La Casa de Bernarda Alba - Apuntes
La Casa de Bernarda Alba - Apuntes
La Casa de Bernarda Alba - Apuntes
GENERACIÓN DEL 27
BIOGRAFÍA
En 1916 y 1917 Lorca hizo unos viajes de estudios por España con su profesor
y varios compañeros. Conoció a Antonio Machado en Baeza durante este viaje.
Escribe su primer libro, Impresiones y paisajes (1918), que consiste en descripciones
líricas en prosa de sus cuatro viajes. En 1916 muere su maestro de música don Antonio
Segura Mesa, por lo que pierde el interés por la música y comienza a escribir poesía.
Algunos poemas aparecerán más tarde en su primer libro de versos, Libro de Poemas.
de Don Cristóbal. Con la colaboración de Falla, Lorca representó una pieza teatral de
guiñol (marionetas) para niños en Granada en 1923. En ese mismo año conoció a
Salvador Dalí en la Residencia de Estudiantes. En esa época trabajó en sus libros de
poemas Suites y Canciones y en 1924 siguiente volvió a colaborar con Falla en la
preparación de una ópera y empezó a escribir parte del Romancero gitano.
En 1928 publicó Romancero gitano, una obra de gran éxito. Sin embargo,
antiguos colaboradores suyos, como Dalí, criticaron esta última obra, lo que ocasionó
la ruptura entre los dos artistas. Ese mismo año un grupo de intelectuales granadinos,
dirigidos por Federico García Lorca, funda la revista Gallo, de la que se publicarán
dos números.
Lorca continuó escribiendo para el teatro; su farsa Amor de don Perlimplín con
Belisa en su jardín, fue prohibida por la censura de la Dictadura en 1929. En junio del
mismo año, mientras el autor sufría una depresión por sus fracasos tanto literarios
como sentimentales, Lorca salió para Nueva York, ayudado por su antiguo profesor de
la Facultad de Derecho de Granada.
Los grandes cambios políticos del país beneficiaron al autor en su labor teatral.
El Ministerio de Cultura e Información Pública apoyó la fundación del grupo de teatro
ambulante universitario La Barranca, que Lorca dirigió junto con Eduardo Ugarte. La
Barraca viajó a zonas rurales donde se desconocía el teatro, montando adaptaciones de
obras clásicas del Siglo de Oro. Representó un total de 13 obras de teatro en 74
localidades en los años 1932-36. En estos años, concretamente en 1932, escribe Bodas
de Sangre, la cual recibió un éxito rotundo que le proporcionó a Lorca por primera vez
una remuneración considerable y fama internacional. La versión española de Bodas de
sangre fue llevada a Argentina y México y traducciones de la misma se estrenaron en
Nueva York, París y Moscú en los años siguientes.
El mismo año que Lorca murió, concluye la última de las tres tragedias rurales
titulada La casa de Bernarda Alba. La protagonista de este drama, que carece de
personajes masculinos, es quizá la figura más conocida del teatro de Lorca. Lorca
pensaba viajar a América para entregar el manuscrito de La casa de Bernarda Alba a
Margarita Xirgu; planeaban estrenar la obra en Buenos Aires en octubre de 1936. Con
el asesinato de Lorca en julio de 1936 se truncaron esos planes. La casa de Bernarda
Alba no se estrenó hasta 1945, en Buenos Aires. No se montó en escena en España
hasta 1964.
Hoy en día Federico García Lorca se reconoce como el poeta español más leído
de todos los tiempos. En toda su poesía se observan los temas constantes de la muerte,
el sexo, y el destino trágico. Estos temas universales se expresan mediante las formas
tradicionales poéticas, especialmente el romance. Lorca buscaba siempre expresar lo
universal a través de lo particular; sus personajes dramáticos y poéticos siempre parten
OBRAS
Impresiones:
- Granada. Paraíso cerrado para muchos
- Semana Santa en Granada
Narraciones:
- Historia de este gallo
- Degollación del Bautista
- Degollación de los Inocentes
- Suicidio en Alejandría
- Santa Lucía y San Lázaro
- Nadadora sumergida. Pequeño homenaje a un cronista de salones
- Amantes asesinados por una perdiz
- La gallina
Conferencias:
- Charla sobre teatro
- Teoría y juego del duende
- Las nanas infantiles
- La imagen poética de Luís de Góngora
Homenajes:
- En homenaje a Luis Cernuda
- De mar a mar
Poesía
- Libro de Poemas (1921)
- Poema del cante jondo (1921)
- Primeras canciones (1922)
- Canciones (1921-1924)
- Romancero gitano (1924-1927)
- Poeta en Nueva York (1929-1930)
- Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1935)
- Seis poemas gallegos
- Diván del Tamarit (1936)
- Poemas sueltos
- Cantares Populares
Teatro
- El maleficio de la mariposa (1919)
- Los títeres de Cachiporra. Tragicomedia de Don Cristóbal y la señá Rosita
- Mariana Pineda (1925)
- Teatro breve (1928)
LA GENERACIÓN DEL 27
1. GENERACIÓN O GRUPO
Pedro Salinas Jorge Guillén Dámaso Alonso Gerardo Federico García Lorca
Rafael Alberti Vicente Aleixandre Luis Cernuda Emilio Prados Manuel Altolaguirre
histórica a la que, por edad, pertenecen también otros poetas, además de novelistas y
dramaturgos.
Otras denominaciones:
2. ACTIVIDADES COMUNES
Sus nombres se encuentran en las mismas revistas. Ante todo en las dos
grandes revistas del momento: la Revista de Occidente, cuya edición publica varios
de los libros fundamentales del grupo, y La Gaceta Literaria. La primera plataforma
de lo que más tarde se conocerá como Generación del 27 fue la revista Índice, fundada
en 1921 por Juan Ramón Jiménez, y de la que salieron cuatro números. En ella
encontramos las firmas de Dámaso Alonso, José Bergamín, Juan Chabás, Gerardo
Diego, Antonio Espina, Federico García Lorca, Jorge Guillén, José Moreno Villa o
Pedro Salinas. Dos años después, el autor de Platero y yo publicaría en su exquisita
Biblioteca de Índice los dos libros aurorales de Salinas (Presagios) y Bergamín (El
cohete y la estrella), así como Signario, de Antonio Espina, y Niños, del pintor
Benjamín Palencia. La casi totalidad de estos poetas terminarían renegando del
magisterio juanramoniano, algo especialmente evidente en los casos de Bergamín,
Guillén y Salinas.
A estas revistas habría que añadir muchas más, sobre todo Litoral, de Málaga,
fundada por Manuel Altolaguirre y Emilio Prados, quienes editan también varias obras
de sus compañeros. Otras revistas importantes son: Verso y prosa (Murcia, 1927),
Mediodía (Sevilla), Meseta (Valladolid), Carmen (Santander, 1927, fundada por G.
Diego, y con un suplemento festivo, Lola), Cruz y Raya (fundada por Bergamín en
1933), y Caballo verde para la poesía (1935) dirigida en Madrid por Pablo Neruda.
Rotunda fe de vida de este grupo poético es la Antología compuesta por
Gerardo Diego en 1932, en la que incluye un significativo muestrario de la obra
realizada hasta la fecha por los poetas del 27. Las declaraciones sobre “poética” que
cada autor traza, al frente de sus poemas, componen un manifiesto de la nueva poesía.
1. Afán de originalidad
4. Antirrealismo y antirromanticismo.
4. EVOLUCIÓN CONJUNTA
Los críticos, encabezados por Dámaso Alonso y Luis Cernuda, han señalado
tres grandes etapas en la poesía de los poetas del 27:
Dentro de esta etapa, hay que señalar los tanteos iniciales con presencia de
tonos becquerianos y modernistas. Pronto se deja sentir la influencia de las
vanguardias y el magisterio de Juan Ramón Jiménez, que los orienta hacia la “poesía
pura”. Decía Jorge Guillén que “poesía pura es todo lo que permanece en el poema
después de haber eliminado todo lo que nos es poesía”.
Todo ello desemboca en el fervor por Góngora, que tres siglos atrás ya se había
propuesto -y logrado- encontrar un lenguaje especial para la poesía, totalmente alejado
de la lengua normal.
No se presenta sólo como una renovación estética, sino que pretende ser una
revolución integral. Su lema sería la frase de Rimbaud: “Il faut changer la vie” (“Hay
que cambiar la vida”)
Cuando acaba la Guerra Civil, Lorca ha muerto. Los demás, salvo Aleixandre,
Dámaso Alonso y Gerardo Diego, parten a un largo exilio. El grupo poético del 27 se
ha dispersado. Cada cual sigue su rumbo poético, pero ninguno abandonará ya los
caminos de una poesía humana, cada vez más humana.
En el exilio, el mismo Jorge Guillén, tenido por modelo de poeta puro, iniciará
hacia 1950, con Clamor, un nuevo ciclo poético marcado precisamente por el
testimonio de las discordancias del mundo y el dolor del hombre. Pasados unos años,
las notas dominantes en Alberti, Cernuda y Salinas será la nostalgia de una patria
perdida, el desarraigo. Jorge Guillén: “Sabe Dios cuánto habría durado aquella
comunidad de amigos si una catástrofe no le hubiese puesto un brusco fin de drama o
tragedia”.
1984; Gerardo Diego en 1987; Dámaso Alonso en 1990; Rafael Alberti en 1999.
En España, como ocurre con otros géneros literarios, el teatro de finales del
siglo XIX está dominado por la rutina: atrae a un público de clase media alta que
busca la distracción en obras intrascendentes.
[De La casa de Bernarda Alba.- F. García Lorca.- Edición de Miguel García-Posada.- Castalia didáctica.- 3ª edición.- Madrid,
1983]
Clasificación por géneros (entendiendo 'género' como un código lingüístico históricamente determinado).
1. Farsas.
Planteamiento radicalmente nuevo. Se anulan las convenciones del teatro realista. Una
'lógica dramática' enlaza las acciones y vertebra la estructura, deudora, más allá de las
apariencias, de las abstracciones del auto sacramental. Comedia sin título enlaza
parcialmente con este ciclo, ya que incorpora una realidad mucho más inmediata.
Formaban parte de una trilogía que quedó inacabada. Su escenario es una Andalucía
mítica. Número reducido de personajes. Coros que comentan la acción. Prosa bruñida,
de laconismo hiriente. El verso entra en los momentos más solemnes.
La casa de Bernarda Alba fue escrita en la primavera de 1936, pocos meses antes de la muerte de
García Lorca, ocurrida al comienzo de la guerra civil. No se estrenó ni se publicó hasta 1945 en Buenos
Aires. La primera representación en España no tuvo lugar hasta 1964.
La obra se subtitula «Drama de mujeres en los pueblos de España». ¿Por qué «drama» y no «tragedia»
como Bodas de sangre y Yerma? Parece que, para Lorca, la tragedia comportaba elementos míticos que
aquí están ausentes. El realismo del lenguaje y ciertas expresiones que cabría llamar «cómicas» (en
boca de la Poncia, por ejemplo) serían también rasgos propios de drama. Sin embargo, la obra no es un
drama rural en sentido estricto, ya que no refleja las desgracias de la vida de un pueblo, sino que ahonda
en las obsesiones y en la personalidad conflictiva de un grupo de mujeres. Es, por tanto, un drama que
versa sobre la realidad humana, vista desde la poética lorquiana. Por otros aspectos y, en conjunto, por
la impresión de necesidad de la catástrofe, de lo inevitable de la frustración, podría hablarse de tragedia,
Puede resultar curioso saber que la obra está inspirada en figuras reales: una tal Frasquita Alba y sus
hijas, cuya casa era colindante de la que tenían los Lorca en Valderrubio (Granada). Pero sólo el genio
del poeta pudo crear, a partir de aquéllas, las figuras de Bernarda y sus hijas.
En cuanto a la significación del título, ya el sustantivo casa adquiere un valor dramático especial: la
obra no se centra en la figura femenina de Bernarda, sino en un espacio físico, ámbito de determinadas
relaciones humanas. La casa se eleva, pues, a la categoría de eje nuclear de la acción dramática.
También nos indica el título la relevancia de la figura de Bernarda en el desarrollo de la obra. Contiene,
además, ciertas connotaciones de dominio y pertenencia: la casa es de Bernarda, como todos sus enseres
y habitantes. Asimismo, el título alude a un mundo interior, cerrado y hermético, dentro del cual un
personaje, Bernarda, mantiene sometidos a otros personajes femeninos.
En cuanto al subtítulo, Drama de mujeres en los pueblos de España, las protagonistas son mujeres
(aunque no se refiere a todas las mujeres), y el complemento en los pueblos de España indica que el
autor no se circunscribe a su Andalucía natal, aunque la lectura del texto tenga a menudo el sabor de lo
andaluz.
Entre los temas secundarios o motivos sobresalen: (a) el amor sensual y la búsqueda
del varón; (b) la hipocresía (el mundo de las falsas apariencias); (c) los sentimientos de
odio y de envidia; (d) la injusticia social; (e) la marginación de la mujer; y (f) la honra.
La hipocresía.
La preocupación por la opinión ajena, el temor a la murmuración, el deseo de
aparentar lo que no se es, y, en definitiva, la hipocresía que enmascara y oculta la
realidad constituye uno de los motivos recurrentes de La casa de Bernarda Alba.
Simbólicamente, esta preocupación por las apariencias se refleja en la obsesión por la
limpieza (la blancura de las habitaciones) que caracteriza a Bernarda. El miedo a la
murmuración, es también una constante en la vida del pueblo y marca la conducta de
Bernarda. El mundo de las falsas apariencias y la hipocresía como forma de
comportamiento social afecta, fundamentalmente, a Bernarda, y, en menor medida, a
Martirio.
El odio y la envidia.
Las relaciones humanas están dominadas en toda la obra por los sentimientos de
odio y de envidia. Bernarda se convierte en objeto del odio de sus criadas y de los
vecinos del pueblo. Angustias es odiada y envidiada por el resto de sus hermanas. El
odio y la envidia llevan a Martirio a acusar a su hermana Adela. También la
desigualdad y la injusticia social provocan el odio de las criadas.
La injusticia social.
A lo largo de la obra y, especialmente, durante el primer acto, Lorca pone de
manifiesto las tensiones de la sociedad de su época. Denuncia la injusticia y las
diferencias sociales, la conciencia y orgullo de clase y la crueldad que preside las
relaciones de la sociedad. Plantea una jerarquía social bien definida. En el estrato más
elevado Bernarda y su familia, a continuación, la Poncia, después la Criada, y
finalmente, en una posición ínfima, la miseria absoluta, la degradación social, la
injusticia humana, representadas por la Mendiga.
Las relaciones humanas están jerarquizadas y dominadas por la crueldad y la
mezquindad del que ocupa el estrato superior con quien se encuentra en una posición
inferior; y por la posición resignada –teñida de odio- de quienes están en los
escalafones inferiores hacia Bernarda.
La desigualdad social, el contraste entre riqueza y pobreza, se plantea desde la
primera escena con la Poncia y la Criada. La desigualdad económica afecta, incluso, a
las hijas de Bernarda, diferencia que provocará, en cierta medida, el drama, puesto que
Pepe el Romano elegirá a Angustias precisamente por su fortuna.
La marginación de la mujer
En la obra que nos ocupa, Lorca ha querido denunciar la marginación de la mujer en
la sociedad de su época. Para ello, enfrenta dos modelos de comportamiento
femenino: a) el basado en una moral relajada (Paca la Roseta, la prostituta a la que
contratan los segadores, y la hija de la Librada); y b) el basado en una determinada
concepción de la decencia (a la que Bernarda somete a sus hijas).
Las mujeres del primer grupo llevan una vida de aparente libertad. La primera de
ellas, Paca la Roseta, es condenada moralmente y repudiada por la opinión de los
vecinos. Su comportamiento no puede ser aprobado. La segunda mujer –“vestida de
lentejuelas”- ejerce una profesión que la sitúa al margen de la sociedad. La tercera, la
hija de la Librada, no sólo es moralmente condenada, sino que incluso está siendo
condenada físicamente por su comportamiento. Así pues, estas tres mujeres viven al
margen de la sociedad y son condenadas moral e, incluso, físicamente, por la opinión
del pueblo.
derecho a saber por qué el Romano ronda la casa hasta las cuatro de la
madrugada, su madre le contestará: “Tú no tienes derecho más que a
obedecer”.
• En definitiva, todas las mujeres de la casa deben someterse a su disciplina:
“Aquí no se vuelve a dar un paso que yo no sienta.” (Acto II). “Mi vigilancia lo
puede todo” (Acto III).
Sin embargo, el deseo de libertad y el impulso amoroso de Adela son más fuertes
que su temor a la autoridad materna. Desde el comienzo de la obra Adela manifiesta su
rebeldía:
• Lleva un abanico de flores rojas y verdes en lugar del abanico negro prescrito por el
luto.
• Se prueba su vestido verde y lo luce ante las gallinas.
• Expresa sus deseos de libertad y su decisión de romper con las normas de Bernarda:
4. LOS PERSONAJES.
ALBA Alba significa blanca. Puede relacionarse con su obsesión por las apariencias.
AMELIA -------------------------------------------------------
Mª JOSEFA -------------------------------------------------------
PONCIA Personaje femenino equivalente a Poncio Pilatos. Por una parte, nos recuerda
su tendencia a “lavarse las manos” y a no complicarse la existencia; por otra
parte es el “ama” o “gobernanta” de la casa.
Entre los personajes visibles, podemos distinguir los protagonistas de los personajes
secundarios. Los primeros son aquellos personajes cuya actuación influye en el
desarrollo de la acción dramática. Los personajes secundarios aparecen
Los personajes aludidos son una serie de personajes anecdóticos, sobre los que se
menciona alguna particularidad, de quienes se nos refiere alguna historia, o a los que
se alude para facilitar la entrada y salida de personajes de escena.
1. Localización espacial.
La acción transcurre en un espacio cerrado, la casa. Es el mundo del luto, de la ocultación del
silencio. Se alude a la casa como “convento”, “presidio”, “infierno”. Es evidente que todo ello
simboliza el mundo de la privación de la libertad, de la coerción.
Ahora bien, cada acto presenta un espacio físico independiente dentro de la casa:
a) Acto I: Las características del escenario están muy bien detalladas en la acotación. Destaca la
blancura de la habitación interior como expresión de un mundo de apariencias. Sus muros son
gruesos, evitan que las cosas de dentro puedan salir al exterior: hay una incomunicación entre el
mundo interior y el exterior.
b) Acto II. Otra habitación blanca (no blanquísima) del interior de la casa de Bernarda. Se da un
movimiento simbólico hacia el interior de la casa.
c) Acto III. “Cuatro paredes blancas ligeramente azuladas del patio interior de la casa de Bernarda”.
Apenas hay luz (es de noche). El decorado ha de ser “de una perfecta simplicidad”.
Así pues, los tres actos coinciden en la sencillez y sobriedad de sus elementos y tienden a fortalecer la
sensación de monotonía y enclaustramiento- Sus variaciones son mínimas, pero significativas:
a) En primer lugar, se produce un movimiento hacia el interior de la casa, un alejamiento del
mundo exterior: habitación interior 1 habitación interior 2 patio interior.
b) En segundo lugar, hay una degradación de la blancura: blanquísima blanca blancas
ligeramente azuladas.
c) En tercer lugar, la luminosidad ha ido perdiéndose conforme la escena se alejaba del mundo
exterior hasta desembocar en el patio: de la luz del mediodía a la oscuridad de la noche.
Este movimiento hacia el interior y esta pérdida de color y de luz son símbolos del aislamiento de las
mujeres, cuyas vidas van adquiriendo tintes sombríos y desdibujados.
Subrayemos, en fin, un detalle cargado también de intención simbólica que resume esa atmósfera en
que se enmarca la casa: nos referimos a aquellas palabras que hablan de “este maldito pueblo sin río,
pueblo de pozos, donde siempre se bebe el agua con miedo de que esté envenenada”. El río, en Lorca,
es símbolo de fuerza vital, de erotismo; en cambio, el pozo simboliza la represión, la muerte.
3. Localización temporal.
García Lorca ha precisado con exactitud la hora del día en que suceden los acontecimientos de su
obra: hacia las doce del mediodía, el primer acto; hacia las tres de la tarde, el segundo; y por la noche, el
tercero. Estas indicaciones temporales se hacen constar a través de los propios personajes en los dos
primeros actos y en la acotación inicial del tercero. El continuo fluir de la acción se ofrece, pues,
fragmentariamente. Ahora bien, estos tres momentos (mediodía, tres de la tarde y noche) no pertenecen
a una misma jornada, ya que resulta imposible que en un solo día se den cita todos los sucesos de la
acción dramática. Entre cada acto es evidente que ha transcurrido un tiempo no representado. Lorca ha
seleccionado, pues, tres momentos muy significativos de tres días diferentes: a través de ellos se ve la
evolución de los sentimientos de los personajes y de la acción dramática. El autor se sirve, además, de
un procedimiento lingüístico para dar cuenta al espectador de que ha transcurrido un cierto tiempo antes
del comienzo de cada acto: iniciar cada uno de ellos con el adverbio temporal ya.
En lo que respecta a la época del año, sabemos que la obra se desarrolla durante un verano de calor
tan sofocante y opresivo como el ambiente general de la casa.
4. El tiempo interior
Además del tiempo cronológico, el autor también dramatiza el tiempo interior de los personajes, su
vivencia interna del paso del tiempo.
La obra nos produce una sensación de monotonía y lentitud por su ritmo lento. Apenas se producen
acontecimientos (sólo en el espacio aludido), y con ello se refleja la vida sin esperanzas, ni ilusiones, ni
proyectos de estas mujeres condenadas al enclaustramiento. Para ellas, es un auténtico drama el paso de
los días y de los años iguales unos a otros, sin posibilidad de salir de la casa ni de hacer nada que no sea
coser y bordar.
En este proceso interno del tiempo se da una evolución desde la tenue esperanza inicial hasta la
absoluta negación final del futuro: el suicidio de Adela cierra cualquier posibilidad de libertad.
Esta obra de teatro presenta una estructura clásica en tres actos, que se corresponden con el esquema
tradicional de planteamiento, nudo y desenlace. Cada acto tiene lugar en un cuadro diferente y en un
tiempo distinto.
Para tratar correctamente este apartado, parece necesario atender a varios puntos de vista, sobre todo
el del propósito de la obra y el de sus temas secundarios.
Desde el primer punto de vista, debemos preguntarnos qué pretendía Lorca al escribir esta obra y
cómo debemos interpretar el significado global del texto. Hay varias posturas:
• Para algunos estudiosos, el dramaturgo pretendía denunciar las injusticias sociales de su época. En
el fondo, Lorca sabe que ni la liberación de las costumbres ni la revolución salvan del dominio del
tiempo, de la vejez, de la muerte. Por eso, los personajes de sus “comedias imposibles” se
rebelaban contra la condición humana. En sus cuatro últimas obras, y principalmente en La casa de
Bernarda Alba, su creador quiere atacar las injusticias sociales, las causas que tienen remedio.
• Otros críticos proponen una lectura política de la obra: La casa de Bernarda Alba expresa de
manera rotunda y denunciadora aspectos muy duros de la España trágica, y pasa revista a muchos
de los problemas rurales de la España de los años 30: la miseria en que viven innumerables pueblos
de Andalucía, Extremadura o Castilla, o el drama de sus mujeres sacrificadas por la ausencia de
hombres que se han marchado todos en busca de las ciudades. Desde de este punto de vista, se ha
interpretado que Lorca censura en clave simbólica la España tradicional y conservadora (fijémonos
en el subtítulo: “Drama de mujeres en los pueblos de España”), una España aislada, cerrada al resto
del mundo por “muros gruesos”, empeñada en permanecer fiel a una tradición ya moribunda,
queriendo perseguir unos ideales que han funcionado en el pasado, pero de imposible resurrección
en el presente.
• Según Lázaro Carreter, sí hay en Lorca un propósito social, pero no político, en cuanto que no es
un teatro provocador, de acción social, sino didáctico, que busca sobre todo educar, refinar los
espíritus, favorecer formas de convivencia como garantías del orden.
En cuanto a los aspectos de la sociedad española de aquella época que Lorca denuncia en su obra, la
mayor parte de ellos forman parte de los temas de La casa de Bernarda Alba.
Ya hemos hablado del tema central: el enfrentamiento entre la moral autoritaria y el deseo de libertad.
Aparte de otro tema secundario muy importante, como es el del deseo frustrado del amor, en la obra
están presentes los temas de la hipocresía, del odio y la envidia, de la marginación de la mujer y el de la
injusticia social. Todos estos temas secundarios pueden ser considerados como modos de ser de la
España más rural y tradicional de la época de Lorca. Ya los hemos estudiado arriba.
a) El lenguaje teatral.
En toda obra dramática podemos distinguir entre texto dramático primario (lo que escuchan los
espectadores en la representación de boca de los actores) y texto dramático secundario (aquellas
indicaciones que el autor considera necesarias para una mejor puesta en escena de su obra. Son las
acotaciones). Dentro del texto primario distinguimos, además, tres formas distintas de expresión: aparte,
monólogo y diálogo.
Ante todo, es patente la maestría del diálogo en esta obra: por su fluidez, su intensidad, a veces su
sentenciosidad, y, sobre todo, por la asombrosa unión de realidad y poesía.
• Invención o adaptación de refranes por parte del autor: “Más vale onza en el
arca que ojos negros en la cara”.
• Las fórmulas de tratamiento: tú para personas de la misma edad y usted para
personas de mayor edad.
• Insinuaciones, indirectas, frases de doble sentido. Poncia se sirve de
alusiones para descubrirle a Bernarda el conflicto amoroso; y Martirio y Adela
también las usan para acusarse mutuamente en presencia de otros.
El lenguaje poético.
Toda esta creatividad propia del habla coloquial andaluza se ve potenciada por la
creatividad de Lorca y nos lleva a la dimensión poética del lenguaje dialogado en
esta obra. Ello se debe a varios factores:
• En la obra abundan, como hemos visto, los símbolos: el río frente a los
pozos, el mar y el campo frente a la casa, el olivar como lugar de los
encuentros eróticos, el agua es símbolo de la vida, la sed es el deseo, el
vestido verde de Adela simboliza la rebeldía, el caballo garañón que cocea
la puerta representa los impulsos vitales reprimidos, etc.
• Hay abundantes comparaciones en boca de todos los personajes: “ponerla
como un lagarto machacado por los niños”; “asustada, como si tuviera
una lagartija entre los pechos”; “déjame que el pecho se me rompa como
una granada de amargura”.
• Son también frecuentes las metáforas que aparecen en el lenguaje de los
personajes: “Sembradura de vidrios”, “Qué pedrisco de odio”, “Ya me
tienes preparada la cuchilla”, etc.
• Los personajes están caracterizados mediante abundantes elementos
hiperbólicos.
• El autor se sirve en cuatro ocasiones del verso: en la letanía del primer
acto, en la canción de los segadores, en un dicho popular al que se da forma
estrófica y en la canción de cuna que canta Mª Josefa con la oveja en
brazos.
• En definitiva, el fuerte realismo de la obra está continuamente fusionado
con el lirismo que Lorca imprime al lenguaje. No es un drama realista
porque, aunque la obra toma muchos datos de la realidad, sin embargo, los
personajes y la situación dramática tienen una dimensión poética. Además,
a medida que avanza la obra, el realismo va perdiendo fuerza y el carácter
poético se acentúa. Por eso se ha hablado de realismo poético para definir
el estilo de la obra.