Nutrición en La Etapa Adulta Mayor - Grupo
Nutrición en La Etapa Adulta Mayor - Grupo
Nutrición en La Etapa Adulta Mayor - Grupo
Asignatura:
Nutrición
Sección:
1602
Catedrático:
Dr. Rony Varela
Estudiantes:
Felix Noel Arias Diaz 1808200300080
Lugar y fecha:
San Pedro Sula, 09 de marzo de 2023
Índice del contenido
Objetivos .................................................................................................................................... 4
Introducción ............................................................................................................................... 5
Conclusiones ............................................................................................................................ 12
Anexos ..................................................................................................................................... 13
Bibliografía .............................................................................................................................. 14
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Índice de imágenes
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Objetivos
Objetivo General:
Analizar la evidencia científica actual respecto a la nutrición del adulto mayor y de esta
manera ver si hay un avance positivo o un retroceso en cuanto a su nutrición.
Objetivos específicos:
Identificar los aspectos más relevantes de la misma que debe tener en cuenta el
profesional de enfermería para brindar una educación nutricional acertada y adaptada a
las necesidades individuales.
Ver de qué manera se puede mejorar la nutrición en la vida adulta desde un enfoque
más clínico.
Enfocar la nutrición vista como el factor más influyente en la salud de los adultos
mayores debe ser un aspecto vital, ya que los pueden llevar a una serie de enfermedades
o llevarlos hacer más saludables.
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Introducción
Por tal razón, la nutrición vista como el factor más influyente en la salud de los adultos
mayores debe ser un aspecto vital a tener en cuenta en la intervención por parte del personal de
enfermería, desde la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad que tienen su base
en la modificación de hábitos y conductas para incorporar otras como: la realización de
actividad física regular, disminución del consumo de alcohol o tabaco y la adopción de una
dieta saludable adaptada a las necesidades propias del envejecimiento. Estas acciones deben
ser parte de un tratamiento conjunto en el mantenimiento integral de la salud y control de las
enfermedades crónicas, para proporcionar así una mejor calidad de vida al individuo en donde
se pueda adaptar a su nueva condición.
La presente revisión tiene como objetivo analizar la evidencia científica actual respecto
a la nutrición en el adulto mayor, para identificar los aspectos más relevantes de la misma, que
deben ser considerados por el profesional de enfermería para brindar una educación nutricional
acertada y adaptada a las necesidades individuales.
A pesar de ser un tema de gran relevancia y que impone un reto constante para los
profesionales sanitarios, así como para los servicios de salud, algunos aspectos de la nutrición
del adulto mayor no son abordados de acuerdo con las características propias de esta población.
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Nutrición en la etapa adulta mayor
Los cambios derivados del incremento de la esperanza de vida han sido muy drásticos
debido a la elevada incidencia de enfermedades crónicas que va aparejada al proceso de
envejecimiento. Más aún, las personas ancianas se encuentran en riesgo de desarrollar diversos
problemas nutricionales. En ellas es común tanto la pérdida de peso no intencional como la
anorexia; ambas condiciones dependen no solo de la gestión sino también de factores
fisiológicos, hormonales, neuroendocrinos y sociales. La prevalencia de desnutrición en los
ancianos hospitalizados va de 30 a 60% y se asocia con depresión, infecciones, sarcopenia,
fragilidad, caídas, fracturas, pérdida de la autonomía, y ocasiona un incremento en la
mortalidad. Por otro lado, el problema del sobrepeso y la obesidad adquiere relevancia por sus
implicaciones en el estado de salud al aumentar el riesgo de enfermedades cardiacas,
hipertensión arterial y síndrome metabólico.
Es de interés dividir esta época de la vida en dos segmentos: uno, de los 65 a los 74
años de edad, y, el otro, de más de 75 años. La tercera edad (65 a 74 años) es un periodo vital
avanzado pero aún con gran oportunidad para llevar una vida en condiciones aceptables de
funcionalidad y salud. Durante la cuarta edad (75 años y más), una proporción mucho más
grande de las personas de edad sufre pérdidas en su capacidad para realizarlas actividades de
la vida diaria como consecuencia de las enfermedades crónicas degenerativas y de una
dependencia creciente para su sostenimiento y cuidado.
Morbilidad y mortalidad
Una serie de estudios realizados a mediados de los años ochenta en Europa, Asia y
Oceanía mostraron que los ancianos de los países industrializados comen mal, al grado de que
cerca de 50% de ellos ingiere apenas dos terceras partes de las cantidades de nutrimentos que
señalan las recomendaciones. Se ha demostrado que la deficiencia tiene particular importancia
en el caso de ciertos nutrientes críticos, como el calcio, los folatos, el hierro y la tiamina, entre
otros.
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factores nutricios tienen una profunda influencia en el desarrollo del individuo y en su
predisposición hacia este tipo de enfermedades, como la diabetes o la aterosclerosis.
Envejecimiento y nutrición
El páncreas sufre una disminución de segregación de bicarbonato y enzimas que dan lugar
a algunas de las intolerancias y problemas digestivos.
El hígado reduce de tamaño y el flujo sanguíneo también es más escaso, por tanto disminuye
su capacidad de desintoxicar el organismo, asociado el metabolismo de algunos alimentos
y fármacos.
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Factores culturales, prácticas alimentarias no saludables transmitidas de generación en
generación y que marcan pautas de comportamiento arraigadas.
Factores psicosociales, pérdida de motivación para cocinar para sí mismo y para los
demás, fluctuaciones en el estado de ánimo influenciado por eventos de la vida, por ejemplo,
duelo, cambios en las habilidades cognitivas y en la memoria para preparar las comidas y
utilizar el equipo, baja autoestima y confianza en la preparación de alimentos, pobreza o
recursos limitados, incapacidad para ir de compras y preparar su comida, reducido contacto
social, soledad, demencia, necesidad de asistencia en el cuidado y depresión. (C., B., & Raats,
2013)
Factores sociales como la pobreza, la soledad, los bajos niveles de educación pueden
afectar la disponibilidad de alimentos y, posteriormente, el estado nutricional; algunas
condiciones médicas como diarrea, transpiración excesiva, hemorragia, insuficiencia renal e
infección también pueden contribuir.
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de diabetes se duplica, la incidencia del deterioro cognitivo y la discapacidad aumentan,
además se altera el equilibrio hormonal. (Kan, y otros, 2008)
Los adultos mayores que son obesos experimentan más limitaciones funcionales y
dificultades para realizar las actividades de la vida diaria y esta condición se relaciona con el
sedentarismo y la disminución de la capacidad funcional; esta situación constituye un círculo
vicioso, ya que como consecuencia de la obesidad se producen dolor articular, reducción de la
movilidad e intolerancia a la actividad, lo que hace más difícil la pérdida de peso.
Evaluación dietética
Las técnicas frecuentemente empleadas para realizar control del estado nutricional
consideran el cálculo del IMC, evaluar las medidas antropométricas que incluyen peso, altura,
mediciones de circunferencia de brazos, muslo medio, pantorrilla y cintura a nivel del ombligo.
(Alvarado-Garcíaa, Lamprea-Reyes, & Murcia-Tabares, 2017)
Líquidos
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La ingesta diaria recomendada para los adultos mayores es de 30 ml/kg de peso
aproximadamente, es necesario un mínimo de 1,000 ml de líquidos para compensar las pérdidas
insensibles exclusivamente. La hidratación es una de las necesidades de mayor importancia
para el adulto mayor debido a la reducción de la sensación de sed y el consumo de ciertos
medicamentos como los diuréticos que alteran este equilibrio.
Fibra
El consumo de fibra entre los adultos mayores es escaso en la mayoría de los casos,
debido a una disminución de la ingesta de frutas y vegetales por distintos factores. Algunos de
los alimentos en los que se encuentra la fibra son verduras, frutas, legumbres, cereales,
tubérculos, raíces y plátano no procesados
Reducción de sodio
Reducción de azúcares
Vitamina D
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de la presión arterial y la función cerebral. Tercio de los requerimientos de vitamina D se
pueden obtener de la dieta si se incluyen los siguientes alimentos: salmón, productos de mar
frescos, las sardinas o atún en aceite de oliva, el aceite de hígado de bacalao, los huevos, entre
otros
Aunque la proteína, los lípidos y los antioxidantes deben ser incluidos en la dieta del
adulto mayor, la evidencia sigue siendo débil respecto a las recomendaciones específicas y los
beneficios que estos nutrientes aportan en la salud nutricional de esta población.
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Conclusiones
Es preciso fortalecer la enseñanza sobre cómo debe ser el abordaje nutricional del
adulto mayor.
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Anexos
Imagen 1
Indice de masa corporal
Imagen 2
Mini Nutritional Assessment
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Bibliografía
C., A., B., O., & Raats, M. (2013). Nutritional risk of European elderly. European
journal of clinical nutrition, 9-1215.
Kan, G. A., Gambassi, G., L C P G M de Groot, S. A., Ritz, P., Salva, A., Sinclair, A.,
. . . Latgé, C. (2008). Nutrition and aging. The Carla Workshop. The journal of nutrition,
health and aging, 64-355.
N., D. (2011). Promoting healthy ageing: the importance of lifestyle. Nursing standard,
9-43.
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