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V1 Cambio Ambiental Global N4 1

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#4 Cambio

Mayo ambiental global,


2022
metabolismo social
local, gobernanza
y alternativas
Desastres ambientales
y catástrofes sociales:
rutas del capitalismo
depredador

PARTICIPAN EN ESTE NÚMERO

Antonio De Lisio
Urphy Vasquez Vaca
Omar Ernesto Cano Ramírez
Ofelia Gutiérrez
Daniel Panario
Liliana Terradas
Boletín del Carlos Céspedes-Payret
Grupo de Trabajo Edgar Isch L.
Ángela Zambrano C.
Cambio ambiental Pedro Roberto Jacobi

global, metabolismo Marcos Tavares


Bruno de Pierro
social local Carlos Antonio Martín Soria Dall’Orso
Liliana Terradas
Augusto Castro
Maritza Islas Vargas
Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas:
desastres ambientales y catástrofes sociales : rutas del capitalismo depredador /
Antonio De Lisio ... [et al.] ; coordinación general de Urphy Vasquez Baca ; Anto-
nio De Lisio. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : CLACSO, 2022.
Libro digital, PDF - (Boletines de grupos de trabajo)
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-813-237-2
1. Medio Ambiente. 2. Minería. 3. Propiedad Intelectual. I. De Lisio, Antonio,
coord. II. Vasquez Baca, Urphy, coord.
CDD 363.70561

Colección Boletines de Grupos de Trabajo Coordinadores


Director de la colección - Pablo Vommaro Urphy Vasquez Baca
Instituto de Ciencias de la Naturaleza, Territorio y
CLACSO Secretaría Ejecutiva Energías Renovables
Karina Batthyány - Directora Ejecutiva Pontificia Universidad Católica del Perú
María Fernanda Pampín - Directora de Publicaciones Perú
urphy.vasquez@pucp.edu.pe
Equipo Editorial Antonio De Lisio
Lucas Sablich - Coordinador Editorial Centro de Estudios del Desarrollo
Solange Victory - Gestión Editorial Universidad Central de Venezuela
Nicolás Sticotti - Fondo Editorial Venezuela
delisioantonio@gmail.com
Equipo
Natalia Gianatelli - Coordinadora
Cecilia Gofman, Marta Paredes, Rodolfo Gómez, Sofía Torres,
Teresa Arteaga y Ulises Rubinschik
© Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales | Queda hecho el depósito
que establece la Ley 11723.
No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su almacenamiento
en un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier
medio electrónico, mecánico, fotocopia u otros métodos, sin el permiso previo
del editor.
La responsabilidad por las opiniones expresadas en los libros, artículos, estudios
y otras colaboraciones incumbe exclusivamente a los autores firmantes, y
su publicación no necesariamente refleja los puntos de vista de la Secretaría
Ejecutiva de CLACSO.
CLACSO
Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales - Conselho Latino-americano
de Ciências Sociais
Estados Unidos 1168 | C1023AAB Ciudad de Buenos Aires | Argentina
Tel [54 11] 4304 9145 | Fax [54 11] 4305 0875 | <clacso@clacsoinst.edu.ar> |
<www.clacso.org>
Contenido

5 Presentación del Grupo de 50 El delito de minería ilegal


Trabajo en la Amazonía
Antonio De Lisio Carlos Antonio Martín Soria
Urphy Vasquez Dall’Orso

7 Presentación del Boletín #4 63 Semillas genéticamente


Omar Ernesto Cano Ramírez modificadas y derechos de
propiedad intelectual
10 Cambio Global Liliana Terradas
De la prehistoria al presente Ofelia Gutiérrez
Ofelia Gutiérrez Carlos Céspedes-Payret
Daniel Panario Daniel Panario
Liliana Terradas
Carlos Céspedes-Payret 69 Derrame de petróleo en el Perú
Una historia que contamina los
18 Del daño al estado de desastre territorios y los ecosistemas
permanente Urphy Vásquez
Edgar Isch L. Augusto Castro
Ángela Zambrano C.
73 Acuerdo de Escazú
25 Capitalismo fósil Información, participación
Una guía de estudio y justicia
Omar Ernesto Cano Ramírez Maritza Islas Vargas

41 O Brasil e as tragédias 77 Actividades del Grupo


ambientais anunciadas de Trabajo
A cultura do risco e suas
consequências para as cidades
brasileiras
Pedro Roberto Jacobi
Marcos Tavares
Bruno de Pierro
Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas
Número 4 • Mayo 2022
Presentación del Grupo
de Trabajo
Antonio De Lisio
Urphy Vasquez**

El Grupo de Trabajo CLACSO “Cambio ambiental global, metabolismo


social local”, está conformado por una treintena de investigadoras e in-
vestigadores de América del sur, Centroamérica, México y Europa, que
se han dado la tarea de estudiar el cambio climático, los ciclos- biogeo-
químicos y la pérdida de la biodiversidad, que afectan el metabolismo
social local, y la “continuidad eco- cultural” de las comunidades y sus
bases ecológicas de sustento.

A partir de tres ejes de trabajo: la priorización del metabolismo social


local; la gobernanza y los sistemas eco-productivos, y las alternativas
al modelo extractivista; el GT busca superar el dilema Global/Local en
América Latina, al mismo tiempo que pretende plantear vías para pro-
piciar el desarrollo alternativo de “abajo hacia arriba”, articulador de la
diversidad natural y cultural. Se busca la gobernanza ecológica, social y
territorial, para romper desde las propias localidades con la acumulación

* Coordinador del Grupo de Trabajo CLACSO “Cambio ambiental global Metabolismo social local”. Investigador
del Centro de Estudios del Desarrollo Universidad Central de Venezuela.
** Coordinadora del Grupo de Trabajo CLACSO “Cambio ambiental global Metabolismo social local”. Investigador
del Instituto de Ciencias de la Naturaleza, Territorio y Energías Renovables de la Pontificia Universidad Católica
del Perú.

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 5


Número 4 • Mayo 2022
por despojo, la biopiratería y con los restantes mecanismos de domina-
ción económica, política y cultural que favorecen los intereses de las
grandes empresas nacionales y transnacionales, que saquean el patri-
monio natural local, enajenando y condenando al empobrecimiento a
las comunidades. Se busca proponer opciones para salir de la depreda-
ción de la naturaleza, la exclusión social, la inestabilidad económica, el
anquilosamiento tecnológico, que caracterizan al modelo extractivista
primario exportador que domina en América Latina.

6 Presentación del Grupo de Trabajo


Antonio De Lisio y Urphy Vasquez
Presentación
del Boletín #4
Omar Ernesto Cano Ramírez*

Para este cuarto Boletín del Grupo de Trabajo de CLACSO, Cambio am-
biental global, metabolismo social local, las autoras y los autores dedica-
ron sus trabajos a dos tipos de análisis. Por un lado, se reflexiona sobre
cuestiones conceptuales y teóricas que ayudan a precisar los fenómenos
de degradación y destrucción ambiental de gran magnitud; se trata de
renovar los conceptos para que correspondan con la gravedad de los
problemas que abordamos y vivimos. Y por otro, se da cuenta de casos
específicos de degradación y destrucción ambiental-social en países y
regiones de América Latina; la denuncia va así acompañada de estudios
detallados del origen y las consecuencias de estos problemas.

Los primeros tres artículos del boletín pertenecen a la reflexión concep-


tual. El primero de ellos, “Cambio Global: de la prehistoria al presente”,
se centra en precisar el significado de los cambios ocurridos en los siste-
mas de la Tierra para poder dar un sentido claro al concepto de “cambio
global”. Para ello se retoman trabajos sobre la nueva era geológica, el an-
tropoceno, y aspectos de la evolución cultural-tecnológica de la huma-
nidad. En el segundo texto, “Del daño al estado de desastre permanente”,

* Integrante del Grupo de Trabajo CLACSO Cambio ambiental global, metabolismo social local. Sociólogo
mexicano adscrito al Centro de Estudios Latinoamericanos, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM.
ernesto.cano@politicas.unam.mx.

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 7


Número 4 • Mayo 2022
se propone la categoría de estado de desastre permanente para mostrar
la gravedad y la magnitud de los daños causados por el cambio climá-
tico y los desastres producidos por grandes empresas privadas –como
los que han ocurrido en la Amazonía norte del Ecuador. La autora y el
autor enfatizan que estos desastres son tan graves que no entran en las
definiciones tradicionales, pues son desastres de muy larga duración y,
además, llegan a ser irreversibles. El tercer trabajo, “Capitalismo fósil:
una guía de estudio”, introduce las obras y características principales de
los estudios que, en las dos décadas recientes, se han dedicado a estu-
diar la relación constitutiva entre capitalismo y combustibles fósiles. La
intención de este trabajo es acercar los estudios sobre capitalismo fósil a
las ciencias sociales de nuestra región, en especial para los estudiantes.

El segundo conjunto de artículos aborda los casos específicos de de-


gradación ecológica. El cuarto texto del Boletín, “O Brasil e as tragédias
ambientais anunciadas: a cultura do risco e suas consequências para as
cidades brasileiras”, señala que, con mayor frecuencia, las investigacio-
nes estudian “catástrofes anunciadas”, eventos extremos con graves im-
pactos, y aunque anunciadas, estas catástrofes tienen efectos desiguales
sobre poblaciones que ya sufren marginación y precariedad, pues los
gobiernos no llevan a cabo de manera oportuna la protección, el desalo-
jo y el refugio de la población amenazada. El quinto trabajo, “El delito
de minería ilegal en la Amazonía”, muestra que la minería ilegal se ha
convertido en un problema crónico en la Amazonía, un problema tanto
ambiental como social y político. En el caso de la región amazónica de
Perú, se trata de un problema que fue incentivado inicialmente por el
gobierno. Sin embargo, a partir de 2008 el gobierno peruano inició una
política de ataque contra la minería ilegal, esto provocó que el crimen
organizado tomará fuerza para controlar la actividad minera, llegando
incluso a entrar en la política electoral. En el sexto artículo del Boletín,
“Semillas genéticamente modificadas y derechos de propiedad intelec-
tual”, se resalta que en la nueva fase de producción, denominada “capi-
talismo cognitivo”, los derechos de propiedad intelectual han cobrado
fuerza como medio para asegurar ganancias a las empresas transnacio-
nales. El caso de las semillas genéticamente modificadas da muestra de
esta nueva fase, pues mientras las empresas extranjeras realizan el gasto

8 Presentación del Boletín #4


Omar Ernesto Cano Ramírez
de investigación y desarrollo, países como Argentina, Brasil, Paraguay y
Uruguay sirven como espacios dependientes para estos monocultivos
de exportación. El séptimo texto, “Derrame de petróleo en el Perú. Una
historia que contamina los territorios y los ecosistemas”, presenta un
esbozo del significado ambiental, social y legal del derrame de petróleo
que la empresa REPSOL realizó en febrero de este año en Perú. Final-
mente, Maritza Islas analiza el aporte del Acuerdo de Escazú a la luz de
la enorme conflictividad socioambiental que sufre nuestra región. Su
aporte enfatiza la valía del Acuerdo como parte de un amplio abanico de
estrategias de resistencia social a la destrucción ambiental.

Con este cuarto Boletín, las autoras y los autores muestran la impor-
tancia de conjugar las reflexiones teóricas e históricas con las investi-
gaciones de casos concretos en la región, siempre con la perspectiva de
que son problemas que forman parte de una situación alarmante a nivel
mundial.

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 9


Número 4 • Mayo 2022
Cambio Global
De la prehistoria al presente
Ofelia Gutiérrez
Daniel Panario
Liliana Terradas
Carlos Céspedes-Payret

El Cambio Global es un proceso emergente y complejo que debe ser en-


tendido como el conjunto de los cambios ambientales generados por la
actividad humana que, trascendiendo las escalas local y regional, están
modificando los procesos biogeofísicos esenciales que determinan el
funcionamiento global de nuestro planeta (Duarte, 2009).

La palabra cambio en el término Cambio Global no se refiere a que hayan


sufrido variaciones los distintos componentes de la biosfera, como pue-
den ser el clima o el ciclo del nitrógeno y el fósforo, lo que ya ha ocurri-
do en reiteradas oportunidades durante la agitada historia del planeta,

* Integrante del Grupo de Trabajo CLACSO Cambio ambiental global Metabolismo social local. UNCIEP,
Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales, Facultad de Ciencias, Universidad de la República, Uruguay.
** Integrante del Grupo de Trabajo CLACSO Cambio ambiental global Metabolismo social local. UNCIEP,
Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales, Facultad de Ciencias, Universidad de la República, Uruguay.
*** Integrante del Grupo de Trabajo CLACSO Cambio ambiental global Metabolismo social local. UNCIEP,
Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales, Facultad de Ciencias, Universidad de la República, Uruguay.
**** Integrante del Grupo de Trabajo CLACSO Cambio ambiental global Metabolismo social local. UNCIEP,

Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales, Facultad de Ciencias, Universidad de la República, Uruguay.

10 Cambio Global De la prehistoria al presente


Ofelia Gutiérrez, Daniel Panario, Liliana Terradas y Carlos Céspedes-Payret
donde la constante ha sido el cambio y la aparición de nuevos hechos.
La palabra cambio hace referencia a que son los propios mecanismos de
regulación de la biosfera los que han cambiado (Duarte, 2009).

Las claves del Cambio Global en el Antropoceno deben buscarse en la


conjunción de dos fenómenos relacionados: el rápido crecimiento de la
población humana, y el incremento apoyado en el desarrollo tecnoló-
gico en el consumo de recursos per cápita, que resulta en un desme-
dido aumento en el uso de recursos naturales por parte de la humani-
dad (Duarte, 2009), consumo que se da fundamentalmente en los países
desarrollados. El término Antropoceno fue acuñado para designar una
nueva era geológica, la actual etapa del planeta Tierra, en la cual la hu-
manidad ha emergido como una nueva fuerza capaz de dominar los
procesos biofísicos fundamentales que controlan la dinámica global del
planeta (Crutzen, 2002); tal como sostienen algunos autores, una única
especie, el homo sapiens es el motor de todos estos cambios (Duarte,
2009), a partir de realizar un uso tan intenso como desordenado de la
naturaleza, lo que lo ha convertido en la “especie ingeniera de ecosiste-
mas” más importante del planeta (Jones et al., 1996).

La semilla que ha llevado la evolución cultural de la especie humana –y


que a su vez ha propiciado al Cambio Global– debe rastreársela en los
confines de la prehistoria, seguramente cuando un individuo reutilizó
un objeto que le había sido útil, y luego lo mejoró y enseñó su uso a otro,
comenzando una coevolución entre individuo y herramienta; donde in-
dudablemente en ese proceso se modificó su anatomía (pulgar prensil) y
sus funciones cerebrales: el/la más apto/a era el/la más hábil e inteligen-
te. Es a partir de ese momento que comienza a invadir nichos, hábitats
y recursos de otras especies, aumenta su control sobre el ambiente y
su capacidad de transformarlo, dando paso a su vez, al nacimiento de
la tecnología, una plataforma tecnológica ascendente, que se trasmite
culturalmente. En la historia de la humanidad se han sucedido diver-
sas revoluciones, y quizás la siguiente fue el dominio del fuego, luego
el advenimiento de la domesticación de especies animales, seguido por
la domesticación de especies vegetales y con ello el advenimiento de

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 11


Número 4 • Mayo 2022
la agricultura, las primeras urbanizaciones y finalmente la revolución
industrial.

Es a partir de la agricultura que comienza un proceso de acumulación en


términos económicos de riqueza, que en la etapa industrial se convierte
en trabajo acumulado como capital, que puede realizarse en la explota-
ción de ecosistemas para la obtención de insumos para las actividades
productivas de bienes y servicios, lo que da lugar según Georgescu-Roe-
gen (1986) a una estrategia fundada en la maximización del trabajo y con
ello la producción inevitable de entropía creciente. Paralelamente a este
proceso se produce la explosión y reproducción ampliada del capital y la
explosión demográfica, al punto que al día de hoy la mayor parte de los
seres humanos que han poblado el planeta son contemporáneos.

Se trata de una sociedad cuya economía crece a base de tecnologías de-


pendientes del petróleo, y detentando una tasa de consumo de bienes y
servicios, que crece a un ritmo más alto incluso que su crecimiento de-
mográfico. La extracción del capital natural para satisfacer a una socie-
dad consumista sobrepasa los límites de renovación de los ecosistemas
y, en ese marco, ocurre el proceso emergente conocido como Cambio
Global, que implica entre otros componentes:

a) La extinción masiva de especies con la consiguiente pérdida de


biodiversidad.
b) Cambios de uso del suelo con sustitución de ecosistemas diversos
por monocultivos, de tan baja diversidad que llegan a ser todos los
individuos genéticamente idénticos (clones); con la consiguiente
pérdida de seguridad alimentaria por la vulnerabilidad que signifi-
ca depender de un pool de cultivares tan reducido y poco diverso
en su genética, y concentrado en regiones con ventajas comparati-
vas para dichas producciones.
c) El cambio climático, producido por la emisión de gases de efecto
invernadero que retienen a nivel de la atmósfera las radiaciones
de onda larga que la tierra re-emite luego de haber transformado

12 Cambio Global De la prehistoria al presente


Ofelia Gutiérrez, Daniel Panario, Liliana Terradas y Carlos Céspedes-Payret
parte de la luz incidente en calor, pero además potenciado por la
destrucción de ecosistemas reguladores como la Amazonia.

El incremento de la temperatura en la atmósfera trae aparejado una se-


rie de fenómenos asociados, como lo son entre otros: mayor disponibi-
lidad de energía térmica que se puede realizar como energía cinética
atmosférica en forma de tempestades de vientos; mayor evaporación de
agua, la que debiera asociarse en amplias zonas de la superficie terrestre
a mayores precipitaciones (como es el caso del bioma Pampa); subida del
nivel medio del mar por derretimiento de casquetes polares y glaciares;
y aumento del volumen del agua de los océanos por la dilatación, causa-
da por el aumento de la temperatura del agua.

El cambio de los mecanismos de regulación de la biosfera que represen-


ta el Cambio Global supone un desafío de enormes proporciones, dado
que lo que se ha podido aprender de perturbaciones pasadas del planeta
Tierra, resultaran de utilidad limitada para predecir lo que nos espera en
el futuro (Duarte, 2009). El conjunto de interacciones entre el medio físi-
co en transformación y el medio biótico genera respuestas no lineales y,
por tanto, de difícil o incluso, en algunos casos, de imposible predicción,
en la medida en que la biosfera tiene entre sus características la posibi-
lidad de innovar (Holling y Gunderson, 2002).

La consecuencia más importante de que en pocas décadas hayamos ex-


pandido considerablemente la escala espacio-temporal de los impactos
humanos, es que ha hecho cambiar nuestra percepción de los problemas
ambientales y la forma de abordarlos (Álvarez et al., 2006). Para gestio-
nar estas amenazas y eventualmente mitigar sus efectos, ha emergido un
espacio transdisciplinar, la denominada Ciencia de la Complejidad, que
a hombros de desarrollos previos de la física y las matemáticas, como
la Teoría de la Catástrofe (Thom, 1985), la Teoría General de Sistemas
(Bertalanffy, 1976), la Termodinámica de Sistemas Abiertos (Stengers y
Prigogine, 1983), entre otras, han generado las bases para utilizar como
herramienta de la gestión de ecosistemas y la eventual mitigación de
sus disfunciones el concepto de “resiliencia”, entendida como la capaci-
dad de un sistema ecológico o social de soportar perturbaciones en un

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 13


Número 4 • Mayo 2022
contexto cambiante, conservando sus funciones sin pasar a un estado
no deseado (Gunderson y Holling, 2002).

Tal como sostiene Duarte (2009) la forma más práctica y efectiva de en-
frentarse al desafío del Cambio Global y a sus componentes, es construir
resiliencia a los estados deseados de los ecosistemas, es decir, en aque-
llos cuadros ecológicos que tienen mayor valor social en términos de la
calidad del flujo de servicios ecosistémicos.

En términos prácticos, la comprensión de la resiliencia permite a los


gestores identificar los probables cambios o las transiciones entre dife-
rentes configuraciones de un sistema (Peterson, 2000, citado en Beatley,
2009). Esta comprensión pasa por poder identificar en el sistema tres
características centrales de la resiliencia: 1) la capacidad de un sistema
para absorber o amortiguar disturbios manteniendo sus atributos; 2) la
capacidad del sistema para auto-organizarse; y 3) la capacidad de apren-
der y adaptarse en el contexto del cambio (Beatley, 2009; Brand y Jax,
2007).

Los problemas y las tendencias que hemos creado como resultado de


nuestra forma de actuar, no pueden ser resueltos pensando y actuando
del mismo modo, por tanto, sólo a partir de un cambio cultural, social,
político, económico y fundamentalmente ético, puede llegar a evitarse o
amortiguarse el colapso al cual como humanidad nos estamos dirigien-
do. Por supuesto que al “planeta Tierra” no le va a pasar nada, han ocu-
rrido diferentes eras geológicas, y se han extinguido la mayoría de las
especies que existían para esas eras; las evidencias geológicas muestran
cómo se superponen las formaciones una tras otras, dejando registro de
las trasformaciones que han sucedido a lo largo de millones de años en
la tierra. Los que nos estamos condenando somos los seres humanos,
como una especie que ha tomado un camino difícil de revertir, y que
todo hace pensar que vamos en dirección hacia una posible extinción,
arrastrando a muchas otras especies a ese destino; por eso, es necesa-
rio un cambio de concepción de este sistema de producción capitalista
en el cual estamos inmersos y que nos está llevando a una situación

14 Cambio Global De la prehistoria al presente


Ofelia Gutiérrez, Daniel Panario, Liliana Terradas y Carlos Céspedes-Payret
planetaria crítica, la que en muchos casos ya es irreversible, aún si hu-
biera verdadera voluntad política para frenarla.

La respuesta del sistema geográfico está signada por su historia previa


y por los impulsores de cambio vinculados al Cambio Global. Por esto,
resulta imprescindible analizar las respuestas del territorio para poder
planificar y generar políticas y acciones que lleven a los cambios ne-
cesarios. Esta historia previa del sistema geográfico debe ser develada,
para saber de dónde venimos y hacia donde podemos ir. Sin principios
y sin criterios, cualquier camino nos puede parecer correcto y eso pasa
en general con el sistema político, a quien todo le parece que se puede
resolver más adelante, fuera de su período de gobierno.

Las soluciones que se proponen son siempre paliativos a la situación


de deterioro efectivo actual: cambios tecnológicos; sanción de norma-
tivas más estrictas (las que por otro lado, se flexibilizan, o se suben los
parámetros); impuestos a quien contamine (el que contamina paga);
subsidios a productos “verdes” o amigables con el medio ambiente; eco-
nomía circular, entre otras. Pero con normativas y/o tecnología apenas
se pueden tomar medidas de mitigación del daño ya causado. En otros
casos, se intenta demostrar las bondades de la geoingeniería.1 Todos es-
tos caminos son impulsados desde la misma ideología que, al mismo
tiempo, pretende continuar con un crecimiento (económico) infinito en
un mundo finito, maximizando ganancias. Las propuestas (soluciones)
están equivocadas si lo que pretenden es recuperar servicios ambienta-
les perdidos por la transformación productiva, sin modificar (profunda-
mente) este estilo de desarrollo.

En un mundo en transformación, la consecuencia de superar los umbra-


les de resiliencia ecosistémica claramente es algo que podemos denomi-
nar como la “construcción de un futuro incierto”.

1 Existen recientes llamados al “No Uso de la Geoingeniería Solar”: https://www.solargeoeng.org/


non-use-agreement/signatories/

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 15


Número 4 • Mayo 2022
Como expresa Laudato si`, estamos en el marco de un “sistema de re-
laciones comerciales y de propiedad estructuralmente perverso” (Papa
Francisco, 2015:42), en efecto el sistema capitalista acumula a través del
sistema financiero a una tasa de interés compuesto que puede financiar
nuevas transformaciones, pero en la naturaleza solo la células del cán-
cer se reproducen a esa tasa, sólo que son incompatibles con la vida.

La quita de recomendaciones fundamentales en el resumen del último


informe del IPCC (2022), muestra hasta qué punto el lobby de las multi-
nacionales es capaz de dominar la política mundial. Como contraparte,
esta actitud está produciendo un cambio de actitud en la comunidad
científica (Bordera et al., 2022), que cada vez más acepta (aceptamos)
salir de la “torre de marfil” y comenzar a militar activa y decididamente
para influir en la conciencia ambiental colectiva.

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16 Cambio Global De la prehistoria al presente


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D.C., Island Press.

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 17


Número 4 • Mayo 2022
Del daño al estado de
desastre permanente
Edgar Isch L.
Ángela Zambrano C.

El sentido de urgencia ambiental llama a considerar los desastres de


manera individual, atendiendo sobre todo a distintos niveles de reme-
diación ante daños causados y amenazas amplificadas. Por supuesto,
para prevenir los desastres lo primero sería diferenciar a los de origen
natural, es decir, a los que han estado presentes a lo largo de nuestra
historia del planeta –como es el caso de terremotos, erupciones volcá-
nicas o huracanes– de los desastres de tipo antropogénico, que no solo
son nuevos, sino que también contribuyen a magnificar los de carácter
natural.

En este artículo pretendemos analizar la manera en que la visión del


desastre, como un hecho concreto y circunscrito a períodos breves,
no es la única posibilidad de análisis y que los hechos nos permi-
ten observar desastres de presencia crónica. Esto es especialmente

* Integrante del Grupo de Trabajo CLACSO Cambio ambiental global, metabolismo social local. Docente de la
Universidad Central del Ecuador. Exministro de Ambiente del Ecuador. Investigador asociado a CAMAREN y la
Red Internacional de Justicia Hídrica y redes educativas.
** Docente de la Universidad Central del Ecuador. Ex Directora de la Carrera Pedagogía de las Ciencias
Experimentales, Química y Biología. Integrante de la Red de Educadores Ambientales del Distrito Metropolitano
de Quito. Investigadora en diversos temas, incluyendo la Gestión Integral de los Recursos Hídricos.

18 Del daño al estado de desastre permanente


Edgar Isch L. y Ángela Zambrano C
importante al referirnos a los grandes daños que configuran los desas-
tres antropogénicos.

Lo conceptual

Los esfuerzos por definir un desastre vienen de muy lejos. Destacan las
definiciones de Charles Fritz (1961) que lo definió como un “evento, con-
centrado en el tiempo y en el espacio” con daños severos y que inte-
rrumpe el cumplimiento “de las funciones esenciales de la sociedad”, y la
de Jon W. Anderson (1968), quien introdujo la idea de los desastres como
“un evento de crisis aguda que perturba físicamente la vida cotidiana,
por lo demás normal, en que se anticipa la perturbación de la rutina
esperada”.

En la década de 1990 se incorporan las definiciones de riesgo, amenaza


y vulnerabilidad (Wisner et al., 2004). Aparecen entonces definiciones
más amplias de desastre, asumiendo la interrelación de aspectos que
permiten el funcionamiento de una sociedad y destacando que causan
graves pérdidas en lo humano, ambiental y económico. Los desarrollos
conceptuales permiten a Arcos González y Castro Delgado (2015) esta-
blecer rasgos comunes que se resumen a continuación:

1. La consideración del desastre como un suceso o una situación


en esencia colectiva, aunque es difícil establecer un mínimo de
afectados.
2. La producción o presencia de daños importantes, ruptura o altera-
ción de las estructuras y procesos sociales de diferente naturaleza
(físicos, humanos, ambientales, entre otros).
3. La dificultad o imposibilidad de que las demandas planteadas por
el desastre y por sus daños sean resueltas mediante los recursos
habitualmente disponibles.
4. La incorporación de elementos que reflejan la naturaleza múltiple
de las causas de los desastres y las dinámicas de una alteración
momentánea, aguda o crónica del ecosistema humano.

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 19


Número 4 • Mayo 2022
Es el último aspecto el que nos permitirá hablar de un estado de desastre
permanente, referido a aquellos en los cuales la magnitud de los daños y
el impacto sobre ecosistemas y sociedades humanas se prolonga en los
años sin una posibilidad certera de superación.

El cambio climático como estado de desastre


permanente

El cambio climático como alteración de ciclos naturales es uno de los


casos más fuertes de afectación humana a la naturaleza (IPCC, 2014).
Su existencia supone mayor cantidad, más fuerza y mayor frecuencia
de fenómenos climáticos extremos, que en general constituyen desas-
tres por la afectación a poblaciones humanas y también, aunque menos
considerado, a ecosistemas enteros. Pero al mismo tiempo, nos lleva a
pensar la manera en la que los desastres están conectados a procesos de
daño ambiental permanente, superando la temporalidad que se supone
caracteriza a los desastres.

En este caso existen datos que pretenden integrar los deterioros cau-
sados por el daño permanente. Así, una estimación del Banco Mundial
señala que América Latina y el Caribe ha perdido en los últimos 20 años,
a causa de desastres naturales relacionados con el clima, un 1,7% de su
Producto Interno Bruto (PIB) anual (Vera, 2022).

De la misma forma y con iguales dificultades para una predicción certe-


ra, se estima que la inversión social requerida en la región

[…] para construir la resiliencia de la población y promover una transi-


ción justa implica un gasto de entre 5% y 11% del PIB (entre US $337 mil
y 741 millones en 2030). En total, el gasto en infraestructura y el gasto
social necesarios para cumplir con los objetivos de cambio climático en
la región están entre 7% y 19% del PIB al 2030 (entre US $ 470 mil y 1,300
mil millones en 2030) dependiendo de las condiciones iniciales y de las
metas económicas y sociales propuestas (BID, 2022:5).

20 Del daño al estado de desastre permanente


Edgar Isch L. y Ángela Zambrano C
Es decir, que no se trata de daños puntuales, que no puede atenderse a
cada desastre como un hecho aislado. En realidad, estamos hablando de
una condición de desastre ambiental permanente, interrelacionado, que
puede afectar a generaciones enteras. Diversos estudios resaltan que,
además, América Latina será una de las regiones más afectadas por el
cambio climático.

Desastre permanente a partir de la acción empresarial

Lo observado en el cambio climático se presenta también en casos de


acción empresarial, sea privada o pública. La pequeña producción, que
puede generar desastres y contaminación, lo hará en pequeña escala,
mientras la gran empresa abarcará más extensión, uso de mayor can-
tidad de recursos, más basurales y mayores daños, por tanto, producirá
grandes o mega desastres.

Un ejemplo que apuntala a lo señalado es el de la producción petrolera


en la Amazonía norte del Ecuador, altamente importante para las medi-
ciones del PIB pero que deja muchos cuestionamientos de su explota-
ción pasada, presente y perspectivas futuras. Ingresos monetarios para
las empresas y el Estado que no podrán compararse con las muertes y
alteraciones de la salud física y mental de las personas, la destrucción de
ecosistemas frágiles, la pérdida de una rica biodiversidad y de sistemas
culturales y de medios de vida de las poblaciones locales.

En la Agenda Energética 2007-2011 “Hacia un sistema energético susten-


table”, el Ministerio de Energía y Minas, de Ecuador, se señala:

Desde la entrada en operación del primer pozo en la Amazonia (Lago


Agrio I, inaugurado en marzo de 1967), se han extraído miles de millo-
nes de barriles de crudo que representan grandes cantidades de dinero,
como ya se mencionó anteriormente, más de 80,000 millones de dólares.
En la extracción se han vertido miles de millones de barriles de agua de
desechos, se han quemado billones de pies cúbicos de gas, se ha produ-
cido la contaminación de pantanos como se ha perdido en forma irrever-
sible la biodiversidad, miles de hectáreas han sido deforestadas, los ríos

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 21


Número 4 • Mayo 2022
han sido afectados por exceso de salinidad, y lo que resulta más grave
aún, se ha causado un daño económico, social y cultural a los indígenas
Siona, Secoya, Cofán, Kichwua y Huarani y la extinción de pueblos origi-
narios como los Tetetes y los Sansahuaris (Ministerio de Energía y Minas,
2007:94).

La contaminación fue continuada y por ello es difícil establecer con pre-


cisión su alcance. En el caso de la compañía Texaco –hoy Chevron–, a
lo largo de 26 años (1964 y 1990), extrajo petróleo desde 336 pozos en
total, tras los cuales generaba piscinas de desechos tóxicos. En total se
han construido unas 1,000 piscinas sin ningún tipo de protección, las
cuales recibieron directamente los residuos de la explotación de crudo a
medida que se producen. Si bien, más tarde 162 piscinas se presentaron
como atendidas en procesos de remediación, en realidad lo que se hizo
fue tratar de ocultarlas con restos del bosque, arena y otros materiales,
según el informe oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores (2015).

El daño causado por la petrolera es inmenso. A lo anterior habría que in-


corporar la quema de gas, la deforestación, la afectación cultural de pue-
blos indígenas, las muertes como consecuencia de la contaminación. Se
trata de un desastre continuado que se estimó por parte de un experto
nombrado por la Corte Superior de Justicia de Nueva Loja en 27 mil mi-
llones de dólares. En procesos posteriores, la sentencia en casación de la
Corte Nacional de Justicia obligó a Chevron a pagar 9.5 mil millones de
dólares (Ministerio de Relaciones Exteriores, 2015).

En los hechos, es de destacar que “Texaco utiliza en Ecuador dos prácti-


cas que ya no eran permitidas en Estados Unidos y que estaban debajo
de los estándares de calidad en la industria: verter aguas de formación
en lugar de reinyectarlas en el suelo y construir piscinas descubiertas,
donde derramó lodo de las actividades de perforación y limpieza de sus
pozos” (Serrano, 2013:23).

Lo anterior es una demostración de la preferencia por las ganancias em-


presariales antes que por prevenir desastres. ¿Desastres intencionados?
Posiblemente se los puede definir de aquella manera. A ello se puede
añadir la falta de prevención debido a estudios de impacto ambiental

22 Del daño al estado de desastre permanente


Edgar Isch L. y Ángela Zambrano C
que no brindan garantías ni adecuados planes de manejo. Al respecto, el
Pronunciamiento emitido por el Grupo de Trabajo de CLACSO, Cambio
Ambiental Global y Metabolismo Social Local (2022), “Sobre las deficien-
cias en los procesos de evaluación de impactos ambientales”, resalta que
son múltiples los casos y países en los que las evaluaciones “carecen de
relevancia para gestionar adecuadamente los impactos ambientales en
el caso específico y devienen en documentos ineficientes” para proteger
a las poblaciones humanas y la naturaleza.

Cada derrame petrolero, acompañado por ese tipo de estudios de im-


pacto ambiental y planes de manejo, junto a mecanismos para burlar la
remediación y no darle el carácter de integralidad que precisa, fue gene-
rando un estado de desastre permanente en la Amazonía ecuatoriana y
suramericana. Desastre permanente que puede no ser noticia cotidiana,
pero que mantiene e incrementa los daños irreversibles, en grandes ex-
tensiones, afectando pueblos e identidades culturales y, con todo ello, la
baja capacidad de la naturaleza de poder desarrollar sus procesos eco-
sistémicos y sostener la replicabilidad de la vida.

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Número 4 • Mayo 2022
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24 Del daño al estado de desastre permanente


Edgar Isch L. y Ángela Zambrano C
Capitalismo fósil
Una guía de estudio1
Omar Ernesto Cano Ramírez*

Además, ¿qué han hecho por nosotros su máquina de vapor y su


hierro fundido? Por no hablar del gas, cuyas frecuentes explo-
siones amenazan con hacer volar un día la propia Babilonia.
Trabajador anónimo (1834), “Imprisonment for debt”, The Metropolitan.2

Hasta la década de 1990, los estudios sobre combustibles fósiles estuvieron


centrados en problemas particulares. En diferentes disciplinas, como la
geopolítica y la economía, se priorizó el análisis de la competencia empre-
sarial y las guerras por el petróleo. Por su parte, la historia ambiental dio
cuenta de las consecuencias ecológicas y sociales derivadas de la extrac-
ción-distribución y la quema de combustibles fósiles –carbón, petróleo y
gas. En las dos décadas recientes se han desarrollado estudios para dar
cuenta del hecho de que los combustibles fósiles han sido constitutivos

* Integrante del Grupo de Trabajo CLACSO Cambio ambiental global, metabolismo social local. Sociólogo
mexicano adscrito al Centro de Estudios Latinoamericanos, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM.
ernesto.cano@politicas.unam.mx.
1 Una primera versión de este trabajo se presentó dentro del proyecto PAPIME PE304621, Léxico de la crisis
ambiental y el desarrollo sostenible: “¿Qué es el capitalismo fósil?”, 16 de junio, 2021, <https://www.youtube.
com/watch?v=Lhw2Ut0pcdw>. El trabajo forma parte de los siguientes proyectos de investigación: el PAPIIT
IN302221, Riesgos existenciales para la vida en el planeta: capitalismo fósil, economía de guerra permanente
y luchas hegemónicas, apoyado por la Dirección General de Asuntos del Personal Académico y realizado en el
Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, de la Universidad Nacional Autónoma
de México; y el Grupo de Trabajo CLACSO, Cambio ambiental global, metabolismo social local.
2 Citado en Malm (2016:1).

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 25


Número 4 • Mayo 2022
del sistema capitalista en la génesis del colapso ecológico que vivimos:
de lo que se trata ahora es de reconstruir la historia social de los procesos
políticos y económicos de corte capitalista que han alterado y degradado
al planeta como sistema integrado.

Como resultado se ha elaborado un cuerpo teórico, con diferentes con-


ceptos y categorías, denominado capitalismo fósil. Se trata de estudios
que parten desde el marxismo como ciencia crítica e interdisciplinaria
(González Casanova, 2017), pero que lo complementan, profundizan y
amplían aprovechando otras escuelas de pensamiento y otras discipli-
nas, incluidas las ciencias bio-físicas, la filosofía y las humanidades. En
este trabajo se presenta una guía de estudio para aquellas personas –en
especial estudiantes– que deseen adentrarse al estudio del capitalismo
fósil.

Perspectivas y conceptos

La definición del hecho económico ha sido monopolizada por la econo-


mía formal y ortodoxa. Al definir el proceso económico como “los usos
alternativos de medios escasos para la maximización de la satisfacción”,
lo que se impuso fue el sentido común de mercado, aquellas nociones
que resultan de vivir dentro de una economía de mercado –Karl Polanyi
(2012b) llamó a estas nociones la obsoleta mentalidad de mercado. Esta
definición impone los términos de “elección”, “insuficiencia”, “escasez” y
“racionalidad” como algo “natural” –en la perspectiva eterna e inmuta-
ble–, como las “leyes y la naturaleza económicas” que han existido siem-
pre y en todo lugar. Sin embargo, estos aspectos son producidos como
parte de una economía de mercado, la cual forma parte de un sistema
más complejo que incluye dimensiones sociales, políticas, ecológicas
y tecnológicas, y cuya existencia es muy reciente –antes del siglo XIX
existían diferentes tipos de mercados, pero no una economía de merca-
do– (Polanyi, 2009). La economía ortodoxa impuso y difundió una abs-
tracción originaria: “consistente en disociar una categoría particular de
prácticas –o una dimensión particular de cualquier práctica– del orden
social en que está inmersa toda práctica humana” (Bourdieu, 2010:15).

26 Capitalismo fósil Una guía de estudio


Omar Ernesto Cano Ramírez
El monopolio semántico que se adjudicó la economía formal y ortodoxa
se convirtió desde el siglo XIX en un obstáculo para el estudio del he-
cho económico (Bourdieu, 2010; Polanyi, 2009; Swedberg, 1991), por lo
que diferentes disciplinas y escuelas de pensamiento –el marxismo, la
sociología económica, la historia económica y la antropología econó-
mica– se desarrollaron desde entonces en lucha constante contra ese
monopolio, esa abstracción originaria y las consecuencias científicas y
políticas que de ello resulta.

Recordemos que la ciencia no parte de las nociones de sentido común o


de las representaciones impuestas desde instituciones de poder, la cien-
cia construye sus propios sistemas de significado. La ciencia no puede
partir de las “opiniones” que resultan de vivir una experiencia particular
dentro de una estructura de posiciones jerarquizadas. Recordemos, con
Gaston Bachelard (2013:16), que la ciencia “se opone en absoluto a la
opinión”, que en la ciencia “nada puede fundarse sobre la opinión: ante
todo es necesario destruirla […] ella es el primer obstáculo a superar”.
Pero también tengamos presente que “la ciencia avanza en contra de
sí misma”, reformula sus categorías, sistemas conceptuales, métodos y
perspectivas para reconstruir la realidad de la manera más completa y
objetiva posible (Zemelman, 2012).

Los estudios del capitalismo fósil parten de la perspectiva materialista


o sustantiva del hecho económico. La definición sustantiva de econo-
mía que realiza Polanyi (2009:95) sintetiza muy bien esta perspectiva:
“el concepto de economía humana como un proceso institucionalizado
de interacción [entre la sociedad y el ambiente], cuya función es ofrecer
los medios materiales a la sociedad”. En esta perspectiva “lo material”
son los medios, pues los fines son establecidos por procesos sociales,
políticos, culturales e ideológicos. En su Introducción general a la crí-
tica de la economía política de 1857, Karl Marx (2006) reconstruye el
proceso económico como parte de una totalidad orgánica, que además
de la producción, distribución, intercambio y consumo de los bienes
materiales incluye también aspectos políticos, institucionales y cultu-
rales. En contraposición de lo que afirma la economía formal y orto-
doxa, Marx muestra que el proceso económico es también un proceso

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 27


Número 4 • Mayo 2022
político y social, pues depende de relaciones de propiedad, relaciones
de poder y relaciones institucionalizadas que anteceden, condicionan
y reproducen la producción-consumo de bienes materiales en una for-
ma particular. Además, estas relaciones sociales condicionan y regulan
la interacción de la sociedad con el mundo bio-físico –ecológico– y, al
mismo tiempo, producen un tipo particular de interacción: con una tec-
nología, con una magnitud, con una velocidad y con una escala. Para
que la interacción sociedad-ambiente sea de largo plazo, se requiere que
las relaciones sociales que la soportan sean institucionalizadas, es decir,
que tengan unidad, estabilidad, estructura, función, política e historia.
En esta perspectiva sustantiva, el aspecto económico –la producción del
sustento material– no puede arrancarse del tejido ecológico, tecnológico
y social que lo soporta y lo hace existir (Polanyi, 2009:75-95).

La definición sustantiva –con sus elementos sociales, políticos, mate-


riales, ideológicos, ecológicos y tecnológicos– reconstruye la economía
como hecho general de la humanidad. Sin embargo, la economía se ha
organizado de diferentes formas a lo largo de la historia, y sólo una de
ellas ha sido capaz de degradar las condiciones planetarias de las cuales
dependemos para vivir: el capitalismo. En este sistema social, la pro-
ducción de los bienes materiales no se realiza para la reproducción de
la sociedad, más bien la producción material tiene como objetivo la ge-
neración y acumulación de ganancias y poder en una clase minorita-
ria. Retomando la definición de Pablo González Casanova (2019:22): el
capitalismo es “un modo de dominación y acumulación cuyo interés o
‘atractor’ principal es la maximización de utilidades y riquezas, así como
del poder que da seguridad a sus beneficiarios y les garantiza la conti-
nuidad de sus ‘estilos de vida’ y de sus ‘valores’ reales y formales”.

Desde inicios de este siglo, los estudios marxistas han mostrado que
el capitalismo pudo realizarse en todas sus dimensiones sólo al intro-
ducir y mantener la quema creciente de combustibles fósiles. Tanto la
producción, la distribución y el consumo materiales, como la expansión
y profundización de los mercados, la aceleración del tiempo social, la
innovación tecnológica, la urbanización de la geografía y la expansión
de la modernidad capitalista, todas estas dimensiones han sido posibles

28 Capitalismo fósil Una guía de estudio


Omar Ernesto Cano Ramírez
porque se han sostenido con la quema creciente de carbón, petróleo y
gas. En este sentido, la relación entre capitalismo y energía fósil no es
accidental ni secundaria, es una relación constitutiva (Malm, 2016, 2018).

Siguiendo la forma en que Marx reconstruyó “la oculta sede de la pro-


ducción” para mostrar “cómo el capital produce” y “cómo se produce el
capital” (Marx, 2007:214), los estudios sobre capitalismo fósil se han cen-
trado en la oculta esfera de la producción para reconstruir la forma en
que internamente el capital utiliza –quema– la energía fósil para produ-
cir y acumular riqueza y poder y, al mismo tiempo, consolidar, extender y
profundizar su capacidad de producción y su capacidad de destrucción.
A continuación, se presentan algunos de los principales conceptos –sin-
tetizados a partir de las obras de los autores citados– que reconstruyen
la relación constitutiva entre capitalismo y energía fósil.

1. Economía fósil. Una economía de crecimiento auto-sostenido –de


mercancías, de espacio urbanizado y de innovaciones tecnológi-
cas– en función de la creciente quema de combustibles fósiles y
que, por lo tanto, genera un crecimiento sostenido en las emisiones
de gases de efecto invernadero, principalmente del dióxido de car-
bono (Malm, 2016, 2018).
2. Modo de producción fósil. Un modo de producir, distribuir, inter-
cambiar y consumir cantidades crecientes de mercancías, energi-
zado por la quema creciente de combustibles fósiles, permitiendo
con ello la expansión y profundización de las relaciones de clase
capitalistas alrededor del mundo (Huber, 2008).
3. Capital fósil. Proceso en que el capitalista produce y acumula ga-
nancias a través de la explotación del trabajo, de la quema cre-
ciente de energía fósil y de la emisión intensiva de gases de efecto
invernadero (Malm, 2016).
4. Capitalismo fósil. La formación social, económica y política que
tiene como fin objetivo la acumulación ampliada de capital, en
tanto relación desigual de riqueza y poder, y cuya realización está
sostenida materialmente a través de la explotación del trabajo
y la quema creciente de combustibles fósiles. En esta formación

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 29


Número 4 • Mayo 2022
estructural, la sociedad está “encastrada” en la dinámica del capital
y, por lo tanto, la reproducción contradictoria de la sociedad capi-
talista depende de la quema de combustibles fósiles (Altvater, 2007,
2011, 2018; Cano Ramírez, 2019).

Características más significativas del capitalismo fósil

El cuerpo teórico que se ha construido alrededor del capitalismo fósil


tiene aspectos centrales que cabe mencionar. Al igual que la perspecti-
va sustantiva, estos aspectos permiten reconstruir la relación capitalis-
mo-energía fósil como parte de un conjunto más amplio de relaciones
sociales, políticas, tecnológicas y ecológicas, como “diferenciaciones
dentro de una unidad”, como articulaciones de una totalidad orgánica
(Marx, 2006:49-50).

1. El capitalismo fósil no es un concepto aislado, pues eso no exis-


te en la ciencia. Se trata más bien de un cuerpo teórico, es decir,
un conjunto de categorías y conceptos que toman sus significados
de las relaciones que guardan entre ellos y entre el sistema en su
conjunto. Por esta razón, no basta con conocer uno solo de estos
conceptos –por ejemplo, el de capital fósil–, se tiene que entender
todo el sistema teórico al cual pertenecen.
2. El cuerpo teórico del capitalismo fósil tiene un carácter interdisci-
plinario, tanto en su postura metodológica como en su epistemo-
logía. Sus aportes se han desarrollado dentro de escuelas de pen-
samiento y teorías sociales que ya habían aportado mucho para el
estudio del capitalismo histórico y contemporáneo: el marxismo o
materialismo histórico, la historia económica, la sociología econó-
mica, la economía entrópica, la ecología política, la economía eco-
lógica, entre otras. Pero también se han integrado los aportes de
disciplinas y ciencias del mundo físico y del mundo biológico. No se
trata de una asimilación inmediata de conceptos y significados pro-
ducidos por las ciencias bio-físicas, sino de su dialectización den-
tro de las dinámicas materiales de la sociedad y del conocimiento

30 Capitalismo fósil Una guía de estudio


Omar Ernesto Cano Ramírez
de las ciencias sociales críticas (González Casanova, 2005, 2019;
Lewontin, Rose y Kamin, 2019). Esta exigencia interdisciplinaria se
debe al propio carácter del capitalismo y a la perspectiva sustantiva
con que se aborda. Para poder reconstruir el capitalismo complejo
(González Casanova, 2005), la forma de razonamiento que se ne-
cesita es la interdisciplina: un pensamiento epistémico que apro-
vecha la riqueza de conocimiento de diversas especializaciones,
partiendo de la definición en común de un problema que atraviesa
los mundos físico, biológico y social (García, 2000, 2006; González
Casanova, 2005). La interdisciplina incluye, además, una exigen-
cia epistémica. El estudio del capitalismo fósil pertenece a lo que
C. Wright Mills (2010) llamó problemas públicos urgentes: aquellos
que amenazan la vida de grupos amplios de la sociedad o que ame-
nazan a la sociedad misma. Se trata de uno de los problemas con la
mayor escala en espacio y el tiempo –el otro es el riesgo de aniqui-
lación nuclear: el planeta y la historia humana –pasado, presente
y futuro–, porque podemos ser borrados de este mundo y nadie
quedaría para recordarnos. Por ello, los estudios sobre capitalismo
fósil llevan a cabo el potencial científico y político de la interdisci-
plina: anticipar posibles situaciones catastróficas (García, 2006:13).
Aunque la preocupación está puesta en la peligrosa degradación de
la atmósfera, los océanos y los ecosistemas, el análisis se centra en
las causas históricas y estructurales del posible colapso: el capita-
lismo no puede producir sin destruir las condiciones de existencia
que las cuales dependemos para vivir.
3. Una de las contribuciones más importantes del marxismo es el
análisis de clase. Este análisis se sustenta en la reconstrucción
histórica de las relaciones de propiedad dentro de cada sociedad.
Las relaciones de propiedad son aquellas que se dan (I) entre los
productores directos del sustento material, (II) entre las clases con
poder político y social, y (III) entre los productores directos y las
clases con poder político y social. Estas relaciones condicionan
el regular y sistemático acceso de los diferentes tipos de perso-
nas (clases sociales) a los medios de producción y a los medios de
sustento. En el capitalismo una clase (minoritaria) monopoliza los

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 31


Número 4 • Mayo 2022
medios de producción y los medios de sustento, mientras que otra
clase (más numerosa) tiene que venderse y realizar trabajos con
condiciones impuestas (explotados) para conseguir un sustento
material particular. La clase que monopoliza los medios de susten-
to y de producción impone el cómo producir, qué producir y para
qué producir y, al mismo tiempo, acumula riquezas, privilegios y
seguridad. Es dentro de estas relaciones de propiedad, o relaciones
entre clases sociales, que se da la unión entre capitalismo y energía
fósil (Altvater, 2007, 2011, 2018; Malm, 2016:279-326).
4. Las relaciones que se dan entre quienes monopolizan los medios
de sustento y los medios de producción, es decir, entre los capita-
listas, es lo que mantiene desde el siglo XIX la quema de combus-
tibles fósiles. La introducción de los combustibles fósiles dentro de
la “oculta sede de la producción”, pero también en todas las demás
esferas –la distribución, el intercambio y el consumo– se genera-
lizó como un elemento constitutivo debido a la competencia entre
capitalistas. No se trata de empresarios individuales que eligen en
un vació de poder, sino de la competencia entre los miembros de
una misma clase por hacer de los mercados y de las ganancias. La
“competencia impone las leyes inmanentes de la producción capi-
talista, frente al capitalista individual, como ley exterior coerciti-
va” (Marx, 2007:326).3 El poder, privilegios y riquezas que acumulan
los capitalistas se derivan de su capacidad para producir y vender
mercancías, un proceso que implica la compra de todos los “insu-
mos” y su concentración en un mismo espacio: trabajo, materia y
energía, máquinas, edificios, etc.4 Al consolidarse los mercados de
todos estos insumos, los capitalistas compiten entre sí para poder
comprarlos: quienes tengan mayor capacidad de compra tendrán
la ventaja, pero, a su vez, la capacidad de compra se deriva de la

3 En esta cita Marx habla de la “libre competencia”. Sin embargo, ese tipo de competencia fue rápidamente
sustituido por la competencia monopolista (Baran y Sweezy, 2006; Schumpeter, 1996).
4 Los “insumos” que el capitalista necesita comprar para poder producir mercancías incluyen tanto
mercancías reales como mercancías ficticias, es decir, el trabajo como capacidad de personas vivas, la materia y
la energía como elementos de los ecosistemas, y el dinero como medio de poder de compra institucionalizado
(Polanyi, 2012a).

32 Capitalismo fósil Una guía de estudio


Omar Ernesto Cano Ramírez
capacidad de producción de los capitalistas. Así, el capitalista tie-
ne que mejorar técnica y constantemente su capacidad productiva
para poder aumentar su capacidad de compra. Al introducirse, a
mediados del siglo XIX, el “sistema de máquinas” en la producción
y en la distribución de mercancías (Polanyi, 2012a), los capitalistas
que lo hicieron tuvieron la ventaja sobre los demás. Lo que resultó
de la competencia entre capitalistas por acaparar ganancias y pri-
vilegios fue la generalización del uso de máquinas que quemaban
combustibles fósiles –primero como ventaja y, después, como la
forma “normal” de producción.
5. La quema de combustibles fósiles otorga dos formas de poder: a) la
fuerza física, la capacidad de movimiento y de producción; y b) el
control político, la capacidad de dominar sobre otros, sobre otros
capitalistas, pero también sobre las clases sociales subordinadas al
trabajo explotado. Al introducir los combustibles fósiles en la es-
fera de la producción se logró potenciar las “fuerzas productivas”,
es decir, la capacidad de transformar materia y energía bio-físicas
en mercancías. Con ello el sistema capitalista pudo extender y pro-
fundizar sus relaciones de propiedad y de producción alrededor del
mundo. El sistema de máquinas que quema combustibles fósiles
produce más rápido y en mayor cantidad, por lo que requiere de
medios de transporte que soporten mayores cargas y recorran dis-
tancias más grandes en menor tiempo. Al introducir los combusti-
bles fósiles en la esfera de la distribución, las mercancías pudieron
venderse más lejos y más rápido, conectando los mercados distan-
tes geográficamente e insertando un tipo de consumo que, con el
tiempo, también se hizo dependiente de la quema de energía fósil.
El paso al capitalismo fósil, a mediados del siglo XIX, inició la gene-
ralización de las relaciones capitalistas alrededor del mundo (Hu-
ber, 2008). Estas relaciones incluyen no sólo el modo de producir
las mercancías con sustrato material, también incluye la formación
de instituciones que promueven, incentivan, legitiman y protegen
la quema de combustibles fósiles para la acumulación ampliada de
ganancias (Altvater, 2007, 2011; Malm, 2016, 2018).

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 33


Número 4 • Mayo 2022
6. Hasta inicios del siglo XIX, el capitalismo estaba “atrapado” en los
límites ecológicos (Altvater, 2011, 2018; Angus, 2016; Malm, 2016,
2018). La energía que sostenía la producción material provenía de
la fuerza muscular de seres humanos y animales y de la quema de
carbón vegetal (madera), así como de flujos de energía: la radiación
solar, el viento y los ríos. Estas energías –ahora llamadas renova-
bles– no podían potenciar la producción más allá de los límites
ecológicos. La radiación solar, los ríos y el viento son flujos que
no pueden “seccionarse” y no pueden acumularse sin que pierdan
su capacidad de energizar, si se detiene su flujo dejan de brindar
energía: por las noches la radiación solar se suspende, un río que se
contiene se convierte en una masa estática de agua, sin movimien-
to el viento es sólo aire. Además, estos flujos de energía presentan
la “desventaja” –para el capitalista– de estar anclados al espacio –
territorio– y a los tiempos ecológicos: las estaciones del año, el día
y la noche, los ciclos atmosféricos, los ciclos hídricos, entre otros.
A principios del siglo XIX estas “desventajas” imponían límites a
la acumulación de ganancias (Malm, 2016, 2018). La competencia
entre capitalistas llevó entonces a que se introdujera una nueva
energía para impulsar la capacidad productiva y la acumulación de
ganancias: el “stock fósil” –inicialmente carbón. Sólo este “stock”
en la corteza terrestre, por estar ya separado de los ecosistemas y
del clima, dio al capitalismo la capacidad de privatizar y seccionar
la energía fósil, almacenarla y transportarla a donde sea que se ne-
cesite para energizar las máquinas, producir y vender mercancías,
y acumular ganancias (Malm, 2016:298).
7. A diferencia de otras fuentes de energía, los combustibles fósiles
tienen una ventaja incomparable: encajan casi a la perfección con
la dinámica del capitalismo (Altvater, 2007, 2011, 2018). Las siguien-
tes características muestran esta ventaja de los combustibles fósi-
les: a) tienen la misma capacidad energética dentro y fuera de los
yacimientos, es decir, no están “anclados” a los tiempos ecológicos
o sociales, pues se trata de energía solar fosilizada y concentra-
da; b) como no son flujos que requieren estar en movimiento para
energizar, pueden ser seccionados, privatizados y vendidos en el

34 Capitalismo fósil Una guía de estudio


Omar Ernesto Cano Ramírez
mercado por unidades estandarizadas; c) tienen una alta tasa de
retorno energético (energy return on energy investment, EROEI),
lo que significa que por cada unidad de energía que se gasta para
extraer, distribuir y quemar petróleo, gas y carbón se obtiene mu-
cha más energía;5 d) como pueden ser almacenados y transporta-
dos sin que pierdan su potencial energético, los combustibles fósi-
les pueden ser llevados a los espacios de producción –las fábricas y
las ciudades, donde se concentra otra de las mercancías ficticias, el
trabajo–, y también ser quemados para expandir los mercados, las
instituciones y las relaciones capitalistas alrededor del mundo; e)
permiten la aceleración de la producción, la distribución, el consu-
mo, el transporte, la financiarización (especulación), la vida social
y, con ello, la acumulación de ganancias y privilegios; f) tienen una
gran flexibilidad en su uso, pues además de poder ser quemados,
sus derivados –incluida la generación de electricidad– son usados
en la producción, el transporte, el consumo y la financiarización
–“petróleo de papel”.

Autores más reconocidos del capitalismo fósil

Las principales obras sobre capitalismo fósil han sido producidas y pu-
blicadas en tres países: Alemania, Inglaterra y Estados Unidos. Esto
conlleva algunos problemas para que sus aportes sean conocidos e in-
corporados a otras teorías, a programas de investigación y a planes de
estudios de universidades, en especial en América Latina y el Caribe. El
principal problema es el idioma, pues muchos de los libros y artículos
sobre capitalismo fósil no se han traducido al español o al portugués, y
deben ser consultados en inglés o en alemán. Y en el caso de las obras
traducidas a nuestros idiomas, suelen ser libros muy caros y de difícil
acceso –en especial para estudiantes. Queda pendiente esta labor para

5 Esta característica está cada vez menos presente. Pues el petróleo “fácil” –abundante, barato y con
alta EROEI– ha llegado a su “pico máximo”, y sólo queda el petróleo “difícil” –en agotamiento, costoso, no
convencional y con baja EROEI– (Cano Ramírez, 2019).

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 35


Número 4 • Mayo 2022
los traductores, los editores y los sellos editoriales. Aquí se hace sólo un
recuento de algunos de los principales autores y sus obras.

1. Dos autores clásicos se retomaron para iniciar los estudios sobre


el capitalismo fósil. En primer lugar, la amplia obra de Karl Marx,
tanto sus escritos sobre la economía capitalista, como sus obras
sobre la naturaleza, la tierra y el metabolismo social (Altvater, 1993;
Foster, 2008; Foster y Burkett, 2016). Recordando además que, al
analizar la gran industria y su proceso de concentración-centrali-
zación de capital (máquinas y trabajadores), Marx mostró –aunque
no estudió– el papel central de la energía fósil en el modo de pro-
ducción capitalista: “el hierro y el carbón son las grandes palancas
de la industria moderna” (Marx, 2018:773). El segundo autor es Max
Weber, de quién se recuperan sus escritos sobre historia económi-
ca y sociología económica. Distanciándose de la teoría económi-
ca neoclásica –que en esos momentos iniciaba su consolidación
como versión ortodoxa– Weber desarrolló su sociología económica
incorporando la naturaleza, la población y la tecnología, dándole
un peso importante a la estructura material de la cual depende la
sociedad y los diferentes tipos de dominación (Weber, 2016, 2017).
Weber reconoció que la racionalidad capitalista –la acumulación
de capital por medio de los mercados– sólo se puede realizar (ma-
terial y simbólicamente) quemando combustibles fósiles. A inicios
del siglo XX, Werner Sombart recuerda una de sus corresponden-
cias con Weber: “Cuando en una ocasión hablé con Max Weber so-
bre las perspectivas de futuro y le pregunté cuándo tendría fin este
aquelarre [caos] que tiene lugar para la humanidad en los países
capitalistas desde comienzos del siglo XIX, me respondió, ‘cuando
la última tonelada de cobre se funda con la última tonelada de car-
bón’” (citado en Altvater, 2011:63).
2. Elmar Altvater. En 2005 publicó el primer libro dedicado a la rela-
ción entre capitalismo y energía fósil, Das Ende das Kapitalismus,
wie wir ihn kennen. Fue hasta 2011 que se tradujo al español bajo el
título El fin del capitalismo tal y como lo conocemos. En su libro, Al-
tvater reconstruye los elementos que amalgaman los combustibles

36 Capitalismo fósil Una guía de estudio


Omar Ernesto Cano Ramírez
fósiles y la racionalidad capitalista. Esta conjunción histórica y ma-
terial dio como resultado la “unión infernal entre capitalismo y fó-
silismo”. En 2007 publicó un artículo donde profundizó esta unión
infernal y presentó el concepto de capitalismo fósil, “The social and
natural environment of fossil capitalism”.
3. Matthew T. Huber. Integrando el marxismo, la economía ecológi-
ca y la geografía histórica, publicó en 2008 el artículo “Energizing
historical materialism: Fossil fuels, space and the capitalist mode of
production”. En su texto amplía el estudio de la esfera de la produc-
ción para resaltar que sólo cuando los combustibles fósiles energi-
zaron la distribución y el consumo, el capitalismo se convirtió en
un verdadero modo de producción fósil.
4. Andreas Malm. Entre 2012 y 2014 publicó una serie de artículos so-
bre el origen histórico del capital fósil. En 2016 reunió y amplió no-
tablemente estos artículos dentro del libro, Fossil Capital. The Rise
of Steam Power and the Roots of Global Warming. Es hasta 2021
que su libro se traduce al español con el título, Capital fósil. El auge
del vapor y las raíces del calentamiento global. En su obra, Malm
reconstruye la trayectoria histórica de las relaciones capitalistas
que dieron origen al calentamiento global. Su estudio sigue la tran-
sición hegemónica del sistema mundial en los últimos dos siglos,
pues muestra cómo la relación de capital fósil se estableció primero
en Inglaterra, posteriormente se consolidó en Estados Unidos, y
actualmente se despliega en todo el mundo con China como su
centro productivo y logístico.
5. Ian Angus. Publicó en 2016 su libro Facing the Anthropocene. Fossil
Capitalism and the Crisis of the Earth System. La primera parte de
su obra está dedicada a los estudios que han realizado las ciencias
bio-físicas sobre la Gran Aceleración, los límites planetarios, los
puntos de no retorno y el antropoceno; con ello muestra la grave-
dad de la destrucción de las condiciones ecológicas y climáticas.
La segunda parte la dedica al origen del posible colapso: el capi-
talismo fósil, la economía de guerra estadounidense y la industria
petrolera. Sintetizando ambas disciplinas, Angus muestra que el

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 37


Número 4 • Mayo 2022
registro geológico completamente reciente de producción capita-
lista (el antropoceno) solo se pudo realizar con la quema continua
y colosal de combustibles fósiles.
6. En años recientes, se han publicado en México tres obras dedica-
das al estudio del capitalismo fósil. La primera de ellas es el libro,
de 2018, Sociología política del colapso climático antropogénico.
Capitalismo fósil, explotación de combustibles no convencionales
y geopolítica de la energía, coordinado por John Saxe-Fernández.
En 2019, publiqué el artículo “Capitalismo fósil en el siglo XXI: me-
canismos económicos, energéticos, militares y elitistas para des-
encadenar el colapso planetario”. Y en este año se presentó la tesis
de licenciatura de Ana Katia Rodríguez Pérez, Capitalismo fósil y
militarismo imperial: el papel del complejo militar-industrial esta-
dounidense en la devastación socioecológica y las estrategias del
pentágono en el antropoceno. Las tres obras han sido el resulta-
do del trabajo de un grupo de investigadoras e investigadores que
forman parte de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y del
Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Huma-
nidades, de la Universidad Nacional Autónoma de México.

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40 Capitalismo fósil Una guía de estudio


Omar Ernesto Cano Ramírez
O Brasil e as tragédias
ambientais anunciadas
A cultura do risco e suas
consequências para as
cidades brasileiras
Pedro Roberto Jacobi
Marcos Tavares
Bruno de Pierro

Introdução

Eventos ambientais extremos, sejam eles de origem natural ou não,


vem aumentando em quantidade e intensidade nas últimas décadas, em
sua maioria por conta do avanço das mudanças climáticas globais, afe-
tando diretamente a população mais vulnerável a tal situação. Os “de-
sastres anunciados” não devem ser vistos como fatalidades. As cidades

* Integrante del Grupo de Trabajo CLACSO “Cambio ambiental global, metabolismo social local”. Instituto
de Energia e Ambiente, Universidade de São Paulo. Professor Titular Sênior do Programa de Pós-Graduação em
Ciência Ambiental. Integrante do Grupo de Trabalho CLACSO, Cambio ambiental global, metabolismo social
local.
** Instituto de Energia e Ambiente, Universidade de São Paulo. Estudante de Doutorado do Programa de Pós-
Graduação em Ciência Ambiental.
*** Instituto de Energia e Ambiente, Universidade de São Paulo.

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 41


Número 4 • Mayo 2022
brasileiras apresentam a marca da desigualdade até na distribuição so-
cial dos riscos decorrentes da precariedade urbana.

Mas os desastres também mostram o despreparo das autoridades para,


em situações de calamidade, alertar, remover e garantir abrigo à popu-
lação diante de ameaças iminentes. As autoridades públicas explicam
tais tragédias, geralmente, como as consequências de eventos climáti-
cos incomuns, fora dos padrões previstos. No entanto, eventos climáti-
cos extremos vêm se repetindo periodicamente no território brasileiro,
sem que existam políticas de prevenção e adaptação eficazes.

As mudanças ambientais ocorridas ao longo dos anos, causadas pelo


processo de urbanização e industrialização, levaram a mudanças nos
padrões climáticos, tornando eventos extremos de precipitação cada vez
mais frequentes (Ribeiro et al., 2021). Chuvas fortes, estiagens e ondas
de calor (ou frio) sempre existiram e continuarão a existir –isso não é
novidade; faz parte da variabilidade natural do clima. A mudança trazida
pelo aquecimento global está na frequência e na intensidade com que
esses fenômenos ocorrem, elevando drasticamente o risco que eles ofe-
recem para os grandes centros urbanos.

As tragédias decorrem do clima propriamente dito, e da interação desses


extremos climáticos com uma série de problemas urbanísticos e sociais
das cidades brasileiras –que também não são novidade, mas se tornam
mais agudos, dolorosos e difíceis de remediar à medida que o clima fica
mais extremo, com mais frequência. O problema da gestão de riscos nas
grandes cidades brasileiras é estrutural e demanda medidas urgentes de
reformulação.

O cenário da gestão do risco de desastres interpõe a urgência frente ao


aumento da ocorrência e da intensidade de eventos extremos à vulne-
rabilidade de populações em áreas de risco, o que demanda avanços na
gestão preventiva, e, principalmente, participativa para uma governança
ambiental dos riscos de desastres naturais que possibilite o desenvolvi-
mento da capacidade adaptativa das sociedades contemporâneas (Jaco-
bi e Sulaiman, 2016).

42 O Brasil e as tragédias ambientais anunciadas A cultura do risco e suas consequências para as cidades brasileiras
Pedro Roberto Jacobi, Marcos Tavares y Bruno de Pierro
Meio ambiente no Brasil e riscos

Como define Ulrich Beck (1992), vivemos em uma “sociedade de risco”,


na qual os riscos são um dos componentes básicos de sua estruturação e
são onipresentes para o indivíduo. Os riscos são construídos socialmen-
te, como resultado do próprio processo de modernização e desenvolvi-
mento científico, o que tornou complexos os sistemas desta sociedade
(sistemas urbanos, de transportes, sobreposição de redes de água, de
eletricidade, de telefonia etc.). Reconhecer os paradigmas que baseiam
o entendimento em relação aos riscos é importante para entender que
as medidas que foram, e têm sido, tomadas em relação aos desastres se
baseiam em diferentes concepções e atitudes sociais perante o risco:
medidas curativas pós-desastre e pré-desastre e medidas preventivas.

O Brasil vem perdendo cada vez mais a latência de sua política ambiental.
De acordo com Lima e Costa (2021), foram-se os dias quando, há menos
de uma década, foi anunciado um modelo global de desenvolvimento
sustentável, combate à pobreza, redução da fome e crescimento econô-
mico e, ao mesmo tempo, desaceleração do desmatamento tropical. A
nação tornou-se agora um pária mundial em direitos e conservação am-
biental. A internalização do risco se torna pífia, feita de maneira a não
contemplar o panorama ambiental atual e a tentar passar por cima, cada
vez mais, das consequências socioambientais dos desastres.

A gestão de riscos de desastres no país se respalda muito mais em um


discurso questionável que exclui, quase que completamente, o potencial
dos eventos de emergência climática já existentes e reincidentes nas
cidades brasileiras. O desmonte da política ambiental do país, somado
a um discurso negacionista das mudanças climáticas, tem reflexo por
sobre as gestões municipais e estaduais, ocasionando planos de ação
climática que ora são esquecidos ou, em muitos casos, inexistentes.

Isso se reflete em contínuas tragédias atreladas a mudanças no regime


de distribuição de chuvas. Apenas entre os meses de dezembro de 2021
e janeiro de 2022, os estados de Bahia, Minas Gerais, Tocantins, Rio de

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 43


Número 4 • Mayo 2022
Janeiro e São Paulo enfrentaram enchentes avassaladoras que destruí-
ram cidades inteiras, além de causarem mais de 100 mortes no total.

Desastres ambientais e seus reflexos no Brasil

Rios transbordando por cima das pontes, cidades alagadas até o telhado
de suas casas, carros flutuando pelas ruas. As fortes chuvas durante o
mês de dezembro no sul da Bahia trazem à tona um quadro de mor-
tes e milhares de pessoas que perderam suas casas. Estas tempestades
atípicas têm sido resultado de fatores que não se associam apenas às
mudanças climáticas, mas também do fenômeno La Niña, que resfria
as águas do Pacífico equatorial, causando um aumento de chuvas no
centro-norte do Brasil, reforçado pelo El Niño, que aquece o Atlântico,
levando calor e umidade ao nordeste. A média do mês normalmente é de
menos de 140mm, entretanto o volume de 500 mm em quatro dias, o que
configura um fato que não tem precedentes.

A ocorrência de eventos extremos de precipitação potencializa episó-


dios de desastres naturais, como enchentes, torrentes e movimentos de
massa gravitacional. Essas situações de desastre envolvem simultanea-
mente processos sociais e naturais que impactam a sociedade, sendo as
ações antrópicas um dos fatores determinísticos, combinados com as
condições climáticas, exigindo, portanto, atenção da defesa civil e de
outras autoridades governamentais (Ribeiro et al., 2021). Segundo as au-
toridades do Centro Nacional de Monitoramento e Alertas de Desastres
Naturais (Cemaden), houve avanços na prevenção que impediram que
o desastre fosse maior, na medida em que foi possível divulgar sobre
risco de tempestades e promover a evacuação de pessoas, pois o evento
afetou mais de 160 cidades de diversos tamanhos no Estado da Bahia,
com mais de 160 mil pessoas afetadas e 40 mil totalmente desabrigadas.
Como algumas das cidades do Extremo Sul estão entre as que têm maior
percentual de população indígena da Bahia, pelo menos 25 comunida-
des da região foram impactadas.

44 O Brasil e as tragédias ambientais anunciadas A cultura do risco e suas consequências para as cidades brasileiras
Pedro Roberto Jacobi, Marcos Tavares y Bruno de Pierro
No estado de São Paulo, no final do mês de janeiro de 2022, fortes chuvas
atingiram 11 cidades, causando deslizamentos, alagamentos e enchen-
tes. A alta precipitação, causada pelo encontro da Zona de Convergência
do Atlântico Sul e de uma frente fria advinda do litoral do estado, oca-
sionou o aumento do volume de água esperado para um mês em apenas
quatro dias. Até o dia 02 de fevereiro, 27 mortes foram registradas e mais
de 660 famílias estão desalojadas ou desabrigadas.

A catástrofe evidencia uma grande desigualdade social na qual diversas


populações ribeirinhas, indígenas e grupos de pesca são afetados dire-
tamente pelo aumento do nível dos rios e pela falta de infraestrutura em
suas áreas. O potencial catastrófico de eventos inesperados pode ser au-
mentado pela vulnerabilidade das pessoas, principalmente quando elas
são incapazes de responder ou lidar com as consequências danosas do
desastre (Saes e Muradian, 2021). Temos um quadro de vulnerabilidade
social bastante agudo, que se traduz por moradias muitas vezes situadas
em áreas de risco a desmoronamentos e alagamentos. A grande ques-
tão é como mitigar os efeitos desses eventos extremos, uma vez que
as cidades já cresceram sem planejamento adequado e com a marca da
desigualdade.

Cultura do risco e uma gestão ambiental fragilizada

Reconhecer que, nas últimas décadas, houve crescimento das áreas ocu-
padas informalmente em todo o país é de extrema importância para o
entendimento dos entraves que desafiam a gestão de riscos nos prin-
cipais centros urbanos brasileiros. Observa-se que, entre 1985 e 2020,
as áreas urbanizadas dobraram no Brasil, passando de 2,1 milhões de
hectares para 4,1 milhões de hectares, conforme mostra levantamento
do Projeto de Mapeamento Anual do Uso e Cobertura da Terra no Brasil
(MAPBIOMAS, 2021).

O estudo – feito a partir de imagens de satélite captadas no período ana-


lisado – também mostra que, em todo o país, as áreas informais tiveram
significativo crescimento, equivalente a 11 vezes a área de Lisboa, em

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 45


Número 4 • Mayo 2022
Portugal. Chama a atenção o fato de que as ocupações em áreas com de-
clive maior que 30% (ou seja, que estão mais sujeitas a deslizamentos)
também aumentaram nos últimos anos. Segundo a pesquisa, o cresci-
mento da ocupação urbana em áreas com alta declividade foi da ordem
de 40 mil hectares. Isso significa que 1 em cada 100 hectares já está em
área de risco por declividade.

Para que uma cultura de risco possa ser desenvolvida nas localidades –
de preferência associando conhecimentos técnico, científico e tradicio-
nal– é preciso levar em consideração a associação entre duas temáticas:
a dos desastres ‘naturais’ e a do planejamento territorial, sem perder de
vista, vale frisar, os fatores históricos e econômicos associados aos pro-
cessos de configuração das cidades brasileiras.

Muitos dos problemas urbanos contemporâneos, entre eles o dos “de-


sastres anunciados”, estabelecem pontes com um passado marcado pela
ocupação de terras desenvolvida a partir da lógica colonial. Nessa pers-
pectiva, Maricato (2015) salienta que o planejamento urbano moder-
nista, difundido a partir das primeiras décadas do século XX com base
em conhecimentos técnicos e visão funcionalista, consolidou-se como
importante instrumento de dominação ideológica, contribuindo para a
consolidação de sociedades desiguais “ao ocultar a cidade real e preser-
var condições para a formação de um mercado imobiliário especulativo
e restrito a uma minoria”.

A despeito de planos e projetos da administração pública, voltados a re-


solver problemas urgentes de habitação e saneamento básico, muitas
obras negligenciaram as demandas de interesse público, favorecendo
empreendimentos dedicados a expandir a cadeia produtiva da capital
paulista. Entende-se, portanto, que a falta de adequação geográfica para
o estabelecimento habitacional e a presença rarefeita de infraestrutura
urbana exigiram soluções improvisadas e individuais ao longo do tempo.

Não por acaso, portanto, o atual contexto urbano metropolitano brasilei-


ro evidencia um agravamento de problemas ambientais, sociais, econô-
micos e de saúde pública impulsionado por modelo de planejamento e

46 O Brasil e as tragédias ambientais anunciadas A cultura do risco e suas consequências para as cidades brasileiras
Pedro Roberto Jacobi, Marcos Tavares y Bruno de Pierro
de desenvolvimento atrelado a uma lógica de expropriação. Evidente-
mente esse modelo falha em dar respostas adequadas para os impac-
tos da desigualdade social, que ele próprio fomenta, e das mudanças
climáticas.

As áreas mais vulneráveis são mantidas à margem dos benefícios urba-


nos e investimentos públicos (Jacobi, 2021), para além do risco associado
a habitações situadas em regiões de difícil acesso, sem estrutura urba-
na consolidada e desprovida de uma cultura de prevenção. Além disso,
são áreas de intensa segregação e injustiça socioespacial (Canil et al.,
2021). Diante desse cenário complexo, um dos desafios mais dramáticos
é como inserir a questão dos riscos e dos desastres em uma proposta
de planejamento com potencial de reduzir vulnerabilidades e enfrentar
suas causas profundas com base em ações de curto, médio e longo prazo.

Canil et al. (2021) ressaltam que leis já aprovadas, como o Estatuto das
Cidades e o Plano Nacional de Gestão de Riscos e Respostas a Desastres,
poderiam subsidiar ações para o enfrentamento de tais desafios. No en-
tanto, os autores argumentam que, devido ao desmonte da política am-
biental desencadeada no país nos últimos anos, as políticas para gestão
de riscos foram consideravelmente enfraquecidas. Paralelamente, é pre-
ciso estimular ações de educação capazes de ampliar o entendimento
da população em relação aos fatores que geram riscos (Sulaiman, 2018).

Para além da legislação e do alcance da administração pública, a criação


de estratégias para reduzir os riscos socioambientais exige cada vez mais
o envolvimento do público na busca por soluções. Projetos que colocam
em prática o diálogo e a interação entre gestores públicos, pesquisa-
dores e outros atores sociais, em um processo de aprendizado social,
podem resultar em ações de recriação e reinterpretação de informações,
conceitos e significados em cursos de capacitação e formação para apri-
morar práticas da sociedade civil e do poder público em uma perspectiva
de cooperação (Sulaiman e Jacobi, 2018).

Cabe pensar e estruturar políticas de gestão participativa e colaborativa


baseadas na perspectiva de governança socioambiental, tendo em vista

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 47


Número 4 • Mayo 2022
promover uma cultura de risco em localidades vulneráveis por meio de
mecanismos de coordenação intra e intersetoriais, que devem fortalecer
atores públicos e privados, incluindo empresas e universidades numa
perspectiva colaborativa, para que possam promover de forma efetiva
e democrática ações concretas na redução de desastres no país, e isto
devera significar uma mudança importante no paradigma na gestão de
riscos.

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Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 49


Número 4 • Mayo 2022
El delito de minería
ilegal en la Amazonía
Carlos Antonio Martín Soria Dall’Orso

Introducción

La minería ilegal aluvial ocurre porque el oro es un bien con muy alto va-
lor en el mercado mundial, tiene un precio internacional de US$1,943.75
por una onza troy (31.1 gramos) o US$62,493.99 por un kilo. Este oro alu-
vial se produce principalmente en una región amazónica con poca y po-
bre presencia estatal y con una tradición de extracción de oro de por lo
menos cinco décadas.

En Brasil hay dragas en Tapajos, el sur del estado de Pará, al norte del
estado de Mato Grosso, en Amapá, mientras que las practicas del des-
monte hidráulico y la excavación se dan en ocho estados. En Bolivia
hay dragas en los ríos Beni, Madre de Dios, Orthon, Mamoré y Madera.
Entre 2012-2013, se registraron 15 nuevas operaciones de propietarios

* Integrante del Grupo de Trabajo CLACSO “Cambio ambiental global, metabolismo social local”. Abogado por
la Pontificia Universidad Católica del Perú; maestro en Ciencias Sociales con mención en Estudios Amazónicos
por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales FLACSO-Ecuador; doctor en Filosofía por La Universidad
Flinders de Australia del Sur. Es docente en PUCP, UNALM y UNMSM. Es consultor de la Organización del Tratado
de Cooperación Amazónica, FAO, Helvetas, CONDESAN, USAID, el Centro Internacional de Investigaciones
Forestales (CIFOR) y la Agencia Nacional de Control de Calidad Ambiental de Mozambique (2018-2020).
carlosantoniomartin@gmail.com.

50 El delito de minería ilegal en la Amazonía


Carlos Antonio Martín Soria Dall’Orso
brasileños. En Colombia hay minería ilegal en 23 departamentos, siendo
el departamento de Putumayo el que hospeda el 65% de la minería ile-
gal. En Ecuador hay minería ilegal en ocho provincias, tres de las cuales
son amazónicas. En Venezuela cuatro estados tienen minería ilegal.

Con la aprobación del convenio de Minamata se ha buscado reducir el


comercio mundial de mercurio que sirve como insumo fundamental
para amalgamar el oro aluvial y separarlo de la arena que lo contiene en
el lecho del rio. El control del mercado legal de mercurio ha disparado
el comercio ilegal. Surinam es ahora el único país que importa mercurio
y funciona como la base del mercado ilegal de mercurio, exportando al
resto de la Amazonía. Este comercio ilegal, el contrabando y parte del
comercio del oro aluvial ilegal opera con apoyo del crimen organizado.
Las bandas brasileñas Comando Primeiro y Comando Vermelho operan
en la región de Madre de Dios (Perú), Acre (Brasil) y Pando (Bolivia), así
como mercenarios provenientes de las desmovilizadas fuerzas irregula-
res colombianas.

La minería aluvial en la Amazonía peruana

La minería ilegal aluvial en la Amazonía peruana ocurre en numerosas


regiones: Condorcanqui (Cordillera del Cóndor), ríos Marañón, Cenepa,
Santiago y distritos Nieva y Mesones Muro; en Loreto en el Putumayo y
Nanay y en las cuencas de los ríos Marañón (Borja, Saramiriza, San Juan,
San Lorenzo) Napo (Oro Blanco, Santa Clotilde, Diamante Azul), Cura-
ray (Arica), Nanay (Alvarenga), Ucayali (Inahuana, Orellana); en Ucayali
se da en las provincias de Aguaytia e Irazola y Curimana, Padre Abad,
Cuenca del Abujao, Nueva Requena y Callería, Coronel Portillo, Raymon-
di, Atalaya; en la región Madre de Dios en las provincias de Tambopata
(Laberinto, las Piedras, río Pariamanu Guacamayo, La Pampa) y Manu
(Huepetuhe, Mazuko, Manuani, Malinowsky, Delta); en la región Pasco
se da en Huachón, en Oxapampa (alturas de Pozuzo) y Ninacaca; en la
región Puno en Inambari, Massiapo, Taraco, Sandia, Zona de Amortigua-
miento del Parque Nacional Bahuaja Sonene y en San Antonio de Putina.

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 51


Número 4 • Mayo 2022
La minería aluvial en la Amazonia fue promovida por el Estado peruano
en la segunda mitad del siglo XX. El gobierno militar (1968-1980) siguió
el modelo de la política pública desarrollista brasileño que promovía la
ocupación de la Amazonía con pequeños pobladores de otras regiones
(Bunker, 1985; Mahar, 1990; Schmink y Wood, 1987). El artículo 122 de la
Constitución Política de 1979 declaraba que “el Estado fomenta y esti-
mula la actividad minera. Protege la pequeña y mediana minería”. Esta
política pública contó con el apoyo financiero del Banco Minero. La le-
gislación, como lo hace hasta ahora, entregaba derechos mineros con
la sola presentación del documento de identidad y el pago de una tasa.

La minería aluvial fue una de las propuestas desarrollistas para la Ama-


zonía y un eje vital de la estrategia para su ocupación en la segunda
mitad del siglo XX. La economía rural amazónica se basa en el extracti-
vismo (madera, oro, petróleo) antes que en la producción (ganado, agri-
cultura) sentando las bases para la consolidación de los mineros como
actores económicos y políticos en varias de las regiones amazónicas pe-
ruanas. Al menos cinco décadas de actividad económica de la minería
aluvial la posicionaron como una alternativa de empleo y riqueza para
un sector importante de la sociedad amazónica.

Hacia 2008, durante el segundo gobierno de Alan García, el Estado dio


un viraje de 180 grados en esta política y declaró la guerra a la minería
aluvial, iniciando el bombardeo de dragas en los ríos de Madre de Dios.
El proceso de bombardeo de las dragas iniciado por el ministro Brack
exacerbó los ánimos de dicha base social fortaleciendo el discurso po-
lítico de los mineros. Al tiempo que el Estado no implementó su estra-
tegia para permitir que un segmento de los mineros viera los beneficios
de articularse con una propuesta integral que incluyera una adecuada
gestión ambiental, así como recursos económicos para la reubicación
del capital y la mano de obra en otros sectores.

El marco legal e institucional para la regulación de la actividad minera


carece de mecanismos para establecer el origen del mineral, por ejem-
plo, con un certificado de origen. En las áreas de extracción no se re-
gistra los volúmenes producidos, hay ausencia de la supervisión en el

52 El delito de minería ilegal en la Amazonía


Carlos Antonio Martín Soria Dall’Orso
tránsito de estos productos, contribuyendo así al desarrollo de un mer-
cado informal por inacción o descoordinación de las entidades públicas.

Los intereses de la minería ilegal están representados en las esferas po-


líticas regionales y organizan su respaldo a nivel de actores del espacio
nacional, lo que dificulta, resta y a veces niega el interés político para
abordar el problema y encontrar soluciones. Estas condiciones favore-
cen la presencia de decenas de miles de mineros informales. Finalmen-
te, el resultado de 10 años de formalización minera es que ha aumentado
la corrupción, mientras que el crimen organizado está operando en las
regiones.

Mientras la formalización es un concepto vacío que opera como efec-


to especial para la tribuna mediática, pero en la práctica crea ventajas
competitivas a favor de los ilegales y sus intermediarios frente a los
comerciantes legales. Se llama formalización al proceso de registro de
nombres, sin cumplimiento de estándares ambientales aplicados a otros
productores mineros. El otorgamiento de derechos mineros solo coteja
que un derecho minero no se superponga con otro o un área protegida.
No se coteja con otras bases de datos geo-referenciadas sobre otorga-
miento de derechos favoreciendo la superposición de estas áreas de ex-
plotación minera sobre derechos de terceros, estimulando el conflicto
social.

El presupuesto público no provee recursos a las actividades de control


y vigilancia en campo. Las sedes de la Dirección Regional de Energía
y Minas no cuentan con oficinas o dependencias en los lugares donde
ocurren las actividades mineras, ni han destinado recursos humanos,
presupuestales y logísticos suficientes para hacer visitas de supervisión
ni regular, ni esporádicamente.

El proceso de organización política de la minería ilegal

En Madre de Dios los actores económicos vinculados a la minería ile-


gal se han organizado para participar políticamente desde temprano. La

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 53


Número 4 • Mayo 2022
base social de esa participación política es una alianza entre mineros,
taladores y sectores de la economía informal. Así, mientras a nivel pro-
vincial y local las actividades de madereros, mineros y otros extractores
de recursos son casi la única alternativa económica para la población,
esta base social facilita que los actores ilegales se propongan estrategias
de representación y movilización política para ser electos y tomar el con-
trol del gobierno regional. Ello sucedió entre 2003 y 2006 con Francisco
(Pihuicho) Ríos, representante de la tala ilegal y de los mineros, y luego
entre 2015 y 2018 con Otsuka representante de los mineros agrupados en
FEDEMIN. Ambos gobernadores regionales desafiaron la política de for-
malización, extorsionaron a los mineros que no se alineaban con ellos o
pretendían formalizarse y finalmente se beneficiaron económicamente
de su apoyo a la operación de las mafias de la tala ilegal (Cienfuegos,
2019:37-38). Esta situación retrasó el proceso de formalización e impidió
las opciones de coordinación multinivel. En la última elección regional
el candidato de Fuerza Madre de Dios, vinculado a la minería ilegal, Juan
Inuma perdió la elección frente al candidato de Alianza para el Progreso,
el médico Luis Hidalgo Okimura. Desde entonces la coordinación mul-
tinivel en el combate a la minería ilegal ha mejorado y se expresa en la
participación del GOREMAD en los operativos Mercurio 2019 y 2020. De
manera que si bien es importante el marco legal también es igualmente
relevante el análisis del entorno político para facilitar la operatividad de
la coordinación multisectorial y multinivel. No existe articulación ho-
rizontal y vertical para el control territorial de dicho recurso o de las
actividades que la generan, más allá de las intervenciones esporádicas,
aisladas y de ingreso y salida en las áreas de explotación minera.

El combate a la minería ilegal

La Operación Mercurio constituye un conjunto de acciones de interdic-


ción contra la minería ilegal en la zona de amortiguamiento de la Re-
serva Nacional de Tambopata en Madre de Dios. En 2017 esta operación
contó con la participación de la Policía Nacional del Perú, las fiscalías
de ambiente y de trata de personas y representantes de la administra-
ción técnica forestal regional (Romero, 2017). Esta operación se ha dado

54 El delito de minería ilegal en la Amazonía


Carlos Antonio Martín Soria Dall’Orso
cada año incrementando progresivamente el número de instituciones
que participan.

En marzo de 2017 SERNANP instaló un puesto de control y vigilancia en


el río Pariamanu pues ya conocía de la presencia de mineros y talado-
res ilegales con interés de acceder hacia la Reserva Territorial Madre de
Dios y el Parque Nacional Alto Purús. En el río Pariamanu el 7 de marzo
de 2017 el SERNANP instaló el Puesto de Control y Vigilancia (PCV) Yus-
hi (Madre del Bosque en lengua amahuaca) con el fin de proteger. Este
puesto se ubica en el río Pariamanu, distrito de Las Piedras, provincia
de Tambopata, región Madre de Dios. El río Pariamanu es una vía de
ingreso de la minería y la tala ilegal hacia la Reserva Territorial Madre
de Dios y el Parque Nacional Alto Purús lo que además de destruir el
ambiente puede poner en grave riesgo a los pueblos indígenas en ais-
lamiento que habitan la reserva. El PCV construido en la cuenca del río
Pariamanu permite reforzar el trabajo coordinado entre los guardapar-
ques del Parque Nacional Alto Purús del SERNANP y los agentes de pro-
tección del MINCUL, así como brindar un punto de encuentro intersec-
torial y multinivel para trabajar de manera conjunta por la protección
de los pueblos indígenas en aislamiento y de su territorio (WWF, 2017).
El inicio de la Operación Mercurio en julio 2017 si bien tuvo suceso en
la Zona de Amortiguamiento de la Reserva Nacional Tampopata en el
sector La Pampa también generó que mineros ilegales migraran hacia el
río Pariamanu.

En 2019, el Ministerio del Ambiente, anunció un nuevo proceso de inter-


vención contra la minería ilegal aluvial en el sector La Pampa, en Madre
de Dios, a través de la Operación Mercurio. El MINAM indicó tener un
Plan Integral contra la Minería Ilegal en Madre de Dios, con una estra-
tegia multisectorial y multinivel, integrando 13 ministerios, el Gobierno
Regional de Madre de Dios, los gobiernos locales, el Ministerio Público.
La operación involucró 1,200 policías de la Dirección de Medio Ambien-
te de la Policía Nacional del Perú. 300 militares de la 1a y 6a Brigada de
Fuerzas Especiales del Ejército y la instalación de cuatro Bases Tempo-
rales de Alta Movilidad Conjunta (BTAMC) y al Departamento de Opera-
ciones Especiales de Medio Ambiente (Depoema) instalado en Mazuco.

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 55


Número 4 • Mayo 2022
La Marina a través de la Unidad de Control Fluvial Río Pacaya (UCF251)
que se desplegó en el río Inambari para prevenir el contrabando de com-
bustible. La Fuerza Aérea con un Antonov An-32B del Grupo Aéreo 8 y
2 C-26B Metro II de la Dirección de Reconocimiento y Vigilancia Aérea
para obtener imágenes aéreas y para el planeamiento y ejecución. El
Ministerio Publico con 70 fiscales (Marchessini, 2019; Ministerio del In-
terior, 2019a, 2019b).

El gobierno de los Estados Unidos apoyó con una donación de carpas,


equipos de aire acondicionado, generadores eléctricos, botes de fibra de
vidrio, bolsas de dormir, mosquiteros, linternas, equipos GPS, y hasta
sueros antiofídicos contra mordeduras de serpientes, para hacer posible
la Operación Mercurio. La operación realizada contra la minería ilegal
y los delitos conexos, a un costo de 500 millones de soles, no intervino
a mineros informales o en vías de formalización, para permitir que se
continúen regularizando (Ministerio del Interior, 2019a, 2019b).

En mayo 2019 el Ministro de Defensa reportó que se ingresó a varios


puntos de La Pampa para desalojar a mineros ilegales y destruir campa-
mentos, generadores eléctricos, dragas, balsas e insumos químicos por
un valor estimado en 252 millones de soles. Se detuvieron 152 personas
en flagrancia y por tener requisitoria. Asimismo, se rescató a 52 mujeres
y 20 niñas, víctimas del delito de trata de personas. El ministro ofreció
seguir con las operaciones a lo largo del corredor minero para cortar el
flujo logístico a los ilegales. Asimismo, indicó que, al terminar la fase de
consolidación, harían un balance (Hidalgo, 2019; Ministerio del Interior,
2019a, 2019b).

El 17 de enero de 2020 el Proyecto de Monitoreo de los Andes Amazó-


nicos estimó la deforestación causada por la minería aurífera en el río
Pariamanu durante el periodo 2017-2019 en 99 hectáreas. El reporte pu-
blicado en internet evidenció un aumento de la actividad minera en la
zona desde el inicio de la Operación Mercurio en 2017 y también durante
la misma operación en febrero de 2020, probablemente causada por mi-
neros desplazados de La Pampa (Finner y Mamani, 2020). Sin embargo,

56 El delito de minería ilegal en la Amazonía


Carlos Antonio Martín Soria Dall’Orso
la intervención del Estado contra quienes cometen este delito en el río
Pariamanu recién ocurrió varios meses después en Julio de 2020.

El 15 de mayo de 2020 ante las quejas de que mineros ilegales estaban in-
vadiendo la zona la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental (FEMA)
de Madre de Dios y la Marina de Guerra del Perú con apoyo la División
contra la Minería Ilegal (Divcomin) de la Policía Nacional del Perú rea-
lizaron un operativo contra la minería ilegal en el poblado de Alerta. Se
intervino 2 tolvas, 5 caballetes, tres balsas, 42 paños de alfombra, 190
metros de manga de lucha contra incendio, 100 metros de tubo de PVC,
5 motores chinos, 3 campamentos y 1 generador eléctrico marca Tiger, 7
cartuchos para escopeta, 1 motor fuera de borda de 25 hp sin número de
serie, 1 bote de madera de 13 metros de eslora, 145 galones de petróleo, 9
metros de manguerote, 5 quemadores de oro y 3 balanzas de 100 gramos.
Todo lo hallado fue destruido por disposición del ministerio público, se-
gún lo establece el Decreto Legislativo 1100, que regula la interdicción
de la minería ilegal.

Finalmente, entre 2019 y 2020 se detuvo 6,000 mineros ilegales. La Fis-


calía Especializada en Materia Ambiental de Madre de Dios inició más
de 1,500 procesos, estimando que más del 50% de los procesos tienen
sentencia condenatoria y resto continua en proceso de investigación.
La mayoría de los procesos son debidos a tráfico de insumos químicos
(combustible y mercurio) destinados a la minería ilegal. (Fiestas, 2020).

Hallazgos

Villa y Finer (2019) encontraron una gran reducción de deforestación por


minería aurífera en La Pampa. Comparando el mismo periodo (febrero
a junio) de 2018 y 2019 la deforestación minera disminuyó 92% entre el
2018 (900 hectáreas) y febrero a junio 2019 (66.7 hectáreas). De manera
similar la expansión de la deforestación causada por la minería ilegal se
desaceleró, especialmente en el frente oriental del sector La Pampa. Sin
embargo, el análisis también revela que la deforestación minera en La
Pampa no fue erradicada y continua en ciertos sectores.

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 57


Número 4 • Mayo 2022
El impacto ha sido menos claro en el desarrollo de instrumentos de ges-
tión territorial, planes de desarrollo, impulso a actividades económicas
sostenibles como alternativas a la minería, sean turísticas, agrícolas o
forestales, entre otras. Igualmente, la propuesta de la recuperación de
ecosistemas degradados se da de manera aislada a iniciativa de enti-
dad particulares. Otros problemas identificados son: la ausencia de una
planificación estratégica y sostenible financiado por el presupuesto pú-
blico; poca articulación entre los diferentes niveles de gobierno, espe-
cialmente entre Ministerio Público, SUNAT, MINAM, PRODUCE, entre
otras entidades; pobre uso de la información satelital generada por la
sociedad civil en la prevención de la presencia de la minería ilegal (Fies-
tas, 2020).

Según Gómez y Granados (2015:94) OEFA supervisó a todos los gobiernos


regionales y a la Dirección General de Minería del Ministerio de Energía
y Minas para verificar el cumplimiento del ejercicio de la función de
fiscalización ambiental a la pequeña minería y la minería artesanal en-
contrando que, de las supervisiones realizadas en 2013, la mayoría de las
EFA no ejecutaron supervisiones, acciones de monitoreo y evaluación
ambiental a las personas naturales o jurídicas sujetas a formalización
ni a las actividades de minería ilegal. Tampoco remitían al OEFA el re-
porte trimestral de avance en la ejecución de actividades de supervi-
sión y fiscalización ambiental a la pequeña minería y minería artesanal.
Ni cumplían con iniciar procedimientos administrativos sancionadores
ante una presunta infracción ambiental, ni con denunciar la ocurrencia
de minería ilegal ante los órganos competentes, en este caso la FEMA
Madre de Dios.

La gestión ambiental sectorializada dificulta mucho la articulación de


diferentes instituciones que no comparten información entre sí. Se ne-
cesita que haya una coordinación en los procesos, en levantamiento
de información en el recojo, el almacenamiento y el procesamiento de
información. En la mayoría de las regiones no se cuenta con laborato-
rio toxicológico certificado. Lo que causa que aun cuando la autoridad
competente identifique la existencia de contaminación del medio (agua,
suelo) no es posible contar con la evidencia certificada por un órgano

58 El delito de minería ilegal en la Amazonía


Carlos Antonio Martín Soria Dall’Orso
técnico que demuestre la comisión del delito de contaminación del am-
biente. Ello es una grave debilidad si consideramos que la minería alu-
vial ilegal ocurre en gran medida en el cauce del río.

Una brecha en la prevención es la ausencia de implementación de las


estrategias para promover actividades económicas sostenibles. “Es im-
portante hacer control y también apoyar las actividades alternativas. No
basta lanzar concurso público fondos, sino que es necesario acompa-
ñamiento técnico permanente. Esta es una deficiencia técnica en todos
los procesos de promoción que desarrolla el Estado”. No se considera
que hay unos costos de coordinar, ni necesidad de generar un marco de
dialogo y predisposición para solucionar diferencias y evitar la actua-
ción sectorializada que se apoya en miradas autárquicas de la gestión
pública. Las políticas de combate al crimen ambiental requieren una ar-
ticulación multisectorial para garantizar que todos luchemos contra un
enemigo común. La prioridad es la conservación de nuestro patrimonio
natural y lo que brindan a la sociedad, tal como lo establece el mandato
constitucional.

La inspección ambiental de la minería debe apoyarse con actividades de


búsqueda de información, planificación, logística y prevención, educa-
ción ambiental, apoyo tecnológico, entre otros. Se debe considerar un
sistema de inspección integrado, involucrando a todas las comunida-
des públicas, privadas y locales, racionalizando y maximizando los es-
casos medios existentes. Se debe promover la prevención, el desarrollo
de conciencia y educación ambiental sobre los recursos naturales, la
inspección ambiental, las alianzas entre el Estado, las comunidades, el
sector privado y las organizaciones de la sociedad civil para la conserva-
ción, manejo, control y uso sostenible de los recursos naturales y para el
fomento de actividades sostenibles.

Debería contarse con brigadas móviles apoyadas con estaciones de con-


trol de insumos para la minería ilegal en apoyo y coordinación con la
autoridad nacional y regional en fiscalización ambiental. Estas briga-
das deberían estar integradas por las varias autoridades competentes
en materia de fiscalización de insumos para la minería aluvial, como

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 59


Número 4 • Mayo 2022
DREM, SUNAT, OSINERGMIN, OEFA, y por supuesto PNP y Ministerio de
Defensa y otras autoridades que ejercen las competencias establecidas
en los decretos legislativos 1103 sobre control de insumos de la minería,
1107 sobre control de maquinaria de la minería, entre otros.

Conclusiones

Uno de los problemas en general de la lucha contra la minería ilegal es el


poco conocimiento de la diversidad de actores, la diversidad de arreglos
económicos y la diversidad de variante que asume la minería ilegal en
diferentes regiones.

Respecto del ordenamiento territorial, la creación de una zona de exclu-


sión minera en Madre de Dios no ha generado el resultado esperado y la
interdicción de la minería ha llevado a la invasión de la supuesta zona
de exclusión.

De otro lado, en las áreas de extracción minera no hay presencia del Es-
tado y cuando la hay es en formato de una interdicción con despliegue
y repliegue del personal, de manera que no hay presencia organizada
del Estado en estas zonas. Las zonas donde ocurre la minería ilegal en
Madre de Dios no son de fácil acceso, más aún constituyen territorios
que no tienen control estatal y plantean desafíos de seguridad para los
funcionarios públicos.

Finalmente, el tema presupuestal es el más débil cuando se propone


realizar todas estas importantes acciones multisectoriales “con cargo al
presupuesto institucional de los pliegos correspondientes, sin deman-
dar recursos adicionales al Tesoro Público y conforme a las disposicio-
nes legales vigentes”. Incluso cuando se ha financiado acciones a los
gobiernos regionales para mayor acción en el combate a la minería ile-
gal, el gobierno regional como en el caso de la administración Otsuka,
destinó los bienes a otros fines.

60 El delito de minería ilegal en la Amazonía


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62 El delito de minería ilegal en la Amazonía


Carlos Antonio Martín Soria Dall’Orso
Semillas genéticamente
modificadas y
derechos de propiedad
intelectual
Liliana Terradas 10,
Ofelia Gutiérrez 11,
Carlos Céspedes-Payret 12 y

Daniel Panario 13

En la acumulación capitalista que se establece a partir del último tercio


del siglo XX, el conocimiento tiene un papel estratégico en la valoriza-
ción del capital. Si bien la producción de bienes físicos no ha desapare-
cido –y no es posible que lo haga a corto o mediano plazo– se constata
que la economía de los países desarrollados se encuentra, a una esca-
la inédita, sustentada en la creación, la distribución y la utilización de

* Integrante del Grupo de Trabajo CLACSO Cambio ambiental global Metabolismo social local. UNCIEP,
Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales, Facultad de Ciencias, Universidad de la República, Uruguay.
** Integrante del Grupo de Trabajo CLACSO Cambio ambiental global Metabolismo social local. UNCIEP,
Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales, Facultad de Ciencias, Universidad de la República, Uruguay.
*** Integrante del Grupo de Trabajo CLACSO Cambio ambiental global Metabolismo social local. UNCIEP,
Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales, Facultad de Ciencias, Universidad de la República, Uruguay.
**** Integrante del Grupo de Trabajo CLACSO Cambio ambiental global Metabolismo social local. UNCIEP,

Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales, Facultad de Ciencias, Universidad de la República, Uruguay.

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 63


Número 4 • Mayo 2022
bienes inmateriales como los derechos de propiedad intelectual (DPI)
(Blondeau, 2004). Es lo que varios autores han denominado “capitalis-
mo cognitivo”, como una forma de señalar tanto la continuidad como la
discontinuidad con las etapas precedentes de acumulación (Karakilic,
2019; Vercellone y Cardoso, 2017; Zukerfeld, 2017). Continuidad porque
se siguen manteniendo las relaciones económicas capitalistas, y discon-
tinuidad porque la acumulación se sustenta ahora, en gran medida, en
la generación inmaterial de conocimiento donde los DPI tienen una im-
portancia creciente (Fumagalli, 2010).

Como resultado de la preponderancia adquirida por las actividades con


alto contenido de innovación como la biotecnología, se incentivó la crea-
ción de mecanismos de regulación de los DPI. La temática fue incorpo-
rada en los organismos internacionales por demandas de empresas mul-
tinacionales, con la intención de obtener mayor seguridad de retorno
para sus inversiones a través de la recaudación de importantes regalías.
Así, la Organización Mundial del Comercio (OMC) y las Naciones Unidas
a través de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI),
elaboraron y promovieron acuerdos vinculantes relativos a DPI. Como
resultado, las normas se han vuelto más exigentes e intrusivas y ejercen
gran influencia en las políticas comerciales nacionales. Por su interme-
dio, los países renegaron de su derecho a imponer sus propias leyes de
propiedad intelectual. De esta forma, las instituciones de protección de
los DPI son la base de una nueva estructura jurídica de alcance interna-
cional. A la vez, ha surgido un mercado de bienes intangibles que genera
ganancias cuantiosas para los propietarios de estos derechos y expande
la lógica mercantilista a nuevos ámbitos.

Dicha fase económica también está asociada a una inmensa asimetría


territorial generada por la actual división internacional del trabajo, en
la que los países centrales promueven su economía basada en el conoci-
miento (Terradas-Cobas et al., 2016)the developed economies of the Glo-
bal North have sought new ways of competing within the global eco-
nomy. In part they have done so through the promotion of the so-called
‘knowledge-based economy’ (KBE y fortalecen los instrumentos legales
que garantizan la propiedad de los DPI. No es casual que la gran mayoría

64 Semillas genéticamente modificadas y derechos de propiedad intelectual


Liliana Terradas, Ofelia Gutiérrez, Carlos Céspedes-Payret y Daniel Panario
de solicitudes de patentes se registre en países ubicados en la frontera
tecnológica: Estados Unidos, China, Japón y la Unión Europea (Krauss y
Kuttenkeuler, 2018). Esto es congruente, no sólo con el mayor desarrollo
tecnológico y científico que poseen sino también con el poder econó-
mico que les permite asumir los elevados costos del patentamiento y su
posterior comercialización. En contrapartida, a los países periféricos se
les ha asignado el papel de productores de materias primas para abaste-
cer a los mercados mundiales. Tal es el caso de los países de la Cuenca del
Río de la Plata (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), que en respuesta
a precios incentivados por la demanda internacional, han incrementa-
do en las últimas dos décadas su producción agrícola con escaso valor
agregado, como la siembra en grandes extensiones de cultivos genética-
mente modificados (GM) destinados para el consumo en los países cen-
trales. Ello ha generado una dependencia cada vez mayor de servicios
y bienes importados extra regionales, con un componente importante
de innovación. Por ejemplo, se importan semillas GM cuyo desarrollo
implica una enorme inversión en investigación y desarrollo (I+D) carac-
terizada por ser mayor que en cualquier otro sector de insumos agrícolas
(Deconinck, 2020). Por consiguiente, en las últimas dos décadas, la I+D
privada en semillas y biotecnología creció 200% (OECD, 2018). Además,
la tecnología para producir estas semillas, se complementa con innova-
ción en germoplasma y en agroquímicos. Tal es el caso del desarrollo de
nuevas variedades de soja resistentes a uno o más herbicidas.

Para las semillas GM los DPI incluyen patentes y títulos de propiedad


de variedades vegetales. Por esto, los principales tratados internacio-
nales, que regulan su producción y comercialización, son el Acuerdo
sobre Aspectos de Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con
el Comercio (ADPIC) y el Convenio Internacional para la Protección de
las Obtenciones Vegetales (UPOV).1 El ADPIC, en vigor desde 1995 en el
marco de la OMC, modificó la reglamentación de protección a las inno-
vaciones, ampliando el espectro de lo que puede ser patentable. Cabe
resaltar que, justamente a partir de esta fecha, comienza la expansión

1 Los países del Río de la Plata no sólo son miembros del ADPIC, sino que también han ratificado el Acta 78
de UPOV.

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 65


Número 4 • Mayo 2022
de los cultivos GM en los países de la Cuenca del Río de la Plata.2 Bajo su
reglamentación pueden obtenerse patentes por todas las invenciones,
sean de productos o de procedimientos, en todos los campos de la bio-
tecnología. Complementariamente, los países firmantes deben garanti-
zar algún sistema de protección de variedades vegetales. Para ello se
dispone del UPOV, establecido en 1961 y modificado en 1972, 1978 y 1991.3
Ambos tratados, aunque presentan una aparente dualidad jurídica, son
en la práctica complementarios. Una empresa puede poseer la patente
sobre un evento transgénico4 y, a la vez, contar con varios derechos de
obtentor de plantas obtenidas a partir de este evento, por ejemplo, va-
riedades adaptadas a diferentes condiciones agronómicas. Un derecho
de obtentor posibilita a su titular excluir a terceros de la venta, repro-
ducción, importación y exportación de la variedad vegetal por el tiempo
que dure la protección así como prohibir, al agricultor, utilizar las semi-
llas en su cosecha con fines reproductivos. Por consiguiente, los propie-
tarios de los derechos obtienen también un beneficio económico por el
uso propio de las semillas que hacen los productores en las sucesivas
siembras, (mientras el título de propiedad esté vigente) y no sólo por la
adquisición de las mismas. En este sentido, dichos derechos colaboran
con el patentamiento en capturar de forma eficiente el beneficio econó-
mico derivado de la incorporación de conocimiento. Esto es sumamente
importante para las empresas agroindustriales multinacionales que son,
precisamente, las propietarias de los DPI de las semillas y de los agro-
químicos y, por lo tanto, las grandes beneficiadas por los altos ingresos
de royalties que generan esos derechos. Así, los DPI hacen viable la acu-
mulación del capital que, de otro modo, se dificultaría frente a la capaci-
dad intrínseca de las semillas de reproducirse a sí mismas.

Al respecto, en los países de la Cuenca del Río de la Plata, el balance de


regalía o pago que se le debe hacer al titular de un DPI por su uso (cargos
pagados-cargos recibidos) presenta un saldo negativo, de crecimiento

2 El primer cultivo GM en la región fue la soja RoundReady (RR) resistente al herbicida glifosato.
3 Actualmente hay dos sistemas en vigor: UPOV 1978 y UPOV 1991.
4 Un evento transgénico es la recombinación de ADN que tiene lugar en el interior de una célula vegetal, que
luego es utilizada para generar plantas transgénicas.

66 Semillas genéticamente modificadas y derechos de propiedad intelectual


Liliana Terradas, Ofelia Gutiérrez, Carlos Céspedes-Payret y Daniel Panario
constante. Entre otros motivos porque más del 95% de la inversión en
investigación y desarrollo en agrobiotecnología es realizada por empre-
sas con sede en países desarrollados (Fuglie, 2016), dando lugar a un im-
portante número de patentes. Por consiguiente, estas innovaciones son
posteriormente trasmitidas de forma limitada hacia la periferia, exacer-
bando así las desigualdades espaciales. Asimismo, los derechos de ob-
tentor son, en su gran mayoría, propiedad de empresas semilleras mul-
tinacionales. Por lo tanto, el valor del conocimiento incorporado a las
semillas está asociado a la capacidad que otorgan las patentes y los de-
rechos de obtentor de limitar la copia, imitación y reinvención de dicho
conocimiento por parte de terceros, así como ralentizar su socialización.

A pesar de la situación planteada, en los países sudamericanos los DPI


involucrados en la producción de cultivos GM tiene aún una relevancia
incipiente y el tema no ha sido mayormente considerado. Sin embargo,
analizando brevemente los aspectos relacionados con las semillas, se
puede intuir que el modelo agroproductivo imperante en la región del
Río de la Plata es funcional al capitalismo cognitivo impulsado por los
países centrales. De esta forma, tanto el desarrollo como el subdesarro-
llo son elementos integrales de un mismo fenómeno. Ambos procesos
son simultáneos, interactúan y se condicionan mutuamente, no son eta-
pas específicas del desarrollo de países individuales (Ocampo, 2019).

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68 Semillas genéticamente modificadas y derechos de propiedad intelectual


Liliana Terradas, Ofelia Gutiérrez, Carlos Céspedes-Payret y Daniel Panario
Derrame de petróleo
en el Perú
Una historia que contamina
los territorios y los
ecosistemas
Urphy Vásquez
Augusto Castro

En este pequeño texto quisiéramos llamar la atención sobre la realidad


y el significado de los derrames de petróleo que se han producido y se
producen en el Perú. Es una continua y larga historia.

El derrame de Ventanilla ocasionado por REPSOL

El derrame de petróleo en Ventanilla, distrito ubicado en la provincia


constitucional del Callao, en el Perú, es uno de los más graves casos
acontecidos en el país a inicios de este año. Este episodio se ha conside-
rado como desastre ecológico por la gran cantidad de pérdida de fauna y

* Integrante del Grupo de Trabajo CLACSO “Cambio ambiental global, metabolismo social local”. Pontificia
Universidad Católica del Perú.
** Integrante del Grupo de Trabajo CLACSO “Cambio ambiental global, metabolismo social local”. Pontificia
Universidad Católica del Perú.

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 69


Número 4 • Mayo 2022
flora, y por el impacto adverso en los medios de vida e ingresos econó-
micos de los pequeños productores de pesca artesanal.

La ausencia de mecanismos, protocolos y de fiscalización en materia


de conservación y preservación de los ecosistemas hace que cada vez
sea más recurrente recibir noticias de esta índole: desastres, ecocidios
y pérdidas de territorios que generan graves impactos a la salud de las
poblaciones más vulnerables.

El derrame de petróleo en Ventanilla ha golpeado a miles de familias


ligadas a la actividad pesquera y son cientos de trabajadores que siguen
sin recibir una compensación económica de parte de la multinacional
española REPSOL. A su vez, especialistas advierten que esta localidad se
ha convertido en un territorio estéril donde no se podrá ejercer la activi-
dad pesquera. Esta empresa ha derramado 11 mil 900 barriles de petróleo
en el litoral peruano con las consecuencias de pérdidas de cientos de
animales y dejando sin trabajo a miles de personas. Aunque la empresa
de hidrocarburos alega que, a la fecha, ya ha cumplido al 96% su plan de
limpieza de las playas, las secuelas del desastre aún persisten (Ñaupas y
Serra, 2022).

Una historia de derrames en la Amazonía peruana

Por otra parte, los derrames de petróleo vienen ocurriendo de manera


paulatina y recurrente en muchos lugares del país, y en particular en la
Amazonía peruana desde hace muchas décadas atrás con irreparables
impactos ambientales negativos para los ecosistemas y territorios lo-
cales. Esto trae consigo la afectación de poblaciones vulnerables ama-
zónicas que viven de los recursos naturales y de fuentes naturales de
energía. Evidentemente que estos derrames afectan de manera seria a la
pequeña producción para el autoabastecimiento y la venta de productos
para la generación de ingresos monetarios.

El impacto de estos derrames no sólo se circunscribe a la dimensión


ambiental, sino dentro de un enfoque más sistémico y multidimensional

70 Derrame de petróleo en el Perú Una historia que contamina los territorios y los ecosistemas
Urphy Vásquez y Augusto Castro
interpela a varias dimensiones como son lo social, la economía, la cul-
tura y el territorio. No podemos dejar de mencionar que los derrames
de petróleo en la Amazonía involucran daño a la salud y a la seguridad
alimentaria de las comunidades aledañas. Debemos recordar que en los
últimos doscientos años la región amazónica del Perú ha sufrido alre-
dedor de quinientos casos de derrames de este crudo de acuerdo con
EFE verde (Clima de Cambios PUCP, 2022). Esto ha impactado en zonas
aledañas a los territorios de las comunidades originarias y nativas, con-
taminando los recursos de la biomasa, el suelo y el agua que son nece-
sarios para el desarrollo de las actividades de la pesca y la agricultura
tanto para el autoconsumo como para la comercialización de alimen-
tos obtenidos en estas actividades. Lamentablemente se asocia a ello el
consumo de alimentos contaminados por petróleo que afecta de manera
directa en la vida de pueblos indígenas de la Amazonía (Clima de Cam-
bios PUCP, 2022).

La necesidad de respuestas rápidas y con perspectiva


estratégica

Estas situaciones nos obligan a reflexionar con seriedad y con una vi-
sión a largo plazo. Sostenemos que los derrames de petróleo, así como
otros desastres, se pueden prevenir cuando los actores institucionales
ejercen su deber de protección y conservación socio ambiental. Para ello
existen instancias estatales promotoras, ejecutoras y fiscalizadores. Las
interrogantes que nos hacemos en este caso del derrame de REPSOL y
en el de los derrames en la Amazonía son: ¿realmente las instituciones
lo hacen?, ¿cómo lo hacen?, ¿qué limitantes tienen?, ¿existe interés ge-
nuino e institucional?, ¿hay decisión política por parte de las autorida-
des y funcionarios públicos?

En el Perú, en materia socioambiental, existen leyes y políticas que no


se cumplen a cabalidad en términos de fiscalización y de prevención.
En otras palabras, no existe una práctica que dé protección ambiental a
la flora y fauna, a los ecosistemas y habitas, así como a las poblaciones
indígenas, rurales, comunitarias y locales. Esto debe de cambiar.

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 71


Número 4 • Mayo 2022
La falta de gobernanza socio ambiental por parte de los gobiernos siem-
pre ha sido muy frágil y ha permitido de manera permanente que las
actividades industriales, ya sean de extracción de combustibles fósiles,
de madera, de minería, de cambio de uso de suelo, entre otras industrias
extractivas operen sin control y depreden los territorios. Todo esto con-
figura necesariamente una serie de inseguridades (alimentaria, hídrica,
enérgica) que junto a lo que nos trae el cambio climático nos generará
mucha más vulnerabilidad, pobreza y desigual.

Todo esto puede tener solución si se empieza a respetar y proteger el


territorio y a conservar los ecosistemas; si existen leyes que se respeten
y sancionen a los contaminadores y depredadores del ambiente; y si se
ejerce una justicia ambiental en beneficio de las poblaciones, del am-
biente y del territorio.

BIBLIOGRAFÍA
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zan-la-seguridad-alimentaria-en-la-ama- dio-de-repsol-derrame-petroleo-playas-li-
zonia-peruana/. ma-peru/.

72 Derrame de petróleo en el Perú Una historia que contamina los territorios y los ecosistemas
Urphy Vásquez y Augusto Castro
Acuerdo de Escazú
Información, participación
y justicia
Maritza Islas Vargas

En América Latina y el Caribe, las luchas ambientales enarboladas por


campesinos, pueblos indígenas y sectores populares siempre han estado
acompañadas por una exigencia de justicia social. La preservación de la
naturaleza ha sido concomitante a la defensa de modos de vida, formas
de ser y cosmovisiones arraigadas a los territorios. La enorme conflicti-
vidad socioambiental que hoy observamos en la región es parte de una
larga historia de despojo cuyo origen podemos trazar hasta los procesos
de conquista y colonización (Alimonda, 2011).

Históricamente las y los defensores de la naturaleza han tenido que en-


frentarse a estrategias combinadas y renovadas de expoliación. Es cada
vez más notorio cómo la expansión del capital extractivo se vale de me-
canismos legales y criminales para su realización. La legislación y el ca-
bildeo se mezclan con la intimidación, la represión y en última instancia
el asesinato.

* Integrante del Grupo de Trabajo CLACSO “Cambio ambiental global Metabolismo social local”. Socióloga
mexicana, especialista en Economía ambiental y Ecológica, maestra en Estudios Latinoamericanos, candidata
a doctora en Ciencias de la Sostenibilidad, docente del Centro de Relaciones Internacionales de la Facultad
de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México e integrante de la Red de
Ecofeministas de la Friedrich-Ebert-Stiftung (FES).

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 73


Número 4 • Mayo 2022
Por su parte, el abanico de respuestas de los movimientos en defen-
sa del territorio también se ha venido diversificando. La acción direc-
ta se combina con la desobediencia civil pacífica, el ciberactivismo y la
disputa legal. Las plataformas del despojo son múltiples, así también la
resistencia.

En el análisis de los distintos conflictos socioambientales que afectan


a la región latinoamericana y caribeña se han identificado varias ten-
dencias compartidas, entre las que pueden nombrarse las siguientes: en
primer lugar, en la mayoría de los casos, los conflictos inician por la no
consulta de las comunidades afectadas. Los pobladores se enteran de la
existencia de un proyecto extractivo en sus territorios una vez que ya
fue aprobado por las instituciones gubernamentales o cuando la maqui-
naria de extracción invade/ocupa sus tierras. En segundo lugar, no hay
canales efectivos de participación ciudadana en la toma de decisiones.
Desde el punto de vista de las corporaciones y los Estados, los territo-
rios se reducen a espacios vaciables y las comunidades a entes pasivos,
receptores de daños. En tercer lugar, los conflictos socioambientales son
producto de la injusticia social existente, de las disparidades de poder
entre los distintos actores, del racismo, del clasismo y del patriarcado
que de manera concertada explotan, degradan y destruyen a unas po-
blaciones y territorios para el beneficio de otros.

En este contexto, el 4 de marzo de 2018, se adoptó el Acuerdo Regional


sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la
Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe, también
conocido como Acuerdo de Escazú. Enmarcado en el principio 10 de la
Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de la Confe-
rencia de las Naciones Unidas de 1992, el Acuerdo de Escazú es el primer
tratado vinculante del mundo que obliga a los Estados Parte a proteger
y promover los derechos de las personas defensoras de los derechos hu-
manos en asuntos ambientales. Tal y como se puede leer en su artículo
1, el acuerdo tiene como objetivo:

Garantizar la implementación plena y efectiva en América Latina y


el Caribe de los derechos de acceso a la información ambiental, la

74 Acuerdo de Escazú Información, participación y justicia


Maritza Islas Vargas
participación pública en los procesos de toma de decisiones ambientales
y el acceso a la justicia en asuntos ambientales, así como la creación y el
fortalecimiento de las capacidades y la cooperación, contribuyendo a la
protección del derecho de cada persona, de las generaciones presentes
y futuras, a vivir en un medio ambiente sano y al desarrollo sostenible
(Naciones Unidas, 2018: 14).

El Acuerdo Regional está abierto a los 33 países de América Latina y


el Caribe. Hasta la fecha ha sido firmado por 24 países y cuenta con 12
ratificaciones (Antigua y Barbuda, Argentina, Bolivia, México, Ecuador,
Guyana, Nicaragua, Panamá, San Vicente y las Granadinas, Saint Kiss y
Nevis, Santa Lucía, Uruguay)

El Acuerdo de Escazú es un paso importante que puede leerse como


un primer gesto de reconocimiento institucional de una demanda muy
longeva por parte de las comunidades en contra de la depredación del
capital extractivo; un instrumento que sin duda se agregará al espectro
de acciones de resistencia. No obstante, sabemos que por sí misma la
aprobación, firma y ratificación del tratado no es suficiente. La plena
ejecución del Acuerdo de Escazú pasa por una democracia radical, par-
ticipativa con perspectiva de género, por el acceso a la justicia en todos
nuestros países y por un freno a la destrucción ambiental promovida por
Estados y corporaciones.

La defensa de la naturaleza y de sus defensoras y defensores es una ta-


rea ardua que requiere de todos los medios posibles para su realización,
en ese sentido, es aplaudible el esfuerzo hecho por organizaciones de la
sociedad civil para impulsar la ratificación del acuerdo, siempre tenien-
do en mente que no hay justicia ambiental sin justicia social y viceversa.

REFERENCIAS
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Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 75


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76 Acuerdo de Escazú Información, participación y justicia


Maritza Islas Vargas
Actividades del Grupo
de Trabajo

La tercera edición del Coloquio Latinoamericano: Cambio ambiental,


global y metabolismo social local, auspiciada por la Facultad de Ciencias
Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México,
los días 18, 19 y 20 de abril de 2022, tuvo la intención de presentar las
investigaciones en curso de sus integrantes a partir de tres ejes temáti-
cos: (1) la situación mundial de emergencia ambiental, (2) el panorama
de degradación ecológica y climática en América Latina y el Caribe, y (3)
las problemáticas/alternativas locales de los diferentes países y comuni-
dades de la región.

Participaron:

• Urphy Vásquez Baca. Instituto de Ciencias de la Naturaleza, Territo-


rio y Energías Renovables, PUCP.
• Edgar Isch Lopez. Exministro de Ambiente de Ecuador, UCE.
• Valeria Olvera Alvarado. CRI – FCPyS, UNAM
• César Daniel Diego Chimal. CRI – FCPyS, UNAM
• Pedro Roberto Jacobi. Instituto de Energía e Ambiente, USP.
• Omar Ernesto Cano Ramírez. CELA – FCPyS, UNAM.
• Héctor Rubén López Terán. PPELA – UNAM.
• Paola Montserrat Sánchez Méndez. CRI – FCPyS, UNAM

Cambio ambiental global, metabolismo social local, gobernanza y alternativas 77


Número 4 • Mayo 2022
• Ángela Zambrano. UCE.
• Ofelia Gutiérrez. Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales,
UDELAR.
• Daniel Panario. Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales,
UDELAR.
• Maritza Islas Vargas. CRI – FCPyS, UNAM

La grabación del evento está disponible en los siguientes vínculos:

https://www.youtube.com/watch?v=i-1rSFqvrwQ
https://www.youtube.com/watch?v=67uXvy48By8
https://www.youtube.com/watch?v=uESwzBg8WaI&t=17s

78 Actividades del Grupo de Trabajo


Boletín del Grupo de Trabajo
Cambio ambiental global, metabolismo social local

Número 4 • Mayo 2022

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