Revolución Rusa 4to 2da
Revolución Rusa 4to 2da
Revolución Rusa 4to 2da
IV - La Revolución rusa
2. La oposición a la guerra
Un refugiado político ruso, Vladimir Illich Ulianov, conocido como Lenin, había califi-
cado el conflicto bélico de 1914 como una guerra imperialista, «una guerra de conquista,
pillaje y rapiña», por el reparto del mundo, en la que los trabajadores no tenían por qué
apoyar a las clases dirigentes de sus respectivos países.
Lenin, miembro y dirigente de los Bolcheviques –un sector del Partido socialdemócrata
ruso– había sufrido la persecución zarista, y se encontraba exiliado en Zurich (Suiza);
y regresaría a Rusia para convertirse en líder de la Revolución Socialista de Octubre
de 1917.
Desde su exilio condenó duramente la pasividad de la Segunda Internacional Socia-
lista frente a la guerra. Esta organización, fundada en 1889, agrupaba a los partidos
socialistas de distintos países y dejó de existir en 1914. Al comenzar la guerra –según
Lenin– sus líderes traicionaron la causa del socialismo y se colocaron del lado de sus
gobiernos imperialistas. Lenin consideraba que los socialistas debían paralizar la guerra
mediante huelgas o promoviendo la deserción de los soldados. Pero los obreros fueron
captados por el nacionalismo y el patriotismo en cada país.
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CAPÍTULO 3
4. Lenin y la guerra
Segunda
El malestar en el frente se expresaba en las deserciones Internacional Socialista
masivas, y el nuevo régimen parecía incapaz de resolver La Segunda Internacional
el problema de la guerra. Los países occidentales habían Socialista se conformó a par-
apoyado al Gobierno Provisional, temerosos de que Rusia tir del Congreso de 1889, y
se retirara de la contienda. fue hegemonizada por par-
tidos socialdemócratas que
En abril de 1917, Lenin regresó a Rusia con una postura apoyaban la Primera Guerra
hostil a «la guerra imperialista de rapiña»; pedía, enton- Mundial. La Primera Interna-
ces, la «paz sin anexiones» (es decir, sin conquista de cional de los Trabajadores
territorios). Rusia debía declararse «libre de todo compro- había sido constituida por
Marx, Bakunin y otros revo-
miso» con los países aliados en una guerra a la que había
lucionarios, y funcionó entre
ingresado por iniciativa del zar depuesto. La paz era un
1864 y 1872.
llamamiento a los gobiernos y a los pueblos; Lenin creía
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La Gran Guerra y las transformaciones en Europa
que la revolución proletaria era eminente en Europa y que los trabajadores, al ver que
sus gobiernos no querían la paz, se levantarían.
Mientras tanto, las embajadas francesa y británica presionaban por la continuidad de
Rusia en la guerra; si ésta decidía retirarse unilateralmente, se cerraba un frente y se
facilitaría una gran ofensiva alemana. Por su posición antibelicista, Lenin fue acusado
de «agente alemán», de trabajar como «espía al servicio de Alemania», debido a su
pretensión de que el nuevo poder en Rusia firmara la paz por separado con «el impe-
rialismo alemán». La agitación de su partido (bolchevique) determinó la detención de
algunos miembros, y el propio Lenin tuvo que refugiarse en Finlandia. Pero, así como la
oposición a la guerra fue decisiva para acabar con el régimen zarista, también lo sería
para el triunfo de la Revolución bolchevique en octubre.
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CAPÍTULO 3
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La Gran Guerra y las transformaciones en Europa
· En 1918 se dispuso la ejecución del Zar y su familia, por temor a que fueran liberados
por los contrarrevolucionarios.
· En 1920 se fundó por iniciativa del gobierno soviético, una Nueva Internacional
(Comunista), en sustitución de la Segunda Internacional desacreditada por la guerra
a la que no había sabido oponerse.
· Las repercusiones teóricas y prácticas de la Revolución Rusa tuvieron también una
importancia fundamental para el siglo XX y se expresaron en la contribución de Lenin
a la obra de Marx. El fundador del marxismo y redactor del Manifiesto Comunista de
1848, pensaba que la revolución estallaría en el corazón del capitalismo más avan-
zado: Gran Bretaña. Lenin, en su obra El imperialismo, etapa superior del capitalismo,
consideró que estallaría en Rusia, donde el desarrollo capitalista era menos fuerte,
pero este atraso relativo permitía que fuera más fácil de romper. Según Lenin, con
la explosión rusa, la revolución se producía en «el eslabón más débil del sistema
capitalista mundial», pero como prólogo o antesala de una revolución proletaria en
toda Europa.
Con la muerte de Lenin en 1924 y la llegada al poder de Iósif Stalin, la posibilidad del
derrocamiento del capitalismo en todos los países se había desvanecido; y el nuevo
líder soviético emprendió «la construcción del socialismo en un solo país». Trotski se
opuso a este cambio teórico, pues consideraba que el socialismo no podía sobrevivir
aislado, pero tuvo que exiliarse en México, en donde muere asesinado en 1940.
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