estadounidense en Nicaragua.

En julio de 1912, a los 17 años, presenció la primera intervención de las tropas estadounidenses en Nicaragua, frente a
una sublevación liberal-conservadora en contra del presidente Adolfo Díaz, que contaba con el apoyo de Estados
Unidos. El general liberal Benjamín Zeledón (originario de La Concordia (Nicaragua), en Jinotega) murió en combate el 4
de octubre al ser desalojadas sus fuerzas de la fortaleza de El Coyotepe luego de feroces combates en La Barranca, ambos
sitios estratégicamente ubicados en la entrada de la ciudad de Masaya. El general Zeledón fue fusilado por las tropas
norteamericanas y conservadoras. El joven Sandino quedó impresionado con la imagen del patriota, cuyo cadáver era
llevado en una carreta de bueyes por los Infantes de Marina para ser sepultado en el pueblo de Catarina.

Después del retiro de las tropas estadounidenses en agosto de 1925 y tras el vencimiento de su pena en 1926, Sandino
regresó a Nicaragua el 10 de junio. Se dirigió primero hacia su pueblo natal, Niquinohomo, con la intención de iniciar un
negocio, pero su proyecto fue frustrado por Dagoberto Rivas, entonces alcalde del pueblo. Sandino se vio forzado a
abandonar nuevamente su pueblo natal, dirigiéndose hacia el Norte, a los departamentos de Nueva Segovia, Madriz,
Jinotega y Estelí, llamados comúnmente «Las Segovias». En ese contexto el caudillo conservador Emiliano Chamorro dio
un golpe de estado al presidente Carlos José Solórzano (del Partido Conservador), quien entrega el poder a su
vicepresidente constitucional, Juan Bautista Sacasa (del Partido Liberal). Chamorro obliga a renunciar a Sacasa y asume el
poder. A su vez EE. UU. no lo reconoce y lo obliga a renunciar, sustituyéndolo por Adolfo Díaz. Los liberales no aceptan
la violación flagrante de la Constitución por parte de los conservadores y los estadounidenses, y emprenden una nueva
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guerra civil, conocida como Guerra Constitucionalista (1926-1927), reclamando el regreso de Juan Bautista Sacasa al
poder, usando como base de operaciones la ciudad de Puerto Cabezas (Bilwi) en el departamento de Zelaya.

En medio de esta situación, Sandino procuró incorporarse al Ejército Liberal Constitucionalista. En un primer momento
acude donde José María Moncada, general en jefe del Ejército Liberal del Atlántico, pero éste, receloso de Sandino, le
negó las armas. Entonces Sandino y sus hombres, ayudados por las prostitutas de Puerto Cabezas, recogieron del agua un
buen lote de armas y municiones que habían sido quitadas a Sacasa (los marines no las habían destruido, sino que se
habían limitado a arrojarlas al mar). Hecho esto, emprenden el viaje a Las Segovias (su zona de operaciones) viajando en
pipante por las aguas del río Coco.

Sandino organiza su grupo de hombres que llegó a ser conocido como "Los Montañeses", con el cual ataca el cuartel
conservador en el poblado de El Jícaro el 2 de noviembre de 1926. Después de un exitoso bautismo de fuego, Sandino es
reconocido en filas del Ejército Liberal Constitucionalista por los jefes militares liberales, designado general en jefe del
Ejército Liberal de Las Segovias, convertida en base de su zona de operaciones hasta llegar a controlar Jinotega. Alcanzó
varias victorias sobre las tropas conservadoras, lo que a su vez atrajo efectivos a su columna, la llamada Columna
Segoviana, que en su momento llegó a contar con 800 hombres de caballería. En parte gracias a los triunfos de Sandino,
los liberales tomaron la iniciativa en la guerra y empezaron el avance general hacia el Pacífico.

Chinandega fue recuperada por los Constabularios luego de varios días de cruentos combates, y la destrucción casi total
de la ciudad. El 19 de febrero, una compañía de marines ocupó la ciudad, trayendo con ellos gran cantidad de alimentos
y medicinas. Para entonces, el número de marinos estadounidenses en Nicaragua había ascendido a 5000 y 464 oficiales
norteamericanos se encontraban en el territorio participando activamente en los conflictos internos de Nicaragua. Viendo
que ahora el peligro de una intervención directa de EE. UU. contra los liberales es inminente, el jefe del ejército liberal,
José María Moncada, decide pactar. Aceptó la continuidad del gobierno conservador hasta las elecciones de 1928, en las
que él (y no Sacasa) será el candidato liberal (en una flagrante traición a quien en teoría era su jefe). A este acuerdo
firmado el 4 de mayo se le denominaría Pacto del Espino Negro.

Los únicos que se niegan a reconocer el ignominioso 'tratado de paz' fueron Sequeira en Chinandega y Sandino en Nueva
Segovia. Sandino se opuso a la paz impuesta por las fuerzas de ocupación y se retira al inexpugnable cerro El Chipote,
donde tenía su base principal y como respuesta a la acción tomada por Moncada, Sandino manifestó una de sus más
célebres frases: «No me vendo, ni me rindo. Yo quiero patria libre o morir». Enarbolando ahora una bandera roja
(liberal) a la que decidió agregarle una franja negra, simbolizando con esto que la lucha sería hasta conseguir la libertad
o la muerte.

Con apenas veintinueve hombres (eran 30 con él) y 40 rifles, Sandino inicia una guerra nacional contra el invasor
estadounidense y los gobiernos entreguistas de Díaz y Moncada; animando primero a los campesinos neosegovianos y
luego a todos los nicaragüenses a la lucha armada.

El 2 de septiembre de 1927 Sandino, a través de un manifiesto, le da un giro a su lucha: ya no se trata de una guerra
civil, sino una lucha entre patriotas e invasores; pues tanto conservadores como liberales habían pedido la intervención
de los marines estadounidenses. Como consecuencia de esto, en las calles, las personas solían decir: «Cinco liberales y
cinco conservadores suman diez bandidos». Poco a poco Sandino incrementó sus efectivos, hasta llegar a ser unos 6000,
quienes conformaban el llamado Ejército Defensor de la Soberanía Nacional (EDSN); esto debido en parte a los desmanes
cometidos por los infantes de marina estadounidenses, quienes acostumbraban violar mujeres campesinas en los lugares
que ocupaban.

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En la histórica batalla de Ocotal el día 16 de julio de 1927, donde Sandino, después de tomar casi toda la ciudad y obligar
a los marines y a los Guardias Nacionales a atrincherarse en las dos manzanas centrales, es forzado a la retirada luego de
que sus tropas fueran diezmadas por aviones de la marina estadounidense que bombardean y ametrallan la ciudad.
Sandino se retiró sin mayores problemas, mientras la población civil de Ocotal sufría el primer bombardeo aéreo por un
escuadrón de aviones de la historia de la aviación militar; hacía tan solo seis meses antes que la ciudad de Chinandega
había sufrido el primer bombardeo aéreo de Centroamérica durante la batalla de Chinandega.

En este primer combate, Sandino fue derrotado por el entrenamiento y poder de fuego de los marines. Esto fue
aleccionador para él, decidió emplear a partir de ese momento la guerra de guerrillas.

La formación de la Guardia Nacional

Notando los oficiales estadounidenses que los marines no eran capaces de derrotar a los soldados de Sandino, decidieron
emplear la táctica de enfrentar a nativos contra nativos. Por lo tanto, dieron comienzo a la conformación de un nuevo
ejército nicaragüense, la llamada Guardia Nacional de Nicaragua, entrenado, equipado y financiado por EE. UU., y
comandado por oficiales estadounidenses. Si bien esto significó un aumento considerable de las tropas que combatían a
Sandino, no influyó en el curso de la guerra de forma significativa.

Lejos de ello, los sandinistas expandieron sus zonas de operaciones más allá de Las Segovias alcanzando zonas de Jinotega,
Matagalpa, Chontales, Boaco, Chinandega, León, la costa Caribe e incluso la capital Managua, estuvieron dentro del radio
de acción de las tropas de Sandino. Las propiedades de los estadounidenses eran destruidas en los numerosos ataques
sandinistas (destino del que no se libraron las plantaciones de la United Fruit Company), y los colaboracionistas que eran
capturados eran sumariamente ejecutados por considerarlos Sandino «traidores a la Patria».

Finalmente llega al poder en EE. UU. el presidente Franklin Delano Roosevelt. Obligado por problemas domésticos de
mayor importancia (la Gran Depresión), proclama la «política de buena vecindad, lo que significaba la retirada de todas
las fuerzas militares de EE. UU. de los países de la cuenca del Caribe, incluyendo Nicaragua. Sin embargo, conscientes de
su derrota, ya desde hacía algún tiempo los marines preparaban su retirada: paulatinamente dejaron de participar en los
combates, y no sólo entrenaban clases y soldados, sino también oficiales nativos. En enero de 1933 las fuerzas
estadounidenses oficialmente abandonaron el territorio nicaragüense, sin haber podido matar o capturar a su enemigo,
y menos aún vencerlo.

El 21 de febrero de 1934 al bajar la loma de Tiscapa, después de una cena con Sacasa, es capturado y posteriormente
asesinado con los generales Francisco Estrada y Juan Pablo Umanzor por orden de Somoza García. Poco antes, su hermano
Sócrates había corrido la misma suerte. El coronel Santos López, quién participará posteriormente en la fundación del
Frente Sandinista de Liberación Nacional, logra escapar.

El 23 de agosto de 1934, el Congreso decreta una amnistía para todos los crímenes cometidos por la Guardia Nacional.

Punto 33: América Latina: De los congresos panamericanos al nacimiento de la OEA

Congresos Panamericanos.

Las Conferencias Panamericanas, Interamericanas, o Internacionales Americanas, fueron una serie de reuniones de
delegados, ministros de relaciones exteriores y presidentes de las naciones de América que se celebraron entre 1889 y
1954 dentro de las ideas y principios del panamericanismo.

Sus antecedentes están en el Congreso de Panamá convocado por Simón Bolívar en 1826. Estuvieron representados los
gobiernos de Colombia, Guatemala, México, Perú y EE. UU. Sin embargo una futura reunión nunca se realizó.
90
Posteriormente hubo una serie de intentos de convocatorias y reuniones diplomáticas y jurídicas sin muchos resultados
hasta 1889 con la convocatoria de EE.UU a la Primera Conferencia que conforma de a poco un sistema de cooperación
comercial y técnico. Así como la creación de una legislación y diplomacia hemisferica dentro del llamado sistema
interamericano expresado en la OEA.

La Primera Conferencia Panamericana (1889-1890) fue una iniciativa de EE. UU. para aumentar su comercio con el resto
de América del Sur. El Congreso de los EE. UU., paso una resolución para una conferencia que considerara medidas para
preservar la paz, la formación de una unión aduanera, establecer mejores comunicaciones entre los puertos, la adopción
del padrón de plata, uniformidad en sistemas de pesos y medidas, derechos de patentes, autor y marcas, medidas
sanitarias y de cuarentena para los barcos. La Conferencia se celebró en Washington DC entre el 2 de octubre de 1889 y
19 de abril de 1890. Todos los gobiernos del hemisferio, salvo República Dominicana asistieron. Se estableció la Oficina
Internacional de Repúblicas Americanas.

II Conferencia Panamericana de 1901 se celebró en México. Se aprueba la creación de la OPS; Organización Panamericana
de la Salud.

III Conferencia Panamericana de 1906 en Río de Janeiro;

IV Conferencia Panamericana de 1910 en Buenos Aires. En la cual la Oficina Internacional de Repúblicas Americanas pasa
a llamarse Unión Panamericana;

V Conferencia Panamericana de 1923 en Santiago de Chile. Aprueba la Convención de Gondra;

VI Conferencia Panamericana de 1928 en La Habana; donde asiste por primera vez un Presidente de los EE.UU.: Calvin
Coolidge

VII Conferencia Panamericana de 1933 en Montevideo;

Conferencia interamericana de Consolidación de la Paz de 1936 celebrada en Buenos Aires, donde asiste el Presidente de
los EE.UU., (Franklin Delano Roosevelt);

VIII Conferencia Panamericana de 1938 en Lima;

Conferencia Interamericana sobre Problemas de la Guerra y de la Paz marzo de 1945 en Chapultepec (México);

Conferencia Interamericana para el Mantenimiento de la Paz y la Seguridad del Continente realizada en Río de Janeiro en
1947. Se establecen las bases del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) o Tratado de Río;

IX Conferencia Panamericana de 1948 en Bogotá. Se crea la OEA por medio del Carta de la Organización de los Estados
Americanos en sustitución de la Unión Panamericana y además se aprueban el Tratado Americano de Soluciones Pacíficas
y la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.

Cabe recordar que durante el transcurso de esta conferencia se presentaron los acontecimientos del "Bogotazo" a causa
de la muerte del líder socialista del Partido Liberal Colombiano Jorge Eliécer Gaitán.

X Conferencia Panamericana de 1954 en Caracas. Se aprueba resoluciones sobre propaganda y actividades subversivas.
Abolición de la segregación racial y el fin del colonialismo en el hemisferio. Ésta es la última Conferencia Interamericana,
la de Quito programada para 1961 fue aplazada, desde entonces se realizan reuniones de ministros de asuntos exteriores
o conferencias especiales bajo auspicios de la OEA.

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Otras reuniones importantes [editar]Reuniones importantes son las celebradas entre 1939-1942 con motivo de la
Segunda Guerra Mundial

I Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores (Panamá, septiembre-octubre de 1939);

II Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores (La Habana, julio de 1940); y

III Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores (Río de Janeiro, enero de 1942).

En dichas reuniones se fija la posición de los países americanos con respecto a la Segunda Guerra Mundial. EE.UU. logra
que se aprueben las declaraciones de guerra en contra de Alemania, Italia y Japón o por lo menos una neutralidad más
proclive a los países aliados. Colaboración y coordinación con el esfuerzo de guerra de EE.UU.. Coordinación y cooperación
en operaciones militares y de inteligencia. Forma de tratar a los espías y nacionales de Alemania, Italia y países aliados.
Para ello se crea en 1942 la Junta Interamericana de Defensa, encargada de estudiar y sugerir medidas de defensa militar
del continente americano.

Sus antecedentes, según algunos historiadores, están en el Congreso de Panamá convocado por Simón Bolívar en 1826
en la ciudad de Panamá, para crear una federación de países hispanoamericanos independientes. Se desarrolló entre el
22 de junio y el 5 de julio de 1826 y contó con la participación de la Gran Colombia, México, Perú, Bolivia y Guatemala.
Enviaron observadores Gran Bretaña y los Países Bajos, pero no acudió Estados Unidos, que había sido invitado. Se acordó
un tratado perpetuo de unión y confederación, la creación de un Ejército interamericano para la defensa común y la
renovación bianual del Congreso, al que se podrían sumar otros países. Debido a las rivalidades entre los distintos países
y a la oposición de Estados Unidos, que no deseaba la formación de un sistema de estados federados en América del Sur,
los acuerdos sólo fueron ratificados por la Gran Colombia y no tuvieron consecuencias efectivas. Logró reunirse en una
segunda ocasión, a convocatoria de México, muy pocos años después.

A principios de 1831 México buscó reunir a los gobiernos en torno a un acuerdo comercial con el compromiso de asistir
a la asamblea general que debía constituirse. En 1841 se dio por fracasado el intento.

El Primer Congreso de Lima: el 9 de noviembre de 1846 Perú extendió una invitación que logró reunir a Perú, Bolivia,
Chile, Ecuador y Nueva Granada entre el 11 de diciembre de 1847 y el 1 de marzo de 1848 en Lima. Aunque se lograron
algunas declaraciones sobre confederación, comercial, postal y consular, solo la última fue ratificada.

El 15 de septiembre de 1856, Perú, Ecuador y Chile celebraron en Santiago el Tratado Continental de Unión
Confederativa. Se acordaron una ciudadanía confederada; alianza contra las agresiones extranjeras; trato nacional a las
naves y a los bienes producidos por los confederados; adopción de un mismo sistema de monedas, pesos y medidas, etc.
No fue ratificado por ninguno de los congresos nacionales.

En agosto de 1861, la cancillería peruana convocó a la creación de una “alianza defensiva para rechazar la reconquista
europea en el caso de que se pretenda, cualquiera que sea el nombre con que se la disfrace y la potencia que acometa
realizarla”. En marzo siguiente, las legaciones hispanoamericanas en Washington firmaron ad referendum un protocolo
con las bases de la alianza americana. Sin embargo, la consecuente adhesión a un tratado de respeto por las soberanías,
de no intervención en asuntos internos y la sustitución de la Doctrina Monroe por tratado multilateral, no prosperaron.

El Segundo Congreso de Lima: sesionó en Lima desde el 14 noviembre de 1864 y por espacio de cincuenta y seis
conferencias hasta su clausura el 13 de marzo de 1865. Ocurrió durante los inicios de la Guerra hispano-sudamericana.

La falta de éxito y la Edad de oro de la Doctrina Monroe, permite a Estados Unidos posicionarse como falso heredero de
los congresos de unión hispanoamericana de 1826, 1847, 1856 y 1865. En 1889 EE.UU. convoca a la Primera Conferencia
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que conforma de a poco un sistema de cooperación comercial y técnico. Así como la creación de una legislación y
diplomacia hemisferica dentro del llamado sistema interamericano expresado en la Organización de Estados
Americanos (OEA), que se crea más tarde en la Conferencia Panamericana de Bogotá en 1948 y 1965.

Las Conferencias panamericanas o interamericanas

La Primera Conferencia Panamericana (1889-1890) El congreso de los EE.UU. por medio de ley del 24 de mayo de 1888
aprobó la citación a una conferencia que considerara regulaciones en materia económica, la formación de una unión
aduanera, establecer mejores comunicaciones entre los puertos, la adopción del patrón plata, uniformidad en sistemas
de pesos y medidas, derechos de patentes, autor y marcas, medidas sanitarias y de cuarentena para los barcos. La
Conferencia se celebró en Washington DC entre el 2 de octubre de 1889 y 19 de abril de 1890. Todos los gobiernos del
hemisferio, salvo República Dominicana asistieron. Se estableció la Oficina Internacional de Repúblicas Americanas.

II Conferencia Panamericana de 1901-1902 se celebró en México. Se aprueba la creación de la OPS. Se recomendó la


construcción de las líneas complementarías del “Ferrocarril Intercontinental” pasando éste por las diferentes Repúblicas,
uniendo los sistemas de los Estados Unidos con los de la Argentina y ligando, hasta donde lo permitan los intereses
comunes, las principales ciudades situadas en el trayecto del ferrocarril; o en caso de que este último fuera inconveniente,
trazando ramales que unan esas ciudades con la línea troncal; y en fin, utilizando las líneas en explotación hasta donde
sea posible y compatible con el trazo y condiciones del “Ferrocarril Intercontinental.”

III Conferencia Panamericana de 1906 en Río de Janeiro Estuvo caracterizada por dos cuestiones principales: primero,
por el avance de la influencia norteamericana y del panamericanismo sobre América Latina. Para esta época ya poseía
control sobre el canal de Panamá, derivado del apoyo que prestó al proceso independentista panameño quien le brindo
el control perpetuo de una sección del canal. Para poder consolidar el sistema panamericano el gobierno norteamericano
tenía la clara intención de evitar cualquier tema polémico con la finalidad de crear un ambiente cordial entre las naciones
participantes. Por otra parte, Estados Unidos había establecido dos protectorados, uno en Puerto Rico y el otro en Cuba.
El segundo elemento característico del evento fue la discusión de un sistema de arbitraje para solucionar problemas
entre las naciones de la región y evitar conflictos bélicos. Las 19 Delegaciones participantes votaron a favor del arbitraje
y decidieron que en la Conferencia de la Haya se estableciera una convención que regulara este procedimiento.

El tema del arbitraje fue uno de los que más fricciones causo entre los participantes de la Conferencia de Río de Janeiro.
Algunos países como Bolivia o Perú propusieron un sistema de arbitraje compulsivo; otros, como Argentina, se buscabas
el establecimiento de un sistema en el que la intervención militar quedara prohibida. Estados Unidos fue uno de los
principales detractores de esta medida, debido a que era simpatizante de la “política del garrote”.

IV Conferencia Panamericana de 1910 en Buenos Aires En la cual la Oficina Internacional de Repúblicas Americanas pasa
a llamarse Unión Panamericana;

V Conferencia Panamericana de 1923 en Santiago de Chile. Aprueba la Convención de Gondra (TRATADO PARA EVITAR
O PREVENIR CONFLICTOS ENTRE LOS ESTADOS AMERICANOS). La propuesta para crear una Liga de Naciones Americanas
se debió al sentimiento generalizado de promover la paz en mundo. Era vista como el ejemplo que América daría al resto
de los países para alcanzar dicho objetivo. Además, se le veía como especie de liga de protección de la soberanía
americana, en la que, si alguno de los países era agredido por otro de la región, los demás actuarían en la defensa del
agraviado. El proyecto fue presentado por Andrew Carnegie quien argumentó que urgía desterrar la guerra del Continente.
El borrador del proyecto fue realizado por Wilson quien retomaba las ideas de Simón Bolívar en su ideal de fraternidad
americana.

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VI Conferencia Panamericana de 1928 en La Habana; donde asiste por primera vez un Presidente de los EE.UU.: Calvin
Coolidge, además se aprobó el Código de Derecho Internacional Privado.

VII Conferencia Panamericana de 1933 en Montevideo; donde se declara la llamada Política de buena vecindad iniciativa
política creada y presentada por la administración del gobierno estadounidense presidido por Franklin D. Roosevelt en lo
referente a sus relaciones con América Latina durante los años 1933-1945, cuando la intervención de Estados Unidos en
los asuntos internos de los países latinoamericanos fue Moderándose (Estados Unidos había invadido abiertamente varios
países de la región en los primeros años del siglo XX, como Cuba, México, Haití, Panamá, República Dominicana o
Nicaragua). Buscaba particularmente la solidaridad hemisférica contra amenazas exteriores, en especial de las potencias
del eje durante la Segunda Guerra Mundial, por lo tanto, esta política influyó en que todas las naciones latinoamericanas
apoyaran a Estados Unidos en dicho conflicto bélico. Se firma el tratado de la Convención de Montevideo un tratado
internacional firmado en Montevideo, Uruguay, el 26 de diciembre de 1933, en esta conferencia, el Presidente de Estados
Unidos Franklin D. Roosevelt y su Secretario de Estado Cordell Hull, declararon la llamada Política de buena vecindad, la
cual se oponía a la intervención estadounidense en los asuntos de los países de América. Este fue un intento diplomático
de Roosevelt para revertir la percepción de imperialismo estadounidense, sembrada por las políticas instauradas por quien
ocupara su oficina 30 años antes, Theodore Roosevelt. Y todos los países por unanimidad aprueban la Bandera de la
Hispanidad.

VIII Conferencia Panamericana de 1938 en Lima;

Conferencia Interamericana sobre Problemas de la Guerra y de la Paz marzo de 1945 en Chapultepec (México);

Conferencia Interamericana para el Mantenimiento de la Paz y la Seguridad del Continente realizada en Río de Janeiro en
1947. Se establecen las bases del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) o Tratado de Río;

IX Conferencia Panamericana de 1948 en Bogotá. Esta se convierte en la conferencia panamericana más importante ya
que se crea la OEA por medio de la Carta de la Organización de los Estados Americanos en sustitución de la Unión
Panamericana y además se aprueban el Tratado Americano de Soluciones Pacíficas y la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre. Cabe recordar que durante el transcurso de esta conferencia se presentaron los
acontecimientos del "Bogotazo" a causa del asesinato del líder del Partido Liberal Colombiano Jorge Eliécer Gaitán. Por
esta razón la conferencia tuvo que ser trasladada más al norte de Bogotá y tuvo lugar en el Gimnasio Moderno.

X Conferencia Panamericana de 1954 en Caracas. Se aprueban resoluciones sobre propaganda y actividades subversivas,
abolición de la segregación racial y el fin del colonialismo en el hemisferio. El Pacto de Caracas consistió, ante todo, en el
reconocimiento real del papel dirigente del Ejército Rebelde comandado por Fidel Castro en la lucha de liberación. Amplió
el frente de las fuerzas que estaban en contra de la dictadura y de hecho abrió por primera vez, las puertas a los comunistas
para su entrada formal en él, pues subrayó la necesidad de unir, sin excepción a todos los partidos y organizaciones de la
oposición. El pacto paralizó en gran medida las maniobras de aquellos politiqueros oposicionistas que continuaban
buscando un arreglo con Batista a espaldas del pueblo y contra el movimiento revolucionario. Fue por su esencia un
documento declaratorio. Los líderes de los partidos burgueses de la oposición no se apresuraron en cumplir el convenio
para elaborar su programa de acción concreto. Establecía el peligro del “comunismo internacional” y la invasión de
Guatemala orquestada por el secretario de estado John Foster Dulles. Ésta es la última Conferencia Interamericana, la de
Quito programada para 1961 fue aplazada, desde entonces se realizan reuniones de ministros de asuntos exteriores o
conferencias especiales bajo auspicios de la OEA.

Punto 34: Guerra boliviana paraguaya

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La Guerra del Chaco (1932-1935) fue una guerra entre Bolivia y Paraguay para el control de la región del Chaco. A pesar
de su escasa población, esta región es importante desde el punto de vista estratégico porque permite tener acceso al
Océano Atlántico.

Bolivia ya había perdido el acceso al Océano Pacífico durante la Guerra del Pacífico.

La guerra del Chaco se libró desde 1932 hasta 1935 entre Bolivia y Paraguay por el control de la región del Chaco Boreal;
pese a su aridez y escasa población, el control de la misma motivó la contienda por el valor estratégico del río Paraguay,
que la surca. El dominio del río abriría la puerta al océano Atlántico al país que dispusiese de él, una ventaja crucial para
los únicos dos países no costeros de Sudamérica y una cuestión nacional para Bolivia, que había perdido el acceso al
océano Pacífico en la llamada guerra del Pacífico de 1879. El descubrimiento de yacimientos petrolíferos en la precordillera
andina alimentaba además la hipótesis del que el Chaco albergaría también reservas explotables.

La guerra del Chaco fue la primera guerra moderna en la historia de Latinoamérica; el enorme despliegue de material
bélico y municiones no tiene comparación con ningún otro conflicto en la región a lo largo del siglo, ni siquiera la guerra
de Malvinas de 1982. Durante tres años, 250.000 soldados bolivianos y 150.000 paraguayos se enfrentaron en los
cañadones chaqueños. La malaria y otras enfermedades, al igual que la falta de agua diezmaron más los ejércitos que las
balas. En lo económico la guerra fue un desastre para ambos países. Años después se descubrió que no existían más
yacimientos petrolíferos aparte de los que ya se habían descubierto en la precordillera boliviana del Chaco.

Desarrollo

La guerra comenzó en 1932 cuando una expedición militar boliviana encuentra una laguna hacia el corazón de la zona en
conflicto. Esta laguna se la bautiza como Laguna Chiquisaca. Al ocupar la laguna, el ejército boliviano desaloja a los pocos
paraguayos que custodiaban el lugar, los 18 hombres que conformaban la expedición realizaron una descarga de fusilería,
el 15 de junio, ocupando el fortín paraguayo que se identificó luego como Carlos Antonio López. La laguna había sido
descubierta un año antes por los paraguayos, y fue bautizada como laguna Pitiantuta. Su valor era estratégico para
provisión de agua. Durante la larga guerra los Paraguayos usaron el estilo de envolvimiento, siempre procurando tener
superioridad numérica pese a que Bolivia contaba con una población tres veces mayor en ese tiempo. Mientras los
bolivianos usaron armas caras y modernas, los paraguayos usaron armas más convencionales. El 23 de noviembre de 1934
los generales bolivianos frustados por el progreso de la guerra destituyeron al presidente Daniel Salamanca, que estaba
visitando el cuartel general en Villamontes, y lo sustituyeron por el vicepresidente José Luis Tejada Sorzano. Durante todo
este tiempo Paraguay fue ayudado con armas e inteligencia por la Argentina.

El 12 de junio de 1935 fue declarado un cese de hostilidades. En ese momento Paraguay controlaba una gran parte del
Chaco. Poco antes, el ejército paraguayo había llegado hasta el río Parapití, límite expreso de su aspiración territorial, y lo
cruzó tomando la ciudad de Camiri, amenazando las ciudades de Santa Cruz, Tarija y Sucre. Hacia la cordillera, el Paraguay
tomó las poblaciones de Crandaití, Izozog y la importante ciudad de Villamontes.

El conflicto pasó de ser un conflicto por el Chaco, y se convirtió en un conflicto por la posesión de los pozos petroleros que
Bolivia explotaba en la cordillera. Sin embargo, los paraguayos fueron repelidos hasta las cercanías de lo que hoy es la
frontera definitiva entre Paraguay y Bolivia. Luego, se hizo la paz.

Después de largas y penosas negociaciones, el tratado para terminar la guerra fue firmado en Argentina el 21 de julio de
1938. El canciller argentino Carlos Saavedra Lamas (1878-1959), convocó a la Conferencia de Paz de Buenos Aires. Había
ganado por su pericia y mediación diplomática el Premio Nóbel de la Paz de 1936, por su labor en pro de la paz en general,

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y en particular por haber inspirado el "Pacto antibélico Saavedra Lamas", firmado por 21 naciones y convertido en un
instrumento jurídico internacional. Tuvo un papel brillante como mediador para finalizar la guerra del Chaco.

Paraguay resultó el vencedor al conquistar las 3/4 partes del Chaco Boreal. Bolivia recibió una pequeña área hacia el río
Paraguay, hoy día llamado Puerto Busch.

Antecedentes

La región central sudamericana conocida como Chaco se divide en tres regiones: el Chaco Gulamba, desde el río Bermejo
en Argentina hasta el río Pilcomayo fronterizo con Paraguay; el Chaco Boreal, desde el Pilcomayo hasta el río Paraguay
fronterizo con Brasil; y el Chaco Pantanoso o Pantanal Brasileño.

Las controversias sobre la soberanía del Chaco Boreal comenzaron desde la independencia misma del Paraguay de la
Corona Española en 1811; casi de inmediato se hicieron sentir las presiones portuguesas por anexarse el territorio de la
nueva república. A raíz de esto, el nuevo gobierno paraguayo comenzó de inmediato la construcción de fortalezas sobre
el río Paraguay para contener el avance de los bandeirantes, mercenarios al servicio de la corona de Portugal. Una en
particular (Fuerte Borbón, hoy Olimpo) fue construida en el alto Chaco Boreal, donde desde entonces se asentaron las
tropas paraguayas.

Al independizarse el "Alto Perú", la actual Bolivia (1825), reclamó como herencia el territorio de la Real Audiencia de
Charcas —que comprendía el Chaco Boreal, entre otros territorios—, basándose en el principio jurídico de uti possidetis
iure, utilizado anteriormente por Portugal para justificar la expansión de sus posesiones brasileñas. Sin embargo, Paraguay
siempre hizo uso de facto del territorio chaqueño.

Finalizada la guerra de la Triple Alianza en 1870, Paraguay y Argentina acordaron someter la disputa del territorio
chaqueño a arbitraje, con propósito de evitar un reinicio de las hostilidades. Fue elegido árbitro el entonces presidente de
los Estados Unidos Rutherford B. Hayes, quien el 23 de noviembre de 1878 falló a favor de Paraguay. Los derechos de
Paraguay sobre la región parecieron así confirmarse. Sin embargo, de inmediato Bolivia anunció su desacuerdo con el
fallo, iniciándose así una larga batalla diplomática

Tratados sobre el Chaco

Desde principios del siglo XX se firmaron varios tratados entre Paraguay y Bolivia, en los que la mediación de otros países
limítrofes y de la Liga de las Naciones buscó evitar el conflicto armado; ninguno de ellos, sin embargo, obró efectos
duraderos, ya que no lograron armonizar los intereses de ambos firmantes.

El principal inconveniente era que Bolivia quería disponer de un puerto sobre el margen oeste del río Paraguay, en una
zona accesible a barcos de tonelaje respetable, o incluso disponer de territorio en la margen este, para tomar como capital
de su nuevo departamento a la ciudad de Concepción. Esta zona —a unos 250 km al sur de Bahía Negra, el poblado
paraguayo más septentrional sobre el río Paraguay— hubiera cortado al país en dos, por lo que resultó inaceptable para
los paraguayos, afectados por la debacle de la Guerra de la Triple Alianza; estos propusieron como frontera noroeste con
Bolivia el río Parapití, que a su vez pareció excesivamente restrictivo al gobierno boliviano.

Ocupación del territorio

Paralelamente a las conversaciones diplomáticas, Bolivia comenzó en 1905 a asentar pequeños destacamentos, llamados
"fortines", en la zona disputada del Chaco, siguiendo la margen norte del Río Pilcomayo, y por otro lado hacia el Río
Paraguay, buscando control de las escasas fuentes de agua dulce del Chaco. Debido a que las capas freáticas menos

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profundas y la mayoría de las escasas surgentes del Chaco contienen sal y otros minerales en proporciones que la hacen
no potable, el dominio sobre las surgentes potables suponía el control efectivo del territorio.

La reacción paraguaya se hizo esperar, entre otras razones, por la inestable situación del país, sujeto desde 1904 a una
sucesión de golpes de estado, revoluciones y guerras civiles; las cuestiones territoriales ocuparon un segundo plano
respecto al ordenamiento institucional. Sin embargo, eventualmente el ejército comenzó a tomar posesión del territorio
de manera similar, estableciendo pequeños fortines y tratando de encontrar y controlar las fuentes de agua dulce. La
situación era propicia para que, tras el encuentro de las fuerzas, se iniciaran abiertamente las hostilidades.

Hacia estas fechas llegó a Asunción un grupo de inmigrantes menonitas a los que el gobierno otorgó en 1928 territorios
para colonizar en plena región chaqueña; la ocupación civil de parte paraguaya también daba inicio.

En 1928, un incidente en el fortin Samaklay, costó la vida del teniente paraguayo Rojas Silva y su unidad, como respuesta
se generaron violentas prototestas estudiantiles en Asunción. La Guerra parecía inevitable El conflicto lo desencadenó el
Incidente de Laguna Chuquisaca.

Punto 35: Efectos de la caída del patrón oro, crisis obreras. Brasil: el “Estado Nuevo” de Getulio Vargas

Brasil: el “Estado Nuevo” de Getulio Vargas

Brasil, a diferencia de los demás Estados en Sudamérica, no nació a la vida independiente como república. En su lugar se
proclamó más bien un Imperio.

Esta circunstancia estuvo determinada desde el momento en que las potencias ibéricas (España y Portugal) se vieron
envueltas en las guerras napoleónicas en Europa. Cuando Napoleón entró a la península con su ejército depuso al Rey de
España Fernando VII y tenía la firme intención de hacer lo mismo en Portugal, pues eran los portugueses, como aliados
de Inglaterra, que se oponían a someterse al bloqueo comercial que Francia había impuesto a Gran Bretaña.

Los diversos rumbos de las colonias portuguesas y españolas en América estuvieron marcados desde el momento en que
el rey de España cae preso de Napoleón mientras que la reina portuguesa María I, su regente y su corte alcanzaron a huir,
con ayuda inglesa, a sus colonias en América.

De este modo, si bien Portugal caería en manos de Napoleón, los reyes no serían sus prisioneros, generando un vacío
de poder en sus colonias (como sucedió con las colonias españolas). En Brasil, en cambio, la monarquía portuguesa
fortaleció su dominio instalando un reino unido del Portugal y Brasil con sede en Río de Janeiro. Más aún en 1816, el
regente se coronó Rey en lugar de la reina enferma con el nombre de Juan VI.

Una vez vencido Napoleón en Europa y restauradas las monarquías del antiguo régimen en Europa, no tuvieron paz por
el movimiento liberal generado por las ideas de la Revolución Francesa. Entonces se crearon movimientos para
constitucionalizar las monarquías de tal modo que los reyes accedieran a someterse a una constitución. Eso sucedería
también en Portugal en la que el Rey, Juan VI, fue llamado ante la convulsión que vivía el país. Juan VI se vio en un
verdadero dilema, pues no podía dejar de retornar al Portugal, pues corría el riesgo inminente de perder el trono allá. Sin
embargo, en Brasil también se habían desarrollado protestas y sublevaciones, algunas liberales, otras francamente
independentistas. Dejar el Brasil, podía significarle perder este territorio para su reino.

Juan VI, envuelto en su dilema, optó por acudir al llamado de Portugal en 1821, pero dejar en Brasil como regente a su
Hijo, don Pedro, que debía hacer frente al franco estado de rebelión que existía allá, en parte por la influencia de
la guerra independentista hispanoamericana.

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La situación se puso todavía más compleja cuando las cortes en Lisboa (una especie de parlamento) reclamaron que el
Brasil retornará a su calidad de colonia, exigiendo además también el retorno del príncipe, don Pedro. Si el príncipe se
hubiese sometido al deseo de las cortes, la situación en el Brasil hubiera evolucionado hacia una guerra independentista
como en el resto del continente.

Eso lo sabía muy bien Pedro y por este motivo, se negó a obedecer el llamado de Lisboa y ante la exigencia se puso en
franca sublevación, convocando a un congreso de procuradores de las provincias del Brasil, los que a su turno convocaron
a una Asamblea Constituyente.

Las cortes de Lisboa desautorizaron todo lo ocurrido en Brasil, intentando retrotraer los acontecimientos. Entonces Pedro
en una proclama conocida como el "grito de Ipiranga" declaró al Brasil imperio soberano y se proclamó como Pedro I,
emperador del Brasil. De este modo nació Brasil a la vida independiente.

La República tardaría en proclamarse hasta 1889 en la que un pronunciamiento militar encabezado por el general Manuel
Deodoro de Fonseca derrocaría al emperador Pedro II, hijo del fundador del Imperio del Brasil. Para eso se debieron
fortalecerse las posiciones liberales en luchas contra el conservadurismo del emperador, que inicialmente y, como una
concesión había proclamado en 1871 la "ley de libertad de vientres" que implicaba que los hijos de los esclavos de ese
entonces recién serían libres. La lucha por el abolicionismo de la esclavitud fue solo una de las expresiones de la pugna
entre conservadores y liberales.

El fondo económico de la lucha radicaba, más bien en la pugna entre los terratenientes del noreste que hacían uso de
mano de obra esclava y de los cafeticultores del sur que deseaban implantar una economía de tipo capitalista para
exportar el café.

Cuando los liberales tomaron el poder se dieron facilidades a las inversiones extranjeras y se promovió
la exportación masiva del café consolidando economías de enclave como en el resto de la región.

La caída de la "República vieja".

De este modo, el Brasil –convertido ya en república, denominada en la historia como "República vieja"- desarrollaría
su economía hacia una dependencia cada vez mayor de la exportación de café. Tal es así que en 1930, el 71 % del valor de
sus exportaciones provenían del café.

Esta situación económica tenía una correspondencia en la estructura política del país con la llamada "política del café
con leche". Se trataba del dominio político de los "señores del café" radicados fundamentalmente en Sao Paulo (la
principal región productora de café) que habían llegado a un acuerdo con los ganaderos de Minas Gerais. El pacto, que
jamás fue plasmado en documento escrito sino más bien en costumbre, consistía en la alternancia en la presidencia de un
representante de la oligarquía cafetalera paulista con un representante de los ganaderos de Minas Gerais.

Esta hegemonía política de los exportadores de café llevó al Brasil hacia una completa subordinación de los intereses
generales del Brasil a los de la oligarquía cafetalera. Esto se expresó muy claramente cuando la producción del café llegó
a dimensiones tan grandes que ya no pudo ser absorbida por el mercado internacional. Entonces, el gobierno brasilero, a
partir de 1906, se comprometió a comprar los excedentes de la producción de café para que no causaran una baja
del precio del producto en el mercado internacional.

Esa compra de la producción excedentaria de café, por parte del gobierno brasilero fue financiada mediante deuda
externa. De esta manera, los hombres más ricos del Brasil eran subsidiados por el Estado mientras que las vastas masas

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de campesinos y trabajadores del país se sumían en la pobreza más extrema. Sin lugar a dudas, era un Estado puesto
al servicio exclusivo de la oligarquía cafetalera.

En esta situación estalló la crisis económica internacional con el Crack del año 29. Conforme las industrias de los países
desarrollados quebraban, la demanda de las materias primas provenientes de los países subdesarrollados bajaba
estrepitosamente y consecuentemente los precios también se venían abajo. Esto trajo consigo, como era natural grandes
pérdidas y profundas crisis a los países dependientes de la exportación de una materia prima.

Para el Brasil esto significó que mientras en 1929 recibía 445,9 millones de dólares por su café, en 1932 apenas pudo
recibir 180,6.

Brasil y su economía del café entró entonces en una profunda crisis. Esta situación fue enfrentada por los "señores del
café" con una pretensión de hegemonizar aún más el poder político. De este modo, el presidente Washington Luís
(paulista) que concluía su gestión en 1930, promocionó al también paulista Julio Prestes para la candidatura a la
presidencia, rompiendo de este modo la costumbre de alternarse en el poder con los ganaderos de Minas Gerais.

Ante esta situación la oligarquía ganadera, sintiéndose traicionada, optó por generar alianzas con representantes de otros
estados para enfrentar a las pretensiones hegemónicas de Sao Paulo. Es así que se creo la Alianza Liberal con
representantes de la oposición de todo el Brasil contra la oligarquía paulista. El elegido para encabezar la formula de la
oposición fue Getulio Vargas, gobernador de Río Grande Do Sul.

Las elecciones fueron reñidas y el fraude electoral realizado gracias a la presión del oficialismo permitió la victoria al
paulista Prestes. Se realizó entonces un alzamiento militar -desencadenado tanto por reacción al fraude electoral como al
asesinato de Joao Pezoa, candidato a la vicepresidencia con Vargas- que terminó por conducir a Vargas a la presidencia
de la república. De este modo comenzaba una nueva era en la historia del Brasil.

Los primeros gobiernos de Vargas.

La situación se tornaba complicada para el nuevo gobernante del Brasil. Por un lado, la crisis económica no auspiciaba
nada bueno para un gobierno que tuviera que administrar una economía tan dependiente de un producto cuyo precio
había bajado sustancialmente en el mercado internacional. Por otro lado, la oligarquía paulista no levantaría las manos
tan fácilmente luego de su primera derrota.

Lo cierto es que la oligarquía, ahora en posición de oposición, pudo aprovechar el hecho de que Vargas había declarado
en suspenso la constitución de 1889 y gobernaba mediante decretos. Tuvo entonces los motivos suficientes para acusar
a Vargas de dictador y entonces comenzó su conspiración que estallaría en 1932 con un intento de derrocamiento.

No sería exitosa la conjura pues fue derrotada por tropas leales al gobierno después de algunos combates. Sin embargo,
la denominada revolución constitucionalista –así llamó la oligarquía paulista a su intento de derrocar a Vargas- tuvo el
efecto de convencer al mandatario de la necesidad de constitucionalizar su régimen.

Se convocó entonces a una nueva Constituyente, en la que votaron por primera ves las mujeres (aunque no los
analfabetos), dando inicio a un proceso de reforma constitucional y, a la ves se realizó la elección de Vargas en la Asamblea
como presidente constitucional.

No bastaría, sin embargo, esta nueva política para apaciguar los ánimos en el convulsionado Brasil. Un nuevo componente
emergería agudizando los conflictos: el de la polarización. Efectivamente, los terribles enfrentamientos entre fascistas y
comunistas en la Europa de entreguerras tuvieron la suficiente fuerza como para generar movimientos análogos
en Latinoamérica. De este modo, la Acción Integralista Brasileña (AIB) de claras tendencias fascistas y la Alianza Nacional
99
libertadora (ANL) de inspiración comunista, agitarían la política del país hasta el extremo de organizar un nuevo intento
revolucionario en Natal, Recife y Río de Janeiro.

Para contener el estado de rebelión Getulio Vargas tuvo que dictar el estado de excepción. Esta vez, la reacción de Vargas
fue tan dura que se ha calificado como un verdadero autogolpe. Es así que vargas pondría nuevamente en suspenso la
constitución, clausuraría el parlamento y gobernaría con mano dura.

El "Estado Novo".

El autogolpe de Vargas en noviembre de 1937 fue realizado en vísperas de las elecciones pues su gestión se cumplía al
año siguiente. De este modo, Vargas se dio modos para continuar en el poder introduciendo una nueva constitución que
generaría el "Estado novo". Sin embargo, no fue una Asamblea Constituyente la que redactó esta nueva Carta Magna. Fue
Getúlio Vargas que la proponía para que un referéndum popular la aprobara luego.

Ese referéndum jamás se produjo y de hecho el "Estado novo" de Vargas se impuso sin aprobación de una Asamblea ni de
un plebiscito popular.

El "Estado Novo" implicó un giro trascendental en la política y en la economía brasileña. Vargas comenzó por declarar el
cese del pago de la deuda externa (tanto de los intereses como de las amortizaciones). Esto, junto con un
nuevo impuesto a la renta y otro a las exportaciones del café, permitió a Vargas generar y destinar recursos económicos
al fortalecimiento de la industria.

De este modo, no solo se invirtió en la infraestructura básica integrando la economía del país, sino también se invirtió en
industrias claves por sus efectos multiplicadores. Es así que se crearán el Consejo Nacional del Petróleo (posteriormente
convertido en Petrobrás), la Compañía Hidroeléctrica de Sao Francisco, la Fábrica Nacional de Motores, entre otros.

Por otro lado desarrolló una política proteccionista seleccionando muy cuidadosamente
los productos de importación para que no compitieran con la naciente industria nacional y, a la vez proveyeran al mercado
de los insumos necesarios para la industrialización.

Adicionalmente se quebró el regionalismo de la economía brasilera eliminando los impuestos estaduales que tenían
desintegradas a las distintas regiones, a la vez que se generaba una fuerte administración centralista con capacidad de
vincular al país.

Esta política económica pudo ser implementada gracias a una movilización política que generó Vargas en los sectores
de clase media y obreros de la sociedad. La adherencia de estos sectores a su gestión fue obtenida mediante una
legislación laboral y social que beneficiaba significativamente a estos sectores. De este modo se limitó la jornada laboral
a 8 horas a la vez que se imponía un salario mínimo, un descanso semanal y la garantía laboral después de los 10 años
de trabajo.

Finalmente se generó un sistema de seguridad social que dotaba de cierta seguridad a los sectores laborales. Estas
medidas le valieron al presidente el rótulo de "el padre de los pobres".

La adherencia popular fue cuidadosamente organizada mediante la promoción desde el estado de


un sindicalismo fuertemente guiado y controlado por el Estado. Una ley de sindicalización determinaba que los estatutos
de los sindicatos debían ser aprobados por el ministerio del trabajo. De este modo se crearon sindicatos prácticamente
en todas las ramas de la industria y con ellos Getulio Vargas creó el Partido de los Trabajadores del Brasil. De este modo,
el "Estado novo" generaba un corporativismo en el que nacía una nueva fuerza política sustentada en la movilización de
una fuerza social considerable.
100
La política internacional también rindió réditos al gobierno de Getulio Vargas. Inicialmente el gobierno brasileño había
proclamado su neutralidad en la segunda guerra mundial, algo que de alguna manera implicaba una cierta simpatía de
Vargas hacia el régimen fascista de Mussolini, lo que puede ser ilustrado mediante la generación de un estado
corporativista al típico estilo del estado fascista de Italia.

Sin embargo, luego del bombardeo japonés al puerto estadounidense de Pearl Harbor, los países latinoamericanos fueron
presionados para condenar y romper relaciones con las potencias del eje. Alemania reaccionó bombardeando barcos
brasileños en represalia por el abandono de la neutralidad.

De este modo, Getulio Vargas fue empujado a declarar la guerra a Alemania bajo el auspicio de Estados Unidos. La
incorporación de Brasil a la guerra implicó la organización de una Fuerza Expedicionaria Brasileña que participó en el frente
sur de Europa.

Esta política internacional generó una apertura con el gobierno de Estados Unidos que se tradujo en el financiamiento de
la construcción de una usina siderúrgica de Volta Redonda. De esta manera, la nueva industria siderúrgica daría un
renovado impulso al proceso de industrialización.

El gobierno de Getulio Vargas llegaba a sus 15 años cuando fue depuesto por un golpe militar el año 1945. Terminada ya
la guerra, la oposición consideró propicio el momento para presionar por una redemocratización. Como la decisión de
Vargas de constitucionalizar el país demoraba, entonces los militares decidieron apresurar el proceso realizando un golpe
de Estado.

El retorno de Vargas.

No sería, sin embargo, el retiro definitivo de Getulio Vargas. Volvería a la política al poco tiempo de ser depuesto, cuando
se realizaron las elecciones. Es así que fue elegido senador por Río Grande do Sul y luego en 1950 retornaría a la
presidencia del Brasil esta vez por medios electorales. Sin lugar a dudas fue una dura derrota para la oposición de Vargas
que siempre lo había acusado de ser un dictador.

La segunda gestión de Getulio Vargas fue, sin duda menos trascendente que la primera, aunque aprovechó para consolidar
el proceso industrializador con la creación de Petrobrás y Electrobras. También promocionó un aumento del salario
mínimo en un 100 % que fue uno de los motivos para que las clases oligárquicas comenzaran nuevamente la conspiración
para derrocarlo y en agosto de 1954 los rumores de golpe eran cada vez más insistentes.

En esta situación, Vargas se suicidó dejando una carta que sería conocida como su testamento político. En ella acusaba
Vargas a la oligarquía de haberlo atacado por defender a los pobres, por eso terminaba su carta diciendo "salgo de la vida
para entrar en la historia". Mientras uno de sus colaboradores, Tancredo Neves, leía la carta por radio, gente pobre y
humilde de las favelas de Río de Janeiro, Sao Paulo, Porto Alegre se concentraban en el centro de las ciudades para
manifestar su repudio a aquellos a los que Vargas había identificado como a sus enemigos.

Esa tremenda movilización de masas logró que el golpe planificado jamás se realizara y de este modo, los seguidores de
Vargas, (Kubistckek, Quadros, Goulart) asumirían el poder y conducirían al Brasil durante los próximos años. Por eso, hay
quienes sostienen que Vargas venció a sus enemigos con su muerte.

Punto 36: Situación de la India. La lucha de Mahatma Gandhi hasta la independencia de India

La independencia de la India se consiguió el 15 de agosto de 1947, liderados por Mahatma Gandhi, elaborándose una
constitución en el transcurso de 1948-1949.

101
La posguerra generó una serie de movimientos de liberación de carácter nacional, es decir, se puso de manifiesto el
derecho de los pueblos colonizados a disponer de sí mismos. Estos movimientos se presentaron con mayor fuerza en los
continentes de Asia como por ejemplo India, África, cambiando la situación imperante. En América se produjeron
importantes procesos político-sociales, como es el caso de la Revolución Mexicana, la Revolución Cubana, el reclamo de
la soberanía sobre el canal de Panamá y otros.

Antecedentes.

La India es una de las naciones más extensas del Asia Meridional. Se localiza en la Península del Indostán. Antiguamente
había desarrollado allí una gran civilización. Posteriormente fue conquistada sucesivamente por diferentes imperios
emergentes hasta la época contemporánea, como los persas, los griegos, los escitas, los árabes, los afganos, los mongoles,
los portugueses, los holandeses y, por último, los ingleses, quienes a través de la Compañía Inglesa de las Indias Orientales,
llegaron a conquistar y a ejercer casi dominio absoluto sobre la India.
Hacia 1857 se produjo la sublevación de los cipayos contra el poderío y abuso de la compañía. Como consecuencia fue
abolida la compañía y su poder se transfirió a la corona, en 1858.
En 1876, la Reina Victoria de Inglaterra se confirió el título de Emperatriz de las Indias. Las autoridades coloniales
inglesas, desarrollaron desde entonces, una política de respeto a los usos y costumbres hindúes y a la vez, practicaron el
odioso sistema de segregación racial y, fundamentalmente la explotación.

Resistencia Pasiva y Mahatma Gandhi.

En la Primera Guerra Mundial (1914-1918) las tropas de la India, participaron a favor de Inglaterra. El triunfo inglés y de
la Revolución Socialista en Rusia influyeron decisivamente en el surgimiento del movimiento nacionalista emancipador
indio, dirigido por el líder Mahatma Gandhi (1869 1948).
Hacia 1885, varios dirigentes hindúes se unieron para crear el Congreso Nacional Indio, con fines reinvindicativos.
Inglaterra se había comprometido a reconocer después de la guerra los derechos de libertad del pueblo hindú. Sin
embargo, olvidando esta promesa y el principio Wilsoniano de la libre determinación de los pueblos, respondió, a las
reclamaciones hindúes de libertad, con una represión marcial y cruenta. Ante esta situación, los pueblos del Indostán,
tanto hindúes, como musulmanes, parsis, siks y cristianos, acordaron evitar choques de carácter religioso,
fundamentalmente entre hindúes y musulmanes. Estos últimos se habían organizado en la Liga Musulmana (1906).
Después de una serie de acciones represivas de los británicos, contra el nacionalismo hindú, el dirigente visible,
Mahatma Gandhi, adoptó una resolución, en la que se planteaba la no cooperación del pueblo con el gobierno colonial
(septiembre de 1920 hasta 1922). Esta decisión consideraba la no participación en las elecciones; boicot a los productos
extranjeros; renuncia a todos los títulos británicos; negativa de asistir a las escuelas gubernamentales y no pagar
impuestos. Todas estas acciones se debían desarrollar sin violencia. Por otra parte se desarrollaba el crecimiento del
separatismo musulmán. Años después estos hechos desencadenaron el desarrollo de una política moderna y exitosa, sin
precedentes (1930-1934), con huelgas de hambre, boicots y otras medidas. Los llamamientos a la acción no violenta
fueron pues métodos eficaces y ejemplares.

Independencia de la India.

Al estallar la Segunda Guerra Mundial (1939), los dirigentes indios de talento y ambición, negaron su cooperación en el
Congreso Nacional, porque el gobierno británico les negó concederles mayor grado de independencia, a cambio de su
apoyo en la guerra. Hacia 1942 Mahatma Gandhi anunciaba el inicio de acciones anti-imperialistas, a través de una
nueva jornada de desobediencia civil con el objetivo de que los británicos se retiraran de la India. Los ingleses
respondieron con una represión cruenta sometiendo a prisión a muchos dirigentes hasta el fin de la guerra (1945). La
resistencia pasiva, muchas veces, se convertía en violenta, hasta que el imperio inglés comprendió que ya no podía retener
102
más a la India bajo su dominación.
El gobierno colonial inglés, a principios de 1947, decidió dividir la India en dos dominios: India, en la Península del Indostán,
con población hindú y Pakistán, en el Penjab y Bengala, con población musulmana. Esta división generó una serie de
enfrentamientos, con un saldo de más de 500,000 muertos.
El proceso de la independencia de la India entró en vigor a partir del 15 de agosto de 1947, elaborándose una
constitución en el transcurso de 1948-1949. Gandhi fue asesinado por un fanático musulmán, en 1948, su cuerpo fue
incinerado y sus cenizas arrojadas al Ganges. Surgió como figura importante su discípulo Jawaharlal Pandit Nehru. La India
alcanzó su independencia total el 26 de enero de 1950, convirtiéndose en una república soberana y democrática.
El Pakistán había quedado como un estado independiente musulmán y a partir de marzo de 1956, agrupaba a Pakistán
Occidental (Penjab) y a Pakistán Oriental (Bengala). En el territorio del Pakistán Oriental, a partir de 1971 se desarrolló
una lucha contra la administración pakistaní occidental, dando origen al nacimiento de un nuevo estado
denominado Bangladesh.

Punto 37: El nacionalismo chino Sun Yat Sen y la creación de la primera República Asiática y su continuador Chiang Kai
Shek

El nacionalismo chino ha bebido de diversas fuentes ideológicas, muy diferentes entre sí, entre las que se incluyen el
pensamiento chino tradicional, el progresismo americano, el marxismo y el pensamiento etnológico ruso. La ideología
también está presente en muchas y a menudo diferentes manifestaciones. Entre estas manifestaciones se incluyen los
Tres Principios del Pueblo, el comunismo chino, las opiniones contrarias al gobierno de los estudiantes en las protestas de
Tian'anmen de 1989, camisas azules fascistas y el colaboracionismo con los japoneses bajo el gobierno.

Aunque los nacionalistas chinos se muestran de acuerdo en la idea de que un estado chino centralizado es algo deseable,
casi todo lo demás está sujeto a un intenso y a veces amargo debate. Entre las cuestiones por las que los nacionalistas
chinos discrepan se encuentran cuáles son las políticas que conducirán a una China fuerte, cuál debe ser la estructura del
estado y sus objetivos, cómo deben ser las relaciones entre China y las potencias extranjeras y cuáles deben ser las
relaciones entre la mayoría Han, los grupos étnicos minoritarios y los chinos en el extranjero.

Aunque la variedad entre las diferentes concepciones del nacionalismo chino es grande, los grupos nacionalistas chinos
mantienen algunas similitudes. Todas las ideologías nacionalistas chinas tienen un alto concepto de Sun Yat-sen y se
reclaman herederas ideológicas de los Tres Principios del Pueblo. Además, las ideologías nacionalistas chinas tienden a
considerar tanto a la democracia como a la ciencia como fuerzas positivas, aunque a menudo muestran concepciones
radicalmente diferentes de lo que significa "democracia".

Cuando se hace referencia a la Guerra Civil China, se suele llamar a la fuerzas aliadas del Kuomintang "nacionalistas",
mientras que a las fuerzas lideradas por el Partido Comunista Chino "comunistas". Esta distinción se debe más que nada
al nombre de los partidos, ya que Kuomintang (en chino tradicional, 中國國民黨) se traduce literalmente como «Partido
Nacionalista Chino».

Autoconsciencia china

Aunque ha existido un Estado chino consciente de sí mismo durante miles de años, la concepción china del mundo era
básicamente una división entre mundo civilizado y mundo bárbaro en la que no se tenía conciencia de la creencia de que
los intereses chinos debieran garantizare mediante un Estado chino poderoso. Autores como Lucian Pye han defendido
que el moderno "Estado-nación" es fundamentalmente diferente de un imperio tradicional, aunque algunos han dicho
que la dinámica de la actual República Popular China comparte una similitud esencial con los imperios regidos por la
Dinastía Ming y la Dinastía Qing. Solo existieron unos pocos periodos de la historia de China en los que la lucha fue contra
103
extranjeros (especialmente contra los mongoles y los Manchúes), mientras que todos los demás conflictos fueron sobre
todo guerras civiles que condujeron a cambios dinásticos. Esta interesante particularidad de la historia china hizo que no
llegara el momento de crear un Estado-nación chino hasta el contacto con los países occidentales en el siglo XIX.

Nacionalismo chino y etnicidad

Definir las relaciones entre la etnicidad y la identidad china ha sido un asunto muy complejo a lo largo de la historia de
China. En el siglo XVII, los Manchúes invadieron China y establecieron la dinastía Qing. Durante los siglos siguientes
incorporaron grupos como los tibetanos, los mongoles, y los uigures de los territorios que controlaban. Los manchúes se
enfrentaron con el problema de mantener la lealtad entre los pueblos sobre los que gobernaban mientras, al mismo
tiempo, mantenían una identidad distintiva. El método por el que lo consiguieron fue reflejarse a sí mismos como sabios
confucionistas cuyo objetivo era conservar y mantener la civilización china. A lo largo de los siglos los manchúes fueron
asimilando gradualmente la cultura china y al final, muchos manchúes se identificaban como una etnia minoritaria
proveniente de Manchuria.

La complejidad de las relaciones entre etnicidad e identidad china se puede observar durante la rebelión Taiping, en la
que los rebeldes lucharon fieramente contra los manchúes sobre la base de que eran bárbaros forasteros, mientras que
otros lucharon fieramente a favor de los manchúes porque eran los conservadores de los valores chinos tradicionales. Fue
ese el momento de la Historia en el que apareció el concepto de "chino Han" como medio de describir a la mayoría china.

A finales del siglo XIX, el nacionalismo chino identificaba "Han" con "chino" y pretendía derrocar a los manchúes, a los que
consideraba fuera del ámbito de la nación china. Esto condujo a muchas rebeliones de chinos de la etnia Han. Sun Yat-sen
declaró una vez: "Para restaurar nuestra independencia nacional, debemos restaurar la nación china. Para restaurar la
nación china, debemos conducir a los bárbaros manchúes más allá de las montañas Changbai. Para deshacernos de los
bárbaros, primero debemos derrocar al actual gobierno tiránico, dictatorial, feo, y corrupto de los Qing. ¡Compatriotas,
una revolución es el único modo de derrocar al gobierno Qing!"

Tras la Revolución de Xinhai de 1911, la definición oficial de "chino" se extendió para incluir a etnias que no eran la Han
como parte de una comprehensiva Zhonghua Minzu, aunque muchos historiadores defienden la idea de que fue debido a
la percepción de que una definición estrecha de "chino" resultaría en una pérdida de territorio y de que los manchúes
estaban demasiado integrados en la cultura e historia de China como para ser considerados un grupo foráneo.

El punto de vista oficial del nacionalismo chino durante las décadas de 1920 y 1930 estuvo muy influido por el modernismo
y el darwinismo social, y abogaba por la asimilación cultural de los grupos étnicos dominados por el Estado Han,
"culturalmente avanzado", para convertirse tanto nominalmente como de facto en miembros de la Zhonghua Minzu
(nacionalidad china). En este proceso influyó el destino de estados multiétnicos como el Imperio austrohúngaro y el
Imperio otomano, en comparación con el de estados monoculturales como Alemania.

Durante las siguientes décadas el nacionalismo chino fue influido por el pensamiento etnográfico ruso y la ideología oficial
de la República Popular China, que afirma que los Han son uno de los muchos grupos étnicos, cada uno de ellos con una
cultura y lengua que debe ser respetada. Sin embargo, muchos críticos afirman que a pesar de esta visión oficial, las
actitudes asimilacionistas permanecen profundamente arraigadas y la visión popular de las relaciones de poder reales
crea una situación en la que, en la práctica, existe un nacionalismo chino que supone la dominación de las áreas
minoritarias por los Han y la asimilación de estos grupos minoritarios.

Durante los años sesenta y setenta, el nacionalismo chino en la China continental se mezcló con la retórica del marxismo,
y la retórica nacionalista se subsumió en gran parte en una retórica internacionalista. Por otro lado, el nacionalismo chino

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en Taiwán trataba básicamente de conservar los ideales y la herencia de Sun Yat-sen, el partido que fundó, el Kuomintang
y el anticomunismo. Mientras que la definición de "nacionalismo chino" era diferente en la República de China y la
República Popular China, ambas reclamaban territorios chinos como las islas Diaoyutai.

En la década de 1990 la mejora de la situación económica, la caída de la Unión Soviética y la ausencia de otra ideología
legitimadora ha conducido, según la mayoría de los analistas, a un resurgir del nacionalismo en China.

Sun Yat Sen

Fue un político, militar, estadista e ideólogo chino. Primer presidente de la República de China y fundador del Kuomintang,
es considerado tanto en la República Popular China como en la actual República de China (Taiwán) como el padre de la
China moderna.

En 1905, fundó la Sociedad de la Alianza, una organización revolucionaria para acabar con la monarquía manchú e
instaurar un modelo político republicano en China.1 La organización fomentó una serie de fallidas revueltas, que la
llevaron a la crisis a finales de la década del 1900 y motivaron la expulsión de Sun de diversos territorios (Japón, la
Indochina francesa, la Malasia británica...). Sun no abandonó sus actividades subversivas, pero en vísperas de la Revolución
de Xinhai que acabó con la monarquía su preeminencia entre los revolucionarios estaba decayendo.

Fue el primer presidente, efímero, de la República de China en 1911, antes de ceder el cargo al veterano administrador y
militar Yuan Shikai, en cuyo Gobierno sirvió alrededor de un año, como responsable de ferrocarriles, antes de pasar a la
oposición. En 1913, Sun Yat-sen intentó apartar a Yuan Shikai del poder, sin éxito, lo cual lo llevó a un nuevo exilio.

Presidió dos Gobiernos rebeldes, sin reconocimiento internacional, en Cantón, el primero fundado en 1917 frente al
pequinés controlado por Duan Qirui y su camarilla de Anhui, y el segundo en 1920, opuesto al pequinés dominado por la
Camarilla de Zhili. Elegido presidente «extraordinario» por parte de las disueltas Cortes, emprendió en 1922 una
expedición contra el Gobierno septentrional que fracasó y acabó con su expulsión de Cantón.

Doctrina política

Su doctrina de carácter nacionalista, se desarrolla en la política de los Tres Principios del Pueblo, que consiste en el
"nacionalismo", la "democracia" y el "bienestar del pueblo". Utilizando estos principios como base ideológica, Sun
pretendía hacer de China un país libre, próspero y fuerte, equiparado a las grandes potencias de la época, como podían
ser Estados Unidos, el Reino Unido o Francia. Se ha dicho que los Tres Principios del Pueblo muestran influencias de las
políticas del presidente estadounidense Abraham Lincoln, aunque también tiene postulados de carácter socialista,
similares a los que inspiraron el desarrollo de las teorías comunistas de Mao Zedong. Esos principios se aplican
actualmente en la Constitución de la República de China de 1947, que sigue vigente en la isla de Taiwán.

Chiang Kai Shek

Militar y político chino, primer presidente de la República Nacionalista China. Formado como militar en el Japón (1907-
11), se unió al movimiento nacionalista Kuomintang de Sun Yat-Sen; éste le envió a la Unión Soviética a estudiar los
métodos organizativos de los bolcheviques; y luego le encargó la dirección de la nueva academia militar de Whampao
(1924), bajo la supervisión política del comunista Chu En-Lai.

Al morir Sun en 1925, Chang Kai-shek asumió el mando del Kuomintang y lanzó la llamada «revolución nacional» en unión
con los comunistas: desde sus bases en el sur de China fueron derrotando a los jefes militares semiindependientes que
dominaban el centro y norte, hasta lograr la práctica unificación del país en 1927-28. Entonces rompió con los comunistas,

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a cuyos simpatizantes persiguió de forma sangrienta (matanzas de Shangai y Cantón, 1927), y formó un gobierno
monocolor nacionalista con capital en Nankín.

Chiang Kai-shek ejerció prácticamente una dictadura personal de ideología conservadora, pues intentaba recuperar la
armonía social tradicional que predicaba Confucio; el poder fue repartido entre cuatro grandes familias, todas ellas ligadas
al dictador: los Chang, los Sung, los Kung y los Chen. El contenido nacionalista del movimiento quedó resaltado al obtener
de los occidentales la devolución de algunas concesiones coloniales; en cambio, abandonó objetivos sociales como la
reforma agraria, que había defendido durante el periodo de alianza con los comunistas.

El consiguiente descontento campesino fue la base sobre la que se apoyó la revolución comunista liderada por Mao
Zedong que, a partir de 1930, sumió a China en una guerra civil. Chang Kai-shek venció al «Ejército Rojo» de los comunistas
después de combatir con ellos en cinco campañas, obligándoles a retirarse hacia el interior (la «larga marcha» de 1934-
36). Pero ello no asentó el poder de Chang Kai-shek, ya que, por un lado, Mao consiguió refugiarse en la provincia de
Yenan, donde fundó una República comunista; y, por otro, Japón dirigió hacia China sus ambiciones de expansión
territorial, ocupando sucesivamente Manchuria (1932), Jehol (1933) y la costa norte de China, incluyendo Pekín y Nankín,
hasta Shangai (1937).

La parte más densamente poblada del país quedaba así en manos extranjeras. La Guerra Chino-Japonesa de 1937-45 fue
un capítulo más de la Segunda Guerra Mundial. Chiang Kai-shek hubo de aliarse de nuevo con sus adversarios comunistas
para oponer una resistencia más eficaz a los invasores; a cambio, recibió de éstos el mando supremo de las operaciones
militares.

Pero tan pronto como la contraofensiva de los aliados (británicos y norteamericanos) derrotó al Japón en 1945,
nacionalistas y comunistas reanudaron las hostilidades en una nueva guerra civil, que se extendería hasta 1949. El
Kuomintang consiguió controlar las grandes ciudades, pero los comunistas, apoyados en la miseria del campesinado,
fueron avanzando posiciones. A pesar del intenso apoyo de Estados Unidos, Chang Kai-shek acabó admitiendo su derrota
y se retiró con sus partidarios (unos dos millones de personas) a la isla de Formosa o Taiwan, en donde mantuvo la
administración de la China nacionalista, mientras en el continente los comunistas implantaban la República Popular China
(1949).

El contexto de «guerra fría» entre las superpotencias proporcionó a Chang Kai-shek la protección norteamericana como
luchador anticomunista. Durante algún tiempo conservó la representación de China en las Naciones Unidas (detentando
el correspondiente sillón de miembro permanente del Consejo de Seguridad), mientras la China de Mao, excluida de la
ONU, era sometida a un bloqueo económico.

Finalmente, el realismo de las relaciones internacionales se impuso y la China nacionalista quedó como un pequeño Estado
más, enemigo de la poderosa República Popular China. Chang Kai-shek se mantuvo hasta su muerte como presidente de
la pequeña República de Taiwan, que mantenía la ficción de ser el último reducto de la China nacionalista, aspirando
teóricamente a la reunificación del país bajo su poder.

Fue, en cambio, la China comunista la que, apoyándose en su notable superioridad demográfica, económica y militar,
intentó tomar Taiwan por la fuerza en 1957-58; no lo consiguió, una vez más, por la protección norteamericana, que
estuvo a punto de conducir a un enfrentamiento armado entre China y Estados Unidos.

Punto 38: Surgimiento del nacionalismo militar en Japón. Invasión de Manchuria y Corea

No fue la revolución china, sino el militarismo japonés el elemento determinante de la revuelta de Asia. La razón de
las agresiones japonesas contra China de 1932 y 1937 no fue sólo la ambición territorial. Muchos de los oficiales del
106
Ejército japonés estacionado en Kuantung -que fueron quienes, a espaldas de Tokyo, provocaron los incidentes que
llevaron a la ocupación de Manchuria y a la guerra- pertenecían a los sectores más ultranacionalistas del Ejército: creían
fanáticamente en el destino de Japón como líder militar e ideológico de la rebelión antioccidental de Asia. El mismo
gobierno títere que Japón impuso en Nankín en 1940 bajo la presidencia de Wang Jingwei- respondió en parte a esa visión.
Wan Jingwei (1883-1944) fue uno de los héroes de la revolución de 1911, amigo y colaborador próximo de Sun Yat-sen y
líder de la izquierda del Guomindang, y había ocupado altos cargos en el régimen de Chiang Kai-shek. Su régimen tuvo el
apoyo de muchos chinos de ideología panasiática y antioccidental. El militarismo ultranacionalista japonés era ya una
realidad, como vimos, antes incluso de la I Guerra Mundial. Esta reforzó sensiblemente las posiciones internacionales de
Japón. Como resultado, Japón aumentó sus derechos en Manchuria del sur, se hizo con algunas de las concesiones
alemanas en China y en 1920, se adueñó, como mandatos de la Sociedad de Naciones, de las islas Carolinas, Marshall y
Marianas, antes alemanas. La industrialización japonesa recibió, además, un nuevo y considerable impulso. La sustitución
de importaciones, impulsada por el colapso del tráfico mundial, favoreció la producción nacional. La disminución de la
actividad comercial europea le permitió capturar gran parte de los mercados asiáticos. La expansión comercial japonesa
fue espectacular; su marina mercante, por ejemplo, duplicó su tonelaje. Pero la guerra mundial alteró también de forma
notable la estructura de la sociedad japonesa. Por lo menos, generó un nivel de diversificación de la misma muy superior
a la hasta entonces conocida. Provocó un aumento notable de la población -estimado en un 6 por 100- y un gran
crecimiento de la población industrial y urbana. Cuando al normalizarse la situación económica en 1919 terminó la
prosperidad de los años de guerra- que había ido acompañada de un fuerte proceso inflacionista-, el malestar social, las
huelgas industriales, la agitación rural (todo ello canalizado por el Partido Socialista, creado en 1901, pero también por
organizaciones anarcosindicalistas y comunistas creadas en la posguerra), adquirieron considerable amplitud y dieron
lugar en los años 1919-1923 a graves y violentos disturbios. El terrible terremoto que Tokyo sufrió el 1 de septiembre de
1923, que produjo unos 200.000 muertos, vino a polarizar de forma dramática la situación social. La tensión y el horror se
canalizaron en actitudes xenofóbicas brutales contra inmigrantes coreanos y chinos; el gobierno desencadenó una dura
represión contra todas las organizaciones de izquierda ante la situación de subversión que, en su opinión, se había creado.
La estructura de la política pareció también modificarse radicalmente. Los años de la posguerra vieron la irrupción de las
masas en la vida política. Significativamente, en septiembre de 1918 llegó al poder Hara Takashi, un hombre de negocios,
líder desde 1914 del Seiyukai, el partido liberal, primer plebeyo en llegar a la jefatura del gobierno en toda la historia del
Japón. La política japonesa de los años veinte y principios de los treinta giró en torno a los partidos Seiyukai y Kenseikai
(el partido conservador dirigido hasta 1926 por Kato Takaaki), que luego se reorganizó como el Minseito, y se asimiló
razonablemente a los sistemas parlamentarios de los países occidentales. Hara, por ejemplo, amplió considerablemente
el electorado. El gobierno que Kato presidió entre 1924 y 1926 introdujo el sufragio universal masculino (marzo de 1925),
intentó reducir la influencia del Ejército, impulsó una política de conciliación hacia China y disminuyó el poder de la Cámara
Alta: fue en buena medida un gobierno democrático. El gobierno de Hamaguchi Yuko de 1929 a 1930 logró superar la
grave crisis provocada por el asesinato por militares japoneses del gobernador de la Manchuria china, Chang Tsolin,
introdujo importantes recortes en los gastos militares y firmó el Tratado de Londres (22 de abril de 1930) que limitaba la
fuerza naval de Japón. Liberalismo, civilismo y parlamentarismo, que tuvieron su teorizador en el catedrático de Derecho
Constitucional de la Universidad de Tokyo, Minobe Tatsukichi, habían hecho, por tanto, progresos notables en Japón. El
último gran representante de los genró, el príncipe Saionji, que vivió hasta 1940 y murió con 91 años, asesoró siempre al
Emperador (desde 1926, Hiro-Hito) a favor de soluciones liberales y parlamentarias. Pero otras fuerzas colectivas habían
tomado parecida o superior vigencia social. Los partidos políticos habían ganado poder, pero sus conexiones con los
intereses de las grandes corporaciones o zaibatsu (del Seiyukai con Mitsui, y del Kensekai y del Minseito con Mitsubishi)
desprestigió la política a los ojos de muchos sectores de la opinión. La Ley de Preservación de la Paz, aprobada en 1925,
dirigida claramente contra la izquierda socialista y comunista, limitó el alcance democrático que tuvo la extensión del
sufragio. Hara fue asesinado en 1921 por un fanático ultraderechista; Hamaguchi sufrió un gravísimo atentado en
noviembre de 1930 del que murió un año después. Los mismos éxitos militares que Japón había logrado durante la guerra
107
mundial reforzaron el espíritu nacionalista de los militares. El Ejército, seducido por la idea de la misión asiática de Japón,
aparecía radicalmente divorciado del poder civil y veía con creciente hostilidad la política internacional de distensión
seguida por los distintos gobiernos de los años veinte (que culminó en la etapa 1924-27 en la que el barón Shidehara
ocupó la cartera de Exteriores). Muchos oficiales jóvenes se dejaron ganar por las ideas del agitador y fanático
ultranacionalista Kita Ikki (1883-1937), expuestas en su libro La reconstrucción de Japón, en el que abogaba por la
construcción de un imperio japonés revolucionario, militar y nacionalsocialista mediante la fuerza, en el que el poder de
los partidos políticos y de los grandes consorcios financieros e industriales sería "restaurado" al Emperador, como
encarnación sagrada del Japón. Ya en 1927 se supo que unos doscientos oficiales ultranacionalistas habían formado una
sociedad secreta y que planeaban un golpe militar. El "incidente de Mukden" - la explosión en septiembre de 1931, en
aquella localidad, de un ferrocarril con tropas japonesas, que desencadenó la ocupación de Manchuria- reveló la profunda
extensión que la reacción militarista e imperialista había alcanzado en el Ejército. La ocupación de Manchuria fue una
decisión unilateral del Ejército de Kuantung. Las órdenes del gobierno, presidido por Wakatsuki Reijiro, del Kenseikai, que
supo tarde y mal lo que se tramaba y que quiso detener la intervención militar, fueron ignoradas. Su sucesor, Inukai
Tsuyoshi, que, no obstante aceptar el "fait accompli" militar, aspiraba a controlar al Ejército e incluso a detener las
operaciones de guerra, fue asesinado por jóvenes ultranacionalistas el 15 de mayo de 1932. Su muerte marcó el fin del
gobierno de partidos. En adelante, el Emperador nombró gobiernos presididos por personas de su confianza, hombres
como el conde Saito, el almirante Okada, el diplomático Hirota, el general Hayashi, el príncipe Konoye, que no procedían
de los partidos políticos, y que parecían tener suficientes autoridad y prestigio ante el Ejército y la Marina como para
canalizar desde arriba las ambiciones del militarismo. De esa forma, Japón se vio arrastrado hacia una política exterior
cada vez más condicionada por las exigencias de la guerra y de la expansión territorial en el continente, lo que además
favoreció positivamente la rápida y notable recuperación económica que el país experimentó desde 1932, tras tres años
de profunda recesión, consecuencia de la crisis mundial de 1929. Al tiempo, el país quedó gobernado por gobiernos débiles
y no parlamentarios, en una situación pública progresivamente deteriorada por la violencia militar y por las luchas
faccionales por el poder que surgieron en el interior del propio Ejército. El episodio más grave tuvo lugar el 20 de febrero
de 1936. Al día siguiente de las elecciones generales en las que el partido constitucional Minseito resultó ganador, unos
1.500 jóvenes oficiales de la guarnición de Tokyo, identificados con el Kodo-ha (o Escuela de la Vía Imperial), una de las
facciones ultranacionalistas del Ejército liderada por los generales Haraki y Mazaki, intentaron un golpe de Estado,
asesinando a los ex-jefes del gobierno Sato y Takahashi y a otras conocidas figuras de la vida pública. El "putsch" no
prosperó por la firme actitud del Emperador: diecisiete rebeldes -y con ellos Kita Ikki, implicado en la trama- fueron
ejecutados. Pero significativamente, el fracaso del "putsch" no sirvió sino para el reforzamiento del propio Ejército como
institución y de la facción Tosei-ha (o Escuela del Control), integrada por militares igualmente nacionalistas y
decididamente favorables a la guerra con China, como los generales Nagata, Hayasi, Terauchi y Tojo. Aunque en las
elecciones de abril de 1937 se produjo una nueva afirmación de los partidos Minseito y Seiyukai, el Emperador encargó el
3 de junio la formación de gobierno al príncipe Konoye, un hombre joven y respetado, de educación liberal y no militarista.
Era inútil: el gobierno Konoye se vio arrastrado en tan sólo un mes a la guerra con China por los incidentes que el 7 de
julio se produjeron en las afueras de Pekín entre tropas chinas y tropas japonesas del Ejército de Kuantung que
merodeaban contra todo derecho por la zona. La guerra chino-japonesa, que se diluyó y prolongó en la II Guerra Mundial,
fue una catástrofe en términos humanos y materiales para ambos países. Políticamente, para China el resultado último
fue el triunfo comunista de 1949. Para Japón, supuso el principio de su locura imperialista en pos de la creación de un
Nuevo Orden en Asia. En 1940 invadió Indochina. Luego, tras destruir en diciembre de 1941 la flota norteamericana del
Pacífico, en 1942 ocupó Birmania, Malasia, Singapur, Filipinas, Indonesia y otras islas del Pacífico, "liberando" del poder
occidental a unos 450 millones de asiáticos. China perdió entre 3 y 13 millones de personas entre 1937 y 1949; Japón,
millón y medio. En su obra maestra, la novela corta El corazón de las tinieblas (1902), el escritor Joseph Conrad había
escrito una historia que, cualquiera que fuese su intención, parecía una metáfora de la expansión colonial europea: como
descubre Marlow, el protagonista de la narración, al penetrar en África los europeos descubren el horror de su propia
108
ambición, encarnado en la locura de Kurtz, el capitán de navío perdido en el interior del Congo. La reacción anticolonial y
antioccidental de los pueblos africanos y asiáticos produjo a su vez sus propios horrores. El Shah Reza Pahlevi y el mufti, y
líder, palestino al-Husseini favorecieron a, o colaboraron con, la Alemania de Hitler. China quedó asolada por
el nacionalismo, la revolución, la guerra civil y las agresiones japonesas. Japón, el país que encabezó la revuelta de Asia,
derivó hacia una forma de fascismo militar desde arriba: en diciembre de 1936, se adhirió al Eje Berlín-Roma. El sueño
de Gandhi, una India libre y armónica guiada por el principio de la no violencia e inspirada en las virtudes sencillas de la
vida de aldea y en la verdad profunda de su espiritualidad, terminó en la violentísima partición del subcontinente en dos
Estados divididos por criterios religiosos y étnicos (India y Pakistán), proceso en el que pudieron perder la vida, por unas
razones u otras, unas 200.000 personas. Gandhi mismo fue asesinado por un extremista hindú, Nathuram Godse, en Delhi,
el 30 de enero de 1948.

Ocupación de Machuria y Corea

La invasión japonesa de Manchuria (1931)

Desde comienzos del siglo XX, Japón era una de las principales potencias del planeta. Basaba su prosperidad económica
en una moderna industria y en las exportaciones, especialmente las realizadas a China y Estados Unidos. Su población
creció vertiginosamente y su ejército se situó entre los más poderosos del mundo, tal y como se pudo apreciar en la Guerra
con Rusia de 1905. Al mismo tiempo, inició una política expansionista que se materializó en la anexión de Corea en 1905
y en las constantes injerencias en la política China.

La Depresión de los Treinta golpeó con fuerza la economía japonesa, ya que sus tradicionales clientes impusieron barreras
aduaneras a sus productos. Para los líderes japoneses se convirtió en vital la construcción de un imperio propio desde el
que poder controlar el acceso a las materias primas y asegurar un extenso mercado para sus mercancías. Pusieron sus
ojos en el norte de China, más concretamente en la región de Manchuria.

En 1931, se produjo un incidente en el que se vio envuelto el ejército japonés que custodiaba el ferrocarril del Sur de
Manchuria, de propiedad nipona. Japón acusó a los chinos (divididos en facciones independientes del poder central de
Pekín) de volar parte del tramo de dicho ferrocarril. Muchos pensaron que en realidad los responsables del sabotaje habían
sido miembros del propio ejército japonés, y que el acto era una mera excusa para anexionarse el territorio chino.

En 1932 Japón, alegando la defensa de sus intereses, y una vez expulsadas las tropas chinas, creó la República de
Manchukuo. En realidad no era sino un protectorado intervenido por los nipones a través de un gobierno títere
encabezado por el último emperador de China, Puyi, apeado del trono tras la proclamación de la República China en 1912.
En 1934 sería nombrado emperador de Manchukuo, hasta que en 1945, tras la derrota japonesa en la II Guerra Mundial,
desapareció como estado.

China, impotente para abortar la anexión de Manchuria, elevó una protesta en la Sociedad de Naciones. La respuesta de
Japón fue que su acción se justificaba por la situación de anarquía en que se encontraba inmersa China, en legítima defensa
de sus intereses. Ante la condena de la Liga de Naciones y el no reconocimiento del nuevo estado, Japón abandonó la
organización en 1933.

A partir de 1937 Japón acometió la invasión del resto de China, originando la Guerra Chino-Japonesa, que se extendería
hasta 1945, ya dentro de la Segunda Guerra Mundial. Texto. Asesinato del Archiduque Francisco Fernando y su esposa en
Sarajevo, según el diario ABC Ataque japonés a Shanghai 1 Ataque japonés a Shanghai 2

La anexión de Manchuria puso de relieve la debilidad e inoperancia de la Sociedad de Naciones. Supuso asimismo un claro
precedente del que tomarían buena nota Alemania e Italia en sus anexiones de Austria, Checoslovaquia Polonia, y Abisinia.
109
Ocupación de Corea

Al final del período Joseon (조선, 1394-1910), los japoneses ocuparon la península coreana hasta que terminó la Segunda
Guerra Mundial. Por supuesto, esta época fue muy dura. Los primeros diez años el gobierno fue totalmente militar, y
cualquier coreano que se revelase sufriría duras consecuencias. Sin embargo, también hay que destacar que los anteriores
solían tener cierta libertad de expresión; descontentos con la mano dura japonesa, el 1 de marzo de 1919 comenzaron las
protestas. Con unas sólidas bases sociales, la Corea de hoy en día se ha ido formando con movimientos como este.

Por otra parte, la ocupación japonesa también trajo una ola de modernización a Corea. Se produjo un rápido crecimiento
urbanístico y una gran expansión comercial. Además, inventos como la radio o el cine llegaron a Corea durante esta época.
También fue durante estos años cuando la industria de la península al fin se modernizó.

El objetivo principal de estos cambios fue enriquecer a los japoneses. Además de reforzar sus recursos para las guerras
contra China y del Pacífico. Pero estos avances ayudaron mucho a Corea después de su liberación. Tras la rendición del
país nipon en 1945, Corea pasó a ser la segunda nación más industrializada de Asia, tras Japón.

Corea se convirtió en colonia japonesa en 1910 después de que Rusia perdiese la Guerra Ruso-Japonesa en 1905. Se
crearon infraestructuras pero con el único motivo de explotar a Corea. Los beneficios de dichas estructuras no beneficiaron
en lo más mínimo al pueblo coreano que fue tratado de una manera cruel y soberbia.

Se introdujeron impuestos para poder derrocar a los terratenientes locales (aquellos que se resistían pagar impuestos a
Japón eran asesinados), con el único objetivo de enviar arroz a Japón. Esto trajo hambrunas en Corea.

Se usaron a los coreanos como esclavos para construir las infraestructuras del país y miles de mujeres fueron enviadas a
prostíbulos para soldados japoneses en el extranjero. Es más, cada vez que los coreanos intentaban rebelarse el control
férreo militar de Japón aumentaría. Eran llamadas "mujeres de confort" y se estima que hubo unas 200.000 de ellas,
incluyendo coreanas, chinas y filipinas.

Se trataba de la culminación de un proceso que se había iniciado en 1905 con la firma de un acuerdo impuesto por la
fuerza desde Japón, mediante el cual la península se convertía en su protectorado.

A partir de entonces Tokio impuso en la península un gobierno conformado por un gobernador y por oficiales militares
nombrados por el emperador.

Los ciudadanos coreanos quedaron privados de derechos elementales como la libertad de expresión y de asociación,
mientras las autoridades coloniales intentaban impulsar su asimilación a través de un sistema educativo que favorecía la
enseñanza del japonés y excluía la formación sobre lengua e historia coreana.

La expansión del imperio japonés y el inicio de la Segunda Guerra Mundial tuvieron fuertes consecuencias para la
población coreana.

De acuerdo con fuentes surcoreanas, se estima que hasta 7,8 millones de coreanos fueron reclutados como soldados o
como trabajadores esclavos desde la etapa previa hasta el final de la guerra.

Punto 39: El nacimiento del comunismo chino. Mao Tse-tung

El comunismo nació en Europa, sin embargo, fue su triunfo en Asia el que le permitió gobernar sobre una parte sustancial
de la humanidad. El triunfo de la revolución china en 1948 hizo que el país más poblado del mundo basculara hacia el
bloque comunista. Corea del Norte y Vietnam del Norte vinieron a agregarse a un mundo comunista que pronto perdió su

110
unidad. Los dos colosos comunistas: la URSS y la China de Mao Zedong rompieron relaciones y se enfrentaron en la década
de los sesenta.

La revolución comunista en China

La decadencia de la poderosa China había llevado a la intervención colonial europea en el siglo XIX. La China gobernada
por los últimos emperadores de la dinastía Qing sufre reiteradas humillaciones por parte de las potencias europeas, EEUU
y Japón.

La proclamación de la República en 1912 no trajo la estabilidad que necesitaba un país empobrecido. Dos fuerzas
importantes emergieron de este período de crisis: el Kuomintang (Guomindang), grupo nacionalista apoyado por la
burguesía urbana y liderado por Chiang Kai-chek, que ejerció el gobierno en la mayor parte del país, y el Partido Comunista
Chino (PCCh), con una base social esencialmente campesina y dirigido por Mao Zedong.

La guerra civil entre ambas facciones estalló en 1927 y duró hasta 1937, cuando ambos ejércitos aunaron fuerzas para
luchar contra la invasión japonesa. La guerra chino-japonesa se prolongó en la segunda guerra mundial y, tras la derrota
japonesa en 1945, China concluyó como una de las grandes vencedoras del conflicto mundial.

La ocupación japonesa y la guerra dejaron un país destrozado en el que rápidamente se reavivó la guerra civil entre el
Kuomintang y el Ejército de Liberación Popular (ELP) comunista. La inflación galopante y la corrupción generalizada
hicieron que, pese a recibir ayuda norteamericana, el gobierno de Chiang Kai-chek fuera perdiendo el apoyo popular. El
ejército comunista, mientras tanto, aplicó una reforma agraria en las zonas que dominaba y vio como millones de
campesinos se le unían. Finalmente, Chiang Kai-chek y los restos del ejército del Kuomintang huyeron a la isla de Taiwán
y Mao Zedong proclamó el 1 de octubre de 1949 en Beijing (Pekín) la República Popular China. La guerra concluyó en mayo
de 1950 cuando el ELP terminó por controlar el oeste de China y el Tibet.

El nuevo gobierno chino siguió pronto el modelo estalinista. El Partido Comunista Chino concentró todo el poder y el
Politburó del Comité Central del Partido, dirigido por Mao Zedong, ejerció el liderazgo efectivo en el país. Desde una
posición de fuerza, basada en represión contra los opositores, el gobierno comunista lanzó un programa de reformas.

La China de Mao Zedong

Tras una prolongada crisis debida a la sucesión de acontecimientos político militares (invasión japonesa, guerra civil, etc.),
la economía china, que había conocido un cierto progreso desde finales del siglo XIX, pudo retornar a una senda de
crecimiento. Las primeras medidas económicas del nuevo régimen (control de la inflación, reforma agraria y rehabilitación
de la industria) cosecharon buenos resultados. Ya en la década de los cincuenta, el gobierno chino se embarcó en un
proyecto de industrialización rápida basado en la planificación centralizada al estilo de la URSS, con cuyo asesoramiento
y ayuda contó hasta la ruptura de comienzos de los sesenta. El primer plan quinquenal (1953-1957) concentraba la
inversión en unos 150 grandes proyectos industriales importados de la URSS. Los recursos destinados a la inversión en el
sector procedían de la compra a bajos precios por el gobierno de la producción agrícola al campesinado. Por el contrario,
los productos industriales de consumo eran vendidos a precios relativamente altos, lo que, unido a los bajos salarios
pagados a los trabajadores de la industria, permitía al gobierno disponer de los recursos necesarios para invertir en al
industria pesada y mejorar la provisión de servicios públicos (sanidad y educación).

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La gran reforma social de los inicios de la China Popular fue la Ley del Matrimonio de 1950. Con ella se ponía fin a la familia
feudal y se establecía la igualdad de la mujer y el hombre. Fue, sin duda, una de las grandes aportaciones de la revolución
maoísta al país.

Ese mismo año se iniciaba la guerra de Corea. La intervención china apoyando a Corea del Norte convirtió al régimen de
Beijing en el abanderado mundial en la lucha contra el “imperialismo americano”. Eran años de buenas relaciones entre
Beijing y Moscú.

Poco después, Mao Zedong lanzó una nueva campaña revolucionaria. Tras expresar su preocupación por la corrupción de
la burocracia comunista, lanzó en 1956 la “campaña de las Cien Flores” y animó a los intelectuales a que denunciaran a
los funcionarios comunistas corruptos. Mao, en su estilo político-poético proclamó: “Dejad que cien flores florezcan, dejad
que cien escuelas de pensamiento compitan”. Tras muchas dudas, animados por la insistencia del líder en que tenían
libertad para expresarse, muchos intelectuales hablaron claro. La respuesta de Mao fue una dura represión que expulsó
a cientos de miles de sus trabajos, envió a muchos a la cárcel y destruyó completamente cualquier tipo de libertad artística
o intelectual.

Dos años después, en 1958, el líder chino inició una nueva campaña: el “Gran Salto Adelante”. Hasta entonces, se había
logrado evitar en China los excesos cometidos por el régimen estalinista en la URSS al imponer la colectivización agraria y
la nacionalización de la economía urbana. Sin embargo, el “Gran Salto Adelante” consistió en un atrevido experimento de
dimensiones gigantescas tendente nada menos que a lograr la industrialización y el bienestar comunista en unos pocos
años. Fue una campaña de medidas económicas, sociales y políticas, con el objetivo de transformar la tradicional economía
agraria China a través de una rápida industrialización y colectivización. El campesinado fue forzado a integrare en comunas
agrarias de grandes dimensiones (30.000 o más familias). La directriz bajo el lema “caminar sobre dos piernas” significaba
que los comuneros debían producir hierro en instalaciones artesanales, mientras que millones de emigrantes procedentes
del medio rural se empleaban en grandes factorías urbanas de tecnología avanzada.

El “Gran Salto Adelante” concluyó en un tremendo fracaso. Entre 1960 y 1962, una sucesión de malas cosechas agravadas
por el caos económico provocó una enorme hambruna, probablemente la peor del siglo XX, que costó la vida de millones
de dieciséis a treinta millones de habitantes, según las estimaciones. Los dirigentes soviéticos disconformes con la gestión
de los dirigentes chinos retiraron en ese momento crucial la ayuda financiera y tecnológica. Este hecho, agravado por las
críticas de Jruschov a Stalin, que Mao consideraba indirectamente dirigidas a él, llevaron a la ruptura entre los dos gigantes
comunistas.

El fracaso del “Gran Salto Adelante” hizo que Mao fuera relegado a un papel secundario y dirigentes más moderados,
como Liu Shaoqi y Zhou Enlai, pasaran a dirigir el país en 1961. En esos momentos se había consumado un cisma en la
dirección del partido comunista. Por un lado, los moderados que buscaban un cambio social gradual y desarrollo
económico; por otro, los radicales, encabezados por Mao, que querían continuar aplicando drásticos cambios utópicos en
la sociedad china. Para Mao, muchos miembros del PCCh habían perdido su espíritu revolucionario.

Así, Mao volvió a cobrar protagonismo lanzando una nueva campaña de agitación. Con el apoyo del ejército, liderado por
Lin Biao, la campaña se dirigió contra la burocracia del partido, acusada de “revisionista”, y, muy especialmente, contra
los intelectuales, a los que se tildaba de individualistas y aburguesados. Millones de jóvenes siguieron la llamada de Mao
y se agruparon en los “Guardias Rojos”. Su única ideología era el “Libro Rojo de Mao”, un librito publicado en 1964 que
resumía las ideas y, a veces, las ocurrencias del líder. La figura de Mao, el “Gran Timonel”, empezó a ser objeto de un culto
a la personalidad aún más intenso que el que recibió Stalin.

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En noviembre de 1965 se iniciaba la “Gran Revolución Cultural Proletaria”, su objetivo declarado era preservar el
comunismo chino mediante la reutilización de los restos de elementos capitalistas y tradicionales de la sociedad china, y
reimponer el pensamiento de Mao Zedong como la ideología dominante dentro del Partido. Durante el XI Pleno del Partido
Comunista Chino, en agosto de 1966, Mao recibió el homenaje de dos millones de guardias rojos en la plaza de Tian Anmen
de Beijing. La “Revolución Cultural” (1966-1969) llevó al país al borde del colapso. Las “Guardias Rojos, por lo general
campesinos incultos, se apoderaron del país, ocuparon los edificios oficiales y fustigaron a todos aquellos –profesores de
universidad, magistrados, altos cargos de la administración- que, según su opinión, carecían de fervor revolucionario. Las
numerosas víctimas de la represión fueron enviadas al campo a seguir cursillos de “reeducación”. En realidad, trabajos
forzados, acompañados de humillaciones.

La “Revolución Cultural” terminó llevando a zonas del país a la anarquía. Mao se vio finalmente forzado a recurrir al ejército
y reimponer el orden. Las consecuencias de este experimento social fueron muy graves. Por un lado, el caos en el sistema
educativo y la destrucción de las elites del país (un profesor de universidad puede ser convertido en peón agrícola, el
proceso contrario es imposible). Por otro lado, un tejido social traumatizado por la brutal represión.

De la “Revolución Cultural” surgió una China debilitada en el plano económico y escarmentada de las aventuras
revolucionarias. Durante el período revolucionario, la dirigencia comunista pudo evitar que la economía china se colapsase
como consecuencia del convulso panorama político, pero no logró que pasase sin consecuencias de corto y de largo plazo
negativas para el crecimiento. Entre las primeras, cabe destacar el estancamiento económico durante la segunda mitad
de la década de los sesenta. Particularmente perjudicial a largo plazo fue la pérdida de capital humano debida a la
persecución de académicos, intelectuales, directivos, profesionales, etc. y a la paralización del sistema educativo.

Los últimos años de Mao estuvieron marcados por el apogeo del culto a la personalidad y la lenta vuelta de los dirigentes
marginados durante la Revolución Cultural. Zhou Enlai dirigió la vuelta de su país a la escena internacional y, en 1971, la
China Popular accedió al Consejo de Seguridad de la ONU y fue reconocida diplomáticamente por EEUU un año después.

A comienzos de los años setenta, la economía china se recuperó y, aunque seguía siendo una economía dirigida,
presentaba algunas diferencias sustanciales respecto al modelo soviético: una menor centralización en la toma de
decisiones, una menor presencia de grandes conglomerados industriales, relativa abundancia de industrias rurales de
pequeñas dimensiones. Hacia mediados de los setenta, la economía china, pese a pagar el alto precio (atraso tecnológico,
ausencia de capital extranjero, etc.) asociado a un modelo de desarrollo prácticamente autárquico desde la ruptura con
la URSS, había crecido a un ritmo que doblaba al de la India y que se aproximaba a la media mundial. Pese a ello,
probablemente no menos de la mitad de la población china vivía aún en la pobreza.

Finalmente, Mao Zedong moría en septiembre de 1976. Unos meses antes lo había hecho el número dos del régimen
comunista, Zhou Enlai. Una nueva era se abría para China.

Unidad 6: Nacimiento de los totalitarismos

Punto 40: Ideología totalitaria y crisis del liberalismo: Italia: Mussolini y el nacimiento del fascismo. La política exterior
y el expansionismo italiano hasta la Segunda Guerra Mundial

Ideología totalitaria y crisis de liberalismo

Desde las postrimerías del siglo XIX, el sistema político liberal y democrático fue considerado como el más apto para
canalizar la política de masas, ya que, a través de los partidos políticos con sus diferentes idearios, proyectos y plataformas
políticas, podrían resolverse y encausarse las problemáticas políticas, económicas y sociales.

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El periodo de prosperidad conocido en los años 20 se transformó, tras la crisis de 1930, en huelgas obreras y protestas
contra el liberalismo y el parlamentarismo, por eso desde 1920 triunfaron los regímenes autoritarios en muchos países
europeos. Los totalitarismos surgieron al terminar la Primera Guerra Mundial como movimientos de masa, de los que
obtienen su legitimidad. Pero no son espontáneos, sino que están dirigidos por un grupo totalmente fiel al Jefe. Todos
ellos se presentan como revolucionarios, lo que les diferencia de los movimientos autoritarios de derechas. En ellos el
Estado o el Partido se esfuerzan para controlar la sociedad mediante organizaciones encargadas de vigilar y dirigir. Una
característica común a todos ellos es que se le concede gran importancia a la propaganda y al culto a la personalidad de
los dictadores, pero sin embargo existen muchas diferencias entre unos y otros.

Al término de la I Guerra Mundial, Europa vivió una situación especialmente difícil. Tenía que recuperarse de los daños
ocasionados por la guerra y se percibía el peligro de una revolución obrera. Además, desde principios de los años 30,
llegaron los efectos de la depresión económica del 29, cuando los Estados Unidos retiraron los capitales invertidos para
dar prioridad a sus problemas internos.

Como consecuencia, el sistema liberal entró en una profunda crisis. Los países de larga tradición democrática como Gran
Bretaña y Francia, pudieron hacerle frente, aunque con grandes dificultades. Los Estados Unidos aplicaron la política del
New Deal, bajo la presidencia de Roosevelt. Pero en otros casos, se desarrollaron con fuerza movimientos nacionalistas,
totalitarios y anticomunistas: los fascismos.

Se iniciaron en un clima de inseguridad vivido por las clases medias desde el fin de la guerra. Al principio, utilizaron un
discurso extremista (una combinación de elementos nacionalistas y socialistas). Eso les permitió atraerse a una parte del
proletariado y ser movimientos de masas. Pero sólo alcanzaron el poder cuando consiguieron ganarse el apoyo de los
grandes capitalistas, temerosos de una revolución como la que había triunfado en Rusia.

Italia: Mussolini y el nacimiento del fascismo.

Italia fue uno de los países vencedores en la I Guerra mundial. Pero muchos italianos hablaron de una “victoria mutilada”,
sin las compensaciones territoriales que esperaban. La Primera Guerra Mundial costó a Italia grandes sacrificios. La
inflación y el desempleo provocaron una gran conflictividad social, con numerosas huelgas y ocupaciones de tierras y
fábricas por obreros agrícolas e industriales.

Como en otros países, la posguerra estuvo acompañada de enfrentamientos y conflictos revolucionarios, como la
ocupación de fábricas. Las clases medias temieron una revolución comunista. En estas condiciones, un antiguo socialista
y combatiente, Benito Mussolini, fundó un grupo antiliberal y ultranacionalista en 1919, los fascios de combate. Este
movimiento de carácter nacionalista, antiliberal y antisocialista consiguió el apoyo de amplias capas de la sociedad al
defender determinadas exigencias obreras, como la jornada laboral de ocho horas. Su actividad se extendió por las zonas
rurales, donde los miembros de las paramilitares Milicias Voluntarias para la Seguridad Nacional, más conocidos como
Camisas negras, conseguían el respaldo de los terratenientes mientras atacaban a las ligas de campesinos y a las
asociaciones socialistas. Sus militantes vestían como uniforme la camisa negra, hacían el saludo romano y practicaban una
violencia selectiva contra los grupos socialistas y comunistas. El movimiento creció con rapidez. En un alarde de
oportunismo, el fascismo abandonó su talante republicano para ganarse la confianza no sólo de los grandes propietarios
agrarios e industriales sino también del Ejército y de la propia monarquía. Su estrategia contra el desorden fue la violencia.
Las squadre fascistas actuaban sobre los militantes de izquierda sin temor que quedaban en la impunidad. En una
actuación fascista de abril de 1921 murieron 38 socialistas. El 7 de noviembre de 1921 fundó el Partido Nacional Fascista,
que supuso de alguna manera la sustitución del programa social como elemento fundamental de su ideario político para
poner en el centro de éste la oposición radical al socialismo y al sistema parlamentario. Tras su fracaso electoral de 1919,
Mussolini se presentó candidato a las elecciones parlamentarias de 1921 y resultó elegido diputado.
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En 1922 su representación en el Parlamento era pequeña. Pronto se ganó el apoyo de las fuerzas conservadoras y, tras
una demostración de fuerza, la marcha sobre Roma en octubre de 1922 en el Congreso Nacional del Partido Fascista
Mussolini dijo: O nos dan el poder o lo tomamos marchando sobre Roma. Se produjo la marcha formada por 30.000
hombres mal armados, que resultaron aclamados. El 29 de octubre de 1922, un día después de que los fascistas realizaran
la marcha sobre Roma, el rey Víctor Manuel III encargó a Mussolini la formación de un nuevo gobierno al nombrarle primer
ministro (presidente del Consejo de Ministros).

Al principio gobernó respetando algunas instituciones del sistema liberal. En 1926 implantó una dictadura, con un Estado
que llamó “totalitario”. Eliminó a los partidos de la oposición (socialistas, comunistas, democristianos) quedando como
único el Partido Nacional Fascista, cuyos órganos se equiparan a los órganos del Estado.

Trabajadores y empresarios se encuadran en el sistema de las corporaciones, se suprime la huelga, etc. La política
económica es dirigista, impulsa grandes obras públicas e implanta la autarquía. También se fomenta el incremento de la
población premiando la natalidad. La resistencia antifascista -poco activa- fue eliminada y la masa del pueblo italiano
aceptó el fascismo, entre la pasividad y el entusiasmo. Mussolini se convierte en el jefe todopoderoso, el Duce.

La política exterior italiana hasta 1930.

La política exterior de Benito Mussolini se cimentó en el pragmatismo del régimen,fundamentado en cuestiones políticas
e ideológicas. Se cambiaban de aliados según las circunstancias, y no se tenía demasiado en cuenta los recursos humanos
y materiales con que contaba Italia para poder afrontar los desafíos venideros. Sin embargo, a pesar que sus Fuerzas
Armadas no estaban pertrechadas para una guerra de largo alcance, y de no contar con materias primas e insumos, el
pueblo italiano creyó en la propaganda fascista sobre la superioridad italiana sobre los países a los que se debía conquistar,
y a los que se transformaría en colonias.

Desde el comienzo del régimen fascista de Benito Mussolini, se adoptó una política exterior muy vehemente en sus
expresiones verbales, sobre todo ligada a la necesidad de intervenir en aquellos asuntos que eran importantes para Italia.
Con ello buscaba hacer pesar el prestigio y la grandeza de su país en el concierto de las naciones y en lo interior, obtener
el apoyo popular, sobre todo porque la mayoría de la población estaba desencantada por el resultado de la participación
italiana durante la Gran Guerra. Pero, el estado fascista se vio siempre sobrepasado por los acontecimientos, antes que
tener una política exterior coherente y planificada.

Durante el período 1918 a 1930, la política exterior se ve afectada por las determinaciones de Gran Bretaña y de Francia.
Aunque en 1923, Mussolini se embarca en la aventura de la invasión a la isla de Corfú, por el conflicto con el Reino de
Grecia, por cuestiones de intereses en Albania, en 1924, finalmente ocupa la ciudad de Trieste, incorporándola a Italia;
sus acciones sirven más para satisfacer su prestigio interiormente, que para ocupar un lugar de peso en el contexto
europeo. Todas estas actividades fueron permitidas por franceses y británicos. Pero, en cambio, otros intentos en el norte
de África o en Turquía, no fueron aceptados y abortaron. Pero a partir de 1930, la situación cambia. La crisis económica
mundial y las diferencias y rivalidades que surgen entre Gran Bretaña, Francia y la renovada Alemania, dan espacio al
“sueño de grandeza” italiana. Comienza a buscar una influencia preponderante en Europa Sudoriental, aliándose con
Austria y Hungría para conseguir la hegemonía en el Mediterráneo oriental y expandir el imperio italiano en África. Pero,
la realidad marca que la capacidad industrial era muy pequeña, y la producción de insumos para afrontar un esfuerzo
bélico era muy limitada. Por eso todo se apoyaba en el aprovechamiento de las oportunidades que la política internacional
presentara.

Punto 41: Tratado de Letrán

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También conocidos como Pactos de Letrán o acuerdos lateranenses, fueron suscritos el 11 de febrero de 1929 entre el
gobierno italiano y La iglesia católica.

El tratado de Letrán buscaba terminar con los desacuerdos entre la república italiana y la Santa Sede, iniciados durante el
siglo XIX cuando la iglesia perdiera la mayor parte de sus estados pontificios durante las guerras de unificación italiana,
impulsadas por Víctor Manuel II.

Firma del Tratado de Letrán

El cardenal Pietro Gásperi, en nombre del Papa Pío XI, y Benito Mussolini, secretario de estado del Santa Sede el primero
y primer ministro de Italia el segundo, idearon tres acuerdos diferentes: el primero reconocía a la Santa Sede como estado
independiente y soberano, naciendo así el Estado de la ciudad del Vaticano. Un segundo acuerdo pactaba un concordato
entre el gobierno italiano y la iglesia, fijando los límites en sus relaciones civiles y religiosas. El tercer pacto otorgaba a la
iglesia una compensación económica por las pérdidas sufridas en 1870.

La firma del tratado suponía el fin de las diferencias entre iglesia y estado. El Gobierno italiano daba el aval a catolicismo
como religión única, reconocía la personalidad internacional de la Santa Sede y le otorgaba plena propiedad y jurisdicción
sobre él sus territorios en el creado Estado de la Ciudad del Vaticano. Se comprometía a la inviolabilidad de esos territorios
y reconocía el carácter sagrado de la persona del Papa, así como las dignidades correspondientes a los altos prelados de
la Iglesia católica.

También las propiedades del vaticano se reconocen como inviolables y soberanas: la Basílica de San Pedro, el conjunto de
los palacios vaticanos, Castelgandolfo, San Calixto, la Cancillería, las basílicas mayores y los edificios que la santa Sede
destinaba a sus institutos y universidades.

La firma del concordato que reconocía “una iglesia libre dentro de un estado libre” obligó al papado a exigir a sus obispos
y arzobispos la jura de lealtad al estado italiano antes de tomar sus cargos religiosos. En dicha juramentación los prelados
se comprometían a no intervenir en asuntos políticos.

El gobierno italiano, a su vez, dictó leyes sobre el matrimonio y el divorcio, ajustándolas a los criterios de la iglesia católica,
eximiendo además a los miembros del clero del servicio militar obligatorio. Con estas medidas quedaba más que claro que
el estado italiano reconocía a la iglesia católica como la iglesia del estado, dejando en sus manos buena parte del sistema
educativo italiano. El territorio del estado vaticano se fijó, gracias al tratado de Letrán en 44 hectáreas sobre las que tenía
dominio total el Papa.

Entre otras medidas acordadas en el Tratado estuvieron: el reconocimiento de Roma como lugar de peregrinación y centro
del mundo católico; la obligación de que los obispos fuese italianos y hablaran ese idioma. También se le reconocía validez
civil al matrimonio religioso, cuya nulificación recaía exclusivamente en la iglesia.

La iglesia podía abrir escuelas y participar de la enseñanza primaria y secundaria. En uno de los artículos se les concedía a
los obispos el derecho a contratar y despedir maestros y dar su aprobación a los libros de texto.

En 1985 se firmó un nuevo concordato, con lo que el Tratado sufrió notables cambios. El catolicismo perdió su estatus
como la religión oficial del estado italiano y la educación dejó de ser obligatoriamente religiosa, con lo que la influencia
de la iglesia católica perdió fuerza en los territorios italianos. En los nuevos acuerdos, la exención de impuestos de la que
gozaban las instituciones religiosas se perdió. También perdieron el control sobre las catacumbas judías.

Alemania: la frustración del nacionalismo alemán y los orígenes del Partido Nazi (NSDAP). Debilidad de la República
de Weimar.
116
Bajo el espectro del final de la Primera Guerra Mundial, en 1919, se formó el “Partido Obrero Alemán” (Deutsche Arbeiter
Partei, DAP). Ese año ingresó Adolf Hitler como miembro, asumiendo el rol de jefe de propaganda. En 1920 se cambió el
nombre a “Partido Nacional Socialista Obrero Alemán”, más conocido como Partido Nazi.

El Partido Nazi fue uno de los que manifestaba su descontento con la rendición de Alemania y la imposición de fuertes
medidas compensatorias al país después de la Primera Guerra Mundial, lo cual provocó una reacción nacionalista en la
población que no comprendía el resultado de la guerra. El partido se caracteriza por un nacionalismo extremo y el
antisemitismo. Después de la derrota en la Primera Guerra Mundial, el Emperador Guillermo II abdicó. Muchos alemanes
están descontentos con la nueva situación y desean volver al imperio. También muchas personas opinan que la
socialdemocracia gobernante es culpable de la derrota en la guerra. Sin embargo, desde mediados de la década de 1920
la situación va mejorando paulatinamente en Alemania. Esto finaliza en 1930. Por la crisis económica mundial, Alemania
no puede pagar la deuda originada por la guerra, según se había establecido en el acuerdo de paz de Versalles. Millones
de alemanes pierden sus empleos. Asimismo, existe una crisis política. Las formaciones del gabinete de gobierno renuncian
una tras otra y constantemente hay nuevas elecciones. Resulta imposible obtener la mayoría para formar un gobierno de
coalición.

El nuevo régimen que se estableció, la República de Weimar, tuvo que enfrentar problemas económicos, sociales y
políticos. Esto incluyó levantamientos de distintos sectores políticos y la dificultad para establecer su autoridad. En
noviembre de 1923, Hitler intenta tomar el poder, por medio de un golpe de estado. Lo cual resulta un gran fracaso. Hitler
termina tras las rejas y un juez prohíbe el NSDAP. Hitler fue condenado a cinco años de cárcel, aunque es liberado tras 10
meses. Durante esos meses en prisión escribió su libro “Mi Lucha” (Mein Kampf).

En 1933 fue nombrado canciller e inmediatamente acabó con la democracia alemana, proclamándose Führer (líder, jefe).
Inmediatamente prohibió los partidos, eliminó cualquier tipo de libertad y organizó de forma brutal la persecución de sus
adversarios. Los grupos paramilitares del partido nazi, las SA y las SS, y la policía secreta, la Gestapo, organizaron un
verdadero régimen de terror.

Al igual que el fascismo italiano, el nazismo implantó el control estatal de la economía, enfocándola hacia el rearme, y se
lanzó a una política expansionista, a la que añadió una brutal política racista.

Punto 42: Hitler y su programa de actuación política: el “Mein Kampf”

En esta obra presenta su plataforma ideológica con la cual Partido Nazi crecerá durante la década de 1920, y llegará al
poder en 1933. El texto expone:

● Autoritarismo y autoridad total del líder: el Führer, o líder supremo, tenía la autoridad y control frente a todas
las instituciones y organizaciones del régimen nazi y sobre todos los ciudadanos. Se esperaba una lealtad total
al líder.
● Estado totalitario: se establecía un control en todos los aspectos de la vida cotidiana, que los límites entre el
espacio público y el privado se borraron. Toda actividad dentro de Alemania pasaba a estar supeditado a
contribuir al partido nazi y a la lealtad al Führer.
● Antiparlamentarismo: rechazo a la forma democrática de elecciones por mayoría, porque considera que el
líder y el partido tienen la autoridad absoluta. Rechazan la participación de todas las personas, sólo acepta la
de aquellos considerados ciudadanos.
● Libertades individuales: son sometidas al interés general del partido, y son sólo para aquellos que son
considerados ciudadanos.

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● Racismo/Estado racista: el racismo fue una parte esencial de la ideología nazi. Proponía que los seres humanos
estamos divididos en razas, estando en la cúspide como una “raza superior” la raza aria de la cual los alemanes
eran sus principales representantes. Asimismo, había razas inferiores, como los eslavos y negros; y grupos que
se encontraban en las escalas inferiores de las categorías raciales, como los judíos. El nazismo identifica a los
judíos como su “enemigo racial”, la antítesis de la raza aria. La presencia de los judíos en Alemania significaba
una amenaza a la pureza racial, por lo que buscaban eliminar a los judíos del país. Esta forma de entender el
mundo fue inculcada a los alemanes a través de las escuelas cuando el nazismo llegó al poder, en 1933. El
Estado comienza a adoctrinar a la juventud en las teorías racistas por medio de una educación racial. Sólo
quienes son de raza aria pasan a ser ciudadanos.
● Uso de la fuerza: era considerado como un mecanismo efectivo para imponer la ideología nazi.
● Espacio vital: es un concepto esencial de la ideología nazi, vinculado con las necesidades de la raza aria para
su desarrollo. Según el nazismo, la raza aria necesitaba espacio para desarrollar su destino. Luego de la
Primera Guerra Mundial, los límites de Alemania habían sido reducidos, por lo que era necesario expandirse
y conquistar los territorios en los que habitaban personas de raza aria. Así, se lograría equiparar la
superioridad de la raza aria con su extensión territorial. En su obra Mi lucha (Mein Kampf), Hitler había escrito:
«Los alemanes tienen el derecho moral de adquirir territorios ajenos gracias a los cuales se espera atender al
crecimiento de la población.» Hitler establecía la necesidad de acabar con la desproporción entre la población
alemana y la superficie territorial que ocupaba. La idea no se limitaba a restaurar las fronteras anteriores al
estallido de la Primera Guerra Mundial (1914), sino que además se pretendía conquistar nuevas tierras al Este.
No sólo para asegurar el sustento a la población, sino, y sobre todo, para garantizar su supervivencia, a
expensas de las «razas inferiores», en este caso la raza eslava. De esta manera, la biología se convertía en
determinante de los valores fundamentales de la comunidad nacional. Hitler incrementó el Lebensraum
(espacio vital) a través del Anschluss (anexión) con Austria y la ocupación de los Sudetes (Checoslovaquia) en
1938, y luego por medio de la invasión de Polonia en 1939, que motivó el estallido de la Segunda Guerra
Mundial. El expansionismo nazi alemán alcanzó su punto culminante cuando Alemania invadió a la Unión
Soviética en 1941, ocupando Ucrania, Bielorrusia, Letonia, Lituania, Estonia y la mitad occidental de la Rusia
europea.

Punto 43: El Tercer Reich: la construcción del Estado totalitario. Política de recuperación económica y militar

Tanto dentro de Alemania como fuera de ella, el término "Tercer Reich" se usó a menudo para describir el régimen nazi
en ese país, que se extendió desde el 30 de enero de 1933 al 8 de mayo de 1945.

La llegada de los nazis al poder marcó el comienzo del Tercer Reich. Acabó con la República de Weimar, una democracia
parlamentaria establecida en la Alemania vencida después de la Primera Guerra Mundial. Los últimos años de esta
República estuvieron hostigados por el estancamiento político, la creciente violencia política callejera y la depresión
económica. Estos años también estuvieron caracterizados por líderes que, sin un compromiso firme con la democracia,
estaban dispuestos a invocar legislaciones de emergencia como reemplazo del consentimiento parlamentario.

Después de la designación de Adolf Hitler como Canciller, el 30 de enero de 1933, los líderes del nuevo Gobierno (una
coalición de nazis y nacionalistas alemanes) pasaron rápidamente a suspender los derechos civiles básicos de todos los
alemanes. Luego de un sospechoso incendio en el Reichstag (Parlamento alemán), el 28 de febrero de 1933, el Gobierno
alegó falsamente que había sido la señal de un esfuerzo comunista de derrocar al Estado. Proclamó el estado de
emergencia en un decreto que suspendía los derechos civiles constitucionales y permitía a Hitler decretar más legislación
sin la confirmación parlamentaria.

118
En los primeros meses del mandato de Hitler, los nazis establecieron una política de “coordinación” (la alineación de los
individuos y las instituciones con los objetivos nazis). En seis meses, los nazis proscribieron a todos los otros partidos
políticos, incluso a sus socios de coalición, los nacionalistas alemanes, o los forzaron a una disolución "voluntaria"

Hitler y el partido nazi controlaban las instituciones, la sociedad y los individuos. Durante el año 1934 se suprimieron las
libertades y las garantías individuales. La Administración Pública fue depurada con una ley que autorizaba el despido por
razones políticas y raciales.

Bajo la autoridad del Führer, un grupo de dirigentes del partido organizó, con mano de hierro, el nuevo Estado. La policía
fue sustituida por la SS. En 1934 se creó la Gestapo (Policía Secreta), dirigida por Himmler, encargada de la represión de
la oposición y del control sobre la opinión pública. En 1930 se abrieron los primeros campos de concentración (Dachau),
y hacia 1934 ya existían unos cincuenta. Sólo quedaba por conseguir la total sumisión del partido a las directrices de Hitler,
ya que un sector de la SA, liderado por Röhm, mantenía diferencias políticas con el Führer. Su neutralización se llevó a
cabo durante la Noche de los cuchillos largos (1934), el la que fueron asesinados Röhm y más de 300 dirigentes de la SA.
A partir de ese momento el control del Führer y del partido nazi fue absoluto.

Política de recuperación económica.

La principal preocupación de los nazis era convertir nuevamente a Alemania en una gran potencia mundial. Para ello se
estableció un fuerte dirigismo estatal, que tenía como objetivo convertir Alemania en un Estado autosuficiente. Con esta
finalidad, se elaboró un Plan de autoabastecimiento. Además el Estado pasó a controlar fuertemente los precios y los
salarios. Por último, se priorizó la industria pesada.

En 1939, Alemania se había convertido en la segunda potencia industrial del mundo. Para ello se bajaron los salarios, se
alargaron las jornadas laborales (10 horas) y se anulo los derechos a huelga, asociación, convenios, etc.

La clase obrera vio como desaparecía el paro pero en su contrario empeoraron los salarios y el trabajo.

El problema del desempleo

Con seis millones de parados, el desempleo era un problema muy grave para una Alemania hundida tras la Gran Guerra.
Durante las campañas electorales de 1932-1933, Adolf Hitler había prometido al pueblo alemán Pan y Trabajo (Arbeit und
Brot). Hitler se propuso lo siguiente para lograr su objetivo:

1. Reducir el alto desempleo

2. Crear trabajos mediante un proceso de rearme (desafiando así las cláusulas del Tratado de Versalles y preparando la
expansión germana que culminaría en la Segunda Guerra Mundial)

3. Crear una alemania autosuficiente (autarquía).

4. Dejar de pagar las reparaciones de guerras a los Aliados para invertir ese dinero en empresas alemanas

Para desarrollar e implementar estas medidas se designó responsable al experto financiero y presidente del Reichsbank,
Hjalmar Schact. Fue destituido en 1936 y sustituido por Hermann Goering, encargado de implementar el Plan de 4 Años
(Vierjahresplan, 1936-1940).

El Servicio Alemán de Trabajo (Reichsarbeitsdienst – RAD)

119
El gobierno anterior al de Hitler había iniciado programas de trabajo para reducir el desempleo. Uno de esos programas
recibió el nombre de Servicio Alemán de Trabajo (Reichsarbeitdienst). En julio de 1935, se decretó por ley que todo varón
con edad comprendida entre los 18 y 25 debería:

1. Completar seis meses de entrenamiento en el RAD.

2. Vestir uniforme militar.

3. Vivir en campos.

4. No percibir salario (solo dinero para pequeños dispendios personales).

5. Realizar ejercicios físicos y militares todos los días.

Entre los trabajos realizados en el RAD se encontraban las siguientes actividades:

a) Plantar árboles y despejar vegetación para explotaciones agrícolas.

b) Cavar zanjas en granjas, mejorar los sistemas de drenaje y garantizar la óptima producción para conseguir una
producción autárquica.

c) Completar trabajos manuales para asegurar un buen funcionamiento de la maquinaria económica germana.

Junio de 1933 – Ley para la reducción del paro

1. Construcción de una red de autopistas (Autobahn)

2. Construcción de hospitales

Esta ley preveía que todo el trabajo se realizaría de forma manual, con lo que se necesitarían más obreros y se bajaría así
la tasa de desempleo. De esta manera se creraron 80 000 puestos de trabajo durante los cinco años siguientes.

El rearme

El proceso de rearme sirvió para crear nuevos puestos de trabajo en la manufactura de armas, el suministro de materias
primas y la manufactura de equipamiento militar (tanques, submarinos, etc.). Con la política de rearme se pretendía lo
siguiente:

1. Aumentar el número de soldados de 100 000 a 300 000

2. Aumentar la flota naval y de submarinos

3. Construir dos acorazados

4. Aumentar la fuerza áerea

Cabe destacar que el Tratado de Versalles prohibía todos estos objetivos pero desde 1935 en adelante, la Alemania nazi
se rearmó abiertamente: se decretó el reclutamiento obligatorio de todo hombre con edades comprendidas entre los 18
y 25 años, por un periodo de dos años. Estas medidas se pueden ver muy bien en cifras: en 1933 el ejército alemán contaba
con 100 000 efectivos, en 1939 con 1 4000 000.
120
Punto 44: Expansionismo alemán hasta la Segunda Guerra Mundial

El Tratado de Versalles de 1919, el acuerdo que permitía vislumbrar un mundo nuevo después de la Primera Guerra
Mundial, murió de inanición el 11 de marzo de 1938. Aquel día Alemania se anexionó Austria, violando definitivamente
los límites geográficos impuestos por el acuerdo de 1919 y trazando un mapa geopolítico que inevitablemente conduciría
a un nuevo conflicto.

Los límites geográficos de Alemania fueron una de las grandes cuestiones negociadas en Versalles. El tratado recogía con
carácter “inapelable”, recogido en el artículo 29, que el territorio alemán no podía exceder Dinamarca, Bélgica,
Luxemburgo, Francia, Suiza, Polonia, Checoslovaquia y, desde luego, Austria. En estos dos últimos casos, especificaba que
la frontera con Austria sería la existente el 3 de agosto de 1914 -es decir, la prebélica-, y la Checoslovaca “la frontera del
3 de agosto de 1914, entre Alemania y Austria desde su unión con el antiguo límite administrativo que separa Bohemia y
la provincia de Alta Austria hasta el punto al norte del saliente de la antigua provincia de Silesia austríaca, situada a unos
8 kilómetros al este de Neustadt”. Resultaba difícil ser más preciso. El énfasis del Tratado en estas especificaciones tiene
una doble motivación. Por un lado, el afán expansionista germano, y por otro, la presencia del concepto de la Gran
Alemania, un ideal expandido en el siglo XIX paralelo a un cierto romanticismo que quería resolver la llamada cuestión
alemana. Esto es, la amplitud de Alemania hacia el Este, incorporando parte de Polonia, la actual República Checa y Austria.
Es decir, los territorios que la Alemania nazi ocupó entre 1938 y 1941: el Lebensraum -espacio vital- que formaba parte de
la mitología imperial germánica y que Hitler ya había anunciado en Mein Kampf .

Rearme alemán, denominado Aufrüstung por las fuentes alemanas, fue el esfuerzo masivo de rearme que tuvo lugar en
la Alemania nazi desde la llegada al gobierno de Adolf Hitler en 1933, violando las cláusulas de desarme y otras garantías
que el Tratado de Versalles imponía a Alemania, y que el nacionalsocialismo consideraba un "dictado" (diktat) impuesto
por las potencias vencedoras de la Primera Guerra Mundial, que impedía al pueblo alemán definido en términos raciales
(volksgemeinschaft) ocupar el espacio vital (lebensraum) que le correspondería como raza superior.

Durante su lucha por el poder, desde los años veinte, el NSDAP (partido nazi) prometió recuperar el orgullo perdido de
Alemania mediante el rearme, denunciando a la República de Weimar por su aceptación del Tratado de Versalles, lo que
consideraba una vergüenza para todos los alemanes.

A pesar de su envergadura, el Aufrüstung fue principalmente una operación secreta, llevada a cabo principalmente
mediante organizaciones encubiertas.

A medida que se iba descubriendo el alcance del rearme alemán, especialmente tras la salida de Alemania de la Sociedad
de Naciones y la Conferencia de Desarme de Ginebra, se inició como respuesta un rearme de las potencias occidentales,
especialmente del Reino Unido.

A pesar de que Hitler deseaba convertir a Alemania en una potencia militar, los gastos militares fueron relativamente
modestos entre 1932-33 y 1935-36, representando no más que un 1.3% del producto nacional alemán. Incluso en 1936,
las fuerzas alemanas encontrarían difícil combatir con cualquiera de sus estados vecinos. Overy da una serie de razones
para ese bajo nivel de re-militarización en 1933: la recuperación económica, que para el régimen nazi era llave de la
estabilización política y paz social después del caos de la depresión, no se lograría con el rearme; el empobrecimiento
rural, la caída del mercado, las dificultades de la balanza de pagos y el sistema crediticio al borde del colapso. Todos estos
factores se verían exacerbados por un alto gasto militar.

El rearme se mantuvo en secreto hasta 1935, y las prioridades de ese rearme se basaron primeramente en la reconstrucción
de la infraestructura militar –cuarteles, aeródromos y escuelas de entrenamiento- que había sido destruida durante el período

121
de desarme forzoso. Los primeros programas de producción de la fuerza aérea se concentraron en la construcción de aviones
de entrenamiento. Entre 1934 y 1938, el 58% de la producción aérea se dedicó a los aviones de entrenamiento y sólo el 18%
a aviones de combate. La producción de tanques fue lenta y el programa naval de 1934 había avanzado poco antes de finales
de los treinta. La re-militarización a cualquier escala llevó su tiempo en conseguirse porque había partido en 1933 de una base
exigua.

El punto crucial en el desarrollo tanto de la economía como del rearme llegó de la mano del Segundo Plan Cuatrienal de
octubre de 1936, que marcaba de forma completamente diferente la expansión militar basada en la reconstrucción de la
economía para afrontar las probables necesidades de la guerra.

Hitler creía que el fracaso de la economía alemana en suministrar armas y víveres para el frente en la IGM había sido la
raíz del descontento social y la causa de la “puñalada por la espalda” al ejército alemán en 1918.

La economía-basada-en la defensa no podía asegurarse sin considerar la economía como un todo. “En tiempos de peligro”,
escribió el general Georg Thomas (que era el director de asuntos económicos de la Wehrmacht), “el suministro de víveres,
la industria, el comercio, el suministro de materias primas, comercio exterior, finanzas, transporte y las tareas del
Ministerio de Trabajo debían formar una unidad”. Fue la preparación de la guerra en este amplio sentido lo que Hitler
puso en juego en 1936 con el Plan Cuatrienal bajo dirección de Hermann Göring. La principal estrategia de este plan era
la sustitución de las importaciones para liberar a Alemania del peligro del bloqueo, esto es, la autarquía. Así que había que
asegurar la producción interna de los materiales vitales de guerra, y donde no fuera posible, asegurase el suministro de la
Europa oriental o sur-oriental, libre de las interferencias de las otras potencias.

El Plan, además, contemplaba un programa agrario para aumentar el rendimiento interno y garantizar la llamada
Existenzminimum para la población en caso de que estallara la guerra. Había otros programas para maquinaria y productos
químicos, y se pusieron a más de 1.3 millones de alemanes bajo entrenamiento especial para desarrollo de habilidades
laborales para las necesidades de la guerra. Para controlar las implicaciones financieras de la preparación de la guerra se
designó un Comisario de Precios bajo los auspicios de la organización del Plan, cuyo trabajo principal consistía en congelar
los precios allí donde fuera posible. El dinero para tan grandes y nuevos proyectos industriales se recaudó parcialmente
de los impuestos, pero mayormente de los préstamos tomados más o menos forzosamente de los bancos de ahorros del
país.

El pacto germano-británico

El Acuerdo naval anglo-germano fue un convenio bilateral de 1935, pactado entre el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda
del Norte y Alemania donde se autorizaba la creación de una flota de guerra alemana, pero limitándola al 35% del tamaño
de la Marina Real Británica.

Siendo parte del proceso de apaciguamiento antes de la Segunda Guerra Mundial, el acuerdo dio cabida a la violación de
restricciones por parte de Alemania, limitaciones impuestas por el Tratado de Versalles que indujeron a la crítica
internacional y originaron un distanciamiento entre los franceses y los británicos.

Punto 45: La política exterior de la URSS hasta la Segunda Guerra Mundial

Punto 46: Guerra civil española

LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA 1936-1939

● ANTECEDENTES: CONTEXTO EUROPEO EUROPA TRAS LA I GUERRA MUNDIAL

122
Antes de la “Gran Guerra” en Europa el número de gobiernos que se podían considerar democracias no llegaba a la decena
de países. Sin embargo tras la contienda mundial el modelo político de la democracia liberal se extenderá por todo el
continente, el hecho de que los dos países protagonistas de la victoria, Estados Unidos e Inglaterra, junto con Francia,
principal damnificado de la misma, representasen ese modelo de estado impulso una extensión del mismo por todo el
continente.

Así pues en la Europa de 1919 lo que predominan son estados con gobiernos democráticos que coexisten con menos de
10 estados autoritarios (sin sistemas de representación plenamente democráticos) y, por primera vez en la historia, con
un estado socialista encarnado en la URSS.

España será, sin embargo, uno de aquellos pocos regímenes autoritarios. Desgraciadamente esta “euforia democrática”
post guerra mundial durará poco y a lo largo de los años 20, y sobre todo a partir de 1929, numerosos estados europeos
dejaron de ser democracias y se convirtieron en regímenes no democráticos dictatoriales. Ese fue el caso de los regímenes
fascistas en Italia y Alemania o de los regímenes autoritarios como el de Polonia y Portugal. La desaparición de las
democracias liberales en Europa fue tan grande que en 1939, en vísperas de la II Guerra Mundial solo 10 estados podían
considerarse como regímenes democráticos, el resto se habían convertido en regímenes dictatoriales o fascistas; y solo
uno, la URSS, continuaba siendo un régimen socialista.

● SITUACIÓN DE ESPAÑA EN LOS AÑOS 30

Por raro que pueda parecer en España el proceso fue el contrario. Al no haber participado de manera directa en la I Guerra
Mundial los efectos “democratizadores” de esta no tuvieron ningún efecto en el país y este siguió una senda propia hacia
la democratización. Durante los años 20 las fuertes tensiones sociales y políticas que se vivían en el país hicieron que el
sistema monárquico autoritario de Alfonso XIII acabara por convertirse en una dictadura militar, se evoluciona por tanto
de un régimen autoritario a otro más autoritario aún.

Sin embargo el régimen dictatorial contaba con pocos apoyos políticos y económicos, y además carecía de una verdadera
base social que lo sustentara, lo que conllevaría su fin. En 1931 había vuelto al poder el rey Alfonso XIII pero en las
elecciones municipales de abril de ese mismo años se alzaron con la victoria por mayoría absoluta los partidos
republicanos; el rey entendió el mensaje y abandono el país de inmediato proclamándose el 14 de abril de 1931 la II
República Española. Al contrario de lo que había pasado en Europa en España se optaba por un régimen democrático.

España se constituyó en una “República de Trabajadores” y aprobó una constitución en ese mismo 1931. Era la primera
vez que existía una democracia real en el país, donde además se garantizaban los derechos de los ciudadanos y las
libertades básicas como la de asociación, expresión, movimiento, etc. Sin embargo la II República nació también con
muchos problemas a los que enfrentarse; el reto de transformar España era grande y eso significaba llevar a cabo
profundos cambios en la estructura social, política y económica de un país que históricamente había sido reacio a los
cambios. Como en tantas otras ocasiones el país se encontró dividido en dos mitades irreconciliables y enfrentadas la una
a la otra. Una parte quería cambios profundos y reales en las estructuras de poder político y económico y la otra parte
quería que nada cambiase, la historia de la II República fue la historia de las luchas entre esas dos visiones de España y de
su incapacidad para llegar a acuerdos. El punto álgido de ese enfrentamiento llegó cuando una de las partes, la
conservadora, decidió romper con la vía democrática y dio un golpe de estado, el golpe fracasó y como consecuencia de
ello comenzó lo que hoy conocemos como “Guerra Civil Española”.

● ANTECEDENTES Y CAUSAS DE LA GUERRA

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Dentro de los antecedentes y causas de la guerra tenemos que destacar en primer lugar la polarización política de la
sociedad. La división social de la población española que se encontraba enfrentada en dos mitades irreconciliables.

→ Las izquierdas: Formadas por las clases trabajadoras, tanto el proletariado industrial como los jornaleros del
campo, y una parte de la burguesía. No era un grupo homogéneo y estaba formado por partidos de izquierdas
como el PSOE (Partido Socialista Obrero Español) mayoritario en el país, el PCE (Partido Comunista de España)
minoritario, partidos de izquierda republicana, izquierda radical, etc. A los partidos había que sumar las
organizaciones sindicales, y sobre todo los dos grandes sindicatos españoles, socialista y anarquista, la UGT y la
CNT respectivamente. Para hacerse una idea de cómo era esa sociedad hay que entender que el número
aproximados de afiliados al sindicato anarquista CNT estaba próximo al millón en las vísperas de la guerra, lo que
equivalía a que más del 4% de la población del país militaba en las filas del anarquismo, a eso había que sumar las
otras opciones sindicales de izquierda. En definitiva una clase trabajadora fuertemente ideologizada y
decididamente comprometida con la lucha de clases.

→ Las derechas: Formadas como es lógico por las élites económicas, los banqueros, industriales, los grandes
terratenientes; pero también por los pequeños y medianos propietarios agrícolas, parte de la burguesía, la mayor
parte de los mandos del ejército y sobre todo por la Iglesia Católica de España. Si bien tampoco era un grupo
homogéneo sí que lo era en mucho mayor grado que las izquierdas, y al igual que estas estaban representados en
partidos políticos; estos eran de corte conservador y tradicional, aunque desde los años 20 habían empezado a
crecer también los partidos de derecha radical de ideología fascista como “Falange”.

A esta profunda división social también contribuía la existencia de unas enormes desigualdades sociales en el país que
eran percibidas por toda la ciudadanía. La mayor parte de la población era pobre, analfabeta y no tenía ni siquiera
cubiertas sus necesidades básicas para la subsistencia. La tasa de mortalidad infantil era muy elevada y el acceso a algún
tipo de sanidad era muy restringido y caso limitado a la élite del país. Estas desigualdades también se manifestaban en el
reparto de la propiedad de la tierra, dónde la realidad era que una minoría terrateniente poseía la mayor parte de las
tierras y campos de cultivo del país y una masa de jornaleros y campesinos se tenían que conformar con trabajar en esos
inmensos latifundios durante largas jornadas por salarios muy escasos. En resumen podemos afirmar que las clases
desfavorecidas eran una mayoría que además era consciente de su situación y quería cambiarla.

De este modo la crisis económica mundial que se originó a raíz del crack de 1929 contribuyó a empeorar todavía más las
condiciones de vida de las clases trabajadoras y amplificó sus reivindicaciones y luchas.

Junto con las causas de tipo social también debemos de nombrar las de tipo político, y entre estas el problema del
nacionalismo. En el último tercio del siglo XIX nacieron en España los movimientos de tipo nacionalista a imitación de sus
homólogos europeos. Los dos focos principales de nacionalismo se situaban en Cataluña y el País Vasco, los dos centros
industriales del país y auténticos motores de la economía de la nación. En Cataluña el sujeto político del nacionalismo era
un partido republicano de izquierdas ERC, Esquerra Republicana de Cataluña; sin embargo en el País Vasco el nacionalismo
era de derechas, conservador y católico. Ambos dos movimientos aspiraban a la independencia o grandes cuotas de
autonomía dentro de una república federal. El movimiento nacionalista supuso una amenaza a la unidad territorial del
país y era visto como un gran peligro porque podía desencadenar el desmembramiento de todo el país.

Otro desafío al que se tuvo que enfrentar la II República fue el de la Iglesia Católica. En España que era y había sido un país
muy religioso la fuerte penetración de las ideas socialistas, comunistas y anarquistas estaba empezando a desplazar a la
Iglesia Católica del centro de poder que había tenido hasta ese momento. Aun así la Iglesia seguía teniendo un enorme
poder mediático sobre gran parte de la población, ejerciendo una fuerte y notable influencia sobre amplias capas de la
sociedad. En manos de la Iglesia estaban las principales instituciones de enseñanza del país y en esas escuelas se
124
adoctrinaba a la pequeña parte de la población que podía acceder a ellas. Una de las reivindicaciones de las clases
trabajadoras fue la de una educación pública y laica, algo que atentaba contra la hegemonía de la Iglesia en este sector. A
parte de la educación la Iglesia también se dedicaba a determinadas actividades económicas, algo que era visto por los
trabajadores como una competencia desleal.

El ejército español, y sobre todo aquel que estaba destinado en África, en el protectorado de Marruecos, fue una fuente
continua de conflictos. Se trataba de una estructura militar profundamente corrupta, que poseía un gran número de
privilegios y que además tenía un grave problema de “macrocefalia”, esto es, tenía un número excesivo de oficiales.
Además sus oficiales eran en su mayoría muy conservadores y observaban con preocupación la evolución política del país
y el auge de las clases trabajadoras.

Toda esta situación socio-política estuvo presente en la historia de España desde el inicio del siglo XX, a la que hay que
añadir una creciente violencia callejera. La manifestación física de la fractura social será una continua demostración de
lucha y violencia callejera, tanto por parte de los movimientos de izquierdas como por parte de la derecha. Todos y cada
uno de los ataques, atentados, asesinatos de un lado eran respondidos automáticamente por el otro; se vivía en un
ambiente de violencia continua.

● REFORMAS DE LA II REPÚBLICA

Se puede considerar que las reformas que se llevaron a cabo los distintos gobiernos de la II República fueron una de las
causas directas de la guerra civil. Sin extendernos demasiado diremos que una gran parte de esas reformas intentará por
un lado solucionar los problemas de la nación y por otro dar respuesta a las demandas de las clases populares. Es cierto
que durante la II República hubo también un gobierno durante dos años de partidos de derechas, pero durante esos dos
años lejos de aprobarse nuevas reformas lo que se hizo básicamente fue parar las que ya se habían puesto en marcha. Así
mismo lo que también queda claro es que con cada una de estas reformas la II República se fue ganando nuevos y
poderosos enemigos, que a la postre se unirían para dar un golpe de estado e intentar acabar con la primera democracia
real en España.

→ Reforma agraria: que establecía la expropiación de parte de las tierras de los grandes latifundios del sur de España
y su reparto posterior entre los jornaleros y campesinos pobres. Esto provocó la oposición, como era de esperar,
de los grandes terratenientes pero también la de los pequeños propietarios de tierras que temieron quedarse sin
sus propiedades.

→ Reforma laboral: donde se establecían mejores condiciones laborales para los obreros, prohibición de despedir
sin motivo, indemnizaciones por despido, un salario mínimo, obligación de asistencia sanitaria, mayores tiempos
de descanso y días de vacaciones pagadas. Evidentemente la patronal, los dueños de las fábricas estaban en
contra.

→ Reforma de la Iglesia: El objetivo era separar definitivamente la institución de la Iglesia de la del estado. Además
se buscaba limitar la influencia que esta poseía sobre una gran parte de la población. Para ello prohibieron a la
Iglesia ejercer la educación, los centros educativos católicos dejaron de serlo y se prohibió la enseñanza de la
religión católica en las escuelas, la religión se debía enseñar en las iglesias. También se prohibió a la Iglesia que
desarrollara cualquier actividad económica que no estuviera relacionada con la religión, sobre todo aquellas de
carácter industrial. De esta forma la II República acabó por enfrentarse contra un enemigo muy poderoso y con
mucha capacidad de influencia todavía en la población.

125
→ Reforma del ejército: El objetivo era el de organizar y modernizar toda la estructura militar española. Para acabar
con la “macrocefalia” se ofrece la jubilación voluntaria a muchos oficiales. También se anulan una gran parte de
los ascensos que se habían llevado a cabo en los últimos años, sobre todo en el ejército de áfrica. Se intenta luchar
contra la corrupción de la oligarquía militar. El ejército africanista se posicionará en contra del gobierno de la
República y esperara una buena oportunidad para dar un golpe de estado.

● GOLPE DE ESTADO

El 17 de julio de 1936 una parte del ejército con los generales Mola, Sanjurjo y Franco se levantó en armas contra el
gobierno legítimo y democrático de la II República. Este golpe de estado estuvo protagonizado sobre todo por la parte del
ejército situado en África, el conocido como africanista y fue apoyado por amplios grupos de la derecha política y de la
élite económica el país.

El objetivo era tomar el poder, cambiar de régimen y acabar con el sistema democrático de manera rápida y directa; no
hay que olvidar que hasta ese momento en la España de los últimos 100 años el recurso a los pronunciamientos militares
era algo muy corriente.

Sin embargo el golpe de estado va a fracasar. Una gran parte de la población del país se va a posicionar en contra del
levantamiento y se va a oponer a las intenciones de los militares sublevados. El pueblo, que por primera vez en la historia
ha alcanzado la democracia, se va a resistir a perder todo lo alcanzado hasta ese momento.

Aquí radica otra de las diferencias del caso español con el resto de los países europeos, ya que al contrario de lo que paso
en la mayor parte de Europa, cuando los regímenes democráticos fueron derribados, en España la población, una gran
parte del pueblo, salió a defender la II República con las armas, provocando el fracaso del golpe de estado y el inicio de la
Guerra Civil en consecuencia.

● GUERRA CIVIL

a) Motivos

Si bien los podemos deducir de lo anterior, de las causas, vamos a exponer los que fueron los motivos para la guerra:

→ Las reformas republicanas, que atacaban los intereses y privilegios de las élites económicas del país. Fue el
principal motivo pero no el único.

→ El miedo a la revolución, latente en la sociedad burguesa de los países occidentales sobre todo a raíz del triunfo
de la Revolución Bolchevique en Rusia.

→ Una cruzada religiosa, expresado así por la propia Iglesia Española que hizo un llamamiento nacional e
internacional para luchar por la fe católica amenazada por una supuesta revolución en España.

→ El odio visceral que se había acumulado en la sociedad española, un odio de clase que ninguna de las dos partes
intentaba mitigar alimentó un deseo de venganza propiciada por la atmósfera de continua lucha y violencia en la
calle.

126
→ Y el último de los motivos y detonante del golpe de estado y posterior guerra fue la victoria en las elecciones y de
una coalición electoral formada por todos los partidos de izquierda, el conocido como “frente popular”, y cuyas
primeras medidas de gobierno fueron la puesta en marcha de las reformas antes nombradas.

b) Bandos enfrentados

Aunque ya se ha hablado de ello cabe recordar quienes formaban cada uno de los bandos.

SUBLEVADOS:

→ Una parte importante de la oficialidad del ejército y sobre todo del africanista. Al frente del golpe de estado se
situaron los generales Mola y Sanjurjo, ambos murieron en extrañas circunstancias dejando vía libre al general
Francisco Franco para hacerse con el poder. Curiosamente Franco no estaba destinado a ser el “líder” de la
sublevación.

→ Las élites económicas del país, banqueros, industriales, terratenientes, la patronal.

→ Una gran parte de la derecha política democrática, que vieron una posibilidad de obtener de nuevo el poder
político.

→ La derecha tradicional no democrática y el movimiento fascista español, encarnado en el partido “Falange”.

→ La Iglesia Católica Española, que declarará que se trata de una “cruzada santa” contra el enemigo rojo.

→ Parte de la pequeña y mediana burguesía y de los pequeños propietarios agrícolas que veían con recelo los
gobiernos de izquierdas del Frente Popular.

LEALES A LA II REPÚBLICA:

→ Los partidos y sindicatos de izquierdas presentes en el Frente Popular: socialistas, comunistas, anarquistas y
partidos democráticos y republicanos de las clases medias.

→ La mayor parte del ejército peninsular, si bien esta era la parte peor equipada y preparada de las fuerzas armadas
españolas.

→ La mayoría de los barcos de la armada de guerra española.

→ Los campesinos y jornaleros sin tierras y los obreros de las fábricas.

Con todo lo que pueda parecer los apoyos a uno y otro bando estarían repartidos casi en un 50%, si bien es cierto que
aquellos que apoyaron el golpe eran los que contaban con mejores recursos económicos y vías de financiación.

● APOYOS INTERNACIONALES

Hoy en día hay un consenso casi unánime en la idea de la importancia de los apoyos internacionales de ambos bandos
para el desarrollo de la guerra. Sin la intervención extranjera en la guerra está ni hubiera podido desarrollarse de la manera
que lo hizo ni hubiera podido durar el tiempo que lo hizo. Para exponerlo de una manera gráfica podemos decir que sin el
apoyo exterior ambos bandos se hubieran quedado sin balas en menos de un año.

En este punto hay que destacar la posición que tomaron las potencias democráticas europeas, Francia e Inglaterra. Como
ya hemos dicho los regímenes democráticos estaban en retroceso, la Alemania Nazi de Hitler estaba en pleno proceso de
127
autoafirmación y Mussolini hacia lo mismo en Italia. Los gobiernos francés e inglés optaron por llevar a cabo lo que se
denominó como “política de apaciguamiento” en Europa y evitar cualquier tipo de enfrentamiento con Alemania e Italia
que pudiera conducir a una nueva guerra mundial.

En el caso de España las potencias europeas, Francia, Inglaterra, Alemania, Italia y la URSS acordaron un pacto de “no
intervención” por el cual se comprometían a no asistir ni dar ayuda de ningún tipo a ninguno de los dos bandos
enfrentados. Inglaterra y Francia no solo cumplieron el pacto, sino que incluso bloquearon la recepción de ayuda y material
del bando leal a la República dejando a esta completamente aislada. Por su parte Alemania e Italia, que también habían
firmado el pacto, desde el primer momento dieron ayuda de tipo militar, material y económica al bando sublevado
enviando incluso unidades militares y soldados a combatir en España. Esta ayuda directa de las potencias del eje a la
sublevación provocó que la URSS de Stalin se decidiera a apoyar material y económicamente al bando leal a la II República.

a) Apoyos a la República:

→ La URSS de Stalin

→ México, aunque debido a la distancia y situación del país no pudo hacer mucho.

→ Los partidos y sindicatos de izquierdas de Europa y América que enviaron ayuda.

→ Las brigadas internacionales, jóvenes voluntarios pertenecientes a partidos y sindicatos de izquierda (socialistas,
comunistas, anarquistas) que se alistaron como voluntarios para luchar contra el fascismo en España. Una de esas
brigadas estaba formada por voluntarios polacos, la brigada “Dabrowskiego”. Entre sus combatientes más
famosos estuvieron el escritor inglés George Orwell, quien a raíz de sus experiencias en la Guerra Civil escribió su
libro: “Homenaje a Cataluña”.

b) Apoyos a los sublevados:

→ La Alemania Nazi de Hitler.

→ La Italia Fascista de Mussolini.

● DESARROLLO DE LA GUERRA

No nos vamos a extender mucho en este aspecto, simplemente enumerar las tres fases en las que se suele dividir la
evolución de la guerra:

1) FASE 1: Julio de 1936 a mayo de 1937

Al principio habrá un equilibrio entre los dos bandos, pero pronto comenzará un rápido avance de los sublevados por el
sur de España.

2) FASE 2: Mayo de 1937 a noviembre de 1938

Comienza el dominio rebelde de la guerra, conquistan el norte peninsular y consiguen dividir el territorio de la república
en dos mitades. En esta fase se producen dos de las batallas más importantes y decisivas de la guerra, la batalla de Teruel
y la batalla del Ebro.

3) FASE 3: Noviembre de 1938 a abril de 1939

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En esta última etapa habrá una escasa actividad bélica, en enero de 1939 se producirá la caída de Barcelona y en marzo
de ese mismo año la caída de la capital Madrid. El 1 de abril de 1939 se dio por concluida la Guerra civil Española, siendo
proclamado ese día como “Día de la Victoria” por parte del bando ganador.

● FIN DE LA GUERRA

Lamentablemente el fin de la guerra no trajo la paz como consecuencia inmediata. El bando vencedor se impuso sobre los
derrotados en todos y cada uno de los aspectos de la vida diaria. Lejos de haber una política de reconciliación nacional
que acabase con tantos años de violencia y sufrimiento Franco impuso un régimen dictatorial que durante 40 años estuvo
recordando cada día quienes eran los vencedores y quienes eran los perdedores, perpetuando la memoria de la guerra
para las generaciones futuras.

Una parte de los perdedores se exilió de España, y tristemente muchos de ellos acabaron en campos de refugiados de
Francia. Los que se quedaron porque no pudieron huir, o porque no pensaban que les fuera a pasar nada malo, se
enfrentaron a una represión brutal; muchos de ellos y ellas fueron condenados a muerte, otros tantos encarcelados y
obligados a trabajar gratis, también perdieron sus posesiones e incluso sus profesiones, se puede decir que pasaron a ser
ciudadanos de segunda clase.

● CONSECUENCIAS DE LA GUERRA

Las pérdidas humanas fueron muy elevadas, y aunque no hay un acuerdo en la cifra total todas las estimaciones sitúan el
número de muertos entre los 500.000 y 1.000.000 de fallecidos durante la contienda. Se inició una cruel y violenta
represión de la sociedad española a manos de los vencedores de la guerra, creándose un entramado jurídico para
culpabilizar de la guerra y sus consecuencias a los perdedores de la misma.

Se impuso una dictadura nacional católica que durante 40 años dirigió con puño de hierro los destinos de los españoles y
españolas. Se suprimieron todos los derechos y libertades de los hombres.

Toda la sociedad se subordinó a la doctrina moral y espiritual de la Iglesia Católica. La Iglesia paso a ser uno de los pilares
básicos de la dictadura y a ella se le dejo al cargo de la educación de la población.

La situación de las mujeres empeoró significativamente ya que pasaron a ser ciudadanos de segunda, su único papel en
esta nueva sociedad nacional católica era el de madre y esposa, y su ámbito de actuación el hogar.

Aislamiento internacional durante mucho tiempo. La dictadura intento llevar a cabo una política económica autárquica
que fue un fracaso. Donde sí tuvo éxito fue en aislar a toda la población española del resto del mundo.

Durante toda la dictadura se mantuvo la división social entre vencedores y vencidos, persistiendo un odio visceral entre
ambos. Parte de esa división social esta todavía latente en la sociedad de hoy en día.

● CONCLUSIÓN

La Guerra Civil Española fue una lucha fratricida de su sociedad; entre dos maneras totalmente opuestas de entender el
mundo y plantear soluciones a los problemas. Lejos de ser un hecho aislado y particular se inscribe en la tónica general
europea de enfrentamientos de las democracias representativas contra los regímenes autoritarios o fascistas. La principal
diferencia estriba en que la fuerza y la capacidad del movimiento obrero de izquierdas en España se opuso al golpe de
estado de julio de 1936 precipitando el inicio de la guerra. Las consecuencias de la guerra se sufrieron durante la larga
dictadura que durante 40 años tuvo secuestrada la libertad en España.

129
Unidad 7: Segunda Guerra Mundial

La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) fue uno de los acontecimientos fundamentales de la historia contemporánea
tanto por sus consecuencias como por su alcance universal. Las «potencias del Eje» (los regímenes fascistas de Alemania
e Italia, a los que se unió el militarista Imperio japonés) se enfrentaron en un principio a los países democráticos «aliados»
(Francia e Inglaterra), a los que se sumaron tras la neutralidad inicial los Estados Unidos y, pese a las divergencias
ideológicas, la Unión Soviética; sin embargo, esta lista de los principales contendientes omite multitud de países que
acabarían incorporándose a uno u otra bando.

La Segunda Guerra Mundial, en efecto, fue una nueva «guerra total» (como lo había sido la «Gran Guerra» o Primera
Guerra Mundial, 1914-1918), desarrollada en vastos ámbitos de la geografía del planeta (toda Europa, el norte de África,
Asia Oriental, el océano Pacífico) y en la que gobiernos y estados mayores movilizaron todos los recursos disponibles,
pudiendo apenas ser eludida por la población civil, víctima directa de los más masivos bombardeos vistos hasta entonces.

En el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial suelen distinguirse tres fases: la «guerra relámpago» (desde 1939 hasta
mayo de 1941), la «guerra total» (1941-1943) y la derrota del Eje (desde julio de 1943 hasta 1945)

Causas

Los historiadores coinciden en señalar diversos factores: la pervivencia de los conflictos no resueltos por la Primera Guerra
Mundial, las graves dificultades económicas en la inmediata posguerra y tras el «crack» de 1929 y la crisis y debilitamiento
del sistema liberal; todo ello contribuyó al desarrollo de nuevas corrientes totalitarias y a la instauración de regímenes
fascistas en Italia y Alemania, cuya agresiva política expansionista sería el detonante de la guerra.

Desarrollo

Guerra relámpago (1939-1941)

Se denomina como guerra relámpago a todos los acontecimientos ocurridos durante 1939 y 1941. Tras la invasión de
Polonia por parte de los alemanes y los soviéticos, se declaró la guerra, pero no hubo enfrentamientos durante ese
invierno y los países enfrentados solo movilizaron y prepararon sus tropas.

Sin embargo, el 30 de noviembre de 1929, la Unión Soviética atacó Finlandia y dio inicio a lo que se denominó como Guerra
de Invierno. Finalmente, los rusos firmaron un tratado de paz y lograron imponerse en zonas estratégicas.

Luego, en abril de 1940 el ejército alemán ocupó Dinamarca y Noruega en la Operación Weserübung, ya que de estos
territorios podían extraer hierro.

El 10 de mayo de 1940, el ejército alemán (o Wehrmacht, en alemán) inició un ataque ofensivo que le valió la victoria y el
dominio sobre Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo y Francia. Este último cayó bajo el dominio nazi en poco más de un mes.

Esta victoria fue posible porque el ejército francés y sus aliados británicos se habían organizado en la Línea Maginot, hacia
el sur, en una muralla de defensa construida en la frontera con Alemania, después de la Primera Guerra Mundial.

Sin embargo, el ejército alemán atacó por la región boscosa de las Ardenas, y rompió su línea de ataque dividiendo en dos
a las fuerzas aliadas.

De esta manera se llevó a cabo la táctica militar denomida Blitzkrieg, traducida del alemán como "guerra relámplago". El
ejército alemán desajustó los planes de la defensa francesa, atacando en tierra y desde el aire puntos estratégicos, con el
ejército de la Luftwaffe, especialistas en paracaidismo y aviación, y llegó hasta el canal de la Mancha.
130
Durante este proceso, más de 330.000 soldados, pertenecientes a las tropas francesas y británicas, habían quedado
aislados en Dunkerque, así que hubo que trasladarlos de manera masiva en buques de guerra el 4 de junio hacia el canal
de la Mancha.

El 10 de junio de 1940, Italia se une a la guerra y también ataca e invade a Francia por los territorios del sur. El 22 de junio,
París y el norte de Francia estaban ocupados por los alemanes y en el sudeste se impuso un gobierno colaborador regido
por Philippe Pétain, conocido como gobierno de Vichy.

Entre los meses de julio a septiembre, se desarrolló la batalla de Inglaterra. Sin embargo, Wiston Churchill, en Reino Unido,
y su política de lucha y resistencia, impidió que los alemanes lograran ocupar el territorio británico. Como resultado, dichos
enfrentamientos dejaron un gran número de víctimas y daños en infraestructuras.

Por otra parte, Benito Mussolini, decidido a invadir territorios del norte de África y los Balcanes, ocupó Grecia entre finales
de 1940 e inicios de 1941. No obstante, esto solo fue posible con la ayuda militar enviada por Hitler. La unión de los
ejércitos de las fuerzas húngaras, búlgaras, italianas y alemanas, obtuvieron la victoria en 1941, e invadieron a Grecia y
Yugoslavia.

Guerra total (1941-1943)

Entre los años 1941 y 1943, se desarrollaron diferentes enfrentamientos entre los Aliados y las Fuerzas del Eje, tanto en
Europa como en África y Asia. Estos movimientos armados buscaban reforzar alianzas, invadir y ocupar la mayor cantidad
de territorios posible, especialmente, los más estratégicos.

De esta manera, los líderes de la Segunda Guerra Mundial procuraban asegurar tanto la obtención de materia prima como
de canales de comunicación terrestres, marítimos y aéreos que les permitieran avanzar en sus ofensivas.

De allí que, durante estos años tuvieron lugar diferentes acontecimientos y, entre los más destacados están:

● El ejército italiano ubicado en diferentes zonas de África se enfrentó con las fuerzas británicas en varias ocasiones.

● Los británicos atacaron la fuerza naval francesa ubicada al norte de África para asegurarse una mejor ubicación
en los enfrentamientos futuros. Este ataque distanció las relaciones entre Francia y Reino Unido por un corto
periodo.

● Tanto los Aliados como las Fuerzas del Eje ocuparon territorios de Irak e Irán para asegurarse la obtención de
petróleo.

● Se abrió el Frente Oriental cuando Hitler decidió invadir los territorios ocupados por la Unión Soviética a partir del
22 de junio de 1941, con la Operación Barbarroja. Así se inició el enfrentamiento entre Hitler y Stalin.

● Se llevó a cabo la batalla de Moscú, también conocida como Operación Tifón, entre el 2 de octubre de 1941 y el 7
de enero de 1942.

● En 1941 los gobiernos de Estados Unidos, Reino Unido y Países Bajos iniciaron un embargo petrolero en contra de
Japón. Como resultado, el 7 de diciembre de 1941, los japoneses realizaron un ataque sorpresa y bombardearon
agresivamente en Pearl Harbor, la flota estadounidense más importante del Pacífico.

● El 8 de diciembre de 1941, el presidente Franklin D. Rooselvet de Estados Unidos, país que se había mantenido
neutral, pero que desde los meses anteriores ya apoyaba a los aliados con armamentos y equipos para enfrentar
las fuerzas alemanas, le declaró la guerra a Japón.
131
Derrota del Eje (1943-1945)

Las potencias del Eje perdieron las posibilidades de una gran victoria cuando se unieron al bando de los Aliados dos
potencias importantes, Estados Unidos y la Unión Soviética.

Estos últimos años de la guerra se desarrollaron bajo continuos enfrentamientos, unos más potentes que otros, los cuales
fueron debilitando a las potencias del Eje. Entre los acontecimientos más importantes se pueden mencionar:

● La batalla de Midway, el 4 de junio de 1942: ataque estadounidense que destruyó y debilitó fuertemente un
importante porcentaje de la flota japonesa.

● La batalla de Stalingrado, en la que se enfrentaron el Ejército Rojo (fuerzas armadas soviéticas) y la Wehrmacht
(fuerzas armadas alemanas). Se desarrolló durante los meses de agosto de 1942 y febrero de 1943. Es considerada
una de las batallas más sangrientas y crueles de la historia de la humanidad. En este enfrentamiento salió
victorioso el Ejército Rojo.

● Se culmina la liberación de Europa occidental tras la batalla de Normandía, también conocida como el Día D, que
inició el 6 de junio de 1944. Las tropas de los Aliados atravesaron el canal de la Mancha, y el 25 de agosto se
declaró la liberación de París.

● En Italia, en 1943, el rey Víctor Manuel III aprobó la destitución y encarcelamiento del de Benito Mussolini. El 3 de
septiembre de 1943 el gobierno italiano firmó un armisticio con los Aliados.

En junio de 1944, los soviéticos lograron liberar Polonia, Rumanía y Bulgaria. Al año siguiente, en febrero de 1945, se
realizó la Conferencia de la Yalta, donde los líderes de la Unión Soviética, Reino Unido y Estados Unidos, establecieron que
Europa ya había sido liberada de la guerra. Para muchos, dicha conferencia también fue el inicio de la Guerra Fría.

Meses después, el presidente de Estados Unidos, Harry Truman, decidió usar las armas atómicas sobre Japón. El 6 de
agosto de 1945 explotó la primera bomba atómica sobre la ciudad de Hiroshima y el 9 de agosto una segunda bomba
atómica en Nagasaki. El 2 de septiembre, Japón firmó su rendición y, de esta manera, finaliza la Segunda Guerra Mundial.

El 27 de enero de 1945, las tropas soviéticas llegaron a Auschwitz y liberaron a los prisioneros que se encontraban en los
campos de concentración.

Organización de la Gran Alianza

Las agresiones de las potencias del Eje terminaron por configurar lo que se vino a denominar la "Gran Alianza" entre el
Reino Unido, la Unión Soviética y Estados Unidos. Esta alianza se personificó durante gran parte de la guerra en tres figuras:
el primer ministro británico Winston Churchill, el dictador soviético Stalin y el presidente norteamericano Franklin D.
Roosevelt.

Esta alianza entre países que representaban sistemas político-económicos diferentes y enfrentados fue determinada por
los avatares del conflicto. Stalin, quién no había dudado en firmar un pacto de no agresión con la Alemania nazi en agosto
de 1939, intentó desde un principio aprovecharse de ese pacto para obtener ganancias territoriales: en el verano de
1940 anexionó a la U.R.S.S. las repúblicas bálticas, Estonia, Letonia y Lituania, y las regiones de Besarabia y Bukovina del
norte pertenecientes a Rumania. La población de la U.R.S.S. aumentó en menos de un año en 23 millones de habitantes.

Durante un año, el que medió entre la derrota de Francia y la invasión germana de la Unión Soviética, el Reino Unido fue
la única potencia que plantó cara al expansionismo hitleriano.

132
Churchill fue muy consciente desde un principio de la necesidad de la ayuda de Estados Unidos para hacer frente a la
amenaza alemana. Recién nombrado primer ministro, envió un telegrama a Roosevelt solicitando "el préstamo de 40 o 50
de vuestros viejos destructores". A fines de julio de 1940, Roosevelt aceptó. La creciente amenaza japonesa en el Pacífico
y la derrota de Francia habían impresionado fuertemente al presidente norteamericano. Como afirmó Churchill, con el
préstamo de esos barcos de guerra, Estados Unidos pasaba de "la neutralidad a la no beligerancia".

En diciembre de 1940, Churchill nombró a su secretario del Foreign Office (ministro de asuntos exteriores), Lord Halifax,
embajador en Washington. La prioridad que el gobierno de Londres daba a sus relaciones con Estados Unidos era evidente.
Lord Halifax fue sustituido en el cargo por Anthony Eden.

El paso definitivo en esa dirección fue la ley de Préstamo y Arriendo aprobada por el Congreso norteamericano en marzo
de 1941. Al poner al servicio de la causa antihitleriana su capacidad industrial, Estados Unidos se convertía en lo que se
vino a denominar "el arsenal de la democracia".

La invasión alemana de la Unión Soviética cambió radicalmente la situación. Las potencias anglosajonas no dudaron en
apoyar a Stalin frente a Hitler. El día 22 de junio, un día después del inicio de la Operación Barbarroja, Churchill proclamó
su intención de ayudar en todo lo posible a los soviéticos. El 16 de agosto siguiente, los embajadores británico y
norteamericano en Moscú ofrecieron oficialmente su ayuda al gobierno soviético. A fines de septiembre, una conferencia
en Moscú con enviados de los gobiernos de Washington y Londres concretó la ayuda y sus modalidades. Se empezaba a
forjar la "Gran Alianza".

Pocos días antes tuvo lugar un encuentro clave del líder británico y el presidente norteamericano en aguas de Terranova
. La aprobación en agosto de 1941 de la Carta del Atlántico dio un programa ideológico a las potencias democráticas que
se enfrentaban al Eje. Era evidente que incluso antes del ataque de Pearl Harbor, los Estados Unidos se habían implicado
en el conflicto abandonando cualquier actitud de neutralidad.

La entrada en guerra de Estados Unidos llevó a una nueva conferencia en Washington de Churchill y Roosevelt en
diciembre de 1941, fruto de esa conferencia fue la Declaración de las Naciones Unidas aprobada el 1 de enero de 1942.

Punto 47: Invasión alemana a Checoslovaquia y Polonia, posición de los aliados

Invasión alemana a Checoslovaquia

Después de la Anschluss (usada para referirse a la fusión de Austria y la Alemania nazi en una sola nación, el 12 de marzo
de 1938 como una provincia del III Reich) de Alemania nazi y Austria en marzo de 1938, el siguiente objetivo del líder nazi
Adolf Hitler era la anexión de Checoslovaquia. Su pretexto, fueron las supuestas necesidades sufridas por las poblaciones
germanas que habitaban las regiones fronterizas con Checoslovaquia en el norte y oeste, conocidas colectivamente como
los Sudetes. La incorporación de los territorios limítrofes checoslovacos a la Alemania nazi, dejaría al resto del país incapaz
de resistir a la posterior ocupación.

Como la reacción al Anschluss lo había demostrado, los gobiernos de Francia y el Reino Unido estaban decididos a evitar
la guerra a cualquier precio. El gobierno francés, que no deseaba hacer frente a la Alemania nazi en solitario, siguió el
ejemplo del gobierno británico y de su Primer Ministro Neville Chamberlain. Chamberlain creía que las quejas alemanas
acerca de los Sudetes estaban justificadas y que las intenciones de Hitler estaban dentro de los límites razonables. Tanto
Reino Unido como Francia, aconsejaron a Checoslovaquia ceder a las exigencias alemanas. Benes se resistió y el 20 de
mayo una movilización parcial se puso en marcha, en respuesta a la posible invasión alemana. Diez días más tarde, Hitler
firmó una directiva secreta de guerra contra Checoslovaquia que comenzaría a más tardar el 1 de octubre.

133
Mientras tanto, el gobierno británico exigió que Beneš solicitase un mediador. Sin el deseo de romper los lazos de su
gobierno con la Europa Occidental, Beneš aceptó de mala gana. El gobierno británico nombró a Lord Runciman y lo
instruyeron para que persuadiera a Beneš a acordar un plan aceptable para la población alemana de los Sudetes. El 2 de
septiembre , Beneš presentó el Cuarto Plan, concediendo casi todas las demandas de los Decretos de Carlsbad. Intentando
obstaculizar la conciliación, sin embargo, el SDP se manifestó, hecho que provocó la actuación policial en Ostrava el 7 de
septiembre. Los alemanes de los Sudetes rompieron las negociaciones el 13 de septiembre, tras lo cual siguieron la
violencia y los disturbios. Mientras las tropas checoslovacas intentaban restaurar el orden, Henlein voló a Alemania y el
15 de septiembre emitió una proclama exigiendo la toma de los Sudetes por Alemania.

El mismo día, Hitler se reunió con Chamberlain y exigió la rápida adquisición de los Sudetes por el Tercer Reich bajo la
amenaza de guerra. Los checos, afirmaba Hitler, estaban masacrando a los alemanes de los Sudetes. Chamberlain
comunicó la demanda a los gobiernos británico y francés, y ambos aceptaron. El Gobierno checoslovaco se resistió,
argumentando que la propuesta de Hitler arruinaría la economía de la nación y conduciría en última instancia al control
de toda Checoslovaquia por los alemanes. El Reino Unido y Francia emitieron un ultimátum, comprometiendo a Francia
en la defensa de Checoslovaquia si aceptaba. El 21 de septiembre, Checoslovaquia capituló. Al día siguiente, sin embargo,
Hitler añadió nuevas exigencias, insistiendo en que las reivindicaciones de Polonia y el Reino de Hungría también deberían
cumplirse.

La capitulación de Checoslovaquia precipitó un estallido de indignación nacional. En las manifestaciones y mítines, los
checos y los eslovacos pidieron un gobierno militar fuerte para defender la integridad del Estado. Un nuevo gabinete, bajo
las órdenes del General Jan Syrový, se instaló y el 23 de septiembre se emitió un decreto de movilización general. El
ejército checoslovaco, moderno y poseedor de un excelente sistema de fortificaciones fronterizas, estaba dispuesto a
luchar. La Unión Soviética anunció su voluntad de ayudar a Checoslovaquia. Benes, sin embargo, se negó a ir a la guerra
sin el apoyo de las potencias occidentales.

El 28 de septiembre, Chamberlain hizo un llamamiento a Hitler para una conferencia. Hitler se reunió al día siguiente, en
Múnich, con los jefes de los gobiernos de Francia, Reino de Italia y el Reino Unido. El gobierno checoslovaco no fue ni
invitado ni consultado. El 29 de septiembre, el Acuerdo de Múnich fue firmado por Alemania, Italia, Francia y el Reino
Unido. El gobierno checoslovaco capituló el 30 de septiembre y acordó respetar el Acuerdo de Múnich, que estipulaba
que debía ceder el territorio checoslovaco de los Sudetes a Alemania. La ocupación alemana de los Sudetes se completaría
el 10 de octubre. Una comisión internacional que representaba a Alemania, el Reino Unido, Francia, Italia y Checoslovaquia
supervisaría un plebiscito para determinar la frontera final. El Reino Unido y Francia se comprometieron a participar en
una garantía internacional de las nuevas fronteras contra la agresión no provocada. Alemania e Italia, sin embargo, no se
unirían en la garantía hasta que los problemas de las minorías polaca y húngara se resolvieran.

El 5 de octubre, Beneš renunció como presidente de Checoslovaquia, dando cuenta de que la caída de Checoslovaquia fue
fait accompli. Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, formaría un Gobierno checoslovaco en el exilio en Londres.

La República Checoslovaca, muy debilitada, se vio obligada a otorgar concesiones importantes. El comité ejecutivo de la
República Eslovaca Partido Popular se reunió en Žilina, el 5 de octubre de 1938, y con la aquiescencia de todos los partidos
eslovacos excepto los socialdemócratas formaron un gobierno autónomo bajo el eslovaco Jozef Tiso. Del mismo modo,
las dos facciones principales en la Rutenia subcarpática, los rusófilos y los ucraniófilos, acordaron el establecimiento de
un gobierno autónomo, que se constituyó el 8 de octubre de 1938. Como reflejo de la propagación de la moderna
conciencia nacional de Ucrania, la facción pro-Ucrania, encabezada por Avhustyn Voloshyn, obtuvo el control del gobierno
local y la Rutenia subcarpática fue renombrada Cárpatos-Ucrania.

134
En noviembre de 1938, Emil Hácha, que sucedió a Beneš, fue elegido presidente de la Segunda República federada, Checo-
Eslovaquia formada por tres partes: Bohemia y Moravia, Eslovaquia, y Cárpatos-Ucrania. A falta de una frontera natural y
al haber perdido su costoso sistema de fortificación de fronteras, el nuevo Estado era militarmente indefendible. En enero
de 1939, las negociaciones entre Alemania y Polonia se rompieron. Hitler, empeñado en la guerra contra Polonia,
consideraba necesario eliminar Checoslovaquia en primer lugar. Se planeó una invasión alemana de Bohemia y Moravia
para la mañana del 15 de marzo. En el ínterín, negoció con el Partido Popular Eslovaco y con Hungría para preparar la
desmembración de la República antes de la invasión. El 13 de marzo, invitó a Tiso a Berlín y el 14 de marzo, la Dieta
eslovaca, convocada, por unanimidad declaró la independencia de Eslovaquia. Cárpatos-Ucrania declaró su
independencia, las tropas húngaras ocuparon el 15 de marzo el este de Eslovaquia. Hitler convocó al Presidente Hacha a
Berlín y durante las primeras horas del 15 de marzo, informó a Hacha de la inminente invasión alemana. Amenazó con un
ataque de la Lutfwaffe sobre Praga, Hitler convenció a Hácha de la capitulación del ejército checoslovaco. Hácha sufrió un
ataque cardíaco durante la reunión, y tuvo que ser atendido por el personal médico, para finalmente ceder y aceptar los
términos de rendición de Hitler. Luego, en la mañana del 15 de marzo, las tropas alemanas entraron en Bohemia y
Moravia, sin encontrar resistencia. La invasión por parte de Hungría de Cárpatos-Ucrania si encontró resistencia, pero el
ejército checoslovaco fue rápidamente aplastado. El 16 de marzo, Hitler fue a Checoslovaquia y desde el Castillo de Praga
de Bohemia y Moravia, proclamó un protectorado alemán (Protectorado de Bohemia y Moravia).

Por lo tanto, la Checoslovaquia independiente, se derrumbó a raíz de la agresión extranjera y las tensiones internas.
Posteriormente, la Checoslovaquia de entreguerras fue idealizada por sus proponentes como el único bastión de la
democracia rodeada por los regímenes autoritarios y fascistas. También ha sido condenado por sus detractores como una
creación artificial e inviable de los intelectuales con el apoyo de las grandes potencias. Ambas opiniones tienen alguna
validez. La Checoslovaquia de entreguerras estaba formada por tierras y pueblos que estaban lejos de estar integrados en
un moderno Estado-nación. Por otra parte, los checos dominantes, que habían sufrido la discriminación política en el
marco de los Habsburgo, no fueron capaces de hacer frente a las demandas de otras nacionalidades. Sin embargo hay que
reconocer que algunas de las demandas de las minorías se utilizaron como meros pretextos para justificar la intervención
de la Alemania nazi. Teniendo en cuenta que Checoslovaquia fue capaz de mantener una economía viable y un sistema
político democrático en tales circunstancias fue realmente un logro notable durante el período de entreguerras.

Segunda Guerra Mundial

División de Checoslovaquia

Durante la Segunda Guerra Mundial, Checoslovaquia dejó de existir y se dividió en el Protectorado de Bohemia y Moravia
del Tercer Reich y la recientemente declarada República Eslovaca, con rodajas pequeñas (por ejemplo, Teschen) a Polonia
y Hungría.

Checoslovaquia era un importante fabricante de armamento: ametralladoras, tanques y artillería, la mayoría de los cuales
eran ensamblados en la fábrica de Škoda y había un ejército moderno de 35 divisiones. Muchas de estas fábricas
continuaron produciendo diseños checos hasta que las fábricas se reconvirtieron para producir los diseños alemanes. En
Checoslovaquia también había otras empresas de fabricación importantes. Todo el acero y fábricas de productos químicos
se trasladaron de Checoslovaquia y se volvieron a montar en Linz, Austria, que por cierto sigue siendo un sector muy
industrializado del país.

Invasión alemana a Polonia

La invasión alemana de Polonia, se inició el 1 de septiembre de 1939. Ha sido considerada el detonante de la Segunda
Guerra Mundial. Antes de eso, la cuestión de Polonia figuraba entre las cláusulas secretas del Pacto de no agresión firmado

135
entre Alemania y la URSS, en agosto de 1939. En ellas se estipulaba que el país sería anexionado y dividido en dos áreas:
una para los soviéticos y la otra para los alemanes.

Las razones que llevaron a Stalin a firmar el pacto con los nazis hay que buscarlas, por un lado, en la desconfianza que le
suscitaba la debilidad de la Sociedad de Naciones como dique para evitar una agresión alemana; por otro, la sospecha de
que Francia y Reino Unido, embarcadas en una “Política de apaciguamiento” respecto a Hitler, temían más a la Unión
Soviética que a los propios nazis, por lo que eran proclives a pactar con quienes desarrollaban una clara política
anticomunista. El Pacto de Munich (1938) lo demostraba. Por lo tanto, el líder ruso consideró que los intereses de su país
serían mejor atendidos pactando con los alemanes que con las potencias occidentales.

Sin embargo, ambas potencias recelaban entre sí. En el caso de Hitler, el Pacto de no Agresión constituía un mero recurso
para ganar tiempo antes de llevar a cabo sus planes de invasión de la misma Rusia.

El 1 de septiembre de 1939 el ejército alemán invadió Polonia por varios puntos del Oeste. El 17 de ese mismo mes tropas
soviéticas atacaban por el Este. Polonia fue rápidamente derrotada, pero, para sorpresa de Hitler, dos días más tarde,
Reino Unido y Francia, en virtud de los acuerdos de ayuda mutua establecidos con Polonia, declaraban la guerra a
Alemania. Hitler había cometido un error al pensar que, al igual que en acciones precedentes (remilitarización de Renania,
anexión de Austria e invasión de Checoslovaquia), ambas potencias contemporizarían.

La invasión de Polonia fue fulminante, a modo de “Guerra Relámpago” (Blitzkrieg, en alemán). Las operaciones se
desarrollaron tras un rapidísimo ataque por sorpresa, en el que intervinieron fuerzas acorazadas y motorizadas, formadas
por sólidas agrupaciones de carros de combate, apoyados estrechamente por la aviación. Estas formaciones irrumpieron
en las líneas polacas desarticulando las comunicaciones y tomando por sorpresa a los altos mandos del Ejército. Pese a su
firme oposición, a capacidad de respuesta de los polacos fue minimizada.

Por su parte, Francia y Reino Unido, a pesar de haber declarado formalmente la guerra a Alemania, no intervinieron
activamente en su defensa. Varsovia capituló el 27 de septiembre de 1939 y las últimas unidades del ejército polaco se
rindieron el 6 de octubre de ese mismo año. Desaparecía de ese modo la II República Polaca.

Gran parte de su población fue sometida al dominio y represión de los alemanes. Especialmente significativo fue el caso
de la comunidad judía, exterminada en buena medida en los campos de concentración o fallecida a consecuencia de las
inhumanas condiciones que sufrió en guetos como los de Varsovia o Cracovia.

Punto 48: Ocupación de Francia y la “Batalla de Inglaterra”

Ocupación de Francia

La campaña en el frente occidental, conocida como “Batalla de Francia”, tenía como objetivo primordial la conquista del
país galo, el más importante y poderoso enemigo de Alemania. Duraría pocas semanas, desde el 10 de marzo de 1940,
hasta el 25 de junio de ese mismo año. Concluyó con la total derrota francesa.

La Drôle Guerre o Phony War

Hasta el comienzo de la campaña, ambos bandos se habían vigilando estrechamente durante algún tiempo, en tensa
calma, aunque sin llegar a romper las hostilidades. Sí habían comenzado a combatir en territorio noruego, pero no en su
frontera. Ese período de inactividad es conocido como “Drôle Guerre” o “Guerra de Broma” (también “Guerra Falsa”), y
se prolongó varios meses: desde la declaración de guerra de Francia y Reino Unido a Alemania a raíz de la invasión de
Polonia el 3 de septiembre de 1939, hasta el 10 de marzo de 1940, fecha en que Bélgica y Holanda fueron atacadas.

136
El 22 de junio de 1940 Francia capitulaba después de ser arrollada por el ejército alemán, que derrotó al país galo en 46
días gracias a la táctica conocida como guerra relámpago. La victoria decisiva del Eje se materializó en el humillante
armisticio firmado por las dos potencias. Adolf Hitler decidió que el tratado se firmase en el mismo vagón de tren en el
que Francia humilló al Imperio Alemán, una vez finalizada la I Guerra Mundial.

Las condiciones de armisticio provocaron que Alemania ocupase el sector norte de Francia, abarcando el 60% de su
territorio. Por otra parte, se confeccionó el Gobierno de Vichy, un régimen títere controlado directamente por la Alemania
Nazi. El general Charles de Gaulle, héroe de la Resistencia Francesa, criticó duramente al mariscal Philippe Pétain las
condiciones del acuerdo, ya que, según su opinión, entregaba Francia atada de pies y manos ante Hitler.

Bajo sus condiciones, el norte y oeste de Francia fueron ocupadas por la Wehrmacht (ejército alemán), el tercio restante
del país estaba gobernado por un gobierno francés con sede en Vichy. Además Alsacia-Lorena fueron anexadas por el
Tercer Reich como en el periodo 1871-1918.

Cuando los Aliados desembarcaron en el norte de África el 8 de noviembre de 1942, los alemanes e italianos ocuparon
inmediatamente la parte libre que quedaba de Francia. La liberación de Francia comenzó el 6 de junio de 1944 con las
fuerzas aliadas que desembarcaron el Día D y la batalla de Normandía y terminó en diciembre del mismo año. La misma
París fue liberada a las 21:22 horas de la noche del 24 de agosto de 1944, la 9.ª Compañía formada por anarquistas,
comunistas y otros exiliados de la España franquista irrumpió en el centro de París por la Porte d'Italie. Al entrar en la
plaza del Ayuntamiento, el semioruga español «Ebro» efectuó los primeros disparos contra un nutrido conjunto de
fusileros y ametralladoras alemanas. El 25 de agosto de 1944 una avanzada de las fuerzas aliadas, al mando del general
Philippe Leclerc entra en París con sus tanques y barre todos los focos subsistentes de la ocupación nazi. Hacia las seis de
la tarde, Dietrich von Choltitz, gobernador militar de París por los alemanes, y su Estado Mayor, izan la bandera blanca.
Son arrestados, y Von Choltiz es trasladado a la Prefectura de Policía parisina donde, frente al general Leclerc, firma la
capitulación de sus tropas.

Más tarde, siempre el día 25, el general Charles De Gaulle, líder de la Francia Libre, entra en la ciudad y pronuncia un
fuerte discurso.

Batalla de Inglaterra

Tras la evacuación de las tropas británicas en Dunkerque y la derrota francesa, era evidente que el siguiente paso que
adoptaría Hitler sería la conquista de las Islas británicas. Sin embargo, la superioridad de la marina británica sobre la
alemana, alejaba el peligro de un desembarco inmediato. Texto

El julio de 1940 se iniciaba el “Blitz”, una batalla fundamentalmente aérea en la que grandes formaciones de aviones
alemanes llevaron a cabo constantes incursiones en territorio británico. Las principales ciudades del Reino Unido,
especialmente Londres, fueron bombardeadas, a pesar de la contundente oposición de la RAF (Royal Air Force) británica.

Los objetivos no eran solo militares, sino también y, esencialmente, civiles. Los bombardeos se desarrollaron con la
pretensión de desmoralizar a los británicos y forzar la capitulación del gobierno. Londres, Coventry, Liverpool, Portsmouth
y otras importantes ciudades sufrieron graves desperfectos, la población civil cuantiosas bajas. Muchos niños fueron
evacuados a las áreas rurales para ponerlos a salvo de las bombas.

El primer ministro británico Winston Churchill animó a la resistencia. La RAF, dotada de excelentes aparatos, y con la ayuda
del Radar, repelió con éxito las diversas oleadas de cazas y bombarderos alemanes, a los que causó fuertes pérdidas.
Göring, jefe de la Luftwaffe observaba con frustración cómo se alejaba la posibilidad de una fácil victoria en el cielo y, con
ello, la invasión del único país capaz de hacer frente a la maquinaria de guerra alemana en Europa Occidental.
137
En octubre de 1940, tras la grave derrota sufrida el 15 de septiembre por la mayor concentración de aparatos alemanes
que volaban hacia Londres, el Alto Mando Alemán dio por concluidas las misiones aéreas. La invasión de Inglaterra quedó
aplazada sine die.

Tras la "Guerra relámpago" llevada a cabo con absoluto éxito por los generales alemanes, la Batalla de Inglaterra inauguró
una guerra de desgaste, para la que Hitler no estaba preparado. La irrupción de Estados Unidos en la guerra se aproximaba.
A través de la " Ley de Préstamo y Arriendo" (marzo de 1941), los norteamericanos concedieron a Reino Unido un crédito
ilimitado, a ser devuelto una vez terminado el conflicto. La ayuda americana fue decisiva para la defensa de las islas. Los
submarinos alemanes (U-boats) causaban grandes bajas entre los convoyes que surcaban el océano Atlántico con
equipamiento militar, medicinas y alimentos procedentes de los Estados Unidos. El papel de la Royal Navy en su defensa
resultó tan eficaz como decisivo.

La Batalla de Inglaterra supuso un importante obstáculo en los cálculos expansionistas de Hitler. Abrió una importante
brecha en el extremo occidental de Europa. Tras la invasión de Rusia en 1941, Alemania, al igual que había ocurrido en la
Gran Guerra, se vio envuelta en dos frentes. Las Islas Británicas se convertirían en un trampolín desde el que los aliados
socavarían el poder del III Reich.

Punto 49: Invasión a la URSS, la guerra en el frente oriental

Con el nombre en código "Operación Barbarroja", la Alemania nazi invadió la Unión Soviética el 22 de junio de 1941, en lo
que fue la operación militar alemana más grande de la Segunda Guerra Mundial.

La destrucción de la Unión Soviética mediante el uso de la fuerza militar, la eliminación permanente de lo que se percibía
como amenaza comunista hacia Alemania, y la confiscación de importantes tierras dentro de las fronteras soviéticas para
establecer asentamientos alemanes a largo plazo habían sido una política central del movimiento nazi desde la década de
1920. Adolf Hitler siempre había considerado el pacto alemán soviético de no agresión, firmado el 23 de agosto de 1939,
como una maniobra táctica y temporal. En julio de 1940, apenas semanas después de la conquista alemana de Francia y
los Países Bajos, Hitler decidió atacar a la Unión Soviética durante el año siguiente. El 18 de diciembre de 1940, firmó la
Directiva 21 (llamada en código "Operación Barbarroja"), la primera orden operativa para la invasión de la Unión Soviética.

Desde el principio de la planificación operativa, el ejército y las autoridades policiales alemanas intentaron emprender
una guerra de aniquilación contra el estado comunista y los judíos de la Unión Soviética, a quienes definían como la "base
racial" del Estado soviético. Durante los meses de invierno y primavera de 1941, los oficiales del Alto Comando del Ejército
(Oberkommando des Heeres, OKH) y la Oficina Principal de Seguridad del Reich (Reichssicherheitshauptamt, RSHA)
negociaron acuerdos para el despliegue de unidades especiales (Einsatzgruppen) de la Policía de Seguridad y el Servicio
de Seguridad (Sicherheitsdienst, SD) por detrás de las primeras líneas para aniquilar físicamente a judíos, comunistas y
otras personas consideradas peligrosas para el establecimiento de un gobierno alemán a largo plazo en territorio soviético.

Con 134 divisiones con máxima capacidad de lucha y 73 divisiones más para el despliegue detrás del frente, las fuerzas
alemanas invadieron la Unión Soviética el 22 de junio de 1941, antes de que se cumplieran dos años de la firma del pacto
alemán-soviético. Tres grupos del ejército que contaban con más de tres millones de soldados alemanes, apoyados por
650 mil soldados de los aliados de Alemania (Finlandia y Rumania), a los que luego se sumaron unidades de Italia, Croacia,
Eslovaquia y Hungría, atacaron la Unión Soviética a lo largo de un amplio frente que iba desde el Mar Báltico en el norte
hasta el Mar Negro en el sur. Durante meses la dirigencia soviética se había negado a aceptar las advertencias que las
potencias occidentales le hacían sobre la acumulación de tropas alemanas a lo largo de su frontera occidental. De este
modo, los alemanes y sus socios del Eje lograron una sorpresa táctica casi completa. Gran parte de la fuerza aérea soviética
existente fue destruida en tierra. Inicialmente, los ejércitos soviéticos fueron superados. Las unidades alemanas sitiaron

138
a millones de soldados soviéticos que, al tener cortadas las provisiones y los refuerzos, no tuvieron muchas más opciones
que rendirse.

A medida que el ejército alemán se adentraba más en el territorio soviético, unidades de las SS y la policía seguían las
tropas. Las primeras en llegar fueron los Einsatzgruppen de la Policía de Seguridad y la SD, a quienes la RSHA había
encargado el reconocimiento y la eliminación de aquellas personas que pudieran organizar e implementar la resistencia a
las tropas de ocupación alemanas, identificar y concentrar a los grupos de personas que eran “hostiles” al régimen alemán
en el Este, establecer redes de inteligencia y conseguir documentación e instalaciones clave.

Conocidos también como “equipos móviles de matanza”, los Einsatzgruppen comenzaron sus operaciones de matanzas
en masa, principalmente de hombres judíos, funcionarios del partido comunista y del estado y romaníes soviéticos, y a
menudo con la ayuda del personal del ejército alemán, establecieron ghettos y otras instalaciones de contención para
concentrar grandes cantidades de judíos soviéticos.

A partir de fines de julio, con la llegada de los representantes de Himmler, los líderes de más alto rango de las SS y la
policía y refuerzos significativos, las SS y la policía, apoyados por auxiliares reclutados en forma local, comenzaron a
aniquilar físicamente a comunidades judías enteras en la Unión Soviética. El éxito obtenido en el frente militar y en el
asesinato de los judíos soviéticos contribuyó a la decisión de Hitler de deportar a los judíos alemanes a la Unión Soviética
ocupada, a partir del 15 de octubre de 1941, comenzando así lo que se llamaría la política de "Solución final": la
aniquilación física de los judíos europeos.

A pesar de las pérdidas catastróficas durante las primeras seis semanas de la guerra, la Unión Soviética no colapsó como
habían anticipado los líderes nazis y los comandantes del ejército alemán. A mediados de agosto de 1941, la resistencia
soviética se endureció y sacó a los alemanes de su cronograma poco realista. Sin embargo, a fines de septiembre de 1941,
las fuerzas alemanas llegaron a las puertas de Leningrado en el norte. Tomaron Smolensk en el centro y Dnepropetrovsk
(Dnipropetrovs'k) en Ucrania. En el sur, cubrieron la Península de Crimea. A principios de diciembre, las unidades alemanas
llegaron a las afueras de Moscú.

Pero después de meses de campaña, el ejército alemán estaba exhausto. Los estrategas alemanes, que habían confiado
en un colapso soviético rápido, no habían equipado a sus tropas para la lucha en invierno. Y como esperaban que el
personal militar viviera de lo que producía la tierra de una Unión Soviética conquistada a costa de la población local, que
según los cálculos alemanes moriría de hambre por millones, los estrategas alemanes no proporcionaron los alimentos y
medicamentos suficientes. Peor aún fue que las tropas alemanas avanzaban tan rápidamente que superaban a sus líneas
de suministro, y dejaban así flancos apenas defendidos vulnerables al contraataque soviético a lo largo del trecho de 1.000
millas (1.609 km) que iba desde Berlín hasta Moscú.

El 6 de diciembre de 1941, la Unión Soviética lanzó un gran contraataque contra el centro del frente y expulsó a los
alemanes de Moscú en medio del caos. Sólo unas semanas más tarde, los alemanes pudieron estabilizar el frente del este
de Smolensk. En el verano de 1942, los alemanes retomaron la ofensiva con un ataque a gran escala en el sur y sureste
hacia la ciudad de Estalingrado (Volgogrado) sobre el río Volga y hacia los yacimientos petrolíferos del Cáucaso. Cuando
los alemanes llegaron en septiembre de 1942 a las afueras de Estalingrado y se acercaron a Groznyj (Groznyy) en el
Cáucaso, aproximadamente a 120 millas (193 km) de las costas del Mar Caspio, la dominación alemana de Europa alcanzó
su extensión geográfica mayor.

Punto 50: Expansionismo japonés en Asia

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Para analizar las razones que originaron el inicio de la guerra entre Japón y Estados Unidos, es necesario tener en cuenta
el estado de la economía mundial y la situación geopolítica de los años 1920-1940.

En aquella época, no había una política de libre mercado y los recursos naturales asiáticos más importantes, como el
petróleo, el caucho, minerales y productos naturales estratégicos, estaban en poder las potencias occidentales que
imponían sus condiciones en el Pacífico sin importarles la situación socio-económica de los demás pueblos. En este
contexto, la noción de adquisición del espacio vital, de expansión indispensable para poder tener acceso a los recursos
naturales sin verse sometido a la voluntad de los países occidentales, era una coyuntura vital que originó el surgimiento
de castas militares que promovían el nacionalismo a ultranza como único medio para tener acceso a los recursos
indispensables para el desarrollo.

En el Japón, influenciado por una casta militar incondicional, el gobierno encontró muy fácil camino en la vía de la mística
fanáticamente nacionalista, hecho que cobró tal intensidad que a su lado las aspiraciones del nacionalismo alemán
resultaban ser meras ilusiones sentimentales. A comienzos de 1927, el Primer Ministro Tanaka propuso en su plan de
gobierno la expansión para extender el Imperio Japonés a los territorios de Manchuria, norte de China, Corea, Siberia y
las Indias Orientales. El ministro no tomaba siquiera en cuenta la posible reacción de Estados Unidos que contaba con
fuertes intereses en el Pacífico, al igual que Gran Bretaña y los Países Bajos.

China, país donde el Japón tenía grandes inversiones financieras y comerciales, no diferentes a los intereses occidentales
en las islas del Pacífico, vivía en un completo caos político que la tenía sumida en una guerra civil entre nacionalistas y
comunistas. Fueron numerosas las intervenciones japonesas entre 1920 y 1930, como la de 1927 cuando ocupó
Chantung, la de 1931 en Manchuria, donde implantaron un imperio títere; o la de 1932 en Shanghai. Posteriormente,
mientras los japoneses refuerzan sus posiciones en Manchuria y se expanden en el norte de China, a la sombra de las
armas, se estabilizaron las relaciones entre Chang Kai-shek y el gobierno de Tokio.

Pero en Japón, la presión nacionalista sobre el Gobierno se acentuó. Políticos y hombres de negocios se vieron obligados
a plegarse a esa fiebre militarista impulsados por el extraordinario progreso económico pero que carecía de mercados
para sus productos manufacturados y las fuentes de suministros de materias primas no estaban a su alcance. La búsqueda
de esos nuevos mercados de intercambio comercial fue considerada una necesidad imperiosa para el gobierno japonés.

En julio de 1937, un incidente reavivó el conflicto en China, que parecía ya superado. Japón envió grandes contingentes
de fuerzas a China y bloqueó 3000 k de sus costas, sin que nadie pueda impedirlo. No en vano Japón era ya una de las
potencias marítimas y su poder naval refrenó cualquier posibilidad de protesta.

En China, los nacionalistas de Chang Kai-shek y los comunistas de Mao Tse-tung hicieron una tregua para enfrentar al
enemigo común, tregua que se prolongó hasta 1945. La URSS abastecía a China y protegía las fronteras de Extremo
Oriente en los límites de Mongolia y de Manchuria para evitar el progreso de las fuerzas japonesas. Desde tiempo atrás
entre las tropas rusas y las japonesas se produjeron incidentes, que fueron más que los simples tiroteos fronterizos tan
comunes en esas remotas regiones. Por su lado, Francia desde Indochina, e Inglaterra y los Estados Unidos desde
Birmania, abastecieron a los chinos con armas, víveres y equipo. Al no existir una declaración de guerra el presidente
Roosevelt no decretó el embargo sobre las armas destinadas a Chang Kai-shek.

Alemania, había firmado el Pacto Antikomintern, el 25 de noviembre de 1936, que la unía al Japón en la lucha contra la
Internacional Comunista. En el protocolo secreto complementario al tratado, las dos potencias se comprometían a
ayudarse mutuamente en caso de que alguna potencia extranjera atacase a una de las partes, y obliga a las partes a no
firmar ningún acuerdo con Rusia sin consulta y aprobación recíprocas. Pero, a raíz de la firma del pacto germano-soviético
de agosto de 1939, el acuerdo germano-japonés quedó reducido a la simple comunicación telefónica del hecho, tal como

140
lo hizo el Ministro Ribbentrop al embajador japonés en Berlín causando la protesta del gobierno de Tokio, por esa alianza
que iba en contra del espíritu del Pacto Antikomintern. Para entonces Japón no tenía la menor sospecha que pronto se
desataría la guerra entre Alemania y la URSS y que el pacto le protegía. al menos en el papel, de un ataque por el oeste.

Sin embargo, Japón prosiguió su expansión en China con la mira puesta en las Indias holandesas, fuente de recursos
petrolíferos, caucho y quinina, entre otros. Al ocurrir la derrota francesa en Europa, con la aprobación de Hitler, Japón
acordó con el Gobierno de Vichy la ocupación de Indochina, dejándole a los franceses el gobierno civil, en previsión de
que los países Aliados tomaran la iniciativa invadiendo la colonia francesa, eso con el doble propósito de adueñarse de las
materias primas y poder seguir usándola como corredor para el abastecimiento de China. Hay que recordar que en esa
época China no tenía industrias y menos de material de guerra.

Después de resuelto el impase en septiembre de 1940, Japón y Alemania firmaron el Pacto Tripartito formando el Eje
Berlín-Roma-Tokio. Este acuerdo, no estaba ya dirigido contra la URSS, cuya especial situación quedaba claramente
definida en el propio documento, sino contra los Estados Unidos, Gran Bretaña y los Países Bajos. Como reciprocidad, los
países del Eje se comprometían a respetar la voluntad japonesa de implantar un nuevo orden en Asia oriental.

No obstante, a pesar de la presión alemana, sobre todo en la primavera de 1941, el Japón vacilaba comprometerse en
operaciones militares contra los Aliados, en particular contra los Estados Unidos. La estrategia japonesa era la
neutralización de Rusia primero, para no tener que luchar en dos frentes y lo logra el 13 de abril de 1941, con la firma, del
tratado de neutralidad nipo-soviético, no del agrado de Alemania, pero aceptado a vistas de lo ocurrido antes con su pacto
con los rusos, puesto que significaba que los soviéticos mantendrían un solo frente. Además, para los japoneses el acuerdo
les beneficiaba, porque se fortalecía por la misma causa en el momento en que Alemania invade la URSS. Pero ya nada
podía cambiar y el tiempo trabaja en favor de las potencias anglosajonas. Por eso el gobierno japonés acentúa su política
de expansión y se arriesga a un conflicto con Estados Unidos, favorecido por la presión de Churchill ante Roosevelt y las
decisiones tomadas por el gobierno de Estados Unidos.

En julio de 1941, las tropas japonesas ocupan la Indochina francesa, cortando así definitivamente una de las rutas de
abastecimiento de Chang Kai-shek. Para entonces, además de la Indochina Francesa, Japón mantiene ocupada gran parte
de China, Manchuria y Corea. Ante la amenaza que pesa sobre el sudeste de Asia y la impotencia de Gran Bretaña ante
Alemania e Italia, Churchill ve que es cuestión urgente que Estados Unidos entre en guerra, pero al ver que el Presidente
Roosevelt no se decide, le propone dirigir al Japón una advertencia conjunta, mientras le oculta los informes de inteligencia
que apuntan a un ataque japonés contra Hawai.

Pero, por su parte, Estados Unidos ya había adoptado algunas medidas de orden económico contra el país asiático -
restricción de los cambios, embargo sobre el petróleo destinado a la aviación, embargo sobre desechos metálicos y sobre
ciertas mercancías estratégicas, además del bloqueo de los fondos japoneses en los Estados Unidos- y el Secretario de
Estado, Cordell Hull, más que el presidente, teme que con ello se empuje al Japón a la agresión abierta como reacción a
una advertencia excesivamente categórica. El Gobierno de Estados Unidos ya se ha negado a comprometerse con el
Gobierno holandés en el exilio, sobre las Indias holandesas y sólo hace una declaración bastante ambigua en agosto de
1941, hecho que molesta enormemente a Churchill.

Punto 51: Bombardeo a Pearl Harbour e ingreso de EEUU a la guerra

El ataque a Pearl Harbor

El 7 de diciembre de 1941 la aviación japonesa atacó por sorpresa la base naval de Pearl Harbor en Hawaii, donde se
concentraba la flota de guerra norteamericana del Pacífico.

141
Los buques de guerra anclados en el puerto fueron fácil blanco para los aproximadamente 360 aviones de guerra
japoneses que participaron en el ataque. Los norteamericanos sufrieron 3400 bajas con 2300 muertes. El ataque dañó
seriamente el poder naval y aéreo norteamericano en el Pacífico.

Sin embargo, esta agresión avivó al pueblo norteamericano y Roosevelt consiguió que al día siguiente, el 8 de diciembre
de 1941, el Congreso aprobara la declaración de guerra contra Japón.

Se producen una serie de hechos antes del ataque que lo provocaron. Se trataba de un enfrentamiento entre Estados
Unidos y Japón debido a intereses comerciales principalmente. Japón reclamaba un ‘espacio vital’ para llevar a cabo
sus acciones en el océano Pacífico. Además, se consideraban aliados de Alemania e Italia.

Estados Unidos había estado bloqueando el comercio japonés desde tiempo atrás. El 29 de julio de1941 se produce
la invasión de Indochina según el gobierno de Vichy. Esto hace que los estadounidenses publiquen una carta en la que se
exige la evacuación de China e Indochina. El país nipón lo toma como una afrenta y planea un ataque contra Estados
Unidos.

La falta de previsión de las autoridades militares ante un eventual ataque provocó duras críticas en aquel momento. E,
incluso, algunos historiadores han sugerido que Roosevelt conocía el ataque y no hizo nada por impedirlo para así meter
a Estados Unidos en la guerra. La mayoría piensa actualmente que, si bien los militares norteamericanos eran conscientes
de la probabilidad de un ataque japonés, no sabían con exactitud el cuándo y el dónde.

Punto 52: La Guerra del Pacífico

Desde inicios de los años 30, Japón llevó acometió una agresiva política imperialista en Extremo Oriente. Buscaba
abastecerse de materias primas abundantes y baratas y la creación de un extenso mercado donde colocar sus productos
industriales. Exponente de ese objetivo fue la conquista de Manchuria, en 1931, y la guerra que desarrolló abiertamente
contra China a partir de 1937.

Las victorias de Hitler sobre Francia, Holanda y Reino Unido habían dejado a sus respectivas colonias en el oriente asiático
en una situación de extremada debilidad. Así las cosas, en 1940, Japón conquistó el norte de Indochina (colonia
dependiente de la Francia de Vichy), en tanto que amenazaba Indonesia (perteneciente a Holanda) y las colonias británicas
de Malasia, Birmania y Hong Kong. La repulsa de los Estados Unidos a esa política imperialista fue fulminante y, como
advertencia, a finales de 1940 decretaron un embargo parcial de petróleo y hierro destinado a Japón.

Tras las victorias alemanas en Rusia, los japoneses calcularon que la Unión Soviética se colapsaría en breve. Decidieron
aprovechar la coyuntura y emprender la conquista del sudeste asiático. Pero para ello era necesario derrotar primero a la
otra gran potencia con intereses en la zona: los Estados Unidos de Norteamérica.

Los estrategas japoneses más proclives a la guerra, encabezados por el general Tojo (Primer ministro), estimaban que para
asegurar el éxito de la empresa, sus ejércitos necesitaban una intervención rápida que posibilitara la conquista de vastas
regiones (Birmania, Malasia, Filipinas, etc.), para, a continuación, establecer una sólida línea defensiva en la zona central
y suroccidental del Pacífico. Ello les capacitaría para resistir la prevista reacción de los americanos. Era por tanto preciso
destruir su potente Flota del Pacífico.

El 7 de diciembre de 1941 aviones japoneses embarcados en portaaviones atacaron por sorpresa la base de Pearl Harbor,
en las islas Hawái, a varios miles de kilómetros del archipiélago japonés. Hundieron o dejaron fuera de combate 8 grandes
naves, causando serios desperfectos en las instalaciones portuarias y provocando cuantiosas bajas humanas. Palabras de
Roosevelt

142
Al día siguiente el presidente Roosevelt declaraba la guerra al imperio de Japón. Los países americanos, con la excepción
de Argentina, hicieron igual. Por otro lado, Alemania, Italia y los estados satélites del Eje declararon la guerra a Estados
Unidos. Japón, sin embargo, no hizo lo mismo con la URSS, necesitaba manos libres para combatir a los norteamericanos.

A partir de ahí, Japón inició una carrera fulgurante de conquistas en las que fueron cayendo, entre otras, las posesiones
británicas de Hong Kong, Birmania, Malasia, Borneo, Singapur (1942) y las americanas de Filipinas. Fue a raíz de derrotas
japonesas en las batallas del Mar de Coral (mayo de 1942) y, sobre todo Midway (junio de 1942), cuando la expansión
japonesa fue frenada y comenzó la ofensiva de los Estados Unidos.

Con ruptura de hostilidades entre Japón y Estados Unidos, la guerra mundial se desarrolló en tres escenarios principales:
en primero, en Rusia, entre la Wehrmacht y el Ejército Rojo; el segundo en África, entre alemanes e italianos de un lado,
y británicos y estadounidenses de otro; y un tercero, entre japoneses y norteamericanos, en el Pacífico.

1942 fue el año en que las tropas del Tripartito comenzaron a cosechar sus primeras derrotas serias y se inició la
contraofensiva aliada.

Punto 53: Las conferencias inter-aliadas durante la guerra, sus intenciones y logros

El complejo proceso que llevó a los tratados de paz

La negativa experiencia de los tratados de paz firmados tras la primera guerra mundial y la evidencia de la victoria aliada
al menos desde 1943 provocaron que los vencedores empezaran muy pronto a preocuparse por construir un marco
jurídico en el que se diseñase el mundo de posguerra. Estos fueron los principales documentos y compromisos adoptados
por los Aliados:

La Carta del Atlántico firmada el 14 de agosto de 1941 por Churchill y Roosevelt. Este documento fue incluido en la
Declaración de las Naciones Unidas aprobada el 1 de enero de 1942.

Las decisiones tomadas por los Tres Grandes recogidas en las actas de las diversas conferencias que se celebraron a lo
largo de la guerra: Moscú (octubre de 1943), El Cairo (noviembre de 1943), Teherán (diciembre de 1943), Yalta (febrero
de 1945), y, finalmente, Potsdam (julio-agosto de 1945).

La Carta de la Organización de las Naciones Unidas, cuyo primer borrador fue diseñado en la Conferencia de Dumbarton
Oaks y finalmente aprobada en la Conferencia de San Francisco en junio de 1945.

Las Actas de Capitulación incondicional firmadas por Alemania el 7 y 8 de mayo de 1945 y por Japón el 2 de septiembre
de ese mismo año

Este conjunto de acuerdos crearon dos instituciones que debían ser las encargadas inmediatas de la construcción de la
paz

Lo que se vino a denominar el Directorio de los Tres Grandes. Nacido en la Conferencia de Moscú en octubre de 1943 en
la que Estados Unidos, Gran Bretaña y la URSS se comprometieron por medio de sus ministros de asuntos exteriores a
mantener la unidad de acción "para mantener la paz y la seguridad internacional" por medio del denominado Consejo de
Ministros de Asuntos Exteriores con sede en Londres. Este compromiso de actuar juntos se reafirmó en las conferencias
de Yalta y Potsdam. En la primera de ellas se acordó que los "Ministros de Asuntos Exteriores se reunirán en el futuro tan
a menudo como sea necesario y, en cualquier caso, cada tres o cuatro meses."

Y por su parte, la Organización de las Naciones Unidas, nacida en Conferencia de San Francisco en junio de 1945.

143
Este fue el aparato jurídico elaborado por los vencedores para construir la paz. Sin embargo, todo lo que había sido
minuciosamente preparado por las diplomacias de los Aliados se derrumbó estrepitosamente al romperse la unidad de
los vencedores tras el fin del conflicto y desencadenarse el conflicto de intereses. Finalmente la organización de la paz se
convirtió en un proceso anárquico marcado por el inicio de la guerra fría.

Vencedores y vencidos, ocupantes y ocupados

El complejo desarrollo de la segunda guerra mundial hace que debamos detenernos en detallar algo que en principio debía
de ser obvio: quiénes fueron los vencidos y quiénes los vencedores.

En Europa los vencidos fueron Alemania, Italia, Finlandia, Rumania, Hungría y Bulgaria. Alemania fue ocupada por las tres
potencias vencedoras, Gran Bretaña, EE.UU. y la URSS, a las que se unió Francia; Rumania, Hungría y Bulgaria fueron
ocupadas por la URSS e Italia por EE.UU. y el Reino Unido. Finlandia tras firmar el armisticio con la URSS en 1944 no fue
ocupada

En Asia los vencidos fueron Japón y Tailandia (Siam). Japón fue ocupado por los norteamericanos, Tailandia por los
británicos y Corea, antiguo territorio dominado por Japón, fue dividida en dos zonas de ocupación: los soviéticos al norte
y los estadounidenses al sur.

Respecto a las antiguas colonias europeas en Asia liberadas del dominio japonés se dieron múltiples situaciones: la URSS
ocupó Manchuria, además del norte de Corea, y la antigua Indochina francesa quedó ocupada la norte del paralelo 16º
por China y al sur por los británicos. La guerra civil china y el ulterior triunfo comunista en 1948 vino a complicar aún más
la situación. De cualquier manera, los antiguos colonialistas franceses y holandeses tuvieron grandes dificultades para
recuperar el control de sus antiguos territorios de Indochina e Indonesia respectivamente.

Un caso particular fue el de Austria. En Potsdam, se acordó que, pese a ser reconocida como víctima del nazismo y
reconocida su independencia, el país debía ser ocupado por los aliados bajo una Comisión aliada. Pese a las elecciones
que tuvieron lugar en noviembre de 1945, el país continuó dividido en zonas de ocupación y la Comisión aliada siguió al
cargo de diversos funciones, esencialmente la de la desnazificación, hasta la firma definitiva de un tratado.

Los Tratados de Paz

En aplicación de los acuerdos alcanzados en Potsdam, los cinco ministros de asuntos exteriores de Gran Bretaña, EE.UU.,
la URSS, Francia y China se constituyeron en Consejo Permanente y se reunieron en Londres en septiembre de 1945 a fin
de redactar los tratados de paz con los vencidos. La reunión fue fracaso lo que llevó a una reunión en diciembre en Moscú
de los ministros de EE.UU, Byrnes, URSS, Molotov, y Gran Bretaña, Bevin. Allí se acordaron los procedimientos para
redactar los tratados de paz.

En 1946 se reunió en París una conferencia de los ministros de asuntos exteriores de Gran Bretaña, URSS, EE.UU. y Francia
y posteriormente de julio a octubre de ese mismo año se encontraron en lo que se denominó Conferencia de Paz los
representantes de los veintiún estados miembros de las Naciones Unidas que habían luchado realmente en la guerra
contra el Eje: Gran Bretaña, URSS, EE.UU., Francia, China, Bélgica, Grecia, Noruega, Países Bajos, Polonia, Checoslovaquia,
Polonia, Yugoslavia, Australia, Canadá, India, Nueva Zelanda, Unión Sudafricana, Brasil, Chile, Etiopía y la Rusia Blanca y
Ucrania, repúblicas soviéticas que se vieron reconocidas individualmente.

El proceso culminó en Europa con la firma de los Tratados de París el 10 de febrero de 1947 entre los vencedores y los
países satélites de la Alemania nazi (Italia, Rumania, Hungría, Bulgaria y Finlandia).

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En el caso de la firma del tratado de paz con Japón, la revolución china y el triunfo de Mao Zedong complicaron el proceso
que finalmente culminó con la firma del Tratado de San Francisco en 1951 con Japón. Este tratado fue firmado por
cuarenta y nueve países, entre los que no se hallaban presente la URSS, India y China y redujo a Japón a sus fronteras de
1854. La denominada declaración de Moscú de 1956 firmada por los primeros ministros Hatoyama y Bulganin puso fin al
estado de sitio entre la URSS y Japón.

En 1955 se firmó el Tratado de Viena que acabó con la ocupación de Austria, país que recuperó su independencia por
primera vez desde el Anschluss de 1938.

Tras la capitulación sin condiciones del 7 y 8 de mayo y la ocupación de su territorio, Alemania sufrió duramente las
consecuencias de la guerra de destrucción iniciada por Hitler: fuertes pérdidas territoriales, pago de indemnizaciones...
Sin embargo, como veremos más adelante, el estallido de la guerra fría llevó a unos resultados no previstos por los Aliados
vencedores. La partición del país en dos estados, la RFA y la RDA, enfrentados y alineados con las dos superpotencias
enfrentadas tras la segunda guerra mundial impidió la firma de un tratado de paz entre los vencedores y Alemania.

Los cambios territoriales

El principio general que rigió todos los acuerdos y tratados fue el retorno a las fronteras europeas de 1937 con tres
excepciones principales: la reducción del territorio de Alemania, el engrandecimiento del territorio soviético y el
"desplazamiento" del territorio polaco en torno a 225 kilómetros hacia el oeste. Estas tres excepciones estaban
evidentemente relacionadas.

Estos fueron los principales cambios territoriales en Europa:

La Unión Soviética obtuvo:

De Finlandia: gran parte de Carelia con la ciudad de Vyborg y el puerto de Petsamo en el norte lo que hizo que tuviera
frontera con Noruega.

Los tres estados bálticos, Estonia, Letonia y Lituania, que habían sido independientes de 1918 a 1940.

De Alemania: la parte norte de la Prusia Oriental con la ciudad de Könisgsberg (actual Kaliningrado).

De Polonia: las regiones al este de la línea Curzon

De Checoslovaquia: la Rutenia subcarpática

De Rumania: la Besarabia (denominada Moldavia en adelante) y la Bukovina del Norte.

Polonia en contraprestación de sus pérdidas orientales obtuvo:

La parte sur de Prusia Oriental y las regiones de Pomerania y Silesia hasta la línea Oder-Neisse. Aunque Polonia perdió
algo de territorio consiguió adquirir zonas más ricas y una gran salida al Báltico con los antiguos puertos alemanes de
Danzig (rebautizado Gdansk) y Stettin (Szczecin)

Alemania perdió de nuevo Alsacia-Lorena en el occidente, reanexionadas por Hitler en 1940, y, sobre todo, importantes
territorios en el oriente en beneficio de Polonia. Quedó reducida a 356.272 kilómetros cuadrados, en contraste con los
472.034 de 1919 y 540.521 de 1914.

Italia, aunque limitó sus pérdidas al firmar el armisticio con los Aliados en 1943, cedió algunos pequeños territorios:

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La península de Istria con Fiume (Rijeka) pasó a Yugoslavia, aunque consiguió mantener Trieste.

La isla de Rodas y el archipiélago del Dodecaneso fueron entregados a Grecia.

Albania recuperó su independencia e Italia perdió sus colonias (Etiopía, Somalia, Eritrea y Libia)

Aunque los cambios territoriales fueron menores que tras la primera guerra mundial, fueron acompañados de enormes
desplazamientos de población que añadieron más dolor a un continente devastado por la guerra:

Entre 11 y 12 millones de alemanes fueron expulsados de las zonas anexionadas por la URSS y Polonia, así como de los
Sudetes en Checoslovaquia y de las comunidades germanas de los Balcanes.

2 millones de polacos fueron las zonas orientales cedidas a la URSS fueron realojados en la "nueva Polonia occidental".

Entre 400.000 y 500.000 finlandeses fueron expulsados de los territorios anexionados por la URSS.

Una parte de la población húngara de Eslovaquia fue expulsada.

Los cambios en el Extremo Oriente se concretaron en la desaparición del Imperio Japonés:

La URSS se anexionó la isla de Sajalín y las islas Kuriles.

Japón debió abandonar sus conquistas en China, Corea y la isla de Formosa (Taiwan). Además 7 millones de japoneses
dispersos por el antiguo Imperio debieron retornar al archipiélago nipón.

Conferencia de Teherán

Fue una reunión que tuvo lugar entre el 28 de noviembre y el 1 de diciembre de 1943, entre los dirigentes Lósif
Stalin, Winston Churchill y Franklin D. Roosevelt, que formaban el bando de los Aliados. Constituye el máximo exponente
de cooperación de los aliados en la Segunda Guerra Mundial.

La Conferencia de Teherán fue la primera conferencia de los "Tres Grandes" en la Segunda Guerra Mundial, por lo que la
primera cosa que hicieron los Estados Unidos y Gran Bretaña fue garantizar la plena cooperación y la asistencia de la Unión
Soviética en todas las políticas de la guerra. Stalin aceptó, pero a un precio: Roosevelt y Churchill tendrían que apoyar su
mandato y a los partisanos en Yugoslavia, y también permitir la modificación de la frontera entre Polonia y la URSS.

Roosevelt, Churchill y Stalin luego se trasladaron a asuntos más importantes, principalmente la Operación Overlord y la
guerra política. La Operación Overlord estaba programada para comenzar en mayo de 1944, en compenetración con el
ataque soviético a la frontera oriental de Alemania. En la serie de batallas que más tarde se conocería como "Día D", se
combinaron fuerzas de Canadá, del Reino Unido, de los Estados Unidos, y muchos otros países. Los "Tres Grandes" pasaron
días discutiendo acerca de cuándo debería tener lugar la Operación Overlord. La Conferencia de Teherán constituyó el
punto culminante de la cooperación en el seno de la Gran Alianza.

Los éxitos del ejército soviético y la inminencia de la apertura de un segundo frente en Europa occidental permitieron que
el primer encuentro entre Stalin, Churchill y Roosevelt se desarrollara en un ambiente de gran cordialidad.

Las decisiones principales que se adoptaron fueron las siguientes:

● Acuerdo sobre la partición y desmembramiento de Alemania tras la derrota del régimen de Hitler.

146
● Pese a la aprensión de las potencias occidentales se acuerda el "desplazamiento de Polonia hacia el oeste". La
frontera soviética llegaría hasta la línea Curzon y a cambio Polonia se anexionaría territorios orientales alemanes.

● Se comenzó el debate sobre la organización concreta de la futura Organización de las Naciones Unidas,
aprobándose un acta sobre la cuestión.

Conferencia de Yalta

La Conferencia que los "Tres Grandes", Churchill, Roosevelt y Stalin, celebraron en Yalta (Crimea - antigua URSS) del 4 al
11 de febrero de 1945 es posiblemente uno de los hechos diplomáticos más célebres del siglo XX. Durante la guerra fría
se mantuvo la idea de que en Yalta se había producido una división del mundo entre las potencias occidentales y la URSS.
La realidad no fue esa.

Los "Tres Grandes" se reunieron para coordinar sus planes de guerra en un momento en el que las operaciones contra las
potencias del Eje habían entrado en un momento decisivo. Churchill, Roosevelt y Stalin intentaron llegar a un acuerdo lo
más amplio posible sobre los puntos de fricción que les separaban en lo referente al futuro de una Europa que se adivinaba
prontamente liberada de la dictadura hitleriana.

La situación en el momento de la Conferencia favorecía claramente a Stalin. Tras las impresionantes ofensivas del Ejército
Rojo en 1944, las tropas soviéticas se hallaban a 70 kilómetros de Berlín y ocupaban prácticamente toda la Europa central
y oriental. Al mismo tiempo, el mantenimiento del pacto de neutralidad con Japón permitía a Moscú mantener una
posición de fuerza en todo lo relacionado con las cuestiones polaca y alemana.

De Gaulle trató de que Francia fuera incluida en la Conferencia con escaso éxito. Roosevelt se negó a incluir a un país que
había sido liberado por los anglosajones, aduciendo que su líder, De Gaulle, no había sido elegido por su pueblo.

En esta conferencia se acordaron cinco resoluciones principales:

Alemania sería desmilitarizada y dividida en cuatro zonas de ocupación de la URSS, EEUU, Gran Bretaña y Francia (incluida
por demanda de Churchill). Estaría sujeta a fuertes reparaciones financieras y perdería la Prusia Oriental y parte de
Pomerania, quedando su frontera oriental fijada en la línea marcada por los ríos Oder y Neisse. Se estableció que un
tribunal internacional juzgaría a los principales criminales de guerra nazis. Lo que posteriormente llevó a los Juicios de
Nüremberg.

Polonia sería "desplazada" hacia el oeste, anexionándose los territorios que Alemania perdía en el oriente y cediendo en
el oriente los territorios que habían quedado bajo el dominio soviético tras el pacto de no agresión germano-soviético en
1939. El denominado Comité de Lublin, formado esencialmente por comunistas, constituirían el núcleo principal del futuro
gobierno polaco, aunque también tendrán presencia los miembros del gobierno provisional polaco pro-occidental con
sede en Londres.

Con respecto a las Naciones Unidas, cuya Carta había sido ya redactada en borrador, se acordó un compromiso sobre la
fórmula de voto en el futuro Consejo de Seguridad, poniendo el énfasis en el papel clave de las grandes potencias
vencedoras en la futura organización de la paz.

Por último, se aprobó la denominada Declaración sobre la Europa liberada en la que los "Tres Grandes" se
comprometieron a que la reconstrucción de Europa se hiciera por medios democráticos constituyendo gobiernos
democráticos ampliamente representativos de todos los elementos no fascistas de cada nación. Esos gobiernos deberían
convocar lo antes posible elecciones libres que permitieran la creación de gobiernos que emanaran de la voluntad popular.

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Fue la violación de estos acuerdos por parte de los soviéticos lo que llevó a la división de Europa y a lo que se vino a
denominar el "telón de acero". Posteriormente, los republicanos norteamericanos contrarios a Roosevelt y su legado, y el
propio De Gaulle, marginado de la reunión, fomentaron la falsa idea de que en Yalta se acordó la división de Europa en
dos esferas de influencia, occidental y soviética.

Por último, en lo referente al Extremo Oriente se acordó un protocolo secreto por el que a cambio de la entrada de la
URSS en guerra contra Japón en el plazo de dos o tres meses tras la derrota alemana, la Unión Soviética recuperaría todos
los territorios perdidos tras la guerra ruso-japonesa de 1905.

Conferencia de Potsdam

Los "Tres Grandes" tras culminar la derrota de la Alemania nazi se reunieron en Potsdam, en las afueras de Berlín, del 17
de julio al 2 de agosto de 1945 para concretar la suerte del vencido.

Pese a la victoria común sobre el Eje y la capitulación incondicional de la Wehrmacht, el ejército alemán, el 7 y 8 de mayo,
el ambiente en la conferencia había cambiado con respecto a Teherán o Yalta, tal como habían cambiado sus
protagonistas. Al lado del dictador soviético, Truman a sustituido a un presidente Roosevelt que había fallecido unos
meses antes y Atlee, el líder británico laborista, sustituye a un Churchill derrotado sorprendentemente en las elecciones
generales de 1945.

Los dirigentes de la Gran Alianza acordaron establecer una autoridad suprema interaliada en Alemania en la que el poder
real residiría en un Consejo Supremo de Control formado por los comandantes militares de las cuatro zonas de ocupación:
americana en el sudoeste, británica al noroeste, francesa en el oeste y soviética al este. Era una mera división
administrativa de Alemania y, en aquel momento, ninguno de los líderes reunidos pensó en una división política de la
potencia derrotada.

Austria también fue dividida en cuatro zonas, así como Berlín y Viena.

Se definió el denominado plan de las cuatro "D": desnazificación, desmilitarización, descartelización (abolición de los
grandes "carteles" económicos germanos) y democratización. Este plan debía ser la base de la reconstrucción de Alemania.
Todas las organizaciones nacional-socialistas debían ser disueltas, la administración depurada y los criminales de guerra
castigados en un Tribunal que tendrían como sede Nüremberg, la capital de los grandes congresos nazis. Todas las
organizaciones militares y paramilitares debían ser disueltas y desarticulada la industria armamentística, así como los
grandes conglomerados industriales. La democratización pasaría por la vuelta a la legalidad de los partidos políticos y
sindicatos, por elecciones locales y el restablecimiento de las libertades civiles.

Los ministros de asuntos exteriores quedaron encargados de preparar un tratado de paz definitivo con Alemania. No hubo
acuerdo sobre el trazado de la frontera germano-polaca, pero la URSS impuso una política de hechos consumados
anexionando a Polonia importantes territorios germanos y fijando la línea Oder-Neisse como la frontera definitiva. Este
cambio de fronteras se vio acompañado de la expulsión de diez millones de alemanes de territorios orientales y de amplios
desplazamientos, a menudo dramáticos, de población en toda la Europa oriental.

En lo referente a las reparaciones de guerra, se acordó tras ásperas discusiones que serían extraídas por cada potencia en
su área de ocupación, aunque a la Unión Soviética se le permitió obtener del 10 al 15 por ciento del equipamiento
industrial de las zonas occidentales a cambio de productos agrícolas y de otro tipo de su zona de ocupación.

Pese a la proclamación solemne de la creencia en la responsabilidad colectiva de las grandes potencias en el


establecimiento de una paz justa y concertada y de la adhesión unánime a los principios de la Carta del Atlántico, la

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realidad fue que en la Conferencia de Potsdam afloraron ya de una manera bastante evidente las divergencias ideológicas
y las ambiciones nacionales irreconciliables que llevarían a corto plazo al fin de la Gran Alianza y al inicio de la guerra fría.

Punto 54: Guerra en África, retroceso de Alemania

La entrada en guerra de Italia, el 10 de junio de 1940, inauguró un nuevo frente en el Norte de África. Italia aspiraba a
eliminar la presencia británica en el Mediterráneo, anexionarse Malta y formar un vasto imperio colonial en África.

El objetivo de Alemania e Italia era controlar el Mediterráneo, para lo cual era preciso apoderarse de Gibraltar (alentando
para ello la entrada de España en el conflicto) y el Canal de Suez. Una vez controlado el norte de África, podrían obtener
un fácil acceso a los recursos petrolíferos de Oriente Próximo, de los que tan necesitadas estaban ambas potencias.

La campaña de África fue uno de los episodios más relevantes de la guerra. Abarcó entre 1940 y mayo de 1943, con la
rendición de italianos y alemanes.

Las hostilidades estallaron en junio de 1940 con la toma británica del fuerte italiano de Fuerte Capuzzo (Libia). En
septiembre de 1940, las tropas italianas establecidas en Libia, al mando del General Graziani, lanzaron una ofensiva para
conquistar la base inglesa de Alejandría (Egipto). El pretendido avance, sin embargo, se detuvo en las dunas de Sidi el-
Barrani. A partir de entonces, los ingleses, en clara inferioridad numérica (2 divisiones contra 10 italianas) lanzaron una
contraofensiva que logró derrotar a los italianos. Entre enero y febrero éstos perdieron la región de la Cirenaica (Libia).

La estrepitosa derrota italiana obligó a Hitler a acudir en socorro de sus aliados. Envió un selecto cuerpo de ejército
especialmente adaptado a las condiciones de la guerra en el desierto: el Afrika Korps. Lo componían dos divisiones, y su
comandante era el general Ervin Rommel. Desde Trípoli, el Afrika Korps dio un vuelco a la situación y, en tres semanas,
tras recorrer de manera imparable casi mil kilómetros, reconquistó la Cirenaica, logrando cercar a los ingleses en la base
de Tobruk, al este de Libia, ya cerca de la frontera con Egipto.

Para eliminar el cerco germano-italiano de Tobruk, los británicos respondieron con un contraataque. Pero a pesar de la
aplastante superioridad británica, Rommel logró repeler la ofensiva. Churchill se vio obligado a sustituir al general Wavel
por Auchinleck.

Tobruk no pudo ser liberado hasta noviembre de 1941, tras la retirada de las tropas del Eje, si bien, meses más tarde, la
localidad caería de nuevo en poder de las tropas de Rommel.

Tras la caída de Tobruk, los germano-italianos empujaron con fuerza a los británicos hacia Egipto. Allí serían detenidos por
el general Auchinleck, en julio de 1942, en la 1ª Batalla del Alamein, pequeña localidad situada a 80 Km de Alejandría. Tras
este episodio, las tropas del Eje estaban exhaustas. Rommel pidió insistentemente a Hitler refuerzos y suministros, pero
éste dio prioridad al frente oriental, donde se desarrollaba la guerra contra los rusos. En agosto de 1942, comenzaría la
Batalla de Stalingrado. La 1ª Batalla del Alamein llevó ambos bando a una situación de punto muerto, si bien logró detener
el avance alemán en Egipto. En octubre los británicos, fuertemente renovados en armamento, hombres y con un nuevo
comandante en jefe (Montgomery), lograrían vencer a sus oponentes en la 2ª Batalla del Alamein.

La guerra en el desierto se libró con estrategias y medios diferentes a los empleados en la guerra convencional. La
naturaleza del terreno y el clima extremo no permitían a los ejércitos alejarse demasiado de las bases de abastecimiento
de agua, petróleo y víveres. La ausencia de obstáculos naturales permitía a las unidades acorazadas moverse con gran
rapidez por enormes espacios, en un constante avance y retroceso. En numerosas ocasiones hubieron de detenerse, como
consecuencia de las abundantes averías mecánicas o la falta de combustible.

Punto 55: El día D y la derrota de Alemania


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Desde la Conferencia de Teherán, celebrada a finales de 1943, los soviéticos llevaban demandando la apertura de un
nuevo frente en el occidente europeo, que aliviara la presión que sus tropas sufrían en el sector oriental.

El 6 de junio de 1944, el "Día D", se llevó a cabo el desembarco de un enorme ejército aliado en las playas de Normandía,
en el norte de Francia. Tenía lugar la "Operación Overlord” o “Jefe Supremo”. Al mando de las tropas integradas por
estadounidenses, británicos, canadienses, franceses y voluntarios de otros países, apoyados por enormes reservas desde
Inglaterra, se hallaba el general estadounidense Eisenhower, con el que colaboraba el británico Montgomery.

Las tropas alemanas destinadas a repeler el desembarco, fueron engañadas por los servicios de inteligencia aliados,
haciéndoseles creer que la operación se produciría por Calais. Rommel, jefe de las tropas germanas, se encontraba ese
día en Berlín. Sería obligado meses más tarde a suicidarse, acusado de estar implicado en el atentado contra el Fhührer,
perpetrado el 20 de julio de 1944.

Los aliados, venciendo la resistencia alemana, avanzaron hacia París. La capital francesa fue liberada el 26 de agosto por
el general De Gaulle. En septiembre de 1945 los aliados lograban recuperar la totalidad del territorio francés, así como
Bélgica.

La contraofensiva alemana lanzada por sorpresa en diciembre de 1944-enero del 45 en el bosque de las Ardenas, con el
despliegue de una potente formación de acorazados, a punto estuvo de malograr los planes aliados. No obstante, la
escasez de combustible provocó la derrota de los blindados alemanes y permitió a los estadounidenses cruzar el río Rin.

En la Batalla de las Ardenas el III Reich había agotado sus últimas reservas. Ya nada se interponía entre los ejércitos aliados
y el corazón de Alemania. En el frente oriental los soviéticos también avanzaban sin encontrar resistencia.

Punto 56: Las bombas nucleares y la derrota de Japón

Pocos capítulos de la II Guerra Mundial suscitan aún hoy un debate tan intenso entre historiadores, intelectuales y
científicos como el lanzamiento de las bombas atómicas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki de
principios de agosto de 1945. La discusión se juega a la vez en el terreno de la moral y de la estrategia militar. Antes de
que el 6 de agosto el Enola Gay, un bombardero B-29, se dirigiera a la ciudad de Hiroshima, tanto en Japón como en EEUU
y en el resto del mundo existía la plena conciencia de que la II Guerra Mundial se encontraba en sus estertores. Alemania
e Italia se habían rendido y Japón era incapaz de sostener el acoso de unos EEUU volcados en el frente del Pacífico.

El 26 de julio de 1945, el presidente estadounidense, Harry Truman, y sus aliados habían presentado una declaración
conocida como el 'ultimátum de Potsdam' en el que amenazaban de «la inevitable y completa destrucción» si el
emperador Hiro Hito no se rendía de forma incondicional. Mientras el Gobierno japonés discutía cuáles eran las
condiciones aceptables para el imperio del Sol naciente, se rechazó el ultimátum de Truman.

Unos 57 segundos después de que el Enola Gay dejará caer a 'Little Boy', una bomba de uranio de 60 kilos de peso y un
potencial destructivo de 13 quilotones, se produjo la primera detonación nuclear de la Historia. La bomba explotó a 600
metros de altura, cerca del centro de Hiroshima, que se convirtió en un enorme cráter de polvo en cuestión de segundos.
No existen unas cifras exactas sobre las víctimas que provocó la explosión. Se calcula que unas 80.000 personas murieron
de forma inmediata, y que otras 50.000 y 100.000 más fallecieron los días posteriores a causa de las heridas, o en los años
siguientes como consecuencia de las radiaciones a las que estuvieron expuestas. Entre las víctimas figuran 11 prisioneros
de guerra norteamericanos, un hecho que el Gobierno mantuvo en secreto durante más de 35 años. Hiroshima tenía entre
350.000 y 400.000 habitantes antes de que la bomba convirtiera la mayoría de la ciudad en una masa de escombros.

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Tres días después, el 9 de agosto, llegó el segundo mazazo nuclear, esta vez sobre la ciudad de Nagasaki. En principio, el
bombardeo estaba previsto para el día 11, pero la previsión de mal tiempo obligó a adelantar la misión. El primer objetivo
militar era la ciudad japonesa de Kokura. Sin embargo, una vez allí, los pilotos decidieron cancelar el bombardeo debido a
que una gran nube cubría ya la ciudad y limitaba la visibilidad a sólo el 30%.

Aquella nube salvó la vida de miles de habitantes de Kokura, pero condenó a otros miles del segundo objetivo de la misión:
la ciudad portuaria de Nagasaki. En total, se estima que murieron cerca de 100.000 personas, entre 45.000 y 70.000 de
forma inmediata tras la explosión. Esta vez la bomba, bautizada como 'Fat Boy', estaba compuesta de plutonio y su
potencial fue de 21 kilotones. Unos tres días después de la detonación, el emperador Hiro Hito decidió capitular. El 14 de
agosto, un mensaje de radio informaba a la población de que el país se rendía.

Con la ocupación de Japón por unos 350.000 norteamericanos se ponía fin a la II Guerra Mundial, pero se iniciaba un
debate inconcluido sobre la necesidad y moralidad del bombardeo nuclear. Los defensores de la acción —entre ellos
políticos, militares e historiadores como Robert Newman— señalan que permitió salvar la vida de decenas de miles de
soldados norteamericanos. La estimación de bajas que habría provocado la invasión de Japón varía en función de la fuente
—el presidente Truman habló de entre 250.000 y 1.000.000 hombres; el Estado Mayor, de 370.000 muertos y más de un
millón de heridos—. En todo caso, habrían sido muy elevadas, como también lo habrían sido las de civiles y militares
japoneses, pues habían recibido la orden de luchar hasta la muerte. Es decir, los defensores sostienen que los bombardeos
permitieron salvar vidas.

En el otro lado del debate, se situaron reputados intelectuales como Albert Camus o Albert Einstein, e incluso varios
científicos que trabajaron en el Proyecto Manhattan que desarrolló la bomba con James Franck a la cabeza. Denunciaron
el bombardeo como un acto «inmoral» y acusaron a quienes lo autorizaron de cometer «crimen contra la Humanidad».

Algunos historiadores, como Howard Zinn, basan sus críticas en el hecho de que el bombardeo no era necesario y que
Japón se habría rendido igualmente. Un informe del Departamento de la Guerra realizado en 1946 a partir de entrevistas
a funcionarios japoneses parece darles la razón al concluir que «con toda probabilidad Japón se habría rendido antes del
1 de noviembre de 1945 aunque no se hubieran lanzado las bombas». «Si EEUU no hubiera insistido en una rendición
incondicional, aceptando la condición de que el emperador permaneciera en el poder, los japoneses habrían aceptado
parar la guerra», sostiene Zinn en su libro 'A People's History of the United States'.

Punto 57: El nuevo mapa europeo: las consecuencias territoriales y zonas de ocupación. Pérdidas de guerra

El final de la guerra (1945)

En 1945 la Alemania del III Reich y el Imperio de Japón atraviesan graves dificultades. Su derrota está próxima.

Acosada por dos frentes, Alemania trataba de resistir con desesperación los embates de los anglo-americanos por el Oeste,
y de los soviéticos por el Este. Hitler intentaba aplazar lo inevitable. Los aliados emprendieron la carrera hacia Berlín. En
la capital se luchó casa por casa hasta que hubo de capitular. Poco antes, Hitler se suicidaba en el búnker de la Cancillería.

Por su parte, los gobernantes japoneses, abrumados por los bombardeos que destrozaban sus ciudades y centros
industriales, sin posibilidad de respuesta, ya que su aviación había quedado fuera de combate, proseguían una resistencia
sin esperanzas. Ello animó al Presidente de Estados Unidos Truman a ordenar el lanzamiento de dos bombas nucleares,
que arrasaron las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. Japón se vio forzado a rendirse.

Consecuencias territoriales

151
La II Guerra Mundial llevó consigo importantes modificaciones en las fronteras. También un cambio radical en el equilibrio
mundial.

La URSS recuperó los territorios perdidos en 1941 y amplió su dominio a costa de las repúblicas bálticas de Estonia, Letonia
y Lituania, parte de Finlandia (Carelia), Polonia y Alemania (parte de Prusia Oriental). Ocupó las japonesas islas Kuriles y
Sajalín. También se apropió a costa de Rumanía, de la región de Besarabia.

Bulgaria cedió Macedonia a Yugoslavia, y Tracia a Grecia.

Italia renunció a todas sus colonias y devolvió Dodecaneso a Grecia. Perdió Albania, reconocida como estado
independiente, así como todas sus colonias africanas, si bien mantuvo un mandato en Somalia.

Austria y Checoslovaquia recuperaron su independencia.

Alemania fue devuelta a los límites de 1918, perdiendo los territorios del este, repartidos entre Polonia y Rusia, unos
100.000 km2. Quedó dividida en cuatro zonas de ocupación, administradas por las cuatro potencias aliadas (Estados
Unidos, Unión Soviética, Reino Unido y Francia). Más tarde surgirán dos estados: la República Federal de Alemania, con
capital en Bonn, y la República Democrática Alemana, con capital en Berlín, que a su vez quedaba dividida en cuatro
sectores.

Japón se vio forzado a devolver los territorios ocupados a China (Manchuria y Formosa). Aunque conservó la figura del
emperador (Hirohito), fue ocupado y sometido a la administración de Estados Unidos, que lo obligó a democratizar sus
estructuras políticas.

Estados Unidos ocupó varias islas del Pacífico.

Corea quedó dividida en dos partes, en torno al paralelo 38º. La Norte, bajo la protección soviética; la Sur, bajo influencia
norteamericana.

China recibió Formosa (Taiwán), cedida en 1895 a Japón, bajo presión.

Consecuencias políticas de la II Guerra Mundial: la bipolarización

Entre los estados vencidos, Alemania fue el más perjudicado. Por segunda vez vio cómo se malograba la oportunidad de
convertirse en una potencia de rango mundial. Perdió la soberanía y su territorio fue repartido entre los vencedores.

Japón, aunque conservó su integridad territorial, quedó ocupado y administrado por los Estados Unidos, representados
por el general MacArthur. Su modelo de gobierno autoritario, con importantes reminiscencias feudales, desapareció para
siempre en beneficio de una democratización política y social.

Entre las potencias vencedoras, Reino Unido hubo de asumir que su papel de potencia colonial había desaparecido (pronto
se iniciaría el proceso descolonizador). En adelante sus intereses quedarían subordinados a los de Estados Unidos. Francia,
que había jugado un papel secundario durante la guerra, tras ser derrotada por los alemanes, recuperó parte de su
protagonismo como potencia.

Dos estados salieron reforzadas del conflicto y se disputarían la hegemonía mundial en años venideros: Estados Unidos
de Norteamérica y la Unión Soviética. El primero, sostén fundamental de los aliados en la lucha contra las potencias del
Eje, quedó durante un tiempo en situación ventajosa, fundamentando su posición en su enorme potencial económico y
militar. Detentó el monopolio del poder nuclear, hasta que la URSS construyó su primera bomba, en 1949.

152
Los dos representaban modelos económicos, sociales e ideológicos antagónicos: el capitalismo y el comunismo. Desde el
fin de la guerra sus intereses serían cada vez más divergentes, algo que se puso de manifiesto peligrosamente durante la
“Guerra Fría”.

Consecuencias económicas de la II Guerra Mundial

La guerra fue acompañada de la debacle económica. A consecuencia de los combates terrestres y aéreos, Europa quedó
devastada. Los masivos bombardeos, ejecutados, tanto por las potencias del Eje (durante la primera fase del conflicto),
como por los aliados (en la segunda) agravaron el problema. Ciudades, industrias, nudos ferroviarios y carreteras
quedaron seriamente dañados. Millones de toneladas de barcos fueron enviados al fondo del mar. Se calcula que Europa
perdió aproximadamente el 50% de su potencial industrial. Otro tanto sucedió a Japón. El sector agrícola también se vio
afectado; se perdieron cosechas enteras, y el hambre, erradicada en Europa desde el siglo XVIII, apareció de nuevo. En
China millones de personas perecieron por ese motivo.

La industria bélica se fortaleció en detrimento de la de bienes de consumo. El sector servicios se resintió igualmente. Una
vez concluido el conflicto resultó una difícil tarea la reconversión de la industria pesada, destinada a producir
equipamiento militar, en otra encaminada a producir bienes y servicios. En Estados Unidos y, sobre todo en la URSS, la
industria militar siguió jugando un papel crucial, debido al hecho de la "Guerra Fría", situación que no se alteraría hasta la
década de los 90.

Al término del conflicto las viejas potencias europeas, Reino Unido, Francia y Alemania, habían perdido definitivamente
el liderazgo económico que ya habían comenzado a ceder a Estados Unidos tras la Primera Gran Guerra.

Por contra, la economía estadounidense salió reforzada y experimentó un espectacular auge, especialmente en su sector
industrial, con un crecimiento del producto interior bruto en torno al 10% anual. El país americano se había convertido en
el mayor proveedor de productos manufacturados a los aliados, a quienes había concedido importantes sumas de dinero
en forma de créditos. En 1945 era acreedor de la mayoría de los estados y controlaba dos tercios del total de las reservas
mundiales de oro. Su hegemonía como potencia industrial, financiera y agraria se impuso sin discusión, superando a la de
su principal oponente, la URSS.

Consecuencias demográficas de la II Guerra Mundial

La Segunda Guerra Mundial ha sido el conflicto que más víctimas ha provocado en la historia de humanidad. Por su causa
perdieron la vida aproximadamente 54 millones de personas, a los que hubo que sumar 65 millones de heridos (entre
ellos, 35 millones graves), y 3 millones de desaparecidos.

A diferencia de otras guerras, la mayoría de los afectados fueron civiles no combatientes (98% en Polonia). Las razones de
ello se debieron los bombardeos masivos perpetrados sobre grandes núcleos urbanos, la desnutrición, las enfermedades,
y el lanzamiento de las bombas nucleares sobre Japón. El empleo de un armamento altamente sofisticado incrementó el
número de caídos en los frentes de batalla. La política nazi de creación de campos de concentración y exterminio produjo
millones de muertos, especialmente entre las minorías raciales consideradas inferiores, como la judía y la gitana.

En términos geográficos, el mayor número de víctimas lo experimentó Europa oriental. Especial significado adquirieron
los 21 millones de muertos de la Unión Soviética (10% de la población) o los 5 millones de Polonia (20% del total de sus
habitantes). En Asia, China perdió 13 millones de personas, la mayor parte como consecuencia del hambre y las
enfermedades. Por contra, Estados Unidos, a pesar de su participación en todos los escenarios de guerra, cosechó
aproximadamente unas 300.000 víctimas, un número significativamente bajo si se compara con el de otros contendientes.

153
Igual sucedió con Canadá y Australia. Ello se debió fundamentalmente a que sus territorios nacionales no fueron escenario
de combates.

Numerosas ciudades, como Hiroshima, Nagasaki, Dresde, Stalingrado, Varsovia, Coventry, etc., fueron arrasadas,
ocasionando el desplazamiento forzoso de millones de personas. La alteración de las fronteras y la política de reubicación
planificada por los estados agravaron la situación. En total se calcula que unos 40 millones de personas hubieron de
desplazarse forzosamente de su lugar de residencia anterior a la guerra, dando lugar en muchos casos a un cambio radical
en el mapa étnico de vastas áreas, especialmente de Europa Central. Un claro ejemplo de esos cambios fue la creación del
Estado de Israel (1947), que acogió a judíos apátridas procedentes de toda Europa.

Por añadidura, la natalidad sufrió un notable descenso que repercutió en la merma generalizada de la población.

Consecuencias ideológicas y morales de la II Guerra Mundial

El desastre humanitario y económico causó una auténtica convulsión en el mundo, desencadenando graves
contradicciones morales. Muchos valores en los que se asentaba la cultura occidental, sus esperanzas de progreso social
y la supuesta superioridad de sus ideales, quedaron en entredicho. Con la excepción de los Estados Unidos, Occidente no
saldría de la crisis de pesimismo en la que se hallaba inmerso hasta los años 60.

Las matanzas de civiles en los bombardeos, como los de Coventry o Dresde; las ejecuciones en masa, como las del bosque
de Katyn en 1940, en la miles de polacos, la mayoría oficiales del ejército e intelectuales fueron asesinados a sangre fría
por los soviéticos; la total destrucción de Hiroshima y Nagasaki, no alcanzaron, sin embargo, la repercusión del genocidio
perpetrado por los nazis sobre determinadas minorías étnicas como la judía o la gitana.

Las costumbres sociales y las relaciones personales sufrieron radicales alteraciones como consecuencia de la guerra.

Las formas de comportamiento tradicionales cambiaron, pues hubo quienes, estando plenamente socializados en tiempos
de paz, desempeñaron durante la guerra roles extremos, incluyendo el de genocidas.

La mujer, que ya había iniciado su proceso de emancipación tras la Primera Guerra Mundial, adquirió un papel cada vez
más relevante, incluso en sociedades fuertemente tradicionales como la japonesa. Algo similar sucedió con las minorías
raciales, especialmente, la negra de Estados Unidos.

Punto 58: Tribunales de guerra. Los tratados de derecho humanitario

Una serie de juicios fueron celebrados en Nuremberg, Alemania, en 1945-1946, en los que antiguos líderes nazis fueron
acusados y juzgados como criminales de guerra por un Tribunal Militar Internacional. La acusación a la que debieron
responder se basaba en cuatro cargos:

● Crímenes contra la paz (planear, instigar y librar guerras de agresión violando los acuerdos y tratados
internacionales);

● Crímenes contra la humanidad (exterminio, deportaciones y genocidio);

● crímenes de guerra (violación de las leyes de guerra),

● "haber planeado y conspirado para cometer" los actos criminales anteriormente mencionados.

154
La autoridad del Tribunal Militar Internacional emanaba del Acuerdo de Londres de 8 de agosto de 1945. Ese día,
representantes de los EE.UU., Gran Bretaña, la URSS y el gobierno provisional de Francia acordaron la constitución de un
tribunal que juzgara a los más importantes criminales de guerra del Eje. Posteriormente, 19 países aceptaron el acuerdo.

El tribunal estaba formado por un miembro de los cuatro países signatarios. La primera sesión tuvo lugar en Berlín el 18
de octubre de 1945. Tras 216 sesiones, el 1 de octubre de 1946 emitió el veredicto: tres acusados fueron absueltos
(Hjalmar Schacht, Franz von Papen y Hans Fritzsche), cuatro fueron condenados a penas de entre 10 y 20 años de cárcel
(Karl Dönitz , Baldur von Schirach, Albert Speer y Konstantin von Neurath), tres fueron condenados a cadena perpetua
(Rudolf Hess, Walther Funk y Erich Raeder) y, finalmente, 12 fueron condenados a muerte. Diez de ellos fueron ahorcados
el 16 de octubre de 1946 (Hans Frank , Wilhelm Frick , Julius Streicher, Alfred Rosenberg, Ernst Kaltenbrunner, Joachim
von Ribbentrop, Fritz Sauckel, Alfred Jodl , Wilhelm Keitel y Arthur Seyss-Inquart), Martin Bormann fue condenado "in
absentia" y Herman Goering se suicidó en su celda antes de la ejecución.

Los Tratados de Derecho Humanitario.

Antes de la década de 1860, las normas que regulaban las formas en que podían librarse los conflictos armados eran
impuestas por gobernantes y jefes militares o eran producto de algún acuerdo entre las partes, firmado con el fin de
resolver cuestiones del momento. Si bien en ciertos casos el objetivo de esas normas era la protección de recursos vitales,
como las fuentes de provisión de agua, o de personas, como los soldados o los individuos que no participaban en las
hostilidades, normalmente no prohibían ciertas prácticas que la sociedad actual consideraría inaceptables.

El primer intento de codificación de las leyes y costumbres de la guerra en un texto único fue el “Código de Lieber” (1863).
Como estaba dirigido sólo a las fuerzas de la Unión que luchaban en la Guerra de Secesión de Estados Unidos, no tenía el
valor de un tratado.

Al año siguiente, a instancias del CICR (Comité Internacional de la Cruz Roja), fundado en 1863, los Estados participantes
en una conferencia convocada por el mencionado organismo acordaron la aprobación del Convenio de Ginebra, que
constaba de diez artículos en los que se estipulaban normas tendientes a que todos los soldados de ambos bandos heridos
en el campo de batalla recibiesen asistencia, sin distinción alguna.

Asimismo, el Convenio establecía la neutralidad del personal médico y la adopción de un emblema único neutral (una cruz
roja sobre fondo blanco) para identificar al personal médico y las instalaciones sanitarias donde se atendía a los heridos.
La media luna roja fue adoptada en la década de 1870.

El papel del CICR

Desde entonces, la historia del CICR y la de lo que luego se denominó derecho internacional humanitario han corrido
parejas. A medida que las funciones del CICR se ampliaban debido al contacto continuo con las realidades de la guerra, el
organismo instaba a los gobiernos a ampliar el alcance del derecho internacional humanitario, que poco a poco fue
incorporando nuevos temas, como la guerra naval, los prisioneros de guerra y la población civil.

El Convenio de Ginebra reflejaba las preocupaciones del CICR, centradas en las necesidades de las víctimas de la guerra.
Sin embargo, a finales del siglo XIX, en una corriente jurídica independiente, los gobiernos comenzaron a adoptar normas
internacionales (los Convenios de La Haya) relativas a la conducción de las hostilidades.

En las postrimerías de la Primera Guerra Mundial, el CICR hizo un llamamiento para que cesara el empleo de armas
químicas. Los debates posteriores condujeron a la adopción de un tratado, aprobado en 1925 y vigente en la actualidad,
que prohíbe el uso de dichas armas.

155
Tras la Primera Guerra Mundial, los esfuerzos del CICR por extender la protección de las víctimas de guerra se hicieron
realidad con la aprobación de un nuevo Convenio de Ginebra en 1929, relativo al trato debido de los prisioneros de guerra.
No obstante, el CICR no logró convencer a los gobiernos de que adoptaran un tratado que cubriera a los civiles antes de
que estallara la Segunda Guerra Mundial, con lo que decenas de millones de personas quedaron sin protección específica
frente a la conflagración.

El avance decisivo de 1949.

El gran avance en este tema se hizo efectivo con posterioridad a la Segunda Guerra, cuando los gobiernos adoptaron los
cuatro Convenios de Ginebra de 1949. En esa oportunidad se reescribieron los Convenios existentes y se añadió un cuarto,
relativo a la protección de la población civil que se encuentra bajo el control del enemigo.

En 1977, luego de realizar un gran trabajo preliminar y de persuasión, el CICR consiguió que los gobiernos adoptaran los
Protocolos adicionales I y II a los Convenios de Ginebra, que reúnen elementos de los instrumentos jurídicos de La Haya y
Ginebra.

Entre las tantas innovaciones incorporadas en los Protocolos, se encuentran las disposiciones que protegen a los civiles
de las consecuencias de las hostilidades; por ejemplo, la prohibición de ataques indiscriminados que podrían afectar a la
población civil. El Protocolo I se centra en los conflictos armados internacionales; el Protocolo II, en conflictos armados
internos.

Los Convenios de Ginebra de 1949 gozan de aceptación universal; los Protocolos cuentan con una amplia aceptación y sus
disposiciones forman parte del derecho consuetudinario.

Aplicación del derecho internacional humanitario.

Desde la década de 1980, el CICR dirige sus esfuerzos a la adopción de medidas que conduzcan a los gobiernos a la
implementación del derecho internacional humanitario y a la difusión del contenido de sus disposiciones en los ámbitos
correspondientes de la administración pública, en particular, en las fuerzas armadas. El CICR trabaja en conjunto con los
gobiernos y las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja a fin de hacer conocer el derecho
internacional humanitario en el ámbito académico, en los medios de comunicación y entre la juventud.

El reconocimiento de los emblemas de la cruz roja y la media luna roja está estipulado en los Convenios de Ginebra. Para
que la protección que este tipo de emblemas otorgan sea más fácilmente aceptable para un público más amplio.

Tribunal Penal Militar Internacional para el Lejano Oriente

El Tribunal Penal Militar Internacional para el Lejano Oriente fue el órgano jurisdiccional ante el que se desarrollaron los
Juicios o Procesos de Tokio, organizados contra los criminales de guerra japoneses una vez terminada la Segunda Guerra
Mundial.

Durante el transcurso de la guerra, los líderes aliados Franklin D. Roosevelt, Winston Churchill y Iósif Stalin, emitieron en
1942 una proclama en la cual anunciaban que terminado el conflicto, todos aquellos jefes o líderes del militarismo de las
naciones que conformaban el Eje, serían juzgados por sus delitos. Esto fue ratificado durante las conferencias de Teherán
(1943), Yalta (1945) y Potsdam (1945).

Una vez terminada la guerra en Asia, el 15 de agosto de 1945, el ejército de los Estados Unidos ocupó la totalidad de Japón
y gran parte de las antiguas colonias asiáticas de este país. Desde ese momento se inició la persecución y detención de los
altos miembros del Estado y Ejército nipón. En paralelo con el Juicio de Núremberg, se constituyó un Tribunal Penal Militar
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Internacional para el Lejano Oriente, con el fin de juzgar a los imputados de los crímenes recogidos en el Estatuto o Carta
de Londres del 8 de agosto de 1945.

El tribunal estuvo compuesto por un panel de jueces designados por los países victoriosos de la guerra. Estos países fueron:
los Estados Unidos, la URSS, Gran Bretaña, Francia, los Países Bajos, China, Australia, Canadá, Nueva Zelanda, India y las
Filipinas. El Tribunal se constituyó por primera vez el 3 de agosto de 1946 en Tokio, y fue disuelto después de cumplir su
labor el 12 de noviembre de 1948. Este proceso se aplicó sólo a la jerarquía residente en Japón mismo, ya que se realizaron
juicios ad-hoc en diferentes lugares de Asia contra individuos particulares (miembros del Ejército y la Administración
japonesa, por lo general).

La fiscalía del Tribunal estuvo dirigida por el estadounidense Joseph Keenan, y contó con fiscales de todos los países que
nombraron jueces en el tribunal

Se determinaron, al igual que en Núremberg, cuatro grandes crímenes o delitos:

● Crímenes contra la paz y crímenes de guerra, que se basaban en la existencia de una premeditación para alterar
la paz y la existencia de asesinatos, torturas, violaciones contrarios a las Leyes de la Guerra.
● Crímenes contra la humanidad cuando se trataba del exterminio y muerte en masa.
● Genocidio cuando se trataba de la misma muerte en masa pero de grupos étnicos determinados.
● Complot de guerra entendido como proceso para atentar contra la seguridad interior de un Estado soberano.

Se contempló el período de la Segunda Guerra Mundial, aunque se incluyeron algunos incidentes particulares como la
masacre de Nankín.

Acusados y condenas

Durante mucho tiempo fue polémica la exclusión del Tribunal del emperador Hirohito, siendo que fue la cabeza visible del
imperio en toda su expresión, y otorgó con su consentimiento tácito o efectivo, de legalidad en los crímenes cometidos
por sus conciudadanos. De los acusados originalmente, murieron de causa natural durante el juicio el excanciller Yōsuke
Matsuoka y el almirante Osami Nagano. Okawa Shumei sufrió un colapso nervioso durante el juicio y no fue inculpado. A
diferencia de los Juicios de Núremberg, el TIPLE no absolvió a ninguno de los acusados.

Unidad 8: La Guerra Fría y el reordenamiento internacional

Punto 59: EL nuevo orden internacional y la creación de NU y sus org especializados

En junio de 1941, en Londres, delegados de Canadá, Gran Bretaña, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, la Francia Libre y
los Gobiernos en el exilio de Grecia, Bélgica, Checoslovaquia, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Polonia y Yugoslavia
hacen pública una declaración que todos firman en la que se afirma que la única base para una paz duradera es la
cooperación entre los pueblos libres en un mundo sin la amenaza de agresión y con seguridad económica y social. Se
establece así un pilar fundamental para la constitución de la futura Organización de las Naciones Unidas.

Solo un par de meses después, el 14 de agosto, el presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, y el premier
británico, Winston Churchill, firman a bordo del buque británico Príncipe de Gales, anclado en las costas del Labrador
(Canadá), la llamada Carta del Atlántico. Este documento, aparte de comprometer a las “potencias aliadas” a favorecer el
derecho de todos los Estados (“vencedores y vencidos”, se aclara) a su prosperidad económica, se establece
implícitamente la constitución de una organización internacional que trabaje en favor del mantenimiento de la paz y la
renuncia al uso de la fuerza. Este documento sería ratificado el 21 de septiembre siguiente por la Unión Soviética, Grecia,

157
Bélgica, Checoslovaquia, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Polonia y Yugoslavia, y el general De Gaulle por la Francia
Libre.

El 1 de enero de 1942, Roosevelt, Churchill, Litvinov (URSS) y T.B Soong (China) suscriben un documento que sería el origen
de lo que tres años después daría origen a la Carta de las Naciones Unidas. Al día siguiente otras veintidós naciones se
adhieren a este documento: la idea de constituir una comunidad de naciones.

En octubre de 1943 se reúnen en Moscú los responsables de Exteriores de los Estados Unidos, Cordell Hull; la URSS,
Viacheslav Molotov; Gran Bretaña, Anthony Eden, y el embajador de China en Moscú, Foo Ping Shen para elaborar una
declaración en la que se comprometen a vencer juntos al enemigo y a establecer después una organización internacional
que se basara, se afirma textualmente, “en el principio de igualdad soberana de todas las naciones, grandes y pequeñas,
para mantener la paz y la seguridad internacional”.

Pero el primer avance concreto para formalizar la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se da en agosto de 1944
en Dumbarton Oaks, cerca de Washington. Allí, estadounidenses, soviéticos, británicos y chinos fijan la estructura de lo
que sería la futura ONU: una Asamblea General, un Consejo de Seguridad, una Corte Internacional de Justicia y un Consejo
Económico y Social. La organización sería dirigida por un secretario general que pondría en marcha toda la maquinaria
administrativa. Pero no se deciden en este encuentro asuntos como el sistema de votación dentro del Consejo de
Seguridad o quién debe y cómo se debe organizar el suministro de tropas para las misiones de la futura organización.
Sí queda realmente claro quiénes serían los cuatro grandes (que al final serían cinco) de la organización.

Meses después, en febrero de 1945, con los soviéticos a solo 60 km de Berlín y con Polonia bajo su control, Stalin,
Roosevelt y Churchill se reúnen en Yalta, en cuya declaración final, los tres grandes mandatarios definen cómo sería el
mecanismo de voto dentro del Consejo de Seguridad en la futura organización.

Esta reunión sirvió, entre otras cosas, para convocar para el 25 de abril siguiente una Conferencia de las Naciones Unidas
en San Francisco a la que concurrirán las cuatro grandes potencias más todas las naciones asociadas que hayan declarado
la guerra al enemigo común antes del 1 de marzo de 1945. Así, el 25 de abril de 1945 se reúnen en San Francisco
representantes de 50 países que agrupan al 80% de la población mundial. Se constituye una reunión de dimensiones
desconocidas en la historia por el número de personas convocadas y asistentes, la cantidad de población a la que
representan y el despliegue logístico que exige.

Hay controversias de inicio: por ejemplo, Argentina, con apoyo estadounidense, rechaza la incorporación de las repúblicas
soviéticas de Ucrania y Bielorrusia como miembros de la ONU y la URSS se niega a aceptar a Argentina porque alega que
el régimen sudamericano es fascista y pronazi y solo había declarado la guerra a Alemania y Japón un mes antes. Al final,
el conflicto se resuelve y los tres son aceptados.

Las conversaciones son complicadas especialmente en la discusión sobre el derecho de veto de los cinco grandes en el
Consejo de Seguridad. Las discusiones se prolongaron durante mayo. Por fin, el 25 de Junio los asistentes a la Conferencia
aprueban la Carta de las Naciones Unidas por unanimidad, y es firmada al día siguiente en la sesión de clausura de la
Conferencia de San Francisco por los 50 Estados, más Polonia, que firmaría como Estado fundador número 51 más tarde.
Al final, la ONU nace oficialmente el 24 de octubre de 1945 cuando la Carta es ratificada por China, Francia, la URSS, Reino
Unido, Estados Unidos y la mayoría de los demás firmantes.

● LA ONU INMERSA EN EL NUEVO ORDEN INTERNACIONAL DESDE 1945

Antes de entrar en la descripción de la estructura y funcionamiento de la ONU parece conveniente situar la organización
en el contexto del nuevo orden internacional establecido a partir de 1945.
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Como había sucedido en 1919, después de la Segunda Guerra Mundial se hace necesario un nuevo orden internacional
que logre la estabilidad por fin y establezca un equilibrio entre las grandes potencias. Como se ha repasado en el epígrafe
anterior, ese diseño ya comienza en plena guerra, desde 1941, y como se ha visto, el sistema empleado es el de las
conferencias internacionales.

El resultado de todo ese proceso es una nueva estructura de las relaciones internacionales que se perfilaría del todo en
1947 al iniciar se la Guerra Fría. En los primeros 46 años de su historia, al menos hasta 1991, la vida de la ONU está muy
marcada por la situación de Guerra Fría: un enfrentamiento directo y no bélico, en primer lugar entre Estados Unidos y la
URSS, y después entre los dos bloques de sus respectivos aliados que ellos lideran.

No vamos a desarrollar aquí la explicación de la Guerra Fría, que es objeto de otro capítulo, pero sí al menos citar sus
caracteres más importantes.

La Guerra Fría es un sistema bipolar de relaciones internacionales rígido. Se trata de dos grandes potencias enfrentadas,
con dos ideologías opuestas y dos obsesiones políticas que, sobre todo, responden a intereses y ambiciones estratégicas
semejantes. Para los soviéticos, el campo socialista está cercado por el mundo capitalista-imperialista de regímenes
demoliberales. Para Estados Unidos y sus aliados se impone la Doctrina Truman: responsabilidad estadounidense en las
relaciones internacionales frente a unos soviéticos que encarnan una potencia expansionista, retórica democrática y la
presunción de que las regiones devastadas o atrasadas están predispuestas a caer en las garras del comunismo, lo cual
explica la ayuda económica: el Plan Marshall ( 1947).

Se trata también de un modelo de contención y disuasión controlado de los enemigos que se lleva a cabo mediante
alianzas militares permanentes lideradas por las superpotencias: Estados Unidos lidera la OTAN (1949) y el Tratado de
Asia Suroriental (SEATO, 1954), y la URSS, el Pacto de Varsovia (1955). Esta contención y disuasión se completa con la
carrera de armamentos y la amenaza atómica, la cual perpetúa el clima de tensión.

En tercer lugar, en la Guerra Fría esa tensión se mundializa.

Tanto los estadounidenses como los soviéticos proyectan sus intereses fuera de Europa. Y la descolonización acabaría
por extender los parámetros de la lógica bipolar a todo el planeta.

Y, como última característica de estas nuevas relaciones internacionales atravesadas por la Guerra Fría, se trata de un
periodo con crisis puntuales indirectas. En primer lugar, porque tras las Conferencias de Yalta y Potsdam se han repartido
las zonas europeas de influencia en función de qué partes, áreas o países habían sido liberados de los nazis por unos o
por otros. A partir de ahí, se genera un riesgo permanente de conflicto por dicho reparto y hasta finales de los ochenta
encontramos conflictos puntuales como Corea (1950- 1953), Egipto (1956) o Indochina (1946-1954) que es ya Vietnam
entre 1957 y 1973, la Crisis de los Misiles en 1962 por el envío de armamento nuclear soviético a Cuba o la invasión y
guerra de Afganistán (1979-1989), como episodios más importantes, aunque no los únicos.

Esta es la realidad internacional sobre la que la ONU desarrolla su actividad sus primeros casi cincuenta años.

● ESTUCTURA Y ORGANIGRAMA DE LA ONU

La Organización de Naciones Unidas (nombre que dejaría como legado Roosevelt, quien no llegó a ver su propuesta hecha
realidad) inicia su andadura el 24 de octubre de 1945 integrada por los 51 Estados que son considerados fundadores. Su
número ha ido incrementándose poco a poco. En 1960 la ONU ya la forman 100 Estados (entre ellos la España franquista,
que ingresa en 1955), diez años después el número asciende a 127, y a 154 en 1980, en 1991 (después del hundimiento
del bloque comunista y en plena desmembración de la URSS) la cifra de Estados asciende a 166, y en la actualidad la

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organización está integrada por 192 Estados. En especial desde los cambios producidos a principios de los noventa y sobre
todo por el final de la Guerra Fría, que centraba el protagonismo internacional en el enfrentamiento bipolar, se ha
incrementado la relevancia del papel internacional de la ONU hasta el punto de ser considerada como la organización
internacional más importante del mundo por sus dimensiones; más cuestionable es que lo sea por su eficacia.

El funcionamiento y estructura de la ONU se desarrolla en la Carta de las Naciones Unidas, constituida por un preámbulo,
veintinueve capítulos y 111 artículos. De todo ese texto se desprenden los propósitos y objetivos de la organización. En
gran parte son heredados de la Sociedad de Naciones. Así, en primer lugar, la ONU recoge el objetivo de mantener la
paz y la seguridad internacionales. Derivado de ello, también se propone fomentar entre las naciones relaciones de
amistad, que se basen en el respeto al principio de la igualdad de derechos y la libre determinación de los pueblos. Un
tercer objetivo es alcanzar la cooperación internacional en la solución de los problemas internacionales en los diversos
campos de la misma y así lograr el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales sin discriminación.
Y el último propósito de la ONU es que la organización sea el lugar donde se armonicen los esfuerzos de las naciones
para lograr esos propósitos anteriores.

En lo que se refiere a la estructura de la organización, lo primero que salta a la vista cuando se analiza lo diseñado por la
Carta es el claro déficit democrático de la ONU. Esto se debe a que el órgano con más poder en la toma de decisiones (y
el que ha adoptado las más importantes en la historia de la ONU) no es la Asamblea General, donde están representados
todos los Estados, sino el Consejo de Seguridad en que solo se sientan 15 Estados y, de ellos, cinco (Estados Unidos,
URSS/Rusia, Francia, Gran Bretaña y la República Popular China) son permanentes y con el inmenso poder que otorga el
derecho de veto, mientras que los otros diez no son permanentes y carecen de esa posibilidad de veto. Y el tercer órgano,
la Secretaría General, ha ido aumentando su influencia y poder con el paso del tiempo en la medida en que se observa
que los otros dos organismos han manifestado ineficacia en la resolución de problemas. No obstante, escándalos y
actuaciones poco claras de algunos de los secretarios generales que han pasado por el cargo también han mermado el
prestigio y, por ende, la eficacia de este órgano del sistema.

Aparte de estos tres, componen el organigrama de la ONU otros organismos que han desempeñado un distinto papel:
entre los más conocidos; el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya (cuya jurisdicción, por ejemplo, cuestiona
Estados Unidos); el Consejo de Administración Fiduciaria; el Consejo Económico y Social, programas de la ONU como
UNICEF para la infancia o ACNUR para los refugiados, además de organismos especializados entre los que se pueden citar
la OMS (Organización Mundial de la Salud ), la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia
y la Cultura), el GATT (Acuerdo General de Aranceles y Comercio), la FAO (Organización para la Agricultura y la
Alimentación), el FMI (Fondo Monetario Internacional), etc., y comisiones especiales que abordan temas como derechos
humanos, justicia, información, derechos de la mujer, población, ciencia, etc. Se trata de una estructura multilateral
que agrupa a muchos organismos y agencias especializadas como los citados y que conforman lo que se conoce como
el Sistema de Naciones Unidas. El papel de los organismos e instituciones que conforman este amplio organigrama ha
sido desigual.

Punto 60: Conferencia de Bretton Wooods y los organismos resultantes: Banco Internac de Reconstrucción y Fomento
(BIRF), Fondo Monetario Internacional (FMI). Org Int de Comercio (OIC). Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio
(GATT)

ACUERDOS DE BRETTON WOODS

● PRESENTACIÓN

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En Estados Unidos, la principal economía mundial y catalogada comúnmente como locomotora del crecimiento global,
durante las últimas décadas, la actividad comercial (considerando tanto exportaciones como importaciones) ha
desarrollado un auge y crecimiento casi sin precedentes, y claramente este fenómeno posee implicaciones y
consecuencias innegables en el resto del mundo. Para ser más precisos, debemos agregar que las importaciones
estadounidenses han crecido a un nivel mayor que sus exportaciones, a las que superan largamente. Pues bien, ¿cómo
paga Estados Unidos todas las mercancías y bienes que importa? La respuesta es que el dinero necesario lo obtiene
mediante importantes entradas de capital, dinero invertido por los extranjeros que desean estar presentes en la
economía norteamericana

En una secuencia lógica, la siguiente pregunta que se debiera formular ¿qué factores impulsan a estas economías
extranjeras para desear estar presentes en la economía norteamericana? La respuesta, posee variables, aristas y ámbitos
a considerar para ser tratadas en profundidad. En las páginas que siguen, intentaremos desarrollar una entrada a este
tema-problema de investigación, y nos centraremos principalmente en ciertos aspectos referidos a los antecedentes
históricos de las interrogantes señaladas. Nuestro objetivo será revisar y comentar el rol que le cupo a la Conferencia de
Bretton Woods y a los acuerdos que se desprendieron de esta, que posicionaron a Estados Unidos y al dólar en el punto
central de la vida económica mundial, intentando en este análisis, proponer algunas ideas acerca de la situación actual de
la economía global y su estado de crisis.

● LA CONFERENCIA DE BRETTON WOODS Y SUS PRINCIPALES DISPOSICIONES

A mediados de 1944, cuando la Segunda Guerra Mundial aún estaba en desarrollo, los representantes de cuarenta y
cuatro países celebraron una Conferencia Monetaria y Financiera en Bretton Woods, New Hampshire (EEUU), para
establecer las bases de lo que sería un nuevo orden económico y financiero cuando se terminara el conflicto bélico. En
dicha conferencia, los estadistas y representantes de los países aliados, recordando los descalabros económicos del
periodo de entreguerras (que, entre otras cosas, consolidaron el camino y ascenso al poder de los regímenes totalitarios
fascistas) deseaban diseñar un sistema monetario internacional que tendiera, en el plano interno, al pleno empleo y la
estabilidad de los precios, a la vez que facilitara a cada país conseguir el equilibrio externo sin imponer restricciones al
comercio internacional.

Los principales objetivos que se plantearon en Bretton Woods fueron:

1) Promover la cooperación monetaria internacional;

2) Facilitar el crecimiento del comercio;

3) Promover la estabilidad de los tipos de cambio;

4) Establecer un sistema multilateral de pagos; y

5) Crear una base de reserva.

En este punto, es necesario considerar además, que la necesidad de establecer un nuevo orden financiero mundial,
abierto al comercio e inversiones (principalmente de Estados Unidos y Gran Bretaña) y respaldado por la estabilidad
monetaria, surgía también como reacción a ciertos incipientes rasgos de independización que se habían manifestado
desde el Tercer Mundo. En el periodo de entreguerras y aún durante la Segunda Guerra Mundial, los países pobres habían
comenzado a desarrollar una industria interna para sustituir los artículos que anteriormente se importaban. Además,
varios de esos países (incluyendo las colonias de Asia y África) habían establecido acuerdos bilaterales de comercio,
mediante los cuales las importaciones se pagaban con las propias exportaciones.

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Existía, por lo tanto, cierta alarma en las potencias occidentales por detener estos procesos de autonomización y la
necesidad de volver a encauzar las actividades económicas mundiales dentro de los marcos del comercio internacional
donde tradicionalmente habían consolidado sus posiciones de poder.

Las negociaciones comenzaron por discutir las teorías de John Maynard Keynes, representante de Gran Bretaña, que
planteaba la necesidad de lograr el crecimiento económico en un marco global, para lo cual formulaba la creación de un
Banco Central Mundial, que cumpliera el rol de estabilizador de la economía mundial y la creación de una moneda con
las mismas características.

Ahora bien, considerando que en Europa las potencias aliadas aún se encontraban desarrollando múltiples acciones
bélicas, además del hecho que la Unión Soviética participó solo como observadora, y que Estados Unidos se presentaba
como la gran potencia de occidente, resulta natural que la propuesta de Keynes fuera desechada, y se buscara así un
modelo que respondiera a la nueva situación internacional de “correlación de fuerzas”. Estados Unidos logró de esta
forma, imponer un modelo a su medida y que respondiera a sus particulares intereses. En este contexto, es necesario
tener presente que hacia fines de la Segunda Guerra Mundial, la producción estadounidense representaba cerca de la
mitad de la producción mundial total, además tenía participación en un 40% del comercio internacional y disponía de las
dos terceras partes del total de las reservas mundiales de oro.

Sobre el mismo tema, el historiador Paul Kennedy nos detalla que la expansión industrial en los Estados Unidos durante
los años de 1940 y 1944, creció a un ritmo más veloz (más del 15% al año) que en cualquier otro periodo anterior o
posterior. Además, y como es lógico, este crecimiento se basaba mayoritariamente en la producción de guerra que se
eleva del 2% de la producían total en 1939 al 40% en 1943, pero no exclusivamente en este sector, por lo que el sector
civil de la economía no se vio perjudicado como en las otras naciones combatientes. En suma, entre las grandes
potencias, los Estados Unidos eran el único país que se había enriquecido (en realidad, enriquecido mucho) en vez de
empobrecerse a causa de la guerra.

En consecuencia, y al tener presentes las disposiciones que arrojarían las discusiones de Bretton Woods, podemos afirmar
sin excesivo cuidado de equivocarnos o parecer parciales, que en gran medida (sino totalmente) el sistema económico
mundial que ha prevalecido desde la segunda mitad del siglo XX, fue establecido protegiendo intereses nacionales
particulares de Estados Unidos, a pesar de ser resultado de una reunión con participación de casi medio centenar de
países, los que finalmente actuaron como legitimadores del sistema que iría en defensa de estos intereses.

Como resultado de la Conferencia de Bretton Woods fueron creados el Fondo Monetario Internacional y el Banco
Mundial, los que quedaron, y no podía ser de otra manera, como custodios de este orden defensor de los intereses
estadounidenses, y han permanecido en aquella línea desde entonces. Jacobo Schatan nos señala al respecto: “Las
políticas y orientaciones del Fondo y del Banco Mundial están determinadas, fundamentalmente, por los países que tienen
mayor peso dentro de sus órganos directivos. Los Estados Unidos, que proporcionaron la mayor parte de los fondos de
ambas instituciones, se esforzaron ya en Bretton Woods por asegurar que el poder real en materia de decisiones estuviese
radicado en la junta directiva, en la cual el director estadounidense tenía poder de veto”.

Hay que agregar, además, que de esta manera, el Fondo Monetario Internacional se convertía en la primera Organización
Internacional en adoptar el principio de la ponderación del voto entre sus Estados miembro, descartando así
expresamente la máxima clásica, “un Estado, un voto”, lo que hace que su estructura y funcionamiento nos recuerde al
de una sociedad anónima. El sistema monetario creado definía un tipo de cambio fijo con el dólar y un precio invariable
del oro en dólares, 35 dólares la onza. Los países mantenían sus reservas principalmente en forma de oro o dulares, y
tenían el derecho a vender sus dólares a la Reserva Federal a cambio de oro al precio oficial. El sistema era, pues, un
patrón de cambios oro, en el que se establecía el dólar como la principal moneda de reserva.
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La base del funcionamiento de este sistema descansó en lo que los autores citados denominan una disciplina de los tipos
de cambios fijos. Así, las demás divisas debían mantener un tipo de cambio fijo respecto al dólar, y este en relación al oro.
En definitiva, el oro funcionaba como ˙último freno de la expansión monetaria estadounidense, ya que la Reserva Federal
tenía la obligación de respaldar en oro los dólares que emitía. De esta manera, se consolidaba al dólar como moneda de
reservas, a la vez que se le otorgaba una función de estabilizadora de la economía. Como todos los bancos centrales
fijaban el tipo de cambio de su moneda respecto al dólar, intercambiando su moneda nacional por activos en dólares,
cuando era necesario intervenir para mantener el tipo de cambio, cada banco debía tener unas reservas de dólares
suficientes para compensar cualquier exceso de oferta que se produjese de su moneda.

A todo lo anterior, hay que agregar que el dólar estadounidense (junto al canadiense) se hizo convertible muy
tempranamente, en 1945, el año inmediatamente posterior a la Conferencia de Bretton Woods, mientras que gran parte
de los países europeos lo harían cerca de 13 años después. De esta manera, gran parte del comercio internacional se
hacía con dólares y exportadores e importadores mantenían dólares en sus cuentas para transacciones. El dólar se
consolida así, como moneda internacional, y naturalmente, los Bancos Centrales intentaban mantener sus reservas
internacionales en forma de activos de dólares remunerados con intereses.

Importante es tener presente también, el hecho que este acuerdo monetario y financiero mundial, estuvo respaldado
por eficaces medios de presión para posicionar a Estados Unidos y su moneda como ejes de la actividad económica
mundial.

En la práctica, al término de la segunda guerra y luego de la Conferencia de Bretton Woods y la creación del FMI y el Banco
Mundial, los países que desearan obtener alguna de las cantidades de dinero disponibles para la reconstrucción y el
desarrollo, bajo este nuevo régimen económico, se vieron obligados a aceptar las exigencias norteamericanas, que iban
desde asuntos monetarios y financieros, hasta elementos de políticas interna de cada país.

● LA CRISIS DE LOS ACUERDOS DE BRETTON WOODS

El sistema creado a partir de Bretton Woods tuvo un periodo de normal funcionamiento, donde los fundamentos básicos
que inspiraron sus acuerdos parecieron funcionar correctamente. En el hecho, y como Estados Unidos y el dólar eran la
base del sistema, mientras la balanza de pagos de Estados Unidos fuera excedentaria la situación parecía estar controlada
y, en la práctica, hasta mediados de la década de 1960 la mayor parte de los objetivos en materia de restricciones y de
convertibilidad fueron alcanzados.

Sin embargo, pronto el sistema comenzó a mostrar síntomas de debilidad debidos a la insuficiencia de una liquidez
realmente basada en el oro, al nivel de los desequilibrios de los Estados industrializados y a la falta de confianza que ello
provocaba. Se comenzar a gestar así, un sentimiento generalizado de que el volumen global de reservas amenazaba con
ser insuficiente para sostener un crecimiento adecuado de la actividad económica internacional. En la práctica, el
correcto y normal funcionamiento del sistema descansaba en la disposición de los bancos centrales del mundo a mantener
en dólares su reserva, sin hacer efectivo su derecho de convertirlos en oro, que se presentó, como ya señalamos, como
un mecanismo de control monetario para Estados Unidos.

No obstante, ya en 1960 y a raíz de una publicación del economista Robert Triffin, se empezó a comentar acerca del
problema de la confianza, a pesar que el autor escribió su libro cuando aún las reservas de oro de los Estados Unidos
eran solventes en relación a sus pasivos en dólares frente a los bancos centrales extranjeros.

Triffin notó que inevitablemente las reservas internacionales de los bancos centrales extranjeros crecerían hasta
sobrepasar el stock del oro estadounidense. Por lo tanto, y puesto que Estados Unidos había prometido cambiar esos

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dólares a 35 dólares la onza, no podría seguir manteniendo por más tiempo la capacidad de hacer frente a sus obligaciones
si todos los tenedores de dólares trataban de convertir, al mismo tiempo, sus dólares en oro. En esto radicaba el Problema
de la Confianza: Los bancos centrales, sabiendo que sus dólares ya no eran “tan buenos como tener oro”, podían empezar
a no estar dispuestos a acumular más dólares e incluso podían hacer fracasar el sistema mediante el intento de convertir
los dólares que poseyeran.

En este contexto, a comienzos de la década de 1970 se desarrollaron importantes procesos especulativos que comenzaron
a debilitar la moneda estadounidense, y considerando que la relación con el oro era ya irreal, el sistema establecido en
Bretton Woods tenía sus días contados. Diversos factores fortalecieron este proceso, entre los cuales es importante
destacar las incidencias monetarias que ocasionó para Estados Unidos la Guerra de Vietnam y la grave crisis petrolera
que se desataría como resultado de la Guerra en Medio Oriente de octubre de 1973, conocida como Guerra de Yom
Kippur, donde los países árabes reaccionaron en contra del apoyo occidental a Israel, lo que provocó un brusco ascenso
del precio del crudo que desestabilizó totalmente la economía internacional.

Ya en 1971, el 15 de agosto, el Presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, había anunciado la suspensión de la
convertibilidad del dólar en oro o en cualquier otro instrumento de reserva, además de la intención de no sostener su
paridad oficial dejándolo flotar según la oferta y la demanda. En este punto, hay que tener presente que dichas medidas
suponían una flagrante violación a los acuerdos establecidos en Bretton Woods con motivo de la creación del Fondo
Monetario Internacional, lo que desembocó en una flotación generalizada de las monedas, y en la necesidad de proceder
a una reforma en profundidad del sistema.

Este proceso, que se había profundizado en 1973 cuando por medio de ciertos acuerdos provisionales se dejó fluctuar a
la mayoría de las monedas europeas y de Japón respecto de un dólar sin respaldo en oro, se vio culminado en 1978 con la
Segunda Enmienda a los Estatutos del FMI, que consagró definitivamente el abandono del esquema confeccionado en
Bretton Woods “y no tuvo más objeto que adecuar el Derecho a los hechos, adaptando el primero a los segundos. Tras
esa reforma, el FMI se ha ido convirtiendo en un espectador pasivo del escenario económico internacional”.

Hay que destacar que, en un primer momento la fluctuación de los tipos de cambio de los países industrializados respecto
del dólar se veía, como se señaló, como una respuesta transitoria a los movimientos especulativos de capital
incontrolables. Pero, los acuerdos provisionales que se habían tomado en marzo de 1973 resultaron ser permanentes,
y marcaron el final de los tipos de cambio fijos y el principio de un turbulento periodo en las relaciones monetarias
internacionales.

Las evidencias de esta dramática turbulencia la podemos ejemplificar con el valor del mismo bien considerado
anteriormente como freno y regulador de la economía, el oro, y que nos muestra en relieve como el dólar ha sido objeto
de fuertes movimientos especulativos y de debilitamiento. A comienzos de 1979, inmediatamente después de la Segunda
Enmienda al FMI y en un contexto de delicadas relaciones de Estados Unidos con los países árabes y otros grandes
tenedores de dólares, el valor de oro era de 200 dólares la onza; a mediados de ese mismo año su valor alcanzaba los 350
dólares; mientras que en octubre del mismo año ya se elevaba a los 450 dólares. Para finalizar, en enero del año siguiente,
el oro alcanzó un precio tope con un valor de 875 dólares la onza, el 21 de enero.

● LA SITUACIÓN ACTUAL

La mayoría de las veces, los cambios en la devolución de las sociedades humanas se desarrolla de manera progresiva, lenta
y gradual. A pesar de todo cuanto ha sido señalado en las páginas anteriores, el dólar siguió siendo la principal moneda
de reservas del sistema económico internacional durante toda la segunda mitad del siglo XX. En efecto, existen variados
factores que han contribuido a no alterar ni tan rápida ni tan dramáticamente esta situación como podía haber sido

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esperable luego del colapso del sistema instaurado en Bretton Woods en 1944. Baste señalar su alta participación en el
sistema de reservas, no obstante su progresivo debilitamiento; además, hay que considerar su papel en el intercambio
comercial, esto es, el hecho que un alto porcentaje de las ventas de los países exportadores de materias primas se lleva a
cabo en la divisa estadounidense y que la cotización de los comodities se efectúa en dólares.

Sin embargo, en los últimos años, la participación de los dólares en las reservas globales desciende constantemente. Este
detrimento del dólar se desarrolla paralelo a una mayor participación de otras divisas, principalmente el Euro. Lo anterior
se vuelve más significativo si consideramos que la baja en la presencia del dólar se debe contextualizar en un mundo
donde el volumen de las reservas internacionales ha crecido de manera espectacular. En la actualidad, se ha instaurado
la práctica de administrar las reservas internacionales en base a una canasta de monedas, lo cual ha provocado una
pérdida de presencia de la divisa estadounidense en este ámbito.

Sin embargo, las actividades económicas y financieras no escapan a la naturaleza propia de todas las actividades humanas,
y en ellas, desde nuestra perspectiva, el peso de la tradición, la costumbre, el miedo y la amenaza, también juegan un
papel rector en muchas decisiones y a variados niveles. Un ejemplo de aquello lo hemos podido apreciar en el desarrollo
de la crisis económica actual, donde sin perjuicio de todo lo anterior, el dólar ha sido buscado y cotizado como refugio
frente a las turbulencias financieras, y que a pesar del débil respaldo que posee (ninguno en la práctica) y de desarrollar
un progresivo proceso a la baja en la participación de las reservas internacionales (a pesar de ser muy importante aún),
ha sido considerado como la inversión más segura para afrontar los momentos como el actual, de incertidumbre y temor
frente al juego del mercado.

● CONCLUSIONES

Quisiéramos concluir esta breve investigación, sistematizando algunas de las reflexiones que ya hemos adelantado en el
curso de este trabajo. Desde nuestra perspectiva, el sistema creado a partir de la Conferencia de Bretton Woods
respondió fundamentalmente a la necesidad de Estados Unidos de establecer un orden económico mundial calzado a
sus intereses particulares, donde la participación del resto de los países funcionó como un mecanismo legitimador del
mismo.

Por otro lado, la estructura misma de este sistema, donde destaca principalmente el FMI se vas en el papel rector
preponderante de Estados Unidos y su moneda como ejes centrales de la economía mundial, con el sistema de reservas
internacionales como la piedra angular de esta hegemonía.

Considerando además, que fue el mismo Estados Unidos el que violó las principales normas respecto del funcionamiento
monetario y financiero con que se creó el FMI, al renunciar a la paridad dólar oro en 1973, podemos concluir que esta
potencia ha dado numerosas, constantes y crecientes muestras de actuar de manera permanente siguiendo el logro de
sus objetivos particulares, lo que ha sido como norma general desfavorable para el resto de las economías, en virtud del
papel y la situación especial que ha disfrutado Estados Unidos a lo largo de buena parte del siglo XX.

Al respecto, dos de los autores que hemos venido siguiendo en las páginas anteriores han señalado: Los artífices del
sistema de Bretton Woods habían tenido la esperanza de que su miembro más poderoso vería más allá de sus objetivos
puramente nacionales y adoptaría políticas dirigidas al bienestar de la economía en su conjunto. Pues bien, a mediados
de los años setenta Estados Unidos demostró ser incapaz de asumir esta responsabilidad, por lo que el sistema demostró
en los hechos, no ser sino la herramienta de dominación estadounidense en la consecución de sus metas y objetivos
particulares

Banco Internac de Reconstrucción y Fomento (BIRF)

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El Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento abreviado como: BIRF (en inglés: International Bank for
Reconstruction and Development o IBRD) es una de las cinco instituciones que integran el Grupo del Banco Mundial.

El BIRF es una organización internacional cuya misión original era financiar la reconstrucción de los países devastados por
la Segunda Guerra Mundial. En la actualidad su misión se ha concentrado en la lucha contra la pobreza a través del
financiamiento de Estados. Su operación se mantiene mediante pagos regulados por sus Estados miembros. La finalidad
de este organismo financiero internacional se puede especificar en tres ejes: contribuir a la reconstrucción de los países,
ayudar a elevar el nivel de vida de los habitantes de los países miembros mediante el crecimiento equilibrado y cooperar
en la transición de una economía de guerra en una economía de paz.

El BIRF entró formalmente en funcionamiento el 27 de diciembre de 1945, luego de la ratificación internacional de los
acuerdos de Bretton Woods, realizada entre el 1 y el 22 de julio de 1944, en Bretton Woods (Nuevo Hampshire), Estados
Unidos.

El BIRF proporciona una combinación de recursos financieros y servicios de conocimiento y asistencia técnica.

La asesoría estratégica que presta el BIRF ayuda a impulsar las reformas de los Gobiernos dirigidas a mejorar los servicios,
incentivar el aumento de la inversión privada, y fomentar la innovación y el intercambio de soluciones.

El BIRF se asocia con los países cuando surgen nuevos desafíos y a medida que dichos desafíos evolucionan,
proporcionando a los países productos financieros innovadores y una amplia gama de foros mundiales.

Sobre todo, el BIRF ayuda a asegurar que los avances en materia de reducción de la pobreza y aumento de la prosperidad
sean sostenibles. Pone especial énfasis en el apoyo a los países de ingreso mediano bajo a medida que avanzan en la
cadena económica, y se gradúan de la AIF para convertirse en clientes del BIRF. También está ampliando su capacidad
para ayudar a los países que enfrentan situaciones de conflicto y fragilidad; y, en su calidad de asociado de largo plazo, el
BIRF aumenta su apoyo a todos los países de ingreso mediano en tiempos de crisis.

El BIRF, a través de su asociación con los países de ingreso mediano y los países pobres con capacidad crediticia, ofrece
soluciones financieras innovadoras, tales como productos financieros (préstamos, garantías y productos de gestión de
riesgos) y servicios de conocimiento y asesoría (incluidos servicios reembolsables) a los Gobiernos a nivel nacional y
subnacional.

El BIRF financia inversiones en todos los sectores y proporciona asistencia y conocimientos técnicos en todas las etapas
de los proyectos. Los recursos del BIRF no solo se destinan a proporcionar financiamiento a los países prestatarios que lo
necesitan, sino también sirven como un vehículo para transferir conocimientos mundiales y asistencia técnica.

Los servicios de asesoría sobre gestión de la deuda pública y gestión de activos ayudan a los Gobiernos, los organismos
oficiales y las organizaciones de desarrollo a fortalecer la capacidad institucional para proteger y aumentar los recursos
financieros.

El BIRF respalda los esfuerzos de los Gobiernos dirigidos a fortalecer la gestión financiera pública así como a mejorar el
clima para la inversión, abordar los embotellamientos en la prestación de servicios y fortalecer las políticas y las
instituciones.

● HISTORIA

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El BIRF comenzó sus operaciones financieras el 25 de junio de 1946 y aprobó su primer préstamo el 9 de mayo de 1947.
Concedió US$250 millones a Francia para la reconstrucción de posguerra siendo, en términos reales, el préstamo más
grande aprobado por el banco hasta la fecha.

Este organismo fue establecido principalmente como un mecanismo para la reconstrucción de Europa y de Japón después
de la Segunda Guerra Mundial, con un mandato adicional de fomentar el crecimiento económico en los países en vías
de desarrollo en África, Asia y América Latina. En un principio, el banco se centró principalmente en proyectos de
infraestructura de largo plazo: construcción de carreteras, aeropuertos, y centrales eléctricas. Como Japón y sus cliente
europeos se "graduaron" (adquirieron ciertos niveles de renta per cápita), el BIRF se centró enteramente en países en
vías de desarrollo. Desde los inicios de los años 90, también ha proporcionado financiamiento a los Estados post-
socialistas de Europa Oriental y de la antigua Unión Soviética.

Fondo Monetario Internacional (FMI)

El Fondo Monetario Internacional o FMI (en inglés: International Monetary Fund) es una organización financiera
internacional con sede en Washington D. C., Estados Unidos.

Nace como idea el 22 de julio de 1944 en los acuerdos de Bretton Woods, una reunión de 730 delegados de 44 países
aliados de la Segunda Guerra Mundial, entrando en vigor oficialmente el 27 de diciembre de 1945. Después de 1976 y de
la desaparición del sistema de cambio fijo, el FMI toma un papel preponderante ante países en desarrollo y crisis
financieras internacionales.

Esta organización ha sido fuertemente criticada en las últimas décadas. Las principales críticas se centran en el papel
dominante que tienen los países desarrollados dentro del organismo, lo que causa que el FMI oriente sus políticas globales
al fomento de un capitalismo que suele denominarse neoliberal, a causa de haber impuesto a los países en vías de
desarrollo (y más recientemente a algunos países europeos) sus programas económicos basados en el Consenso de
Washington que consisten en la reducción del déficit y del gasto público y consecuentemente de servicios y prestaciones
sociales, con fundamento en las políticas y teorías monetaristas y en el principio de libre mercado, que deben llevarse a
cabo como condiciones de los préstamos realizados y que según sus críticos ha provocado un aumento de la brecha entre
ricos y pobres y un empeoramiento de los servicios públicos, como la sanidad. También está acusada por haber apoyado
y financiado a las dictaduras militares en Latinoamérica y África, y se le han criticado puntualmente sus políticas sobre
medio ambiente y alimentación.

● CREACIÓN

El FMI fue creado en julio de 1944 durante la conferencia de acuerdos de Bretton Woods a fin de garantizar la estabilidad
del Sistema Monetario Internacional después de la Segunda Guerra Mundial. Comenzó a existir oficialmente el 27 de
diciembre de 1945, cuando los primeros 29 países ratificaron el convenio correspondiente. Entre sus objetivos estaba
impedir que las grandes potencias económicas cayeran de nuevo en la situación de los años 30, durante un periodo
donde las devaluaciones de la moneda y las decisiones sobre políticas económicas habían creado enormes tensiones
internacionales.

El nuevo orden económico que proponía el representante estadounidense y, según se supo más tarde, comunista y espía
de la Unión Soviética, Harry Dexter White, reposaba en tres reglas:

- Cada Estado debía definir su moneda en relación con el oro o con el dólar estadounidense.

- El valor de la moneda debía fluctuar únicamente en un margen de 1 % con relación a su paridad oficial.

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- Cada Estado estaba encargado de defender esta paridad velando por el equilibrio de la balanza de los pagos.

Por lo tanto, el papel del sistema monetario internacional es promover la ortodoxia monetaria para que se mantenga
un contexto favorable al desarrollo del comercio mundial, tras conceder préstamos a algunos países en dificultades en
el contexto de la reconstrucción después de la Segunda Guerra Mundial. Según sus estatutos, sus objetivos son “fomentar
la cooperación monetaria internacional; facilitar la expansión y el crecimiento equilibrado del comercio internacional;
fomentar la estabilidad cambiaria; contribuir a establecer un sistema multilateral de pagos para las transacciones
corrientes entre los países miembros y eliminar las restricciones cambiarias que dificulten la expansión del comercio
mundial; infundir confianza a los países miembros poniendo a su disposición temporalmente y con las garantías adecuadas
los recursos del Fondo, dándoles así oportunidad de que corrijan los desequilibrios de sus balanzas de pagos sin recurrir a
medidas perniciosas para la prosperidad nacional o internacional, para acortar la duración y aminorar el desequilibrio de
sus balanzas de pagos”.

El FMI es más o menos, complementario de otras grandes instituciones económicas de la época como el Banco Mundial,
el BIRD (Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo), creados al mismo tiempo, y el Acuerdo General sobre
Aranceles GATT firmado poco tiempo después.

Durante las negociaciones de Bretton Woods, el representante británico, el economista John Maynard Keynes, sugirió la
creación de una institución más importante, una verdadera Banca Central Mundial que emitiese una moneda
internacional, el “Bancor”. Esta proposición fue rechazada porque habría significado para los Estados Unidos, una pérdida
de su influencia con el dólar.

Organización Internacional de Comercio (OIC)

La Organización Internacional del Comercio (OIC, International Trade Organization, ITO por sus siglas en inglés) fue una
organización propuesta por la Carta de La Habana en el contexto de la armonización de las políticas comerciales
internacionales. Se buscaba constituir el tercer pilar del orden económico mundial junto al Fondo Monetario
Internacional y el Banco Mundial.

Liderada por Estados Unidos en colaboración con sus aliados, pese al éxito inicial de la firma de la Carta de La Habana
terminó fracasando por la falta de aprobación del Congreso estadounidense. En su lugar, se aprobó el GATT como
instrumento regulador del comercio internacional, hasta la creación de la Organización Mundial del Comercio en 1994.

● CARTA DE LA HABANA

Al término de la Segunda Guerra Mundial, una de las preocupaciones de las grandes potencias fue disminuir las barreras
al Comercio Internacional, originadas en parte importante en la defensa que los países hicieron de sus economías en la
década de los 30, después de la gran crisis de 1929; y en la política de acuerdos bilaterales con que se buscó superar las
restricciones.

En la primera sesión del Consejo Económico y Social de la ONU (18-11-1946) se acordó convocar a una Conferencia
Internacional de Comercio y Empleo.

Esta conferencia se realizó en La Habana en 1947, y su acta final, (Carta de la Habana) se firmó el 24 de marzo de 1948.

La Carta de La Habana creaba una Organización Internacional de Comercio encargada de llevar a la práctica medidas para
lograr un Crecimiento equilibrado de la economía mundial a través de liberalizar el Comercio y evitar las
discriminaciones entre países.

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El debate de la Carta de la Habana en los distintos países dio lugar a posiciones que resultaban contradictorias. En los
países menos desarrollados, especialmente en América Latina, se consideraba que el Comercio Internacional, entregado
a la sola fuerza de los países, favorecería a los industrializados. La teoría sobre deterioro de los Términos De Intercambio,
que señalaba como necesaria la intervención de los gobiernos de los países menos desarrollados para contrarrestar esa
tendencia, estaba ya en elaboración y tuvo gran auge a partir de los años 50.

Los países socialistas advertían sobre los riesgos de la explotación imperialista. En el Congreso de los Estados Unidos,
país en que había surgido el llamado para un Comercio Internacional libre, la Carta de La Habana fue objeto de reparos en
cuanto se consideró que sus cláusulas de resguardo y las excepciones a la no discriminación la constituían de hecho en
un instrumento que no favorecería la liberalización.

La Carta de la Habana fue ratificada sólo por Liberia y Australia. Los demás países se abstuvieron en espera de la decisión
de los Estados Unidos, que había desempeñado un papel muy importante en la redacción del documento.

La no ratificación por los Estados Unidos, fue decisiva para el fracaso de la Carta de la Habana, parte de cuyas normas
tuvieron vida a través del GATT.

Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT)

El GATT (General Agreement on Tariffs and Trade), fue el sistema de regulación del comercio internacional llevado a cabo
a través rondas de carácter multilateral en las que se definieron una serie de medidas tendientes a fortalecer y acrecentar
el comercio e intercambio internacional.

Estos acuerdos de regulación de la economía mundial surgieron tras la Segunda Guerra Mundial y la Gran Depresión,
cooperando en la reducción de aranceles y barreras al comercio.

Protagonista en la iniciativa de crear el GATT, Estados Unidos tenía una posición de privilegio dentro del panorama
mundial, su territorio no había sido atacado, tampoco su capacidad productiva y el propósito de liberar la economía
internacional era la manera de evitar nueva gran depresión. En 1945 la producción americana representaba alrededor
del 40% del comercio internacional.

El objetivo final era concretar una Organización Internacional de Comercio (OIC), institución que tuviera la misma entidad
que las creadas por entonces: El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Esto no ocurrió hasta mucho más
tarde cuando en 1995 se creó la OMC (Organización Mundial de Comercio).

Las instancias por las que atravesó el GATT fueron en total ocho: Ginebra (1947), Annecy (1949), Torquay (1951), Ginebra
(1956), Dillon (1960-61), Kennedy (1964-67), Tokio (1973-77) y Uruguay (1986-94).

En la mayoría de estas rondas los temas tratados estuvieron alrededor de cuestiones arancelarias. Entre los años 50 y
60, realmente, el GATT fortaleció y desarrolló el comercio. Hacia los años 70 el mercado se volvió más complejo y su
efectividad fue decreciendo, hasta la suplantación de éste por la OMC. En tanto que el GATT consistió en un conjunto de
reglas prefijadas por consenso de naciones, el OMC es una organización internacional y estructuralmente sistematizado.

A la Ronda de Tokio suscribieron 102 países, entre ellos, 5 socialistas: Hungría, Polonia, Rumania, Checoslovaquia y
Yugoslavia. Con el fin de reducir al máximo posible las tarifas arancelarias, se identificaron los problemas por los cuales
estas trabas estaban afectando el tráfico comercial, entre ellas, las burocracias aduaneras y las restricciones
gubernamentales en el comercio exterior. Entre otro de los temas fundamentales, se trató el Sistema Generalizado de
Preferencias (SGP), un programa destinado a diversificar la economía, otorgando la eliminación de aranceles sobre el
ingreso determinados productos en países desarrollados, y favoreciendo a los subdesarrollados.
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Del mismo modo, existió la voluntad de reformar el sistema y crear medidas que salvaguardaran las naciones en caso de
desequilibrios en los mercados. Algo que no sucedió. Otras de las limitaciones del GATT se relacionaron con la inserción
de la agricultura dentro del programa y la liberación del sector agrícola que siempre se caracterizó por un fuerte
proteccionismo.

Las razones por las cuales el GATT decreció en su efectividad correspondió a una fuerte crisis generada , en parte, por el
mismo crecimiento del mercado internacional, que generó el resurgimiento de medidas proteccionistas en la década
del 70 y 80 para hacer frente a la competencia, cuyo resultado había sido el cierre de fábricas. Todos estos inconvenientes
y otros no citados, decantaron en la Ronda de Uruguay. A lo largo de siete años se trataron diferentes cuestiones en
relación con el comercio internacional, la creación de la OMC, entre otras cosas, y la extensión de leyes comerciales
internacionales a las empresas de servicios.

Cabe aclarar que el GATT en sí mismo no dejó de existir como tratado dentro de la OMC, sí fue reemplazado y ampliado
como organización internacional.

El GATT no es una organización internacional en sentido estricto sino un sistema de reglas establecidas entre naciones
que forman parte de reuniones periódicas donde se dan, acuerdos bilaterales. El GATT va dar origen a la OMC que si es
un Organismo internacional. Este último lo sustituye encargándose de supervisar el sistema multilateral de comercio.

El objetivo fue forjar un conjunto de pautas de alcance comercial y concesiones arancelarias, por lo que la creación del
GATT busca:

● Elevar el nivel de bienestar en todo el mundo

● Controlar que se optimicen y aprovechen adecuadamente los recursos productivos y liberar el comercio
internacional.

● A su vez se trata de concluir acuerdos encaminados a obtener, en base de una reciprocidad y de mutas ventajas,
la reducción de los aranceles aduaneros y otros obstáculos al comercio y eliminar todo trato discriminatorio en
materia de comercio internacional.

A su vez se trata de concluir acuerdos encaminados a obtener, en base de una reciprocidad y de mutas ventajas, la
reducción de los aranceles aduaneros y otros obstáculos al comercio y eliminar todo trato discriminatorio en materia
de comercio internacional.

Al no ser un O.I. en sentido estricto, no tiene miembros sino partes contratantes en el que las naciones se adhieren a un
Acuerdo General. Cada uno debía presentar su candidatura y negociar concesiones relativas a derechos de aduana y
acceso a mercados con los signatarios del Acuerdo General. Si estas llegaban a buen término concluían con una votación
por el que las partes contratantes concedían el estatuto

Punto 61: La OTAN y el Pacto de Varsovia

● LA DISUASIÓN ATÓMICA EN EL ORIGEN DE LAS ALIANZAS MILITARES

a) Panorama diplomático internacional tras la II Guerra Mundial: el creciente alejamiento de las dos superpotencias

La Organización del Atlántico Norte y el Pacto de Varsovia constituyen las más famosas y significativas alianzas de la época
de la guerra fría, y suelen considerarse como construcciones diplomáticas simétricas por su origen histórico y como
expresión del enfrentamiento entre el este y el oeste en el continente europeo.

170
Sin embargo, ni su nacimiento ni su evolución justifican esa apreciación, pues responden a etapas distintas que
testimonian precisamente la transformación que el fenómeno de la alianza experimenta en nuestro tiempo. Una
transformación relativamente rápida que tiene lugar en la quincena de años que siguen a la Segunda Guerra Mundial, y
en el curso de los cuales los clásicos pactos bilaterales o multilaterales de alcance regional van quedando como simples
elementos de unos bloques mundiales de creciente complejidad.

Es cierto que aquella guerra había mostrado ya prácticamente el ámbito planetario en que actuarían en adelante los
sistemas internacionales, y de ahí los ambiciosos planes del presidente Franklin D. Roosevelt para, prolongando en la paz
la gran alianza de las potencias vencedoras, establecer un orden político de seguridad colectiva, enmarcado en la
Organización Mundial de Naciones Unidas, para todos los países del Globo.

Fracasado este intento ya manifiestamente en 1945-1946, y producida la ruptura soviético-occidental en 1947, se creaba
un enorme vacío diplomático en las relaciones internacionales, pues nada podían significar los tratados bilaterales de la
guerra (como el anglo-soviético de 1942, o el franco-soviético de 1944) y de la posguerra (por ejemplo, el anglo-francés
de 1947), que aún tenían por enemigo común a Alemania o a su eventual resurgimiento militar.

El enfrentamiento de las naciones occidentales con Rusia impondrá nuevos agrupamientos, y éstos se enmarcan en otras
condiciones históricas. Tres de esas condiciones son esenciales en la configuración de la estructura política internacional
y de nuevas formas diplomáticas, y la más definitoria, sin duda, es esa dimensión planetaria anunciada ya con la guerra.
El empequeñecimiento del mundo, en virtud del desarrollo técnico y económico, correspondía al agigantamiento de las
potencias directivas (Estados Unidos y la Unión Soviética), que eran las únicas que poseían recursos y medios humanos
para dominar un campo político que abarcaba toda la Tierra.

b) La disuasión (convencer) como doctrina y detonante

Ello se hará patente en el curso de pocos años, cuando los antagonismos rebasen su primer campo europeo, y se tengan
que multiplicar los mecanismos diplomáticos hasta constituir extensas redes de verdaderos bloques mundiales; las
alianzas europeas, aun conservando su carácter de comunidades político-militares permanentes que las distingue de otras
formaciones regionales, quedarán como partes de los dos bloques rivales. Porque el segundo y más sobresaliente rasgo
de la época es la radical bipolaridad de un sistema internacional en el que dos de sus elementos rebasan en potencialidad
en tal grado a los otros, que éstos no pueden más que agruparse en torno a uno u otro de los grandes; la riqueza
extraordinaria en pactos, convenios y acuerdos de distinto tipo no atenúa la bipolaridad, sólo disminuida relativamente al
término del período en el terreno político, pero no en el militar.

Por último, este sistema mundial y bipolar se define asimismo por una concepción estratégica de caracteres inéditos: la
disuasión atómica. Una acción o política disuasoria de una posible agresión (mediante advertencias, preparativos bélicos,
amenazas, compromisos, etcétera) no es nueva en la historia, pero sí lo es el alcance que llegó a poseer en virtud de la
revolución tecnológica de las armas de destrucción masiva.

La estrategia disuasoria era única en razón de la naturaleza apocalíptica que tendría una conflagración termonuclear, que
hacía perfectamente imaginable el aniquilamiento total o casi total de la humanidad. En este sentido, el desarrollo del
armamento atómico determinaba unas estrategias políticas y militares que conmovían, a su vez, la concepción y el destino
de las alianzas.

En la segunda mitad de los años cuarenta y primera mitad de los cincuenta, la disuasión por antonomasia era la que ejercía
Estados Unidos sobre Rusia, dado su monopolio nuclear y la superioridad de su aviación estratégica. Consistía, en esencia,
en la amenaza de una respuesta con armas atómicas a un ataque con armas convencionales que Rusia pudiera lanzar,

171
ante todo contra Europa occidental, cosa admisible habida cuenta de la superioridad soviética en número de divisiones y
en medios bélicos clásicos.

Pero la concepción disuasoria no hizo más que reforzarse y complicarse cuando, en la segunda mitad de los años cincuenta,
la Unión Soviética llegó a una cierta igualdad en la capacidad bélica termonuclear gracias a sus grandes avances en la
tecnología de los proyectiles dirigidos. Se perfiló una disuasión recíproca que imperó hasta finales de los años 80 sin llegar
a ser en momento alguno una garantía y esperanza de paz verdadera.

Esta evolución afectó muy seriamente al mecanismo de las alianzas europeas, que ya desde su nacimiento habían quedado
marcadas por una estrategia disuasoria que otorgaba la función de protectoras a las superpotencias. En una primera etapa,
Rusia había reforzado su dominio en la Europa oriental, afianzando una potencialidad convencional que compensara su
inferioridad en armamento científico; pero también las naciones de Europa occidental quedaron en dependencia de la
protección disuasora de Norteamérica, no pudiéndose excluir decisiones que ésta (segura de la invulnerabilidad de su
propio territorio) pudiera tomar en perjuicio de sus aliadas.

Ahora bien, establecido el equilibrio del terror por el advenimiento del duopolio nuclear y balístico, la situación no era
mejor ni menos compleja para éstas. Perdida la invulnerabilidad del territorio de Estados Unidos, ¿seguía siendo válida la
disuasión defensora de Europa? El interés vital de los grandes por evitar el choque total, ¿no se traduciría en un sacrificio
de los pequeños?

Las hipótesis más inquietantes podían desenvolverse especialmente en torno a las diversas formas de guerra limitada,
otro fenómeno que había surgido a pesar del monopolio atómico, y que podía estar localizado en el mismo ámbito
territorial de los Estados aliados: ¿se respondería con una guerra total termonuclear a una guerra limitada desarrollada
con armamento de tipo clásico? ¿Se utilizaría la réplica atómica para defender a un aliado atacado con medios
convencionales? Y, en definitiva, ¿conservaba, ante estas temibles opciones, la alianza la misma significación que en
épocas anteriores?

No solamente esto: aun admitiendo que la fuerza de la alianza se mantuviera con el fin de asegurar la solidez y el prestigio
del bloque, los dictados de la lógica nuclear imponían, de manera casi inevitable, una progresiva transformación de la
alianza en integración.

Por un lado, las potencias directivas no pueden permitir a sus aliados iniciativas que arriesguen el provocar el conflicto
total, que tratan ante todo de evitar. En otros términos: exigían un mando estratégico y operativo, de la misma manera
que procuraban mantener (en lo posible) la fuerza atómica de modo exclusivo. Los imperativos eran tanto estratégicos
como también tecnológicos.

La disuasión obligaba a una completa preparación, en tiempos de paz, de una represalia bélica que los avances de la
cohetería cifraban en cuestión de minutos. Esto requería una fuerza y un mando unificados para que la respuesta fuese
eficaz y para que el agresor potencial supiese que era eficaz, ya que esta credibilidad era premisa necesaria para la
disuasión.

En conclusión: no resultaba válida la antigua coordinación de las fuerzas nacionales de los aliados; se imponía una
integración para lograr acuerdos políticos previos a las decisiones de la coyuntura bélica.

Sobre el fondo de este proceso de grandes y rápidas transformaciones hay que situar el nacimiento y evolución del Pacto
de Varsovia y de la Alianza Atlántica.

172
El primero era fruto de una reacción de la URSS, que pretendía asegurar su zona hegemónica del este de Europa ante los
nuevos problemas suscitados por las dimensiones mundiales de la guerra fría; la segunda experimentó asimismo las
consecuencias de esos nuevos planteamientos planetarios y del surgimiento del empate atómico.

Las dos grandes alianzas regionales eran partes esenciales, pero sólo partes, de los bloques mundiales.

● EL NACIMIENTO DE LA OTAN

a) Acontecimientos europeos entre 1947 y 1948. Los antecedentes.

El surgimiento de la primera alianza político-militar de nuestra época debe encuadrarse en la reacción que Estados Unidos
y las naciones de Europa occidental desarrollaron ante el temor de que se extendiera hasta estas últimas la dominación
que la Unión Soviética, todavía bajo la forma aparente de cierto pluralismo político, había implantado en la Europa
oriental.

Junto al hecho de la ruptura de la política conjunta en la Alemania ocupada, en 1947 se produjo la situación, inquietante
para la política occidental, de la guerra civil griega, y esta última circunstancia motivó de modo inmediato la iniciativa
norteamericana, que tomó forma de graves decisiones de ayuda económica para las naciones arruinadas por la Guerra
Mundial, pero que poseía un alcance político extraordinario.

Cuando el presidente Harry Truman pedía al Congreso norteamericano (12 de mayo de 1947) apoyo a los pueblos libres
que están resistiendo a las tentativas de subyugación por parte de minorías armadas o de presiones exteriores, estaba
consagrando la acción directiva de Estados Unidos, que desenvolvió de manera casi inmediata el Plan Marshall, en un
principio destinado a toda Europa.

Ahora bien, Stalin percibió bien las implicaciones políticas e ideológicas de ese plan, que de hecho introducía
duraderamente la influencia norteamericana en Europa; de ahí su rechazo y el obligado de los Estados satélites de Rusia.
Y aún más; ante lo que consideró una ofensiva político-económica con el fin de aislar a ésta, reforzó la zona de seguridad
este-europea, imponiendo de modo rígido y absoluto regímenes comunistas en los distintos países, y resucitó el antiguo
internacionalismo marxista de la Komintern mediante la creación de la Kominform (Oficina de Información Comunista),
en septiembre de 1947.

El proceso de reforzamiento culminó con el golpe de Praga de febrero de 1948, por el que los comunistas se impusieron
por completo en una Checoslovaquia que mantenía una organización democrática y parlamentaria.

Aunque este golpe de Estado pudo ser presentado como un simple cambio de Gobierno debido a la gran presión popular,
su efecto fue extraordinario en un mundo ya alarmado por la naciente guerra fría, y contribuyó de manera notable a
acelerar la alianza militar occidental que ya estaba en gestión.

Las naciones europeas se enfrentaban con un replanteamiento total de los datos diplomáticos y militares anteriores a esta
situación de 1947. Aún en este año habían firmado los Gobiernos de Gran Bretaña y Francia un pacto que preveía la
resurrección de la amenaza alemana, pero el golpe de Praga les llevó a negociar con los Gabinetes de Bélgica, Holanda y
Luxemburgo (que habían formado la unión aduanera del BENELUX, una alianza defensiva) el Pacto de Bruselas, el cual se
firmó en esta ciudad el día 17 de marzo de 1948 que ya prescribía una ayuda mutua contra toda política de agresión.

Estados Unidos había estimulado la formación de esta alianza europea, punto de apoyo conveniente para su política, pero
parecía claro que la potencia dirigente debía integrarse por sí misma en los compromisos militares.

173
Los obstáculos para ello no eran pequeños, pues toda la tradición diplomática americana se oponía a la firma de alianzas
militares en tiempos de paz. Pero se mostró entonces la profunda variación experimentada en los dirigentes y la opinión
de ese país con la guerra mundial.

El mismo día en que se firmó el tratado de Bruselas, el presidente Truman había declarado al Congreso: “Estoy convencido
de que la resolución de las naciones libres de Europa de protegerse a sí mismas será acompañada de una resolución igual,
por vuestra parte, de ayudarles a hacerlo”. Estas significativas palabras anunciaron, en efecto, la histórica votación por la
cual el Senado aprobó (con sólo cuatro votos negativos) la resolución Vandenberg (4 de junio), que autorizaba al
presidente a establecer una alianza en tiempo de paz; era la derrota definitiva del aislamiento estadounidense.

b) La creación de la OTAN

Casi al mismo tiempo, el establecimiento por los rusos del bloqueo de Berlín (desde el 24 de junio) hacía estallar la más
grave crisis de la posguerra. Pero ello no detuvo el proceso: durante el verano y el otoño de 1948 se desarrollaron las
negociaciones entre el Gobierno norteamericano y el de Canadá y las naciones europeas, culminando en la firma en
Washington, el 4 de abril de 1949, del tratado de la Alianza del Norte del Atlántico (o del Atlántico Norte, OTAN) por los
representantes de las doce naciones fundadoras: los Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Francia, Bélgica, Holanda,
Luxemburgo, Noruega, Dinamarca, Islandia, Portugal e Italia. No se incorporaron Suecia ni Irlanda, a pesar de que se las
quería como socios desde el principio.

● ARTICULADO DEL PACTO

a) Los artículos más importantes

Se trataba de una alianza militar defensiva, estableciendo que, en caso de agresión o amenaza contra uno de sus
miembros, los demás estaban obligados a ayudarle si aquél requería su asistencia, entendiéndose que esta ayuda era
esencialmente militar.

Este es el punto más importante del articulado del tratado, del que destacaremos lo que sigue.

En el preámbulo se indican los objetivos generales de paz y de fidelidad a los postulados de la Carta de las Naciones Unidas
de las partes signatarias, las cuales se consideran ligadas por una herencia y civilización comunes, fundadas sobre los
principios de la democracia, las libertades individuales y el reinado del Derecho, y deseosas de favorecer el bienestar y la
estabilidad en la región del Atlántico Norte.

Los artículos 1 y 2 prescriben que se regulen por medios pacíficos las diferencias que surjan entre las partes, así como que
se estimulen las buenas relaciones económicas entre ellas, y el artículo 3 ya indica que las partes firmantes, de modo
individual o colectivo, actuarán para acrecentar su capacidad individual o colectiva de resistencia a un ataque armado.

Un paso más en este sentido se da en el artículo 4, que prescribe consultas mutuas cuando alguna de las partes se
considere amenazada en su integridad territorial, independencia política o seguridad.

Pero el artículo-clave es el 5, que dice: “Las partes convienen en que un ataque armado contra una o varias de entre ellas
que sobrevenga en Europa o en América del Norte será considerado como un ataque dirigido contra todas las partes y, en
consecuencia, acuerdan que, si tal ataque se produjese, cada una de ellas, en el ejercicio del derecho de legítima defensa,
individual o colectiva, que reconoce el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, asistirá a la parte o las partes así
atacadas, tomando inmediatamente, individualmente o de acuerdo con las otras partes, las acciones que juzgue
necesarias, incluido el empleo de la fuerza armada, para restablecer y asegurar la seguridad en la región del norte del
Atlántico...”
174
Se indica a continuación que esas eventuales medidas de fuerza cesarían en el momento en que el Consejo de Seguridad
de la ONU, advertido desde el momento de emprenderlas, hubiera restablecido la paz.

El artículo 6 precisa el ámbito geográfico de aplicación del tratado en ese punto: “Para la aplicación del artículo 5 se
considera como un ataque armado contra una o varias de las partes; un ataque armado contra el territorio de una de ellas
en Europa o en América del Norte, contra los departamentos franceses de Argelia, contra las fuerzas de ocupación de
cualquiera de las partes en Europa, contra las islas situadas bajo la jurisdicción de una de las partes en la región del norte
del Atlántico al norte del Trópico de Cáncer, o contra los navíos o aeronaves de una de las partes en la misma región”.

El artículo 7 subraya la no contradicción del convenio con las obligaciones debidas a las Naciones Unidas, y el 8 hace lo
mismo respecto a otro tipo de compromisos internacionales.

De interés especial es el artículo 9, por el que se crea un Consejo, con representación de todos los Estados firmantes, para
desarrollar la aplicación de todo lo prescrito, estableciendo enseguida un Comité de Defensa para la organización militar.

El artículo 10 indica la posibilidad de incorporación al pacto de otros Estados por acuerdo unánime de los firmantes, y los
últimos (del 11 al 14) se refieren a las condiciones de ratificación, revisión (desde los diez años siguientes), vigencia (veinte
años, en principio), conservación y denuncia del tratado.

Se ha hecho notar que un rasgo jurídico de este tratado de la Alianza Atlántica (y de la organización que de él deriva, la
OTAN) sería el respeto hacia las soberanías nacionales de sus miembros (decisiones individuales o mediante acuerdo,
consultas, igual representación...). Aunque es claro que el mayor peso político y militar de la superpotencia directiva, y sin
duda su decisiva fuerza nuclear, fue tenida en cuenta al redactar el artículo 5, que no preveía explícita ni implícitamente
una réplica militar automática a la agresión, lo que dejaba al Gobierno norteamericano un margen de apreciación sobre
la gravedad de los conflictos y de la respuesta más adecuada.

b) La institucionalización y primeros pasos de la organización

Por otra parte, como la potencialidad aéreo-atómica de los Estados Unidos era la fuerza principal y decisiva de la Alianza,
las naciones europeas se colocaban realmente bajo su protección y, en ese sentido, se ha llegado a decir que abdicaban
de la posibilidad de buscar otras vías para su defensa.

Tras la firma del tratado se desarrolló el proceso de aplicación e institucionalización del mismo, es decir, la creación de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN o NATO, en inglés: North Atlantic Treaty Organization), que tuvo lugar
en el tenso ambiente originado por la guerra fría. Así pues, el Congreso norteamericano no solamente ratificó el pacto,
sino que aprobó asimismo un vasto programa de ayuda militar solicitado por su Gobierno.

Por aquellos días (el 23 de septiembre de 1949) el presidente Harry Truman anunciaba que se había detectado una primera
explosión nuclear en territorio de la Unión Soviética. Pero la estructura de la OTAN no dio pasos de verdad importantes
hasta el estallido de la guerra de Corea.

Una reunión del Consejo Atlántico (en Nueva York, el 15 de septiembre de 1950) produjo una primera definición general
de la estrategia de la Alianza, y la creación del Comité militar permanente y de un mando unificado, hecho sin precedentes
históricos para tiempo de paz. El cargo recayó en el general Dwight Eisenhower, cuyo cuartel general (o SHAPE.: Supreme
Headquarten Allied Powers in Europe) se situó en las proximidades de Versalles.

En 1951, Estados Unidos incrementó mucho la instalación de bases aéreas en diversos países aliados europeos, y también
el contingente de sus fuerzas en este continente; al año siguiente se incorporaron a la Alianza Atlántica Grecia y Turquía,
lo que extendía sus compromisos estratégicos hasta el Cáucaso.
175
En la organización de la OTAN, que se fue completando en esos y los siguientes años, destaca el Consejo Atlántico que ha
sido llamado el cerebro de la Alianza, pues dirige políticamente a ésta y transmite sus directrices a los organismos militares.

En sus reuniones periódicas están representados todos sus miembros por los respectivos ministros del Exterior, Defensa
y Hacienda (o bien por los propios jefes de Gobierno), además de tener representantes permanentes. La figura del
secretario general cobró especial relieve desde 1957, en que el belga Paul-Henri Spaak sustituyó al británico lord Ismay;
asistido por un cuerpo de funcionarios internacionales, intervendría en los más importantes problemas.

En cuanto a los organismos militares, destacó en un principio el Comité militar, del que derivó un Grupo Permanente, que
hasta el año 1957 estuvo únicamente formado por representantes de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, siendo más
tarde ampliado a los demás miembros de la Alianza. Los mandos o jefaturas territoriales militares (commander o
comandement) se organizaron en razón del espacio estratégico que cubrían: el mando aliado supremo en Europa
(Supreme Allied Command European o SACEUR) abarca las zonas terrestres de Europa, del cabo Norte al Mediterráneo,
pero excluyó las islas Británicas, incluidas en el Mando de la Mancha, y a Portugal, que se integró en el Mando Aliado del
Atlántico, que abarca la zona marítima, del Ártico al Trópico de Cáncer; el Grupo de Planificación Regional Canadá-Estados
Unidos cubre América del Norte. A su vez, surgieron otras subdivisiones y múltiples secciones técnicas y especializadas en
el orden militar.

Por otro lado, en la conferencia del Consejo celebrada en la ciudad de Ottawa, Canadá, (septiembre de 1951) se abordó
el tema de las dificultades económicas y financieras de la Alianza. Data de entonces el examen anual de defensa, mediante
el cual se fija la contribución de los miembros y se hace una planificación general. Ello ha llevado a una cooperación
económica mayor que en alianzas y coaliciones de tiempos anteriores. De ahí que algunos vean en la OTAN algo más que
una simple alianza militar: una cierta comunidad política que se apoya en formas institucionales e ideológicas comunes.

El proceso de nacimiento y organización de la OTAN se había desarrollado frente a fuertes protestas soviéticas, que
denunciaban su carácter manifiestamente agresivo (nota oficial del 1 de abril de 1949), y el que estuviera en contradicción
con los acuerdos interaliados de la guerra mundial (Yalta, Potsdam), con otros tratados bilaterales y con la Carta de
Naciones Unidas.

● CONSOLIDACIÓN DE LA EUROPA COMUNISTA.

Hubo también tentativas diplomáticas de Moscú por detener aquel proceso, y se ha supuesto que el levantamiento del
bloqueo de Berlín, en mayo, era consecuencia de la firma del tratado de Washington un mes antes; es cierto, al menos,
que en esos mismos días (mayo-junio) se produjo una nueva reunión del Consejo de los cuatro ministros del Exterior
(norteamericano, soviético, británico y francés), organismo interaliado de la guerra que parecía desaparecido desde hacía
dos años. Pero, cuando abordó el crucial tema de Alemania, las diferencias renacieron de inmediato, con lo que este
intento de detener la guerra fría terminó enseguida, y los dos bandos se entregaron a la erección de su propia organización
defensiva.

Rusia, sin embargo, no respondió todavía a la aparición de la OTAN con una organización militar, sino que se concentró
en la consolidación de la unidad que otorgaba al bloque del este europeo la imposición de regímenes comunistas, más
aún que la presencia de las fuerzas soviéticas; la Kominform dirigía la coordinación ideológica de los satélites frente a la
nueva realidad de la organización atlántica.

Por lo que se refiere a las relaciones intergubernamentales, Moscú sostuvo la línea de pactos bilaterales inaugurada
durante la guerra. El día 12 de diciembre de 1943 había firmado con Checoslovaquia un tratado de amistad, de

176
cooperación y de asistencia mutua, y al término de la Guerra Mundial estableció otro semejante con el gobierno afecto
de Polonia (21 de abril de 1945).

El inicio del enfrentamiento con Occidente aceleró el proceso, ya que en 1948 hubo tratados bilaterales con Rumania (4
de febrero), Hungría (18 de febrero) y Bulgaria (18 de marzo). En el año 1955 negociaría otro con la República Democrática
Alemana.

Otro lazo común lo constituyó desde el mes de enero de 1949, el Consejo Económico de Asistencia Mutua o COMECON,
un organismo de coordinación económica igualmente dirigido por Moscú. La unidad de acción se manifestaba
especialmente con motivo de las reuniones periódicas de los ministros del Exterior comunistas, a las que seguían
declaraciones respaldando la política soviética y criticando la occidental.

Ahora bien, el que parecía disciplinado y cerrado bloque socialista sufrió una importante fisura cuando la Yugoslavia de
Tito inició una política independiente, desafiando el peligro de una ruptura con la Unión Soviética. Este proceso se fue
desenvolviendo a lo largo de 1948, culminando con la expulsión de Yugoslavia de la Kominform (en Bucarest, en junio),
sin que Stalin lograse derribar el régimen del mariscal Tito ni se decidiese a una intervención militar. El cisma yugoslavo
era una primera manifestación de una especie de nacional-comunismo que tendría posteriores desarrollos, y que Moscú
consideraría como uno de los mayores peligros. De ahí que desencadenase una oleada de purgas en los partidos
comunistas de los países satélites, al tiempo que acentuaba la represión de los restantes grupos disidentes, políticos y
religiosos de Europa oriental. Así se cortó el riesgo de una extensión del movimiento cismático, quedando aislado el caso
de Yugoslavia gracias a una férrea dirección del conjunto de las democracias populares europeas. Al mismo tiempo, sin
embargo, en el otro extremo eurasiático, la aparición de la China Popular (proclamada el 1 de octubre de 1949) ponía las
bases para fenómenos semejantes y de mucho mayor alcance.

● PRIMERAS FORMAS DE DISUASIÓN

En julio de 1947, es decir, por las mismas fechas en que se sitúa el comienzo de la guerra fría, se expresaba igualmente
por vez primera la doctrina que inspiraría la nueva política de Estados Unidos.

Un célebre artículo sobre “Las fuentes de la conducta soviética” que publicó en la revista Foreign Affairs un funcionario
del Departamento de Estado, George F. Kennan, antiguo consejero de la embajada en Moscú y ahora colaborador de la
planificación política en Washington, hacía una exposición teórica de la misma que partía de la convicción de que era
imposible llegar a una concordia por medios diplomáticos entre el mundo occidental y soviético, ya que la ideología
comunista establecía un antagonismo esencial e insuperable mediante la negociación.

La política de la Unión Soviética, según esta interpretación, se encaminaba inevitablemente a una expansión constante,
de tal modo que sólo podía ser contrarrestada mediante una contención. En consecuencia, la única política posible para
Estados Unidos, nación directiva en el mundo occidental, sería aplicar una contención a la presión, y sobre esta concepción
se erigió la estrategia de la disuasión (deterrent o deterrence).

¿Sobre qué base? La enérgica iniciativa norteamericana de estos años había conseguido dar un giro completo a la guerra
civil griega, y había reforzado a los Gobiernos de Europa Occidental (de los que habían sido excluidos los comunistas), al
tiempo que la ayuda económica los hacía más dependientes de la política de Washington. Pero las peticiones que el
presidente Truman elevó al Congreso (marzo de 1948) para incrementar las fuerzas armadas chocaban con la tendencia
parlamentaria a limitar los presupuestos, ya que no se consideraba necesario aumentar el grueso del Ejército, puesto que
los Estados Unidos eran la única potencia que contaba con la temible nueva arma que era la bomba atómica.

177
En efecto, este monopolio atómico se mantuvo de 1945 a 1949, fundado no sólo en la posesión en exclusiva de la bomba
A, sino también en que se pudiera disponer de los medios para utilizarla, es decir, los potentes aviones cuatrimotores del
SAC (Strategic Air Command), que podían realizar misiones de bombardeo de hasta 4.000 kilómetros y con regreso directo
a sus bases. Puesto que no pocas de éstas se hallaban en torno a la Unión Soviética, casi todo el territorio ruso quedaba a
su alcance, sin que los soviéticos tuvieran posibilidad de una respuesta proporcionada a un bombardeo nuclear. Pudo, así,
perfilarse ya una doctrina disuasoria apoyada en la idea de una represalia atómica masiva en caso de que fuera atacado
un aliado de Norteamérica, y cuya forma extrema, calificada de todo o nada, no dejaba opción a pausas, negociaciones o
limitaciones, sino que preveía un contraataque inmediato y aniquilador.

La misión de las fuerzas convencionales en suelo europeo, tanto las indígenas como las americanas (cuya presencia
garantizaba el cumplimiento del compromiso), era la de actuar de escudo frente al ataque de los Ejércitos soviéticos en
tanto llegaba la respuesta decisiva mediante la lanza que era el bombardeo atómico.

Frente a esta estrategia, podía hablarse de una disuasión soviética cifrada en un reforzamiento de sus ejércitos y de la
dominación de la zona hegemónica. La Unión Soviética, enormemente destruida por la Segunda Guerra Mundial,
solamente de este modo podría evitar la penetración de la enorme influencia política y económica occidental.

Desde comienzos de 1948 el Gobierno soviético procedió a incrementar sus fuerzas armadas, que se habían reducido a
menos de tres millones de hombres tras la guerra, llegando a tener más de cinco millones y medio al iniciarse 1950. Era
una pesada amenaza siempre presente, que evitaba nuevos cismas y posibles iniciativas hostiles de la Alianza Atlántica y,
según la doctrina militar soviética de este tiempo, expresaba una superioridad bélica incluso frente al armamento atómico,
pues un ejército adecuadamente preparado era considerado capaz de atenuar los terribles efectos de éste.

A pesar de esta defensa de los factores clásicos en la teoría de la defensa, que incluso llevaba a afectar cierto menosprecio
hacia las armas científicas, lo cierto es que los rusos se entregaron a un esfuerzo frenético para compensar su inferioridad
en este terreno, y consiguieron un éxito relativamente rápido con su primera explosión experimental de una bomba A, en
1949. Ello ponía en cuestión parcialmente la estrategia norteamericana, que en el mismo año tenía que enfrentarse
igualmente con el gran acontecimiento del surgimiento de la China comunista y con la extensión de la guerrilla del mismo
signo en el Asia descolonizada.

● PLANTEAMIENTOS MUNDIALES Y PROBLEMAS EUROPEOS

a) Las consecuencias de Corea y la presidencia de Eisenhower

Esta limitación de las premisas estratégicas, por un lado, y la extensión de la guerra fría a otras latitudes y situaciones, por
otro, imponían replanteamientos generales, que los dirigentes y estrategas norteamericanos iniciaron a comienzos de
1950; pero antes de que una nueva planificación pudiera dar sus frutos, estalló (el 25 de junio) la guerra de Corea. Era un
nuevo fenómeno de guerra local que no se adecuaba a las previsiones basadas en el gran conflicto nuclear en Europa.

Al término de los años cuarenta, la guerra fría adoptó nuevas dimensiones planetarias, de momento manifestadas en la
batalla abierta en Extremo Oriente. La guerra limitada de Corea, aunque desarrollada con medios bélicos convencionales,
agudizó extraordinariamente el riesgo de una guerra general y total, y tuvo importantes consecuencias para la situación
europea. Washington pudo constatar, con el conflicto coreano, las limitaciones del poderío atómico, y las insuficiencias
de sus mecanismos diplomáticos.

No existía nada semejante a la Alianza Atlántica en el Asia oriental, y los aliados europeos manifestaron puntos de vista
diferentes en algunos aspectos y momentos. Así, cuando hubo tentación de utilizar la bomba A ante los reveses originados
por la intervención china en Corea, el premier británico Clement Attlee viajó a Washington (diciembre de 1950) para
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advertir a Truman del grave peligro que corría Europa si se provocaba una guerra nuclear, dados los logros soviéticos en
este aspecto. Se ponía ya de manifiesto las graves implicaciones que, a escala mundial, poseía la estrategia disuasoria; y a
esta escala se movieron en lo sucesivo, y cada vez más, las políticas de las superpotencias.

Los norteamericanos elaboraron en Extremo Oriente un sistema diplomático-militar centrado en la alianza con Japón
(tratados de paz y alianza del 7 de septiembre de 1951) y en la protección de Formosa y extendido por el Pacífico mediante
el establecimiento de un pacto de seguridad con Australia y Nueva Zelanda (el ANZUS, el 1 de septiembre de 1951).

Esta política de agrupaciones diplomáticas regionales alcanzó su grado máximo con la nueva Administración republicana
con Dwight Eisenhower (desde 1953) gracias a la actividad de su secretario de Estado, John Foster Dulles, que tejió una
extensa red de pactos multilaterales y bilaterales en el mundo entero.

En Asia, tras los tratados bilaterales con Corea del Sur (1953) y Pakistán (1954), se creó el Tratado de Defensa Colectiva
para el Asia del Sudeste (SEATO, en 1954), y se estimuló la formación del Pacto de Bagdad (1955) en el Próximo Oriente;
se procuró conferir un carácter anticomunista a la OEA (Conferencia de Caracas, de 1954, de la Organización de Estados
Americanos). Por otra parte, se firmó el convenio con España (1953), y otros indirectos con Yugoslavia.

Ahora bien, esta “pactomanía” (como ha sido llamada) del secretario de Estado Dulles difícilmente podía resolver los
nuevos problemas estratégicos. El secretario de Estado del presidente americano Eisenhower quiso salir al paso del peligro
de nuevas guerras calientes locales, y advirtió solemnemente a los eventuales agresores que no deberían contar con una
guerra en condiciones determinadas por ellos, puesto que los Estados Unidos se reservaban la libertad de replicar a
cualquier agresión mediante una represalia masiva e instantánea con todos los medios que considerasen necesarios. Era
una renovación reforzada de la amenaza disuasoria, que se quería orientar hacia unos conflictos de compleja tipología
que abarcaban incluso la guerra subversiva.

b) La carrera de armamentos y las nuevas formas de disuasión

Pero no era éste el único aspecto negativo; el apocalíptico concepto de represalia masiva e instantánea, que inquietaba a
los mismos aliados de Estados Unidos, perdía mucho de su valor ante la marcha que llevaba la carrera atómica.

Los soviéticos no sólo habían incrementado su arsenal nuclear, sino que también disponían, entre 1952-1954, de una
fuerza aérea capaz de alcanzar ya el suelo americano. Tras la muerte de Stalin (1953) se enfrentaron la concepción
estratégica de Malenkov, que ponía el peso en el desarrollo del armamento tecnológico, y la de Kruschev y los mariscales
soviéticos, que defendían la primacía de los factores militares clásicos, sin renunciar al progreso atómico. La imposición
completa de Kruschev (desde 1955) significó la puesta en marcha de una planificación equilibrada, con la que Rusia logró
alcanzar a Estados Unidos en algunos aspectos de esta carrera.

En el mes de enero de 1950 había ordenado el presidente Truman la fabricación de la bomba de hidrógeno. La primera
explosión termonuclear norteamericana tuvo lugar el de noviembre de 1952; pero los rusos probaron su primera bomba
H en agosto de 1953, y se adentraron resueltamente en el ámbito de los proyectiles balísticos, en el que pronto cobrarían
ventaja a los americanos. Todo ello significaba que la disuasión tenía que remodelarse de acuerdo a las nuevas
condiciones, y los estrategas del Pentágono, enfrentados ahora con el riesgo de una guerra total que afectaría a su propio
suelo, y que podría surgir de un conflicto que dejase de ser limitado en cualquier parte del Globo, se mostraron partidarios
de la concentración de las grandes fuerzas de ataque norteamericanas, evitando una dispersión que pusiera en peligro la
superioridad atómica desde el aire que aún se tenía.

Una contención primera de los ataques enemigos debería realizarse mediante la eventual actuación de las fuerzas aliadas,
europeas o asiáticas, y de ahí la necesidad de reforzar los medios bélicos convencionales de los miembros de la extensa
179
red de alianzas. Pero es claro que esta doctrina tenía un valor especial para Europa, la región más importante, y donde se
había visto con mayor temor el caso de Corea, que muchos creyeron que era un preludio de la guerra general, y que había
puesto de manifiesto la inferioridad de efectivos de la OTAN ante un posible ataque soviético.

Es cierto que el Consejo Atlántico, haciéndose eco de las palabras de Dulles, declaró enfáticamente en 1954 que se
contestaría con armas atómicas a todo ataque importante (major attack), aunque éste no fuese nuclear; pero el problema
de su función primera de escudo persistía, y aún se agudizaba si había que replicar a una estrategia comunista de avances
dosificados con el fin de eludir la reacción nuclear. En este caso, se haría preciso rechazar esos avances con el fin de obligar
al enemigo a realizar el “major attack” y dar lugar, así, a la reacción atómica norteamericana.

En definitiva, en todas estas hipótesis bélicas siempre se llegaba a la misma conclusión: la necesidad de reforzar los
ejércitos de la OTAN en Europa.

● EL REFORZAMIENTO DE LA OTAN

a) El ingreso de la República Federal Alemana

Al estallar la guerra de Corea, la Alianza Atlántica solamente tenía al oeste del telón de acero catorce divisiones de calidad
desigual y unos mil aviones de combate, frente a las veinticinco divisiones que Rusia conservaba en los territorios de las
democracias populares, tras las cuales se hallaba la masa del Ejército Rojo en suelo soviético. Era necesaria una
considerable movilización de recursos para neutralizar esta desigualdad.

En 1952 se incorporaron a la OTAN Grecia y Turquía, lo que tenía una interesante significación geopolítica, pero que no
suponía, lógicamente, el incremento en efectivos militares que se buscaba. Francia y Gran Bretaña tenían problemas
coloniales y económicos que les impedían aumentar sus gastos defensivos, y la única solución la constituía la incorporación
de Alemania Occidental, que había experimentado una rápida recuperación económica y tenía todas las condiciones para
ser el gran puntal de la alianza.

Ya en el Consejo Atlántico, reunido en Nueva York el 15 de septiembre de 1950, bajo la sombra del conflicto en Corea, se
había apuntado la idea de vigorizar los dispositivos bélicos lo más al este posible, y el secretario de Estado de Estados
Unidos, Dean Acheson, habló en aquella ocasión de una fuerza integrada, con participación de unidades alemanas y
utilización de los recursos industriales alemanes para su aprovisionamiento.

La Unión Soviética era consciente de esta eventualidad desde los días en que se consagró la bipartición de Alemania, sin
que el nacimiento de la República Democrática como respuesta a la República Federal, en 1949, impidiera la perspectiva,
muy temida por los soviéticos, de la incorporación a la alianza occidental de una Alemania remilitarizada. Por ello, intentó
cortarla diplomáticamente, produciéndose, en consecuencia, una nueva resurrección del Consejo interaliado de ministros
del Exterior, que se reunió en París (marzo de 1951). En él se oyeron propuestas rusas de desmilitarización, evacuación y
neutralización de Alemania. Estas propuestas fracasarían en esta y sucesivas ocasiones ante el nuevo clima de la guerra
fría, que suscitaba posiciones contradictorias y suspicacia constante; el Gobierno de Alemania Federal (que no podía
aceptar la nueva frontera germano-soviética del Oder-Neissese) decidió por la integración en el bloque occidental.

La oposición soviética no era el único obstáculo para esta integración. La idea había sido mal recibida desde el principio
en las naciones europeas de la OTAN, y si pudo superarse el recelo británico, subsistió con fuerza el de Francia, en cuya
opinión pública perduraban anacrónicas animadversiones. Se buscó entonces un procedimiento que permitiese vencer la
resistencia francesa, ideándose la creación de un ejército común europeo que integrase unidades de soldados alemanes.
El proyecto, bautizado con el nombre de Comunidad Europea de Defensa (CED), presentaba problemas técnicos y
suscitaba la resistencia general a un mando supranacional, pero la mayor dificultad siguió siendo la oposición francesa. Y
180
aunque, para superarla, Dulles amenazó con una revisión desgarradora de la política exterior norteamericana, las cámaras
francesas rechazaron (30 de agosto de 1954) la ratificación de la CED.

De este tropiezo se rehízo la alianza occidental, gracias a la iniciativa británica, que replanteó la cuestión del rearme
alemán, situándola en el marco del anterior Pacto de Bruselas (que agrupaba desde 1947 a Gran Bretaña, Francia y el
BENELUX), el cual, con la simultánea incorporación de la República Federal y de Italia, se convirtió en la Unión de Europa
Occidental (UEO).

Para lograr la aceptación francesa había sido precisa la promesa de Londres de mantener indefinidamente sus tropas en
el continente, y la prohibición de armamento atómico para el nuevo ejército alemán (acuerdos de París, del 23 de octubre
de 1954). Era el camino para la integración formal de Alemania Federal en la Alianza Atlántica, lo que tuvo lugar el 9 de
mayo de 1955.

b) El arma atómica como elemento disuasor en Europa frente a las armas convencionales

Se daba así un importante paso para el robustecimiento de la OTAN, por otra parte ya apuntalada política y
psicológicamente con la declaración del presidente Eisenhower dos meses antes de que mantendría las fuerzas
americanas en Europa tanto tiempo como la situación lo exigiera. Pero no se llegó a resolver con ello la desigualdad de
potencial convencional, pues los programas de acrecentamiento de efectivos sufrieron retrasos; ni tampoco se aclaró,
consiguientemente, el complejo problema estratégico europeo. Ese potencial convencional de la Alianza Atlántica nada
podía significar frente al potencial atómico soviético, y su misión sólo podía ser la de disuadir a Rusia de iniciar una guerra
no nuclear sobre el supuesto de que Moscú pensase que podía hacerla, ya que su propio poder atómico disuadiría, a su
vez, a Estados Unidos de lanzarse a una guerra termonuclear. Pero, como la equiparación en medios clásicos con los
soviéticos no se logró, la Alianza Atlántica siguió dependiendo, en último término, del factor disuasor nuclear que, en
virtud del secreto atómico, quedaba en manos norteamericanas. (Aunque los británicos contaron también con la bomba
A desde 1951, conscientes de la desproporción de sus medios respecto de los de la superpotencia, seguían en todo las
directrices de Washington). Esta situación suscitaba en los europeos la penosa conciencia de que sus destinos dependían
más de las superpotencias que de sí mismos.

● EL NACIMIENTO DEL PACTO DE VARSOVIA

a) La creación del Pacto de Varsovia

El Pacto de Varsovia surge, de modo directo y explícito, como una respuesta a la integración de una Alemania
remilitarizada en la OTAN.

El 5 de mayo de 1955 se produce formalmente esa integración, y el 14 de mayo se produce la firma del Pacto comunista,
que se justifica en el preámbulo del modo siguiente:

“...Teniendo en cuenta la situación creada en Europa como consecuencia de la ratificación de los acuerdos de París que
prevén la formación de un nuevo agrupamiento militar bajo la forma de la Unión de la Europa Occidental, con la
participación de la Alemania Occidental en vías de remilitarización y con su integración en el bloque nordatlántico, lo que
aumenta el peligro de una nueva guerra...”

Sin embargo, no basta con esta explicación. El Gobierno soviético se decidió a esta estructuración colectiva y formalización
jurídica en razón de las nuevas condiciones mundiales que había llegado a tener la guerra fría en los primeros años de la
década de los cincuenta, si bien el motivo inmediato fue el señalado, y una vez que vio fracasadas sus tentativas
diplomáticas para contrarrestarlo.

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Después de la tentativa ya reseñada de 1951, los proyectos de la CED (Comunidad Europea de Defensa) originaron una
propuesta del ministro soviético del Exterior, Molotov (10 de febrero de 1954), para que las naciones del continente
firmaran un tratado general de seguridad colectiva en Europa, y más tarde (en noviembre) convocó una conferencia de
Estados europeos que llegó a celebrarse en Moscú, pero sólo con asistencia de los comunistas. En ella ya se advirtió que,
si se ratificaban los acuerdos occidentales, se tomarían medidas comunes en el dominio de la organización de las fuerzas
armadas y de su mando.

Y, efectivamente, como ni estas advertencias ni la denuncia por la Unión Soviética de los tratados bilaterales con Gran
Bretaña y Francia que todavía existían sobre el papel impidieron la incorporación de la RFA a la OTAN, los rusos realizaron
lo anunciado.

El 11 de mayo de 1955 se inauguró la conferencia de Varsovia, con representaciones de la URSS, Polonia, Hungría,
Checoslovaquia, Alemania Oriental, Rumanía, Bulgaria y Albania, y el 14 de mayo se firmó el tratado de amistad,
cooperación y asistencia mutua entre estas naciones. Un comunicado anexo al tratado creaba el mando unificado de sus
fuerzas armadas, que fue confiado al mariscal soviético I.S. Koniev.

b) Paralelismo con la OTAN en los artículos

El texto del Pacto de Varsovia refleja, a primera vista, el objetivo de la respuesta al crecimiento atlántico mediante la
formalización de una agrupación político-militar que fuera semejante a la OTAN, con lo cual podría haber una paridad en
caso de negociación, y asimismo se cumplía una función propagandística y demostrativa de la capacidad de reacción de
las naciones comunistas. En estos aspectos, impresiona la analogía, sin duda deliberada, de los textos de los tratados y de
las dos organizaciones.

Los primeros artículos del texto del Pacto parecen calcados de los del tratado de Washington de 1949; las partes
contratantes se comprometen a mantener relaciones pacíficas entre ellas, de acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas
(art. 1) y a colaborar en toda acción tendente a lograr la paz y la seguridad internacionales (art. 2); en este punto se precisa
la colaboración para la prohibición de las armas atómicas.

El artículo 3 prescribe consultas entre los allí firmantes en las cuestiones internacionales de importancia, y el artículo 4,
sin duda el más importante, dice lo siguiente:

“En caso de agresión armada en Europa contra uno o varios de los Estados signatarios del tratado por parte de un Estado
cualquiera o de un grupo de Estados, cada Estado signatario del tratado, ejerciendo su derecho a la autodefensa individual
o colectiva conforme al artículo 51 de la Carta de la Organización de las Naciones Unidas, acordará al Estado o a los Estados
víctimas de tal agresión una asistencia inmediata individualmente o por acuerdo con los otros Estados signatarios del
tratado por todos los medios que le parezca necesarios, comprendido el empleo de la fuerza armada. Los Estados
partícipes en el tratado se consultarán inmediatamente en cuanto a las medidas colectivas que se deben tomar con el fin
de restablecer y mantener la paz y la seguridad internacionales”.

A pesar de que se corresponde, casi frase por frase, con el artículo 5 del tratado de Washington (si bien el ámbito de
aplicación se reduce a Europa), algunos autores han interpretado que ese artículo 4 del Pacto de Varsovia está provisto
de un carácter más imperativo en la prescripción de asistencia militar, y da al concepto de agresión armada un sentido
más general que el de ataque armado, lo cual dejaría la puerta abierta para intervenciones de los aliados, no sólo cuando
se produjeran ataques de ejércitos extranjeros a uno de ellos, sino también cuando el régimen comunista de uno de esos
Estados fuese amenazado por una subversión interior.

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Es cierto que esta interpretación se halla en clara contradicción con el artículo 8 del Pacto, en el que sus signatarios
proclaman el respeto mutuo de su independencia y de su soberanía, así como de la no injerencia en sus asuntos interiores,
aparte de que el mismo artículo 4 habla de la agresión provocada por un Estado cualquiera o un grupo de Estados. Pero
no es menos cierto que este artículo fue el invocado por el Gobierno soviético para justificar su intervención militar en
Hungría, en 1956, y en Checoslovaquia, en 1968. En ambos casos se trataba de movimientos revolucionarios o tendencias
políticas interiores que amenazaban al régimen comunista, y se utilizó la forzada explicación de que se trataba de una
agresión armada manifestada en una subversión interior pero suscitada por potencias enemigas desde el exterior.

A continuación de este básico artículo 4, el 5 hablaba de la creación del mando unificado y de la cooperación defensiva;
el 6, de la creación de un comité consultivo político, y el 7, de la no participación de los firmantes en cualquier alianza
contraria al Pacto. El artículo 9 dice: “El presente tratado está abierto a otros Estados que, independientemente de su
régimen social y político, se declaren dispuestos a contnbuir... a la paz”. Los últimos, en fin, hablan de la puesta en vigor y
de la duración (veinte años, en principio) del Pacto.

● DIFERENCIAS

a) Las intenciones soviéticas

Esta aparente simetría entre los textos fundacionales de las dos alianzas no puede ocultar las diferencias existentes entre
ambas, empezando por sus mismos orígenes.

La Nord-Atlántica arranca de iniciativas espontáneas de las naciones occidentales ante el temor a la expansión soviética,
por mucho que estuviesen estimuladas y dirigidas por la política norteamericana. El hecho de quedar dependientes de
ésta en gran medida no priva a los Gobiernos europeos de su soberanía y capacidad de iniciativa.

El Pacto de Varsovia fue un instrumento diplomático-militar creado por la Unión Soviética para perfeccionar la
organización de su zona hegemónica en Europa oriental, y los Gobiernos de las democracias populares, si bien podían
sentirse más respaldados frente a las amenazas exteriores o interiores, todavía quedaban más mediatizados,
cortándoseles cualquier posibilidad de una dirección autónoma en su política comunista.

Con ello llegamos a las causas de orden más general que se han querido ver en la formación del Pacto. El Gobierno
soviético quiso, desde luego, asegurar su glacis estratégico en Europa, pero ello se encuadraba en una reacción de mayor
amplitud ante la nueva situación mundial, en que la misma expansión del socialismo creaba riesgos para la indiscutida
dirección ideológica y política de Moscú.

La implantación de este mecanismo multilateral en esa área vital (para controlar y reprimir cualquier nuevo movimiento
cismático o anticomunista) era imprescindible para poder enfrentarse adecuadamente con el problema del creciente peso
e independencia de acción de la China Popular en Asia, lo que hacía que Mao Tse-tung apareciese cada vez más como el
verdadero dirigente del comunismo asiático.

El fenómeno se había mostrado ya en el tratado chino-soviético de 12 de octubre de 1954, que otorgó notables ventajas
a los chinos, y al año siguiente la Conferencia de Bandung (17 al 24 de abril de 1955) ofrecía la perspectiva de un joven
Tercer Mundo que podía ser la esfera apropiada para un nuevo liderazgo chino.

Rusia veía con inquietud esta posibilidad, sobre todo porque se vieron frustrados sus deseos de participar en la
Conferencia, ya que se la consideró nación europea. Según esta interpretación, la misma celebración de la Conferencia
asiática tuvo una influencia directa en las decisiones que por entonces se tomaron en Moscú respecto de la formación del
Pacto de Varsovia.

183
Lo que no parece ofrecer ninguna duda es que esta formación, yendo más allá de una reacción al rearme alemán, quería
salir al paso de un posible proceso de des-satelización que se comenzaba a dibujar tanto en Asia como en Europa. En este
continente el mayor riesgo para Moscú era el desarrollo de direcciones nacional-comunistas en la época post-estaliniana,
que cobraron altos vuelos con el proceso de desestalinización consagrado por Kruschev en febrero de 1956.

Ello daría lugar a una agitación revisionista, manifestada primeramente de modo muy vivo en Polonia, y que desembocó
en la revolución de Hungría el 23 de octubre.

En esta ocasión el Pacto de Varsovia reveló su importancia política, al proporcionar al Gobierno soviético una cobertura
legal aparente para la represión.

Aunque el Gobierno nacional-comunista de Imre Nagy se apresuró a repudiar el Pacto (telegrama al secretario general de
la ONU el l de noviembre), esto no impidió la intervención aplastante de los tanques rusos, y aún se invocaría el pacto
para intentar justificar ésta. Así inauguró esa alianza su función reforzadora de la preponderancia soviética, que
proseguiría en lo sucesivo.

b) La carrera de armamentos y la disuasión en la segunda mitad de los 50’

En la segunda mitad de los años cincuenta, la guerra fría experimentó cambios profundos como consecuencia de la nueva
paridad nuclear originada por los progresos de la técnica soviética. El lanzamiento del primer Sputnik soviético (3 de
octubre de 1957) puso de manifiesto espectacularmente estos progresos, y confirmó que la URSS no sólo poseía
proyectiles balísticas de alcance intermedio, o sea, de unos 2.000 a 4.000 Km (lo que no alteraba la mayor capacidad de
represalia americana, debida a su aviación estratégica), sino que también dominaba el campo de los cohetes de alcance
intercontinental (o ICBM, de un radio de 10.000 kilómetros, aproximadamente), lo que dejaba a su merced el suelo
americano al reducir el plazo de alarma ante un ataque de horas en minutos.

Los dirigentes norteamericanos, seriamente alarmados, ensayaron soluciones de emergencia para mantener su capacidad
disuasora (mantenimiento a cargo de la fuerza aérea permanentemente en vuelo; instalación de rampas de lanzamiento
de cohetes intermedios en Gran Bretaña, Italia y Turquía) en tanto se esforzaban por superar este retraso en el sector
balístico (missile gap), lo que se calcula lograron al comenzar la década de los sesenta. Pero esto no borraba la realidad
del giro radical que se había dado en las premisas de la disuasión. La paridad en capacidad de represalia termonuclear
implicaba una verdadera disuasión recíproca.

El creciente perfeccionamiento, la diversificación y la difusión de los nuevos ingenios bélicos los hacían ciertamente
invulnerables, y era impensable que pudieran ser destruidos por completo en un primer ataque (first strike). Además,
¿bastaba asegurar la invulnerabilidad de los propios dispositivos termonucleares cuando las poblaciones y ciudades
quedaban expuestas sin remedio al ataque atómico enemigo? Se ha llegado a hablar, en este sentido, del principio de
destrucción mutua asegurada, y también de un equilibrio del terror que convertía en algo altamente improbable el choque
directo y total entre las dos superpotencias.

Ahora bien, esta apariencia de un resultado paradójico de paz era engañosa, pues otras posibilidades no menos peligrosas
se abrían en esta situación. Ante todo, estaba el hecho de que, frente a las construcciones estratégicas abstractas, la
velocidad de la carrera tecnológica obligaba constantemente a nuevos planteamientos; las teorías (escribió Raymond Aron
al empezar los años sesenta) corren el riesgo de quedarse atrás, tan de prisa corren las armas... Por otra parte, la primera
importancia del factor psicológico en toda estrategia disuasoria hacía siempre presente el riesgo de un choque total por
anticipación, lo mismo que el desarrollo tecnológico suscitaba el del conflicto por accidente.

184
La misma congelación aparente de la confrontación entre las superpotencias podía crear una falsa seguridad que llevase
a la agudización de otros conflictos secundarios, hasta llegar al enconamiento y la escalada militar (escalation). Lo más
grave: los riesgos que ofrecían ahora esas guerras limitadas se habían multiplicado ante lo que se ha llamado la
miniaturización de las armas atómicas. En los más lejanos puntos geográficos podían ser utilizadas estas armas atómicas
tácticas con una estudiada dosificación a fin de evitar el temido umbral del cataclismo planetario nuclear; pero, en este
último punto, la lógica de la escalada hacía siempre imprevisible el resultado final de la contienda.

Esta nueva y peligrosa situación incidía gravemente sobre las alianzas, y en particular sobre la Atlántica, que ya en mayo
de 1957 admitió la idea de dotar a sus ejércitos de Europa con armas atómicas tácticas para neutralizar una superioridad
soviética que ahora se manifestaba también en los cohetes de alcance intermedio. En el otoño de aquel año, a una decisión
atlantista en este sentido, respondió la Unión Soviética con la propuesta del ministro polaco del Exterior, M. Rapacki, para
crear una zona desnuclearizada en Europa central. Los norteamericanos vieron en ello un intento de crear un vacío nuclear
en sus posiciones europeas, mientras los soviéticos conservaban sus misiles en su propio suelo, y cuando la mutación
respecto de la cohetería de largo alcance dejaba a Estados Unidos aún sin su anterior fuerza de represalia; el plan Rapacki
fue rechazado oficialmente el 3 de mayo de 1958, y tampoco tuvieron éxito las propuestas soviéticas a las naciones
europeas para celebrar una conferencia en la cumbre y prohibir las pruebas atómicas, lo cual fue interpretado como una
tentativa para alejadas de los Estados Unidos.

No obstante, entre los miembros europeos de la Alianza Atlántica se dejaba ver una inevitable incertidumbre por las
condiciones nuevas de la disuasión. Si las divisiones del Pacto de Varsovia atacaban con los medios convencionales,
¿respondería Estados Unidos con represalias atómicas, sabiendo que podría ser destruido gran parte de su propio país?
Se debilitaba la credibilidad en la represalia, factor esencial en la concepción de la disuasión. Y aun en el caso de iniciativas
hostiles con misiles tácticos, quedaban en pie muchos interrogantes sobre cuándo y cómo debía ser la respuesta.

En realidad, la miniaturización y difusión nucleares casi habían borrado la frontera entre guerra limitada y guerra total,
pues todo podía quedar en una cuestión de grado. Las fuerzas de la OTAN, incapaces de poder rechazar o disuadir por sí
mismas un ataque limitado no nuclear, quedaban también en este caso dependientes del poder atómico de Estados
Unidos, cuyos dirigentes decidían tanto sobre la guerra total como sobre la limitada.

Teniendo en cuenta todo esto, en los estrategas del Pentágono se fue abriendo camino la idea de una respuesta gradual
o flexible, que adoptaría ya claramente el Gobierno a principios de los años sesenta (doctrina MacNamara). Según las
condiciones y objeto del conflicto, se procedería en el tipo de réplica, que podría empezar siendo convencional, e ir
dejando pausas y posibilidades de negociación antes de llegar al umbral de la conflagración.

Esta nueva doctrina estratégica no hacía más que agravar la incierta posición de las alianzas. Los Gobiernos europeos de
la OTAN, a los que ya se les presentaba como problemática la disuasión mediante la represalia atómica masiva, tampoco
participaban en las decisiones últimas de una estrategia flexible que consideraba todos los datos en un marco mundial. Es
más, el equilibrio del terror creaba un interés común en las dos superpotencias, que era el evitar la hecatombe
termonuclear.

¿No se sacrificarían a este interés vital los intereses de los aliados? Al menos, era cierto que las grandes decisiones sobre
una u otra respuesta, con un tipo u otro de armas, seguía en manos del mando norteamericano, que defendía la necesidad
de una dirección única, dada la rapidez de actuación que exigía la nueva tecnología militar.

Las peticiones europeas en favor de una mayor participación en las determinaciones estratégicas (ya que el Viejo
Continente podía ser la primera víctima en las nuevas circunstancias) chocaban precisamente con la falta de una cabeza
única cuando el sistema de acuerdos intergubernamentales ya no era válido ante las exigencias nucleares.

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Se puede afirmar, en conclusión, que el duopolio balístico-nuclear que se implanta en el mundo al terminar los años
cincuenta abre una nueva época para las grandes alianzas, que oscilan entre los dos polos de la integración y de la
disociación.

En el bloque comunista, el Pacto de Varsovia representa la forma extrema de la primera opción (integración), que se
impone en Europa oriental tras la crisis de 1956; pero el alejamiento que en estos mismos años se inicia entre la China
Popular y la Unión Soviética (y que tiene una de sus motivaciones básicas en el secreto atómico y la estrategia nuclear)
expresa la forma, también máxima, de la disociación en ese bloque mundial.

En el caso de la Alianza Atlántica, la dirección disociadora viene representada por la iniciativa de la Francia del presidente
Charles de Gaulle, que se inicia con la propuesta de éste (Memorándum de septiembre de 1958) para constituir un
directorio anglo-franco-americano (regido por reglas de unanimidad) y para ampliar el ámbito geográfico de la Alianza.

Era un intento por alcanzar la zona de las altas decisiones estratégicas, y por liberar a la OTAN de su marco regional y
adaptarla a las nuevas condiciones de la política mundial.

El fracaso de la tentativa, aunque conduzca a la separación parcial de Francia y a la búsqueda por ésta de su propia solución
estratégica atómica, ilustra elocuentemente sobre los imperativos de aquellos años, en el que la lógica nuclear llega a
modificar en profundidad los elementos que eran clásicos en las relaciones internacionales.

Punto 62: La “Doctrina Truman” y el “Plan Marshall”

La Doctrina Truman fue un conjunto de medidas originadas por los Estados Unidos, con las que se pretendió apoyar a los
pueblos libres, es decir, aquellos que se resistieron a los intentos de sometimiento por las minorías armadas o por las
presiones exteriores que representaban una amenaza al capitalismo de Estados Unidos.

Estados Unidos, a través de la Doctrina Truman, dejó más que claro su posición de apoyar a cualquier nación que pudiera
ser amenazada por otra, con el fin de imponer su ideología o sistema de gobierno.

Su nombre fue dado ya que fue expuesta por Harry Truman presidente de Estados Unidos en el año 1947. Es considerada
la advertencia frontal hacia la Unión Soviética, que tenía como propósito de expandir el comunismo por Europa.

Objetivos de la doctrina Truman

Las bases que fundamentaron esta ideología fueron:

● Evitar la propagación del comunismo, tanto en Europa como en el mundo.

● Estados Unidos deseaba posicionarse como potencia económica y militar.

● Limitar el poder marítimo de la Unión Soviética, para impedir que sus buques de guerra no pasaran más allá del
mar Negro.

Una de las principales causas fue la situación financiera y militar de Europa después de la Segunda Guerra Mundial. De allí
que se temiera que fuera un blanco fácil para expandir el comunismo hacia occidente. Además, para aquel entonces el
comunismo y la Unión Soviética ya habían abarcado rápidamente Europa del Este. Amenazaron con extenderse e invadir
Grecia y Turquía.

Estos países, dejaron de percibir la ayuda económica y militar inglesa, debido a la situación económica en la que quedó el
Reino Unido después de la guerra.
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Esta doctrina trajo grandes logros, uno de ellos fue implementar el Plan Marshall, que consistía en ayudar financieramente
a los países aliados europeos que habían sido afectados por la Segunda Guerra Mundial.

Además se aprobó una gran ayuda económica y monetaria dirigida a Turquía y Grecia, como resultado de esto, ambos
países se hicieron miembros de la OTAN. La doctrina no era de carácter exclusiva para algunos países, estaba dirigida para
que se beneficiaran aquellos países que necesitaran luchar contra la pobreza, caos y el hambre.

Este tipo de ayuda a otros países, posicionaron a Estados Unidos en un nuevo rol en la geopolítica mundial. Se logró el
cometido de Estados Unidos de crear una política exterior de intervención, más no de aislamiento. Gracias a la doctrina
Truman la seguridad nacional de Estados Unidos amplió su dimensión, ya que no solo defendía su territorio sino también
que lo hacía con sus intereses.

La doctrina significó una gran ayuda para muchos gobiernos, ya que fue el soporte de estos ante la influencia comunista
tanto militar como económicamente.

Todo con el determinado propósito de que no se dejaran influenciar por el comunismo. Dos países que recibieron este
importante apoyo fueron Turquía y Grecia.

Plan Marshall

El Plan Marshall fue un proyecto de reconstrucción económica creado por estados unidos para ayudar a los Países
Europeos Económicamente.

Se dice que fueron unos 13 mil millones de dólares los que los Norteamericanos ofrecieron a los países que quedaron
devastados por la segunda guerra mundial.

En la práctica, fue realizado por medio de asistencia técnica y financiera para incrementar la recuperación de los países
europeos destruidos por la guerra y reorganizar la economía de los países capitalistas amenazados por el socialismo.

Lleva este nombre gracias a George Marshall, secretario de estado de Estados Unidos y Uno de los más grandes generales
del ejército Norteamericano durante a la segunda guerra.

Fue un proyecto que todo los norteamericanos lo apoyaron, tanto los republicanos y los demócratas.

Hoy en día se utiliza este término de plan Marshall para referirse a los proyectos de rescate económico de gran magnitud.

Contexto Histórico.

Con el final de la Segunda Guerra Mundial, muchos países quedaron destruidos. Era necesaria mucha inversión financiera
para la reconstrucción de estos países.

Antes hay que mencionar que hubieron dos grandes vencedores en la Segunda guerra: Estados Unidos y la Unión Soviética,
siendo que el primero era la representación del capitalismo en el mundo, y el segundo del socialismo.

Había, sin embargo, un gran choque ideológico entre los vencedores, y eso hizo que hubiera un nuevo conflicto conocido
como Guerra Fría.

El nombre fue escogido debido a los métodos elegidos para combate: el combate directo era evitado por los protagonistas,
ya que ambos tenían gran poder militar.

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Creían que ambos saldrían derrotados y traerían perjuicios a la humanidad en caso de combate directo y, por eso, la guerra
involucró una disputa constante por la dominación de la ideología y la expansión del área de influencia.

Estados Unidos creó entonces un plan que ayudaría a los países aliados al continente europeo y Capitalistas a recuperarse
tras la Segunda Guerra.

En este contexto, fue creado en Estados Unidos por el entonces secretario de Estado George Marshall, un plan económico
cuyo principal objetivo era posibilitar la reconstrucción de los países capitalistas. La ayuda se realizó principalmente a
través de préstamos financieros.

El Plan debe ser entendido dentro del contexto histórico de la Guerra Fría, pues fue una forma de fortalecer el capitalismo
y la hegemonía de Estados Unidos. El Plan se puso en funcionamiento en 1947.

Principales objetivos del Plan Marshall

● Posibilitar la reconstrucción material de los países capitalistas destruidos en la Segunda Guerra Mundial.

● Recuperar y reorganizar la economía de los países capitalistas, aumentando su vinculación con Estados Unidos,
principalmente a través de las relaciones comerciales.

● Hacer frente a los avances del socialismo presente, principalmente, en el este europeo y comandado por la
extinta Unión Soviética. Con la victoria soviética en la II Guerra Mundial, el prestigio de la URSS estaba en alta,
además de las tropas del Ejército Rojo estar estacionadas en países de Europa centro-oriental y el comunismo
tenía opción de crecer.

Historia del Plan Marshall.

El entonces presidente del país entre 1945-1953, Harry Truman, eligió a Marshall para el cargo debido a su desempeño
como jefe del Estado Mayor del Ejército durante la Segunda Guerra.

La admiración que el presidente tenía por ello aparece en la revista Truman, que escribió el 8 de enero, 1947, que »
Marshall es el hombre más grande de la Segunda Guerra Mundial (…) Y Tendremos un Departamento de Estado de verdad
ahora «.

El continente europeo estaba devastado por la guerra. Millones de personas habían muerto o heridas y centros
industriales y residenciales en Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, Polonia, Bélgica quedaron en ruinas.

El hambre era una realidad para millones de personas, pues buena parte de la actividad agrícola fue interrumpida por la
guerra.

En aquel momento, la única potencia occidental que no había sido destruida por la Segunda Guerra era los Estados Unidos,
Hablamos de Occidente porque por otro lado la Unión Soviética también estaba tomando mucha fuerza con la victoria en
la segunda guerra mundial.

Entre 1945 y 1947, los Estados Unidos ya estaba dando ayuda económica a Europa Occidental, así como la asistencia
militar a Grecia y Turquía y las Naciones Unidas (ONU), fundada en octubre de 1945, dicha ayuda humanitaria a los países
devastados por el conflicto.

El 5 de junio de 1947, el Departamento de Estado de Estados Unidos, bajo mando de Marshall, anunció el Programa de
Recuperación Europeo en solemnidad en la Universidad de Harvard.
188
El Secretario de Estado entendía que la clave para la restauración de la estabilidad política estaba en la recuperación de
las economías nacionales. Esta estabilidad era central, en el entendimiento de los Estados Unidos, para que los países de
Europa occidental pudieran contener avances comunistas en la región por parte de la Unión Soviética.

Así, el Plan era parte de la llamada Doctrina Truman, el nombre dado a la política exterior de marzo de 1947, cuando el
presidente hizo un discurso de lucha a la amenaza comunista.

Ante la grave crisis de los países europeos, se reunió durante los meses de junio y julio de 1947, en una conferencia en
parís, en la que también asistió la URSS, quien declino prontamente al darse cuenta de las intenciones estadounidenses y
obligo a sus países satélites a hacer lo mismo, dando como excusa que el plan era solo una forma de hacer crecer el
Imperialismo y la hegemonía americana.

Pese a todo lo que hizo la Unión Soviética para evitar el plan, 17 países aceptaron la ayuda y en septiembre de 1947 se
reunieron en parís. Esta conferencia tuvo 3 principales objetivo, los cuales están mencionados arriba.

Por cuatro años, a partir del 8 de abril de 1948, 17 países, recibieron ayuda proveniente del Plan.

Inicialmente, la ayuda vino en forma de cargamentos de comida, combustible y maquinaria, a fin de aprovechar el
desarrollo industrial. Para ello, las medidas previstas exigían la disminución de las barreras arancelarias entre los países,
el aflojamiento de regulaciones productivas y la adopción de procedimientos comerciales modernos.

Entre 1948 y 1952, las economías de los países ayudados por el Plan de Marshall crecieron como nunca antes y las
relaciones comerciales en el período llevaron a la formación de la Unión Europea.

Características del Plan Marshall.

La característica principal del programa fue la concesión de préstamos las tasas de interés bajas a los países europeos a
aceptar las condiciones impuestas por los estadounidenses, es decir, la compra de prioridad de sus productos, la política
de estabilización monetaria y anti-inflacionario, así como política de integración y cooperación intra-europea.

Reino Unido, Francia e Inglaterra fueron los países que recibieron más ayuda financiera de Estados Unidos a través del
Plan.

Resultado del plan.

El Plan fue exitoso y posibilitó, en las décadas de 1950 y 1960, la recuperación económica de gran parte de los países
beneficiados. Para los Estados Unidos el resultado también fue muy positivo, pues aumentó las exportaciones
norteamericanas hacia Europa Occidental, además de expandir la influencia política de EEUU sobre la región.

El Plan se mostró eficiente y garantizó altas tasas de crecimiento económico a los países de Europa Occidental en las
décadas posteriores al final de la II Guerra Mundial.

El plan sirvió para crear las bases del llamado Estado de Bienestar Social, que sería atacado a partir de la década de 1970.
Además, el Plan posibilitó la transnacionalización del capitalismo occidental, siendo uno de los motivos para la victoria de
la esfera de la influencia de EEUU en la Guerra Fría.

Con los países capitalistas fortalecidos, se hizo más fácil y seguro para el bloque capitalista hacer frente al socialismo
durante la Guerra Fría.

Punto 63: Irresolución del problema alemán. Bloqueo de Berlín, puente aéreo y construcción del muro
189
EL BLOQUEO DE BERLÍN

● INTRODUCCIÓN

El bloqueo de Berlín fue el cierre de las fronteras que compartían el Reino Unido y los Estados Unidos con la Unión
Soviética en el territorio alemán ocupado, y que se desarrolló entre el 24 de junio de 1948 y el 12 de mayo de 1949.

Fue impuesto por la Unión Soviética, y afectó principalmente a la zona oeste de Berlín, en ese entonces controlada por las
fuerzas de Estados Unidos, el Reino Unido y Francia.

Se aplicó como respuesta a la reforma monetaria impuesta por estos países. Los dos primeros decidieron aprovisionar la
parte occidental de la ciudad a través de los tres corredores aéreos que legalmente estaba obligada a permitir la URSS a
través de su territorio.

El bloqueo, que duró once meses, fue levantado por la Unión Soviética el 12 de mayo de 1949.

● EL DILEMA DE LAS FRONTERAS ALEMANAS

Zonas de ocupación

A fines de 1943, cuando ya era evidente que la Alemania nazi perdería la guerra, se celebró la Conferencia de Teherán
entre los aliados para discutir el problema del destino de Alemania. Ya entonces se decidió la expulsión de las poblaciones
alemanas de los Sudetes (Checoslovaquia) y Silesia (Polonia). Stalin propuso trazar la nueva frontera occidental polaca en
las orillas de los ríos Oder y Neisse. Esa propuesta no fue oficialmente aceptada por el resto de aliados, quienes temieron
una expansión de la influencia soviética hacia Europa Central, pero fue la que quedó establecida de facto. Nuevos intentos
de discutir el tema en la Conferencia de Yalta (1945) e incluso en la Conferencia de Potsdam, después de la capitulación
en 1945, resultaron infructuosos. Solo en 1990, tras la reunificación alemana, se aceptaron oficialmente a nivel
internacional los actuales límites orientales.

Las fronteras propuestas por Stalin se toleraron informalmente con una condición: los Estados alemanes ocupados por
las tropas soviéticas debían asumir, en su integridad, el pago de las compensaciones por la destrucción el ejército alemán
había dejado a su paso en las invasiones hacia el este. Era una carga enorme, habida cuenta, por un lado, que el corazón
productivo alemán se concentraba entonces en las regiones ocupadas por las tropas occidentales, y por otro, que los
mayores daños causados por la guerra estaban en el este europeo.

El este alemán estaba ocupado por tropas soviéticas, situadas en las regiones de Mecklemburgo-Pomerania Occidental,
Brandeburgo y partes de Sajonia y de Sajonia-Anhalt. La ciudad de Berlín, enclavada en medio del actual estado de
Brandeburgo, se hallaba en esta zona soviética. Sin embargo, en Berlín había tropas de los otros tres ejércitos aliados,
que habían llegado ahí de acuerdo a los pactos celebrados en la Conferencia de Yalta (1945).

Stalin intentó expulsar de diversos modos a las tropas de los aliados occidentales, pero la posición estratégica de esa
ciudad era demasiado apetecible para las otras potencias, que no cedieron y prosiguieron manteniendo tropas allí.
Finalmente los soviéticos reconocieron oficialmente, a finales de 1945, la existencia de zonas de ocupación francesa,
inglesa y estadounidense, a cambio de ocupar ellos el estado de Turingia y parte del estado de Sajonia, ocupados hasta
entonces por tropas estadounidenses.

A pesar de estar enclavada Berlín en la zona soviética y de requerir, por tanto, rutas de tránsito a través de la zona soviética
para comunicar las tres zonas de ocupación occidentales de Berlín con las correspondientes tres zonas de ocupación
occidentales de Alemania, los aliados occidentales dieron por supuesto el acceso y en las negociaciones con los soviéticos
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esta cuestión nunca fue planteada. El único pacto expreso se alcanzó en la Comisión de Control Aliado, el 30 de
noviembre de 1945. Allí, se establecieron tres corredores aéreos entre Berlín y Fráncfort del Meno, Hamburgo y
Bückeburg, en principio simbólicos pero que años más tarde resultarían decisivos.

● RAZONES DEL BLOQUEO DE 1948

El 16 de junio de 1948, las administraciones ocupantes anglo-estadounidenses, que formaban la Bizona, y la


administración francesa anunciaron que para el día 21 de junio se llevaría a cabo una reforma monetaria en la que el
devaluado Marco imperial se cambiaría por el Marco alemán para estabilizar así la economía de la Alemania ocupada.
Reanimada en parte por las inversiones del Plan Marshall, la economía alemana occidental estaba en condiciones de
independizarse de su deprimida contraparte oriental, que debía pagar la pesada carga de la reconstrucción de Europa
Oriental. El cambio de moneda impediría así el intercambio comercial entre los estados del oeste y del este, que hasta
entonces habían venido manteniendo un comercio bastante informal, vital para las zonas del este. La URSS rehusó que
su zona de ocupación utilizara la moneda impuesta por las potencias occidentales, en tanto ello privilegiaría la situación
económica de las zonas occidentales, sujetas a reactivación económica y estaba libre de la imposición de “indemnizaciones
de guerra” que gravaba toda la economía de la zona oriental.

Como contramedida, el 18 de junio las autoridades soviéticas comenzaron a detener el tráfico rodado y de ferrocarril de
acceso a las zonas de Berlín Occidental para evitar la fuga de Marcos imperiales hacia esas zonas. El día 23, la autoridad
soviética anunció su propia reforma monetaria para su zona de ocupación con la introducción del Ostmark (Marco de la
República Democrática Alemana), moneda que se iba a extender a todas las zonas de Berlín. Los poderes occidentales
protestaron por la sobre-extensión de la autoridad soviética por lo que extendieron su Marco alemán a sus zonas en
occidente, aunque reconocieron la circulación de los marcos del este. Por la tarde de ese mismo día 24, las autoridades
soviéticas establecieron un bloqueo total por carreteras, ferrocarriles y ríos, de la energía e inclusive el correo; aunque
oficialmente la clausura de esas rutas se adjudicó a razones técnicas. El propósito era que las potencias occidentales
abandonaran las zonas occidentales de Berlín, así como estrangular a los sectores occidentales de la ciudad sin llevar la
provocación al extremo de situar a los angloamericanos ante la tesitura de una nueva guerra a gran escala

Se ordenó a las tropas soviéticas cerrar el paso a especuladores con el control de mercancías y pasajeros de todos los
accesos terrestres a Berlín Occidental. Los soviéticos pidieron que se les encargara de todo el abastecimiento de la zona
occidental, a los que las tropas de ocupación occidentales se negaron. La población de Berlín Occidental comprendía
unos dos millones de habitantes, y no podía sobrevivir mucho tiempo sin comestibles, carbón y otros bienes de
importación. Pronto habrían tenido que rendirse, aceptando registrarse en la administración de racionamiento de Berlín
Oriental y consintiendo así, tácitamente, en formar parte de la zona soviética de Alemania.

● EL PUENTE AÉREO

La primera idea de los aliados occidentales consistió en llevar los bienes necesarios por un convoy armado a Berlín, pero
el plan no se ejecutó puesto que tales actividades suponían legalmente una invasión armada de la URSS, lo que podía dar
lugar a una guerra. En su lugar, el comando aéreo de Estados Unidos decidió abastecer la ciudad por vía aérea a través
de los tres corredores aéreos legalmente establecidos. El puente aéreo de Berlín, llamado también Operación Vittles se
inició el 25 de junio de 1948, con el aterrizaje del primer avión de carga C-47 en el aeropuerto Tempelhof, en Berlín.

Fue un proyecto realizado por las Fuerza Aérea de los Estados Unidos, la Real Fuerza Aérea, la Real Fuerza Aérea
Canadiense, la Real Fuerza Aérea Australiana, la Real Fuerza Aérea de Nueva Zelanda y la Fuerza Aérea Sudafricana.

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El plan era arriesgado porque unas cuatro mil toneladas de suministros al día parecían imposibles mediante vía aérea,
pero el número de aviones implicados en el puente aéreo creció constantemente. Los estadounidenses tuvieron que ser
asistidos por el resto de sus aliados, pues también aviones británicos y franceses asumieron algunas misiones de vuelo.
Por año, fueron 200 000 vuelos, con 4700 toneladas diarias.

Los primeros resultados de julio y agosto fueron decepcionantes, pero poco después los aliados occidentales
establecieron un sistema de desembarque, mantenimiento de aviones y mejoramiento de pistas de aterrizaje en
colaboración con los berlineses del oeste, por lo cual en septiembre de 1948 el puente aéreo resultó plenamente
eficiente, suministrando adecuadamente con alimentos, combustible, productos de consumo, e inclusive maquinaria
pesada (dividida en piezas), a la población de Berlín Occidental.

Al cabo de unos meses, Berlín recibía unos novecientos vuelos cada día que la abastecían con más de nueve mil toneladas
diarias de bienes. La propaganda estadounidense mostró así que el bloqueo impuesto por la URSS resultaba inútil; por
su parte, la propaganda soviética afrontaba dificultades para explicar que EE. UU y sus aliados pudieran suministrar a
Berlín Occidental con toda clase de productos, inclusive de una manera más eficiente que el régimen soviético en Berlín
Oriental, que tenía todas las fronteras abiertas.

El invierno boreal que empezó en noviembre de 1948 causó serias dificultades al suministro, y en diciembre aumentaron
los problemas para continuar los vuelos. La URSS consideró que la llegada del invierno mostraba la imposibilidad de
sostener el puente aéreo todos los meses del año, pero la situación cambió en enero. Para sorpresa de ambos bandos, el
frío permitió vuelos en cantidad suficiente desde los primeros días de 1949, motivando inclusive migraciones de
berlineses orientales, deseosos de beneficiarse de la administración del lado occidental.

La Unión Soviética no intervino para impedir el bloqueo por la fuerza, ya que esto suponía incumplir los términos del
mismo acuerdo que les legitimaba para mantener el bloqueo. Sin embargo, algunos accidentes provocaron sesenta y cinco
muertes entre los pilotos y la población. Para la Semana Santa de 1949, el mando militar aéreo estadounidense planificó
una gran exhibición de propaganda para elevar la moral de Berlín Occidental y, en el Domingo de Resurrección, logró
suministrar casi 13.000 toneladas de carbón durante 48 horas seguidas a Berlín Occidental, en un golpe impactante de
propaganda estadounidense.

Mientras tanto, en los días previos y posteriores al “gran vuelo de Pascua”, los aviones estadounidenses habían arrojado
sobre Berlín Occidental cajas con chocolates y caramelos destinados a los niños de la ciudad mediante aviones C-47, que
la población berlinesa apodó Rosinenbomber (‘bombardeos de pasas’). Estos productos alimenticios eran muy escasos en
las dos zonas de Berlín, y la propaganda soviética nuevamente tuvo dificultades para sostener ante los berlineses
orientales el prestigio de la URSS ante la exhibición de abundancia y eficiencia que hacía la aviación estadounidense.

El puente aéreo a Berlín consagró un vuelco en la manera de considerar a los alemanes y, en general, a los desplazados
centroeuropeos. Al acabar la contienda mundial en 1945, existía auténtica antipatía hacia los germanos, contemplados
todos ellos como nazis. La liberación de los campos de exterminio y concentración confirmó todas las especulaciones
sobre la malignidad del hitlerismo. La dureza de la penetración del Ejército Rojo en tierras alemanas fue saludada, desde
Occidente, como un castigo más que merecido al que, por otra parte, no se daba demasiada relevancia. Abundaban las
propuestas para reeducar, de una vez por todas, la mentalidad del pueblo alemán: el más famoso de tales proyectos fue
el Plan Morgenthau, que culpaba a la gran industria de fomentar el nazismo y preveía la reducción de Alemania a una
economía agraria; pero para quienes consideraban que todo había sido responsabilidad de los grandes terratenientes
también se proyectaron toda suerte de reformas agrarias. Sin embargo, la realidad compleja de la “desnazificación”, en
un lado y otro de la Alemania dividida, pronto cambió las actitudes oficiales: americanos y soviéticos iniciaron una
auténtica carrera para usar en provecho propio los conocimientos prácticos generados por el régimen alemán en los
192
años anteriores. Eso significó secuestrar a físicos o liberar a especialistas en cohetes, pero también manejar las noticias
de todo orden que podían facilitar los cuadros de los servicios de información germanos. Por otra parte, las imágenes de
niños alemanes hambrientos, mendigando entre las ruinas de ciudades literalmente allanadas, truncó la aversión antinazi
de norteamericanos y británicos en una mezcla de generosidad y clemencia, muy acorde con los tiempos del Plan
Marshall.

● FIN DEL BLOQUEO

El puente aéreo estaba cercano a cumplir casi un año, periodo que había supuesto también un gran esfuerzo financiero
a los aliados occidentales, que esperaban urgentemente una ocasión para ponerle fin, aunque el gobierno soviético
mantenía cortadas las comunicaciones terrestres con Berlín.

Mientras tanto el gobierno de la Unión Soviética podía apreciar que el bloqueo no llevaba a los resultados esperados,
pues la población de Berlín Occidental mostraba ahora más adhesión que nunca a los EE. UU y sus aliados, mientras la
URSS y su régimen se hacían muy impopulares, sobre todo en Berlín Este. Para colmo, el hecho de que los
estadounidenses y británicos hubieran sostenido el suministro de modo exitoso durante tantos meses era un triunfo de
la propaganda “pro-occidental” inclusive entre los alemanes de Berlín Oriental, que disfrutaban de un menor nivel de
vida que sus vecinos occidentales pese a no ser víctimas del bloqueo. El propio éxito del puente aéreo se tornó así en una
humillación para la propaganda soviética, por lo cual el régimen de Stalin ordenó levantarlo unilateralmente el 12 de
mayo de 1949, aunque de vez en cuando volvieron a aplicar represalias del mismo estilo.

Sin embargo, el bloqueo de Berlín tuvo importantes consecuencias:

1) La primera de todas fue que marcó el punto de inicio formal de la Guerra Fría: la confrontación Este-Oeste era ya
evidente. Pero el pulso no había llegado al enfrentamiento directo, lo que justificaba el apelativo de “fría” aplicado a
esa peculiar contienda y marcaba un nuevo estilo de tensión internacional.

2) Por otra parte, durante la crisis los aliados occidentales estrecharon su alianza hasta constituir, en abril de 1949, la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) como bloque defensivo ante los soviéticos. Ello significaba que
los Estados Unidos, líderes del proyecto atlantista, renunciaban formal y permanentemente a su política de
aislacionismo militar.

3) Pero la encarnizada disputa por Berlín era en sí misma la expresión de un empate: la brusca desaparición de Alemania
como gran potencia regional había dejado un enorme hueco en el centro de Europa que soviéticos y occidentales
sólo habían sabido llenar con un rompecabezas de sectores militares de ocupación. Esa contradicción marcaba toda
la situación continental

EL MURO DE BERLÍN

● INTRODUCCIÓN

El Muro de Berlín fue un muro de seguridad que formó parte de la frontera inter-alemana desde el 13 de agosto de 1961
hasta el 9 de noviembre de 1989. Rodeaba y separaba la zona de la ciudad berlinesa encuadrada en el espacio económico
de la República Federal de Alemania (RFA), Berlín Oeste, de la capital de la República Democrática Alemana entre esos
años. Es el símbolo más conocido de la Guerra Fría y de la división de Alemania. Este muro era denominado en la República
Democrática Alemana (RDA) como Muro de Protección Antifascista y por parte de los medios de comunicación y parte de
la opinión pública occidental como “muro de la vergüenza”.

● ANTECEDENTES Y DESARROLLO
193
Un primer momento de tensión se manifestó con el Bloqueo de Berlín. Pocos días después del fin de este, más
concretamente el 23 de mayo de 1949, era creada la República Federal Alemana, lo que fue una provocación para el
poder de los soviets, ya que ello implicaba que el Estado representaba a toda Alemania y su población, provocación que
fue respondida por desde Moscú con la creación de la República Democrática Alemana, la cual también no renunció a su
derecho de representar a todos los alemanes. La división de Alemania ya era un hecho.

Sin embargo, en el año 1952 hubo todavía una última oportunidad para la reunificación. En ese año, Stalin envió una
nota ofreciendo a los otros ocupantes de Alemania una proposición de paz y la realización de unas elecciones libres para
una Alemania unificada y neutral. La propuesta fue rechazada de inmediato tanto por los gobernantes de Francia,
Inglaterra y EEUU, como también por el Canciller de la RFA en aquel tiempo, Konrad Adenauer, debido a la orientación
pro-occidental de la política externa de la RFA.

Pero, ¿era la oferta de Stalin sincera o tenía alguna intención secreta? Es cierto que la oferta de Stalin pudo deberse a que
en 1952 la RDA experimentaba dificultades, tanto en el terreno económico como en el social; para 1952, los estándares
de vida de los germanos del este promedio, se habían reducido en comparación con 1947. Sin embargo, no es menos
cierto que al mismo tiempo en el que la oferta fue realizada, la Unión Soviética y los otros aliados estaban trabajando en
común para la creación de una Austria neutral y libre de la influencia de alguno de los bloques. Lo mismo ocurrió en
territorio finlandés, donde se respetó la libertad de Finlandia por parte de la URSS a cambio de su neutralidad.

Por lo tanto, para el autor de este texto, la oferta de Stalin era sincera en términos de crear una Alemania unificada y
neutral que actuase junto a Austria y quizás Yugoslavia de zona tapón entre los dos bloques, lo que otorgaría una
seguridad extra a la Unión Soviética respecto a su zona de influencia en Europa. Fuera como fuera, no hubo diálogo para
la reunificación y los problemas económicos de la RDA llevaron a que el gobierno de la SED (partido socialista unificado)
anunciase en junio de 1953 un aumento del nivel de producción, lo cual agravó los problemas sociales que se venían
manifestando en la Alemania Socialista. Todo ello desembocó en un descontento social que provocó un levantamiento
popular entre los días 16 y 17 de junio, que se extendió desde Berlín a otras ciudades del este de Alemania y que finalizó
con el contrataque del Grupo de Fuerzas Soviéticas en Alemania y la Volkspolizei (Policía Popular Alemana).

Cuatro días más tarde, a día 21 de junio "cuando el Comité Central de la SED se reunió (...)" si las masas de trabajadores
no entienden el partido ", dijo alguien," entonces el partido es culpable, no los trabajadores ". No obstante, la línea oficial
del ejecutivo encabezado por Walter Ulbricht, explicó que "el levantamiento había sido producto de agentes provocadores
fascistas, que operaban a instancias de Eisenhower, John Foster Dulles y sus títeres en Bonn".

Dos años después, a 5 de mayo de 1955, la RFA entraba a formar parte de la OTAN, mientras que el 14 de mayo de ese
mismo año, la RDA entraba a formar parte del Pacto de Varsovia, por lo tanto, "la división de Alemania que comenzó en
1947-1948 llegó a su fin". Sin embargo, no fue hasta tres años más tarde que Berlín “volvió” a la primera página de las
tensiones de la Guerra Fría.

El día 27 de noviembre de 1958, Nikita Krushchev envió un ultimátum a los embajadores de las naciones ocupantes de
Berlín que decía así: “Occidente debe aceptar firmar un tratado de paz alemán dentro de los seis meses. También debe
"liquidar el régimen de ocupación" y convertir a Berlín Occidental en una "ciudad libre" desmilitarizada. Si Occidente no
aceptara esto, Kruschev firmaría unilateralmente un tratado con la RDA y cedería todo el control de acceso a Berlín a los
alemanes orientales".

El ultimátum tenía el objetivo de forzar al bloque capitalista a negociar y no de iniciar un posible conflicto diplomático
o peor aún, un armado. Tres años después, en la cumbre entre el presidente estadounidense J. F. Kennedy y Nikita
Krushchev en Viena, no se alcanzó ninguna solución para el problema de Berlín. Ya en esta altura, el asunto de Berlín

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comenzaba a ser todavía más dramático y preocupante. Después del fracaso de Bahía de Cochinos (Cuba) en abril de 1961,
la situación entre ambas potencias era de máxima tensión respecto a la cuestión berlinesa.

A poco tiempo de comenzar la construcción del muro, los gobiernos de los países que formaban parte del Pacto de
Varsovia se reunieron para tratar la cuestión de Berlín. En la reunión, Krushchev intentó apelar a la solidaridad de los
demás países del Pacto para ayudar a la RDA con sus problemas. Sin embargo, los países rechazaron la proposición,
quedando Krushchev indefenso ante las posiciones de Walter Ulbricht y los otros miembros de la burocracia política del
SED, de cortar el flujo de población por cualquier medio, inclusive la construcción de un muro.

Pero, ¿por qué tuvo la oportunidad el entonces Secretario General del SED de presionar y ganar la batalla ante Krushchev?
Simplemente porque desde que la Unión Soviética intervino con sus tropas para sofocar el levantamiento en la RDA en
1953, Walter Ulbricht "tenía la capacidad, cuando quería, de chantajear a sus homólogos soviéticos" ya que la
intervención de las tropas rojas respaldó al ejecutivo de Ulbricht en el sentido de que era ese ejecutivo y no otro el
correcto para liderar el proyecto de una Alemania Socialista.

● EL ÉXODO EN DIRECCIÓN A LA RFA

En el punto anterior no se analizaron los movimientos de población que se dieron entre 1949 y 1960. Será en este punto
donde, de forma general, hable sobre la emigración desde la RDA hacia la RFA, suponiendo ésta la principal causa de
construcción del muro.

Las cifras sobre la emigración de la RDA hacia la RFA son distintas dependiendo de qué fuentes sean las consultadas. Sin
embargo, las cifras no son tan importantes como el facto verídico de que hasta la construcción del muro de Berlín la RDA
estaba perdiendo a sus mejores y más brillantes jóvenes, lo cual lastraba en gran medida el crecimiento económico del
proyecto socialista del SED.

Las cifras de emigración alcanzan niveles exorbitantes en los meses inmediatamente anteriores a la construcción del
muro; en mayo de 1961, 17.791 huyeron a través de Berlín Occidental, 19.198 en junio, y luego 12.578 solo en las dos
primeras semanas de julio. Durante ese mismo año y para justificar esa vorágine de emigración, el gobierno de la RDA
comenzó a argumentar que esas cifras no se explican por un descontento en algunos sectores de la población respecto al
sistema socialista, sino que "se habló de" tráfico de personas ", de ciudadanos inocentes de Alemania del Este atraídos
por sobornos hacia el oeste, incluso secuestrados en las calles (...) La RDA quedó indefensa frente a los trucos y artimañas
de Occidente".

Por último, si bien es cierto que los motivos económicos fueron la principal razón para el abandono de la RDA, no tenemos
que deducir que ese fue el único motivo. Tenemos que tener en cuenta la primacía del SED en el ámbito político,
económico y social, lo que podría perjudicar a algunas personas que no comulgaran con las ideas del partido de
“vanguardia” y la creación de la Stasi (Ministerio para la Seguridad del Estado). Este último organismo favorecía la
creación de un régimen policial, lo cual a su vez favorecía la delación (denuncia que hace alguien de un hecho censurable)
entre amigos, familiares, novios y casados, tal y como se pudo observar con la investigación de los archivos tras la caída
del muro.

● LA LLEGADA DEL MURO

El día 13 de agosto de 1961 es la fecha que se usa para señalar el comienzo oficial de las obras para el levantamiento del
muro de Berlín.

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La primera reacción de las potencias occidentales respecto al muro fue de precaución y de cierto grado de indiferencia
tal y como prueban las palabras de Willy Brandt al ser preguntado por sus colaboradores; "al menos esas mierdas ahora
enviarán algunas patrullas a la frontera (...)" Entonces los berlineses no pensarán que están solos". Pero el muro no sólo
produjo indiferencia, sino que también alegría en el seno interno de algunas élites intelectuales occidentales; "en
privado, la élite francesa todavía encontraba la división existente de Berlín y de Alemania, perfectamente satisfactoria".

Respecto al lado comunista, el buró político de la SED se mostraba tranquilo de cara al público, pero en privado el
nerviosismo se apoderaba de los miembros del politburó; sin embargo, debajo de la fachada de auto gratificación, el
estado SED era tan inseguro y paranoico como siempre.

Pasadas algunas horas de la edificación de la estructura de metal y alambre de espino, el gobierno de la RDA remitió una
nota oficial donde se garantizaba que una vez las fronteras fueran aseguradas, el acceso a Berlín Este no estaría
restringido para ninguna persona, excepto para los provocadores. Ahora bien, el término provocador era muy ambiguo,
por lo que quedaba sujeto a la interpretación de las autoridades de la RDA. Sin embargo, atendiendo a la tarea que le fue
asignada al Mariscal Konev, podemos comprobar que el verdadero objetivo del muro era contener a la población de
Berlín Este más que de protegerse contra futuras amenazas y provocaciones. Sin embargo, a pesar de la construcción de
una barrera física, los intentos por salir de la RDA en dirección al sector capitalista de la ciudad no se detuvieron, por lo
cual los dirigentes de la SED tomaron nuevas medidas como reforzar la estructura física o imponer una disciplina militar
entre los guardas fronterizos que tenían orden de evitar cualquier deserción usando los medios que fueran necesarios
para su deber; "el 6 de octubre, el Ministro de Defensa, bajo cuyo control ahora estaban las fuerzas fronterizas, emitió
una orden en la que estipulaba: 'Se puede usar un arma de fuego en la medida en que sea necesario para los fines que se
quieren lograr', "era evitar que el individuo que huye llegara al suelo occidental a toda costa".

Poco tiempo después de estas medidas, más concretamente el 28 de octubre de 1961, los tanques soviéticos se
encontraron frente a frente con los tanques estadounidenses en Checkpoint Charlie. Esta muestra de fuerza por parte
de los dos líderes de la Guerra Fría significó que "después de ese día, los estadounidenses ya no forzaron la entrada de su
personal civil a Berlín Oriental, y ni los alemanes orientales ni los soviéticos hicieron intentos serios para bloquear el
acceso. La crisis había terminado". La esperanza de un final de la crisis de Berlín con una pronta reunificación de las dos
alemanias debía ser abandonada.

● LA CONSTRUCCIÓN DEL MURO

El plan de la construcción del Muro de Berlín fue un secreto de Estado de la administración de la RDA. El muro fue erigido
a instancias del Partido Socialista Unificado de Alemania (los trabajos se llevaron a cabo bajo la dirección y la vigilancia
de la Volkspolizei y de soldados del Ejército Popular Nacional).

De hecho, los aliados occidentales fueron informados del acordonamiento de Berlín Oeste por los miembros del plan
“Medidas drásticas”, pero fueron sorprendidos por el calendario y la amplitud de las barreras. El acceso directo a Berlín
Oeste no se cortó, ni fue interrumpido con fuerzas militares. El Servicio Secreto de la RFA (BND) ya disponía de información
similar desde mediados de julio.

El 11 de agosto, la Cámara Popular (Parlamento de la RDA) aprobó los resultados del Consejo de Moscú y autorizó al
Consejo de Ministros de la RDA a emprender las medidas correspondientes. El Consejo de Ministros de la RDA decidió el
12 de agosto emplear a las fuerzas armadas para ocupar la frontera de Berlín Oeste y construir el muro.

En la noche del 12 al 13 de agosto de 1961, sin previo aviso, se construyó el muro entero, quedando el 13 de agosto sin
construir una pequeña parte, fuertemente vigilada por la policía socialista. Las personas cuyas casas estaban en la línea

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de construcción fueron desalojadas. Empezaron a sellar los accesos a Berlín Oeste soldados del Ejército Popular Nacional,
5000 miembros de la policía fronteriza alemana (precursora de las Tropas Fronterizas), 5000 miembros de la Policía
Popular y 4500 miembros de las brigadas. Tropas soviéticas se apostaron para un eventual combate en la frontera aliada.
Todos los medios de transporte que comunicaban ambos lados de Berlín fueron detenidos. Sin embargo, las líneas del
ferrocarril elevado y subterráneo de Berlín Occidental que circulaban bajo Berlín Este siguieron funcionando, aunque sin
detenerse en las estaciones orientales, que quedaron como estaciones fantasma. Sólo una de las líneas afectadas de la
estación (calle) permaneció en servicio, aunque bajo estrictos controles.

Erich Honecker, como secretario del Comité Central, fue responsable de la planificación y realización del muro en nombre
de la dirección del SED. Hasta septiembre de 1961 desertaron 85 hombres de las fuerzas de vigilancia, además de 400
civiles en 216 escapadas.

El gobierno de la RDA alegó que era un “muro de protección antifascista” cuyo objetivo era evitar las agresiones
occidentales, y que la construcción del muro era consecuencia de la política de Alemania Federal y sus socios de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Decían desde la Alemania Oriental que ningún muro hubiera sido
necesario si Berlín Occidental no fuera una “espina en el costado de la RDA”, como lo había definido su alcalde Willy
Brandt, en el sentido de que era un exclave de otro Estado inserto en el corazón de Alemania Oriental. Esta visión era
compartida por los demás países del Pacto de Varsovia, los cuales veían la rivalidad entre ambas Alemanias como un
reflejo de la rivalidad entre los dos grandes pactos militares de la época. De todos modos, las autoridades de la RDA
también reconocían que entre los objetivos del muro estaba evitar la emigración masiva o “fuga de cerebros”.

La versión de las autoridades de la RFA y la visión generalizada en el mundo capitalista u Occidente fue que esta
justificación no servía más que para matizar el que era, según ellos, el único propósito: impedir que los ciudadanos de
la RDA entraran en Berlín Occidental y, por lo tanto, en Alemania Federal.

Los alemanes orientales no controlaban todo el tráfico entre el Berlín Occidental y la Alemania Federal y, en este sentido,
se argumentó que las defensas del muro estaban diseñadas para funcionar desde el interior de la Alemania Oriental; las
minas de fragmentación SM-70 montadas en el muro estallaban al intentar escalarlo desde el interior, las defensas contra
vehículos estaban situadas en el lado de Alemania Oriental y el muro de cuarta generación estaba hecho de secciones de
hormigón armado con la base más larga en el interior de la RDA.

El muro medía más de 120 km. La construcción inicial fue mejorada en forma regular. El “Muro de la cuarta generación”,
que empezó a construirse en 1975, era de hormigón armado, tenía una altura de 3,6 m y estaba formado por 45.000
secciones independientes de 1,5 m de longitud. Su costo fue de 16 155.000 marcos de la Alemania Oriental. Además, la
frontera estaba protegida por una valla de tela metálica, cables de alarma, trincheras para evitar el paso de vehículos, una
cerca de alambre de púas, más de 300 torres de vigilancia y treinta bunkers.

Al principio, sólo había un paso para los alemanes orientales en la Friedrichstraße; las potencias occidentales tenían dos
puntos de control: en Helmstedt, en la frontera entre Alemania Oriental y la parte principal de Alemania Federal, y
Dreilinden, en la frontera sur de Berlín Oriental.

Se contabilizaron unas 5000 fugas a Occidente; 192 personas murieron por disparos al intentar cruzarlo y otras 200
resultaron heridas; 57 se fugaron a través de un túnel de 145 metros cavado por los occidentales, en los días 3, 4 y 5 de
octubre de 1964.

● LAS VÍCTIMAS DEL MURO

197
Probablemente, las repercusiones humanas de la construcción del muro sean las menos estudiadas por la historiografía,
pero paradójicamente y al mismo tiempo, son las más importantes. No fue ni Konrad Adenauer, ni Walter Ulbricht, ni
Khrushchev, ni J. F. Kennedy los que sufrieron la división de Berlín en primera persona. Los verdaderos perjudicados fueron
algunos habitantes de Berlín, los cuales observaron cómo sus vidas cambiaron radicalmente de un día para otro por
agentes externos que estaban fuera de su control y su comprensión. Existen casos muy famosos de personas que
consiguieron cruzar el muro. Se calcula que unas 5.000 personas cruzaron el muro con éxito entre 1961 y 1989. Sin
embargo, no todos los intentos de cruzar al otro lado tuvieron éxito, ya que se calcula que 191 personas perdieron su vida
intentando cruzar el muro. Así también aquellas personas que vivían en el este de Berlín, pero por diferentes razones
estudiaban y/o trabajaban en el oeste. La suerte de esas personas fue dispar con el cierre de la frontera. Algunas pudieron
continuar desempeñando en el este sus estudios o trabajos sin mayor problema, pero otros no tuvieron esa oportunidad.
Especialmente aquellos que cursaban en “West Berlin” disciplinas relacionadas con las ciencias sociales.

● LA CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN

El Muro de Berlín cayó en la noche del jueves 9 al viernes 10 de noviembre de 1989, 28 años después de su construcción.
La apertura del muro, conocida en Alemania con el nombre de die Wende (El cambio), fue consecuencia de las exigencias
de libertad de circulación en la ex RDA y las evasiones constantes hacia las embajadas de capitales de países del Pacto
de Praga y Varsovia y por la frontera entre Hungría y Austria, que impuso menos restricciones desde el 23 de agosto.
En septiembre, más de 13.000 alemanes orientales emigraron hacia Hungría. Poco después comenzaron manifestaciones
masivas en contra del gobierno de la Alemania Oriental. El líder de la RDA, Erich Honecker, renunció el 18 de octubre de
1989, siendo reemplazado días más tarde por Egon Krenz.

Tras el 6 de noviembre se hizo público el proyecto de una nueva legislación para viajar, que recibió duras críticas, y el
gobierno checoslovaco protestó por vías diplomáticas por el aumento de la emigración desde la RDA a través de
Checoslovaquia. El SED decidió, el 7 de noviembre, regular los viajes al exterior, facilitándolos. El 9 de noviembre se
promulgó un plan que permitía obtener pases para viajes de visita. Se elaboró un modelo en el Consejo de Ministros,
que se decidió ese mismo día antes de las 18:00 y que debía ser publicado y difundido en forma de circular a las 4:00 del
día siguiente por las agencias de noticias, aunque hubo una objeción al procedimiento por parte del Ministerio de Justicia.
En paralelo, el modelo del Ministerio fue estudiado y aprobado en el Comité Central.

El miembro del Politburó del SED Günter Schabowski anunció en una conferencia de prensa, retransmitida en directo por
la televisión de Alemania Oriental, que todas las restricciones habían sido retiradas y, creyendo que podrían pasar sin
ningún trámite al otro lado, decenas de miles de personas fueron de inmediato al muro, donde los guardias fronterizos
no se atrevieron a disparar y al fin abrieron los puntos de acceso. Schabowski acabó la conferencia de prensa a las 18:53.
Se encontraban sobre el podio junto a Schabowski los miembros del Comité central del SED Helga Labs, Gerhard Beil y
Manfred Banschak. La cuestión se remitió a las actas de la conferencia de prensa.

Gracias a los anuncios de las radios y televisiones de la RFA y Berlín Oeste bajo el título “¡El Muro está abierto!”, muchos
miles de berlineses del Este se presentaron en los puestos de control y exigieron pasar al otro lado. Ni las tropas de
control de fronteras ni los funcionarios del ministerio encargados de regularlas estaban informados. Sin una orden, bajo
la presión de la gente, el punto de control de Bornholmerstraße se abrió a las 23:00, seguido de otros puntos de paso,
tanto en Berlín como en la frontera con la RFA. Muchos telespectadores se pusieron en camino. A pesar de todo, la
verdadera avalancha tuvo lugar a la mañana siguiente. Muchos durmieron toda la noche para asistir a la apertura de la
frontera el 10 de noviembre.

Muchos jóvenes alemanes orientales, con pequeñas mochilas al hombro, vacilaron antes de saltar el Muro. Una hora
antes, sólo aventurarse cerca de la barrera habría significado la muerte inmediata. Pero ahora muchas manos desde el
198
otro lado se extendieron para ayudarlos. Como tantos otros, esa larga noche del jueves 9 de noviembre, saltaron
finalmente las barreras que fueron completamente inútiles, paseándose felices por las iluminadas calles de Berlín
Occidental.

Otros, en tanto, con martillos e improvisadas picas en las manos, compartieron desde arriba del muro la alegría de
derribarlo trozo a trozo, muy cerca de la imponente puerta de Brandenburgo. Desde lejos los sombríos policías de la ex
RDA observaban recelosos, pero por el otro lado los improvisados anfitriones occidentales se fundieron en un emocionado
abrazo con sus visitantes. El canciller de Alemania Federal, habiendo interrumpido abruptamente su viaje a Polonia,
acompañado de Willy Brandt y otras personalidades, se mezclaron con la multitud para dar la bienvenida a los recién
llegados.

Los ciudadanos de la RDA fueron recibidos con entusiasmo por la población del Oeste. La mayoría de los bares cercanos
al muro daban cerveza gratis y los desconocidos se abrazaban entre sí. En la euforia de esa noche, muchos occidentales
escalaron el muro. Cuando se conoció la noticia de la apertura, se interrumpió la sesión vespertina del Bundestag en Bonn
y los diputados entonaron en forma espontánea el Himno de Alemania.

Punto 64: El expansionismo soviético. Primavera de Praga. Doctrina Breznev. El Comitern y Comecom

Tras la II Guerra Mundial en los países de la Europa del Este que fueron ocupados por el Ejército Rojo. De una cierta
tolerancia en un primer momento a otras fuerzas políticas, se pasa en el contexto de aumento de la tensión entre las dos
superpotencias entre 1947 y 1949 a la implantación plena de regímenes hechos a la imagen y semejanza de la Unión
Soviética, copiando incluso su Constitución de 1936. Esta expansión del modelo comunista se da a través de los partidos
socialista como único partido y se implementan medidas similares a las llevadas a cabo por Stalin.

Pero cuando la dictadura totalitaria de Stalin desaparezca tras su muerte en 1953, y el control soviético se relaje en el
clima de desestalinizacion, varios países intentarán escapar del comunismo y llegar al capitalismo, el caso modélico es
Hungría en 1956, un intento vano que acabó con la invasión de las tropas del Pacto de Varsovia.

Es preciso aclara que Stalin hasta su muerte gobernó la unión soviética implantado una verdadera dictadura individual y
un exagerado culto a la personalidad a través del terror policial y gracias a la propaganda política y el prestigio que le dio
su victoria ante los nazis. Tras su muerte Nikita Kruschev iniciará la desestalinizacion en la que denuncia los crímenes de
Stalin y critica el militarismo salinista apoyándose en las ventajas de la coexistencia pacífica. Su caída surge por la acusación
de concentración de poderes, además de su mala política interna y exterior. Dando paso a la era de Breznev, este fue
nombrado secretario del partido.

El segundo intento de escapar del bloque socialista llegará en 1968 en Checoslovaquia en la llamada Primavera de Praga,
Breznev recurrirá a la fuerza y pondrá en práctica la doctrina que lleva su nombre, que quiere decir que estos países tienen
una soberanía limitada. A continuación, se explica la situación rumana clave para entender la primavera de Praga.

Semidesidencia rumana

En la década de los sesenta, la disminución del prestigio soviético, debido en parte a la contestación ideológica de Pekín,
tuvo profundas repercusiones sobre la cohesión del «campo socialista» europeo. La semidisidencia rumana y después el
episodio de la «Primavera checoslovaca» fueron los signos más visibles de la nueva crisis del Pacto de Varsovia.

La semidisidencia rumana se manifiesta desde 1961 en el campo económico socialista. Nikita Kruchev había descubierto
la realidad económica de la integración europea, a la que no se la consideraba ya sometida a los imperativos políticos y
militares y condenada a un fracaso económico inevitable. En su búsqueda de una estrategia ante los éxitos de la CEE,

199
defiende una mayor integración económica del mundo socialista, la especialización de tareas entre los diversos países
socialistas. Pero Rumanía es uno de los Estados menos desarrollados en el este de Europa: Una especialización socialista
podía petrificar esta situación y mantener a Rumanía en su condición principalmente agrícola.

La economía servirá de revelador, de «punto de cristalización» de los resentimientos nacionales. La declaración rumana
de abril de 1964 se inspiraba, aunque en un tono menos polémico, en las «propuestas» chinas. De hecho, tras haber
decidido guardar una neutralidad política total entre la URSS y China, Rumanía intensifica las relaciones económicas con
Pekín, se reconcilia con Albania y en febrero de 1964 se opone a la convocatoria de una conferencia internacional de
partidos comunistas pro soviéticos cuya finalidad sería condenar a China.

El primer secretario del partido acentúa su línea de independencia nacional, descartando el modelo internacionalista de
la URSS, también cierra el centro cultural Máximo Gorki y suprime la enseñanza obligatoria del ruso, el voto de Rumanía
en las Naciones Unidas ya no está necesariamente alineado con el de la URSS. Bucarest se negará a participar en la
intervención del Pacto de Varsovia en Praga en agosto de 1968 y se distanciará todavía más de la esfera soviética al acoger,
en mayo de 1968, al general De Gaulle y en 1969 al presidente Nixon.

LA PRIMAVERA DE PRAGA

Los rumanos se habían alejado del campo socialista europeo sin tomar medidas de liberación internas. El caso
checoslovaco es diametralmente opuesto. Este es el capítulo más emblemático del rebrote nacional y de reivindicación
de la identidad propia que suceden en la Europa comunista. La desestalinización y el agitado panorama político en Europa
Oriental a mediados de los cincuenta, cercenó también la unidad del Partido Comunista aflorando tendencias divergentes.
El debate, en manos de escritores, científicos, estudiantes y periodistas, se trasladó desde principios de los sesenta de los
foros políticos a la calle.

En 1960 la nueva Constitución checoslovaca convertía al país en una República Socialista, ajustándose a los criterios de
disciplina dentro del bloque. A partir de 1962, Novotny, dirigente estalinista que había sobrevivido a las depuraciones de
Kruschev, adoptó tímidas medidas aperturistas, como la creación de una comisión para la revisión de los procesos políticos
de la década anterior, la apertura de la frontera a los turistas occidentales desde 1963-1964 y una censura menos estricta.
Estas medidas contribuyeron a generar un clima de mayor apertura en el que comenzaron a plantearse abiertamente
críticas a Novotny y su entorno.

El rumbo de la economía contribuyó a degradar la estabilidad del orden social. A la culminación de la colectivización que
tuvo lugar entre 1959 y 1960 y la resistencia pasiva de los trabajadores del campo, se sumaron las malas cosechas, el
entorpecimiento de la producción por la presión de la burocracia o los reajustes en la política productiva de acuerdo con
las necesidades del CAME (COMECON) y no las específicamente nacionales. En junio de 1967 afloró a la luz pública la crisis
que se estaba gestando.

En el IV Congreso de Escritores reunidos en Praga a partir del día 29, se denunció la campaña antiisraelí de las autoridades
oficiales, en el contexto de la Guerra de los Seis Días y exigieron, asimismo, la libertad de prensa. Novotny reclamó duras
sanciones contra aquellos intelectuales, lo que provocó la inmediata reacción de los liberales checos y eslovacos liderados
por Alexander Dubcek. El conflicto entre Novotny y Dubcek era no sólo un enfrentamiento entre un conservador y un
liberal, sino también la confrontación entre el clan checo y el clan eslovaco. A finales de ese año Novotny renuncio.

De manera que Checoslovaquia, que había sido considerada durante largo tiempo como un satélite de plomo, inicio un
fuerte movimiento de renovación de su sistema político tras la dimisión forzada del antiguo estalinista Novotny en el que
le cedió la dirección del partido al muy liberal secretario del partido eslovaco Dubcek.

200
El 5 de enero de 1968 amaneció el país con Alexander Dubcek como primer secretario del Partido. Entre las primeras
medidas adoptadas por Dubcek destacaron la abolición de la censura y concesión de la libertad de opinión y la libertad
religiosa, reconocida en la Constitución pero nunca plasmada en la práctica. Se intentó, asimismo, dar una solución al
problema eslovaco comprometiéndose a elaborar un estatuto particular que crease un marco de igualdad respecto de los
checos. Mientras, en la nueva composición del gobierno aparecían los liberales más destacados como Oldrich Cermik
como jefe del Gobierno o Jiri Hajek en Relaciones Exteriores y el general Dzur en Defensa. El 21 de marzo con la dimisión
del presidente Novotny y la elección del general Svoboda en su puesto se despejaba el horizonte para la ampliación y
aplicación de las reformas.

Pronto comenzó la aplicación de un programa de acción más intenso que sería aprobado por el Comité Central del Partido
en el mes de abril. El programa pretendía la transformación gradual de las estructuras burocráticas socialistas para la
constitución de un socialismo de rostro humano. En el interior de Checoslovaquia el clima de apertura estimuló la
reaparición de movimientos que demandaban mayor libertad, como los Sokols, los propios socialistas o la Iglesia. Los
intelectuales, que habían jugado un papel de primera magnitud hicieron públicas sus reivindicaciones el 27 de junio en el
«Manifiesto de las dos mil palabras», en el que se criticaba el uso que el Partido Comunista había hecho del poder desde
1948.

La primavera de Praga se convirtió de cara al exterior en un eje de atención preferencial de las otras democracias populares
y una amenaza para sus Gobiernos, al constatar como los ecos reformistas de Praga llegaban a los sectores progresistas
de sus respectivos países. Las críticas no se hicieron esperar. La percepción de amenaza que desde Moscú se tenía y el
peligro que la actitud reivindicativa de Checoslovaquia podría tener para el bloque soviético, despertó las reticencias de
los dirigentes soviéticos.

Como la unión soviética no iba a permitir una disidencia que pusiera en peligro su hegemonía en el bloque decidió terminar
la primavera de Praga a través de una intervención militar. Esto nos lleva a la cuestión de cómo legitimaron esta
intervención, lo hicieron a través de la doctrina Breznev.

Doctrina Breznev

La intervención de los cinco fue justificada a través de La doctrina de la «ayuda fraterna» o de la «soberanía limitada»,
que proclama Leonidas Breznev ante el Vº congreso del Partido Comunista Polaco el 11 de noviembre de 1968, significa
la vuelta a la primacía del internacionalismo proletario.

Era en consecuencia la exhumación de los primeros conceptos de derecho internacional soviético, en particular de los
que expuso ya en 1924 Korovin en El derecho internacional de la época de transición: el Estado soberano no trasciende a
las clases, no está más allá de la clase proletaria universal; el poder soviético se convierte en el protagonista de los
intereses de clase del proletariado universal, convertido en sujeto de derecho internacional en igualdad con los Estados
soberanos.

De esta forma, Korovin subraya la necesidad de evitar cualquier fetichismo jurídico, no hacer del concepto de soberanía
un dogma intangible, considerar «la cuestión de la intervención exterior, de manera puramente histórica», es decir, como
una manifestación de la lucha de clases, un fenómeno inevitable del período transitorio.

Valiéndose de estos argumentos se proclama la doctrina Breznev, en la que El líder soviético sostiene afirmó que "el
abandono de la comunidad socialista de Checoslovaquia hubiera chocado con nuestros intereses vitales y hubiera sido en
detrimento de los demás estados socialistas". De manera que enuncia que la soberanía de estos paises es limitada puesto
que perjudica los intereses del socialismo.

201
…a posición de los estados socialistas es la del respeto a la soberanía de todos los países. Nosotros con gran énfasis nos
oponemos a las injerencias en los asuntos de cualquier estado y a las violaciones de su soberanía.

Al mismo tiempo el establecimiento y la defensa de la soberanía de los estados que se encuentra en el camino de la
construcción del socialismo es de gran importancia para nosotros los comunistas. Las fuerzas del imperialismo y la reacción
están buscando privar a los pueblos de este logro, ahora que en los países socialistas los derechos soberanos han
asegurado la prosperidad de sus países y el bienestar y la felicidad de amplias masas de gente trabajadora en la
construcción de una sociedad libre de toda opresión o explotación(...)

Es bien sabido que la Unión Soviética ha hecho mucho por fortalecer la soberanía y la independencia de los países
socialistas. El Partido Comunista de la Unión Soviética siempre ha defendido que cada país socialista debe determinar las
formas específicas de su desarrollo en el camino hacia el socialismo, teniendo en consideración sus propias condiciones
internas. Sin embargo, nosotros sabemos, camaradas, que hay también leyes comunes de gobierno en la construcción del
socialismo (...)

Y cuando fuerzas hostiles internas y externas que son contrarias al socialismo atentan para cambiar el desarrollo de
cualquier país socialista en la dirección del sistema capitalista, cuando una amenaza de esta naturaleza aparece en un país
socialista, y se produce una amenaza a la seguridad de la comunidad socialista, se convierte no sólo en un problema para
el pueblo de ese país, sino también en un problema general, que concierne a todos los países socialistas.

Puede afirmarse que una acción como ayuda militar a un país hermano para poner fin a la amenaza al sistema socialista
es extraordinaria, una inevitable medida, que solo puede estar provocada por acciones directas por parte de los
enemigos del socialismo en el interior de los países y detrás de sus fronteras; acciones que crean una amenaza a los
intereses comunes del campo socialista.

Leonid Breznev
12 de noviembre de 1968

En la noche del 20 al 21 de agosto de 1968 se inició la intervención de las tropas del Pacto de Varsovia en Checoslovaquia.
Junto a las fuerzas soviéticas, soldados y tanques polacos, húngaros, alemanes y búlgaros invadieron el país; en total más
de 600.000 soldados. Dubcek, Cemik y Smrkovsky fueron arrestados y enviados de inmediato a Moscú, mientras la
población civil se manifestaba contundentemente en las calles. Esta resistencia obligó a los dirigentes soviéticos a contar
con Dubcek que en los Acuerdos de Moscú fue obligado a ocupar de nuevo el poder con la única intención de desactivar
la revuelta.

Así fue, y a los pocos meses fue destituido del cargo y detenido, junto con otros líderes con la excepción del general
Svoboda. El eslovaco Gustav Husak, fue nombrado nuevo secretario general, tras lo cual inició una depuración masiva. Los
dirigentes soviéticos acordaron con los nuevos líderes el mantenimiento de las tropas soviéticas en Checoslovaquia.

Se cerraba así otro nuevo capítulo en el que la disidencia hacia un socialismo de rostro humano fue neutralizada, pero
cuyas consecuencias se dejarían sentir durante mucho tiempo. En Checoslovaquia se mantenía el comunismo, un sistema
que no gozaba de credibilidad entre la mayoría de su población.

Breznev demuestra en la práctica lo que supone la Doctrina Breznev, los países comunistas de Europa tenían su soberanía
limitada. Esta doctrina décadas más tarde será condenada por Gorbachov debido a que no podrá ser aplicada por la
debilidad de la URSS.

El Comitern
202
La Internacional Comunista, también conocida como la III Internacional, así como por su abreviatura en ruso Komintern
(Коминтерн, abreviatura de Коммунистический интернационал, transliterado como Kommunistícheskiy Internatsional)
o Comintern (abreviatura del inglés: Communist International), fue una organización comunista internacional, fundada en
Moscú el marzo de 1919, por iniciativa de Lenin y el Partido Comunista de Rusia (bolchevique), que agrupaba a los partidos
comunistas de distintos países, y cuyo objetivo era luchar por la supresión del sistema capitalista, el establecimiento de la
dictadura del proletariado y de la República Internacional de los Soviets, la completa abolición de las clases sociales y la
realización del socialismo, como primer paso a la sociedad comunista, como fijaba en sus primeros estatutos.

En su Segundo Congreso, la Internacional resolvió "luchar por todos los medios disponibles, incluida la fuerza armada,
para el derrocamiento de la burguesía internacional y la creación de una república soviética internacional como un estadio
de transición hacia la abolición completa del Estado".1El Comintern fue precedido por la Segunda Internacional, disuelta
en 1916.

La Segunda Guerra Mundial implicaba que el gobierno de la Unión Soviética perdiese contacto con numerosos partidos
comunistas del resto del mundo cuyos países de origen habían sido invadidos y dominados por el Tercer Reich,
considerando además que los países capitalistas recelaban del gobierno soviético después del Pacto Ribbentrop-Mólotov,
celebrado con los nazis en agosto de 1939. Cuando la Unión Soviética fue invadida por el Tercer Reich en junio de 1941,
el régimen soviético, en su lucha contra el fascismo, se vio como aliada de Gran Bretaña, y desde diciembre de 1941 tuvo
también como aliado a los Estados Unidos.

Ante la nueva situación (alianza antifascista de la Unión Soviética con dos potencias capitalistas), el 15 de mayo de 1943,
antes de celebrar la Conferencia de Teherán, el Presidium del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista, "teniendo
en cuenta la madurez de los partidos comunistas" nacionales, y también para evitar los recelos de los países capitalistas
aliados, decidió disolver la Internacional Comunista. Para entonces, no obstante, la "Internacional Comunista" ya había
perdido gran parte de la importancia política de sus primeros años y desde inicios de la década de 1930 había devenido
en la práctica en una simple "oficina de asuntos exteriores" del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS).

En 1947, a instancias de Stalin, se creó la Kominform (Oficina de Información Comunista) como sustituta de la Internacional
Comunista, que reunía a los partidos comunistas de Bulgaria, Checoslovaquia, Francia, Hungría, Italia, Polonia, la Unión
Soviética y Yugoslavia, pero la finalidad de la Kominform fue apenas la de "coordinar estrategias" entre el PCUS y los
partidos comunistas extranjeros, siendo que casi todos estos preferían tratar directamente tales cuestiones con el PCUS
sin la inútil intermediación de la Kominform.

Ésta fue disuelta en abril de 1956 como parte de la desestalinización llevada a cabo después de XX Congreso del PCUS por
Nikita Jruschov, y el acercamiento soviético a Yugoslavia. La condena hecha por los comunistas franceses e italianos (los
grupos comunistas más influyentes fuera del Pacto de Varsovia) contra la intervención militar soviética en la sublevación
húngara de 1956 debilitaba todo plan de mantener una organización concreta de partidos comunistas a nivel mundial.

La ruptura soviética con Yugoslavia y la pugna ideológica con China desde 1960 tornaron innecesario formar una
organización de coordinación internacional entre partidos comunistas, considerando además que la inevitable primacía
efectiva de la Unión Soviética en tal entidad hacía inútil crear un "órgano coordinador". Aunque carecieran de una
organización internacional, los distintos Partidos Comunistas existentes fuera de la Unión Soviética pero leales al Kremlin
siguieron casi en su totalidad las directrices principales del Partido Comunista de la Unión Soviética, con el que
mantuvieron reuniones periódicas aunque sin estructurar nuevamente una entidad a nivel oficial.

El Comecom

203
El Consejo de Ayuda Mutua Económica (abreviado en español como CAME o CAEM y en inglés como COMECON o CMEA)
fue una organización de cooperación económica formada en torno a la URSS por diversos países Comunistas cuyos
objetivos eran el fomento de las relaciones comerciales entre los estados miembros, en un intento de contrarrestar a los
organismos económicos internacionales de economía capitalista, así como presentar una alternativa al denominado Plan
Marshall desarrollado por los Estados Unidos para la reorganización de la economía europea tras la Segunda Guerra
Mundial, y equivalente también a la Comunidad Económica Europea, aunque en un ámbito geográfico mayor. El
equivalente militar del COMECON era el Pacto de Varsovia, aunque la variedad de los miembros del COMECON era
significativamente más amplia, ya que abarcaba no solo al este de Europa, sino también a otros países como Finlandia en
Europa Septentrional, México, Cuba y Nicaragua en América Latina, Angola, Mozambique y Etiopía en África, Yemen del
Sur, Irak, Afganistán, Mongolia, Laos y Vietnam en Asia.

Por impulso soviético, los miembros del CAME dividieron el trabajo entre los distintos países, creando zonas productoras
de materias primas, siderurgia, industria petroquímica, etc. A las cuales les fijaba cuotas de producción y precios, a cambio
de protección militar y combustibles. Ej: Alemania Democrática que era la Oriental, producía alimentos y recibía
combustibles. Sin embargo los países debían renunciar a la posibilidad de desarrollar el turismo y cualquier iniciativa de
comercio distinto a la establecida por la Unión Soviética. También el hecho de ser economías pobres, hacían que producir
artículos de lujo como por ejemplo los cristales de Checoslovaquia, tuvieran demasiadas imposibilidades u obstáculos. Por
lo cual se limitaba su producción a lo que le estableciera la Unión Soviética.

Su fase de mayor expansión internacional coincidió con los años 1970, cuando controlaba el 10 % del tráfico mundial de
mercancías. El 28 de junio de 1991, cuando se disolvió, apenas representaba el 7 %.

Pese a ser Estados abiertamente capitalistas, países como Finlandia y México también fueron miembros observadores en
el CAME.

Punto 65: La CECA, Euratom y la Comunidad Económica Europea

INTEGRACIÓN EUROPEA

● INTRODUCCIÓN

La Unión Europea (UE) es una asociación regional de índole económica, política y social que tiene como objetivo
promover la paz, el desarrollo y el bienestar de los pueblos europeos. Para ingresar a la misma los países deben cumplir
con los denominados “Criterios de Copenhague”.

En la actualidad, la UE constituye el bloque más avanzado de integración en el mundo aunque alcanzar dicho nivel de
integración no fue un proceso rápido ni sencillo. En particular, el estudio del largo proceso de integración europeo deja
en evidencia que el tránsito por las distintas fases señaladas en la teoría de la integración económica (zona comercial
preferente, área de libre comercio, unión aduanera, mercado común, unión económica y monetaria y unión económica
total) no fue un proceso lineal, dado que distintos obstáculos políticos y económicos contribuyeron a retrasar tal proceso.

Los primeros pasos, en 1951, hacia la integración consistieron en impulsar la cooperación económica con la idea de que,
a medida que aumentara la interdependencia económica entre los países vecinos, disminuyeran las posibilidades de
conflicto entre ellos. El resultado fue una cesión paulatina de competencias nacionales (vinculadas a la economía, a la
justicia, a la seguridad exterior, entre otras) a instituciones centralizadas de la Unión Europea. Así, lo que comenzó como
un acuerdo comercial evolucionó hasta llegar a ser una organización activa en diversos campos: desde la ayuda al
desarrollo hasta la cooperación en cuestiones de medio ambiente.

204
La lectura de los Tratados Constitutivos de la UE de los años cincuenta permite discernir que, en una primera fase, el
objetivo de los europeos se centró en la generación de un “mercado común”, sin reconocer explícitamente la necesidad
de crear una moneda común. Sin embargo, hacia mediados de los años sesenta, cambiaron la perspectiva, considerando
que lograr un mayor desarrollo del mercado interior implicaría una cooperación económica y monetaria más estrecha.
Así, desde finales de la década de los sesenta, se constata un constante esfuerzo por parte de los países europeos por
reforzar los vínculos políticos existentes entre ellos y avanzar en la creación de un espacio económico y monetario de
alta integración. Empero, la falta de compromiso político, las divisiones existentes acerca de las prioridades económicas,
la falta de convergencia económica y los acontecimientos registrados en los mercados monetarios internacionales (que
escapaban al control de la Unión) dificultaron aquel avance.

En la apreciación de los autores, el Tratado de Maastricht, firmado en la década del noventa, inició una nueva fase en la
integración europea. El objetivo económico original de la década del cincuenta (es decir, la realización de un mercado
común) fue superado al incorporar cuestiones monetarias, de seguridad, defensa y de constitución política.

En el tema económico los entonces quince países firmantes del Tratado de Maastricht se comprometieron a avanzar en
el proceso de unificación monetaria y adoptar una moneda única (euro) hacia el año 1999. Para ese entonces sólo once
de los quince países miembros de la Unión Europea se encontraban en condiciones de adoptar el Euro y conformaron la
zona de unificación monetaria denominada justamente “Eurozona o Zona Euro”.

Los autores entienden, por un lado, que el resultado de la unificación monetaria durante los primeros diez años de vida
del euro (1999–2008) si bien fue positivo, fue sobrevaluado dado que ciertas fragilidades del proceso de integración
económica europeo no fueron correctamente percibidas hasta que quedaron al descubierto a finales de 2008 con la
irrupción de la crisis financiera de las hipotecas subprime, y a finales de 2009 con la crisis griega.

Para comprender el escenario anterior, resulta necesario indagar acerca del largo proceso de integración europea que
dio origen a la Unión Europea y del proceso de unificación monetaria que se efectivizó con la creación de la moneda
única. El desarrollo de ambas temáticas excede el objetivo de este escrito, por tal razón, los autores investigan aquí sólo
los antecedentes históricos que dieron origen a la Unión Europea (UE) y a su actual estructura organizativa, institucional
y económica.

● LA UNIÓN EUROPEA Y EL INGRESO DE LOS PAÍSES

a) Consideraciones generales:

A los fines de avanzar en el análisis de la integración europea resulta necesario exponer aspectos centrales de la Unión
Europea (UE). La UE es una asociación regional de índole económica y socio– política cuya particularidad es que los Estados
que la componen son naciones soberanas independientes que aceptan ceder parte de su soberanía. Es decir, delegan
algunos de sus poderes decisorios en las instituciones comunes creadas por ellos para decidir democráticamente, y a
nivel europeo, sobre asuntos específicos de interés común. De esta manera obtienen una mayor influencia y fuerza
colectiva de la que poseerían actuando por separado.

La Unión Europea se ocupa de muy diversas políticas, tales como: economía y finanzas; desarrollo regional y ayuda
humanitaria; empleo y asuntos sociales; justicia y derechos humanos; ciencia y tecnología; seguridad y asuntos exteriores,
entre otras. Para desarrollar sus funciones cuenta con ingresos que proceden, principalmente de un porcentaje de la
renta nacional bruta de cada país miembro; de derechos de importación sobre productos procedentes de países no
miembros y de un porcentaje del impuesto sobre el valor agregado recaudado por cada país miembro.

205
Actualmente, la UE está integrada por veintiocho países europeos. Con la firma del Tratado de Maastricht en 1992 doce
países (Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Dinamarca, Irlanda, Reino Unido, Grecia, Portugal,
España) instituyeron la Unión Europea. A estos se sumaron en 1995: Austria, Finlandia y Suecia, tras cumplir los criterios
de Copenhague. Posteriormente, en 2004 se adhirieron República Checa, Estonia, Chipre, Letonia, Lituania, Hungría,
Malta, Polonia, Eslovenia y Eslovaquia. Por otro lado, Bulgaria y Rumania en el año 2007. Y el último en incorporarse a la
Unión Europea fue Croacia, en 2013.

b) El ingreso a la Unión Europea:

Cualquier Estado que quiera ingresar a la Unión Europea debe cumplir con los Criterios de Copenhague y con un estricto
procedimiento administrativo.

Inicialmente cualquier Estado europeo que respetara los requisitos legales exigidos por el Tratado de la Unión Europea
(principios de libertad, democracia, derechos humanos, identidad nacional y demás principios del Derecho comunitario)
podía solicitar el ingreso a la Unión. En 1993, a raíz de las solicitudes de adhesión a la Unión de los antiguos países
comunistas, el Consejo Europeo de Copenhague amplió y redefinió los criterios para ingresar a la UE. Tales condiciones
conocidas como “Criterios de Copenhague” se exponen a continuación:

→ Criterio político: el Estado solicitante debe ser un Estado europeo en el que imperen las instituciones que
garantizan la democracia, el Estado de derecho, el respeto a los derechos humanos y la protección de las
minorías;

→ Criterio económico: el país interesado debe contar con una economía de mercado viable así como con la
capacidad para hacer frente a la presión competitiva y a las fuerzas del mercado dentro de la Unión;

→ Criterio del acervo comunitario: exige que el país solicitante tenga la capacidad para asumir las obligaciones que
se derivan de la adhesión, especialmente aceptar los objetivos de la unión política, económica y monetaria.

Cualquier país de Europa que cumpla con los criterios señalados puede solicitar al Consejo Europeo su adhesión a la UE.
El interesado dirige su solicitud al Consejo, que se pronuncia por unanimidad después de consultar a la Comisión Europea
y previo dictamen favorable del Parlamento Europeo, el cual debe ser aprobado por mayoría absoluta de los miembros
que lo componen.

A continuación, los Estados miembros acuerdan con el Estado interesado las condiciones y adaptaciones que tal admisión
supone, debiendo dicho acuerdo ser ratificado por todos los Estados miembros (TUE versión consolidada, 2002; Apartado
VIII: Artículo 49).

El procedimiento de adhesión es largo y complejo, no existiendo una estructuración detallada del proceso a seguir en la
incorporación de un nuevo Estado en la bibliografía analizada. En la interpretación de los autores, será la Comisión la
encargada de evaluar si el país cumple con los criterios exigidos. Si ese es el caso, el Consejo Europeo, en conjunto con la
Comisión, decide si es oportuno entablar negociaciones con el país candidato. Una vez que se abren las “negociaciones
formales” entre el país candidato y todos los Estados miembros, comienza un riguroso proceso de evaluación con el fin
de adaptar la legislación del país candidato a la legislación de la UE.

El primer paso de las negociaciones es el screening que consiste en un examen analítico del acervo comunitario, llevado
adelante por la Comisión conjuntamente con el país candidato. El objetivo del screening es identificar las áreas de la
legislación local que divergen del acervo comunitario y que requieren ser compatibilizadas. El acervo europeo se divide
por temas en treinta y cinco capítulos, cada uno de los cuales cubre un área de política específica. Durante el screening
206
los representantes de los Estados miembros y los representantes de los países candidatos discuten y analizan en forma
exhaustiva cada capítulo.

Debido al gran volumen de normas y reglamentos de la UE, las negociaciones llevan mucho tiempo. La Comisión informa
periódicamente al Consejo y al Parlamento sobre los avances de los países candidatos mediante informes periódicos y
clarificaciones sobre las condiciones para continuar el proceso. Asimismo, realiza un seguimiento que se mantiene hasta
el momento de la adhesión, con el objetivo de evaluar si los países van asumiendo las responsabilidades propias de un
Estado miembro.

Las negociaciones de adhesión pueden suspenderse en caso de una violación grave y persistente de los principios sobre
los que se basa la UE. El Consejo sobre la base de una recomendación de la Comisión (presentada por iniciativa propia o
a solicitud de un tercio de los países miembros), tiene el derecho de suspender las negociaciones así como de establecer
ciertas condiciones para la reanudación de las mismas.

Completadas las negociaciones sobre todos los capítulos a satisfacción de ambas partes, el pormenor de las condiciones
se plasma en un “proyecto de Tratado de Adhesión” que recoge todos los plazos y disposiciones transitorias así como
disposiciones financieras detalladas y, en su caso, la cláusula de salvaguardia. Ésta, debe interpretarse como la posibilidad
de un Estado miembro de la Comunidad de adoptar disposiciones que implican excepciones a las normas comunitarias
durante un periodo de tiempo limitado y por razones extraordinarias.

Tras la aprobación del Consejo, de la Comisión y del Parlamento Europeo, el Tratado debe ser firmado y ratificado por
todos los Estados miembros. Mientras tanto, a entender de los autores, el país candidato se convierte en “Estado
adherente” y, en espera de su adhesión como Estado miembro, se le reconocen con carácter provisional una serie de
privilegios: puede formular observaciones sobre las propuestas legislativas, comunicaciones, recomendaciones o
iniciativas de la UE y obtiene “estatuto de observador activo” en los organismos y agencias de la Unión, con voz pero sin
voto.

Cuando se completa el proceso de ratificación, el Tratado entra en vigor en la fecha que se establezca, y el Estado
adherente se convierte en “Estado miembro”. Actualmente, Albania, Bosnia y Herzegovina, Kosovo, Islandia, Montenegro,
Antigua República Yugoslava de Macedonia, Serbia y Turquía son candidatos a ingresar a la UE.

c) La cesión de competencias a la UE:

Tras su ingreso a la UE el nuevo Estado cede la competencia exclusiva a la Unión Europea en las cuestiones vinculadas
a: política comercial común, conservación de los recursos marinos, política monetaria de los Estados miembros al cumplir
con los criterios de convergencia y determinados aspectos del Derecho institucional comunitario. La mencionada cesión
de competencia significa la pérdida inmediata e irreversible por parte del nuevo Estado de toda prerrogativa de
intervención en el ámbito de la competencia atribuida, aunque la Unión Europea no haya ejercido aún su competencia.

En relación a otras áreas, las competencias para actuar son compartidas, es decir, corresponden tanto a los Estados
miembros como a la Unión. Estas áreas son: política social, mercado interior, cohesión económica, social y territorial;
medio ambiente; protección de los consumidores; transporte; espacio de libertad, seguridad y justicia y los asuntos
comunes sobre salud pública.

Los Estados de la UE mantienen su competencia en las áreas de cultura, turismo, educación, formación profesional,
juventud y deporte, protección civil, y la Unión sólo puede actuar de modo complementario en calidad de apoyo.

207
Tal como se señaló anteriormente, tras el ingreso a la Unión Europea (UE), buena parte de las decisiones de política
económica del país en cuestión pasan a ser de competencia compartida y por ende las directrices comunes sobre
cuestiones que afectan a la economía deben ser coordinadas con el conjunto de los miembros de la Unión Europea. El
marco de coordinación es la Unión Económica y Monetaria (UEM). Al ingresar a la UE y por ende a la UEM los Estados se
comprometen a introducir el euro y a renunciar a su política monetaria cuando cumplan todos los Criterios de
Convergencia necesarios: estabilidad de precios, finanzas públicas saneadas, tipo de cambio estable y convergencia del
tipo de interés a largo plazo.

● ALGUNOS ASPECTOS DE LA TEORÍA DE LA INTEGRACIÓN ECONÓMICA

Comprender cabalmente un proceso de integración regional exige revisar las conceptualizaciones generadas en la
literatura económica y política. Así, la integración en un sentido político, puede definirse, según Muns, como la “etapa
de colaboración internacional caracterizada por un proceso de cesión de porciones de soberanía desde el Estado-Nación
a una entidad supranacional integrada por los ciudadanos y organizaciones de aquél”.

En este escrito, a los autores les interesa investigar el proceso de integración económica y el desarrollo institucional de
la Unión Europea. Puede considerarse la integración económica como un proceso destinado a reducir o suprimir la
discriminación (entre las unidades económicas de diferentes Estados que se asocian) que exige cierta transferencia de
soberanía en el campo económico (Muns, 2005).

Otros autores, con una visión más global de los problemas internacionales, han hecho hincapié en la integración o
desintegración de la economía mundial y considerado, por lo tanto, más secundaria la plasmación de esta problemática a
escala regional. Así, Jan Tinbergen define la integración económica como “la creación de la estructura económica
internacional más deseable suprimiendo las barreras artificiales para el funcionamiento del comercio libre e introduciendo
todas las formas deseables de cooperación y unificación”.

A los fines de esta investigación, es la integración a escala regional la que interesa. “El enfoque regional comprende
acuerdos entre un pequeño número de países, cuyo propósito es establecer el libre comercio entre ellos, manteniendo
las barreras al comercio con el resto del mundo” (Chacholíades; 1993). Tales acuerdos dan lugar a diferentes formas o
fases de integración en función de los compromisos asumidos por los países involucrados (Corral; 2011).

En general, se reconoce cinco fases en el proceso de integración regional, en función: 1) del grado de liberalización del
comercio de bienes, servicios y factores de producción, 2) del grado de eliminación de los gravámenes a las importaciones
y exportaciones entre los países miembros y 3) de la homogeneidad de los gravámenes al comercio extra zona.

En este trabajo los autores definen seis etapas a los fines de contemplar y categorizar el caso europeo. Tales fases son:

→ Zona comercial preferente: dos o más países forman una zona de comercio preferente cuando reducen sus
respectivos gravámenes a las importaciones de todos los bienes (excepto los servicios de capital) entre sí,
manteniendo sus aranceles originales frente a terceros países.

→ Área de libre comercio: es un área formada por dos o más países que eliminan todos los gravámenes de importación
(y todas las restricciones cuantitativas) a su comercio mutuo en todos los bienes y servicios (excepto los servicios de
capital) pero mantienen cada uno su propio arancel frente a los países no miembros.

→ Unión aduanera: añade a las características del área de libre comercio la adopción de un esquema de arancel externo
común frente a países que no son miembros.

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→ Mercado común: dos o más países forman un mercado común cuando añaden a las características de la unión
aduanera, el libre movimiento de todos los factores de producción: tierra, capital y trabajo, entre los asociados.

→ Unión Económica y Monetaria (UEM): en dicha etapa dos o más países crean un mercado común con una misma
moneda (y una política monetaria común) y adicionalmente coordinan las políticas fiscales y el resto de las políticas
socio-económicas. A entender de los autores, se produce aquí una cierta cesión de soberanía, ya que al dotarse de un
sistema monetario único, cada país se somete a una disciplina monetaria para mantener los tipos de cambio dentro
de los márgenes autorizados.

→ Unión Económica Total: dos o más países forman una integración económica total cuando crean un mercado común
y adicionalmente, proceden a la unificación de sus políticas monetarias, fiscales y socioeconómicas, requiriendo la
aparición de una autoridad común supranacional cuyas decisiones son vinculantes para los Estados miembros. En
términos de Chacholíades (1993) “una unión económica es la forma más completa de integración económica”. A
entender de los autores, la Unión Económica Total implica la constitución de un país, surgido de los estados asociados.

Se deduce que la gran diferencia entre la quinta y sexta fase es la coordinación versus la unificación de políticas
económicas. Por tal razón, otros autores consideran cinco fases de integración siendo la UEM una sub-fase dentro de la
categoría de Unión Económica Total.

● HISTORIA Y ANTECEDENTES DE LA UNIÓN EUROPEA

1) LOS PRIMEROS PASOS DE LA INTEGRACIÓN EUROPEA

A) La Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA)

Finalizada la Segunda Guerra Mundial, algunas hostilidades entre los países europeos siguieron latentes y tomó fuerza la
amenaza de nuevos conflictos bélicos. Adicionalmente, el elevado potencial siderúrgico de los diversos países europeos
y la disminución de la demanda por la finalización del conflicto anticipaba guerras de precios entre los productores,
quienes podían constituir un cártel para limitar la competencia. Esto implicaba que las economías europeas, en plena fase
de reconstrucción, quedaban a expensas de la especulación o la escasez organizada. Para atenuar la tensión y recuperar
la armonía en la región, los europeos consideraron necesario asociar las naciones victoriosas y vencidas de Europa en un
marco de instituciones compartidas regidas por el principio de igualdad.

Teniendo en cuenta este escenario, el 9 de mayo de 1950 el por entonces Ministro de Asuntos Exteriores francés, Robert
Schuman, propuso un plan para reforzar la solidaridad franco-alemana y fomentar la unidad europea:

“Europa no se hará de una vez ni en una obra de conjunto: se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primer
lugar una solidaridad de hecho. La agrupación de las naciones europeas exige que la oposición secular entre Francia y
Alemania quede superada, por lo que la acción emprendida debe afectar en primer lugar a Francia y Alemania. Con este
fin, el Gobierno francés propone actuar de inmediato sobre un punto limitado, pero decisivo. El Gobierno francés propone
que se someta el conjunto de la producción franco-alemana de carbón y de acero a una Alta Autoridad Común, en una
organización abierta a los demás países de Europa (...) La solidaridad de producción que así se cree pondrá de manifiesto
que cualquier guerra entre Francia y Alemania no sólo resulta impensable, sino materialmente imposible. La creación de
esa potente unidad de producción, abierta a todos los países que deseen participar en ella, proporcionará a todos los
países a los que agrupe los elementos fundamentales de la producción industrial en las mismas condiciones y sentará los
cimientos reales de su unificación económica.”

209
Sobre la base del Plan Schuman, se firmó en 1951 el Tratado de París que creó la “Comunidad Europea del Carbón y del
Acero (CECA)” que estableció un mercado común para el carbón y el acero entre seis países: Francia, República Federal
de Alemania, Bélgica, Italia, Luxemburgo y Países Bajos. El Tratado entró en vigor el 23 de julio de 1952 y expiró cincuenta
años después tal como estaba previsto.

A medida que se acercaba la fecha de expiración del Tratado de la CECA (23 de julio de 2002), las competencias en materia
de gestión del mercado común del carbón y del acero, se integraron progresivamente en otros tratados.

Los autores entienden que la importancia de la CECA reside en que, por primera vez, seis Estados renunciaban, si bien
en un ámbito limitado, a una parte de su soberanía en favor de una organización superior. Adicionalmente, el éxito de
la CECA sería el disparador para avanzar en la cooperación en otros sectores económicos.

En marzo de 1957 se firmaron los Tratados de Roma, que incluyen: el Tratado Constitutivo de la Comunidad Económica
Europea y el Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea de la Energía Atómica. Ambos tratados entraron en vigor
en enero de 1958.

B) La Comunidad Europea de la Energía Atómica (EURATOM)

La “Comunidad Europea de la Energía Atómica (EURATOM)” se creó con la finalidad de favorecer el rápido crecimiento
de industrias nucleares europeas para elevar el nivel de vida de los Estados miembros e incrementar los intercambios con
los demás países.

Desde sus inicios, su actividad se dirige principalmente a la investigación y difusión de conocimientos técnicos en materia
de seguridad nuclear, al aprovisionamiento regular y equitativo de minerales y combustibles nucleares a todos los
usuarios comunitarios y, a garantizar el uso pacífico de los materiales nucleares. Además, establece las normas comunes
relativas a la seguridad y protección de la población.

La Euratom ha hecho una contribución importante para el desarrollo y la homogeneización entre los Estados Miembros
de la actual Unión Europea de un sector de gran importancia económica. El Tratado Euratom y la propia agencia han
servido para facilitar la inversión en energía nuclear, diseminando los conocimientos técnicos y facilitando el acceso a
fondos para la investigación. Al mismo tiempo, en cumplimiento del Tratado, ha desarrollado previsiones y
reglamentación orientadas a garantizar la seguridad de los trabajadores del sector y de la población. En el terreno de la
prevención de la proliferación nuclear, ha desarrollado un sistema efectivo de salvaguardias nucleares, compatible y
coordinado con el sistema de salvaguardias del Organismo Internacional de Energía Atómica.

En la historia de la creación de normas de alcance europeo (para la Comunidad Económica Europea y sus sucesoras, hoy
la Unión Europea), el Artículo 37 del Tratado Euratom ha representado una legislación pionera, al establecer un vínculo
de las obligaciones transfronterizas con el respeto al impacto medioambiental, una disposición que hoy día sigue
teniendo gran importancia.

Las actividades de la Euratom también han sido objeto de críticas, dentro del debate sobre la utilización de la energía
nuclear. Estas críticas se han hecho más intensas al avanzar las nuevas propuestas para dedicar mayor atención a las
energías renovables, con el argumento de que los costes de las energías renovables tienen una tendencia decreciente,
mientras que los costes de la energía nuclear están constantemente en alza. Se trata de un debate más amplio, que todavía
no está cerrado, pero que sin duda afecta directamente al futuro de Euratom.

C) La Comunidad Europea (CEE)


210
La “Comunidad Económica Europea (CEE)” tiene por misión, según su Tratado Constitutivo, artículo 2: “promover,
mediante el establecimiento de un mercado común y la progresiva aproximación de las políticas económicas de los
Estados miembros, un desarrollo armonioso de las actividades económicas en el Conjunto de la Comunidad, una
expansión continua y equilibrada, una estabilidad creciente, una elevación acelerada del nivel de vida y relaciones más
estrechas entre los Estados que lo integren”.

A los fines de cumplir con tales objetivos, la Comunidad fue llevando adelante las siguientes acciones:

- Supresión de los derechos de aduana y los obstáculos a la libre circulación de mercancías, personas, servicios y
capitales entre los Estados miembros,

- Establecimiento de una política comercial y agrícola común para los Estados miembros así como un arancel común
respecto de terceros Estados,

- Creación de instituciones y fondos comunes para favorecer el desarrollo económico, tales como el Fondo Social
Europeo y el Banco Europeo de Inversiones (Tratado Constitutivo de la CEE, artículo 3).

La CEE efectivizó progresivamente las acciones anteriores (de interés puramente económico) desde finales de los años
cincuenta hasta la década de los noventa. Con la firma del Tratado de la Unión Europea en 1992, la Comunidad Económica
Europea se redefinió como “Comunidad Europea” para reflejar las nuevas competencias políticas y sociales que adquirió
en ese entonces.

A continuación, se presenta una breve cronología de los avances realizados por las tres Comunidades desde el año 1957
hasta el año 1992, cuando se reconfiguró la idea de integración europea.

● DE LOS TRATADOS DE ROMA AL TRATADO DE LA UNIÓN EUROPEA

Paralelamente a la firma de los Tratados de Roma, en 1957, se crearon el “Tribunal de Justicia de la Unión Europea” y el
“Comité Económico y Social Europeo (CESE)” como instituciones comunes para la CEE, la EURATOM y la CECA.

El Tribunal de Justicia tiene la misión de garantizar que la legislación de la UE se interprete y se aplique del mismo modo
en todos los países. Por su parte, el CESE representa a la sociedad civil organizada, es decir, a las organizaciones de
empresarios, sindicatos y otros grupos vinculados a actividades económicas y sociales (agricultores, consumidores,
ecologistas, familias, ONG). El CESE asesora en asuntos de política social, regional y de medio ambiente al Parlamento
Europeo, al Consejo y a la Comisión.

A lo largo de 1958 se puso en funcionamiento el “Fondo Social Europeo”, destinado a mejorar las condiciones y
posibilidades de empleo en la CEE, y se creó el “Banco Europeo de Inversiones” con el objetivo de financiar proyectos de
interés europeo (tales comocarreteras, aeropuertos y planes medioambientales) y contribuir al desarrollo económico en
los países candidatos o en países en desarrollo.

En 1965 se firmó en Bruselas el Tratado de Fusión con la finalidad de racionalizar los cargos ejecutivos de las Comunidades
Europeas (CE, el término: “Comunidades Europeas”, agrupa a la CECA, la CEE, y EURATOM).

Este tratado, entró en vigencia en 1967 y sustituyó a los tres Consejos de Ministros (CEE, CECA y EURATOM) por un único
Consejo y, a las dos Comisiones (CEE, EUROTAM) y a la Alta Autoridad (CECA), por una única Comisión. Además,
estableció un presupuesto único para las CE. A pesar de las fusiones, se respetaron las normas por las que se regía cada
una de las Comunidades.

211
A lo largo de la década de los sesenta los Estados miembros de la CEE implementaron políticas comunes, especialmente
la agrícola y la comercial. Concretamente, en 1962 se puso en marcha la Política Agrícola Común (PAC) basada en un
fuerte proteccionismo, un sistema de garantías de precios y una reglamentación del mercado.

Posteriormente, en julio de 1968, se suprimieron los últimos derechos de aduana intracomunitarios para los productos
industriales y se estableció un arancel aduanero común para las importaciones provenientes del resto del mundo.

En los inicios de los años setenta la CEE alcanzó la autosuficiencia alimentaria. Paralelamente, un Comité de expertos
financieros presidido por el entonces Primer Ministro de Hacienda de Luxemburgo, Pierre Werner, presentó el primer plan
para la creación de una unión económica y monetaria en varias etapas antes de 1980. Además, durante aquella época se
implementaron nuevas políticas de índole social, medioambiental y regional entre los países miembros. En este marco,
en 1975 se creó el “Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER)” con el fin de fortalecer la cohesión económica y social
para corregir los desequilibrios entre las regiones europeas.

En 1973 se produjo la primera ampliación de las CE*, los seis miembros se convirtieron en nueve con la incorporación de
Dinamarca, Irlanda y Reino Unido. En 1975, se crea el “Tribunal de Cuentas de la Unión Europea”, cuyo roles auditar las
finanzas, mejorar la gestión financiera e informar sobre el uso de los fondos públicos de la UE.

A partir de 1979 el escenario político en el sur de Europa comenzó a cambiar: los antiguos regímenes autoritarios fueron
derrocados y se restauró la democracia en la región. En este contexto puede interpretarse, que surgió un interés de
aquellos países para sumarse al proceso de integración con el fin de estabilizar sus democracias y reforzar sus
economías. Así, en mayo de 1979 se firmó el Tratado de Adhesión de Grecia a las Comunidades Europeas, que entró en
vigor al año siguiente. Para el año 1981 el número de Estados miembros de las CE* aumentó a diez.

Posteriormente, en 1986 se incorporaron España y Portugal, lo que elevó a doce el número de integrantes de las CE*.
Ambos países pudieron incorporarse a las Comunidades Europeas sólo cuando sus regímenes militares perdieron el poder
y asumieron el compromiso de establecer gobiernos democráticos. Portugal se incorpora en 1974 tras la caída del régimen
de A. de Oliveira Salazar y España en 1975 tras la muerte del Generalísimo F. Franco.

También durante el año 1986 los países miembros de las CE* firmaron el “Acta Única Europea (AUE)” con el objetivo de
reactivar la integración europea y facilitar la realización del mercado único, pues, a pesar de la supresión de los derechos
de aduana en 1968, todavía subsistían ciertos obstáculos para la libertad de los intercambios comerciales en la Comunidad.
Este Acta modificó las normas de funcionamiento de las instituciones europeas para agilizar los procedimientos
decisorios. Específicamente el sistema de votación por unanimidad fue sustituido por el sistema de mayoría cualificada
en cuatro competencias: modificación del arancel aduanero común, libre prestación de servicios, libre circulación de
capitales y política común de transportes marítimos y aéreos. También se ampliaron las competencias comunitarias en
los ámbitos de: investigación y desarrollo, medio ambiente y política exterior común. Además, el Acta señaló que la CEE
adoptaría las medidas necesarias para establecer el 31 de diciembre de 1992 el mercado único, es decir, un espacio sin
fronteras interiores que garantizaría la libre circulación de mercancías, personas, servicios y capitales (Página Oficial del
Parlamento Europeo). El AUE entró en vigor en julio de 1987.

A fines de 1989, la caída del muro de Berlín significó el hundimiento del comunismo en Europa Central y Oriental e implicó
la reunificación alemana después de más de cuarenta años. Su parte oriental (República Democrática de Alemania) se
incorporó a su parte occidental (República Federal de Alemania) en octubre de 1990. Al mismo tiempo, la parte oriental
ingresó a las Comunidades Europeas sin que ello alterara el número de Estados miembros.

212
Tal como se ha mencionado anteriormente, en el año 1992, la firma del Tratado de la Unión Europea implicó una nueva
etapa en el proceso de integración. Por su relevancia, será explicado en el título siguiente.

● EL TRATADO DE MAASTRICHT Y LA UNIÓN EUROPEA

El 7 de febrero de 1992 los quince Estados miembros de las CE* firmaron el Tratado de la Unión Europea (TUE), también
conocido como Tratado de Maastricht (por haber sido firmado en esa localidad holandesa).

Puede entenderse, que varios elementos externos e internos influyeron en la firma de aquel. A nivel externo, el
hundimiento del comunismo en Europa del Este y la perspectiva de la reunificación alemana dieron lugar al compromiso
de reforzar la posición internacional de las Comunidades Europeas. A nivel interno, los Estados miembros deseaban
prolongar los progresos realizados por el Acta Única Europea a través de nuevas reformas.

Con el Tratado de Maastricht se inició una nueva fase en la integración europea. El objetivo económico original de la
Comunidad (es decir, la realización de un mercado común) quedó ampliamente superado y la integración política
claramente expresada.

En particular, el Tratado se ocupó de: reforzar la legitimidad democrática de las instituciones y mejorar su eficacia,
instaurar una unión económica y monetaria, desarrollar la dimensión social de la Comunidad e instituir una política
exterior y de seguridad común.

Sus aportes concretos fueron los siguientes:

a) Creación de la “Unión Europea”, conformada por tres pilares fundamentales:

- Pilar comunitario: estaba constituido por las tres Comunidades Europeas y se refería a los ámbitos en los cuales los
Estados miembros ejercían conjuntamente su soberanía a través de las instituciones comunitarias. En este pilar se acordó
aplicar el proceso denominado “método comunitario”, es decir, propuesta de la Comisión Europea, adopción por el
Consejo y el Parlamento Europeo, y control del respeto del Derecho Comunitario por el Tribunal de Justicia.

- Pilar de política exterior y de seguridad común (PESC): incorporó y desarrolló los mecanismos y el acervo de la
cooperación política europea. Además trazó las bases de una política común en materia de seguridad y de defensa. Este
pilar aplicó un proceso de toma de decisiones “intergubernamental”. En este proceso, el Consejo, que recurrió con
frecuencia a la unanimidad, era el actor principal. El papel de la Comisión y del Parlamento era escaso y la jurisdicción del
Tribunal de Justicia no era de aplicación en este ámbito.

- Pilar de cooperación policial y judicial en materia penal: procuró garantizar un elevado nivel de protección en un espacio
de libertad, seguridad y justicia. Contenía disposiciones relativas a los controles en las fronteras exteriores, la lucha contra
el terrorismo y el crimen, la instauración de una política común de asilo, la lucha contra la inmigración ilegal y la
cooperación judicial en materia civil y penal. Este pilar también utilizó el proceso intergubernamental de toma de
decisiones. El Tratado de Ámsterdam (1999) transfirió una parte de las competencias de este pilar al primero.

En 2009, el Tratado de Lisboa eliminó esta estructura de pilares y desde entonces la mayor parte de las cuestiones
comunitarias se deciden con arreglo al procedimiento de codecisión, comúnmente denominado “procedimiento
legislativo ordinario”. Este procedimiento se caracteriza por asignar el mismo peso al Parlamento y al Consejo en el
proceso de toma de decisiones, en muy diversos ámbitos: gobernanza económica, inmigración, energía, transporte, medio
ambiente o protección del consumidor, entre otros.

b) Cambios institucionales:
213
En lo referente a las instituciones, el TUE incorporó importantes novedades. El Parlamento aumentó sus poderes y
comenzó a adoptar actos conjuntamente con el Consejo y se reconoció el papel de los partidos políticos europeos. El
Consejo de Ministros pasó a denominarse “Consejo de la Unión Europea”. En cuanto a la Comisión, la duración de su
mandato se amplió de cuatro a cinco años para igualarlo al del Parlamento Europeo y se ampliaron las mayorías exigidas
en los procesos de votación. Se reforzaron las competencias del Tribunal de Justicia, del Tribunal de Cuentas y del
Comité Económico y Social.

También, creó el “Comité de las Regiones”, que es un órgano consultivo cuya función es representar los puntos de vista
locales y regionales en la legislación de la UE sobre asuntos concernientes al gobierno local y regional, tales como la política
regional, el medio ambiente, la cultura, la educación y el transporte, las telecomunicaciones y la salud pública.

c) Nuevas políticas comunitarias:

Se extendieron las competencias comunitarias a nuevos ámbitos, tales como: política comercial común; redes trans-
europeas; industria, investigación y desarrollo tecnológico; competencia y fiscalidad; medio ambiente y cooperación al
desarrollo. La cuestión social recibió un gran impulso al incorporarse a la legislación comunitaria las políticas de formación
profesional y de juventud, y también políticas sobre cultura, salud pública y protección al consumidor.

Además se instituyó la ciudadanía europea: desde entonces, todo ciudadano en posesión de la nacionalidad de un Estado
miembro es también ciudadano de la Unión.

A fin de representar la amplitud de las nuevas reformas la Comunidad Económica Europea pasó a denominarse Comunidad
Europea (CE).

d) La Unión Económica y Monetaria (UEM):

El Tratado estableció que la unión económica y monetaria debía alcanzarse en tres etapas sucesivas, a más tardar en el
año 1999. Los países de la UE que cumplieran con determinados requisitos legales y económicos adoptarían una moneda
común y en consecuencia unificarían su política monetaria. Para ello, el Tratado previó la creación del “Sistema Europeo
de Bancos Centrales” y del “Banco Central Europeo” para el inicio de la tercera fase de la unión económica y monetaria.
Adicionalmente, tales países coordinarían sus políticas fiscales en post de alcanzar los objetivos de la Unión.

e) Principio de subsidiariedad:

El Tratado incluyó como norma general el “principio de subsidiariedad”. Este principio establece que cuando una
competencia no es exclusiva de la Unión, ésta sólo intercederá “en la medida en que los objetivos de la acción
pretendida no puedan ser alcanzados de manera suficiente por los Estados miembros debido a la dimensión o a los
efectos de la acción contemplada y por consiguiente puedan lograrse mejor a nivel comunitario”.

Los aportes incorporados por el Tratado de Maastricht, se pensaba que darían inicio a una inmediata nueva fase de
integración europea que iba a consolidar la integración económica, monetaria y política. Sin embargo, la ratificación del
Tratado de la Unión Europea debió superar numerosos obstáculos e imprevistos. Entre ellos una grave y profunda crisis
económica a inicios de la década del noventa que generó altas tasas de desempleo, tensiones monetarias y por ende,
temor en la implementación de la unión económica y monetaria. Además, la UE no pudo implementar una política de
paz frente a la crisis yugoslava. En ese ambiente, tuvo lugar el primer fracaso para la implementación del Tratado. En
efecto, Dinamarca decidió, tras un referéndum negativo, no ratificar el Tratado de Maastricht. Como consecuencia de lo
anterior, se extendió una ola de "euroescepticismo” a los demás países y el proceso de ratificación se atrasó.

214
Finalmente el 1° de noviembre de 1993, prácticamente dos años después de haber sido firmado, el Tratado de Maastricht
entró en vigor. Para Dinamarca y Reino Unido se estableció un “régimen especial”. Ambos Estados ratificaron el Tratado
y se convirtieron en miembros de la UE, a cambio, obtuvieron una “cláusula de exclusión voluntaria” por la cual decidieron
no participar de la última fase de la unión económica y monetaria.

● LA LEGISLACIÓN COMUNITARIA POSTERIOR AL TRATADO DE LA UNIÓN EUROPEA

Los países firmantes del Tratado de Maastricht, conscientes de la evolución de la integración europea y de las
modificaciones institucionales que resultarían necesarias, incluyeron en el Tratado una cláusula de revisión (Artículo N).
Esta cláusula planteaba la posibilidad de que tanto la Comisión como el Gobierno de cualquier Estado miembro pudieran
iniciar un proceso de revisión de los Tratados Constitutivos de la Unión en la medida que lo considerasen necesario y que
contasen con la aprobación del Consejo.

Las enmiendas que resultaran de tal revisión, entrarían en vigor después de haber sido ratificadas por todos los Estados
miembros. Atendiendo a este artículo, en marzo de 1996 se abrió una Conferencia Intergubernamental encargada de
preparar la revisión de los Tratados Constitutivos. El resultado de esta Conferencia fue la firma del Tratado de
Ámsterdam.

1) El Tratado de Ámsterdam:

Este Tratado, elaborado por el Consejo de Ámsterdam, creó una política comunitaria de empleo, reformó la política
europea de seguridad común (PESC), reforzó el poder del Parlamento Europeo y estableció la posibilidad de
cooperaciones más estrechas entre los Estados miembros. Además, transfirió del tercer pilar al primero las disposiciones
relativas a visados, asilo, inmigración y cooperación judicial en materia penal cuyo conjunto se conoce como Acervo de
Schengen, lo que hizo que estas disposiciones comenzaran a regirse por el método comunitario. También incluyeron los
conceptos de igualdad de género y desarrollo sostenible. Además, la legislación de Ámsterdam estableció el respeto de
los derechos humanos, de la democracia y del Estado de Derecho, como exigencias previas para la adhesión a la Unión
Europea.

El Tratado se firmó en octubre de 1997 y entró en vigor el 1° de mayo de 1999. Durante el año 1997, el Consejo de
Ámsterdam adoptó una serie de resoluciones que facilitarían el éxito del funcionamiento de la Unión Económica y
Monetaria. Entre aquellas, se encuentra la referida a los principios y elementos fundamentales del nuevo Mecanismo de
Tipos de Cambio, MTC II. Adicionalmente, este Consejo adoptó dos textos importantes. El primero, el Pacto de
Estabilidad y Crecimiento (PEC), que estableció un marco de disciplina presupuestaria garantizado mediante la
supervisión multilateral y la prohibición de déficits excesivos. El segundo se refiere al crecimiento económico. En este
texto se comprometió a los Estados miembros y a la Comisión a considerar el empleo en un primer lugar entre los temas
de agenda política de la Unión.

2) El Tratado de Niza

En 1998, cuando se iniciaron las negociaciones de adhesión con los países candidatos del este y del sur de Europa, se abrió
una nueva Conferencia Intergubernamental para la revisión de los Tratados Constitutivos que buscó atender los “asuntos
pendientes” de Ámsterdam, es decir, los problemas institucionales vinculados a la ampliación de la UE que no se
resolvieron en 1997. A raíz de ellos, en febrero de 2001 se firma el Tratado de Niza con la finalidad de reformar las
instituciones para que la UE pudiese funcionar eficientemente tras totalizar veinticinco países miembros. Este Tratado,

215
que entró en vigor en febrero de 2003 y cambió la composición de la Comisión, redefinió el sistema de voto en el
Consejo, simplificó el mecanismo de cooperación reforzada y aumentó la eficacia del sistema jurisdiccional.

La “Declaración relativa al futuro de la Unión”, anexa al de Niza, fijó las etapas que debían seguirse para profundizar las
reformas institucionales. En esta línea, en octubre de 2004, los veinticinco estados miembros de la UE de ese entonces
firmaron el Tratado por el que se establece una Constitución para Europa. Éste preveía la derogación de la legislación
anterior y su sustitución por un texto único de carácter constitucional. Sin embargo, debido a los resultados negativos
en el proceso de ratificación en Francia y en los Países Bajos, el objetivo inicial se interrumpió. Al no haber podido entrar
en vigor la Constitución para Europa, en 2007 se entablaron nuevas negociaciones entre los Estados miembros que
condujeron a la firma del Tratado de Lisboa en diciembre de 2007.

3) El Tratado de Lisboa:

Este Tratado, que entró en vigor en diciembre de 2009, dotó a la UE de personalidad jurídica, creó el puesto de “Alto
Representante para Asuntos Exteriores” y dos nuevas instituciones: el Banco Central Europeo (BCE) y el Consejo Europeo.
También modificó la regla de votación en el Consejo al introducir el sistema de doble mayoría (de los Estados miembros
y de la población), aumentó la participación de los parlamentos nacionales e introdujo la iniciativa ciudadana mediante
la cual los ciudadanos pueden pedir a la Comisión que haga propuestas de legislación sobre temas que les afecte.
Asimismo, reforzó las competencias del Parlamento Europeo al introducir el procedimiento de codecisión como
procedimiento legislativo ordinario. Este procedimiento colocó al Parlamento Europeo en pie de igualdad con el Consejo,
para la mayor parte de la legislación de la UE.

Además, eliminó la estructura de pilares del Tratado de Maastricht. Desde diciembre de 2009, la Unión se asienta en
dos Tratados: el Tratado de Maastricht o Tratado de la Unión Europea (TUE) y el Tratado de Funcionamiento de la Unión
Europea (TFUE); este último reemplazó al Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea.

El Tratado de Lisboa otorgó a la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea el mismo valor jurídico que
tienen los Tratados y contempló la posibilidad de retirada de un Estado miembro de la Unión. Actualmente se estudian
varias modificaciones al Tratado de Lisboa.

Hasta el Tratado de Lisboa (2009) no existía legislación que regulara la retirada de los Estados miembros de la Unión
Europea. El Tratado de Lisboa prevé explícitamente por primera vez esa posibilidad: el nuevo artículo 49 A considera el
derecho de retirada como un "derecho unilateral" de todos los Estados miembros de la Unión. Así, cualquier Estado
miembro puede decidir, de conformidad con sus normas constitucionales, retirarse de la Unión. El Estado deberá
simplemente notificar su intención al Consejo Europeo. A continuación, junto con el Consejo y el Parlamento Europeo,
acordará la forma de su retirada. Es importante destacar que la decisión de retirarse no condiciona al Estado al
cumplimiento de ningún requisito.

A partir de la fecha de entrada en vigor del acuerdo de retirada o, en su defecto, tras los dos años de su notificación al
Consejo Europeo (excepto si por alguna razón especial existiera una prórroga de dicho plazo), los Tratados de la UE dejarán
de aplicarse al Estado en cuestión.

Si un Estado miembro retirado de la Unión solicita de nuevo su admisión, se someterá al mismo procedimiento de
adhesión que el exigido a cualquier otro país.

Punto 66: Crisis económica y reacomodamiento de los actores en la década del 70. Las crisis petroleras. Los
petrodólares

216
En 1973, se inicia un nuevo periodo de la evolución económica mundial que supone una ruptura clara con el orden
económico implementado después de la segunda guerra mundial. El fin del pleno empleo, la inflación, la ineficacia de las
políticas económicas para afrontar, sobre todo, el paro y el desgaste del estado de bienestar, son algunos elementos
básicos que ilustran el nuevo periodo económico mundial. No obstante, el dato más significativo lo constituye el frenazo
que experimentó el crecimiento económico a partir de 1973, en este año termina un periodo de crecimiento sostenido y
estable iniciado pocos años después de la guerra mundial, en los países capitalistas, aunque en dicho periodo se
produjeron recesiones que se superaron con rapidez y no amenazaron seriamente el pleno empleo.

El fin del crecimiento sostenido supone que las políticas económicas practicadas hayan resuelto los problemas del
desempleo y del menor crecimiento: políticas keynesianas o monetaristas, de reactivación o de austeridad, la crisis
económica continua. Así pues, desde 1973 la economía mundial está en crisis, manifiesta en conocidos síntomas
económicos: descenso de las tasas de crecimiento, inflación, desempleo, descenso las inversiones problemas en las
balanzas de pagos. Sin embargo, a pesar de ello, se han vivido procesos expansivos, sucediéndose las recesiones y las
recuperaciones.

La economía mundial, el conjunto de la humanidad en definitivo, produce anualmente en los años noventa casi dos veces
más bienes que producía a comienzos de los años setenta. Pero, este progreso no ha comportado la resolución de los
graves problemas que afectan al mundo: en la mayor parte de los países desarrollados el paro persiste, y la
subalimentación y la pobreza siguen afectando a la mayoría de los países menos desarrollados. Sin duda, estos graves
problemas se han ido agudizando en los años posteriores a la llamada crisis de la energía de 1973.

El primer choque petrolífero se produce después de la guerra del Yom Kippur en octubre de 1973, cuando la OPEP-
Organización de Países Exportadores de Petróleo- decide elevar sustancialmente los precios que, en cuatro meses, se
cuadriplican agravando la inflación de los países ricos y aumentado masivamente la deuda de los países pobres. A ello se
sumaba la duplicación de los precios en las materias primas acaecida en 1972-73.

Pero esta crisis no data de este choque petrolífero, sino que sus primeros indicios aparecen al final de los años sesenta en
los estados unidos donde la desaceleración del crecimiento se combina con un declive de la productividad, que, con ello,
comporta una baja en la rentabilidad del sector manufactureros, sin que intervengan en ello los factores energéticos.

Además de La pérdida de competitividad de las empresas norteamericanas en el mundo, debido al acelerado desarrollo
de la industria europea y japonesa, había llevado a Estados Unidos a adquirir cada vez más productos baratos en el
exterior. El déficit exterior norteamericano aumentó, por lo que, para hacer sus productos más competitivos y favorecer
las exportaciones, en 1971 el presidente Nixon se vio obligado a devaluar el dólar y anular su convertibilidad en oro. Esto
supuso un cambio en los tradicionales intercambios comerciales basados en el dólar convertible.

Por otra parte, los principales exportadores de petróleo reagrupados, desde 1960, en la OPEP deseaban frenar la
degradación de sus beneficios dado que el precio del petróleo había acusado una disminución frente a los productos
industriales. Es con este objetivo que organizan la reunión en carcas y Terán. En ellas se inicia una profunda transformación
de los mercados petrolíferos; se decide fijar los precios del crudo y además elevan parte de sus beneficios, en detrimento
de las compañías comerciales occidentales. Los estados árabes también deseaban usar el petróleo como arma para
presionar a Israel y sus aliados.

La guerra árabe-israelí de octubre de 1973, ofrece a la OPEP la posibilidad de endurecer sus posiciones de manera que
precio del barril pasa de 3 a 12 dólares entre octubre de 193 y enero de 1974. Lo que repercute en el mismo sentido en
las materias primas, abundantemente utilizadas por la industria mundial.

217
Todo ello origina un alza de precios en los países importadores en los países importadores de energía y eleva, al mismo
tiempo, la factura del petróleo. El resultado sería reducir las importaciones de petróleo, es decir, disminuir la actividad
económica en general (de acuerdo con la dependencia de cada país respecto a la energía de petróleo). En 1975, pues, se
entra en una severa recesión (medida por el retroceso absoluto de la producción en dicho alto). El paro se agrava (5 %, al
menos, en los países de la OCDE), lo que debilita el consumo y, por tanto, la incitación a producir, mientras que la elevación
de los precios de los productos petrolíferos y de las materias primas, mantienen la inflación en tasas superiores al 10 %
anual (OCDE).

La contracción de la actividad industrial mundial tiene como efecto la reducción del consumo de materias primas lo que,
a su vez, recorta las ya modestas rentas de los exportadores del Tercer Mundo que, a su vez, se ven obligados a disminuir
sus compras de bienes industriales a los países desarrollados o, si quieren mantener sus pedidos, a endeudarse. Ocurren,
pues, las dos cosas: disminución de la demanda y aumento de la deuda.

La recesión de 1973-75, sin embargo, no causó violentas sacudidas sobre las estructuras económicas, ni se produjeron
fenómenos tan agudos como los que tuvieron lugar durante la Gran Depresión de los años treinta. Es decir, no supuso una
parálisis general ni el colapso del sistema de créditos. Las razones de ello fueron, entre otras: el mayor poder de las grandes
empresas, que habían acumulado muchas reservas financieras y pudieron así, mucho más que las empresas pequeñas y
medianas, afrontar las adversidades y ser menos vulnerables a la crisis; también el papel del Estado fue fundamental, ya
que mantuvo la demanda efectiva y defendió a las empresas y bancos en crisis, impidiendo el colapso del sistema
financiero, lo que no ocurrió en los años treinta. De hecho, la regulación estatal sirvió de red protectora para que no se
hundiese la economía de mercado.

Después de la primera recesión, siguieron cuatro años de incertidumbre, entre 1976 y 1979, y la recuperación se retrasó.
El precio del crudo aumentó sólo moderadamente. EE.UU., Japón y la RFA alcanzaron cotas importantes de crecimiento y
las políticas de regulación coyuntural consiguieron algunos éxitos, aunque persistieron graves desequilibrios que impedían
la total recuperación: se agrava el desorden monetario y se hunde la cotización del dólar, el mercado de materias primas
sigue siendo inestable y, además, la revolución iraní de 1979 posibilitó una nueva -y brutal- alza del precio del barril que,
al mismo tiempo, compensaría la desvalorización del dólar, marcando el comienzo de la segunda recesión que llegó hasta
1983.

La segunda recesión - propiciada por la revolución islámica iraní de fines de 1979 y por el inicio de la guerra entre Irán e
Irak- que fue más brutal que la anterior y tuvo efectos recesivos profundos, coincidiendo con un cambio de la política
monetaria americana y con un aumento de las tasas de interés. En tres años, los precios casi se triplican desequilibrando
la balanza exterior de los países consumidores y forzándolos a lanzar o acelerar vigorosos programas de independencia
energética. Se truncaban así las expectativas de recuperación del mundo industrializado que, a fines del año anterior,
parecían tan claras.

En efecto, el segundo choque petrolero que coloca, a fines de 1980, el barril a 32 dólares, la recuperación fue mucho más
difícil que en la primera crisis. La debilidad de la demanda conduce a prácticas proteccionistas y a la baja de la demanda
de materias primas, con lo que las exportaciones del mundo menos desarrollado se vieron seriamente reducidas,
contribuyendo a disminuir su poder de compra y, por consiguiente, limitando el crecimiento del comercio mundial. Las
tensiones sociales y políticos generadas por los altos niveles de desempleo, hicieron muy difícil el mantenimiento de
políticas anti inflacionistas llevadas a cabo en años anteriores.

218
Este episodio aumenta el endeudamiento internacional de los países en desarrollo y de los países del Este (los primeros
multiplican su deuda por más de 3 entre 1975 y 1982, y los segundos, en el mismo tiempo, casi por 4).

En casi todos los países, desde 1980, se dio prioridad a la lucha contra la inflación, a través de altas tasas de interés y una
política monetaria restrictiva, con el objeto de frenar la demanda de créditos y la creación de moneda. Sin embargo, los
dos altos siguientes siguieron siendo claramente recesivos y se saldaron con un aumento del paro, teniendo costes sociales
elevados en los países industrializados.

Ahora bien, las peores consecuencias las pagaron los pases menos desarrollados, sobre todo los que más se habían
endeudado en los años setenta. La subida de las tasas de interés, el descenso del comercio mundial y la caída de los precios
de los productos de base, hicieron que estos países se encontraran agobiados por la crisis de la deuda. La crisis hizo que,
en los países en vías de desarrollo, el Fondo Monetario Internacional obligara a poner en práctica políticas de ajuste que
condujeron a una depresión que duró toda la década de los años ochenta.

Para buscar soluciones a la crisis se propusieron fórmulas basadas en el modelo keynesiano que generaron una mayor
inflación. A principios de los años ochenta el neoliberalismo, modelo económico propugnado por la Escuela de Chicago,
fue aplicado por una nueva generación de políticos, de ideología conservadora, como Ronald Reagan en Estados Unidos.
Margaret Thatcher en el Reino Unido o Helmut Kohl en la República Federal de Alemania.

Al acabar la decada de los 60, la economía de todo el mundo había experimentado el mayor periodo de crecimiento de la
historia (desde el final de la II Guerra Mundial). A esta etapa se le conoce como la edad dorada y su mayor logro fue la
creación, en los países occidentales, del llamado Estado de Bienestar.

Síntomas de la crisis

·La economía estadounidense, dónde imperaba el sistema Keynesiano, presentaba numerosos síntomas de agotamiento:

-Se disparó el déficit de la balanza comercial.

-Se incrementó el déficit presupuestario

-Apareció una fuerte especulación contra el dolar debido a la debilidad económica americana.

·La producción de los sectores de la Segunda Revolución Industrial presentaban un decrecimiento importante.

·Los salarios crecían más rápido que la producción.

·Aparecieron nuevos mercados en el área del Pacífico.

·Los mercados se saturaron produciendo un gran stock.

Inicios de la Crisis

·En 1971 el presidente Nixon declaró que no convertiría el dolar en oro y procedió a devaluarlo. Esta medida desató la
crisis mundial, que a causa de la dependencia sobre el dolar hizo un efecto dominó sobre las economías europeas.

·El 17 de octubre de 1973, los países de la OPEP declararon un embargo de las exportaciones de petroleo a EEUU y a
Europa Occidental, debido al apoyo a Israel en la Guerra de Yom Kippur. Y el golpe de gracia vino dado con el aumento
por cuatro del precio del barril de crudo, esto significó el estallido de la crisis económica mundial.

219
Tras años de optimismo en los que se pensaba que nunca más se repetiría el crac de 1929, se volvió al pesimismo. Además
esta crisis combinó a la vez, estancamiento económico, inflación y desempleo. La situación era dantesca sólo superada
históricamente por la Gran Depresión de los años 30:

·Inestabilidad en los mercados financieros y de divisas.

·Subida imparable de los precios de la energía.

·Caída de la demanda.

·Aparición del déficit público y paro masivo.

Crisis del modelo económico

Según la crisis evolucionaba los expertos se dieron cuenta de que no se trataba de una crisis normal, sino que todo el
sistema estaba carcomido:

·Crisis industrial: no había demanda mundial y los costes de producción eran más altos que en el extranjero.

·Crisis energética: quedó patente la dependencia económica de los países desarrollados con los exportadores de crudo.

·Crisis monetaria y financiera: con la devaluación del dolar se puso fin al sistema monetario internacional con respecto del
dolar. Esta debilidad fue aprovechada por los especuladores para sacar tajada.

·Crisis social y desempleo masivo: con la caída de la demanda provocó que hubieran despidos masivos, esto a su vez hizo
que el gasto público aumentara y con él el déficit.

·Crisis del keynesianismo: el estado del bienestar se vio incapaz de hacer frente a la crisis, ya que el gasto se descontroló.

Soluciones - Neoliberalismo

Ante la incapacidad del modelo de Keynes surgió la necesidad de una nueva doctrina económica cuyas ideas principales
eran:

·La reducción al mínimo de la intervención del Estado.

·El papel del Estado debe solo limitarse al control de los precios mediante la lucha contra la inflación, a través de serias
políticas monetarias.

De esta corriente destacan el presidente Ronald Reagan y la primer ministro Margaret Thatcher.

Crisis petroleras

La Crisis del Petróleo de 1973 es una crisis internacional que tuvo lugar en el año 1973 con la decisión de varios países del
golfo pérsico de no exportar petróleo a países occidentales.

La determinación del bloque árabe de la OPEP a llevar a cabo un embargo petrolífero a las naciones occidentales fue un
acto de represalia a los países que apoyaron a Israel en la Guerra del Yom Kippur. Esta medida de castigo provocó un
incremento de los precios del petróleo y en consecuencia un fuerte aumento de la inflación. Otros de los efectos de esta
crisis fueron el aumento del desempleo y un bajo crecimiento económico.

Orígenes de la crisis
220
Entre el final de la Segunda Guerra Mundial y bien entrados los años 70, Japón, Estados Unidos y Europa consumían
petróleo masivamente. Es decir, en occidente existía una fuerte dependencia del petróleo. Mientras tanto, el valor del
dólar estadounidense caía de valor entre otras cosas como consecuencia de la guerra de Vietnam. La economía
norteamericana comenzaba a mostrar síntomas preocupantes como una desaceleración en el crecimiento.

Por su parte, el presidente Nixon decidió desligar el dólar del patrón oro, dando por finalizado el sistema pactado en los
acuerdos de Bretton Woods. A todo esto hubo que añadir un gran detonante: la guerra del Yom Kippur. Los países árabes
de la OPEP decidieron establecer un embargo a los países occidentales que apoyaron a Israel en aquel conflicto.

Desarrollo y consecuencias de la crisis

Debido a la fuerte dependencia que existía del petróleo procedente de Oriente Medio, los países occidentales se vieron
sumidos en una grave crisis económica mientras el precio del petróleo aumentaba. El precio del barril de petróleo aumentó
de los 2,90 dólares a los 11,90 dólares.

Ante un aumento desorbitado de los precios del petróleo y los problemas de suministro, muchos países optaron por
reducir su dependencia del crudo apostando por otras fuentes de energía. Francia, por ejemplo, apostó por la energía
nuclear, mientras que Estados Unidos y Canadá optaron por la quema de residuos de madera.Mientras tanto, muchos
países de la OPEP, que se hallaban en vías de desarrollo, nacionalizaron las empresas petrolíferas y vieron cómo sus
ingresos públicos aumentaban notablemente. En otras palabras, los países árabes exportadores de petróleo
experimentaron un notable crecimiento económico a corto plazo, sin embargo, no fue así a largo plazo.

Ante el embargo llevado a cabo por las naciones de Oriente Medio, se produjeron importantes problemas de suministro
energético y las consecuencias sobre los países más desarrollados no tardaron en hacerse notar. Pese a que el embargo
duró seis meses (se levantó en marzo de 1974), se produjo un aumento de la inflación y muchos países entraron en una
etapa de bajo crecimiento económico. Precisamente en este periodo económico, marcado por una elevada inflación y una
economía estancada se acuñó el término “estanflación”.

La crisis del petróleo de 1979, también conocida como segunda crisis del petróleo, tras la habida en 1973, se produjo bajo
los efectos conjugados de la revolución iraní y de la guerra Irán-Irak. El precio del petróleo se multiplicó por 2,7 desde
mediados de 1978 hasta 1981.

El 8 de septiembre de 1978 es el Viernes Negro en Teherán: se producen revueltas en contra del Sha (a pesar de que se
había declarado la ley marcial) duramente reprimidas por el ejército. En noviembre, 37.000 trabajadores de las refinerías
iraníes se declaran en huelga, pasando la producción de 6 millones de barriles diarios a 1,5,1 y numerosos trabajadores
extranjeros abandonan por su parte el país. Finalmente, a instancias del Primer Ministro Shapur Bajtiar, el Sha huye del
país el 16 de enero de 1979.

El 22 de septiembre de 1980 comienza la guerra entre Irán e Irak. El precio del barril de petróleo alcanza los 39 dólares,
que teniendo en cuenta la inflación se corresponden con 144,73 dólares de marzo de 2019. La congelación de
exportaciones iraníes provoca la casi instantánea subida de precios, lo que afecta al mercado global del petróleo.

En este nuevo contexto:

Japón se ve privado de una parte considerable de sus suministros

Tras 2 años de relativa abundancia y gran estabilidad de precios, el nivel de las reservas es muy pequeño en todos los
países

221
Así, la alarma se extiende y los países de todo el mundo intentan reconstituir su capital. Se adoptan medidas: restricciones
al consumo, se subvenciona la importación (Estados Unidos); simultáneamente los especuladores aprovechan la situación
para hacer negocio. Y todo ello a pesar del aumento de la producción saudí y el reinicio parcial de exportaciones iraníes.
Tanto la OPEP como otros países productores aprovechan la situación: Los precios se disparan.

Finalmente, a finales de 1981 la situación se empieza a normalizar con la bajada generalizada de precios por parte de los
países productores.

Petrodólares

El nacimiento del petrodólar -un patrón monetario- tuvo lugar en 1973, cuando Estados Unidos llegó a un acuerdo con
Arabia Saudí para negociar cada barril de petróleo en dólares de la Reserva Federal, a cambio de armas americanas y la
protección militar de los campos petrolíferos sauditas.

El contrato se fue extendiendo de tal modo que cualquier país que quisiera comprar este tipo de recurso energético -
petróleo- estaba obligado a cambiar su moneda nacional por dólares americanos. De hecho, el sistema de intercambiar
petróleo por dólares generó una gran demanda artificial de dólares en todo el mundo, y a medida que se necesitaba más
crudo más se incrementaba la producción de la moneda estadounidense.

Como resultado, Estados Unidos se convirtió en el artífice exclusivo de este nuevo modelo monetario, lo que le permitió
ejercer un gran dominio sobre la economía global que llega hasta hoy: los 6,5 billones de dólares que se mueven
anualmente por el petróleo representan el 10% del PIB mundial y el 40% del PIB del país americano.

Unidad 9: La Periferia en la Guerra Fría

Punto 67: El triunfo de la Rev China

En China había caído en 1912 el último emperador a través de una revolución de corte nacionalista dirigida por el
Kuomintang o Partido Nacionalista Chino. Pero lejos de controlar la situación el país permaneció en el caos y la anarquía
en muchas zonas. En 1921 surgía el Partido Comunista Chino dirigido por Mao Tse Tung que en 1927 rompió con los
nacionalistas e inició un levantamiento que de forma intermitente enfrentaría a esos dos partidos.

A través de la Larga Marcha Mao, vencido, se retira a una zona remota del país donde conformaron toda la ideología y
estructura que el partido tendría en un futuro. La invasión japonesa de Manchuria en 1931 supuso una nueva etapa de
colaboración entre las dos fuerzas. Derrotados los japoneses en 1945, la guerra civil se reanudó, hasta que los comunistas
desencadenaron en 1949 una gran ofensiva que obligó a los nacionalistas a buscar refugio en la isla de Formosa, convertida
en Taiwán o China Nacionalista.

El 1 de octubre de 1949, los comunistas proclamaron la República Popular China. Se iniciaba la construcción de una
república socialista con la Unión Soviética como modelo y guía. En febrero de 1950 se firmó el pacto de amistad y ayuda
mutua con Moscú por el cual técnicos y maquinaria soviéticos contribuirían al desarrollo del nuevo estado.

Mao abandono la línea de política suicida (después de las masacres de comunistas de 1927), es decir que renuncio a la
línea de política marxista-leninista pura impuesta por Stalin. Por esto Mao planteo la revolución al revés, replanteándose
las condiciones económicas y políticas de China, colocando en primer plano a las masas campesinas (en lugar de las masas
obreras urbanas) siendo esta revolución iniciada en el campo y llevada a la ciudad, curiosamente triunfando ésta, sin
ayuda soviética.

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El maoísmo se convirtió en el nuevo soporte ideológico. Se acometió la reforma agraria los grandes latifundistas fueron
expropiados y la tierra se repartió entre los campesinos que formaron cooperativas agrarias según el modelo soviético. La
industria y las infraestructuras se nacionalización. Las nuevas autoridades aplicaron medidas fiscales en beneficio de los
más desfavorecidos.

El triunfo de la revolución marcó el inicio de una gran transformación en la sociedad y la economía de China. Las ideas de
Mao se pusieron en práctica y afectaron a todos los sectores: agricultura, industrias, política exterior, educación y ejército.

Las ideas igualitaristas de Mao se completaron con la política, educativa y militar. La educación, basada en la vinculación
del trabajo el estudio, se extendió a todos sin discriminación de sexos. Se insistió en la alfabetización (el analfabetismo
predominaba en la China pre-revolucionaria), pero también en la formación práctica (tareas de los campesinos, artesanía)
y en el adoctrinamiento en los valores igualitarios de la sociedad comunista, Además, cada campesino debía aprender las
nociones militares básicas, ya que el ejército Popular de Liberación (EPL estaba formado por toda la nación en armas. El
traje de faena de los soldados, hombres y mujeres, con sus pañuelos rojos, reflejaban fielmente la nueva sociedad china.

La intervención del ejército chino en la guerra de Corea en apoyo de los comunistas produjo el alejamiento definitivo de
la revolución china de los Estados Unidos y retrasó la toma de medidas económicas en el interior del país.

En 1953 se inició el primer plan quinquenal que centró su atención en el desarrollo de la industria pesada y la obtención
de carbón y de energía eléctrica. La producción agraria se impulsó para conseguir el autoabastecimiento que se logró en
buena medida a pesar del grave inconveniente que supuso la falta de tecnología cualificada.

La Constitución de 1954 permitió la existencia de regiones autónomas sobre el papel y concentró los poderes en el Estado
y en el partido con Mao como figura destacada al Mao Tse Tung (Mao Zedong), el Gran frente de ambos organismos.

Mao realizó una autocrítica del comunismo chino en 1957 al denunciar los excesos que su implantación había costado: la
vida de 8.000.000 de personas. En su discurso de las ”Cien Flores”, estableció la metáfora de que debían florecer en China
cien escuelas de pensamiento como cien flores, solicitaba la colaboración de los intelectuales y la apertura de un debate
que rectificase los errores de la revolución. La crítica solicitada de los intelectuales fue, sin embargo duramente contestada
por el partido que radicalizó su política frente a la propuesta de Mao y las “Cien Flores” dejaron de existir antes de su
eclosión.

Los comunistas proclamaron el “gran salto adelante”- como rectificación e impulso del proyecto socialista. En 1958 se
crearon las comunas populares unidades de trabajo y de vida ubicadas en entornos rurales dedicadas a la explotación
sistemática del territorio que ocupaban. Liu Shao Chi principal impulsor de esta nueva política sustituyó en 1959 a Mao
Tse Tung, el gran timonel, en la presidencia de China. Pero los errores de planificación y una cadena de catástrofes
naturales retrasaron el gran salto adelante y en muchos lugares las comunas desaparecieron.

Conflicto con la URSS

Las nuevas políticas que lanzó Kruschev, la desestalinización y la coexistencia pacífica, terminaron por separar a dos
naciones que por largas tradiciones históricas competían en su papel de potencias. La coexistencia pacífica era opuesta a
una política china que aún creía en el valor de la revolución mundial y no aceptaba que la URSS, una vez alcanzada la
paridad nuclear, planteara la competencia con occidente desde una perspectiva esencialmente económica. La
desestalinización era vista en Pekín como el abandono de los principios del marxismo-leninismo en una vergonzante
política "revisionista".

El proceso de ruptura entre los dos gigantes comunistas se fue articulando en diferentes pasos:

223
● En 1958 la China Popular bombardeó los islotes de Quemoy y Matsu en el estrecho de Formosa. Mientras Taiwan
(la China Nacionalista de Chiang Kai Chek) era apoyado por EE.UU., la URSS mantuvo una actitud distante. Mao
acusó al Kremlin de haberse convertido en un aliado objetivo de EE.UU., mientras que Moscú denunció el
aventurerismo chino mortalmente peligroso en la era nuclear.

● La visita de Kruschev a Pekín en 1959 hizo que se visualizaran las crecientes diferencias: los expertos soviéticos
fueron repatriados, los estudiantes chinos en Rusia enviados a casa, se interrumpieron las acciones de
cooperación. El más pequeño y pobre de los países comunistas europeos, Albania, firmará un acuerdo con China
en enero de 1962, abandonando la órbita soviética y entrando en una alianza con China.

El conflicto ideológico se convirtió pronto en un típico conflicto entre potencias:

● En el choque fronterizo por la región del Tibet entre China y la India en 1962, Moscú optó por apoyar al gobierno
de Nueva Delhi.

● Mao acusó a la URSS de "capitulacionista" tras la crisis de los misiles en Cuba en 1962.

● En 1964, la China Popular ensayó su primera bomba atómica, lo que dio al enfrentamiento una nueva dimensión.

● En 1969, estallaron incidentes fronterizos sangrientos en el rio Ussuri.

La nueva situación fue aprovechada por unos EE.UU. debilitados por la guerra del Vietnam. Kissinger en 1971 y el
presidente Nixon en 1972 visitaron Pekín normalizaron las relaciones, lo que permitió que la China Popular ingresara en
la ONU como miembro permanente del Consejo de Seguridad en el lugar de Taiwan.

La llegada de Gorbachov trajo una mayor distensión que, sin embargo, no llevó a una plena normalización de las relaciones.
Ambos países han seguido en adelante evoluciones bien diferentes: mientras que la URSS se derrumbaba y desaparecía,
Pekín se mantenía como la única potencia comunista.

La revolución cultural.

El enfrentamiento entre Mao Tse Tung y los burócratas del gobierno y del partido llevó al veterano líder a iniciar la
revolución cultural y proletaria en 1966. Millones de guardias rojos, militantes juveniles del partido, y los actores más
radicales del comunismo chino con Lin Piao al frente, dirigieron turbulentas persecuciones contra la burocracia, el elitismo
y el aburguesamiento en favor de un igualitarismo absoluto y de los principios revolucionarios contenidos en el Libro Rojo.
Muchos intelectuales funcionarios y miembros del partido fueron humillados y acusados de revisionistas, perdieron sus
empleos, sus vidas o fueron deportados. El presidente Liu Shao Chi y el secretario general del partido, Deng Xiao Ping
fueron destituidos. Las manifestaciones, concentraciones y acciones violentas se multiplicaron por todo el país, hasta que
en abril de 1969 cesaron los disturbios por la intervención del ejército. El congreso del partido de abril de ese año devolvió
sus poderes a Mao y Lin Piao fue proclamado su sucesor y Chu En Lai confirmado como primer ministro. En el fondo todo
había sido un intento de Mao por recuperar un poder que se le escapaba de las manos.

Los últimos años de Mao.

A partir de 1969 la China revolucionaria se estabilizó. El país se abrió a Occidente al tiempo que se agravó el
enfrentamiento con la Unión Soviética. En 1971 se produjo su ingreso en la ONU y ocupó un puesto permanente en el
Consejo de Seguridad tras la expulsión de Taiwan. Los líderes perseguidos durante los tiempos convulsos de la revolución
cultural fueron rehabilitados y Lin Piao murió al estrellarse el avión en el que huía hacia la Unión Soviética según la

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explicación oficial china tras fracasar su golpe de Estado contra Mao con el que pretendía revitalizar el radicalismo
revolucionario.

La China Postmaoista.

A la muerte del "gran timonel" en 1976 se desató una cruel lucha por el poder entre los fieles maoístas y los reformistas
del rehabilitado Deng Xiao Ping que concluyó con la victoria de estos últimos. El nuevo líder del maoísmo fortaleció el
ejército y los nuevos planes se centraron en el desarrollo de la agricultura, la industria y las ciencias

A finales de los ochenta entró en vigor la política del hijo único para frenar el aumento demográfico en China, con severas
amenazas para quienes no la cumpliesen. En 1988 se inició la apertura económica mediante la legalización de la propiedad
privada de la tierra y de la pequeña empresa privada. Asimismo, se establecieron las llamadas zonas económicas
especiales, enclaves industrializados con economía de mercado permitida.

La tolerancia de las autoridades hacia prácticas capitalistas ha contrastado con su inmovilismo político con un grupo
dirigente cerrado y contrario a cualquier participación democrática. Ello ha permitido abusos en la economía causantes
de fuertes desigualdades en un país con un bajo nivel de vida. En junio de 1989 se produjo una protesta de estudiantes en
la plaza de Tiananmen de Pekín que reclamaron durante días la democratización del sistema, pero fueron reprimidos con
dureza por el ejército. Así se puso fin al equivalente chino de las revoluciones europeas contra los regímenes comunistas
y el poder de las elites del partido se afianzó.

Punto 68: Nacimiento del Estado de Israel: los orígenes del conflicto árabe-israelí

El próximo oriente comprende los estados árabes asiáticos. (Líbano, Siria, Irak y Jordania y los países de la península
arábiga), Israel y Egipto. A su alrededor, los países musulmanes no árabes de la región, Turquía, Irán y Afganistán, que
configuran el oriente medio.

La intensa conflictividad de la región se relaciona, en sus orígenes, con la descomposición del Imperio Otomano y las
formas que adopto posteriormente la presencia colonia europea, a diferencia de lo que sucede con la mayoría de los
problemas actuales que tienen como precedente inmediato la Segunda Guerra Mundial, la conflictividad en la región del
próximo y Medio Oriente hunde sus raíces en la Primera Guerra Mundial, que determinó el trazado de fronteras y la
creación del estado de Israel.

El principal foco de tensión en el próximo medio oriente, lo que ha provocado en última instancia el “estallido” del próximo
oriente ha sido sin duda, la constitución del Estado de Israel y la reacción árabe ante el hecho consumado. Los orígenes
del conflicto tienen un claro sabor colonial: en noviembre de 1917, en contradicción con la promesa hecha a los árabes de
abogar por su independencia si se oponían al Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial, “el gobierno de su majestad
(británica) ve favorablemente el establecimiento en palestina de una patria nacional para el pueblo judío.” Es la conocida
declaración Balfour, pactada por el secretario del Foreing Office y lord Rothschild y Chaim Weizman los miembros de la
Comisión Sionista de Londres. Un mes después, gran Bretaña ocupaba Jerusalén y, finalizada la guerra, palestina quedaba
bajo mandato británico. En los próximos veinte años, Londres favoreció la emigración judía a Palestina y de los 25.000
judíos (por 700.000 árabes) que vivían en el territorio a finales del siglo XIX se pasó a los 450.000 de 1939, es decir, una
tercera parte de la población total.

El holocausto judío perpetrado por los nazis en la Segunda Guerra Mundial y la necesidad de acoger a los miles de judíos
que, huyendo del horror y la barbarie, habían perdido sus casas y su país favoreció, de nuevo, la emigración a Palestina y,
sobre todo, una actitud favorable en la ONU al establecimiento de un estado judío en Palestina. A partir de este momento,
ocurrirán diversos disturbios y un aumento de la hostilidad entre árabes e israelíes.
225
En 1947 se sucedieron los atentados con bombas, los tiroteos y secuestros. Ante una rebelión confusa, pero intensa, la
posición de los cien mil soldados ingleses estacionados en Palestina resultaba insostenible. El 14 de febrero el secretario
del Foreing office, anuncia su intención de llevar el asunto palestino ante las Naciones Unidas, incluso si Inglaterra debe
dejar el mandato y abandonar Palestina, intentado resolver el problema palestino.

En consecuencia, a partir de febrero de 1947 el centro de gravedad de la cuestión Palestina se desplazó de Londres a las
Naciones Unidas. Los cinco miembros permanentes del consejo de seguridad iniciaron negociaciones con el secretario
general de la organización. Dos nuevos actores quedaran a partir de entonces implicados en la búsqueda de una solución:
Estados Unidos que se encuentra entre la voluntad de los parlamentarios demócratas, incluso republicanos, por lograr el
voto de los judíos y la determinación de los diplomáticos y de los círculos de negocios por proteger los intereses
petrolíferos; y la unión soviética, cuya actitud no era en ese, entonces particularmente ofensiva, pero se oponía al
nacimiento de la liga de estados árabes cuya inspiración le parecía claramente pro occidental.

El 28 de abril de 1947 se abre la primera sesión especial en la Asamblea General de las Naciones Unidas especial, en las
que se designa una comisión especial para Palestina, encargada de preparar el examen de la cuestión del futuro gobierno
de palestina. La comisión choca con dos actitudes diferentes; el rechazo neto de los portavoces árabes a negociar y la
táctica conciliadora de los sionistas, por el dramático asunto del Exodus, que transportaba judíos salvados de los campos
de concentración hacia Palestina.

Las organizaciones judías invocaron el lazo histórico de Tierra Santa y desearon la creación de un Estado judío, abierta a
la inmigración judía. El alto comité árabe, amparado en los derechos del islam sobre una tierra conquistada desde el año
637 y de la relación de fuerzas demográficas (los dos tercios de la población palestina es musulmana.), pide la creación de
un estado unitario en el seno del cual la inmigración judía seria restringida.

La comisión especial no habiendo podido alcanzar la unanimidad, presentó dos propuestas; La mayoritaria consistía en el
reparto de palestina en dos estados, unidos por una unión económica, quedando Jerusalén y sus alrededores dotados de
un estatuto separado y la otra apoyada por india, Irán y Yugoslavia, era favorable a la creación de un estado federal.

La asamblea general decide designar una nueva comisión especial ad hoc, pero esta vez las posiciones están más claras,
Estados Unidos y la Unión Soviética se ponen de acuerdo sobre el reparto; Gran Bretaña decide retirar sus tropas poner
fin a su administración antes del 1 de agosto de 1948.

El comité ad hoc se pronunció por la creación de dos estados independientes, uno árabe y otro judío, y de una zona
internacional en Jerusalén, bajo control de Naciones Unidas, permaneciendo las tres entidades relacionadas por una unión
económica. El 29 de septiembre de 1947, la Asamblea General ratifica en su resolución 181 la decisión sobre el reparto.

Treinta años después de la declaración Balfour que prometía Sion a los judíos y creaba la cuestión palestina, las Naciones
Unidas atribuían un trozo de tierra santa a cada una de las partes. Pero el reparto era difícil de llevar a la práctica a causa
de la mezcla de la población, de la existencia de los santos lugares y de la insuficiente viabilidad económica de los dos
futuros estados. Pero en la primavera de 1948, las armas van a decidir la cuestión y el plan de reparto de la ONU será
sustituido por otro reparto territorial salido de la fortuna de las armas.

Por el estallido de violencia entre judíos y árabes inquietos por la guerra total que se anunciaba, el gobierno de Washington
intentó retrasar los plazos por lo que pidieron la convocatoria de una asamblea general de las naciones unidas para anular
el plan de división y establecer una tutela provisional de la ONU , pero la propuesta americana fue combatida
vigorosamente por la Unión Soviética que ve en ella una maniobra para prolongar el mandato británico, pero estos últimos

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ya resignados a la pérdida del territorio aceleran su retirada adelantándola del 1 de agosto al 15 de mayo el término de
su mandato.

Unas horas antes, los judíos, con el fin de no violar el sabat, antes de la puesta de sol, proclaman el estado de Israel en la
que se iza bandera y se convierte Chaim Weizman se convierte en el jefe del estado. El primer decreto del nuevo gobierno
anula las restricciones con respecto a la inmigración judía y luego es reconocido de facto por Estados Unidos y por la Unión
Soviética.

Pero la respuesta árabe fue contúndete y dio origen a la primera guerra entre el estado de Israel y a los palestinos
apoyados por los estados árabes vecinos (Transjordania, Irak, Siria, Libia, Egipto y una representación de soldados de
Arabia Saudí y Yemen). Israel hizo frente al avance de las topas árabes rompió el frente del Sinaí penetró en la península
hasta la altura de el Arish y amenazó con cercar a las fuerzas egipcias que operaban en Gaza.

Tras diversas treguas y ceses del fuego impulsados por la ONU, se puso fin al conflicto el 6 de enero de 1949 (aunque en
marzo las tropas de Israel todavía ocuparían el Neguev, que les había sido adjudicado según el plan de partición de la ONU
de 1947 pero que una era parcialmente administrado por los jordanos). Con la firma de los armisticios de 1949 Israel
obtuvo la región de Acre, Nazaret y el acceso a Jerusalén. En suma, el estado de Israel quedo establecido con una extensión
mayor a lo previsto en el plan de reparto de Naciones Unidas. Según este plan los israelíes se les atribuía el 55 por ciento
del territorio de Palestina, pero tras la guerra ocupan el 78 por ciento. De la proyectada palestina árabe solo quedan Gaza,
administrada por Egipto y la Cisjordania, que fue anexionada por Jordania. La victoria permitió consolidar el estado de
Israel sobre un territorio más extenso del inicialmente previsto, todas las restricciones a la inmigración e invitar a los judíos
de todo el mundo a poblar su nueva patria.

Las prioridades de los gobiernos fueron la integración de los recién llegados de Europa, la consolidación de las
instituciones, el sistema político parlamentario y, por encima de todo, la creación de un ejército nacional, moderno y
profesional, popular e identificado con su pueblo, que, fuera capaz de garantizar la defensa de Israel.

La derrota en Palestina ante Israel sacudió al mundo árabe hasta sus raíces. Los pueblos árabes se sintieron defraudados
una vez más y humillados, traicionados no sólo por los países occidentales, aliados de Israel, sino también por las
oligarquías árabes dirigentes, incapaces de enfrentarse a su enemigo y sospechosas de connivencia con el imperialismo
occidental. Todo ello fue el caldo de cultivo en el que se gestaron los movimientos populares y revolucionarios árabes
desde 1952.

La derrota fue para Egipto una verdadera humillación de la que se hacía responsable a la monarquía y al gobierno por su
sumisión a los intereses extranjeros, por lo que se extendió un sentimiento nacionalista hostil a la presencia extranjera
que culminó en el golpe de los oficiales libres del 23 de julio, se abolió la monarquía y fue proclamada la república. En
febrero de 1954, Nasser ocupo la presidencia del gobierno.

El segundo conflicto árabe-israelí

El conflicto entre los Estados Árabes e Israel persiste tras la primera guerra en 1948- 1949, ya citada, e incluso se agrava
tras la revolución egipcia de 1952 por la política seguida por su presidente Nasser, es en el contexto de la guerra fría donde
se inscribe la segunda guerra árabe-israelí. Las hostilidades se hacían evidentes en las fronteras de Israel con Siria, Egipto
y Jordania. A esta tensión se sumó la negativa del banco mundial a la ayuda financiera solicitada por Egipto para la
construcción de la presa de Asuán, debido a sus pactos con países comunistas. La respuesta de Nasser fue nacionalizar la
compañía del canal de Suez expulsando a ingleses, esta decisión recibió el apoyo de la URSS.

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Francia y Gran Bretaña se consideraron perjudicados por la nacionalización y en conveniencia con Israel decidieron
intervenir. El 29 de octubre de 1956 Israel inicio una ofensiva en el Sinaí que condujo a su ejército hacia la orilla este del
canal y el sur de la península, las acciones realizadas fueron duramente condenadas por la opinión pública internacional.
EEUU y la URSS presentaron una resolución de cese al fuego fue aprobado por la Asamblea General de la ONU. El conflicto
había acabado con un balance poco previsible: Egipto y Nasser fueron los vencedores morales al resistir a una coalición
de fuerzas agresoras tan importante.

El tercer conflicto de guerra árabe- israelí

La difícil situación entre los Estados Árabes e Israel, estabilizada desde 1957, se degrada de nuevo a partir de 1962 y se
intensifica el enfrentamiento. En 1959 se crea Al Fatah, un partido nacionalista palestino dirigido por Yasir Arafat y núcleo
de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) de la que será elegido presidente el mismo Arafat. A partir de
1964 la tensión aumenta y desembocará en la tercera guerra árabe-israelí, la llamada de los Seis Días, en junio de 1967,
en la que los israelíes obtienen una espectacular victoria y ocupan los territorios árabes del Sinaí y Gaza arrebatados a
Egipto, Golán a Siria, y Cisjordania a Jordania.

Las consecuencias de esta nueva crisis son: se acelera el declive del nasserismo en un Egipto con dificultades, se modifican
los datos del conflicto árabe-israelí que devuelve al primer plano internacional la situación del Próximo Oriente, se
transforma el statu quo territorial al ocupar Israel directamente territorios egipcios, sirios y jordanos; y las organizaciones
palestinas de lucha contra Israel van adquiriendo autonomía respecto a los gobiernos árabes, constituyendo en 1969 la
OLP con la presidencia de Y. Arafat, que defiende la creación de una Palestina árabe soberana.

Tras la tercera guerra, los israelíes permanecen y se afirman en los territorios ocupados, y cesan las actividades bélicas,
que quedan limitadas a las acciones de los palestinos contra Israel desde los países árabes fronterizos. En Egipto, el
presidente Sadat, sucesor de Nasser tras su muerte en 1970, replantea un nacionalismo egipcio más conservador y
prooccidental; y en la región se intensifican las presiones soviética y norteamericana - con el «Plan Rogers».

La cuarta guerra árabe-israelí (1973) o del Yom Kippur: el empate.

La situación de tenso conflicto lleva en octubre de 1973 a la cuarta guerra árabe-israelí, la del Yom Kippur, en Suez y Golán.
Esta guerra confirma a esta región como la principal zona de conflicto en el mundo, haciendo depender de su suerte
política el destino económico de los países industrializados importadores de petróleo; además esta crisis representa el
retroceso de la URSS en la región y el aumento de la influencia de EE UU, bajo cuyo patrocinio no sólo se reorienta la
política del Egipto de Sadat, sino que se inician las negociaciones que llevan a resultados reales y a acuerdos entre Egipto
e Israel, que se enmarcan en el giro de mediados de los años setenta en el Próximo Oriente y que corresponden a la fase
siguiente.

El día 6 de octubre a las 14:05 horas los egipcios iniciaron el ataque sobre estas defensas con el fuego de un millar de
piezas de artillería. Un poco antes, a las 13:58 horas, los sirios iniciaron un ataque aéreo para preparar el terreno a sus
fuerzas acorazadas. El canal fue atravesado por dos zonas con tres divisiones de infantería y una acorazada. Los taludes
de arena que protegían las posiciones de la línea Bar Lev fueron disueltos con cañones de agua. Al día siguiente los egipcios
habían penetrado 10 kilómetros en el Sinaí.

El gran combate se inició con pérdidas importantes por ambos lados, pero los israelíes habían puesto en marcha
simultáneamente un plan que, esquivando el grueso de las tropas egipcias, alcanzaría su retaguardia encerrándolos en
una bolsa. Estas tropas alcanzaron la orilla oeste del canal y atacaron las defensas antiaéreas facilitando así la acción de la

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aviación israelí. La situación se estaba volviendo muy peligrosa, las grandes ciudades egipcias y Damasco se encontraban
al alcance de los israelíes. Entonces Estados Unidos y la URSS decidieron poner fin a la guerra.

El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió el 22 de octubre y ordenó el alto el fuego. Los israelíes no hicieron caso y
continuaron hasta ocupar Suez. Ante esta negativa israelí, la URSS comenzó los preparativos para enviar tropas
aerotransportadas y Estados Unidos declaró el estado de alerta estratégica. En el frente sirio apenas cambiaron las
posiciones. Finalmente, el día 25 todas las partes aceptaron el alto el fuego.

Las conversaciones de paz fueron largas y laboriosas, y en ellas actuó de mediador el Secretario de Estado norteamericano
Henry Kissinger. El 18 de enero de 1974 se alcanzó un acuerdo con Egipto, por el que Israel admitía replegarse a una línea
situada a 35 kilómetros al este del canal y los egipcios aceptaban reducir su presencia en esta orilla. El 31 de mayo se
llegaba al acuerdo entre Siria e Israel por el que se creaba una zona desmilitarizada de 5 kilómetros.

Punto 69: La guerra de Corea

La Guerra de Corea (1950-1953) fue un conflicto armado que tuvo lugar en la Península Coreana y dividió al país de forma
permanente en Corea del Norte y Corea del Sur.

Ocurrió entre los años 1950 y 1953. Tuvo como telón de fondo la disputa geopolítica entre Estados Unidos (capitalismo) y
la Unión Soviética (socialismo).

Corea del sur influenciada por el Capitalismo Norteamericano y Corea del Norte por el Socialismo de la Unión Soviética.

Fue el primer conflicto armado de la Guerra Fría (entre Estados Unidos y la Unión Soviética), causando aprehensión en
todo el mundo, pues hubo un riesgo inminente de una guerra nuclear en función de la implicación directa entre las dos
potencias militares de la época.

Causas de la Guerra de Corea

Tras el final de la Segunda Guerra Mundial y Después de la derrota de Japón, estos retiraron las tropas japonesas de los
territorios Coreanos, entonces las 2 potencias vencedoras en la segunda Guerra se dividieron el País.

El norte pasó a ser aliado de los soviéticos (socialista), mientras que el sur quedó bajo la influencia norteamericana
(capitalista). Esta división generó conflictos entre las dos Coreas, ya que los del Norte era un amenaza que estados Unidos
estuviera Tan cerca y la idea era sacarlo de Corea del Sur.

Con la división, la tensión en la región de la frontera entre Corea del Norte y Corea del Sur es cada vez más pesada, pues
los gobiernos soviético y norteamericano exigen total control del territorio. Tras varios intentos de derrocar al gobierno
surcoreano, Corea del Norte invadió Corea del Sur el 25 de junio de 1950. Las tropas norcoreanas conquistaron Seúl
(capital de Corea del Sur), a causa de esta invasión empezó el conflicto. Su objetivo principal era unificar el territorio bajo
la bandera comunista.

Antecedentes de la Guerra

La península de Corea fue el objetivo desde el comienzo del siglo XX de la invasión extranjera, especialmente los japoneses,
que había anexado la península a su territorio en 1910. La ocupación de Corea por Japón ratificó la firma del Acuerdo de
Anexión de Corea-Japón. Este acuerdo inició la ocupación de Corea por ciudadanos japoneses.

La ocupación de Corea se materializó a partir de la formación de colonias japonesas en el territorio coreano. Los japoneses
tomaban las tierras productivas hasta entonces ocupadas por los coreanos y ponían a los coreanos a realizar trabajos
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forzados (y muchos eran enviados a Japón exactamente para cumplir esa finalidad). Además, la ocupación japonesa quedó
marcada por diversos crímenes sexuales cometidos contra coreanas.

A causa de la violencia de la ocupación japonesa, los coreanos se aliaron al esfuerzo de guerra de los estadounidenses y a
la Unión Soviética contra los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial.

El gran sueño de los coreanos al expulsar a los invasores japoneses era garantizar la independencia de Corea, pero lo que
los coreanos no esperaban es que las potencias de la guerra tenían otros intereses para la península.

Con la derrota de los japoneses en la segunda guerra y durante la Conferencia de Potsdam, celebrada en julio de 1945,
estadounidenses y soviéticos determinaron que la península de Corea se dividió en dos zonas de influencia.

El paralelo 38 sería la División. La parte norte fue entregada a la influencia soviética, y la parte sur fue entregada a la
influencia americana.

Pero en Corea, el fin de la guerra significó también las divisiones del país en dos zonas de ocupación distintas y separadas
por el paralelo 38º: al norte del paralelo 38º se estacionarían las tropas de ocupación soviéticas y al sur los
norteamericanos.

Y en 1948 se fundaron dos países: la República Popular Democrática de Corea, en el norte, liderada por el Kim Il-sung,
abuelo del actual mandatario, y la República de Corea, en el sur, con Syngman Rhee en el gobierno.

En esos primeros años de Guerra Fría la unificación del país era el fin, que el país quedara bajo un mismo mandato algo
que la URSS buscaba pero Estados Unidos También.

Pero la tensión entre el norte comunista, apoyado por la Unión Soviética, y el sur, auspiciado por Estados Unidos,
Comenzó.

Historia de la Guerra de Corea

El inicio de la Guerra

El inicio de la guerra está marcado por lo que sucedió el 25 de junio de 1950 cuando las fuerzas de Corea del Norte cruzaron
la frontera en la Operación Pokpoong (tormenta) e invadieron el sur, con la excusa de que habían sido atacados primero
por soldados de corea del sur en la frontera. Pero la realidad es que ofensiva se había estado preparando durante meses.
La invasión tuvo éxito y Corea del Norte se hizo con Seúl capital de los Surcoreanos, aunque Rhee pudo escapar junto a su
gobierno y el resto de sus tropas.

El desarrollo de la Guerra

Contra dicha acción, el gobierno de Estados Unidos, a través de la ONU envía tropas para expulsar a los socialistas de la
región del Sur de Corea y devolver el mando de Seúl a los surcoreanos. Incluso bajo el riesgo inminente de causar una
tercera guerra mundial, el socialismo y el capitalismo están de nuevo en guerra. Los soldados norteamericanos siguen
hacia la costa oeste dominado por los soviéticos y llegan a la capital Seúl sin mayores dificultades, gracias a su número
superior, ciento cuarenta mil norteamericanos contra sesenta mil soviéticos. Siguiendo el ejemplo de los norcoreanos, el
ejército avanza por el Paralelo 38º haciendo que el ejército soviético retroceda hasta llegar a su capital Pynogyang, dejando
a sus enemigos enfurecidos.

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El retroceso de las tropas norcoreanas llevó a las fuerzas surcoreanas y aliadas a sobrepasar la frontera del paralelo 38 y
acorralar a las fuerzas norcoreanas en el norte de la Península. La posibilidad de la derrota de Corea del Norte dio como
resultado el despliegue de tropas por China.

La interferencia china en ese conflicto se produjo por el temor del gobierno chino de que una victoria de los
estadounidenses llevara a una invasión del territorio chino. China, sin embargo, al sentirse amenazada envía más de
trescientos mil soldados en apoyo a Corea del Norte entrando oficialmente en la guerra. China a ejemplo de los
estadounidenses hacen que el ejército opositor retrocede y conquista nuevamente la capital de Corea del Sur, Seúl, el
cuatro de enero de 1951.

Los norteamericanos avanzan de nuevo haciendo que los soviéticos retrocedan y mantengan el paralelo 38, manteniendo
las fuerzas en un nivel estable y extendiendo el conflicto por los dos años siguientes.

Fin de la Guerra de Corea

En julio de 1953, el gobierno norteamericano amenazó con usar armas nucleares contra Corea del Norte y China si la
guerra no fuera finalizada con la rendición norcoreana y firmaran un acuerdo.

China, amenazada, desiste y el ejército norcoreano se rinde finalizando la guerra. Después de la rendición empezaron las
negociaciones. Los muchos conflictos en territorio coreano provocaron la muerte de cerca de cuatro millones de personas,
en su mayoría civiles.

La guerra tuvo lugar hasta julio de 1953, cuando se firmó el armisticio a dejar de luchar, después que el presidente Dwight
Eisenhower Estados Unidos amenazó con utilizar armas nucleares.

El acuerdo de Panmujón fue sólo un alto el fuego, pues el tratado de paz hasta hoy no ha sido firmado.

Los combates dejaron más de 3 millones de muertos, y las Coreas fueron divididas oficialmente por el paralelo 38 ° N,
creando una zona desmilitarizada a lo largo de la frontera.

La frontera que divide a Corea del Sur, capitalista, y Corea del Norte, comunista, se mantiene hasta hoy y, a pesar de su
área desmilitarizada, sigue siendo víctima de frecuentes conflictos.

Características de la Guerra de Corea

Conflicto entre 2 ideologías políticas capitalismo y socialismo

División del país en 2 por el Paralelo 38.

Amenaza de Ataque Nuclear por parte de estados Unidos.

Diferencias Sociales entre ambas Coreas: Mientras que en Corea del Norte no existe la libertad de expresión y la posibilidad
de dejar el país de forma legal es casi Nula por parte de sus habitantes. En Corea del Sur existe la libertad de Expresión,
sus habitantes son libres para escoger sus corrientes de pensamiento, esto ha ayudado a corea del sur convertirse en una
potencia mundial en tecnología.

¿Cuándo se Separaron las 2 Coreas?

Después de la amenaza de Estados Unidos de un ataque nuclear y la rendición de las tropas Chinas y del ejército
Norcoreano, llevó a la apertura de negociaciones que concluirán el julio de 1953, poco después de la muerte de Stalin,

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con la firma del Armisticio en Panmunjong. En él se acordó una línea de demarcación que serpentea en torno al paralelo
38º en donde se dividen las 2 coreas.

¿Cuáles fueron los combatientes de la Guerra?

Los principales combatientes en esta guerra fueron:

las repúblicas de Corea del Norte y China, por un lado, y Corea del Sur con ayuda de Estados Unidos, Australia, Canadá,
Reino Unido y otras naciones bajo el mando de Estados Unidos. La Unión Soviética también suministró consejeros militares
y pilotos de combate, así como armamento a las tropas chinas y norcoreanas.

Consecuencias de la Guerra de Corea

– Las bajas en ambos bandos fueron altas; Naciones Unidas, 36.000 norteamericanos muertos más heridos, 400.000
surcoreanos heridos y muertos; China y Corea del Norte, 1.500.000 entre heridos y muertos.

El mantenimiento de la división en Norte y Sur continuó con el clima de tensión y fricciones fronterizas que permanecen
hasta hoy.

– La Corea del Norte, régimen político socialista, dictatorial con muy cerrado, llevó a cabo la nacionalización de la
economía. El presidente Kim il-Sung mantuvo alianza con China y URSS. En 1990, la ONU aprobó la admisión del país como
miembro.

A partir de 1991, la economía norcoreana entró en crisis, con la pérdida de la ayuda económica y del petróleo soviético.
Actualmente vive sobre un régimen dictatorial, siendo considerado uno de los países más cerrados del mundo.

– La Corea del Sur , capitalista, democrático y aliado de Estados Unidos, tuvo su economía relacionado con Estados Unidos
y la inversión extranjera japonesa.

El gobierno surcoreano invirtió en infraestructura y en el sector educativo, generando mano de obra barata, disciplinada
y calificada.

Los sectores como el textil, de máquinas y equipos eléctricos y electrónicos y de productos químicos se destacaron en el
desarrollo industrial, en las décadas de 1970 y de 1980. A partir de la década de 1990, fue el turno de los sectores de
microelectrónica y de ordenadores.

Actualmente, los surcoreanos son grandes exportadores de componentes para ordenadores, de automóviles, de buques
y de productos electrónicos

Corea del Sur, por su parte, salió de la condición de país agrario a la de tigre asiático. Recibió inversiones y tecnología
extranjera, ascendiendo a la posición de una de las naciones más desarrolladas del mundo.

Punto 70: El conflicto en el subcontinente indostánico India-Pakistán (Cachemira)

Cachemira es un territorio situado en la región septentrional del subcontinente indio. Limita con Afganistán, China, India
y Pakistán. Este territorio es el centro de una disputa de más de 50 años entre India y Pakistán, que ya ha desatado dos
guerras y estuvo a punto de desatar una tercera, esta vez de carácter nuclear, en 1998.

ORIGEN DEL CONFLICTO

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El origen del conflicto se gestó por el choque entre dos proyectos de nación. Por un lado, “Nueva Delhi (India) insistía en
retener Cachemira para demostrar que la provincia podía prosperar en un Estado secular. (Su postura recibió la ayuda del
monarca hindú de Cachemira, quien se apresuró a unirse a India en 1947 con la esperanza de evitar un levantamiento y
una incursión apoyada por Pakistán). El gobierno de Islamabad (Pakistán), en contraste, creía que Cachemira, cuya
población es de mayoría musulmana, pertenecía a Pakistán, patria putativa de los musulmanes de Asia del Sur”

La disputa de descansa en una diversidad étnica y religiosa que no fue resuelta durante la partición. La condición fronteriza
del territorio, ya fuera dentro de India o Pakistán, condicionaba su incorporación a uno u otro estado exclusivamente al
sentir de su población y, en última instancia, a la palabra del maharajá.

El Principado, al servicio del Imperio Británico desde hacía un siglo, se encontraba bajo el gobierno de una familia hindú
mientras que el 77% de la población era de origen musulmán, un 20% hindú y el restante 3% se componía de sijs y budistas.
La división, establecida de acuerdo a un criterio religioso, significó el desplazamiento de 14,5 millones de personas:
musulmanes que abandonaron India para ir a Pakistán e hindúes y sikhs que hicieron el viaje contrario. Los nuevos
gobiernos no estaban preparados para enfrentar semejante migración. Como resultado, se produjo una enorme ola de
violencia a ambos lados de las recientemente demarcadas fronteras.

En 1947 los británicos abandonaron la colonia de la India, pero antes la dividieron en dos Estados: por un lado las
provincias con predominio de la religión musulmana formaron Pakistán, y por otro las no musulmanas formaron la India.
Esto resultó problemático en la provincia de Cachemira porque el maharajá que la gobernaba era hindú, mientras que la
mayoría de la población era musulmana. En este contexto empezaron las revueltas en Cachemira apoyadas por Pakistán,
y el maharajá, Hari Sinh, recibió ayuda militar de la India a cambio de integrar la provincia en la Unión India. A pesar de
este acuerdo, el maharajá prometió un plebiscito para conocer la opinión de la gente, pero éste nunca se llevó a cabo.

Pakistán se tomó la intervención del ejército indio como una declaración de guerra, y así comenzó el primero de los
enfrentamientos bélicos entre ambos países.

El armisticio impulsado por Naciones Unidas en enero de 1948 puso fin a esta primera guerra pero no al conflicto. La línea
del frente quedó estipulada como frontera provisional y pasó a llamarse 'Línea de Control'. Esta Línea de Control divide
cachemira en dos partes. La zona norte está controlada por Pakistán y la zona sur por India. China también controla una
pequeña porción que reclama como parte de su territorio.

EVOLUCIÓN DEL CONFLICTO

Durante la Guerra Fría, Pakistán buscó alianzas internacionales para paliar su posición de debilidad frente a la India, que
por su tamaño y recursos empezaba a convertirse en una potencia regional. Estados Unidos llegó a acuerdos de
cooperación económica y militar con Pakistán, con el fin de lograr un aliado estratégico fronterizo con la Unión Soviética.
Pero el régimen pakistaní olvidó pronto sus compromisos con Estados Unidos, y aprovechándose de los recursos militares
proporcionados por los americanos invadió Cachemira en agosto de 1965. Las fuerzas indias rechazaron el ataque y la
presión internacional propició un alto el fuego y la vuelta a la situación anterior.

Una tercera guerra entre India y Pakistán tuvo lugar en 1971, pero en esta ocasión la causa fue la secesión del Pakistán
Oriental, que dio lugar al Estado de Bangladesh. Esta secesión, apoyada por el gobierno de Indira Gandhi, no motivó ningún
cambio significativo en la situación de Cachemira. Los Acuerdos de Simla de 1972 establecieron la necesidad de buscar
una solución al conflicto, pero no establecieron vías efectivas para ello.

Las pruebas de armamento nuclear del gobierno indio en 1974 fueron un elemento disuasorio de nuevos enfrentamientos
entre ambos estados.
233
La invasión de Afganistán por parte de la Unión Soviética en la década de los ochenta propició la formación de las milicias
talibanes, que a partir de mediados de la década empezaron a actuar también en Cachemira utilizando tácticas de guerrilla
y terrorismo. La respuesta del gobierno indio fue una severa represión y las fuerzas militares de la zona pasaron a
comportarse como un ejército de ocupación.

Actualmente el pueblo cachemir sigue siendo la víctima de este conflicto. La opción preferida por los habitantes de
Cachemira es la independencia de su tierra de los dos Estados que la han arruinado, pero esto de momento no entra en
los planes de India y Pakistán.

Cinco claves para entender el conflicto por Cachemira entre la India y Pakistán

Los dos países llevan siete décadas enfrascados en un conflicto que es consecuencia del proceso de descolonización
británica y el posterior nacimiento de los dos Estados independientes

La India y Pakistán llevan siete décadas enfrascados en Cachemira en un conflicto territorial que parece no tener fin. Una
relación de alta tensión que nace del proceso de descolonización británica. En la actualidad, los dos países están dotados
de armas de destrucción masiva, de ahí que cualquier roce, por pequeño que sea, hace saltar todas las alarmas. Esta es la
breve historia del conflicto de Cachemira resumida en cinco claves.

1. Descolonización

El origen de las rivalidades data de la independencia, en 1947, cuando la India y Pakistán se constituyen como Estados
propios tras una traumática partición del territorio. La escisión cuesta la vida a centenares de miles de personas y el
desplazamiento de 12 millones de ciudadanos de un lado al otro de las fronteras. Cachemira se convierte entonces en el
principal foco de disputa.

2. Rivalidades ideológicas

La independencia de la India trae consigo un conflicto de identidad entre los nacionalistas hindús del Partido del Congreso
Indio y la minoría de Liga Musulmana de Jinnah. En esta disputa, Pakistán se declara defensor de los musulmanes –
acusa al Estado indio de opresor- y se lanza a la protección y al control de Cachemira, poblada mayoritariamente por
musulmanes.

3. Primera guerra

El plan de partición de la Ley de Independencia de la India (1947) establece que Cachemira es libre de adherirse tanto a
Pakistán como a India. En ese momento, Hari Singh, el maharaja (gobernante local) de Cachemira, se decanta por la India,
lo que provoca la primera guerra indo-paquistaní . Desde entonces, el territorio en disputa está dividido en tres partes:
la controlada por India, la que está bajo el Gobierno de Islamabad y una pequeña región al noreste que pertenece a China.

4. Segunda y tercera guerra

Tras la primera guerra, India aprueba una nueva Constitución en la que se expresa un cierto grado de autonomía para la
región de Cachemira. Sin embargo, a principios de 1965 estás competencias se ven mermadas y estalla la segunda
guerra que acaba cuando interviene la entonces Unión Soviética y el Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas (ONU).

En 1971, los movimientos secesionistas, con la ayuda de la India, consiguen la independencia de Pakistán Oriental y la
creación del Estado de Bangladés. Pakistán ve la operación como un ataque directo y la crisis degenera en el tercer

234
conflicto armado. En 1972 se firma el Acuerdo de Simla en el que ambas potencias acuerdan resolver el conflicto por
medios pacíficos y se establece una Línea de Control.

5. Evolución del conflicto

A pesar del acuerdo de paz, las tensiones por Cachemira nunca han desaparecido. En 1999, estalla un nuevo conflicto
cuando 400 paquistanís se infiltran en Kargil, una zona que pertenece a la Cachemira india. Nueva Delhi responde a este
nuevo desafío con ataques aéreos que acaban con la vida de 170 paquistanís. El Gobierno de Islamabad decide finalmente
retirarse de territorio indio. Del 2000 al 2001 el conflicto en la región se salda con 7.000 víctimas mortales entre civiles y
fuerzas de seguridad.

Los gobiernos de India y Pakistán han intentado poner fin a sus profundas diferencias. En el 2003, restablecen relaciones
diplómaticas y decretan un alto el fuego bilateral. Sin embargo, en el 2014 el nuevo Gobierno indio del primer
ministro, Narendra Modi, promete endurecer su postura respecto a Pakistán.

En el 2017, Modi cancela una visita a Islamabad, una decisión que enfría aún más las relaciones diplomáticas entre las
dos potencia rivales. En la actualidad, la tensión ha aumentado en la región tras el ataque el pasado 14 de febrero en la
Cachemira india perpetrado por el grupo yihadista Jaish-e-Mohammad (JeM) y la sucesiva respuesta india en forma
de ataque aéreo a un campamento de los yihadistas en Pakistán.

Punto 71: El Movimiento de los No-Alineados; la Conferencia de Bandung

El Movimiento de Países No Alineados (MPNA o MNOAL) es una agrupación de Estados conformada durante la Guerra
Fría, el conflicto geopolítico e ideológico mundial de la segunda mitad del siglo XX que se manifestó con el enfrentamiento
indirecto entre la Unión Soviética y los Estados Unidos. La finalidad del MPNA era conservar su posición neutral y no aliarse
a ninguna de las superpotencias ya nombradas. Aunque haya caído el Muro de Berlín (9 de noviembre de 1989) y la URSS
se haya disuelto (1991), la organización continúa vigente.

El primer intento de la creación de una convergencia entre los países que más tarde se conocería como el Movimiento de
los Países No Alineados, fue en 1955 cuando se celebró en la Conferencia de Bandung, en Indonesia, siendo Jawaharlal
Nehru, Gamal Abdel Nasser y Sukarno (jefes de gobierno de India, Egipto e Indonesia, respectivamente) los promotores
de la idea. En una reunión evocaron la idea de crear una organización. Debido a que se produjo poco después de la
independencia india, influyó mucho la ideología y el pensamiento de Mahatma Gandhi. La primera cumbre de los Países
No Alineados se celebró en Belgrado en 1961.

Después del fin de la Guerra Fría el MPNA sufrió de falta de identidad, ya que el motivo de creación era tener un bando
intermedio entre las dos superpotencias de la Guerra Fría.

El Movimiento de Países No Alineados tiene su antecedente originario en la Conferencia de Bandung, celebrada en


Indonesia en 1955, que reunió a 29 jefes de Estado de la primera generación postcolonial de líderes de los dos continentes
para identificar y evaluar los problemas mundiales del momento, a fin de desarrollar políticas conjuntas en las relaciones
internacionales.

En esa conferencia se enunciaron los principios que deberían gobernar las relaciones entre las naciones grandes y
pequeñas, conocidos como los Diez Principios de Bandung. Dichos principios fueron adoptados posteriormente como los
principales fines y objetivos de la política de "no alineación" y los criterios centrales para la membrecía del Movimiento.
Con el paso de los años, el Movimiento evolucionó desde una neutralidad pasiva hacia un activismo de no alineación que
le llegó a dotar de una importante fuerza internacional

235
Seis años después de Bandung, sobre una base geográfica más amplia, se estableció el Movimiento de Países No Alineados
en la I Conferencia Cumbre de Belgrado, celebrada del 1 al 6 de septiembre de 1961. Asistieron a la conferencia 28 países
(25 países miembros y 3 observadores), principalmente nuevos Estados independientes. Cuba fue el único país de América
Latina participante en calidad de miembro.

Los criterios de membrecía formulados en la Conferencia Preparatoria para la Cumbre de Belgrado demuestran que el
Movimiento no fue concebido para desempeñar un papel pasivo en la política internacional, sino para formular sus propias
posiciones independientes, reflejando sus intereses y condiciones como países militarmente débiles y económicamente
subdesarrollados.

Así, los objetivos primarios de los países no alineados se enfocaron en el apoyo a la autodeterminación, la oposición al
apartheid en Sudáfrica, la no adhesión a pactos multilaterales militares, la lucha contra el imperialismo en todas sus formas
y manifestaciones, el desarme, la no injerencia en los asuntos internos de los Estados, el fortalecimiento de la ONU, la
democratización de las relaciones internacionales, el desarrollo socioeconómico y la reestructuración del sistema
económico internacional.

La conferencia de Bandung fue una reunión de estados asiáticos y africanos, la mayoría de los cuales acababan de acceder
a la independencia. Fue organizada por los grandes líderes independentistas: Gamal Abdel Nasser, presidente de Egipto,
Jawaharlal Nehru, de India y Sukarno, jefe de Estado de Indonesia, además de los líderes de Pakistán, Birmania y Ceilán.
Estos últimos cinco países asiáticos invitaron a otros 25 a participar en la conferencia

Se celebró entre el 18 de abril y el 24 de abril de 1955 en Bandung, Indonesia, con el objetivo de favorecer la cooperación
económica y cultural afroasiática, en oposición al colonialismo y el neocolonialismo de las antiguas metrópolis y los
Estados Unidos, así como a su inclusión dentro del área de influencia exclusiva de la Unión Soviética.

Se acordaron una serie de principios que debían guiar las relaciones internacionales de los integrantes del Movimiento de
Países No Alineados, fundado en su espíritu en esta conferencia:

● Respeto por los derechos fundamentales del hombre y para los fines y principios de la Carta de las Naciones
Unidas.

● Respeto para la soberanía y la integridad territorial de todas las naciones.

● Reconocimiento de la igualdad de todas las razas y de todas las naciones, grandes y pequeñas.

● Abstención de intervenciones o interferencia en los asuntos internos de otros países.

● Respeto al derecho de toda nación a defenderse por sí sola o en colaboración con otros Estados, en conformidad
con la Carta de las Naciones Unidas.

● Abstención de participar en acuerdos de defensa colectiva con vistas a favorecer los intereses particulares de una
de las grandes potencias.

● Abstención por parte de todo país a ejercitar presión sobre otros países.

● Abstención de actos o de amenaza de agresión y del uso de la fuerza en los cotejos de la integridad territorial o
de independencia política de cualquier país.

236
● Composición de todas las vertientes internacionales con medios pacíficos, como tratados, conciliaciones, arbitraje
o composición judicial, así como también con otros medios pacíficos, según la libre selección de las partes en
conformidad con la Carta de las Naciones Unidas.

● Promoción del interés y de la cooperación recíproca.

● Respeto por la justicia y las obligaciones internacionales.

● Hacer valer las creencias de las distintas culturas internacionales del Movimiento.

La Conferencia se organizó en tres comisiones de trabajo: una política, una económica y una cultural.

La celebración de la Conferencia de Belgrado supuso un importante impulso para el MPNA y consiguió que la política del
no alineamiento aumentara su influencia en el mundo, sustituyendo progresivamente al carácter afroasiático nacido en
la Conferencia de Bandung. El Movimiento da otro paso importante con la fundación en mayo de 1963 por parte de 31
países africanos independientes de la Organización para la Unidad Africana (OUA, actual Unión Africana), que consagraba
el no alineamiento en África.

En pleno auge del movimiento se celebra la II Conferencia Cumbre del MPNA, que se desarrolló en El Cairo entre los días
5 y 10 de octubre de 1964. En esta ocasión van a participar 47 países miembros de pleno derecho, 10 observadores y 30
representantes de Comités de Liberación de países que aún no habían conseguido su independencia. Los hechos más
destacados de esta II Conferencia fueron la elaboración de un Programa para la paz y la colaboración internacional y el
apoyo a la lucha contra el colonialismo, el racismo y el apartheid. También se redactaron los principios de la coexistencia
pacífica.

Se desarrolla (bajo iniciativa del líder yugoslavo Tito) una nueva Conferencia Cumbre para septiembre de 1970. La sede
en esta ocasión fue la ciudad de Lusaka, la capital de Zambia.

En esta Conferencia se elaboran dos Declaraciones: La Declaración sobre la paz, la independencia, el desarrollo, la
cooperación y la democratización de las relaciones internacionales. En ella se plasmaban los principios fundamentales de
los países no alineados, consistentes en la lucha por la paz, la acción contra el colonialismo y el racismo, la diplomacia
como solución a los problemas, los esfuerzos por terminar la carrera armamentística, la oposición al establecimiento de
bases militares en territorios extranjeros, la realización de campañas en favor del aumento de autoridad de la Asamblea
de la ONU, la aspiración a la independencia económica y la cooperación en pie de igualdad entre los países. También
recogía la necesidad de proseguir la lucha anticolonial, instaba a no dejarse someter por ningún país extranjero y
reclamaba la liquidación de todas las alianzas militares.

La otra es la Declaración sobre la no alineación y el progreso económico. En ella se fijaban las normas de cooperación
económica entre los países miembros, y las bases del Desarrollo de la Cooperación Regional, un programa de acción
económica común, estipulando el comienzo de negociaciones preliminares sobre los temas citados entre los países no
alineados. Por último, en esta III Conferencia se adoptaron catorce resoluciones relativas a distintos temas de actualidad.

Con la Conferencia de Lusaka el MPNA entra en una nueva fase de expansión, con la que se llega a la siguiente Conferencia,
celebrada en Argel en septiembre de 1973. Esta IV Conferencia elaboró una declaración en la misma línea que las
anteriores cumbres, profundizando en las críticas al sionismo, al apartheid, al colonialismo todavía existente y al racismo.
La novedad de esta conferencia reside en que también se elabora una Declaración Económica en la que se analiza el
imperialismo y la situación de los países en vías de desarrollo. La Conferencia de Argel supone un importante avance en
la preocupación por los problemas económicos de los países no alineados.

237
La V Conferencia Cumbre tuvo lugar en agosto de 1976 en la ciudad de Colombo, capital de Sri Lanka. En esta cumbre el
número de países miembros participantes fue de 86, asistiendo también 10 observadores, 7 invitados y varios
representantes de organizaciones de Liberación Nacional y de otras organizaciones internacionales. La Declaración Política
analizaba la disminución de las tensiones internacionales, el imperialismo, el colonialismo y el neocolonialismo, la
situación en África, Asia y Latinoamérica, la discriminación racial y la injerencia en asuntos internos de los Estados o de la
ONU. Al igual que en las últimas conferencias, también se desarrolló una Declaración Económica cuyo punto principal
trataba la situación económica internacional y las perspectivas de os países en vías de desarrollo. Se aprobó también un
Programa de Acción de la Cooperación Económica y siete resoluciones.

A mediados de la década de 1970, el MPNA alcanza su mayor grado de importancia en todos los sentidos; por un lado, la
relación entre los dos bloques parece rebajar su tensión y por otro, su expansión geográfica también ha sido muy
considerable pasando de los 25 participantes en Belgrado a los 86 de Colombo (que todavía aumentarán, como veremos,
en cumbres posteriores). A pesar de que se rechaza por parte de sus miembros la institucionalización, sí se crea en estas
fechas una Oficina de Coordinación para tratar los asuntos referidos a la no alineación, que queda instalada en Argel.

A pesar del momento de pujanza y expansión que el Movimiento vivía a finales de la década de 1970, durante la década
siguiente el MPNA se va a enfrentar a una serie de crisis que van a cambiar notablemente su funcionamiento y su propia
razón de ser. Obviamente, la crisis del Pacto de Varsovia y el posterior derrumbe del socialismo tanto en Europa como en
África condicionaron notablemente la actuación del Movimiento.

El derrumbamiento del bloque soviético y el fin de la Guerra Fría provocó que el MPNA perdiera muchos apoyos y parte
de su significado. La Conferencia de Yakarta, celebrada en 1992, supone en este sentido un punto y aparte en el
Movimiento

Punto 72: La crisis de los misiles en Cuba

La Crisis de los misiles de Cuba es como se denomina el conflicto entre los Estados Unidos, la Unión Soviética y Cuba en
octubre de 1962, generado a raíz del descubrimiento por parte de La crisis abarca el período comprendido entre el
descubrimiento de los misiles balísticos de alcance medio R-12 y R-14 de la Unión Soviética (15 de octubre de 1962) hasta
el anuncio de su desmantelamiento y traslado de vuelta a la Unión Soviética (28 de octubre de 1962).Estados Unidos de
bases de misiles nucleares de alcance medio soviéticos en territorio cubano.

La "Operación Anádir" fue el código utilizado por la Unión Soviética para una operación secreta destinada a desplegar
misiles balísticos de alcance medio, aviones caza, bombarderos y una división de infantería mecanizada en Cuba y crear
una fuerza capaz de prevenir o defender de una invasión a la isla por parte de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos,
después se reveló que también se instalaron misiles tácticos nucleares de corto alcance, que podrían atacar barcos de
guerra frente a las costas de Cuba, justo en el momento de un desembarco anfibio sobre la isla. Tras el fracaso de la
invasión de exiliados cubanos patrocinada por los EE. UU. en la Bahía de Cochinos (abril de 1961), el gobierno soviético
dispuso en mayo de 1962 establecer una fuerza militar en suelo cubano bajo el mando operativo del general Issa Plíyev,
veterano oficial condecorado de la Segunda Guerra Mundial.

Comienza la crisis

La instalación del Misil balístico de alcance medio R-6 (misil) por parte de personal militar soviético en Cuba fue
descubierta por las fotografías de un tipo especial de avión espía estadounidense, el U-2, en vuelo sobre Cuba a mediados
de 1962. Analistas de la CIA señalaron al presidente John F. Kennedy que las estructuras fotografiadas en Cuba parecían
corresponder a instalaciones de misiles tácticos, todavía no operativas pero que lo estarían en poco tiempo, lo cual

238
significó para el gobierno de EE.UU. una gran preocupación por cuanto apenas 200 kilómetros separaban al territorio
estadounidense (específicamente la península de Florida) de las costas cubanas (distancia que se consideraba fácilmente
superable por los misiles soviéticos) y dejarían sin respuesta a la defensa de EE.UU. y los sistemas de alerta temprana de
batalla.

El 22 de octubre de 1962, Kennedy se dirigió al público estadounidense con un mensaje televisado de 17 minutos. Allí,
habló por primera vez públicamente de establecer una cuarentena y un "cerco naval" alrededor de la isla de Cuba. Para
cumplir esta medida se desplegaron barcos y aviones de guerra estadounidenses en el Mar Caribe a partir del 23 de
octubre, destinados a ejercer un auténtico bloqueo aéreo-naval.

La posición estadounidense se enfrentaba a la soviética y la perspectiva de una guerra abierta entre ambos estados parecía
cercana, sea con un mutuo ataque de misiles intercontinentales ICBM o atacando la URSS a los países aliados de EE. UU.
en Europa Occidental, mientras los consejeros militares de John F. Kennedy consideraban seriamente el escenario de una
guerra nuclear a gran escala para detener a la URSS. Los buques estadounidenses continuaban buscando navíos soviéticos
en ruta hacia Cuba, ordenando por radio y comunicaciones navales su desvío en caso de hallarlos, pero ninguno de ambos
bandos se atrevía a usar la fuerza para lograr sus fines, por temor a las repercusiones en otras partes del mundo, una
respuesta militar en Europa o un ataque en Alemania.

Sin embargo, el 26 de octubre el gobierno soviético enviaba a Washington D.C. un mensaje personal de Jruschov a Kennedy
para llegar a un acuerdo: los buques soviéticos se retirarían si el gobierno estadounidense lanzaba una declaración pública
renunciando a derrocar al régimen de Fidel Castro y ofreciendo no patrocinar ningún ataque bélico con ese fin.

El sábado 27 de octubre de 1962, la defensa antiaérea soviética estacionada en suelo cubano, logró detectar e interceptar
un avión espía estadounidense tipo U-2, que fue derribado por un misil tierra-aire cuando espiaba el oriente de la isla de
Cuba, aumentando aún más la tensión, pero en la mañana del mismo día 27 de octubre, Jrushchov propuso a Kennedy el
desmantelamiento de las bases soviéticas de misiles nucleares en Cuba, a cambio de la garantía formal y pública de que
Estados Unidos no realizaría ni apoyaría una invasión al territorio cubano.

Los diplomáticos soviéticos y estadounidenses realizaron urgentes y continuas negociaciones secretas en Washington y
en Moscú, transmitiendo las propuestas de uno y otro bando para solucionar la crisis durante todo el día 27. No obstante,
en las negociaciones secretas estuvo excluido Fidel Castro, en tanto el gobierno soviético se negó a realizar consultas sobre
el tema con el régimen de La Habana. De hecho, ya el 26 de octubre el gobierno cubano había pedido a Jrushchov no ceder
ante Kennedy pues una invasión estadounidense contra Cuba se consideraba como "inminente". Las tropas soviéticas
estacionadas en Cuba recibieron órdenes de mantenerse en sus puestos hasta recibir nuevas órdenes de Moscú,
manteniendo bajo su exclusiva custodia todo el arsenal nuclear.

Tras las negociaciones secretas, Kennedy y su gabinete aceptaron la oferta soviética en la madrugada del domingo 28 de
octubre a espaldas de Fidel Castro.

De esta forma pudo terminar la crisis, sin dar muestras de debilidad ni de derrota por ninguna de ambas potencias, ya que
el teatro de la Guerra Fría quedó así igualado, y se volvió a evitar el conflicto directo; algo que tanto en Washington como
en Moscú no se quiso ni imaginar, por mucho que la publicidad bélica de la época dijera lo contrario; trasladando los
enfrentamientos a terceros países como fueron los casos de Corea y Vietnam. Sin embargo, Estados Unidos mantuvo la
presión sobre el régimen cubano por considerarlo un motivo de inestabilidad en la zona.

Punto 73: La ONU y el proceso descolonizador. Las superpotencias en la descolonización. La descolonización y la


fractura Centro-Periferia. Políticas e ideologías: Frentes de liberalización en África

239
La ONU y el proceso descolonizador.

La Carta del Atlántico (1941) habla por primera vez de la autodeterminación de los territorios coloniales La ONU pone en
marcha el proceso descolonizador. En la Carta de la ONU (C. XI, XII y XIII) se recoge este propósito. Se instó a las
potencias colonizadores a que abandonaran sus colonias y facilitaran la libre determinación de los pueblos (principio
recogido en la Declaración Universal de Derechos Humanos). Los argumentos principales fueron:

-Las transformaciones sufridas por muchos territorios de África y Asia

- La contribución de muchas colonias y de sus habitantes al bando aliado.

- La existencia de movimientos independentistas y anticolonialistas en estos territorios.

La descolonización es el proceso de independencia política de una colonia o territorio en relación con la nación extranjera
que lo dominaba.

El término apareció después de finalizar la Segunda Guerra Mundial para referirse al proceso político, impulsado por la
Organización de las Naciones Unidas, de poner fin al Colonialismo, mayoritariamente europeo, que dio lugar a la
independencia nacional de varios países, principalmente en África y Asia.

Etapas:

1.- Periodo de entreguerras (1919-1945)Extensión de los primeros movimientos nacionalistas a favor de la independencia
en las colonias afroasiáticas. Se producen las primeras revoluciones. Afecta sobre todo a Asia Occidental y a Próximo
y Medio Oriente.

2.- 1945-1955 (conferencia de Bandung)Etapa de apogeo del proceso, se extiende por Asia Oriental, meridional y
del Sureste. Algunos procesos son pacíficos, pero otros provocan conflictos armados.

3.- 1955-1969 La Conferencia de Bandung y la Guerra Fría hace que la ONU adopte en 1960 la Resolución 1514
considerada como la Carta Magna de la descolonización 1961 se crea el Comité de Descolonización. África será el
continente más afectado en esta etapa.

4.- 1970-79 Afecta a las colonias de Bélgica, Portugal y los Países Bajos

5.- 1989 en adelante. Tras la desaparición de la URSS . Afecta a Estados de la órbita soviética: Georgia, Armenia y
Arzebajanj

La descolonización y la fractura Centro-Periferia.

La conferencia afro-asiática de Bandung en 1955 hizo posible la creación de esta organización que sigue vigente
actualmente. Esta Conferencia derivo en el Movimiento de no Alineados que actualmente está formado por unos 120
países. Los principios que se establecieron fueron muy renovadores, son los denominados principios de coexistencia
pacífica: Llamamos periferia a la emergencia de nuevos países descolonizados en el marco de la guerra fría. Muchos de
estos países se organizan alrededor el Movimiento de No alineados. Este es una agrupación de estados que se manifiesto
con el enfrentamiento indirecto entre EEUU y la URSS. Su finalidad es conservar su posición neutral y no aliarse a ninguna
de las superpotencias.

Los miembros del sistema internacional se dividen en grupo opuestos.

240
Son objetos de orientaciones y declaraciones hostiles por parte del otro generando así conflictos políticos.

En la sociedad existen 194 Estados extremadamente diversos

El sistema ha experimentado dos

•Soberanía e integridad territorial de las naciones

•Defensa del neutralismo frente a la política de bloques

•No injerencia en los asuntos internos de los estados

•Fomento de la cooperación e intereses mutuos

•Respeto de la justicia y de las obligaciones internacionales

A nivel mundial, las economías más fuertes como América del Norte, la Unión Europea y la región del Sudeste Asiático o
Cuenca del Pacífico con centro en Japón toman el control del mercado, esto hace que se ponga de manifiesto los graves
problemas estructurales, especialmente económicos que surgen en los países descolonizados que se han organizado en
torno a los movimientos de los países no alineados, esta desfavorable situación económica para ellos los hacen que
algunos de ellos se alineen con alguna de las superpotencias.

1º-crisis de los imperios coloniales después de la gran guerra abrió el camino para el despertar de los nacionalismos en los
pueblos colonizados.

2º.- Las elites indígenas, educadas en Occidente en las ideas de democracia y libertad y a la vez excluidas de los cargos
administrativos y políticos, formarán los cuadros de los primeros grupos nacionalistas.

3º.- La situación económica y social

Los actores de esta fractura: Queda claro, que los actores son varios, desde la ONU, a las dos superpotencias del momento
la URSS y los EEUU, así como los nuevos movimientos nacionalistas surgidos en Asia y África.

La fractura centro periferia denominado el Tercer Mundo como formulador del orden internacional. Un nuevo orden
internacional que reivindica bases distintas no sólo en el ámbito económico, sino también en el social, en el político y en
el cultural.

Destacar la difusión de modelos culturales, si bien es inseparable de las otras dos manifestaciones (control político e
intereses económicos)

El control de los europeos, en 1800 a dos tercios en 1878 genera resistencias puntuales a lo largo del tiempo, guerra ruso
– japonesa, se convierten tras la segunda guerra mundial en una fractura permanente.

Condicionada por la evolución económica y tecnológica. Un proceso de integración que comenzó en 1945 con la aparición
de las armas nucleares y la creación del sistema de Bretton Woods

El movimiento de los No – Alineados sigue en un principio el estilo del afroasiatismo . Es decir un liderazgo fuerte que
convierte a los no- alineados en un grupo prestigioso, reforzando la fractura centro- periférica. Las debilidades el no-
alineamiento (intentos de China y de la Unión Soviética para controlar el movimiento, multiplicación de conflictos militares
entre países no – alineados, etc.)

241
Todo ello supone la consolidación de una estrategia general, que ya va a marcar el futuro del Movimient. Se da una
progresiva diferenciación dentro del grupo (países menos avanzados, exportadores de pétroleo, NIE, etc.) y a otros
conflictos puntuales hace que el Movimiento pierda, a lo largo de los años ochenta, su papel de partida. El final de la
guerra fría incidirá aún más a la disolución de la periferia en el terreno político, al dejar de existir la desolucion de la
organización política. En el terreno cultural o civilizacional de la fractura centro – periférica, dicha percepción está ligada
al papel político adquirido por el islam en el marco internacional, desde la revolución iraní (1979) religión que comporta
cosmovisión, migraciones campo ciudad, marginación, etc. Mundo árabe mulsumán (instituciones débiles, líderes no –
elegidos, partidos únicos, etc.)

La sociedad internacional se mueve entre dos tendencias opuestas:

Globalización

● Sistema Bipolar

● Creación de estrategias de oposición en todos los terrenos (social, político, económico).

● Dos bases ideológicas diferenciadas (marxismo y liberalismo)

● La Fractura Este-Oeste se caracterizó en mayor medida con el periodo de la Guerra Fría.

● La Guerra Fría y el mundo altamente polarizado.

Fragmentado

✔ Polo Occidental:

Francia:siempre ha tenido como objetivo parar los pies a EE.UU; lo hace primero de manera individual, saliéndose de la
estructura integrada en la OTAN en 1966 y posteriormente de forma colectiva

✔ Bloque Soviético:

China: en los 60, se produce el cisma chino- soviético. Anteriormente en los 40 (1949), Mac Tse Tung, llega al poder en
China y vence así la revolución comunista

Policentrismo o erosión del liderazgo de las 2 potencias, la disminución de la tensión en las relaciones este-oeste favorece
la aparición de cada uno de los bloques de movimientos antilíder.

Paneuropeísmo el segundo fenómeno que erosiona la fractura este-oeste, al igual que el caso anterior, mas disolvente del
papel del líder en el bloque occidental que en el bloque del este.

La creación de la periferia, como grupo, está asociada de cuestiones económicas a cuestiones políticas (descolonización)
y culturales o ideológicas. En el proceso de coordinar y movilizar la periferia (Nehru, Nasser, Sukarno,U Un, Nkrumah).

De entrada, la fractura tiene una carga moral (antisistema), cultural y objetivos políticos precisos. El primer conjunto de
principios del Tercer Mundo, resumidos en dos grandes objetivos; mostrar al mundo la voluntad de África y de Asia de
participar en el sistema internacional y protestar contra los efectos de la guerra fría.
242
La institucionalización de la fractura centro – periferia, la institucionalización se inicia a partir de la cumbre de Lusaka
(1970).

Países miembros del movimiento de los no - alineados

53 países africanos, 38 países asiáticos, 24 países Latinoamericanos y del Caribe y solo 1 país Europeo (Belarús). Con un
total d 120 países.

● La Fractura Este-Oeste

● La Fractura Centro-Periferia

● En el Centro era el núcleo de las economías capitalistas globalmente dominantes. Y la periferia eran un grupo de
países amplios y débiles, política, industrial, institucional y económicamente que opera dentro de un marco de
relaciones establecido por el centro.

● La desaparición de la Guerra Fría significa la desaparición de una fractura político-ideológica, es decir la fractura
Este-Oeste. La fractura centro-periferia persiste después de la Guerra Fría para tener un componente básicamente
económico, debido a la existencia de un problema de desarrollo y de dependencia económica de las economías
más fuertes.

Surgen nuevos polos que también influyen en el orden internacional:

En términos territoriales (aumento del numero de Estados) como en términos culturales (la defensa de la cultura propia
frente a la idea de la cultura global

En primer lugar, el islam, como factor de resistencia contra el dominio cultural del mundo occidental. En segundo lugar,
el recurso a la identidad y a los valores más tradicionales (religión cultura nacional, etc.)

Las fracturas este-oeste y centro – periferia que, en los años cincuenta, parecían dibujar dinámicas básicas en el sistema
internacional, se produce mayor fragmentación (diversificación de la periferia, por ejemplo) ,Se globalizan los problemas
y se hace más difícil identificar la estructura del sistema, a las puertas del final de la guerra fría, la desaparición de la lógica
bipolar, los teóricos se ven enfrentados a un mundo multiforme y complejo que, a pesar de todo, gozaba de un “CIERTO
ORDEN”.

Movimientos de liberalización en África

Movimiento de liberación nacional es aquel movimiento nacionalista que pretende la independencia política de una
nación oprimida o sometida a dependencia. Se da en diferentes naciones bajo regímenes coloniales la neocoloniales,
racistas la militarmente ocupados.

ÁFRICA

Egipto:

En 1952 se produjo un Golpe de Estado y Nasser llega a la presidencia. Nacionaliza el canal de Suez y se produce un
conflicto. Tras esto, Egipto pasa a estar en la órbita de la URSS.

El panarabismo era un movimiento de cooperación entre los países árabes, que defendía su identidad cultural y buscaba
separarse de las influencias americanas y rusa. Siria, Libia, Irak y otros países pasan a ser comunistas.

243
Inglaterra reconoció la independencia de Egipto en 1932, con la contrapartida de contar en la zona con importantes
posiciones militares y navales. Estas reivindicaciones se concretaron, sobre todo, en la retirada de las tropas inglesas del
Canal de Suez, nudo vital de comunicaciones en esa región del mundo.

Un paso de ruptura importante fue la caída de la monarquía egipcia. El poder pasó a manos de un consejo revolucionario
y, desde 1959, Nasser presidió la nueva república. El régimen político que llevarían a la práctica fue el llamado ‘socialismo
árabe”: reforma agraria, industrialización, creación de puestos de trabajo. En 1956 nacionalizó el Canal de Suez,
garantizando la libre navegación por él.

Los problemas comenzaron cuando Estados Unidos se negó a aportar el financiamiento necesario para la presa de Assuan,
cuyo crédito se obtuvo de ¡a Unión Soviética. Éste fue el principio de la intervención soviética en la zona, si bien Nasser
pretendió mantener una posición neutral entre los dos bloques.

Los proyectos de unión entre los distintos países árabes no consiguieron evitar las diferencias entre naciones pobres y
ricas (productoras de petróleo), ni entre la vieja mentalidad feudal y los nuevos líderes, provenientes de la intelectualidad
y el ejército. Influirían continuamente en esta zona los intereses de Estados Unidos y los países europeos. La intervención
en sus asuntos internos se volvió bastante frecuente. El problema de Israel vendría a agravar aún más la situación.

El Congo Belga (Zaire):

El antiguo Congo belga había sido colonizado por una empresa privada, la Asociación Internacional del Congo, en la que
participaba el rey Leopoldo II de Bélgica.

Pasó a ser de Bélgica a la muerte de éste en compensación de múltiples deudas de éste.

Cuando comenzó el movimiento nacionalista el Gobierno belga abandonó el territorio a causa de la limitación de la
explotación de los recursos minerales del territorio y por no adoptar una medida para preparar la transferencia de
autoridad a los nativos.

La proclamación de la República del Congo dio origen a una serie de enfrentamientos los cuales fueron frenados gracias a
las tropas enviadas por las Naciones Unidas.

En 1965 el coronel Mobutú logró la unificación del país, el cual a partir de 1971 recibiría el nombre africano de Zaire.

Argelia:

En 1830 Argelia se convirtió en la primera posesión de Francia, la política francesa fue de dominación total quedándose
con más de la mitad de los territorios fértiles para los europeos que llegaron a vivir en Argelia. Las ideas independentistas
surgieron desde a finales de la primera guerra mundial. En su lucha contra las potencias del eje, Aliados invadieron en
1942 el norte de África. En 1946 el movimiento de liberación, encabezado entre otras personas por Ferhat Abbas exigió
su autonomía.

En ese mismo año se organizó el frente de liberación nacional (F.L.N) encabezado por Ahmed Ben Bella, Krim Belkacem y
Ben Khider, entre otros.

En 1954 empezó la guerra de independencia en la zona oriental del país, encabezada por el frente de liberación nacional,
poco a poco se extendió hasta alcanzar la capital (Argel) en los años 1956 y 1957. De enero a septiembre de 1957 se dio
la “batalla de Argel” en donde el ejército Francés recuperó la capital. La guerra de independencia era un movimiento
popular, nacionalista, anticolonial e islámico.

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En 1958 hubo un golpe de estado ultraderechista en Argelia, mismo que provocó la caída de de la IV República Francesa,
ocasionando la creación de la V República, teniendo como presidente el general Charles de Gaulle.

La guerra de independencia duró de 1954 a 1962, en ella luchó la guerrilla de liberación nacional, contra el gobierno
francés establecido en Argelia, también se dieron enfrentamientos contra la O.A.S (Organisation I´ armée secréte:
organización terrorista cuyo objetivo era atacar el movimiento argelino). Finalmente se convocó un referéndum nacional
en Francia para decidir el destino de la colonia, la mayoría de los franceses votó a favor de otorgar la independencia.

El 18 de Marzo de 1962 se realizó el “Acuerdo de Evian” por medio del cual se puso fin a los enfrentamientos y se reconoció
la independencia de Argelia. El presidente Francés Charles de Gaulle reconoció la independencia de Argelia el 3 de junio
de 1962, el país tomó el nombre de República Democrática de Argelia, el primer presidente fue Ahmed Ben Bella.

Punto 74: Movimientos de integración regional: panarabismo y panafricanismo

Panarabismo

Por Panarabismo entendemos el movimiento secular en favor de la unidad árabe, basada en la creencia de una lengua,
historia y cultura comunes árabes. Sus orígenes se remontan al Imperio Otomano y su crisis. Después de la I Guerra
Mundial aparece como una fuerte oposición a los gobiernos coloniales y a la separación que consideran como ficticia de
los territorios árabes. En ese momento los británicos y los franceses habían repartido gran parte de la zona árabe del
desmembrado Imperio Otomano en Mandatos controlados por ellos.

El Panarabismo fue una fuerza fundamental para entender el posterior proceso de descolonización del mundo árabe
después de la II Guerra Mundial. Con las sucesivas independencias se comprobó que aunque se había conseguido el
objetivo de desligarse de las potencias coloniales, el de la unidad había fracasado. Ante este hecho se buscó otro objetivo
más factible: la cooperación y solidaridad entre los estados árabes. Un factor de unión y cohesión entre los países árabes
fue, sin lugar a dudas, la situación de Palestina cuando se creó el Estado de Israel. El 22 de marzo de 1945 nace la Liga
Árabe.

Pero esta solidaridad y cooperación es, cuando menos, cuestionable y, en muchos casos, se ha quedado en mera retórica.
Se vió cuando Egipto aceptó, frente a la mayoritaria oposición de los demás estados árabes, un acuerdo con Israel, o en la
guerra entre Irán e Irak, en la Guerra del Golfo, y en la Guerra contra Irak de los Estados Unidos.

Panafricanismo

El Panafricanismo es el ideal a favor de la independencia y unidad de todos los pueblos africanos. Este ideal fue formulado
en una serie de conferencias panafricanas. La primera de ellas se celebró en 1900 en Londres. Hasta el final de la II Guerra
Mundial el movimiento panafricano estuvo dirigido por líderes negros norteamericanos, como Garvey y Du Bois, que
hicieron hincapié en el origen africano de los negros de América, reivindicando, de ese modo, su propia identidad y
herencia cultural. Como vemos, esa época del movimiento tenía menos que ver con África que con los Estados Unidos y
el movimiento en favor de los derechos de la población negra.

Durante la sexta conferencia panafricana, celebrada en Manchester en el año 1945, el movimiento dio un giro de 180º
cuando el liderazgo pasó a una nueva generación de líderes nacionalistas africanos, como Nkrumah y Kenyatta. La
preocupación pasó a ser África y su unidad.

El movimiento no consiguió el objetivo de la unidad africana, ya que las fronteras diseñadas por las potencias coloniales
resultaron ser más resistentes que lo esperado y, en todo caso, solamente causa de conflictos locales. Las rivalidades entre
distintos pueblos también fueron determinantes, enfrentamientos que fueron avivados o no frenados por los europeos.
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Pero, no cabe duda, que el movimiento tiene su importancia histórica. Los escritos de Nkrumah o de Kenyatta se
convirtieron en referencias fundamentales para los procesos de descolonización e independencia en los años sesenta y
setenta. En este sentido, la independencia de Ghana con Nkrumah al frente, fue un estímulo evidente para que se
acelerara la independencia de otros países.

El panafricanismo contribuyó a la creación de la OUA, Organización por la Unidad Africana.

Punto 75: El Sudeste Asiático y la guerra de Vietnam. El fracaso francés y la intervención de los EEUU. El asesinato de
Kennedy y la escalada militar de Johnson. La gran derrota norteamericana. Nixon, el acercamiento a China y la paz de
París

El Sudeste Asiático .

La guerra de Vietnam.

La Guerra de Vietnam ―tambien conocida como Segunda Guerra de Indochina― fue un conflicto bélico acaecido entre
los años 1955 y 1975 donde se enfrentaron Vietnam del Sur ―apoyada por Estados Unidos y otros 40 países satélites de
Estados Unidos― contra Vietnam del Norte ―apoyada por el bloque comunista, principalmente la Unión Soviética y
la República Popular China― como parte de la llamada Guerra Fría. La guerra finalizó con el armisticio entre el Sur y el
Norte, y quedó marcada en la historia como la primera derrota militar de Estados Unidos.

Este enfrentamiento militar tuvo su origen en la determinación de las llamadas guerrillas Vietcong de Vietnam del Sur,
apoyadas por Vietnam del Norte, de derrocar al gobierno survietnamita.

En el 1975 tras la toma de Saigón por las fuerzas del norte, se forzó la rendición incondicional de las
tropas survietnamitas y la unificación del país bajo el control del Gobierno comunista de Vietnam del Norte, con el nombre
de la República Socialista de Vietnam, el 2 de julio de 1976.

El conflicto también afectó a Laos, donde el grupo Pathet Lao combatió contra el régimen monárquico desde 1965 hasta
lograr derrocarlo en 1975, y también involucró a Camboya, cuyo gobierno se rindió en 1973 ante el grupo Jemer Rojo.

El precio de la guerra en vidas para los Estados Unidos fue de 58 159 muertes y unos 1700 desaparecidos, y de miles que
quedaron mutilados.

Los organismos internacionales plantean que Estados Unidos mató entre 3.8 y 5.7 millones de vietnamitas, en su inmensa
mayoría civiles. Vietnam también sufrió grandes daños ambientales a causa de esta guerra.

Estas cifras de muertes marcan a la guerra de Vietnam, como la más sanguinaria después de la segunda guerra mundial
(1939-1945), por los grandes crímenes cometidos y por la manera como ocurrieron las muertes

Causas

La causa que desencadenó este conflicto fue el intento de destituir el gobierno de Vietnam del Sur. Quienes la llevaron a
cabo fueron algunas guerrillas comunistas de la zona, como lo eran: Frente de Liberación Nacional y Vietcong. Además
esta causa recibió apoyo de Vietnam del Norte lo que dio origen a la guerra de estos países. El propósito era formar un
solo país comunista en alianza con URSS y China.

Los hechos que originaron el estallido de la guerra de Vietnam fue el incidente del Golfo de Tonkin en el año 1964, razón
por la que Estados Unidos intervino. Además en el año 1955 el gobierno de Vietnam del Sur, desistió de la idea de un
referéndum para la reunificación del país. Haciendo que Vietnam del norte iniciara los movimientos beligerantes.
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A esto se le sumaban las diferencias ideológicas por parte de ambos territorios, Vietnam del Norte apoyaba la ideología
comunista, mientras que Vietnam del Sur apoyaba la idea capitalista.

En conclusión, si deberíamos enumerar las causas de la guerra de Vietnam, serían las siguientes:

● Intento de destituir al gobierno de Vietnam del Sur por parte de las guerrillas con el apoyo de Vietnam del Norte.

● El rechazo de Vietnam del Sur al referéndum (Reunificación del país).

● Las diferencias ideológicas entre ambos territorios.

Consecuencias

Entre las principales consecuencias de la guerra de Vietnam, podemos mencionar las siguientes:

● Esta guerra acabó con la vida de más de un millón de militares y civiles de vietnamitas y más de 60 mil soldados
estadounidenses.

● La utilización de bomba de Napalm, un fuerte químico, dejó graves problemas de contaminación agrícola y
deforestación de bosques.

● Grandes problemas económicos en ambos territorios de Vietnam.

● Debido a la utilización de armas químicas, en los años próximos se registraron altos índices de suelos
contaminados y malformación en niños.

A mediados de los años 1970, con el movimiento pacifista en Estados Unidos, se reclamaba fuertemente en el país
norteamericano el fin de la guerra.

Debido a la presión por parte de estos grupos y la gran cantidad de soldados norteamericanos muertos en la batalla, para
el año 1973, el gobierno de Estados Unidos acepta el acuerdo de París que preveía el alto el fuego. Finalmente para 1975,
se retiran las tropas Estadounidenses dándole de esta manera la victoria a Vietnam del Norte y sus aliados.

Sujetos

Los dos actores principales en la saga fueron las dos repúblicas de Vietnam, el resultado de la partición mandada por
los Acuerdos de Paz de Ginebra de 1954. Por un lado, al norte quedó la República Democrática (en realidad comunista) de
Vietnam, con capital en Hanoi y con Hồ Chí Minh de presidente, y en el sur, la República de Vietnam, con capital en Saigón
y Ngô Đình Diệm como máximo líder.

Vietnam del Norte fue apoyada abiertamente por China (el primer país en reconocer esta república), la Unión Soviética,
el Khmer Rouge (Cambodia), los insurgentes comunistas laotianos de Phatet Lao y Corea del Norte. Además, otros países
comunistas como Checoslovaquia y la Alemania Oriental, Polonia y Cuba apoyaron a Vietnam del Norte de una manera
más discreta, incluso en secreto, con material y asesores.

Vietnam del Sur recibió su máximo apoyo de los Estados Unidos, que participó con dinero, material, asesores y
posteriormente con tropas en el campo de batalla, pero no fueron los únicos. Australia, Nueva zelanda, Taiwán, Corea del
sur, Tailandia, Filipinas, Canadá, Japón y hasta España participaron de una manera u otra en la guerra. Al igual que con

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los que apoyaron a los comunistas, en la alianza de los anticomunistas algunos lo hicieron abiertamente, otros de manera
más discreta.

Antecedentes

Revolución e independencia

Antes de la Segunda Guerra Mundial, Indochina era una unión de países bajo dominio colonial francés, formada por
Cochinchina, Camboya, Annam, Tonkín y Laos.

El proceso de descolonización e independencia se inicia formalmente en 1940 coincidiendo con la ocupación de las fuerzas
japonesas sobre el territorio, aunque ya desde el periodo entreguerras habían comenzado a surgir movimientos
nacionalistas, entre los que destacan el Partido Nacional de Vietnam y el Partido Comunista Indochino, que llegan a unirse
bajo la dirección de Ho Chi Minh.

Cuando Japón es derrotado en 1945, los países de la Indochina francesa buscaron aprovechar la oportunidad para
separarse de la unión y proclamar su independencia, en un intento por evitar que los franceses regresasen a recuperar la
soberanía colonial.

En septiembre de 1945 es derrocado Bao Dai, quien desde 1926 había gobernado Vietnam como emperador bajo control
de Francia, y es proclamada la independencia de la República Democrática de Vietnam del Norte por la Liga Vietminh de
partidos nacionalistas que, bajo predominio del Partido Comunista, es encabezada por Ho Chi Minh. Este es elegido como
presidente del nuevo país ―integrado por Cochinchina, Annam y Tonkín― y establece su gobierno en la ciudad de Hanoi.
Por las mismas fechas se independizaron Camboya y Laos cada una por separado, proclamando las repúblicas respectivas.
Pero al regresar los franceses en octubre de 1945, estos tres pueblos inician una larga lucha libertaria.

En principio, Francia dio su reconocimiento al nuevo Estado de Vietnam presidido por Ho Chi Minh, pero la imposibilidad
de lograr acuerdos políticos y económicos satisfactorios entre ambos países condujo al enfrentamiento armado, iniciado
en diciembre de 1946. Con respaldo de Francia, Bao Dai instauró el «Reino de Vietnam» (Vietnam del Sur) en julio de 1949
y fijó la nueva capital en Saigón (actual Ciudad Ho Chi Minh). De esta manera el país quedaba dividido en dos partes, una
contra la otra.

Estados Unidos reconoció oficialmente al régimen de Saigón en 1950 y el presidente Harry Truman envió un grupo de
«asesores» militares para adiestrar sudvietnamitas en el manejo de armamento estadounidense. La guerra entre Francia y
el Vietminh llegó a su fin cuando las fuerzas de Ho Chi Minh derrotaron a los franceses en la Batalla de Dien Bien Phu, el 7
de mayo de 1954.

Ese mismo día, en busca de una solución diplomática al conflicto, se celebra la Conferencia de Ginebra en la que se
reunieron los delegados de Vietnam del Norte y Vietnam del Sur con los de Francia, Reino Unido, la Unión
Soviética, Estados Unidos, China, Laos y Camboya, con el propósito de discutir el futuro de toda Indochina. Los acuerdos
más importantes fueron: la retirada de los franceses de Vietnam y en general de Indochina; el armisticio para Vietnam; la
división temporal de Vietnam en dos países separados por el paralelo 17, uno al norte, y otro al sur en manos del gobierno
de Saigón; el reconocimiento de la independencia de Vietnam del Norte; se estableció además que en 1956 habrían de
celebrarse elecciones para la reunificación del país.

Pero además de que estos acuerdos no fueron cumplidos en su totalidad, esta región pronto empezó a verse involucrada
en el conflicto Oriente-Occidente, debido a la expansión del comunismo proveniente de China sobre territorio vietnamita
y a la intervención de Estados Unidos para contrarrestarla.

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Este país brindó ayuda militar al régimen de Saigón y llevó a cabo actividades encubiertas contra el gobierno de Hanoi. En
octubre de 1955, Bao-Dai fue depuesto como resultado de un referéndum, y se proclamó la República de Vietnam del
Sur con Ngo Dinh Diem como presidente, con apoyo de la oligarquía latifundista local.

Al ocupar el poder, Diém anunció que su gobierno se negaba a realizar elecciones para la reunificación, con el argumento
de que habría fraude electoral pues la población del Norte no sería libre para expresar su deseo

No obstante, el gobierno de Hanoi proclamó su firme propósito de reunificar el país bajo su hegemonía. La paz acordada
en Ginebra comenzó a deteriorarse y, hacia enero de 1957, la Comisión Internacional creada para la aplicación de
los Acuerdos de Ginebra denunció las violaciones del armisticio, cometidas tanto por Vietnam del Norte como
por Vietnam del Sur. A lo largo de ese año, los simpatizantes que habían emigrado al Norte tras la división del país
comenzaron a regresar al Sur.

Estos activistas constituyeron el Vietcong (abreviación de «Vietnam congsan»; en idioma vietnamita, ‘Vietnam rojo’) y
empezaron a realizar sabotajes contra instalaciones militares estadounidenses, y en 1959 iniciaron ataques guerrilleros
contra el gobierno de Diém. Al año siguiente, para demostrar que el movimiento guerrillero era independiente, el Vietcong
creó su propio brazo político, llamado FNL (Frente Nacional de Liberación), con sede en Hanoi.

Se iniciaba la «guerra especial», cuyo padre teórico era Maxwell Taylor asesor militar del presidente estadounidense John
F. Kennedy. En esa visión las tropas de combate estadounidenses deberían participar directamente, sino ayudando a las
poblaciones locales para que los hogares de Estados Unidos no vertieran lágrimas.

Con un nuevo concepto de colonialismo en los países recién independizados, económicamente débiles y políticamente
inmaduros y por lo tanto presa fácil del comunismo, Estados Unidos apoyaba al régimen «legítimo», proporcionando
dólares, armas, instructores militares, pilotos, aviones mando estratégico y táctico; sin embargo, lo que defendían eran
sus intereses en la zona, los cuales se orientaban hacia las riquezas mineras, y que intentaban disimular con frases como
«asegurar el derecho de los pueblos a la paz y a la libertad». Intervinieron directamente en Vietnam a partir de 1961 sin
previa declaración de guerra.

Así empezaron a llegar a Saigón las primeras tropas estadounidenses, aunque se hizo saber que no eran unidades de
combate. Diém intentó sin éxito destruir la influencia en su territorio, pero su gobierno no pudo sostenerse mucho tiempo
debido a varias razones: su intolerancia con la oposición, su favoritismo hacia los católicos con el descontento de los
budistas, y el fracaso de sus programas económicos. Estos factores llevaron a una sublevación que con apoyo de los actores
del Norte dio en 1963 un golpe de Estado militar que puso fin al gobierno de Diém.

En la confusión política que siguió al golpe de Estado, la situación en Vietnam del Sur continuó deteriorándose y en los
siguientes dieciocho meses el país tuvo diez gobiernos diferentes. Por fin, en 1965 se formó un Consejo Director Nacional
presidido por el militar Nguyén Van Thieu, que restauró el orden político; dos años más tarde se celebraron elecciones y
Thieu fue electo presidente. Pero aquella inestabilidad había propiciado el avance del Vietcong en Vietnam del Sur y esto
preparó el camino hacia la intervención directa de Estados Unidos.

El fracaso francés y la intervención de los EEUU

A comienzos de 1964, el presidente estadounidense Lyndon B. Johnson aprobó el bombardeo sistemático de Vietnam del
Norte y el envío de tropas de combate a Vietnam del Sur, con lo que se inició la implicación de Estados Unidos en la Guerra
de Vietnam, que tan nefastas consecuencias trajo en la historia política de Estados Unidos.

249
En 1964 las tropas vietnamitas atacaron naves de Estados Unidos, y en respuesta Lyndon B. Johnson en la presidencia,
inició un bombardeo continuo sobre Vietnam del Norte y un desembarco masivo de tropas. La «guerra especial» tomaba
otro rumbo. Se usaban sustancias químicas, regadas desde el aire sobre el ganado y los sembradíos de alimentos próximos
a cosecharse. Los seres humanos eran afectados con quemaduras en la piel, diarreas y molestias pulmonares. La población
tuvo que inventar recursos para defenderse de estos ataques. Mientras tanto, el FNL (Frente Nacional de Liberación)
empezó a recibir apoyo diplomático y militar de Vietnam del Norte.

Hacia 1965, las fuerzas estadounidenses generalizaron los bombardeos sobre Vietnam del Norte, aumentando el número
de tropas de Estados Unidos en Vietnam del Sur, en la confianza de que impondrían su superioridad militar. Pero los
bombardeos ―que produjeron enormes daños en las cosechas, en las vías de comunicación y en los centros industriales
de los dos Vietnam, además de causar la muerte a un millón de civiles― no lograron someter a los rebeldes en Vietnam
del Sur, ni consiguieron que los del Norte dejaran de prestar ayuda al FNL (Frente Nacional de Liberación).

El efecto de las acciones bélicas de Estados Unidos fue más bien contraproducente al estimular la resistencia nacionalista
de los vietnamitas. También originó en la propia sociedad estadounidense un fuerte movimiento de rechazo hacia la
intervención de su gobierno en Indochina, actitud que se relacionó en gran medida con los disturbios sociales ocurridos
en los años sesenta en Estados Unidos. En los primeros meses de 1968, el gobierno estadounidense, presionado por la
opinión pública de su país, había llegado a la conclusión de que la guerra de Vietnam no se podría ganar.

El 31 de marzo de 1965, el presidente Johnson anunció la paralización de los bombardeos contra población civil sobre
Vietnam del Norte, gesto que encontró una respuesta positiva de Hanoi. En mayo de 1965 comenzaron en París las
conversaciones de paz entre Estados Unidos, Vietnam del Norte, Vietnam del Sur y el FNL (Frente Nacional de Liberación)
del Vietcong. Los primeros resultados de las negociaciones fueron negativos a pesar que las incursiones aéreas de Estados
Unidos habían cesado por completo en noviembre de ese mismo año.

Volvió a enviar fuerzas militares a Indochina, invadiendo parcialmente a Camboya y Laos, países a los que se había
extendido ya el comunismo, pero sin éxito importante. Para 1968 la guerra de Vietnam era muy impopular en Estados
Unidos. Ciudadanos e intelectuales protestaban enérgicamente. Mientras tanto, se iniciaban en París las negociaciones
para la paz. Vietnam del Norte y el Vietcong, que había sido reconocido como fuerza beligerante, opusieron rotunda
negativa a cualquier compromiso y lo único que pretendían y por lo que luchaban era por la salida de Estados Unidos de
su territorio.

La guerra siguió durante varios años más. Los bombardeos estadounidenses se intensificaron. Los vietnamitas defendían
con inquebrantable decisión lo que era suyo. El 27 de enero de 1973 Hanoi, Saigón y el Gobierno Revolucionario Provincial
(GRP) firmaron en París los acuerdos por los que se retiraron las fuerzas estadounidenses.

Victoria del FNL (Frente Nacional de Liberación)

El 27 de enero de 1973, las delegaciones de Estados Unidos, Vietnam del Sur, Vietnam del Norte y del Gobierno
Revolucionario Provisional ―instaurado en una porción de Vietnam del Sur por el FNL (Frente Nacional de Liberación)―
concluían las negociaciones de la Conferencia de París, firmándose unos acuerdos por los que se establecía el cese del
fuego y la retirada estadounidense de Vietnam del Sur. En marzo siguiente, los acuerdos se complementaron con otro que
preveía la unificación de los dos territorios. Tras la retirada de las tropas estadounidenses, la guerra continuó por dos años
más hasta que, en abril de 1975, se consumaba la victoria total del FNL y el fracaso definitivo de los Estados Unidos, con
la toma de Saigón y la unión entre el Norte y el Sur, proclamándose la República Socialista de Vietnam en abril de 1976.

Consecuencias

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La Guerra de Vietnam marcó un hito en la historia militar convencional, tanto por la amplitud del combate guerrillero
como por el creciente uso de los helicópteros, que proporcionaron una gran movilidad en terrenos difíciles. Además, fue
esencialmente una guerra del pueblo porque la mayor parte de la población civil fue movilizada para algún tipo de
participación activa y padeció la situación de guerra casi en las mismas circunstancias que las fuerzas militares. El amplio
uso que hizo Estados Unidos de armas químicas como el napalm, mutiló y mató a cientos de miles de civiles; en tanto que
el empleo de defoliantes, principalmente el llamado «Agente Naranja» utilizado para eliminar la cobertura vegetal, no
solo devastó el medio ambiente de un país esencialmente agrícola, sino que dejó perjudiciales secuelas para la salud física
de los seres humanos ―vietnamitas y estadounidenses― que estuvieron en contacto con ese agente químico.

Como resultado de ocho años de utilización de estas tácticas bélicas, se estima que murieron más de dos millones de
vietnamitas, tres millones fueron heridos y cientos de miles de niños quedaron huérfanos. La población refugiada se ha
calculado en 12 millones de personas; entre abril de 1975 y julio de 1982 aproximadamente 1 218 000 refugiados fueron
reubicados en más de 16 países; otros 500 000 intentaron huir de Vietnam por mar, pero murieron aproximadamente
entre el 10 y el 15 %, y los que sobrevivieron se enfrentaron más tarde con las trabas y cuotas de inmigración incluso en
aquellos países que habían aceptado acogerlos.

Las pérdidas humanas estadounidenses alcanzaron la cifra de 57 685, además de 153 303 heridos. En el momento del
acuerdo de alto al fuego había 587 prisioneros de guerra entre militares y civiles, los cuales fueron posteriormente
liberados en su totalidad; sin embargo, una estimación actualizada no oficial calcula que todavía quedan unos
2500 desaparecidos.

La Guerra de Vietnam también fue un hito en la historia de Estados Unidos. La derrota constituyó un golpe profundo al
orgullo estadounidense y a la creencia de que su nación era invencible; afectó la confianza de los ciudadanos en su sistema
de gobierno y se sintieron engañados por los líderes políticos que su voto había llevado al poder, pues les habían dado
informes falsos acerca de la guerra y de las matanzas de civiles.

Este sentimiento se hizo extensivo a los soldados que regresaban de Vietnam, quienes ―heridos física y moralmente―
no fueron bienvenidos en su patria, ni recibieron tratamiento de héroes, debido a que habían perdido la primera guerra
que perdía su país. Muchos de esos soldados pasaron por grandes dificultades para conseguir trabajo y readaptarse a la
vida familiar; de acuerdo con datos del Departamento de Veteranos, medio millón de ellos sufrían problemas psicológicos
relacionados con las experiencias de la guerra. El síndrome de Vietnam dejó huellas imborrables en toda una generación
de jóvenes y en sus familias, tanto por los daños físicos producidos por las heridas de guerra y la exposición a los agentes
químicos, como por el efecto psicológico provocado por el terrible recuerdo del asesinato y el sufrimiento de casi
6 millones de civiles vietnamitas indefensos.

En el ámbito político internacional, la Guerra de Vietnam trajo consigo el desprestigio para Estados Unidos, en un mundo
conmocionado por las imágenes que recibía a través de la televisión y de la prensa escrita, acerca de una guerra que se
prolongaba inútilmente por la presencia de Estados Unidos. En cambio, el bloque del Vietcong salió fortalecido con la
integración de un nuevo país miembro en un área de influencia de gran valor estratégico.

Asesinato de Kennedy y la escalada militar de Jhonson.

El asesinato de Kennedy fue el magnicidio cometido el 22 de noviembre de 1963 a John Fitzgerald Kennedy (JFK), trigésimo
quinto presidente de los E.E.U.U. El incidente ocurrió en la ciudad de Dallas (Texas), Estados Unidos.

JFK de 43 años, con apenas 1.000 días en su cargo, se convirtió en el cuarto presidente de ese país asesinado durante el
ejercicio de sus funciones.

251
El crimen fue cometido con un arma de fuego, siendo el presidente alcanzado por 2 proyectiles, uno en el cuello, con
orificio de entrada y salida y otro a nivel parietal derecho.

Hay varias teorías acerca del autor material. El asesinato oficialmente fue cometido por Lee Harvey Oswald, quien realizó
3 disparos con su rifle 6.5 mm, sin embargo, hay otra teoría donde ubican a más de una persona.

Causas

JFK pertenecía junto con su familia a toda una élite de círculos financieros y políticos que lo apoyaron para ser presidente,
pero que también tenían vínculos con sectores radicales e incluso la mafia.

Tanto JFK como su hermano Roberto, quien fue Fiscal General, también fuera asesinado poco tiempo después, tenían un
interés muy grande en acabar el crimen organizado y diferentes mafias en E.E.U.U.

Por otro lado, JFK detuvo el ataque a Cuba, su enemigo político e ideológico más cercano, que recibía apoyo de Rusia en
tiempos de la guerra fría, lo que derivó en muchos conflictos políticos y en choques de intereses entre radicales y
conservadores.

Se había hecho el anuncio del retiro de las tropas en la guerra de Vietnam, lo que trajo descontento en la industria de
armas americana. Así mismo, el Gobierno de JFK había hecho mucha resistencia al programa nuclear secreto de Israel,
mientras que había mucho resentimiento por la cercanía al mundo árabe que promovió su gobierno.

A nivel económico se creó varios enemigos entre los magnates financieros de E.E.U.U, al limitar las capacidades de crédito
del Banco de la Reserva Federal.

Por último, sus enemigos políticos dentro del país veían con mucho recelo que la dinastía Kennedy se hiciera con la
presidencia por mucho tiempo dada la popularidad de JFK y su hermano Robert, que también tenía aspiraciones
presidenciales luego de un eventual segundo mandato de su hermano.

Oficialmente, el único involucrado del asesinato de JFK, y autor material del hecho, fue un ex –marine, natural de Luisiana,
llamado Lee Harvey Oswald, de 24 años y empleado de una tienda cercana al sitio del asesinato.

Oswald fue detenido pocos momentos después del magnicidio y fue asesinado 2 días más tarde por otro preso llamado
Jack Ruby. Oswald nunca pudo declarar acerca de los motivos y de la supuesta organización del crimen, lo que generó una
mayor controversia sobre la posibilidad de haber actuado en conjunto con otros autores. Numerosas teorías conspirativas
que rondan el asesinato de JFK, se mantienen hasta la actualidad.

Tiempo después, en el año 1996, James Files, un ex-militar estadounidense confesó haber asesinado a JFK, en donde libró
de culpa a Oswald y culpabiliza a las mafias y la CIA. A pesar de esto, nunca se pudo comprobar que así sea. El caso del
asesinato de JFK aún está abierto en la justicia americana.

La gran derrota norteamericana.

La guerra de EEUU en Vietnam fue una bandera contra el comunismo y las ideas socialistas en el mundo. Sin embargo, en
el Año Nuevo Lunar de 1968 el Ejército vietnamita desarrolló una ofensiva militar que impactó en la opinión pública
estadounidense y cuestionó su participación en este conflicto. La Ofensiva del Tet fue el principio del fin.

El Año Nuevo Lunar (Tet) de 1968 fue el momento preciso. Todo había sido calculado meticulosamente por los militares
vietnamitas bajo el liderazgo del Partido Comunista de Vietnam (PCV) y del presidente Ho CHi Minh. Comenzaba así la
operación militar que condujo al último capítulo de esta guerra.
252
Desde 1963 Estados Unidos intervino militarmente en apoyo a Vietnam del Sur, en aras de evitar la expansión comunista
del norte. Fueron los presidentes John F. Kennedy y sobre todo Lyndon B. Johnson quienes abocaron al país a la mayor
escalada bélica desde la Segunda Guerra Mundial.

En el Año del Mono de 1968 una operación militar era inminente. Fue así como el 30 de enero las tropas del Frente
Nacional de Liberación (Viet Cong) junto al Ejército del norte y miles de civiles vietnamitas iniciaron una ofensiva con
levantamientos simultáneos. Estos tuvieron como objetivo el campo de batalla del Sur del país, incluidas las bases militares
y la embajada de Estados Unidos en Saigón (hoy ciudad Ho Chi Minh).

La cifra de soldados estadounidenses muertos durante la operación alcanzó los 4.000 y fue duramente asimilada por su
pueblo, que profundizó el rechazo al sinsentido de la guerra en Vietnam con manifestaciones y protestas en las calles. Ello
supuso un giro en la estrategia militar de Estados Unidos, la victoria más significativa de esta operación.

Tras el episodio, el movimiento de protesta contra la guerra aumentó en Estados Unidos y unos meses después el entonces
presidente Lyndon B. Johnson se vio obligado a reconocer su derrota y afirma que no irá a la reelección como presidente.
El 31 de octubre Johnson anuncia la suspensión total de los bombardeos contra el norte de Vietnam.

A partir de entonces comenzó la retirada progresiva de soldados estadounidenses y posteriormente se firmaron los
Acuerdos de Paz de París en 1973 entre el Viet Cong, los cancilleres del Norte y Sur de Vietnam, y William P. Rogers,
Secretario de Estado del país norteamericano. La reunificación vietnamita se logró el 2 de julio de 1976 cuando surgió la
actual República Socialista de Vietnam.

Nixon, el acercamiento a China

La visita del presidente de Estados Unidos Richard Nixon a la República Popular China fue un paso importante para
formalmente normalizar las relaciones entre Estados Unidos y la República Popular China. Supuso la primera vez que un
presidente de Estados Unidos visitaba la RPC, quien en esos tiempos consideraba a Estados Unidos como uno de sus
enemigos más importantes. Entre el público estadounidense la visita se convirtió en una metáfora para una acción
inesperada o no característica de un político.

Contexto Histórico

La mejora de las relaciones con la Unión Soviética y la República Popular China son algunos de los más conocidos éxitos
diplomáticos alcanzados por Estados Unidos durante la presidencia de Nixon. Después de la Segunda Guerra Mundial, los
estadounidenses vieron cómo las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética se deterioraban: el gobierno
soviético consolidaba estados títeres comunistas en el Europa Oriental y China se decantaba por el comunismo desde
1949, empezado la Guerra Fría.

La hostilidad estadounidense hacia la URSS causaba que desde la década de 1950 muchos estadounidenses tenían la
preocupación que militantes comunistas aumentaran su influencia dentro de EE. UU., lo cual había dado lugar a la "cacería
de brujas" del senador estadounidense Joseph McCarthy contra supuestos "espías comunistas" infiltrados en medios
académicos, artísticos, sindicatos, o en la diplomacia. De hecho una de las principales razones por las que Richard Nixon
era el candidato a la vicepresidencia de Eisenhower en las elecciones estadounidenses de 1960 fue su fuerte postura
anticomunista. A pesar de esto, en 1972 Nixon se convirtió en el primer presidente de los Estados Unidos en visitar China.

La Ruptura sino-soviética de 1960-1962 había modificado la situación al respecto pues la República Popular China no sólo
rechazaba la tutela ideológica soviética sino que insistía en presentarse como "verdadero Estado marxista" y negaba tal
calidad a la URSS, deviniendo en una lucha ideológica de ambas potencias que se extendió a movimientos comunistas de

253
todo el planeta, ahora divididos en tendencias "pro-soviéticas" o "pro-chinas" del marxismo leninismo. Ante esta división,
el gobierno de Richard Nixon planeó el acercamiento diplomático a uno de los rivales ideológicos: China Popular.

Preparación

En julio de 1971, el "Consejero de Seguridad Nacional" de Estados Unidos, Henry Kissinger, visitó secretamente Pekín
durante un viaje de servicios a Pakistán, y preparó las bases para una visita oficial de Nixon a China tras contactar con el
primer ministro chino Zhou Enlai, asegurando el deseo estadounidense de normalizar relaciones diplomáticas con China
y lograr un acercamiento económico entre ambos países, alegando que la potencia de China no podía ser "ignorada por
más tiempo" en los EE. UU. En un ejercicio de realpolitik, Kissinger admitió la rivalidad ideológica entre ambos países pero
también resaltó el deseo de ambos de una distensión. Zhou aceptó la posibilidad del acercamiento y se dejó abierta la
opción de una visita oficial de Richard Nixon a inicios de 1972.

Encuentro

Del 21 al 28 de febrero de 1972, Richard Nixon viajó a Pekín, Hangzhou y Shanghái. Tan pronto el presidente
estadounidense llegó a la capital china fue convocado a un encuentro con Mao Zedong. El secretario de estado
estadounidense William P. Rogers fue excluido de este encuentro a petición de los delegados chinos y el único
estadounidense presente, además de Nixon, fue el Consejero de Seguridad Nacional (y después, Embajador de Estados
Unidos en China) Winston Lord. Aunque Nixon estuvo una semana en China, esa fue la única ocasión en la que se reunió
con Mao.

Nixon, por el contrario, pudo sostener muchas reuniones con el Primer Ministro chino Zhou Enlai durante el viaje, que
incluyeron visitas a la Gran Muralla China, Hangzhou y Shanghái. Al término de su viaje, los gobiernos de Estados Unidos
y la República Popular China expidieron el Comunicado de Shanghái, un comunicado de sus puntos de vista de la política
exterior y un documento que sentaría las bases de las relaciones bilaterales chino-estadounidenses por muchos años.
Kissinger declaró también que Estados Unidos retiraría sus fuerzas militares de la isla de Taiwan, pero sin renunciar a su
alianza militar con el régimen de la República de China. En el comunicado, ambas naciones prometen trabajar para una
"normalización completa" de sus relaciones diplomáticas, lo cual se logró en 1977.

Consecuencias

Estados Unidos aceptó oficialmente el postulado de Una sola China que el gobierno de Pekín ya había formulado para
fundamentar sus reivindicaciones de soberanía a ambos lados del estrecho de Taiwán. Nixon y el gobierno de Estados
Unidos reafirmaron sus intereses en una solución pacífica al problema de Taiwán, que pudiera ser acordada también por
los propios chinos. Esta declaración habilitaba al gobierno de EE.UU. y la RPC omitir de modo temporal "la cuestión crucial
que obstruye la normalización de las relaciones"6 refiriéndose al estatus político de Taiwán y la apertura comercial entre
ambos países.

Sin embargo, Estados Unidos siguió manteniendo relaciones diplomáticas con el gobierno de la República de
China en Taiwán hasta 1979 cuando los EE.UU. dejaron de reconocer a la República de China y establecieron relaciones
diplomáticas plenas con la RPC, aunque manteniendo una ambigüedad política al respecto en tanto fuertes vínculos
militares y económicos entre EE.UU. y Taiwán subsisten hasta la actualidad. En la URSS la visita fue recibida con aprensión
por la prensa soviética y se repitieron las acusaciones de "falta de realismo" que el régimen soviético achacaba a China
desde la ruptura de 1960.

La Paz de París

254
Las Partes participantes en la Conferencia de Paz de París,

Con vistas a finalizar la guerra y restaurar la paz en Vietnam sobre la base del respeto de los derechos nacionales
fundamentales del pueblo vietnamita y el derecho a la autodeterminación del pueblo vietnamita del sur, y para contribuir
a la consolidación de la paz en Asia y el mundo,

Han acordado las siguientes estipulaciones y se comprometen a respetar y llevar a cabo:

CAPITULO 1

Los derechos nacionales fundamentales del pueblo vietnamita

Art. 1. Los Estados Unidos y todos los otros países respetarán la independencia, soberanía, unidad e integridad territorial
de Vietnam, como se reconoció en los Acuerdos de Ginebra sobre Vietnam en 1954,

CAPÍTULO II

Cese de hostilidades. Retirada de tropas

Art. 2. El cese el fuego será observado en todo el Sur de Vietnam a las 24 horas G.M.T. del 27 de enero de 1973. (…)

Art. 4. Los Estados Unidos no continuarán su intervención militar y en los asuntos internos de Vietnam del Sur.

Art. 5. Dentro de sesenta días desde la firma del Acuerdo, abandonarán Vietnam del Sur todas las tropas, consejeros
militares y personal militar, incluidos personal militar técnico y personal militar asociado con programas pacíficos, así
como los armamentos, municiones y material de guerra de Estados Unidos (...)

Art. 6. El desmantelamiento de todas las bases militares en Vietnam del Sur de los Estados Unidos (…) deberá completarse
dentro de los sesenta días desde la firma del Acuerdo. (...)

CAPITULO IV

El ejercicio del derecho a la autodeterminación del pueblo vietnamita del sur

Art. 9. Los Gobiernos de Estados Unidos y de la República Democrática de Vietnam se comprometen a respetar los
siguientes principios para el ejercicio del derecho a la autodeterminación del pueblo vietnamita del sur: a) el derecho a la
autodeterminación del pueblo vietnamita del sur es sagrado, inalienable, y será respetado por todos los países; b) el
pueblo vietnamita del sur decidirá por si mismo el futuro político de Vietnam del Sur a través de unas elecciones
genuinamente libres y democráticas bajo supervisión internacional; c) los países extranjeros no impondrán ninguna
tendencia política o personalidad sobre el pueblo vietnamita del sur.(...)

CAPITULO V

La reunificación de Vietnam y las relaciones entre Vietnam del Sur y Vietnam del Norte

Art. 15. La reunificación de Vietnam será realizada paso a paso a través de métodos pacíficos y sobre la base de las
discusiones y acuerdos entre Vietnam del Norte y Vietnam del Sur, sin coacciones o anexiones de ninguna parte, y sin
intervención extranjera. El tiempo para la reunificación será acordado por Vietnam del Norte y Vietnam del Sur (...)

CAPÍTULO VI

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Comisiones militares conjuntas, comisión internacional de control y supervisión, conferencia internacional

CAPITULO VII

Camboya y Laos

Art. 20. (a) Las partes participantes en la Conferencia de París sobre Vietnam respetarán estrictamente los Acuerdos de
Ginebra sobre Camboya y los Acuerdos de Ginebra de 1962 sobre Laos, que reconocen a los pueblos de Camboya y Laos
los derechos nacionales fundamentales, así, la independencia, soberanía, unidad e integridad territorial de estos países.
Las Partes respetarán la neutralidad de Camboya y Laos. Las partes participantes en la Conferencia de París sobre Vietnam
se comprometen a abstenerse de usar el territorio de Camboya y de Laos para invadir la soberanía y la seguridad de
cualquiera de los otros países

CAPITULO VIII

Las relaciones entre Estados Unidos y la República Demócrática de Vietnam

Art. 21. Los Estados Unidos anticipan que este Acuerdo se usará en aras de la reconciliación con la República Democrática
de Vietnam así como de todos los pueblos de Indochina. En cumplimiento de su tradicional política, los Estados Unidos
contribuirán a sanear los efectos de la guerra y la reconstrucción de la postguerra en la República Democrática de Vietnam
y en Indochina (...)

Punto 76: Procesos de cooperación económica y de defensa en Asia: ASEAN y SEATO

ASEAN: Asociación de Naciones del Sudeste Asiático

La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, ASEAN, es un grupo económico compuesto por diez países del Sudeste
de Asia que fue establecido el 8 de agosto de 1967 en Bangkok con el fin de promover el desarrollo económico de la región
y trabajar en conjunto por la promoción de la paz y la estabilidad política de sus países miembros. La Asociación es
conocida internacionalmente por medio de su sigla en inglés, ASEAN (Association of Southeast Asian Nations). Cinco países
son considerados los fundadores de la ASEAN: Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur y Tailandia. El 8 de enero de 1984 se
unió Brunei Darassalam, el 28 de julio de 1995 se unió Vietnam, el 23 de julio de 1997 se unieron Laos y Birmania y el 30
de abril de 1999 se unió Camboya. La ASEAN tiene además un capítulo económico conjunto con el Japón y pactos
económicos con la Comunidad Económica Europea. La sede del secretariado general es en Yakarta, Indonesia.

La región comprende una población total de 500 millones de personas, un área de 4.5 millones de kilómetros cuadrados,
un producto interno bruto combinado de 700 mil millones de dólares y un monto total en comercio de 850 mil millones
de dólares. Durante su creación en 1967 ha enfrentado fuertes pruebas históricas que han afectado directamente a la
región como la Guerra de Vietnam, dictaduras en Birmania, Indonesia, Filipinas, un genocidio en Camboya y recientemente
las tensiones por el diferendo territorial entre Camboya y Tailandia, las protestas contra el gobierno militar dictatorial en
Birmania y tragedias naturales como el tsunamí del Océano Índico que el 26 de diciembre de 2004 golpeó de manera
desastrosa las costas de varios de sus países miembros, en especial a Tailandia e Indonesia. El idioma oficial de la ASEAN
es el inglés, la lengua franca que reune a países en donde se hablan numerosos idiomas y dialectos asiáticos y malesios.
Reune además naciones con diferentes posiciones políticas: estados comunistas, capitalistas, un gobierno dictatorial y
monarquías constitucionales.

Objetivos, visión y principios

256
La ASEAN tiene como objetivos promover el aceleramiento en el crecimiento económico y el desarrollo de sus países
miembros, la promoción de la paz en la región y la estabilidad política a través del respeto por la justicia y el orden de la
ley en las relaciones entre sus países y la adherencia a los principios de las Naciones Unidas.

La visión de la ASEAN para 2020 adoptado por sus líderes durante la celebración de su XXX Aniversario es la búsqueda de
la paz, la estabilidad y la prosperidad juntos en un trabajo mancomunado, una dinámica de desarrollo y una comunidad
que cuide de sus sociedades.

En 2003 los líderes de la ASEAN decidieron que se establecerían tres pilares y capítulos: la comunidad de seguridad, la
comunidad económica y la comunidad socio-cultural.

Los principios fundamentales están contenidos en el Tratado de Amistad y Cooperación de la asociación y consisten en el
mutuo respeto por la independencia de cada nación, la soberanía, la igualdad, la integridad territorial y la identidad
nacional. Determinaron también que cada estado es libre de dirigir el curso de su propia existencia sin interferencias
externas, subversion o coersión. Los estados miembros no pueden intervenir en los asuntos internos de los otros, las
diferencias entre los estados miembros se resolverán de manera pacífica, se renuncia a la amenaza o al uso de la fuerza y
se establece una cooperación efectiva entre todos.

Comunidad económica de la ASEAN

Consiste en el proyecto de integración económica de sus países miembros en vistas al 2020 de acuerdo a principios de
prosperidad y alta competitividad en los mercados. La ASEAN se propone que su integración como bloque económico
permita el libre intercambio de bienes y servicios, la libre inversion e intercambio de capitales, un desarrollo económico
equitativo, la reducción de la pobreza y la disparidad socio-económica.

Teniendo en cuanta la gran diversidad culturas de sus países, en un bloque económico la ASEAN pretende convertir las
diferencias en oportunidades que complemente las economías y hagan de ASEAN un mercado fuerte y dinámico en medio
de la economía globalizada. Para alcanzar dicho propósito, ASEAN se puo de acuerdo en los siguientes puntos:

1. Crear nuevos mecanismos que fortalezcan las iniciativas de las economías actuales como el área de libre comercio,
el acuerdo en servicios y su área de inversiones.

2. Acelerar la integración regional antes del 2010 en sectores como las areolíneas, los productos básicos agrícolas,
la industria mecánica, el comercio virtual, electrodomésticos, pesca, servicios de salud, textiles, turismo y otros.
Singularmente importante ha sido el proyecto de crear vías terrestres que permitan el tránsito entre un país y
otro, por ejemplo una red de carreteras que uniría Bangkok- Phnom Penh-Ho Chi Minh-Hanoi con China y Laos.

3. Facilitar el movimiento de personas de negocios, personal capacitado y talentos.

4. Fortalecer los mecanismos institucionales de la ASEAN como el llamado mecanismo de resolución de conflictos.

El Área de Libre Comercio de la ASEAN fue establecido en 1992 y tiene como fin promover una producción unitaria
competitiva, la eliminación de tarifas y barreras de aduana entre sus países miembros con la intención de promover la
eficiencia económica, la productividad y la competencia. Para el 1ro de enero de 2005 el 99 por ciento de tarifas de aduana
habían sido reducidos a tan sólo 5 por ciento entre países como Brunei, Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur y Tailandia
y, posteriormente, el 60 por ciento de productos se redujeron a cero tarifas. Los países de más reciente ingreso como
Cambota, Laos, Birmania y Vietnam redujeron tarifas entre el 0 y el 5 por ciento en el 81 por ciento de productos.

257
En lo que respecta a la economía, otros elementos que interesan a la ASEAN consisten en la creación de un mapa de
integración financiera y monetaria, la liberalización de capitales, la liberalización de servicios financieros y la cooperación
monetaria. En este sentido, la integración de vías de transporte tiene una especial importancia para la región en lo que
comprende autopistas internacionales, vías férreas, areopuertos, puertos marítimos, puertos fluviales y otros. La ASEAN
creó también el Consejo Regulador de Telecomunicaciones, así como proyectos para la generación de redes de energía,
infraestructuras, proyectos comunes de turismo y reservas alimentarias.

Consejo de seguridad de la ASEAN

La ASEAN ha dado una importancia especial al tema de la seguridad y la convivencia pacífica en una región que ha sido
objeto de violencias, especialmente durante la segunda mitad del siglo XX. Actualmente Camboya es sede de un tribunal
mixto entre jueces nacionales y aquellos designados por las Naciones Unidas, para juzgar a la máxima cúpula del regimen
de los jemeres rojos que gobernaron el país de manera sangrienta entre 1975 y 1979. Aunque Camboya no era entonces
miembro de la ASEAN, es sólo uno de los casos de tensiones vividas por sus países miembros. Por lo pronto, ninguno de
los países miembros se han visto implicados en abiertos conflictos bélicos, siendo miembros de la ASEAN, con la excepción
de las recientes tensiones entre Tailandia y Camboya por el diferendo en relación con 40 kilómetros cuadrados alrededor
del templo Vihía en la frontera entre ambos países. Pero dicho diferendo ha permanecido como una tensión de bajo nivel
que no ha escalado a un abierto conflicto bélico.

En dicho contexto es importante notar que la ASEAN insiste repetidamente en una política de diálogo, la construcción de
confianza y evitar al máximo la escalada de tensiones en cualquier conflicto que implique movilización de tropas. En dicho
sentido, se creó el Consejo de Seguridad de la ASEAN que tiene como objetivo asegurar que sus países vivan en paz,
justicia, democracia y un medio ambiente armónico. Para que ello sea posible, los países miembros han firmado en
diferentes periodos de su historia varios tratados relacionados con la paz y la convivencia: la Declaración ASEAN de
Bangkok firmada el 8 de agosto de 1967; la creación de la Zona de Paz, Libertad y Neutralidad firmada en Kuala Lumpur el
27 de noviembre de 2971; la Declaración del Concordato de ASEAN firmado en Balí el 24 de febrero de 1976; el Tratado
de Amistad y Cooperación del Sudeste Asiático firmado en Balí el 24 de febrero de 1976; la Declaración ASEAN del Mar de
la China Meridional firmado en Manila el 22 de julio de 1992; el Tratado de Zona Libre de Armamento Nuclear del Sudeste
Asiático firmado en Bangkok el 15 de diciembre de 1997; el Capítulo Visión ASEAN 2020 firmado en Kuala Lumpur el 15
de diciembre de 1997 y la Declaración del II Concordato de ASEAN firmado en Balí el 7 de octubre de 2003.

ASEAN estableció además el llamado Foro Regional de ASEAN, conocido por su sigla en inglés como ARF (ASEAN Regional
Forum) en 1994 y al cual fueron invitados otros países como Australia, Canadá, China, la Comunidad Europea, India, Japón,
la República Democrática de Corea, la República de Corea, Mongolia, Nueva Zelandia, Papua Nueva Guinéa, Rusia y
Estados Unidos con el fin de garantizar la interdependencia en materia de seguridad de la región bajo tres niveles:
promoción de la mutua confianza, desarrollo de la diplomacia preventiva y elaboración de aproximación a conflictos. La
ARF analiza además problemas de tipo internacional como el terrorismo y el crimen internacional y tiene en cuenta temas
como el Mar de la China Meridional y la península de Corea, entre otros.

Capítulo cultural de la ASEAN

Conformado por una gran diversidad cultural, múltiples lenguas y dialectos asiáticos y málayos, religiones, tradiciones,
sistemas políticos que van del socialismo al libre mercado, ASEAN es una gran amalgama de pueblos de lo que es conciente
y de lo que quiere sacar el mejor partido. Sin embargo, el bloque se ha propuesto que para el 2020 este tenga una común
identidad regional basada en en el mejoramiento de la calidad de vida de grupos marginados y de la población campesina,
una participación activa de ciertos sectores de la sociedad como la mujer, la juventud y las comunidades locales.

258
El incremento en la educación, especialmente focalizada en la educación superior, técnica, la ciencia, la tecnología, la
generación de empleo y la protección social, son las metas que se impone ASEAN en su proyecto Visión 2020. Los
proyectos contemplan la prevención y el fin de enfermedades infecto-contagiosas, el desarrollo del recurso humano, la
reducción de la pobreza y el crecimiento económico.

Relaciones internacionales

Como bloque económico, ASEAN ha buscado la relación con otras regiones económicas del mundo como intercambio de
intereses comunes. En 1999 comenzó la cooperación entre ASEAN y los países del noreste de Asia: China, Japón y la
República de Corea. Dicha alianza ha sido especialmente importante para ASEAN en lo que tiene que ver con seguridad
para combatir el crimen internacional y el terrorismo, tratar temas del medio ambiente, financiación, agricultura, energía,
turismo, salud, empleo, cultura, tecnología, desarrollo y erradicación de la pobreza. La intención de ASEAN y los países del
noreste de Asia es una zona de libre comercio a largo plazo.

Otros mercados vitales para ASEAN son Australia, Canadá, China, la Comunidad Económica Europea, India, Japón, Nueva
Zelandia, Rusia, Estados Unidos y el programa de desarrollo de las Naciones Unidas. Como caso especial, ASEAN promueve
la cooperación con Paquistán. Además tiene contactos con otras organizaciones como la Organización para la Cooperación
Económica, el Consejo de Cooperación del Golfo, el Grupo de Río, la Asociación para la Cooperación Regional del Sur de
Asia, el Foro del Pacífico Sur y la Conferencia Sub-regional Asia-Africa. La mayoría de los países miembros de ASEAN
participan también en la Cooperación Económica Asia-Pacífico, en la Conferencia Asia-Europa y en el Foro Asia del Este-
América Latina (EALAF).

SEATO (Organización del Tratado del Sudeste Asiático)

La Organización del Tratado del Sudeste Asiático, o SEATO por sus siglas en inglés, fue una organización regional de
defensa, vigente desde 1955 hasta 1977, constituida por Australia, Francia, Nueva Zelanda, Pakistán, Filipinas, Tailandia,
Gran Bretaña y los Estados Unidos. Fue fundada como parte del Tratado de Defensa Colectiva del Sudeste Asiático, con el
fin de proteger a la región del comunismo de la URSS y China.

Vietnam, Camboya y Laos, no fueron considerados para admisión y otros países de la zona, prefirieron ser parte del
movimiento no alineado. La SEATO no tenía poder militar permanente, pero sus miembros participaron en ejercicios
militares combinados. Pakistán se retiró en 1968 y Francia suspendió el apoyo financiero en 1975. La organización fue
disuelta oficialmente en 1977. El Cuartel General de SEATO no tenía un mando unificado, ni una fuerza organizada como
en el caso de la OTAN. Apenas contaba con un sistema de colaboración militar, con maniobras y planes de defensa
conjuntos. Fundamentalmente su poder dependía de los Estados Unidos.

Antecedentes y evolución

Tras acabar la Segunda Guerra Mundial, el sureste asiático se encontraba inmerso en una serie de acontecimientos y
movimientos nacionalistas, impulsados por los comunistas. Durante nueve años, las potencias occidentales habían
observado con preocupación la consolidación del régimen comunista en China, continuado por la guerra de Corea y el
triunfo de Vietnam en Indochina. La situación del sureste asiático se había convertido en una auténtica preocupación. Por
esa razón, en 1954 las potencias occidentales y los gobiernos de algunos países de la región decidieron firmar un pacto.
De esta forma, el 8 de setiembre de ese mismo año, la concurrencia de Australia, Francia, Gran Bretaña, Nueva Zelanda,
Pakistán, Filipinas, Tailandia y Estados Unidos firmaron el Pacto de Manila, que posteriormente pasó a ser "Southeast Asia
Collective Defense Treaty" (Tratado de Defensa Colectiva del Sureste Asiático) o SEATO. El SEATO fue reforzado con la

259
Carta del Pacífico mediante la cual se reafirmaba el derecho de los países de la región a vivir en paz y en plena colaboración
para alcanzar los objetivos sociales, culturales y económicos a los que tienen derecho todos los pueblos libres.

El pacto fue firmado en Tailandia, y su sede se estableció en Bangkok. El área del tratado incluía el territorio de los países
asiáticos miembros y el océano Pacífico al sur de una línea situada a 21" 30' de latitud norte. La definición era muy
imprecisa, pero incluía Camboya, Laos y Vietnam del Sur en calidad de observadores, quedando bajo la protección del
pacto mediante un protocolo adicional, a pesar de que no habían firmado el tratado.

Uno de los objetivos principales del SEATO era apoyar la presencia de Estados Unidos en Vietnam, aunque Francia y
Pakistán decidieron mantenerse al margen y no apoyar la decisión de Washington. Debido sus estatutos, SEATO no podía
intervenir ni en Vietnam ni en Laos por la falta de unanimidad, aunque sí controlar sus propias poblaciones.

Pero el problema fundamental de la SEATO era que sólo contaba con tres miembros asiáticos (Pakistán, Filipinas y
Tailandia), mientras que dos de los grandes estados de la región, India e Indochina, permanecieron al margen. Ello se
debió a la política nacionalista y neutralista de sus gobiernos, las cuales no coincidían con los intereses del bloque
occidental. Ante tal evidencia, no dejaba de ser cierto que la SEATO era sólo instrumento de potencias neocolonialistas
cuyas únicas pretensiones eran las de perpetuar su influencia económica y política en la región.

Francia se unió a SEATO por razones de prestigio, ya que acababa de fracasar en Indochina y por su comprometida
situación en África no tenía intenciones de mantener una presencia militar en esa región.

Australia y Nueva Zelanda tenían razones propias, pues el Sudeste Asiático era su primera línea de defensa. Filipinas tenía
definida su línea política plegada a las naciones occidentales y había firmado su propio tratado de defensa mutua con
Estados Unidos. Pakistán estaba más interesado en sacarle partido al SEATO en su conflicto con India, que en aportar algún
tipo de ayuda militar en el Sureste Asiático. Sólo Tailandia tenía un interés muy particular en SEATO, pues sus fronteras
eran las que representaban el mayor peligro en el Sureste Asiático y obviamente su poder militar era limitado.

Estados Unidos, tras la guerra en Corea, estaba decidido a construir un sólido bloque de países opuestos a la China
comunista. El Secretario de Estado estadounidense John Foster Dulles, de absoluta convicción anticomunista, estaba
firmemente convencido de que existía un plan para extender el comunismo a todo el Sureste Asiático, y que los Acuerdos
de Ginebra de julio de 1954, que sellaron la retirada francesa de sus ex colonias de Indochina, constituían una capitulación
ante la agresión. De todas maneras, los acontecimientos futuros demostrarían que el compromiso de EE. UU. con sus
aliados de la región no era del todo incondicional e ilimitado, sino que dependía de sus propios vaivenes políticos y de lo
que iría ocurriendo en los países asiáticos.

Disolución

Al producirse la escalada de la guerra en Vietnam y verse envuelto el país vecino, Laos, la SEATO no respondió como
debiera a la situación, autorizando el uso de las bases tailandesas para la Fuerza Aérea estadounidense, y la presencia de
algunas tropas británicas, australianas y neozelandesas. A lo largo de los años sesenta, Estados Unidos se fue embarcando
progresivamente en la intervención militar unilateral, mientras que la SEATO mostró inoperancia e incapacidad a medida
que surgían los conflictos en la región y por ello su importancia pronto comenzó a mermarse.

Las diferencias entre sus miembros y la falta de cohesión se hicieron evidentes. Los miembros asiáticos volcaron su
atención a la amenaza de otras potencias. Pakistán no logró el apoyo de SEATO en su conflicto con India y por ello se retiró
el 7 de noviembre de 1973. Antes la derrota en su primera guerra con India dio como resultado la transformación de
Pakistán oriental en Bangladés. Camboya, Laos y Vietnam tenían conflictos entre sí. Francia por su parte, boicoteó la

260
solicitud de EE. UU. para que los miembros de SEATO apoyaran al gobierno de Vietnam del Sur, descartando además su
participación militar en la guerra. Francia suspendió el apoyo financiero en 1975.

Gran Bretaña respondió débilmente al llamado a involucrase militarmente en la guerra. Todo eso fue causa de que el
congreso de EE. UU. decidiera revisar el Pacto de Manila y amenazara con denunciarlo. En 1967, ante los sucesos de Suez,
Gran Bretaña estaba dispuesta a retirarse de SEATO. Finalmente el gobierno de Richard Nixon realizó una inesperada
aproximación con el gobierno de Pekín lo que causó gran malestar entre los demás miembros de SEATO. Aunque desde
1973 se veía llegar, en febrero de 1974 se desmanteló la organización militar de SEATO y en junio de 1977 la organización
dejó de existir. Sin embargo, el tratado se mantuvo en vigencia, porque era el único acuerdo formal de seguridad entre
Tailandia y Estados Unidos..

Unidad 10: La segunda Guerra Fría y su finalización

Punto 77: Guerra civil en el Líbano

La guerra civil libanesa fue una guerra civil multifacética en el Líbano, que duró de 1975 a 1990 y produjo un número de
muertes estimado en 120 000. Según datos de 2012, aproximadamente 76 000 personas siguen desplazadas dentro del
Líbano. También hubo un éxodo de casi un millón de personas del Líbano como resultado de la guerra.

Antes de la guerra, el Líbano era una sociedad multiconfesional con musulmanes suníes y cristianos como las mayorías en
las ciudades costeras, los musulmanes chiíes se basaban principalmente en el sur y el valle de Beqaa al este, y las
poblaciones de las montañas eran en su mayoría drusos y cristianos. El gobierno del Líbano había sido dirigido bajo una
influencia significativa de las élites entre los cristianos maronitas.El vínculo entre política y religión se había reforzado bajo
el mandato de las potencias coloniales francesas desde 1920 hasta 1943, y la estructura parlamentaria favorecía una
posición de liderazgo para su población cristiana. Sin embargo, el país tenía una gran población musulmana y muchos
grupos panárabes y de izquierda se opusieron al gobierno pro occidental. La creación del estado de Israel y el
desplazamiento de cien mil refugiados palestinos al Líbano durante los éxodos de 1948 y 1967 contribuyeron a cambiar el
equilibrio demográfico a favor de la población musulmana. La Guerra Fría tuvo un poderoso efecto desintegrador en el
Líbano, que estuvo estrechamente relacionado con la polarización que precedió a la crisis política de 1958, ya que los
maronitas se pusieron del lado de Occidente, mientras que los grupos izquierdistas y panárabes se alinearon con los países
árabes alineados con los soviéticos.

Los combates entre las fuerzas maronitas y palestinas (principalmente de la Organización para la Liberación de Palestina)
comenzaron en 1975, más tarde los grupos izquierdistas, panárabes y libaneses musulmanes formaron alianza con los
palestinos; pero durante el curso de la lucha, las alianzas cambiarían rápida e impredeciblemente. Además, potencias
extranjeras, como Israel y Siria, se involucraron en la guerra y lucharon junto a diferentes facciones. Las fuerzas de
mantenimiento de la paz, como la Fuerza Multinacional en el Líbano y la FPNUL, también estaban estacionadas en el
Líbano.

Los Acuerdos de Taif de 1989 marcaron el comienzo del fin de los combates. En enero de 1989, un comité designado por
la Liga Árabe comenzó a formular soluciones al conflicto. En marzo de 1991, el parlamento aprobó una ley de amnistía
que indultó todos los delitos políticos antes de su promulgación. En mayo de 1991, las milicias se disolvieron, con la
excepción de Hezbolá, mientras que las Fuerzas Armadas Libanesas comenzaron a reconstruirse lentamente como la única
institución no sectaria importante del Líbano. Las tensiones religiosas entre sunitas y chiitas se mantuvieron después de
la guerra.

Comienzo de la guerra (1975-1977)

261
Ya en la época de la guerra de los Seis Días vivían en Líbano unos 400 000 refugiados palestinos. El país ya tenía una historia
de conflictos entre los diversos grupos de musulmanes, cristianos y drusos. Entre 1968 y 1975 la OLP comenzó a formar
milicias armadas entre los refugiados para lanzar ataques contra Israel, llegando a controlar gran parte del sur del país, lo
que condujo a enfrentamientos con las fuerzas del ejército libanés. Ante esta amenaza a su tradicional poder, los cristianos
libaneses empezaron a armarse, fenómeno al que siguió la militarización de los diversos grupos políticos o religiosos. Hacia
1971 la situación estaba descontrolada, dándose luchas locales. Ante los enfrentamientos de las distintas facciones, el
gobierno libanés, muy debilitado, no pudo mantener el orden, lo que desembocó en feroces enfrentamientos en Beirut
entre cristianos del oriente de la ciudad y palestinos de los diversos campos que había en ella, y que se expandieron pronto
al resto del país (abril de 1975).

Ante los enfrentamientos entre grupos nacionalistas, derechistas y cristianos contra palestinos e izquierdistas, el gobierno
nacional pidió la intervención de una fuerza de la Liga Árabe formada principalmente por soldados sirios, que terminó por
apoyar al gobierno controlado por los cristianos. La capital, al igual que el resto del país, quedó dividida entre los distintos
bandos que combatían constantemente entre sí.

Intervenciones israelíes (1978-1982)

Entre 1979 y 1983, los servicios secretos israelíes llevaron a cabo una campaña a gran escala de atentados con coches
bomba que causaron la muerte de cientos de palestinos y libaneses, en su mayoría civiles. El general israelí David Agmon
dice que el objetivo era "crear caos entre palestinos y sirios en el Líbano, sin dejar una huella israelí, para darles la
impresión de que estaban constantemente bajo ataque e inculcarles una sensación de inseguridad". "El columnista militar
israelí Ronen Bergman señala que el objetivo principal era "presionar a la Organización para la Liberación de Palestina
para que utilice el terrorismo como justificación para una invasión del Líbano".

El 16 de julio de 1981, los cohetes palestinos mataron a tres civiles israelíes. Al día siguiente, aviones israelíes
bombardearon masivamente las oficinas de la OLP en Beirut, matando entre 200 y 300 personas, principalmente civiles
libaneses, e hiriendo a más de 800 personas.14 Ante los ataques de los milicianos palestinos del sur del Líbano a su
territorio, Israel decidió lanzar una ofensiva destruyendo sus bases y forzándolos a retroceder al norte y ocupar el territorio
junto a las milicias cristianas, dejando como límite el río Litani.

En 1982, ante los ataques de los milicianos palestinos provenientes del centro del Líbano, las tropas israelíes lanzaron una
nueva campaña hacia el norte, derrotando tanto a los palestinos como a sus aliados izquierdistas y sirios. La OLP es
evacuada de Beirut al tomar el ejército israelí la ciudad. Ante la intervención israelí y la alianza de éstos con los cristianos,
las tropas sirias pasaron a apoyar a los grupos islámicos.

Ocupación israelí (1983-1985)

Tras la ocupación israelí, los palestinos y aliados inician una campaña de guerrillas y ataques suicidas con los que fuerzan
a los israelíes a retroceder de nuevo al sur del Litani, dejando solos a sus aliados cristianos. Frente a la situación del país,
tropas de la ONU se establecen en el Líbano, principalmente en el sur y tratan de reorganizar el gobierno y las fuerzas
armadas libanesas, además de una fuerza de coalición formada por EE. UU., Francia, Italia y Reino Unido que intenta
restablecer la paz en la capital pero termina fracasando.

Final de la guerra (1986-1989)

En el último período de la guerra civil, diversos intentos de paz y reconciliación fracasan, en parte impedidos por las milicias
palestinas, por lo que se forma una alianza entre las fuerzas cristianas, izquierdistas, sirias y de musulmanes libaneses para
enfrentarles. Se inicia lentamente la desmovilización de los combatientes y su inclusión en la política formal.
262
Tratado de paz y amnistía

En 1990 las últimas zonas de conflicto, especialmente en Beirut, son pacificadas y un año más tarde se concede una
amnistía general a los excombatientes, aunque la ocupación siria de parte del norte y este del país durará hasta 2005 y la
israelí de la zona meridional hasta el 2000. Esta larga guerra costó la vida de entre 130 000 y 250 000 personas, otro millón
resultó herido, 100.000 con diversos grados de discapacidad permanente y otro millón huyó del país al exterior.

Punto 78: Reagan y la segunda guerra fría. La relación con la URSS. La “Guerra de las Galaxias”

La Iniciativa de Defensa Estratégica (en inglés: Strategic Defense Initiative, o por sus siglas, SDI) es el programa militar del
Departamento de Defensa de los Estados Unidos cuyo objetivo es construir un sistema defensivo con armas espaciales
capaz de prevenir un ataque nuclear ante territorio norteamericano contra armas nucleares estratégicas (misiles balísticos
intercontinentales y misiles balísticos lanzados desde submarinos). El concepto fue anunciado públicamente por primera
vez el 23 de marzo de 1983 por el Presidente Ronald Reagan, y un crítico vocal partidario de la doctrina de la destrucción
mutua asegurada describió el proyecto como un "pacto suicida", e instó a los científicos y a los ingenieros norteamericanos
a que desarrollaran un sistema que hiciera obsoletas las armas nucleares.

La Organización de la Iniciativa de Defensa Estratégica se creó en 1984 dentro del Departamento de Defensa de los Estados
Unidos para supervisar el desarrollo del proyecto. Fueron estudiados una amplia gama de conceptos avanzados de armas,
que incluyeron: láseres, armas de haces de partículas y sistemas de misiles con base en tierra y en el espacio; junto con
varios sensores, comandos y controles, así como sistemas informáticos de alto rendimiento, imprescindibles para poder
controlar un sistema que abarcaría cientos de satélites y centros de combate que se extenderían por todo el mundo y
participarían en una batalla muy breve. Varios de estos conceptos se probaron a finales de la década de 1980 y los
esfuerzos de seguimiento y las derivaciones de los mismos continúan hasta el día de hoy.

Bajo la denominada Oficina de Ciencias y Tecnologías Innovadoras de la Organización de la Iniciativa de Defensa


Estratégica, encabezada por el físico e ingeniero, el Doctor James Ionson,la financiación fue promovida
predominantemente para investigaciones básicas en laboratorios nacionales, universidades y en la industria. Estos
programas han seguido siendo fuentes clave de inversión para los mejores científicos de investigación en los campos de
la física de las altas energías, computación y supercomputación, materiales avanzados y muchas otras disciplinas críticas
de ciencia e ingeniería—financiación que indirectamente ayuda a contribuir en otros trabajos de investigación realizados
por los científicos mejor cualificados, y que era políticamente más viable de financiar dentro del entorno presupuestario
de defensa de los Estados Unidos.

En 1987, la American Physical Society determinó que las tecnologías que estaban considerándose se hallaban, como
mucho, a décadas por delante de estar listas para su utilización, y se requirió al menos otra década de investigación para
saber si tal sistema era posible.11 Después de la publicación del informe de la American Physical Society, el presupuesto
de la Iniciativa de Defensa Estratégica se recortó repetidamente. A finales de 1980, el esfuerzo se había vuelto a centrar
en el concepto "Brilliant Pebbles" utilizando pequeños misiles en órbita, no muy diferentes de un misil aire-aire
convencional, el cual se esperaba que fuera mucho menos costoso de desarrollar y desplegar.

La Iniciativa de Defensa Estratégica sostuvo algo de polémica en algunos sectores y fue criticada por amenazar con
desestabilizar el enfoque de la destrucción mutua asegurada, así como la posibilidad de volver a reavivar "una carrera
armamentista ofensiva". A principios de 1990, con la finalización de la Guerra Fría y la rápida reducción de los arsenales
nucleares, el apoyo político a la Iniciativa de Defensa Estratégica se derrumbó. SDI terminó oficialmente en 1993, cuando
la administración de Bill Clinton reorientó los esfuerzos hacia los misiles balísticos de teatro y cambió el nombre de la
agencia por el de Organización de Defensa Contra Misiles Balísticos.

263
Precursora de la Iniciativa de Defensa Estratégica

George Shultz, Secretario de Estado bajo la administración Reagan, asistió en 1967 a una conferencia impartida por el
físico Edward Teller (el llamado "padre de la bomba de hidrógeno") en donde habló acerca de la idea de una defensa
contra misiles nucleares mediante la utilización de explosivos nucleares. Reagan asistió a dicha ponencia celebrada en los
Laboratorios Nacionales Lawrence Livermore, poco después de convertirse en gobernador de California. En 1979, Ronald
Reagan visitó el comando central del NORAD bajo Cheyenne Mountain donde se le instruyó por primera vez en los
extensos sistemas de seguimiento y detección que se extendían por todo el mundo y el espacio. Sin embargo fue criticado
por sus comentarios, ya que si bien podían rastrear un ataque enemigo ante objetivos individuales, no había ningún
remedio para evitar detenerlo. Reagan consideró que en caso de ataque, esto podría colocarle en una terrible posición,
bien sea mediante un contraataque inmediato o mediante el intento de absorber el ataque y mantener una cierta ventaja
durante la era post-ataque. Shultz hizo hincapié en que este sentimiento de desamparo, junto con las ideas defensivas
propuestas por Teller una década antes, se combinaron para formar la impetuosa Iniciativa de Defensa Estratégica. En el
otoño de 1969, a petición de Reagan, el Teniente General Daniel O. Graham concibió un concepto que denominó High
Frontier (Alta Frontera), una idea de defensa estratégica para utilizar sistemas de armas basados en tierra y en el espacio,
teóricamente posibles debido a las tecnologías emergentes. Fue diseñado para reemplazar la doctrina de Destrucción
Mutua Asegurada, una doctrina que Reagan y sus asesores describieron como un pacto suicida.

El enfoque inicial de la iniciativa de defensa estratégica eran unos láseres de rayos X generados por explosiones nucleares
diseñado en los Laboratorios Nacionales Lawrence Livermore por un científico llamado Peter L. Hagelstein que trabajó con
un equipo llamado 'O Group' (El Grupo O), haciendo gran parte del trabajo a finales de 1970 y principios de los 80. El Grupo
O estaba encabezado por el físico Lowell Wood, un mentor y amigo de Edward Teller.

Ronald Reagan fue informado del avance de Hagelstein por Teller en 1983, lo que llevó a Reagan el 23 de marzo 1983 a
pronunciarse sobre el Programa "Star Wars". Reagan hizo público: "Hago un llamamiento a la comunidad científica que
nos ha proporcionado de armas nucleares y que hicieron de sus esfuerzos una buena causa para el bien de la humanidad
y la paz mundial; para darnos los recursos necesarios para hacer ese tipo de armas nucleares impotentes y obsoletas".
Este discurso, junto al impartido por Reagan el 8 de marzo de 1983 en Florida, cuando hizo alusión a la frase Imperio del
mal, marcó el comienzo de la gran escalada final en la retórica de la Guerra Fría antes del derretimiento de las relaciones
a finales de los 80.

El concepto para la porción basada en el espacio era el utilizar láseres para derribar misiles balísticos intercontinentales
Soviéticos armados con ojivas nucleares. El físico Hans Bethe, ganador del Premio Nobel de Física, fue a Livermore en
febrero de 1983 para una reunión informativa sobre los láseres de rayos X durante dos días, y "Aunque impresionado por
su novedad científica, Bethe se mostró muy escéptico por algo que no podría contribuir en nada a la defensa de la nación".

Frances Fitzgerald afirmó que Reagan pudo también haber sido inspirado al crear la Iniciativa de Defensa Estratégica con
base en un arma secreta ficticia que aparece reflejada en la película de 1940 llamada Murder in the Air, un rayo que puede
paralizar corrientes eléctricas.

Bombarderos de Misiles Balísticos Intercontinentales

Aunque los alemanes pusieron un considerable esfuerzo en los primeros misiles tierra-aire después de 1943, no tuvieron
el tiempo suficiente para desarrollar armas de nivel operacional antes de finalizar la Segunda Guerra Mundial.

Sus investigaciones resultaron valiosas para equipos de Estados Unidos y de la Unión Soviética, donde los programas de
misiles fueron desarrollándose lentamente durante la repentina era de la posguerra. En cuanto dio comienzo la Guerra

264
Fría, los Soviéticos se encontraron ante masivas flotas de bombarderos de la RAF Británica y de la Fuerza Aérea de Estados
Unidos y bajo una vaga esperanza de no poseer el suficiente potencial para contrarrestarlo de forma aérea. En respuesta
a tales acontecimientos, comenzaron a aumentar drásticamente sus esfuerzos en el desarrollo de misiles tierra-aire,
implementando así el misil guiado S-25 Berkut alrededor de Moscú a principios de 1955. Esto dio como resultado a un
posterior diseño perfeccionado de un misil superficie-aire S-75 Dvina, un arma que se mantuvo en servicio durante la
década del año 2000. Posteriormente se diseñaron armas similares por Gran Bretaña y Estados Unidos. A finales de la
década de 1950, como los misiles se fueron desarrollando tanto en número como en calidad, la capacidad de la flota aérea
norteamericana para penetrar el espacio aéreo Soviético fue incrementándose en gran riesgo.

En respuesta, ambos bandos aumentaron sus esfuerzos para desarrollar misiles de largo alcance. Los Soviéticos, sin
ninguna fuerza de bombarderos efectiva, puso un gran ahínco en su programa y enseguida pudieron construir su básico
sistema R-7 Semiorka, puesto en funcionamiento en 1959. El primer misil balístico intercontinental SM-65 Atlas puesto
operativo por Estados Unidos casi inmediatamente después. Estos prematuros proyectos solamente eran útiles para
atacar grandes objetivos como ciudades o puertos, aunque con una relativa vulnerabilidad y bajo costo que estaba
posesión de ambos bandos con una increíble fuerza en una era que predominaba una cierta falta de rigidez en las defensas
aéreas.

Consecuencias de la IDE

El programa IDE supuso un giro en la política nuclear de Estados Unidos y contribuyó de nuevo a una carrera
armamentística y a reavivar las tensiones entre los dos bloques. El presidente Carter ya había iniciado un incremento
armamentístico con la expansión del sistema anti-satélite, pero la propuesta IDE supuso un cambio en la retórica que
benefició a la administración Reagan desde muchos ángulos.

Hasta ese momento, la estrategia de las dos potencias mundiales había sido la disuasión nuclear, a través de la Destrucción
Mutua Asegurada (MAD, por sus siglas en inglés). La MAD, de carácter ofensivo, aseguraba que ninguna potencia pudiera
atacar por las consecuencias letales que su contraofensiva desencadenaría. Por así decirlo, las potencias mantenían a sus
poblaciones rehenes en una estabilidad de amenazas. La posibilidad de que Estados Unidos llegara a conseguir protegerse
de un ataque rompía el equilibrio al disminuir los propios costos de atacar a la Unión Soviética.

El argumento de la administración Reagan, que siempre fue un detractor de la política de disuasión y de la détente, se
basaba en la idea de presionar a la Unión Soviética y desarrollar tecnología tan superior a la potencia roja que esta tuviera
que aceptar la derrota.

Pese a que el programa nunca llegó a desarrollar las capacidades planteadas, oficiales de la administración Reagan
arguyeron con posterioridad que el objetivo siempre había sido el de presionar la URSS para negociar una limitación de
armamento. Sin embargo, no fue esta la versión oficial en 1983.

Tras la caída de la URSS se especuló mucho sobre el impacto que la IDE tuvo sobre el final del bloque del este. Muchos
analistas argumentaron que la presión en el presupuesto de defensa ruso para igualar la estrategia causó daños letales a
la economía soviética y poco menos que provocó la disolución de la URSS. Sin embargo, otros análisis han mostrado que,
mientras el presupuesto de defensa norteamericano aumentó, el porcentaje de defensa en el presupuesto soviético se
mantuvo relativamente estable a lo largo de los años 80 y, por lo tanto, el impacto de la IDE fue más político que
económico13.

La nueva política nuclear estadounidense que suponía la IDE y el incremento armamentístico y de gasto en defensa son
un ejemplo claro del irracional militarismo que generó la Guerra Fría y el desarrollo de las técnicas publicitarias y de

265
marketing en la política. Ronald Reagan consiguió hacerse pasar casi por un pacifista o abolicionista, alineándose con
discursos cristianos y vendiendo la IDE como una protección: «Pues, ¿no sería mejor salvar vidas que vengar su pérdida?».
La inclusión del espacio y el desarrollo de nueva tecnología militar que tanto podía ser ofensiva como defensiva consiguió
presentarse ante muchos como una apuesta por la paz.

Otro elemento que cabe destacar en el desarrollo de la IDE es la popularidad del movimiento Freeze en Estados Unidos.
Dos meses después de la propuesta de Reagan, la Cámara de Representantes adoptó la resolución Freeze, en el momento
álgido de la campaña con el mismo nombre. El cambio de estrategia de Reagan, pese a su irrealidad, redujo drásticamente
el miedo a la guerra nuclear, y con ello consiguió desinflar el popular movimiento. Así, la IDE sirvió a los halcones de
Washington para frenar el movimiento contra las armas nucleares, proporcionando una alternativa aparentemente
abolicionista.

Lo cierto es que la IDE fue el programa central que llevó a Estados Unidos a gastar más de 38.000 millones de dólares en
producción, test y desarrollo del programa nuclear de la presidencia Reagan, un aumento del 39% en relación al periodo
anterior. Tras más de 139.000 millones de dólares gastados, el programa sigue en marcha con la Agencia de Defensa de
Misiles, aunque ahora su misión se centra oficialmente en preservar la defensa contra ataques balísticos de estados
menores.

Punto 79: Procesos de integración en América: ALALC, ALADI, CAN

ALALC

La Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) fue un organismo regional latinoamericano existente entre
1960-1980. Creado el 18 de febrero de 1960 por el Tratado de Montevideo. Cambiado posteriormente por la ALADI.

Estados miembros

● Argentina
● Bolivia
● Brasil
● Chile
● Colombia
● Ecuador
● México
● Paraguay
● Perú
● Uruguay
● Venezuela

Según el Tratado de Montevideo, los países firmantes se comprometían a crear una zona de libre comercio que debería
estar funcionado en un plazo de 12 años (meta 31 de diciembre de 1972). Por el Protocolo de Caracas (1969) Dicho plazo
fue modificado a diez años (meta 31 de diciembre de 1980). Este proceso se efectuaría de una forma gradual por medio
de la eliminación de todas las restricciones, cupos y gravámenes al comercio entre los Estados miembros. Para lograrlo se
crea un sistema de dos listas negociadas periódicamente:

● Listas Nacionales de cada país: Son las reducciones de gravámenes y restricciones anuales que cada país otorga a
los restantes según el principio de nación más favorecido.

266
● Lista Común: Negociada multilateralmente cada 3 años se refiere a los productos no incluidas en las listas
nacionales y sobre los cuales no hay restricciones ni cupos en el comercio de la zona.

Desarrollo de la ALALC

La ALALC fue la primera propuesta de integración económica latinoamericana para el desarrollo de las naciones. De
carácter gradual y asociativa, fue promulgada por Argentina, Brasil y México. Por otra parte en 1969, el Pacto Andino se
convierte en una contrapropuesta subregional que busca una integración de países con economías similares (Bolivia, Chile,
Colombia, Ecuador y Perú). Cabe aclarar que todos estos países ya hacían parte de la ALALC y que proponen que primero
a través de la integración subregional se logrará luego la integración latinoamericana.

Si bien con la ALALC hubo un incremento del comercio regional, que coincide con la crisis del modelo "proteccionista" de
industrialización por substitución de importaciones (ISI) y un incremento del comercio entre Europa y EE.UU, así como
también coincide con la crisis mundial petrolera de 1973, sus problemas se debieron a una falta de coordinación
económica y a la rigidez en los plazos y mecanismos que no permitían otras formas de negociación. Por ejemplo una
limitación importante fue solo referirse al intercambio de bienes y no incluir, como si lo fue en el Tratado de Roma del
1957 de la Comunidad Económica Europea, materias como servicios, infraestructura, inversiones extranjeras, políticas
agrícolas, balanza de pagos, arancel exterior común u otras posibles pautas de coordinación económica, social o política.

Sin embargo hay que anotar que ciertas de estas materias son las que en la actualidad se incluyen en los tratados llamados
de "tercera generación" y que han sido reveladas como prioritarias desde hace pocos años, en particular a partir de la
incidencia de la globalización de capitales financieros, la inversión directa extranjera y la transformación del GATT (que
solo se centra en bienes) a la Organización Mundial de Comercio en 1995, quien tiene en cuenta tanto los bienes como
servicios, patentes, etc.

Si bien en el Tratado de Roma de 1957 dichas materias estaban incluidas, la falta de gestión para llevarlas a cabo
condujeron a una crisis en la construcción Europea que solo pudo ser reparada a través de la firma de un tratado
suplementario como el Acta Única Europea de febrero de 1986. En Latinoamérica se siguió, sin quererlo, un proceso
similar.

Ante la imposibilidad de cumplir los plazos de creación de la zona de libre comercio (primero en 1972 y luego en 1980), se
efectúa una ronda de negociaciones que termina con la firma del Tratado de Montevideo de 1980 que crea la ALADI en
reemplazo de la ALALC, en donde todas las concesiones acordadas anteriormente pasan a formar parte del patrimonio
histórico del nuevo organismo.

ALADI

La Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) es un organismo internacional de ámbito regional. Fue creado el 12
de agosto de 1980 por el Tratado de Montevideo de 1980, en sustitución de la Asociación Latinoamericana de Libre
Comercio (ALALC). Actualmente, cuenta con 13 estados miembros de Latinoamérica; Argentina, Bolivia, Brasil, Chile,
Colombia, Cuba, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. Cualquier país de Latinoamérica puede
solicitar su adhesión al proceso de integración.

Objetivos

La ALADI se formó con el propósito de:

● Reducir y eliminar gradualmente las trabas al comercio recíproco de sus países miembros.
● Impulsar el desarrollo de vínculos de solidaridad y cooperación entre los pueblos latinoamericanos.
267
● Promover el desarrollo económico y social de la región en forma armónica y equilibrada a fin de asegurar un mejor
nivel de vida para sus pueblos.
● Renovar el proceso de integración latinoamericano, y establecer mecanismos aplicables a la realidad regional.
● Crear un área de preferencias económicas teniendo como objetivo final el establecimiento de un mercado común
latinoamericano.

Funciones a realizar

● Promoción y regulación del comercio recíproco


● Complementación económica
● Desarrollo de acciones de cooperación económica que contribuyan a la ampliación de los mercados.
● Proporcionar información
● A su vez, la secretaría general cumple con diversas funciones:
● Brindar apoyo técnico e informático a las negociaciones y administraciones de los Acuerdos y sus instrumentos.
● Proponer proyectos de acuerdos regionales y parciales y resoluciones sobre temas normativos, de liberalización
del comercio y de cooperación entre los países.
● Actuar como Registro Oficial de los Acuerdos.
● Cooperar en el funcionamiento de foros sectoriales de los países miembros (transportes y turismo, entre otros).
● Apoyar reuniones de sectores empresariales para debatir los temas de la Integración.
● Brindar apoyo técnico a los países de menor desarrollo económico relativo (Bolivia, Ecuador y Paraguay) a través
de un Departamento especializado.

Principios Generales

● Pluralismo en materia política, social y económica


● Convergencia progresiva de acciones parciales hacia la formación de un mercado común latinoamericano
● Flexibilidad
● Tratamientos diferenciales con base al nivel de desarrollo de los países miembros
● Multiplicidad en las formas de concertación de instrumentos comerciales

Mecanismos de la Integración

La ALADI propicia la creación de un área de preferencias económicas en la región, con el objetivo final de lograr un
mercado común latinoamericano, mediante tres mecanismos:

1. Una preferencia arancelaria regional1 que se aplica a productos originarios de los países miembros frente a los
aranceles vigentes para terceros países.
2. Acuerdos de alcance regional, comunes a la totalidad de los países miembros.
3. Acuerdos de alcance parcial, con la participación de dos o más países del área.

Los países calificados de menor desarrollo económico relativo de la región (Bolivia, Ecuador y Paraguay) gozan de un
sistema preferencial. A través de las nóminas de apertura de mercados que los países ofrecen a favor de los PMDER; de
programas especiales de cooperación (ruedas de negocios, preinversión, financiamiento, apoyo tecnológico); y de
medidas compensatorias a favor de los países mediterráneos, se busca una participación plena de dichos países en el
proceso de integración. La ALADI da cabida en su estructura jurídica a los más vigorosos acuerdos subregionales,
plurilaterales y bilaterales de integración que surgen en forma creciente en el continente. En consecuencia, le corresponde
a la Asociación –como marco o “paraguas” institucional y normativo de la integración regional- desarrollar acciones

268
tendientes a apoyar y fomentar estos esfuerzos con la finalidad de hacerlos confluir progresivamente en la creación de un
espacio económico común.

CAN

La Comunidad Andina (CAN), antes de 1996 conocida como Pacto Andino o Grupo Andino, es una comunidad política de
derecho constituida como organización internacional nacida para alcanzar un desarrollo integral, equilibrado y autónomo
en común de los Estados y los pueblos andinos. Está compuesta por cuatro estados andinos y fue establecida con la
entrada en vigor del Acuerdo de Cartagena el 26 de mayo de 1969.

El Proceso Andino de Integración se inició con la suscripción del Acuerdo de Cartagena el 26 de mayo de 1969. Cuenta con
órganos e instituciones que forman parte del Sistema Andino de Integración (SAI). La sede de la Secretaría General se
encuentra en Lima, Perú.

La Comunidad Andina agrupan a casi 109 millones de habitantes, en una superficie de 3 798 000 kilómetros cuadrados,
cuyo Producto Interno Bruto nominal se estima ascendería en el 2018 a 706 903 millones de dólares.

Antecedentes históricos

Desde épocas muy remotas, la zona andina de Sudamérica ha sido un terreno difícil de colonizar, debido especialmente,
a su clima desértico en la costa, parajes altiplánicos y profundas junglas en el interior. Es por ello que los habitantes de
estos lugares se vieron en la necesidad de construir comunidades, que con el tiempo formarían complejas culturas. Entre
estas, siendo una de las más conocidas el Imperio Inca, que en su apogeo, abarcaba desde Pasto en Colombia por el Norte,
hasta Talca en Chile por el Sur, incluyendo regiones de las actuales naciones de Ecuador, Perú y Bolivia bajo su égida. Al
llegar los españoles, el Imperio se dividiría en múltiples virreinatos, siendo el más importante el Virreinato del Perú, que
después de la independencia, se dividió a su vez en varias naciones.

Ya en la época independentista el "Libertador" Simón Bolívar intentaría infructuosamente la creación de una Gran
Colombia a partir de la unificación de Venezuela, Ecuador y Nueva Granada (la actual Colombia). Un posterior intento de
reunificación del Perú y el Alto Perú (Confederación Perú-Boliviana) alcanzó a durar 3 años, hasta ser disuelta por Chile y
Perú en 1839. Este sería el último intento de crear una nación andina tomando como base los antiguos territorios del
Imperio Inca.

Miembros de la Comunidad Andina

Venezuela fue miembro pleno hasta 2006.7 Chile originalmente fue miembro entre 1969-1976, pero se retiró durante la
dictadura militar de Augusto Pinochet debido a incompatibilidades entre la política económica de ese país y las políticas
de integración de la CAN. Este país es Miembro Asociado desde el 20 de septiembre de 2006, pero ello no supone el
reingreso a la CAN.

El 21 de septiembre de 2006, el Consejo Andino de Cancilleres, reunido en Nueva York (Estados Unidos) con motivo de la
Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), anuncia la incorporación de Chile a la Comunidad Andina
(CAN) como miembro asociado, al aprobar una norma comunitaria (Decisión 645) que le otorga la condición de País
Miembro Asociado con los demás países

Estados Miembros:

● Bolivia
● Colombia
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● Ecuador
● Perú

Estados asociados:

● República Argentina
● Brasil
● Paraguay
● Uruguay
● Chile

Estados observadores:

● España
● Marruecos

Economía

Libre circulación de mercancías

Uno de los principales logros de la CAN en el ámbito comercial es la libre circulación de las mercancías de origen andino
en el mercado ampliado. Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú forman en la actualidad una zona de libre comercio, es decir,
un espacio en el que sus productos circulan libremente sin pagar tributos arancelarios de ningún tipo.

Política migratoria

Libre tránsito de personas

Desde el 2003, los ciudadanos de los cuatro países de la Comunidad Andina pueden ingresar sin pasaporte a cualquiera
de ellos, con la sola presentación de su respectivo documento de identidad.

Pasaporte Andino

El Pasaporte Andino fue creado por medio de la Decisión 504 en julio de 2001. La Decisión 504 dispone que su expedición
se base en un modelo uniforme que contenga características mínimas armonizadas en cuanto a nomenclatura y a
elementos de seguridad. El documento es actualmente expedido por Ecuador, Perú y Bolivia. Colombia sí llegó a adoptar
el pasaporte andino, pero en el pasaporte no aparece la leyenda "Comunidad Andina", como es en el caso de los
pasaportes de Ecuador, Perú y Bolivia. Venezuela también llegó a expedir el Pasaporte Andino hasta 2006, año en el que
se desincorporó de la Comunidad Andina. Por esto, existen aún ciudadanos venezolanos que poseen un pasaporte de
dicho modelo, los cuales continúan siendo válidos hasta su respectiva fecha de expiración.

Punto 80: Guerra Irán-Irak. Conexión Irán- Contras en Nicaragua

La guerra entre Irán e Irak —conocida en Irán como la Guerra Impuesta y la Santa Defensa, fue un conflicto bélico surgido
entre Irán e Irak que comenzó el 22 de septiembre de 1980 y duró hasta el 20 de agosto de 1988, finalizando este sin un
claro vencedor. Sus orígenes se encuentran en la larga hostilidad árabe-persa y en las rivalidades regionales; en concreto,
Irak quería invertir la delimitación de fronteras entre los dos países, establecida en los Acuerdos de Argel (1975), para
conseguir la anexión de la región de Shatt al-Arab.

270
Durante todo el tiempo que duró el conflicto, Irak siempre estuvo en una clara desventaja demográfica frente a su rival,
pues cabe recordar que, cuando estalló la guerra en el año 1980, Irak tenía una población de 14 millones de habitantes,
en tanto que Irán poseía ya una población de alrededor de 38 millones de habitantes. Cuando terminó la guerra, los costos
en vidas humanas, así como los daños a la economía de ambas naciones, fueron sumamente graves, lo que redundó en
cifras de desempleo de hasta dos dígitos -con un millón de soldados iraquíes e iraníes y civiles de ambos bandos muertos,
así como muchos hombres laboralmente activos con alguna discapacidad. Al final el conflicto se resolvería solamente
debido a la enorme presión internacional, sin reparaciones ni cambios en las asignaciones fronterizas que habrían sido su
causa.

Este conflicto bélico suele ser comparado con la Primera Guerra Mundial (1914-1918) (70 años antes) debido al uso de las
mismas tácticas, como el combate desde trincheras a gran escala, nidos de ametralladoras, cargas de bayoneta, uso de
alambre de púas ante las trincheras, oleadas de ataques a través de tierra de nadie y el empleo extensivo de armas
químicas como el gas mostaza y el gas sarín por parte del gobierno iraquí contra las tropas iraníes y civiles, como los
kurdos. Cabe recordar que el líder iraquí Saddam Hussein empezó a utilizar armas químicas con el objetivo de reducir o
compensar la gran desventaja poblacional que tenía su país y su ejército frente a las numerosas tropas de Irán. Con el
tiempo el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas anunció que las armas químicas habían sido usadas en la guerra.
Así mismo la Organización de las Naciones Unidas (ONU) nunca aclaró que Irak era el único que usaba armas químicas,
para decir que la comunidad internacional guardaba silencio sobre Irak por el uso de armas de destrucción masiva contra
los iraníes y los kurdos y que los Estados Unidos impidieron a la ONU condenar a Irak, según la Resolución 598 del Consejo
de Seguridad de las Naciones Unidas.

Causas de la guerra

Ya en 1971, Irak había roto relaciones diplomáticas con Irán, debido a conflictos territoriales. Además, Irak estaba
preocupado por la propaganda religiosa dirigida desde la nueva República Islámica de Irán con el ayatolá Ruhollah Jomeini
al frente, contra el régimen baazista laico de Bagdad, y especialmente temía perder la lealtad de los ciudadanos chiíes.

Sin embargo, la principal razón de la guerra fue la creencia del presidente de Irak, Saddam Hussein, de que la potencia
militar de Irán se había debilitado en gran medida por la Revolución iraní de 1979, que derrocó al Sha Mohammad Reza
Pahlevi, y que el apoyo que conseguiría por parte de Occidente le permitiría obtener una fácil victoria, reconquistando
Shatt al-Arab y la provincia iraní de Juzestán para Irak.

Invasión iraquí

La guerra comenzó con la invasión de Irak el 22 de septiembre de 1980 cuando fuerzas iraquíes compuestas por 190.000
hombres, 2200 tanques y 450 aviones, atacaron la provincia de Juzestán, en la Operación Kaman 99, rica en petróleo,
donde vivían 3 millones de árabes, Hussein esperaba su apoyo pero esto no sucedió.12 Pero, aunque las fuerzas iraquíes
obtuvieron éxitos al principio, Saddam detuvo a sus tropas, lo que dio tiempo a Irán a reorganizar sus fuerzas y lanzarse
al contraataque. En ese momento el gobierno iraní llamó a los jóvenes de su país a acudir al frente como voluntarios.
Alrededor de 100.000 soldados y 200.000 milicianos se presentaron en poco tiempo.13 De este modo la guerra relámpago
que esperaban los iraquíes se convirtió en una guerra de desgaste en un frente de 300 km.

Hacia 1982, las tropas iraquíes habían sido expulsadas de la mayor parte de Irán, que rechazó la posibilidad de comenzar
un proceso de paz y continuó una guerra que pensaban que podrían ganar.

Guerra de trincheras

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Entre 1982 y 1987 las fuerzas iraníes organizaron la ofensiva a lo largo de la frontera, fundamentalmente en el sur, donde
el principal objetivo era la conquista de Al Ba'ra a la vez que cortar la carretera que une Bagdad con Basora. Los ataques
iraníes sobre las posiciones atrincheradas iraquíes recordaron las tácticas de desgaste de la I Guerra Mundial. Irán
comenzó a usar numerosa infantería pobremente armada. En este tipo de guerra tenía ventaja sobre su enemigo, pues
entonces Irán tenía 38 millones de habitantes e Irak 13 millones. Los iraquíes compensaron su inferioridad numérica con
el uso de armas químicas.15

Se han relatado algunos casos en los que los infantes eran enviados al frente sin arma alguna, usando la táctica de
desbordamiento. En otros casos se mandó a jóvenes y niños iraníes en masa y sin armas sobre los campos minados, para
que detonaran los explosivos y dejaran los caminos limpios para el paso de los tanques; a los chicos se les daba llaves de
plástico hechas en Taiwán, pues se les consideraba como las llaves del Paraíso. Entre 1983 y 1988, años de constantes
ofensivas iraníes contra Basora, murieron 60 mil personas. Los años más decisivos fueron 1985 y 1986.

Con la ayuda de grandes donaciones y préstamos de los estados árabes de la región del golfo Pérsico (sobre todo Arabia
Saudita), y el suministro de armamento (entre otros, de la Unión Soviética, Estados Unidos y Francia), Irak resistió en
tierra, mientras su fuerza aérea atacaba ciudades iraníes e instalaciones petrolíferas en el golfo Pérsico.

Irán tomó represalias contra los estados que apoyaban a Irak, mientras Saddam Hussein buscaba implicar a otros países
en el conflicto. En 1987, Estados Unidos y otras potencias asumieron la responsabilidad de proteger el tránsito de buques
petroleros en el golfo Pérsico.

Irak recibió apoyo técnico y armas de Estados Unidos.16 Sus armas químicas fueron producidas con materiales de doble
uso otorgados por Estados Unidos y algunas compañías alemanas.17 Se calcula que 50 000 soldados iraníes murieron a lo
largo del conflicto debido a armas químicas.

En 2002 el diario británico The Independent divulgó una lista de 22 compañías norteamericanas que dieron apoyo a la
fabricación de armas químicas por parte del régimen de Saddam.

Negociaciones y cese del fuego

Hacia 1988 Irán continuaba la guerra, pero las fuerzas iraquíes lanzaron una serie de ofensivas exitosas. En julio de 1988,
Irán e Irak se vieron empujados a aceptar la Resolución 598 -adoptada por el Consejo de Seguridad de la ONU el 20 de
julio de 1987- al ver que no podían vencer en el conflicto.

Finalmente se llegó a la paz el 20 de agosto de 1988, sobre la base del mantenimiento de la situación territorial anterior
al enfrentamiento bélico. Se calcula que la guerra se saldó con un millón de muertos (el 60% de ellos iraníes) y casi dos
millones de heridos, además de enormes gastos materiales que dejaron la economía de ambos combatientes en una
situación muy precaria.

Jomeini afirmó que aceptar la paz había sido para él como «beber un trago de veneno». Entre las causas por las que el
conflicto se mantuvo incluso cuando ambos contrincantes estaban exhaustos está el continuo aporte de armas entregadas
por países extranjeros.

Conexión Irán-Contras en Nicaragua

La administración Reagan, con el argumento de que el nuevo gobierno sandinista de Nicaragua se proponía exportar la
revolución marxista a toda América Central, se involucró decididamente en acciones destinadas a derribarlo. A fines de
1981, Washington autorizó a la CIA a invertir una alta suma de dólares para crear la Contra, una fuerza paramilitar de
opositores que se componía básicamente de antiguos miembros de la guardia nacional de la dictadura de Somoza
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derrocada por los sandinistas. A mediados de los 80, la Contra había establecido un campo de entrenamiento cerca de la
frontera nicaragüense.Originalmente encargada de bloquear el flujo de armas desde Nicaragua a los insurgentes
salvadoreños de izquierda, la Contra pronto comenzó a llevar a cabo actos de sabotaje al otro lado de la frontera de
Nicaragua. Pero al año siguiente, la Cámara de Representantes, por iniciativa de los demócratas, aprobó una enmienda
que limitaba la ayuda a esta organización.

Para salvar esta restricción, miembros del Consejo de Seguridad Nacional, organismo asesor de la Casa Blanca, montó una
operación para obtener financiación secreta de fuentes privadas norteamericanas.

En 1985, varios de estos funcionarios se involucraron en un plan para vender secretamente misiles a Irán, a cambio de la
liberación de los siete americanos retenidos por musulmanes pro iraníes en Líbano. Israel actuó en principio como
intermediario de los envíos de armas. Parte de los beneficios de la venta fueron desviados a la Contra nicaragüense.
Aunque este plan violaba el Acta de Control de Exportación de Armas, un embargo armamentístico contra Irán, y la política
estadounidense de no tratar con gobiernos que apoyasen el terrorismo internacional, Reagan dio su autorización para
que se procediera a la venta de las armas.

En octubre de 1986, un comando sandinista derribó un avión de carga sobre la selva nicaragüense. Un pasajero americano
que se tiró en paracaídas y cayó en manos de los sandinistas reveló que el avión formaba parte de una operación de
suministro de armas a la Contra dirigida por EE.UU., lo que violaba lo dispuesto por el Congreso. El presidente dijo
públicamente que su gobierno no tenía conexión con el avión derribado, Un comité del Congreso y una comisión
presidencial pusieron en marcha investigaciones y varios funcionarios fueron acusados de distintos delitos, pero casi
ninguno cumplió las penas impuestas por la justicia en virtud del perdón concedido por el presidente George Bush (padre)
en 1992. Al hacerse cargo de la presidencia en 2001, George Bush (hijo) eligió a varios veteranos del escándalo Irán-Contra
para ocupar importantes puestos.

Punto 81: La URSS en Afganistán. Posición EUA. Los talibanes

La guerra de Afganistán de 1978-1992 también llamada guerra afgano-soviética o guerra ruso-afgana, fue la primera fase
del extenso conflicto de la guerra civil afgana.16 Transcurrió entre abril de 1978 y abril de 1992, tiempo en el que se
enfrentaron las fuerzas armadas de la República Democrática de Afganistán, apoyadas entre diciembre de 1979 y febrero
de 1989 por el Ejército Soviético, contra los insurgentes muyahidines, grupos de guerrilleros afganos islámicos17 apoyados
por numerosos países extranjeros, destacando Estados Unidos, quien les proporcionó ingentes cantidades de armas y
dinero. Está considerada como parte de la Guerra Fría.

El conflicto comenzó en 1978, cuando tuvo lugar la Revolución de Saur, que hizo de Afganistán un Estado socialista
gobernado por el Partido Democrático Popular de Afganistán (PDPA). Un año después el Consejo Revolucionario solicitó
la intervención militar de la Unión Soviética.1718 Fue entonces cuando el gobierno de Estados Unidos inició la «Operación
Ciclón» en el contexto de la Guerra Fría, suministrando armas y una amplia financiación a los rebeldes islámicos
muyahidines. Las fuerzas soviéticas depusieron y asesinaron de manera inmediata al dictador Hafizullah Amín, quien
previamente había mandado asesinar de manera arbitraria al anterior presidente y líder de la revolución, Nur Muhammad
Taraki. La intervención produjo un resurgimiento de los guerrilleros muyahidines, que aun estando divididos en varias
facciones se embarcaron en una larga campaña contra las fuerzas soviético-afganas, respaldados por los suministros y el
apoyo logístico y financiero de naciones como Estados Unidos, Pakistán, Irán, Arabia Saudita, China,1920 Israel y el Reino
Unido.

Después de más de nueve años de guerra, los soviéticos se retiraron en 1989 después de la firma de los Acuerdos de
Ginebra entre Pakistán y la República Democrática de Afganistán. No obstante, los enfrentamientos entre insurgentes y

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las tropas del gobierno continuaron hasta abril de 1992, cuando la disolución de la Unión Soviética provocó el colapso
económico del país y los fundamentalistas pudieron establecer el Estado islámico.21 La guerra ha sido reiteradas veces
calificada por la prensa norteamericana como «el Vietnam de la Unión Soviética».2223

La población de Afganistán cayó de 13,41 millones en 1979 a 11,61 millones en 1988 como consecuencia de la violencia
de la guerra y la crisis de refugiados.

Antecedentes

Relaciones entre Afganistán y la Unión Soviética

Desde el mismo nacimiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas se establecieron relaciones diplomáticas entre
ambos países, independientemente del régimen o gobierno existente en Afganistán.

El Gobierno revolucionario soviético fue el primero en reconocer, en 1919, la independencia y soberanía de Afganistán,
aun cuando no habían finalizado la lucha por su independencia contra el Reino Unido. Este país exigió la ruptura de
relaciones entre Afganistán y el naciente «País de los Soviets» llegando a presentar en 1923 el llamado «ultimátum de
Curzon», una de cuyas principales exigencias era retirar el personal diplomático soviético en Afganistán y su
reconocimiento como estado independiente y soberano.

El emir Amanulá le envió al revolucionario Lenin una histórica carta en diciembre de 1920. Tras la intervención militar del
Reino Unido, Habibullah Kalakani se hace con el poder y abre un periodo de gobiernos más o menos dependientes
colonialmente del Reino Unido; hasta que Mohammed Daud inicia un acercamiento a la Unión Soviética, que en los años
50 comienza a colaborar con el Gobierno de Afganistán. En junio de 1955 se firmó el acuerdo soviético-afgano sobre
tránsito. De conformidad con él, las mercancías de Afganistán podían transitar libremente, exentas de derechos
aduaneros, por territorio soviético con destino a terceros países.

En 1963, el rey Mohammed Zahir Shah expulsó de su cargo a Daud, y asumió personalmente el gobierno incrementando
y mejorando la relación con la vecina Pakistán. Al año siguiente se promulga una constitución que convierte el país en una
democracia parlamentaria, aunque con extensos poderes para la Corona. La constitución intenta modernizar el país
otorgando derechos a sus ciudadanos.

En 1973 Mohammed Daud impulsó un golpe de Estado, proclamó la república, fundó el Partido Revolucionario Nacional,
y se acercó a Irán y a otras naciones árabes, abandonando poco a poco sus vínculos con la Unión Soviética.

Revolución comunista afgana

El 17 de abril de 1978, Mir Ali Akbar Kaibar, destacado militante del Partido Democrático Popular de Afganistán fue
asesinado por agentes del gobierno de Daud. Hubo una manifestación de protesta espontánea de más de 10 000
personas.25 Luego, los dirigentes del PDPA fueron encarcelados, como Nur Muhammad Taraki y Babrak Karmal. Sin
embargo, Hafizullah Amín estuvo durante las cinco primeras horas bajo arresto domiciliario, dándole la oportunidad de
ordenar un levantamiento de las Fuerzas Armadas. En la noche del 27 al 28 de abril, unidades militares irrumpieron en el
palacio en el corazón de Kabul. Con la ayuda de la fuerza aérea, las tropas sublevadas vencieron la resistencia de la Guardia
Presidencial. Daud murió durante el ataque.

El 30 de abril de 1978 Nur Muhammad Taraki fue elegido presidente del Consejo Revolucionario y primer ministro. Si bien
el partido estaba amenazado por el fraccionamiento interno (dividido en la facción radical Jalq y la moderada Parcham),
los líderes buscaron diversos métodos para tratar de reducir a la oposición, ya sea enviándolos como embajadores a países
lejanos o mediante el asesinato.
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El gobierno de Taraki inició un programa de reformas que eliminó la usura, inició una campaña de alfabetización (por
primera vez en las escuelas se enseñó en las lenguas nativas de los alumnos y también asistían mujeres), implantó una
muy radical reforma agraria,26 separación de la religión del Estado, eliminó el cultivo del opio, legalizó los sindicatos y
estableció una ley de salario mínimo. También promovió la igualdad de derechos para las mujeres: permiso de no usar
velo, permiso de transitar libremente y conducir automóviles, abolición de la dote,26 integración de mujeres al trabajo y
a estudios universitarios, así como a la vida política con cargos públicos (e incluso siete mujeres fueron elegidas al
parlamento);27 conjunto de reformas sociales que desencadenan la violenta oposición de los fundamentalista islámicos
con el apoyo armado de Pakistán, Estados Unidos, Reino Unido y Arabia Saudita, que ya intervenían clandestinamente
desde 1973.

En diciembre de 1978 visitó la Unión Soviética, donde firmó el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación entre
la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y la República Democrática de Afganistán. Aunque los soviéticos le otorgaron
al Gobierno afgano ayuda material y militar, los primeros no se sentían cómodos con el radicalismo de Taraki y Amín y
trataron infructuosamente de promover a izquierdistas moderados.26

Sin embargo, cada vez eran más los sectores que se le oponían. Unos, como Ahmad Shah Masud que estaba al frente de
la resistencia clandestina desde el golpe de Daud contra la monarquía. Otros, en oposición al programa de reformas, que
era visto como una amenaza para la tradición.

Las manifestaciones violentas de la oposición comenzaron en el verano de 1978 en la ciudad de Nurestán. Otras revueltas
—en su mayoría sin coordinación entre sí— comenzaron a sucederse a lo largo del país, además de periódicos atentados
terroristas.

Golpe de Amín

A comienzos de septiembre de 1979, Taraki partió a la capital cubana de La Habana para asistir a la conferencia del
Movimiento de Países No Alineados y en el viaje de regreso, hace una breve parada en Moscú, donde conversa con Leonid
Brézhnev.28 Los soviéticos le informan que en su ausencia, Amín ha asesinado a cuatro altos oficiales leales a Taraki y ha
realizado otras maniobras de carácter golpista.

El 14 de septiembre de 1979, en circunstancias no esclarecidas, hubo un tiroteo en el palacio de gobierno entre los
guardaespaldas de Amín y los de Taraki, cuando los líderes debían reunirse. Ambos se acusaron mutuamente de haber
tratado de asesinar al otro. Al día siguiente, partidarios de Amín arrestaron al presidente. En esa misma fecha se cree que
Taraki fue ejecutado; aunque algunas versiones mencionan que su ejecución sumaria y secreta se produjo el 9 de octubre.

Durante los 104 días de su gobierno, Amín trató de lograr el interés de los gobiernos de Pakistán y de Estados Unidos en
materia de la seguridad afgana. El giro de su política hacia los intereses estadounidenses provoca la definitiva intervención
directa de la Unión Soviética, que el 27 de diciembre envía un comando especial de la KGB OSNAZ (Grupo Alfa) compuesto
por 600 soldados vestidos con uniformes de afganos que en Kabul ocupan las principales instalaciones gubernamentales,
militares y de medios de comunicación, incluyendo su principal objetivo, el Palacio de Tajbeg, en el que Amín es asesinado
(Operación Tormenta-333).

La Unión Soviética defiende la legalidad de estas operaciones conforme el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y
Cooperación entre la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y la República Democrática de Afganistán, concertado
entre Brézhnev y Taraki el 5 de diciembre de 1978, pues la intervención se realiza por petición del Consejo Revolucionario,
órgano supremo del Estado, que horas antes de la muerte de Amín se había reunido y lo había condenado a muerte por

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traición. Por lo tanto desde el punto de vista de la Unión Soviética no se produjo una «intervención soviética en
Afganistán», dado que las tropas entraron en el país por petición de las autoridades afganas.

En total, la fuerza soviética inicial fue de alrededor de 1 800 tanques, 80 000 soldados y 2 000 blindados. Con la posterior
llegada de dos divisiones, ascendió a más de 100 000 efectivos en total.

Intervención militar

Con el derrocamiento de Amín, el Consejo Revolucionario nombró al ex viceprimer ministro Babrak Karmal como
presidente.

Los rebeldes forman alianzas y se unen en subgrupos unidos por pertenecer a una etnia o contexto comunes. Además,
tanto China como Estados Unidos los apoyan enviándoles grandes cantidades de armamento a través de Pakistán. Estados
Unidos proporciona ayuda a los rebeldes de forma clandestina. Al inicio de la guerra proporcionan material obsoleto de
la Primera Guerra Mundial, e incluso más antiguo, a fin de que sea imposible relacionar el material entregado con los
Estados Unidos, para evitar molestar a los soviéticos. Más adelante acaba proporcionando material bastante más
avanzado como misiles antitanque guiados de fabricación francesa y morteros de 120 mm que servirán para bombardear
los campamentos soviéticos en la zona.

Durante el gobierno de Ronald Reagan en los Estados Unidos, se aumenta considerablemente el envío de armas y fondos
para los bastiones de la resistencia situados en territorio de Pakistán e Irán. La publicación de las intenciones del gobierno
estadounidense en la zona son conocidas como «La Declaración de la TASS».

Retirada y consecuencias

Mijaíl Gorbachov ordenó la retirada de las tropas soviéticas. A principio de 1989, se retiraron ordenadamente los últimos
soldados del Ejército soviético. La guerra dejó profundas heridas en la sociedad afgana y también en la soviética primero
y rusa después.

En los Juegos Olímpicos de 1980, celebrados en Moscú, casi 60 países se negaron a presentarse a raíz del conflicto. Cuatro
años después los países comunistas harían lo mismo en los Juegos Olímpicos celebrados en Los Ángeles.

El 24 de diciembre de 1989, el Segundo Congreso de los Diputados del Pueblo de la Unión Soviética expresó su "condena
moral y política" de la intervención en Afganistán en diciembre de 1979.

A pesar de haber perdido el apoyo de su gran aliado, el gobierno del PDPA se mantuvo en el poder hasta 1992, año en el
que fue derrocado por la resistencia integrista de los muyahidines.

Este conflicto, simultáneo a la Revolución iraní de 1979 y a la Guerra Irán-Irak, se recuerda como el «Vietnam de la URSS»
por su alto coste en vidas y económico, y por lo estéril de los resultados, teniendo como única consecuencia la aún mayor
desestabilización de la situación política soviética en un momento cuando estaba próxima su desintegración.

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