La Leyenda Del Colibrí
La Leyenda Del Colibrí
La Leyenda Del Colibrí
Desde hace tiempo, los más viejos de la tribu cuentan la trágica historia del amor de dos jóvenes.
En época de la conquista española , a orillas del Río Paraná , vivía una bella india llamada Flor. Era
morena, esbelta y de grandes ojos negros y estaba enamorada de Ágil, un joven inquieto, apasionado;
juntos solían pasear al atardecer por un bosquecillo cercano, a la orilla de un arroyo impetuoso y
juguetón. Pero como los enamorados pertenecían a dos tribus enemigas, se veían poco, pues debían
mantener su amor en secreto.
Un día, sucedió lo que tanto temían: unos familiares de la joven descubrieron el romance y lo
comentaron con el jefe de la tribu. Desde esa tarde, Flor tuvo prohibido volver al lugar de los encuentros.
Pasaron los días. Una y otra vez, Ágil la buscó sin hallarla en la penumbra suave y tibia del bosque
hasta que la luna, apenada por su dolor, le contó lo que había sucedido y agregó:
- Ayer he visto otra vez a Flor, muy angustiada; lloraba amargadamente pues estaba desesperada.
Quieren que se case con un hombre de su tribu y ella se ha negado. El Dios Tupá escuchó su
lamento y se apiadó de su dolor; mi amigo el Viento me contó que Tupá la transformó en flor.
- ¿En una flor? Dime, ¿En qué clase de flor? ¿Cómo puedo encontrarla?
- ¡Hay Amigo! No puedo decírtelo porque no lo sé… -Respondió Luna.
El muchacho palideció y solicitó la ayuda de su Dios:
- ¡Tupá, tengo que encontrarla! Sé que en los pétalos de su flor reconoceré el sabor de sus besos.
¡Ayúdame a dar con ella!
Ante el asombro de la Luna, el cuerpo de Ágil fue disminuyendo cada vez más. Se hizo pequeño,
pequeño, hasta quedar convertido en un pájaro delicado y frágil de muchos colores, que salió volando
rápidamente. Era un colibrí.
Desde entonces, el novio pasa sus días recorriendo las ramas floridas y besa apresuradamente los
labios de las flores, buscando una, sólo una.
Desde hace tiempo, los más viejos de la tribu cuentan también que todavía no la han encontrado.
En el esqueleto, los huesos están articulados unos con otros y algunas articulaciones funcionan como
bisagras. Por ejemplo, en la rodilla, donde se articulan el fémur y la tibia.
Todos los huesos se mantienen en su lugar porque están unidos por ligamentos, que son como cintas
fibrosas, flexibles y resistentes.
La rodilla y el codo solo permiten realizar movimientos de flexión y extensión. Las articulaciones de las
caderas y los hombros son más móviles.
En las articulaciones llamada móviles, los huesos pueden realizar movimientos amplios y en distintas
direcciones; por ejemplo, en las rodillas, el hombro, el codo, la pelvis y la rodilla.
Las articulaciones son inmóviles, como las de los huesos planos del cráneo, que están encastrados por
bordes como las piezas de un rompecabezas.
Otras articulaciones son semimóviles como las vértebras que integran la columna vertebral, esta puede
realizar leves movimientos.