Christian J. Jiménez
M1101-0050
HIST 518
Dr. Jorge Rodríguez Beruff
CEAPRC
6/4/2013
Rafael María de Labra y el Caribe
La importancia que tiene Rafael María de Labra para el Caribe trasciende tanto la figura contestataria que representó para sus detractores españoles, como la defensora que significó en los esclavos antillanos y luego para los autonomistas Cubanos y puertorriqueños. La abolición de la esclavitud y su concurso a favor del autonomismo antillano fueron las representaciones de proyectos que abarcaban la dignidad humana por encima de las apropiaciones políticas de grupos o sectores. En la lejanía física se inicio en el pensamiento caribeño, en especial con Cuba y Puerto Rico, sin adjudicarse a ningún grupo en particular.
Nace en la Habana, Cuba, en 1840, de padres labradores asturianos y cuyo padre, Ramón María, quien estudio derecho en Oviedo, llegó a ser primer sargento en la guerra independentista española de 1808 y luego a ser ascendido a capitán en 1812. Don Ramón estuvo preso por sus ideales liberales, los que posiblemente legó a su hijo, y es en 1836 que siendo coronel, parte a Cuba, donde luego es ascendido como jefe del gobierno civil y militar de Cienfuegos
Del Toro Bayron, Fernando, Rafael María de Labra: El embajador de Cuba y Puerto Rico en Madrid, Conferencia en el Ateneo de Madrid, 12 junio 1991. Madrid, Biblioteca Nacional, 1991. . El trasfondo de su padre nos puede dar alguna idea de lo cercano que Labra estaba de las ideas liberales desde el seno de su hogar. Llega a España muy niño y pasa los primeros años de su vida en ese país, lo que es indicativo de que su gestión por las Antillas es una desinteresada si se toma en cuenta que no tiene lazos estrechos con familiares u organizaciones en el Caribe, y más aun cuando sus posturas pusieron en peligro su vida.
En 1860 se gradúa de abogado en cursos de filosofía y letras y derecho administrativo en Madrid. En esa década empieza Labra a demostrar sus dotes de orador y a sus 21 años lo encontramos perfeccionando ese don en el Ateneo de Madrid tomando clases de oratoria
Ibid.,21. . En el Ateneo Labra ofrecerá un curso de Política y sistemas coloniales en el que dictó sus ideas liberales dentro de un orden académico estructurado. En 1871, siendo elegido diputado por la provincia española de Infiesto, se enfrenta a la oposición de los diputados indianos, los que conquistaron fortunas en América, y en base a sus continuas defensas por los derechos americanistas resulta elegido por los puertorriqueños como diputado por Sabana Grande. Poco después ante la poca representación de Cuba en las cortes y dándose cuenta éstos de que el ideal autonomista puertorriqueño era acorde con sus aspiraciones, Labra es elegido por los cubanos para representarles ante el senado español. Es en ese contexto que inicia su defensa por la abolición de la esclavitud paralelamente a la de representar el ideal autonomista para Puerto Rico y Cuba ante las cortes españolas.
Desde la segunda mitad del siglo XIX tanto hacendados como comerciantes en las Antillas de Cuba y Puerto Rico se percatan de lo caduco de la institución de la esclavitud y es Labra quien dirigió sus aspiraciones. Su habilidad de dirigir se puede apreciar durante las revoluciones del 1868 donde tenemos a una Isabel destronada en España y la posterior entrada de una Junta Revolucionaria en las cortes, el grito de Lares en Puerto Rico y el Grito de Yara en Cuba. Siendo uno de los más importantes socios de la Sociedad Abolicionista Española Labra redactó su resolución de inmediata libertad para todos los esclavos que nacieran a partir del 17 de septiembre de 1868, lo cual la junta acepto de forma unánime
Diaz Soler, Luis M. Historia de la esclavitud negra en Puerto Rico. 3ra. Ed. Rio Piedras: Editorial Universitaria, 1970. . Ésta cargada agenda no hizo que descuidara sus trabajos para las reformas y en 1869, junto al diputado puertorriqueño Luis Padial, redactó su plan de reforma para Puerto Rico y Cuba ante la mencionada junta presidida por Manuel Becerra. Labra toma la presidencia del periódico El Abolicionista y en el mismo periodo su efectiva presión ante la junta se refleja en la ratificación de Eugenio María de Hostos de su plan ante el gobierno provisional en España. Otra de las repercusiones tanto para el abolicionismo como para el liberalismo político en Cuba y Puerto Rico es que sus antiguos detractores antillanos se desenmascaran actuando ahora como justicieros, adoptando las resoluciones revolucionarias. Tales fueron parte de las consecuencias que la oratoria de Labra aportó en momentos de tanta tensión política.
Mientras todo esto ocurría las fuerzas liberales en las Antillas no estaban bien definidas y su resultado fue el tener esclavistas militando dentro de los círculos liberales con la intención de desestabilizar el movimiento. Ante organizaciones e individuos que obstaculizaban el progreso del abolicionismo Labra respondía enérgicamente exponiendo la necesidad de cambios en mentalidades y estructuras para entrar en un nuevo orden basado en el merito. Como ejemplo de ello tenemos las palabras de Labra diciendo lo siguiente:
“Para el negro, el ser libre no es de más o menos… La cuestión para él es de ser o no ser, de entrar en el numero de los seres racionales o no entrar, de tender familia o no tenerla, de recoger el fruto de su trabajo o no recogerlo, de poder amar o no poder, de vivir o no vivir…”
Rafael María de Labra, La abolición de la esclavitud en las Antillas españolas, 10-11:26; 29. (Madrid 1869).
A pesar de la creación de una comisión en 1869 para estudiar las reformas y que dicha comisión se encontraba infectada por supuestos liberales, Labra formó parte de la misma. Las deliberaciones desembocan en una Ley preparatoria la cual la Sociedad Abolicionista combate en voz de Labra. Acusó al estado español de criminal por continuar con el esclavismo a pesar de los acuerdos y se niega a aceptar las indemnizaciones para los esclavistas actuando como defensor de avanzada, argumentando que los que merecían indemnización eran los esclavos. Ésta combatividad de Labra inspira la constitución del Partido Radical en España, lo que a su vez inspira a los antillanos a mantener el orden de su militancia ya que según Labra era cuestión de tiempo el que se cumplieran las promesas. Ya en calidad de presidente de la Sociedad Abolicionista Española y junto a sus homólogos expone el fracaso de la Ley preparatoria y en ésta alocución detalla tanto las similitudes como las particularidades del caso Cubano y Puertorriqueño haciendo énfasis en que es la misma lucha:
“Y en todo caso, ¿cómo ni porque la situación de Cuba ha de influir en la resolución del problema social de Puerto Rico, donde las condiciones son tan desemejantes, donde todo vive del trabajo libre, donde la esclavitud no llega ya al 5 por 100 de la población total de la isla, donde el cruzamiento de razas es un hecho normal para la gloria de la colonización española…? Entiéndase que la Sociedad Abolicionista no pide solo a favor de estos o aquellos esclavos. Reclama la libertad para todos…
Cayetano Coll y Toste, Boletín Histórico de Puerto Rico, V, (3ra. Impresión: San Juan 1970) 123-128.
Labra decide negociar con la oposición del momento en España representada por el republicanismo. Con el aval de éstos y el apoyo unánime de los puertorriqueños se aprueba finalmente la Ley de la abolición de la esclavitud el 22 de marzo de 1873, siendo Labra el principal arbitro de la contienda. Con sus buenas relaciones con los puertorriqueños y de la misma manera con los republicanos es Labra el elemento coercitivo entre los dos grupos que son los que logran la abolición, lo que lo convierte en responsable principal de la reforma. Sin embargo, se percata que el logro no es suficiente y a la par con sus protestas en la Sociedad Abolicionista sirve de facilitador al autonomismo Antillano para así complementar su lucha para lograr su anhelado proyecto modernizador en el Caribe.
Los autonomistas cubanos y puertorriqueños se veían inmersos en una lucha común donde Labra era su guía. Tan es así que en enero de 1897, en una carta que le enviara a Manuel Rossy, director jurídico en la comisión autonomista puertorriqueña, Labra le comunica: “Repito q. ahora me parece q. hay un concierto para establecer la autonomía y q. lo q. se haga en Cuba trascenderá a Pto-Rico”
Pilar Barbosa de Rosario, Historia del Pacto Sagastino a través de su Epistolario Inédito, Edit, UPR (Rio Piedras: 1981), pg.- 129. . La firmeza de Labra se nota en que su intervención con el autonomismo hace que los puertorriqueños radicalicen sus principios básicos porque entendía que una actitud comedida sería contraproducente en momentos en que la corona no estaba en la mejor posición de resistir ninguna exigencia. El cambio en las bases autonomistas que provocó Labra se puede apreciar si comparamos el programa del partido puertorriqueño en 1883, en ese entonces Partido Liberal Reformista, con el del 1887, cuando pasa a llamarse Partido Autonomista Puertorriqueño. En el primero vemos una intención de asimilación que incluye la identidad con el argumento de ser ciudadanos y en el segundo vemos una contundente declaración de identidad jurídica apoyando la intención de descentralización y gobierno propio
Ver Reece Bothwell y Lidio Cruz Monclova, Los Documentos… ¿Qué dicen? (Rio Piedras: 1960). . A pesar de los cambios estructurales Labra percibe errores en las decisiones de los autonomistas. Ya en 1884 advertía que lo mejor era una alianza con el republicanismo español porque ésta no provocaría una división en las filas liberales antillanas considerando, no solo su buena y trabajada relación con éstos, si no que eran una minoría y luchaban por una descentralización en España, lo que se traduciría en un apoyo al mismo proyecto en las Antillas. A Labra le ofrecen la presidencia de aquella minoría y la rechaza por no haberse concretado el ingreso de los autonomistas dentro del movimiento. Su aspiración de “…nacionalizar la aspiración autonomista, quitándole el carácter puramente local ó de un interés exclusivo o secundario.”
Barbosa de Rosario, pg 163. se vio frustrada por el empeño de los autonomistas de concretar un pacto con el partido monárquico dirigido por Práxedes Mateo Sagasta; lo que consideraba un error porque dividiría el liberalismo ya que tendrían que desaparecer para convertirse en la extensión del monarquismo en las Antillas, teniendo que renunciar a su particularidad jurídica, porque nunca Sagasta aclaró sus verdaderas concesiones y porque el plan de los republicanos españoles era el que mejor concordaba con el antillano. La obstinación lleva a los puertorriqueños a concretar el pacto y en 1897 se establece el régimen autonómico en las Antillas.
Los resultados del nuevo régimen no pueden ser analizados porque apenas instalado los norteamericanos invadieron Cuba y Puerto Rico en el contexto de la Guerra Hispanoamericana. Labra arriesgo su carrera política y hasta su vida por los intereses de América sin siquiera estar presente físicamente. A través de su amplia literatura se puede estudiar el contexto Caribeño y podemos apreciar lo bien informado que estaba Labra de la situación de América y de cómo resolverla dentro de sus propias posibilidades. Su sagaz diplomacia lo llevó a ocupar los puestos de líder en momentos trascendentales de la historia Caribeña y Latinoamericana y a guiar las aspiraciones de las elites autóctonas que despuntaban en ese momento. Si bien es cierto que hoy podemos decir que sus luchas respondían a sus aspiraciones de clase y la de sus homólogos, y que éstas excluían a una mayoría desposeída, no es menos cierto que en la mentalidad de la época y su contexto Labra significada un combatiente progresista. Labra muere en 1918 en su merecido retiro pero aun activo en el Ateneo de Madrid trabajando tanto la situación española como la portuguesa, desde el punto de vista académico del derecho. Además de todo lo dicho en este trabajo y de la influencia que tiene en América su concepto de Escuela de Libre Enseñanza, la cual inspiró la idea de la libertad de cátedra, nos dejó su propio resumen de lo que fue su aporte al pensamiento Caribeño a través de la antes mencionada carta a Manuel Rossy:
“Este es un aspecto de la cuestión colonial casi desconocido en nuestras Antillas donde la generalidad de los partidarios de las reformas políticas y económicas difícilmente aprecian la intencionada actitud de incondicionales y constitucionales en Madrid y no han llegado á comprender la necesidad de buscar medios eficaces de pelea en la Metrópoli. Me tengo por competente en esta materia, por q. las dificultades extrañadas en las deficiencias q. señalo nadie las ha podido experimentar y sufrir tanto como yo, q. he continuado siempre aquí en la brecha, siendo con frecuencia, el único combatiente por parte de los autonomistas. Ahora mismo soy la víctima propiciatoria de los errores q. tantas veces he combatido. No veo á mi alrededor á ninguno de los cooperadores ó de los simpatizadores q. mis compañeros de otros tiempos me anunciaban ó recomendaban”
Barbosa de Rosario, pg 135.
Referencias
Cayetano Coll y Toste, “Don Rafael María de Labra”, Boletín Histórico de Puerto Rico V (3ra. Impresión: San Juan 1970).
Mariano Negrón Portillo, El autonomismo puertorriqueño: su transformación ideológica (1895-1914) (Rio Piedras: Ediciones Huracán, 1981).