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Socio Debate Revista de Ciencias Sociales ISSN 2451-7763 Año 2-Nº 4 Diciembre de 2016 Url: http://www.feej.org/index.php/revista-sociodebate ¿Puede tener Macri un 2001? Julián Zícari1 Recibido: 16-12-2016 Aceptado: 16-12-2016 Introducción: el pasado no es el presente Marx por alguna parte observa que Hegel por alguna parte observa que todos los grandes personajes y hechos de la historia se repiten, por así decirlo, dos veces. Nietzsche por alguna parte observa que Zarathustra por alguna parte observa que vivimos bajo una especie de hechizo cósmico, aunque sea como una ficción o hipótesis, en la cual los instantes retornan una y otra vez, por lo que la historia no podría ser entonces lineal sino únicamente circular. Sin embargo, si se presta atención a cómo cada uno de estos pensadores replican las ideas de otros pensadores, notaremos que no duplican simplemente lo previo. Marx recupera a Hegel pero para agregar algo más: si bien le concede como una verdad que los hechos en la historia se repiten, señala también que una primera irrupción histórica ocurre como una tragedia mientras que en la segunda ya serían una farsa de la anterior, en consecuencia, por más que la tradición de todas las generaciones muertas gravita como una pesadilla so e el e e o de los vivos las transformaciones sociales no sa a su poesía del pasado, si o sólo del futu o (Marx, 2003, pp. 33, 37). En el caso de Nietzsche, cuando éste se disfraza de Zarathustra destaca igualmente otro hecho fundamental: si bien los instantes están condenados a volver siempre como instantes, planteando así un ete o eto o de lo is o (ewige Wiederkehr des Gleichen), se produce paradójicamente también un giro: lo is o sólo puede retornar como lo dife e te , 1 Lic. en Economía y en Historia. Especialista en Historia Económica. Magister en Historia Económica. Doctorando en Ciencias Sociales (UBA). Becario doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). 63 Socio Debate Revista de Ciencias Sociales ISSN 2451-7763 Año 2-Nº 4 Diciembre de 2016 Url: http://www.feej.org/index.php/revista-sociodebate por lo tanto las repeticiones del pasado son más bien fuerzas para la vida y para el presente que duplicando lo anterior crean así lo uevo y dibujan un futuro por-venir. Por todo esto, entonces, debe quedar más que en claro que ningún ciclo histórico es igual a otro, ya que los cambios y procesos son siempre diferentes en sí is os. “i e a go, a pesa de ue u a la histo ia se da de a e a idé ti a a otros tiempos, no se puede descuidar tampoco que existen invariantes estructurales que a veces desaparecen y luego reemergen, que hay elementos que en algunos momentos –tanto hombres como programas- que se repiten en la historia y que también hay lógicas que se conjugan de manera similar a otros hechos del pasado, por lo que existen experiencias que en muchos casos vale la pena comparar para ubicar exactamente cuán heterogéneas son entre sí. En este sentido, el actual gobierno de Mauricio Macri tiene muchas similitudes al que encabezó Fernando de la Rúa entre 1999 y 2001, imponiendo dinámicas sociales, políticas, económicas y electorales que resuenan cada vez con más fuerza. Por lo que, y teniendo en cuenta lo terrible que resultó el fatídico año 2001 para los argentinos, vale la pena entonces comparar algunos aspectos del pasado con el presente, preguntándonos si la situación actual pudiera desembocar en otra crisis de similar envergadura a la del periodo previo y también qué elementos del pasado permitirían vislumbrar un futuro diferente. En función de estos puntos, este trabajo primero presentará una comparación entre Cambiemos y la Alianza para poner en perspectiva a ambas coaliciones. Luego, se intentará comparar los escenarios económicos de uno y otro caso, mientras que posteriormente se compararán los escenarios internacionales. A continuación se harán algunos comentarios con respecto a los liderazgos políticos y las dinámicas electorales, para finalmente cerrar el escrito con algunas conclusiones al respecto. 64 Socio Debate Revista de Ciencias Sociales ISSN 2451-7763 Año 2-Nº 4 Diciembre de 2016 Url: http://www.feej.org/index.php/revista-sociodebate Cambiemos no es la Alianza Es cierto que Cambiemos y la Alianza se parecen en muchos aspectos. Ambas son formulas político-electorales que llegaron a la presidencia del país venciendo al peronismo. Las dos son coaliciones encabezadas por un ex intendente porteño y en las cuales la UCR (Unión Cívica Radical) ocupa un rol muy importante. Ambas tienen un perfil ideológico de centro-derecha y asumieron con el fin de llevar adelante un programa neoliberal. También es verdad que sendas coaliciones apuestan por el capital concentrado, la apertura económica, el endeudamiento, la concentración de ingresos, no tienen ambiciones distributivas, aplican ajustes salvajes que generan desempleo, reducen salarios y hacen subir la pobreza, mientras que también ubican al sector financiero y a los inversores externos como los principales actores económicos de sus programas –por eso no sorprende para nada que sus propuestas económicas sean muy valoradas por el FMI (Fondo Monetario Internacional)-. De manera similar, es igualmente cierto que ambas coaliciones construyeron sendas campañas electorales para acceder al gobierno de modo parecido. Así, las dos pusie o é fasis e la lu ha o t a la o up ió , e alta o los valores republicanos y el respeto a las normas, como también es verdad que ambas tuvieron un discurso que buscó abiertamente desideologizar sus propuestas. Por su parte, es innegable que ambas coaliciones comparten elencos de gobierno y que tienen ciertos líderes en común: Patricia Bullrich, Elisa Carrió, Federico Sturzzeneger, Horacio Rodríguez Larreta, Darío Lopérfido o Hernán Lombardi son tan solo algunas personas que se repiten en un caso y en el otro. Por último, y por si fuera poco, los actores centrales de la Alianza han otorgado un acalorado apoyo a los de Cambiemos. Por ejemplo, Fernando De la Rúa dijo o lo voté a Ma i esto o te to (El Destape 16/04/2016), mientras que Domingo Cavallo opinó que Mau i io Ma i tie e el ejo e uipo pa a go e a (La Nación 12/03/2015). 65 Socio Debate Revista de Ciencias Sociales ISSN 2451-7763 Año 2-Nº 4 Diciembre de 2016 Url: http://www.feej.org/index.php/revista-sociodebate Sin embargo, a pesar de todas las similitudes que pudiéramos trazar, debemos decir que Cambiemos no es igual a la Alianza en su conformación y acceso al gobierno, sino que es una coalición mucho más débil y precaria que esta última (aún cuando la Alianza fue ya de por sí una coalición muy débil institucionalmente, lo que puede llegar a complicar mucho el escenario del presidente Macri hacia el futuro). La Alianza fue una coalición formada en 1997 entre la UCR y el Frepaso (Frente País Solidario) y conquistó la presidencia recién dos años después, en 1999, mientras que Cambiemos es una coalición formada también por la UCR, pero ahora aliada al Pro de Mauricio Macri (Propuesta Republicana) y la Coalición Cívica (CC) de Elisa Carrió, siendo una unión que se formó en 2015, el mismo año en que llegó al gobierno, sin haber tenido ningún tipo de periodo de aprendizaje colectivo, experiencia o si quiera tiempo para elaborar un programa común. En este sentido, debemos decir que la Alianza además llegó de manera relativamente fácil al gobierno, que lo hizo de modo directo y con un o se so afi ativo de la so iedad ha ia sus a didatos: la Alia za t iu fó e la primera vuelta electoral con el 48,37% de los votos contra el 38,27% que obtuvo el segu do. Es de i , fue u a op ió ue se afi ó de a e a positiva en forma prácticamente mayoritaria en el electorado. De modo menos favorable, el triunfo de Cambiemos fue otro: ésta última coalición fue la segunda minoría en las elecciones generales, en las que obtuvo el 34,15% frente al 37,08% del FPV (Frente para la Victoria), y sólo pudo acceder al gobierno en una segunda vuelta muy peleada con un triunfo con el que apenas logró revertir el resultado previo (Macri tuvo el 51,34% de los votos contra el 48,66% de Scioli). Esto quiere decir que Cambiemos conquistó la p eside ia o u o se so egativo po so e su rival directo (pudiendo capitalizar de cara al ballotage cierto hartazgo hacia el kirchnerismo e imponiendo en consecuencia la idea de alte ativa de se el al ue ha ía e o ue a ia , construyéndose así como la f e te a la o ti uidad. Te ie do en cuenta los antecedentes que los especialistas en ballotages destacan, un triunfo en dichas 66 Socio Debate Revista de Ciencias Sociales ISSN 2451-7763 Año 2-Nº 4 Diciembre de 2016 Url: http://www.feej.org/index.php/revista-sociodebate condiciones no es un dato menor, puesto que la mayoría de los presidentes en América Latina que acceden al gobierno en forma similar y revierten el resultado de la elección general terminan sus mandatos en forma anticipada, son proclives a tener fuertes crisis institucionales o se enfrentan a situaciones de pronunciado desgobierno y caos. Esto en parte se debe al desbalanceo de poder que implica controlar la presidencia del país pero sin los recursos institucionales acordes, como por ejemplo el Congreso, y porque quienes asumen de esta forma suelen llegar al gobierno con la ilusión de tener un consenso y apoyo mayoritario del que en realidad carecen: el sistema de ballotage impone una polaridad total que fuerza la creación de espejismos mayoritarios, que en el mediano plazo demuestran ser muy precarios, por lo que los gobiernos se vuelen muy inestables y propensos a sufrir crisis de gobernabilidad (Pérez Liñan, 2009). Las escasas cuatro experiencias en los cuales no ocurrió algo así y en las que el candidato de la segunda minoría conquistó la presidencia sin ver luego interrumpido su gobierno de forma anticipada se debieron a factores que hoy el gobierno de Cambiemos está muy lejos de tener: Leonel Fernández en la República Dominicana de 1996 luego de salir segundo en la elección general construyó inmediatamente después de vencer un gobierno de coalición con otros partidos (formando el Frente Nacional Patriótico), creando así una mayoría parlamentaria con lo que pudo llevar adelante su presidencia sin sobre saltos; Andrés Pastrana en la Colombia de 1998 y Jorge Batlle en el Uruguay de 1999 revirtieron sus resultados en la segunda vuelta proviniendo ambos de partidos de muy larga data, sumamente estructurados y en países de fuerte tradición bipartidista lo que garantizó la gobernabilidad; el caso de Néstor Kirchner en la Argentina de 2003 (que si bien no se llegó a realizar la segunda vuelta por el abandono de Menem, que había resultado primero en la elección general) accedió a la presidencia del país siendo la segunda minoría de las elecciones presidenciales pero proviniendo del Partido Justicialista, que era el partido que controlaba ambas cámaras del Congreso, la mayoría de los 67 Socio Debate Revista de Ciencias Sociales ISSN 2451-7763 Año 2-Nº 4 Diciembre de 2016 Url: http://www.feej.org/index.php/revista-sociodebate gobiernos provinciales y era cercano a los sindicatos, por lo que tuvo ciertas ventajas para asegurar la paz en su gobierno. Macri, en contraste a estas experiencias, no hizo acuerdos para ampliar su base parlamentaria, no viene de un partido estructurado ni basado en el rígido bipartidismo y tampoco cuenta con un partido que garantice la gobernabilidad, por lo que su panorama no es alentador. Por su parte, además de un desigual modo de acceso al gobierno y de que esto representa una severa desventaja para Cambiemos con respecto al caso de la Alianza, con vistas al resto de los poderes institucionales la situación es todavía peor. De los veinticuatro distritos del país, Cambiemos sólo gobierna cinco (tres en manos de la UCR y dos en poder del Pro), cuando la Alianza contó con el control de ocho (siete gobernados por la UCR y uno solo por el Frepaso). En la Cámara de Diputados de la Nación la Alianza tuvo 119 diputados propios (83 de la UCR y 36 del Frepaso), sin tener mayoría ni tampoco quórum propios en la Cámara y fue seguida muy de cerca por el peronismo, que tuvo 100 diputados. Para el caso de Cambiemos, éste tiene sólo 92 diputados propios (43 de la UCR, 41 del Pro, 5 de la Coalición Cívica y 3 de otras fuerzas) mientras que el peronismo es la primera minoría con 114 diputados. Es decir, otra clara debilidad con respecto a la Alianza. En el Senado la cosa es sin dudas más dura aún: mientras la Alianza tuvo 21 senadores propios (20 de la UCR y uno solo del Frepaso) y el PJ tuvo 36, Cambiemos tiene sólo 16 senadores (9 por la UCR, 5 por el Pro y 2 por la CC) y el peronismo cuenta ahora con 44. De igual modo, la distribución de los cargos de poder y las decisiones parecen ejercerse de manera diferente en un caso y en el otro. Si la Alianza originalmente buscó presentarse como una sociedad más o menos equilibrada entre dos partidos socios, en muy poco tiempo el radicalismo, que era el partido mayor, hegemonizó la coalición y posteriormente desplazó al Frepaso a un lugar prácticamente inexistente: en el primer gabinete de gobierno los frepasistas tuvieron muy poco peso –sólo tuvieron dos ministerios de un total de diez, ocho secretarias (de 42) y cuatro 68 Socio Debate Revista de Ciencias Sociales ISSN 2451-7763 Año 2-Nº 4 Diciembre de 2016 Url: http://www.feej.org/index.php/revista-sociodebate subsecretarias (de 58) (Ollier, 2001)- para finalmente ser desdibujados como actor decisorio a medida que avanzó el gobierno. Con respecto al caso de Cambiemos, la situación es diametralmente otra, ya que aunque el radicalismo es el partido con mayores aportes distritales e institucionales, está francamente relegado en la toma de decisiones y en el vértice gubernamental: de los 20 ministerios que hoy tiene el presidente Macri sólo cuenta con 3, mientras que los gerentes y CEOs de empresas privadas sin vínculos partidarios ocupan 5, los provenientes del Pro son 9 y otros 3 son de origen dispar, lo que implica un notorio desbalanceo de poder en desmedro de la UCR y su aporte. Sin embargo, a pesar de que Cambiemos en casi todos los planos parece ser una fuerza política mucho más débil que la Alianza, sí cuenta con ventajas no menores. La primera tiene que ver con la coherencia ideológica y programática con la que fue conformada. Mientras la Alianza originalmente se presentó como una coalición de centro-izquierda y de perfil progresista (asentada en figuras como Chacho Álvarez, Raúl Alfonsín, Graciela Fernández Meijide, Rodolfo Terragno, Aníbal Ibarra o los sindicalistas de la CTA), la coalición sucesivamente fue mutando hasta adoptar un decidido perfil conservador y de derecha, primero con el control del gobierno con el que se fue quedando de la Rúa y luego ya de manera más clara cuando Domingo Cavallo asumió el Ministerio de Economía y el control casi total del gobierno. Cambiemos, en cambio, nació ya como una coalición de derecha y neoliberal: el liderazgo que ejerce el Pro en el espacio es totalmente dominante2, el influjo de Carrió no es menor, mientras que esta vez fueron los líderes más derechistas y abiertamente neoliberales de la UCR los encargados de llevar adelante el acuerdo (Ernesto Sanz, Gerardo Morales y Oscar Aguad) y no el ecléctico magma que Alfonsín aglutinaba. En segundo lugar, lo que parece ser hasta ahora la fortaleza más grande de Cambiemos frente a la Alianza es que la primera tiene un claro e indiscutido líder, mientras que la 2 Sobre las características del Pro, ver Vommaro, Morresi, Bellotti, 2015. 69 Socio Debate Revista de Ciencias Sociales ISSN 2451-7763 Año 2-Nº 4 Diciembre de 2016 Url: http://www.feej.org/index.php/revista-sociodebate Alianza careció de ello. En esta dirección, una de las debilidades mayores de la Alianza fue no haber tenido un liderazgo claro, lo que entorpeció la gestión y colaboró en que dicha coalición entrara en guerra contra sí misma con vistas a la toma de decisiones y los planes a llevar a cabo (de la Rúa se enfrentó rápidamente con el vicepresidente Álvarez hasta que éste renunció a su puesto mientras que también el presidente tuvo relaciones más de rivalidad que de cooperación con Alfonsín y la estructura de la UCR), de manera opuesta, Mauricio Macri ejerce un liderazgo firme y vertical que parece permitirle a Cambiemos tener un dinamismo y capacidad de respuesta mucho mayor al aliancista, sin desatar hasta ahora rupturas ni enfrentamientos fratricidas. Ni Massa ni Cristina son Duhalde Por la notoria debilidad institucional que padece Cambiemos y que también tuvo la Alianza, la relación con la oposición entonces se vuelve indispensable y no puede ser un eje a desatender de ningún modo para aprobar las leyes en el Congreso y asegurar la gobernabilidad. En este terreno, la Alianza tuvo un periodo inicial esencialmente fácil: el PJ estaba dividido en la eterna disputa entre Menem y Duhalde, los gobernadores peronistas de las provincias chicas habían forjado el Frente Federal (en el que asomaron figuras como Rodríguez Saá, Kirchner, Puerta y Romero), mientras que los tres gobernadores de las provincias grandes (Ruckauf, Reutemann y De la Sota de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba respectivamente) también colaboraron en fragmentar el liderazgo partidario. A su vez, el sindicalismo estaba dividió en dos CGT u a ofi ial a a go de Dae ot a e elde o du ida po Mo a o , el go ie o tuvo un buen trato inicial de la CTA y además la Alianza logró sumar al espacio de Cavallo a su gabinete. Sin embargo, a pesar de tener un espacio opositor y sindical en dispersión, la vorágine de la conflictividad social y la velocidad asumida por la crisis evitó que el gobierno pudiera dominar el terreno político, por lo que la Alianza terminó siendo devorada por una compleja y multivariada cantidad de actores sociopolíticos en 70 Socio Debate Revista de Ciencias Sociales ISSN 2451-7763 Año 2-Nº 4 Diciembre de 2016 Url: http://www.feej.org/index.php/revista-sociodebate escena. Todo lo cual dificultó las negociaciones, complicó las alianzas y todos los avances que se ganaron al acercarse a un actor se terminaban de perder al alejarse de los otros. Con ello los pactos fueron difíciles y el gobierno quedó atrapado más de una vez en situaciones imposibles de resolver. El terreno de la oposición para Cambiemos parece ser, en principio, también difícil. El peronismo tiene menor cantidad de actores esta vez y mantiene cierta coherencia en torno a tres claros polos. En primer lugar, se encuentra el liderazgo kirchnerista que la ex presidenta Cristina Fernández parece todavía conducir. Si bien este polo no luce con la envergadura y los consensos que tuvo en otras épocas dentro del peronismo, lo que sí es claro es que todavía logra retener una porción muy importante de poder y vínculos muy aceitados con otros sectores sociales y políticos, por lo que no le sería imposible ser una oposición fuerte y dominante de cara al futuro con capacidad de condicionar severamente al gobierno de Macri. Un segundo polo dentro del PJ es el que representan los gobernadores, intendentes y personas más conservadoras del partido. Este espacio es más difuso y afloran varios hombres con intenciones de liderarlo (como el gobernador salteño Juan Urtubey, Diego Bossio o Miguel Pichetto), es el más clásicamente pejotista y de centroderecha, y por su plasticidad parece ser capaz de alinearse sin problemas con quien emerja como nuevo líder del peronismo. Por último, no podemos descuidar el ascendente de Sergio Massa (a quien tanto De la Sota como el gobernador de Córdoba Juan Schiaretti parecen secundar), que aún con el control de 41 diputados propios del Frente Renovador y una buena cantidad de intendentes, proyecta un futuro político no menor, tal es así que Pichetto llegó a declarar que Si Massa gana en el 2017, va a ser el uevo líde del pe o is o (Clarín 13/11/2016). Además, los sectores sindicales parecen tener más indicios de convergencia que de separación que en el pasado, para golpear juntos y mejor: al comenzar el año 2015 se unificaron los dos sectores de la CTA y poco después la CGT reunificó a sus tres facciones en un triunvirato; mientras que la líder opositora Margarita Stolbizer prefirió acercarse al grupo massista más que 71 Socio Debate Revista de Ciencias Sociales ISSN 2451-7763 Año 2-Nº 4 Diciembre de 2016 Url: http://www.feej.org/index.php/revista-sociodebate acceder a pactar con el gobierno de Macri. Es decir, por más que la resolución de la crisis del 2001 haya logrado ser conducida con cierto éxito por Eduardo Duhalde considerando las difíciles condiciones de las que partió, lo cierto es que su liderazgo durante 2001 y 2002 fue excesivamente débil y precario, sin lograr nunca un apoyo sólido o mayoritario ni siquiera dentro de su partido, y sólo devino presidente del país ante la falta de opciones de mayor peso y con una resignación muy alta de parte de sus pares. En la actualidad, el peronismo se encuentra mucho mejor estructurado que durante el 2001, con una capacidad institucional, legislativa y territorial mayor, y quien resulte tener la mejor performance en 2017 (ya sean las distintas variantes del kirchnerismo, del massismo o del pejotismo) seguramente termine por adueñarse del liderazgo mayoritario del partido, con lo que contará con una enorme capacidad de condicionar al gobierno de Macri, volviendo al presidente muy dependiente de la gobernabilidad que la oposición fuera capaz de darle. Igualmente esto último, debemos decir que a poco de cumplirse el primer año de gobierno de Cambiemos, tanto la situación legislativa como la gobernabilidad no han sido grandes escollos. Mauricio Macri pudo anotarse varios éxitos en el Congreso: pudo lograr el pago a los fondos buitre (hold outs), consiguió aprobar la designación de dos nuevos miembros para la Corte Suprema, aplicó un ambicioso plan para blanquear capitales y para recalcular los pagos a los jubilados y demostró tener una capacidad de negociación muy alta en varios temas (especialmente con la CGT, con la cual logró hasta ahora una paz social inédita). Empero, Cambiemos de todos modos no pudo evitar algunos traspiés en el terreno parlamentario: tuvo un momento tenso cuando la oposición se unificó y logró hacer aprobar una ley que duplicaba las indemnizaciones laborales por seis meses (ley que el presidente Macri inmediatamente vetó) y también con la ley de emergencia económica, el oficialismo no pudo lograr la modificación del Ministerio Público Fiscal para destituir a la procuradora Alejandra Gils Carbó y tuvo varios cortocircuitos para tratar el presupuesto, la ley de reforma electoral o para 72 Socio Debate Revista de Ciencias Sociales ISSN 2451-7763 Año 2-Nº 4 Diciembre de 2016 Url: http://www.feej.org/index.php/revista-sociodebate aprobar la ley de inversiones publico-privadas. En todo caso, y dejando de lado los éxitos y fracasos legislativos, durante el primer año de gestión de cualquier gobierno – más allá de su fortaleza institucional- es siempre esperable y lógico que pueda hacer aprobar las leyes que considera más importantes para su proyecto político. Vale recordar que la Alianza también logró durante su gestión grandes proezas legislativas a pesar de no contar con mayoría en ninguna de las dos cámaras del Congreso: pudo hacer aprobar la ley de reforma laboral, los presupuestos con recortes, los supe pode es pa a Cavallo, la le de défi it e o, el estado de sitio ego ia o las provincias para que aceptaran menores giros de los fondos de la coparticipación. En consecuencia, los problemas pueden aparecer cuando el apoyo popular comienza a desvanecerse, no se encuentran resultados y se entra en un año electoral, momentos en los cuales la oposición suele ser más dura y menos complaciente con los oficialismos. Por eso el verdadero interrogante para Cambiemos es si se logrará mantener la tolerancia de la población y de sus rivales políticos hacia el futuro. El 2016 no es el 2015 La evaluación del primer año de gestión del gobierno de Macri ofrece resultados ciertamente paradójicos con respecto a lo que se esperó inicialmente para él. En principio, porque el equipo de Cambiemos pudo tener, como dijimos, su primer año sin problemas de gobernabilidad, tener una calma relativa, mucha tolerancia de la oposición y niveles de aceptación en las encuestas bastante altos si se consideran las medidas tomadas. Por ello, no está de más rescatar que la capacidad política de Cambiemos demostró ser realmente muy alta y con éxitos innegables. Sin embargo, en el terreno económico y de gestión del macrismo, que era donde se tenían expectativas más altas, se obtuvieron hasta ahora resultados decepcionantes. Las primeras medidas del gobierno fueron devaluar y sacar/reducir las retenciones de los bienes que componen la canasta básica de alimentos, acelerando bruscamente la inflación, con lo 73 Socio Debate Revista de Ciencias Sociales ISSN 2451-7763 Año 2-Nº 4 Diciembre de 2016 Url: http://www.feej.org/index.php/revista-sociodebate que hizo caer los salarios durante 2016 y que millones de personas entraran a la pobreza. Además, los recortes en el gasto público implicaron el despido masivo de miles de trabajadores –algo replicado por muchos empresarios del sector privado- y con ello creció mucho el número de desempleados en todo el país. En línea con lo anterior, a los problemas de desigualdad y concentración de ingresos que conllevó el shock económico inicial, el programa anti-inflacionario no sólo incumplió su meta de tener una inflación del 25% para todo el año (excediendo con creces ese número, con una inflación por encima del 40%), sino que se basó en subir bastante las tasas de interés y abrir la economía con el fin de disciplinar los precios vía la competencia externa, generando como su consecuencia directa el encarecimiento del crédito, el endeudamiento a toda marcha del Banco Central y una lluvia de importaciones que afe ta p ofu da e te a los p odu to es lo ales. Pa a ol o el ta ifazo de los servicios públicos (con subas entre el 40 y el 900%) implicó un castigo durísimo tanto para los asalariados como para los empresarios, encareciendo el nivel de vida y haciendo subir fuertemente los costos de producción. De este modo, los efectos agregados de la política económica de Cambiemos han provocado estragos mayúsculos, con los que la situación marchó de mal en peor a lo largo del año: si se prometió que los efectos negativos serían tan sólo pasajeros porque había una pesada he e ia e i ida ue du a te el segu do se est e de 6 todo cambiaría, la situación económica no mejoró sino que el país demuestra estar preso de una profunda recesión de la que ahora no parece muy fácil salir. Frente a este panorama, el gobierno realizó apuestas económicas que en todos los casos demostraron estar erradas. La primera y más clara es suponer que gracias al viraje y discurso efusivamente pro-empresario asumido sería suficiente para despertar u a aute ti a lluvia de i ve sio es ue hi ie a e e el p odu to, si te e e cuenta que por las características de la economía argentina es muy difícil –cuando no francamente imposible- quebrar las tendencias recesivas por el lado de la oferta si la 74 Socio Debate Revista de Ciencias Sociales ISSN 2451-7763 Año 2-Nº 4 Diciembre de 2016 Url: http://www.feej.org/index.php/revista-sociodebate demanda se descuida como está ocurriendo. En esta dirección, las medidas más que favorecer al empresariado en general, fomentar la producción local o crear las condiciones para la inversión, causaron exactamente lo contrario: la apertura económica y la reducción de salarios fueron un castigo para el mercado interno que no produjeron otra cosa que bajas del consumo y desaliento de la demanda, el tarifazo y la devaluación hicieron subir los costos internos mientras que la política monetaria ortodoxa encareció el crédito fomentando la especulación financiera más que la producción, lo que también desincentiva las inversiones. Un indicador de todo esto es el quiebre que se produjo de miles de pequeñas y medianas empresas, el derrumbe de las ventas, las cesantías masivas de personal y pronósticos de que este verano tendrá una de las peores temporadas turísticas en años. En segundo lugar, por más que se hubieran realizado las principales medidas de acuerdo al programa neoliberal y el gobierno hubiera recibido acalorados elogios por parte del capital concentrado y del FMI, lo cierto es que el país ha aumentado violentamente su déficit fiscal (que el kirchnerismo dejó en el 1,5%, pero que en 2016 el gobierno de Cambiemos lo llevó por encima del 5% y el año siguiente proyecta ser todavía peor) como consecuencia de la quita/reducción de las retenciones y de la caída de la actividad económica. En tercer lugar, el comercio exterior estuvo lejos de mostrar el desenvolvimiento esperado a pesar de que los grupos agroexportadores fueron los más beneficiados por la política oficial: las exportaciones no tuvieron de ninguna manera el repunte excepcional que se prometió y el año próximo el mismo gobierno admite que habrá déficit comercial, aunque no sólo por la caída de las ventas, sino sobre todo por el avance sin pausa que tendrán las importaciones que está causando la apertura económica. Finalmente, la política de endeudamiento sistemático por la que ha optado el oficialismo para evitar desequilibrios mayores está volviendo a la economía argentina fuertemente dependiente de los flujos financieros y del endeudamiento, lo cual puede convertirse 75 Socio Debate Revista de Ciencias Sociales ISSN 2451-7763 Año 2-Nº 4 Diciembre de 2016 Url: http://www.feej.org/index.php/revista-sociodebate en u a pode osa o a de tie po ha ia el futu o u a pesada he e ia a e i i para futuras generaciones, algo casi tan grave como lo que ocurrió en el 2001. El gobierno durante su campaña electoral había prometido que una vez conquistada la presidencia del país se p odu i ía e la A ge ti a u a aleg ía , ie t as ue los he hos de ost a o po la ió pasó a vivi i ediata e te u a ue u a vez ue Ca e ie te evolu ió de la ie os asu ió la evolu ió de la t isteza . Es decir, el grueso de la población ha vivido un muy mal 2016 y en casi todos los casos se está peor que con respecto al 2015. Incluso los mismos funcionarios oficialistas, como el jefe de gabinete Marcos Peña, han salido a reconocer que 6 fue du o pa a los asala iados y que no se está mejor ahora en relación a cuando asumió Cambiemos (Río Negro 16/11/2016). Así, el problema para el gobierno es que si la situación actual es mala, las perspectivas no atisban a ser mejores para 2017, ya que por la dinámica que han asumido las variables prácticamente el primer semestre del año también sufrirán caídas o muchos sectores todavía estarán afectados por la recesión (ya que están cayendo el consumo, la inversión, la construcción, la industria y el gasto público de manera cada vez más pronunciada), haciendo que la recuperación –de producirsesólo ocurra durante la segunda mitad del año y que la misma resulte muy débil en un doble sentido: será débil en la medida en que no logrará hacerse sentir con fuerza para afrontar la campaña electoral próxima y, a la vez, porque por más que se crezca algo en 2017 los valores ya no permitirán recuperar todo lo que se ha caído en 2016. Aún más, aunque se cumplieran los pronósticos optimistas con respecto a un repunte económico del 3% para el próximo año, ni el desempleo ni la pobreza descenderán – incluso, lo más probable es que sigan es alza- ya que la capacidad instalada ociosa actual es alta y los sectores con posibilidades de crecer son muy poco intensivos en trabajo (tales como turismo, minería y energía, que fueron los sectores en los que a o é fasis se puso e el i i davos de Septiembre, el foro que el macrismo realizó para captar inversiones). En suma, al gobierno de Cambiemos le será muy difícil 76 Socio Debate Revista de Ciencias Sociales ISSN 2451-7763 Año 2-Nº 4 Diciembre de 2016 Url: http://www.feej.org/index.php/revista-sociodebate tener una validación electoral en 2017 si es que el terreno económico sigue ofreciendo números tan malos como los actuales o incluso empeoran de cara al futuro. La economía de Trump no es la de Bush Tras la victoria de Donald Trump el escenario internacional parece que se convertirá en un escollo cada vez más peligroso y difícil de sortear con vistas al mediano plazo. Aunque sin dudas, es verdad que todavía Trump no asumió la presidencia de los Estados Unidos –por lo que no se conocen de forma certera sus medidas- y es verdad también que el gobierno de Macri comenzó con el pie izquierdo su relación con él: dijo que era un idí ulo y que nunca alguien así podría ganar la presidencia norteamericana, a la par que hizo abierta campaña por la candidatura de la demócrata Hillary Clinton. Sin embargo, por más que Trump no haya asumido todavía y que Macri hubiera empezado su relación protocolar en forma fallida, lo cierto es que el triunfo del republicano descolocó fuertemente al gobierno de Cambiemos con respecto a temas centrales, representando ello un escenario económico que no fue vislumbrando inicialmente y que puede dañar en sumo grado los ejes del programa macrista. En este sentido, cuando en 2001 asumió el republicado George Bush (h) en el gobierno norteamericano hubo cambios en el escenario internacional que afectaron de lleno la situación argentina. El giro inicial de Bush, y que fue efectivamente devastador para el gobierno de la Alianza, implicó terminar con la benevolencia hacia el sector financiero que se venía tomando desde el norte y se pasó a adoptar como uevo pila pa a los p esta os la teo ía del o al haza d , lo ue i pli ó u endurecimiento de la política del FMI para países como la Argentina y el final de crédito fácil. Sin embargo, a pesar de que la administración Bush fue una pesadilla para de la Rúa y Cavallo en el 2001 –igual que para Duhalde en 2002 y que también tuvo chispazos con Kirchner (2003-2007)-, lo cierto es que provocó cambios en el mediano 77 Socio Debate Revista de Ciencias Sociales ISSN 2451-7763 Año 2-Nº 4 Diciembre de 2016 Url: http://www.feej.org/index.php/revista-sociodebate plazo que fueron beneficiosos para el país: en el mismo 2001 en que asumió Bush, éste hizo descender las tasas de la Reserva Federal del 6,5% al 2% en apenas un año y aplicó –una vez producidos los atentados a las Torres Gemelas- un agresivo programa de expansión del gasto público para financiar sus guerras en medio oriente, lo cual entre otras cosas colaboró con que los precios de las materias primas subieran sin pausa durante los 2000. En abierto contraste a todo esto, los planes de Trump señalan que las tasas de interés no bajarán ni que los precios de las materias subirán como antaño, sino que parecen que dañaran la situación del gobierno de Macri de por lo menos de cinco maneras distintas. La primera, y quizás la más obvia, es que implica poner fin a la lla ada Alia za Transpacífico , la ual sig ifi a a o st ui u lo ue e o ó i o de libre comercio liderado por Estados Unidos para contrarrestar el influjo de China en la región. De esta forma, la Alianza Transpacífico había sido ubicada por el gobierno de Macri como el modo más idóneo y rápido de expandir las exportaciones argentinas, conseguir inversiones y ganar nuevos mercados, sin embargo, tras el triunfo de Trump esa opción naufragó rápido: así como fue Barak Obama el que intentó construir dicho bloque y fue su máximo promotor, fue también el mismo que una vez que se conoció la victoria de Trump se encargó de desmantelarlo inmediatamente, sepultando al bloque antes de nacer. En segundo lugar, el programa económico de Trump promete tener un neto corte proteccionista que dificultará la colocación de productos en Estados Unidos e implicará una repatriación de capitales e inversiones que obstaculizará mucho que las inversiones se dirijan entonces a mercados emergentes o o la A ge ti a. Po ello, si la p o etida lluvia de i ve sio es del a is o todavía no se produjo en el país, con el cambio de condiciones será infinitamente más arduo o casi imposible que se produzca, perjudicando la estrategia de crecimiento de Cambiemos. Además, lo que probablemente será muy duro para la Argentina tras el giro proteccionista de Trump, es que la cerrazón económica impida que los principales socios comerciales de Estados Unidos –como China o México- puedan seguir colocando 78 Socio Debate Revista de Ciencias Sociales ISSN 2451-7763 Año 2-Nº 4 Diciembre de 2016 Url: http://www.feej.org/index.php/revista-sociodebate sus productos allí, por lo que tendrán que redirigir sus exportaciones a otros destinos como su consecuencia, entre ellos nuestro país, que sufrirá una descarnada competencia, guerras de dumping y una fuerte presión para absorber dichos productos. Así, tras la apertura económica local y el abaratamiento de los bienes extranjeros, la Argentina seguramente resultará victima de todo ello y sufra una lluvia de importaciones que castigue a la industria local y deteriore el balance comercial. En tercer lugar, y en línea con lo anterior, el plan proteccionista de Trump, la cosecha record que se espera en Norteamérica y el fortalecimiento del dólar hará que los precios de las materias primas inevitablemente caigan, afectando por demás la performance exportadora argentina y de todo el tercer mundo. En cuarto lugar, al quedar desbaratada la opción de expandir las exportaciones o de conseguir inversiones de Estados Unidos, la Argentina deberá replantear la estrategia de inserción comercial de otro modo y fijar como su consecuencia otras prioridades, lo que obligará a que el gobierno de Macri vuelva a considerar sus vínculos con China, Rusia y Brasil, que hasta ahora no sólo fueron descuidados y desatendidos sino incluso sufrieron tensiones y traspiés por demás. Por último, y quizás el punto que más inquieta al equipo económico de Cambiemos, es que la victoria de Trump, de manera opuesta a lo que ocurrió con Bush, hará subir las tasas de interés internacionales –ya sea por vía del Departamento del Tesoro, vía la Reserva Federal o por ambas vías a la vez-, encareciendo y dificultando la toma de deuda en el exterior. Esto último no es un dato menor, pues el punto de apoyo central de todo el programa económico actual es financiar los desequilibrios con una estrategia de endeudamiento masivo. En consecuencia, si el pilar básico de la política económica ya era de por sí una estrategia que dejaba al país muy vulnerable hacia el futuro y era insostenible en el largo plazo, con el cambio de escenario la situación asume entonces niveles crecientemente peligrosos, obligando al gobierno a dos caminos para dejar de depender de la deuda: o bien realizar un recorte del gasto de hondas proporciones –algo que es inviable para 79 Socio Debate Revista de Ciencias Sociales ISSN 2451-7763 Año 2-Nº 4 Diciembre de 2016 Url: http://www.feej.org/index.php/revista-sociodebate 2017 por ser un año electoral- o bien a subir los impuestos para que los ingresos del Estado crezcan –algo que generaría igualmente conflictividad social, haría que el gobierno se enfrente con el sector empresarial que ha sido hasta ahora el actor discursivamente privilegiado, o llevaría a abortar definitivamente la chance de que la economía se recupere-.3 Por todo esto, un ajuste de gran envergadura no se proyectará para 2017 pero sí con altas chances para 2018 una vez pasadas las elecciones, pero si se hace dicho ajuste como inevitablemente se pronostica, el castigo político y social para la coalición Cambiemos será tan grande o quizás mayor al nivel de recorte que el gobierno aplique (algo similar ocurrió con la Alianza cuando en 2001 aplicó la ley de déficit cero, que implicó rebajas para los jubilados y trabajadores estatales del 13%, haciendo que el gobierno pierda las elecciones de Octubre, se p oduz a el voto o a poste io e te de la Rúa caiga).4 Más allá de todo esto, el escenario internacional no deja de prometer circunstancias realmente malas para la Argentina de cara a 2017, puesto que otro de los factores que despunta con perjudicar al país el año próximo es lo que suceda con Brasil. En este caso, el principal socio comercial argentino tuvo ya un año económico muy malo: su economía caerá por encima del 3% en 2016 y seguramente el desplome sea igual o todavía mayor en 2017, puesto que el gobierno de Michael Temer dijo que en lo próximo se realizarán ajustes del gasto todavía más grandes a los ya realizados este año (Página 12 21/11/2016). De esta manera, la caída económica de Brasil no es 3 El haber descartado totalmente el triunfo de Trump si quiera como una opción factible llevó a que los integrantes de Cambiemos tengan sus primeras batallas públicas, por ejemplo Elisa Carrió dijo al respecto que con dicha victoria “e vie e tie pos os u os y que los e o es o etidos ha sido po ulpa de i eptos (Tiempo Argentino 16/11/2016), haciendo clara alusión a la canciller Malcorra que no calculó ese escenario. Por su parte, en un abrupto cambio de discurso, Diego Guelar salió a afirmar – contrariamente a todos los gestos previos- que los Estados Unidos nunca tuvieron una centralidad en la estrategia comercial argentina y que verdaderamente los países ás i po ta tes pa a osot os so , e este o de : B asil Chi a (Ib.). 4 Para un análisis de las principales medidas económicas tomadas por la Alianza durante 2001 y de la dinámica macroeconómica ver, Zícari (2014b), para un abordaje de las implicancias políticas del resultado electoral de ese mismo año (Vilas, 2001; Zícari, 2014a; 2016c). 80 Socio Debate Revista de Ciencias Sociales ISSN 2451-7763 Año 2-Nº 4 Diciembre de 2016 Url: http://www.feej.org/index.php/revista-sociodebate un dato menor para el gobierno de Mauricio Macri con vistas a 2017 porque, según el presupuesto que envió el oficialismo al Congreso, uno de los dos motores económicos del crecimiento para ese año es –justamente- la recuperación brasilera y el consecuente aumento de las ventas hacia ese país. Por lo tanto, si Brasil no logra recuperarse como todo indica que no ocurrirá, la Argentina no sólo no podrá incrementar sus exportaciones allí, sino que incluso éstas bajaran, contribuyendo entonces con la parálisis económica local. En todos los casos, y finalmente, otro problema que puede volverse eventualmente letal para la estrategia económica de Cambiemos es qué hacer con respecto al dólar. El tema de qué hacer con la divisa norteamericana no es sencillo por múltiples motivos. Uno de ellos es que el dólar hasta ahora ha servido como una medida de estabilización del sistema de precios luego de la brusca devaluación inicial, utilizándose así como ancla anti-inflacionaria. El dólar se ha ubicado en torno a los 15 pesos y ha buscado ser una forma de generar previsibilidad y de alentar inicialmente las exportaciones. No obstante ello, por la inflación acumulada en 2016 el valor de la divisa ha perdido competitividad, resultando un valor progresivamente atrasado y todavía más si no se mueve en el futuro. El tema es que la dinámica económica que se ha instaurado está obligando a entrar en un dilema: el gobierno podría optar por devaluar para recuperar la competitividad perdida, pero de hacer eso la dinámica de precios nuevamente se dispararía arruinando todo su plan anti-inflacionario, como también volvería a hacer subir el número de pobres, por lo cual otra opción para evitar estas consecuencias es mantener el dólar en su valor actual, pero al precio de que siga atrasado.5 Es decir, tendría que decidirse o bien a devaluar para reactivar la economía y alentar así las exportaciones o bien por mantener la paridad actual para combatir la inflación y evitar mayor conflictividad social, lo que señala que claramente es difícil 5 El diputado de Cambiemos Eduardo Conesa ya ha salido a sugerir que el dólar debería pasar de los 15 pesos a los 26 durante el 2017 para recuperar competitividad (Ámbito Financiero 16/11/2016). 81 Socio Debate Revista de Ciencias Sociales ISSN 2451-7763 Año 2-Nº 4 Diciembre de 2016 Url: http://www.feej.org/index.php/revista-sociodebate atender a ambos problemas a la vez.6 Todavía más, el nivel de endeudamiento tanto interno (en pesos) como externo (en dólares) que ha asumido el gobierno está construyendo una situación de precariedad cambiaria y financiera excesivamente alta: con respecto al endeudamiento en pesos, en la actualidad los bancos locales tienen la misma cantidad de billetes y monedas de los que circulan en toda la economía bajo la forma de letras del Banco Central (lebacs), lo que ha hecho subir mucho la propensión de riesgo del sistema bancario argentino a un posible default estatal –algo similar a lo ocurrido en 2001 y que desembocó e el o alito -; con respecto al endeudamiento en dólares, y que se instauró compulsivamente por el gobierno para cubrir el déficit fiscal y el comercial, ha hecho que la deudo-dependencia actual del país sea similar a la de los ‘90 y a la del 2001, por lo que no se puede soslayar que los inversores pudieran decidir no prestarle más dinero al gobierno, con lo cual –contemplando los dos canales de endeudamiento que ha adoptado la política económica- ambas vías podrían combinarse y alentar en consecuencia la no renovación de los créditos creando corridas bancarias, que el Banco Central se quede sin reservas y forzar con ello a una brusca devaluación que implante el caos económico y una disparada de la inflación. Una situación de estas características no sólo se puede ver favorecida por la suba de las tasas de interés internacionales que se dará en el futuro o porque el mercado apueste por una devaluación al considerar que el dólar está atrasado, sino porque la situación podría ser más explosiva todavía si es que el gobierno recibe un pésimo resultado electoral en Octubre próximo y la conflictividad social escala por la mala situación económica. De estar en un escenario como este, en el cual las fortalezas políticas, institucionales, económicas, sociales o electorales de Cambiemos se derrumben, junto a un clima externo excesivamente adverso, contribuirán a tener una 6 Otro eje de la política anti-inflacionaria que no se puede descuidar es que el plan apuesta, y necesita, que la tasa de desempleo aumente para disciplinar la puja distributiva, lograr que los trabajadores negocien en malas condiciones sus salarios en las paritarias, para así evitar que el salario se vuelva un osto ue alie te la i fla ió o pe judi ue la o petitividad. 82 Socio Debate Revista de Ciencias Sociales ISSN 2451-7763 Año 2-Nº 4 Diciembre de 2016 Url: http://www.feej.org/index.php/revista-sociodebate coyuntura quizás tan mala como la del 2001. Así, si bien un contexto como este es ciertamente hipotético, no se puede descuidar que todas las tendencias actuales lo ha e ada vez ás fa ti le, p o osti a do e to es u a vi tual to e ta pe fe ta . Macri no es Menem ni es de la Rúa La única experiencia neoliberal políticamente exitosa en el país fue la que llevó adelante Carlos Menem. Durante sus años de gobierno (1989-1999), Menem logró llevar adelante un decidido programa de reformas estructurales con las características típicas del neoliberalismo: aplicó ajustes estatales, hizo subir el desempleo, privatizó en forma masiva las empresas del Estado, abrió la economía, desindustrializó el país, desreguló mercados, hizo crecer la pobreza, flexibilizó el trabajo, redujo salarios y aumentó las desigualdades sociales. No obstante, y lo que verdaderamente sorprendió a muchos especialistas, es que a pesar de todas las transformaciones realizadas el grueso de la población validó su plan económico y lo acompañó en las urnas más de una vez, permitiéndole incluso una reelección presidencial en 1995. Las explicaciones que han intentado darse para entender cómo y por qué Menem logró construir el consenso suficiente para no tener grandes desbordes sociales y conquistar el apoyo plebiscitario que validara su programa a pesar de los claros perjuicios que causó a grandes sectores de la población se centraron en tres ejes. El primero tiene que ver con que Menem, al provenir del peronismo, contó con la persistencia de la identidad peronista de los sectores populares, amén que los gobernadores del interior y el sindicalismo cegetista le garantizaron una paz social que le hubiera resultado imposible de alcanzar a cualquier otra persona por fuera del PJ. En segundo lugar, el trauma social que representó la hiperinflación de 1989-1990 no fue menor, lo que implicó para la población la conciencia de que la sociedad estadocéntrica que rigió por años el país estaba definitivamente terminada, por lo que muchos sectores estuvieron dispuestos a aceptar cualquier programa que pudiera poner fin a las épocas de caos. Finalmente, 83 Socio Debate Revista de Ciencias Sociales ISSN 2451-7763 Año 2-Nº 4 Diciembre de 2016 Url: http://www.feej.org/index.php/revista-sociodebate otros autores han puesto su énfasis en los resultados iniciales que Menem logró alcanzar, los cuales si bien exigieron muchos sacrificios para la población, estos terminaron por dar resultados palpables: la inflación pudo ser liquidada como problema, el país se modernizó, mejoraron notablemente lo servicios públicos y las incertidumbres militares y los grandes conflictos sociales tocaron a su fin. Por lo cual, Menem logró ordenar el país, la economía, garantizar la democracia y el crecimiento económico, lo cual permite entender por qué cosechó tantos apoyos (Gouarnalusse, 2011). El programa macrista ciertamente es también neoliberal como el de Menem y está condenado a generar las mismas desastrosas condiciones sociales que las obtenidas por el riojano. Sin embargo, las diferencias entre Macri y Menem son grandes: si bien ambos pueden ofrecer desventajas similares para la población, el gobierno de Macri no tiene ninguna de las válvulas de reaseguro de las ofrecidas por Menem. Macri no viene del peronismo, por lo que no hay identidad política que valga, los gobernadores y sindicalistas no tienen por qué garantizarle la paz social por mucho tiempo y su base de votantes puede darle la espalda con más prisa que pausa. Macri tampoco fue precedido por un desastre económico o social como fue la hiperinflación, por lo que la e usa de la he e ia e i ida o el pedido de pa ie ia a la po la ió no podrán durar por siempre. En tercer lugar, lo que verdaderamente atisba debilitar con más fuerza a su gobierno es el no tener nada tangible para ofrecerle a la población de cara al futuro: el gobierno de Cambiemos no tiene servicios públicos ineficientes con los cuales contrastar, la inflación de 2017 no será muy distinta a la de los años kirchneristas ni el ordenamiento socioeconómico podrá ser tajante, sino que al contrario la situación económica y social será peor que la del 2015 como dijimos. En suma, el macrismo hasta ahora sólo le pidió esfuerzos a la población pero sin dar nada a cambio o encontrar si quiera algún motivo que hiciera que todo hubiera valido la 84 Socio Debate Revista de Ciencias Sociales ISSN 2451-7763 Año 2-Nº 4 Diciembre de 2016 Url: http://www.feej.org/index.php/revista-sociodebate pena, todo lo cual puede ser un componente explosivo a la hora de la validación electoral próxima. Por su parte, una de las mayores fortalezas de Cambiemos con respecto a la Alianza es, como dijimos, la de contar con un liderazgo claro y firme. Empero, esto que puede aflorar como una ventaja es también una virtual debilidad, porque de la Rúa podía se si di ado e o ou oludo , u i útil o si ple e te o o u tipo incapaz de llevar las riendas de una situación que una y otra vez se le fue de las manos. En el peor de los casos, lo que le pareció desastroso a la población con respecto a la de la Rúa no es que haya sido el causante de la crisis –muchos ni siquiera piensan que el ex presidente la haya causado -, sino que no le perdonan que no haya podido manejarla, por lo que, más bien, fue un mal gobernante que no pudo ni supo qué hacer. Llama la atención al respecto que en la actualidad, y aún en el año 2001, se acusara con verdadero odio a Domingo Cavallo como responsable de la crisis, puesto que éste sí era identificado por la población como un hombre fuerte, de acción y que era auténticamente capaz de revertir la situación cuando llegó al Ministerio de Economía en Marzo de 2001. Es por eso que Cavallo todavía es señalado como el máximo responsable de la crisis. Para el caso de Macri, los éxitos políticos y su fuerte liderazgo hasta ahora han sido útiles para comprar tiempo y todavía sostener la esperanza de que la economía funcionará en 2017. No obstante, si las promesas de mejora no se confirman en lo próximo y la situación económica continúa estancada o no se logra recomponer el delicado panorama social, sólo Macri pagará los costos de no haber obtenido resultado alguno. Por lo que, de no empezar a tener éxitos concretos, lo que es una virtud será una maldición: todo el malestar será culpa del presidente sin encontrar entonces culpables sobre los cuales descargar los problemas de gestión sin resolver (en este sentido, Prat-Gay tampoco es Cavallo como para responsabilizarlo totalmente por una eventual crisis), recibiendo en consecuencia un 85 Socio Debate Revista de Ciencias Sociales ISSN 2451-7763 Año 2-Nº 4 Diciembre de 2016 Url: http://www.feej.org/index.php/revista-sociodebate castigo electoral de hondas consecuencias, castigo incluso que podría ser tan grave como el que obtuvo de la Rúa en 2001 antes de caer.7 Conclusión: el 2017 no es el 2001 A lo largo de este escrito nos hemos preguntado si el gobierno de Mauricio Macri puede estar reuniendo las condiciones para que se produzca en el futuro una crisis similar a la del 2001. Así, en estas páginas señalamos que ningún ciclo histórico es igual a otro, aunque tampoco pueden desconocerse que ciertas tendencias se parecen demasiado a las del pasado, por lo que podrían generar consecuencias también parecidas a las del pasado, aunque con especificidades propias. De este manera, destacamos que el gobierno de Cambiemos es más débil institucionalmente que el de la Alianza y que conquistó la presidencia con un ballotage que creó la engañosa ilusión de tener una mayoría y consenso social del que en verdad carece. De igual modo, la dinámica de la gestión gubernamental está entrando en un peligroso circulo vicioso del cual resultará muy difícil salir: la falta de resultados económicos hace caer el consenso, la situación social empeora día a día por lo que los conflictos gremiales y sociales tenderán a subir, mientras que el crecimiento de la desilusión con respecto a que el gobierno no logrará conquistar ningún éxito que ofrecer puede hacer perder la paciencia ciudadana y vaticinar en consecuencia una 7 Edua do Duhalde advi tie do u es e a io si ila al voto o a ha señalado e ie te e te: Tenemos que ayudar al Gobierno porque no hay otra alternativa. Si no quieren al que se fue (el ki he is o i al ue está P‘O , esto puede se u ue se va a todos , o o e di ie e de … Esto puede te i a e u a gue a ivil, e u a ata za, por lo tanto, yo le pido responsabilidad a los di ige tes. No ha ee plazo de este Go ie o, si o díga e uié (La política argentina 29/10/2016). Con un tono similar, el legislador porteño Gustavo Vera, amigo y vocero no oficial del papa Francisco, temiendo un escenario parecido, dijo al diario El país de España: que el papa impedirá un estallido so ial e la A ge ti a y que ayudará para que (Mauricio) Macri pueda concluir su mandato en 2019 (El País 13/10/2016). Por su parte, poco después de sus declaraciones, Duhalde volvió a insistir en sus pronósticos: Le tengo miedo al desplome del Gobierno, porque en cualquier momento puede ha e p o le as. La ge te está al … “i Ma i pie de las ele io es, se o ta todas las posi ilidades de inversión y todo se á i e tidu e … El país e esita éditos del e te io si ga a la oposi ió el país o se á o fia le pa a el posi le i ve so … A ge ti a puede e t a e u o e to u difí il (Clarín 11/11/2016). 86 Socio Debate Revista de Ciencias Sociales ISSN 2451-7763 Año 2-Nº 4 Diciembre de 2016 Url: http://www.feej.org/index.php/revista-sociodebate contundente derrota electoral en un contexto externo cada vez más adverso. Por ello, ante el derrumbe de cualquier consenso político que se pudiera mantener en la actualidad, la pérdida de confianza de los prestamistas expone peligrosamente al gobierno ante el caos económico: se puede terminar el financiamiento, pueden haber corridas bancarias en las que el Banco Central no logre refinanciar sus títulos, pueden caer las reservas internacionales, existe una creciente fragilidad con respecto a una disparada del dólar mientras que un ajuste de grandes proporciones se visualiza para 2018, todo lo cual –de concretarse este escenario- alentarán las corridas bancarias y el rebrote inflacionario, sembrando el caos por doquier. En suma, los problemas económicos podrán desatar problemas sociales, políticos, electorales e institucionales, los cuales al alimentarse entre sí podrán hacer recrudecer los problemas económicos una vez más, generando un efecto de bola de nieve cada vez mayor. El origen débil y precario del que surgió el gobierno de Cambiemos expone al presidente Macri a situaciones cada vez más difíciles de enfrentar sin tener ni los recursos institucionales o las bases de apoyo suficientes para llevar a cabo su programa de gobierno. No es casualidad que ante esta notoria debilidad los dirigentes de la CGT justifiquen su reticencia a realizar un paro general contra el macrismo –aun cuando la situación social y la caída del empleo se resienten cada vez más- para evitar ser responsabilizados como los virtuales culpables del fracaso o caída del gobierno. Como dijeren los líderes del triunvirato cegetista: No ue e os apa e e alos ue ha e pa o o deja go e a o o los chicos (La Nación 06/11/2016). Aunque también aclararon los límites que puede tener la paciencia y la falta de resultados: Todo lo ue hemos negociado (con el gobierno) es para tender un puente, un paliativo para llegar al año que viene con una reactivación económica, pero si no funciona, inevitablemente ha á u a o f o ta ió (Ámbito Financiero 18/11/2016), todo lo cual se está plasmando en las marchas, paros y amenazas de enfrentamientos que está habiendo sobre fin de 2016 y en pos de la ley de emergencia social. Siguiendo este punto, el 87 Socio Debate Revista de Ciencias Sociales ISSN 2451-7763 Año 2-Nº 4 Diciembre de 2016 Url: http://www.feej.org/index.php/revista-sociodebate encuestador Hugo Haime fue más categórico aún con respecto al difícil dilema de la oposición para evitar que Cambiemos definitivamente naufrague: La di ige ia tie e miedo de 2001. Y la gente también. Nadie quiere volver a 2001. Los gobernadores piensan que si a Macri le va mal, les va mal a todos. Todos lo van a sostener a Mauricio hasta el último día. Los gobernadores no quieren encontrarse con el 2001 porque saben que se los lleva puestos también a ellos. La crisis de Macri es también la crisis de ellos. El tema para la oposición y para el peronismo es cómo ganar las legislativas del año ue vie e si po e e pelig o la go e a ilidad (La política online 06/11/2016). Igualmente, y por más que sea importante que la oposición, el sindicalismo o los gobernadores no quieran apostar por la caída del gobierno o de que estos sean tolerantes , no se puede suponer que las crisis y las interrupciones de los gobiernos dependan simplemente de la buena voluntad de algún actor en particular o de varios de ellos, porque eso sería desconocer que el cóctel de crisis económica, conflictos sociales, desempleo y derrota electoral son demasiado importantes por sí mismos como para no generar consecuencias de fondo. Empero, tampoco es conveniente exagerar, pues aunque el horizonte futuro verdaderamente sea malo y dibuje presagios difíciles para el gobierno de Cambiemos, esto no necesariamente implica que habrá estallidos, colapsos o una renuncia anticipada como la del 2001: podría haber crisis y malestar pero sin quiebres y el gobierno de Macri llegar de todos modos al 2019, si bien en un clima precario, débil y conflictivo, llegar al fin: la renuncia anticipada sólo sería un caso extremo. Porque como dice Haime, nadie quiere volver a vivir una crisis como la del 2001, en la cual hubo muchos muertos y la población fue damnificada al por mayor, representado un naufragio colectivo y de las instituciones horrible. Por eso mismo, como el pasado no ne esa ia e te se epite igual , existe la chance de haber aprendido algo de la crisis reciente, porque si no, de no haber aprendido nada de lo sucedido en 2001, entonces, sólo en ese caso, el pasado se repetirá peligrosamente en el futuro. 88 Socio Debate Revista de Ciencias Sociales ISSN 2451-7763 Año 2-Nº 4 Diciembre de 2016 Url: http://www.feej.org/index.php/revista-sociodebate Bibliografía consultada AA.VV. (2016). ¿A dónde va la economía del gobierno de Macri? Buenos Aires: Fundación Rosa Luxemburgo y Economistas de Izquierda, Anuario. ARGENTO, M., ZÍCARI, J. (2016). Crisis presidenciales, escudos parlamentarios y escudos populares en América Latina. La supervivencia presidencial en la inestabilidad política (1990-2015). En prensa. GOUARNALUSSE, J. (2011). Interpretaciones del consenso popular a las reformas neoliberales y al gobierno de Menem. Polhis, 7, 16-36. LANTOS, N. (2016). ¿Quién es quién en el Gabinete de Macri? En A. 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