Lección 7 - Derecho Administrativo
Lección 7 - Derecho Administrativo
Lección 7 - Derecho Administrativo
Según el artículo 5 de la LPAP de 2003, los bienes y derechos de dominio público son aquellos
de titularidad pública destinados al uso general, servicio público o expresamente designados
como demaniales. Los mencionados en el artículo 132.2 de la Constitución también son bienes
de dominio público estatal. Los inmuebles de la Administración General del Estado o sus
organismos vinculados se consideran bienes de dominio público si alojan servicios, oficinas o
dependencias de sus órganos o de los órganos constitucionales del Estado.
Los bienes y derechos de dominio público se rigen por leyes y disposiciones especiales, y en su
ausencia por la Ley de Patrimonio de las Administraciones Públicas y sus disposiciones
complementarias. El derecho administrativo general y, en su defecto, el derecho privado se
aplica como derecho supletorio.
b) Elemento objetivo:
Según este elemento, cualquier bien inmueble o mueble puede formar parte del dominio
público, siempre y cuando esté destinado a una finalidad de carácter público que sea
constitucionalmente legítima. También se pueden incluir derechos, como las denominaciones
de origen en la Ley 24/2003 de la viña y el vino. Algunos bienes mencionados en el artículo 5
de la LPAP están incluidos en el artículo 132.2 de la Constitución, mientras que otros, como los
edificios que albergan las oficinas del Estado, se incluyen para evitar dudas.
c) Elemento teleológico:
Este elemento se divide en cuatro aspectos: afectación, formas, desafectación y mutaciones
demaniales. La afectación determina la inclusión en el dominio público y se refiere al destino o
fin público de un bien. Esto implica la aplicación de un régimen jurídico especial y público.
Las formas de afectación se dividen en:
- Demanio por naturaleza, donde la afectación se realiza mediante una ley estatal que
establece las características que justifican la inclusión en el dominio público. La
desafectación es posible por derogación o modificación de la ley, o si el bien pierde sus
características iniciales.
- Resto del dominio público, donde la afectación se lleva a cabo mediante un acto
administrativo expreso. Esto puede hacerse mediante una ley que establezca los
detalles del bien o derecho, la finalidad a la que se destina, la declaración de su
integración en el dominio público y el órgano encargado de gestionarlo.
- Afectación implícita, donde no se requiere un acto especial para la afectación, como
en el caso de la expropiación de un bien para uso público o su inclusión en el plan
general de ordenación urbana, o la adquisición de bienes muebles para decorar
edificios oficiales.
- Afectación tácita o presunta, que ocurre cuando un bien se destina a un uso o servicio
público durante un período de tiempo determinado (25 años según la Ley de Bases de
Régimen Local), adquiriéndolo por prescripción.
a) Potestad de Investigación:
La primera es la potestad de investigación, que permite a la administración investigar bienes y
derechos cuando su titularidad no está clara. Existe un procedimiento establecido en el
artículo 47 de la Ley del Patrimonio de las Administraciones Públicas (LPAP), que establece la
obligación de investigar y la posibilidad de incentivar a los particulares a denunciar bienes no
registrados en el dominio público.
b) Potestad de deslinde:
La segunda potestad es la de deslinde, que permite a la administración fijar los límites y
delimitaciones de los bienes de propiedad pública. Una vez que se determinan los límites en
una sentencia firme, la administración puede llevar a cabo la acción de deslinde de forma
unilateral, a través de un acto administrativo ejecutivo y ejecutorio. Este proceso se rige por el
artículo 52 de la LPAP, y se garantiza la participación de los afectados.
c) Recuperación de oficio:
La tercera potestad es la de recuperación de oficio, que permite a la administración recuperar
la posesión perdida de sus bienes y derechos sin recurrir a los tribunales. El artículo 55 de la
LPAP establece que la recuperación se puede realizar en cualquier momento, pero para los
bienes patrimoniales, debe realizarse antes de que transcurra un año de usucapión. Pasado
ese plazo, la administración debe acudir a la jurisdicción civil.
d) Potestad de desahucio:
La cuarta potestad es la de desahucio, que se aplica cuando hay una ocupación ilegal de un
inmueble de la administración. La administración puede recuperar la posesión de dichos
bienes demaniales mediante el desahucio, siempre y cuando no se trate de una vivienda o
falte el consentimiento del interesado. En estos casos, se requiere la autorización del Juzgado
de lo Contencioso-Administrativo. El desahucio se regula en los artículos 58 y siguientes de la
LPAP, y pueden aplicarse multas coercitivas o solicitar el auxilio de las Fuerzas de Seguridad.
e) Potestad posesoria:
Por último, está la potestad posesoria, que obliga a la administración a inventariar sus bienes y
derechos en catálogos administrativos para su correcta identificación. El artículo 36 de la LPAP
establece que dicho inventario debe realizarse en el Registro de la Propiedad, al igual que los
actos o contratos susceptibles de inscripción.
Estas potestades son fundamentales para proteger los bienes de dominio público y garantizar
la gestión adecuada por parte de la administración.
Dentro de los bienes demaniales destinados al uso público, se encuentran las reservas
demaniales, que son áreas exclusivas reservadas por la Administración para su uso especial.
Estas reservas están vinculadas a un interés general o un uso público y deben cumplir ciertos
requisitos. La aprobación de las reservas implica la ocupación de derechos preexistentes
incompatibles con ellas y requiere un acuerdo del Consejo de Ministros, una publicación en el
BOE y su inscripción en el Registro de la Propiedad.