Ensayo Shadel Henriquez
Ensayo Shadel Henriquez
Ensayo Shadel Henriquez
Los valores nucleares son retenidos en lo sustancial, pero se modifican para que reflejen
el caso distintivo de la unidad separada. Si las empresas no tuvieran una cultura
dominante y solamente estuvieran compuestas por varias subculturas, el costo de la
cultura organizacional como variable libre reduciría mucho ya que no habría una
interpretación uniforme de lo cual representa un comportamiento apropiado o
inapropiado. Es el aspecto de “significado compartido” de la cultura lo cual provoca que
ésta sea un factor poderoso para dirigir y formar la conducta. Empero no tenemos la
posibilidad de desconocer la verdad de que muchas empresas además poseen
subculturas que influyen en la conducta de sus miembros.
Al pasar de los años, existe más la iniciativa de distinguir entre civilizaciones fuertes y
débiles. El argumento es que las civilizaciones fuertes poseen más grande efecto en la
conducta del empleado y se relacionan más de forma directa con la menor rotación. En
una cultura profundo los valores nucleares de la organización se comparten con
magnitud y en forma amplia. Entre más miembros acepten los valores nucleares y más
enorme sea su compromiso con ellos, más profundo es la cultura.
Una cultura profundo muestra gran consenso entre sus miembros respecto del objetivo
de la organización. Esa unanimidad de objetivo construye la cohesión, lealtad y
compromiso organizacional. Estas cualidades, paralelamente, reducen la propensión de
los trabajadores a salir de la organización. Una cultura organizacional intenso aumenta
la consistencia del comportamiento. En este sentido, se debería reconocer que una
cultura intenso actúa como sustituto de la formalización. Una Cultura Organizaciona
profundo aumenta la consistencia del comportamiento. Por consiguiente, la
formalización y la cultura tienen que verse como 2 senderos diferentes hacia un destino
común. Entre más profundo sea la cultura de una organización, menos necesidad hay de
preocuparse por desarrollar normas y regulaciones formales que guíen la conducta de
los empleados.
La dirección desea que los nuevos trabajadores acepten los valores culturales nucleares
de la organización, puesto que de otro modo es improbable que se adapten o sean
aceptados. Sin embargo simultáneamente, la dirección quiere actuar con abertura y
enseñar apoyo para las diferencias que estas personas llevan al sitio de trabajo. Las
civilizaciones fuertes producen una presión notable para que los empleados se
conformen.
Son 3 las fuerzas que juegan una sección de especial trascendencia en el sostenimiento
de una cultura: las prácticas de selección, las ocupaciones de la alta dirección y los
procedimientos de socialización. . Es común que contengan la narrativa de eventos
sobre los fundadores de la organización, violación de las normas, éxitos sonados,
reducciones de la fuerza gremial, reubicación de empleados, actitud frente a errores del
pasado y problemas organizacionales. Estas historias anclan el presente en el pasado y
proporcionan explicaciones y legitimidad a las prácticas recientes.
Los gerentes en esa cultura poseen apoyo para correr peligros e innovar, se desalienta
que entren en competencia por nada, y ponen atención a cómo se logran las metas tanto
como cuáles son las que se logran. Una cultura organizacional intenso va a tener más
predominación en los empleados que una débil. Si la cultura es intenso y da apoyo a
estándares éticos altos, debería de tener una predominación poderosa y positiva en la
conducta de los trabajadores.
Con el objetivo de generar una cultura más ética, se recomiendan diversas prácticas.
Ser un papel modelo visible. Los empleados observarán la conducta de la alta dirección
como un parámetro que define la conducta apropiado. Una vez que los elevados
directivos son observados como personas que siguen senderos éticos, envían un mensaje
positivo a todos los trabajadores. Comunique expectativas éticas. Las ambigüedades
éticas se minimizan si se generan y divulga un código de ética organizacional. Dé
capacitación sobre ética. Haga seminarios, talleres y programas semejantes sobre la
ética. Utilice sesiones de capacitación para reforzar los estándares de conducta de la
organización para ilustrar cuáles prácticas permanecen permitidas y cuáles no, y para
afrontar probables dilemas éticos. Recompense claramente los actos éticos y castigue
los no éticos.
Las evaluaciones del manejo de los gerentes tienen que integrar una evaluación punto
por punto de cómo se miden sus elecciones respecto del código de ética de la
organización. Igual trascendencia tiene que los actos faltos de ética sean castigados en
forma conspicua. Brinde mecanismos de defensa. La organización requiere
proporcionar mecanismos formales para que los empleados analicen dilemas éticos y
reporten la conducta carente de ética sin miedo a padecer represalias.
Aun cuando ciertos estudios sugieren apoyo para la espiritualidad en el trabajo , para
que el término de espiritualidad sea creíble se necesita responder las cuestiones
anteriores. Sobre la segunda pregunta, hay un potencial claro para que sea difícil hacer
hincapié en la espiritualidad en determinados empleados. Los críticos tal vez
argumenten que las instituciones seculares, en particular las organizaciones de negocios,
no poseen nada que ver con la imposición de valores espirituales en los empleados. Esta
crítica es válida sin sitio a dudas una vez que se define la espiritualidad como llevar la
creencia y a Dios al sitio de trabajo.
Es cierto que es importante el tema de si son fines compatibles la espiritualidad y las
utilidades, más que nada para los directivos e inversionistas del comercio. Las pruebas,
aun cuando limitadas, indican que sí lo son. Un análisis vigente llevado a cabo por una
compañía consultora fundamental reveló que las compañías que habían introducido
técnicas fundamentadas en la espiritualidad mejoraron su productividad y disminuyeron
de forma fundamental la rotación.