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U 3 B ZELICOVICH Capítulo 3

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3 — De la creación del GATT a la Conferencia

de Bali: las transformaciones de las institucio-


nes internacionales reguladoras del comercio
internacional, y su impacto para los países en
desarrollo

Por Mgter. Julieta Zelicovich

Introducción

El origen de las actuales instituciones que regulan el comercio internacional se remonta


al período de entre-guerras, donde decisiones como la ley Smoot-Hawley implementada por
los EEUU en 1930 llevaron a la extensión de políticas competitivas empobrecedoras entre los
diferentes actores del sistema internacional, y pusieron de manifiesto que en las relaciones
comerciales internacionales las conductas egoístas generaban costos sustanciales en la operatoria
del comercio. Estas enseñanzas hicieron que en el ocaso de la Segunda Guerra Mundial los países
impulsaran, junto con las demás instituciones de Bretton Woods, la creación de un régimen de
cooperación institucionalizado en materia de comercio exterior.

Así, desde noviembre de 1947 a marzo de 1948 se celebró en la Habana la Conferencia


de Naciones Unidas sobre el Comercio y el Empleo, que tenía como meta la creación de la
Organización Internacional de Comercio (OIC). Si bien existía consenso entre las partes en
cuanto al tema, no sucedía lo mismo en cuanto a los alcances que esta organización debería
tener. Así el proceso de negociación para llegar a esa instancia fue extenso, y no estuvo ajeno
de dificultades. Esta situación motivó a un conjunto de países a buscar la conformación más
rápida de un marco normativo para la reducción y consolidación de los aranceles aduaneros,
llevando a la firma del General Agreement on Tariffs and Trade (GATT) en octubre de 1947.
Cuando la OIC1 , tras la Conferencia de la Habana, no prosperó, al no obtener las ratificaciones
necesarias para su entrada en vigencia, su lugar fue suplido por el GATT, el cual se convirtió en el
marco de las negociaciones multilaterales de comercio para lo que restaba del siglo XX. Fue este
acuerdo provisional el que reguló las relaciones comerciales internacionales hasta el año 1995,
cuando finalmente el régimen multilateral de comercio pudo plasmarse en una organización
internacional: la Organización Mundial de Comercio (OMC).

Desde 1947 el régimen internacional del comercio fue evolucionando, complejizándose. A


través de éste, los actores, en este caso, los Estados parte del GATT, rigieron sus relaciones, dis-
tribuyeron bienes, y enmarcaron sus políticas, sean unilaterales o en conjunto con otros Estados.
El libre comercio, o al menos la certidumbre respecto de determinado conjunto normativo en
las relaciones comerciales internacionales, se convirtió en un bien público global, en torno al
cual los Estados ordenaron sus relaciones de cooperación y discordia, conforme a las pautas
del régimen. Los mecanismos de toma de decisión han condicionado el desempeño negociador

1 Para ver la carta de la Habana http://www.wto.org/spanish/docs_s/legal_s/havana_s.pdf


De la creación del GATT a la Conferencia de Bali: las transformaciones de las
instituciones internacionales reguladoras del comercio internacional, y su
38 impacto para los países en desarrollo
de los Estados, mientras que las relaciones y dinámicas de poder que se desarrollaron en la
institución han conducido a los actores a la adopción de diferentes estrategias de negociación.

3.1 El período de GATT y las Rondas de Negociación

Figura 3.1: Foto: Comité de Negociciones.

Fuente: OMC.

El GATT se firmó como un acuerdo transitorio el 30 de octubre de 1947, algunos días antes
de la Conferencia de la Habana. Los 23 países partes lo consideraron como un acuerdo provisorio
en el marco de las negociaciones de la OIC, que les permitía avanzar en algunas concesiones
arancelarias hasta que se concretara la mentada organización. No obstante, cuando la ratificación
de aquella no se produjo2 fue este acuerdo el pilar sobre el cual se estructuraron las relaciones
comerciales internacionales durante las décadas siguientes. La filosofía subyacente detrás de esta
construcción apuntaba a que “los mercados abiertos, la no discriminación y la competencia global
en el comercio internacional conducen al bienestar nacional de todos los países” (Hoeckman y
Kostecki, 2001:1).Conforme indica Cuenca García (2004) Los objetivos de los países firmantes
del GATT fueron:

- La eliminación de los obstáculos a los intercambios comerciales y la vuelta al librecambio.


- La suspensión de las barreras arancelarias y no arancelarias.
- La abolición de las prácticas que falsearan la competencia, tales como las subvenciones a
las exportaciones, el dumping y las restricciones cuantitativas.
- El desarrollo de negociaciones entre las partes.
- El control de la aplicación de los acuerdos alcanzados.
- La creación de condiciones económicas para que los gobiernos se abstengan de tomar
medidas que desarticulen el comercio mundial.
- El Arbitraje de las diferencias entre países contratantes.

Cabe destacar que originalmente el GATT no contaba con una estructura institucional, y las
decisiones eran tomadas por las partes contratantes del acuerdo, mediante el consenso. Recién
en 1951 se incorporó un comité para organizar las votaciones, en tanto que en 1960 se dio
2 “En 1950 el Gobierno de los EEUU anunció que no pediría al Congreso que ratificara la Carta de la Habana, lo

que supuso prácticamente la muerte de la OMC” (OMC, 2008)


3.1 El período de GATT y las Rondas de Negociación 39

lugar a un Consejo de Representantes, y en 1965 a una Comisión Interina, que en los hechos
fue como una secretaría ad hoc (Hoeckman y Kostecki 2001).Para el funcionamiento de este
acuerdo se proclamaron dos principios claves, transversales a los objetivos mencionados: el
de Nación Más Favorecida y el de Trato Nacional. El principio de Nación Más Favorecida,
plasmado en el artículo primero del GATT, fue el pilar central del funcionamiento del régimen.
Según el mismo, “cualquier ventaja, favor, privilegio o inmunidad concedido por una parte
contratante a un producto originario de otro país o destinado a él, será concedido inmediata
e incondicionalmente a todo producto similar originario de los territorios de todas las demás
partes contratantes o a ellos destinados”. Con esta fórmula los estados partes buscaban garantizar
la multilateralización del régimen comercial a través del establecimiento de una pauta de conducta
común a todos3 , en particular en cuanto a las negociaciones de preferencias arancelarias que se
iban dando unos a otros. Este principio, que anteriormente había sido incorporado a acuerdos
como el Tratado Cobden-Chevalier (1860) o bien al tratado Sino-Británico de 18434 , se extendía
ahora a un conjunto cada vez mayor de Estados.

No obstante en el acuerdo se contemplaban algunas excepciones. Las primeras eran las


“preferencias históricas” (Grand Father Clause), mencionadas entre los considerandos del GATT
y entre las que pueden mencionarse las ventajas concedidas en el marco del Commonwealth. Por
su parte, el artículo XXIV de dicho acuerdo, contempla el no cumplimiento de este principio en
la constitución de Uniones Aduaneras y Zonas de Libre Comercio. En tanto que los artículos XX
y XXI establecen excepciones generales al acuerdo (medioambiente, salud, etc) y excepciones
relativas a seguridad. Por otra parte, la llamada Cláusula de Habilitación supone otra fuente
importante de excepciones al principio de nación más favorecida dentro de la OMC. Esta
fue establecida durante la Ronda Tokio, el 28 de noviembre de 1979, bajo el título de “Trato
diferenciado y más favorable, reciprocidad y mayor participación de los países en desarrollo”.

Si el principio de NMF apuntó a evitar la discriminación entre los estados miembros, el


principio del Trato Nacional tuvo como fin evitar la diferenciación entre productos una vez que
estos ingresaban al territorio de cualquiera de los Estados miembros. Así el GATT estableció que
“Los productos del territorio de toda parte contratante importados en el de cualquier otra parte
contratante no estarán sujetos, directa ni indirectamente, a impuestos interiores u otras cargas
interiores, de cualquier clase que sean, superiores a los aplicados, directa o indirectamente, a los
productos nacionales similares. Además, ninguna parte contratante aplicará, de cualquier otro
modo, impuestos u otras cargas interiores a los productos importados o nacionales”.

A lo largo de los años, bajo estos dos principios, los estados parte del GATT fueron buscando,
a lo largo de sucesivas negociaciones, la liberalización del comercio mundial a través de la
prohibición de las barreras comerciales no arancelarias (o bien la arancelización de éstas), la
reducción de los aranceles, y la definición y concreción de determinadas pautas de conducta
vinculadas al comercio, apoyados en mecanismos específicos de control y de resolución de
controversias.Tal liberalización se produjo a través de sucesivas rondas de negociación. Estas
implican procesos negociadores multilaterales sobre una agenda acordada que se desarrollan
bajo los principios y normas de la organización, por períodos de tiempo relativamente extensos.
Desde 1947 a 1994 se desarrollaron nueve rondas5 que, a la vez que fueron integrando cada
3 Ossa (2009), sostiene que el principio de nación más favorecida aleja a los países del establecimiento de

equilibrios no-cooperativos, ineficientes, aumentando así el bienestar del conjunto, y conduce a que se reduzcan los
incentivos de revertir las preferencias otorgadas.
4 Este tratado, que formó parte de las obligaciones impuestas a China a posteriori del conflicto con Gran Bretaña,

comprendía una cláusula de nación más favorecida, según la cual “todo privilegio concedido a otro país se reconocería
inmediatamente a los súbditos británicos” (Renouvin 1990, 184).
5 Ginebra (1947), Annecy (1949), Torquay (1950-1), Ginebra (1955-6), Dillon (1960-1); Kennedy (1963-7), Tokio
De la creación del GATT a la Conferencia de Bali: las transformaciones de las
instituciones internacionales reguladoras del comercio internacional, y su
40 impacto para los países en desarrollo
vez a más miembros a la organización, también fueron avanzando en el abordaje y regulación
de cuestiones arancelarias, normas, servicios, propiedad intelectual, agricultura, e incluso en la
creación de la propia OMC.

La reciprocidad fue el principio rector original de las negociaciones multilaterales dentro


del régimen multilateral de comercio. El articulo XXVIII bis del GATT (1947) sostenía: “las
partes contratantes reconocen que los derechos de aduana constituyen con frecuencia serios
obstáculos para el comercio; por esta razón, las negociaciones tendientes, a base de reciprocidad
y de ventajas mutuas, a reducir substancialmente el nivel general de los derechos de aduana y de
las demás cargas percibidas sobre la importación y la exportación, y en particular a la reducción
de los derechos elevados que obstaculizan las importaciones de mercancías incluso en cantidades
mínimas, revisten, cuando se efectúan teniendo debidamente en cuenta los objetivos del presente
Acuerdo y las distintas necesidades de cada parte contratante, una gran importancia para la
expansión del comercio internacional. Por consiguiente, las partes contratantes pueden organizar
periódicamente tales negociaciones”6 . La expansión del comercio internacional requería entonces
de esta reciprocidad para su avance. Si bien no era definida explícitamente en ninguna parte del
acuerdo, los analistas sostienen que por reciprocidad debe entenderse como el intercambio de
“ventajas mutuas”, como “la práctica de supeditar la propia acción a la de una contraparte”
(Hoeckman y Kostecki, 2001:122).

Durante las primeras rondas de negociación7 los intercambios se apoyaron en la reciprocidad


y se condujeron bajo la regla del “proveedor dominante” (Tussie, 1986:36). Acorde al mismo las
negociaciones se hacían de manera bilateral y por listas de productos específicos, y luego eran
extendidas al resto a través de la cláusula de Nación Más favorecida. “En virtud de esta regla, las
negociaciones se inician bilateralmente, por solicitudes y no por oferta. Las solicitudes de una
reducción arancelaria sobre un producto particular se hacían normalmente sólo por el exportador
del mayor volumen de ese producto al mercado de un segundo país (...) Luego, sobre la base de
la cláusula NMF, los PMD [países menos desarrollados] se beneficiarían de su efecto difusión”
(Tussie, 1986: 37). La reciprocidad se daba entre los dos primeros, en tanto que el resto quedaba
cubierto por el compromiso de multilateralizar los beneficios a partir de la mencionada cláusula.
Este principio complementaba a aquel de la Nación Más Favorecida, expandiendo entonces
los alcances de las reducciones arancelarias, pero tendiendo a mantener las estructuras de
participación relativa de cada uno de los Estados dentro de los flujos del comercio mundial,
de manera que los principales proveedores de cada producto conservaban su status de poder
de mercado. Solo cuando las negociaciones avanzaron en áreas normativas más profundas
que los aranceles, las negociaciones adquirieron un procedimiento con carácter multilateral
(VanGrasstek, 2013:305).

En la Ronda Kennedy (1964) se introdujo la primera modificación a este esquema, adoptán-


dose desde entonces la modalidad de negociación por recortes lineales, en vez de lista por lista.
Un segundo cambio en las modalidades de negociación se sucedió a partir de la Ronda Tokio
(1973-79), la cual dio lugar al abordaje de los temas no arancelarios, desarrollando numerosos
códigos de conducta. Asimismo, esta última ronda introdujo también modificaciones sobre el
principio de reciprocidad, dando lugar a la reciprocidad menos que plena y al trato especial
y diferenciado. Si bien éste último existía desde el comienzo del GATT, bajo el argumento de
“industrias nacientes”, fue a partir de la Ronda Kennedy, y particularmente de la Ronda Tokio,

(1973-79), y Uruguay (1986-94).


6 El preámbulo del acuerdo del GATT, y el artículo XVII, vuelven a afirmar la reciprocidad y las ventajas mutuas

como la forma en la que han de desarrollarse las negociaciones.


7 Ginebra (1947); Annecy (1949), Torquay (1951); Ginebra (1956) y Dillon (1960-61).
3.1 El período de GATT y las Rondas de Negociación 41

que este principio se plasmó en documentos y prácticas concretas.

En efecto, los países en desarrollo tuvieron en general una participación periférica en las
negociaciones (Tussie, 1993; Steinberg, 2002; Steinberg, 2007). Éstos no eran los actores
centrales del comercio, y el sistema “á la carte” permitía que no se vieran obligados a asumir
compromisos, quedando entonces virtualmente excluidos en las negociaciones durante las
instancias tempranas del GATT. Además dentro del régimen se incorporaban excepciones
especiales. Inicialmente se consideraron las flexibilidades para los PED con dificultades en
la balanza de pagos; luego se avanzó en una mayor flexibilidad para el uso de protecciones
arancelarias, y para el procedimiento de adhesión. En 1964 se incorporó la cláusula de no
reciprocidad y en 1966 el sistema general de preferencias (SGP) (Peixoto, 2010:6). La Ronda
Tokio dio lugar a la Cláusula de Habilitación8 , y a la incorporación de la reciprocidad menos que
plena.

Así, acorde a estos principios de trato especial y diferenciado y de reciprocidad menos que
plena, se estableció que los países desarrollados no habían de esperar una respuesta simétrica en
términos de apertura de sus mercados por parte de los países menos desarrollados. Tradicional-
mente el trato especial y diferenciado se ha orientado en dos sentidos: el acceso preferencial de
los países en desarrollo y países menos adelantados a los mercados de los países desarrollados,
y las excepciones a diversos mecanismos y reglas del GATT9 . Asimismo el trato especial y
diferenciado ha apuntado a la búsqueda del máximo empeño en los compromisos de los países
desarrollados, un tratamiento más favorable para los países menos adelantados, y el ofrecimiento
de asistencia técnica y capacitaciones.

La Ronda Uruguay, lanzada en 1986 en Punta del Este, fue la más importante de todas
las negociaciones del GATT. En la misma, los PED tuvieron un papel más activo, siendo
los articuladores de muchas de las modificaciones allí generadas10 . Esta mayor participación
significó salir del rol pasivo de ser meramente un rule-taker dentro del régimen internacional del
comercio, sin embargo el mayor involucramiento no implicó en forma directa mayor efectividad
o resultados en el acceso al mercado global, tal como señalan Tussie y Lengyel (2002).

Inicialmente la Ronda Uruguay estaba planteada para avanzar en temas industriales y agríco-
las, y no fue sino hasta 1990, luego de la reunión de mitad de término de Montreal de 1988, que
se comenzó a negociar sobre la constitución de un nuevo organismo internacional, sobre una
ambiciosa agenda de reformas, y bajo el mecanismo del single undertaking o todo único.

En efecto, tras 8 años de negociación, la Ronda Uruguay condujo a la celebración de


nuevos acuerdos. En primer lugar, debe destacarse la creación del Acuerdo sobre Agricultura,
que incorporó los temas agrícolas al abordaje de las disciplinas multilaterales del comercio
internacional. En cuanto a los productos industriales, se produjo una importante liberalización.
Resultado de esta negociación los aranceles de los países desarrollados pasaron de 6,3 % promedio
en 1994 a 3,8 % en 2000; los de los países en desarrollo lo hicieron del 15,3 % al 12,3 % en el
mismo período; y las economías en transición, del 8,6 % al 6 %. Otras incorporaciones relevantes
8 Puede consultarse en http://www.wto.org/spanish/docs_s/legal_s/enabling_s.pdf
9 Esto último era reforzado por el sistema “a la carta” que regía en el GATT, al no ser obligatorio que todos los
Estados acordaran en todos los temas.
10 Los países firmantes del GATT fueron 23. En 1960 eran 45; y para el comienzo de la Ronda Uruguay, 123. En

noviembre de 2001 la OMC contaba con 142 países miembros. En diciembre de ese año completaría su adhesión
China, en tanto que el Taipéi Chino lo haría el 1 de enero de 2002. Posteriormente en 2003 Armenia y la Ex República
Yugoslava de Macedonia ingresaron a la Organización. En 2004 lo hicieron Camboya y Nepal, en 2005 Arabia
Saudita, y en 2007 Tonga y Vietnam. En 2008 se alcanzarían los 153 miembros con el ingreso de Cabo Verde y
Ucrania. Finalmente, con la adhesión de Rusia, Montenegro, Vanatu y Samoa, los miembros llegaron a 157, en 2012.
De la creación del GATT a la Conferencia de Bali: las transformaciones de las
instituciones internacionales reguladoras del comercio internacional, y su
42 impacto para los países en desarrollo
de la Ronda Uruguay fueron el Acuerdo de Derecho de Propiedad Intelectual relativo al Comercio
(ADPIC) y el Acuerdo General de Comercio de Servicios (AGCS, o GATS por sus siglas ingles).
A la par, también se celebraron acuerdos plurilaterales: acuerdos en el marco del GATT que eran
de aplicación únicamente a algunos temas y sólo entre los países firmantes. Algunos casos son
el Acuerdo sobre textiles y vestido11 , que preveía la eliminación gradual de las restricciones
propias del Acuerdo Multifibras, el acuerdo del acero, o el de aeronaves.

Finalmente, producto de las negociaciones de la Ronda Uruguay, el GATT adquirió su


estatus de organización internacional, creándose, luego de 50 años, la Organización Mundial de
Comercio. Con ello no sólo se dio paso a una nueva estructura institucional, sino que nuevas
funciones fueron creadas, a la vez que todos los Estados partes del GATT se vieron obligados a
terminar con el sistema “a la carte”.

Conforme señala Steinberg (2007) en el reparto de beneficios de esta Ronda pueden mencio-
narse a los países en desarrollo a partir del compromiso de eliminación del acuerdo multifibras
sobre proteccionismo del sector textil, para 2005, así como de la inclusión de los temas de
agricultura, aunque en estos la liberalización fuera menor. En tercer lugar, las revisiones del
acuerdo antidumping también generaban expectativas de ganancia para los PED. A cambio,
sostiene el autor, los países en desarrollo debieron aceptar el acuerdo de ADPIC, así como el
del GATS, acuerdos ambos que beneficiaban a las economías avanzadas. Aún si en el abordaje
temático esta división puede parecer equilibrada, estudios posteriores demostraron que el 70 % de
las ganancias alcanzadas correspondían en realidad a los países desarrollados (Stiglitz y Charlton
2004 en Steinberg 2007).

Figura 3.2: Cuadro: Las Rondas del GATT.


Fuente: Elaboración propia en base a OMC, 2008

3.2 La etapa OMC

Tras la Ronda de Uruguay, y la firma del acuerdo de Marrakech, en 1995, el GATT adquirió
nuevo status al concretarse la creación de la Organización Mundial de Comercio. El “Acuerdo
por el que se establece la OMC” fue el que estipuló la conformación y las funciones de esta
organización. Coincidimos con Steinberg (2007) al indicar que “en cualquier caso, el conjunto
11 Véase http://www.wto.org/spanish/tratop_s/texti_s/texintro_s.htm
3.2 La etapa OMC 43

de los acuerdos del GATT permitieron avances en la liberalización comercial, que se lograron a
pesar de que el GATT nunca contó con el estatus de organización económica internacional. Las
Rondas del GATT no eran tratados internacionales sino acuerdos entre partes contratantes, lo que
implicaba que su estatus jurídico era de rango inferior al de las organizaciones internacionales
vinculadas a la Organización de Naciones Unidas. Precisamente por eso el gran cambio insti-
tucional en la regulación del comercio produjo al término de la Ronda de Uruguay del GATT
cuando se creó la OMC, la primera institución plenamente global con estatus jurídico propio en
el ámbito del comercio mundial” (Steinberg, 2007:33).

Con la OMC, se definieron una función administrativa general, y una función administra-
tiva específica del Entendimiento de Solución de Diferencias (ESD), también función de la
supervisión de las políticas comerciales nacionales a través de la administración del Mecanismo
de Examen de Política Comercial (MEPC), y la de la cooperación con otras organizaciones
internacionales, y la función de foro para las negociaciones. La Conferencia Ministerial fue
definida como la autoridad máxima de la OMC. Ésta está compuesta por representantes de todos
los Miembros, y deberá reunirse por lo menos una vez cada dos años. La Conferencia Ministerial
desempeñará las funciones de la OMC y adoptará las disposiciones necesarias a tal efecto.

Para la administración “cotidiana” de las funciones de la OMC se crea un Consejo General,


compuesto por representantes de todos los Miembros, que se reunirá según proceda. Normalmente
compuesto por embajadores y jefes de delegación en Ginebra, aunque a veces también por
funcionarios enviados desde las capitales de los países Miembros. Una particularidad de este
consejo general, es que además de la forma de consejo, se reunirá según proceda para desempeñar
las funciones del Órgano de Solución de Diferencias establecido en el Entendimiento sobre
Solución de Diferencias; y del Órgano de Examen de las Políticas Comerciales establecido en el
MEPC. En un tercer nivel de la estructura de la OMC se encuentran los consejos específicos por
área de comercio. Así se establecerán un Consejo del Comercio de Mercancías, un Consejo del
Comercio de Servicios y un Consejo de los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual
relacionados con el Comercio (denominado en adelante Çonsejo de los ADPIC"), que funcionarán
bajo la orientación general del Consejo General. Complementado este esquema, se incorpora
una Secretaría de la OMC, y un Director General, el cual es electo entre los miembros.

A diferencia de las otras organizaciones del orden de Bretton Woods, como el FMI y el
Banco Mundial, en la OMC no se delega la autoridad en una junta de directores ni en el jefe
ejecutivo de la organización. Por el contrario ésta es dirigida “por su propios miembros”.

En cuanto al sistema de votación la OMC incorporó algunas modificaciones al GATT, aunque


en la práctica siguió ordenándose por el mismo sistema vigente hasta entonces. A diferencia de
las demás organizaciones del sistema económico internacional, la OMC contempló la igualdad de
votos de los Estados, y dispuso condiciones en las cuales las decisiones se tomarían por votación
de mayoría simple o especial. Sin embargo, las decisiones en el marco de las negociaciones se
continuaron realizando por consenso, tal como se realizaban en el GATT (Art. IX del Acuerdo por
el que se establece la OMC). El consenso es entendido como la ausencia de una posición explícita
en contrario. Como consecuencia, los ausentes y las abstenciones no cuentan como un obstáculo
en el proceso decisorio. Si bien puede pensarse que todos los Estados cuentan con un “poder de
veto” es preciso considerar que la negación del consenso puede generar costos especialmente
para los países más pequeños, difíciles de afrontar en forma individual. En efecto, Rolland
señala que “la igualdad formal existente se transforma en un arma de doble filo, permitiendo
teóricamente a los Estados débiles expresar sus desacuerdos y romper los consensos, haciendo
uso de su poder de veto, pero teniendo que afrontar altos costos debido al impacto político que
De la creación del GATT a la Conferencia de Bali: las transformaciones de las
instituciones internacionales reguladoras del comercio internacional, y su
44 impacto para los países en desarrollo
conlleva romper el consenso” (Rolland, 2007).

Dando cumplimiento al principio de Transparencia, se incorporó un Mecanismo de Examen


de Políticas Comerciales. Los objetivos que este persigue son tres:

Aumentar la transparencia y la comprensión de las políticas y prácticas comerciales de los


países mediante una vigilancia periódica;
mejorar la calidad de los debates públicos e intergubernamentales sobre las distintas
cuestiones; y
permitir una evaluación multilateral de los efectos de las políticas en el sistema de comercio
mundial.

Los exámenes se centran en las políticas y prácticas comerciales de cada Miembro, pero en
ellos se tienen también en cuenta las necesidades más amplias de los países en materia económica
y de desarrollo, sus políticas y objetivos, y su entorno económico externo. Estos “exámenes entre
iguales” realizados por otros Miembros de la OMC alientan a los gobiernos a seguir más de cerca
las normas y disciplinas de la OMC y a cumplir sus compromisos. En la práctica, los exámenes
tienen dos resultados generales: permiten que un observador externo entienda las políticas y
circunstancias particulares de un determinado país y son a la vez fuente de información para el
país objeto de examen sobre su actuación en el marco del sistema. Periódicamente, todos los
Miembros de la OMC deben ser objeto de examen. La frecuencia de los exámenes depende de
las dimensiones del país.

Por su parte, el otro mecanismo incorporado con la OMC fue el Procedimiento de Solución
de Diferencias. El sistema de solución de diferencias de la OMC es un elemento esencial para
aportar seguridad y previsibilidad al sistema multilateral de comercio. Los Miembros reconocen
que ese sistema sirve para preservar los derechos y obligaciones de los Miembros en el marco
de los acuerdos abarcados y para aclarar las disposiciones vigentes de dichos acuerdos de
conformidad con las normas usuales de interpretación del derecho internacional público. Las
recomendaciones y resoluciones del OSD no pueden entrañar el aumento o la reducción de los
derechos y obligaciones establecidos en los acuerdos abarcados.

El objetivo del mecanismo de solución de diferencias es hallar una solución positiva a las
diferencias. Se debe dar siempre preferencia a una solución mutuamente aceptable para las partes
en la diferencia y que esté en conformidad con los acuerdos abarcados. De no llegarse a una
solución de mutuo acuerdo, el primer objetivo del mecanismo de solución de diferencias será
en general conseguir la supresión de las medidas de que se trate si se constata que éstas son
incompatibles con las disposiciones de cualquiera de los acuerdos abarcados. No se debe recurrir
a la compensación sino en el caso de que no sea factible suprimir inmediatamente las medidas
incompatibles con el acuerdo abarcado y como solución provisional hasta su supresión.

En cuanto a los temas abarcados por esta nueva organización, conforme se relató en el
apartado anterior, además de los bienes industriales, y agricultura, otras áreas como servicios y
propiedad intelectual también fueron incluidas. Así, la OMC, marco común para la regulación y
el desarrollo de las relaciones comerciales entre sus miembros, se estructuró a partir de cuatro
acuerdos: el GATT-94 (esto es, el GATT-47 con sus acuerdos modificatorios y anexos), el GATS,
el ADPIC, y el Acuerdo por el que se establece la OMC.

El GATT 94 es “un instrumento jurídicamente distinto del GATT 47, posteriormente rectifi-
cado y enmendado”. Es la suma del GATT-47, los acuerdos firmados a lo largo de la historia
del GATT, más otros acuerdos como el acuerdo sobre agricultura y el acuerdo sobre textiles y
3.2 La etapa OMC 45

vestidos concluidos en la Ronda Uruguay. Pueden nombrarse: el GATT 1994 (acceso a merca-
dos); el acuerdo sobre agricultura; el acuerdo de medidas sanitarias y fitosanitarias; el acuerdo
sobre textiles y vestido; el de Obstáculos técnicos al comercio; y el de Medidas en materia
de inversiones relacionadas con el comercio (MIC). También están incluidos los acuerdos de
Antidumping (artículo VI del GATT de 1994); Valoración en aduana (artículo VII del GATT de
1994); Inspección previa a la expedición; Normas de origen; Trámite de licencias de importación;
Subvenciones y medidas compensatorias; y Salvaguardias.

El principal mecanismo de liberalización en el marco de este acuerdo o pilar ha sido el


de la arancelización de las barreras no arancelarias, y la reducción de los aranceles, mediante
listas “consolidadas”. Los compromisos de los países miembros en materia de derechos de
importación se registran en listas llamadas “listas de compromisos” o “listas de concesiones”.
Estas reflejan las concesiones arancelarias específicas otorgadas por los países miembros y los
compromisos contraídos por éstos en el contexto de las negociaciones comerciales. Acorde al
artículo II del GATT, los productos detallados en tales listas no estarán sujetos a derechos de
aduanas que excedan de los fijados, estableciéndose de esta manera niveles aranceles máximos
denominados “consolidados” (que pueden diferir de los aplicados, pudiendo ser estos últimos de
menor cuantía). En la jerga de las negociaciones la diferencia entre los aranceles “consolidados”
y los efectivamente aplicados se conoce como “agua”.

El acuerdo de servicios, el GATS, fue por su parte una de las innovaciones propulsadas
por los países desarrollados en el marco de la creación de la OMC, incluyéndose por primera
vez los servicios dentro del régimen multilateral de comercio. En ello, una de las principales
dificultades fue la definición de “servicios” y el modo en que los principios y mecanismos
propios del GATT-OMC se aplicarían a ello. Señala Niscovolos (2010) que la liberalización
comercial en servicios resulta más compleja que en la esfera de bienes. Esto se debe a que, en el
área de servicios no existen los aranceles y la liberalización conlleva la reducción o eliminación
del efecto restrictivo o discriminatorio e las regulaciones. En servicios la liberalización se otorga
a través de una graduación del nivel de esas regulaciones (Berlinski y Stancanelli 2010:90).

En función de esto se establecieron lo que se conoció como los cuatro “modos de suministro”.
Esto es una clasificación realizada a partir de la forma en la que se establece la relación entre el
proveedor del servicio y el consumidor del mismo. Se identifican cuatro categorías, a saber:

1. Transfronterizo: del territorio de un miembro al territorio de cualquier otro miembro (Art.


I, 2.a); (por ejemplo, conferencias telefónicas internacionales).
2. Consumo en el extranjero: en el territorio de un Miembro a un consumidor de servicios de
cualquier otro miembro (Art. I, 2.b); (Ej. Turismo).
3. Presencia territorial: por un proveedor de servicios de un Miembro mediante presencia
comercial en el territorio de cualquier otro Miembro (Art. I, 2.c); (bancos extranjeros que
se establecen en un país para realizar operaciones en él) y
4. Movimiento de personas: por un proveedor de servicios de un miembro mediante la
presencia de personas físicas de un Miembro en el territorio de cualquier otro Miembro.
(Art. I, 2.d) (modelos o consultores)

Otro aspecto que es preciso señalar es del de los principios y los mecanismos de negociación.
En efecto, si bien el principio de nación más favorecida se aplica plenamente, el trato nacional
es lo que se negocia, propiamente dicho. En efecto, el trato nacional es incorporado en el Art.
XVII. En él queda pautado que la aplicación de este principio constitutivo de la OMC se llevará
a cabo en función de los compromisos que cada miembro adopte en los sectores inscriptos en las
listas para ello establecidas. De esta manera, como se señaló el trato nacional es en el régimen de
De la creación del GATT a la Conferencia de Bali: las transformaciones de las
instituciones internacionales reguladoras del comercio internacional, y su
46 impacto para los países en desarrollo
servicios un principio sujeto a negociación. Por su parte, el ADPIC fue otra de las innovaciones
de la creación de la OMC. “El Acuerdo de la OMC sobre los ADPIC constituye un intento de
reducir las diferencias en la manera de proteger esos derechos en los distintos países del mundo
y de someterlos a normas internacionales comunes. En él se establecen niveles mínimos de
protección que cada gobierno ha de otorgar a la propiedad intelectual de los demás Miembros
de la OMC. Al hacerlo, establece un equilibrio entre los beneficios a largo plazo y los posibles
costos a corto plazo resultantes para la sociedad” (OMC, 2008).

El Acuerdo abarca cuatro amplias cuestiones: (i) cómo deben aplicarse los principios básicos
del sistema de comercio y otros acuerdos internacionales sobre propiedad intelectual; (ii) cómo
prestar protección adecuada a los derechos de propiedad intelectual12 , (iii) cómo deben los
países hacer respetar adecuadamente esos derechos en sus territorios, y (iv) cómo resolver
las diferencias en materia de propiedad intelectual entre Miembros de la OMC disposiciones
transitorias especiales durante el período de establecimiento del nuevo sistema.

Se trata de este modo de un acuerdo eminentemente diferente a los otros dos, en tanto no
busca la eliminación de determinadas normas, o su liberalización, sino que lo que busca es el
establecimiento homogéneo de determinadas normas mínimas.

3.3 Las negociaciones en la OMC. Los dilemas de la Ronda Doha

Figura 3.3: Foto: Negociaciones en Ginebra.


Fuente: OMC.

La función de ser foro para ulteriores negociaciones le dio al régimen internacional de


comercio un carácter dinámico, con la posibilidad de incluir nuevos temas, o de redefinir los
existentes con el paso del tiempo. El régimen de comercio no podía concebirse como una
herramienta estática, sino que a través del mismo los Estados aspiraban a seguir extendiendo
su alcance –entre países y en temas-, en el ámbito internacional, valiéndose para ello de las
negociaciones multilaterales. Estas negociaciones se presentaban así como una continuidad de la
práctica de “rondas” que había existido en el GATT, y apuntaban tanto a la profundización de los
acuerdos ya alcanzados como a la celebración de nuevos acuerdos, sobre la base multilateral.
12 Los diferentes tipos de Propiedad Intelectual que reconoce el acuerdo son: Derecho de autor y derechos conexos;
Marcas de fábrica o de comercio; Indicaciones geográficas; Dibujos y modelos industriales; Patentes; Esquemas de
trazado (topografías) de los circuitos integrados. Asimismo incluye la protección de la información no divulgada y el
control de las prácticas anticompetitivas en las licencias contractuales.
3.3 Las negociaciones en la OMC. Los dilemas de la Ronda Doha 47

LAS PRIMERAS CONFERENCIAS MINISTERIALES DE LA OMC

SINGAPUR (1996)

- Se valoraron los acuerdos de la Ronda Uruguay.


- Se iniciaron negociaciones para la firma de un acuerdo plurilateral sobre Tecnología de la
Información.
- Se crearon grupos de trabajo para nuevos temas: comercio e inversiones, competencia,
compras del sector público, comercio normas laborales, y acuerdos comerciales regionales.

GINEBRA 1998

- Celebración del aniversario del GATT.


- Polarización del debate entre el avance de nuevos temas y la aplicación de los acuerdos de
la Ronda Uruguay.

SEATTLE 1999

- Fracasado intento de lanzar la Ronda del Milenio.


- Acuerdo sobre comercio electrónico.
- Grandes movilizaciones de grupos “anti-globalización”.

Tras tres encuentros de Conferencias Ministeriales, en 1996, 1998, 1999, finalmente en


el 2001 se lanzó la Ronda de Doha. Ronda de Negociaciones que tenía por objeto garantizar
las cuestiones del desarrollo vinculadas al comercio. Existían numerosas tensiones al respecto.
Mientras que en temas como agricultura existía desde el ASA una cláusula de negociación
progresiva que convocaba a los Estados miembros a avanzar en la liberalización de esta área,
nuevos temas como facilitación del comercio, comercio electrónico o compras públicas, eran
impulsados por algunos países de economías más avanzadas, en tanto muchos de los acuerdos de
la última de las rondas del GATT aún no entraban en vigor, generando malestar entre los países
en desarrollo y países menos adelantados.

El lanzamiento de las negociaciones de Ronda Doha supuso el arreglo - al menos momentá-


neamente - de estas diferencias, alcanzándose hacia el último trimestre de 2001 los consensos
mínimos en torno a una nueva agenda de negociación. Esto fue posible en un momento particular,
en el que convergieron diversos fenómenos. Entre los factores que se señalan en la literatura, el
más importante fue el efecto que tuvieron los atentados terroristas de Al Qaeda contra las Torres
Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001. Los mismos condujeron a los países de
mayor peso de la OMC a flexibilizar sus posiciones para dar una imagen de unidad y de apoyo
al multilateralismo, que sirviera para cohesionar también las posturas de los PED (Steinberg,
2007).

Así, Estados Unidos, enmarcado en la iniciativa de invasión a Afganistán, dirigió sus esfuer-
zos diplomáticos hacia la introducción de una actitud multilateralista pro desarrollo, planteando
una agenda de negociaciones que fuera funcional a su coalición internacional. Para ello, excluyó
de la agenda los estándares laborales propuestos en la Conferencia de Seattle, negoció con la
Unión Europea la revisión del acuerdo de derechos de propiedad intelectual relativos al comercio
(ADPIC) en lo referente a las patentes de los medicamentos (Steinberg, 2007; Drahos, 2007), y
la inclusión de las medidas anti-dumping (Bayne, 2005). Además logró persuadirla para dejar
los temas de Singapur en segundo plano (Steinberg, 2007; Bayne, 2005). Asimismo, expresó de
forma clara su disposición a avanzar en la liberalización agrícola, algo que resultaba fundamental
para los países en desarrollo. Otro elemento de relevancia, por su parte, fue el temor a que la
De la creación del GATT a la Conferencia de Bali: las transformaciones de las
instituciones internacionales reguladoras del comercio internacional, y su
48 impacto para los países en desarrollo
Cumbre de Doha terminara fracasando como la de Seattle (Odell, 2009), y con ello la OMC en
su conjunto. Por su parte, el ingreso de China a la OMC, tuvo un peso simbólico de importancia,
en tanto era uno de los primeros resultados de la flexibilización que se estaba produciendo en la
postura norteamericana, y que generaba expectativa para los países en desarrollo.

Luego de muchos meses de negociación para alcanzar una agenda aceptable para los casi
150 países miembros, en noviembre de 2001, como culminación de la Conferencia Ministerial
de Doha se consensuaron documentos que pasaron a conocerse como “Agenda de Doha para
el Desarrollo”. El primero, (i) la Declaración sobre el acuerdo ADPIC y la salud pública13 ; el
segundo (ii) la Declaración sobre los aspectos y preocupaciones relacionados con la aplicación
de los acuerdos de la Ronda Uruguay; y finalmente (iii) la Declaración Ministerial de Doha
(DMD), la cual fijó la agenda y modalidades de la negociación.

Fue ésta última la que dio lugar al “Programa de Doha para el Desarrollo”, el cual se compuso
de casi una veintena de temas. El mandato se centró en ocho puntos en los cuales estableció
la celebración de negociaciones e incluyó otros tantos en los que se disponía la creación de
programas de trabajo.

Entre los primeros se cuentan las cuestiones relativas a la aplicación de los Acuerdos de
la Ronda Uruguay (ARU), así como los temas de agricultura, servicios, acceso a los mercados
para productos no agrícolas (AMNA), acuerdos de derecho de propiedad intelectual relativas
al comercio (ADPIC), reglas OMC -antidumping, subsidios, acuerdos comerciales regionales
(ACR)-, solución de diferencias, y comercio y medio ambiente. Además de éstos se incluyeron
también cuatro temas adicionales conocidos como los temas de Singapur (política de defensa de
la competencia; inversiones; compras públicas; facilitación del comercio), cuyas negociaciones
se emprenderían en la quinta reunión ministerial, sobre la base de una decisión que había
de adoptarse por consenso explícito, sobre las “modalidades de la negociación”. Finalmente,
aquellos temas sobre los que se dispuso la creación de programas de trabajo fueron comercio
electrónico y pequeñas economías. Asimismo, se crearon dos grupos de trabajo para examinar la
relación entre comercio, deuda y finanzas y entre comercio y transferencia de tecnología. Por su
parte, el trato especial y diferenciado y la cooperación técnica se explicitaron como elementos
comunes a todos los estos puntos.

Para la toma de decisiones se adoptó un mecanismo adicional de “candado”, que sumó al


requisito subjetivo de la toma de decisión (quién decide) un condicionante objetivo (cómo se
decide), cuál es el mecanismo del “single undertaking” o “todo único”. Acorde al mismo “nada
está acordado hasta que todo este acordado”. Como resultado todos los países tienen que llegar a
un acuerdo sobre todos los temas que están dentro de la agenda de negociación. Sus implicancias
han sido discutidas en trabajos como Steinberg (2000), Low (2011) o bien en Rodríguez Mendoza
(2012). Si bien se sostiene que este mecanismo tiene como espíritu garantizar que se produzcan
intercambios de propuestas en todos los temas hasta alcanzar un acuerdo para la totalidad de los
mismos, también conduce a que no puedan concretarse avances parciales en las negociaciones. A
su vez, dada la dificultad que los países en desarrollo tienen para abordar de manera individual el
conjunto de los temas, dicho mecanismo contribuye a acentuar la distancia entre las capacidades
negociadoras de los Estados miembro de la OMC. Por otra parte, este mecanismo permite a los
países desarrollados ejercer mayor presión sobre los demás, exigiendo el consenso de los países
en desarrollo en la totalidad de los compromisos de los acuerdos en discusión.

13 Establece que el ADPIC no impide, ni deberá hacerlo en el futuro, que los miembros adopten medidas para

proteger la salud pública y promover el acceso a medicamentos.


3.3 Las negociaciones en la OMC. Los dilemas de la Ronda Doha 49

Esta agenda de Doha reflejaba así un énfasis en las cuestiones del desarrollo, centrado
en el abordaje de temas claves para los países más pobres, como el tema agrícola, y por las
reiteradas incorporaciones del trato especial y diferenciado que hacía la declaración. No obstante,
la multiplicidad de temas incluidos en la agenda, y el impulso de cuestiones como los temas de
Singapur restarían impulso a tal enfoque. Agricultura y Acceso a mercados para los productos
no agrícolas (AMNA) constituyeron el núcleo central de la agenda. La asimetría en el nivel
de liberalización de los dos temas dentro de la OMC, junto a la sensibilidad que los Estados
presentan para su abordaje, son factores que condicionan los trade off posibles, reforzando su
interdependencia.

En agricultura el mandato de la Declaración Ministerial de Doha estableció tres pilares


en torno a los cuales giraron las negociaciones: en el primero, los Estados se comprometen a
mejoras sustanciales del acceso a mercados; en el segundo, a reducciones de todas las formas de
subvenciones a la exportación, con miras a su remoción progresiva; y en el tercero, a reducciones
sustanciales de la ayuda interna causante de distorsión del comercio. Asimismo se convino en
integrar el trato especial y diferenciado para los países en desarrollo a todos los elementos de la
negociación. Se incluyeron también preocupaciones no comerciales.

Para su abordaje, se diseñaron diversas modalidades de abordaje: la discusión de las fórmulas


de recorte para el acceso a mercados; la inclusión de figuras específicas para los países en desa-
rrollo, tales como las de “producto especial”, o “mecanismo de salvaguardia especial”. Asimismo
se buscó que la negociación girara en torno a los requisitos y plazos para el recorte y eliminación
de las subvenciones a las exportaciones, así como la incorporación de disciplinas. Una línea de
abordaje similar se utilizó en el pilar de ayuda interna, trabajándose en la clasificación de las
“cajas” y en el modo de su reducción, buscando (o no) resguardar los intereses de los países en
desarrollo.

Por su parte, en cuanto a AMNA el párrafo 16 de la DMD dispuso la reducción o eliminación


de aranceles, incluyendo los picos, los aranceles elevados, el escalonamiento arancelario como
así también las barreras no arancelarias, particularmente en productos de interés para los países
en desarrollo. Además estableció que la negociación debería tomar en cuenta las necesidades
e intereses especiales de los países en desarrollo a través del trato especial y diferenciado y la
reciprocidad no plena en los compromisos de reducción.

Bajo esta categoría se incluyen productos manufacturados diversos, como electrónicos,


vehículos automóviles, maquinaria, textiles e indumentaria, artículos de cuero, productos quími-
cos, combustibles, minerales, pescado y derivados, y productos forestales (Berlinski y etc). Las
negociaciones se centraron además en la discusión de la fórmula para la reducción arancelaria,
incluyendo el nivel de ambición y las flexibilidades (especialmente para los países en desarro-
llo). Asimismo se han incluido temas como las negociaciones sectoriales y los obstáculos no
arancelarios al comercio.

Tras el lanzamiento de la Ronda, durante el 2002 se sucedieron algunos intercambios de


documentos, y pocos consensos. Una vez establecida la agenda, la tarea que debían resolver los
miembros se centraba en el establecimiento de las modalidades: las metas para la consecución
de los objetivos propuestos, incluyendo la elaboración de algunas de las normas y fórmulas que
conducirían al resultado de las negociaciones, previsto para el 1 de enero de 2005.

Para ello, en forma individual o agrupados en coaliciones negociadoras14 , los miembros


14 Las coaliciones durante la Ronda Doha pueden consultarse en http://www.wto.org/spanish/tratop_s/

dda_s/negotiating_groups_s.htm
De la creación del GATT a la Conferencia de Bali: las transformaciones de las
instituciones internacionales reguladoras del comercio internacional, y su
50 impacto para los países en desarrollo
fueron presentando sus posiciones a través de documentos de trabajo y comunicaciones. Sin la
presión de la coyuntura que antecedió a la Conferencia Ministerial de Doha, estos documentos
exhibieron posiciones menos concesivas y tipos de estrategias más distributivos que en 2001,
evidenciando que persistían diferencias importantes en los abordajes de cada uno de los temas.

El Proceso de negociación no obstante rápidamente mostró divergencias, adquiriendo una


lógica propia del mercantilismo: si en la economía mercantilista lo que se buscaba era la
construcción de un superávit comercial mediante la promoción de las exportaciones y restricción
de las importaciones, en las negociaciones arancelarias este mercantilismo moderno se traduce
en la búsqueda de la menor reducción de las propias barreras del comercio y la obtención de la
mayor reducción de las de los socios (Vangrasstek, 2013: 304).

Las lógicas de tensión y asimetrías imperantes para mediados de 2002 generaban la impre-
sión de estancamiento de las negociaciones. Se produjo entonces un cambio importante en la
metodología de las negociaciones, adoptándose una modalidad de negociación de tipo informal.
Fueron perdiendo peso en el desarrollo de la Ronda lo actuado en las instancias multilaterales
y fueron ganando primacía las reuniones informales entre un número menor de actores, tales
como las green-rooms, miniministeriales, y FIPs. Se trata de un mecanismo de reuniones entre
un grupo reducido de miembros de la organización, utilizado para alcanzar consensos entre un
número pequeño de negociadores, para luego ser extendidos al resto de los miembros.

Esta práctica de negociación a través de esta modalidad de “clubes” ha generado extensos


debates. En tanto que contribuye a mejorar los recursos en los procesos de toma de decisión
durante las negociaciones, reduce la capacidad de influencia de aquellos países que no se
encuentran presentes en tales reuniones. Ello acentúa las asimetrías existentes entre los países
en desarrollos vis a vis los países desarrollados. Las mini-ministeriales excluyen del proceso de
negociación las posiciones de aquellos Estados no convocados, e incrementan el costo que estos
excluidos enfrentan en caso de no coincidir con lo acordado en el círculo concéntrico anterior.
En la Ronda de Doha esto ha sido particularmente evidente en especial a partir del acuerdo de
julio de 2004; desde entonces el G-6 (EEUU, U.E., Brasil, India, Australia y Japón) constituye el
círculo central de la negociación; en torno de aquel sigue la “green room” y luego los encuentros
de los comités de negociación (Elsig 2006).

Producto de estas reuniones fue que a mediados de 2003 EEUU y UE presentaron un


documento que pretendía ser un marco para las negociaciones (OMC, 2003, JOB(03)/157)15 , y
que aparecía como una reedición de los acuerdos de Blair House16 . Tanto por países desarrollados

15 En acceso a mercados la propuesta conjunta indicaba una fórmula mixta, refiriendo para un porcentaje de

productos una reducción lineal, para otro porcentaje la aplicación de la fórmula suiza con un coeficiente a acordar,
y otro porcentaje exento de reducciones. Un porcentaje de los productos provenientes de los países en desarrollo y
menos desarrollados debería ser pasible de libre acceso, combinando acceso preferencial y NMF. Además proponían
que continuase en negociación la salvaguarda especial de agricultura (art 5) para los países desarrollados, y un
nuevo mecanismo de salvaguarda especial para los países en desarrollo. Este esquema reunía parte de las propuestas
individuales anteriores, en cuanto a la conservación de la salvaguarda especial (Unión Europea), reducciones lineales
(EEUU y UE), acceso preferencial de los países en desarrollo (Unión Europea). Por otra parte, resultaba bastante
alejado de los recortes de aranceles pretendidos por el Grupo Cairns y otros países en desarrollo. En ayuda interna,
la propuesta conjunta se veía limitada a los resguardos puestos por los EEUU (su oferta en el 2002 había sido la
reducción de la ayuda interna en un 5 %). De manera que la oferta conjunta resultaba bastante reducida en lo referente
a la caja azul y ámbar, y no hacía mención alguna al compartimiento verde. En cuanto a las subvenciones a las
exportaciones, el límite estaba puesto por la Unión Europea, que, como se vio, se oponía a su eliminación. Así la
propuesta consignaba la reducción y posterior eliminación de las subvenciones a las exportaciones de sólo una gama
de productos sensibles para los países en desarrollo, y proponía una reducción de un porcentaje a determinar para el
resto (Zelicovich, 2009:36).
16 Acuerdo celebrado en noviembre de 1992 entre Estados Unidos y la CE, en el que se establecieron las bases del
3.3 Las negociaciones en la OMC. Los dilemas de la Ronda Doha 51

como por países en desarrollo, la propuesta fue criticada por su falta de especificidad, su escasa
ambición y sus fallas en el abordaje del trato especial y diferenciado, y la problemática de los
países menos adelantados. Respecto del mandato del desarrollo, la propuesta conjunta no ofrecía
prácticamente ninguna concesión a los países en desarrollo.El 20 de agosto de 2003 un conjunto
de países en desarrollo, entre los que se encontraba Brasil, India, Argentina, China y Sudáfrica se
constituyó como una coalición, el G20, y presentó una contrapropuesta al documento conjunto
de EEUU y la Unión Europea17 (OMC, 2003, JOB(03)/162/Rev.1). Este cruce de documentos
sentó las bases para la Conferencia Ministerial de Cancún, y dio lugar a una nueva lógica en la
relación entre países desarrollados y en desarrollo en las negociaciones18 .

En la Conferencia de Cancún (2003) estos intercambios llevaron a una nueva lógica en


las negociaciones multilaterales donde los países en desarrollo demostraron tener la capacidad
suficiente para fijar los límites en los mandatos de la negociación. Así, el G20 que reúne al
60 % de la población mundial, y el 70 % de los agricultores del mundo, así como el 26 % de
los exportadores mundiales de alimentos, además de importantes países emergentes, que son
también importadores, logró detener el avance de la propuesta de los EEUU y la UE. Un grupo de
países africanos, Burkina Faso, Mali, Benín y Chad, agrupados en el G4, alcanzaron a posicionar
el tema del algodón como un tema prioritario para el desarrollo dentro del pilar agrícola. Por
su parte, los PED en su conjunto hicieron sentir sus disensos en cuanto al avance de los temas
Singapur.

No obstante esta conducta más activa de los países en desarrollo y emergentes, las negocia-
ciones no produjeron progresos palpables en los plazos señalados en Doha. La baja viabilidad de
los plazos propuestos por los países desarrollados en las modalidades para agricultura, la reforma
de la PAC y la promulgación de la Farm Bill, el documento conjunto de EEUU y la Unión
Europea, la contra-propuesta del G20, y la indiferencia de los textos oficiales a tal propuesta, así
como las divergencias en torno a los temas de Singapur, llevaron a que no pudieran generarse
consensos entre las partes. Ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo Derbez, quien presidía el
encuentro ministerial, decidió dar la Conferencia por finalizada anticipadamente.

Los meses posteriores a Cancún sirvieron para que los países miembro pudieran delimitar
algunas mínimas convergencias entre sus posiciones negociadoras de cara a la definición de los
mandatos. Durante esos meses hubo una mayor flexibilidad en las posiciones negociadoras de las

Acuerdo sobre Agricultura de la Ronda Uruguay.


17 En cuanto a acceso a mercados, el G-20 toma la opción de una fórmula combinada o mixta, proponiendo tres

tipos de cortes distintos, aplicada únicamente a los países desarrollados. Incorpora además un coeficiente sobre los
recortes lineales, de manera de combatir el escalonamiento arancelario, y fija, por otra parte mínimos de reducción y
máximos niveles arancelarios permitidos. Se establecen también incrementos de las cuotas tarifarias, y se propone
llevar los aranceles intracuotas a cero. Otro aspecto que incorpora la propuesta del G20 es la eliminación de la
salvaguarda especial de agricultura para los países desarrollados, y la creación de un mecanismo de salvaguarda
especial para productos sensibles para los países en desarrollo (dependiendo de los impactos de los cortes). Por otra
parte, incorpora libre acceso para los productos tropicales. Y en cuanto al trato especial y diferenciado establece la
categoría de Productos Especiales para los países en desarrollo. Respecto de los subsidios a las exportaciones, el
G20 propone la eliminación de todos los subsidios a las exportaciones en un plazo a determinar. Incorpora también
disciplinas en cuanto a créditos a las exportaciones, seguros, programas de garantías y ayuda alimentaria. En el
pilar de ayuda interna, el G-20 propone reducciones de todas las medidas de apoyo interno que causen distorsiones
al comercio (caja ámbar), sobre una base de desagregada por productos. En función de ello, propone topes a los
subsidios internos permitidos y plazos para su reducción. Respecto de los pagos que limitan la producción (artículo
6.5 del Acuerdo sobre Agricultura), también conocido como Caja Azul, se propone su eliminación. Se contempla a su
vez recortes en “de minimis” para los países desarrollados. Respecto de la Caja verde, se incorporan disciplinas. Y
finalmente, en cuanto al trato especial y diferenciado, en este punto, se pretenden mayores excepciones para fomentar
el desarrollo rural en los países en desarrollo.
18 Véase Panagariya (2002); Tussie y Narlikar (2004); Delgado y Soares (2005) entre otros.
De la creación del GATT a la Conferencia de Bali: las transformaciones de las
instituciones internacionales reguladoras del comercio internacional, y su
52 impacto para los países en desarrollo

Figura 3.4: Foto: Conferencia de Prensa del G-90.


Fuente: OMC.

partes, que apelaron con mayor frecuencia a estrategias integrativas. A comienzos de enero de
2004, EEUU envió al resto de los miembros de la OMC una carta en la que daba cuenta de cierta
flexibilización de su postura, particularmente en el trato especial y diferenciado, los subsidios a
las exportaciones, las reducciones de la Caja Azul y la Caja Ámbar y la fórmula propuesta en
acceso a mercados. La Unión Europea por su parte, en el mes de mayo, aceptó la eliminación de
los subsidios a las exportaciones (condicionada a otras reducciones paralelas de otras formas de
subsidios), dando cuentas también de una cierta flexibilización.

Tras una serie de encuentros claves, en la reunión de París de julio de 2004, se alcanzó
finalmente un acuerdo marco respecto de las modalidades de la negociación, aprobado al día
siguiente por el Consejo General. Dicho acuerdo pasó a ser conocido como el Acuerdo Marco
o framework de julio de 2004 (OMC, 2004, WT/L/579), y constituye uno de los avances más
importantes realizados en las negociaciones de Doha.

Conforme este acuerdo se limitó la cobertura de los temas nuevos relacionados con el
comercio, al quedar excluidos tres de los cuatro temas de Singapur, sólo abordándose entonces
facilitación del comercio, el cual quedó definido a partir del Art. V, VIII y X del GATT: libertad
de tránsito, derechos y formalidades de importación y exportación, y publicación y aplicación de
los reglamentos comerciales. También fueron excluidos del paquete negociador varios aspectos
de la relación entre comercio y medioambiente. En agricultura, el avance más importante fue
el acuerdo para eliminar en una fecha a definir, los subsidios a las exportaciones. En cuanto a
los productos industriales, los países miembros consensuaron que la reducción de los aranceles
se haría sobre una formula no lineal, donde existirían periodos más largos y flexibilidades
adicionales para los países en desarrollo.

La Conferencia Ministerial de Hong Kong (2005) continuó la negociación de las modalidades


del Programa de Doha para el Desarrollo, completando así el Acuerdo Marco establecido en
julio de 2004. Se sustanció en diciembre de 2005 y en muchos aspectos los acuerdos parciales
allí alcanzados pueden considerarse como uno de los principales avances realizados en la
negociación multilateral durante todo el período analizado. Esta Conferencia tuvo como nodo
central de las negociaciones la problemática agrícola, pudiéndose concretar, a pesar de las bajas
expectativas, algunos resultados en tal área. La inclusión explícita de la necesidad de alcanzar un
equilibrio entre agricultura y AMNA en el texto final de la Declaración Ministerial es una de las
innovaciones más destacadas en el desarrollo de las negociaciones que produce este encuentro.
3.3 Las negociaciones en la OMC. Los dilemas de la Ronda Doha 53

Las negociaciones de la Conferencia Ministerial comenzaron el 13 de diciembre, y al igual


que en Cancún, se procedió a la designación de los facilitadores de las áreas de negociación
centrales (Agricultura, AMNA y Cuestiones relativas al desarrollo). El tema agrícola comenzó a
discutirse el segundo día. En el debate se abordó la problemática de llegar a un acuerdo para fijar
una fecha final de eliminación de las subvenciones a la exportación, y en el entendimiento de que,
finalmente, también habría que alcanzar un acuerdo sobre las disciplinas relativas a los créditos a
la exportación, la ayuda alimentaria y las empresas comerciales del Estado exportadoras. También
se sostuvo que había que establecer el nivel de ambición en cuanto al acceso a los mercados
(las fórmulas de reducción arancelaria) antes de resolver la cuestión de las flexibilidades (y
viceversa). El algodón también ocupó parte importante de las negociaciones.

En AMNA una innovación dentro de la Conferencia de Hong Kong fue el involucramiento


de la nueva coalición: el NAMA-11. El énfasis de la coalición estaba en la promoción y defensa
del enfoque del desarrollo. Ello implicaba el impulso tanto de medidas de trato especial y
diferenciado, como de mayores flexibilidades para los PED, y de una vigilancia estricta de los
coeficientes de recorte a implementar en la fórmula suiza acordada en el paquete de 2004. La
coalición, al igual que el G20, impulsó estrategias integrativas hacia otros grupos como el ACP,
SVE, Grupo Africano, PMA, y G90 (Ismail, 2007).

El paquete acordado en Hong Kong condujó así a logros relevantes para los países en
desarrollo. En agricultura se acordó la eliminación de todas las formas de subvenciones a
las exportaciones apra el 2013, así como la incorporación de disciplinas. Se consensuó una
reduccion en tres “bandas” de la Medida Global de Ayuda, y una rebaja en cuatro estratos
para los aranceles en estos productos. En bienes industriales, se impuso la fórmula suiza con
coeficientes diferenciados para países desarrollados o en desarrollo. De manera central, y gracias
a la labor de los países mencioandos supra, se estableció una obligación de equilibrio entre los
resultados de uno y otro tema.

Con las subvenciones a las exportaciones ya acordadas, tras el acuerdo de Hong Kong la
agenda de las negociaciones pasó a estar dominada por un triángulo en cuyos vértices se ubicaban
los elementos centrales del resto del Programa de Doha: ayuda interna, acceso a mercados para
productos agrícolas y AMNA. Una vez que se alcanzara un acuerdo en dicho triángulo de
cuestiones, se esperaría que la presión para generar consensos en los demás temas aumentara,
conduciendo a la conclusión de la Ronda (Elsig, 2006).

Sin embargo, durante el año 2006, los países no variaron demasiado sus posiciones, con lo
cual no se pudieron cumplimentar los plazos propuestos.En agricultura las diferencias seguían
estando en los porcentajes de reducción de las bandas acordadas para el acceso a mercados,
lo cual incluía la problemática del escalonamiento y de los picos arancelarios. Por su parte,
las divergencias en torno a los productos especiales y al mecanismo de salvaguarda especial
comenzaban a dividir a los países en desarrollo –lo cual, entre otros, tendría un impacto en
MERCOSUR- . No se habían alcanzado tampoco consensos en ayuda interna, especialmente en
cuanto a los puntos cualitativos (disciplinas). Las disciplinas en créditos, seguros y garantías a la
exportación, y ayuda alimentaria, seguían siendo objeto de negociación.

En cuanto a AMNA, el coeficiente de la fórmula de recorte permanecía como el problema


central. La mayor dificultad en este punto, acorde a Stancanelli, remitía a que “los que más
contribuirían a la liberalización del comercio, conforme a los efectos de la fórmula suiza que corta
más los aranceles más elevados, no serían los países desarrollados sino los países en desarrollo,
que, en contrapartida, verían el acceso a los mercados para los productos de su mayor interés
severamente limitado por los desvíos y sensibilidades a que se ha hecho mención” (Stancanelli,
De la creación del GATT a la Conferencia de Bali: las transformaciones de las
instituciones internacionales reguladoras del comercio internacional, y su
54 impacto para los países en desarrollo
2007b:45).

Los EEUU eran los más demandantes, mientras que la Unión Europea propugnaba por
reducciones menores, en tanto que el G20 tomaba una postura media. El grupo Cairns por su
parte, había retomado sus actividades bajo el lema “la construcción de convergencias”, a través
de la que buscó la coordinación con otros grupos y el fortalecimiento de la labor técnica.

Las miniministeriales y reuniones reducidas desarrolladas en junio y julio de 2006 no


lograron destrabar las posiciones enfrentadas de los principales actores de las negociaciones19 .
Producto de esta rigidez de estas posiciones –y del rechazo al nuevo texto de modalidades,
de Falconer- el 24 de dicho mes el Director General de la OMC suspendió las negociaciones
por varios meses. En noviembre, fueron retomadas las negociaciones técnicas, y en febrero de
2007, las del Consejo General. Los esfuerzos no pudieron conducir a mayores consensos y las
negociaciones volvieron a caer en un impasse.

En enero de 2008 las negociaciones volvieron a retomarse a partir de la presentación de


nuevos textos. Para entonces los efectos de la crisis internacional comenzaron a hacerse sentir20 ,
con lo cual, en palabras de Celso Amorim, se trataba de un cambio de la “ventana de la
oportunidad” por 2007, a la “ventana de la necesidad” por 2008 (EFE, 2008). Producto de los
debates sostenidos, Falconer, chair de las negociaciones agrícolas, había presentado una nueva
batería de documentos21 , que en febrero fueron traducidos en un nuevo texto de modalidades
corregido. En AMNA también había nuevos documentos para avanzar la negociación22 .

Con nuevos documentos de modalidades23 , en julio de 2008 se convocó a una nueva mini-
ministerial. Esta tuvo lugar entre el 21 y el 30 de dicho mes, en Ginebra. Acorde a la propia
OMC, “el objetivo inmediato de la reunión de julio era acordar “modalidades” para la agricultura
y el acceso a los mercados para los productos no agrícolas (AMNA) — es decir, llegar a un
acuerdo sobre las fórmulas y los demás métodos que se utilizarán para recortar los aranceles
y las subvenciones agrícolas, así como sobre diversas disposiciones conexas — y examinar
las próximas medidas que deberán adoptarse para concluir la ronda de negociaciones de Doha.
Un acuerdo sobre las modalidades determinaría la escala de las reducciones de los aranceles
sobre miles de productos industriales y agropecuarios y los futuros niveles de las subvenciones
19 El descontento entre los miembros del llamado FIPs y G6 impulsó la suspensión de las negociaciones. “EEUU

se negó a flexibilizar su postura respecto de rebajar más los montos de las subvenciones a la producción agrícola.
La Unión Europea, no adoptó una actitud clara respecto de aplicar rebajas adicionales a los aranceles de productos
agrícolas y menos en cuanto a sus pretensiones respecto de productos sensibles. Brasil e India se mostraron renuentes
a aceptar compromisos significativos de rebajar sus aranceles consolidados en AMNA como parte de su aporte al
buen resultado de las negociaciones” (CEPAL 2006).
20 Acorde a estudios especializados “Entre julio de 2007 y marzo de 2008, los bancos de inversión y los brókeres

de Wall Street sufrieron una sangría en su patrimonio de 175 millardos de dólares, y en marzo Bear Stearns, el quinto
más grande, fue »por JP Morgan Chase a precio de ganga y con una ayuda de la Reserva Federal de 29 millardos en
garantías” (Blackburn, 2008). En el mismo sentido también señala pérdidas, pero por 150 billones de dólares, otros
investigadores, como Kregel (2008).
21 Cuatro sobre ayuda interna presentado el 21 de diciembre, ocho sobre acceso a mercados, del 4 de enero, y cuatro

sobre competencia a las exportaciones, del 7 de noviembre.


22 Los documentos son: JOB(07)/126 , de julio de 2007 y TN/MA/W/103 de febrero de 2008.
23 Producto del proceso negociador señalado, se han introducido los siguientes cambios: opciones simplificadas,

propuestas de transacción y de textos sobre las siguientes cuestiones: ayuda interna “de minimis”; ayuda a los
ingresos desconectada, reajuste estructural y programas de asistencia regional en el compartimento verde; posible
establecimiento de un tope arancelario parcial; tipos arancelarios aplicados dentro del contingente; “productos
especiales” y “mecanismo de salvaguardia especial” para los países en desarrollo; créditos a la exportación; y
ayuda alimentaria. También se incluyen revisiones de textos casi finales detallados, de carácter técnico pero de gran
importancia comercial, sobre los productos sensibles y los contingentes arancelarios, y textos cuya redacción se ha
mejorado, entre ellos el relativo a la subutilización de los contingentes (WTO 2008).
3.3 Las negociaciones en la OMC. Los dilemas de la Ronda Doha 55

agrícolas en los países Miembros de la OMC. También había otras cuestiones en la mesa de
negociación, incluidos los servicios y las normas” (WTO 2008 B).

Al quinto día de negociación era evidente que las negociaciones no estaban progresando.
Ello motivó un cambio en la metodología de abordaje y de los 35 Estados convocados, el 21 de
julio se pasó a una “mesa chica” (G7), integrada por Australia, Brasil, China, Estados Unidos,
India, Japón y la Unión Europea. En el contexto de crisis, las negociaciones quedaron trabadas
por el tema de agricultura y la distancia entre la posición de la India y EEUU en materia del
mecanismo de salvaguardia especial24 .

Durante 2009 los avances, a pesar de las sucesivas declaraciones políticas en favor de la
conclusión de la Ronda, fueron muy escuetos, limitándose al abordaje de algunas cuestiones
técnicas, como por ejemplo obstáculos no arancelarios.

Ante un escenario cargado de incertidumbres difícilmente se hubiera podido proseguir en la


adopción de compromisos profundos de cara al mandato de negociación. Así cuando se convocó
a la Conferencia Ministerial de Ginebra para diciembre de 2009, la misma se desarrolló por
fuera del programa de Doha. Aún así, en dicha reunión, así como en otras, como las del G20
“financiero”, la Ronda Doha continuó presente especialmente en los discursos. Los informes
de dicho encuentro remiten a cómo “los Ministros han reafirmado la necesidad de concluir la
Ronda en 2010 y de hacer un balance en el primer trimestre del año próximo” (OMC, 2009,
WT/MIN(09)/18).

Iniciado el 2010, las delegaciones alcanzaron una serie de principios que debían orientar
las próximas etapas: la necesidad de mantener y reforzar el carácter central de la dimensión
multilateral de estas negociaciones; el avance en lo que ya hay y figura en los textos de los Presi-
dente y la firme voluntad de no retroceder; y la priorización de la dimensión de desarrollo como
esencial para los resultados de la Ronda. Conjuntamente con ello comenzaron a implementar
lo que Pascal Lamy ha denominado enfoque de “cóctel” que recomendaba seguir varias vías al
mismo tiempo: “la dosis adecuada de cada ingrediente y todo ello bien mezclado”.

Por un lado aconsejaba, continuar los procesos dirigidos por los Presidentes en los Grupos
de Negociación, respetando el ritmo de trabajo y el estado de madurez de las distintas cuestiones.
Por otro lado, debían incorporarse la celebración con más frecuencia reuniones con los Grupos
y reuniones del Comité de Negociaciones Comerciales (CNC) para que se oyera a todos y se
respetasen plenamente los principios de transparencia e inclusión. Finalmente, seguían siendo
necesarios y esenciales los grupos más pequeños de geometría variable y los contactos bilaterales,
tanto en esferas específicas como en el plano horizontal.

Como resultado de dichos principios y lógicas se arribó a la conclusión de que para el primer
trimestre de 2011 era preciso avanzar en nuevos textos revisados de las negociaciones. Así se
realizaron ciertos progresos en por ejemplo indicaciones geográficas, o en la negociaciones
relativas a las reducciones de aranceles y barreras no arancelarias para bienes y servicios
ambientales, pero tanto en agricultura como en AMNA los avances han resultado más lentos.
En la primera el eje sigue estando en la simplificación de los aranceles, el establecimiento de
contingentes arancelarios, el mecanismo de salvaguardia especial, y el tema del algodón. En la
segunda, por su parte, se continúa trabajando sobre las modalidades en vistas de poder llegar a

24 Eldetalle de los debates acerca de la MSE y una comparación entre los distintos proyectos en consideración
puede consultarse en OMC (2008) guía no oficial sobre las salvaguardias para la agricultura. Texto corregido del 5
de agosto de 2008, disponible en http://www.wto.org/spanish/tratop_s/agric_s/guide_agric_safeg_
s.htm (Consultado 24 de junio de 2013).
De la creación del GATT a la Conferencia de Bali: las transformaciones de las
instituciones internacionales reguladoras del comercio internacional, y su
56 impacto para los países en desarrollo
un nuevo texto revisado.

Hacia las Pascuas de 2011 se presentaron los llamados “Documentos de Pascuas”. Estos
documentos plasmaron por primera vez la totalidad del paquete de Doha, e incentivaron a los
Estados a reactivar –momentáneamente- el proceso negociador.

En AMNA el informe estuvo a cargo del embajador Luzius Wasescha, y remitió principal-
mente a las cuestiones del texto de AMNA de diciembre de 2008, distintas de los obstáculos no
arancelarios. Según el mismo, desde comienzos del 2009 las actividades del grupo de negociación
se han centrado en los obstáculos no arancelarios. Los principales avances en dichos aspectos se
concentraron en el mecanismo horizontal (procedimiento para facilitar la búsqueda de soluciones
para los obstáculos no arancelarios), el etiquetado de los textiles y la transparencia.

En cuanto a agricultura, el informe fue elaborado por Walker, Presidente de las negociaciones
desde abril de 2009. El informe evitó abordar las discusiones sobre las principales áreas de
negociación. En su lugar se centró en nueves temas que se encuentran “entre corchetes”: topes
arancelario nuevos contingentes arancelarios productos sensibles, productos especiales, MSE,
caja azul, simplificación arancelaria.Además de estos dos, otros informes que comprenden el
Paquete de Pascuas son: el del grupo de negociación sobre normas, el del OSD, el informe
del consejo sobre los ADPIC, sobre servicios, y los de los comités de comercio y desarrollo y
comercio y medio ambiente. Finalmente se incluyó también un borrador del texto de facilitación
del comercio.

Las estimaciones del volumen de ganancias o pérdidas de los diferentes puntos comprendidos
en los documentos van desde entre 300 a 700 billones (Messerling, 2011), a medio trillón de
dólares (Trejos, 2011) y hasta un trillón de dólares en términos de productividad mundial
(Sutherland, 2011). Tal como refleja el documento “Why World Leaders Must Resist the False
Promise of Another Doha Delay” del Centre for Economic Policy Research (2011), la cuestión
central es si lo que está sobre la mesa es suficiente para cada uno de los Estados para sobrellevar
los costos políticos asociados con las reducciones de aranceles y de las redes de protección
comercial doméstica en cada uno de los países. Por lo cual se requiere resolver cuestiones
políticas más que técnicas, algo que el devenir de la crisis financiera internacional ha vuelto
dificultoso.

Recién en 2013, con un nuevo director general en la OMC, el brasileño Roberto Azevêdo, los
temas de Doha parecían querer buscar nuevos rumbo. En efecto, Azevêdo propuso concentrarse
en tres temas del paquete de Doha a tratar en la IX Conferencia Ministerial. Los mismos pasaron
a ser conocidos como los temas de Bali: facilitación del comercio, agricultura y tratamiento de
los países menos desarrollados (PMD).

Tras varias semanas de negociación en Ginebra, y cuatro días de intensos intercambios en


Bali, los 159 miembros de la OMC lograron alcanzar un acuerdo en diciembre de 2013 en estos
tres asuntos (para ello fue necesario que el cierre de la Conferencia Ministerial se postergara un
día más). Este paquete, a pesar de ser acotado en su cobertura, tuvo una importancia histórica
clave en tanto que no sólo destrabó las negociaciones de la Ronda Doha por tantos años atascadas,
sino que además fue el primer acuerdo con carácter multilateral alcanzado desde el cierre de la
Ronda Uruguay.

En materia de Facilitación del Comercio se dieron los principales avances. Allí las negocia-
ciones condujeron al establecimiento de un Acuerdo sobre Facilitación del Comercio. Éste se
centró en el abordaje de cuestiones no arancelarias como la transparencia, las obligaciones de
3.4 La agenda post-doha y los desafíos a la cooperación multilateral en las
relaciones comerciales internacionales 57

notificación y agilización de los procedimientos aduaneros, y la reducción de los costos de la


operatoria del comercio exterior. Se trataba de un punto de interés de los países desarrollados,
y en particular de las empresas que montan sus sistemas productivos en las llamadas cadenas
globales de valor.

En cuanto a la cuestión agrícola, el Paquete de Bali renovó los compromisos asumidos en


Hong Kong referidos a la eliminación de las subvenciones a las exportaciones, e incorporó
otros elementos tales como un mecanismo para la administración de las cuotas tarifarias, y
un procedimiento transitorio para regular las existencias públicas destinadas a la seguridad
alimentaria. . Dentro de este conjunto, uno de los temas más complejos ha sido la “cláusula de
paz” que ciertos países impulsaron para eximir de las exigencias de reducción –y del mecanismo
de solución de diferencias- a los subsidios vinculados a la seguridad alimentaria y a las compras
de alimentos por parte del Estado.

Los aspectos del desarrollo fueron abordados por diversos documentos. Los más importantes
fueron la implementación de un Mecanismo para el monitoreo del Trato especial y diferenciado;
un procedimiento para el acceso a cuotas libres de aranceles para los PMA, así como la aplicación
de normas de origen preferenciales para estos países. En otros temas, como el Algodón, los
compromisos del Paquete de Bali fueron más bien discursivos que instrumentales, no generando
obligaciones vinculantes para los miembros.

Así, este paquete sirvió para reafirmar el papel de la OMC como principal foro mundial para
el comercio, aunque sus avances hayan sido limitados. El resto de los temas de la Agenda de
Doha para el Desarrollo sigue estando pendiente de negociación, en un entorno cada vez más
complejo.

3.4 La agenda post-doha y los desafíos a la cooperación multilateral en las


relaciones comerciales internacionales

Tras este extenso período de incertidumbre en el avance de las negociaciones multilaterales,


la OMC se enfrenta a múltiples desafíos. Muchos de éstos subyacen en las transformaciones que
se sucedieron en las relaciones comerciales internacionales desde 1995. El mundo ha cambiado,
pero las instituciones y normas del comercio no. Al mismo tiempo, si bien la gobernanza del
régimen se ha visto cuestionada, los volúmenes del comercio han seguido avanzando a un ritmo
creciente.

La distribución de poder emergente en la segunda década del siglo XXI muestra la presencia
de una mayor cantidad de “decisores” involucrados en las instancias claves de negociación, a la
vez que esboza una multiplicidad de liderazgos regionales. Los llamados BRICS, pero también
las divergencias entre EEUU, UE y China deben considerarse en ese sentido. Al respecto de
estas reflexiones, resulta interesante recordar lo señalado por Makuc (2013), según quien “Lo
importante es que en el mundo actual los actores económicos determinantes son los EEUU
y China. (. . . ) La falta de coordinación entre las autoridades de esos dos países es una de las
razones por las cuales no se puede avanzar y dar pasos concretos hacia una mayor gobernabilidad
de la economía mundial ni hacia una reforma o recreación de instituciones económico financieras
internacionales”.

Frente a esta virtual parálisis, el fenómeno que se ha consolidado ha sido el de las negocia-
ciones preferenciales. Estos acuerdos están permitidos dentro de la OMC como excepciones a la
De la creación del GATT a la Conferencia de Bali: las transformaciones de las
instituciones internacionales reguladoras del comercio internacional, y su
58 impacto para los países en desarrollo
cláusula de nación más favorecida a partir del artículo XXIV del GATT, de la llamada “cláusula
del abuelo”, y de la “cláusula de habilitación”. Se trata de acuerdos entre dos o más países que
permiten obtener algunas de las ganancias de la cooperación internacional en materia comercial,
por fuera del esquema multilateral. Actualmente hay notificados cerca de 400 acuerdos (200 en
vigor) que incluyen tanto bienes como servicios, de los cuales el 80 % fueron realizados a partir
del año 2000, dando lugar a una regulación no simétrica del comercio global (entendido este
como un bien colectivo). Estos acuerdos se han caracterizado por ir más allá de las reducciones
arancelarias, incorporando otro tipo de normativa más vinculada a la integración económica.
Durante 2012 entraron en vigor 14 nuevos acuerdos regionales (uno más que el promedio anual
de la década previa) y otros 8 lo hicieron durante los primeros siete meses de 2013. Como
resultado se han incrementado también las distintas teorías e interpretaciones de este fenómeno,
tal como se detalla en otros capítulos de este libro.

Si bien estos acuerdos pueden resolver de manera asimétrica cuestiones vinculadas a arance-
les, normas de origen, y otras normativas, hay al menos tres problemas vinculados al comercio
que persisten y requieren de la cooperación multilateral, una vez concluida la Ronda Doha.
Los mismos son la fluctuación de los precios de los commodities, tanto de alimentos como de
petróleo, la inestabilidad financiera, y la inseguridad medioambiental. Estos temas han sido
señalados con cada vez más frecuencias en la literatura especializada (Aadita Matoo y Arvind
Subramanian, 2010), y sobre ellos se encuentra la clave para la puesta en valor de las instituciones
existentes en el marco del régimen internacional de comercio.
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3.4 La agenda post-doha y los desafíos a la cooperación multilateral en las
relaciones comerciales internacionales 61

en el IX Congreso Nacional de Ciencia Política organizado por la Sociedad Argentina de


Análisis Político (SAAP), la UNL y la UCSF, Santa Fe, Argentina.

Actividades de afianzamiento

1. Role Play. Forme un grupo con compañeros de clase a fin de estudiar la posición de un
país en desarrollo / desarrollado sobre un punto de la agenda de negociaciones comerciales.
Tanto el país como el tema serán designados por el docente a cargo de la actividad. Tras
una semana de relevamiento de datos, deberá sostener la posición del país en el marco
de un juego de Role Play en el aula. En el desarrollo del mismo, cada grupo deberá
asumir el discurso y las prácticas del país asignado cual representante del mismo en las
negociaciones comerciales internacionales.

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