Lecturafluidoterapia 2014
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El agua corporal total corresponde aproximadamente al 60% del peso del individuo. De éste,
las dos terceras partes comprenden el compartimento o líquido intracelular (LIC), y una
tercera parte el líquido extracelular (LEC). El LEC es el volumen que más nos interesa en
términos de reposición de volumen. El LEC consta de dos compartimentos, el fluido
intersticial y el volumen intravascular (VIV).
Es importante realizar una valoración adecuada para la elección de la terapia más atingente
frente al cuadro clínico que presente el paciente. El individuo sano, con mecanismos de
compensación intactos, pueden tolerar por períodos más prolongados hemorragias o
cuadros de hipovolemia y aceptar grandes aportes de volumen a diferencia de quienes
presenten patologías asociadas como por ejemplo insuficiencia cardiaca en donde el aporte
de volumen debe de manera más controlada o deterioro de la función renal o hepática. La
reanimación en ellos es más enérgica y con monitorización más estricta. En pacientes con
falla respiratoria el aporte excesivo de volumen puede ser desfavorable en términos de
oxigenación.
Las soluciones cristaloides son aquellas soluciones que contienen agua, electrolitos y/o
azúcares en diferentes proporciones y que pueden ser hipotónicas, hipertónicas o
isotónicas respecto al plasma.
Dentro de este grupo de soluciones, las que se emplean habitualmente son las soluciones
salina fisiológica (NaCl 0.9 %) y de Ringer Lactato que contienen electrolitos en
concentración similar al suero sanguíneo y lactato como buffer. Cualquier solución isotónica
es capaz de restaurar el volumen intravascular, de expandir el LEC, y de mantener o mejorar
el flujo urinario. De bajo costo y no tóxicos en el corto plazo, los cristaloides son el fluído de
elección en el tratamiento inicial. Al ser infundidos por vía intravascular se produce una
rápida distribución en el LEC, aumentando tanto el intravascular como el intersticio
Suero fisiológico:
La normalización del déficit de la volemia es posible con la solución salina normal, aceptando
la necesidad de grandes cantidades, debido a la libre difusión entre el espacio vascular e
intersticial de esta solución. Después de la infusión de 1 litro de suero salino sólo un 20-30 %
del líquido infundido permanecerá en el espacio vascular después de 2 horas.
Como norma general se acepta la administración entre 3 y 4 veces el volumen perdido para
lograr la reposición de los parámetros hemodinámicos. Estas soluciones cristaloides no
producen una dilución excesiva de factores de coagulación, plaquetas y proteínas, pero en
déficits severos se puede producir hipoalbuminemia, con el consecuente descenso de la
presión coloidosmótica (PC) y la posibilidad de inducir edema. Este descenso de la (PC), con
su repercusión en gradiente transcapilar, atribuído a la administración excesiva de
soluciones cristaloides, ha sido considerada como favorecedor de la formación de edemas.
Ringer Lactato:
El ringer lactato se clasisfica como una solución de reposición electrolítica, la solución Ringer
Lactato se incluye dentro de las soluciones polielectrolíticas isotónicas alcalinizantes de
utilidad ampliamente demostrada en clínica, por su composición electrolítica muy similar al
líquido extracelular. El ión lactato es un precursor del bicarbonato, participando por lo tanto
en la regulación del equilibrio ácido-base. Esta transformación puede estar alterada en el
caso de insuficiencia hepática.-
La solución de Ringer Lactato contiene 45 mEq/L de cloro menos que el suero fisiológico,
causando sólo hipercloremia transitoria y menos posibilidad de causar acidosis. Y por ello,
es de preferencia cuando debemos administrar cantidades masivas de soluciones
cristaloides. Diríamos que es una solución electrolítica “balanceada”, en la que parte del
sodio de la solución salina isotónica es reemplazada por calcio y potasio.
La vida media del lactato plasmático es de más o menos 20 minutos, pudiéndose ver
incrementado este tiempo a 4 ó 6 horas en pacientes con shock y a 8 horas si el paciente es
poseedor de un bypass cardiopulmonar.
Por su parte, las soluciones hipotónicas se distribuyen a través del agua corporal total. No
están incluidas entre los fluidos indicados para la resucitación del paciente crítico. Estas
soluciones consisten fundamentalmente en agua isotonizada con glucosa para evitar
fenómenos de lisis hemática. Sólo el 8 % del volumen perfundido permanece en la
circulación, ya que la glucosa entra a formar parte del metabolismo general generándose
CO2 y H2O y su actividad osmótica en el espacio extracelular dura escaso tiempo. Debido a
la mínima o incluso nula presencia de sodio en estas soluciones, su administración queda
prácticamente limitada a tratamientos de alteraciones electrolíticas (hipernatremia), otros
estados de deshidratación hipertónica y cuando sospechemos la presencia de hipoglucemia.
Las soluciones hipertónicas e hiperosmolares han comenzado a ser más utilizados como
agentes expansores de volumen en la reanimación de pacientes en shock hemorrágico.
Ciertos trabajos demuestran que el cloruro sódico es superior al acetato o al bicarbonato de
sodio en determinadas situaciones. Por otro lado, el volumen requerido para conseguir
similares efectos, es menor con salino hipertónico que si se utiliza el fisiológico normal
isotónico.
Entre sus efectos beneficiosos, además del aumento de la tensión arterial, se produce una
disminución de las resistencias vasculares sistémicas, aumento del índice cardíaco y del flujo
esplénico.
La solución hipertónica debe ser usada con precaución en pacientes con insuficiencia renal,
donde la excreción de sodio y cloro suelen estar afectados.
Es una solución isotónica (entre 275-300 mOsmol/L) de glucosa, cuya dos indicaciones
principales son la rehidratación en las deshidrataciones hipertónicas (por sudación o por
falta de ingestión de líquidos) y como agente aportador de energía.
Entre las contraindicaciones principales tenemos aquellas situaciones que puedan conducir a
un cuadro grave de intoxicación acuosa por una sobrecarga desmesurada de solución
glucosada.
Otro efecto sería una acción protectora de la célula hepática, ya que ofrece una reserva de
glucógeno al hígado y una acción tónico-cardíaca, por su efecto sobre la nutrición de la fibra
miocárdica.
Como aporte energético sería una de las indicaciones principales, ya que aporta suficientes
calorías para reducir la cetosis y el catabolismo proteico en aquellos pacientes con
imposibilidad de tomar alimentación oral.
Las soluciones glucosalinas (314 mOsm/L) son eficaces como hidratantes y para cubrir la
demanda de agua y electrolitos. Cada litro de infusión de suero glucosalino aporta 35
gramos de glucosa (140 kcal), 60 mEq de sodio y 60 mEq de cloro.
Las soluciones coloidales contienen partículas en suspensión de alto peso molecular que no
atraviesan las membranas capilares, de forma que son capaces de aumentar la presión
osmótica plasmática y retener agua en el espacio intravascular. Así pues, las soluciones
coloidales incrementan la presión oncótica y la efectividad del movimiento de fluidos desde
el compartimento intersticial al compartimento plasmático deficiente. Es lo que se conoce
como agente expansor plasmático. Producen efectos hemodinámicos más rápidos y
sostenidos que las soluciones cristaloides, precisándose menos volumen que las soluciones
cristaloides, aunque su coste es mayor.
6. Facilidad de esterilización
Podemos hacer una clasificación de los coloides como: Soluciones coloidales naturales y
Soluciones coloidales artificiales
Albúmina
La capacidad de retener agua que tiene la albúmina viene determinada tanto por su
cantidad como como por la pérdida de volumen plasmático que se haya producido. Un
gramo de albúmina incrementa el volumen plasmático aproximadamente en 18 mL, y 100
mL de albúmina al 25 % incrementan el volumen plasmático una media de más o menos
465 ± 47 mL, comparado con los 194 ± 18 mL que aumenta tras la administración de 1 L. de
Ringer Lactato. La albúmina administrada se distribuye completamente dentro del espacio
intravascular en dos minutos y tiene aproximadamente una vida media entre 4 y 16 horas.
El 90 % de la albúmina administrada permanece en el plasma unas dos horas tras la
administración, para posteriormente equilibrarse entre los espacios intra y extravascular
durante un período de tiempo entre 7 a 10 días. Un 75 % de la albúmina comienza a
desaparecer del plasma en 2 días. Su catabolismo tiene lugar en el tracto digestivo, riñones y
sistema fagocítico mononuclear.
Entre los posibles beneficios que puede aportar la albúmina, está su capacidad para hacer
disminuir los edemas, mejorando la presión oncótica vascular y evitando así, tanto en los
pulmones como en otros órganos, la producción de edema. Estudios recientes han
demostrado, que la albúmina también es capaz de barrer los radicales libres que circulan por
el plasma. En la actualidad, la única indicación que privilegia esta sustancia frente a los
coloides artificiales, es la hipovolemia en la mujer embarazada, por la posible reacción
anafiláctica fetal a los coloides artificiales.
Dextranos:
Derivados de la gelatina:
Las soluciones de gelatina se emplearon por primera vez durante la 1ª Guerra Mundial,
debido a su elevada viscosidad y bajo punto de congelación, y se han ido transformando
hasta llegar a las gelatinas actuales.
Las gelatinas son polipéptidos obtenidos por desintegración del colágeno, y podemos
distinguir 3 grupos: 1) Oxipoligelatinas, 2) Gelatinas fluídas modificadas y 3) Gelatinas
modificadas con puentes de urea (estas dos últimas, las gelatinas fluídas y las modificadas
con puentes de urea, se obtienen de colágeno bovino). La de utilización más frecuente es la
modificada con puentes de urea, comúnmente conocida como Haemacell, que consiste en
una solución de polipéptidos al 3.5 % obtenida después de un proceso de disociación
térmica y posterior polimerización reticular mediante puentes de urea. Estos polipéptidos
están formados por 18 aminoácidos que suponen un aporte de nitrógeno de 6.3 gr/l de la
solución al 3.5 %. Estas soluciones poseen un alto contenido en calcio (6 mmol/L) y en
potasio (5 mmol/L), igualmente resulta ligeramente hiperoncótica.
BIBLIOGRAFÍA