Clase 3 DE
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Bibliografía obligatoria:
Gilli, Juan José y Tartabini Amanda (2008) en: Dirección Estratégica (Carpeta
de trabajo UVQ) Unidad 2 ‐ Apartado 2.1.
Introducción
Con la clase de hoy damos inicio a la segunda unidad del plan de trabajo. En esta unidad nos
focalizaremos en caracterizar y analizar al conductor estratégico. Para ello, caracterizaremos el poder
y la política en las organizaciones, consideraremos a las fuentes de poder y a los sistemas de
influencia (todos temas de nuestra clase de hoy), y ahondaremos en el significado del concepto de
liderazgos, sus diferentes enfoques, como así también indagaremos en el concepto de conflicto, las
formas de resolución de conflictos y la negociación (temas correspondientes a la próxima clase).
Concepto de poder
Como se plantea en la carpeta de trabajo, las organizaciones constituyen sistemas caracterizados por
fines comunes, valores, normas, posiciones y roles a definirse para encuadrar y desarrollar sus
actividades. Entre esos roles se destaca el de conductor o líder, quien, dada su posición, está en
condiciones de ejercer influencia sobre el sistema organizacional, dentro del marco establecido por
los valores y normas existentes.
Como sabemos, la realidad nos indica que el supuesto implícito en la perspectiva racional es bastante
ilusorio (recuerden las causas de los fracasos del enfoque de planificación de estrategias) y que la
toma de decisiones estratégicas es bien diferente. Los gerentes estratégicos, en la realidad, optimizan
sus propios intereses personales, como mínimo tanto como los de la organización, y entre sus
variables a maximizar puede prevalecer, usualmente, la cuota de poder.
A esto debemos añadir que en el mundo actual existen pocas organizaciones en las que la estructura
de poder sea monolítica, concentrada en una sola persona o grupo, y con una cultura uniforme
diseminada en toda la organización. La mayoría de las empresas se caracterizan por poseer culturas y
centros de poder múltiples (por ejemplo unidades de producción, marketing, planeamiento, etc. cada
una con su cultura particular). Por lo tanto, la puesta en marcha de una estrategia o de un cambio
determinado producirá una gama múltiple de reacciones cuyo rango variará desde el apoyo firme
hasta el rechazo total.
Considerar estos aspectos da lugar a una perspectiva política de la toma de decisiones. En esta
perspectiva, la toma de decisiones, las metas y los objetivos, se establecen a través del compromiso,
la negociación y la concesión. De acuerdo a todo esto, nos encontraremos con que los individuos de la
organización ingresarán al juego de la política organizacional, definida por Hill y Jones como “la
táctica mediante la cual los individuos y grupos interesados pero interdependientes buscan obtener y
utilizar el poder para influir en las metas y objetivos de la organización, con el fin de apoyar sus
propios intereses”. En la figura de la página siguiente encontrarán una breve esquematización de los
supuestos y del contraste entre las perspectivas racional y política.
Ahora bien, el juego de la política requiere de un insumo tan necesario e indispensable como el aire:
el poder, al cual podemos definir como “la habilidad de un individuo, función o división para hacer
que otro individuo, función o división realice algo que de otra manera no se lleva a cabo” (Hill y
Jones).
Otro concepto relacionado que vale la pena señalar es el de autoridad, definido en la carpeta de
trabajo como “el poder que la organización confiere de manera legal y formal a ciertas personas que,
en función de ella, serán respetadas por los demás integrantes” o “el poder legítimo por definición”.
El poder en sentido amplio puede ser muy distinto a la autoridad. Mientras la autoridad proviene de
sostener una posición formal en la jerarquía, el poder surge de la habilidad para influir informalmente
en la manera como se comportan otras partes. Pueden encontrar ejemplos contundentes de esta
En la carpeta de trabajo se presentan dos tipologías de poder, una establecida por French y Raven, y
la otra por Etzioni. Teniendo en cuenta que se trata de conceptos muy sencillos, y a los efectos de no
caer en la repetición, les sugiero que antes de continuar con la clase le den una leída a las páginas 42
y 43, en donde se presentan sintéticamente los tipos de poder identificados por estos autores.
También presten atención al cuadro con la síntesis de las consecuencias que, de acuerdo a Etzioni,
tiene cada tipo de poder sobre el comportamiento de los subordinados.
Teniendo en cuenta la toma de decisiones desde una perspectiva política y el concepto de poder,
podemos llegar al concepto de política organizacional, definida por Hill y Jones como “la táctica
mediante la cual los individuos y grupos interesados pero interdependientes buscan obtener y utilizar
el poder para influir en las metas y objetivos de la organización con el fin de apoyar sus propios
intereses”. Esta definición tiene puntos en común y puntos complementarios con la planteada en la
carpeta de trabajo que define a la política como “el ejercicio del poder para influir en el
comportamiento de otros, de modo que se puedan alcanzar los objetivos de quien detenta el poder”.
¿Dónde se ubica el poder en las organizaciones? Cómo bien plantea Gilli en la carpeta de trabajo, en
las organizaciones complejas, la actividad política tiene múltiples actores, dado que cada estamento,
sector o grupo tiene sus propios objetivos. Ello nos lleva a distinguir entre el poder al nivel de la
dirección y el poder al nivel de las funciones o divisiones de la organización.
Habilidad para enfrentar la incertidumbre: Una función o división gana poder cuando puede
reducir la incertidumbre de otra función o división, o incluso de toda la organización. El poder
de una función está en relación directa con el grado de dependencia de las otras áreas.
Control sobre la información: El control del flujo de información a otras funciones o divisiones
da lugar también al centralismo, y por lo tanto al incremento del poder de aquella función o
división que la centraliza. Tanto ésta fuente como la anterior, son a una función lo que la
centralidad en la red de interacción y de información es a la dirección.
Control sobre los recursos: Así como el poder de los gerentes corporativos depende también
de su habilidad para apropiar el capital a las divisiones operativas y asignarlo, en el caso de las
funciones o divisiones, la habilidad para generar recursos en el futuro representa una fuente
de poder.
Toda esta diversidad de fuentes de poder político pueden ser utilizadas en diversos sentidos, tales
como:
A esta altura, nos debe quedar claro que el poder y la política tienen una influencia notoria en la
selección de la estrategia y la estructura por parte de una organización. La organización debe
mantener un contexto organizacional que responda a las aspiraciones de las distintas divisiones,
funciones y directivos, y a los cambios en el ambiente externo. El problema surge por una cuestión de
tiempos o velocidad: la estructura interna de poder siempre se atrasa ante los cambios registrados en
el ambiente, ya que éstos ocurren más rápido de lo que la empresa puede responder. Las luchas de
poder reducen la flexibilidad de la empresa, causan inercia y pueden erosionar las ventajas
competitivas de la empresa. Los muchas veces indispensables cambios estratégicos se tornan
imposibles cuando las luchas por el poder son incontroladas.
De este modo, resulta vital, para toda organización, el diseño de disposiciones organizacionales que
apunten a crear un equilibrio de poder entre las distintas divisiones o funciones y sus fuentes de
poder. Todo ello con el objeto de posibilitar la convivencia y asegurar la consecución de la misión y de
las metas de la organización. Para ello, como primer paso, el conductor estratégico deberá estar
plenamente consciente de la existencia de los distintos grupos y fuentes de poder existentes en la
organización, como así también en condiciones de discernir sus comportamientos y reacciones ante
diferentes situaciones.
La autoridad, que como vimos más arriba tiene su base en el “poder legítimo”, al provenir de
las normas. Este poder legítimo permite al directivo influenciar mediante su intervención
directa en el trabajo de sus subordinados o empleados para controlar su comportamiento.
 Como sistema de influencia, la política puede actuar de una manera darwiniana para asegurar
que los miembros más fuertes de una organización sean promovidos a posiciones de liderazgo.
 La política es capaz de asegurar que se debatan por completo todos los aspectos de un tema,
mientras que los otros sistemas de influencia podrían promover sólo uno.
 La política puede ser requerida para estimular cambios necesarios, bloqueados por los
sistemas de influencia más legítimos.
Como bien concluye Gilli en la carpeta de trabajo, se puede hacer política, pero lo importante es que
esta no se convierta en el sistema de influencia dominante, en donde la utilización de dicha influencia
sólo se razona en función de los intereses particulares.
Esto es todo hasta el momento. La próxima clase completaremos los contenidos de la Unidad 2, al
interiorizarnos en el liderazgo organizacional y en la administración de conflictos.
Saludos!
Federico