Ensayo Clínico - FASE 3
Ensayo Clínico - FASE 3
Ensayo Clínico - FASE 3
JESÚS HONORATO
Director S. Farmacología Clínica
Clínica Universitaria. Universidad de Navarra
1. Definición
Los ensayos clínicos Fase III se pueden definir de muchas maneras pero en
el Real Decreto 561/1993 de 16 de abril, por el que se establecen los requisi-
tos para la realización de ensayos clínicos con medicamentos, se da una defi-
nición que parece bastante completa y que dice lo siguiente:
“Los ensayos clínicos en Fase III tienen como objetivos fundamentales eva-
luar la eficacia y seguridad del tratamiento experimental intentando repro-
ducir las condiciones de uso habituales y considerando las alternativas tera-
péuticas disponibles en la indicación estudiada. Se realizan en una muestra
de pacientes más amplia que en la Fase II que sea representativa de la pobla-
ción general a la que iría destinada la intervención terapéutica.
Los ensayos en Fase III deben ser preferentemente controlados y aleatori-
zados.”(1).
2. Características
sayo o por la sistemática de realización del mismo y dejar en cierta forma re-
legado el objetivo último de toda actuación terapéutica. El estudio de un gru-
po de pacientes no debe impedir para nada la atención cuidadosa, delicada y
pormenorizada a cada uno de ellos. Es verdad, que pocos procedimientos han
hecho tanto por los pacientes como los ensayos clínicos, pero en cada caso el
paciente es lo primero.
La participación de pacientes implica la necesidad de obtener el consenti-
miento informado con todos los condicionantes que ello trae consigo. No se
trata únicamente de que un comité ético haya aprobado un texto de informa-
ción al paciente, sino que además el investigador debe valorar en cada caso
concreto: como se realiza la información, cual es el nivel de comprensión por
parte del enfermo de la información que recibe, que competencia tiene para
aceptar o no y cual es el grado de autonomía de que dispone para ejercer su
decisión. Todo ello suscita una amplia gama de posibilidades y problemas a
las que no son ajenos grupos de pacientes como: niños, embarazadas, ancia-
nos, pacientes psiquiátricos, pacientes inconscientes, etc... (2) (3) (4).
Igualmente la participación de pacientes en estos ensayos hace necesario el
disponer de una póliza de seguros que cubra las eventualidades que pudie-
ran surgir. Este es un aspecto ya contemplado por la legislación española y
que en principio no ofrece problemas.
Esta característica diferencia muy bien esta Fase III de las otras fases que se
han realizado previamente. El concepto de comparación con otros tratamien-
ENSAYOS CLÍNICOS FASE III 139
tos es fundamental. Hasta llegar a la Fase III se sabe que el fármaco puede
presentar un buen balance beneficio/riesgo, pero no se conocen qué ventajas
e inconvenientes representa en relación con otros tratamientos más o menos
ya establecidos.
Aquí ya se trata de comparar y saber si realmente aporta algo interesante.
Los problemas que suscita esta comparación son muy importantes: con quien
se compara, qué es lo que hay que contrastar, qué se va a entender por ven-
taja o inconveniente sustancial, etc... Volveremos sobre ello más adelante.
Es muy difícil cumplir esta indicación porque por mucho que se intente, la
situación en que se encuentra un paciente incluido en un ensayo clínico di-
fiere bastante de las circunstancias normales y corrientes en las que se trata a
un paciente habitualmente. La cantidad de controles y la calidad de los mis-
mos siempre es mucho mayor que la que se realiza en circunstancias norma-
les. La predisposición del paciente, la fijación a la medicación, la autoobser-
vación y otras muchas cosas hacen que se produzcan diferencias sensibles
que posteriormente pueden influir sobre los resultados y que a su vez sólo
podrán ser extrapoladas limitadamente a la clínica cotidiana.
Sin embargo, nunca conviene perder de vista que el ensayo Fase III es el úl-
timo estudio que se realiza antes ya de la comercialización del fármaco, y que
por lo tanto la aproximación a las circunstancias habituales debe ser lo más
intensa posible y de hecho, pude conseguirse en muchos aspectos.
Evidentemente, quizás la dosificación junto con el tipo de paciente y su
diagnóstico clínico sean lo más importante pero también se puede tener en
cuenta otros factores de aproximación que pueden ser determinantes en la
posterior utilización del fármaco. Por ejemplo: hora de administración, inter-
valo entre dosis, relación con los alimentos, interacciones con fármacos de uso
frecuente, relación con los hábitos de los pacientes (tabaco, alcohol...) etc...
Cumplir este punto tiene un interés evidente puesto que de lo que se trata,
es de poder extrapolar de manera lo más exacta posible los resultados que se
obtengan en el ensayo clínico a la población en general. Sin embargo, el estu-
diar la muestra adecuada representa una serie de problemas no siempre fáci-
les de resolver.
140 EL ENSAYO CLÍNICO EN ESPAÑA
3.1. Terminología
Uno de los problemas más difíciles que se suscitan al planificar una Fase III
reside en la elección del tratamiento del grupo control. Es decir, con qué com-
parar el nuevo fármaco o la nueva actuación terapéutica.
Los factores de error que pueden influir sobre los resultados que se obten-
gan en un ensayo clínico son muy numerosos y de diverso origen. En un in-
tento bastante artificial de sistematización pueden clasificarse según su pro-
cedencia en factores de sesgo inducidos por: el médico, el paciente, el fárma-
co y otros factores.
Algo similar sucede con la personalidad del médico que puede influir de
manera decisiva sobre la eficacia o ineficacia de un tratamiento introducien-
do así un importante elemento de distorsión. (14).
La actitud del médico ante el ensayo clínico puede ser también decisiva.
Hay investigadores que realizan los ensayos clínicos con mucho interés y de-
dicación pero en algunas ocasiones este interés no es tan manifiesto y puede
ir decayendo a lo largo del ensayo con lo que los resultados obtenidos al co-
mienzo pueden ser distintos de los logrados al final del estudio.
Por supuesto que otro factor de sesgo son los conocimientos del médico.
Como para todo, también para hacer un ensayo Fase III es preciso saber: sa-
ber clínica, saber metodología, saber...
Los ensayos de Fase III entrañan un cierto incremento de riesgo para el pa-
ciente y son molestos para el enfermo ya que tiene que verse sometido a con-
troles clínicos y exploraciones que probablemente no serían necesarias en cir-
cunstancias normales. Por otro lado exigen un trabajo importante, una dedi-
146 EL ENSAYO CLÍNICO EN ESPAÑA
6. Conclusiones
Resumen
Bibliografía
1. Real decreto 561/1993, de 16 de abril, por el que se establecen los requisitos para la realiza-
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