Desarrollo Fetal
Desarrollo Fetal
Desarrollo Fetal
Asignatura
Embriología
Sección
21
Tema
Desarrollo fetal
Docente
Dr. Angela Sánchez
Estudiante
Airys Henríquez Jones 100576075
Fecha
31 de marzo del 2022
Desarrollo fetal
Del tercer mes al nacimiento: el feto y la placenta
El periodo fetal se extiende desde la novena semana de gestación hasta el
nacimiento, y se caracteriza por el crecimiento rápido del organismo y la
maduración de los sistemas orgánicos. El crecimiento longitudinal es en particular
impactante durante el tercer, el cuarto y el quinto meses (alrededor de 5 cm por
mes), en tanto el incremento ponderal es más intenso durante los últimos 2 meses
de la gestación (alrededor de 700 g por mes).
El RCIU es un concepto que se aplica a los neonatos que no alcanzan el tamaño
potencial determinado por su genética y son pequeños por cuestiones patológicas.
Este grupo difiere del de los recién nacidos sanos pero con peso inferior al
percentil 10 para su edad gestacional, que se clasifican como PEG.
Un cambio impactante es la disminución relativa de la velocidad de crecimiento de
la cabeza. En el tercer mes corresponde a casi la mitad de la LCC. Al quinto mes
el tamaño de la cabeza corresponde a cerca de una tercera parte de la LVT y al
nacer es sólo un cuarto de ésta.
Durante el quinto mes los movimientos fetales son percibidos con claridad por la
madre, y el feto está cubierto por vello fino y corto.
Un feto que nace durante el sexto mes o al inicio del séptimo mes del embarazo
tiene dificultad para sobrevivir, ante todo debido a que el sistema respiratorio y el
sistema nervioso central no se han diferenciado en grado suficiente.
En general, la duración del embarazo para un feto maduro se considera de 280
días, o 40 semanas tras la FUR, o de manera más precisa, 266 días o 38
semanas después de la fecundación.
La placenta está constituida por dos componentes: una porción fetal, que
corresponde al corion frondoso o velloso, y una porción materna, que deriva de la
decidua basal. El espacio entre la placa coriónica y la placa decidual está ocupado
por lagunas intervellosas de sangre materna.
Las funciones principales de la placenta son intercambio de gases; intercambio de
nutrientes y electrolitos transmisión de anticuerpos maternos que proveen al feto
inmunidad pasiva; producción de hormonas como progesterona, estradiol y
estrógeno (además, sintetiza hCG y somatomamotropina) y destoxificación de
algunos fármacos.
El amnios es una bolsa amplia que contiene líquido amniótico, en el que el feto
está suspendido unido a su cordón umbilical. El fluido amortigua los movimientos
bruscos, permite el movimiento fetal y impide la adhesión del embrión al amnios.
El feto deglute el líquido amniótico, mismo que se absorbe en el intestino y es
eliminado a través de la placenta.
El cordón umbilical, revestido por el amnios, contiene dos arterias umbilicales, una
vena umbilical y gelatina de Wharton, que funge como una almohadilla protectora
para los vasos.
Las señales que dan inicio al parto (nacimiento) no se conocen bien, pero la
preparación para el trabajo de parto suele iniciar entre las 34 y las 38 semanas. El
trabajo de parto mismo está constituido por tres fases: borramiento y dilatación del
cuello uterino, expulsión del feto y alumbramiento (expulsión de la placenta y las
membranas fetales).
Defectos congénitos y diagnóstico prenatal
Se sabe que distintos agentes y factores genéticos causan malformaciones
congénitas, y cerca de 3% de todos los nacidos vivos tiene algún defecto de
nacimiento. Entre los agentes que inducen defectos congénitos se encuentran
virus, como el de rubeola, Zika y citomegalovirus; radiación; fármacos, como
talidomida, aminopterina, anticonvulsivos, antipsicóticos y antidepresivos.
La prevención de muchos defectos congénitos es posible, pero depende de la
implementación de medidas profilácticas antes de la concepción, y también de
incrementar la conciencia del médico y la mujer en relación con los riesgos.
Se dispone de muchas técnicas para valorar el crecimiento y la condición de
desarrollo del feto. El ultrasonido permite determinar en forma precisa edad fetal,
parámetros de crecimiento, y detectar muchas malformaciones. Las pruebas de
detección en el suero materno para cuantificar alfa-fetoproteína (AFP) y otros
marcadores permiten identificar la presencia de defectos del tubo neural u otras
anomalías.
La amniocentesis es un procedimiento invasivo en el que se introduce una aguja
en la cavidad amniótica y se extrae una muestra de líquido. Este líquido puede
analizarse por medios bioquímicos, y también aporta células para cultivo y análisis
genético. El muestreo de vellosidades coriónicas (MVC) implica la aspiración de
una muestra tisular en forma directa a partir de la placenta con el fin de obtener
células para análisis genético.
La cordocentesis (muestreo percutáneo de sangre umbilical [MPSU]) es otra
prueba invasiva en la que se utiliza una aguja para extraer sangre a partir del
cordón umbilical in útero. Las células hemáticas que se obtienen de este modo
pueden utilizarse para el análisis citogenético y diagnosticar trastornos
hematológicos.
La cirugía fetal puede realizarse mediante dos técnicas: cirugía fetal abierta, en
que el útero se incide y se realizan reparaciones de los defectos del tubo neural,
las malformaciones cardiacas, las hernias diafragmáticas y otras anomalías, y
mediante fetoscopia, que es menos invasiva que la cirugía abierta y conlleva
menos riesgos, en que se utiliza un endoscopio para colocar derivaciones, cortar
bridas amnióticas y reparar hernias diafragmáticas menos graves.