Tema 1. Introducción II
Tema 1. Introducción II
Tema 1. Introducción II
LA CULTURA MEDIEVAL
En la literatura, tendrá gran importancia el contacto con otras culturas, y sobre todo en el carácter
épico. La diversidad de conceptos literarios, debidos a la convivencia entre árabes, judíos y
cristianos, también afectará a la creación artística. Las peregrinaciones del S.XI, marcarán la
influencia francesa, al igual que el Cantar de Roncesvalles.
En el siglo XV, cabe destacar a Italia como principal influencia, con el movimiento renacentista,
además de la escuela de traductores de Toledo, que facilita la llegada de obras escritas en otro
idioma. Los monjes serán uno de los mayores focos de emisión cultural. La lírica culta mostrará
rasgos provenzales. Así pues, de esta forma, vemos como la Edad Media es indispensable en la
evolución de la literatura española, prueba de ello es el teatro de Lope de Vega y el Romancero de
Duque de Rivas.
En el ámbito de la lingüística, podemos decir que su influencia es múltiple, aunque cabe destacar la
visigoda y la ibérica. Los árabes también marcarán distintas pautas como el prefijo “al-” y la
aparición de algún diptongo. En el S.XI se aprecia la influencia francesa en galicismos como “fraile”.
En el S.XV el Renacimiento italiano también traerá consigo gran cantidad de neologismos.
ORIENTACIONES BIBLIOGRÁFICAS
En este apartado encontramos las recreaciones medievales, que se realizan para mostrar una
distinta dimensión en este caso de las obras medievales.
Podemos mencionar:
La tragedia de la gitana Celestina de Alfonso de Sastre
El Brujo postergado de Jorge Luis Borges
Importancia al autor Saavedra Fajardo
Azorín, será un estandarte pleno de este contexto literario con Las Nubes.
En la recreación de las Nubes vemos como se unen acontecimientos de la Celestina con elementos
propios, dando lugar así a dos planos. Aparece la lírica italiana sustentada en un tiempo real a la
obra y el carácter paterno de Calisto. Las nubes representan una realidad siempre cambiante,
dando una sensación de inestabilidad y eternidad. De esta forma, Azorín renueva la obra y
personifica en las nubes el paso del tiempo, elementos que quedan temáticamente unidos al final
del relato.