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Heraldo de Aragón l Martes 9 de julio de 2024 HENNEO MEDIA S.A. Presidente: Fernando de Yarza López-Madrazo Consejero Delegado: Íñigo de Yarza López-Madrazo Director editorial de Medios: Miguel Ángel Liso Tejada Director general de Medios: Eliseo Lafuente Molinero TRIBUNA l 17 HERALDO DE ARAGÓN EDITORA S.L.U. Presidenta: Paloma de Yarza López-Madrazo Vicepresidente: Fernando de Yarza Mompeón Director: Miguel Iturbe Mach Subdirectores: Santiago Mendive y Esperanza Pamplona. Redactor jefe de Cierre: Mariano Gállego. Redactor jefe de Aragón: Manuel López. Adjunto a la dirección: José Javier Rueda. Edición: Santiago Paniagua y José Miguel Tafalla. Digital: Nuria Casas. Municipal: Mónica Fuentes. Economía: Luis H. Menéndez. Deportes: Javier L. Velasco. Cultura: Joan F. Losilla. Fotografía: José Miguel Marco. Diseño: Kristina Urresti. EN NOMBRE PROPIO I David Serrano-Dolader Donald Biden HERALDO LA FIRMA I Carlos Ferrer Benimeli ‘Mundo mundial’, una gracieta rancia Al principio, eso del ‘mundo mundial’ (una redundancia hiperbólica) pudo tener su gracia, pero su uso reiterado por los simpáticos de manual ha terminado por convertirla en algo ya cargante, insufrible y sin gracia alguna ‘Mundo mundial’ es, en plan técnico, una redundancia hiperbólica; en plan benevolente, una gracieta; y hablando pronto y claro, una gilipollez acogida con entusiasmo por muchos de los que van por la vida de graciosos oficiales. Algo parecido a decir ‘universo universal’ o un ‘ejemplo ejemplar’ (esto último lo perpetró un diputado en el Congreso el 13-05-20). Hay quien atribuye esta ocurrencia del ‘mundo mundial’ al ingenio y gracejo de Felipe González. Y si ello fuera verdad, no habría que ponérselo en su ‘debe’ sino en su ‘haber’, por haber alumbrado una de las expresiones más exitosas de los últimos 40 años. Pero fuera o no Felipe González, un sevillano de pro, el autor de esta exitosa expresión, lo cierto es que la teoría de que el ‘mundo mundial’ naciera en Sevilla me parece plausible. Los que conocemos bien Sevilla hemos oído muchas veces expresiones como éstas: «La Macarena, la más grande del mundo» o «Curro Romero, el más grande del mundo». Un directivo del Sevilla FC, campeón de la Liga Europea en 2020, dijo: «El Sevilla se ha en- frentado a equipos grandes (Roma, Manchester United, Inter de Milán), pero el Sevilla es el más grande». En Sevilla, cuando se dice «el más grande» siempre se entiende que «del mundo», y de «lo más grande del mundo» a «lo más grande del mundo mundial» no hay más que un paso. No obstante hay quien ubica el origen de esta gracieta en Argentina. Esta teoría también me parece verosímil porque no en vano a Argentina la llaman el país de lo hiperbólico (Evita, Maradona, el ego, el psicoanálisis y Milei, por ejemplo). «Remedando a Voltaire, el primero que comparó a una mujer con una flor fue un poeta; el segundo, un cursi; y del tercero en adelante, unos gilipollas» Afortunadamente lo del ‘mundo mundial’ no ha pasado a la letra escrita, pero lo que se dice puede ser grabado y luego salir en la prensa. Tal es el caso de las declaraciones del presidente del Real Madrid sobre Ronaldo (1507-21): «Un imbécil, un enfermo. Si no, no haría todas las cosas que hace, como la última tontería, que la vio todo el mundo mundial». Al principio eso del ‘mundo mundial’ pudo tener su gracia, pero su uso reiterado por los simpáticos de manual ha terminado por convertirla en algo ya cargante, insufrible y sin gracia alguna. Porque, remedando a Voltaire, el primero que comparó a una mujer con una flor fue un poeta; el segundo, un cursi; y del tercero en adelante, unos gilipollas. Pero sigue habiendo mucha gente incapaz de decir ‘mundo’ sin acompañarlo del inevitable ‘mundial’. Y ya el colmo es el de aquellos que han llegado a interiorizar que eso del ‘mundo mundial’ es una ocurrencia suya y que te vas a sorprender al escucharlo. Hay cosas que deberían empezar a plantearse en el código penal. Hace poco (28-01-24) leí que Bukele, el controvertido e hiperbólico presidente de El Salvador, dice de sí mismo que es «el dictador más ‘cool’ del mundo mundial». Con ello me replanteo la posibilidad de si esta expresión pudo surgir realmente en Hispanoamérica, lo cual me consolaría al pensar que esta gansada no es exclusiva de los españoles. En la genial película ‘Trainspotting’ (1996) Mark dice: «El mundo está cambiando… dentro de unos años sólo habrá gilipollas». Y yo añado: «Y en el mundo mundial, todavía más». N.B. Veo que, sin pretenderlo de entrada, me han salido tres presidentes presidenciales. Carlos Ferrer Benimeli es profesor jubilado de la Universidad de Zaragoza. Este artículo es un extracto de su libro ‘Topicazos, Gracietas y Cursiladas. Las gilipolleces nos invaden’ (Amazon) Dijo la sartén al cazo: «¡Aparta, que me tiznas!»; dijo la urraca al tordo: «¡Jesús, que negro eres!». Y así siguen las elecciones norteamericanas: viendo la paja en el ojo ajeno e ignorando la viga en el propio. Pero, en este caso, mal de muchos no es (o no debería serlo) consuelo de tontos. Dime con quién andas y te diré quién eres: «Yo ando con Donald Biden»; y «Yo ando con Joe Trump». Dios los cría y ellos se solapan. A mediados de los 90, un anuncio de coches consiguió identificar a toda una generación: los JASP (Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados). O bien la campaña no llegó a EE. UU., o bien sus efectos se han ido diluyendo entre las luchas de poder y entre el poder de las luchas. De«No es que sean ídolos sesperante y desalentadocon pies de barro, es ra se presenta la carrera que ni pies (ni cabeza) por la elección del próximo presidente americano, parecen tener» si no es que antes de la fumata blanca… o uno enloquece del todo u otro se jubila definitivamente. ¿Pero cómo es posible que entre los millones de demócratas y de republicanos que pululan –muchos de ellos armados hasta los dientes– por las calles de las ciudades estadounidenses el dedo designador haya ido a posarse en estas dos figuras? No es que sean ídolos con pies de barro, es que ni pies (ni cabeza) parecen tener. Entre un Putin desnudo de torso y montado a caballo por heladas estepas rusas y un presidente norteamericano que solo con apuros podrá hacer sopas de letras… lo mejor será dejar el botón nuclear fuera del alcance de estos niños. La situación no es preocupante, sino muy preocupante: ‘quod erat demonstrandum’. Como diría el loco: ni churras con merinas ni azúcares con sacarinas. CON DNI I Julio José Ordovás Solo el cielo La tarde del sábado pasado Zaragoza estaba reventona de cincuentones rejuvenecidos. El rock es una actitud vital. Eso nos lo enseñó el siglo XX, que fue el siglo de las dos guerras mundiales y de la Guerra Fría, pero también fue el siglo del rock. El rock es comunión y combustión, una catarsis eléctrica. El rock son berridos, contorsiones pélvicas, guitarras rugiendo como motores y chicas bebiendo cerveza y moviendo las caderas. Nunca fui fan de los Héroes. Los Héroes eran un coñazo. Sonaban en todas partes y a todas horas. No podías huir de ellos ni aunque te metieras a dos metros bajo tierra. Pero Bunbury se ha ganado mi admiración y mi simpatía. Bunbury es nuestro ‘boss’. Los estadios deberían albergar más conciertos y menos partidos de fútbol. Me alegra que la vieja Romareda se haya despedido con una macrofiesta, es decir, no con una nueva derrota del Zaragoza sino con un show majestuoso de Bunbury. Bunbury nunca defrauda. Es una bestia escénica. Además, había vendedores ambulantes de Ambar para que nadie pasara sed. Y es que el rock da mucha más sed que el fútbol. Me gusta el pañuelo rojo de Bunbury. Es el mismo pañuelo que utilizaba John Wayne para protegerse del polvo del Oeste y para taponarse las heridas cuando recibía algún flechazo o algún balazo. Y me gustan sus Ray-Ban y su sombrero de cowboy perdido en la tenebrosa noche mexicana. El rock también es teatro y Bunbury siempre ha sido un gran actor de sí mismo. Fui con mi hijo al concierto de Bunbury y mi hijo, a mitad de concierto, se quedó dormido. Temblaban los cimientos de la vieja Romareda, y yo estaba abrazado a mi hijo, y Bunbury rugía como un león feliz y yo pensaba que más alto que Zaragoza solo el cielo.