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Rasgos Tiempo de Silencio

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MARTÍN SANTOS: TIEMPO DE SILENCIO (1962) NOVELA EXPERIMENTAL

RESUMEN DEL ARGUMENTO: bajo la forma de 65 secuencias (intercalando intervenciones del narrador omnisciente
con monólogos interiores), pero siempre respetando el orden cronológico del relato, se cuenta lo siguiente.

Madrid, finales de los años 40, período de miseria física y moral en la posguerra. Pedro, médico investigador que se
ocupa de buscar a través del estudio de los ratones de Illinois de buscar una cura para el cáncer, vive en una pensión
propiedad de una anciana viuda de un militar de la guerra de Filipinas, madre de Dora y abuela de Dorita (hija que
tuvo de soltera Dora). Con Pedro colabora laboralmente Amador. Cuando todos los ratones illinoicos mueren sin
descendencia, para evitar el fracaso del proyecto de laboratorio, este Amador propone a Pedro traer los roedores de
la chabola de un pariente suyo llamado el Muecas. Éste había robado previamente en el mismo laboratorio
ejemplares de este tipo de ratones y los había criado en su humilde residencia al calor corporal de sus dos hijas
adolescentes y su sometida e ignorante esposa, familia que comparte incluso la cama en una repugnante
promiscuidad. Mientras Pedro va conociendo a esta familia, parte del estrato sociocultural más marginal de la España
de la época (emigrantes manchegos que se instalan en la periferia de la capital y sobreviven con trabajos poco limpios
y mal pagados), estrecha relaciones con Dorita bajo la complaciente mirada de su abuela y madre, respectivamente;
además, se codea y asiste a fiestas y burdeles con su amigo de clase social alta, Matías . Una noche, tras volver de una
juerga se acuesta con Dorita y, minutos más tarde, es requerido por el Muecas para que asista a su hija mayor
Florita, de 18 años que se encuentra en peligro de muerte. Pedro acude a la chabola sin saber que allí está la joven
agonizando tras habérsele practicado un aborto por parte de su padre (dándole golpes a la panza de la muchacha);
por cierto, es el padre de la criatura que espera su hija. Cuando nuestro protagonista llega, no puede reanimar a
Florita y esta muere. Pedro regresa a la pensión desolado. Días más tarde, recibe la información de que va a ser
detenido por llevar a cabo un aborto (ilegal en la época) que causó un fallecimiento. Huye con la ayuda de su mejor
amigo y se esconde temporalmente en el burdel que frecuenta. Allí, es detenido tras un seguimiento policial y
acusado del crimen. La madre de la muchacha fallecida exculpa al médico y es liberado. Entretanto, el Cartucho, a la
sazón novio de Florita (y delincuente que ya asesinó a un hombre en el pasado y que maltrataba a su antigua novia
porque le exigió responsabilidad por el hijo que esperaba de él), considera que Pedro es el responsable no sólo de la
muerte de su “chica” sino también de haberla dejado embarazada y, por ello, promete venganza. Esta se cumple
cuando, tras abandonar la prisión Pedro, éste sale a celebrar con su novia Dorita su liberación (a pesar de que ha sido
despedido de su trabajo por todo este asunto) y futura boda en una verbena. En ese lugar, el Cartucho asesina a
puñaladas a la muchacha. La obra culmina con la marcha de Pedro de Madrid para ser médico rural.

RASGOS CARACTERÍSTICOS DE LA NOVELA EXPERIMENTAL / DE MARTÍN SANTOS

1. Temas propios de la novela del Realismo social de los años 50: la miseria económica, social, cultural y moral de la
España de Posguerra, la insolidaridad humana, la rígida división de las clases sociales, la denuncia de los abusos
policiales, la deplorable condición femenina y el machismo…

2. Técnica narrativa: el monólogo interior (el pensamiento de los personajes fluye libremente, mezclando ideas,
elementos…). En Tiempo de silencio, hay dos monólogos interiores de la dueña de la pensión, tres del protagonista
(inicio, cierre y en calabozos), uno del Cartucho y otro muy innovador en el que se alternan las voces narrativas del
policía que investiga al protagonista, el Cartucho, Matías y Amador en su camino hacia el prostíbulo donde se halla
Pedro (perspectivismo). Se mezclan estos diversos narradores con el tradicional u omnisciente.

3. Vocabulario científico-técnico (del campo de la medicina), plagado de alusiones literarias y filosóficas, cultismos y
latinismos, léxico que en algunos pasajes se combina con el registro coloquial (incluso vulgar con gitanismos e
insultos, por ejemplo) propio de la clase sociocultural de algunos de los personajes (como en los monólogos interiores
de El Cartucho o en las intervenciones de El Muecas.

4. Estilo: complejidad sintáctica (oraciones subordinadas con períodos muy largos, enumeraciones…).

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MARTÍN SANTOS: TIEMPO DE SILENCIO (1962) NOVELA EXPERIMENTAL

5. Dentro del estilo, se observan muchas reminiscencias del estilo valleinclanesco en su etapa del esperpento: se
describe un recorrido por diversos ambientes de la ciudad de Madrid (tabernas, prostíbulos, cabaret, laboratorio,
círculos de élite cultural, pensión, chabola, calabozos…) que recuerda al de Max y don Latino, se recogen casos de
animalización y cosificación de personajes y, desde luego, la combinación de registros de la que ya hemos hablado en
el punto 3.

6. Riqueza en el uso de recursos literarios destacando la comparación, la anáfora, la metáfora y, sobre todo, la
ironía. Se consigue el efecto irónico describiendo realidades míseras o vulgares con un lenguaje sofisticado, recargado
y lleno de circumloquios.

- Identifique en el siguiente fragmento rasgos característicos de la novela experimental de los años 60. Ponga
ejemplos.

Texto 1

Muecas allí estará con su nueva cepa conseguida tras alta reflexión, tras cálculos de coeficientes, del crossing-
over y determinación de mapas génicos. Tras implantación de cromómeros en glándulas salivales y reimplanto en las
importantes por donde la vida es transmitida. Amador sabe que Muecas tiene MNA. El Illinois importado no ha de
haberse perdido del todo. Tras el transporte en cuatrimotor o tal vez bimotor a reacción, con seguro especial y paga de
prima y examen con certificado del servicio veterinario de fronteras de los EEUU, ha venido luego el transporte a manos
del Muecas, en una caja de huevos vacía, hasta su chabola particular, donde sus dos hijas -una de dieciséis años y otra
de dieciocho- ninguna de las dos rubias, ninguna de las dos con dieta adecuada durante la gestación en vientre
toledano, crían también cepas. De ahí surgirá tal vez la nueva posibilidad de que el cáncer inguinal no sea inguinal, sino
axilar. De que no sea de estirpe ectodérmica sino mesodérmica. De que no sea sólo mortal para el ratón y para la rata,
sino que casualmente inoculado durante la cría poco cuidadosa a las dos «a Toledo ortae» muchachas no rubias, que
entre cuidados médicos poco hábiles y falta de una operación, precoz por error de diagnóstico perezcan, dando origen a
una autopsia que el padre alarmado y haciendo muecas de terror ante su posible también contagio, autorice y se
descubran en sus axilas e ingles tumefactas, a pesar de su virginidad pregnantes, crecidas gruesas tumoridades,
secretoras de toxinas que paralicen los débiles cerebros y dentro de las que -¡oh milagro!- a despecho de la naturaleza
aparentemente hereditaria de la cepa illinoica, un virus, un virus recognoscible incluso en los defectuosos microscopios
binoculares de que gozamos gracias al paso del viejo señor de la barba y del que hemos obtenido, cultivándolo en
repetidos pases en ovario de muchacha tolédica mal nutrida de la que la madre careció de proteínas mientras portaba el
vientre, una vacuna aplicable con éxito a la especie humana.

Tiempo de silencio, Martín Santos

Respuesta: Este fragmento es un ejemplo de narrativa experimental como demuestran los siguientes rasgos: en
primer lugar, es un monólogo interior en el que se mezclan de manera atropellada los pensamientos del personaje
protagonista (el asunto de los ratones con la observación de lo que hace Amador y reflexiones sobre el Muecas); por
otra parte, la abundancia de un vocabulario científico-técnico muy especializado( así tecnicismos médicos como
“cronómeros”, “MNA”, “ectodérmica”, “mesodérmica”, “inguinal”,); además, observamos la complejidad sintáctica que
se concreta en la extensión de las oraciones con multitud de subordinadas (el ejemplo más característico lo
encontramos en las líneas finales, desde “de que no sea sea sólo mortal…” hasta el final ) ; por último, señalaremos la
presencia de la ironía, que se consigue casi siempre describiendo realidades vulgares con un léxico en exceso
recargado y de sintaxis complicada ( “las dos “a Toledo ortae” muchachas no rubias” o “en ovario de muchacha
tolédica mal nutrida” en alusión a las hijas adolescentes del Muecas que son originarias de Toledo).

Texto 2

“A mí no me la dan con queso. Por éstas que me las paga. Todavía no sabe ese con quién se va a encontrar”

“Y tan simpático que es, que lo único que le gusta es estar mirando por el micro a los ratones. Ese es todo su vicio. Y
estarles hurgando los intestinos donde les salen los bultos esos (...)”

“Fortuna audentesiuvat, pero perseverare diabolicum”

2
MARTÍN SANTOS: TIEMPO DE SILENCIO (1962) NOVELA EXPERIMENTAL

“ Y me está viniendo y ese tío que no para. Me tomaré una píldora. Y luego dirán que el opio no es bueno, que es droga
y que intoxica. Pero si no fuera por el extracto tabaico qué sería de mí (…) A mí me debían trasladar a un clima
templado Málaga o Alicante...lo malo es el piso. No puedo dejar aquí a la mujer y ponerme de patrona (…)

Respuesta:Los rasgos propios del experimentalismo narrativo que se pueden recoger en el pasaje anterior serían la
presencia del monólogo interior (!a mí no me dan”, “a mí me debían trasladar”, “no puedo dejar”), en este caso de
cuatro personajes diferentes (el cambio de voz narrativa viene marcado por las comillas) con lo cual se da la técnica
del perspectivismo. Dichos puntos de vista se diferencian, además, porque recogen registros distintos conforme a la
clase sociocultural de cada personaje (así las expresiones amenazantes y frases hechas propias del nivel vulgar del
primer interviniente (“me las paga”, “a mí no me la dan con queso”), los coloquialismos del segundo (“hurgando” o la
apócope “micro”), los latinismos del tercero y el lenguaje pretendidamente culto del último (“extracto tabaico”).

Texto 3

La muchacha, en lugar de en la posición arriba indicada más favorable para provocar la expulsión del contenido
uterino, yacía de lado en el jergón y con el cuerpo engatillado. Sus gritos dotados de sentido habían ido haciéndose más
débiles conforme aumentaba la pérdida de líquidos vitales a lo largo de las horas transcurridas desde que la operación
iniciada por el mago de la aguja tuvo su insatisfactorio comienzo. Este mago debía haber equivocado la trayectoria del
instrumento punzante, o tal vez de la punta del mismo, a causa de su excesivo uso, había perdido la eficacia tantas
veces demostrada. Era también posible que su excesiva juventud diera, tanto a los tejidos propios como a sus
productos, una consistencia o una elasticidad diferentes de las acostumbradas. O bien que la contracción de la matriz,
otras veces suficiente para el desembarace de las atribuladas hembras, esta vez sólo sirviera para dilatar las venas
perdedoras de sangre y para hacerla sentir los rítmicos dolores que sus espaciados gritos indicaban. El hecho es que el
mago cariacontecido y hasta quizá algo avergonzado, había renunciado a toda actividad terapéutica y afirmaba
simplemente que la naturaleza debía seguir su curso, como cualquier médico famoso del siglo XVII.

Texto 4

Sonaba el teléfono y he oído el timbre. He cogido el aparato. No me he enterado bien. He dejado el teléfono. He
dicho: “Amador”. Ha venido con sus gruesos labios y ha cogido el teléfono. Yo miraba por el binocular y la preparación
me parecía poder ser entendida. He mirado otra vez: “Claro, cancerosa”. Pero, tras la mitosis, la mancha azul se iba
extinguiendo. “También se funden estas bombillas, Amador”. No; es que ha pisado el cable. “¡Enchufa!” Está hablando
por teléfono. “¡Amador!” Tan gordo, tan sonriente. Habla despacio, mira, me ve. “¡No hay más” ¡Se acabaron los
ratones! El retrato del hombre de la barba, frente a mí, que lo vio todo y que libró al pueblo ibero de su inferioridad nativa
ante la ciencia, escrutador e inmóvil, presidiendo la falta de cobayas.

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