3S Tema 06 Dialogo de Sordos 32 - 34
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TEMA VI: DIÁLOGO DE SORDOS
CONSTRUYENDO EL APRENDIZAJE
Contexto de la Lectura
Las relaciones entre Roma y Constantinopla sufrieron constantes tensiones desde el siglo IV. En los
siglos siglos VIII y IX, se agravó la rivalidad con la cuestión de las imágenes, que desemboca en un
conato de separación. Nuevas
diferencias teológicas sobre el Credo (“creo en el Espíritu
Santo que procede del Padre y del Hijo”), así como
cuestiones políticas sobre la sede imperial (coronación de
Carlomagno como emperador en Roma), volvieron a
enturbiar las relaciones.
Las tensiones llegaron al límite en el siglo XI. Miguel
Cerulario, patriarca de Constantinopla, quiso reforzar su
autoridad en Bizancio (a la que pertenecía parte de Italia) y
obligó a los latinos que vivían en su territorio a
pasar al rito griego. Roma envió una embajada a Constantinopla, la cual no supo estar a la altura del caso,
terminando por condenar las costumbres griegas y excomulgando al Patriarca de Constantinopla. A su
vez, el Patriarca excomulgó a los
embajadores de Roma. Era el 16 de julio de 1054. La ruptura
total estaba hecha, y esta vez sería definitiva. Los ortodoxos
formarían una iglesia aparte y la historia se iba a encargar de
ahondar la separación.
Recién en el siglo XX, bajo el Pontificado de Pablo VI, se
levantaron ambas excomuniones, y hoy las dos Iglesias,
siguen conversaciones ecuménicas para su unificación.
Saltamos hasta el siglo XVI, que es el siglo del
Renacimiento y de la Reforma. Son los dos grandes
movimientos que se produjeron en ese tiempo: uno a nivel social y el otro a nivel religioso.
La Reforma corresponde a una gran revolución religiosa que rompió la unidad de la Iglesia Católica en el
siglo XVI, separando de ella a todos los
que aceptaban las nuevas doctrinas, conocidas bajo el nombre
genérico de protestantismo.
En el surgimiento de la Reforma influyeron causas religiosas,
políticas, intelectuales y económico-sociales.
Causas Religiosas: A principios del siglo XVI, la
Iglesia se encontraba en un profundo estado de
decadencia y de crisis. La riqueza material de esta época
hizo que se produjera corrupción y relajación de las
costumbres entre parte del clero, lo que afectaba hasta
las más altas jerarquías, incluido el
papado. Tales excesos despertaron poderosas críticas e insistentes exigencias en favor de una reforma
que los suprimiese de raíz.
Causas Intelectuales: La difusión de la Biblia, hecha posible gracias a la imprenta y que puso al
alcance de todos la palabra de Dios, fue generando
un clima crítico con respecto a los dogmas y organización
de la Iglesia. La Biblia como única fuente de creencia
religiosa fue el más poderoso germen de la Reforma.
Causas Políticas: Durante la Edad Media se
produjeron, muchas veces, conflictos entre los papas y los
gobernantes, para decidir quién tenía más poder, dejando
así un resentimiento entre ambos. A esto se agrega que en
los países nórdicos surgió un movimiento en contra de la
obediencia a Roma; para
estos países, adoptar la Reforma era afirmar su sentido de nacionalidad frente a la catolicidad
representada por el papado romano.
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TEMA VI: DIÁLOGO DE SORDOS
Causas Económicas: La Reforma halló campo fértil en países en que el capitalismo se había
desarrollado, ya que las clases enriquecidas, gracias al comercio y al monopolio, sabían que la Iglesia
veía con malos ojos el origen de sus ganancias. Además, algunos reyes y nobles vieron, que
separándose de la Iglesia Católica, podrían adueñarse de sus extensas posesiones.
Lutero nació en Sajonia en 1843. Estudió en Erfurt. Ingresó a la Congregación Agustina en Wittenberg y
llegó a ser profesor de Teología en la Universidad de aquella ciudad.
Criticó la predicación de los dominicos sobre las
indulgencias vinculadas a las limosnas ofrecidas para
la construcción de la Iglesia de San Pedro en Roma.
Lutero asumió como objetivo básico de su vida, la
reforma de la Iglesia cristiana de Occidente. Tras ser
excomulgado en 1521 junto a sus seguidores por el
Papa León X, el luteranismo tuvo que desarrollarse a
partir de la creación de iglesias nacionales
independientes, precipitando así la ruptura de la
unidad del cristianismo occidental.
Luteranismo, es la denominación que recibe la
doctrina aceptada por la principal comunidad vinculada al protestantismo, cuyos orígenes como
movimiento se remonta al siglo XVI, cuando Martín Lutero (del que recibe su nombre) enunció sus
principios básicos, germen a su vez de la llamada Reforma protestante.
El luteranismo proclama la autoridad definitiva de la Palabra de Dios (según aparece en la Biblia) en
materias de fe y vida cristiana, y señala a Cristo como la clave para la comprensión de las Sagradas
Escrituras.
Juan Calvino nació el 10 de julio de 1509 en Noyon, Francia, recibió enseñanza formal para el sacerdocio
en el Collège de la Marche y en el Collège de Montaigu, ambos centros académicos dependientes de la
Universidad de París.
Influido por su padre, cursó estudios de leyes. Junto a
varios amigos empezó a interesarse por el entorno del
humanismo, así como por el movimiento de la Reforma,
y emprendió estudios sobre la traducción griega de la
Biblia. Tuvo que huir de París cuando apoyó a Martín
Lutero, yendo a Ginebra, donde se estableció.
Según Calvino, la Biblia especificaba la naturaleza de
la teología y de todas las instituciones humanas.
Por eso, sus exposiciones doctrinales comenzaban y concluían en las Escrituras.
Su teología (denominada de forma genérica calvinismo) le convirtió en el principal exponente de las
doctrinas cristianas al amparo de las cuales surgieron buen número de las Iglesias reformadas
protestantes.
Escuchamos la Palabra
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TEMA VI: DIÁLOGO DE SORDOS
Interiorizando la Palabra
La división de los creyentes es el primer pecado de la Iglesia. Diversos apóstoles habían pasado por esta ciudad,
y algunos en la comunidad aprovechan esto para proclamarse más que otros. Pablo les pide que terminen con las
divisiones, que encuentren un mismo modo de pensar y los mismos criterios.
Pablo dice todo lo que tenemos en común gracias a Cristo y al Espíritu, que nos
llama a la unión, al amor y a la paz. Y lo que se construye es el cuerpo de Cristo o el
Hombre perfecto, formado por los millones de miembros que cuenta y contará
todavía en adelante la humanidad. Un día, todos unidos formaremos ese Hombre
perfecto con su infinidad de miembros.
El modelo es la unidad de un solo Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, en la Trinidad
de personas. Esta unidad pedida por Jesucristo, se vio atacada casi desde el
nacimiento de la Iglesia. Pronto surgieron movimientos que creían en aspectos
diferentes a los fundamentados por los apóstoles.
San Pablo comienza a percibir esta separación entre unos y otros. Por eso afirma
que nuestro destino es único, que todos vamos al Padre por Jesucristo. Pablo sabe
que las divisiones se producen en el corazón, cuando
las pasiones cierran el camino al amor y a la aceptación del que es diferente. Su invocación va dirigida a los
lazos de paz y a la unión en el espíritu, porque allí, nadie nos podrá separar.
Mensaje para hoy
No basta con predicar a Cristo, es necesario que los hombres vean a los cristianos unidos en torno a Él. Sin
embargo, la historia de la Iglesia parece desmentir la oración de Cristo. Jesús deseaba la unidad y, este deseo,
lo pidió expresamente, pero para mantener esa unidad entre personas de temperamentos diversos y pueblos
de culturas diferentes, se requiere mucho amor y comprensión.
En estos años, se están haciendo esfuerzos entre cristianos para
encontrar puntos comunes de unión. Pero el gran problema es la
escucha y el diálogo. Cuando seamos capaces de escuchar al otro,
por muy diferentes que sean sus opiniones, y tratemos de buscar en
ellas lo bueno, entonces estaremos en condiciones de vivir en paz y
en unidad.
De lo contrario, cuando nos cerramos en nuestras posiciones
religiosas, sociales, políticas, étnicas o de cualquier otra índole, lo
único que conseguimos es violencia y desunión. Nos falta cultura
de diálogo, de escucha, de respeto hacia el otro.
Continuamente vemos actitudes de rechazo, de desprecio, de marginación, por el simple hecho de ser
diferentes, de venir de otra tierra, de pensar de otra manera, de tener otra fe.
El tema de hoy, no es un tema de hace seiscientos años, es un tema actual de incomprensión, de prepotencia
y de exclusión. Hagamos un esfuerzo por vivir esa paz y esa unión en el espíritu que nos pide Pablo y
mejoraremos todos los ambientes donde vivimos.
Conversamos:
¿Que entendemos por lazos de paz y unión en el espíritu?
¿Crees que se podría haber evitado la separación de las iglesias? ¿Qué hubieran debido hacer?
¿Crees que seguimos siendo intolerantes entre las iglesias hoy día?
¿Crees que también hay intolerancia en la política, economía, relaciones sociales, salud…?
Recordamos
La Iglesia tiene un solo Señor, confiesa una sola fe, nace de un solo Bautismo,
forma un solo Cuerpo.
El diálogo no debe girar sobre cuestiones abstractas. Lo que es más importante y
más urgente, es el diálogo de los corazones y de la vida; aprender a estimarse
mutuamente, saber escuchar a los otros.
Los cristianos debemos vivir con lazos de paz, unidos en el mismo espíritu.
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