Imperio Bizantino Ensayo
Imperio Bizantino Ensayo
Imperio Bizantino Ensayo
Abstract
A comienzos del 313 hubo un acercamiento de Constantino hacia los cristianos que se agudizó
durante los años previos a su batalla con Licinio. Esta aproximación a la Iglesia se evidencia
fundamentalmente en las disposiciones jurídicas en favor de ésta, que Constantino adoptó en esos años.
1
El testimonio de las fuentes cristianas sobre las relaciones de Constantino con la iglesia y la religión
cristiana es sumamente cuestionable y sujeto, aún hoy, a todo tipo de críticas y explicaciones
contradictorias. Hay muchos que sostienen que fue un acto meramente de conveniencia política, otros
que fue un acto de fe. A través de una serie de argumentos que presentaremos más adelante queremos
convencer al lector de que la conversión al cristianismo de Constantino a simple vista parece una
transformación genuina pero si se analizan con detención los motivos y detalles detrás de esta
conversión, podemos afirmar que Constantino tenía razones políticas y estratégicas para hacerlo, que
iban más allá de su conversión meramente por la fe. Una de las opiniones más influyentes con respecto
a Constantino y el cristianismo proviene del historiador Jacob Buckhardt, quien apoya fielmente la idea
de que la conversión a la fe cristiana por parte de Constantino vino de una cuestión de conveniencia
política dominada por la insaciable sed de poder del emperador, y del cual extrajimos ideas claves para
defender nuestra hipótesis.
1
Vasiliev, Alexander, El imperio Bizantino. Pág. 40.
2
el tema que trataremos en nuestro ensayo, centrándonos en cómo Constantino a través de la religión
facilitó el alcance de sus fines políticos.
Dado el planteamiento anterior y una vez esclarecido el propósito del presente ensayo, creemos
que Constantino el Grande se convirtió al cristianismo por razones políticas y por mera
conveniencia, no por un acto de fe.
3
A lo largo de la Historia, han surgido distintas teorías sobre su conversión al cristianismo.
Algunas son de carácter religioso, como la de Eusebio quien escribe sobre lo que ocurrió en el
enfrentamiento de Constantino contra Majencio: Constantino vio una cruz en el cielo que le decía que
con ese signo vencería y por esto comienza a practicar la fe cristiana2.
Otras teorías presumen razones influidas por decisiones políticas y estratégicas. "Se ha
intentado muchas veces penetrar en la conciencia religiosa de Constantino, esbozando un cuadro de las
presuntas transiciones de sus opiniones religiosas. Es un esfuerzo totalmente ocioso. Tratándose de un
hombre genial al que la ambición y el ansia de poder no le dejan un momento de sosiego, no se puede
hablar de cristianismo ni de paganismo, de religiosidad o irreligiosidad conscientes; un tipo semejante
es esencialmente arreligioso, aun cuando se figure hallarse en medio de una comunidad eclesiástica. Lo
sagrado lo conoce, únicamente, como reminiscencia o como aparato supersticioso. Los momentos de
recogimiento interior, que en el hombre religioso están dedicados a la piedad, en el son consumidos por
un fervor bien distinto; planes que abrazan el mundo entero, sueños poderosos le llevan rápidamente a
los ríos de sangre de ejércitos desechos; se figura muy bien al sosiego cuando haya conseguido esto y
aquello, cuando haya poseído todo lo que falta para ser dueño de todo; pero, entre tanto, todas sus
potencias corporales y espirituales andan tras las grandes metas del señorío y si por algún momento
piensa su verdadera fe ésta no será otra que el fatalismo"3. Esta cita refleja un Constantino despojado de
toda figura divina.
Para la Constantinopla de alrededor del año 300 se estima el que noventa por ciento de la
población era pagana y solo el diez por ciento restante practicaba el cristianismo 4. Al poco tiempo que
Constantino asumió el cargo de emperador, se convirtió al cristianismo y bajo su reinado, el
cristianismo fue reconocido como religión oficial. “Schwartz declara que Constantino, con la diabólica
perspicacia de un dominador universal, comprendió la importancia que la alianza con la Iglesia
presentaba para la monarquía universal que proyectaba edificar, y tuvo el valor y la energía de realizar
esa unión en choque con todas las tradiciones del cesarismo”5.
2
Vasiliev, Alexander, El imperio Bizantino. Pág. 43.
3
Buckhardt, Jacob, Del paganismo al cristianismo: La época de Constantino el Grande. Pág. 331.
4
Vasiliev, Alexander, El imperio Bizantino. Pág. 41.
5
Vasiliev, Alexander, El imperio Bizantino. Pág. 42.
4
Constantino entendió el propósito universal que potenciaba a la religión y la utilizó a su
disposición para conseguir la unión del Imperio. “Este espantoso egoísta, después de comprender que
en el cristianismo residía una fuerza universal, se sirvió de él en ese sentido, y en ello consiste el gran
mérito de Constantino”6.
Fue muy observador al notar que la persecución de los cristianos ya no tenía ningún propósito
de modo que propuso garantías estrictas en contra de esta. Se dio cuenta, además, que los paganos no
tenían nada en contra de los cristianos, por lo tanto, convertirse a la religión no podría obtener
perjuicios sino beneficios para su mandato. Sabiendo además, que los cristianos eran buenos
ciudadanos y que sería más fácil controlar la población teniendo una gran parte de la población
cristiana. "Se convenció de que la gran masa de los paganos era hostil a la persecución y que no corría
ningún riesgo erigiendo en Roma una estatua suya con el lábaro en la mano. De haber pretendido
ofrecer una genuina profesión de fe cristiana hubiera sido menester una declaración bien diferente. Tan
pronto como su claro entendimiento empírico le dijo que los cristianos eran buenos súbditos, que eran
muchos y que la persecución no podía tener ya ningún sentido en una administración racional del
Estado, su decisión estaba tomada”7.
Constantino sabía que la religión cristiana se estaba fortaleciendo dentro del Imperio, y nada de
lo que pudiera hacer en contra iba a hacer marcha atrás a este proceso. Por lo tanto, tenía más que claro
que no le convendría luchar contra esto. “La teocracia que se iba desarrollando no era obra del
emperador, protector de la iglesia, ni tampoco el resultado deliberado de la acción de algunos obispos
astutos, sino consecuencia necesaria de un proceso histórico-universal”8.
Antes de dejar que este fortalecimiento de la religión cristiana pudiera jugarle en contra en el
futuro, decide unirse a ella y usarla a su favor. Conocía también, la alta organización del clero como
corporación, por lo tanto, no se iba a arriesgar que una organización tan poderosa pudiera perjudicar su
mandato. Prefería, en vez, sacar ventajas de esta organización. “Constantino encontró al Clero tan
políticamente organizado y tan realzado por la persecución que, o bien gobernada a través de esta
6
Vasiliev, Alexander, El imperio Bizantino. Pág. 41.
7
Buckhardt, Jacob, Del paganismo al cristianismo: La época de Constantino el Grande. Pág. 335
8
Buckhardt, Jacob, Del paganismo al cristianismo: La época de Constantino el Grande. Pág. 350.
5
corporación y de su prestigio o más tarde o más temprano ella se le enfrentaría. Por eso le aseguro todo
a su favor hasta el punto de establecer una especie de corregencia con el clero y éste, por su parte, fue
el más celoso propagandista de su poder”9.
Convenía entonces, bajo cualquier punto de vista, una alianza entre el Estado y la Iglesia. La
Iglesia se vería beneficiada al apoyar a Constantino al obtener medios materiales y obtendrían tratos
especiales en el Imperio. A su vez, al Estado le convenía tener una organización tan unida como la
Iglesia para incitar la unión del Imperio. “La unidad de la iglesia le tenía que parecer, sin duda, cosa
deseable, porque figuraba como un paralelo de la unidad del poder” 10. El cristianismo le daría al
imperio la unificación que tanto buscaba Constantino para Roma. “Adivinaba que el cristianismo, en el
porvenir, sería el principal elemento de unificación de las razas del Imperio. Quería —ha escrito el
príncipe Trubetzkoi— reforzar la unidad del Estado dándole una Iglesia única”11.
Otra de las razones por las cuales creemos que Constantino se convirtió al cristianismo es que
se necesita de una figura divina o mejor dicho, de una cierta divinidad para poder hacer y deshacer,
tenía que existir un propósito religioso que le permitiese mantener el poder sobre las masas y de este
modo poder manipularlas a discreción. Sus actos violentos necesitarían justificación. No había nada
mejor que una justificación en lo divino, en un superior que le permitiera argumentar sus actos sin que
el pueblo se revelara en su contra. “El contenido esencial es obra del emperador, quien, como se
observa con un atento examen, ni siquiera se presenta como cristiano; lo que hay de personal es el seco
deísmo de un conquistador que necesita de un dios para poder recurrir en todos sus golpes violentos a
algo por encima de sí mismo”12.
Algunas de las grandes contradicciones que hacen pensar a Constantino como practicante de la
fe cristiana sólo por conveniencia, es el doble discurso que tiene con respecto al cristianismo y al
paganismo. Hubo muchos incidentes que hacían creer que Constantino seguía practicando el
paganismo, aun habiéndose declarado cristiano, tal como evidencian estas citas: “Es innegable que en
la actitud exterior de Constantino se manifiesta una gran desigualdad; adopta el monograma de Cristo
9
Buckhardt, Jacob, Del paganismo al cristianismo: La época de Constantino el Grande. Pág. 348.
10
Buckhardt, Jacob, Del paganismo al cristianismo: La época de Constantino el Grande. Pág. 348.
11
Vasiliev, Alexander, El imperio Bizantino. Pág. 43.
12
Buckhardt, Jacob, Del paganismo al cristianismo: La época de Constantino el Grande. Pág. 337.
6
como insignia de su ejército y manda suprimir el nombre de Júpiter en el arco de triunfo mientras que
conserva en las monedas a los viejos dioses, especialmente al dios solar, como acompañante invicto, y
en ocasiones importantes se manifiesta como un puro pagano. Esta duplicidad más bien crece que
disminuye en sus últimos años. Únicamente trataba de ofrecer garantías a las dos religiones y era lo
bastante poderoso para mantener esta posición equívoca” 13. “En los últimos diez años de su vida
Constantino da señales muy claras de simpatías no cristianas y hasta paganas. Mientras que él y su
madre van enriqueciendo las grandes ciudades del Imperio con magníficas iglesias, manda erigir en la
nueva Constantinopla templos paganos. También en otros lugares permitió Constantino la edificación
de templos paganos”14. “Se sabe que no negaba su apoyo a los ritos paganos, que incluso él mismo era
adicto a algunos de estos ritos, y que, sobre todo, no es fácil escamotear su tenaz adhesión al culto del
sol”15.
Según Buckhardt la tolerancia a los cristianos habría sido solamente por necesidad y no habría
ninguna otra explicación16. Si bien la imagen de Constantino para muchos encarna la figura de un ser
divino, religioso y discreto, no debemos cometer el error de obviar aquellos hechos que a simple vista
tienen ciertos aspectos dudosos.
Su doble discurso como practicante al mismo tiempo del paganismo y del cristianismo también
son razones suficientes para poder en duda su verdadera fe. Y tiene gran lógica pensar también el
hecho de que es fácil usar a un ser Todopoderoso que justifique sus crueldades para que el pueblo no lo
juzgue a él y no se vayan en su contra.
13
Buckhardt, Jacob, Del paganismo al cristianismo: La época de Constantino el Grande. Pág. 336.
14
Buckhardt, Jacob, Del paganismo al cristianismo: La época de Constantino el Grande. Pág. 342.
15
Ostrogorsky, George, Historia del Estado Bizantino. Pág. 60.
16
Buckhardt, Jacob, Del paganismo al cristianismo: La época de Constantino el Grande. Pág. 310.
7
Constantino adquirió su gran poder sobre el Imperio gracias a sus jugadas estratégicas e
inteligentes. La evidente conveniencia que tenía el hecho de tener a la Iglesia, una institución tan
poderosa y organizada de su lado y no en contra suyo fue uno de los aspectos claves para poder mover
masas de la manera en que pudo hacerlo. Comprendía que las personas basan su vida en creencias. Que
para todos es importante tener una base unificadora que les da una razón de vida, una razón para luchar
por su pueblo, una razón para levantar un Imperio. Esa razón la encontró en el cristianismo. El
cristianismo unificaría al pueblo y les daría la motivación necesaria para someterse al emperador bajo
la fe.
Todas estas premisas nos hacen creer fielmente que la conversión de Constantino al
cristianismo fue una inteligente estrategia que unificó al Imperio y que, sin duda, marcó el resto de la
historia Bizantina, pero que no tuvo nada que ver con que el emperador haya encontrado la verdadera
fe en Dios. Todos sus esfuerzos por convertir a todo un Imperio al cristianismo no es ni nada más ni
nada menos consecuencia del enorme deseo de poder y dominación de Constantino el Grande.
Fichas bibliográficas
1) Vasiliev, Alexander
El Imperio Bizantino
Capítulo II
J. Gil Ed
1946
Barcelona.
8
El libro expone de manera profunda todos los principales acontecimientos históricos del
Imperio Bizantino. El autor a través del relato histórico pretende abordar la historia el Imperio
Bizantino bajo un punto de vista muy observador y analítico, donde en ocasiones invita al autor a
cuestionarse ciertos sucesos tales como las verdaderas intenciones de Constantino al convertirse al
cristianismo. Comenzando con la fundación de Constantinopla hasta su caída en 1453. Para el objetivo
de nuestra investigación nos centraremos en el capítulo dos, principalmente en las secciones
Constantino y el Cristianismo y La conversión de Constantino los cuales nos entregan una pauta inicial
para el inicio de nuestro ensayo.
2) Burckhardt, Jacob
Sección 8 y 9
1982
México
3) Ostrogorsky, George
Rutgers U. Press
9
1957 (1940)
New Jersey.
History of the Byzantine State es un gran manual para el estudio de la historia del Imperio
Bizantino. Desde el comienzo, en sus primeras páginas, podemos ver una innumerable cantidad de
textos y libros que se utilizaron con el fin de crear uno de los libros más completos de la historia de
Bizancio. El autor propone contar la historia del Imperio Bizantino a partir de la colección estudios del
Imperio Bizantino en los diferentes países, como Francia, Grecia, Italia, Turquía, etc. Este libro nos
pareció una gran manual de estudio ya que, nos abrió la puerta a una mayor cantidad de textos que nos
podían servir para el objeto de nuestro ensayo. Rescatando la mayor parte de información del capítulo
uno “El Imperium Romanum Cristianizado” en donde pudimos encontrar una cita que reunía una gran
cantidad de libros que nos serían de gran ayuda.
Fuentes bibliográficas
Baynes, N., El Imperio Bizantino, F.C.E., Sexta Reimpresión, 1985 (Oxford, 1925), Méjico D.F.
Burckhardt, J., Del paganismo al cristianismo: La epoca de Constantino el Grande, Fondo de Cultura
Económica, Reimpresion 1996, (1982), Mexico.
Ladero Quezada, Miguel Ángel, Historia Universal, Vol. II, Edad Media, Vinani Vives, Barcelona,
1997.
10
Ostrogorsky, G., History of the Byzantine State, transl. by J. Hussey, Rutgers U. Press,
1957 (1940), New Jersey.
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