MITOLOGÍA
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MITOLOGÍA
Augusto Monterroso
Hace muchos años vivía en Grecia un hombre llamado Ulises (quien a pesar de ser bastante sabio era muy astuto), casado con
Penélope, mujer bella y singularmente dotada cuyo único defecto era su desmedida afición a tejer, costumbre gracias a la cual
pudo pasar sola largas temporadas.
Dice la leyenda que en cada ocasión en que Ulises con su astucia observaba que a pesar de sus prohibiciones ella se disponía una
vez más a iniciar uno de sus interminables tejidos, se le podía ver por las noches preparando a hurtadillas sus botas y una buena
barca, hasta que sin decirle nada se iba a recorrer el mundo y a buscarse a sí mismo.
De esta manera ella conseguía mantenerlo alejado mientras coqueteaba con sus pretendientes, haciéndoles creer que tejía
mientras Ulises viajaba y no que Ulises viajaba mientras ella tejía, como pudo haber imaginado Homero, que, como se sabe, a
veces dormía y no se daba cuenta de nada.
La sirena inconforme
Augusto Monterroso
Usó todas sus voces, todos sus registros; en cierta forma se extralimitó; quedó afónica quién sabe por cuánto tiempo.
Las otras pronto se dieron cuenta de que era poco lo que podían hacer, de que el aburridor y astuto Ulises había empleado una
vez más su ingenio, y con cierto alivio se resignaron a dejarlo pasar.
Ésta no; ésta luchó hasta el fin, incluso después de que aquel hombre tan amado y deseado desapareció definitivamente.
Pero el tiempo es terco y pasa y todo vuelve.
Al regreso del héroe, cuando sus compañeras, aleccionadas por la experiencia, ni siquiera tratan de repetir sus vanas
insinuaciones, sumisa, con la voz apagada, y persuadida de la inutilidad de su intento, sigue cantando.
Por su parte, más seguro de sí mismo, como quien había viajado tanto, esta vez Ulises se detuvo, desembarcó, le estrechó la mano,
escuchó el canto solitario durante un tiempo según él más o menos discreto, y cuando lo consideró oportuno la poseyó
ingeniosamente; poco después, de acuerdo con su costumbre, huyó.
De esta unión nació el fabuloso Hygrós, o sea “el Húmedo” en nuestro seco español, posteriormente proclamado patrón de las
vírgenes solitarias, las pálidas prostitutas que las compañías navieras contratan para entretener a los pasajeros tímidos que en
las noches deambulan por las cubiertas de sus vastos trasatlánticos, los pobres, los ricos, y otras causas perdidas.
Silencio de sirenas
Marco Denevi
Cuando las Sirenas vieron pasar el barco de Ulises y advirtieron que aquellos hombres se habían tapado las orejas para no oírlas
cantar (¡a ellas, las mujeres más hermosas y seductoras!) sonrieron desdeñosamente y se dijeron: ¿Qué clase de hombres son
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estos que se resisten voluntariamente a las Sirenas? Permanecieron, pues, calladas, y los dejaron ir en medio de un silencio que
era el peor de los insultos.
FIN
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a) ¿Por qué Aquiles decide volver a participar de la guerra? ¿Qué hace su madre Tetis para ayudarlo
en ese regreso?
b) ¿A quién le pidió olvidar rencores Aquiles antes de volver a la batalla? ¿Cómo reaccionó ese
personaje?
d) ¿Por qué el río Janto se transfigura en hombre ante Aquiles? ¿Cómo le responde el héroe griego
2- Señalá tres frases que caractericen a Aquiles como héroe de su ejército. Luego, explicá qué
3- Explicá la siguiente oración del texto: “Te aconsejo que vuelvas a tu ejército antes de que sufras
5- Seleccioná y transcribí un momento en que el destino de Aquiles parezca guiado por las acciones
de los dioses.
6- Señalá qué virtudes o valores revela Aquiles en el siguiente fragmento del texto: “Ojalá muera
adecuadamente tu respuesta.
7- ¿Por qué pensás que la historia de Troya sigue leyéndose, adaptándose al cine y a los videojuegos?
10-Explicá el rol de los dioses en la epopeya homérica y aportá una cita para explicar en qué sentido
están antropomorfizados.
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