Cancer de Vulva 2
Cancer de Vulva 2
Cancer de Vulva 2
DEFINICION
El cáncer de vulva lo podemos definir como una neoplasia maligna poco frecuente.
La cual es un tipo de cáncer que afecta la superficie externa de los genitales
femeninos.
EPIDEMIOLOGÍA
Con una incidencia de 1-2 casos por 100.000 mujeres/año,
85% de los casos son carcinomas escamosos, entre otros tumores malignos de la
vulva se describen melanomas (5%), carcinomas verrugosos, carcinomas de la
glándula de Bartholin (1,2%) y uretrales, carcinomas basocelulares (1,5%),
carcinomas de células de Merkel, adenocarcinomas de tipo mamario, tumores
mesenquimatosos (sarcomas, 3%), como por ejemplo el angiomixoma agresivo y
carcinomas indiferenciados, entre otros.
FACTORES DE RIESGO
1. El hábito tabáquico es un factor de riesgo para el cáncer de vulva. La
combinación de este con lesiones vulvares conlleva un fuerte incremento en el
riesgo relativo de padecer esta enfermedad.
2. Las pacientes tratadas con agentes inmunosupresores presentan un aumento
del riesgo de desarrollar neoplasias intraepiteliales del tracto genital y, por tanto,
un aumento del riesgo de desarrollar cánceres en estas localizacione.
3. Factores ginecológicos:
b. Ciertos serotipos del VPH, como 16, 18, 31, 33, 35 y 51, particularmente los dos
primeros, se han relacionado con el cáncer genital. En vulva predomina casi de
forma exclusiva VPH 16. La presencia de verrugas genitales y/o de infección por
genotipos VPH que tienen que ver con ellas se han asociado en un 3-17% con los
carcinomas vulvares y en un 50-77% con tipos histológicos especiales, como
carcinomas verrugosos y condilomatosos.
D. El liquen escleroso (LE) es una dermatosis crónica con cierto potencial maligno
(al igual que casi todos los procesos inflamatorios crónicos). Se asocia a cáncer
vulvar en el 2-5% de los casos, aunque no se puede considerar per se una
auténtica lesión preneoplásica.
Aspecto microscópico de un carcinoma bien diferenciado de células escamosas grandes, con
citoplasma abundante y eosinófilo, con formación de perlas córneas.
El carcinoma escamoso asociado a infección por VPH está causado por los
mismos VPH oncogénicos causantes del carcinoma de cérvix, en particular el tipo
16. Es menos frecuente, y representa únicamente entre una tercera y una quinta
parte de todos los carcinomas escamosos de la vulva.
Histológicamente, los carcinomas relacionados con VPH son de tipo basaloide o
condilomatoso, pero en ocasiones pueden ser de tipo queratinizante. Con
frecuencia se asocian o están precedidos por neoplasia vulvar intraepitelial de tipo
usual, que presenta también una morfología basaloide o condilomatosa.
Las pacientes con cáncer de vulva que presentan una amplificación del
gen EGFR lo hacen de forma independiente de la infección por el VPH de alto
riesgo. Asimismo, se ha observado que estas pacientes experimentan una
acusada disminución de la supervivencia, así como una asociación con las
metástasis de los ganglios inguinales.
PROGRESIÓN Y DISEMINACIÓN
El cáncer de vulva se disemina por los mecanismos clásicos de crecimiento local y
extensión a órganos adyacentes, ganglios linfáticos regionales y, en menor
medida, diseminación hematógena a sitios distantes.
Cualquier diseminación
más allá de los ganglios
inguinofemorales se considera metástasis a distancia. Los tumores laterales
suelen drenar a su ingle ipsilateral, pero existen anastomosis que hacen posible
que el drenaje de una zona pueda llegar al lado opuesto.
CLÍNICA Y DIAGNÓSTICO
Las pacientes afectadas de carcinoma de la vulva manifiestan como primer
síntoma el prurito (80% de los casos), tumoración (45%), dolor (25%), ulceración-
sangrado (15%), disuria (10%) y masa inguinal (3%).
Las pacientes deben ser sometidas a una exploración visual detenida, a poder ser
con lupa luminosa (o mediante vulvoscopia), para detectar cambios de color (roja,
blanca, pigmentada) o pequeñas lesiones erosivas/ulceradas o sobreelevadas
(maculares, exofíticas).
ESTUDIO DE EXTENSIÓN
En el estudio de extensión, y como ayuda a la estadificación, se recomienda
realizar una historia clínica completa y examen físico, evaluación del cuello uterino
y la vagina, radiografía de tórax, analítica completa, electrocardiograma,
tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM) de la pelvis y la
ingle, ecografía inguinal y, en determinadas pacientes con sospecha de extensión
a otros órganos, cistoscopia y/o rectosigmoidoscopia.
La RM, por su alta resolución anatómica de las estructuras perineales, permite una
adecuada valoración de la extensión local del cáncer de vulva y ayuda en la
valoración de los ganglios inguinales, por lo que constituye una herramienta
adecuada y cada vez más utilizada para un correcto estadiaje del carcinoma de
vulva previo a la cirugía.
estadificación del cáncer de vulva sigue los parámetros marcados por la FIGO y la
clasificación TNM, basados en criterios anatomoquirúrgicos.
PRONÓSTICO
La mayoría de los autores avalan que la estadificación quirúrgica es uno de los
mejores determinantes de la supervivencia. Todos los estudios coinciden en que la
afectación linfática es el factor pronóstico más importante.
El mal pronóstico se asocia a las metástasis inguinales bilaterales, la invasión
extracapsular y número y tamaño de los ganglios afectados.
La supervivencia específica por enfermedad es similar para las pacientes con dos
o tres ganglios metastásicos (supervivencia específica a los 5 años del 62%), pero
es significativamente mejor en pacientes con solo un ganglio positivo
(supervivencia específica a los 5 años del 77%).
la supervivencia es mucho menor para las pacientes con cuatro o más ganglios
positivos (28% a los 5 años).
Existe una relación entre el tamaño del tumor y la afectación ganglionar: con
tamaño inferior a 1 cm, la afectación ganglionar puede alcanzar el 13%, y con
tumores de 3,1-4 cm llega hasta el 36%.
Otros factores que cabe tener en consideración en relación con el pronóstico son
el grado tumoral, la edad o la presencia de márgenes positivos. Probablemente,
en un futuro cercano incorporaremos factores moleculares (mutaciones p53,
HER2/neu, sobreexpresión de factores de crecimiento, EGFR y de angiogénesis, y
VEGF).
PRINCIPIOS DE TRATAMIENTO
El tratamiento del cáncer de vulva sigue unas directrices generales, pero en cierto
modo debe adaptarse a cada caso. En general, la cirugía es la primera opción
ante enfermedad locorregional, pero no hay una única operación estándar.
Todas las pacientes con lesiones en estadio FIGO IB o II o cualquier tumor con
más de 1 mm de invasión del estroma tienen que ser sometidas a valoración
inguinal anatomoquirúrgica. La linfadenectomía inguinofemoral ipsilateral al tumor
(bilateral en tumores que afectan la línea media o que llegan a 1 cm de esta) es el
procedimiento estándar inicial.
Disección inguinofermoral
En cuanto al procedimiento de la disección inguinal en la linfadenectomía
completa, se ha recomendado que deben ser extirpados ambos ganglios,
inguinales y femorales, dado que la sola disección de los ganglios inguinales está
asociada con una más alta incidencia de recurrencias inguinales.
El pronóstico es pobre (rango del 10 a 63% a los 5 años), siendo peor que el de
los melanomas cutáneos. La recurrencia varía del 42 al 70%.
El estado clínico
del
3. Metástasis distantes.
Para las lesiones adenoquísticas, la escisión radical sola puede ser el tratamiento
adecuado, con radiación local adyuvante recomendada para márgenes positivos o
invasión perineural.
Enfermedad de Paget
Es una lesión predominantemente intraepitelial, pero, en ocasiones, puede estar
asociada con un adenocarcinoma subyacente.
Las lesiones que afectan o se extienden hacia la uretra o el ano pueden presentar
dificultades para el tratamiento, y pueden requerir terapia con láser.