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Derecho Internacional Público

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DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO

CONCEPTO DE DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO

Puede decirse que el derecho internacional se encuentra


en una situación peculiar frente a las otras ramas del derecho. En
relación con este tema Antonio Truyol y Serra afirma:

Pesa, en efecto, sobre el derecho internacional un destino


singular. Mientras las disciplinas que investigan el derecho
interno en sus distintas manifestaciones suelen limitarse a
abarcar cierto número de problemas especiales de mayor
o menor entidad, el derecho internacional es en sí mismo,
como tal, problemático. Su existencia como ordenamiento
jurídico autónomo ha sido negada con una reiteración
excesiva.

Y luego agrega:

. . . Esta constancia en el ataque y el desprestigio de los


atacantes tenían que colocar, inevitablemente, alderecho
internacional en una situación algo precaria en lafamilia de
las disciplinas jurídicas, entre las cuales apareció
demasiadas veces como un intruso que sin título legítimo
pretendía ocupar un lugar que no le corresponde.
Lo anterior lleva al profesor español a reconocer que el
derecho internacional se vio en la ineludible necesidad de
justificarse sin cesar, de librarse de esa sospecha y de reivindicar
con energía su carácter jurídico ¿A qué se debido esta situación
cierra? Las explicaciones que se han formulado son
principalmente dos: la peculiaridad de su ámbito de aplicación
y su relativa juventud

Por lo que se refiere a su ámbito de aplicación, en un sentido


amplio comprende las relaciones internacionales, “entendidas
como toda comunicación e intercambio entre estados y todo
movimiento de personas, bienes e ideas más allá de las fronteras
nacionales”, como las define Frederick Hartmann.

En cuanto a su juventud, lo cual es un hecho incuestionable


si se le compara con la gran mayoría de las disciplinas jurídicas,
así que alguno de los moldes del derecho interno no le sean
aplicadas válidamente. El proceso evolutivo del derecho
internacional público se torna evidente en materias como el
derecho internacional del mar, el derecho internacional cósmico
o espacial, el derecho internacional de guerra, etcétera. Baste
recordar, por ejemplo, que en agosto de 1978 se conmemoró el
50º aniversario del pacto Briand-kellog o pacto de París, por el
cual los estados renunciaron a la guerra como instrumento de
política nacional. Así, la prohibición del uso de la fuerza, regla
fundamental del derecho internacional público, se proclamó
hace apenas 60 años. En lo que concierne al concepto de
derecho internacional público, conviene mencionar los tres tipos
de definiciones que se han propuesto al respecto
El derecho internacional público es el conjunto normativo
destinado a reglamentar las relaciones entre sujetos
internacionales. (Seara Vázquez)

El derecho internacional público es el conjunto de normas


jurídicas que rigen las relaciones internacionales. (Guggenheim)

Conjunto de normas para un momento dado y que sin tener


en cuenta el objeto ordenado y el sujeto obligado, se han
convertido como consecuencia de un procedimiento, en
internacionales. (Suy)

De los criterios antes mencionados, el subjetivo y el formal


son útiles en la definición del derecho internacional público. Por
el contrario, el criterio material, como bien señala miaja de la
muela, implica el riesgo de que si bien puede reflejar con
exactitud el contenido del derecho internacional público en un
determinado momento, al cambiar las circunstancias caería en
disconformidad con las nuevas realidades.

De acuerdo con estas consideraciones, el derecho


internacional público puede definirse como:
Aquellas ramas del derecho que regula comportamiento
de los estados y demás sujetos típicos mediante un
conjunto de normas positivizadas por los poderes
normativos peculiares de la comunidad internacional.

RELACIÓN ENTRE EL DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO Y EL


DERECHO INTERNO DE LOS ESTADOS

A partir de 1989, año en que Henrich Tripel pública el su


derecho internacional y derecho interno, se inicia un debate
doctrinal acerca de las relaciones entre ambos ordenamientos.
En torno de este problema se configuraron tres vertientes básicas
con sus variantes: la tesis dualista, las monistas y las
coordinadoras.

EL DUALISMO

la teoría del dualismo jurídico en su forma pura representada


principalmente por Triepel y Anzilotte, establece que el derecho
internacional público- interno de los estados son órdenes jurídicos
distintos e independientes. Se diferencian tanto por sus fuentes
como por sus ámbitos de validez no coincidentes, dando como
resultado que entre ambos ordenamientos no puede llegar a
existir un conflicto alguno.
Teniendo en señalar que estos sistemas jurídicos se
distinguen porque mientras el derecho interno rige en las
relaciones internas del Estado, el derecho internacional público
lo hace en sus relaciones externas. Por otra parte, el derecho
interno regula soberanamente a través de los órganos del Estado,
las relaciones jurídicas de sujetos destinatarios, en tanto que el
derecho internacional sólo regula las relaciones entre estados
estrictamente iguales. El derecho interno es el producto unilateral
del proceso legislativo del Estado, y el derecho internacional
público genera sus normas por la voluntad común de los mismos
(Veirenbarung).
Anzilotti, a su vez, nos indica los cuatro sitios que se
desprenden de su teoría dualista:

• No pueden existir normas internacionales o normas


internas obligatorias en virtud de una norma básica del
orden internacional.
• Las normas internacionales no pueden influir sobre el
valor obligatorio de las normas internas viceversa.
• Entre el derecho interno y el internacional no puede
existir conflicto en sentido propio.
• El derecho internacional público puede, sin embargo,
referirse al derecho interno y este al derecho
internacional.
A partir de estas consideraciones, el derecho internacional
requeriría de un acto especial que lo incorporara al derecho
interno. La norma internacional debe, si pretende obligar en el
ámbito nacional, transformarse en norma interna: no es la norma
internacional la que se aplica en el orden interno, sino una nueva
norma interna.

A la doctrina dualista se le han formulado diversas críticas:

a) sería inexacto referirse a la existencia de sujetos distintos,


ya que el Estado es sujeto de ambos órdenes y como
sujeto de derecho internacional sólo existe en la medida
en que está compuesto de individuos.
b) No explica cómo el incumplimiento o la violación de una
obligación internacional por el orden interno genera la
responsabilidad internacional del Estado.
c) La práctica interna de los estados demuestra que la
norma internacional es incorporada directamente al
orden interno, sin necesidad de ninguna transformación.

El monismo

Los monistas proclaman la unidad de ambas ramas jurídicas


en un solo sistema jurídico. Estas tesis parten de la concepción
normativista de Kelsen, según la cual en un único conjunto
estarían incluidos los distintos órdenes y entre los cuales habría
relación de subordinación. Las tesis que derivan de los monistas
son:

a) la internista y
b) la internacionalista.

El monismo internista

Sostiene que el derecho interno prevalece sobre el derecho


internacional; se basa en que históricamente el derecho
internacional es posterior al derecho interno, por cuanto surge
como consecuencia de la regulación de las relaciones entre
estados ya constituidos y en que los estados son quienes
libremente se obligan internacionalmente. Esta posición fue
sostenida por los autores soviéticos en los primeros años de la
URSS. Dicha doctrina supone la negación del derecho
internacional, al desconocer el fundamento de obligatoriedad a
dicho ordenamiento.

El monismo internacionalista

Sostiene que existe un único orden jurídico en el cual el


derecho interno está subordinado al derecho internacional.
Así, para Kelsen el derecho de gentes es jerárquicamente
superior al derecho interno en razón de una norma hipotética
fundamental (pacta sunt servanda) que no es derivable de
ninguna otra y que se coloca en el vértice de la pirámide, por lo
que el conflicto surgido entre una norma internacional y otra
estatal es simplemente un conflicto entre una norma
jerárquicamente superior y otra de jerarquía inferior. Actualmente
predomina entre los monistas la posición de dar prioridad al
derecho internacional sobre el interno, sin que sea un obstáculo
para que algunos autores sostengan lo contrario.

Las Tesis Coordinadoras o Conciliadoras

Dichas tesis parte, al igual que las monistas, de la unificación


de las distintas ramas jurídicas en un solo sistema, pero se
diferencian en que las relaciones entre ambas son de
coordinación y no de subordinación

Después de exponer en forma muy general las tres corrientes


básicas, resta preguntarnos si el derecho internacional vigente se
adhiere alguna de ellas. Pastor Ridruejo sostiene acertadamente
que el derecho internacional positivo no toma partido por los
postulados del dualismo o del monismo, pero que a pesar de ello
ha establecido la primacía indiscutible del derecho internacional
sobre el interno.
Al efecto, el artículo 27 de la convención de Viena sobre
derecho de los tratados establece que un Estado no puede
invocar las disposiciones de su derecho y terminó como
justificación del incumplimiento de tratados, salvo lo dispuesto en
el artículo 46, el cual determina que sólo procede declarar la
nulidad de un tratado opuesto al derecho interno cuando la
violación de una norma fundamental de este sea manifiesta y
evidente.

La jurisprudencia internacional rechaza reiteradamente la


tesis según la cual el Estado no está sujeto al derecho
internacional. Por el contrario, sostiene frecuentemente su
subordinación a él. Por ejemplo, en el asunto del buque
“Wimbledon” la corte permanente internacional de justicia
afirmó que la soberanía estatal puede restringirse por un tratado
internacional, al expresar lo siguiente:

Sin duda, todo convenio que crea una obligación de este


tipo (se refería a las obligaciones de hacer o no hacer contraídas
por un Estado) trae consigo una restricción al ejercicio de los
derechos soberanos del Estado, en el sentido que imprime a este
ejercicio una dirección determinada.

La consecuencia declarar la superioridad del derecho


internacional no produce el efecto de declarar nulas
automáticamente las resoluciones tales o decisiones contraídas
al derecho interno; la eficacia interna dependerá de la relación
jerárquica establecida por el derecho interno. En el supuesto de
que internamente se le dé prioridad al derecho interno sobre el
internacional se origina responsabilidad internacional cuando se
incumplen las normas de este último.

Por lo que se refiere al sistema de incorporación del derecho


internacional al interno, son los propios derechos internos los que
establecen en última instancia si se requiere o no un acto
especial de incorporación. Hay estados que incorporan
automáticamente el derecho internacional al derecho interno y
otorgan una jerarquía superior al primero. Otros estados
incorporan las normas del derecho internacional, previo acto
especial de incorporación, como es el caso de nuestro sistema
jurídico.

REFERENCIA ESPECIAL AL SISTEMA JURÍDICO MEXICANO

La disposición constitucional que tiene fundamental


relevancia en ese aspecto es el artículo 133 dado lo ilustrativo
que resultan los antecedentes de este artículo, vale la pena
detenerse en una breve relación histórica del precepto. Dicho
artículo tiene como antecedente el artículo 237 del decreto
constitucional para la libertad de la América mexicana, del 22 de
octubre de 1814, no es sino hasta la constitución Federal de los
estados unidos mexicanos, del 4 de octubre de 1824 cuando en
su artículo 161 se hace mención expresa de los tratados.

Articuló 161 cada uno de los estados tienen la obligación:


III. De guardar y hacer guardar la constitución, las leyes
generales de la unión y los tratados hechos o que en
adelante se hicieran por la autoridad suprema de la
Federación con alguna potencia extranjera.

La constitución de 1857 establecía:

ARTICULO 126.- Esta constitución, las leyes del Congreso de


la unión que emanen de ella, y todos los tratados hechos
que se hicieren por el Presidente de la República con
aprobación del Congreso, serán ley suprema de toda la
unión. Los jueces de cada Estado se arreglarán a dicha
constitución, leyes o tratados a pesar de las disposiciones
en contrario que pueda haber en las constituciones o leyes
de los estados.

Vallarta, al comentar dicho texto, opinó:

Si cometiéramos el error de creer que nuestra constitución


en materias internacionales esta sobre esa ley (la
internacional), tendríamos no sólo que confesar que los
soberanos de Francia, Inglaterra, Estados Unidos, etc.
tienen más facultades del Presidente de la República
mexicana, si no lo que es peor aún: que la soberanía de
esta está limitada por el silencio de su constitución.

Vallarta consideró que el derecho internacional no está


normado por la constitución, la cual, por tanto, no tiene
supremacía jerárquica sobre los pactos internacionales las
constituciones no regulan sino las relaciones interiores de sus
poderes públicos, por lo que el principio de derecho interno de
las facultades expresas y limitadas de dichos poderes carecen de
aplicación en las relaciones internacionales. En consecuencia, la
soberanía de los estados no se apoya en las cartas
fundamentales o constitucionales, sino en el principio de derecho
internacional, de “igualdad soberana de los estados”. De no
seguirse este criterio, llegaríamos a los absurdos que Vallarta
comentó.

El texto de 1917 sufrió una reforma en 1934, para quedar en


los términos aún en vigor:
Esta constitución, las leyes del Congreso de la unión que
emanen de ella y todos los tratados que estén de acuerdo
con la misma, celebrados y que se celebren por el
Presidente de la República con la aprobación del Senado,
serán la ley suprema de toda la unión. Los jueces de cada
Estado se arreglarán a dicha constitución, leyes y tratados
a pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber
en las constituciones de los estados.

Así, los tratados sólo serán ley suprema de la unión cuando


se conformen con la constitución (principio de supremacía
constitucional). Al comentar el texto vigente, Felipe Tena Ramírez
apunta que con la reforma de 1934 se adoptara la tesis monista
que da primacía al derecho interno y agrega que se hizo sufrir a
nuestra evolución jurídica por retroceso manifiesto. Al respecto,
puede afirmarse que la posición adoptada por nuestro artículo
133 constitucional es en realidad la del dualismo, ya que el
derecho internacional requiere, conforme al sistema mexicano,
de un acto de incorporación; de seguirse la tesis monista no se
requeriría acto de incorporación alguno, por formar ambas
normas parte de un mismo sistema jurídico.

A pesar de que nuestro sistema jurídico se inclina por la


teoría dualista, ello no impide que en caso de violarse una norma
internacional, por dar prioridad a la norma constitucional sobre la
internacional, se origine responsabilidad internacional; esta sería
exigible a través de los medios pacíficos de solución de conflictos.
Otro problema interesante es el referente a la incorporación
de los tratados a nuestro sistema jurídico y su ubicación jerárquica
dentro del mismo, que hace que nos preguntemos si según la
materia les corresponde el carácter de ley Federal o local, o bien
si dichos tratados tienen el rango de ley nacional una vez
incorporados. Vázquez Pando aborda el problema y concluye
que los tratados celebrados por el Presidente de la República con
la aprobación del Senado tienen el rango de leyes nacionales.
Ahora bien, el citado autor llega a esta conclusión después de
analizar a Solís Fernández, quien establece:
. . . Las dos cámaras son el legislador en las leyes del
Congreso, y el presidente sólo goza de un veto relativo
respecto a ellas. . .

En cambio:

El ejecutivo es el legislador en los tratados y el Senado goza


de un veto absoluto respecto a ellos.
De esta forma, al celebrar un tratado internacional el
Presidente de la República realiza funciones legislativas, las
cuales se encuentran materialmente limitadas sólo por los
artículos 15 y 18 constitucionales, y en estos casos corresponde al
Senado vetar o no el tratado. Dichos tratados son de aplicación
general en todo el territorio de la nación, de manera que les
corresponde el mismo rango que las leyes nacionales.
Debe precisarse que una vez incorporados, al no haber un
acto de transformación especial, no cabe confundirlos con las
leyes del Congreso de la unión o leyes de carácter nacional, a
pesar de que su ámbito de aplicación se extienda a todo el
territorio nacional. La constitución claramente diferencía entre
leyes del Congreso y tratados, por lo que no cabe pretender que
estos sean confundidos con aquellos. La naturaleza de los
tratados internacionales está definida por el propio derecho
internacional, lo cual significa que en su interpretación y
aplicación el Estado mexicano se sujeta a la normativa
internacional, so pena de que, de no hacerlo así, incurriría en
responsabilidad internacional.
Por lo que se refiere a la incorporación de la costumbre
internacional a nuestro régimen jurídico, las disposiciones
constitucionales en materia de espacio aéreo y mar territorial
remite a las normas consuetudinarias y convencionales
internacionales vigentes en la materia. Cabe hacer notar que en
el caso de la zona económica exclusiva, la reforma constitucional
de 1976 no remite al derecho internacional público; por el
contrario:
a) la propia constitución fija la extensión de la zona.
b) Las facultades sobre la zona son aquellas que las leyes
del Congreso determinan.
c) En caso de superposición de zonas económicas
exclusivas de otros estados, la determinación debe
hacerse mediante acuerdos internacionales.

FUENTES DEL DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO

INTRODUCCIÓN

En la determinación de las fuentes del derecho


internacional público es forzoso hacer referencia al apartado
primero del artículo 38 del estatuto de la Corte Internacional de
Justicia, el cual establece:

1. El tribunal, cuya función es decidir conforme al derecho


internacional público las controversias que le sean sometidas,
debe aplicar:

a) las convenciones internacionales, sean generales o


particulares, que establecen reglas expresamente
reconocidas por los estados litigantes.
b) La costumbre internacional, como prueba de una
práctica generalmente aceptada como derecho
c) los principios generales del derecho reconocidos por las
naciones civilizadas.
d) Las decisiones judiciales y las doctrinas de los publicistas
de mayor competencia de las distintas naciones, como
medio auxiliar para la determinación de las reglas de
derecho.

En la redacción del artículo sobresalen como fuentes


autónomas la costumbre internacional, los tratados y los
principios generales del derecho. Las decisiones judiciales y la
doctrina son fuentes auxiliares por cuanto requieren para su
aplicación de una fuente autónoma que las apoye.

LOS TRATADOS INTERNACIONALES.

Los tratados son acuerdos entre sujetos de derecho


internacional, regidos por el derecho internacional público.
Debido a la importancia que adquirió el derecho convencional,
en 1949 la Comisión de derecho internacional de la Asamblea
General de las naciones unidas decidió codificar la materia de
tratado logró concluir un proyecto en 1966, el cual es adoptado
en la conferencia de Viena el 23 de mayo de 1969.
DEFINICIÓN DE TRATADOS CONFORME A LA CONVENCIÓN
DE VIENA

La convención de Viena sobre el derecho de los tratados


(CV) define los tratados internacionales en su artículo 2, párrafo
1, que dice:
Se entiende por tratado un acuerdo internacional
celebrado por escrito entre estados y regido por el
derecho internacional público, ya conste en un
instrumento único o en dos o más instrumentos conexos y
cualquiera que sea su denominación particular.
De dicha disposición se deduce que la convención se aplica
únicamente a:
1. Tratado celebrado entre estados
2. Por escrito
3. Regidos por el derecho internacional público

Sabiamente, la Comisión de derecho internacional de la


Asamblea General de las Naciones Unidas decidió circunscribir la
convención a los acuerdos celebrados entre estados,
excluyendo los concluidos entre estados y organismos
internacionales. La razón de ello, según la propia Comisión, es
que se hubiera complicado y retrasado exclusivamente la
preparación del proyecto. Por lo anterior, se decidió que los
tratados celebrados entre organismos internacionales, o entre
organismos internacionales y estados, serían objeto de otra
convención, la cual fue adoptada el 21 de marzo de 1986.
Los acuerdos celebrados entre un Estado y un particular,
sea persona física o jurídica, no son tratados sino simples
acuerdos y se celebran con frecuencia en nuestros días. La
cuestión no es únicamente académica ya que puede
tener consecuencias prácticas, como lo demuestra la
sentencia del tribunal de La Haya en el caso anglo-
iranianoil Co, entre el Reino Unido e Irán (22 de julio de
1952). En dicho asunto el tribunal declaró que no tenía
competencia por tratarse de un contrato entre el gobierno
británico y una sociedad iraní.

Según la definición de la convención de Viena, el segundo


requisito es que el tratado sea por escrito, excluyendo así los
acuerdos verbales. Actualmente resulta muy difícil pensar en
acuerdos internacionales verbales; a pesar de ello, si se diera este
supuesto, la convención de Viena no afecta el valor jurídico de
los mismos. La convención exige que los tratados internacionales
celebrados entre Estado y por escrito se encuentren regidos por
el derecho internacional público. Se excluyen así los acuerdos
celebrados entre estados regulados por el derecho interno de
alguna de las partes o por algún otro derecho interno. Un ejemplo
de este tipo de acuerdo sería la compra, por un gobierno a otro
de un terreno o edificio para la embajada, el cual quedaría
sujeto al derecho interno de uno de los estados.

Conviene señalar que el derecho de que se celebren


acuerdos internacionales fuera del ámbito de aplicación de la
convención de Viena no afecta la validez jurídica de los mismos
y no impide que se les apliquen normas enunciadas en la
convención de Viena, a las que estén sometidos en virtud del
derecho internacional público.

PROCESO DE CELEBRACIÓN DEL TRATADO

Las etapas en el proceso de celebración de los tratados son


las siguientes:
1. Negociación
2. Adopción del texto.
3. Autenticación del texto.
4. Manifestación del consentimiento.
Analicemos brevemente cada una de estas etapas

1. Negociación. Tiene por objeto lograr un acuerdo entre las


partes a fin de determinar las cláusulas del tratado. Esta fase no
se encuentra regulada de forma alguna por la convención de
Viena.
2. Adopción del texto. Una vez negociado un tratado, se
adopta como definitivo; tradicionalmente los tratados se
adoptaban por el acuerdo unánime de las partes. En la
actualidad los tratados bilaterales se adoptan por unanimidad y
los multilaterales según lo dispongan los estados parte, y a falta
de acuerdo, por las dos terceras partes presentes y votantes.

3. Autenticación del texto. Es el acto mediante el cual se


establece el texto definitivo de un tratado y en el que se certifica
el texto correspondiente quedará establecido como auténtico y
definitivo:

a) mediante el procedimiento que se prescriba en el o en


que convengan los estados que hayan participado en su
elaboración, o
b) a falta de tal procedimiento, mediante la firma ad
referéndum o la rúbrica puesta por los representantes de
sus estados en el texto del tratado o en el acto final de la
conferencia en que figure el texto.

4. Manifestación del consentimiento. Es el acto por el cual


los estados se obligan a cumplir el tratado. Las formas de
manifestación del consentimiento son:

a) la firma.
b) El canje de instrumentos que constituyen un tratado.
c) La ratificación.
d) La aceptación.
e) La aprobación.
f) La adhesión.

Los estados negociadores son los que escoge libremente


cuál va a ser el modo concreto de manifestar el consentimiento,
como se desprende de los artículos 12, 13, 14 y 15 de la
convención. Antes de la convención de Viena, en la doctrina y
en la práctica era corriente la distinción entre tratados y
acuerdos en forma simplificada. Los tratados eran aquellos que
se celebraban en forma mediata, en cuanto que el
procedimiento de celebración, se descomponía en varios actos:
negociación, firma y ratificación. Por el contrario los acuerdos en
forma simplificada se concluían normalmente por el jefe de
Estado, ministro de Relaciones Exteriores o jefe de la respectiva
misión diplomática. Tales acuerdos no estaban sujetos a una
ratificación posterior, si no que obligaban a partir de la firma o el
canje de instrumentos.

La convención de Viena prescinde de dicha clasificación y


designa como tratados ambos tipos de instrumentos, por
considerar que la Comisión de derecho internacional de la
Asamblea General de las Naciones Unidas que las diferencias
escriban tan sólo en los procedimientos de celebración y
entradas en vigor. El resto de las normas de derecho internacional
relativas a la validez de los tratados, efectos, ejecución e
interpretación se aplican por igual a ambos tipos de instrumentos

ÓRGANOS ESTATALES COMPETENTES PARA LA CELEBRACIÓN


DE LOS TRATADOS

El artículo 7o., Párrafo 2, de la Convención de Viena


reconoce competencia para la realización de determinados
actos en el proceso de celebración de los tratados, a:

a) los jefes de Estado y ministro de Relaciones Exteriores,


para la ejecución de todos los actos relativos a la
celebración de un tratado.
b) Los jefes de misiones diplomáticas, para la adopción
del texto de un tratado entre el Estado acreditante y
el Estado en el cual encuentra acreditado.
c) Los representantes acreditados por los estados ante
una conferencia internacional o han una
organización internacional, para la adopción del
texto.

Fuera de estos supuestos, cualquier otra persona deberá


presentar plenos poderes (representación expresa) o bien, de no
presentarlos, podrá realizar actos de celebración de un tratado si
resulta de la práctica de los estados o de las circunstancias en
considerar a esa persona como representante de un Estado
(representación implícita).

En todo caso, un acto de celebración de un tratado,


realizado por una persona que no tenga competencias
conferidas directamente por la convención de Viena o que no se
le beneficie de la representación expresa o implícita, no
producirá efectos jurídicos a menos que ulteriormente sea
confirmado.

RESERVAS.

La convención en su artículo 2o., Párrafo 1, define a la


reservas de la siguiente manera:

“Una declaración unilateral, cualquiera que sea su


grado su denominación, hecha por un Estado al
firmar, ratificar, aceptar o aprobar un tratado o
adherirse a él, con objeto de excluir o modificar los
efectos jurídicos de ciertas disposiciones del tratado
en su aplicación a ese estado.”
La práctica contemporánea codificada en la convención,
admite con liberalidad la formulación de reservas; los únicos
casos en que no se admite formular reservas son:

1. Cuando están prohibidas expresamente por el


tratado.
2. Cuando no se encuentren dentro de las permitidas
por un tratado.
3. Cuando el tratado es omiso al respecto. En este caso
las reservas sólo se admiten cuando no son contrarias
al objeto y fin del tratado en cuestión.

Las reservas autorizadas expresamente por el tratado no


requieren una aceptación posterior, a menos que el tratado así
lo dispusiera. En los demás supuestos, las reservas requieren ser
aceptadas aunque sea en forma implícita. En los supuestos en
que se requiere la aceptación, una reserva se considerará como
aceptada por un Estado cuando éste no formuló objeción a la
reserva dentro de los 12 meses siguientes a la fecha en que la
misma haya sido notificada.

Los estados que formulen una reserva que es aceptada por otro
u otros estados, se convierten en estados parte del tratado. Si la
reserva es objetada pueden darse dos situaciones:
1. Al objetarse la reserva, ésta no entra en vigor en el Estado
que la formula y el Estado que la objeta; el tratado entra en
vigor en su totalidad entre ambas partes.

2. un Estado objeta la reserva y además manifiesta su


intención de que el tratado no entre en vigor. En este caso,
el tratado no entra en vigor entre el Estado que formula la
reserva y el que la objeta.

De esta manera, será una descomposición de las


obligaciones del tratado con los resultados siguientes:

1. El tratado rige entre el Estado que formula reserva y el o


los que la aceptan con las modificaciones a las
disposiciones del tratado objeto de la reserva.
2. El tratado rige entre el Estado que formula la reserva y el
o los que la rechazan, sin que se modifiquen las cláusulas
objeto de reserva, no aceptadas.
3. El tratado no rige entre el Estado que formula una reserva
y el o los estados que la rechazan, cuando los estados
que objetan la reserva manifiestan su intención
inequívoca de no considerar parte al primer Estado.
4. El tratado rige en su integridad para el resto de los
estados.
El procedimiento relativo a la formulación de las reservas, el retiro
de reservas u objeciones se encuentra regulado en los artículos
22 y 23 de la convención de Viena

ENTRADA EN VIGOR DEL TRATADO Y SU APLICACIÓN PROVISIONAL

La manifestación del consentimiento de los estados contratantes


no constituye el punto final del proceso de celebración de un
tratado. Tal momento final es realmente el de la entrada en vigor,
a partir del cual el tratado comienza a obligar a los estados parte.

El artículo 24 de la convención de Viena establece:

“un tratado entrará en vigor de la manera y en la fecha


en que en el disponga o que acuerden los estados
negociadores”.

Así, por ejemplo, la convención de Viena de 1969 establece


que la misma entrará en vigor el trigésimo (30º) día a partir de la
fecha en que se deposite en el trigésimo quinto (35º) instrumento
de ratificación o adhesión.

El artículo 24 continúa diciendo:


“… A falta de tal disposición acuerdo, el tratado entrará
en vigor tan pronto como haya constancia del
consentimiento de todos los estados negociadores en
obligarse por tratado.”

Debe mencionarse que, en el supuesto de que el tratado ya


entro en vigor y un Estado desee posteriormente adherirse a él,
para este último estado entrará en vigor a partir del momento en
que manifieste su consentimiento, a menos de que el tratado
disponga otra cosa.

Nada impide la aplicación provisional de un tratado antes


de su entrada en vigor, como lo establece el artículo 25 de la
convención de Viena, si el tratado así lo dispone o los estados
negociadores lo han convenido; debe tenerse en cuenta que si
bien el tratado no obliga a las partes antes de su entrada en
vigor, éstas deberán abstenerse de cualquier acto que frustre el
objeto y fin del mismo.

OBSERVANCIA Y APLICACIÓN DE LOS TRATADOS

El principio básico que rige la observancia de los tratados es


el enunciado en el artículo 26 de la convención de Viena:
“todo tratado en vigor obliga a las partes y debe ser
cumplido de buena fe (pacta sunt servanda).”

Esta observancia de los tratados no se verá obstaculizada


por el hecho de que existan normas de derecho interno contraria
al mismo. Los estados no pueden invocar las disposiciones de
derecho interno como justificación para el incumplimiento de un
tratado. Únicamente podrán solicitar la nulidad relativa de un
tratado por oponerse a normas fundamentales del derecho
interno, cuando las violaciones sean manifiestas y evidentes.

En cuanto a la aplicación de los tratados, la convención


regula los siguientes aspectos:

1. La aplicación de los tratados en el tiempo.


2. La aplicación territorial del tratado.
3. La aplicación de tratados sucesivos que contengan
disposiciones referentes a la misma materia.

1. Aplicación de los tratados en el tiempo. La regla general es


que los tratados no se apliquen retroactivamente, salvo que
las partes tengan una intención diferente.
2. Aplicación territorial de los tratados. Los tratados se aplicarán
en la totalidad del territorio de cada Estado parte, salvo que
las partes tengan una intención diferente.

3. Aplicación de tratados sucesivos que contengan disposiciones


relativas a la misma materia. Este problema es contemplado
por el artículo 30 de la convención de Viena que se refiere a
las relaciones jerárquicas entre tratados vigentes, sobre la
misma materia, que se aplican a las mismas partes o a partes
diferentes. Dicho artículo comienza reconociendo la primacía
que tienen las obligaciones contraídas por los estados
miembros de la ONU frente a otras derivadas de distintos
tratados.

El párrafo 2 del artículo 30 contempla la situación de un


tratado que específica que está subordinado a uno anterior o
posterior; en este caso se aplica el tratado que tiene primacía
conforme a los textos de los tratados. Un segundo supuesto se
da cuando los tratados sobre la misma materia no regulan de
forma específica sus relaciones jerárquicas; en esta situación
se aplica el principio de que el tratado posterior deroga la
anterior, en todas las disposiciones en que sean incompatibles.
Por último, el artículo 30, párrafo 4, contempla la situación
de tratados referentes a la misma materia, en que las partes
no son las mismas. El problema se resuelve de la siguiente
manera:

1. Las relaciones entre estados que sean partes en ambos


tratados se regirán por el tratado posterior en las
disposiciones que sean incompatibles con el tratado
anterior.
2. Las relaciones entre un Estado que sea parte en un
tratado y otro en que sean parte en los dos tratados se
regirán por el tratado entre ambos sean parte.

INTERPRETACIÓN DE LOS TRATADOS

Antonio Remiro Brotóns señala que la labor interpretativa es


consustancial con la aplicación de la norma, hasta el punto de
que la práctica convencional y la doctrina hacen aparecer
frecuentemente ambos términos como sinónimos. En efecto,
antes de la aplicación del tratado es indispensable determinar el
alcance de las normas jurídicas contenidas en el mismo y aclarar
las ambigüedades.

La Comisión de Derecho Internacional de la Asamblea


General de las Naciones Unidas, en su labor de desarrollar y
codificar las reglas materia de interpretación de los tratados,
enuncia los siguientes principios básicos:

1. Principio del sentido corriente en los términos.


2. Principio del contexto.
3. Principio de la conformidad con el objeto y fin del
tratado.
4. Principio de la buena fe.

1. El principio de sentido corriente de los términos. De los tres


métodos de interpretación de los tratados (teleológico, textual
objetivo orden lógico-gramatical), en el seno de la Comisión
de derecho internacional se decidió dar prioridad al textual
objetivo o lógico-gramatical. Al respecto, el artículo 31,
párrafo uno de la citada convención de Viena establece que
los tratados se interpreten conforme a su sentido ordinario
corriente, dentro del contexto del tratado. Es decir, la
interpretación no se realiza aisladamente ni en abstracto, sino
dentro del propio contexto del tratado.
El mismo artículo 31, en su párrafo cuatro formula una
excepción al principio general antes mencionado, al
establecer:

“se dará a un término un sentido especial si consta que


tal fue la intención de las partes”.
De esta forma, si las partes del tratado desean darle a
un término un sentido especial, podrán hacerlo si consta que
esa fue su intención. En este supuesto, el Tribunal de la Haya
en el asunto del estatuto jurídico de Groenlandia oriental,
1933, y en el asunto del Sáhara occidental, 1975, manifestó
que la o las partes que quieran favorecerse de una
interpretación especial tendrá que probar que esa fue la
intención de las partes en el tratado.

2. Principio del contexto. La convención de Viena, en su artículo


31, párrafo dos, menciona los siguientes componentes del
contexto de un tratado:

a) el texto, incluidos preámbulos y sus anexos.


b) Todo acuerdo que se refiera al tratado y que haya
sido concertado entre todas las partes con motivo de
la celebración del tratado.
c) Todo instrumento formulado por una o más partes con
motivo de la celebración del tratado, y aceptado por
las demás como instrumento referente al tratado.

El artículo 31, párrafo tres, ensancha la base interpretativa al


incluir, además:
a) todo acuerdo ulterior entre las partes acerca de la
interpretación del tratado o de la aplicación de sus
disposiciones.
b) Toda práctica ulteriormente seguida en la aplicación
del tratado por el cual conste el acuerdo de las partes
acerca de la interpretación del tratado.

c) Toda norma pertinente de derecho internacional


aplicable en las relaciones entre las partes.

Debe precisarse que los preámbulos, sin perjuicio del


valor normativo que pueda reconocérseles, son
especialmente estimables en la interpretación de las
disposiciones articuladas al texto, como lo señaló la Corte de
La Haya en el asunto relativo a los derechos de los nacionales
de estados unidos en Marruecos, 1952, y en el asunto de la
soberanía sobre ciertas parcelas fronterizas, 1959 entre otros.

3. Principio de la conformidad con objeto y fin del tratado. La


función interpretativa debe adecuarse al propósito que guio a
las partes a contratar. Este principio se aplica a todo el tratado
y a cualquiera de sus disposiciones. Yassen afirma que al
interpretar un tratado a la luz de su objeto y fin no disminuye el
valor del texto, pues no pueden ser fuente directa y única de
una disposición. Ellos, agrega, no son más que un elemento
entre otros, en función de los cuales deben ser examinado el
sentido susceptible de atribuirse a los términos. Así, la
Convención de Viena da prioridad a la interpretación lógico-
gramatical o textual, admitiendo como complemento de esta
la interpretación teleológica.

4. Principio de la buena fe. El derecho internacional, al igual que


los derechos internos, la buena fe se considera un principio
general como se constata frecuentemente por la doctrina y la
práctica de los estados. En materia de tratados, advierte
Rodrigo Díaz Albonico, la buena fe puede ser entendida en
dos sentidos distintos:

1. el subjetivo, en el cual significa “entre otras


condiciones, un espíritu de lealtad, de intención
recta, de sinceridad que debe predominar a nivel
conclusión del acuerdo internacional” y;

2. el objetivo, donde se considera “como un criterio


utilizable en la interpretación de situaciones jurídicas
nacidas a propósito del tratado”.

Además, la buena fe invitaría a los estados a cumplir


razonablemente con los compromisos adoptados. De esta
manera, el intérprete o el juez, al aplicar un tratado
internacional debe buscar el sentido corriente de los términos,
de forma honesta y procediendo de buena fe.

En su artículo 32 la convención de Viena dispone que podrá


acudirse a los medios complementarios de interpretación, en
particular a los trabajos preparatorios del tratado y a las
circunstancias de su celebración, únicamente si el resultado de
la interpretación realizada conforme a los principios enunciados
en el artículo 31 resulta ambigua, oscura o manifiestamente
absurda o irrazonable.

En el caso de los tratados autenticados en varios idiomas, la


convención de Viena dispone los criterios a los cuales debe
acudirse. El artículo 33 de la convención de Viena establece:
A) cuando un tratado sea autenticado en dos o más
idiomas, el texto hará igualmente fe en cada idioma,
a menos que el tratado disponga o las partes
convengan en caso de discrepancia prevalecerá
uno de los textos.

B) Una versión del tratado en idioma distinto de aquel


que fue autenticado el texto será considerada como
auténtico si el tratado así lo dispone o si las partes así
lo convinieran.
C) Se presumirá que los términos del tratado tienen en
cada texto auténtico igual sentido.

D) Salvo en el caso de que prevalezca un texto


determinado conforme a lo previsto en el párrafo 1,
cuando la comparación de los textos auténticos
revele una diferencia de sentido que no puede
resolverse con la aplicación de los artículos 31 y 32, se
adoptará el sentido que mejor concilie estos textos,
habida cuenta del objeto y fin del tratado

Así, los órganos o jueces encargados de aplicar un tratado


autenticado en varios idiomas requieren para realizar su labor de
los textos auténticos del mismo, ya que de otra forma no podrá
realizarse la interpretación del tratado, en caso de diversidad de
los términos en los textos auténticos.

LOS TRATADOS Y LOS TERCEROS ESTADOS

El artículo 2o. de la convención de Viena entiende por tercer


estado a aquel que no es parte en el tratado. A su vez, el artículo
34 de la convención de Viena establece la regla general de que
un tratado no creo obligaciones y derechos para un tercer
Estado sin su consentimiento. Un tratado puede producir efectos
jurídicos para terceros estados bien sea imponiendo obligaciones
o concediendo derechos, únicamente con el consentimiento.
Así, el artículo 35 de la misma convención establece que pueden
concederse derechos para terceros estados, los cuales se
presumirá como afectados si el Estado correspondiente no se
opone. La aceptación de un derecho por parte de un tercer
Estado implica también la aceptación de las condiciones que
para su ejercicio estén suscritas en el tratado.

ENMIENDA Y MODIFICACIÓN DE LOS TRATADOS

En el régimen de la convención de Viena la enmienda concibe


como el cambio en alguna o algunas de las disposiciones del
tratado, que afecta a todos los estados parte en cambio, la
modificación se refiere a un acuerdo celebrado entre una de las
partes, para modificar el tratado respecto de ellas igualmente.
Conforme al artículo 39 de la convención ocupa el
procedimiento de enmienda requiere el acuerdo de ambas
partes, aplicándose mucho procedimiento las normas generales
de celebración de los tratados el artículo 49 establecen unas
reglas específicas:

1. Toda propuesta de enmienda debe ser notificada a todas


las partes, las cuales tendrán derecho a participar en la
decisión acerca de la acción por tomar y en la negociación
y celebración del acuerdo de una enmienda
2. las enmiendas sólo obligan a los estados partes que las
ratifiquen, los estados parte que no ratifiquen o acepten las
enmiendas quedarán sujetos al tratado original esta
situación es igual a la prevista el artículo 30 párrafo uno de
la convención de Viena.

cabe mencionar la posibilidad de que un Estado llegue a ser


parte en el tratado después de la entrada en vigor de la
enmienda, caso en el cual el Estado que se adhiere, si no
manifiesta una intención diferente, será parte del tratado
enmendado, excepto en sus relaciones con los estados que no
han aceptado la enmienda, las cuales se regirán por las
disposiciones del tratado originario.

En lo que toca a la modificación de los tratados multilaterales,


que consiste en la celebración de acuerdo para modificar las
relaciones de una de las partes, de concurrir dos condiciones:

1. De la modificación no del disfrute de los derechos que el


tratado concede a otras partes, ni el cumplimiento de sus
obligaciones.

2. Que las disposiciones cuya modificación se solicita no sean


incompatibles en la realización del objeto y fin del tratado
en su conjunto.
Las partes interesadas deben notificar a las demás su intención
de celebrar el acuerdo y la modificación propuesta. Ejemplos de
los mismos:

1. Los que acuerdan un grupo de estados de unadeterminada


región, acuerdos regionales, en los que se establecen
reglas más avanzadas en el acuerdo General. Éste tipo de
acuerdo están expresamente autorizados por el acuerdo
original, sucede en el artículo 53 de la carta de la
Organización de las Naciones Unidas o el XXIV del (acuerdo
General de tarifas y aranceles aduaneros) GATT.

2. Tratados multilaterales obsoletos y que la modificación se


vuelve una válvula de escape; sin esta técnica, en muchos
tratados se produciría un estancamiento.

NULIDAD DE LOS TRATADOS


Las causas de nulidad son taxativas y, por tanto, un tratado no
puede impugnarse sino por los motivos enumerados en la
convención y recurriendo a los procedimientos que la misma
establece.

CAUSAS DE NULIDAD:

1. Violación de una norma de derecho interno


2. . Restringiendo los poderes del representante.
3. Error.
4. Dolo.
5. Corrupción del representante.
6. Coacción sobre el representante de un Estado.
7. Coacción sobre un estado por la amenaza o el uso de la
fuerza.
8. Incompatibilidad una norma de iuscogens.

1. violación de una norma de derecho interno. El artículo 46


dispone:

1. El hecho de que el consentimiento de un Estado en


obligarse por un tratado haya sido manifestado en violación
de una disposición de su derecho interno concerniente a la
competencia para celebrar tratados, no podrá ser alegado
por el Estado como vicio del consentimiento, a menos que
esa violación sea manifiesta y afecte a una norma de
importancia fundamental de su derecho interno.

Ante una violación manifiesta

Una violación es manifiesta si resulta objetivamente


evidente para cualquier Estado que proceda en la materia
conforme a la práctica usual y de buena fe.

Esta es una de las cuestiones más debatidas en la


bibliografía relativa al derecho internacional. Algunos
autores sostienen que no es válido el tratado celebrado en
violación a las disposiciones constitucionales. Otros, en
cambio siguen la escuela internacionalista y afirman que el
tratado es internacionalmente válido y obliga al Estado. Por
último, hay autores que sostienen tesis intermedias o
ecléctica, como es el caso Badevant.

La convención de Viena adopta una postura ecléctica toma


como punto de partida la escuela internacionalista. El
derecho internacional debe tener en cuenta sólo la
manifestación externa de voluntad del Estado y presume
que cada uno de los estados cumplirá con sus disposiciones
internas, sería muy endeble el fundamento de
obligatoriedad de los tratados frente al derecho interno, ya
que en cualquier momento podría darse la situación de que
un Estado alegará la falta de cumplimiento de sus funciones
el derecho interno a fin de soslayar los términos del tratado.

Decimos que es una posición ecléctica porque admite la


posibilidad de afectar de nulidad relativa los tratados
cuando las relaciones al derecho interno sean manifiestas y
afecte a una norma de importancia fundamental
Debe señalarse que un Estado pierde el derecho a alegar
la nulidad de un tratado si convino expresamente que el
tratado es válido o se comportó de tal manera que se
deduzca su conformidad con el mismo. Así, por ejemplo,
Argentina ratificó el pacto de la liga de las naciones sin la
previa aprobación parlamentaria, y al actuar de los órganos
de la liga de las naciones y ser elegida como miembro del
Consejo, perdió el derecho para invocar la nulidad de su
consentimiento.

2. Restricción a los poderes del representante: Si los poderes


de un representante para manifestar el consentimiento de
un Estado en obligarse por un tratado determinado han sido
objeto de una restricción específica, la inobservancia de
esa resolución por tal representante no podrá alegarse
como vicio del consentimiento manifestado por él, a menos
que la designación haya sido notificada, con anterioridad
a la manifestación de ese consentimiento, a los demás
estados negociadores.

Esta causal de nulidad se refiere a la hipótesis de un


representante del Estado que, si bien tiene poderes para
manifestar el consentimiento, estos son limitados, pese a lo
cual actúa haciendo caso omiso de tales restricciones.
Solamente cabe alegar esta causal de nulidad si la
restricción fue notificada previamente a los demás estados
negociadores.

3. Error. El artículo 48 de la convención de Viena señala:

1. Un estado podrá alegar un error en un tratado como vicio


de su consentimiento en obligarse por el tratado, si el error
se refiere a un hecho o a una situación cuya existencia
diera por supuesto ese estado en el momento de la
celebración del tratado.
2. El párrafo I no se aplicará si el Estado que se trate
contribuyó con su conducta al error o si las circunstancias
fueron tales que hubiera quedado advertido de la
posibilidad del error.
3. Un error que concierne sólo a la redacción del texto de
un tratado no afectará la validez de este.
Este artículo permite invocar el error como vicio del
consentimiento únicamente si éste recae en un hecho, en
una situación que determina al Estado a dar su
consentimiento. La jurisprudencia internacional se ha
ocupado de algunos casos en los cuales se alegó
principalmente errores geográficos, tal como ocurrió en el
asunto del templo de preah vihear, resuelto por la corte
permanente de justicia internacional. El citado tribunal
conoció del caso de Groenlandia oriental y del asunto de
las concesiones mavrommatis, caso este último en que no
se refirió propiamente a un tratado sino a una concesión,
pero sirvió para que la corte afirmaba que "el error respecto
a una cuestión que no constituye una condición del
acuerdo no basta para anular el consentimiento". Y agregó
"para viciar el consentimiento del tratado, el error a que
tenían que ver con una cuestión que a juicio de las partes
constituye una base esencial de su consentimiento en el
mismo".

La parte que invoca el error como causal de nulidad para


demostrar que no procedió a la fe y que su comportamiento
no fue negligente. Debe captarse que el error no invalida
ipso facto el tratado, sino que otorga la facultad, a la parte
que debido al error se vio inducida a consentir en el tratado,
a alegar el error como vicio del consentimiento. En efecto
será hacer nula ab initio la manifestación del
consentimiento del Estado afectado.

4. DOLO.

Otro vicio del consentimiento a que hace referencia la


convención de Viena es el dolo. El artículo 49 establece:

"si un Estado ha sido inducido a celebrar un tratado por


la conducta fraudulenta de otro Estado negociador,
podrá alegar el dolo como vicio de su consentimiento en
obligarse por el tratado."

Algunos de los participantes en la convención de Viena


hicieron notar que este artículo sería innecesario por quedar
subsumido en el caso anterior. Cabe señalar que el dolo
ciertamente causa un error, pero el error en ese caso es
provocado por una conducta fraudulenta de la
contraparte, y que aun cuando el error no sea esencial o
determinante, y medio esta conducta fraudulenta, hay
causa de nulidad.
El citado artículo 49 no contiene una definición o
descripción del dolo, por lo que corresponde definirlo a los
órganos competentes que apliquen la norma. En este caso
se empleó la expresión conducta fraudulenta como una
fórmula poco técnica a fin de abarcar cualquier falsa
declaración o acto engañoso mediante el cual un Estado
pueda ser inducido a dar su consentimiento. Respecto al
efecto de la sanción, no es el hacer que un tratado sea nulo
ipso facto, sino permitir a la parte perjudicada alegar el
dolo, si así lo desea, para invalidar su consentimiento.

5. Corrupción del representante.

El artículo 50 de la convención de Viena establece:

Si la manifestación del consentimiento de un Estado en


obligarse por un tratado ha sido obtenida mediante
corrupción de su representante, efectuada directa o
indirectamente por otro Estado negociador, aquel
Estado podrá alegar esa corrupción como vicio de su
consentimiento en obligarse por el tratado.

Este artículo fue resultado de la inquietud presentada por


varios de los miembros de la Comisión, que en la segunda
parte del séptimo período de sesiones consideraron que "la
corrupción de un representante por otro Estado negociador
desvirtúa de modo muy esencial el consentimiento que el
representante pretende expresar en nombre de su estado,
lo cual diferencia esta hipótesis del caso de dolo".

El sentido que la Comisión da este artículo se expresa muy


claramente en el párrafo 4 de su informe definitivo a la
Asamblea General, en el cual establece:

se utiliza expresamente en el artículo el término rotundo


corrupción para indicar que solamente los actos
concebidos con el propósito de ejercer una influencia
fundamental, en la disposición del representante para
concertar el tratado, pueden alegarse como vicios del
consentimiento que se supone manifiesta el representante
en nombre de su estado. La Comisión no quiere significar
con ello que en virtud del presente artículo podrá alegarse
como pretexto para invalidar el tratado cualquier pequeño
favor o cortesía a su representante con motivo de la
celebración de un tratado.

El vicio de la corrupción no tiene paralelo en el derecho


privado. En rigor, esta causal es innecesaria ya que la
corrupción cae dentro de las conductas fraudulentas; no se
trata de un vicio del consentimiento autónomo, si no de uno
de los métodos dolosos para obtener el consentimiento.

Seis. -Coacción sobre el representante de un Estado.

El artículo 51 de la convención de Viena dispone:

“la manifestación del consentimiento de un Estado en


obligarse por un tratado que haya sido obtenida por
coacción sobre su representante mediante actos o
amenazas dirigidos contra él, carecerá de todo efecto
jurídico.”

La comisión de derecho internacional de la organización de


las Naciones Unidas considera “coacción sobre el
representante a todas las formas de intimidación de que
puede ser objeto un representante, personalmente, y no
como órgano del Estado”. Cabe señalar que, si bien se
establece una causal de nulidad absoluta, lo que se anula
no es el tratado, como ocurre en los casos de los artículos 52
53, si no la manifestación del consentimiento, siempre que
se obtenga mediante coacción y cuando se haya empleado
violencia sólo contra alguna de las partes y no contra las
demás.
Siete. Coacción sobre un Estado por la amenaza o el uso de
la fuerza.
El artículo 52 establece:

“es nulo todo tratado cuya celebración se haya


obtenido por la amenaza o el uso de la fuerza en
violación de los principios de derecho internacional
incorporados en la carta de las naciones unidas”.

En el derecho internacional clásico, la guerra era un medio


de autotutela jurídica. No es sino hasta la liga de las
naciones y posteriormente con el tratado Briand kellogg
cuando se prohíbe el uso de la fuerza como medio para
solución de los conflictos o como recurso contra la
integridad e independencia de cualquier Estado.

El artículo 52 establece como sanción una nulidad no


subsanable y susceptible de ser planteada por cualquier
Estado interesado, aunque no haya sido víctima de la
coacción.

Ocho. Incompatibilidad con una norma ius cogens.

La convención de Viena define las normas ius cogens en su


artículo 53, que dice:
Es nulo todo tratado que en el momento de su celebración,
este en oposición con una norma imperativa de derecho
internacional general. Para los efectos de la presente
convención, una norma imperativa del derecho
internacional general es una norma aceptada y reconocida
por la comunidad internacional de estados ensu conjunto
como una norma que no admite acuerdo en contrario y
que sólo puede ser modificada por una normaulterior de
derecho internacional general que tenga el mismo
carácter.

Ejemplos, de este tipo de normas de acuerdo a la doctrina:


las que prohíben la guerra; el genocidio; la piratería., El
comercio de esclavos; el uso de la fuerza; las que protegen
los derechos humanos; la que obliga a resolver las
controversias por los medios pacíficos; la de no intervención;
la autodeterminación de los pueblos; la soberanía
permanente sobre los recursos naturales, la descolonización
y el sometimiento de la zona internacional de los fondos
marinos al principio del patrimonio común de la humanidad
y la norma pacta sunt servanda.

LAS CONSECUENCIAS DE LA DECLARACIÓN DE NULIDAD DE


UN TRATADO.
El artículo 44 de la convención de Viena señala que las
causas de nulidad únicamente pueden alegarse respecto
a la totalidad del tratado. No obstante, si la causa de
nulidad se refiere tan solo a determinadas disposiciones,
podrá alegarse la nulidad únicamente respecto de ellas
ocurren tres condiciones:

Uno. Que las cláusulas sean separables del resto del tratado.

Dos. Que se desprenda del tratado o conste de otro modo


que la aceptación de esas cláusulas no ha constituido
para el otro u otros estados parte una base esencial de su
consentimiento en obligarse por el tratado en su conjunto.

Tres. Que el cumplimiento del resto del tratado no sea


injusto.

TERMINACIÓN DE LOS TRATADOS

La terminación exime a las partes de seguir cumpliendo el


tratado a partir de la misma, sin afectar ningún derecho,
obligación o situación jurídica creada por el tratado
durante su periodo de vigencia. Al igual que en la nulidad,
la terminación de un tratado sólo tiene lugar por las causas
que de manera expresa menciona a la convención de
Viena, mismas que son las siguientes:

Uno. La voluntad de las partes.


Dos. Denuncia de un tratado que no contenga
disposiciones al respecto.
Tres. Celebración de un tratado posterior.
Cuatro. Violación grave de un tratado.
Cinco. Imposibilidad subsiguiente de cumplimiento.
Seis. Cambio fundamental de circunstancias.
Siete. Aparición de una nueva norma internacional de ius
cogens.

Uno. La voluntad de las partes.

La convención de Viena en su artículo 54 señala la voluntad


de las partes como causa de terminación o retirada de un
Estado parte. Esta voluntad puede constar en el mismo
tratado o bien, en caso de no preverse en el tratado,
expresarse con posterioridad

Dos. denuncia de un tratado que no contenga disposiciones


al respecto.
Un problema resuelto por la convención de Viena es el de
la posibilidad de una denuncia o retiro de un tratado que
no contenga disposiciones al respecto. El artículo 56 sólo es
posible cuando conste que fue la intención de las partes
admitir esta posibilidad o cuando puede inferirse de la
naturaleza misma del tratado. Bajo estos supuestos, el
Estado que quiera denunciar el tratado o retirarse debe dar
aviso, por lo menos 12 meses de anticipación, al resto de los
estados parte.

Tres. Celebración de un tratado posterior.

El tratado anterior sólo termina cuando se desprenda del


tratado posterior o conste de otro modo que esa es la
intención de las partes, o bien cuando la aplicación del
tratado anterior sea incompatible con el posterior.

Cuatro. Violación grave de un tratado.

Conforme la convención de Viena se entiende por violación


grave el rechazo del tratado o la violación de una
disposición esencial para la consecución del objeto y fin del
mismo. En el supuesto de que se trate de un tratado bilateral
la violación grave por una las partes faculta a la otra a
solicitar la terminación del tratado. Si se trata de un tratado
multilateral el resto de los estados parte podrán dar por
terminada la relaciones entre ellas y el Estado infractor, o
bien puede darse por terminado el tratado entre todos.

Cinco. Imposibilidad subsiguiente de cumplimiento.

Sólo pueden alegarse esta causal determinación cuando


de la imposibilidad resulta la desaparición o destrucción
definitiva de un objeto indispensable para el cumplimiento
del tratado. Tal imposibilidad de cumplimiento no puede
alegarse como causa determinación del tratado si ésta es
resultado de una violación al mismo o de otra obligación
internacional por una parte respecto a otra u otras.

Seis. Cambio fundamental de circunstancias para que


opere dicha causal determinación han de cumplirse los
siguientes requisitos:

1. Las circunstancias que se modificaron deben constituir


la base esencial del consentimiento de los estados.

2. Con la modificación de las circunstancias se habrán


de alterar radicalmente también las obligaciones que
deban cumplirse.
Siete. Aparición de una nueva norma internacional de ius
cogens.

En este supuesto el tratado es válido al inicio;


posteriormente, al aparecer una nueva norma ius cogen
con la que es incompatible, debe darse por terminado.

SUSPENSIÓN.

El artículo 57 de la convención de Viena establece:


“la aplicación de un tratado podrá suspenderse con
respecto a todas las partes o a una parte determinada:

a) conforme a las disposiciones del tratado; o

b) en cualquier momento, por consentimiento de todas las


partes, previa consulta con los demás estados
contratantes.

Además del acuerdo de voluntades como causa de suspensión


del tratado, la convención de Viena admite esta posibilidad en
los casos siguientes:
uno. Por la celebración de un tratado posterior sobre la
misma materia.

Dos. Violación grave de un tratado (artículo 60)


tres. Imposibilidad temporal de cumplir con el tratado.
Cuatro. Cambio fundamental de circunstancias.

Las consecuencias de la suspensión se encuentran previstas


por el artículo 72 de la convención de Viena.

“Consecuencias de la suspensión de la aplicación de un


tratado.

1. Salvo que el tratado disponga o las partes convengan


otra cosa al respecto, la suspensión de la aplicación de
un tratado basada en sus disposiciones o conforme a la
presente Convención:
a) eximirá a las partes entre las que se suspenda la
aplicación del tratado de la obligación de cumplirlo
en sus relaciones mutuas durante el periodo de
suspensión;
b) no afectará de otro modo a las relaciones
jurídicas que el tratado haya establecido entre las
partes.
2. Durante el período de suspensión las partes deberán
abstenerse de todo acto encaminado a obstaculizar la
reanudación de la aplicación del tratado.”

DEPÓSITO, REGISTRO Y PUBLICACIÓN DE LOS DATOS

La función del depósito de los tratados cobra importancia con la


celebración de los tratados multilaterales, que son cada vez más
frecuentes. Así, se ve la necesidad de nombrar depositario, que
normalmente es el estado sede en la conferencia internacional
donde se adopta el tratado o el principal funcionario
administrativo de los organismos internacionales.

La carta de las Naciones Unidas en el artículo 102 establece que


la falta de registro conduce a la imposibilidad de invocar el
tratado o acuerdo en cuestión, ante cualquier órgano de la ONU.
Esta regulación parece ser adecuada, al no afectar la validez del
tratado. Una vez registrados los tratados, la Secretaría de
publicarlos lo antes posible.

RECEPCIÓN DE LOS TRATADOS EN EL DERECHO INTERNO.

Los sistemas de recepción o incorporación de los tratados a los


sistemas jurídicos internos pueden clasificarse en dos grandes
grupos: los de incorporación automática y los de recepción
especial.

La recepción especial requiere una transformación del tratado,


mediante un acto de producción normativa interna (ley,
decreto, orden). Siguen este sistema estados con distintos como
el Reino Unido, Israel, Italia, entre otros.

La recepción automática no requiere ningún acto normativo


especial para la incorporación, una vez que tratados obligatorio
internacionalmente y exigiendo eventualmente la publicación
del mismo, éste se incorpora el sistema jurídico interno. La mayoría
de los países de Europa occidental y América siguen este sistema.

NORMAS EJECUTABLES Y NO EJECUTABLES

Una vez incorporados tratado, se plantea el problema de su


aplicación. Normas que por su misma naturaleza pueden ser
aplicados inmediatamente, acto legislativo posterior; otras, en
cambio, requieren un desarrollo legislativo posterior. La
estipulación un tratado se considera como culpable por sí misma
cuando es susceptible de aplicación inmediata y directa, sin que
sea necesaria una acción jurídica complementaria para su
implantación o exigibilidad. (Autoejecutividad).
No todas las normas en una convención son aceptables por si
mismas. Hay disposiciones programáticas, que no pueden ser
ejecutadas sin la acción legislativa del Estado; hay también otros
derechos que debido a su naturaleza o a la fraseología del
tratado carecen de exigibilidad inmediata por la ausencia de
normas indirectas o de otras medidas complementarias del
Estado; estas normas se denominan no ejecutables.

RECEPCIÓN DE LOS TRATADOS EN NUESTRO SISTEMA JURÍDICO

El sistema de incorporación de los tratados a nuestro sistema


jurídico es automático, ya que una vez que el tratado es
certificado internacionalmente, en el ámbito interno sólo se
requiere su publicación. El carácter ejecutivo o no de las normas
contenidas en dicho tratado tendrán que ser determinadas en
forma casuística, dependiendo de la naturaleza de las mismas.

PROCESO DE CELEBRACIÓN DE LOS TRATADOS EN MÉXICO

Por disposición de la fracción X del artículo 89 constitucional,


en el sistema jurídico mexicano la facultad y responsabilidad de
celebrar tratados internacionales corresponde al Presidente
constitucional de los Estados Unidos mexicanos. Al haber optado
por un sistema de gobierno presidencialista necesariamente llevó
a depositar esta conclusión, que es de naturaleza ejecutiva, en
quien jurídicamente y hecho es titular de la función de hacer y
actuar.

El Senado, como órgano colegiado, carece de la función


de asesoría que se le reconoce en el sistema estadounidense; se
limita a aprobar o reprobar los tratados una vez que ellos han sido
negociados por el presidente de la República (artículo 76,
fracción I).

La facultad para celebrar tratados es indelegable mediante


ley, decreto, acuerdo, orden, poder, etcétera. Sin embargo, si la
facultad de celebrar tratados internacionales es indelegable, ello
no impide que pueden negociar tratados el ministro de
Relaciones Exteriores o embajadores plenipotenciarios.

Con vista al principio de legalidad, no es suficiente que


alguien sea nombrado secretario de Relaciones Exteriores para
suponer que goza de la facultad para celebrar tratados; el solo
goza de las facultades previstas expresamente mediante la ley y
los plenos poderes que de manera particular se le otorgue para
la negociación de un tratado.
No puede pasar inadvertido el hecho de que el cargo de
secretario relaciones exteriores es un nombramiento que el
Presidente de la República puede ser libremente, que no requiere
aprobación mortificación; pero, en cambio, si se exige la
aprobación del Senado o de la Comisión permanente en el caso
de ministros, agentes diplomáticos y cónsules generales.

1.- ¿Define el derecho internacional público?


Es le conjunto normativo destinado a reglamentar las
relaciones entre los sujetos internacionales.
2.- ¿En qué año henrich Tripel publica las relaciones de ambos
ordenamientos y cuáles son los 2 ordenamientos?
En el año 1989
Derecho internacional y derecho interno

3.- ¿Cuáles son las 3 vertientes básicas con sus variantes?


Tesis dualista
Las monistas
Y las coordinadas
4.- ¿Que es el Dualismo, el Monismo, Monismo internista,
Monismo internacionalista?
Dualismo: que el derecho internacional publico-interno de los
estados son ordenes jurídicos distintos e independientes.
El monismo: la unidad de ambas ramas juridcas en un solo
sistema jurídico. esta tesis es relacionada a lo de Kelsen, y se
divide en dos la internista y la internacionalista
Internista: se basa en que históricamente el derecho
internacional es posterior al derecho inrterno.
Internacionalista: esta interno esta subordinado al derecho
internacional.
5.- ¿Cuáles son las fuentes de Derecho internacional?
Art. 38 e.c.i.j
Son 4
a.- las convenciones internacionales
b.- la costumbre internacional
c.- los principios generales
d.- las decepciones judiciales

6.- ¿Cuáles son los 3 Requisitos conforme a la convención de


Viena?
1.- tratado celebrado entre otros
2.- por escrito
3.- regidos por el derecho
7.- ¿Los acuerdos celebrados entre el estado y un particular
que es?

8.- ¿las etapas en los procesos de celebración de los tratados


son?
1.- negociación
2.- adopción del texto
3.- autenticación del texto
4.- manifestación del consentimiento

9.- ¿Que es manifestación del consentimiento?


Es el acto por el cual los estados se obligan a cumplir el tratado.
10.- ¿Cuáles son las formas de manifestación del
consentimiento?
La firma
El canje de instrumentos que constituyen en un tratado
La ratirifacion
La aceptacion
La aprobación
La adhesión
11.- ¿Quiénes son los órganos competentes para celebrar
tratados?

12.- ¿Qué significa RESERVA?


Es una declaración unilateral, cualquiera que sea su grado su
denominación, hecha por un estado al firmar, ratificar, aceptar
o aprobar un tratado o adherirse a el.

14.- ¿Cuáles son los únicos casos que no se pueden formular


reserva?
R = 1. Cuando están prohibidas expresamente por el tratado.
2. Cuando no se encuentren dentro de las permitidas por un
tratado.
3. Cuando el tratado es omiso al respecto. En este caso las
reservas sólo se admiten cuando no son contrarias al objeto y
fin del tratado en cuestión.

15.-¿Cuando entra en vigor el tratado y su aplicación?


R = “un tratado entrará en vigor de la manera y en la fecha en
que en el disponga o que acuerden los estados negociadores”.

17.- ¿ En qué artículo se encuentra la observancia de los


tratados y su aplicación?
R = El principio básico que rige la observancia de los tratados
es el enunciado en el artículo 26 de la convención de Viena:

“todo tratado en vigor obliga a las partes y debe ser cumplido


de buena fe (pacta sunt servanda).”

18.- ¿ Cuáles son los 4 principios que se aplican en la


interpretación de los tratados ?
R = 1. Principio del sentido corriente en los términos.
2. Principio del contexto.
3. Principio de la conformidad con el objeto y fin del
tratado.
4. Principio de la buena fe.
19.- ¿Quien son los terceros Estados en los tratados?
R = El artículo 2o. de la convención de Viena entiende por
tercer estado a aquel que no es parte en el tratado.

20.- ¿Que es enmienda?


R = el cambio en alguna o algunas de las disposiciones del
tratado, que afecta a todos los estados parte en cambio.

21.- ¿Causas de nulidad?


R = CAUSAS DE NULIDAD:
1. Violación de una norma de derecho interno
2. . Restringiendo los poderes del representante.
3. Error.
4. Dolo.
5. Corrupción del representante.
6. Coacción sobre el representante de un Estado.
7. Coacción sobre un estado por la amenaza o el uso de la
fuerza.
8. Incompatibilidad una norma de iuscogens.
22.- ¿Que es ius cogens?
R = es una norma aceptada y reconocida por la comunidad
internacional de estados en su conjunto como una norma que
no admite acuerdo en contrario y que sólo puede ser
modificada por una norma ulterior de derecho internacional
general que tenga el mismo carácter.

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