Grua Torre
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Edita:
Tornapunta Ediciones
C/ Rivas, 25
28052 Madrid
Tél.: 900 11 21 21
www.fundacionlaboral.org
ISBN: 978-84-18632-03-7
Depósito Legal: M-17851-2021
ÍNDICE
Presentación 6
Objetivos generales 7
El contenido de este manual para la formación de los operadores de grúas torre se estructura en
5 módulos formativos.
En el primer módulo se hace una breve revisión de la historia relacionada con la grúa torre en el sector
de la construcción, mostrando el salto cuantitativo y cualitativo que ha experimentado la productividad
como consecuencia de la introducción del uso de las grúas torre en los procesos constructivos.
Asimismo, y como consecuencia de la aplicación de la Instrucción Técnica Complementaria “MIE-AEM
2” del Reglamento de aparatos de elevación y manutención (aprobada por el Real Decreto 836/2003,
de 27 de Junio), se desarrollan los aspectos legales que el gruista debe conocer. Estos aspectos están
relacionados con la instalación y manejo de una grúa torre, así como con las responsabilidades y la
formación necesaria para la obtención del Carné de Operador de Grúa Torre (gruista).
En el segundo módulo se desarrolla todo el proceso descriptivo y formativo necesario para que el
gruista conozca qué es una grúa torre, qué diferentes tipos de grúas torre hay en el mercado, qué
componentes la forman, qué prestaciones tiene, sus características técnicas, cuántos movimientos
puede tener y a través de qué mecanismos los podemos conseguir. También se desarrollan los aspectos
de equilibrio y estabilidad y se hace hincapié en la gran importancia que tiene la profesionalidad del
gruista en su manejo para su seguridad y la del resto de trabajadores de su entorno.
En el tercer módulo se desarrollan todos los conceptos necesarios para que el gruista pueda
familiarizarse con la electricidad; una forma de energía sin la que la grúa sería un armazón de
hierro, sin ninguna utilidad. Se explica cuál es la naturaleza de la electricidad, cómo conseguimos
generarla, y cómo la aplicamos a los mecanismos de la grúa a través de su cuadro eléctrico.
También se explica cómo están constituidos los motores, los electrofrenos, y los dos circuitos
eléctricos que hay en el cuadro de la grúa: el de maniobra y mando, que es el que acciona el
gruista desde la botonera o la consola, y el de potencia, que pone en marcha los motores.
En el módulo IV se desarrollan los contenidos teóricos necesarios para que el operador de grúa
torre pueda realizar las verificaciones y controles de mantenimiento preventivo que son de su
responsabilidad, según la Instrucción Técnica Complementaria en vigor. También se explican las
obligaciones, prohibiciones e instrucciones de manejo correcto de la grúa desde el punto de
vista de la seguridad, que han de constar en el manual de utilización de la grúa facilitado por el
fabricante y que debe obrar en poder del gruista.
• Tomar conciencia del cambio cuantitativo y cualitativo que ha representado la grúa torre para la
productividad de las obras de construcción.
• Identificar la legislación y normativa de aplicación para instalar, mantener y manejar una grúa
torre, así como los organismos oficiales involucrados.
• Identificar cada uno de los elementos que componen la grúa definiendo sus características y
funcionamiento.
• Interpretar las principales características de una grúa torre, a partir de su documentación
técnica.
• Analizar los criterios que se deben aplicar para elegir, ubicar y asentar la grúa en la obra, en
función de las características del suelo y de las distancias de seguridad a otras grúas, edificios y
líneas eléctricas colindantes.
• Identificar las fuerzas que actúan sobre una grúa, tanto en la situación de “servicio” como de
“fuera de servicio”.
• Conocer los conceptos de equilibrio y estabilidad aplicados a una grúa torre.
• Conocer los principios generales de la electricidad, y la importancia que tiene para el
funcionamiento de una grúa torre.
• Reconocer las diferentes magnitudes eléctricas y las unidades en que se miden.
• Identificar los elementos de mando, potencia y control necesarios para el funcionamiento diario
de la grúa torre.
• Diferenciar los diferentes tipos de motores eléctricos que hacen funcionar los distintos
mecanismos de la grúa torre.
• Identificar los mecanismos y dispositivos de seguridad de la grúa y su funcionamiento.
• Conocer los diferentes elementos auxiliares de manejo de cargas.
• Cumplimentar e interpretar correctamente el manual de instrucciones de utilización de la grúa.
• Realizar una correcta “puesta en servicio y “fuera de servicio” de la grúa.
• Conocer las verificaciones y controles de mantenimiento preventivo que, de acuerdo con el
Reglamento vigente, son responsabilidad del gruista.
• Adquirir los conocimientos básicos en materia de prevención de riesgos laborales, conforme a
lo establecido en el Convenio General del Sector de la Construcción referente a Operadores de
aparatos elevadores.
INTRODUCCIÓN A LA GRÚA TORRE
Unidad didáctica 1.
Referente histórico
UD1
INTRODUCCIÓN
A manera de prólogo, creemos necesario hacer un poco de historia relacionada con la introducción
de la grúa torre en las obras de nuestro país.
Entre el final de la década de los cincuenta y el inicio de los sesenta, se empiezan a ver en la
construcción de algunos edificios las primeras grúas torre, entendiendo como tales:
Máquinas propulsadas por energía eléctrica o por motores de combustión interna, capaces de elevar
cargas superiores a los 500 kg con un brazo de entre 15 y 20 metros y una altura de autonomía de
hasta 25 metros.
Hasta aquel momento, los elementos para elevar cargas habían sido los cabrestantes, a los
que se fue modificando poco a poco dotándolos de un brazo elevador de hasta tres metros,
y posibilitando su rotación al asentarlos sobre una base con pivote giratorio. Las cargas que
inicialmente eran de 200/300 kg se fueron incrementando, pero no se pasaba de los 500 kg, y
pendían de un punto fijo con simple o doble reenvío.
La característica distintiva de una grúa torre es el hecho de poder tomar o dejar cualquier carga
dentro del volumen cilíndrico que se obtiene al multiplicar su área de barrido por la altura bajo
gancho, que es la que actúa como lado o generatriz del cilindro.
En sus inicios, las grúas torre que se introdujeron en España eran de empresas que fabricaban en
Francia y Alemania. Estas empresas se asocian con otras españolas a las que conceden licencias de
fabricación en España. Las primeras grúas que se fabricaron en España bajo licencia se produjeron
en la zona noreste de nuestro país: Aragón, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya. Sin embargo, en Cataluña,
zona de gran estabilidad y potencia industrial, no existió un gran interés por estas máquinas.
OBJETIVOS GENERALES
CONTENIDOS
1. Evolución de la grúa torre 11 Al finalizar esta Unidad Didáctica, el alumno será capaz de:
2. Evolución del operador de la grúa torre 14 • Conocer cuándo y cómo se introdujo en España el uso
de la denominada grúa torre y qué clase de máquina se
3. Consecuencias de un manejo “no corresponde con esta denominación.
profesional” de la grúa torre 16
• Conocer la evolución de la grúa torre en las cuatro últimas
décadas, identificando cuáles han sido los cambios más
4. Qué se ha hecho para “profesionalizar”
significativos.
a los gruistas 17
• Analizar si la evolución del operador de la máquina ha
Resumen 18 sido equivalente con los cambios introducidos en la misma.
Terminología 19 • Asumir, desde el punto de vista de la seguridad, qué puede
suponer un manejo no profesional de la grúa torre.
Las grúas torre tenían inicialmente dos clasificaciones: pluma horizontal y pluma abatible. La
ventaja de las primeras era que contaban con un carrito del que pendía el gancho con la carga,
permitiendo el desplazamiento del mismo a lo largo de la pluma, que simplificaba en gran manera
la maniobra de depositar la carga en puntos diferentes. El paso del tiempo ha ido reforzando esta
tendencia y hoy puede afirmarse que en nuestro país un 90 % de las grúas torre de mediana y gran
capacidad son de pluma horizontal.
Figura 1. Detalle de un modelo de grúa torre desmontable para obras y otra autodesplegable
Se ha mantenido y tal vez incrementado la pluma inclinada en las grúas de tamaño más pequeño
y en las denominadas autodesplegables, que se utilizan principalmente en las edificaciones de
tipo industrial o en viviendas de poca altura.
Otra diferencia es la forma de montaje en obra: como hemos indicado, existen las denominadas
“autodesplegables” –generalmente dotadas con ruedas neumáticas– y las que antiguamente se
denominaron automontantes (ahora las llamamos desmontables). Durante los primeros 20 años
de historia, las grúas desmontables, mediante la utilización de reenvío de cables, y posteriormente
con la utilización de husillos verticales o de pistones hidráulicos, podían colocar por sí mismas
los tramos (de unos tres metros) que forman el mástil de la grúa.
Referente histórico
Esta operación, que a día de hoy, no requiere más que una ligera grúa móvil autopropulsada o
un camión dotado con brazo para efectuar la descarga y previa colocación de los elementos que
forman la grúa, en el pasado resultaba muy laboriosa. Así este proceso necesitaba entre tres
y cinco jornadas, según el modelo de la grúa, para efectuar un montaje o desmontaje y tenía
11
riesgos importantes para los montadores dada la duración del proceso y los medios técnicos
disponibles entonces frente a los que se tienen a disposición ahora. Todos estos elementos junto
al encarecimiento de la mano de obra, convirtieron esta operación en inviable.
Otro cambio fundamental ha sido que las grúas torre de los años sesenta y setenta, en su
mayoría, tenían movimiento de traslación, deslizándose sobre vías asentadas en traviesas de
roble apoyadas en una base de grava de cantera de gran tamaño. Hoy se montan en posición
estática, apoyadas sobre una plataforma de hormigón, o a partir de un tramo especial empotrado
en un dado de hormigón enterrado, o sobre una base en cruz con husillos de nivelación.
Referente histórico
Referente histórico
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2. EVOLUCIÓN DEL OPERADOR DE LA GRÚA TORRE
Ya hemos visto la espectacular evolución de la grúa torre en los cuarenta años transcurridos
desde su introducción en nuestro país. Cabe preguntarse: ¿ha evolucionado de igual forma la
figura del gruista en este mismo periodo? La respuesta, tristemente, es que no ha sido así.
Cuando llegaron las primeras grúas torre a España, se planteó una doble cuestión: ¿quién va a
cuidar de su montaje y reparación, así como de su manejo?
En el primer caso, el problema se resolvió asumiendo que quien vendía la máquina cuidaba de su
transporte y montaje, así como de su eventual reparación y posterior desmontaje. Los fabricantes
de grúas dispusieron “delegaciones” en las principales capitales de provincia donde equipos
propios de montadores se ocupaban de este menester. No obstante, algunas empresas con
un notable parque de grúas crearon equipos propios de montadores y formaron a sus propios
gruistas.
En cuanto a la conducción, que se aseguraba por parte del vendedor que era “muy sencilla”, la
solución consistió en elegir una persona entre el personal no cualificado de la obra, joven en
cuanto a edad y a ser posible con carné de conducir —lo que aseguraba un cierto conocimiento
de mecánica— y ponerlo con los montadores como ayudante en el montaje. Durante las tres o
cuatro jornadas que duraba la operación de montaje, los montadores le iban explicando lo más
esencial, y luego se le enseñaba el manejo de la botonera. A partir de ahí, ya dependía de su
“habilidad” el sacar rendimiento de la máquina.
La productividad de la grúa ya no depende tanto de la "habilidad" del gruista, ya que las grúas
modernas disponen de dispositivos que impiden ejecutar maniobras incorrectas e inseguras.
El gruista debe tener una formación que además de su manejo le permita interpretar toda la
información que se recoge tanto en los displays de cabina como en el mando por palancas o
joystick. En cuanto al tema de la seguridad, había que confiar en el sentido común y en la intuición
del “gruista”.
Estos denominados gruistas, que inicialmente eran conductores, realizaron una gran labor, y
Referente histórico
alguno de ellos se convertía en poco tiempo en “montador” si se le daba oportunidad para ello.
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Figura 3. Primer modelo de grúa Liebherr
fabricado en Alemania (1949)
Referente histórico
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3. CONSECUENCIAS DE UN MANEJO “NO PROFESIONAL” DE LA
GRÚA TORRE
Este último aspecto y la poca dedicación a la profesionalización de los operadores de grúa torre
derivaron en un aumento de las averías y de los accidentes laborales.
Referente histórico
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