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Tema 4 Arq Eg Necrop

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TEMA 4. ARQUEOLOGÍA DE LA MUERTE EN EGIPTO (2).

REINO NUEVO. DINASTÍAS XVIII-XX:


Las necrópolis tebanas se utilizan de forma muy intensa en el Reino Nuevo, se
puede hacer una diferenciación entre los cementerios reales y los cementerios
privados. Las tumbas de los reyes de los cementerios reales se identifican con una sigla
alfanumérica (KV-QV-WV), más un número que establecen los egiptólogos según se
registran, y entre los cementerios destacan el Valle de los Reyes (para los monarcas), el
Valle de las Reinas (para las reinas y príncipes muertos en edad temprana) y el Valle
Occidental donde hay pocas tumbas. De las tumbas privadas destacan, Dra Abul el-
Naga, El Juja, Assasif, Qurnet Murrai, Seij Abd el-Gurna y Deir el-Medina. Se
establecían en zonas áridas y tienen topónimos árabes porque se establecen en dichas
áreas.

Plano necrópolis tebanas.

Comenzando por el valle Occidental, WV (West Valley), es una necrópolis real


del Reino Nuevo en la que apenas se encuentran tumbas. Suelen ser de la XVIII
dinastía, como la de Amenhotep III y la de Ay.

Zona Occidental de Tebas.


El Valle de los Reyes, KV (King´s Valley), es la necrópolis donde están enterrados
la mayoría de los monarcas de la XVIII dinastía y de las dinastías ramésidas, es decir, la
XIX y XX.

No se han encontrado las tumbas de los primeros monarcas de la XVIII dinastía,


y es a partir de Tutmosis II cuando empieza a haber actividad en el Valle. Sin embargo,
hay ciertas dudas de si este faraón realmente se enterró ahí y si la tumba que se le
atribuye es verdaderamente suya. A partir de entonces, los monarcas sucesores se
entierran en dicho lugar, a excepción de algunos que se entierran en el Valle
Occidental. Hay otros personajes importantes y cercanos al rey a los que se les
permitió enterrarse en dio lugar del mismo modo.

Los árabes llamaban a este valle Biban el-Muluk, "Las Puertas de los Reyes",
debido a las puertas de las tumbas ramésidas. Por su parte, los egipcios en época
faraónica lo llamaban tasetaa, “El Gran Lugar”.

Las tumbas que fueron construidas durante la XVIII dinastía estaban muy
disimuladas en el paisaje, ya que eran excavadas en la montaña, a las que se accedía
por un camino escalonado. Tiene un eje acodado. El camino es escalonado, y hay
pasillos descendentes con una serie de salas hasta llegar a la cámara funeraria. Los
egipcios entendían que ese camino que se recorría por la tumba en el interior de la
montaña es el camino de luz que el rey muerto recorre, y que gracias a los rituales
realizados desde el umbral de la tumba hasta la cámara funeraria sufre unas
metamorfosis, que hace que ese cadáver se identifique con Osiris y, una vez llega a la
cámara funeraria, sea recibido por un conjunto de dioses. Tras esto, se asimila a Re, y
pasa a formar parte de ese colectivo de antepasados reales. En estas tumbas hay un
espacio donde hay un pozo muy profundo del que se desconoce la función, aunque se
cree que podría ser para evitar que las grandes coladas que entrarían con lluvia
llegaran a la cámara funeraria o que fuesen para evitar la entrada de ladrones.

Valle de los Reyes, “El Gran Lugar”.


Plano tumbas del Valle de los Reyes.
Destaca la tumba de Tutmosis III, la KV 34. Las paredes no son perfectamente
rectas, sino que están casi abovedadas, pero tampoco es un abovedado perfecto. Una
vez es depositado el cadáver en la cámara funeraria, aquellas personas que salen de
nuevo al exterior tienen que ir tabicando cada una de las salas, quedando la salida
oculta para que ladrones no supieran por dónde tenían que ir. Se desconoce el motivo
de la forma acodada de la tumba. Se cree que se ha intentado representar la
topografía que correspondería al mundo del más allá, de la que hay muchas
referencias en los textos. Otra teoría, consiste simplemente excavaron por donde
resultaba más sencillo, pero sería mucha casualidad que siempre acabaran teniendo el
mismo aspecto.

Plano tumba de Tutmosis III, KV 34.

Entrada, pasillo e interior de la tumba de Tutmosis III, KV 34.


Los programas iconográficos que aparecen en estas tumbas son muy
esquemáticos, que recuerdan a lo que podría aparecer en un papiro escrito. En estas
tumbas se da el primer libro funerario dedicado a la eternidad de los reyes, el Amduat,
que relata las horas del más allá, las horas oscuras del sol que recorre el interior de la
tierra. En todas esas horas el faraón tiene una serie de dificultades que tiene que
superar en la barca de Re.

Pinturas esquemáticas, tumba de Tutmosis III, KV 34.

A finales de la Dinastía XVIII destaca la tumba Horemheb, la KV 57. En ella se


aprecia un cambio significativo en las decoraciones, y se caracteriza por ser rectilínea,
parecida a la de Ay en el Valle de Occidente. Este tipo de tumba es el que se impone en
la dinastía ramésida. Siguen la misma estructura, con las diferentes cámaras y un pozo,
siguiendo ese camino de luz. Sin embargo, ahora las paredes son perfectamente
rectas, al igual que el techo, y en vez de tabicar las salas, se cierran con unas puertas,
seguramente con un cerrojo, hasta llegar a la puerta principal. Los textos siguen la
tradición del Amduat, pero se incorporan nuevos elementos, surgiendo nuevos textos
e incluso algunas imágenes del Libro de los Muertos, libro, que recogía ciertos rituales
que se aplicaban solo a la clase dirigente, no a los faraones. Sin embargo, los faraones
también hacían uso de él por precaución. En la tumba, se aprecia un cambio
significativo en las decoraciones, encontrándose numerosos detalles. Las figuras
representadas en la decoración dejan de ser tan esquemáticas para ser más definidas.
Decoración tumba de Horemheb, KV 57.

En la tumba ramésida de Ramsés VI, la KV 9, el techo contiene decoraciones y


textos que aluden a la necesidad de renacer. Aparece Re, con cuerpo de ave rapaz y
cabeza de carnero, así como las dos diosas, Isis, que tiene sobre la cabeza un trono, y
la diosa Neftis, que tiene un templo y una cesta sobre su cabeza. Ambas son hermanas
de Osiris. Es iconografía del Libro de los Muertos.

Detalles decoración tumba de Ramsés VI, KV 9.


Detalle interior tumba ramésida, KV 14.

Otra necrópolis de suma importancia es la del Valle de las Reinas, QV (Queen´s


Valley) que están en uso desde la Dinastía XVIII. Los hipogeos son similares en su
definición a algunos tipos de tumbas privadas de la necrópolis tebana. En el interior de
estas tumbas suele haber humedad, y niveles freáticos que hacen que la zona sea
relativamente fresca. Esto ha supuesto algunos problemas. Aquí se entierran esposas
reales, principales y secundarias, pero también príncipes que han muerto en la
infancia.

No son grandes tumbas como en el valle de los Reyes, porque el destino de las
reinas y príncipes no era solar y eterno como el de los monarcas, aunque las reinas
tuvieron mucha importancia puesto que era a través de ellas por donde se transmitía
la monarquía. Las tumbas, por tanto, son pequeñas, con un pasillo largo y ligeramente
descendente que lleva a una cámara funeraria. Muy pocas tienen un pozo.

Valle de las Reinas. Plano del Valle de las Reinas.


La tumba de Nefertari, QV 66, esposa de Ramsés II, es muy importante, sobre
todo por el programa iconográfico. Quedan representadas en distintas estancias de la
tumba escenas de Libro de los Muertos o Libro de la salida al día. Ese libro, una
derivación de los Textos de los ataúdes, eran utilizados y hechos para todos menos
para los faraones. Tiene muchos problemas de conservación debido a la humedad del
valle, y fue la fundación P. Getti la que llevo a cabo una restauración, hubo una serie
de tratamientos internos para que no se deteriorara.

Plano tumba de Nefertari, QV 66.

En la decoración aparecen diferentes divinidades mencionadas en el ámbito


funerario, y junto a ellos aparece la imagen de la reina realizando ofrendas. Aparecen
sus títulos, como Señora de las dos tierras. Destaca que, pese a que Nefertari no era de
la familia real, fue la esposa principal, y su tumba es más impresionante que otras
reinas que sí que lo eran.

Decoración tumba de Nefertari, QV 66.


También hay tumbas de príncipes que murieron en edad temprana, como ya se
ha dicho. En la tumba de Amenherjepeshef, QV 55, hay escenas de dioses mediando
para que ese niño pueda llegar a estar entre los dioses en el más allá.

Decoración tumba de Amenherjepeshef, QV 55.

Respecto a las tumbas privadas, la manifestación más importante de ellas en


esta época, se encuentra en la necrópolis tebana. Sus siglas son TT (Theban tombs).
Están destinadas a personajes importantes del periodo (jerarquías del clero, altos
cargos administrativos, etc.). Hay una característica fundamental que se va a dar
durante el Reino Nuevo, y es que son tumbas en forma de T invertida. Tienen un
desarrollo vertical, pero también horizontal.

El eje vertical estaría comprendido por la fachada de la tumba, la capilla de


culto, el pozo funerario y la cámara funeraria. En su forma horizontal, primero, estaban
precedidas de un patio a cielo abierto que estaría destinado a actividades diversas
relacionadas con el culto y las ofrendas. A partir de él se entra en la tumba. Se
encontraría al difunto mirando hacia el sol y recibiendo a aquella persona que entrara
en la tumba. Luego había una cámara transversal, donde habría decoraciones con
datos de lo que el individuo habría realizado en vida, como sus cargos, su buena
gestión, su proximidad al monarca, etc. En ambos extremos suele haber una estela de
falsa puerta. Luego estaría la cámara longitudinal, que tiene representaciones
relacionadas con el mundo funerario, como el ritual de la apertura de la boca. Se hace
justo antes del enterramiento, sobre la momia que suele estar en un ataúd, y es para
que el muerto abra los orificios de la cabeza (boca, nariz, oídos y ojos), y el ka, la
esencia vital, pueda volver al muerto. Al fondo suele tener un nicho o una capilla,
donde se ubica la estatua del difunto. En las tumbas, suele haber un titular principal,
que sería un varón, si son panteones familiares, y éstos, podrían ser enterrados en
otros pozos o incluso en el patio exterior. Hay diversidad de plantas.
Planta necrópolis privada tebana.
Tipos de plantas tebanas.

Pozos funerarios.

Los patios servían para muchas cuestiones, como para hacer el ritual de la boca
abierta, ofrendas a los difuntos, enterramientos, etc. E incluso se celebraba la fiesta
denominada "Bella Fiesta del Valle" donde se realizaba un banquete en honor a los
fallecidos. Suelen estar delimitados por un muro de adobe, cuya complejidad depende
de la importancia del personaje. La entrada a la tumba suele estar destacada con
jambas que tienen inscripciones donde dan datos del difunto, asimismo, a veces hay
conos funerarios, que están hechos de arcilla, cuya base se utiliza para poner signos
jeroglíficos que, del mismo modo, dan información acerca del difunto, y en las
esquinas de los edificios puede haber un conjunto de ellos. Incluso en algunas tumbas
más importantes hay estelas donde se cuentan episodios de la vida del difunto.
Diferentes tipos de patios. Conos funerarios.

Cono funerario.

Una necrópolis muy peculiar es Deir el-Medina, un lugar donde estaban


establecidos los artesanos que realizaron las tumbas de los reyes, que eran de gran
importancia. En las laderas de su aldea construyeron las tumbas, que no tienen la
forma de T invertida de las tumbas privadas. Son tumbas monumentalizadas, que
suelen tener una estructura descendente y escalonada que lleva a la tumba funeraria.
La capilla de culto queda separada, que suele estar rematada con una pirámide. La
decoración que tienen tampoco es la convencional, sino que suele ser más cercana a la
de los reyes, ya que incluyen elementos iconográficos muy sofisticados frecuentes en
la literatura funeraria del ámbito real. Los conos funerarios decoran las fachadas.
Tumbas de Deir el-Medina.

También se han de destacar las tumbas de la necrópolis menfita del Reino


Nuevo, dedicadas, de igual modo, a personajes de alto rango, sin embargo, sobresale
la que se construyó Horemheb antes de ascender al trono de Egipto.
T.P.I., DINASTÍAS XXI-XXV:

Acaba la dinastía XX, la última de las dinastías ramésidas, lo cual es causado por
diversos problemas que conllevan la pérdida del poder de los reyes de forma
progresiva. Se producen actuaciones indebidas como el saqueo de las tumbas, tanto es
así, que incluso hay un papiro que relata un juicio a ladrones de tumbas, y que narra
cómo las saquean.

La XXI dinastía es la primera del Tercer Periodo Intermedio, y Tanis, la zona


oriental del delta, será la nueva sede del poder, y para su equipamiento, utilizarán los
restos de una ciudad ramésida abandonada, llamada Pi-Ramsés.

P. Monter, un francés muy interesado en el pueblo hebreo, empezó a excavar


Tanis pensando que era Pi-Ramsés (lo halló en 1939). Cuando comienza la excavación,
encuentra restos que le hacen pensar que está en dicho lugar (por lo ya mencionado
de que se reutilizaron materiales de esta civilización), ya que haya elementos
monumentales, estatuas, inscripciones, etc., asimismo, encuentra en el interior de la
ciudad lo que sería el templo del dios Amón, donde había varios enterramientos con
unas tumbas atípicas que se descubrieron intactas, que contenían individuos que
resultaron ser los monarcas de la dinastía XXI. Son unas tumbas que no se excavaron
en la roca, o en una zona de desierto, sino en el interior del recinto del templo más
importante de la ciudad, son cámaras construidas con piedra sobre el suelo levemente
rehundido y cubiertas con adobe, con ajuares muy ricos. No son hipogeos y no hay
programas iconográficos tan completos e interesantes en otros lugares.
Tumbas del templo de Amón, Tanis.

Plano tumbas del templo de Amón.

Son cámaras que tuvieron actividad y uso hasta que fueron selladas finalmente.
Uno de los enterramientos más importantes es Psusennes I, que aparece en un
sarcófago de plata, un material muy escaso en Egipto, y que se observa por primera
vez en este periodo. Una vez abierto, el cadáver presenta una máscara de oro y otros
muchos objetos de metales preciosos. Por ejemplo, una plaquita de oro, que cubría la
incisión abdominal de la momia, y donde aparecen los cuatro hijos de Horus, adorando
al “udjat” u ojo sagrado, que personifican los cuatro vasos canopos con Amset, Hapy,
Duamutef y Qebehsenuf. También se hallaron dediles de oro.
Sarcófago de plata de Psusenes.

Máscara de oro de Psusenes.

Plaquita de oro de Psusenes. Dediles de oro de Psusenes.


También se ha hallado la necrópolis de Nuri y El-Kurru, donde hay tumbas
piramidales de los faraones de la XXV dinastía en Meroe, en la IV catarata, Nubia.

Tumbas piramidales de los faraones de la XXV dinastía, Meroe.

Otra necrópolis destacable es Heracleópolis Magna, en la que se entierran hijos


segundos de la dinastía de Tanis, así como sacerdotes, etc. La ciudad y su necrópolis
habían sido muy importantes durante el PPI, con las dinastías IX-X, llamadas
heracleopolitas. Se realizaron excavaciones españolas desde los años 60 del siglo XX y
fueron dirigidas desde el MAN.

Heracleópolis Magna.

Durante el TPI, los enterramientos de las necrópolis privadas suelen realizarse


en tumbas previamente construidas, una tendencia que continuará durante el Periodo
Saita. Solo se han conservado algunas tumbas monumentalizadas, la más significativa
es la de Montuemhat, TT 34, en Deir el-Bahari, alto funcionario de fines de la dinastía
XXV-inicios XXVI. Son tumbas de individuos muy particulares, excavadas, a las que se
accede por grandes puertas de adobe, y vas descendiendo por una escalinata hasta un
patio distribuidor donde hay varias cámaras, y un pozo que tiene una cámara
funeraria.

Tumba monumentalizada de Montuemhat, TT 34, Deir el–Bahari.

Entrada monumentalizada en adobe, tumba


de Monthuemhat.
Monthuemhat, Museo de Berlin.

En Deir el-Bahari también, en el Templo de Hatshepsut, en las inmediaciones o


en el interior hay tumbas de sacerdotes del TPI. Asimismo, hay otras, monumentales,
cerca de la avenida que parte del templo.
Templo de Hatshepsut.

PERIODO SAÍTA, DINASTÍAS XXVI-XXXI:

Del Periodo Saita y las últimas etapas del Egipto faraónico, de las tumbas reales
mencionar que Heródoto visitó las tumbas de los reyes de la dinastía XXVI, en Saís, en
el recinto del templo de Neith (Athena), y Estrabón sólo hace referencia a la tumba de
Psamético, en el templo de la divinidad principal de Saís. Otra necrópolis a destacar de
la época, fue la de Athribis.

Respecto a las tumbas privadas, al igual que en el TPI, también hay una
reutilización sistemática de tumbas más antiguas, enterramientos en monumentos
funerarios antiguos, como en el caso de las galerías saítas en la pirámide escalonada de
Saqqara.

En algún caso, como en Oxirrinco, donde hay unas cámaras parecidas a las de
Heracleopolis y que albergaban unos enormes sarcófagos de piedra, sí que se
construyeron de cero. Pero por lo general, se reutilizan las tumbas, encontrándose
diversos ataúdes en una misma tumba.

La tumba de Pabasa, la TT 279, de este periodo, presenta decoración de


escenas de elaboración de la miel y algunas actividades que resultan interesantes.
.

Tumba TT 279, Pabasa.

Por último, hacer mención de una tumba de un príncipe del Periodo Ramésida,
ubicada en el Valle de las Reinas, que fue reutilizada posteriormente en el TPI y en el
Periodo Saíta.

Tumba príncipe Periodo Ramésida.

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