LUMBAR
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Es Importante drenar la cavidad pleural con un sistema hermético y que cuente con alguna
forma de válvula unidireccional, que permita drenar el contenido del espacio pleural, pero
que a la vez impida que entre a este espacio aire proveniente desde el medio ambiente es
algo que no fue aceptado en el ámbito de la cirugía torácica hasta principios de este siglo,
cuando con relación a la alta mortalidad (30%), ocurrida en el tratamiento de los empiemas
pleurales con el sistema de drenaje abierto, se decidió en USA formar una comisión que
estudiara este hecho: Comisión de Empiema, dirigida por E. Graham. Esta comisión
recomendó el uso de drenajes pleurales cerrados en las fases tempranas del empiema y
este solo hecho redujo la mortalidad a cifras cercanas a un 3%.
Por otra parte, es necesario recordar, en una forma muy simplificada, que
fundamentalmente debido a la disposición anatómica, principalmente del diafragma y a la
forma de las costillas, durante la inspiración, gatillada por la contracción diafragmática,
hacen que este músculo descienda y a su vez las costillas adoptan una posición horizontal
Estos dos hechos permiten que aumenten los diámetros internos del tórax, produciéndose
una presión negativa en los espacios pleurales. De esta forma entra
aire, que distiende el tejido elástico del pulmón, el cual al final de la
inspiración comienza a contraerse produciéndose de esta manera la
espiración. Esta presión negativa debe mantenerse cada vez que se
altere el espacio pleural, ya sea por ocupación por líquidos o aire o
bien cuando producto de una cirugía se altera la hermeticidad
anatómica de esta zona.
Espacio Pleural
Formado por el espacio entre la pleura parietal, la que cubre la cara interna de la pared
torácica y a nivel de los hilios pulmonares se transforma en pleura visceral recubriendo al
pulmón. Contiene aprox. 5 a 15cc de líquido pleural que tiene como función lubricar estas
capas durante los movimientos respiratorios.
INDICACIONES DE PLEUROSTOMÍA
OBJETIVOS DE LA TÉCNICA:
Facilitar la remoción de líquido, sangre y/o aire del
espacio pleural o el mediastino.
Evitar la entrada de aire atmosférico en el espacio
pleural mediante el uso de una trampa de agua.
Restaurar la presión negativa del espacio pleural.
Promover la reexpansión del pulmón colapsado mejorando
su ventilación y perfusión.
Aliviar la dificultad respiratoria asociada con el colapso
pulmonar.
OBJETIVOS DE ENFERMERÍA:
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Evaluar las constantes vitales y función respiratoria del paciente.
Comprobar y mantener el correcto funcionamiento del drenaje torácico.
Valorar y registrar la cantidad de líquido drenado y sus características.
Garantizar una manipulación aséptica y segura del tubo o catéter torácico así como,
de la unidad de drenaje.
Estéril
Flexible
Material: vinilo, silicona o látex
No trombogénico
Multifenestrado en su extremo distal
Con marcas radiopacas
Diversos tamaños de longitud y grosor en función de la edad del paciente y finalidad
terapéutica. Utilización de calibres menores para el drenaje de aire, calibres más
gruesos para el drenaje de líquido, sangre o pus.
Una vez ubicado deberá suturarse a la piel para impedir su desplazamiento.
2. Cámara de Control de Aspiración. Se llenará con agua estéril siempre que se desee
añadir una presión negativa mediante aspiración. Es recomendable seguir las instrucciones
del fabricante, pero generalmente deberá llenarse hasta 20 cm de agua
3. Cámara graduada para la colección del drenaje. Permite observar las características
del líquido drenado, cuantificarlo hasta unos dos litros aproximadamente, según modelo.
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5. Válvula de liberación de negatividad elevada. Permite reducir manualmente el nivel
de la columna de agua o disminuir la presión negativa ejercida sobre la cavidad pleural
cuando el sistema se halla conectado a aspiración.
COMPLICACIONES
Durante la inserción del drenaje
Neumotórax, por la punción accidental del pulmón
Hemotórax, por daño de los vasos intercostales
Lesión del nervio intercostal, con dolor local persistente
Daño de órganos abdominales o torácicos
Enfisema subcutáneo, si parte de los orificios del catéter de drenaje quedan fuera
del espacio pleural
DESPUÉS DE PUESTO EL DRENAJE TORÁCICO
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En el postoperatorio inmediato:
Débito horario
Características del líquido
Funcionamiento de la trampa de agua
Permeabilidad del drenaje
Control radiológico
Valoración Del Paciente
Dolor
Ansiedad
CSV
Enfisema subcutáneo: movilización del tubo o fístula demarcar zona, avisar al
médico
Persistencia de hemo – neumotórax
Infección
Características y cantidad del drenado
Desconexión accidental: pinzar tubo, avisar el médico, control con Rx y reinstalación
CUIDADOS DE ENFERMERÍA
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IMPORTANCIA
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PUNCIÓN LUMBAR
En el antiguo Egipto ya se conocía que el líquido cefalorraquídeo envolvía al cerebro.
Hipócrates (470-400 A.C.) hablaba del “rayo de agua en el cerebro” refiriéndose a la
hidrocefalia. Valsalva en 1692 y Cotungo en 1764 describen la continuidad del sistema
ventricular y subaracnoideo; pero fue en Diciembre de 1890, que un médico alemán,
Quincke, realizó tres punciones lumbares en un niño en estado de coma debido a
meningitis tuberculosa. Quincke pinchó el espacio subaracnoideo en el área lumbar entre
la tercera y cuarta vértebras lumbares, el niño se recuperó. En abril de 1891 alivió el dolor
de cabeza de un hombre con hidrocefalia por medio de una punción lumbar. Ha pasado
mucho tiempo desde estas primeras punciones lumbares… se ha evolucionado en
conocimiento, aplicaciones y técnica, se han desarrollado otros exámenes y
descubrimientos relacionados con el líquido cefalorraquídeo y el sistema nervioso central,
llegando a la actualidad, donde es una práctica habitual en las unidades de cuidados
intensivos pediátricos y neonatales.
DEFINICIÓN
El LCR rodea el cerebro y la médula espinal; éste actúa como amortiguador, protegiendo el
cerebro y la columna de lesiones, además ejerce una función excretora, y contribuye al
transporte intracerebral de determinadas sustancias.
El ser humano posee cerca de 140 ml de LCR, de éstos aproximadamente 30 ml están
ubicados en el espacio subaracnoideo espinal. El LCR como cualquier fluido biológico se
produce y reabsorbe de forma continua para mantener un volumen y composición
constante.
Es para obtener una muestra de LCR, así como para medir su presión que se realiza la
técnica denominada punción lumbar.
DIAGNOSTICOS:
El objetivo de esta técnica es obtener LCR de la región lumbar, para su examen y análisis,
dado que su composición es muy semejante al LCR obtenido de los plexos coroideos y de
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las cisternas de la base. En general es una técnica fácil y segura si se sigue el
procedimiento adecuado.
EQUIPO Y MATERIAL
Equipo: Un médico, una enfermera y una auxiliar de enfermería.
Material para mantener la asepsia: Gorro, mascarilla, bata estéril, guantes estériles,
tallas estériles, gasas estériles. Antiséptico: solución alcohólica yodada.
Material para la aplicación de anestesia local:
Jeringas
Agujas subcutáneas.
Solución anestésica, Lidocaína 1% (tamponada con bicarbonato 0,9cc de lidocaína
más 0,1cc de bicarbonato 1M). Se administra por vía subcutánea.
Crema EMLA.
Apósito transparente.
Trocares de PL: Son agujas terminadas en bisel, cortante y poseen un fiador.
También se utilizan agujas cónicas (atraumáticas).
En lactantes y niños: Nº 22G.
Niños mayores y adolescentes: Nº 22G, 20G.
En neonatología: Nº 22G y además se usan las agujas de venopunción sin fiador del
nº 21 y 23.
Tubos estériles, transparentes. Tantos como muestras sean necesarias.
Manómetro de medición de LCR con llave de tres pasos, si es necesario.
Batea donde depositar los elementos utilizados, excepto las agujas que irán a los
contenedores específicos.
Etiquetas para las muestras.
DESCRIPCIÓN DE LA TÉCNICA
Figura 1.
En la PL sin carácter de urgencia se puede usar como anestésico local la crema
EMLA, una hora antes se aplicará la crema en la zona a puncionar con un apósito
transparente e impermeable.
La PL se puede realizar con el paciente en posición sentado o en decúbito lateral:
PL en posición sentado. En niños y adolescentes se situarán con los miembros
inferiores colgando en el borde lateral de la cama de forma que la línea que une las
apófisis espinosas corte perpendicularmente a la de la cama, ésta a su vez en
posición horizontal de tal forma que la columna vertebral no experimente ninguna
rotación que pueda dificultar la PL; una vez lograda la posición, con la enfermera de
frente al paciente al que brinda apoyo físico, se le hace cruzar los miembros
superiores tomándose de los hombros y se le pide que flexione la columna lumbar y
la cabeza apoyándose sobre el ayudante. También está indicado en neonatos y
lactantes ya que tiene menos riesgos de compromiso respiratorio, se sujeta al
paciente flexionando el tronco y la cabeza hacia delante y los muslos hacia el
abdomen (Figura 3); Se debe evitar la hiperflexión porque provoca hipoxia. Es
aconsejable la administración de O2 al 100% durante 3 minutos en neonatos y
pacientes inestables.
Se evitará los movimientos manteniendo al niño tranquilo ya que los movimientos
dificultan la punción, se altera la presión del líquido cefalorraquídeo y aumentan los
riesgos.
PL en posición decúbito lateral. Es la posición más adecuada si se quiere medir la
PIC. El decúbito lateral derecho o izquierdo dependerá de las preferencias del
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médico, de modo que este cómodo al manejar la aguja de PL. La cama debe estar
en perfecta horizontal. El paciente en el decúbito lateral elegido de modo que la
línea que une ambas crestas ilíacas este perpendicular a la de la cama, con flexión
de los muslos sobre el abdomen de modo que las rodillas estén en contacto entre si
y simétricas, lo mas cerca posible junto al abdomen, el cuello no tiene que estar
completamente flexionado. La cabeza debe estar a la misma altura que la zona
lumbar. Constatar que se mantenga la permeabilidad de la vía aérea. Aquí la
enfermera también se ubica frente al paciente ayudándole a mantener la posición.
La enfermera tiene que mantener al paciente en una correcta posición y bien
inmovilizado ya que toda dificultad se traduce en dolor para el paciente y PL
traumática.
Se prepara el campo con una talla estéril debajo del niño.
Lavado de manos antes de realizar el procedimiento.
El médico se pone los guantes y limpia la zona lumbar con solución antiséptica
comenzando por el espacio intervertebral seleccionado. Se prepara un círculo que
se agranda desde este espacio hacia la cresta iliaca y por arriba de ella.
Una vez se tiene al paciente en la posición adecuada el médico verifica los reparos
anatómicos. Se palpa la cresta iliaca y se desliza el dedo hacia abajo hasta el
cuerpo vertebral L4. Después se utiliza el espacio intervertebral L4-L5 como sitio de
la punción lumbar. En ocasiones es más fácil efectuar una marca con la uña en el
lugar exacto para marcar el sitio.
En este momento si se desea se administra la Lidocaína vía subcutánea. La
administración de Lidocaína durante el procedimiento no reduce la inestabilidad
fisiológica.
Se prepara el material en una mesa auxiliar. (Figura 3)
Figura 3
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Figura 2 Figura 4
Se toma la aguja de PL de modo que el cono de la aguja se apoye en la yema del
dedo pulgar. Con la otra mano se da dirección a la aguja (perpendicular al plano
lumbar). (Figura 4)
Se introduce la aguja de PL con ligera presión y lentamente se avanza de tal forma
de poder percibir todos los planos que atraviesa la aguja, con el bisel paralelo a las
fibras del ligamento espinal y debe avanzar perpendicular al eje craneoespinal,
ligeramente inclinada hacia arriba. Hasta percibir una superficie semidura, la
duramadre. En neonatos por lo general no se percibe que se atraviesa la
duramadre, y con frecuencia es necesario retirar el mandril para evitar avanzar
demasiado y obtener una muestra sanguinolenta.
Se retira el mandril y antes de perder una gota de LCR (cuando asoma el líquido a
nivel del cono del trocar) se conecta el sistema para medir la presión, si procede.
Se recolecta el LCR gota a gota en los distintos frascos y se evalúa el aspecto del
LCR.
Nunca se debe aspirar para extraer LCR o acelerar la extracción. Ésta siempre debe
ser gota a gota y espontáneamente.
El volumen de LCR a extraer depende de las determinaciones que se pidan. En
neonatos se recogen 2ml y en niños mayores 3-6ml.
Identificar y enumerar por orden de salida las muestras de LCR.
Antes de retirar la aguja se reintroduce el mandril para evitar la aspiración de la
aracnoides o raíces nerviosas y se presiona la zona con una gasa estéril durante 3-
5 minutos. Se aplica un apósito estéril.
Se coloca al paciente en posición cómoda.
Retirar el material utilizado.
Registrar la técnica en la hoja de enfermería.
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COMPLICACIONES
Como todo examen complementario cruento puede tener complicaciones:
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LESIÓN EN LA MEDULA ESPINAL Y NERVIOSA. Para evitar esta complicación sólo hay
que utilizar espacios intervertebrales por debajo de L4.
OBSERVACIONES
Valorar la respuesta del paciente durante y después del procedimiento, registrar las
constantes vitales y los síntomas como: palidez, cianosis, desvanecimiento, cefalea,
nauseas, vómitos, cambios en el nivel de conciencia, hormigueo o dolor irradiado hacia las
piernas, sensación distérmica. En caso de aparecer cefalea, al levantarse y que
desaparece al tumbarse, deberemos tranquilizarlo, informándole que es normal. Si refiere
cefalea intensa cuando está tumbado, mantener reposo absoluto y avisar al médico.
El aspecto normal del LCR es transparente e incoloro (como el agua de cristal de roca) no
precipita ni coagula. Si el LCR es turbio (opalescente) significa que posee un aumento de
su contenido en células, con predominio de polimorfonucleares. Varía desde levemente
turbio a francamente purulento dependiendo del germen. Se lo observa en presencia de
meningitis bacteriana.
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Si se obtiene un LCR hemorrágico de origen PL traumática implica que se debe repetir el
procedimiento.
Si se obtiene una muestra sanguinolenta en el primer tubo, habrá que observar si se aclara
en el segundo y el tercer tubo.
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