Cosas Raras
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Frank Martin fue un compositor suizo del siglo XX que comenzó su carrera en la década
de 1920. En ese momento, Europa se encontraba en un clima de gran agitación política
y cultural, caracterizado por la dominación del nacionalismo musical y las tensiones
internacionales que finalmente llevarían a la Segunda Guerra Mundial. El ambiente
artístico y cultural de la época estaba marcado por corrientes como el impresionismo,
el expresionismo y el dodecafonismo, que influirían en la música de Martin a lo largo
de su carrera.
Martin también estuvo muy involucrado en la educación musical, y su metodología se
basaba en una fusión de elementos tradicionales y modernos. Además, a lo largo de su
carrera docente, viajó por toda Europa y América, lo que le permitió asimilar diversas
tradiciones culturales en su obra.
A partir de la década de 1950, Martin incluyó en su obra elementos de la música
barroca y renacentista, así como la incorporación de la técnica de la serialización. Esto
se debió en gran parte a su interés por encontrar una solución a los desafíos que
presentaba la música de vanguardia y a su visión de la música como una expresión
artística universal que, a pesar de su diversidad, podía ser accesible para todos.
En resumen, el contexto histórico y cultural en el que vivió Frank Martin fue muy
complejo y desafiante, pero también rico en influencias y neodiversidad cultural. En
este ambiente, Martin desarrolló su propia voz musical y su enfoque pedagógico
innovador que influyó en muchos músicos y estudiantes a lo largo de su carrera.
Frank Martin fue un compositor suizo que vivió desde 1890 hasta 1974. Es
conocido por sus obras en una variedad de géneros, incluyendo música
orquestal, de cámara, vocal y coral. La música de Martin es a menudo
caracterizada por sus armonías expresivas y el uso de la cromática.
Martin comenzó su carrera como pianista y luego estudió composición bajo la
tutela de Joseph Lauber en Zurich. Enseñó en el Conservatorio de Ginebra desde
1946 hasta su retiro en 1957. Las obras más famosas de Martin incluyen el
oratorio "In Terra Pax", la ópera "Der Sturm" y la Misa para Doble Coro. Su
música es a menudo interpretada y grabada.
En cuanto al contexto cultural, la música de Martin refleja las tendencias más
amplias de la música clásica europea de principios del siglo XX. En particular,
fue influenciado por la segunda escuela vienesa y compositores como Arnold
Schoenberg y Alban Berg. Sin embargo, la música de Martin también refleja su
herencia suiza y su interés en la música de J.S. Bach. En general, su música se
caracteriza por una síntesis de tradición y modernismo.
1. https://www.boosey.com/composer/Frank+Martin
2. https://www.allmusic.com/artist/frank-martin-mn0000147056/biography
3. https://www.naxos.com/person/Frank_Martin/21233.htm
4. https://www.classical-music.com/composers/martin/
5. http://www.musicweb-international.com/classrev/2002/Sept02/
Martin.htm
https://www.boosey.com/pages/cr/composer/composer_main.asp?
composerid=2757
https://www.loc.gov/item/n81104299/frank-martin-1890-1974/
https://www.biography.com/musician/frank-martin
https://www.unil.ch/bcu/home/menuinst/collections/collections-speciales-et-
archives/e-f-martin.html
La Balada para saxofón, orquesta de cuerda, piano, timbales y percusión fue creada en 1938 a
raíz de un encargo del saxofonista Sigurd Rascher (1907-2001). En esta época, Martin estaba
completamente establecido en Ginebra, llegando a participar activamente en la sociedad musical
de su entorno, tanto como miembro de la Asociación de Músicos Suizos como en calidad de
pianista, clavecinista y profesor de música de cámara en el Conservatorio de Ginebra y en el
Technicum Moderne de Musique, escuela privada de la que sería director desde 1933 hasta su
cierre en 1940. Frank Martin ya conocía la reputación del virtuoso instrumentista cuando asistió
a un concierto en el que Rascher interpretó la Rapsodia de Claude Debussy y el Concertino de
cámara de Jacques Ibert, actuación tras la que el saxofonista le sugirió cordialmente si le podría
componer una obra, proposición que el compositor aceptó con agrado (Muller, 2012, p. 26). No
obstante, Frank Martin no solo tuvo en consideración al saxofón como instrumento solista, sino
que lo incluyó en cierto número de creaciones orquestales como parte del conjunto
organológico, mostrando así una clara predilección por sus posibilidades sonoras. Finalmente, la
balada fue estrenada por Sigurd Rascher en Sidney en otoño de 1938 y, en 1966, fue dada a
conocer en primera interpretación en Alemania por Hans Weinrich. Una crítica musical de la
época reflejó las impresiones que se desprendían de la audición de la balada, caracterizando la
música de Martin como un lenguaje de “economía y reserva, tensión total con una escritura
dodecafónica que se mantiene tonalmente conectada, y una armonía y colores tonales que
fascinan y mantienen la atención del oyente a través de la obra” (King, 1990, p. 136). En el
mismo año de su composición, Martin arregló la obra para flauta y piano o flauta, orquesta de
cuerda, piano, timbales y percusión, manuscrito que descubrió en 2008 su viuda, Maria Martin,
bajo el título de Deuxième Ballade. Esta versión de la balada de saxofón, conocida como la
segunda balada para flauta, fue estrenada en 2009 en el Real Conservatorio de La Haya dentro
de un proyecto sobre la figura de Frank Martin, teniendo como intérpretes al flautista Thies
Roorda y a la pianista Nata Tsvereli. El "Ballade" para saxofón y orquesta de Frank
Martin es una pieza hermosa y expresiva que muestra las cualidades líricas y
cantantes del saxofón. La pieza fue compuesta en el año 1938, en una época
en la que el saxofón aún no era ampliamente reconocido como un instrumento
de concierto, y es considerada una de las obras principales del repertorio de
saxofón hoy en día.
La pieza está estructurada como una obra de un solo movimiento que se divide
en tres secciones principales, cada una con su propio carácter musical. La
sección de apertura presenta una larga y lírica línea solista para el saxofón,
que está acompañada por un acompañamiento simple y discreto de la
orquesta. La segunda sección de la pieza está marcada por un cambio
repentino en el tempo y el estado de ánimo, presentando una sección rítmica
animada y enérgica que muestra las capacidades virtuosas del saxofón.
Finalmente, la tercera sección marca un retorno a la melodía y el carácter
original de la sección de apertura, con el saxofón tomando la delantera una vez
más y llevando la pieza a una conclusión tranquila y contemplativa.
A lo largo de la pieza, Martin emplea un alto grado de expresividad y
sensibilidad a los matices del saxofón, con las cualidades líricas y cantantes del
instrumento a menudo siendo enfatizadas a través de líneas y frases largas y
sostenidas. Al mismo tiempo, el estilo compositivo de la pieza se caracteriza
por una sensación de elegancia y simplicidad discreta, que ayuda a resaltar la
belleza y las cualidades expresivas del saxofón.
En general, el "Ballade" para saxofón y orquesta de Frank Martin es una obra
realmente hermosa y conmovedora que muestra el saxofón en toda su gloria
lírica y expresiva, y es un testimonio del estatus del instrumento como un
importante y versátil instrumento de concierto.