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Fórmas y Alternativas para La Inserción Laboral

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Fórmulas y Alternativas para la Inserción Socio-Laboral de las Personas

con Discapacidad

En el contexto actual se han generado diversas fórmulas y alternativas


dirigidas a favorecer la inserción laboral de las personas con discapacidad.
Cada una de estas opciones ha ganado cada vez más cuerpo, en virtud de
los logros alcanzados por estas personas en la exigencia de la atención a su
derecho a acceder a las fuentes de empleo y, por tanto, a desenvolverse
como individuos útiles al desarrollo económico y con un lugar dentro de la
sociedad.

A continuación se presentan analizan algunas de las opciones más


importantes que se plantean en el presente, a los fines de conformar las
ideas básicas para la estructuración de posibles propuestas que coadyuven
en el cumplimiento de la normativa legal en materia de integración de las
personas con capacidad al campo laboral. Entre esas opciones, se
encuentran el empleo protegido o centros especiales de empleo, los enclaves
laborales, el trabajo autónomo o autoempleo y el teletrabajo.

Empleo Protegido/Centros Especiales de Empleo

El mantenimiento en el tiempo de la alternativa del empleo protegido


como opción para la inserción laboral de las personas con discapacidad parte
de una realidad indiscutible que se encuentra en el hecho de que la
superación de las resistencias y barreras en las empresas ordinarias no es
un hecho que se llegue a producir de la noche a la mañana, sino la resultante
de un largo camino que implica principalmente el cambio de esquemas
mentales y actitudes fuertemente arraigadas en las culturas de las
organizaciones y que ha tenido como uno de su ejemplos el de la
consolidación de la plena igualdad de hombres y mujeres en cuanto al tipo de
empleos, acceso a puestos directivos y salarios.

En ese sentido, el empleo protegido constituye una fórmula que tiene


pertinencia en un contexto donde persisten marcadas resistencia a la
inserción socio laboral de las personas con discapacidad y, por lo tanto,
permite asegurar que estas personas desarrollen sus habilidades y destrezas
en un ámbito seguro y no discriminador del cual podrán transitar a uno
ordinario en la medida que las propuestas legales se logren poner en práctica
y se generen cambios en las resistencias existentes.

El empleo protegido se pone en práctica a través de la estrategia de


los centros especiales de empleo, que Alba y Moreno (2004) definen como:
“empresas normalizadas que actúan en el mercado, cuyo objetivo principal
es proporcionar a los trabajadores con discapacidad un puesto de trabajo
(remunerado) adecuado a sus características personales” (p. 105).

Como una fórmula especial del empleo o el trabajo protegido, los


centros especiales de empleo favorece la integración de los discapacitados a
un espacio laboral que reúne las condiciones necesarias para su adaptación
al trabajo y su posible y futura inserción laboral en un centro de trabajo
ordinario. Los autores citados afirman, en ese sentido, que esta estrategia del
empleo protegido persiguen un objetivo empresarial y cumplen una función
asistencial, es decir “la creación de riqueza y la permanencia de puestos de
trabajo, a la vez de ser un puente hacia el empleo ordinario de sus
trabajadores con discapacidad” (p. 105).

Respecto a esta fórmula de inserción laboral de las personas con


discapacidad, Rubio (2003) afirma que a través de ella se alcanza:

- Experiencia laboral, formación y capacitación profesional.


- Aprenden y desarrollar habilidades laborales (reducción de los
niveles de ansiedad, tensión; efectividad en las relaciones con los
compañeros y superiores; afrontar en mejores condiciones
psicoemocionales la productividad demandada por el Centro;
etcétera).
- Aprenden y adquieren hábitos laborales (horarios de entrada y
salida; las horas extras; seguimiento de normas sobre prevención
de riesgos laborales, seguridad e higiene; limpieza del entorno
laboral; toma de decisiones, etcétera).
- Adquieren cierta polivalencia y flexibilidad (cambian de puesto de
trabajo y de actividad laboral, por motivos estratégicos y
comerciales del Centro), características demandadas en el mercado
ordinario

Los aportes generados por el empleo protegido y los centros


especiales de empleo constituyen puntos de partidas que le permiten a las
personas con discapacidades desarrollar las habilidades sociales (HS)
necesarias para poder desenvolverse con solvencia en un ambiente laboral
propio del mercado ordinario de trabajo. Igualmente, se constituyen en
formas de favorecer el desenvolvimiento de estas personas en unas
condiciones de igualdad, sobre todo en un ambiente donde aun habiendo
una normativa legal, se dificulta la inserción debido a las resistencias que se
generan por parte de los propios gerentes, empleados y obreros.

Enclaves Laborales

Esta alternativa se puede calificar como una fórmula mixta, donde se


combina el empleo protegido con el trabajo ordinario. Alba y Moreno (Ob.
Cit.) señalan lo siguiente respecto a la misma:

Los Enclaves Laborales surgen a partir de una relación comercial entre


una empresa del “mercado abierto” y un Centro Especial de Empleo.
Consisten en el desarrollo de una actividad productiva por parte de un
grupo de trabajadores de un Centro Especial de Empleo en las propias
instalaciones de la empresa (P.107).
A través de los enclaves laborales se realiza una especie de
arrendamiento de servicios de una empresa a un centro especial de empleo,
con la particularidad de que el cumplimiento de la actividad laboral se realiza
en las propias instalaciones de la empresa contratante y esta puede ser una
prestación de servicios o la ejecución de determinadas tareas productivas
con dicha empresa en las áreas de trabajo de la misma.

En términos más específicos Alba y Moreno (Ob. Cit.) señalan los


siguientes objetivos de los enclaves laborales:

a) Favorecer el tránsito de las personas con discapacidad desde el


empleo en los Centros Especiales de Empleo al empleo en empresas
del mercado ordinario de trabajo.
b) Permitir a los trabajadores con discapacidad de un Centro Especial
de Empleo desarrollar su actividad laboral en una empresa del mercado
ordinario de trabajo, completando su experiencia profesional.
c) Conseguir que la empresa del mercado ordinario de trabajo en la que
se realiza el Enclave Laboral tenga un mejor conocimiento de las
capacidades y aptitudes reales de los trabajadores con discapacidad.
d) Posibilitar el crecimiento de la actividad desarrollada por los Centros
Especiales de empleo y, por tanto, la contratación por éstos de nuevos
trabajadores con discapacidad, favoreciendo la creación de empleo
estable (p. 110).

La fórmula de los enclaves laborales representa una opción dirigida a


facilitar la ejecución de la transición de la persona con discapacidad de un
ámbito de empleo protegido a uno ordinario, pero a la vez, mediante su
aplicación se pretende optimizar el desarrollo de las competencias laborales
y sociales de estas personas a través de una interacción más directa con la
realidad cotidiana. Igualmente, esta opción de inserción laboral del
discapacitado permite educar y concientizar a los diferentes cuadros que
laboran en las empresas sobre las personas con discapacidad y las
posibilidades que ellas tienen para insertarse activamente en los procesos de
trabajo.

Empleo Autónomo o Autoempleo

La opción del empleo autónomo como fórmula para la inserción socio


laboral de la persona con discapacidad constituye otra de las opciones que
favorecen las posibilidades de trabajo y su inclusión en el aparato producto y
la estructura social a la cual pertenece. Alba y Moreno (2004) afirman lo
siguiente al respecto: “El trabajo por cuenta propia es una modalidad laboral
interesante para el colectivo de personas con discapacidad, dada su elevada
tasa de desempleo y las dificultades para su integración en el mercado de
trabajo ordinario” (p. 116).

La realización del emprendimiento por parte de las personas con


discapacidad, a través de los aportes y oportunidades que brindan los entes
públicos y privados, constituye una opción válida que se hace cada vez más
viable con el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y la
comunicación, con las cuales se pueden llevar a cabo alternativas como el
teletrabajo y el comercio electrónico.

Al respecto De Lorenzo (2000) afirma lo siguiente: “La posibilidad de


trabajar como autónomo es fundamental en los países en desarrollo, donde
la mayoría de la mano de obra está auto empleada, ya sea en sectores
formales o informales” (p. 80). Estas posibilidades deben ser tomadas en
cuenta tanto por el Estado principalmente y en ese sentido, se deben
considerar opciones de financiamiento a proyectos empresariales de
trabajadores discapacitados no empleados que tengan la intención de
constituirse como trabajadores autónomos.

En relación al financiamiento a la ejecución de proyectos que se


ubiquen dentro de esta alternativa para la integración de las personas con
discapacidad, De Lorenzo afirma que ello es importante, pero no suficiente y
al respecto señala que son necesarias que se exigen para este tipo de
trabajo: “Aparte de la formación técnica, se necesitan habilidades en campos
como la gerencia y la contabilidad, disponibilidad para recibir asistencia
técnica y consultoría” (p. 80). Por otro lado, Alba y Moreno (2004) agregan
que para llevar a cabo esta opción laboral “es necesario superar el enfoque
tradicional del trabajo como asalariado, esto es, por cuenta ajena” (Ibídem)

La formulación de la alternativa del trabajo autónomo o del


autoempleo, no se limita sólo al aporte de financiamiento por parte del
Estado a los proyectos de emprendimiento que puedan proponer grupos de
personas con discapacidad u organizaciones relacionadas con dichos
grupos, sino también la ejecución de un proceso de capacitación sostenido,
que favorezca el desarrollo de competencias relacionados con los aspectos
técnicos del trabajo a desarrollar y con lo relacionado a la gestión y control
administrativo/financiero del mismo. Igualmente, implica cambios en la
mentalidad de quienes van a emprender, en el sentido de que la ejecución
del mismo no implica la ganancia de un salario, sino que esta vendrá en la
medida que se trabaje en las actividades y tareas que exige el proyecto
propuesto.
Teletrabajo

Esta alternativa de inserción laboral para las personas con


discapacidad la definen Alba y Moreno (2004) en los términos siguientes:

Es una forma de organización de trabajo que permite la realización


del mismo gracias a la aplicación de tecnologías de información y
comunicaciones. Estas tecnologías permiten el desarrollo de un
puesto de trabajo parcial o totalmente fuera de los centros de trabajo
habituales de la empresa o persona para la que se realiza el trabajo.
En resumen, el teletrabajador no va al trabajo sino que hace que el
trabajo vaya a él, a su propio domicilio o a un centro específico de
teletrabajo (p. 113).

El teletrabajo genera nuevas oportunidades de empleo que son


especialmente útiles en el caso de las personas con discapacidad, sobre
todo de aquellas que presentan graves dificultades de movilidad, pues
solventarían los problemas de accesibilidad y transporte, la dependencia
de horarios rígidos o la adecuación de las infraestructuras, que
habitualmente condicionan su plena inserción en el mundo laboral. Alba y
Moreno (2004) reafirman lo señalado al afirmar que:

El hecho de que el trabajo pueda desarrollarse en lugares diferentes


al centro de trabajo, incluido el propio domicilio, proporciona a las
personas con movilidad reducida ventajas muy importantes, ya que
no precisan de la utilización diaria de un medio de transporte
adaptado, ni la ayuda de terceras personas para desplazarse (p.
113).

Los aspectos que distinguen la naturaleza del trabajo y que pueden


calificarse como elementos que faciliten los procesos de integración
laboral de la persona con discapacidad, se encuentran representados en
primer lugar en el hecho de que las personas que laboran como tele
trabajadores normalmente desempeñan sus actividades en casa, pero
también pueden trabajar en una oficina satélite o en un centro de
teletrabajo. También, se puede distinguir la flexibilidad del tiempo de
trabajo que puede ser de jornada completa, a tiempo parcial, o uno o dos
días a la semana.

Igualmente, se puede acotar que el vínculo laboral con la empresa


puede darse a través de dos tipos de relaciones laborales: Por cuenta
ajena o por cuenta propia. En cuanto a las áreas en las cuales se puede
aplicar, se encuentran el turismo, ocio, cultura, sanidad, enseñanza,
asesoría, consultoría, logística, diseño gráfico, pero con mayor relevancia
todas aquellas tareas relacionadas con la generación, manejo y
almacenamiento de información.

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