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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL

UNIDAD AJUSCO ÁREA 1

LICENCIATURA EN SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN

Factores de éxito y fracaso en el desempeño académico de las y los


estudiantes de la Licenciatura en Sociología de la Educación de la UPN

María Adelina Castañeda Salgado


Claudia Sernas Hernández

Introducción

En los estudios relacionados con el éxito y el fracaso académico en educación


superior, uno de los factores poco estudiado es la percepción que tienen los y las
estudiantes acerca de las condiciones que propician su buen desempeño para
alcanzar el objetivo de concluir una carrera universitaria. Se ha destacado la
importancia de tomar en cuenta factores asociados con el entorno familiar, social,
cultural e institucional, pero no los factores subjetivos que modulan intereses,
motivaciones, limitaciones y potencialidades de los y las jóvenes para lograr el
éxito en sus estudios.

El llamado éxito y fracaso escolar en la educación superior depende de


procesos educativos complejos que ameritan ser analizados para identificar su
origen y consecuencias para los sujetos que lo viven. La explicación de sus
causas tiene que ver con factores socioculturales y condiciones institucionales,
pero también con modelos de conducta personal vinculados a la trayectoria
académica y significados que construyen los y las jóvenes en esta etapa de
formación.
Para conocer cómo operan estas dos dimensiones en el trayecto
universitario, no basta medir el comportamiento del éxito o fracaso a través
porcentajes de deserción, retención o eficiencia terminal; hace falta tener la
perspectiva de las y los estudiantes sobre la elección de la carrera, su proceso de
integración y las experiencias vividas durante su permanencia en la universidad.
De acuerdo con Tinto (1987), la decisión de los y las estudiantes de
permanecer o no en las aulas es causada por la interacción de tres elementos:
individuales, sociales e institucionales, entre los cuales están los antecedentes
familiares, la capacidad de las instituciones por retener a las y los estudiantes, las
lagunas o deficiencias académicas que arrastran de niveles previos, así como la
valoración y expectativas de los y las jóvenes por concluir una carrera.
Estas variables operan de manera particular en cada estudiante, pero vale
la pena preguntarse ¿qué provoca que en condiciones sociales e institucionales
similares haya estudiantes que logran un trayecto como alumnos exitosos, tienen
disposición para aprender, cursan la carrera sin tropiezos, obtienen su título; y
estudiantes que no logran interesarse en sus estudios, transcurren como
rezagados o abandonan la universidad? ¿Influyen en su desempeño aquellas
cualidades, limitaciones y potencialidades que ellos perciben sobre sí mismos,
como estudiantes y como personas? ¿A qué atribuyen su éxito o fracaso escolar
en la licenciatura?

Nuestro interés por indagar la confluencia de factores relacionados con la


dimensión socio-institucional y la dimensión subjetiva del éxito y fracaso escolar
de las y los estudiantes de la Licenciatura en Sociología de la Educación (LSE), se
basa en nuestra experiencia como profesoras de esta licenciatura, la cual nos ha
permitido conocer escenarios, prácticas, intereses de grupos y dinámicas que
influyen en el desempeño de los y las estudiantes, algunos con muchas
dificultades y barreras para lograr un trayecto de continuidad y egreso satisfactorio
de la carrera, otros con los atributos necesarios para implicarse en su formación
profesional.

En suma, la investigación cuyos resultados aquí se presentan, se propuso


conocer la influencia de condiciones sociales, familiares e institucionales, y las
percepciones de los y las estudiantes sobre la formación recibida, los contenidos

2
de las asignaturas, el quehacer docente de sus profesores y profesoras y, en
general, sobre su experiencia académica y personal en la licenciatura.

Acerca de esta licenciatura nos preguntamos cuáles son las causas por las
que con la matrícula más baja y un alto número de profesores y profesoras que
atienden el programa, no se logra abatir el bajo índice de titulación y unificar
criterios para renovar el plan de estudios, con el objetivo común de proporcionar
una formación de profesionales con capacidades, conocimientos y habilidades
para desempeñarse como sociólogos y sociólogas, en un campo laboral que
requiere respuestas y posibles soluciones a diversos problemas educativos de
nuestro país.
La recopilación de información se realizó mediante la aplicación de un
cuestionario a estudiantes de 3º. 5º. y 7º. semestres de la licenciatura, de los
turnos matutino y vespertino, y la realización de entrevistas a 15 estudiantes de los
semestres 5º. y 7º. El cuestionario proporcionó datos sobre aspectos
sociodemográficos y académicos de los y las estudiantes relacionados con el
ingreso a la carrera, ausentismo, reprobación y condiciones, recursos y apoyos
con que cuentan para el estudio.

La aplicación de entrevistas narrativas permitió recuperar la voz de las y los


estudiantes para explorar y comprender cómo construyen la realidad los sujetos
desde su subjetividad en el diálogo con el investigador. Como lo plantea Bolívar
(2002), la narrativa no sólo es una metodología, sino la construcción del sujeto
mediante la propia experiencia que se configura como construcción social de la
realidad.

Lo que relataron los y las estudiantes sobre su experiencia en la licenciatura


no solamente da cuenta de vivencias personales en distintas situaciones;
proporciona información sobre aspectos cruciales de la vida universitaria, algunos
vinculados directamente con la enseñanza, otros relacionados con aspectos
burocráticos y situaciones académicas que les afectan, unos más sobre la
formación profesional que promete la institución. Esto es así porque si bien las
instituciones están organizadas y reguladas por sistemas de normas, dispositivos

3
y mecanismos que pretenden responder a aspiraciones sociales generales, las
actividades y relaciones que de ellos derivan cobran sentido cuando son
experimentadas y relatadas por quienes, a través de sus prácticas, las reproducen
y recrean cotidianamente.

En este documento se presentan únicamente resultados obtenidos y organizados


con referencia a tres temas:

1. Contexto institucional en que se inscribe la Licenciatura en Sociología


Educativa.
2. Rasgos sociodemográficos y vivencias académicas de los y las estudiantes.
3. Percepciones de los estudiantes sobre la licenciatura, las asignaturas y la
formación recibida.

1. Contexto institucional de la Licenciatura en Sociología de la Educación


La creación de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) en 1978, respondió sin
duda a un proyecto innovador de política educativa dirigido a crear una institución
universitaria con funciones de docencia, investigación y difusión de la cultura; a su
vez, significó una alternativa de formación de profesionales especialistas en
disciplinas enfocadas a la educación e intervención dentro del sistema educativo
nacional.

Su desarrollo como institución ha estado permeado por la tensión entre


realizar tareas universitarias y dar acceso a jóvenes bachilleres para cursar una
carrera y, al mismo tiempo, responder a la demanda de actualización y
profesionalización de maestros en servicio por parte del sistema educativo de
formación de docente.

La UPN conserva un signo distintivo frente a otras instituciones de educación


superior al hacer confluir un conocimiento universal y un conocimiento pedagógico
orientados a formar profesionales de la educación en cinco áreas: Administración
Educativa (LAE), Educación Indígena (LEI), Pedagogía (LP), Psicología Educativa
(LPE) y Sociología de la Educación (LSE); además de estas licenciaturas

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presenciales, ofrece dos licenciaturas en línea: Educación e Innovación Pedagógica
y Enseñanza del Francés, todas ellas, según se declara en la visión institucional, con
el objetivo común de “conformar cuadros profesionales especializados en la
planeación, el diseño, la instrumentación y evaluación de proyectos y programas que
atiendan los problemas del Sistema Educativo Nacional y de la educación en
general” (UPN, 2012, p. 26).

Estos programas educativos se ofrecen en la Unidad Ajusco y en algunas


Unidades del interior de la República y son atendidos por un cuerpo de profesores
provenientes de diversas áreas de conocimiento, con formación de origen
normalista y universitario, contratados en su mayoría mediante convocatorias a
concursos de oposición abiertos. Normativamente se establece que el
nombramiento sea de profesor(a)-investigador(a) para ejercer la función de
docencia, investigación y difusión, sin embargo, la enseñanza en las distintas
asignaturas ocupa la mayor parte del tiempo de dedicación de los profesores y
profesoras.
Comparado con las Unidades a nivel nacional, la Unidad Ajusco cuenta con
una planta docente estable y en creciente consolidación de una carrera
académica. La siguiente tabla muestra el tipo de nombramiento y los grados con
que cuentan las profesoras y profesores, lo cual constituye una fortaleza
académica. 85% (409) de académicos y académicas son de tiempo completo, de
los cuales 39% posee título de maestría y 29% (140) tiene grado de doctor; de
estos últimos, 37% (51) pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

Existe una notable diferencia entre la Unidad Ajusco y el resto de las


Unidades de la UPN, incluso con las que se ubican en la Ciudad de México en
cuanto al tipo de nombramiento de las y los profesores.

Tabla 1. Planta académica por tipo de nombramiento en las Unidades UPN


Planta docente Ajusco Unidades CDMX Unidades del
resto del país

Nombramiento Abs.* % Abs.* % Abs.* %

5
Tiempo completo 409 85 89 39 901 26

Tres cuartos de 0 - 1 0.4 52 2


tiempo

Medio tiempo 10 2 57 25 824 24

Asignatura 61 13 80 35 1 704 48

Sin datos - - - - 4 1

Totales 480 100 227 100 3 485 100

* Números absolutos.

Fuente: Dirección de Planeación UPN Ajusco (2013).

Como se observa, en la Unidad Ajusco 90% de las y los profesores son de tiempo
completo y cuentan con las mejores condiciones académicas, lo cual ha
favorecido la creación de Cuerpos Académicos inscritos en el Perfil Deseable para
el Desarrollo Profesional Docente (PRODEP). Este programa tiene el propósito de
fomentar la investigación vinculada a la docencia mediante líneas de Generación y
Aplicación de Conocimiento, en ámbitos socioeducativos, pedagógicos,
psicoeducativos y formación docente.

Si bien la integración de Cuerpos Académicos ha contribuido a difundir


resultados de investigación en libros, artículos y ponencias, los resultados
obtenidos y la actividad misma, se han vinculado escasamente a la docencia,
tampoco han enriquecido la construcción de conocimiento pedagógico y disciplinar
para robustecer y renovar los programas educativos.

Las cinco licenciaturas mencionadas cuentan con una matrícula variable de


estudiantes que se refleja en la fortaleza de cada una. En los dos últimos años,
aumentó la matrícula sobre todo en las licenciaturas en Pedagogía (604) y
Psicología Educativa (558), pero comparada con las otras licenciaturas, en la

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carrera de Sociología la tendencia es a la disminución. Por ejemplo, la diferencia
en la matrícula de las licenciaturas en 2013-2014 fue la siguiente:

Tabla 2. Unidad Ajusco matrícula 2013-2014


Licenciatura Matrícula Total
Nuevo ingreso/
Reingreso
Administración 126 256 382
Educativa
Pedagogía 570 1 089 1 659

Psicología Educativa 495 1 028 1 523

Sociología Educativa 69 163 232

Educación Indígena 85 211 296

Enseñanza del Francés 25 50 75

Educación e 200 41 241


Innovación Pedagógica

Total 1 570 2 838 4 408

Fuente: Dirección de Planeación. UPN-Ajusco, México.

Coincidente con el ejemplo anterior, los anuarios estadísticos de la Asociación


Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES)
reportan los datos siguientes sobre el comportamiento de la matrícula en las cinco
licenciaturas entre los años 2012 y 2018.

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Tabla 3. Matrícula

Licenciatura 2017- 2014- 2012-


2018 2015 2013

Administración 131 167 94


Educativa

Educación 60 74 78
Indígena

Pedagogía 477 604 375

Psicología 521 558 315


Educativa

Sociología de 57 50 54
la Educación

Total inscritos 1 246 1 453 916

Fuente: Anuarios Estadísticos de la ANUIES 2012-2013, 2014-2015, 2017-2018. ANUIES-SEP,


México.

Estas licenciaturas especializadas en la formación de profesionales de la


educación, han tenido resonancia en la demanda de jóvenes que quieren acceder
al ejercicio profesional con diversas funciones dentro del sistema educativo, pero
es frecuente que un número importante de estudiantes ingresen con la expectativa
de ser docentes debido, en parte, a que en el imaginario colectivo permanece la
imagen de que la UPN forma maestros y maestras para ejercer la docencia.
En el caso de la LSE, al ser un programa que se distingue por vincular el
campo de la sociología con la educación, resulta atractivo para un sector de
jóvenes con inquietudes políticas y sociales, pero también por ser una opción
relativamente sencilla de ingreso, dado el puntaje requerido en el examen, menor
al resto de las licenciaturas que ofrece la UPN.

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Aunque reducida, la oferta en esta licenciatura se ha mantenido sin que el
plan de estudios, que data de 1990, se haya modificado para la incorporación de
nuevos contenidos y enfoques metodológicos en el estudio de la sociología y su
vinculación con áreas de conocimiento educativo.
De acuerdo con el número reducido de estudiantes, correspondería lograr
un alto porcentaje de titulación y una formación sólida, especializada en el
conocimiento e intervención de problemas sociales y educativos. Sin embargo,
como veremos enseguida, la carrera arrastra varios problemas que redundan en
baja eficiencia terminal, titulación y conocimientos profesionales.
En este caso, el predominio de intereses políticos han condicionado la
renovación del plan de estudios y las innovaciones académicas. Se ha ejercido
presión a las autoridades en turno para abrir convocatorias de ingreso, mantener
una matrícula, aunque sea escasa, y conservar el control sobre el grupo de
profesores que imparten las asignaturas.
Con ello, la formación académica y profesional de los y las estudiantes que
logran permanecer y egresar de la carrera, se traslada a un segundo plano. Se
puede afirmar que en la LSE la eficacia de la docencia y los resultados de
aprendizaje han dependido más del empeño individual de algunos profesores y
profesoras que del compromiso académico e institucional del programa educativo.

Retención y eficiencia terminal


El tema de la retención y la eficiencia terminal en educación superior es un
problema común a varias instituciones de este nivel educativo. En la explicación
de sus causas se tiende a conceder mayor importancia a factores sociales y
culturales que a las condiciones institucionales, pedagógicas y personales en que
aprenden los y las estudiantes.
La UPN ha realizado algunos diagnósticos para obtener cifras relacionadas
con la retención, permanencia y eficiencia terminal. Para contabilizar las y los
alumnos regulares se toma como base el número de alumnos y alumnas que no
deben materias y han realizado sus estudios en tiempo y forma, así, por ejemplo,

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en la cohorte 2009-2013 el número de alumnas y alumnos regulares es el
siguiente:

Tabla 4. Alumnos y alumnas regulares de la cohorte 2009-2013

Semestr Administració Educació Pedagogí Psicologí Sociologí


e n Educativa n a a a de la
Indígena Educativ Educació
a n

0 114 60 437 385 53

1 91 47 275 289 32

3 64 36 217 196 20

5 51 36 192 167 17

7 54 34 196 169 14

Fuente: Centro de Atención a Estudiantes (CAE) (2013). Informe Final del Programa de Apoyo a la
Formación profesional 2012. México: UPN- Ajusco.

La disminución de alumnos y alumnas regulares del primero al séptimo


semestre es común a todas las licenciaturas, pero en Sociología de la Educación
es proporcionalmente mayor el número de alumnas y alumnos irregulares al
término del mismo semestre. De acuerdo con el estudio realizado por el Centro de
atención a Estudiantes (CAE), los datos negativos que presenta esta licenciatura
se deben a que los y las postulantes que ingresan son los que sacan menores
puntajes en el examen de selección, por ejemplo, en 2012, solamente algunos
jóvenes que solicitaron la licenciatura como primera opción alcanzaron 84/120 de
puntaje, y un número importante obtuvo el mínimo, 27/120; comparativamente, en
la Licenciatura en Pedagogía quienes ingresaron lograron 110/120 puntos y
78/120 como mínimo.
En cuanto a la eficiencia terminal, la institución reconoce que al igual que en
gran parte de las universidades, la eficiencia terminal en la UPN aún no es la
deseable, aunque no está muy alejada del estimado histórico de la media nacional
que es aproximadamente de 50% (PIDI 2014-2018). Sin embargo, en la LSE la

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eficiencia terminal y la titulación se han convertido en un problema cuya solución
no se vislumbra.

La tabla siguiente muestra un ejemplo del porcentaje promedio sobre la


situación de retención y eficiencia terminal en las licenciaturas de la UPN.

Tabla 5. Porcentaje de retención y eficiencia terminal en la UPN-Ajusco, cohorte 2010-2014


Licenciatura Retención % Eficiencia terminal %

Administración Educativa 84 51

Pedagogía 87 47

Psicología Educativa 87 45

Educación Indígena 87 57

Sociología de la Educación 69 36

Fuente: Dirección de Planeación (2015) UPN Ajusco.

La baja retención y eficiencia terminal de los y las estudiantes en la LSE tiene


explicaciones diversas. Las y los estudiantes entrevistados comentan que la
decisión de abandonar o proseguir con su formación como sociólogos y sociólogas
se debe a situaciones familiares, trabajo, falta de claridad sobre las posibilidades
de integrarse al campo laboral, desinterés por las materias y el trato de las y los
maestros, entre otros. La tabla siguiente describe una constante cuya variación es
mínima.

Tabla 6. Índice de eficiencia terminal en la LSE, cohortes 2002-2018

Generación Inscritos Egreso Índice de


eficiencia
terminal
2002-2006 76 24 32%
2003-2007 81 19 23%
2004-2008 117 23 20%

11
2005-2009 118 38 32%
2006-2010 89 24 27%
2007-2011 89 25 28%
2008-2012 61 19 31%
2013-2017 70 29 30%
2014-2018 50 19 25%
Fuente: Datos de Servicios Escolares (2019), UPN-Ajusco.

La eficiencia terminal es un indicador de la continuidad, el egreso en los años que


dura la carrera y los índices de titulación de egresados de una institución de
educación superior. La culminación de una carrera y la obtención del título refleja
de algún modo la eficiencia en la formación de cuadros profesionales preparados
para insertarse a un mercado laboral altamente competitivo.

En la licenciatura en cuestión, la titulación ha presentado serios rezagos


desde su creación. En la siguiente tabla se muestra el número de estudiantes que
se han logrado titular en los últimos seis años.

Tabla 7. Número de titulados por año


Año Número de titulados
2013 28
2014 16
2015 15
2016 9
2017 16
2018 13
Total 97
Fuente: Elaboración propia con datos de la Coordinación de la Licenciatura en Sociología de la
Educación 2018.

Se observa que el mayor número de titulados corresponde al año 2013, esto se


debió a la implementación de un programa emergente de titulación en el cual se
incluyeron egresados de varias generaciones anteriores. Los programas
emergentes constituyen una solución temporal; serían menos necesarios si cada
programa asume la responsabilidad de implementar estrategias para el

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acompañamiento efectivo a los y las estudiantes de los últimos semestres, con el
fin de que logren su titulación inmediata al egreso de la carrera.

Otro problema que incide en la titulación oportuna se refiere a que los


programas educativos ofrecen pocos espacios para el apoyo didáctico de la
escritura académica, de modo que las dificultades de comunicación oral y escrita
que enfrentan los y las estudiantes que recién ingresan, permanecen a lo largo de
los semestres.

A lo anterior, en la LSE se agregan posiciones ideológicas sobre


modalidades de titulación y tipos de trabajos que se pueden realizar a nivel de
licenciatura, así como la burocratización en los trámites de obtención del título.
Estos problemas se presentan pese a que existe su marco jurídico, donde se
establece un Reglamento de Titulación que sienta las bases académicas
generales y las modalidades para obtener el título, pero en cada licenciatura se
aplican criterios particulares que dificultan el proceso de titulación.

La exigencia de titularse mediante la elaboración de tesis complejas sobre


temas sociológicos generales, las contrariedades para realizar trabajo empírico
sobre problemas cercanos a la experiencia de los y las estudiantes y la falta de
seguimiento de los proyectos, son situaciones que prolongan el tiempo de
elaboración del trabajo recepcional, a la par que descartan otras modalidades de
titulación a nivel licenciatura contempladas en el reglamento, como son examen
general de conocimientos, tesinas, ensayos, propuestas de intervención educativa,
entre otras.

Es conocido que la titulación de los egresados constituye un problema no


resuelto en México, pues el país tiene la proporción más baja de adultos titulados
de 25 a 64 años entre los países de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE), sólo 17% cuenta con un título de educación
superior, una cifra muy inferior al promedio que es de 37%, y por debajo de otros
países de la región, tales como Chile (23%), Colombia (23%), Costa Rica (23%) o
Argentina (21%) (OCDE, 2018, p. 9).

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El problema de la falta de títulación se acentúa en licenciaturas en ciencias
sociales, humanísticas y educación. Para la OCDE (2018), los problemas a los
que se enfrentan las y los egresados para no obtener su título universitario y, así,
terminar con la última fase de formación, pueden ser múltiples, desde una mala
planeación dentro del currículum para titular, deficiencias en los planes y
programas de estudio, hasta la falta de herramientas teórico-metodológicas para
que los y las estudiantes puedan elaborar trabajos destinados a su titulación.

El tema es que obtener o no el título de una licenciatura tiene cada día


mayor significado para las y los estudiantes, los programas educativos y el
sistema. El título proporciona indicios acerca de las habilidades, conocimientos,
actitudes y destrezas adquiridas durante la formación profesional y constitutuye
frecuentemente una garantía para ingresar al mercado laboral en áreas cuyas
tareas y funciones corresponden con el perfil de egreso en el que fue formado el
egresado.

En la LSE, la limitada eficiencia terminal tiende a relacionarse con las


deficiencias con que llegan los y las estudiantes al ingresar a la licenciatura y la
institución de procedencia de educación media superior. Los datos obtenidos al
respecto, indican que 37% de la matrícula proviene del Colegio de Bachilleres,
15% de preparatorias públicas o privadas y 4 y 9% a los CETIS y Conalep,
respectivamente. Otro porcentaje de estudiantes han obtenido su certificado de
educación media superior por medio de exámenes generales o educación abierta
que les ofrece la Secretaría de Educación Pública (SEP) y otras instituciones. Hay
coincidencias en estos datos con los obtenidos en el estudio realizado 10 años
atrás por Cuevas (2008).

14
Gráfica 1. Institución de educación media superior de egreso de las y los alumnos
que ingresan a la Licenciatura en Sociología de la Educación

37%

4% 15% 15%
9% 3% 2% 4%

Consideramos que es importante la escuela de procedencia, pero se tiende


a sobrestimarla como un indicador de las deficiencias en el desarrollo de
habilidades básicas para la comprensión de textos académicos, redacción, análisis
teóricos y métodos para indagar, con que llegan los y las estudiantes que ingresan
a la licenciatura.

Los propios estudiantes hacen consideraciones al respecto. Uno de los


entrevistados explica que el haber cursado en el Colegio de Bachilleres no le
proporcionó los elementos necesarios como: redacción y comprensión lectora
indispensables para tener un mejor desempeño en la licenciatura:

La educación media superior, la realicé en el Colegio de Bachilleres. La verdad hice mi


examen para el CCH o la Prepa, pero no me quedé, tuve que conformarme con el Bacho.
La verdad te da lo esencial de las materias, pero no para aprender a redactar o leer textos
complejos como los que leemos aquí, creo que me faltó mucho (Informante B).

La formación adquirida en bachillerato puede ser deficiente según el modelo


curricular que promueve cada institución, sin embargo, es importante tomar en
consideración que hay también dificultades en la institución universitaria, en este
caso la UPN, para acoger a las y los estudiantes que ingresan y proporcionarles

15
herramientas que les permitan acceder a los usos del conocimiento universitario y
a los códigos de comunicación académica.
Las y los profesores pasan por alto que los cambios en los métodos de
estudio, las lecturas de textos complejos y el análisis de temas abstractos exige de
los y las estudiantes estrategias de aprendizaje diferentes. Aprender a estudiar
“desde otro lugar” en la educación superior demanda de un proceso de
alfabetización académica que ayude a las y los estudiantes a comprender otras
lógicas y modos de ver y utilizar el conocimiento universal y el de las disciplinas
que se abordan en los cursos de licenciatura.
El apoyo a los y las estudiantes de nuevo ingreso es fundamental si se
considera que no cuentan con una formación previa más sólida, afectada también
por la lógica de la certificación de la educación media superior en la que ha
entrado el sistema educativo, lo cual ha derivado en el incremento de estudiantes
que provienen de otras opciones para obetener el certificado de bachillerato sin
pasar por un proceso escolarizado, por ejemplo, los programas de preparatoria a
distancia y el examen general de conocimientos del Centro Nacional de
Evaluación (Ceneval). Aun cuando la certificación representa una opción para
personas que tienen una ocupación laboral, es común que los propios estudiantes
la vean como una limitación para adaptarse a un sistema universitario presencial y
a la dinámica de los cursos. Una estudiante se refiere a este tema:

Yo estaba en la prepa 8 en el año 2001 y la tuve que dejar para poder trabajar. Dejé de
estudiar un lapso de tres años y me dediqué a trabajar de demostradora en las tiendas de
auto servicio. Terminé y me certifiqué por el CENEVAL, en examen único, allí la terminé,
pero eso me ha dado muchos problemas, ya que no he podido adaptarme al 100, dejé
mucho tiempo de estar en el ambiente escolar (Informante E).

Ante esta nueva realidad, corresponde a los programas educativos de


licenciatura hacerse cargo de acompañar el proceso de adaptación de las y los
estudiantes de nuevo ingreso, con el fin de que las dificultades que implica
enfrentarse a la diversidad de prácticas y estilos de enseñanza universitaria no
tenga el y la estudiante que sortearlas solamente de manera individual y anónima.

16
En el caso de algunos estudiantes, el proceso de adaptación se dificulta
aún más por el hecho de que 77% no ingresó a la universidad de manera
inmediata, de modo que hay un desfase de conocimientos y habilidades de
estudio que se van perdiendo con el tiempo.

Gráfica 2. ¿Al terminar el bachillerato ingresaste inmediatamente a la Universidad?

El peso asignado al promedio alcanzado en educación media superior es


otro elemento agregado que puede operar a favor o en contra del ingreso a la
educación superior. En el caso de la LSE, los y las jóvenes que ingresan tuvieron
un rendimiento bajo o medio, más de 50% obtuvieron una calificación entre 7 y 8,
y 45% entre 8 y 9.

Elección de la carrera. circunstancias y decisiones


Hemos considerado algunos aspectos académicos que influyen en el derrotero del
desempeño durante la formación de los y las estudiantes de Sociología,
relacionados con la institución de procedencia de nivel medio superior, el
promedio alcanzado. La elección de carrera es digno de tomar en cuenta en el
recorrido académico y en el éxito o fracaso escolar de las y los universitarios.

Los y las estudiantes requieren determinadas competencias intelectuales


para obtener un buen rendimiento escolar, pero muchas veces las dificultades a

17
las que se enfrentan se deben al desconocimiento de metas claras y a la no
reflexión sobre la elección de carrera o institución donde quieren formarse como
profesionales (Beguet, Cortada, Castro y Renault, 2001).

Es indudable que la elección de una carrera e institución ocupan un lugar


importante en la motivación y expectativas de los y las estudiantes. En este tema,
Tinto (1989) sostiene que muchos de las y los egresados de la educación media
superior recorren el proceso de elegir universidad o carrera de manera fortuita, a
menudo basado en información insuficiente que desemboca en que los y las
estudiantes abandonen en etapa temprana de su recorrido académico en la
universidad.
En varios casos, las y los estudiantes relatan los incidentes y experiencias
por los que atravesaron mientras elegían la carrera. Al preguntarles si la UPN y la
LSE fue su primera opción para estudiar, se pudo identificar que para la mayoría
de las y los inscritos en el semestre 2017-II sí fue la primera opción,
contrariamente a lo que sucedía en años anteriores cuando, para un gran número
de aspirantes, la UPN era la segunda o tercera opción.

Gráfica 3. ¿La Universidad Pedagógica Nacional fue tu primera opción para continuar con
tus estudios de educación superior?
65%

35%

SI NO

18
Gráfica 4. ¿La Licenciatura en Sociología de la Educación fue tu primera opción?

77%

23%

SI NO

Como se verá en algunos testimonios, el hecho de que afirmen que la LSE


fue la primera opción no está exento de contradicciones. Esto es así porque en la
elección de carrera intervienen elementos relacionados con la no admisión en
otras licenciaturas, la influencia de amigos y padres, la incertidumbre y las metas
poco claras. Una de las estudiantes se refiere a la situación que vivió antes de
ingresar a la LSE:

Sufrí el rechazo de varias universidades, hice un par de veces el examen a la UNAM, dos
al politécnico, porque tenía las esperanzas de estar ahí dentro. La UPN fue mi última
opción; el reciclaje. No entré inmediatamente a la universidad, hasta que por consejo de mi
mamá me decidí a regresar. Ella es egresada de una UPN, es licenciada en pedagogía, es
maestra, da clases en Pachuca, me convenció de hacer el examen y me quedé (Estudiante
C).

Un número importante de estudiantes que ingresa a la licenciatura ha


presentado examen de admisión en la UNAM y el Politécnico; para esta estudiante
la UPN fue su “última opción, el reciclaje”. En su comentario se advierte cierta
devaluación de la licenciatura; hasta dónde ver frustrado su deseo de ingresar a

19
las instituciones públicas de mayor prestigio en el país ha sido un obstáculo para
valorar los motivos que le han permitido permanecer en la institución.

Para algunos estudiantes, la decisión de elegir una carrera no es suficientemente


razonada, es confusa:
En la realidad no sabía que existía Sociología de la Educación, mi objetivo era realizar el
examen para Pedagogía, sin embargo, cuando accedí a la página de la convocatoria y vi la
carrera, también vi el mapa curricular de la Licenciatura y me sentí más identificada con las
materias que tenemos en Sociología. Yo quería ser pedagoga porque quería ser maestra,
pero también vi que en sociología hay una formación para lo mismo en lo que ofrecen en el
perfil de egreso y por eso hice el examen para Sociología (Estudiante E).

En este mismo sentido otra estudiante manifestó:

Hice examen para la UNAM, para la licenciatura en arquitectura y pues no me quedé, ya


que me faltaron 10 puntos para poder ingresar, la segunda vez que lo realicé me quedé a
20 puntos, la tercera a 30 puntos y cada vez que lo presentaba tenía más deficiencias y
decidí ya no seguirlo intentando. Pero un día iba camino hacia el trabajo y en la radio
escuché un anuncio sobre la convocatoria de la UPN y decían que estaban buscando
formar a los maestros del futuro, y me acorde de cuando era niña y me dije de allí soy
(Estudiante F).

En el caso de estas estudiantes, la elección de la carrera y las expectativas


profesionales son indefinidas, aspirar a ser maestra estudiando una licenciatura de
Sociología refleja que no se tiene claridad sobre las actividades profesionales en
este campo, al mismo tiempo que se ha internalizado la imagen de que la UPN
forma maestros y maestras y no profesionales de la educación con capacidades
para incorporarse como interventores(as), investigadores(as) y gestores(as)
socioeducativos en un campo laboral más amplio que la docencia.

Para otros estudiantes, la elección de carrera es más razonada, aunque no


libre de objeciones. En la entrevista, una estudiante comenta que previo al ingreso
pudo conocer su orientación a las Ciencias Sociales; su primera opción para
estudiar Psicología fue la UNAM y no ingresó. Atribuye su decisión de estudiar
Sociología en la UPN a que no le gustó la licenciatura de Psicología:

20
Hice un examen de elección vocacional en la preparatoria y salió que tenía orientación más
a las Ciencias sociales, entonces mi primer examen lo hice para la UNAM para Psicología
y después, o sea al mismo tiempo antes de que salieran los resultados, presenté el de aquí
de la Universidad Pedagógica Nacional, pero de aquí chequé el programa de Psicología y
no me convencía tanto, siento que no estaba tan orientado a lo social, así que chequé el de
Sociología y me llamó mucho la atención y la elegí. Salieron los resultados de la UNAM y
no quedé, me faltaron puntos, no me acuerdo cuántos puntos, no me faltaban muchos,
aquí sí me quedé en la primera vez que hice el examen (Estudiante K).

A otro estudiante le gustaba la historia, pero como en la UPN no había esa


carrera se fue a Sociología.

... me gustaba la historia, pero la historia del mundo, allí buscaba una línea de
especialización y todo el rollo. Yo quería Historia o Sociología, pero principalmente Historia.
En la UPN no hay, pero lo único que me gustó pues fue sociología. Ya tenía algunos
conocimientos, ya que tengo una carrera trunca en Pedagogía, en el Colpos de la Ciudad
de México (Colegios de Estudio de Posgrado de la Ciudad de México), pero lo dejé porque
dije: esto no es lo mío (Estudiante C).

En estos casos, la manera de expresar las motivaciones y circunstancias en


que se optó por la carrera de Sociología de la Educación responde más a
situaciones equívocas que al auténtico convencimiento de su elección.

Con una posición más razonada algunos estudiantes dijeron haber revisado
los planes de estudio para tomar la decisión:

Decidí seleccionar la Licenciatura en Sociología de la Educación, porque revisé los otros


planes de estudio y no había ninguna materia que me gustara, además, no quería ser
pedagogo como mi mamá. Revisé el Plan de estudios de la Licenciatura e investigué,
además no solo era sociología, sino también de la educación. Yo tenía muchas preguntas,
sobre todo de cómo sobrellevar a la gente, porque siempre tuve problemas para
relacionarme con otras personas, porque nunca fui una persona estable. Esta licenciatura
me ha ayudado, porque como se los digo a mis compañeros, esta carrera es como tener
una novia, al principio no te gustaba del todo, pero conforme la vas conociendo te vas
enamorando, aunque tenemos nuestras altas y bajas (Estudiante D).

En el relato se advierte una decisión informada sobre lo que le atrae de esta


licenciatura, atravesada por lo que no quiere ser. Cursar la carrera tiene para este

21
estudiante un sentido de apuesta individual, en la que puede conjugarse
conocimiento, sentimiento y conciencia de lo social. El tema de la educación
significa un plus para quienes se interesan en lo social y la LSE le proporcionó esa
disposición.
En otros casos, la influencia de la familia sobre la elección de la carrera se
basa en su situación económica, aunque no coincida con aquella por la que tiene
mayor inclinación. El siguiente fragmento de relato ilustra en este sentido:

Hice el examen para diseño gráfico para la UNAM y en ese pedían 80 y tantos y saque 70,
en ese mismo periodo lo hice para la UAM para diseño gráfico, pero yo les había
comentado a mis papas que quería estudiar eso y pues los vecinos y todos, “esa carrera
sale muy cara y es que tienes que comprarle a tu hijo esto y esto” y entonces también mis
papás como que me empezaron a desanimar, dije “chin, ni modo”, lo presente y en la UAM,
pues igual, no, nada… ya después dije bueno y ahora qué hago, llegué a ese proceso en el
que dije ya, quiero estudiar una carrera universitaria (Estudiante H).

Es frecuente que las razones de carácter económico influyan en la elección


de la carrera, sobre todo en sectores en los que los(as) hijos(as) son la primera
generación de universitarios que aspiran a ser profesionistas. Los argumentos
académicos para elegir una u otra carrera se desdibujan, lo que importa es que
ingresen a la universidad: “mis padres no querían que fuera comerciante”, aunque
bien a bien no se tengan claras las diferencias en la orientación y contenidos entre
las carreras universitarias.

En estos fragmentos de entrevistas podemos identificar factores


económicos, culturales y psicológicos que influyen en la elección de carrera
profesional. Elegir una carrera profesional no es fácil, requiere tiempo y reflexión.
Siempre hay además un elemento aleatorio que se juega, acentuado por la
información limitada que ofrecen las instituciones sobre los planes de estudios, el
perfil de egreso de las carreras, las condiciones de desempeño y las
oportunidades en el campo laboral donde las y los egresados pueden
incorporarse.

22
Perseverar y permanecer. Reto individual e institucional

Cuando socialmente se acepta que el deber de estudiar recae esencialmente en


los y las jóvenes, el sistema y las instituciones no asumen a cabalidad el
compromiso social de garantizar la permanencia en las instituciones de educación
superior; tampoco se responsabilizan de la eficacia, eficiencia y calidad de su
oferta educativa para formar profesionales que no sean damnificados por la falta
de oportunidades en el mercado laboral. De la Orden (1991) sostiene que el éxito
escolar no consiste solamente en el logro de objetivos instructivos específicos,
sino en la consecución de los grandes fines generales de la educación mediante la
aplicación de modelos de intervención que faciliten a los alumnos un óptimo
aprendizaje escolar.
Probablemente sea esto último lo que hay que volver a pensar para la LSE;
analizar las causas por las que los y las estudiantes desertan o “se van quedando”
para cursar la carrera y comprender que las motivaciones y dificultades que
enfrentan en su desempeño académico no son sólo personales, tienen que ver
con los ambientes de aprendizaje que la institución ofrece, con la calidad de los
programas educativos y la mejora constante de las prácticas de las y los docentes.
Uno de los estudiantes entrevistado describe su proceso de incorporación y
permanencia en la licenciatura:
Bueno, es que va por partes, digamos que cuando entré no me veía con la potencialidad y
la verdad, con la capacidad de ser universitario y es que estar aquí significa adaptarte y
como la verdad yo entré sin las herramientas me sentía aislado. Me fui adaptando y me di
cuenta que había cosas que me gustaba hacer como leer y escribir y que aquí lo podía
usar. A lo maestros les gustó la forma en cómo lo hacía y así fui tomando confianza y
empecé a creerme universitario y me gustó, pero como todo tiene sus altas y bajas en
estos semestres ya no es tan divertido y me volví flojo, pero pensé en ya no darme gusto a
mí, sino a los maestros para pasar las materias, es por ello que opté por escribir como al
maestro le gustaba, si era funcionalista escribía a favor de ello y se me hizo un vicio
trabajar así (Estudiante D).

23
La motivación de este estudiante focalizada en la lectura y escritura influye
para “creerme universitario”, sin embargo, tener que escribir “como al maestro le
gustaba” menoscaba su desempeño. Es frecuente que los planes de estudios
cerrados y la falta de estrategias didácticas atractivas para los y las estudiantes,
no generen motivaciones intrínsecas en el aprendizaje, lo que produce estados de
desmotivación en el alumnado y, consecuentemente, el aumento en el número de
fracasos.
En el proceso de permanencia el y la estudiante va descubriendo tanto sus
capacidades como sus limitaciones, la adaptación se basa en lo que le gusta y le
da confianza, pero parece que el régimen de enseñanza de la LSE, al estar
centrado más en la instrucción que en los aprendizajes, conduce a desarrollar
estrategias de simulación para pasar las materias y dar gusto al maestro(a) en
turno. De modo que si las y los docentes se siguen moviendo sólo en su lógica de
transmisión y autoridad, los estudiantes recurren a tácticas de jugar un nuevo
juego de impostura o de conciliación que afecta su proceso cognitivo.
Propiciar la permanencia del estudiante compete a los y las docentes, es en
el espacio del aula donde se puede estimular el interés por encontrar significado a
sus saberes e identificaciones con la carrera y un sentido de pertenencia a la
institución. Por el contrario, cuando el esfuerzo por permanecer es solo individual,
se puede recurrir a acomodos y pactos que van en menoscabo de la formación a
la que aspiraba.
Vale destacar que ante el problema de retención y atención a la adaptación
académica de los y las estudiantes, en los últimos años la institución ha promovido
algunas propuestas de intervención, tales como el Programa de Tutoría por parte
del CAE, que ofrece al estudiante un asesor para dar acompañamiento individual y
personalizado, con el fin de desarrollar estrategias que fortalezcan habilidades y
destrezas necesarias en la formación universitaria; el Programa Tutor Par, dirigido
a los y las jóvenes que cursan los primeros semestres, a quienes se asignan
estudiantes de los últimos semestres de las licenciaturas o egresados para ser
tutores acompañantes que les brinden orientación y asesoría, con el fin de
apoyarlos en su proceso de inserción a la vida universitaria.

24
A dónde van a trabajar las y los egresados de la LSE

La importancia de los estudios de egresados radica en que proporcionan


información para conocer el tipo de contribución que como profesionales brindan
los y las egresadas de una carrera universitaria a la sociedad por las funciones
que desempeñan en el mercado laboral al momento de su graduación (Cáceres
Castellanos, 2006).

Estudios de egresados(as) de la LSE (Gutiérrez y Magaña 2007, 2009;


Rodríguez, 2017) han coincidido en que más de 35% de quienes egresan se
encuentran laborando como docentes en los diferentes niveles del sistema
educativo nacional. En el estudio más reciente se documentan los siguientes datos
sobre las actividades profesionales que realizan los egresados(as) de esta
licenciatura.

Tabla 8. Estudio de egresados y egresadas. Licenciatura de Sociología de la Educación


Actividades Frec. %

Docencia/la mayoría no especifica el nivel educativo en el 36 31


cual practica la docencia. Aquí se incluyen dos ayudantes
de profesor, un egresado que da clases de regularización y
un alfabetizador del INEA.

Administración y gestión educativas. 23 20

Orientación y otras actividades pedagógicas (diseño de 3 3


cursos).

Investigación/otras profesiones (dos egresados se 13 11.5


desempeñan laboralmente de acuerdo con el perfil de una
profesión distinta a la de sociología).

Trabajo administrativo e informática. 20 17

Ventas y oficios. 13 11.5

25
No contestó. 8 6

Total 116 100

Fuente. Base de datos “Estudio de egresados 2007-2014 UPN Ajusco” (2017).

En el estudio, el instrumento de recopilación de información fue aplicado


únicamente a egresados(as) no titulados(as) y los resultados dan cuenta de que el
mayor número de egresados y egresadas de la LSE se dedican a actividades para
las cuales no fueron formados(as), como la docencia, actividades administrativas y
de gestión. Esto habla de la falta de congruencia con el perfil de egreso declarado
en la licenciatura, ya que plantea que las y los egresados cuenten con
conocimientos y habilidades para “explicar el proceso educativo y su relación con
la sociedad a partir del conocimiento de los factores históricos, económicos,
políticos y culturales presentes en dicho proceso; realizar estudios sobre el papel
que juega la educación frente a las necesidades cada vez más complejas de la
sociedad mexicana; evaluar las políticas educativas y su impacto real en los
rezagos educativos, la calidad de la enseñanza y los requerimientos científico-
técnicos modernos; planificar, organizar, dirigir y evaluar proyectos educativos,
ejercer la docencia en áreas de las ciencias sociales y, finalmente, capacitar y
apoyar la actualización de docentes y profesionales de la educación (www.upn.mx,
2019).

El perfil de egreso declarado en los planes de estudio, como en este caso,


suele resultar ideal, ya que el perfil real de las y los egresados difícilmente
demuestra los conocimientos y habilidades necesarios para desempeñarse en
centros docentes, organismos gubernamentales, instituciones educativas,
sociales, culturales y de comunicación social. La posibilidad de inserción
profesional del egresado en estos campos laborales se dificulta por la oferta
reducida, pero también porque la licenciatura no promueve las prácticas
profesionales como eje de la formación del sociólogo educativo.

También es verdad que si un mayor porcentaje de egresados y egresadas


tiene la docencia como opción laboral, esto se debe al declive de la educación

26
normal como institución proveedora de maestros de educación básica. En los
últimos años, el propio sistema educativo ha dado cabida a egresados y
egresadas de licenciaturas afines a la educación, como Sociología de la
Educación, para ejercer la docencia en primaria y secundaria.

Si esto es así, debiera tomarse en cuenta la necesidad de incluir en el plan de


estudios asignaturas, temas transversales y estrategias pedagógicas para formar
en habilidades y destrezas para el ejercicio de la docencia, pero, al mismo tiempo,
fomentar las prácticas en otros ámbitos profesionales mediante convenios
institucionales con organismos, empresas e instancias que ofrezcan la oportunidad
de realizar funciones y actividades como sociólogos(as) educativos(as).

2. Rasgos sociodemográficos y disposiciones académicas de las y los


estudiantes
En diversos estudios realizados para determinar los factores que inciden en el
llamado fracaso y éxito escolar de estudiantes universitarios, se confirma la
importancia de considerar aspectos sociodemográficos y académicos en cuanto a
género, edad, origen social, situación económica familiar, condiciones de espacio
y recursos para el estudio que influyen en el desempeño.
En el estudio sobre la LSE realizado por Olivier (2017), se reporta que en el
turno matutino se concentran los y las jóvenes con edad menor y por la tarde las y
los estudiantes con mayor edad. Respecto al género, 73% de las generaciones
estudiadas la población es femenina y 27% es masculina, lo que confirma el
incremento de la feminización de la matrícula en la última década (Coll y Olivier,
2006; Cuevas, 2008).
De acuerdo con el estudio reciente las y los estudiantes de 3º. 5º. y 7º.
semestres están en un intervalo de edad de los 18 hasta los 61 años, con el mayor
porcentaje entre 21 y 25 años y 6% de personas adultas que van de los 41 a los
61 años.

27
Gráfica 5. Edad de las y los alumnos inscritos semestre 2017-2 en la Licenciatura Sociología
de la Educación

65%

11% 4%
9% 9% 2%

EDAD 15-20 21-25 26-30 31-35 36-40 41-45 61

El alto porcentaje que oscila entre los 21 y 25 años corresponde con la


edad promedio para concluir en el tiempo reglamentario una carrera universitaria
presencial; sin embargo, se encontró que varios estudiantes tienen compromisos
laborales y personales que no les facilitan las condiciones para cumplir con el plan
de estudios en el número de años que dura la licenciatura. De las y los alumnos
encuestados, 37 % trabaja, de los cuales 24% tiene una jornada laboral de seis a
ocho horas y 6% de cinco a seis. Los compromisos laborales provocan
ausentismo y el retraso en la llegada, con lo cual se les dificulta aún más cumplir
con actividades académicas como trabajos en equipo y trabajo de campo.
El testimonio de uno de los estudiantes entrevistados ilustra esta situación:

Soy alumno irregular, porque trabajo y mi horario no coincide con los horarios de la UPN,
aunque he hablado con los maestros sobre mi situación, no he podido pasar todas las
materias, ya que a veces no llego a las clases o de plano no puedo presentarme. Si
termino la licenciatura es a costa de muchos esfuerzos (Estudiante K).

La complicada situación socioeconómica familiar de un sector de


estudiantes de la licenciatura obliga a combinar trabajo y estudio. 57% depende
del respaldo y apoyo económico que otorgan sus padres para el sostenimiento de

28
sus necesidades básicas y el financiamiento de sus estudios universitarios, y 30%
del autosostenimiento, tal como se observa en la siguiente gráfica.

Gráfica 6. ¿Quién te ayuda a financiar tus estudios en la universidad?

57%

30 %

11% 2%

PADRES ESPOSO (A) TÚ MISMO OTRO

El apoyo de los padres y madres podría representar para las y los jóvenes
una opción viable para terminar en tiempo y forma su formación académica; mas
al triangular la información con el ingreso promedio mensual de las familias, se
constató que para 41% de las y los estudiantes el ingreso mensual familiar está
por debajo de los $6000.00 mensuales. Esto justifica que 57% de las y los
encuestados soliciten y cuenten con Beca de Manutención.

Gráfica 7. Ingreso promedio mensual familiar

26%
33%

41%

$6000 Menos de $6000 Más de $6000

29
El nivel económico de las familias de las y los estudiantes de la LSE es
medio o medio bajo y no ofrece las condiciones materiales suficientes para que se
dediquen exclusivamente a su formación profesional. Sin embargo, la expectativa
de los padres y madres de familia de que sus hijos(as) concluyan sus estudios y
tengan mayores posibilidades de insertarse al mercado laboral está presente en el
pensamiento de las y los estudiantes:

Mi papá es obrero y mi mamá trabaja en una tienda de autoservicios, los dos ya son
mayores. Ellos quisieron que mis hermanos y yo estudiáramos, tengo dos hermanos, mis
hermanos llegaron a nivel secundaria, me llevan 10 años, se pusieron a trabajar y aportar
dinero al hogar, entonces fue como yo pude llegar a estudiar la preparatoria, con el objetivo
de obtener un mejor trabajo y también aportar dinero (Informante B).

Este estudiante parece asumir que cumplir con la expectativa de sus padres
no solamente es una especie de deuda moral, sino económica, lo que debe tener
en cuenta, a pesar de que las condiciones materiales no sean óptimas para
concluir exitosamente la carrera.

Un estudio de la UNESCO confirma que el ingreso promedio mensual


determina la permanencia dentro del sistema escolarizado, por lo que las
condiciones socioeconómicas constituyen un elemento determinante para lograr
con éxito la formación profesional universitaria en el número de años establecido
por el plan de estudios (UNESCO, 2010). El problema en nuestro país es la falta
de equidad en las condiciones de las familias de nuestros estudiantes, lo que no
solamente dificulta el apoyo económico, sino frecuentemente se ven obligados a
abandonar la carrera para resolver incluso otros problemas familiares, como el
cuidado de adultos mayores, enfermos y niños.

Otro elemento que opera en contra de mejores condiciones para realizar los
estudios, es que para un número importante de estudiantes de la UPN el tiempo
invertido en el traslado de su domicilio a la Universidad representa un tiempo que
podrían utilizar para la lectura y la realización de las actividades académicas,
culturales o recreativas que les ofrece la institución. Dos horas a dos horas y
media de traslado influye inevitablemente en el ausentismo y deserción (Olivier,
2017).

30
Gráfica 8. ¿Cuánto tiempo tardas en trasladarte a la Universidad?

Ese tiempo invertido en el traslado es generalmente un tiempo desgastante


e infructífero, aunque de los 54 encuestados, 23 dijeron que tratan de utilizar el
transporte público para estudiar. Por más que los espacios para el estudio se
diversificaran, es en su casa donde permanecen más tiempo y no siempre tienen
las mejores condiciones para favorecer la concentración, evitar el tránsito de
personas, ruidos y obtener recursos que apoyen su aprendizaje.
La biblioteca de la UPN Ajusco sería una alternativa de espacio adecuado
para estudiar, pero los tiempos fuera del aula son utilizados para socializar con las
y los amigos, hacer largas filas para tener acceso a alimentos o ir a jugar a las
canchas. La biblioteca cuenta con ejemplares de libros y revistas especializadas y
muy bien equipada con plataformas digitales; pero solamente 31% de las y los
estudiantes entrevistados dijo asistir a consultar textos académicos para realizar
sus trabajos, especialmente al final de los semestres.

31
Gráfica 9. ¿Cuáles son los espacios donde estudias?

50

31

23

CASA BIBLIOTECA SALONES TRANSPORTE ESPACIOS


PÚBLICO ABIERTOS

La asistencia regular a la biblioteca como ejercicio cotidiano para la


consulta de libros, revistas o internet sobre los temas de las asignaturas, no forma
parte de la cultura académica de estudiantes y profesores. Las fotocopias como
recurso para “facilitar el acceso a los textos” se ha incorporado como una táctica
pedagógica que no fomenta la curiosidad por indagar, leer textos completos e
incorporar otra manera de experimentar el conocimiento por parte de las y los
estudiantes.
La mayoría de los y las estudiantes dijo estudiar en su casa, se preguntó
con qué herramientas cuentan en el hogar para facilitar el estudio y las tareas
académicas, un promedio de 50% manifestó contar con computadora e internet, y
un menor porcentaje con libros, periódicos y revistas.

32
Gráfica 10. Tipo de recursos con los que cuentas para apoyar tus actividades
académicas

Como es sabido, contar con el uso de la computadora y de internet no


constituye necesariamente una experiencia de conocimiento cualitativamente
distinta para los y las estudiantes. Al no incorporarse el uso pedagógico de las
tecnologías en la enseñanza de las asignaturas, se limita la posibilidad de utizarlas
como recurso para indagar, fortalecer contenidos y facilitar el acceso a la
información y al conocimiento.
En el caso de jóvenes que han crecido en un ambiente familiar donde la lectura
y el conocimiento son valorados y potenciados, y el esfuerzo intelectual se
reconoce y estimula, su comportamiento frente al estudio tiende a ser más propicio
para lograr el llamado éxito escolar. Su estancia en ambientes culturales dentro de
la universidad les da oportunidad de ir modificando creencias, gustos y saberes
que los sitúan en posiciones culturales y académicas distintas, aunque no sea en
igualdad de oportunidades para todos. De este modo su capital cultural adquirido
se va enriqueciendo en su paso por la universidad.

Avatares del desempeño académico


Hemos sostenido que en el desempeño académico de las y los estudiantes
confluyen varios factores que tienen que ver con las condiciones personales,
pedagógicas y sociales que favorecen o limitan el llamado éxito escolar. Aun
cuando está asociado con el rendimiento escolar, plasmado en la calificación,
hablar de desempeño remite al desarrollo de habilidades, destreza, aspiraciones,

33
intereses y realizaciones que se objetivan como indicadores del nivel de
aprendizaje alcanzado (Gimeno Sacristán en Edel Navarro, 2003).

La cuestión a resolver radica en si medir el desempeño mediante


exámenes, pruebas estandarizadas, trabajos finales para acreditar el curso, es
suficiente, o es necesario imaginar nuevas maneras de objetivar y valorar los
saberes adquiridos, en la escritura académica y subjetiva, en la capacidad para
problematizar e indagar la realidad sociocultural en que se desenvuelven las y los
estudiantes.

Las estrategias de estudio que van adquiriendo los y las estudiantes al


entrar a la licenciatura y el tiempo efectivo dedicado al estudio, afectan positiva o
negativamente el desempeño. Aquellos estudiantes que aplican habitualmente
procedimientos o secuencias de acciones conscientes y controladas para estudiar
(Díaz Barriga y Hernández, 2007) tienen mayores posibilidades de responder a las
exigencias académicas e integrarse al ámbito universitario. Hay estudiantes a
quienes se les dificulta encontrar estas estrategias de estudio a lo largo de la
carrera; otros las han adquirido conforme avanzan en la licenciatura.

Al preguntar a los(as) alumnos(as) de Sociología sobre sus estrategias y el


tiempo que dedican a realizar tareas y trabajos escolares, se confirmó que 46%
destinan dos horas, 35% más de tres horas y 19% una hora. El tiempo promedio
destinado podría ser cualitativamente suficiente, pero no hay que olvidar que un
importante número de jóvenes realizan sus lecturas académicas en el transporte
público o en condiciones poco favorables para lograr una adecuada comprensión y
sistematización de lo leído.

34
Gráfica 11. ¿Cuánto tiempo le dedicas a tus tareas y trabajos escolares?

1 hora
3
19%

Más de 3 horas
2
35%

2 horas
1
46%

Alumnos Tiempo que dedica

En cuanto al tipo de estrategias de estudio que utilizan para realizar sus tareas y
trabajos académicos, los y las jóvenes señalaron: leer, extraer ideas, elaborar
resúmenes y mapas conceptuales. Cerca de 50% indicó leer únicamente y un
menor porcentaje admitió redactar resúmenes o notas para apoyar sus
participaciones en clase o plantear dudas sobre las ideas de los autores.

Gráfica 12. ¿Cuáles son tus estrategias de estudio para realizar tus tareas y trabajos
académicos?

48

36

27 28

LEER EXTRAER IDEAS REALIZAR MAPAS REALIZAR REALIZAR


PRINCIPALES CONCEPTUALES CUADROS RESÚMENES
SINÓPTICOS

35
Acerca del tipo de lectura que realizan, 53 de los 54 encuestados
contestaron que sólo leen los textos de las asignaturas que se les da en los
programas de estudio como lecturas obligatorias y no indagan otros textos para su
construcción profesional. Resalta que sólo 12 hayan contestado que una de sus
lecturas cotidianas sea la revisión de periódicos y revistas, lo cual revela poco
interés para informarse del acontecer social cotidiano.
Gráfica 13. ¿Qué tipo de lecturas realizas?

En varios cursos predomina la lectura de textos generalmente fragmentados


y que son tomados como referencias teóricas generales sin una aplicación para
comprender en su dimensión social los fenómenos educativos específicos. El uso
de lecturas diversas sobre un mismo tema ayudaría a que los y las estudiantes
accedan a nuevos códigos de lenguaje y enfoques distintos para explicar la
realidad social.

La transmisión de un conocimiento teoricista está muy arraigado en la


licenciatura, derivado en parte de una estructura curricular que establece seis
semestres para la línea de formación denominada teórica. El testimonio de un
estudiante es sugerente en este sentido:

36
Vemos la teoría sin aplicación práctica… digamos que los primeros semestres son muy
teóricos, pero creo que ese es el objetivo del perfil y cuando empiezan a exigirte que
relaciones con la vida social, se vuelve más difícil. Eso al principio me ayudó porque me
dije: es que tengo que echarle más ganas, pero últimamente eso también me ha
desanimado porque ya después de 5 semestres no logro entender lo que quieren los
maestros (Estudiante D).

El volumen de lecturas que exige cada uno de los cursos requiere de una
etapa de construcción de una nueva experiencia de lectura para los y las jóvenes.
En esto consiste un proceso de alfabetización que facilite, desde los primeros
semestres, poner a los y las estudiantes en contacto con textos de la disciplina y
ampliar su conocimiento hacia una nueva comprensión del mundo.

La sobrecarga de contenidos en la mayor parte de los programas y las


lecturas complejas con poco significado para comprender la realidad del contexto,
conforman una situación recurrente. La diferenciación categórica de lo “teórico” y
“lo práctico” ha tenido como efecto que haya profesores(as) considerados(as) con
mayor estatus y carisma por impartir clase “magistral” y se mantengan por años
impartiendo la misma asignatura. Con ello se fomenta el carácter pasivo del
estudiante si se limita a escuchar y tomar algunos apuntes.

De este modo, la dificultad que presentan los y las estudiantes para la


comprensión y producción de textos, la metodología de estudio que utilizan, el
limitado interés en los contenidos que ofrecen algunas asignaturas, son factores
vinculados a las estrategias pedagógicas y condiciones que brinda el profesor o la
profesora y la institución (García de Fanelli, 2008).

Al preguntarles sobre las actividades que realizan dentro del salón de clase
como parte del proceso de enseñanza y aprendizaje, las respuestas coincidieron
en que la clase generalmente se da en forma individual, por la exposición del
profesor o en ocasiones se asigna la presentación de temas a los estudiantes,
pero sin promover dinámicas colaborativas para un aprendizaje más significativo
para ellos.

37
Llama la atención que las asignaturas que más reprueban en la LSE son las
teóricas, sobresalen Historia Contemporánea con dos semestres, Fundamentos de
la Sociología, Educación, Sociedad e Ideología Estadística y Estratificación de
Clases.

Gráfica 14. Asignaturas reprobadas

5
4 4 4 4 4
3
2 2 2
1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1

Las y los profesores de estas asignaturas asumen que se deben leer a los
autores clásicos (Weber, Parsons, Marx) como fundamento de la Sociología y
pueden dedicar semestres completos a cada autor. Así, los y las jóvenes se
enfrentan de golpe a autores lejanos a su experiencia escolar, sin que medie
orientación alguna para abordar la complejidad de los textos.
La transmisión y exposición oral por parte de las y los profesores es la
estrategia más socorrida; bajo el supuesto de que el estudiante debe ya poseer
habilidades lectoras, se traslada la responsabilidad al alumno de conseguir
estrategias para entrar en el laberinto textual que se le presenta en los cursos
(Carli, 2012).
En un estudio realizado sobre la relación entre abandono escolar y la
reprobación, Abarca y Sánchez (2005) muestran, según lo expresado por los
estudiantes, que un obstáculo clave en el bajo rendimiento académico son sus
deficiencias en el perfil cognitivo, además de conocimientos disciplinarios

38
insuficientes. No saber estudiar y no saber aprender enfrenta dificultades para
desarrollar competencias básicas para pensar y comprender versus repetir y
memorizar en las diversas disciplinas.

Estas dificultades que se pueden arrastrar desde el bachillerato, persisten


en el ámbito universitario, lo que genera un mayor grado de desmotivación, ya que
los y las jóvenes no logran comprender los contenidos y procedimientos de las
diversas asignaturas académicas. Señalan en las entrevistas que se sienten
desmotivados, e inestables frente a las situaciones académicas, lo cual es
reforzado por situaciones extraacadémicas, tales como amigos, dificultades
familiares, personales, entre otros.

Sí he llegado a pensar en desertar, sí llegué a pensar "pues me doy de baja temporal"


porque no me está gustando, porque llegó un momento en el que no me estaba
convenciendo la carrera, pero creo que fue un semestre en el que vinieron varios
profesores, que no nos ayudaban mucho. Nos tocó un profesor con el cual tuvimos
problemas, que de hecho metimos varias cartas, él era inconstante, entonces la mayoría
dejó de venir esos días y fue un semestre, no me acuerdo cuál, donde tuvimos varios
problemas. Había profesores que nos decían "no van a encontrar trabajo de nada", nos
desanimaban, entonces sí fue un semestre en el que llegas a pensar en desertar
(Estudiante H).

Es frecuente que las y los profesores olvidemos que la posición que


tengamos acerca de los aprendizajes de los y las estudiantes y de su futuro
desempeño profesional permite o no construir un sentido compartido sobre la
formación universitaria. Se deja solo al estudiante luchar por mantener alguna
expectativa que lo mantenga en la carrera, olvidando que el papel del profesor es
convocar al alumno a un reconocimiento de sus capacidades y al encuentro con el
conocimiento, pues es en este entrecruzamiento donde adquiere sentido el deseo
de enseñar y el deseo de aprender.

El ausentismo, sus motivos y efectos


El ausentismo es un ingrediente pernicioso para la eficiencia terminal en la carrera
de Sociología. Históricamente la recurrencia en faltas a los cursos de las distintas

39
asignaturas ha sido un problema, con mayor incidencia en el turno vespertino que
en el matutino. Los motivos que aducen los y las estudiantes para ausentarse
temporal o definitivamente de los cursos son múltiples, van desde problemas de
salud, cuidado de algún familiar, problemas laborales, situaciones emocionales,
hasta el gusto o disgusto por las asignaturas y rechazo a estilos de enseñanza de
las y los profesores.

Estar presente tampoco garantiza la participación activa de los y las


estudiantes en sus tareas académicas, pero las posibilidades de aprovechamiento
son mayores. Olivier (2017, p. 30) atribuye el ausentismo en la LSE a “un marco
de apatía regular, que se ve reflejado en las no ausencias físicas, sino también de
otro orden que implican un ‘estar-sin estar’. Esto podría relacionarse con el índice
elevado de no estar completamente a gusto con las clases que se les imparten”.
Es interesante examinar que en esta licenciatura, como en otras, existen
distintos tipos de estudiantes; un grupo de alumnos que asisten con regularidad y
se comprometen en su estudio, se consideran capaces, presentan alta motivación
y muestran confianza en sí mismos; otro grupo evita el fracaso, su sentido de
aptitud y autoestima es débil y para “proteger” su imagen recurren a estrategias
de sobrevivencia como la participación mínima en el salón de clases, retraso en la
realización de algunas tareas y simulación al presentar sus trabajos; un tercer
grupo va aceptando el fracaso y renuncia al esfuerzo, presenta una imagen propia
menoscabada y manifiesta un sentimiento de desesperanza porque no ha
aprendido a tener control sobre las obligaciones que le exige el ambiente
académico universitario (Covington, 1984).
La limitada participación activa de algunos estudiantes en los cursos se
debe, además, a que un número importante de ellos mantienen una jornada
laboral durante sus estudios, o su familia atraviesa por problemas económicos,
con lo cual es frecuente el ausentismo. Los siguientes testimonios dan cuenta de
ello:

Siempre fui un alumno regular, sin embargo, en el sexto semestre me incorporé al mundo
laboral, eso interrumpe un poco mi trayectoria académica porque tenía que empezar a
sopesar en preparar un futuro para mi vejez y un futuro, quería formar una familia y

40
continuar después con mis estudios, entonces tenía que asegurar una fuente laboral y
después tratar de buscar los mecanismos para poder terminar la licenciatura, es por ello
que me ausenté tres años (Estudiante E).

Atisbar en la trayectoria de los y las estudiantes ayuda a comprender su


perpectiva de vida y no solamente la profesional. Formar una familia, preparar un
futuro para la vejez forma parte de la búsqueda de “estabilidad” para muchos
jóvenes cuyo origen social no les garantiza un presente seguro y mucho menos un
futuro promisorio.

La ausencia en las clases tiene otros motivos que en general no son


tomados en cuenta por las y los profesores. Hay estudiantes con excelente
desempeño que afirman que su inasistencia pasa por problemas económicos o
familiares, como no tener dinero para el pasaje o quedarse en casa para atender
un caso de salud de algún familiar.

Cuando entré a la UPN me hacía una hora y media de trayecto y el pasaje era de
cincuenta pesos diarios, lo que significaba no tener dinero para venir y entre los libros y
esas cosas, no alcanzaba para que siguiera asistiendo, así que estuve como alumna
regular hasta tercer semestre con un promedio de 9.2. Dejé de ser regular por problemas
económicos y de salud. Mis papás se veían más presionados y mi mamá tuvo un accidente
en su brazo y yo tuve que trabajar (Estudiante D).

El ausentismo también se debe a situaciones emocionales de los y las jóvenes


que les afectan en sus sentimientos y su autoestima.

Fallece mi abuelita, pierdo a Michel y mi familia en Texcoco me da la espalda y me quedo


solo, entro en una depresión total, profunda, no comía, no bebía y no nada. Lo único que
me salvó fue la guitarra, porque todos los días tocaba, todos los días me la pasaba, horas
completas hasta cuatro o cinco horas tocando y abandoné la escuela; reprobé todas las
materias, pero me seguía inscribiendo, pero no entraba a clases (Estudiante B).

Situaciones como la que relata este estudiante involucran aspectos


afectivos relacionados con la autovaloración y el autoconcepto. Las variables
afectivas y emocionales intervienen en el nivel de satisfacción o insatisfacción que

41
experimenta el estudiante para tener o no éxito en su rendimiento, pero también
en el ejercicio de habilidades de pensamiento o cognitivas (Covington, 1984).

Por otra parte, vale insistir en que los motivos por los que los y las
estudiantes se ausentan y pierden interés por los cursos no son solamente
personales, tienen igualmente explicación en la dinámica que permite la propia
licenciatura: ausentismo de las y los profesores, débil atención a los y las
estudiantes, sobre todo en el turno vespertino, estilos de enseñanza y formas de
evaluar los aprendizajes.
El ausentismo de las y los docentes es visto como indiferencia y abandono,
lo que provoca desinterés en las materias y detrimento en el trabajo de los y las
estudiantes. Según el punto de vista de un alumno:
El ausentismo se debe a los profesores, porque si nosotros como grupo nos damos cuenta
de que los profesores llegan tarde, o que hay veces que no vienen o que no nos están
pasando lista ni nada, dejamos de venir. Tuvimos maestros malos que no vienen, que
tienen desinterés con la materia y hacen que el grupo deje de venir. El grupo dejó de
trabajar y solo nos presentamos cuando recogen el trabajo final (Estudiante D).

Cuando se pide a los estudiantes que indiquen los motivos por los que se
ausentan de las clases, sobresale el estilo de enseñanza de los profesores.

Gráfica 15. Indique los motivos por los que te has ausentado de los cursos

42
Los estilos de enseñanza y la falta de interés en las asignaturas se
entrecruzan, y el hecho mismo de que 30% nos contestara esta pregunta es un
indicador de una inconformidad cuyos motivos no son sencillamente precisos. La
siguiente descripción de uno de los estudiantes es un pista clara de la percepción
sobre los modos de enseñar:
Algunos profesores son un poco cerrados, si uno les pregunta algo que no es de su tema
las sacas de su ambiente de confort, no te saben responder. En la Licenciatura hay
muchos vicios, los profesores agarran las materias en donde son especialistas y repiten lo
mismo cada semestre porque manejan los contenidos o porque está apegado a su área de
investigación y no los puedes sacar de ahí (Estudiante G).

No es frecuente asumir que el éxito o fracaso de los y las estudiantes en la


LSE tiene que ver con quién enseña y cuál es su posición frente a la enseñanza
que se traduce en un estilo docente. El punto de vista de esta estudiante nos da
indicios de un problema muy presente en la posición que toman los profesores,
“un ambiente de confort” que implica impartir las mismas asignaturas durante
varios años, porque son los temas aprendidos y contenidos repasados cuya
enseñanza se facilita; o bien, convertir los temas de interés individual en
contenidos de la asignatura, tomados de investigaciones que realiza el profesor,
desplazando con ello el enfoque y contenidos del programa de la asignatura.

La opinión de otro estudiante se refiere de este modo al estilo de enseñanza:


La verdad depende de quién nos dé la clase. Algunos maestros dan las clases más
pedagógicas y entonces, le entendemos mejor porque nos dan actividades, otros no, se
sientan dos horas a leernos en voz baja la lectura y nos aburrimos, por eso le digo que
depende… (Estudiante C).

La percepción que tienen estos estudiantes reflejan actitudes de las y los


profesores para conducir a los alumnos hacia el conocimiento de los contenidos
de la asignatura. Si como sostiene Arvayo (2005), el estilo de enseñanza incluye
variables relacionadas con “la tendencia o preferencia cognoscitiva, la preparación
académica, el intelecto, la motivación, la estrategia, el nivel de energía, el interés
en los alumnos, su lenguaje, su forma de actuar (expresiones faciales y

43
corporales) e incluso la forma de vestir”, es natural que los y las estudiantes se
sientan desmotivados por profesores para quienes la docencia es confort,
indiferencia e individualismo.

Hemos insistido en los factores académicos y personales que influyen para


que el estudiante permanezca motivado o desmotivado. Por un lado, la falta de
información institucional, carencias en los programas de estudio, carencia de
preparación y actualización de las y los profesores y la falta de conocimientos
previos. Por otro lado, los factores personales como la falta de madurez
intelectual, el ambiente en el que se desarrolla el estudiante, las características de
socialización, la capacidad de tomar decisiones, los intereses y actitudes, el
concepto que tengan los y las estudiantes acerca del éxito y la perspectiva que
tiene la persona de lo que realmente quiere hacer con su vida (Tinto,1989).

Los aspectos anteriores llaman la atención acerca de la importancia de


colocar la discusión de los estilos de enseñanza como una de las causas que
originan el desencanto y decepción de los y las estudiantes en la LSE. El
aprendizaje está influido por las actitudes que las y los profesores proyectan en los
y las estudiantes, la atención que se les presta y la manera en que se implica en la
relación con el conocimiento propio y de sus estudiantes. Cuando el profesor
ejerce la docencia establece relaciones con las y los alumnos y ocurre una
integración consciente e inconsciente de todo cuanto conoce y sabe.

3. Percepciones sobre las asignaturas y la formación profesional recibida

La percepción que tienen los y las estudiantes de la LSE sobre las asignaturas
suele ser más positiva y obsequiosa que sobre los estilos de enseñanza,
especialmente de aquellos que cursan 3º. y 5º. semestres. Los estudiantes de 7º.
semestre mantienen posiciones más críticas, pero también de reconocimiento
hacia algunos de sus docentes y la formación que recibieron.

Sin duda, los puntos de vista tienen que ver con la historia y
aprovechamiento académico de cada estudiante, su condición de regular/irregular,

44
el número de materias aprobadas/reprobadas, el número de exámenes que han
presentado para acreditar una asignatura, el número de créditos acumulados y las
calificaciones obtenidas (Corral, 1997); pero su percepción sobre el desempeño de
las y los docentes y la dinámica que establece la licenciatura para atender los
problemas de rezago, la reincidencia en la reprobación de las mismas asignaturas
y falta de seguimiento del historial académico de los estudiantes es justa y ha de
tomarse en cuenta para mejorar el programa.

En las entrevistas se pidió a las y los entrevistados que expresaran, desde


su experiencia personal, las ventajas, cualidades e inconvenientes de las
asignaturas cursadas durante la licenciatura. Los siguientes fragmentos dan
cuenta de una inclinación y gusto por las asignaturas que abordan temas de la
sociología teórica y política, pero hay pocas referencias a la sociología
educacional. Quizá esto se deba a que en el propio mapa curricular, de las 40
asignaturas que lo conforman, únicamente en cinco o seis se estudian temas y
problemas específicos de la educación: Sociología de la Educación, Educación y
Economía, Educación y Sociedad en América Latina, Problemas de la Educación
en México y Sociología del Currículo.

En varios cursos se presenta un relativo desapego por las problemáticas


propias de los fenómenos educativos. Se tiende a un conocimiento teórico y
conceptual que explica la educación como estructura institucional y como
organización y reproducción social del sistema; pero no se analizan las
problemáticas que surgen en la práctica educativa para comprender, por ejemplo,
las variables sociales que influyen en el rendimiento académico, los mecanismos
de socialización educativa, la estructura social de la escuela, los determinantes
sociales de la práctica educativa, la función social del profesor, entre otros.

Con referencia a las asignaturas contempladas en el plan de estudios, un


estudiante expresó así su punto de vista:

En primer momento y creo que sí fue muy importante que se diera, Fundamentos a la
Sociología porque sí estuve leyendo, sí leí algunas cosas pero no tenía claro qué era la

45
sociología, pues dije "bueno ya se me abrió un campo, no", de qué es lo que significa la
sociología y qué es lo que uno hace como sociólogo y más sociólogo de la educación o
sociología educativa algo así, […] después ya las teorías con Marx, Durkheim y todos estos
como para ver sus perspectivas, otra que hablaba de comunicación y cultura algo así, no
recuerdo la materia, pero esa también de una u otra manera fue forjándonos una idea de
entender qué era la cultura en sociología. La materia de currículum solamente la vimos con
la profesora E así muy de abajito, me imagino que sí hubiera sido un tema muy interesante
(Estudiante H).

Distintos estudiantes utilizan expresiones como “se me abrió un campo”, tal


asignatura “me ayudó a comprender” o tal o cual materia “me gustó mucho”, lo que
refleja una apertura a conocimientos teóricos nuevos para ellos del campo de la
sociología, la cultura y la comunicación.
El comentario de otro de los estudiantes describe lo que significa para él la
asimilación de un enfoque sociológico que le proporcionaron algunas asignaturas.

Bueno sociología 1, 2, 3 me dieron los elementos teórico-conceptuales para conocer la


sociología. Entender que no era solo ciencias sociales, sino que el proceso de
conformación era más complejo, que se conformaban de relaciones sociales y que tenían
una relación del macro, meso y micro, por lo tanto que cada construcción social dependía
de cómo se daban las relaciones sociales de los sujetos. En estratificación de clases, la
explicación de que en todas las sociedades existen diferentes clases sociales y un rol en la
sociedad. La materia de Sociología de América me ayudó a comprender que los problemas
que se presenten en el contexto internacional repercutirán en tu país (Estudiante D).

Al mismo tiempo, expresa que a través de otras asignaturas pudo


comprender problemas de la educación y además le permitieron reconocer su
situación y posición personal.
Por ejemplo, una materia que creo que me ha ayudado a entender los problemas de la
educación son: Historia, porque me ayudaron a contextualizar el momento en el que estás
parado en México y relacionarlas con lo que sucede en educación. Me gustó mucho
Ideología, Estratificación y Clases porque te da la idea de saber quién eres, por qué no
tienes las mismas oportunidades que otros, por qué estás en esta posición actualmente
(Estudiante D).

46
Esta dimensión subjetiva de la experiencia en el conocimiento sociológico
está muy presente en los y las estudiantes. Tener conciencia social a partir de
conocer los fundamentos sobre las clases y relaciones sociales, reconocer que
hay asignaturas de las que se obtienen elementos para “saber quién eres” y “el
momento en que estás parado”. Esto explica de alguna manera la participación
activa de grupos de alumnos en movimientos de protesta dentro y fuera de la
Universidad.
La comprensión de problemas sociales está en el discurso de los
estudiantes porque los han experimentado en sus barrios, colonias y la ciudad
donde habitan. Contribuyen a una visión de vida y de profesión que se va forjando
en la formación, pues como sostiene Carli (2012, p. 135) “en la relación con el
conocimiento se ponen en juego procesos de identificación tanto individuales
como colectivos en un tiempo-espacio determinado”. Un estudiante explica así su
gusto e inclinación por algunas materias:

Las materias que también me gustaron fueron las Economías, porque te explicaban la
realidad a partir de parámetros más concretos, Aparte de Economía, las Teorías
Sociológicas e Historia, así como las que analizan a Latinoamérica. Me gusta mucho la
Historia y sobre todo, los Movimientos Sociales y sobre todo los de Latinoamérica […]. El
movimiento de los desfavorecidos en América Latina siempre me ha llamado mucho la
atención y eso me motiva mucho a seguir en la carrera… uno de los temas que me llaman
la atención es el de los afroamericanos en Estados Unidos, porque lo relaciono con el
racismo que hay en Latinoamérica. Aclaro que también tenía que ver con los maestros, ya
que había algunos que se apasionaban y otros como que no les importaba mucho
(Estudiante F).

Diversas expresiones de estudiantes se refieren a asignaturas y a docentes


que contribuyen a desarrollar una conciencia social; a ensanchar conocimientos
sobre movimientos políticos y sociales del país y de América Latina. En la
licenciatura varios estudiantes participan en movimientos sociales y culturales en
sus comunidades y a su vez en movimientos de oposición o resistencia a
determinadas medidas tomadas en la institución.

47
Paradójicamente, son pocos los trabajos de tesis que reportan información
empírica, resultado de la observación y documentación de acontecimientos de
índole social y política. Esto puede tener una explicación en que tradicionalmente
se ha exigido por parte de los asesores la presentación de trabajos de recepción
“teóricos”, ensayos y estudios documentales sobre temas vistos en las
asignaturas.
La frecuente participación de estudiantes de sociología en protestas sociales
dentro y fuera de la institución ha tenido algún efecto negativo en el perfil de la
licenciatura. Un estudiante manifestaba su inconformidad por la imagen que se ha
creado por la participación política activa de grupos de alumnos.
No estoy de acuerdo con la imagen que se tiene sobre la licenciatura, los grilleros, los
porros, los hipies ¿no?, nos etiquetan, parece que son estigmas que nos perjudican, hasta
que uno llega y dice no, es que no somos hipies, es que no todos somos grilleros…, pero
creo que eso se debe también un poco a la gestión de quien se encuentra al frente de la
licenciatura… recuerdo mucho que la Licenciatura de Sociología ha sido el patito feo, nos
mandaron al “psiquiátrico”, ¿no?, nadie nos pela, no tenemos ni un proyector si queremos
exponer, el pizarrón está horrible, o sea no tenemos las condiciones ni siquiera mínimas
para que podamos llevar una clase lo más decente que se pueda (Estudiante J).

La percepción de este estudiante refleja también el lugar de la licenciatura con


respecto a las demás carreras. Cuando la imagen depende de quien coordina el
programa, la responsabilidad es institucional, pues se permite, por ejemplo, que no
se haya cambiado el plan de estudios en 30 años, sea baja la titulación, no se
evalúe la docencia y no se promuevan más actividades académicas para integrar
a profesores y estudiantes.
No obstante esta situación de la LSE, un número importante de estudiantes
persevera en su objetivo de salir de la carrera, titularse y abrirse paso como
sociólogos educativos. Corresponde a los profesores implicarse más en los
aprendizajes de sus alumnos y promover nuevos enfoques curriculares,
pedagógicos y del propio campo de la sociología de la educación.

Formación que proporciona la licenciatura. Ausencia de la práctica


La formación profesional en una licenciatura se estructura en una serie de

48
procesos que incluyen el desarrollo de las capacidades subjetivas, la capacidad
para adaptarse e integrarse a la sociedad de manera activa y la habilitación en
tareas y actividades que permitan al egresado integrarse a opciones laborales
donde pueda poner en juego las competencias profesionales adquiridas a lo largo
de los cursos.

En este sentido, los estudiantes se refieren a la formación recibida a partir


de la atribución de sentido y significado que construye en relación con sus
prácticas futuras y sus experiencias en el ámbito laboral, no sólo educativo, sino
social; es decir, a la manera como el sujeto se enfrenta a prácticas propicias o
adversas para terminar su formación profesional (Vélez, 2007).

Cuando se cuestiona a los y las estudiantes acerca de lo que aprendieron


en la licenciatura, su percepción es que les hace falta acercarse a las
problemáticas reales, la conexión entre la teoría y la práctica, las prácticas
profesionales. Se incluyen los siguientes fragmentos de entrevistas en los que se
reitera la ausencia de esta conexión de la teoría con problemas reales de las
prácticas.
Creo que nos hace falta la parte práctica [en la Licenciatura]. Si algún día yo tuviera la
oportunidad de explicar cuáles son los elementos que hacen falta en el plan de estudios
para formar a un sociólogo de la educación, sería que nos acercáramos más a
problemáticas reales, porque todo lo que aprendemos es muy teórico y nuestro
conocimiento queda en un plano abstracto. Sólo realizamos la revisión de documentos,
leyes, la política educativa, y yo creo que nos hace falta ver cuestiones reales, porque la
teoría muchas veces es muy bonito saberla pero cuando la tratamos de relacionarla con la
vida real no podemos. Sé que las prácticas no están incluidas en el programa pero si por lo
menos los profesores nos dijeran: Ve asómate a la realidad, ve qué está pasando. Vemos
pura teoría sin vincularla con la realidad de las cosas (Estudiante E).

La referencia a la teoría y la práctica presente en este y estos puntos de


vista de los estudiantes apuntan a dos problemas no resueltos en el estudio de la
sociología de la educación en la licenciatura. El primero tiene que ver con una
visión de que el conocimiento de las principales corrientes teóricas sociológicas es
un conocimiento sistemático y racional consumado; por tanto, para ser aprendido

49
no requiere necesariamente evidencias empíricas. Por ello, es común que en los
cursos no se fomente la apropiación crítica del conocimiento de autores clásicos y
que no se incorpore la indagación empírica para identificar, explicar y comprender
problemas sociales y educativos del entorno inmediato, como bien lo expresa otro
estudiante.

Además, en estos últimos semestres nos empezaron a pedir que aplicáramos los
conocimientos teóricos y se nos complicó porque nunca lo habíamos hecho. Estábamos
acostumbrados a pura teoría y yo me sentía cómodo nada más leyendo y viniendo a
hablar, comentar la lectura. Ahora tengo que buscar un problema y nunca nos enseñaron
cómo. Como le digo, de por sí me daba flojera leer, ahora que tenemos que problematizar
se me complica más, creo que impacta en mis estados de ánimos y prefiero no hacer nada,
ni siquiera intentarlo (Estudiante F).

El tema de la aplicación de conocimientos teóricos al que se refiere este


estudiante no parece estar presente en los cursos para analizar, ver relaciones,
construir objetos y problemas de investigación sobre lo que Tenti Fanfani (2010, p.
9) considera que es objeto de la sociología de la educación, “las principales
interacciones entre el mundo de la escuela y las otras dimensiones relevantes de
la sociedad, tales como el mundo del trabajo y la estructura social, las instituciones
y prácticas políticas”.

El segundo problema de la LSE es la desvinculación con la práctica laboral.


Los y las estudiantes difícilmente realizan prácticas en campo, porque no se han
incorporado en el plan de estudios las prácticas profesionales con el objetivo de
acercar a las y los estudiantes a organizaciones civiles, escuelas, organismos
gubernamentales o empresas para que incursionen en tareas que contribuyan a
capacitarlos en el diseño de proyectos y propuestas de intervención; en
investigaciones situadas en escuelas, comunidades, asociaciones; en el estudio y
participación en movimientos sociales y culturales para conocer y explicar lo que
allí sucede.
Desde el punto de vista de otro de los estudiantes, la teoría se queda en las
aulas por la falta de prácticas profesionales.

50
Siento que faltan prácticas de campo porque todo es teórico y pues sí, al momento es
teórico pero cuando uno se enfrenta al mundo laboral de allá afuera te das cuenta que lo
teórico se queda en las aulas, se queda en los libros y afuera te dicen, sí maestro, sí eres
sociólogo, qué bonito pero qué sabes hacer, a mí no me importa tu título, a mí me importa
que sepas usar una computadora, que sepas hacer esto y aquello… pues muchas gracias
por participar (Estudiante J).

Como hemos visto, la práctica del egresado de esta carrera no se limita al


ámbito académico ni al desempeño docente. Ante la pregunta de qué aprenden
para ejercer la profesión un estudiante afirma: “Tener una buena escritura, buen
lenguaje, poder interactuar con las personas, ser posiblemente humildes, poderte
adentrar con la población” (Estudiante I). La respuesta remite a cualidades dignas
de valorar, pero no se traducen en habilidades profesionales para ejercer una
función como sociólogo educativo.
A la vista está la importancia de abrir espacios de prácticas en
organizaciones públicas y privadas en las que los estudiantes fortalezcan su
formación y puedan aportar conocimiento con un sentido sociológico y educativo.
Los y las estudiantes insistieron en señalar la formación teórica en
oposición al conocimiento de problemas de la realidad social como una notoria
ausencia en la formación que reciben en la LSE. Su percepción es que los textos y
la transmisón de contenidos no se orientan a conocer la práctica y poco
contribuyen a la interpretación de los fenómenos de la realidad cercana, no
conectan con la vida diaria.

Lo anterior coincide con un estudio realizado por Sandra Carli (2012) sobre
las experiencias de conocimiento de estudiantes de Sociología en una universidad
argentina. Refiere que los y las estudiantes perciben que ciertos profesores
seleccionan textos cuya lectura e interpretación invita a la construcción de
filiaciones ideológicas y a los usos políticos de autores, como es el caso
paradigmático de Marx, y observan una falta de convergencia entre las dos
disciplinas, sociología y educación. Así mismo, que las lecturas son sesgadas por
la transmisión del profesor(a) y la lectura se privilegia sobre la escritura o, en todo

51
caso, la escritura se reduce a resúmenes o a ensayos cuya elaboración no tuvo
orientaciones por parte del profesor(a) (Carli, 2012).

Por último, en uno de los rubros del cuestionario aplicado a las y los
estudiantes se pidió la opinión acerca de las fortalezas y debilidades de la LSE
con referencia a atributos positivos y negativos observados en la práctica de las y
los docentes.

De acuerdo con las respuestas hubo coincidencias en valorar como


mayores fortalezas de los profesores el que asisten puntualmente y dedican las
horas establecidas para la asignatura, establecen vínculos de respeto y
cordialidad, fijan criterios de evaluación en el grupo, imparten una clase amena,
explican con ejemplos y estimulan el interés por el tema, pero, sobre todo, revisan
los trabajos que solicitan y devuelven observaciones significativas para su
corrección.

Las debilidades más comunes se refieren a que los profesores faltan o no


destinan el tiempo establecido a la asignatura, no entregan un programa al inicio
de clases, no salen de sus temas y leen en clase en lugar de explicar, no
retroalimentan al estudiante sobre los trabajos que solicitan, no establecen
criterios de evaluación o evalúan con un solo trabajo final y tampoco estimulan el
interés por asistir y participar en clase.
Las cualidades y limitaciones del estilo de enseñanza, así como la
vinculación de las teorías sociológicas con problemas reales, influyen de manera
importante en la formación de los y las estudiantes. Por eso, la atención a los
efectos que de ello derivan no debe focalizarse como un simple fracaso de logro
de metas o propósitos que cada persona se plantea cuando ingresa al sistema de
educación superior, sino como un fallo de la institución, puesto que las
experiencias de una persona en una determinada institución son percibidas por
esa persona como un fracaso de lo que se proponía concretar en ella y no pudo
realizar.

52
Consideraciones finales

Las percepciones objetivas y subjetivas que se recuperaron de entrevistas a


estudiantes nos ofrecen un panorama más profundo de los avatares, dificultades y
sentido que tiene para ellos ingresar, permanecer y concluir la carrera de
Sociología de la Educación como opción de formación profesional.

El conocimiento de quiénes son nuestros estudiantes ha de contribuir a que la


institución y, en particular, la licenciatura se ocupe de que la transición a la
Universidad, la permanencia, egreso y titulación se facilite o encuentre menos
obstáculos. Si las significaciones culturales que enmarcan la vida cotidiana del
estudiante son limitadas o empobrecidas, si tiene dificultades para ajustarse a
nuevas relaciones sociales y académicas, su desempeño se va empobreciendo y
va mermando la posibilidad de concluir con éxito la licenciatura. Si por el contrario,
la Universidad asume la responsabilidad social y académica de disponer de
recursos pedagógicos y culturales que contribuyan a la valoración y expectativas
del estudiante hacia la educación, hacia su formación como sociólogo educativo y
hacia otros consumos culturales, los egresados contarán con los conocimientos y
habilidades para convertirse en profesionistas éticos y competentes.

La integración y sentido de pertenencia a la institución y a la carrera, no es


percibida por los y las estudiantes únicamente por la retribución académica, sino
de las dinámicas pedagógicas y estilos de enseñanza de sus profesores. Las y los
estudiantes que aprenden, permanecen por el grado de involucramiento que
presentan con las asignaturas dentro y fuera del salón de clase, por las relaciones
con sus profesores, por el trabajo y empatía con sus compañeros y por la
identificación con la institución.

Si se toma en cuenta que la identidad del estudiante está constituida por una
amalgama de biografía personal, cultura, influencia social y valores institucionales,
su trayecto por la universidad puede contribuir a una identidad positiva con la

53
inserción profesional, para adaptarse o cambiar de acuerdo con la función y la
circunstancia y para lograr que la invención y originalidad sean un pivote en la
construcción de la propia identidad personal y profesional (Day, 2007).

Los estudios sobre el desempeño académico de los y las estudiantes


proporcionan indicios de que la persistencia del alumno en lograr terminar una
carrera universitaria está vinculada a sus expectativas, motivaciones y valores
personales, pero especialmente a lo que la institución le ofrece en las esferas
social y académica y por los estímulos intelectuales y sociales generados en las
interacciones con profesores y otros estudiantes (Pascarella y Terenzini, 1980).
Ante esta perspectiva, la institución está comprometida a ofrecer servicios de
calidad y tiene la responsabilidad de hacer del proceso académico una estrategia
contra el abandono de los estudios por parte de las y los jóvenes. Le corresponde
lograr que sus estudiantes desarrollen una trayectoria escolar satisfactoria,
conocer a su población estudiantil, estar en contacto constante con ellos, hacer
que el alumno se involucre activamente en la institución y, por supuesto, que la
misma institución se involucre con el estudiante, creando ambientes donde este
sea el protagonista del proceso de formación y construya con sus compañeros
espacios que beneficien las tareas académicas y las relaciones sociales
constructivas.

La influencia de factores relacionados con el funcionamiento de la


universidad es significativa en el éxito o fracaso escolar de los y las estudiantes;
cuando se les ofrecen varios servicios de apoyo, tales como: orientación,
mentoría y tutoría y acompañamiento en sus procesos de aprendizaje, se facilita el
desarrollo de capacidades intelectuales, afectivas y sociales. Así, la institución es
más eficaz si establece algún sistema que permita identificar tempranamente a las
y los estudiantes que necesitan los servicios de apoyo, con miras a impactar
positivamente las tasas de egreso y graduación con éxito.

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