Guía de Estudio de Contratos y Garantías Ultimo
Guía de Estudio de Contratos y Garantías Ultimo
Guía de Estudio de Contratos y Garantías Ultimo
El Mutuo
Concepto: "El mutuo es un contrato por el cual una de las partes (llamada mutuante),
entrega a la otra (llamada mutuaria) cierta cantidad de cosas, con cargo de restituir otras
tantas de la misma especie y calidad" art. 1.735 C.C. V).
Reglamentación
Contenido en el Capítulo I, II y II de los artículos desde 1.735 hasta 1.744 del código civil
venezolano regula las normas generales y el IV Capitulo las normas de los préstamos a
intereses.
Existes mutuos que revistes caracteristicas especiales, como los de carácter público y
mercantil y los rige un régimen especial ejemplo de ellos los empréstitos públicos, las
obligaciones emitidas por las sociedades mercantiles, y algunos de los llamados "depósitos"
de fondo ejemplo los depósitos bancarios, estos prevalecen sobre las normas civiles y
tienen poder normativo subsidiario.
Por otra parte, muchas veces el mutuo es precedido por negocios jurídicos de muy diverso
tipo; aperturas de crédito, apertura de cuentas corrientes, emisión de cartas de crédito u
otros títulos, etc.
Diferencia con otras instituciones Jurídicas, caso de tipicidad dudosa
1 ° Mutuo y comodato. Véase Cap. XLII.
2° Mutuo y aporte en sociedad. Resulta difícil distinguir si la entrega de una suma de
dinero implica un aporte en sociedad o un mutuo, cuando se pacta que el "tradens" tendrá
derecho a una participaci6n en las utilidades o una injerencia en la conducción del negocio
que se em prenda con los fondos correspondientes. En tales casos, lo decisivo es la
2
anulación por incapacidad del mutuante obliga al mutuario a restituir sin plazo
alguno y, en su caso, de indemnizar los daños y perjuicios.
Objeto:
Solo pueden darse en mutuo las cosas "in commercio", susceptibles de ser enajenadas y
fungibles ya que el mutuo implica la transmisión de la propiedad al mutuario y solo
obliga a este a restituir igual cantidad de cosas de la misma especie y calidad.
Causa:
La jurisprudencia extranjera anula el mutuo por causa ilícita cuando ambas partes
conocen que con el contrato se persigue una finalidad ilícita o inmoral (p. ej.: los
préstamos para hacer posible el contrabando o la explotación de una casa de
prostitución). Este criterio favorece al tomador del préstamo, ya que puede rechazar la
pretensión del mutuante en virtud del principio "nemo auditur propiam turpitudinem
alegans".
La jurisprudencia francesa anula los prestamos hechos al jugador por la casa de juego,
por el gerente de esta o por cualquier otro interesado en el juego, argumentando que los
mismos fomentan la pasión del juego lo que es inmoral y constituyen un modo
indirecto de dar acción para el cobro de las deudas de juego lo que es contrario a la Ley.
Legitimación
Como el mutuo es traslativo de la propiedad, el mutuante debe ser propietario (o
quasiusufructuario) de la cosa dada en préstamo.
Entrega
Siendo un contrato real, el mutuo requiere para su perfeccionamiento la
entrega de la cosa la cual puede verificarse por cualquiera de los modos de
tradición. La prueba de la entrega se rige por el Derecho común. De ordinario, se
prueba mediante un escrito contentivo de las estipulaciones del contrato o del
reconocimiento de la deuda derivada del mismo, o mediante un pagans.
GASTOS DEL MUTUO
Están a cargo de] mutuario, salvo pacto en contrario: 1° los gastos de la celebraci6n
del contrato (incluidos los gastos de la entrega), en virtud de la regla de que los
gastos del contrato son a cargo del adquirente; 2°, los gastos de la cancelación, en
virtud de la regla de que los mismos están a cargo de la persona favorecida por ella
y 3°, los gastos de constitución de las garantías prometidas o dadas por él.
4
I. OBJETO DE LA RESTITUCION
1° Norma general
disminución del precio (C.C. art. 1.739), norma que, en realidad, vuelve a la
regla general (C.C. art. 1.744)
II. LUGAR DE LA RESTITUCION
2° Cuando las partes no han fijado el término, el Tribunal puede acordar un plazo
para la restitución, según las circunstancias (C.C. art. 1.742).
5° Los tribunales franceses entienden que cuando el mutuante expresa que "se
atiene a la lealtad o buena fe del tomador", no tiene acción para exigir el reembolso
sino en el caso de abuso de derecho por parte de este.
6° Par lo demás, el beneficio del termino puede perderse conforme al Derecho
común (C.C. art. 1.215).
RIESGOS DE LA COSA
PRESTAMO A INTERES
7
I.INTRODUCCION
1° Desde el punto de vista del Derecho positivo, la licitud, del préstamo a interés,
en sí mismo, es indiscutible, ya que la Ley expresamente permite estipular
intereses por el préstamo de dinero, frutos u otras cosas muebles (C.C. art. 1.745).
III. MODALIDADES
En el préstamo a interés la tasa puede ser fijada por la ley (a falta de pacto entre las
partes), o por el contrato. En el primer caso se habla de interés legal y en el
segundo de interés convencional.
10
1° La tasa legal civil es el Tres (3%)por ciento anual. Esta tasa no solo es aplicable
al préstamo a interés donde las partes no han determinado la tasa de este, sino que
se aplica también para calcular los daños y perjuicios moratorios respecto a las
obligaciones que consisten en dar sumas de dinero, salvo disposiciones especiales
de la Ley o pacto en contrario (C.C. art. 1.277). En materia mercantil, el interés
legal es el corriente en la plaza (C. Com., art. 529).
c) El interés convencional puede ser limitado por leyes especiales (C.C. art.
1.746, ap. 2).
Debe advertirse que cuando se pacta un interés superior al límite establecido por la
Ley, el contrato no está viciado de nulidad, sino que precede la reducción de la tasa
convencional al interés corriente en el caso del aparte 2 del artículo 1.746 del
Código Civil, o al uno por ciento mensual en el caso del aparte 4 del mismo
artículo 3.
Debe señalarse que, de acuerdo con la Corte Suprema de. Justicia, el campo de
aplicación del Decreto ha quedado significativamente restringido, aunque no
corresponda a este curso de Derecho Civil entrar en pormenores al respecto, pero
debe apuntarse que no se aplica a los intereses que paguen o cobran según los
casos las instituciones financieras.
3° Los intereses comienzan a correr y cesan conforme a los términos del contrato.
Salvo pacto en contrario, se entiende que comienzan a correr desde el momento del
préstamo hasta el pago total hecho al mutuante o a su representante. Los abonos
12
B) Cuando las partes han estipulado interés, el mutuario tiene derecho a repetir
los intereses pagados en exceso al correspondiente a la tasa aplicable
(convencional o legal).
I. Los prestamos son contratos por las cuales una persona, llamada
tomador o prestatario, recibe de otra persona, llamada prestamista, una cosa que
se obliga a restituir en especie o por equivalente, después de cierto tiempo o de
cierto uso. Si la restitución debe ser en especie, el préstamo es un comodato o
prestamos de uso; caso contrario, un mutuo préstamo de consumo.
De ordinario, la naturaleza objetiva de la cosa determina la calificación del
contrato. En efecto, si para usar la cosa no es necesario consumirla, el préstamo
no implica transferencia de propiedad y en cambio impone la restitución de la
misma cosa prestada con lo cual el contrato será de comodato. Si, por lo
contrario, la cosa es de las que se consumen por el uso, el préstamo supone la
13
II. Por otra parte, como ha señalado entre otros Capitani, la ley define los
contratos de préstamos como contratos reales unilaterales por haber hecho una
dicotomía de la operación económica, ya que antes de la entrega que obliga a
restituir y que perfecciona el contrato de préstamo tal como lo concibe el
legislador, suele haber existido un contrato (consensual) por el cual el
prestamista se obliga a entregar la cosa en préstamo (promesa de préstamo).
I. CONCEPTO
I° Comodato y arrendamiento
2° Comodato y mutuo
3° Comodato y depósito
I. CONSENTIMIENTO
En esta materia se aplica el Derecho común con la importante salvedad de que
como el contrato es real no se perfecciona "solo consensu" sino por la entrega
de la cosa dada en préstamo.
II. CAPACIDAD Y PODER
En principio el comodato es un acto de simple administración para ambas
partes, salvo casos excepcionales. Sin embargo, parte de la doctrina se muestra
más inclinada a calificar al comodato como acto de disposición para el
comodante. En todo caso, establecido que el comodato de que se trata
constituya un acto de simple administración o de un acto de disposición, es
suficiente aplicar las correspondientes normas de Derecho común en materia de
capacidad y poder para celebrar el comodato.
III. OBJETO
Puede darse en comodato cualquier cosa mueble o inmueble que este en el
comercio. Como el contrato no es traslativo pueden darse en comodato cosas
inalienables o sobre las cuales el comodante solo tenga un derecho inalienable.
IV. CAUSA
16
En cuanto a la causa del comodato basta recordar las discusiones sobre la causa
en los contratos reales unilaterales, estudiadas en la asignatura Derecho Civil
III.
V. ENTREGA DE LA COSA
Siendo el comodato un contrato real, su perfeccionamiento requiere la entrega
de la cosa, que puede realizarse por cualquiera de los mo dos de hacer tradición.
RIESGOS EN EL COMODATO
habrían sobrevenido aguachente sin el uso ilegitimo o la mora (C.C. art. 1.727,
ord. 1°) . Esa norma, por cierto, no es sino la aplicación del Derecho común
en la materia y no regula propiamente "riesgos" ya que se refiere a dos casos en
los que media culpa de] comodatario.
El DEPÓSITO
DEPOSITO EN GENERAL
"El depósito en general es un acto por el cual una persona recibe la cosa ajena
con obligaci6n de guardarla y restituirla" (C.C. art. 1.749). Debe observarse que
no siempre se trata de un contrato (el secuestro judicial, que es una de las
variedades del depósito, no es un contrato); y que presupone la recepción de una
cosa ajena, así como la doble obligación de cuidar de el y de restituirla. El
depósito así definido se divide en depósito propiamente dicho y secuestro (C.C.
art. 1.750).
El depósito propiamente dicho es un contrato por el cual una persona recibe la cosa mueble
ajena con obligación de guardarla y restituirla. Debe observarse que:
1° El depósito propiamente dicho es siempre un contrato (C.C. art. 1.751, encab.), que
exige para su perfeccionamiento la entrega de la cosa (C.C. a1t. 1.751, ap. I) y que no
puede tener por objeto sino cosas muebles (C.C. art. 1.751, encab.).
20
I. CONSENTIMIENTO
1° El depósito no puede celebrarse válidamente sino entre personas capaces para contratar
(C.C. art. 1.754). Sin embargo, si una persona capaz para contratar acepta el depósito hecho
por otra incapaz, queda sujeta a todas las obligaciones de un verdadero depositario, y
pueden perseguirla el tutor, curador o administrador de la persona que hizo el depósito o
esta misma, si llega a tener capacidad (C.C. art. 1.754, ap. I).
En cambio, si el depósito se ha hecho por una persona capaz en otra que no lo sea, solo
tendrá la depositante acción para reivindicar la cosa depositada, mientras exista en poder
del depositario, o para que esta le restituya la cantidad hasta la cual se haya enriquecido con
la cosa o con su precio (C.C. art. 1.755), lo que no es sino la simple aplicación del Derecho
común (C.C. art. 1.349).
2° Las reglas acerca del poder requerido para dar o recibir en depósito se deducen
fácilmente si se tiene en cuenta que el depósito es, en principio, un acto de simple
administración.
Ill. OBJETO
El depósito debe versar sobre una cosa mueble no fungible (salvo que se admita que es
verdadero depósito el llamado depósito "irregular").
IV. CAUSA
23
Las obligaciones del depositario se pueden reducir a dos: guardar y restituir la cosa recibida
en depósito.
I. OBLIGACION DE GUARDA
I Diligencia debida
(C.C. art. 1.756), lo que, según las cosas, agrava, atenúa o deja inalterada la responsabilidad
del depositario respecto del Derecho común (según que aquel ponga en la guarda de sus
cosas una diligencia mayor, menor o igual a la de un buen padre de familia). La
justificación dis cutible de tal principio estriba en la consideración de que el depositario
actúa en forma gratuita.
1° Objeto de la restituci6n
La misma norma debe aplicarse a cualquier caso en que el depositario sea privado de la
cosa por una causa extraña que no le sea imputable.
C) El depositario debe entregar los frutos que haya percibido de la cosa; pero no debe
intereses del dinero depositado sino desde el día en que se haya constituido en mora de
restituir (C.C. art. 1.764).
2° Lugar de la restitución
Si al hacerse el depósito se indica el lugar para la devolución de la cosa, el depositario
deben restituirla allí e incluso está obligado a llevar la cosa a dicho lugar, aunque los gastos
que ocasione el traslado serán a cargo del depositante (C.C. art. 1.770, encab). Si el
contrato no indica el lugar de la restitución, esta deberá efectuarse donde se halla la cosa
depositada (aunque no sea el mismo lugar donde se hizo el depósito), con tal que no haya
en ello malicia por parte del depositario (C.C. art. 1.770, ap. unico).
3° Momento de la restitución
B) "Si se fija tiempo para la restitución, esta cláusula solo es obligatoria para el
depositario, quien en virtud de ella no puede devolver el depósito antes del tiempo
estipulado, excepto en los casos expresados por la Ley" (C.C. art. 1.771, ap. I). Así pues, el
vencimiento del termino no exonera al depositario de su obligación de guarda, mientras el
depositante no le pida la cosa depositada; pero le permite exigir que el depositante disponga
26
de la cosa aun antes del término convenido en dos casos: a) cuando la cosa peligra en su
poder; y b) cuando el depósito le causa perjuicio (C.C. art. 1.771, ap. 2).
Sin embargo, aun cuando la persona que hiciera la entrega del depósito haya actuado en
nombre propio, la restitución debe hacerse a otra persona en los siguientes casos:
partición, la restitución debe hacerse a quien según la partición resulte tener derecho a ello
(C.C. art. 1.767).
b) Si después de constituido el depósito, el depositante pierde la capacidad para
administrar sus bienes en razón de un cambio sobrevenido en su estado, la restitución
deberá hacerse a quien tenga la administraci6n de los bienes del depositante (C.C. art.
1.768).
c) Si el depósito fue hecho originalmente por quien era incapaz, la restitución debe
hacerse a quien tenga la administración de los bienes del incapaz, a menos que este ya haya
adquirido la capacidad de que carecía (C.C. art. 1.754, ap. (mico).
B) Si la persona que hizo el depósito actuó en nombre ajeno, par ejemplo a título de
tutor o administrador, la restitución no puede hacerse a dicha persona cuando su
administración haya cesado para el momento en que el depósito debe ser devuelto, sino
según los casos, a la persona representada o al nuevo administrador (C.C. art. 1.769).
El depósito no debe ser fuente de empobrecimiento del deposita rio. Por ello, el depositante
debe reembolsar al depositario los gastos que este haya hecho para la conservación de la
cosa depositada e indemnizarle los daños que le haya causado el depósito (C.C. art. 1.773).
1° Según la doctrina dominante la obligación contractual de reembolso solo procede por los
gastos necesarios o prescritos, mientras que en caso de gastos útiles el depositario tendría
que invocar la acción "in rem verso" con las limitaciones que la misma implica; pero con
ello se abandona el principio de que las normas sobre enriquecimiento sin causa no se
aplican sino entre personas que no están vinculadas por contrato. La señalada limitación al
reembolso de los gastos útiles se justifica mejor, en nuestro parecer, por la aplicación "a
fortiori" del artículo 792 de! Código Civil.
Se discute si el depositario tiene derecho a exigir el pago de intereses por concepto de
avances para cubrir los gastos necesarios o prescritos para la conservación de la cosa. En
pro de la afirmativa se invocan por analogía las reglas del mandato.
2° Los daños que deben ser indemnizados al depositario no se limitan a los que son
consecuencia de la culpa del depositante, sino que se extienden a los que son consecuencia
del depósito (salvo que se deban a culpa del propio depositario).
I. PRIVILEGIO
El depositario puede retener el dep6sito hasta el pago total de todo cuanto se le deba en
raz6n del dep6sito (C.C. art. 1.774), siendo aplicable al caso las normas del mandato sobre
sustituci6n por otra garantía o 1imitaci6n de la retenci6n, a pedido del deudor del crédito
que origina la retenci6n.
DEPOSITO NECESARIO
I. CONCEPTO
"Depósito necesario es el que hace alguna persona apremiada por algún (m accidente; como
ruina, incendio, saqueo, naufragio u otro imprevisto" (C.C. art. 1.775). El depósito
necesario presupone pues:
1°) Que el depositante haya actuado con apremio, o sea constreñido por la necesidad de
salvarse o de salvar al objeto de un peligro inminente; y
2°) Que el apremio se deba a un accidente imprevisto como los enumerados
enunciativamente por la disposición citada.
11. REGLAMENTACION
La Ley solo dispone que "el depósito necesario se rige por las reglas establecidas para el
depósito voluntario; pero siempre se podrá probar de acuerdo con el artículo 1.393". Ello
demuestra que en materia de depósito necesario no existe ninguna norma civil de carácter
especial y que, por lo tanto, desde el punto de vista civil, huelga ese subtipo contractual.
Pero, la distinción tiene importancia practica en materia penal porque la apropiación
indebida de la cosa recibida en depósito necesario es siempre una apropiación indebida
calificada que, a diferencia de la apropiación simple, constituye un delito de acción pública
castigado con mayor pena (C. Pen., art. 470).
I. GENERALIDADES
La Ley "reputa depósito necesario el de los efectos introducidos por los viajeros en las
posadas, fondas o mesones donde se alojan, o en las naves y demás vehículos que las
conducen; y las posaderos, fondistas, mesoneros, patrones y conductores, responden de
ellos como depositarios" (C.C. art. 1.777). Esa categoría comprende pues, el llamado
depósito def hotelero en el derecho francés y, además, el que podría llamarse depósito def
conduc/01'.
La norma citada solo se refiere a viajeros que introducen efectos en posadas, fondas,
mesones, naves u otros vehículos (de modo que no se aplica, p. ej.: a los efectos
introducidos en teatros o consultorios), y según la opinión dominante solo se refiere a
viajeros que pernoctan en la posada, fonda o meson.
La creación de la figura jurídica del deposito que la Ley reputa necesario obedece a la
consideración, actualmente discutible, de que debe otorgarse especial protección a los
31
II. ESPECIALIDAD
3° Por último, en el depósito que la Ley reputa necesario se agrava la responsabilidad del
depositario como veremos "infra".
El deposito que la ley reputa necesario comprende todos los objetos introducidos por el
viajero, aunque la otra parte (el hotelero o conductor), ignore su existencia. Comprende
incluso los vehículos dejados en el recinto del hotel o a su puerta, siempre que en este caso
sean señalados al hotelero de modo que este acepte implícitamente la guarda. En cambio,
no comprende los objetos que el viajero deja al partir, en orden a los cuales, según los
casos, podrá haberse celebrado un contrato de depósito voluntario, de prenda o de
arrendamiento.
2° del artículo 1.757 del Código Civil o por aplicación del ordinal 3° del mismo).
32
2° El hotelero o conductor responde tanto de los hurtos como de los daños causados en los
efectos de los visitantes: A) "por los criados, encargados, dependientes de los posaderos,
fondistas, mesoneros, patrones, marineros, conductores o porteadores", quienes por ser
dependientes del hotelero o conductor comprometen su responsabilidad conforme al
Derecho común (C.C. art. 1.778); y B) por los extraños que frecuentan las mismas posadas,
fondas, mesones, naves y vehículos (C.C. art. 1.778), lo que constituye una norma de
excepción.
3° El hotelero o conductor no responde de los hurtos o daños que se deban a fuerza mayor
(p. ej.: robo a mano armada) o a negligencia del viajero (C.C. art. 1.778).
4° Si el viajero lleva consigo efectos de gran valor, debe hacerlo saber al hotelero o
conductor, y aun mostrárselos, si estos lo exigen, para que se emplee especial cuidado en su
custodia (C.C. art. 1.778), lo que representa la vuelta al Derecho común en materia de
depósito propiamente dicho (o sea, a la aplicación de las normas sobre depósito voluntario).
SECUESTRO
I. GENERALIDADES
1° Concepto
3° Clasificaci6n
El secuestro puede ser convencional o judicial (C.C. art. 1.780).
II. SECUESTRO CONVENCIONAL
1° Concepto
"El secuestro convencional es el depósito de una cosa litigiosa hecho por dos o más
personas en manos de un tercero, quien se obliga a devolverla después de la terminación del
pleito, a aquel a quien se declare que debe pertenecer" (C.C. art. l.781).
2° Normas especiales
a) El secuestro puede tener por objeto muebles o inmuebles (C.C. art. 1.783); y
I° Concepto
El secuestro judicial es el depósito de la cosa litigiosa impuesta a las partes por el juez en
manos de un tercero, quien se obliga a tenerla a disposición del Tribunal.
C) El depositario debe tener la cosa a disposición del Tribunal (C.C. art. 1.786, encab.).
F) Otras normas especiales de! secuestro judicial son estudiadas en Derecho Procesal
Civil.
La Prenda
GENERALIDA DES SOBRE PRENDA ORDINARIA
I. CONCEPTO DE PREN DA
1° Conforme a la ley, prenda "Es un contrato por el cual el deudor o un tercero da al
acreedor una cosa mueble en seguridad del crédito, la cual deben restituirse al quedar
extinguida la obligación" (C.C. arts. 1.837 y 1.843). Esta definición solo abarca el contrato
de prenda regular de derecho común siendo así que, además de las prendas especiales,
existen prendas derivadas de actos jurídicos no contractuales. Hemos visto en efecto que
entre las fianzas legales y judiciales existen fianzas no contractuales (p. ej.: la que asegura
las resultas de la administración de un tutor o se presta para obtener medidas preventivas).
Ahora bien, como el obligado a dar fianza legal o judicial puede proporcionar también una
prenda, se deduce que existen prendas valiosas que no son contractuales (C.C. art. 1.828).
2° Desde otro punto de vista, se llama también prenda a la cosa mueble que se da al
acreedor en seguridad del crédito. Y,
° Además en la expresión de que "los bienes del deudor son la prenda común de sus
acreedores" la palabra solo señala que dichos bines están genéricamente afectados al pago
de las obligaciones.
II. UBICACION DEL CONTRATO DE PRENDA ORDINARIA DENTRO DE LAS
CLASIFICACIONES DE LOS CONTRATOS
1° El contrato de prenda ordinaria es unilateral, ya que sólo hace nacer obligaciones a cargo
del acreedor, entre las cuales se destaca la de restituir la cosa dada en prenda. Sin embargo,
coma eventualmente y en virtud de hechos posteriores pueden surgir obligaciones para el
constituyente de la prenda, el contrato es de las que se llaman sinalagmáticos imperfectos.
Dado el carácter unilateral del contrato de prenda, es improcedente atacarlo por medio de la
acción resolutoria; sin embargo, existen otras acciones legales con las cuales se obtiene el
mismo resultado que con aquella.
2° El contrato de prenda ordinaria es real, ya que sólo se perfecciona par la entrega o
tradición de la cosa. Para explicar la razón por la cual el legislador ha dado carácter real a
este contrato, se ha alegado: A) que no podría obligarse al acreedor a restituir la prenda
antes de recibirla; y B) que el desasimiento o desposesión constituye una medida de
36
A) La prenda solo puede constituirse sobre bienes muebles (C.C. art. 1.837) que estén
en el comercio y que sean susceptibles de ejecución forzosa.
cosa en manos del deudor (o tercero constituyente), a título de detentador, y no tener que
ejecutar judicialmente la prenda en caso de incumplimiento de la obligación principal. La
doctrina y jurisprudencia tienen establecido que la operación carece de validez: No surte los
efectos de venta porque no es ese el contrato que las partes quieren celebrar ni surte efectos
de prenda por cuanto se constituye sin cumplir las formalidades legales de esta.
Como la prenda tiene por efecto otorgar al acreedor un derecho real es necesario que sea
constituida por el propietario o el titular del derecho dado en prenda. Si falta esa condición,
el contrato está viciado de nulidad relativa, establecida en interés del acreedor prendario;
pero esa nulidad no suele ser invocada por el acreedor en virtud de que tiene frente al
"verus dominus" una posición jurídica, muy ventajosa en virtud del principio de que en
materia de muebles por su naturaleza o de títulos al portador la posesión de buena fe
equivale al título respecto de terceros de buena fe. En consecuencia, salvo que el acreedor
sea poseedor de mala fe o de que se trate de una cosa perdida o hurtada, el acreedor
prendario que ha recibido la entrega de la cosa (si no la ha recibido el contrato no se ha
perfeccionado), puede rechazar exitosamente la reivindicación (u otra acción) que intente el
propietario o titular de] derecho. Sin embargo, la situación del acreedor prendario respecto
de una prenda constituida "a non domino" no es idéntica a la del adquirente "a non
domino", ya que el primero no tiene una excepción perpetua frente a las pretensiones de los
terceros, toda vez que no podrá oponer su posesión después de que se haya extinguido la
obligación garantizada con la prenda, y que, además, no podrá ejercer nunca el derecho a
que se refiere el artículo 795 del Código Civil, ya que no se encontrara en el supuesto de
hecho allí previsto (adquisición en feria, mercado, etc.). Pero siempre que el constituyente
de la prenda sea propietario o titular del derecho, poco importa que sea el deudor o un
tercero. En este último caso, aunque no asuma ninguna obligación personal, está obligado
"propter rem" frente al acreedor con la prenda. A su vez, en caso de ejecución de la prenda
podrá dirigirse contra el deudor por mandate, gestión de negocios o enriquecimiento sin
causa según haya constituido la prenda por instrucciones del deudor, sin conocimiento de
este o contra su oposición.
11. LA OBLIGACION PRINCIPAL
La prenda fuera de contrato accesorio, presupone la existencia y validez de una obligación
principal cuya suerte corre. Al respecto debe señalarse que la prenda puede, en principio,
garantizar cualquier obligación valida. Incluso es posible garantizar con prenda una
obligación natural, especialmente si la constitución de la prenda, en el caso concreto,
convierte la obligación natural en obligación civil.
III. TRADICION O ENTREGA
Como la prenda es un contrato real no se perfecciona sino por la entrega de la cosa. Pero
como esa entrega cumple una función de publicidad frente a los terceros, que permite
conferir al acreedor un derecho de persecución sobre la prenda a pesar de su carácter de
bien mueble, la tradición de la prenda debe ser efectiva en el sentido de que sea inequívoca
frente a los terceros Así no podría constituirse prenda mediante "constitutum possessorium
": pero si mediante tradición documental.
41
Puede hacerse la entrega al acreedor prendario o a un tercero designado por las partes. Si el
tercero ya posee la cosa, por otro título, se requiere su reconocimiento de que pasa a poseer
por el título indicado. La entrega al tercero es útil especialmente cuando se quiere dar en
prenda una rnisma cosa a dos o más acreedores o cuando el constituyente desconfía del
acreedor.
Por lo demás, en la prenda, independientemente de que se requiere la entrega o tradición de
la cosa para el perfeccionamiento del contrato, la cosa debe estar en poder del acreedor o de
un tercero escogido por las partes, para que subsista el "privilegio" (entiéndase el derecho
de preferencia) del acreedor prendario (C.C. art. 1.841), salvo en el caso de prenda de
semovientes (C.C. art. 1.842) y otras prendas especiales. Pero, coma podrá advertirse, la
subsistencia de la posesión no es un elemento de existencia o validez del contrato (que se
perfecciona por la entrega o tradición original) sino de la eficacia def derecho de
preferencia (no de las dernas derechos del acreedor prendario). En todo caso, debe
señalarse que esa posesión posterior al perfeccionamiento del contrato también debe ser
real y efectiva (no equivoca), sin que pueda entregarse la cosa a título precario al
constituyente (salvo momentáneamente y por motivos justificados, como sería la entrega de
acciones dadas en prenda para que el accionista pueda ejercer un derecho de preferencia
para la suscripción de nuevas acciones). Sin embargo, la posesión no se considera perdida
cuando ocurre contra la voluntad del acreedor prendario o del tercero a quien se entregó la
prenda.
constituida para garantizar una determinada obligación, de determinado monto, sea aplicada
(abusivamente) al pago de una suma mayor o incluso a otra obligación en perjuicio de los
acreedores quirografarios.
C) El documento debe indicar la naturaleza de las cosas dadas en prenda o contener una
nota de su calidad, peso y medida. Con ello se trata de evitar que, habiendo existido una
prenda para determinado fin, se afecten a ella otros bienes con el consiguiente perjuicio
para los acreedores quirografarios.
Como se desprende de lo expuesto, las exigencias citadas tienden a evitar que mediante la
constitución simulada de prendas (u otros procedimientos semejantes) se perjudique a los
acreedores quirografarios cuyos derechos quedarían pospuestos a los del acreedor prendario
en razón de la preferencia de que este goza sobre los bienes dados en prenda. De allí que la
redacción del acta indicada sólo haya sido prescrita en orden a la procedencia del
"privilegio" (CC art. 1.839, encab.), sin que constituya un elemento de la existencia o
validez del contrato de prenda. Así otros efectos del mismo no suponen el cumplimiento de
tales requisitos.
2° En el caso de prenda de créditos, además del acta señalada, se exige, salvo que se trate
de prenda de documentos a la orden o al portador, que la prenda sea notificada al deudor so
pena de ineficacia del "privilegio" (C.C. art. 1.840). En realidad, la notificación prescrita se
hace necesaria para evitar que el deudor pague directamente a su acreedor y se libere de su
obligación sin que el acreedor que tiene prenda sobre dicho crédito pueda hacer valer su
derecho.
I. Esta forma de garantía fue creada pues para aquellos bienes muebles a los que por
razones físicas, económicas y jurídicas no se puede o no se quiere someter a un régimen de
publicidad instrumental (sin el cual no son hipotecables) y que al mismo tiempo no podrían
ser gravadas (o el gravamen resultaría inconveniente), si se exigiera su entrega al acreedor
para poder constituir la garantía (prenda ordinaria), debido a que son elementos de trabajo o
producción del deudor; su conservación y mantenimiento requieren especiales cuidados y
atenciones; tienen condición futura u otras circunstancias. (Exp. Mots., pags. 31 y 32).
44
IV. Con la finalidad de proteger y fomentar el crédito mobiliario se establece que "los
bienes sobre los que se haya constituido prenda sin desplazamiento, que se incorporen o
entren a formar parte de un inmueble no quedaran comprendidos en la hipoteca que sobre
este se establezca" (art. 52).
CONTENIDO DEL INSTRUMENTO DE CONSTITUCION
A semejanza de lo establecido en materia de hipoteca mobiliaria, la Ley regula las
menciones que debe contener el instrumento constitutivo de prenda sin desplazamiento sin
perjuicio de que las partes incluyan otras que crean convenientes.
45
Las menciones exigidas por la Ley 53 para toda prenda sin desplazamiento son:
" 1° Nombre, apellidos, razón social, en su caso, nacionalidad, edad, estado civil, domicilio
y profesión del acreedor.
"2° Nombre, apellidos, razón social, en su caso, nacionalidad, edad, estado civil, domicilio
y profesión del deudor y, cuando este no fuese dueño de los bienes que se pignoran, del
propietario de los mismos.
"3° Cuantía o importe, en moneda nacional, del principal garantizado, tipo de interés
estipulado, plaza, lugar. Y forma de pago de uno y otro y cantidad que prudencialmente se
señale para costas y gastos.
"4° Descripción y relación de los bienes que se pignoran, señalándose las particularidades
que en cada caso sirvan o contribuyan a identificarlos, e individualizarlos, tales como: su
naturaleza, valor estimado, cantidad, calidad, signos distintivos u otros.
"5° Causa jurídica o título de adquisición de los bienes y declaración jurada de que los
mismos no están sujeto a gravamen.
"6° Determinación, en su caso, del inmueble en que se hallen situados los bienes
pignorados por su origen, destine, aplicación, almacenamiento o depósito.
"7° Las obligaciones del pignorante respecto a la preservación, conservación y tenencia a
disposición del acreedor de los bienes afectados en garantía.
"8° Obligación del deudor de asegurar por su cuenta los bienes pignorados, cuando así se
pactare, y especificación de los seguros concertados vigentes, si los bienes están
asegurados, con referencia a las correspondientes pólizas.
"9° Fijación de un domicilio para citaciones, notificaciones y requerimientos al deudor, y,
en su caso, al propietario de los bienes prendados" (art. 53).
Como norma especial se prevé que en el caso de prenda sin desplazamiento constituida
sobre animales "la individualización de los mismos se verificara mediante (a indicación de
su clase, número, edad, sexo, grado de mestizaje, hierro, serial, certificado o guía con
mención del número de inscripción, fecha de esta, oficina en que el hierro y serial estén
registrados y la que haya expedido la guía o certificado, en la medida en que fuere posible
la consignación de tales particularidades" (art. 54, encab.). Asimismo, en materia de
productos forestales se prevé que cuando se constituya prenda sin desplazamiento sobre
productos forestales cortados o por cortar en el fundo deberá hacerse referencia en el
instrumento de constitución "a la autorización, contrato o concesión administrativa que
permita el corte" y "Silos productos forestales estuviesen situados fuera del fundo objeto de
la explotación, se requerirá, además de las menciones señaladas, referencia a la gofa para su
circulación o transporte" (art. 54, ap. imico).
46
El incumplimiento de las obligaciones reseñadas (arts. 55, 56 y 57) "o el uso indebido de
los bienes por parte del pignorante facultara al acreedor a dar por vencida la obligación y
proceder, en consecuencia, a la ejecución de la prenda, sin perjuicio de las
responsabilidades exigibles" (art. 58).
IV. Si los bienes pignorados son enajenados como libres o sin el consentimiento del
acreedor, "la venta solo producirá efectos, respecto del acreedor pignoraticio, si el
comprador ha procedido de buena fe y ha tornado posesión de ellos" (art. 64, encab.).
Vendidos los bienes pignorados sin que el comprador haya tornado posesión material de los
mismos, el acreedor podrá evitar su entrega mediante requerimiento judicial hecho al
comprador o mediante el depósito de los bienes acordados por el Tribunal" (art. 64, ap.
(mico, la disp.). Si con posterioridad al requerimiento se entregaren los bienes al comprador
este "no adquirirá su propiedad, sino que quedará constituido en depositario de los mismos,
con todas las obligaciones y responsabilidades propias de tal cualidad" (art. 64, ap. unico,
2" disp.}.
Sin perjuicio de lo expresado, "el acreedor tendrá el derecho de subrogarse al comprador de
los bienes pignorados, siempre que este no los hubiere enajenado, reembolsándole el precio
pagado y los gastos legítimos realizados dentro de los cuarenta días siguientes a la verifica
ción de la venta. El comprador solo podrá dejar sin efecto este derecho del acreedor
pignoraticio reintegrándole su crédito y los intereses vencidos y no satisfechos" (art. 65).
V. "En todo caso de venta de bienes pignorados con precio aplazado, el acreedor
quedara subrogado de pleno derecho para su cobro con la preferencia que le corresponde
como acreedor pignoraticio, siempre que fehacientemente haya notificado al comprador la
existencia de la prenda constituida a su favor" (art. 66).
Los Antecedentes Históricos, Existen diversas opiniones por algunos autores que hacen mención
que esta figura nace en Grecia y Roma.
G.l Allende en su libro (Los Códigos más antiguos) dice que la institución de la Anticresis esta
acentuada en su artículo n°49 del Código de Hammurabi. Otros autores dicen que tuvo sus orígenes
en la estipulación autónoma cláusula en el contrato de prenda, Arias Ramos hacen mención a la
Anticresis como una institución del Corpus Iure, encuadrada en el pignus (prenda) que tuvo entre
los griegos su aplicación general. Luego se remonta al derecho francés llamado mort-gage
(amortización de los frutos con el interés) que luego aparecía la variante vif-gage (los frutos se
amortizaban al capital), y luego la mort-gage debido a la usura que representaban para quienes la
usaban desapareció por completo en el siglo XVII.
Ya para los siglos XVIII vuelve aparecer esta figura en el Derecho Romano como una simple
convención relativa a las ventas, representada prenda para los bienes muebles, hipotecas para los
bienes inmuebles y la anticresis como pago de los intereses de una deuda sin delito de usura.
Según Castan Tobeña define a la anticresis como “Aquel contrato de garantías accesorio, aunque no
tan puro como la prenda y la hipoteca, representa el carácter mixto de garantía y el pago”, el
articulo 1.855 lo define “La anticresis es un contrato por el cual el acreedor adquiere el derecho de
hacer suyos los frutos del inmueble que se le entregue, con la obligación de imputarlos a los
intereses, si se le deben, y luego al capital de la acreencia. Entre las caracteristicas más resaltantes
del contrato anticrético tenemos: Es un contrato real, accesorio, de tracto sucesivo, conmutativo,
unilateral y sinalagmático imperfecto.
Para el derecho comparado el contrato de anticresis se respalda en el art 1960 del código italiano
donde se hace mención como un contrato de garantías donde el deudor o un tercero se obliga a
entregar un inmueble al acreedor en garantía de su crédito con el acuerdo de que éste perciba sus
frutos imputándolo a la satisfacción de los intereses y después al capital. Posteriormente el código
Italiano de 1.865 reconoce a la anticresis como un contrato autónomo. Nuestro código Civil
Venezolano de 1982 en lo que respecta a la regulación de la anticresis coinciden con las
disposiciones del código italiano de 1865.
Siguiendo con el mismo orden de ideas la utilidad que reviste la anticresis se aprecia en la ventaja
que representa para el acreedor de asegurar el pago de los intereses y la amortización del capital
mediante la percepción de las rentas del inmueble; sin embargo, es poco recomendada por los
profesionales del derecho, ejemplo la codificación alemana la considera como un instituto muerto y
los franceses como un instituto poco civilizado (citado L.G. CORDOBERA. 1936) Anticresis un
instituto Vigente).
Las críticas más resaltantes de la anticresis tenemos: En el caso del acreedor se presenta el
inconveniente de que le exige encargarse de la administración del fondo, y en relación con el
constituyente de la anticresis lo priva del uso y goce del fundo, en la práctica le impide la facultad
de enajenar el fundo dada la eficacia que tiene la anticresis registrada frente a terceros, también
agota de una sola vez el valor crediticio del inmueble, no permite proporcionar la garantía al monto
de la deuda.
Otra crítica es que la anticresis compensatoria es una puerta abierta a la usura, también se presta
para ser utilizada como recurso para frustrar o complicar las ejecuciones hipotecarias los embargos
50
y las medidas a que tienen derechos los terceros. Ello explica que frecuentemente se constituye
anticresis con la finalidad de que deudor no pueda constituirla para los propósitos mencionados.
Además de los elementos esenciales en todo contrato, anticresis como contrato real presupone la
existencia de la cosa y como contrato accesorio la existencia y valides de una obligación principal.
Por ello deben existir: Consentimiento, Capacidad y Poder, Objeto, Causa, Tradición
Consentimiento: Está sujeta al derecho común, salvo de por ser derecho real requiere la entrega de
la cosa para su perfeccionamiento.
Por lo general es temporal y según el artículo 1.862 del CCV encabezado, disp. No puede ser
estipulada por un periodo mayor de 15 años y en caso del que el termino sea mayor la anticresis
concluirá al décimo quinto art. 1.864 encabezado, disp. 20, nada se opone al cumplimiento de la
fijación del plazo para su vencimiento y así no constituya una manera de burlarse del tiempo
establecido.
Capacidad y Poder: La anticresis es un acto de disposición debido la trascendencia económica que
suele tener su duración a pesar de solo afectar la renta, y para el acreedor también es un acto de
disposición debido a la trascendencia económica que asume el mismo.
Objeto: Solo puede efectuarse sobre bienes inmuebles que tengan la capacidad de producir frutos,
pero no es necesario de tratarse de frutos rústicos.
Causa: se rigen por la materia del derecho común.
Tradición: La anticresis para su perfeccionamiento exige la entrega del fundo, el cual se puede
hacer por cualquiera de los dos modos de tradición con tal de que se deje al acreedor la posibilidad
de percibir directamente los frutos del fundo. En este caso no son aplicables las reglas de la venta
sobre modo de hacer tradición los inmuebles, pues no existe la obligación de otorgar título alguno
y por otra parte no bastaría el simple otorgamiento de un título sin que el acreedor entrara en
tenencia del inmueble.
Para concluir el desarrolle del tema trataremos sobre la existencia y validez de la obligación
principal y las condiciones de oponibilidad de terceros.
La anticresis presupone la existencia y validez de una obligación principal o cuyo capital o interés
imputa el acreedor los frutos que perciba del inmueble anticrético. Dado que tiene una función
satisfactoria del crédito no se concibe, al menos en la práctica, una anticresis cuya obligación
principal sea solamente eventual, aun cuando es fácil de concebir que sean meramente eventuales
algunos elementos de esta obligación principal.
Para la oponibilidad de terceros el art. 1.862 CCV ap. Único, menciona “La anticresis debe ser
registrada en la oficina que corresponda a la ubicación del inmueble para que pueda ser opuesta a
terceros”. Por ello la fórmula empleada es la siguiente:
1. El registro no es necesario en orden a la existencia y validez del contrato ni en su eficacia
entre las partes.
2. Que, aunque no es la misma fórmula utilizada por el legislador en la norma general de que:
“Los documentos, actos y sentencias que la ley sujeta a las formalidades del registro y que
no hayan sido anteriormente registrados, no tienen ningún efecto contra terceros que, por
51
cualquier título haya adquirido y conservado legalmente derechos sobre inmuebles”. Art
1.942 C.C.V.