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Resumen Edad Media

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EDAD MEDIA

La Edad Media es el período histórico de la civilización occidental comprendido


entre el siglo V y el siglo XV. Se suele situar su inicio en el año 476 con la caída del
imperio romano de occidente y su fin en el año 1492 con el descubrimiento de
América, aunque también se sitúa en 1453 con la caída de Constantinopla, fecha que
tiene la singularidad de coincidir con la invención de la imprenta por parte de
Gutenberg y también con el fin de la Guerra de los 100 años, una guerra que en
realidad duró 116 años entre los reinos de Francia e Inglaterra. Esta guerra fue de raíz
feudal pues su propósito era resolver quién controlaría las enormes posesiones
acumuladas por los reyes ingleses desde 1154 en territorios franceses debido al
ascenso al trono inglés de Enrique II Plantagenet. Tuvo implicaciones internacionales y
finalmente, después de numerosos avatares, se saldó con la retirada inglesa de tierras
francesas.
En la Edad Media se sustituyó el modo de producción esclavista por un modo
de producción de servidumbre feudal. También se fue produciendo una
descomposición de las estructuras centralizadas del Imperio Romano que dio paso a
una dispersión del poder. En lo ideológico y cultural se produjo un mestizaje de la
cultura clásica con las culturas monoteístas cristiana e islámica, cada una en su
espacio.
La edad media suele dividirse en dos grandes periodos: temprana o Alta Edad
Media, siglos V a X, y Baja Edad Media, siglos XI a XV.
Como hemos visto, la Edad Media duró unos mil años, y en mil años ocurren
muchas cosas. Por un lado, en Oriente tenemos la historia del Imperio Romano de
Oriente, apodado como el Imperio Bizantino, con la capital en Constantinopla, donde
se hablaba griego. Desde aquí se cristianizarán los pueblos eslavos como los serbios,
los búlgaros y los rusos. Por otro lado, en Europa occidental tenemos a un montón de
pueblos germanos, bárbaros para los romanos, procedentes del norte de Europa, que
fueron descendiendo en sucesivas oleadas hacia el sur y se fueron asentando
formando reinos. Estos pueblos aseguraron y fusionaron con su cultura muchos
rasgos de la civilización griega y latina, adoptando el derecho romano y el cristianismo
como religión oficial.
En el año 620 en la meca surge la figura de Mahoma, que crea una religión
monoteísta: el islam. A su muerte, en el 632, la Península Arábiga, (confluencia de
África y Asia, entre el golfo pérsico, golfo de Adén, mar arábigo y el mar rojo) era ya en
su mayoría musulmana. Sus sucesores tomaron el título de califa e iniciaron una
expansión territorial que llegó desde la Península Ibérica (España, Portugal, Francia
Andorra, Gibraltar) hasta la India. La presencia de los musulmanes como una
civilización rival alternativa asentada en la mitad sur de la cuenca del Mediterráneo,
cuyo tráfico marítimo pasan a controlar, obligó al cierre en sí misma de la Europa
occidental durante varios siglos. Para algunos historiadores este hecho significó el
verdadero comienzo de la Edad Media.
En el año 732, en la batalla de Poitiers, con Carlos Martel a la cabeza de un
ejército, comienza el retroceso de las fuerzas musulmanas en Europa. El nieto de
aquel Carlos Martel, Carlomagno, expandió los distintos reinos francos hasta
transformarlos en un imperio, el Imperio Carolingio, al que incorporó gran parte de
Europa occidental y central. Conquistó Italia y fue coronado "Imperator Augustus" por
el papa León III el día de Navidad del año 800. A su muerte el imperio se acabaría
dividiendo entre sus nietos. Alemania y Francia se disputan el norte de Italia. Gana
Alemania, que obtiene en favor del papa y la corona imperial. El resultado es el Sacro
Imperio Romano Germánico.
En el año 962 el rey alemán Otón I, llamado el Grande, es coronado
emperador. Tras la desintegración del Imperio Carolingio y el fracaso del proyecto
político centralizador de Carlomagno la debilidad de los reyes se hizo evidente. Sus
sucesores se vieron obligados a ceder gran parte de su autoridad a los condes y
marqueses para obtener su apoyo. Para asegurarse la lealtad de estos nobles los
monarcas les entregaron tierras: los feudos. Por otro lado, las invasiones de vikingos,
sarracenos y húngaros aumentaron la inseguridad general, lo que obligó a los reyes a
encomendar a los nobles la defensa de sus territorios. Nace la figura del caballero.
El feudalismo alcanzó su madurez en el siglo XI y tuvo su máximo apogeo en
los siglos XII y XIII. Su cuna fue la región comprendida entre los ríos Rin y Loira,
dominada por el ducado de Normandía. Por feudalismo entendemos al sistema
basado en una serie de lazos y obligaciones que respaldan compromisos,
generalmente militares, entre un hombre libre, el vasallo, y otro hombre libre en
situación superior, el señor. El vasallo juraba fidelidad a su señor y se comprometía a
cumplir determinadas servidumbres, principalmente de auxilio militar y consejo político:
"auxilium et consilium", recibiendo como contraprestación un beneficio, habitualmente
el control y jurisdicción sobre la tierra y la población de su feudo o señorío. A esto se le
conoce como vasallaje. El vasallaje se confirmaba a través de dos ceremonias: el
homenaje y la investidura. La posibilidad de que un vasallo tomará bajo su protección
a su vez a otros hombres que pasaban a ser sus vasallos estableció una red piramidal
de relaciones vasalláticas.
Acabamos de ver cómo se pasó de un estado romano basado en el poder
central y un vasto territorio a un estado basado en vínculos personales fragmentado en
los distintos feudos. En ellos el señor acapara las funciones propias del Estado, por
ejemplo, legislar, imponer impuestos y administrar justicia. La tierra adquiere una
enorme importancia económica al disminuir el comercio y la circulación monetaria. Por
eso, la agricultura es la base de la economía feudal, una economía de autoconsumo.
La vida rural predomina frente a la urbana. Un feudo característico se componía de
una aldea rodeada de terrenos para cultivar protegida por un castillo regentado por un
señor. A este castillo también se le denominaba "burgo". Por extensión se aplicó el
nombre de "burgo" a las poblaciones que se desarrollan en torno a estas
construcciones. Así surgieron las grandes ciudades medievales. A los habitantes de
estas nacientes ciudades se les llamaban "burgueses", naciendo el término "burgués".
A estos centros acudían los campesinos a vender sus excedentes: cereales, frutas,
carne, a la vez que compraban artículos de uso cotidiano elaborados por los artesanos
(herramientas, cerámica, ropa...). Se fueron creando nuevos barrios de artesanos y
mercaderes que se agrupaban en gremios. Fue en estas ciudades donde nació el
estilo gótico, una evolución del románico. Estas ciudades vieron el levantamiento de
prodigiosas catedrales: Chartres, París, Colonia, León o Burgos se cuentan entre las
obras arquitectónicas más extraordinarias que ha construido el hombre. También las
ciudades vieron el nacer de las universidades como las de Bolonia, Oxford,
Cambridge, Salamanca o París. En ellas se aprendían las siete artes liberales
compuestas por el "trívium" (gramática, lógica y retórica) y el "quadrivium" (geometría,
astronomía, aritmética y música). También podían cursarse estudios especializados
como derecho, medicina, teología y filosofía. La filosofía dominante era la de
Aristóteles, cuyos textos habían llegado a Europa a través de los centros de
enseñanza árabes. La filosofía medieval, la escolástica, se proponía
fundamentalmente sistematizar la concepción cristiana del mundo en términos
aristotélicos. El representante más célebre de esta corriente fue santo Tomás de
Aquino.
Catedrales majestuosas, universidades... Vaya, parece que la Edad Media no
es esa época oscura que siempre nos han querido vender... Y todavía no hemos
mencionado los monasterios. Los monasterios también fueron islas de civilización. De
ellos no sólo emanaba espiritualidad, cultura y cristianismo, también fueron los que
introdujeron la roturación de los bosques, beneficiosos inventos como la buena
cerveza, o maravillosos remedios naturales. Pero los monasterios fueron
fundamentalmente grandes escritorios donde se salvaron, copiaron y conservaron los
manuscritos que hemos heredado de la Antigüedad. Estas islas de civilización no eran
lo común dentro de la sociedad medieval. La mayoría de la población era analfabeta.
Aquí los juglares y trovadores jugaron un papel muy importante. Eran músicos y
poetas que divulgaron oralmente las hazañas épicas de héroes. La Edad Media es la
época de los grandes caballeros y los grandes cantares de gesta como el Cantar de
Mío Cid, la Canción de Roldán, Beowulf o el Cantar de los Nibelungos. Estos poetas
también nos hablaron del "amor cortés", que expresaba el amor de forma noble,
sincera y caballeresca. El mayor ejemplo lo encontramos en la historia artúrica de
Tristán e Isolda. La poesía trovadoresca era sobre todo de temática amorosa, pero
también podría centrarse en aspectos políticos, morales, religiosos, etcétera. Otro de
los temas podía ser el de las Cruzadas, una serie de campañas militares con el
objetivo de restablecer el control cristiano sobre Tierra Santa, el territorio geográfico
que comprende todos los sitios en los cuales se desarrollaron escenas bíblicas.
Para terminar, veamos cómo era la pirámide social de un régimen feudal:
 En lo alto de la, cúspide se encontraban el emperador o los reyes.
 Para el siguiente escalón vamos a establecer dos columnas diferenciadas,
pues la Iglesia constituía una jerarquía paralela a la nobleza. Dentro de la alta nobleza
tenemos a duques, marqueses y condes, cuyos títulos derivan de gobernadores del
imperio carolingio. Un escalafón más bajo tenemos a barones, caballeros, etcétera.
En la rama del clero también distinguimos entre alto clero, que procedía de la alta
nobleza y las familias reales, y el bajo clero, que procedía de familias acomodadas de
campesinos y artesanos.
 En la base de la pirámide tendríamos al 90% de la población: el campesinado.
Los campesinos con menos derechos, como el de no poder abandonar el feudo, eran
los siervos. La diferencia principal entre un siervo y un esclavo consistía en que, en
general, un siervo no podía ser vendido por separado de la tierra que trabajaba, y en
que jurídicamente era un hombre libre.
Era una sociedad profundamente estática ya que cada individuo permanecía en
la clase social en la que había nacido. Las injusticias que comportaba esta jerarquía
eran compensadas por la religión. Toda situación de desventaja en este mundo se
compensaba con una situación de ventaja en el siguiente.
CRISIS DEL IMPERIO ROMANO DE OCCIDENTE
El Imperio Romano dominó el mundo occidental durante siglos llevando
progreso, cultura y bienestar económico y social a los pueblos bárbaros de Europa y
sirviendo de puente entre las culturas de oriente y occidente, este poderoso imperio
cayó tras sufrir la invasión de hordas de pueblos germánicos del norte de Europa, los
cuales conquistaron las provincias del imperio y finalmente la propia Roma, pero esta
invasión solo era el punto final de una largo periodo de decadencia, las verdaderas
causas de la caída del Imperio Romano, fueron más complejas que las invasiones
bárbaras.
Crisis del siglo III
El periodo que ocupa desde el año 235, cuando destronan al emperador
Alejandro Severo (d.C) hasta el año 285, cuando Diocleciano decide dividir el imperio
en dos (d.C) se denomina la crisis del siglo tercero. Los enfrentamientos internos entre
los generales por el poder conllevó a una mala administración política y territorial, el
continuo cambio de emperadores causo una fuerte crisis económica, se devaluó la
moneda, aumentaron los precios y se perjudicó gravemente el comercio interior y
exterior, la crisis económica hizo que la población libre tuviera que salir de las grandes
ciudades a las zonas rurales en busca de comida y trabajo, muchos perdieron la
ciudadanía quedando bajo el control de los grandes terratenientes y señores feudales.
En el año 235 el emperador Alejandro Severo fue dado de baja por su propio ejército y
comenzó una lucha de poder por el control del imperio, a causas de las luchas
internas, se descuidaron las líneas fronterizas, los godos, vándalos y germanos
alcanzaron las fronteras norte al imperio y los sasánidas la frontera este, los romanos
en un intento por recuperar el control de las fronteras, les permitieron asentarse en el
territorio como colonos si actuaban como aliados y vigilantes, sin embargo la debilidad
del gobierno de Roma y el aumento de poder de las tropas encargadas de los puestos
fronterizos, provocaron una anarquía militar donde los emperadores eran nombrados y
depuestos según los intereses de las tropas que controlaban las fronteras.
Dentro de las causas de la caída del Imperio Romano tenemos que hablar del
cambio que se fue produciendo dentro de la sociedad, los primeros en notarlos fueron
los humildes campesinos y artesanos, éstos fueron sufriendo cada vez más las
subidas de los impuestos del Estado, el cual necesitaba de forma urgente cobrar en
especies, alimentos, herramientas, armas, etc., por ello para poder escapar de las
obligaciones pues no tenían ni para vivir, decidieron ceder las tierras a los Honorati,
señores terratenientes, para pasar a trabajarlas como arrendados a cambio además
recibían la protección del nuevo señor de las tierras, ante los abusos de los agentes
imperiales, los cuales no podían hacer nada contra este grupo, pues estos no pagaban
los impuestos.
En el año 285 d.C., Diocleciano decide dividir el imperio en dos, creando el
imperio romano de Occidente, con capital en Roma y el de Oriente, con capital en
Constantinopla, en cada uno de estos territorios gobernaría un emperador, Diocleciano
era el emperador de Occidente y Maximiano el de Oriente, a su vez cada emperador
estaría apoyado por un vice emperador, encargado de controlar las fronteras, en
occidente era Galerio y en Oriente era Constancio. Por esta razón mucho del territorio
occidental quedó desamparado del poder suficiente para evitar invasiones
perjudiciales.

Cristianismo
Una de las razones principales por la que el Imperio Romano atisbo a su fin,
fue sin duda el cristianismo, la vida y el futuro parecían desalentadoras para los
millones de personas que se encontraban bajo el yugo romano. El cristianismo
proclamaba la creencia de la vida después de la muerte, lo que muchos vieron como
una señal de esperanza y aliento entre tanta desesperación, el cristianismo predicaba
que la vida era sagrada y que debía evitarse toda actitud pecaminosa, de esta manera
la actitud del Imperio Romano, pasó de ser hostil y agresiva a convertirse en pacifista,
devoto de la paz y santidad de la vida, la moral, la ética y los valores romanos habían
cambiado radicalmente y las personas estuvieran dispuestas a dar sus vidas por su
nueva religión y sus creencias, en efecto, muchos cristianos murieron terriblemente
debido a numerosas persecuciones cristianas, hasta que finalmente, el emperador
romano Constantino El Grande, se proclamó devoto de la fe cristiana y emitió un
edicto especial, el edicto de Milán otorgando el favor y la protección de la gran masa
de creyentes, con la llegada del cristianismo, también se cambió la actitud con
respecto a la esclavitud, la manumisión, acto de liberar a los esclavos, condujo a una
severa reducción en el número de la servidumbre con los que contaba el Imperio como
mano de obra fundamental de esta manera, el fin de roma se veía inevitablemente, y
con el inicio del cristianismo comenzaba a morir el imperio.
Invasiones bárbaras
El golpe brutal de los bárbaros constituyó el golpe definitivo. Roma comenzó a
sufrir el asedio de las potencias enemigas y la resistencia del ejército romano pronto
se vio bajo los embates del gran ejército bárbaro. Compuesto por guerreros visigodos
al oeste de la Galia y los vándalos, desde el año 410 la capital romana fue asediada
por las hordas de los visigodos, bajo el mando de Alarico y posteriormente por los
vándalos, guiados por Genserico en el año 455. Incluso el poderoso Atila, destruyó la
ciudad en el año 451, todos estos ataques tomaron lugar durante el reinado del
desafortunado Valentiniano tercero y evidenciaron la desintegración de la autoridad
romana en el mundo.
Ricimero y los últimos días del Imperio
La autoridad del Imperio de Occidente, había quedado reducida en el territorio
de la actual Italia, de donde sólo conservaba reminiscencias de su gran poderío. Los
barbaros constituían el verdadero poder tras el trono, puesto que los ejércitos romanos
se encontraban conformados mayormente por tribus bárbaras bajo el control de
generales barbaros e incluso, los asuntos importantes de la capital eran manejados
por los barbaros, el lugar ganado por el general Flavio Estilicón el vándalo, durante el
reinado de Honorio fue reemplazado tiempo después con la presencia de Fabio
Ricimero, durante los últimos años del Imperio. El nuevo líder comandaría a las tropas
bárbaras en favor de Roma y en cambio, Roma le otorgaría el título de senador
patricio, que en aquel tiempo era el equivalente a Regente del Imperio. Durante 17
años Ricimero ejerció autoridad absoluta nombrando y destituyendo emperadores a su
propia voluntad.
El imperio Romano de Occidente había pasado a la historia y nada quedaba
por extinguir de él más que no fuera su nombre. El rol desempeñado por Ricimero
como creador de reyes fue asumido posteriormente por Orestes El Panonio, que había
recibido el título de Patricio, Orestes ubicó en el trono a su hijo Rómulo Augústulo, “El
Niño”, de apenas 6 años. El corto reinado del joven emperador no contiene relevancia
en la historia que el hecho de haber sido el último emperador de los reinados de
Occidente. Los bárbaros mercenarios demandaban un tercio de las tierras italianas del
Imperio y ante la negativa de Orestes, encomendaron el asunto en manos de Odoacro,
líder de la tribu germánica de los hérulos, ante el asedio bárbaro, Rómulo no tuvo otra
alternativa que renunciar su título de emperador, con lo que fue comunicado al regente
del Imperio Oriental que no existía necesidad de nombrar otro emperador en el
occidente, Odoacro obtuvo entonces el título de patricio y gobernó por toda Italia como
vicario del Emperador de Oriente. Desde ese momento el Occidente había sido
privado de su título Imperial y este hecho es recogido en la Historia como la caída del
Imperio Romano de Occidente.
La caída final de Roma tuvo lugar en el año 476 (d.C), durante el saqueo de los
godos a la capital romana. Los acueductos que suplían el abastecimiento de agua
fueron destruidos por los bárbaros y el pueblo romano quedo indefenso ante la
escasez de agua, llegando a morir hasta un 90% de sus habitantes. Esta pérdida
demográfica significo el punto final para la ciudad y por consiguiente para todo el
Imperio Romano. El occidente se convirtió gradualmente en el hogar de varias tribus
germanas, en África se encontraban los vándalos, en España y al sur de la Galia los
visigodos, al noreste de España los Suevos, al sudeste de la Galia los Burgundios, la
Britania los sajones y los Jutos, y finalmente en Italia los Hérulos. El jefe del nuevo
reino germano comenzó ejerciendo una autoridad independiente y el pueblo romano
no tuvo otra que someterse al nuevo mandato, las costumbres y las tradiciones de los
romanos, sus leyes, y su lenguaje aún eran preservados, pero fueron corrompidos con
nuevos costumbres, nuevas ideas y nuevas instituciones, como la caída de la vieja
república constituía una transición hacía la constitución del Imperio. El declive del
Imperio constituyó una transición hacía una nueva fase de Imperialismo, en otras
palabras, la caída del Imperio Romano de Occidente fue, en realidad, una transición
hacía la construcción de los pilares que fundamentan nuestra civilización moderna. Mil
años después la otra mitad del Imperio Romano, el Imperio Bizantino desaparecería al
ser derrocado el último emperador a manos de los turcos en 1453.
ALTA Y BAJA EDAD MEDIA
Baja Edad Media XI –
Alta Eda Media V – X
XV
Agrícola-ganadera de Resurgen las ciudades
subsistencia con y se vuelven centros
elaboración de económicos. Aumenta
manufacturas caseras. la producción agrícola
ECONOMIA:
y ganadera, se cultivan
nuevas tierras y se
abre el comercio a
larga distancia.
Feudalismo como El campo mantiene la
organización de la sociedad estamental.
sociedad basada en el Perdidas demográficas
SOCIEDAD
predominio de la por guerras, peste
nobleza y división negra y hambrunas.
estamental.
Poder de la monarquía Fortalecimiento
limitado por el poder de progresivo de los
la nobleza y el alto reyes. Pugna por el
clero. poder de los nobles y
POLITICA
monarquías. Reyes
tratan de imponerse a
la Iglesia. Desarrollo
de las ciudades.
Ciencia estancada por Progreso y desarrollo
ideas filosóficas y de importantes
creencias religiosas. innovaciones técnicas.
Declive de la cultura Diversidad de herejías
grecorromana y reformas de la
CULTURA
conservándose en Iglesia. Mayor
monasterios. Concepto educación (se fundan
teocéntrico debido a la distintas
fuerte influencia universidades). Arte
cristiana. gótico.

EDICTO DE MILAN Y LAS IMPLICANCIAS


El Edito de Milán, firmado por Constantino, el primero del año 313 d.C, fue un
Edito de tolerancia, genera al cristianismo libertad de acción, poniendo fin a la
persecución de los cristianos dentro del imperio Romano. Esto deriva a que le gana
“terreno” al paganismo, que eran las antiguas religiones de Roma, desplazando a las
demás religiones. Tras ser millones de cristianos en el Imperio Romano, este Edito
pondría fin a su persecución, dándole pie a ser la religión del Imperio.

EDICTO DE TESALÓNICA Y LAS IMPLICANCIAS


El Edito de Tesalónica, el segundo Edito de 380 d.C, firmado por Teodosio, va
a ser el que transforme al cristianismo como la religión oficial del Imperio. Es quien le
da al inicio al cristianismo. Se prohíben los sacrificios, los rituales, pero hay otras
religiones, pero no se las persigue. El Imperio absorbe la responsabilidad de la
burocracia cristiana. Roma aún tiene el poder en las manos, la Iglesia por ese
momento no tendría poder absoluto.
HEREJIA y CRISTOLOGICAS
Herejía o hereje, sería aquella persona que tiene la opción de elección, es
quien conoce la fe y elije correrse de la fe. En el siglo III-V / VI-VII comienzan distintas
cristologías, esto es, distintas interpretaciones de la religión cristiana, y así mismo,
distintas interpretaciones de Cristo. Hay una gran reflexión teológica para estas
fechas. Aparece el Arrianismo, con la interpretación de que Cristo no existió, de que es
una creación del hombre. Otro es el Monofisismo, con la idea de que Cristo es una
creación de la naturaleza divina, no pudo nunca morir en la cruz y no fue concebido
por una mujer. La otra de las más importantes o que podemos destacar, es el
Nestorianismo, con la interpretación de que Cristo eran dos personas, uno es un ser
divino y el otro es un simple hombre mortal. Todo esto comienza a generar un control
por parte de la Iglesia, así mismo, surge la Herejía Social. Se comienza a cuestionar la
función de la Iglesia (¿Para qué?) y también se cuestionan las prácticas del Clero.

¿QUÉ ES EL MONACATO?
El monacato cristiano hace referencia a la forma de vida de un determinado
número de fieles de las diferentes denominaciones cristianas, caracterizada por la
separación, sea radical o más o menos radical, del mundo. La raíz del concepto de
monacato deriva del griego monos que significa «solo», ya que en sus orígenes el
monacato nació con la idea de la soledad o aislamiento de los eremitas en el desierto.
Esta experiencia del eremita fue evolucionando en diferentes formas de vida, no todas
necesariamente en la radical opción de la soledad en el desierto, desde el
anacoretismo hasta el cenobitismo, esta última, que agrega la característica de la vida
en comunidad, esta se hace sin perder el elemento que la hace monástica: separación
del mundo o de la sociedad. Al cristiano que practica el monacato se le
llama monje o monja, y el lugar donde habita, si es en completa soledad, se llama
ermita o yermo; o si en comunidad, se llama monasterio.

SACRO IMPERIO ROMANOGERMÁNICO Y SU RELACION CON EL PAPADO


¿Cómo se formó el Sacro Imperio Romano-Germánico?
Después de la caída del gran Imperio Romano la idea de un nuevo imperio que
dominara Europa era poco probable, sin embargo, a principios de la edad media un
nuevo imperio se volvió a formar en el corazón europeo y se mantendría en el poder
por casi un milenio.
El Sacro Imperio Romano-Germánico fue una experiencia política única en la
historia, con un poder centralizado bajo un emperador, que coexistía con distintas
instituciones y príncipes locales que obtenían cada vez más autonomía, desde el
surgimiento de Carlomagno hasta la consolidación de Otón I.
Carlomagno El Gran Fundador
La formación del Sacro Imperio Romano Germánico fue un proceso gradual,
aunque oficialmente se definió en el año 962, con la coronación de Otón I, El Grande.
Muchos historiadores ubican su origen más de 100 años antes con la coronación de
uno de los nombres más famosos de la historia Carlomagno. Después del colapso del
imperio romano de occidente, Europa se dividió en distintos territorios y reinos más
pequeños. El cristianismo avanzó y fue adoptado por muchos de los reinos, entre ellos
los francos que por mucho tiempo fueron los más poderosos, pero tenían muchas
tensiones internas. Después de dos siglos la dinastía merovingia que reinaba comenzó
a perder poder, surgieron facciones separatistas en los extremos del reino y pequeños
reyes en distintas subregiones, estas tensiones llevaron a la batalla de Tertry en el año
687. En esta batalla se enfrentaron los merovingios con las fuerzas de Pipino de
Heristal, o Pipino el Joven, quien era el mayordomo o intendente del ducado de
Austrasia. Las fuerzas de Pipino se impusieron y con su victoria Pipino se convirtió en
él único rey de todos los francos. Esta batalla fue un hito clave para la dinastía
carolingia, que inició con él y alcanzó su punto más poderoso en el año 800, cuando
su bisnieto Carlomagno fue coronado. Los eventos que llevaron a esa coronación
ocurrieron en un contexto de agitación para la iglesia católica, todavía con su sede en
Roma la iglesia contaba entonces con el apoyo del imperio bizantino, que tenía su
centro de poder en Constantinopla y fue el resultado del imperio romano de oriente,
pero una serie de diferencias entre el pontífice y los bizantinos entre ellas la
controversia iconoclasta por el uso de imágenes religiosas enfrió las relaciones entre
el poder político y el religioso. Estas diferencias sin embargo no separaban totalmente
a la iglesia. En el norte de Italia dominaban los lombardos quienes acechaban y
ampliaban su territorio hacia el sur del país, amenazando directamente el dominio
sobre Roma. El miedo a los lombardos mantenía a la iglesia fiel al imperio bizantino,
de quien esperaba protección, no contaban con que el imperio enfrentaba el avance
del islam en su frontera Este, por lo cual su atención estaba en otra amenaza no tan
inminente para el papado. Cuando los lombardos empezaron a avanzar hacia el sur el
Papa buscó apoyo en el emperador de Constantinopla, al no obtenerlo tomó una
decisión crucial para el futuro europeo. Acudió al rey de los francos, Pipino III el breve,
nieto del Pepino que había unificado el reino francés. Pipino el breve invadió Italia y
venció a los lombardos, devolvió a la iglesia católica los terrenos invadidos, fue
coronado oficialmente por el papa, a partir de allí se formó una alianza entre los
francos y la iglesia. Antes de su muerte y siguiendo la tradición de los francos, Pipino
dividió su reino entre sus dos hijos, Carlomagno y Carlomán I.
Los intereses de Carlomagno y Carlomán I
Las tensiones no tardaron en surgir y ambos hermanos estuvieron al borde de
una guerra abierta por el poder, pero no llegaron al conflicto por la súbita y
conveniente muerte de Carlomán I, apenas tres años después de la división del reino.
Como si de una buena novela se tratase, los siguientes acontecimientos precipitaron la
imposición final de Carlos. La esposa de Carlomán I, Gerberga, esperaba que sus
hijos heredarán el poder de su padre y su hijo mayor fuera el nuevo rey de su parte del
reino, como era un niño aun la que gobernaría realmente sería ella, como su regente,
pero el entorno de Carlomán apoyaba a Carlomagno, así que le ofrecieron el poder
sobre su territorio y traicionaron a Gerberga y ella escapó con sus hijos hasta
Lombardía, donde el rey lombardo pidió al Papa de entonces que nombrará al hijo de
Carlomán, como rey, no contaron con la reacción y el poderío militar de Carlomagno,
quien respondió a la frente e invadiendo Italia y barriendo definitivamente con los
lombardos. Nadie conoce el destino de Gerberga y sus hijos, pero después de la
conquista de Lombardía ya no se volvió a escuchar el reclamo de poder de alguno de
los sobrinos. Carlomagno no sólo anexo el reino de Carlomán, también fue coronado
como rey de Lombardía.
La expansión del poder
Carlomagno expandió su poder y el de la iglesia católica en las siguientes
décadas por el resto de Europa occidental. Luchó contra los sajones, sometió a
Baviera, se enfrentó contra los eslavos, se extendió hacia zonas de España, como la
costa catalana y Gerona, luchó contra los musulmanes en territorio español y
eventualmente hasta los musulmanes reconocieron sus conquistas. Carlomagno
mantuvo la protección sobre la iglesia católica. El 25 de diciembre del año 800, el papa
León III coronó a Carlomagno como emperador de los romanos, recuperando un título
que no existía en Europa occidental desde hacía más de tres siglos. Este
nombramiento fue el que rescató la idea de un imperio en Europa.
El colapso del imperio carolingio
Carlomagno murió 14 años después de su coronación como emperador. Sus
descendientes de la dinastía carolingia mantuvieron el título por casi un siglo, hasta el
año 888, cuando la muerte del emperador Carlos III, conocido como 'el gordo', llevó al
colapso definitivo del imperio, donde se dividió su imperio en 5 (Alemania, Francia,
Borgoña, Provenza e Italia). En todas las regiones surgieron pequeños reyes que
reclamaban su dominio, en los últimos años el imperio era más un nombre que una
realidad. Cada vez mantenían menos poder y capacidad de resistencia en sus
territorios, desde ese año los reyes coronados por el Papa sólo controlaron territorios
en Italia. Alrededor del año 900 resurgieron pequeños ducados autónomos en toda
Europa, Franconia, Bavaria y Sajonia fueron algunos. La figura del emperador volvió a
desaparecer por décadas, hasta la coronación del líder que consolidó el poder
nuevamente. La consolidación de un imperio, el de Otón I.
Después de la muerte de Carlomagno la parte oriental de su imperio fue la
base sobre la cual se creó el Sacro Imperio Romano Germánico. Esta sección fue
gobernada por uno de sus nietos, Louis II, el germánico, cuya estirpe reinó hasta el
último rey carolingio de esta área, Louis IV el niño. Tras su muerte, los lideres de
Sajonia, Alemania, Baviera y Francia, eligieron a un noble franco como rey, Conrado I,
luego de su fallecimiento la elección del nuevo rey recayó en un sajón, Enrique I, el
pajarero. Este nombramiento rompió con la tradición de un rey franco y terminó de
separar al reino de Francia oriental. Enrique fue un gran unificador de las distintas
facciones alemanas. Su hijo Otón I, el grande, fue elegido rey en el año 936. Otón
siguió la línea de su padre, creando un solo reino que unificó a todos los alemanes.
Expandió su poder como rey a través de victorias militares y de importantes tácticas
diplomáticas, nombramientos especiales o matrimonios sirvieron para unir a su familia
con otros ducados importantes que pudieran retar su poder. Eventualmente se impuso
como líder y transformó la iglesia católica en Alemania, para fortalecer su poder y
mantener el control sobre ella, pero el hito más importante fue su victoria en la batalla
de Lechfeld, en 955 d.C., contra los magiares, quienes amenazaban la seguridad del
reino. Esta batalla acabó con las invasiones húngaras y de hecho este pueblo
eventualmente aceptó el cristianismo y se asentó formalmente como un reino. Otón se
le consideró el salvador del cristianismo, posteriormente expandió su dominio hasta
Italia, cuando se casó con la reina que había enviudado recientemente. Así su reino se
expandió por territorios alemanes, francos e italianos. Para el año 962, siguiendo el
ejemplo de Carlomagno, Otón fue coronado emperador, por el papa Juan XII, en
Roma. De esta forma unió los intereses de la corona con los de la iglesia católica
nuevamente y se definió como sucesor del imperio de Carlomagno, y a su vez el
imperio romano de la antigüedad.
La expansión final
Aunque su imperio era ahora mucho más grande, Otón no lograba mantener la
estabilidad en Italia, aún tenía en oriente al imperio bizantino, que se opuso a su
nombramiento como emperador. Esta oposición tenía sentido, uno de los aspectos
claves de los imperios es que se expanden, lo cual logran a través de invasiones a
territorios vecinos. Naturalmente al imperio bizantino no le gustó la idea de un vecino
expansionista, pero Otón respondió a la diferencia con inteligencia, en lugar de
declarar alguna guerra, buscó relaciones diplomáticas y terminó coordinando el
matrimonio de su hijo con la princesa bizantina, en el año 972. Un año después murió
y su hijo Otón II, asumió como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
¿Qué tan importante fue el sacro imperio romano germánico?
Desde la coronación de Otón primero, en el año 962, El Sacro Imperio Romano
Germánico se mantuvo hasta después de 1800, casi un milenio de poder en la Europa
occidental, desde la edad media hasta los inicios de la modernidad. Durante esos años
vivió muchos cambios, su territorio se extendió por casi un millón de kilómetros
cuadrados y tuvo una población que, en su mayor momento, superó los 29 millones de
habitantes, una cantidad sorprendente para las condiciones y expectativas de vida de
la época. El Sacro Imperio no tuvo una sola capital, pero si ciudades importantes en
las cuales se tomaban decisiones políticas claves, algunas de ellas fueron, Viena y
Fráncfort, si bien el sacro imperio tuvo desde sus orígenes una relación clara con la
iglesia católica, su población también practicó el luteranismo y calvinismo, dos ramas
del cristianismo protestante.
¿Cómo el sacro imperio logró sobrevivir por tanto tiempo?
La clave es que el imperio fue más un hombre que un poder realmente
ejercido. No había una institución única y absoluta que administrará el poder político,
era más bien una especie de confederación de cientos de territorios, que tenían
suficiente autonomía. Por eso que existieron distintos idiomas, monedas, e incluso
pequeñas autoridades locales, reyes, duques, condes, obispos, entre otras. En
general, todos eran reconocidos como príncipes, en este sentido el imperio era más
una institución que unificaba y protegía, sin ejercer un poder tiránico impuesto, una
alternativa preferida por los líderes locales. En esos siglos todavía no existían fuertes
sentimientos nacionalistas que vivieran profundamente a los distintos reinos, sin
embargo, las tensiones siempre existieron y a medida que avanzaba el tiempo los
emperadores debieron enfrentar cada vez más afrentas e intentos de divisiones,
principalmente en Francia e Inglaterra. El poderío del Sacro Imperio Romano-
Germánico no era tan fuerte como para superar todos los ataques internos y externos.
Eventualmente se hizo evidente que existiría una amenaza que acabaría con él, y así
fue. La llegada revolucionaria del francés Napoleón Bonaparte y sus victorias militares
fueron fundamentales para el colapso definitivo del sacro imperio, irónicamente, al
igual que ocurrió al inicio del sacro imperio, casi 900 años después, Bonaparte se
declaró heredero de Carlomagno, conquistó buena parte de Europa, e intentó dominar
tierras alemanas para su propio imperio. El sacro imperio ya estaba bastante debilitado
desde el acuerdo de paz de Westfalia, que en 1648 había cedido autonomía extrema a
sus territorios, casi rayando en la independencia. El Sacro Imperio Romano-
Germánico dejó de existir oficialmente el 6 de agosto de 1806, cuando el último
emperador, Francisco Segundo, abdicó después de sufrir una derrota militar, infringida
por el ejército de napoleón, en Austerlitz. El francés, entonces, reorganizó casi todo el
reino en la confederación del Rin, que, a su vez, eventualmente fue sustituido por la
confederación alemana, en 1815, al finalizar las guerras napoleónicas. La casa real
del último emperador sacro, Francisco II, siguió gobernando en Austria y Hungría
hasta que este imperio se disolvió en 1918, después de la primera guerra mundial.
Estos hechos llevaron al fin definitivo del Sacro Imperio Romano Germánico, pero su
legado no terminó allí, la unificación de los territorios alemanes concretada en 1871,
fue conocida como el Reich, entre 1933 y 1945 el Sacro Imperio Romano Germánico
fue usado como un símbolo de la grandeza de origen de los alemanes, quienes lo
usaron Adolf Hitler y sus seguidores del partido nacionalsocialista alemán, los nazis.
después de su derrota al finalizar la segunda guerra mundial, la idea del Sacro Imperio
Romano Germánico ya no alimenta las ideas nacionalistas, sino más bien, la
unificación europea, ya no como una sola entidad imperial, sino una unión de naciones
que comparten continentes, valores y culturas.
CARACTERIZACION DE MARC BOCH A LA SEGUNDA EDAD FEUDAL
La Primera Edad Feudal: el poblamiento
Nos es imposible calcular la población de nuestras regiones durante la primera
edad feudal. El rasgo fundamental continúa siendo el universal y profundo descenso
de la curva demográfica. Los terrenos abandonados, los huertos, campos y pastos se
mostraban por todas partes, entre las casas. Esta falta de densidad estaba aún
agravada por una repartición desigual, las condiciones físicas y los hábitos sociales
conspiraban para mantener en los campos profundas diferencias en los regímenes de
vida. Las familias se establecían bastante lejos unas de otras, cada una en medio de
su explotación propia. Los desórdenes de la alta edad media dieron lugar a frecuentes
agrupamientos. Los campos no eran más que breves y provisionales conquistas sobre
los baldíos.
La Primera Edad Feudal: la vida de relación
Grupos humanos tan dispersos, las comunicaciones eran muy difíciles. El
hundimiento del Imperio Carolingio acababa de arruinar el ultimo poder lo bastante
inteligente para preocuparse de trabajos públicos y lo bastante poderoso para hacer
que se ejecutaran. Las antiguas vías romanas se arruinaban a faltas de cuidados.
Sobre todo, los puentes, la inseguridad, acrecentada por la despoblación que ella
misma había provocado en parte. Un navío podía hacer de 100 a 150 km por día, con
tal de que ello no se opusieran vientos desfavorables. Por vía terrestre, una media de
30 a 40 km. Estas cifras se entienden para viajeros sin prisa. Un correo, o un puñado
de hombres podían esforzarse, hacer el doble o más. A pesar de ser malos y pocos
seguros estos caminos, no estaban desiertos, muy al contrario. Los reyes de la
primera edad feudal se mataron viajando. En 1033, se ve al emperador Conrado II
trasladarse de Borgoña a la frontera polaca, de allí, a la Campagne, para volver
después a Lusacia. Circulaba de continuo de una a otra de sus tierras, no solo con el
fin de vigilarlas mejor, sino también para consumir sobre el terreno los productos, cuyo
transporte hacia un centro común hubiese sido incómodo tanto como costoso. En los
caminos de Occidente, tampoco faltaban las gentes humildes: fugitivos, expulsados
por la guerra, el hambre, aventureros, medio soldados y medio bandidos, campesinos
que esperaban encontrar algunos campos por roturar y peregrinos, la mentalidad
religiosa provocaba muchos desplazamientos. La circulación no se canalizaba según
algunas grandes arterias, sino que se repartía en una multitud de pequeños caminos.
No había castillo, burgo o monasterio, por aislados que estuviesen, que no pudiesen
recibir algunas veces la visita de gentes errantes. Entre dos aglomeraciones próximas,
las relaciones eran mucho más raras y el alejamiento humano más considerable.
La primera edad feudal: los caminos
La Europa de la primera edad feudal no vivía replegada sobre si misma: entre
ella y las civilizaciones lindantes existía más de una corriente de intercambios. La más
activa era quizá la que le unía con la España musulmana. En cambio, en el
Mediterráneo occidental se perdió casi por completo por la navegación de altura, y las
principales líneas de comunicación con Oriente estaban en otras partes. Una,
marítima, pasaba por el Adriático, en el que Venecia era modo de un enclave bizantino
incrustado en un mundo extraño. Por tierra, el camino del Danubio, durante mucho
tiempo cortado por los húngaros. Concentrado en ese escaso número de vías, ese
comercio era muy débil y su balanza deficitaria. El oro no circulaba más que bajo la
forma de monedas árabes y bizantinas, o de sus copias. Pero los diversos dineros,
bajo un mismo nombre tenían, según su procedencia, un valor metálico distinto, en un
mismo lugar, casi cada emisión ofrecía variantes en el peso y en las aleaciones. La
moneda circulaba muy lenta e irregularmente. De economía cerrada, que no se podía
aplicar exactamente a las pequeñas explotaciones campesinas. La sociedad de esa
época no ignoraba la compraventa, pero no viva de ella. El cambio tenía en la vida
económica menos lugar que la prestación, porque el cambio era poco frecuente y solo
los miserables podían resignarse a no vivir sino de su propia producción, la riqueza y
el bienestar parecían inseparables del mando.
La Revolución Económica de la Segunda Edad Feudal
El aspecto más sensible fue el acercar los unos a los otros a los grupos
humanos. Favorecidos por el ascenso demográfico, surgieron o consolidaron poderes
a los que su horizonte ensanchado impuso nuevos cuidados: burguesías urbanas. La
vigilancia de los caminos mejoró, pero no puede decirse lo mismo de su estado
material. Los trabajos de ingeniería adquirieron importancia: durante el siglo XII se
tendieron multitud de puentes sobre todos los ríos de Europa. Las relaciones con
Oriente no solo se hicieron más fáciles y más intensas; el rasgo capitas es que
cambiaron de naturaleza, el Occidente se convirtió en un poderoso proveedor de
productos manufacturados. Si la población no hubiera sido más numerosa y la
superficie del suelo cultivado más extensas, si mejor trabajados por más brazos, los
campos no hubieran producido mayores y más frecuentes cosechas. Un comercio
exterior tan favorable equilibrado no podía dejar de canalizar hacia Europa monedas y
metales preciosos. La segunda edad feudal vio menos la desaparición de las
condiciones anteriores a su atenuación. Esta observación vale para el papel de la
distancia como para el régimen de cambios. A partir del siglo XII, la clase comercial y
artesana, mucho más numerosa e indispensable para la vida de todos, se fueron
afirmando cada vez con más vigor en el marco urbano. La clase de los comerciantes,
pues la economía medieval, después de la gran renovación de estos años decisivos,
estuvo siempre dominada por el mercader.

TRES PRINCIPALES REGIONES COMERCIALES DE EUROPA OCCIDENTAL


Las estructuras mercantiles necesarias para la nueva dimensión del comercio a
finales del siglo XV debían cambiar respecto a las de épocas anteriores. Las
transformaciones introducidas durante los doscientos años finales de la Edad Media
impusieron unos métodos más racionales en la gestión y administración de los
negocios, que unificaran criterios y permitieran las actividades de las empresas
mercantiles en lugares distantes. Y es precisamente a la universalización de métodos
de gestión a lo que R. de Roover atribuyó la auténtica revolución comercial.
En torno a 1300, en los tres centros comerciales más importantes de
Occidente, Génova, Florencia y Venecia, se había transformado ya la organización de
los negocios. El mercader altomedieval, viajero con sus mercancías, había dado paso
al capitalista residente que contaba con agentes en otros mercados, disponía de
informaciones de los centros en que actuaba, controlaba sumas de dinero aportadas
por sus asociados o por inversores, procuraba obtener los máximos beneficios
moviendo mercancías y capitales, repartía riesgos entre otros colegas y a través de los
notarios aplicaba fórmulas contractuales para todas sus necesidades. En definitiva,
estamos ante profesionales de la actividad mercantil, herederos de una experiencia y
preparados teórica y prácticamente para ejercer su trabajo.

CAUSA Y RESULTADO DE LAS CRUZADAS


¿Qué fueron las cruzadas?
Para comenzar, definiremos que una cruzada, es “(…) una expedición militar
financiada y bendecida por el Papa o sus representantes contra los enemigos de la fe
cristiana”.1 Las cruzadas fueron sucesivas expediciones militares orientadas a liberar
Tierra Santa del control musulmán. El objetivo consistía en restituir la autoridad
apostólica romana en el territorio donde se desarrollaron los episodios relatados en la
Biblia, el lugar más importante era sin duda Jerusalén, famoso lugar de peregrinación
para los cristianos más devotos. Según el autor Ives le Febvre, las cruzadas tenían
como objetivo el triunfo de una sola religión, el mundo cristiano. Tal explicación es
insatisfactoria.
Los enemigos más comunes habían sido, primeramente, los musulmanes, pero
al pasar los años, se extendieron hacia otros pueblos paganos o herejes, de Europa
central y las regiones bálticas.
Como punto de partida podemos ponerlo en el año 1095, con el concilio de
Clermont, proclamada por el papa Urbano II, al grito de “Deus Vult”, que significa “Dios
lo quiere”, donde predica lo que conoceremos como la primera cruzada. En Clermont
se propuso a los caballeros volver a las armas en contra de los enemigos de la Iglesia
Católica, los musulmanes, con el fin de convertir una lucha fratricida en un combate
digno y meritorio. Para los caballeros de la época “(…) la cruzada equivale a la Guerra
Justa, a una empresa que asegura la salvación eterna”. 2 Esto conllevó un cambio
importante, se transformaron caballeros, guerreros de profesión y de costumbres, en
cruzados. Pelear contra el infiel, en este caso el musulmán, ofrecía al caballero una
satisfacción de proezas heroicas y gloria del martirio a manos del infiel. También se le
sumó la promesa de bienes celestiales, promesas de bienes terrenales. A los pobres
que se comprometían con la causa, les esperaba la gloria en los cielos, “(…) la victoria
sobre los <<infieles>> les reportaría sustanciosos beneficios terrenales” 3. El
entusiasmo que generó tales predicciones condicionó una especie de éxodo, una
fiebre general de tomar la cruz e ir a pelear hacia el Este. Todos deseaban vender sus
bienes para costear las provisiones y armadura para el largo viaje. El discurso de
Urbano II, dirigida a los campesinos hizo fervor en las masas, con la promesa de
salvación eterna a los mártires y más, fabulas de ríos de miel y leche, tierra sin
opresión ni pobreza, crearon en los campesinos inmensas imaginaciones, campesinos
que soñaban con una vida mejor vieron esta campaña como una oportunidad. Los
campesinos, fascinados por los sermones del Papa, esperaban nuevos milagros, que
Cristo había prometido al terminar el milenio.
Hay que explicar que existen muchas comprensiones del fenómeno y hay que
tener en cuenta diversos factores que impulsaron a los cruzados a guerrear. El
componente económico motivó a Venecia, Génova y Pisa a participar en las cruzadas
para defender su control comercial sobre las rutas de productos que venían de Oriente
a Europa. Por otro lado, el factor geoestratégico hizo que la Iglesia romana impulsara
campañas para afianzar su autoridad política y recobrar el control de la Iglesia
bizantina. Además de que las peregrinaciones a Jerusalén se complicaron a finales del
siglo XI. Otro elemento impulsor fue el tratamiento de las cruzadas como vía de
escape para hijos de nobles sin herencia, como es el caso de Balduino de Bolonia, hijo
menor de una familia noble, da el ejemplo de cruzado que guerrea por interés, y para
las clases humildes que veían la oportunidad de hacer fortuna en tierras extranjeras.
Las repercusiones en Occidente más notorias de las cruzadas fueron la consolidación
de la autoridad del papado sobre el mundo cristiano y el impulso de los intercambios
comerciales que favorecieron el crecimiento de las ciudades mercantiles como
Venecia.
Las Cruzadas:

1
HINDLEY Geoffrey: Las cruzadas, 2003, Barcelona, Editorial S.A.U., 2021. p. 12.
2
ZABOROV Mijaíl: Historia de las cruzadas, 1985, Barcelona, Editor Akal. p. 6.
3
Zaborov, 1985, p.58.
La Primera Cruzada: también denominada cruzada de los príncipes, acudieron
sobre todo cruzados franceses comandados por sus señores. La primera cruzada
transcurrió entre 1096 y 1099. “La fecha oficial para el inicio de la cruzada era el mes
de agosto de 1096”.4 La expedición atravesó Hungría sin mayores problemas y avanzó
por los Balcanes bizantinos. A la altura de Belgrado (capital de Serbia), cruzó el
Danubio y llegó en aires de paz a Sofia y a Andrinópolis, lo que sería Edirne, actual
Turquía. La operación se organizó con la eficacia profesional que se podría esperar de
un ejército imperial, pese algunas disputas y “(…) actos no autorizados de pillaje” 5,
llegaron el 12 de diciembre, a las orillas del mar de Mármara, a 65 kilómetros de
Constantinopla. Dos días antes de Navidad, Godofredo y su ejército llegó a la ciudad,
donde acamparon cerca de los muros.
La campaña fue corta, la primera batalla contra los selyúcidas se perpetró en
Nicea, capital del Sultán Kilij Arslan I. El asedio se llevó de manera favorable para los
cruzados, hasta que tuvieron que asaltar los muros de dicha ciudad, alguien abrió las
puertas de la ciudad inesperadamente, dando lugar a las tropas griegas y las volvió a
cerrar delante de los cruzados. Alejo I Comneno temía una vez tomada la ciudad de
Nicea, sus soldados no cumplieran con sus órdenes, entonces a espaldas de los
cruzados, acordó con los jefes de la guarnición de la ciudad la rendición. Tras tomar
Nicea y vencer al infiel en la batalla de Dorilea, las fuerzas del sultán sufrieron una
gran derrota. Una vez que llegaron a Asia Menor comenzaron a conquistar tierras. El
grueso del ejército fue desde Heraclea hacia el nordeste hacia Marash. El ejército
comandado por Balduino IV, llamado “el leproso” y por Tancredo de Galilea se
separaron y fueron hacia la Cilicia armenia. Cada uno se apuró en volverse soberano,
conquistando tierras y distintas ciudades en ese país. Cruzaron la meseta de Frigia y
el Tauro, tomaron Antioquia y finalmente conquistaron la ciudad de Jerusalén,
concluyendo con una victoria cristiana. En 1097, en septiembre, entraron a Tras,
disputándose la ciudad. En primer lugar, Balduino propuso a Tancredo “(…) saquear al
alimón a la … población cristiana de Tras” 6. La ciudad cayó a manos de Bohemundo
de Tarento, pero pasó a manos de Balduino, que con tropas ayudadas por el pirata
marino Guinimero de Boulogne, sacaron a Tancredo de la ciudad. Luego Balduino se
dirigió hacia el Este, hacia el Éufrates. En 1098, este se apodero de la ciudad armenia
de Edesa. Esta ciudad había sido asediada y conquistada por los selyúcidas en 1087.
Conquistada la ciudad de Edesa a manos de Balduino, procedieron a saquear a los
habitantes. Luego de otras campañas militares hacia distintas ciudades, los cruzados
comenzaron a correr en muchedumbre hacia Jerusalén. El 15 de julio de 1099,
después de un duro ataque la ciudad santa de Jerusalén, fue tomada. La conquista y
posterior saqueo de dicha ciudad dejó corto el despojo de otras ciudades.
Segunda cruzada: tuvo lugar entre 1147 y 1149, la terminaron ganando los
musulmanes, la causa fue la caída del condado de Edesa en 1144, Imad ad-Din
Atabeg Zengi tomó la ciudad. El gran sangriento saqueo a manos de este, superó a la
que cometieron los cristianos en Jerusalén. Con este triunfo, fue bien recibido desde
Bagdad hasta el norte de África. Los francos de Siria se enteraron de tal
acontecimiento, entonces el rey Fulco I se alió con el emperador de Constantinopla,
contra la amenaza de Zengi. También la noticia llegó a Europa, entonces en diciembre
de 1145, “(…) el papa Eugenio III hizo un llamamiento general a la cristiandad, y más
concretamente al monarca de Francia, para que se movilizara por la causa de la
cruz”7. Bernardo de Claraval, monje de origen noble inició su discurso de la bula papal,
con el llamado a acudir en ayuda por Tierra Santa y nuevamente, la promesa de
absolución de los pecados. Este monje había sido un fanático de la orden de los

4
Hindley, 2021, p. 35.
5
Hindley, 2021, p. 37.
6
Zaborov, 1985, p. 73.
7
Hindley, 2021, p. 73.
templarios, uno de sus parientes había sido el fundador principal. Con este
entusiasmo, redactó sus estatutos donde elogiaba las acciones bélicas de los
guerreros-monjes, en su obra invita a los templarios a exterminar a los paganos
musulmanes, incautar bienes de los infieles para la Iglesia y conquistar nuevos
territorios para “(…) el poder de la sede romana”8. Pero el problema era atraer
campesinos a la noble causa de la Guerra Justa o Guerra Santa, ya que los
campesinos siervos se rebelaban contra los impuestos y contra abusos señoriales,
sumado que los feudales eclesiásticos y laicos estaban frente a un nuevo enemigo: los
ciudadanos, fenómeno social que existía solamente en Italia y Francia, en el siglo XI.
Para el siglo XII comienzan a erigirse ciudades, con abrigo de murallas iban a
refugiarse los siervos de las aldeas, aspirando volverse artesanos y comerciantes
libres, que más tarde, comenzarían a llamarse la burguesía (cuando se asentaron en
las ciudades un grupo de personas que desempeñaban oficios como mercader o
artesano. Al no radicar en el campo, estos individuos no estaban sujetos a ningún
señor feudal, es decir, no eran siervos. Pero tampoco pertenecían a la nobleza).
Fueron estos que se levantaron contra la opresión señorial, con lucha armada contra
obispos y barones. Estos momentos de sublevación aumentaban, salían herejías
contra el régimen feudal. Surgieron en Francia, Flandes, Inglaterra y la Alemania
renana. Entonces vuelve al escenario el monje Bernardo de Claraval, quien era
principal enemigo de la herejía. Bajo este contexto, la derrota infringida por los
selyúcidas a un Estado franco de Siria fue bastante oportuna. El catolicismo resolvió
reanimar la belicosa intransigencia de las masas para aplastar el espíritu de rebeldía.
Usando el pretexto de la caída de Edesa para llamar nuevamente a la Guerra Santa.
En la primavera de 1146, el abad de Claraval llamó a una asamblea, donde acudieron
barones, caballeros y jerarcas eclesiásticos, de origen francés, entonces se leyó la
bula de Eugenio III sobre la nueva cruzada, hablando sobre la necesidad de una
nueva Guerra Santa. Ahí mismo Bernardo reparte cruces hechas de tela, cuando se
queda sin este símbolo, el abad de Claraval hace cruces con tiras de su habito
monacal. Para su nuevo ejército se reclutaron no solo a los buenos católicos, se
llamaron a filas a asesinos, ladrones, violadores y a todos aquellos que quisieran el
perdón de Dios, a cambio de pelear en la nueva cruzada. Al llamado del monje
acudieron muchísimos pobres, entonces no había mucho entusiasmo o fanatismo
religioso. En esta cruzada participaron los monarcas Louis VIII de Francia y Conrado
III Hohenstaufen, de Alemania. Desde mediados del siglo XII, la dirección para
conquistar territorios y riquezas fue el Mediterráneo, ya que este se había vuelto en
una gran arteria de tráfico comercial con el Levante, el control de estas tierras era
decisivo para el comercio, lo que animó a los monarcas de Occidente a participar en
las cruzadas. Por eso el llamado del monje Bernardo hacia los reyes de Francia y
Alemania habían respondido positivamente. Nadie quería perderse los beneficios de la
Guerra Santa. Esta segunda cruzada no tuvo un resultado práctico para quienes la
organizaron, ni para quienes participaron en ella. “La empresa, mal organizada y peor
ejecutada, solo produjo enromes pérdidas humanas y materiales (…)”. 9 Fracaso,
primero, por el deseo expansionista de Occidente en el Mediterráneo, que aumentó las
contradicciones de los Estados europeos entre sí y de estos con Bizancio. También la
figura del Papa se vio afectada, buscando culpables del fracaso de la misión, el Papa
Eugenio III culpó a Bernardo de Claraval, llamando el Papa estúpido a Bernardo.
También se sumó masas de Occidente que aumentaban el descontento hacia el Papa
y al monje de Claraval, que llevaron la muerte de muchísimas personas. Llamando a
Bernardo “el falso profeta” y al Papa lo tildaron de “anticristo”. La campaña entera fue
un fracaso para el bando cristiano que no consiguió recuperar Edesa, aun así, los
cristianos seguían controlando Jerusalén.

8
Zaborov, 1985, p. 116.
9
Zaborov,1985, p. 125.
Tercera cruzada: en la segunda mitad de septiembre, de 1187, las tropas de
Saladino asaltaron la capital del Estado de los Cruzados, su guarnición poca
numerosa no pudo hacer frente ante el gran ejército del sultán, sabiendo que
defenderse era algo inútil, deciden rendirse. El 2 de octubre se abrieron las puertas de
Jerusalén, ocupando la ciudad por los hombres de Saladino, éste para perdonar a sus
enemigos cristianos les ofreció la opción de que aquellos que puedan pagar “(…)
cerca de dieciséis mil francos, una fuerte suma (…)10, podían ser libres, los que no
podían pagar el rescate, serian vueltos esclavos. Una vez conquistada Jerusalén, el
sultán intentó apoderarse de Tiro, pero fracasó en su asedio, mucho menos pudo
conquistar Trípoli y Antioquia, principales plazas de los cruzados del norte. Al
conocerse esta noticia en Europa, “(…) se dice que el anciano Urbano III murió a
causa del disgusto que eso le causó”.11 Entonces su sucesor, Gregorio VIII llamó a una
nueva cruzada. La predicación de la Guerra Santa la continuó Clemente III, después
de dos meses sucedió a Gregorio VIII. La Iglesia católica pudo organizar una tercera
cruzada, que en ciertos aspectos se diferenciaba de las anteriores. Si en las primeras
cruzadas, quienes eran el groso número de soldados eran los campesinos, ahora en
esta tercera cruzada, los campesinos estarías al margen, ya que la imagen fracasada
de obtener tierras y liberarse del yugo feudal se vio minimizada, por el fracaso de las
anteriores cruzadas. La corriente campesina quedó cortada desde fines del siglo XII,
entonces las fuerzas principales de las cruzadas fueron los caballeros y los grandes
feudales de Europa Occidental, aunque se incorporaron a la Guerra Santa los nuevos
u jóvenes Estados feudales de Occidente, así como también las repúblicas italianas.
En este siglo, desde la primera cruzada, el comercio levantino tuvo un fuerte
desarrollo, se entablaron relaciones comerciales entre los países de Europa
Occidental y Bizancio, Chipre, Egipto, Siria, Palestina, Armenia, Asia y África. Pero el
comercio levantino estaba a manos de las ciudades italianas, principalmente de
Venecia, Génova y Pisa, ciudades también francesas de Marsella, Montpelier y otras,
así como de las costas inglesas, para más tarde Barcelona, salían hacia Oriente flotas
de navíos comerciantes. Los mercaderes descargaban la mercancía en
Constantinopla, Alejandría, Tiro, Acre, Antioquía y Jafa. Las naves de Venecia,
Génova y Marsella traían a Europa telas de seda, algodón, frutas, nuez moscada,
caña de azúcar, barriles de vino, etc. Entonces, se suele pensar que el auge del
comercio levantino en el siglo XII fue gracias a la primera cruzada. Volviendo a las
cruzadas, en 1187 tras la batalla de los cuernos de Hattin Jerusalén cayó en manos
del sultán de Egipto y Siria, Salah Ad-Dim Yusuf Ibn Ayyub, mayor conocido como
Saladino, con Saladino da comienzo la poderosa dinastía Ayubí. Este gobernante
luego se dirigió al Norte donde se apoderó del territorio de los estados cruzados a
excepción de sus capitales, lo cual motivaría el nacimiento de la tercera cruzada. La
caída de Jerusalén supuso un duro revés para la cristiandad, en esta ocasión el Papa
Gregorio VIII fue el que relató los desastres ocurridos en Tierra Santa, en su encíclica
audita tremenda de 1187. El emperador Federico I Barbarroja del Sacro Imperio
Romano Germánico fue el primer rey en ir y lo hizo con un numeroso ejército, otros
monarcas europeos implicados en la cruzada fueron, Ricardo I de Inglaterra, conocido
como Ricardo Corazón De León y Felipe II de Francia, esta vez el imperio bizantino
luchó en el bando beligerante contrario a los cruzados, ya que el emperador Isaac II
Ángel no se alió con Saladino cuando las tropas cruzadas atravesaron la frontera
bizantina. Como respuesta, Barbarroja ocupó el centro del sultanato de run, pero murió
ahogado al intentar cruzar el rio. Saladino y los musulmanes “(…) vieron en aquel
hecho la mano de Alá y muchos alemanes creyeron que Dios había dado la espalda a
la causa”.12 Felipe II abandonó la cruzada, de modo que el conflicto quedó Saladino y
Ricardo Corazón de León. La tercera cruzada transcurre entre 1189 y 1192 y vuelve a

10
Zaborov, 1985, p. 131.
11
Hindley, 2021, p. 117.
12
Hindley, 2021, p. 123.
concluir con victoria musulmana, no obstante, los cristianos consiguieron éxitos
parciales, pero no llegaron a reconquistar Jerusalén. En 1192 se firmó el tratado de
Ramla. En el cual Saladino y Ricardo Corazón de León acordaron un control
musulmán de Jerusalén, como la apertura de la ciudad a la peregrinación cristiana, así
como la apertura del comercio, por otro lado, los cruzados italianos aseguraron el
control de los puertos sirios. Ni al rey Ricardo ni a Saladino les gustó el acuerdo, pero
no había más opciones. El gobernante musulmán se había debilitado por los gastos de
guerra y el Rey Ricardo tenía que hacer frente en su país a las amenazas a su reino.
Cuarta Cruzada: ocurrió entre 1200 y 1204 tras la proclamación de una nueva
cruzada en 1198, por el papa Inocencio III. “(…) Inocencio creía que el fracaso de la
Tercera Cruzada a las puertas de Jerusalén era el resultado de las rivalidades entre
príncipes, por lo que deseaba que cualquier nuevo intento se planificara y dirigiera
desde Roma”.13 Se la conoce como la cruzada torcida, la intención era liberar Tierra
Santa que seguía en manos arrásenas, pero al final no hubo ni un solo combate entre
cristianos y sarracenos, y los cruzados terminaron saqueando Constantinopla. Las
figuras más importantes fueron, Balduino de Flandes, Luis de Blois y Bonifacio de
Monferrato. La ruta terrestre no era una opción puesto que los Balcanes se habían
puesto una zona peligrosa. Los cruzados contrataron al emisario de Venecia Enrico
Dandolo para encargarse del transporte por vía marítima, sin embargo, los cruzados
no consiguieron el dinero suficiente para cubrir los servicios de Dandolo, por lo que
éste ofreció aplazar la deuda a cambio de que conquistarán para Venecia la ciudad
húngara de Zara, y así se hizo. “Tras un corto asedio, Zara se rindió, convencida de
que así la vida de los habitantes y los integrantes de la guarnición quedaría a salvo.
Pero la ciudad fue saqueada y a continuación arrasada por completo”. 14 El papa acabó
pues excomulgando a todos los cruzados, “(…) tanto los francos como los venecianos
(…)”.15 El botín de Zara no bastaba para saldar la deuda con Venecia ni para cubrir los
gastos de los cruzados. En abril de 1195, en la capital bizantina, Isaac Ángelo había
sido arrestado, luego de sufrir un golpe urdido por su hermano. Isaac sufrió un duro
castigo, dejándolo ciego y encerrándolo junto con su hijo Alejo. En 1202, este logra
escapar y se dirigió a buscar apoyo para devolverle el trono a su padre. A cambio de
su ayuda para restablecer el trono a su padre, Alejo se dispuso a pagar los gastos del
ejército cruzado y a contribuir a la conquista de Egipto. Una vez con el visto bueno del
apoyo papal, prometió también que fortalecería la sumisión de Roma a la Iglesia
ortodoxa, una vez aclarado los puntos y estando de acuerdo, zarparon en primavera,
pero no a Egipto, sino a Constantinopla. Ya para el 24 de junio, de 1203, el gran
ejército llegó a Constantinopla, para el 17 de Julio habían tomado la gran ciudad. Alejo
III intentó huir con hoyas, piezas de su tesoro y algunos fieles que le seguían, pero fue
capturado. Luego liberaron a Isaac II de su prisión, devolviéndole el trono, asimismo,
su hijo fue proclamado coemperador Alejo IV. Finalmente, los cruzados saquearon
Constantinopla durante varios días, cometiendo toda clase de tropelías, el resultado
fue la fragmentación del imperio bizantino que quedaría muy debilitado. El Papa
enojado, reprendió a los cruzados, ordenándoles que siguieran la conquista a Tierra
Santa, pero no hubo mucho caso. Los comandantes con Dandolo liderados, le
exigieron a Alejo el pago de lo acordado y que partieran a conquistar Egipto, sumado a
la inquietud de los habitantes por los nuevos gobernantes, los nuevos emperadores
fueron derrocados en una revuelta, encabezada por el yerno del emperador depuesto,
que accedió al trono, bajo el nombre de Alejo V, por otro lado, Isaac II Ángelo, murió
en prisión. Tras la cuarta cruzada ocurrió un evento conocido como la cruzada infantil
o la cruzada de los niños. Los documentos son contradictorios y es difícil distinguir lo
real de lo ficticio, la iniciativa habría venido de un niño al que se le había aparecido
Jesucristo, la pureza de las almas de los infantes permitiría reconquistar Jerusalén. En
13
Hindley, 2021, p. 138.
14
Hindley, 2021, p. 144.
15
Hindley, 2021, p. 144.
palabras de Zaborov: “Las cruzadas infantiles fueron una de las últimas
manifestaciones masivas del fanatismo de cruzada (…) se propagó por campos y
ciudades la aberrante idea de que los niños <<inocentes>> sabrían conseguir del
Todopoderoso la gracia que no obtuvieron los <<pecadores>> adultos, y que los niños,
de forma milagrosa, liberarían Jerusalén”.16
Quinta cruzada: si la cuarta cruzada fue la cruzada torcida, ésta podría
denominarse, la cruzada inútil. Aconteció entre 1217 y 1221, fue completamente
ineficaz y apenas cambió las relaciones de poder ya existentes entre cristianos y
musulmanes. En 1215, en Roma, se convocó el solemne de Letrán, que decidió iniciar
una nueva cruzada, con fecha el primero de junio de 1217. Quienes tomaron el voto de
cruzada fueron, Andras II de Hungría, Juan Sin Tierra, rey de Inglaterra y Federico II,
rey de Sicilia y futuro emperador de Alemania, pero Inocencio III falleció en 1216,
luego murió Juan Sin Tierra, Federico II, con muchos problemas internos, prefirió aludir
la cruzada. Bajo el lema… o pretexto, de cristianización de eslavos, letones, estonios y
prusianos, la Iglesia católica romana, a comienzos del XIII, organizó una cruzada, de
los ávidos caballeros alemanes contra los pueblos del Báltico. Los caballeros
alemanes podían saquear a estas tierras cercanas, más que a las lejanas tierras de
Siria y Palestina, que no respondieron al llamado del sepulcro del Señor. Francia e
Inglaterra tampoco vieron entusiasmo por esta nueva expedición ultramar. Pero al final
Andras II de Hungría fue quien logró reunir un gran ejército y el único que lo consiguió.
Entonces para el verano de 1217, partió hacia Oriente, en esta quinta cruzada
participaron algunos príncipes de Alemania, como el duque Leopoldo de Austria y
holandeses al mando del conde Guillermo. Los cruzados alemanes y húngaros
estuvieron en Acre un año, sin mucho resultado, haciendo incursiones al interior del
país, sobre Damasco y otros lugares. Más tarde, en 1218, Guillermo I de Holanda y
Oliver de colonia se unieron a la cruzada con sus respectivos ejércitos para atacar la
ciudad egipcia Damieta, “(…) gran ciudad-fortaleza, rival comercial de Alejandría,
enclavada en uno de los brazos en el delta. Tras conquistar Damieta los cruzados
avanzaron en Egipto y dirigieron hacia del Nilo, lo que la convertía en la llave de
Egipto”.17 El sultán Al-Kamil los repelió, tras la redención de los cruzados perdieron
Damieta y Al-Kamil aceptó un tratado de paz de ocho años.
Sexta cruzada: se desarrolló entre 1228 y 1229. En ella el emperador Federico
II Hohenstaufen, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, logró que le
entregaran Jerusalén, Belén y Nazaret, a través de un acuerdo diplomático con el
sultán Al-Kamil, por dicho tratado Al-Kamil cedió territorios a Federico a cambio de que
éste le apoyarse contra Al-Naser y se estableciera una tregua de diez años. Federico II
se había casado en 1225 con Yolanda de Jerusalén, hija de Juan I de Brienne. La
relación de Federico II con el Papa Gregorio IX era tensa, tanto que el rey llegó a ser
excomulgado en 1227, “(…) el Papa anuló la sexta cruzada y declaro que Federico II
no era un cruzado, sino un pirata y un <<servidor de Mahoma>>”. 18 En 1228 partió sin
la aprobación papal para terminar convirtiéndose en rey de Jerusalén, esto no hizo
más que aumentar la tensión entre el papado y el imperio. El Papa declaró que no se
podía interpretar esa acción como Guerra Santa. Federico II firmó en Jafa un acuerdo
con el sultán por diez años, en el cual el emperador obtenía Jerusalén y otras
ciudades de Palestina, por su parte, Federico II debía dar apoyo al sultán contra los
enemigos de este. Un mes después, Federico II se auto corona rey. El Papa vio con
malos ojos esta acción, acto seguido se le acusa a Federico II de traición al
cristianismo.
Séptima cruzada: se realizó entre 1248 y 1254, fue encabezada por Luis IX de
Francia, previamente en 1244 los musulmanes volvieron a tomar Jerusalén y a atacar
16
Zaborov, 1985, p. 195.
17
Zaborov, 1985, p. 199.
18
Zaborov, 1985, p. 202.
los dominios cristianos de la zona. El Papa Inocencio IV convocó una nueva cruzada
en el concilio de Lyon de 1245, entregando la dirección de la misma a San Luis. La
expedición se dirigió hacia Damieta y en un primer momento lograron conquistarla,
como en la quinta cruzada los cristianos avanzaron hacia el Cairo, pero esta vez
dejando Damieta protegida, sin embargo, el resultado fue el mismo, pues los cruzados
tuvieron que rendirse ante los egipcios y el rey francés fue apresado en Mansur.
Finalmente fue liberado tras pagar un rescate, podríamos llamarla La Cruzada inútil,
parte II.
Octava cruzada: se produjo en 1270, de nuevo por parte del rey Luis IX de
Francia. En esta campaña el rey francés volvió a fracasar, esta vez en su intento de
cristianizar Túnez. El emir logró defender la ciudad de la invasión cristiana. Louis IX y
buena parte de su ejército murieron por las enfermedades. El príncipe Eduardo quien
posteriormente se convertiría en el rey Eduardo I de Inglaterra, tenía la intención de
unirse a Louis IX en Túnez, pero el francés ya había muerto y su ejército se disponía a
volver, aun así, el inglés se dirigió hacia Acre con un pequeño ejército. Tras varias
refriegas, la cruzada terminó con la firma de una tregua. Hay quien consideran la
campaña de Eduardo de Inglaterra transcurrida entre 1271 y 1272 como una novena
cruzada, pero por lo general se la comprende como una extensión de la octava. Tras
la victoria musulmana frente a esta expedición, empieza el fin de los estados cristianos
en el Levante.
Han existido otras guerras y campañas militares que han sido calificadas de
cruzadas pero que no tenían la intención de conquistar Tierra Santa. Destacan, la
cruzada albigense que proclamó Inocencio III, contra los cátaros. Las cruzadas
bálticas contra paganos de la región báltica. La cruzada contra la corona de Aragón
proclamada por Martín IV. La cruzada de Segismundo de Hungría contra el imperio
otomano en Niko polis. La cruzada de juan Hunyadi, también contra los otomanos en
Belgrado. También tuvieron carácter de cruzada algunos momentos de la reconquista
española frente a los musulmanes, en los que el Papá concedió una bula de cruzada,
principalmente en la batalla de las navas de Tolosa y en la toma de Granada, de
hecho, los reinos cristianos peninsulares apenas mostraron interés en las cruzadas de
Tierra Santa, pues bastante tenían con los suyo.
En las cruzadas se crearon diversas órdenes militares cristianas para defender
los santos lugares, una de las más conocidas es la orden de los pobres compañeros
de Cristo y del templo de Salomón, también conocida como la Orden del Temple, fue
fundada tras la primera cruzada con el objetivo de proteger a los peregrinos y también
participaron militarmente en las contiendas.

A QUÈ SE LLAMA EDAD MEDIA


La palabra Edad Media aparece en el siglo XIV, en los textos de Petrarca y de
los humanistas italianos. Hablaban de un “Medium tempus”, introduciendo la idea de
espacio temporal en “el medio”, sin las connotaciones despectivas introducidas por los
franceses en el siglo XVIII.
La Edad Media es una convección cronológica que se fue conformando en la
cultura común de la Edad Moderna y Contemporánea. Tiene su origen en la reflexión
de los humanistas, de los siglos XV y XVI. La idea de estos humanistas era “rescatar
lo bueno del periodo”. El primero en utilizar el concepto de Edad Media, fue
Cristopohorus Cellarius, en 1676. La idea de Edad Media no había existido hasta
finales del siglo XVII.
En síntesis, también podríamos decir la Edad Media, Medievo o Medioevo es el
período histórico de la civilización occidental comprendido entre los siglos V y XV.
Convencionalmente, su inicio se sitúa en el año 476 con la caída del Imperio romano
de Occidente y su fin en 1492 con el descubrimiento de América, o en 1453 con la
caída del Imperio bizantino.
A QUÈ SE LLAMA SOCIEDAD FEUDAL
La sociedad feudal fue un sistema político, social y económico que se
desarrolló en gran parte de Europa Occidental desde fines del siglo IX hasta fines del
siglo XII. Este sistema tuvo sus orígenes en el colonato romano y se perfeccionó entre
los francos, a la muerte de Carlomagno, cuando el reino se dividió y el poder real fue
reemplazado por el de los señores feudales. Tenía una estructura estamental que
basaba su estabilidad en los vínculos de fidelidad personal, vasallaje y feudo, a través
del homenaje.
Boutruche  Sin contrato vasallático, sin feudo, sin una organización social y
política fundada en vínculos privados de naturaleza particular, no hay régimen feudal.

DIFERENCIA O SIMILITUDES ENTRE LOS DOS CONCEPTOS


La sociedad feudal, forma de organización política, económica y social
característica de la Edad Media, surgió como consecuencia de la política de concesión
de tierras a los caballeros puesta en práctica por el emperador Carlomagno a partir del
siglo IX. Esas tierras, o feudos, se transformaron en Estados, a veces muy pequeños y
en otros casos de una extensión equivalente a la de los reinos, que quedaron en
manos de duques, marqueses, condes y barones. La sociedad adquirió una estructura
piramidal, conocida como sistema de vasallaje. Los campesinos eran vasallos de los
barones; éstos, de condes o marqueses, que lo eran a su vez de duques, y en la cima
de esa estructura se encontraban los monarcas, con un poder mucho menor que el
que tendrían en la Edad Moderna.

PERIODIZACION DE LA HISTORIA MEDIEVAL


Los renacentistas fijaron los hitos medievales. Los límites cronológicos de
la Edad Media son, desde entonces, el año 476 (con la deposición de Rómulo
Augústulo, el último emperador romano de Occidente) y 1492 (descubrimiento de
América por Cristóbal Colón). Otras versiones similares hacen terminar a la Edad
Media en 1453 (conquista de Constantinopla por los musulmanes turcos u otomanos),
1485 (instauración de la dinastía Tudor en Inglaterra), 1517 (la reforma de Lutero). La
periodización interna de la edad que comprende desde el siglo V al XV puede variar.
Más tradicionalmente, se la divide en “Alta Edad Media” (del siglo V al año 1000), y
“Baja Edad Media” (del mil al siglo XV).
LE GOFF Y SERGI, LA EDAD MEDIA “OSCURA” O “TROVERESCA”
Le Goff: me encuentro intactos los dos clichés procedentes de los siglos XVIII y
XIX: por un lado, la Edad Media oscurantista, lúgubre, y en contraposición la Edad
Media «trovadora», suave. Estos clichés abundan en las películas, las novelas
históricas, la publicidad. Proponía otra visión, estilizada, que surgió en el
Romanticismo: la Edad Media era, retomando un dicho muy en boga, que envilece la
obra de un gran historiador, «el tiempo de las catedrales», la fe sencilla y bella.
Soñábamos con una época artesanal y erudita, a una escala tanto humana como
divina.
La primera de esas tradiciones, la negra, se remonta al humanismo, al llamado
Renacimiento (el primer «entenebrecedor» de la Edad Media fue Petrarca), y, por
desgracia, fue relevada por la Ilustración. Se instaló firmemente en los círculos
influyentes de la Tercera República. La segunda versión, «catedrales», se construyó
después de la Revolución, cuando Chateaubriand (rechazando la Ilustración) escribió
El genio del cristianismo (1802), con el elogio de la naturaleza y del gótico, de la
sencillez, del ideal; un gran libro poético, a fin de cuentas.
Sergi: la edad media es una convención cronológica. Tiene su origen en las
reflexiones de los humanistas siglo XV y XVI, tendiendo a dar una imagen oscura a la
Edad Media (desde la caída del Imperio Romano de Occidente, siglo V, hasta el siglo
XIV.
En el siglo XVIII los burgeses definieron de forma despectiva al modo de
producción feudal, datándolo de residuo medieval. Se usaron unas preguntas y
respuestas instintivas, ¿Qué es el sistema feudal? El derribado por la Rev. Francesa.
¿Cómo era el feudalismo? Un residuo medieval. ¿Cuál era la característica de la Edad
Media? Haber producido la organización feudal del poder. ¿Cómo era la organización
feudal del poder? Parecida al sistema feudal aun vivo en el siglo XVIII. Así, se borran
los siglos VIII – XII.
La mirada que se tiene de esta época es lejana, un “otro lugar”, en ese “otro
lugar” negativo hay hambre, pobreza, guerras, pestes, desorden político, abusos de
latifundistas, etc. En el “otro lugar” positivo hay torneos, vida de la corte, elfos, hadas,
caballeros, príncipes, etc.

LA REVOLUCION AGRICOLA
Para antes de los siglos X y XI, y que se extendió hasta el siglo XIII, por lo
menos, ya se había producido en el mundo lo que se ha llamado la “Revolución
agrícola del islam medieval”, o “Revolución verde de la Edad Media”. Se trata de un
fenómeno que se extiende a lo largo de los siglos VIII al XIII y que coincide con la
Edad de Oro islámica y la expansión del imperio islámico por Asia, África y parte de
Europa. Para algunos autores es una época en la que se produce una primera
globalización y una economía de carácter mundial.
Su fundamento estuvo en aspectos tales como:
1) el uso de la fuerza hidráulica de los ríos y otros cursos de agua unido al uso
de la energía eólica ya existente pero que se utilizó mejor entonces, que llevó al
desarrollo de instrumentos tales como la noria, el molino hidráulico, el molino de
viento, la presa y lo saltos de agua, entre otros.
2) la adopción poco a poco de un concepto científico de la agricultura en el que
los conocimientos sistemáticos se utilizaron para mejorar los métodos de cultivo, para
introducir nuevos productos y para venderlos e, incluso, exportarlos.
3) la adopción de nuevas formas organizativas como la propiedad privada de la
tierra, los sistemas de arrendamiento, las aparcerías y en su conjunto, la superación
de formas feudales de explotación de las tierras fértiles.
4) la introducción de nuevos productos en unas regiones mundiales
procedentes de otras, lo cual llevó a la difusión en Europa del sorgo chino, y productos
precedentes del subcontinente indio como el mango, el arroz, el algodón, la caña de
azúcar y otros. Así como los cítricos y productos conocidos desde antiguo como la
seda, el lino y el esparto.
En Inglaterra en los siglos anteriores al XVIII se habían producido grandes
mejoras en la agricultura no tanto en las máquinas utilizadas como en la organización
empleada. La propiedad privada de la tierra se extendió, las fincas se cercaron, los
cultivos se cambiaron y se diversificaron y los métodos de arriendo y aparcería se
generalizaron.
Para lo que aquí nos interesa lo destacable de ese periodo anterior a la
Revolución Industrial es:
a) la aparición del comercio y de los mercados.
b) el surgimiento de una primera y limitada globalización.
c) la difusión de la idea de crecimiento y mejora de la vida.
d) la importancia que en todo ello tuvieron los artesanos de todo tipo con
particular referencia a los carpinteros y a los herreros.

CRISIS DEL SIGLO XIV


La crisis del siglo XIV fue un período de retracción económica, social y
demográfica, se produjo en Europa occidental durante ese siglo.
Hacia finales del siglo XIII, el sistema feudal predominante hasta el momento
comenzó a presentar signos de agotamiento. El crecimiento sostenido de población
que se había dado entre los siglos XI y XIII, dada la limitada capacidad técnica de la
agricultura, solo había sido posible gracias a la incorporación constante de nuevas
tierras a los campos de cultivo. Pero una vez agotadas las posibilidades de anexar
nuevos territorios, se puso de manifiesto la incapacidad de alimentar a toda población.
Así, el hambre y la muerte fueron ganando cada vez más espacio durante el siglo XIV.
Otros factores, como la mayor explotación de los campesinos por parte los
señores feudales, los constantes enfrentamientos armados o las sucesivas oleadas de
la peste negra, contribuyeron también a agravar la crisis que desembocó en una
fractura del orden feudal.
Las principales características de la crisis del siglo XIV fueron las siguientes:
 La disminución de la producción agraria, fruto del agotamiento de los suelos,
de la falta disponibilidad de nuevas tierras para incorporar a la agricultura, así como de
las malas condiciones climáticas.
 Un fuerte descenso demográfico. La población, previamente abatida por las
hambrunas causadas por la falta de alimento, sufrió con gran intensidad el impacto de
las sucesivas oleadas de peste negra. Se calcula la pérdida de más del 30% de la
población europea.
 Una depresión general de la economía manifiesta en la contracción del
comercio y en la devaluación de la moneda.
 La migración hacia los centros urbanos de una buena parte de los campesinos
que huyeron de sus tierras. Estos buscaban escapar a la cada vez mayor presión que
les iban imponiendo los señores feudales, propietarios de las tierras.
 Una serie de revueltas urbanas y campesinas que expresaron el conflicto social
y el cuestionamiento hacia la clase señorial. Entre ellas, la Grande Jacquerie en
Francia (1358) y la sublevación campesina de Watt Tyler en Inglaterra (1381).
 Los constantes conflictos bélicos, como la Guerra de los 100 Años (1337-
1453), que sumaron miles de muertos a la ya decreciente población de Europa
occidental.

PERRY ANDERSON
Dinámica Feudal Y Apertura Comercial
El feudalismo apareció en Europa occidental en el siglo X, expendiéndose en el
siglo XI, alcanzando su plenitud en el siglo XIII. En este siglo XIII, el feudalismo
europeo produjo una civilización unificada y desarrollada que presentó un gran avance
sobre las rudimentarias y confusas comunidades de la Edad Oscura. El primer y más
fundamental de estos grandes saltos fue el excedente agrario. Nuevas relaciones
rurales permitieron un incremento de la producción agrícola. Innovaciones técnicas
constituyeron los instrumentos materiales de este avance, algunos de ellos fueron: el
uso del arado de hierro por el cultivo, los arreos rígidos para la tracción equina, el
molino de agua para la energía mecánica, abonos para la mejora del suelo y el
sistema de rotación triniel de los cultivos.
A fines del siglo XIII, la agricultura había alcanzado un nivel técnico equivalente
al de los años que precedieron a la revolución agrícola, la aceleración de las fuerzas
de producción desencadenó una expansión demográfica. Entre 950 y 1348, la
población de Europa Occidental paso de 20 a 54 millones de personas. En el marco de
esta sociedad en aumento, el comercio se revitalizo, después de una gran caída, un
mayor número de ciudades crecieron y prosperaron como puntos de intersección de
los mercados regionales y como centros manufactureros.
La mayor parte de estas nuevas ciudades fueron promovidas o protegidas por
señores feudales, para quienes constituía un objeto natural acaparar los mercados
locales u obtener grandes beneficios del comercio de larga distancia.
Una vez cimentadas y puestas en marcha económicamente, las ciudades
medievales consiguieron muy pronto una autonomía relativa. Dominadas por agentes
feudales como en Inglaterra o por pequeños nobles, como en Italia, posteriormente
crearon unos patriciados específicamente urbanos. Estos nuevos estratos patricios
controlaban una economía urbana en la que la producción llego a estar fuertemente
regulada por los gremios, que generalmente aparecieron en las últimas décadas del
siglo XII. Solo en las ciudades flamencas e italianas apareció por debajo de este
artesanado, y con una identidad y unos intereses específicos, una clase social
asalariada de trabajadores urbanos de cierta magnitud. El modelo de gobierno variaba
de acuerdo con el peso relativo de la actividad manufacturera o mercantil de las
respectivas ciudades. Donde la primera actividad tenía una importancia fundamental,
los gremios artesanos tendieron a conseguir alguna participación en el poder civil
(Florencia, Basiela, Estrasburgo, Gante); mientras que allí donde predominaba de
forma decisiva la segunda, las autoridades de la ciudad normalmente se reducían a los
mercaderes (Venecia, Viena, Núremberg, Lubeck).
La primera condición para el auge de las ciudades italianas fue el
establecimiento de su supremacía naval en el mediterráneo occidental, que quedó
limpio de flotas islámicas a principios del siglo XI. Esta supremacía fue seguida de dos
nuevos avances internacionales: el dominio del Mediterráneo Oriental, con la victoria
de la primera cruzada, y la apertura de rutas regulares para el comercio atlántico,
desde el mediterráneo hasta el canal de la Mancha. El poderío marítimo de Génova y
Venecia fue lo que garantizo a Europa Occidental un continuo superávit comercial con
Asia, superávit que financio su vuelta al oro.
La condición estructural que posibilito este poder y esta prosperidad urbana fue
la parcelación de la soberanía característica del modo de producción feudal en
Europa. Solo este hecho permitió la autonomía política de las ciudades y su
emancipación del control señorial o monárquico directo.
La Antigüedad Clásica
El fin de la Antigüedad quedo sellado entonces por las conquistas árabes que
dividieron las dos orillas del mediterráneo. El Imperio oriental se convirtió en Bizancio,
un sistema político y social diferente al resto del continente europeo. Bloch emitió el
autorizado juicio de que «a partir del siglo VIII existió un grupo claramente delimitado
de sociedades en la Europa occidental y central cuyos elementos, por muy diversos
que fuesen, estaban sólidamente cimentados en profundas similitudes y en relaciones
constantes». Esta región fue la que dio origen a la Europa medieval; «La economía
europea de la Edad Media es la del bloque latino y germano, bordeado por unos pocos
islotes celtas y por unas cuantas franjas eslavas, y conducido gradualmente hacia una
cultura común. Las ciudades grecorromanas nunca fueron predominantes
comunidades de manufactureros, comerciantes o artesanos, sino que constituyeron
agrupaciones urbanas de terratenientes. Desde la democrática Atenas a la Esparta
oligárquica o la Roma senatorial, estuvieron dominados por propietarios agrícolas. Sus
ingresos provenían de los cereales, el aceite y el vino, los tres productos básicos del
mundo antiguo. El mar fue el vehículo del imprevisible esplendor de la Antigüedad. La
combinación de ciudad y campo que caracterizo al mundo clásico fue operativa,
debido al lago situado en su centro. El Mediterráneo es el único gran mar interior en
toda la circunferencia de la Tierra. El Mediterráneo proporciono el necesario marco
geográfico a la civilización antigua, pero su contenido y novedad históricas radican en
la base social de la relación entre ciudad y campo. El modo de producción esclavista
fue la invención decisiva del mundo grecorromano y lo que proporciono la base ultima
de sus realizaciones, como de su eclipse. La esclavitud ya existía antes en toda la
antigüedad en el Oriente Próximo, pero siempre en condición jurídicamente impura,
tomando la forma de servidumbre por deudas o de trabajo forzado. El mundo antiguo
nunca estuvo marcado en su totalidad y de forma continua por el trabajo esclavo. La
teoría romana definía al esclavo como un instrumento que habla, situándolo en una
escala o grado por encima del ganado. El precio por este instrumento o herramienta
que habla fue brutal. En general, el trabajo esclavo no era menos productivo que el
libre, incluso en algunos campos su productividad era superior, pero sentó las bases
de ambos.
El Modo De Producción Esclavista
A diferencia del carácter acumulativo de la aparición del capitalismo, la génesis
del feudalismo se derivó de un colapso de dos anteriores y diferentes modos de
producción. Los dos predecesores del modo de producción feudal fueron, el modo de
producción esclavista, ya en trance de descomposición y sobre cuyos cimientos se
había levantado en otro tiempo todo el enorme edificio del Imperio romano, y los
dilatados y deformados modos de producción primitivos de los invasores germanos
que sobrevivieron en sus propias tierras tras las conquistas bárbaras.
LUCIEN MUSSET – LAS INVASIONES (2do ASALTO A LA EUROPA CRISTIANA)
Desde el 750 hasta principios del siglo VIII Europa Occidental no sufrió ningún
ataque del exterior. El siglo VIII, que en el Oeste es de una tranquilidad, es en el Este
el de la presión enclavada que, después de unos comienzos discretos, se afirma y se
transforma en aluda. Era el primer síntoma de un según paroxismo que pronto
afectaría a toda Europa.
Esta segunda crisis no puso en jaque el destino del continente, salvo los
eslavos que preocuparon parte de Europa y los húngaros en menor grado, que no
tuvieron como objetivo principal ocupar el suelo y colonizarlo. Los árabes y los
bereberes de la primera oleada, luego del año 711, primero se proponían convertir a la
doctrina musulmana y someter al califato de Damasco la Europa meridional, después
de hacerlo con el Próximo Oriente y con África septentrional. Solo este grupo ponían
en tela de juicio, a conciencia, las estructuras reorganizadas y pretendían sustituirlas
por el islam. Los otros invasores, incluso húngaros y sarracenos de la segunda oleada
pensaban más en el botín.
En Alemania, las costas escaparon de los húngaros, pero no de los vikingos.
En Italia, los húngaros devastaron todas las llanuras, los sarracenos casi todas las
montañas, en las costas atacaron los piratas musulmanes y nórdicos se relevan, sin
contar con los eslavos en la vertiente adriática. La región del Ródano inferior, cuatro
invasores desfilaron sucesivamente: árabes venidos de España, vikingos establecidos
momentáneamente en La Camarga (región al sur de Francia), magiares que ocupaban
el valle del Ródano (rio de Europa central, discurre por Suiza y Francia) y piratas
sarracenos que acechaban las costas. Las invasiones del Bajo Imperio, incluso del
siglo VI, fueron más o menos paralelas y provenientes casi del mismo sector del
horizonte, lo cual favoreció la defensa. Es en la Galia donde esta situación resulta más
sensible, una misma generación, la de los años 870-900, vio llegar a los vikingos, a los
húngaros que entraban por el Este, atravesando el Rin, ya por el Sudeste, venciendo
los Alpes y a lo sarracenos, por la costa mediterránea.
La segunda crisis de invasiones no esta tan radicalmente diferenciada de la
primera como cabria suponer, los fenómenos eslavos e islámicos apenas tienen
precedente. Pero el movimiento de los magiares, los jázaros, los pechenegos y los
cumanos, es el mismo que animo a los hunos 5 siglos atrás, como a muchos otros
pueblos, todo motivo sociológico, métodos militares, caracteres económicos, incluso el
punto de destino (la cuenca Panonia), presenta un parecido sorprendente. También el
movimiento vikingo tuvo sus precursores, pero se ocultan en un rincón de la historia de
las grandes invasiones germánicas.
A pesar del común denominador religioso, las empresas musulmanas del siglo
VIII, por una parte, y de los siglos IX-XI, por otra, son distintas. Las expediciones
terrestres venidas de España no fueron más que un breve episodio al que Carlomagno
puso fin. Las incursiones de los piratas y de los guerrilleros sarracenos fueron, en
cambio, una plaga que duro hasta las cruzadas.
El fenómeno vikingo es el mejor delimitado, se inicia a fines del siglo VIII y
termina en la segunda mitad del siglo XI, cuando Inglaterra escapa de la opresión
danesa. El ataque vikingo es el que da sentido y unidad al segundo asalto a la Europa
Cristiana.
Las invasiones del siglo IX y a la ruina de la unidad carolingia
El Imperio de Carlomagno y aquel de Ludovico Pio, eran sociedades
predispuestas a la expansión y mal preparadas para la defensa. Excelente instrumento
de combate la caballería francesa, pero solo podía ser utilizada en estaciones donde
abunda el forraje y por poco tiempo, de movilización lenta y laboriosa.
Con la ayuda de la Iglesia y de los letrados, una ideología de populus
chistianus sustituía poco a poco el antiguo sentimiento nacional franco.
El Imperio tenía posibilidades de eficacia, pero nada lo preparaba para
reaccionar en caso de un grave infortunio o un inesperado peligro. No tenía ejercito
permanente, ni marina, ni fortificaciones defensivas sólidas, ni finanzas propiamente
dichas, ni quizá tan solo un verdadero apoyo popular.
MAPAS
Anexo:

Mapa representativo de la primera cruzada, iniciada en el año 1096 hasta el año 1099.
Concluye con la victoria cristiana.

Mapa ilustre de recorrido a pie y por mar que realizaron los cruzados, en su segunda
campaña, en el año 1147, hasta 1149. Victoria musulmana.
Representación de la movilización de los cruzados, año 1189, hasta 1192. Victoria
musulmana.

Mapa ilustre que muestra los caminos terrestres y marítimos que hicieron los cruzados
en su cuarta campaña. De 1202 al año 1204. Victoria cristiana.
Camino de los cruzados, iniciada en el año 1217 a 1221. Concluye con la victoria
musulmana.

Movimiento marítimo de los cruzados hacia Jerusalén en el año 1228 y 1229, concluye
con una victoria cristiana.
Séptima cruzada, inicia en el año 1248 y se extiende hasta 1254. Termina con la
victoria de los musulmanes.

Mapa donde se muestran las rutas de la octava cruzada.1870. Victoria musulmana.

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