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Defensa Material y Definiciones

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DEFENSA MATERIAL

El derecho a la defensa material: el derecho a la defensa material es el derecho


que tiene el imputado a intervenir personalmente en el procedimiento para ejercer
su defensa; de esta forma, el imputado puede, a lo largo del procedimiento realizar
declaraciones, hacer pedidos al fiscal o al juez, proponer por sí mismo pruebas,
etcétera; en el debate del juicio, tiene además el derecho a ejercer la última
palabra. La defensa material, viene a ser una actividad procesal del imputado, es
realizada por él mismo para hacer valer, ante el tribunal, sus derechos.
Es aquella defensa que se desprende de las garantías y principios
constitucionales que son propias y exclusivas del imputado, Rossi Vásquez la
refiere como: “Actos ejercidos por el propio -imputado-, la cual es de manera
personal e insustituible que realiza el imputado contra quien se dirige la atribución
de un hecho delictivo”.
Ana Beltrán Montoliu en su tesis doctoral la define como: “Actividad procesal
dirigida a hacer valer ante el juez, los derechos subjetivos y dos demás de sus
intereses jurídicos del imputado, constituyendo pues, las actividades defensivas
por el mismo”. De igual forma en la obra de Derecho Procesal Penal, el autor
Gimeno Sendra la define como: “La intervención directa y personal del imputado
en el proceso, realizando actividades encaminadas a preservar su libertad, impedir
la condena u obtener la mínima sanción penal posible”.
Puede entonces considerarse que la defensa material es la garantía que tiene el
imputado a intervenir personalmente en cada una de las etapas del procedimiento
para otorgarle la posibilidad de ejercitar sus derechos; de esta forma el imputado
puede a lo largo del procedimiento realizar declaraciones, hacer pedidos al fiscal y
al juez contralor del proceso, de igual manera proponer por sí mismo los medios
de prueba. En el debate tiene además derecho a la última palabra, para poder
solicitar el perdón a los jueces.
El artículo 71 del Código Procesal Penal, solventa la duda al determinar que los
derechos que la Constitución y el mencionado código otorgan al imputado, pueden
hacerlos valer por sí o por medio de su defensor; desde el primer acto del
procedimiento dirigido en su contra hasta su finalización. También se entiende por
primer acto del procedimiento cualquier indicación que señale a una persona como
posible autor de un hecho punible o de participar en él, lo cual puede suceder ante
alguna de las autoridades competentes para iniciar la persecución penal, es decir,
ante la policía, el Ministerio Público o un tribunal.
El derecho material nace desde el mismo momento de la primera declaración del
imputado, desde el momento que le atribuye a una persona determinada la
comisión de un hecho punible, o en otros casos desde que se inicia la
investigación, la detención en situación flagrancia o por orden de juez competente
y, se hace evidente, cuando se dicta una medida de coerción o se dicta auto
admitiendo la acusación, o finalmente, cuando se pronuncia sentencia
condenatoria.
La defensa material es comúnmente el derecho a defenderse por uno mismo, son
todas y cada una de las actuaciones establecidas en el marco procesal a la cual el
imputado tiene derecho, y que consisten en los siguientes derechos
constitucionales y procesales establecidos en los artículos 7, 8, 9,10 y 11 de la
Constitución Política de la República de Guatemala y además se encuentran
desarrollados en los artículos 71, 81, 87, y 92 del Código Procesal Penal.
El derecho de defensa material también es reconocido por los pactos o convenios
internacionales ratificados por el Estado de Guatemala, que consagran
expresamente la posibilidad defenderse del imputado y que por ello adquiere por
ende rango constitucional “la defensa material”, en aplicación al artículo 46
Constitucional.
Para César Barrientos Pellecer la defensa material consiste en la facultad del
imputado de intervenir y participar en el proceso penal que se instruye en su
contra, la facultad de realizar todas las actividades necesarias para oponerse a la
imputación, y menciona que dentro de estas actividades tiene la de ser citado y
oído, la de argumentar, rebatir, controlar, producir y valorar la prueba de cargo, así
como la de plantear las razones que permitan la absolución, las justificaciones,
consideraciones o impugnar las resoluciones judiciales.

Definición jurídica de la defensa


La defensa es el derecho que tiene toda persona, contra la cual se ejercitó una
acción, de repeler esta, demostrando su falta de fundamentos. Considerando este
derecho en su actuación, comprende todo lo que se alega por un demandado para
sostener su derecho (o probar que no existe en el actor) o su inocencia.

Definición doctrinal de la Defensa


Derecho reconocido a toda persona, en el ámbito de cualquier proceso, de ser
oída y de hacer valer y probar las propias razones y argumentos, y de rebatir las
alegaciones y las pruebas en contra.
Juristas
Para Juan José González Bustamante, la defensa es “una función encaminada a
destruir las pruebas de cargo existentes, de tal manera que la resolución judicial
que se pronuncie, se traduzca en una exculpación o al menos, en una mejoría de
la situación jurídico procesal que guarda el inculpado”.
Para Rafael de Piña Vara, define el derecho de defensa como “la actividad
encaminada a la tutela de los intereses legítimos en aquellos regímenes
procesales, que permiten la intervención de una persona no titulada en esta
función o por el propio interesado”.
José Guarneri, al respecto, establece “el concepto de defensa es correlativo al de
acusación y constituye, en la dialéctica procesal de los contrarios, el momento de
la antítesis. Igual que la acusación, representa en el proceso penal una Institución
del Estado, pues el legislador la considera indispensable para la consecución de la
verdad”.

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