Material 5° Año Historia
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SiTUaCión SOCiaL
dURanTE La dÉCada infaME
Como ya señalamos en la unidad anterior, hacia finales de la década de
1930, una parte de los trabajadores se encontraba en un proceso de movilización
social y lucha en contra de la élite política y económica que controlaba el poder
del Estado. Las reivindicaciones obreras se centraban sobre todo en reclamos
salariales y mejoramiento de las condiciones de trabajo. La respuesta de la élite,
por lo general, fue la represión.
Asimismo, se estaba produciendo una reestructuración en la composición
social de la clase obrera urbana. Como consecuencia de la crisis del modelo
agroexportador y del proceso de industrialización en marcha, miles de peones
rurales migraron a las ciudades. El número de los nativos crecía notablemente
en las filas obreras. Podríamos decir que, en estos años, la clase obrera se
“argentinizó” ya que mientras se incorporaban nativos a la industria, al mismo
tiempo disminuía notablemente el aporte de inmigrantes europeos.
El impacto de las migraciones para satisfacer las necesidades de una
nueva industria –que crecía rápidamente– impactó también en la cantidad de
trabajadores: al promediar la década del 30 la población obrera en los centros
UNIDAD 4 105
los lazos de dependencia económica respecto de las potencias extranjeras a
partir de un fuerte desarrollo industrial nacional; crear empleo y mejorar la
calidad de vida de los sectores populares.
En 1943, las pocas leyes laborales vigentes estaban muy lejos de
garantizar el bienestar del conjunto de la clase trabajadora. Las políticas de los
conservadores habían generado diferencias entre sus distintos componentes.
Aquellos que sí portaban derechos, como los maestros, los bancarios, los
trabajadores de la administración pública, eran una suerte de “élite” al interior
de la clase, mientras que la gran mayoría de los trabajadores carecía de derechos
que los protegieran de la explotación patronal, la pobreza y la enfermedad.
Uno de los integrantes del GOU, Juan Domingo Perón, se hizo cargo del
Departamento Nacional de Trabajo. Esta oficina casi inutilizada durante las
décadas anteriores, no cumplía un verdadero rol de intervención del Estado en
las relaciones entre trabajadores y patrones. El nuevo gobierno transformó al
viejo Departamento en Secretaría de Trabajo y Previsión Social y, bajo la dirección
de Perón, cambió radicalmente de rol.
Efectivamente, desde la Secretaría, Juan Domingo Perón comenzó a
construir un vínculo cada vez más fuerte con los trabajadores, que fueron
escuchados por primera vez y obtuvieron un lugar en el aparato del Estado. El
entonces coronel Perón creó tribunales laborales como ámbitos especiales para
atender los problemas de los trabajadores y donde patrones y obreros serían
sujetos con similares derechos. Fomentó la sindicalización y propició asimismo
la firma de convenios colectivos de trabajo: las decisiones en las fábricas, en
los comercios y en las oficinas ya no serían unilaterales, es decir tomadas sólo
por los empleadores. Además, se promulgaron leyes sobre la base de viejos
proyectos y demandas, como la de seguros de jubilación para todos los gremios,
las vacaciones pagas y el reconocimiento del aguinaldo. Se reglamentó también
la jornada laboral de ocho horas.
Convenios colectivos
Los convenios colectivos son instancias legales para la negociación
de condiciones de trabajo y salarios. Tienen la forma de un contrato
firmado entre trabajadores y empleadores y en algunos casos, como
en la argentina, con un rol central del Estado que regula y garantiza
estos acuerdos. Con estos convenios, se regulan diversos aspectos
de la relación laboral, como salarios, duración de la jornada de
trabajo, descansos, vacaciones y formas de representación sindical,
entre otros.
En la argentina, el decreto 23.852/45 reguló las asociaciones
profesionales de trabajadores y estableció expresamente el derecho
sindical a la negociación colectiva.
al cumplirse un año
de la creación de la
Secretaría de Trabajo
y Previsión, los
trabajadores realizan
una manifestación
de apoyo.
UNIDAD 4 107
En esta publicidad del gobierno peronista se explica la situación de los peones rurales, antes y
después de la sanción del Estatuto.
UNIDAD 4 109
El 17 de octubre en palabras de un protagonista
Corría el mes de octubre de 1945. “El sol caía a plomo cuando las
primeras columnas de obreros comenzaron a llegar. Venían con
su traje de fajina, porque acudían directamente de sus fábricas
y talleres. No era esa muchedumbre un poco envarada que
los domingos invade los parques de diversiones con hábito de
burgués barato. Frente a mis ojos desfilaban rostros atezados,
brazos membrudos, torsos fornidos, con las greñas al aire y las
vestiduras escasas cubiertas de pringues, de restos de breas,
grasas y aceites. Llegaban cantando y vociferando, unidos en
la impetración de un solo nombre: Perón. Era la muchedumbre
más heteróclita que la imaginación puede concebir. Los rastros
de sus orígenes se traslucían en sus fisonomías. El descendiente
de meridionales europeos, iba junto al rubio de trazos nórdicos
y el trigueño de pelo duro en que la sangre de un indio lejano
sobrevivía aún. […] Así avanzaba aquella muchedumbre […] por
la Avenida de Mayo, por Balcarce, por la Diagonal. […] Un pujante
palpitar sacudía la entraña de la ciudad. Un hálito áspero crecía
en densas vaharadas, mientras las multitudes continuaban
llegando. Venían de las usinas de Puerto Nuevo, de los talleres
de la Chacarita y Villa Crespo, de las manufacturas de San Martín
y Vicente López, de las fundiciones y acerías del Riachuelo, de
las hilanderías de Barracas. Brotaban de los pantanos de Gerli y
Avellaneda o descendían de las Lomas de Zamora. Hermanados
en el mismo grito y en la misma fe iban el peón de campo de
Cañuelas y el tornero de precisión, el fundidor mecánico de
automóviles, la hilandera y el peón. Era el subsuelo de la patria
sublevado. Era el cimiento básico de la Nación que asomaba,
como asoman las épocas pretéritas de la tierra en la conmoción
del terremoto. […] Éramos briznas de multitud y el alma de
todos nos redimía. Presentía que la historia estaba pasando
junto a nosotros y nos acariciaba suavemente como la brisa
fresca del río. Lo que yo había soñado e intuido durante muchos
años, estaba allí, presente, corpóreo, tenso, multifacetado, pero
único en el espíritu conjunto. Eran los hombres que están solos
y esperan, que iniciaban sus tareas de reivindicación. El espíritu
de la tierra estaba presente como nunca creí verlo”.
UNIDAD 4 111
EL PESO dEL vOTO POPULaR:
PERón PRESidEnTE (1946-1952 / 1952-1955)
Luego de la imponente manifestación obrera, los dirigentes sindicales
cercanos a Perón lo convocaron para que se presentase a las elecciones. La
unión entre quienes habían acudido a la Plaza el 17 de octubre de 1945 y Perón
se concretó en la formación del Partido Laborista. La fórmula presidencial
“Perón-Quijano” representó la posibilidad de esa alianza en el poder. Además
del sostén de una gran parte de los trabajadores, la fórmula liderada por Perón
recibió el apoyo de otros grupos e instituciones: un sector del Ejército, la Iglesia
Católica, algunos sectores provenientes del conservadurismo y los radicales
yrigoyenistas nucleados en FORJA.
El principal contrincante era la llamada “Unión Democrática” (una
coalición entre la UCR, el Partido Socialista, el Partido Comunista y el Partido
Demócrata Progresista) que contaba con el especial apoyo del embajador de los
Estados Unidos, Spruille Braden, de la Sociedad Rural, la Unión Industrial y la
Bolsa de Comercio.
En febrero de 1946, el Partido Laborista ganó las elecciones con el 52%
de los votos. Por primera vez desde 1928, año en que Yrigoyen fuera elegido
Presidente, el pueblo eligió a sus representantes de manera transparente y sin
fraude. El Partido Laborista obtuvo dos tercios de la Cámara de Diputados, la
mayoría en la Cámara de Senadores y era acompañado por un buen número
de gobernadores. Estas herramientas fueron indispensables para concretar
medidas que llevarían a la industrialización nacional por la vía de un Estado
interventor en la economía, planificador y garante del bienestar social. No
obstante, un sector del aparato institucional seguiría ofreciendo resistencia
ante las medidas políticas de carácter popular: la Corte Suprema de Justicia.
Sus representantes se constituyeron históricamente como una “nobleza de
toga” y detrás de una supuesta ecuanimidad garantizada por “la aplicación del
derecho”, buscaron influir en los destinos de nuestro país en pos de mantener
los privilegios de los sectores sociales de los que provenían.
El proyecto económico
UNIDAD 4 113
llevado a cabo con capital nacional y extranjero. Dentro de ese esquema, los
trabajadores no eran definidos como beneficiarios del crecimiento económico.
La concepción peronista de la industrialización era completamente diferente.
Ese proceso debía realizarse desde el Estado, mediante una intervención que
buscara consolidar un nuevo modelo de crecimiento económico asociado al
mayor bienestar de la población, basado en el reconocimiento de los derechos
de los trabajadores y libre de condicionamientos extranjeros.
El Estado de bienestar
UNIDAD 4 115
industria liviana
Es el sector industrial dedicado a la producción de bienes de
consumo, como vestimenta, alimentos, electrodomésticos.
industria pesada
Son las industrias que se dedican por ejemplo a la producción
de maquinaria y medios de transporte. Son también industrias
pesadas las encargadas de la extracción y elaboración de materias
primas como los metales, los hidrocarburos y la fabricación de la
maquinaria necesaria para dichas tareas.
debido al aumento en los salarios y a las vacaciones pagas, destinos turísticos nacionales
como Mar del Plata, comenzaron a poblarse de turistas durante los meses de enero y febrero.
En la foto, vista de Playa bristol en enero de 1950.
UNIDAD 4 117
Perón, los trabajadores y los empresarios
UNIDAD 4 119
La Reforma de la Constitución de 1949
En 1949 se reunió, a pedido del Poder Ejecutivo, una asamblea
Constituyente con el objetivo de reformar la Constitución. Uno de
los puntos concretos fue la posibilidad de la reelección presidencial,
gracias a la cual los presidentes podrían, a partir de entonces,
detentar el cargo dos veces consecutivas. Pero sin dudas el cambio
fundamental fue la introducción de los derechos de los trabajadores,
la familia y la ancianidad a través del artículo 37. de este modo,
se buscaba garantizar que estos derechos perduraran más allá
de quien estuviera a cargo del gobierno. asimismo, y como hecho
simbólico pero no menos relevante, se añadieron al Preámbulo las
ideas centrales del pensamiento justicialista: “la irrevocable decisión
de constituir una nación socialmente justa, económicamente libre
y políticamente soberana”. Se incorporaron también los derechos
referidos a la educación popular y la función social de la propiedad,
así como se convirtieron en bienes de la nación todas las fuentes de
energía. Se estableció la importancia del Estado como garante de los
servicios públicos en bien de la nación y no en beneficio privado.
Es interesante ver este proceso político que se abre en 1945 como una
vuelta de página en nuestra historia pero también como un momento de cambios
estructurales. El diseño de la Constitución de 1949 implicaba un cambio de
paradigma legal y normativo y desafiaba el orden constitucional de 1853 que
había sido el garante de un sistema oligárquico.
UNIDAD 4 121
Un nUEvO GOLPE COnSERvadOR
y EL fUTURO En ManOS dEL PUEbLO
Los terratenientes ejercían una fuerte presión desde la Sociedad Rural
y se oponían, en particular, al accionar del IAPI. Ante la caída de sus ganan-
cias, a modo de protesta, redujeron las superficies cultivadas. Esta “huelga”
de los productores rurales tuvo un doble efecto: menos productos exporta-
bles, así como menos alimentos para el mercado interno, lo cual produjo un
aumento de sus precios.
Mientras tanto, la caída de las exportaciones a causa del Plan Marshall
provocó, como vimos, una falta de divisas que obstaculizó el avance en la
industrialización y una seria complicación para el sostenimiento del Estado
benefactor. La reducción de la producción industrial repercutió a la vez en
los precios de los bienes de consumo que aumentaron junto con los de los
alimentos, perjudicando a los sectores bajos y medios.
En 1952, Perón fue reelegido Presidente con un masivo apoyo. Pero la
oposición se estaba organizando y contaba entre sus filas no sólo a los sec-
tores más poderosos, sino también a amplias franjas de las capas medias.
Frente a la crisis económica, el gobierno se inclinó por realizar un cambio
significativo que se tradujo en el Segundo Plan Quinquenal: era necesario
impulsar la actividad agrícola, la industria pesada y las exportaciones para
volver a obtener divisas. Esta coyuntura hizo que el gobierno tuviera que
tomar medidas diferentes a las que venía practicando para poder sortear
la coyuntura sin afectar a los trabajadores. Con el propósito de que los pro-
ductores rurales aumentaran las superficies cultivadas, Perón ofreció a los
terratenientes, a través del IAPI, la compra de los productos a precios más
altos que en el mercado mundial. En cuanto a la industria, el gobierno esti-
muló la inversión extranjera posibilitando la radicación de empresas como
las automotrices Fiat y Kaiser.
A pesar de que el gobierno logró controlar algunas variables impopu-
lares, como la inflación, y aunque el Segundo Plan Quinquenal beneficiaba
entre otros a los grandes productores rurales, la oposición continuó crecien-
do. Además de la Sociedad Rural, formaban parte de la oposición un sector
conservador del Ejército y la Marina. La Iglesia, que había apoyado el primer
gobierno de Perón, comenzó a criticarlo fuertemente dada la sanción de la
Ley de Divorcio y la supresión de la obligatoriedad de la enseñanza religiosa
en las escuelas (que había sido restaurada por el gobierno militar de 1943).
Asimismo, Perón no avalaba la formación del Partido Demócrata Cristiano,
que la Iglesia Católica impulsaba como forma de participación política direc-
ta. El conflicto se desencadenó en junio de 1955 cuando la procesión católica
por la celebración religiosa de Corpus Christi se transformó en una manifes-
tación antiperonista. Desde entonces, arreciaron los enfrentamientos.
UNIDAD 4 123
Durante los bombardeos,
fueron dañados patios
interiores de la casa de
gobierno.
1944 194
17 DE OCTUBRE
PERÓN, SECRETARIO DE TRABAJO Detienen a Perón
GOBIERNO DE FACTO Juan Domingo Perón se hace cargo García. Una masiv
Un grupo de oficiales de ideas del Departamento Nacional de trabajadores recl
nacionalistas, entre ellos Juan Trabajo, que se transforma en El 17 de octubre P
Domingo Perón, derrocó al Secretaría. Desde allí establece leyes Se conforma el Pa
presidente Ramón Castillo con el laborales y sociales que benefician a se propone al gen
objeto de terminar con el fraude y los trabajadores. candidato a Presi
evitar la adhesión de la Argentina al
bando de los aliados en la Segunda
Guerra Mundial.
1947
PRIMER PLAN QUINQUENAL
Perón desarrolla un plan de
industrialización, nacionalización de
empresas de servicios y
redistribución del ingreso en pos de
incentivar el consumo.
SANCIÓN DEL VOTO FEMENINO
Se amplían derechos y se sanciona
la ley de voto femenino que se
aplicará en 1951.
DEL
45 1946
INICIO DE LA PRIMERA
PRESIDENCIA DE
n en la Isla Martín JUAN DOMINGO PERÓN
va movilización de La fórmula Perón – Quijano gana las
lama su liberación. elecciones con un gran apoyo
Perón es liberado. popular. Mediante el IAPI se
artido Laborista y distribuyen las ganancias de las
neral Perón como exportaciones en pos del desarrollo
idente. industrial y la redistribución de
riquezas.
REFORMA CONSTITUCIONAL
En 1949 se sancionó una nueva Constitución
Nacional que declamaba en su preámbulo los
objetivos de una nación socialmente justa,
económicamente libre y políticamente
soberana. Además reconocía los derechos de
la ancianidad y de los trabajadores como una
retribución justa, condiciones de trabajo y
vivienda dignas, derecho al esparcimiento, a
la seguridad social y a la salud. Eva Duarte de
Perón, esposa del presidente, se transforma
en defensora de los más pobres. Sus
discursos y sus acciones convirtieron a Eva
en la voz de millones de personas.
UNIDAD 5 137
La alternancia de regímenes políticos (1955-1976)
GOLPE DE ESTADO
● 1966 (cívico -militar)
contra el gobierno constitu-
cional de Arturo Illia:
la “Revolución Argentina”
DICTADURA
● 1966-1973
● 1966-1970 - Gral. Juan Carlos Onganía
GOLPE DE ESTADO
● 1976
(cívico -militar)
contra el gobierno consti-
tucional de I. M. de Perón:
“Proceso de Reorganización
nacional”
UNIDAD 5 139
Publicidad de telas Finch en una
revista de 1967.
En las décadas de 1960 y 1970 se vivió una verdadera revolución en las costumbres. muchas
cuestiones se pusieron en discusión y comenzaron a transformarse en esos años: entre otras,
la organización familiar patriarcal y las relaciones entre géneros e intergeneracionales.
las mujeres avanzaron en el terreno laboral y educativo, así como en independencia y
libertades. los jóvenes construyeron una nueva cultura que rechazaba y cuestionaba los
valores establecidos por sus mayores. Esa cultura joven se expresaba, entre otras cosas, en la
liberación sexual, en la adhesión a nuevos géneros musicales y en formas informales de vestir
y relacionarse.
UNIDAD 5 141
En estos años se impuso el uso de pintadas y graffitis como medio para hacer conocer
mensajes prohibidos en los medios de comunicación. muros, paredes, cortinas de negocios,
fueron el medio para hacer públicas múltiples demandas. En la argentina de principios de la
década de 1970, el retorno de Perón era un reclamo insistente de la Juventud Peronista.
UNIDAD 5 143
En 1970, empujado por los conflictos y las luchas que crecían en nú-
mero y radicalidad, el general Onganía renunció a la presidencia de la Na-
ción. Fue reemplazado por el general Roberto Levingston, quien sólo unos
meses después debió renunciar para dejar el cargo en manos del general
Alejandro Agustín Lanusse. Consciente de que sólo con la represión no era
posible controlar la movilización social cada vez más combativa y extendida,
Lanusse convocó en 1971 a todas las fuerzas políticas, inclusive al peronis-
mo, a participar de un “Gran Acuerdo Nacional” (GAN) para consensuar la
política económica, el lugar de las fuerzas armadas en un nuevo gobierno y
una postura común de represión y rechazo hacia los sectores que adherían
al socialismo y la lucha armada. También el gobierno de Lanusse llamó a
elecciones, levantó la proscripción del Partido Justicialista y permitió el re-
greso de Perón que, tras 17 años de exilio, volvió fugazmente al país en 1972
para regresar definitivamente unos meses después.
Héctor Cámpora (en el centro, con anteojos), electo presidente de la argentina, responde a los
saludos de los jóvenes.
UNIDAD 5 145
Los enfrentamientos entre distintas corrientes peronistas se hicieron
más fuertes e intensos luego de la muerte de Perón, durante el gobierno de
su sucesora, María Estela Martínez de Perón. En esos días, los asesinatos de
militantes del peronismo de izquierda y de otras expresiones de la izquier-
da, se transformaron en moneda corriente, por parte de una organización
paramilitar, la Alianza Anticomunista Argentina (A.A.A.), más comúnmente
conocida –por sus siglas– como la Triple A. Esta organización agrupaba ele-
mentos de las fuerzas armadas, de los Servicios de Inteligencia del Estado
(SIDE) y de otros organismos de seguridad. Con lazos con agencias de se-
guridad de Estados Unidos, la Triple A era conducida internamente por el
ministro de Bienestar Social de la Nación José López Rega.
En medio de la violencia creciente y de una situación económica com-
plicada, el gobierno de María Martínez de Perón se fue debilitando y que-
dando a merced de los militares y los grupos económicos más poderosos.
En este marco, en 1975, el ministro de Economía Celestino Rodrigo intentó
impulsar un plan de ajuste de corte liberal. Fue tan drástico y perjudicaba
de tal manera a los sectores populares que la reacción no se hizo esperar.
La resistencia de los trabajadores fue tan contundente que el gobierno tuvo
que dar marcha atrás. En otros aspectos, la presidenta no pudo volver atrás.
Presionada por los militares, nombró comandante en Jefe de las Fuerzas
Armadas a Jorge Rafael Videla y decretó la Ley antisubversiva que habilitaba
a las fuerzas armadas a aniquilar a los elementos ideológicamente “peli-
grosos” en todo el territorio nacional. Como parte de esta misma decisión,
el gobierno lanzó el Operativo Independencia. A cargo del general Videla, el
operativo se propuso exterminar al Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP),
otro de los más importantes grupos armados del período, con fuertes sim-
patías hacia la Revolución Cubana, que pretendía realizar una revolución
social de corte marxista.
PERíodos diCtatoRialEs
Hacia fines de la década de 1970, casi toda américa del sur era gobernada por regímenes
dictatoriales.
El dictador videla en la sociedad Rural argentina, entidad que nuclea a los más importantes
terratenientes pampeanos, es decir a uno de los grupos de mayor poder de la sociedad
argentina. tanto la sociedad Rural como la Unión industrial argentina (Uia) y las altas
jerarquías de la iglesia católica fueron los principales sustentos civiles internos de la
dictadura encabezada por el general videla.
UNIDAD 5 147
Las primeras medidas tomadas por la junta del gobierno de facto (así
se denomina a los gobiernos impuestos sin elecciones democráticas) estu-
vieron destinadas a sustraer los derechos y las garantías de la población. El
Estado, supuesto protector de la ciudadanía, se transformaría en su prin-
cipal agresor. Se disolvió el Congreso, se reemplazó a los miembros de la
Corte Suprema de Justicia y a los procuradores generales de la Nación y el
Tesoro, se prohibió la acción sindical, se suspendió el derecho a huelga, se
declaró el estado de sitio permanente, se prohibió el accionar de todos los
partidos políticos y se intervinieron las Universidades. Los cargos de gobier-
no se repartieron entre los miembros de las tres fuerzas. Mientras tanto,
comenzó a desplegarse el plan sistemático de exterminio de todo aquel que
fuera considerado un peligro, un subversivo, es decir de todo ciudadano sos-
pechoso de estar en contra de la “civilización occidental y cristiana”. Duran-
te siete años, el Estado ejerció la violencia contra sus ciudadanos, violando
sistemáticamente los derechos humanos de las personas y produciendo un
genocidio. El Estado, en teoría garante de las leyes y los derechos civiles,
dejó a la población desprotegida.
Las acciones directas en contra de los “sospechosos” de subversión
fueron una parte del plan; éste se completaba con el establecimiento de
un sistema de terror, generador de miedo, de autocensura y paralizador de
cualquier tipo de reacción civil. Las víctimas del genocidio fueron personas
ligadas a distintos espacios de militancia. Sin derecho a un juicio por sus
actos, fueron violentamente exterminadas y desaparecidas. El plan de exter-
minio recayó sobre la clase obrera, pero también sobre estudiantes secun-
darios y universitarios, religiosos, políticos, artistas, intelectuales, docentes,
abogados, científicos, periodistas y miembros de organizaciones sociales y
organismos de derechos humanos. La mayoría de las víctimas tenían entre
15 y 35 años. Pero también fueron víctimas niños y bebés que, secuestrados
o nacidos en cautiverio, se los alejó de sus familias biológicas y se les robó
la identidad, siendo entregados a otras familias que, en muchos casos, co-
nocían su procedencia.
No se trató de acciones desorganizadas e incoherentes. Hubo plani-
ficación. Hubo un sistema puesto al servicio del secuestro, la tortura y el
asesinato. Desde los más altos jefes militares hasta los rangos más bajos
de las fuerzas represivas, todos estuvieron implicados en un programa de
exterminio con pautas y formas de acción. Los encargados de la primera
instancia del plan eran los grupos de tareas que llevaban a cabo el primer
paso: el secuestro. Ocultos cobardemente bajo vestimenta civil, estos gru-
pos extraían a sus víctimas de sus hogares o de sus lugares de trabajo o
estudio. En algunos casos, se llevaban sus pertenencias y hasta sus hijos.
El segundo paso era la llegada del secuestrado a un centro clandestino de
detención: los campos de trabajo forzado y de exterminio establecidos para
concretar el plan. El tercer paso era la tortura en búsqueda de datos y dela-
ciones. El cuarto paso, generalmente implicaba el trabajo forzado, torturas
UNIDAD 5 149
desde 1977, madres y abuelas de los
desaparecidos marchan todos los
jueves por la Plaza de mayo, en busca
de respuestas. la costumbre que se
transformó en símbolo de esas marchas
–la de dar vueltas alrededor de la Pirámide
de mayo– surgió paradójicamente como
respuesta a un pedido de las fuerzas
represivas: la policía cuando intentaba
echarlas les requería que “circularan”. y
así lo hicieron y lo hacen, todos los jueves,
desde hace más de 38 años.
UNIDAD 5 151
José Alfredo Martínez de Hoz (en la foto, jurando como ministro de Economía) era integrante
de una poderosa familia de terratenientes pampeanos. Había formado parte del directorio
de grandes compañías como Acindar y Pan American Airways. Antes del golpe de Estado,
Martínez de Hoz era titular del Consejo Empresario Argentino, una organización que reunía a
representantes de las más importantes empresas rurales e industriales del país, inclusive
a las de capital extranjero.
UNIDAD 5 153
malvinas y Fin dE la diCtadURa
En el marco de una sociedad que se ponía en movimiento y de un modelo
económico que se derrumbaba, la dictadura se lanzó, como estrategia de
sobrevivencia, a la Guerra de Malvinas.
El 2 de abril de 1982, las fuerzas armadas tomaron las Islas Malvinas,
que estaban bajo dominio británico desde 1833. El lema era la recuperación
de la soberanía nacional pero, en realidad, se trataba de una nueva
convocatoria al nacionalismo de los argentinos para reunificarlos detrás
de un objetivo común, en un momento en que arreciaban las críticas a la
dictadura. El haber comprometido a la sociedad argentina en esta aventura
bélica, fue una demostración más de la cobardía e irresponsabilidad de
los militares y civiles que dirigían al país. En efecto, quienes pusieron el
cuerpo en una guerra contra una de las potencias militares más poderosas
del mundo, fueron los jóvenes que estaban realizando el servicio militar
obligatorio. Muchos militares especialistas en torturar y desaparecer fueron
los primeros en deponer las armas. Parte de la prensa argentina fue cómplice
de la campaña nacionalista de la dictadura, exaltaban los valores patrióticos
y publicaban falsedades, haciendo creer a la sociedad civil que la Argentina
iba ganando la guerra. A dos meses de la invasión, la derrota era un hecho.
El resultado de la aventura bélica de los represores fue la muerte de 649
jóvenes y más de 1.000 heridos, que se sumaban a los 30.000 desaparecidos
bajo el terrorismo de Estado.
El REtoRno dE la dEmoCRaCia
Acorralados por multitudinarias manifestaciones que reclamaban la
apertura democrática y por los movimientos de derechos humanos, los militares
decidieron la reapertura democrática y el llamado a elecciones para el 30 de
octubre de 1983. En ellas se impuso el candidato de la Unión Cívica Radical,
el Dr. Raúl Alfonsín, quien, durante la campaña, había hecho hincapié en la
cuestión de los derechos humanos y en el respeto de la Constitución Nacional.
luego de una intensa campaña, la UCR se impuso en las elecciones de 1983 con el 51,7% de los
votos, derrotando por primera vez en comicios sin restricciones a una fórmula justicialista.El
10 de diciembre de ese año, Raúl alfonsín asumió la Presidencia de la República. Una multitud
saludó el retorno de la democracia en la Plaza de mayo, en torno del histórico Cabildo.
UNIDAD 5 155
La democracia debía resolver principalmente la situación de las víctimas
del terror, debía buscar a quienes habían sido secuestrados y desaparecidos,
debía juzgar y castigar a los culpables. Asimismo, tenía el deber de resolver la
grave situación económica generada por la dictadura: un país desindustrializado,
con una tasa de desocupación altísima y una deuda externa enorme. Esta se
había quintuplicado por la fiesta especulativa ya analizada, pero además, porque
la deuda contraída por las grandes empresas de capital privado fue estatizada
por los dictadores, es decir transformada en una deuda de la que debía hacerse
cargo el Estado nacional, o sea todo el pueblo argentino.
Una de las primeras acciones del gobierno de Alfonsín fue la creación
de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP),
conformada por científicos, periodistas e intelectuales, como René Favaloro,
Gregorio Klimovsky, Adolfo Pérez Esquivel, y el obispo de Neuquén Jaime de
Nevares, uno de los representantes de la Iglesia que se opuso con más firmeza a
la dictadura. La comisión estaba presidida por el escritor Ernesto Sabato y tenía
la misión de hacer una investigación acerca de los desaparecidos, los centros
clandestinos de detención y el accionar de las fuerzas armadas y de seguridad,
mediante la búsqueda de testimonios de familiares. El presidente Alfonsín no
anuló la Ley de Autoamnistía, pero dispuso que los militares involucrados fueran
juzgados por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas durante el plazo de
un año. Finalizado ese plazo, los casos pasarían a la justicia civil. Asimismo el
presidente ordenó el procesamiento de los líderes del ERP y de Montoneros.
Algunos sectores de la sociedad construyeron para esa época lo que se
conoce como la “teoría de los dos demonios”. Desde esta visión, explicitada en el
prólogo del informe Nunca Más (elaborado por la CONADEP), los enfrentamientos
que habían sacudido a la sociedad argentina en las décadas de 1960 y 1970 se
reducían a la disputa entre las fuerzas armadas y las organizaciones guerrilleras.
En 1985, cumplido sin resultados el plazo que tenía la justicia militar, y una
vez finalizada la investigación llevada a cabo por la CONADEP, se iniciaron los
juicios civiles a las Juntas Militares. El juzgamiento a las juntas militares por las
instituciones democráticas fue el reclamo más profundo que la sociedad pedía
a la justicia y al Poder Ejecutivo. Lamentablemente, la enormidad del aparato
represivo, los años de impunidad y la ineficacia del Estado, hicieron y hacen muy
difícil esta tarea tan reclamada por amplios sectores de la sociedad.
La justicia civil comenzó por las caras más visibles, juzgando a quienes
estuvieron a la cabeza del proceso dictatorial. Se dictó prisión perpetua contra
Videla y Massera. Viola fue condenado a 17 años de prisión mientras que Galtieri fue
absuelto de las acusaciones por violación a derechos humanos pero fue detenido
por incompetencia en la Guerra de Malvinas, juzgado por la justicia militar.
Desde sectores civiles que habían apoyado el golpe, se hicieron escuchar
quejas. Se difamó a los familiares de las víctimas y se sostuvo que las fuerzas
armadas habían actuado para defender a la población civil de quienes querían
UNIDAD 5 157
conquistar la Argentina con revoluciones sociales. Otro problema para la
justicia fue el juzgamiento de quienes pertenecían a los rangos inferiores de las
fuerzas y aducían que actuaron obedeciendo órdenes: de secuestrar, torturar,
robar bebés. Para llevar a cabo el genocidio, se edificó una enorme estructura
represiva: desde la cúspide jerárquica, pasando por la oficialidad, hasta los
grupos de tareas, los miembros de la policía federal y las policías provinciales.
Estos sectores de las fuerzas de seguridad comenzaron a protestar,
apoyados por civiles, empresarios, periodistas, miembros de la Sociedad Rural.
Para 1986, el malestar en el ejército amenazaba la estabilidad de la democracia.
En orden de aliviar el descontento, el Congreso dictó la Ley de Punto Final que
consistía en fijar el mes de febrero de 1987 como fecha límite para presentar
demandas contra los responsables de la represión ilegal. Contra lo esperable,
las causas contra los represores se multiplicaron a lo largo y ancho de todo
el territorio nacional, alterando aún más a las fuerzas armadas. En abril de
1987, un grupo de militares liderados por el coronel Aldo Rico, se acuarteló
en Campo de Mayo pidiendo la finalización de los juicios. Era Semana Santa
y los “carapintadas” (nombre dado a los militares rebeldes) se sublevaron
contra la democracia. El presidente Alfonsín fue a negociar en persona con
los amotinados. La salida del levantamiento se produjo a través de un acuerdo
que derivó en la sanción de la Ley de Obediencia Debida. Por medio de esta
ley, se suspendían los juicios contra quienes habían participado de la represión
aduciendo que obedecían a sus superiores. Así, miles de torturadores quedaron
en libertad, muchos de ellos ocupando cargos en las fuerzas de seguridad. La
sociedad asistía a un período de retroceso en su búsqueda de verdad y justicia.
A lo largo de 1988, se sucedieron levantamientos y acuartelamientos militares.
La democracia parecía en peligro y, a la vez, claudicante frente al poder militar.
La otra cara de la salida democrática fue la tarea de enfrentar la difícil
situación económica heredada de la dictadura. Tras más de cinco años de
políticas neoliberales, implementadas sobre todo por el ministro Martínez
de Hoz, garante del enriquecimiento de los sectores de la élite empresarial,
terrateniente y financiera, las consecuencias eran gravísimas. La masiva
desocupación, la caída de los salarios de los trabajadores, el vaciamiento de las
reservas del Estado, la quiebra generalizada del sector productivo y la gravísima
situación de endeudamiento público formaban parte de la pesada herencia
dejada por la dictadura al gobierno radical. El Estado se había empobrecido
manifiestamente, mientras había crecido la riqueza y el poder de grandes grupos
económicos nacionales y extranjeros. Desde entonces, estos grupos no habrían
de cejar en sus intentos de condicionar al gobierno de Alfonsín, así como a los
distintos gobiernos que le sucedieron.
Frente a esa pesada herencia, luego de diversos intentos fracasados de
alentar la producción, el empleo y contener la inflación, el gobierno de Alfonsín
quedó a merced de las tensiones y conflictos de intereses de distintos grupos de
capitalistas. La decisión del gobierno de favorecer a los grandes grupos económicos
nacionales y extranjeros con inserción local; su dificultad, desde 1988, para
“honrar la deuda” (situación generosamente propagandizada por el ex funcionario
de la dictadura Domingo Cavallo, ante las autoridades estadounidenses y
HiPERinFlaCionEs y PRoFUndizaCión
dEl nEolibERalismo
En julio de 1989, en reemplazo de Alfonsín, llegaron al gobierno nacional
Carlos Menem y Eduardo Duhalde, la fórmula triunfante del Frente Justicialista
Popular en las elecciones presidenciales celebradas en mayo. Durante su
campaña, el nuevo presidente había prometido la “revolución productiva” junto
con el afianzamiento de la cultura del trabajo y el “salariazo”, como salida a la
crisis. La promesa de implementar un proyecto industrialista y redistribucionista
no pudo cumplirse. Luego de ser sometido a un nuevo golpe hiperinflacionario,
el gobierno justicialista entendió rápidamente el mensaje de los grandes grupos
financieros y restableció la política neoliberal de la dictadura.
Para implementarla, al tiempo de asumir, puso al frente del ministerio
de economía a Domingo Cavallo. Este economista había sido presidente del
Banco Central durante la dictadura militar, y como tal había colaborado con el
enriquecimiento ilegal del empresariado argentino mediante la estatización de
sus deudas privadas, es decir traspasando a la responsabilidad del Estado –y
por lo tanto a todos los argentinos y argentinas– el pago de sus obligaciones. Es
decir que si Menem llegó al poder en 1989 levantando las banderas históricas
del peronismo de inclusión y justicia social, muy pronto comenzó a gestionar en
dirección contraria, traicionando al movimiento al que pertenecía.
UNIDAD 5 159