CENTRO DE BACHILLERATO TECNOLÓGICO INDUSTRIAL Y DE SERVICIOS

NO. 268
“Adolfo Ruiz Cortines”

Nombre del alumno(a): Linette Lagunes Lara

Nombre del profesor(a): Dra. Patricia Garrido Natarén

Semestre y grupo: 6° A

Asignatura: Filosofía

Trabajo: Análisis crítico-reflexivo

Unidad: II

Tema: Teología de la prosperidad

Fecha de entrega: 06/04/22

“LA SUSTITUCIÓN
DEL SER POR EL
TENER”

RESEÑA
CRÍTICA-REFLEXIVA

C
 BIOGRAFÍA DE EMMANUEL MOUNIER

Emmanuel Mounier (Grenoble, 1 de abril de 1905 - París, 22 de marzo de 1950) fue

un filósofo francés atento sobre todo a la problemática social y política. Fundador
del personalismo comunitario y de la revista Esprit.
Terminado su bachillerato en Grenoble, se marcha a París a estudiar medicina, por
iniciativa de sus padres. Después de dos años, abandona la carrera para seguir su
vocación auténtica de filósofo. Su maestro primordial fue el pensador católico
Jacques Chevalier. Terminada la carrera de filosofía, Mounier fue encargado de
cátedra en la Universidad. Como influencia decisiva cuenta Péguy y figuran como
amigos entrañables Georges Barthélemy, Jean Guitton y Maritain. El proyecto de
tesis doctoral apuntó primero al tema de la mística española e hizo un viaje a España
en la primavera de 1930; y, por último, la proyectó sobre el Pensamiento de Charles
Péguy (1931). Para realizar una acción intelectual de la máxima eficacia, se propone
crear una revista de largo alcance. Esta idea madura en colaboración con Georges
Izard y André Déléage. En 1930 tiene en la mente el título de «Matiere», pero se
decide por «Esprit». El primer número de «Esprit» se publica en octubre de 1932.
Es un momento dilemático, porque supone un cierto progresismo cristiano, que
suscita algunas oposiciones. En su causa militan pensadores de distinta ideología:
Izard, Déléage, Jean Lacroix, Berdiaeff, etc. Maritain y François Mauriac se
distancian en cambio de ella. El arzobispo de París exige un informe sobre el
contenido de la revista. En 1936 se habla de una condena de Roma, pero ésta no
se produce. Se había casado en 1938. El régimen de Vichy le prohíbe publicar la
revista el 25 de agosto de 1941. Es encarcelado el 21 de enero de 1942; consigue
la libertad provisional, el 21 de febrero; de julio a octubre, de nuevo en prisión. Tras
una huelga de hambre se celebró el proceso contra él del 19 al 26 de octubre, en el
que fue absuelto. En diciembre de 1945 reanuda una nueva etapa de «Esprit». Su
muerte fue debida a una crisis cardiaca, a los 44 años de edad.
Sus obras reflejan cada una de ellas un momento de su trayectoria filosófica y de
su compromiso vital: La pensée de Charles Péguy, 1941; Révolution personnaliste
et communautaire, 1935; De la propriété capitaliste á la propriété humaine, 1936;
Manifeste au service du personnalisme, 1936 (Manifiesto al servicio del
personalismo, Buenos Aires 1965); L'affrontement chrétien, 1944 (El afrontamiento
cristiano, México 1964); Montalembert (1945); Pacifistes ou bellicistes? 1946;
Liberté sous conditions, 1946 (una parte traducida como Personalismo católico),
México 1940; Traité du caractére, 1946; Introducción aux existentialismes, 1946
(Introducción a los existencialismos), Madrid 1949; Qu'est-ce que le personnalisme?
(¿Qué es el personalismo?, 1947, Buenos Aires 1956); L'éveil de l'Afrique noir (El
despertar de África negra), 1948; La petite peur du XXe siécle, 1948 (El miedo del
siglo XX, Madrid 1957); Le personnalisme (El personalismo), 1949; Feu la
Chrétienté, 1951 (Fe cristiana y civilización, Madrid 1958); El compromiso de la
acción (extractos), Madrid 1967. Una edición completa de sus obras, con amplias
notas e índices, es Oeuvres complétes, 4 vol., París 1961-63.
Mounier difundió en sus obras el personalismo comunitario. Esa filosofía de la vida
pone a la persona en comunidad como centro de todo. Las siguientes afirmaciones
dan una idea de su pensamiento:
• La vida personal comienza con la capacidad de romper el contacto con el medio,
de recuperarse para unificarse.
• Actuaremos, por lo menos, por lo que somos más que por lo que haremos o
diremos.
• Nuestra acción no está esencialmente orientada al éxito sino al testimonio.
 RESEÑA CRÍTICA-REFLEXIVA
“La sustitución del ser por el tener”

El filósofo y principal representante del personalismo Emmanuel Mounier nos

habla de los individuos, en su avaricia por enriquecerse de bienes materiales y
nos afirma que el origen de este “desorden” proviene de la distorsión de la
realidad en la que se ve envuelto el sujeto: la sustitución del ser por el tener. No
obstante, se menciona esto refiriéndose no solo a la acumulación de dinero sino
al entronizamiento tecnológico que vivimos actualmente, la constante
veneración de las máquinas que nos rodean. Anteriormente eran vistas solo
como herramientas muy útiles que nos facilitaban un sinfín de tareas, sin
embargo, en el presente somos incapaces de existir sin su presencia, es decir,
nos hemos vuelto completamente dependientes de ellas y todo esto ocurriendo
a la par del complejo proceso de deshumanización que sufre el hombre en la
actualidad. De igual manera este filósofo nos enseña la diferencia entre individuo
y persona mientras nos habla de cómo es que existe tanta incomunicación en el
mundo lo que termina ocasionando que los individuos fracasen en sus relaciones
interpersonales debido a que es un problema de indisponibilidad.

Como punto de partida, me gustaría definir qué es un individuo, en las palabras

del filósofo: el individuo es el sujeto que vive de manera alienada y desconectada
de su realidad superior. La persona, a diferencia del individuo, es aquella que,
tomando conciencia de su dimensión espiritual en este mundo, camina de
manera consciente en medio de las adversidades, tratando de mejorar
interiormente por medio de los valores que adornan su vida, comunicándolos a
los demás seres que le rodean.

En la época actual, basándome en la definición de Mounier puedo decir que las

nuevas generaciones viven como individuos y no como personas. En mi día a
día me relaciono con adolescentes y adultos jóvenes lo que me permite notar
que cada vez somos más egoístas, más superficiales y hasta cierto punto,
ególatras, puedo darme cuenta de que nos concentramos demasiado en lo
exterior, en las apariencias o bien, en la “imagen” y, aunque personalmente creo
que no está mal cuidar de nuestra presentación tampoco creo que sea lo más
relevante en un sujeto, realmente nos hemos olvidado de ver más allá de lo que
perciben nuestros ojos, nos fijamos en la ropa, el peinado, los accesorios, las
pertenencias, etc. Nos la pasamos evaluando el exterior del resto de nosotros,
inclusive nos la pasamos evaluando nuestra propia imagen para asegurarnos de
que encaje con lo que los demás esperan o quieren ver de nosotros, hemos
olvidado completamente lo importante, ver el alma. Aunque no todos mis
conocidos que comparten mi edad son completamente como acabo de
mencionar, puedo decir que la gran mayoría cuentan con las características que
acabo de describir, creo que cada vez somos más individuos y menos personas,
lo que es crítico ya que actualmente nos encontramos en un proceso de
deshumanización el cual se intensifica con el pasar de los años.

Podría mencionar que, desde mi opinión un individuo es aquel que solo piensa
en sí, solo procura su propio bienestar aun si es a costillas del bienestar ajeno,
es egoísta y vive de las apariencias; en cambio, la persona es aquella que piensa
en sí misma, pero al mismo tiempo en el prójimo y que se concentra en su calidad
como persona, en lo que hay en su interior, en su alma, en su dimensión
espiritual y de igual manera es lo que valora en los demás.

Basta con observar los pasatiempos de los jóvenes para darnos cuenta de lo
superficiales que pueden llegar a ser, la mayoría pasan sus días navegando por
internet o sumergidos en redes sociales preocupándose por cosas tan viles
como “cuántos likes tiene mi foto” o “cuántos seguidores tengo” y se olvidan de
las cosas realmente significativas de la vida, olvidan pasar tiempo con sus
familias, olvidan informarse adecuadamente para enfrentar el mundo real ya
que, en vez de eso consumen contenido chatarra desaprovechando totalmente
la poderosa fuente de información que poseemos hoy en día: Internet. Para
comprobar lo que recién mencioné, sobre la superficialidad de mi generación
nos es suficiente con observar pequeños detalles en los jóvenes, sí usted se
acerca a un adolescente y le pregunta algo tan simple como: por qué decidió
ingresar a la escuela en la que se encuentra (dado el caso que haya sido por
elección propia) seguramente nos encontraremos con respuestas como: “porque
tienen muchas horas libres”, “porque no son estrictos con el uniforme”, etc.
Dichas respuestas nos comprueban que no son conscientes de lo que
verdaderamente significa eso, no se dan cuenta de que ya no van a la escuela
a cumplir su cometido (estudiar, desarrollar sus aptitudes y aprender) si no, a
pasar el rato como si se tratase solo de una segunda casa y nada más.

Ahora bien, me gustaría hablar sobre la “metafísica de la soledad” y “metafísica

de la comunidad” que nos explica Mounier, ya que, en mi opinión, es cada vez
más común observar individuos sumergidos en sí mismos en nuestro día a día,
que piensan solo en sí y nadie o nada más, quienes se encuentran incapaces
de empatizar con sus semejantes. Creo que la metafísica de la soledad se refiere
a cuando el individuo se encuentra atrapado en la cárcel de su propio ego, le
resulta imposible dar algo sin esperar nada a cambio, incapaz de pensar en
alguien más que en sí mismo, lo que al mismo tiempo lo vuelve incapaz de sentir
cercanía con los demás o incapaz de comunicarse cuando sabemos que la
comunicación es la base de las relaciones humanas, bajo mi criterio podría decir
que el éxito de una relación interpersonal de cualquier tipo (amistosa, amorosa,
familiar, etc.) dependerá fielmente de la comunicación que exista entre las dos
partes involucradas, aunque claro, opino que pensar en nuestros intereses y
nuestro propio bien ocasionalmente no tiene nada de malo; incluso creo que es
importante hacerlo para mantener el respeto a nosotros mismos y así contar con
un alma equilibrada, nos ayuda a establecer límites ante los demás y de esta
forma no permitir que nadie pisotee nuestra dignidad e integridad. Por otro lado,
creo que la metafísica de la comunidad es la contraparte de lo antes dicho, es
cuando la persona cuenta con un panorama visual (hablando metafóricamente)
más amplio, donde puede observar sus necesidades y situaciones sin ignorar
las del resto de sujetos, la persona es capaz de admitir sus sentimientos y
expresarlos sin temor, la comunicación y el diálogo son la base de sus relaciones
interpersonales, tal y como nos afirma Mounier la diferencia sustancial entre el
individuo y la persona es que, el individuo vive dentro de sí y para sí, la persona
vive de dentro hacia fuera, hacia los otros.

Recapitulando lo aprendido, cuando tomamos conciencia de que los otros son

algo valioso para nosotros y no un infierno, como diría Sartre, es cuando la
persona adquiere su verdadera dimensión humana y espiritual. En base a lo
dicho, pienso que es significativo fijarnos en la dimensión espiritual, la habilidad
de comunicación, la dimensión humana de un sujeto para definir su calidad como
“persona”, buscar sujetos que realmente aporten a nuestra vida de igual forma
que nosotros aportamos a la suya, buscar una “retroalimentación” y al mismo
tiempo tenemos que identificar estos puntos en nuestro propio ser, dejar de lado
el egoísmo, el orgullo, la superficialidad y mejorar o arreglar aquello que estamos
haciendo mal.

Volviendo al tema de la comunicación, quiero agregar que la falta de la misma,

como bien nos mencionaba Mounier es un problema de disponibilidad, donde
muchas veces se debe a que tememos salir heridos o perjudicados si “damos
más de la cuenta”, donde vemos al otro como un intruso esperando la más
mínima oportunidad para amenazar nuestra intimidad, y aunque no es malo velar
por nuestra intimidad, no debemos permitir que esto obstruya nuestra apertura
con los otros, poder hablar claramente de lo que sentimos nos abre demasiadas
puertas en nuestras distintas relaciones, nos permite solucionar o evitar
problemas, malentendidos, debatir y expresar nuestras opiniones, nuestro sentir;
y al mismo tiempo, inspiramos confianza para que la otra parte involucrada haga
lo mismo, de esta manera, cuando se presenta alguna situación de inquietud o
problema la comunicación nos permite resolverla sanamente siempre velando
por el bienestar y estabilidad de todas las partes involucrada. Todo es cuestión
de equilibrio en las relaciones, estoy de acuerdo con este filósofo cuando nos
dice que la introspección no debe estar separada o peleada con la extroversión,
mantener la paz o el equilibrio entre ambas no es imposible, podemos ver en
nuestro interior nuestros intereses, objetivos, aflicciones, sentimientos, deseos y
necesidades sin la necesidad de ignorar el exterior, es decir, sin tener que
olvidarnos del sentir de nuestros semejantes, sin pasar por encima de ellos,
tomando en cuenta sus necesidades y padecimientos, en términos generales yo
definiría esto como: no es necesario descuidar nuestro bienestar por procurar el
bienestar del prójimo.

Antes de concluir, hagamos hincapié en uno de los muchos problemas actuales:

la mercantilización de los sentimientos, esto se trata de ponerle un precio a todo,
aplicar en nuestras relaciones la frase “te doy si tu me das”, en el caso del amor,
opino que al ser un sentimiento tan complejo no podemos ponerle un precio,
tampoco podemos condicionarlo porque no se trata de eso, desde mi perspectiva
el amor se refleja cuando denotamos felicidad en dar y no en el recibir, cuando
obsequiamos al otro sin esperar que este haga lo mismo, y no me refiero a
obsequiar cosas materiales, hablo de obsequiar cosas aún más valiosas como:
el tiempo de calidad, el afecto, el cariño, experiencias, aprendizajes,
confesiones, etc. Cosas intangibles, cosas que realmente aporten al otro.
Aunque claro, nos es agradable que nos correspondan, la intención principal al
brindar esto no debe ser la búsqueda de que se nos retribuya, debe ser por el
simple placer de darlo, de demostrar el interés por la otra parte involucrada.

Para concluir, quiero agregar que, en mi pensar, todavía podemos cambiar estos
errores que estamos cometiendo expuestos valientemente por el filósofo
Emmanuel Mounier, invito al lector a que se tome el tiempo de reflexionar las
siguientes cuestiones: ¿quiero ser un individuo o una persona? ¿qué puedo
hacer para ser una persona y abandonar mis hábitos de individuo? ¿cómo puedo
mejorar mi habilidad para comunicarme? Ya que, estos planteamientos son
clave para modificar nuestra dimensión humana, creo que comunicar lo que
sentimos es algo que nos hace humanos, es una de las cosas que nos distingue
del resto de seres vivos y sostengo lo que plantee anteriormente, la
comunicación es la base de las relaciones humanas, sin ella lo único que nos
espera es un camino de soledad, pesares, amargura y egoísmo.
 GLOSARIO

▪ Acaparamiento:
I. Acción y efecto de acaparar.
II. Adquirir y retener cosas propias del comercio en cantidad superior a la
normal, previniendo su escasez o encarecimiento.
III. Apropiarse u obtener en todo o en gran parte un género de cosas.
▪ Aleccionadora:
I. Que alecciona.
II. Instruir, amaestrar, enseñar.
▪ Alienada:
I. Loca, demente.
II. Enajenar
III. Pérdida de la personalidad y los sentidos.
▪ Crispación:
I. Acción o efecto de crispar.
II. Causar contracción repentina y pasajera en el tejido muscular, en cualquier
otro tejido de naturaleza contráctil, o en una parte del cuerpo.
III. Irritar o exasperar a alguien.
▪ Entronizamiento:
I. Colocar en el trono.
II. Ensalzar a alguien, colocarlo en un alto estado.
III. Colocar una imagen o una representación iconográfica en un lugar
preferente para que sea venerada o admirada.
▪ Espíritu burgués:
El espíritu burgués se define cuando la burguesía adquiere conciencia de
que era una fuerza constructiva y comienza a dar forma a sus propias
tendencias. La burguesía tiene conciencia de sí misma, del cambio histórico
que provocaban sus ideas.
▪ Extroversión:
I. Condición de la persona que se distingue por su inclinación hacia el mundo
exterior, por la facilidad para las relaciones sociales y por su carácter abierto.
▪ Idolatradas:
I. Adorar ídolos.
II. Amar o admirar con exaltación a alguien o algo.
▪ Indisponibilidad:
I. Cualidad de indisponible.
II. Que no está disponible.
▪ Inserto:
I. Que está insertado
II. Incluir, introducir algo en otra cosa.
▪ Introspección:
I. Mirada interior que se dirige a los propios actos o estados de ánimo.
▪ Intruso:
I. Que se ha introducido sin derecho.
II. Que alterna con personas de condición superior a la suya.
▪ Merma:
I. Bajar o disminuir algo sin consumirse parte de ello.
▪ Reivindicando:
I. Reclamar algo a lo que se cree tener derecho.
II. Argumentar en favor de algo o de alguien.
II. Reclamar para sí la autoría de una acción.
▪ Sentencia evangélica:
I. Oración gramatical.
▪ Significativa:
I. Que da a entender con precisión algo.
II. De mucha importancia.
▪ Veneradas:
I. Respetar en sumo grado a alguien por su santidad, dignidad o grandes
virtudes, o a algo por lo que representa o recuerda.
 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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“El Espíritu Burgués Se Define Cuando La Burguesía Adquiere C.” Prezi.com, 2018, prezi.com/nfblon2859qz/el-

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