Introducción A La Genética
Introducción A La Genética
Introducción A La Genética
Introducción
El postulado principal de la teoría celular establece que toda célula se genera de una célula simi-
lar preexistente.
La idea de que todos los organismos están formados por células la propuso por primera vez Hoo-
ke, alrededor de 1660, al observar al microscopio unos cortes fin os de corcho. Sin embargo, la
teoría celular, como la conocemos actualmente, se fue construyendo a mediados del siglo XIX.
En 1858, Virchow demostró que una célula no se genera espontáneamente, sino que proviene de
otra célula igual.
Un año después, en 1859, Charles Darwin inició una de las mayores revoluciones intelectuales
en la historia de la biología. La teoría de la evolución, propuesta en su libro El origen de las es-
pecies, pretende explicar el origen de la inmensa diversidad de los seres vivos. Esta teoría, como
la teoría celular, tiene que ver con la herencia; es decir, con la generación de organismos simila-
res a sus progenitores. Darwin propuso dos ideas principales: 1) los organismos actuales son des-
cendientes modificados de ancestros comunes, y 2) la fuerza principal que dirige los cambios
evolutivos de los organismos es la selección natural.
Las reglas de la transmisión de las características de la célula madre a la célula hija y de los pa-
dres a los hijos, o herencia, no se entendieron claramente sino hasta principios del siglo XX. El
monje C. Mendel estableció las leyes de la herencia en 1865, unos cuantos años después de la
publicación del libro El origen de las especies; sin embargo, no se reconoció su importancia sino
hasta su "redescubrimiento" en 1905 por De Vries.
Los genetistas, como Mendel y De Vries, no estudiaban la molécula, estudiaban cambios hereda-
bles en los organismos: color de las semillas, forma de las flores, etc. Estos cambios visibles o
fenotipos representan, a nivel de organismo, cambios en la información genética.
En la década de 1940, T. H. Margan, un genetista, dio un gran paso al identificar a los cromoso-
mas como las estructuras celulares que contienen la información genética. Morgan descubrió que
algunos cambios fenotípicos en las moscas se correlacionaban con cambios morfológicos en los
cromosomas.
Ya que los cromosomas contienen principalmente dos clases de moléculas, proteínas y ácido de-
soxirribonucleico (DNA), la pregunta era, ¿en cuál de estas moléculas se encuentra codificada la
información genética? Esta pregunta se contestó en 1944, cuando O.T. Avery y sus colaborado-
res demostraron que el DNA de la bacteria Pneumococcus pneumoniae contenía la información
genética.
Para sorpresa de los científicos, si bien se conocía la estructura de las proteínas con bastante de-
talle, se sabía poco sobre la estructura secundaria del DNA.
Dos investigadores, el inglés Francis Crick y el joven americano James Watson, se lanzaron a
recopilar y analizar todo lo relacionado con la estructura química del DNA. En 1953, lograron
integrar un modelo de estructura secundaria para el DNA y pasar a la historia con sus ya famosos
artículos publicados en la conocida revista Nature (Watson y Crick, 1953). En estos artículos
anotaron: "No escapa a nuestra atención que el apareamiento específico que postulamos sugiere
de inmediato un posible mecanismo de copia del material genético".
Para muchos investigadores, la publicación de los artículos de Watson y Crick marca el naci-
miento de la biología molecular y en general el de la biología moderna.
A partir de 1953 se inició el estudio intensivo de los mecanismos moleculares que permiten la
duplicación, reparación, recombinación y transposición del DNA y del procesamiento celular de
la información genética presente en esta molécula.
Actualmente sabemos que la información genética de todas las células se encuentra en el DNA,
excepto en el caso de algunos virus y bacteriófagos, en los que puede localizarse en moléculas de
RNA.
La principal función del DNA es contener la información, que, al expresarse de manera selectiva
y regulada, permite generar una nueva célula (organismos unicelulares) o un nuevo organismo, a
partir de un óvulo fecundado por un espermatozoide (organismos multicelulares complejos).
La información del DNA primero se transcribe; es decir, se copia selectivamente a moléculas de
RNA y posteriormente la información de algunas de estas moléculas se traduce a proteínas.
En una primera serie de experimentos de cruzas entre plantas de chícharos, Mendel encontró que
en la primera generación, o generación Fl, toda la progenie mostró solamente una de las dos ca-
racterísticas alternativas. Por ejemplo, todas las plantas producto de la cruza entre plantas de chí-
charos de semillas amarillas y de semillas verdes fueron de semillas amarillas.
A las características que aparecieron en la generación Fl, Mendel las llamó características domi-
nantes (figura 1-2).
Figura 1-2. Primera ley de Mendel o principio de segregación. En este ejemplo se muestra la segregación
de los factores mendelianos en la progenie de la generación F1 y F2, después de la cruza de plantas con
dos alelos, siendo Yy (amarillo) los alelos dominantes (YY) para las semillas amarillas y los recesivos
(yy) para las semillas verdes. El fenotipo de todos los individuos de la F1 es amarillo, pero el genotipo es
heterocigoto: Yy. En la generación F2, las células espermáticas y los óvulos se combinan al azar para ge-
nerar una relación de fenotipos de 3 dominantes (amarillos) y un recesivo (verdes).
Para responder a la pregunta de qué había pasado con las características alternativas, Mendel
dejó que las plantas de la F1 se autopolinizaran. Las características que habían desaparecido en la
F1 reaparecieron en la segunda generación, o F2. Mendel llamó a estas características como re-
cesivas y concluyó que las características heredadas eran determinadas por factores discretos,
pero separables. Estos factores necesitaban estar en las plantas de la F1 en forma de pares: un par
era heredado del progenitor materno y el otro del paterno. Los factores apareados se separaban
otra vez cuando las plantas de la generación F1 producían células sexuales maduras o gametos.
Cada gameto contendría uno solo de los miembros del par original. Así, en su primera ley o
principio de segregación, Mendel propuso: "Los dos miembros de un par de factores se segre-
gan separados en cada uno de los gametos, por lo que la mitad de los gametos lleva un miembro
de un par y la otra mitad de los gametos lleva al otro factor".
Ahora sabemos que en los organismos diploides los genes se encuentran en pares conocidos co-
mo alelos. Por ejemplo, el color de las semillas, amarillo y verde, está determinado por alelos
diferentes.
La manera como una característica se expresa está determinada por la combinación particular de
los alelos presentes en cada organismo. Si los alelos son los mismos, por ejemplo YY o yy, en-
tonces se dice que el organismo es homocigoto para esa característica particular; si los dos alelos
son diferentes, por ejemplo Yy, entonces el organismo es heterocigoto para esa característica.
En el caso de que Y sea dominante sobre y, una planta YY y otra Yy tendrían el mismo fenotipo,
pero diferente genotipo.
Cuando se forman los gametos, éstos contienen solamente un alelo de cada gen determinado.
Cuando los dos gametos se unen para formar el huevo fertilizado, los alelos se aparean nueva-
mente. Si dos alelos de un par dado son iguales (homocigoto), la característica que ellos determi-
nan se puede expresar. Si los alelos son diferentes (heterocigoto), uno de los alelos puede ser
dominante sobre el otro. Un alelo dominante es aquel que produce su característica particular
tanto en los hetero como en los homocigotos.
En heterocigotos, para algunas características no hay dominancia ni recesividad, sino codomi-
nancia. En la codominancia se expresan los dos alelos del gen, lo que genera un fenotipo combi-
nado. Por ejemplo, en la cruza de plantas con flores rojas y blancas, cuando las características de
flor roja y blanca no son dominantes ni recesivas, se pueden generar plantas con flores de color
rosa.
En una segunda serie de experimentos, Mendel estudió la cruza de plantas que diferían en dos
características. Por ejemplo, en la cruza entre plantas con semillas lisas y amarillas y plantas con
semillas rugosas y verdes, las características liso y amarillo son dominantes y las características
rugoso y verde son recesivas.
Como se esperaba, las semillas resultantes de la generación F1 fueron semillas lisas y amarillas.
Cuando las plantas derivadas de estas semillas se autopolinizaron, de las plantas resultantes una
proporción de 9/16 mostraron las dos características dominantes (semillas lisas y amarillas), y
solamente 1/16 mostraron características recesivas (semillas rugosas y verdes). El resto de las
plantas se distribuyó de la siguiente manera: 3/16 fueron amarillas y rugosas y 3/16 fueron ver-
des y lisas; es decir, aparecieron combinaciones nuevas de las dos características (figura 1-3).
Figura 1-3. Segunda ley de Mendel o principio de segregación independiente. En este ejemplo se muestra
la cruza de individuos homocigotos, uno con factores dominantes de semillas lisas (RR) y amarillas (YY) y
el otro de semillas rugosas (rr) y verdes (yy). En la generación F1, todos los descendientes son de semillas
amarillas y lisas. En la generación F2 la distribución de los factores en los gametos da lugar a la combina-
ción de 16 genotipos diferentes y 4 fenotipos. La distribución de los diferentes genotipos se genera por una
segregación independiente de los factores.
Estos resultados no contradicen a los resultados de la primera ley, ya que, si las dos característi-
cas son consideradas independientemente, se mantiene la proporción de 3:1 entre las característi-
cas lisa y rugosa y color amarillo y verde. Esto mostró que las características de textura y color
de las semillas se comportaron como características independientes una de la otra.
A partir de estas observaciones, Mendel postuló su segunda ley, o principio de segregación in-
dependiente. Este principio establece que, cuando los gametos se forman, los alelos de un gen
para una característica dada se segregan independientemente de los alelos para otra caracterís-
tica.
Estructura química del DNA
Las células contienen varias macromoléculas, como son los polisacáridos, las proteínas y los áci-
dos nucleicos. Estas macromoléculas pueden clasificarse como polímeros; es decir, moléculas
que tienen una unidad estructural que se repite muchas veces.
Los polisacáridos se forman por la unión de monosacáridos, las proteínas por la de aminoácidos
y los ácidos nucleicos por la de nuc1eótidos.
Los ácidos nucleicos son de dos clases: a) ácido desoxirribonucleico o DNA, que tiene como
unidad estructural al desoxirribonucleótido o desoxinucleótido, y b) el ácido ribonucleico o
RNA, que tiene al ribonucleótido.
La molécula de DNA es un polímero que se forma por enlace covalente de miles de desoxinu-
cleótidos. El desoxinucleótido, o unidad estructural del DNA, contiene un ácido fosfórico, un
azúcar de 5 átomos de carbono o pentosa y una base nitrogenada.
El DNA contiene 4 bases nitrogenadas: adenina (A) y guanina (G), que derivan de la purina, y
citosina (C) y timina (T), que derivan de la pirimidina.
La molécula de DNA está formada por dos hebras antiparalelas unidas por puentes de hidrógeno
entre bases complementarias, A-T y C-G (modelo de Watson y Crick).
La proporción relativa de cada una de las bases del DNA, así como el orden o secuencia en que
se encuentran, varía de organismo a organismo.
Jimenez, L.; Merchant, H. Biología Celular y Molecular. 1ª ed. Pearson Educación, 2003
Curtis, H. Biología. 7ª ed. en español. Edit. Médica Panamericana, 2008
Introducción a la Genética II
Acido desoxirribonucleico (ADN): características estructura-
les y funcionales
La estructura secundaria del DNA propuesta por Watson y Crick es una hélice de giro a la dere-
cha formada por dos hebras de polidesoxinucleótidos orientadas en sentido antiparalelo; es decir,
el extremo 5' de una hebra queda frente al extremo 3' de la otra.
Las dos hebras se unen por puentes de hidrógeno que se establecen de manera específica o com-
plementaria entre las bases de las dos hebras. Una molécula de adenina se une, por dos puentes
de hidrógeno, a una de timina; y una de guanina se une por tres a una de citosina. En la parte
exterior de la hélice, se alternan moléculas de desoxirribosa y fosfato, mientras que las bases se
proyectan perpendicularmente hacia el interior.
El DNA es capaz de dirigir tanto su propia síntesis (replicación) como la síntesis de los distin-
tos ácidos ribonucleicos (transcripción). El RNA intervendrá en la síntesis de proteínas (tra-
ducción).
Figura 1. Replicación
Los principales RNA celulares son el RNA ribosomal (rRNA), el RNA de transferencia
(tRNA) y el RNA mensajero (mRNA).
Cada molécula de mRNA contiene la información para la secuencia de aminoácidos de una pro-
teína, mientras que las moléculas de rRNA y de tRNA forman parte de la maquinaria celular que
traduce la información de los mRNA a proteínas.
Transcripción
Las diferentes clases de RNA en sistema eucarionte son sintetizarlas a partir del DNA genómico
por medio del proceso de expresión genética denominado transcripción, el cual es la generación
de una sola cadena de RNA idéntica a una de las cadenas del DNA.
El mecanismo de la transcripción se realiza por acción específica de las RNA-polimerasas I, II
y III; cada una de estas enzimas transcribe las distintas clases de moléculas de RNA.
Figura 2. Transcripción
A continuación, nucleótidos libres se emparejan con el DNA molde, “atraídos” por las bases
complementarias en el mismo. El nucleótido libre A (adenina) se empareja con una T (timina) en
el DNA. G (guanina) con C (citosina), C con G y U (uracilo) con A. Este proceso está catalizado
por la RNA polimerasa, que se une al DNA y se mueve a lo largo de la molécula, añadiendo
nucleótidos al RNA en crecimiento.
En el ejemplo de la figura 2 se observa una secuencia de bases del mRNA que está siendo trans-
crito; las primeras 15 bases son: GAGACUAGCGUAGGC
Los 64 codones y el significado de cada uno constituyen el CÓDIGO GENÉTICO (figura 3).
Figura 3. El código genético. En cada cuadro, a la izquierda (en mayúsculas) se lee cada uno de los 64 codones; a
la derecha (en minúsculas), el aminoácido codificado por cada codón.
Nomenclatura de los 20 aminoácidos: Ala, alanina; Arg, arginina; Asn, asparagina; Asp, ácido aspártico; Cys, cis-
teina; Glu, acido glutámico; Gln, glutamina; Gly, glicina; Hís, histidina; lIe, isoleucina; Leu, leucina; Lys, lisina;
Met, metionina; Phe, fenilalanina; Pro, prolina; Ser, serina; Thr, treonina; Trp, triptófano; Tyr. tirosina y Val, valina
.
En el ejemplo de la figura 2 las primeras 15 bases codifican cinco codones, que corresponden a
los siguientes aminoácidos: GAG: ácido glutámico – ACU: treonina – AGC: serina – GUA:
valina – GGC: glicina.
Una proteína está formada por la combinación de alrededor de 20 aminoácidos diferentes, por lo
que varios codones pueden codificar para un mismo aminoácido. Por ejemplo, el aminoácido
leucina (Leu) está codificado por los codones UUA, UUG, CUU, CUC, CUA, y CUG.
Tres de los 64 codones no codifican para un aminoácido, sino que funcionan como señal de
terminación en la síntesis de proteínas.
Además del código genético, que permite decodificar la información de los mRNA para sinteti-
zar proteínas, el DNA contiene información para regular la expresión de los genes. Por ejemplo,
en el DNA está la información para marcar el sitio en el cual la enzima que transcribe a los ge-
nes, o RNA- polimerasa, tiene que empezar y terminar de copiar, así como la información que
determina cuándo y cuántas copias hay que sintetizar.
Traducción
En esta etapa el mRNA se “decodifica” para construir una serie de aminoácidos específicos (po-
lipéptido o proteína).
Los RNA de transferencia o tRNA, son “puentes” moleculares que conectan los codones del
RNA con los aminoácidos para los que codifican. Un extremo de cada tARN tiene una secuencia
de tres nucleótidos llamada anticodón, que se puede unir a codones específicos del mRNA. El
otro extremo del tRNA lleva los aminoácidos que especifican los codones.
Hay muchos tipos de tARN. Cada tipo lee uno o unos pocos codones y lleva el aminoácido co-
rrecto que corresponde a esos codones.
Los ribosomas (figuras 4 y 5) son las estructuras donde se construyen los polipéptidos (proteí-
nas). Se componen de proteínas y RNA (RNA ribosomal o rRNA). Cada ribosoma tiene dos
subunidades, una grande y una pequeña, que se reúnen alrededor de un mRNA. El ribosoma act-
úa como una enzima que cataliza la reacción química que une los aminoácidos para formar una
cadena.
Figura 5. Traducción.
Griffiths, A.; Miller, J.; Suzuki, D.; Genética. 7a ed. Edit.Mc Graw Hill-Interamericana. 2002
Jimenez, L.; Merchant, H. Biología Celular y Molecular. 1ª ed. Pearson Educación, 2003
Curtis, H. Biología. 7ª ed. en español. Edit. Médica Panamericana, 2008
Introducción a la Genética III
Autor: Mario Maugeri (médico - Docente JTP Universidad Nacional Arturo Jauretche)
Los cromosomas representan las estructuras más grandes, visibles físicamente, que contienen la
información genética de una célula. Una de las más interesantes propiedades de los cromosomas
es la compactación del DNA en células de origen eucarionte antes de su división. Se sabe que el
genoma humano, por ejemplo, está constituido por 3.300 millones de pares de bases,
comprendidos en alrededor de 2 metros lineales de DNA.
En las células eucariontes, el material genético (DNA) es lineal y está fuertemente unido a cierto
tipo de proteínas llamadas histonas, y también a proteínas no histónicas. Cada molécula de DNA
con sus proteínas histónicas y no histónicas, constituye un cromosoma. Los cromosomas se
encuentran en el núcleo y cuando una célula no se está dividiendo, forman una maraña de hilos
delgados, la cromatina, en la que los cromosomas individuales son indistinguibles. Cuando la
célula se divide, la cromatina se condensa y los cromosomas se hacen visibles como entidades
independientes.
En la mayoría de las células la cromatina no tiene un aspecto homogéneo; por el contrario,
cúmulos de una cromatina muy teñida están incluidos en un fondo general de tinción más leve.
El material con tinción más intensa es una cromatina muy condensada que recibe el nombre de
heterocromatina, mientras que el material poco teñido es una forma dispersa llamada
eucromatina (en donde se halla la mayoría de los genes transcritos).
La eucromatina indica cromatina activa, es decir la cromatina que está extendida para que la
información genética contenida en el ADN pueda leerse y transcribirse. Es prominente en las
células metabólicamente activas como las neuronas y los hepatocitos.
La heterocromatina predomina en las células sin actividad metabólica, como los
espermatozoides.
Durante la división mitótica, la cromatina sufre condensación para generar los cromosomas.
Cada cromosoma (figura 1) está compuesto por dos cromátides que están unidas en un punto
llamado centrómero.
Figura 1. Cromosoma
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Este enorme grado de empaquetamiento se alcanza mediante sucesivos órdenes de compactación.
Las histonas tienen una gran proporción de aminoácidos con carga positiva como arginina y
lisina, lo que permite su enlace al DNA, cargado negativamente.
Las histonas nucleosomales son proteínas globulares que forman un centro alrededor del cual el
DNA se enrolla, para generar unidades conocidas como nucleosomas (figura 2). Cada
nucleosoma está compuesto por ocho proteínas histonas (H2A, H2B, H3 y H4) que se presentan
en número par (octámero).
Entre dos nucleosomas vecinos se encuentra un eslabón o puente, formado por un tramo de DNA
y una histona H1. El conjunto de la estructura se denomina fibra de cromatina de 10 nm, y
tiene un aspecto en forma de collar de perlas (donde las perlas serían los nucleosomas).
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Figura 3. Empaquetamiento del DNA
Cromosomas
Los genes son las unidades orgánicas que controlan la herencia y se encuentran arreglados
linealmente en los cromosomas, ocupando cada gen un sitio o locus específico. Por su tamaño
submicroscópico, los genes no pueden observarse directamente, pero los cromosomas, que son
los elementos intracelulares que los transportan, pueden estudiarse directamente con el
microscopio de luz.
Todas las células tienen cromosomas localizados dentro de su núcleo.
Cada cromosoma tiene un centrómero, dos telómeros y varias regiones de inicio para la
replicación. Los centrómeros son regiones generalmente compuestas de secuencias pequeñas
repetidas, que unen a las cromátidas hermanas al huso cromático durante la mitosis. Los
telómeros son secuencias que se localizan en los extremos de cada cromosoma. Estas secuencias
son muy importantes para la replicación de moléculas lineales de DNA.
Cada célula somática normal de un individuo tiene un número constante de cromosomas, que en
los organismos de reproducción sexual se denomina número cromosómico diploide (2 n). En
tales organismos, las células encargadas de la reproducción, llamadas gametos, tienen un número
cromosómico igual a la mitad del número diploide, el denominado número haploide o simple
(n), Así, por ejemplo, un individuo de la especie humana tiene 46 cromosomas en las células
somáticas y 23 en los gametos, el óvulo o el espermatozoide.
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El proceso por el cual el número cromosómico se reduce a la mitad se denomina meiosis.
Cuando la fertilización ocurre, un espermatozoide (gameto masculino) penetra dentro del óvulo
(gameto femenino) y, como cada uno de estos gametos trae 23 cromosomas, la célula que ha
resultado de esa unión tendrá 46 cromosomas. Esta célula totipotencial, denominada cigoto,
mediante un largo y laborioso proceso de diferenciación y desarrollo, dará origen a un individuo
adulto con millones de células en su organismo, cada una de ellas con 46 cromosomas, a
excepción de sus células gaméticas.
El proceso de división celular que ha mantenido este número constante, a partir del cigoto, recibe
el nombre de mitosis.
De los 46 cromosomas de cada ser humano, 23 son aportados por el padre y 23 por la madre.
Esto hace que el complemento cromosómico humano normal esté formado en realidad por 23
pares de cromosomas; cada miembro de un par de cromosomas ha sido dado por un progenitor.
De los 23 pares, 22 son comunes al hombre y la mujer, y se denominan autosomas; el par
restante recibe el nombre de gonosomas o cromosomas sexuales y son dos cromosomas X en la
mujer (46,XX) y un X y un Y en el varón (46,XY). Por consiguiente, los óvulos normales
llevarán siempre 22 autosomas y un cromosoma X, mientras que los espermatozoides normales
llevarán todos 22 autosomas, pero la mitad de ellos portará un cromosoma X y la otra mitad un
cromosoma Y.
Si un espermatozoide que lleva el cromosoma X es el que fecunda, el producto resultante será
una mujer; si el espermatozoide lleva el cromosoma Y, el producto será un varón.
Los cromosomas que forman cada par se llaman cromosomas homólogos, y los genes que
ocupan los mismos locus (lugares) en los cromosomas homólogos se denominan alelos.
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División celular
El proceso de división celular por el cual una célula da origen a dos células idénticas con igual
dotación de cromosomas, se denomina mitosis. En el caso de las células somáticas humanas cada
célula que se divide da lugar a dos células hijas con 46 cromosomas.
Cuando no se manifiestan los fenómenos de la división, se dice que la célula está en el periodo
de interfase, en el cual los cromosomas están muy alargados, formando una fina red dentro del
núcleo.
La mayoría de las células del organismo se divide periódicamente, siendo notables excepciones
las neuronas y los miocitos. Para lograr esta división, ocurren transformaciones y fenómenos que
se suceden en forma cíclica, constituyendo lo que se denomina el ciclo celular (figura 5).
Para dividirse, la célula ha tenido que duplicar previamente su material genético, lo cual ocurre
durante el periodo S o sintético del ciclo, por lo que en periodo G1 (presintético) cada
cromosoma estará constituido por una simple cromátide, mientras que, después del periodo S, en
el periodo G2 (post-sintético), ya aparecerán formados por dos cromátides unidas por el
centrómero. Al final del periodo G2, ocurren las fases que constituyen la mitosis propiamente
dicha y que se suceden en un tiempo de una a dos horas.
Mitosis
La mitosis (figura 6) es el proceso mediante el cual una célula se divide y origina dos células
hijas genéticamente idénticas a la célula madre. Cada célula hija recibe el complemento entero
de 46 cromosomas.
Cuando se inicia la mitosis, los cromosomas empiezan a enrollarse, contraerse y condensarse;
Estos acontecimientos marcan el inicio de la profase.
A lo largo de la profase, los cromosomas continúan condensándose y acortándose, pero hasta la
prometafase no es posible identificar las cromátidas.
Durante la metafase, las cromátidas se disponen alineadas en el plano ecuatorial, ancladas por
unos microtúbulos que se extienden desde el centrómero hasta el centríolo formando el huso
mitótico.
Pronto, el centrómero de cada cromosoma se divide, lo que marca el inicio de la anafase, y a
continuación las cromátidas migran hacia los polos opuestos del huso.
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Finalmente, durante la telofase, los cromosomas se desenrollan y se alargan y el citoplasma se
divide. Cada célula hija recibe la mitad del material cromosómico duplicado.
Figura 6. Diversas fases de la mitosis. En la profase, los cromosomas se observan como hebras
delgadas. Las cromátides dobles se hacen claramente visibles como unidades individuales durante la
metafase. Durante la división, los elementos que forman una pareja de cromosomas no se fusionan en
ningún momento. En azul, cromosomas paternos; en rojo, cromosomas maternos
Meiosis
La meiosis (figura 7) es la división celular que tiene lugar en las células germinales para generar
los gametos femeninos y masculinos, es decir, el óvulo y el espermatozoide.
La meiosis requiere dos divisiones celulares, la meiosis I y la meiosis II, para que la cantidad de
cromosomas se reduzca al número haploide, que es de 23.
Como en la mitosis, al iniciarse la meiosis I, el DNA de las células germinales femenina y
masculina (los ovocitos primarios y los espermatocitos) se replica, de manera que cada uno de
los 46 cromosomas se duplica en cromátidas hermanas. Sin embargo, a diferencia de lo que
sucede en la mitosis, los cromosomas homólogos se alinean en parejas, proceso que recibe el
nombre de sinapsis. El emparejamiento se realiza de manera exacta punto por punto, excepto en
el caso de la combinación XY.
A continuación, los pares homólogos se separan en dos células hijas, lo que reduce el número de
cromosomas que pasa de diploide a haploide. Poco después, la meiosis II separa las cromátidas
hermanas. Así, cada gameto contiene 23 cromosomas.
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Figura 7. Primera y segunda división meiótica. A. los cromosomas homólogos se aproximan. B. Los
cromosomas homólogos se emparejan y cada miembro de la pareja está formado por dos cromátides. C.
Los cromosomas homólogos estrechamente emparejados intercambian fragmentos de cromátide (entre-
cruzamiento). Obsérvese el quiasma. D. Los cromosomas en estructura doble se separan. E. Anafase de la
primera división meiótica. F, G. Durante la segunda división meiótica, los cromosomas en estructura
doble se parten por el centrómero. Cuando la división se ha completado, los cromosomas de las cuatro
células hijas son diferentes entre ellos.
Entrecruzamiento
El entrecruzamiento es uno de los acontecimientos fundamentales de la meiosis I, y consiste en
el intercambio de segmentos de cromátidas entre los cromosomas homólogos emparejados. Se
rompen segmentos de cromátidas que se intercambian cuando los cromosomas homólogos se
separan. Durante el proceso de separación, los puntos de intercambio quedan temporalmente
unidos y forman una estructura parecida a una X llamada quiasma.
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Cada célula germinal contiene un número haploide de cromosomas, de manera que en la
fecundación se restablece el número diploide de 46.
Corpúsculos polares
Asimismo, durante la meiosis un ovocito primario origina cuatro células hijas, cada una con 22
cromosomas más 1 cromosoma X (figura 8). Sin embargo, sólo una de ellas se desarrollará en un
gameto maduro, el ovocito; las otras tres llamadas corpúsculos polares, reciben muy poco
citoplasma y degeneran.
De manera parecida, un espermatocito primario origina cuatro células hijas, dos con 22
cromosomas más 1 cromosoma X y dos con 22 cromosomas más 1 cromosoma Y. Además, las
cuatro células se desarrollarán en gametos maduros.
Figura 8. Acontecimientos que tienen lugar durante la primera y la segunda división de maduración. A.
La célula germinal femenina primitiva (ovocito primario) sólo produce un gameto maduro, el ovocito
maduro. B. La célula germinal masculina primitiva (espermatocito primario) produce cuatro
espermátidas, cada una de las cuales se desarrollará en un espermatozoide.
El cariotipo humano
Mediante el cultivo de linfocitos de sangre periférica o por medio de muestras obtenidas de
biopsias de piel o de otros tejidos, es posible observar los cromosomas con el microscopio. Éstos
se analizan durante la metafase, en las cuales cada cromosoma consta de dos cromátidas unidas
por un centrómero.
De acuerdo con la localización del centrómero, hay tres tipos de cromosomas en el humano
(figura 9):
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2. Si el centrómero está más cerca de uno de los extremos que del otro, estableciéndose
así claramente un brazo corto (p) y un brazo largo (q), el cromosoma es submetacéntri-
co.
3. Si el centr6mero está situado muy próximo a uno de los extremos, siendo el brazo
corto muy reducido, el cromosoma es acrocéntrico.
Los 10 cromosomas acrocéntricos del humano tienen, además, en el brazo corto unas
formaciones que recuerdan palillos de tambor que se denominan satélites.
Figura 9. Morfología
cromosómica según la
localización del centrómero
Es posible identificar con precisión cada uno de los pares de cromosomas que constituyen el
cariotipo, gracias al desarrollo de procedimientos que se conocen como técnicas de bandas.
Los cromosomas no aparecen uniformemente teñidos como con las técnicas usuales, sino
formados por una secuencia de segmentos claros y obscuros, o fluorescentes y no fluorescentes,
que forman las denominadas bandas (figura 10).
Alteraciones cromosómicas
Las alteraciones cromosómicas son de dos clases:
1. Alteraciones numéricas.
2. Aberraciones de la estructura.
Alteraciones numéricas
Las alteraciones en el número cromosómico de las células pueden originarse como resultado del
fenómeno denominado no disyunción o no separación cromosómica, de un rezago anafásico en
la migración de los cromosomas hacia los polos celulares, o por cambios en el número de cromo-
somas de los gametos que implican la repetición de varios conjuntos haploides de cromosomas.
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Figura 10. Bandas en los
cromosomas humanos
Las fallas pueden originarse en la división de meiosis, tanto en la primera como en la segunda
división de meiosis o en ambas, o presentarse durante la división de tipo mitótico.
Las aneuploidías se presentan porque uno de los cromosomas, junto con su homólogo, pasa al
mismo polo de la célula o se incorpora al mismo gameto. A este fenómeno se le conoce como no
disyunción o no separación cromosómica.
Si el gameto que lleva un cromosoma adicional se une con uno normal, originará un individuo
trisómico (2n+1). Cuando la fecundación implica la fusión de un gameto normal con uno al que
le falta un cromosoma, se formará un sujeto monosómico (2n - l).
Las aneuploidías son causa muy importante de malformaciones congénitas al nacimiento. Las
fallas de la división celular pueden presentarse en la meiosis I o en la meiosis II en la
espermatogénesis o en la ovogénesis, y también pueden ocurrir en las mitosis en las divisiones
tempranas del cigoto.
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Son ejemplos de aneuploidías el síndrome de Down o trisomía 21 (cariotipo 47, XY o XX, + 21);
el síndrome de Turner o monosomía de un cromosoma sexual (cariotipo 45,X).
Alteraciones en la estructura
Los cromosomas están expuestos a la acción de numerosos agentes ambientales mutagénicos que
los dañan y les ocasionan fracturas o rompimientos.
Estos agentes pueden ser de naturaleza física como las radiaciones, química, como drogas y
agentes alquilantes, o biológicos como los virus.
Existen mecanismos de reparación celular que tratan de subsanar el daño, pero éste puede ser tan
grave, o los mecanismos de reparación no ser tan eficientes, que se produzcan las alteraciones
estructurales.
Si un cromosoma pierde un segmento de su estructura, se dice que tiene una deleción o pérdida
de material genético. Cuando la deleción ocurre en los dos extremos del cromosoma, la porción
que porta el centrómero une sus extremos rotos y forma una estructura circular o cromosoma en
anillo. Se produce una inversión cuando un segmento cromosómico rota 180° sobre sí mismo y
se coloca nuevamente en el cromosoma, pero en forma invertida, quedando la secuencia de genes
alterada. Se denomina translocación al intercambio de segmentos entre cromosomas. La
translocación puede ser recíproca o no, y puede involucrar cromosomas homólogos o no
homólogos.
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