ESTUDIOS
Estudios sobre el Mensaje Periodístico
ISSN-e: 1988-2696
https://dx.doi.org/10.5209/esmp.67287
El pluralismo polarizado ante la nueva política y el columnismo digital1
Adolfo Carratalá2; Lidia Valera-Ordaz3
Recibido: 8 de abril de 2019 / Aceptado: 20 de octubre de 2019
Resumen. El modelo de pluralismo polarizado del sistema mediático español se caracteriza por un periodismo ideológicamente
alineado con los principales partidos políticos. Ello se ha traducido en que, en los géneros de opinión, la interpretación sosegada haya
sido sacrificada en favor de un discurso dirigido a enjuiciar la realidad y movilizar ideológicamente a las audiencias. Este trabajo aborda
las posibles transformaciones en el sistema mediático español como consecuencia de la irrupción de nuevos partidos y de los medios
digitales. Con ese objetivo, se han sometido a un análisis cualitativo las columnas de opinión publicadas en dos de los principales
cibermedios españoles, Eldiario.es, donde firma Ignacio Escolar, y El Confidencial, donde publica José Antonio Zarzalejos, durante
la campaña electoral de diciembre de 2015. Los resultados apuntan a que, si bien los columnistas favorecen la voluntad interpretativa,
todavía perviven elementos centrales del pluralismo polarizado y se evidencian alineamientos partidistas.
Palabras clave: columnas de opinión; medios digitales; framing; campaña electoral; pluralismo polarizado.
[en] Polarized pluralism facing new politics and online columnism
Abstract. The polarized pluralism of the Spanish media is characterized by a journalism clearly aligned with the main political parties.
In this model, journalistic opinion has not historically provided a moderate interpretation of the social reality, but rather subjective
articles aimed at judging reality and mobilizing ideologically the audiences. This research deals with the possible transformations
of the Spanish media system as a consequence of the irruption of new political parties and the new digital media. With this aim, we
qualitatively analyze the opinion columns published in two Spanish digital media, Eldiario.es, where Ignacio Escolar publishes his
articles, and El Confidencial, where José Antonio Zarzalejos does the same, during the electoral campaign of December 2015. The
results suggest that the columnists favor interpretive texts but they still show partisan alignments, only partially altered by the new
parties recently appeared.
Keywords: Digital Journalism; Slow Journalism; History of Journalism; Fake news; Online news media.
Sumario. 1. El pluralismo polarizado a la luz de la irrupción de los medios digitales. 2. Los medios de comunicación como agentes
movilizadores. 3. La irrupción de los nuevos partidos y sus esfuerzos discursivos en campaña electoral. 4. Metodología. 4.1. Objetivo y
preguntas de investigación. 4.2. Muestra y recogida de datos. 4.3. Técnica de análisis. 5. Resultados. 5.1. El discurso de los columnistas:
¿análisis interpretativo o acción ideológica? 5.2. El alineamiento con los marcos partidistas. 6. Discusión y conclusiones. 7. Referencias
bibliográficas.
Cómo citar: Carratalá, Adolfo y Valera-Ordaz, Lidia (2020): “El pluralismo polarizado ante la nueva política y el columnismo digital”.
Estudios sobre el Mensaje Periodístico 26(1), 71-83.
1. El pluralismo polarizado a la luz de la irrupción
de los medios digitales
La relación entre los medios de comunicación y el
sistema político reviste capital importancia para el
funcionamiento de la democracia, en tanto que esta
relación define la naturaleza del espacio público y la
calidad del debate sobre los asuntos de interés general que puede producirse en él. En este sentido, la
célebre investigación comparada de Daniel Hallin y
Paolo Mancini (2008; 2017) sobre sistemas mediáti-
1
2
3
cos ha sentado las bases para la clasificación de los
diferentes sistemas mediáticos en función de su relación con el sistema político.
Hallin y Mancini distinguen tres modelos de sistemas mediáticos según su grado de proximidad con el
sistema político: 1) el modelo liberal, característico
de los países anglosajones, 2) el modelo democrático
corporativo, extendido en los países del centro y norte
de Europa, y 3) el modelo de pluralismo polarizado,
común en los países mediterráneos. Esta proximidad
de los medios con el sistema político se define me-
Este trabajo se enmarca en el Proyecto de I+D+i «Estrategias, agendas y discursos en las cibercampañas electorales: medios de comunicación y
ciudadanos» (referencia CSO2016-77331-C2-1-R), concedido por el Ministerio de Economía y Competitividad para el período 2017-2020.
Universidad de València (España)
E-mail: adolfo.carratala@uv.es
Universidad de València (España)
E-mail: lidia.valera@uv.es
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diante la noción de paralelismo político, y se traduce
en cuatro indicadores específicos: a) el grado en que
las orientaciones políticas se reflejan en el contenido
de los productos mediáticos, b) las relaciones organizativas entre medios y partidos, c) las filiaciones
políticas de los periodistas que integran las plantillas
de los medios y d) las propias prácticas periodísticas
(Hallin y Mancini, 2008: 25-26).
El sistema mediático español se inscribe claramente en el modelo de pluralismo polarizado y exhibe el máximo nivel de paralelismo político, debido
a una democratización tardía, un nivel bajo de profesionalización periodística y un desarrollo moderado
del mercado de medios de comunicación: “Los medios de comunicación en los países mediterráneos
están considerablemente politizados, y el nivel de
paralelismo político es relativamente alto. El estilo periodístico tiende a poner un importante énfasis
en el comentario. Los periódicos suelen representar
distintas tendencias políticas, que se reflejan en las
diferentes actitudes políticas de sus lectores” (Hallin
y Mancini, 2008: 91).
El pluralismo polarizado se manifiesta, entre
otros, en la propensión de los grupos mediáticos a
apoyar a partidos políticos, en un sistema de concesión de licencias de radiotelevisión mediante criterios
de afinidad ideológica, y en una prensa tradicional
que reproduce las agendas temáticas de los partidos
ideológicamente afines con motivo de procesos electorales (Valera, 2015) e incluso pide el voto para formaciones específicas durante la jornada de reflexión
(Campos et al., 2015). Esta orientación “sacerdotal”
hacia la política (Mazzoleni, 2010) se ve reforzada
por diversos estudios que señalan que los periodistas tienen plena conciencia de cómo la línea editorial
del medio en que trabajan funciona como un estándar
profesional que orienta su desempeño (Canel et al.,
2000; Humanes et al., 2013).
Asimismo, el público español está habituado a la
alineación partidista de los medios, es decir, a que
promuevan determinadas ideologías y apoyen a formaciones políticas. Ello ha configurado un espacio
público balcanizado históricamente en función de
orientaciones ideológicas, en el que también las audiencias acostumbran a seleccionar contenidos mediáticos en función de criterios netamente políticos
(Gunther et al., 2000; Humanes, 2014).
La irrupción de los medios digitales ha alterado
notablemente la estructura del ecosistema mediático, al que se han sumado muchos cibermedios que
han encontrado en la red un espacio de difusión. La
aparición de nuevas cabeceras online plantea ciertas
dudas sobre su adecuación al modelo de pluralismo
polarizado al que responde el tradicional periodismo
históricas lealtades partidistas en España. En un estudio en el que se analizaron 434 artículos de opinión
publicados durante mayo de 2011 –mes de elecciones
locales y autonómicas– en 18 diarios nativos digitales
españoles, Pineda y Almiron (2013) concluyeron que
el sector de cibermedios españoles se encuentra políticamente polarizado, y que en él prevalecen las vi-
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siones contrarias a la izquierda reflejando, pues, una
situación similar a la observada en la prensa en papel,
donde también las posturas conservadoras son predominantes. Asimismo, la investigación mostró que el
predominio de ideologías próximas a la derecha se
revela más por medio de una negativa representación
de los planteamientos de izquierdas que por una defensa explícita de principios políticos concretos.
No obstante, la reciente fundación de muchos de
los cibermedios españoles, lanzados por periodistas
que se vieron desempleados o con empleos precarios
como consecuencia de la crisis económico-financiera
de 2008, explicaría que los profesionales que trabajan
en estos medios mostrasen una relación distinta con
la clase política, a la que verían responsable de las difíciles circunstancias laborales que debieron afrontar,
en comparación con los periodistas de los medios tradicionales. Una investigación sobre la confianza de
los periodistas españoles en las instituciones públicas
señaló que los redactores “que trabajan en la red son
los más escépticos hacia las instituciones políticas
en general y de manera especial hacia el Gobierno”
(Berganza et al., 2016: 40). Esta desconfianza del periodismo online hacia la política ha sido corroborada
por trabajos previos que ponen de manifiesto que los
medios digitales exhiben niveles más altos de negatividad en el tratamiento de la información política que
los impresos (Quandt, 2008).
Asimismo, conviene señalar que, según la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC, 2016), la penetración de Internet
entre los jóvenes supera con creces la media de la
población total (66,7%): siendo del 89% en las edades comprendidas entre 14 y 19 años; del 90% entre
los de 20 y 24 años, y del 87,8% entre los de 25 y
34 años. Si los jóvenes son los mayores usuarios de
Internet, y estos exhiben una progresiva desafección
por la política tradicional, dirigida sobre todo contra
los políticos profesionales (Megías Quirós, 2014),
aquellos que se dedican a la producción de discursos
de opinión en Internet buscarán hacer conectar sus
discursos con ese posicionamiento dado que, como
recuerda Berrio (s.f.), quien persigue la persuasión de
un auditorio debe conocer bien cuáles son la cultura,
los prejuicios y las expectativas que lo definen para
que los argumentos y recursos dialécticos utilizados
se adapten a él del modo más adecuado.
2. Los medios de comunicación como agentes
movilizadores
Los medios digitales han adaptado a su propia lógica
y lenguaje los géneros tradicionales del periodismo
impreso. Así, por ejemplo, los blogs han asumido los
mensajes que históricamente han conformado el llamado periodismo de opinión. Pese a que las posibilidades de producción que ofrece la red han permitido
la emergencia de muchas bitácoras gestionadas por
usuarios ajenos a la actividad periodística, muchas
otras siguen en manos de profesionales de la infor-
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mación que, además, enmarcan sus textos, muchos
de ellos columnas de opinión, en medios determinados (Domingo y Heinonen, 2008). De este modo,
como indica Almiron (2005: 9), “la blogosfera política constituye una nueva forma de columnismo o
cronismo político influyente”.
Por tanto, resulta oportuno abordar el estudio de los
blogs periodísticos como la traslación al escenario digital del ejercicio de comentario que históricamente ha
representado la columna en la prensa en papel, un subgénero del periodismo de opinión que siempre se ha
distinguido por el sello personal que le ha imprimido
su autor (Carratalá, 2013), aunque ello no debe hacer
olvidar que, en la medida en que la columna es acogida
por un determinado medio de comunicación, su mensaje debe ser leído como “una opinión individual que
usa el periódico para expresarse, precisamente porque
la considera valiosa y dentro del marco de objetivos
espirituales e ideológicos que definen la llamada línea
editorial” (Gutiérrez, 1984: 112).
El ejercicio de opinión que se plasma en la redacción de una columna puede adoptar una amplia variedad de estilos y fórmulas, dando lugar a un artículo
de opinión que, sin dejar de ser subjetivo y valorativo,
puede ser razonador o falaz, orientador o enigmático,
analítico o pasional, enjuiciativo o narrativo (Santamaría y Casals, 2000). Esta multiplicidad de registros ha
llevado a los estudiosos del género a distinguir entre
distintos modelos de periodismo de opinión, que acostumbran a moverse entre dos polos, que representarían,
por un lado, aquellas expresiones valorativas articuladas sobre hechos que tratan de ayudar a la audiencia
a interpretar mejor un tema de actualidad y, por otro,
aquellos discursos que buscan enjuiciar la realidad a
partir de principios y valores ideológicos con la voluntad de afectar al comportamiento de la audiencia.
McNair (2000), por ejemplo, diferencia en esta línea la
columna analítica-asesora, que prefiere la vía intelectual a la controversia, de la columna polémica, que se
caracterizaría por su carácter provocador y por integrar
expresiones deliberadamente incendiarias.
También Martínez Albertos (1997) estableció un
contraste similar entre lo que él llamó la columna interpretativa o de análisis, que se apoya en la exposición de hechos e ideas utilizando razones probatorias
de carácter objetivo, de la columna de opinión, o comentario, que pivota sobre una estrategia argumentativa, puntos de vista personales y, por tanto, razones
de tipo subjetivo. En una categorización parecida,
Casals Carro (2000) describió las diferencias entre
las columnas analíticas y las personales. Las primeras
serían propias de periodistas especializado en ciertos
ámbitos, con capacidad para interrelacionar hechos,
ofrecer prospectivas históricas para contextualizar y
dotar de perspectiva a los temas abordados empleando
un tono frío y una exposición clara e inteligente. Por
el contrario, las columnas personales se distinguirían
por explotar al máximo la subjetividad, empleando
una libertad expresiva que permite modular ideológicamente el discurso y estructurarlo a partir de juicios
de valor, expresiones categóricas y argumentos de au-
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toridad. Por tanto, los modos y las formas, el tono y la
información aportada, diferenciarían a unas columnas
de otras. Si en unos casos domina la vía lógica –con
pruebas que fundamenten la argumentación–, en otras
se privilegia la psicológica –dando prioridad a recursos que permiten apelar a la subjetividad ideológica o
moral del lector (Santamaría y Casals, 2000).
El carácter que adopta el ejercicio del columnismo
no puede desvincularse de las tradiciones periodísticas
o sistemas mediáticos. Las columnas analíticas serían
más habituales en los sistemas liberales del mundo anglosajón (McNair, 2000), donde la independencia y el
tono reflexivo se imponen a las pasiones (Casals, 2000).
En cambio, el modelo europeo continental de periodismo –y especialmente la tradición latino-mediterránea–
habría sido, debido a su estrecha relación con el campo
de la literatura y de la política (Chalaby, 1996; Williams,
2006), terreno fértil para las columnas de carácter polémico, con las que los periodistas actuarían como abanderados de ciertas misiones. Esta modalidad de opinión incurriría fácilmente en excesos, como implica la
utilización de datos y hechos con propósitos sectarios
(Casals, 2000) o la promoción de discursos basados en
prejuicios que no son más que la evocación de elementos propagandísticos (Sánchez, 2006). En España, el
arraigo de esta práctica expresiva vendría de la mano
de aquellos que Ortega (2011) denomina “caudillos mediáticos”, y que, mediante el ejercicio de la opinión sin
atención alguna a los hechos, buscan dedicarse al juego
partidista sin ser políticos profesionales.
Las tertulias de radio y televisión, generadoras de
una cultura de la polémica, son un buen ejemplo de
ese fenómeno en tanto que sus participantes acatan el
dictado de grupos políticos y sacrifican la prudencia
y la duda razonables (Sánchez, 2006; Taibo, 2010).
Esas manifestaciones suponen una muestra del desplazamiento de la interpretación periodística al ejercicio de la opinión con fines provocadores, lo que sitúa
a sus responsables más cerca de la actividad política
que de la analítica. Ya sea en tertulia audiovisual o
en columna escrita, buscan “movilizar, agitar, […] y
no desde luego discutir y convencer con argumentos
cargados de razón” (Ortega, 2011: 93). La columna
de opinión, también online, nos ofrece un extraordinario punto de partida para evaluar el papel activista
movilizador de los medios en el modelo mediterráneo o pluralista polarizado (Hallin y Mancini, 2008).
Desde esta perspectiva, el columnista no se limita a
decir cómo deben interpretarse los hechos sino qué
debe hacerse ante ellos (McNair, 2008). Como señala
Ortega (2011: 118), el foco del caudillo mediático se
desplaza de contar lo que sucede a hacer que suceda
algo, al encargarse de “elaborar las propuestas con
las que movilizar a su sociedad”.
3. La irrupción de los nuevos partidos y sus
esfuerzos discursivos en campaña electoral
Los medios compaginan su papel como agentes movilizadores en algunos sistemas mediáticos con el de inter-
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mediarios permanentes entre actores políticos y ciudadanos (Manin, 1997; Castells, 2009). La relevancia de su
papel de intermediación alcanza su máxima expresión
en campaña electoral, un período en el que los ciudadanos están llamados a formar sus preferencias y la pugna
habitual entre actores políticos se recrudece, de forma
que el favor mediático deviene un valor particularmente
precioso. La campaña tiene, de hecho, una fuerte dimensión simbólica, en tanto que la persuasión del electorado
requiere la producción de ideas y significados movilizadores. Estos períodos pueden concebirse como luchas
simbólicas por la construcción de la realidad, en las que
cada partido articula una narrativa en torno a la situación
que atraviesa el país, que permite reducir la complejidad del mundo social de cara a los electores y condensar
simbólicamente lo que está en juego en las elecciones
(Miller y Riechert, 2001; Pan y Kosicki, 2001).
Diversos autores enfatizan la importancia capital
de lo simbólico para promover la acción colectiva, una
cuestión originalmente subrayada por los estudiosos de
los movimientos sociales (Benford y Snow, 2000; Gamson y Modigliani, 1989). Así, la construcción de marcos
para promover la movilización requiere la producción
de discurso en dos niveles complementarios (Entman,
1993; Benford y Snow, 2000). En primer lugar, implica
realizar un diagnóstico de la situación, es decir, definir
un estado de cosas como problemático para justificar la
necesidad de intervenir en él, identificando sus causas
y realizando evaluaciones. En segundo lugar, conlleva
esbozar un plan de acción que permitirá mejorar la situación. El discurso político de campaña, de inevitable vocación movilizadora, se compone, por tanto, de marcos
diagnósticos y prognósticos4.
Sin embargo, todo este esfuerzo discursivo resulta
inútil si no se proyecta sobre el electorado. Para alcanzar a los ciudadanos, los actores políticos necesitan la
indudable colaboración de los periodistas. Según la
investigación acumulada, la capacidad de cualquier
actor para influir en la cobertura periodística depende de factores como su poder político y relevancia
(Bennett, 1990; Ryan, 1991), sus recursos culturales
y económicos (Ryan, Carragee y Meinhofer, 2001)
y sus ‘habilidades políticas” (Pan y Kosicki, 2001).
Naturalmente, la capacidad de los partidos españoles para influir en el discurso periodístico es mayor
que en otros contextos, pues a su centralidad y enormes recursos organizativos y simbólicos, se añade la
propia configuración del sistema mediático, que ha
favorecido un modelo de alineamientos ideológicos.
Con todo, promover la movilización constituye
un desafío especialmente complejo para actores políticos de reciente formación, que carecen de relaciones estables e institucionalizadas con los medios,
y cuya ideología e imagen pública no resulta tan
reconocible para la mayoría de electores. Ese fue
precisamente el caso de Podemos y Ciudadanos con
motivo de las Elecciones Generales de 2015. Ambos
partidos se batían contra las dos fuerzas políticas
que habían dominado el sistema de partidos español
durante casi tres décadas: PP y PSOE. De hecho, se
presentaban por primera vez en la mayoría de circunscripciones y lo hacían sin contar con un suelo
electoral propio (con la excepción de Ciudadanos en
Cataluña). Ante este escenario, los nuevos partidos
estaban estratégicamente abocados a articular una
retórica que pusiera el foco en el agotamiento del
sistema político existente para así trasladar al electorado la necesidad de movilizarse en favor de los
nuevos partidos (Tabla 1).
En este sentido, una reciente investigación sobre
el discurso partidista durante la campaña electoral
de 2015 concluye que no existe “similitud entre los
marcos de partidos que ocupan espacios ideológicos
fronterizos (PP y C’s vs. PSOE y Podemos), sino que
las semejanzas se dan entre quienes mantienen posiciones equivalentes en el escenario político” (Valera
et al., 2017: 52). Los resultados de ese trabajo, que
se sintetizan a continuación (Tabla 1), señalan que
mientras que los partidos tradicionales construyeron
su discurso destacando diversos aspectos de la realidad socio-económica (los populares se centraron en
la recuperación mientras que los socialistas dibujaban una “crisis multiorgánica” como resultado de la
legislatura popular), los marcos bipartidismo agotado y la traición de las élites permitían a Ciudadanos
y Podemos, respectivamente, cuestionar frontalmente el sistema político existente, justificar su irrupción
en el juego político y comunicar a los electores la
necesidad de abandonar sus lealtades previas para
confiar en las nuevas formaciones políticas.
4
A la vista de la reciente transformación del escenario mediático-político en España, merced a la
multiplicación de formas de ejercer el periodismo
de opinión a través de las tecnologías digitales y la
Se utiliza el término “prognóstico” con este sentido de plan de acción, pese a que no exista tal acepción en castellano, para ser fieles al
término original en lengua inglesa “prognostic”.
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irrupción en el sistema político de dos nuevos partidos, conviene interrogarse sobre la pervivencia del
pluralismo polarizado. Es decir, explorar si la proximidad entre el sistema político y los medios que Hallin y Mancini atribuyen al sistema mediático español se reproduce en este nuevo escenario, mediante el
alineamiento entre las nuevas formaciones políticas
(Podemos y Ciudadanos) y el columnismo digital
ejercido en diversas bitácoras periodísticas durante el
proceso de campaña electoral.
4. Metodología
4.1. Objetivo y preguntas de investigación
El objetivo principal de investigación es analizar el
discurso de dos columnistas digitales y su relación
con el discurso de los partidos durante la campaña
electoral previa a las Elecciones Generales del 20 de
diciembre de 2015. Los objetivos específicos del estudio buscan dar respuesta a las siguientes preguntas
de investigación.
PI1: ¿Se limitan los columnistas digitales a evaluar aspectos de la realidad con voluntad interpretativa o articulan discursos con voluntad sentenciadora
y/o movilizadora?
PI2: ¿Se observa sintonía entre el discurso de los
columnistas digitales y las claves interpretativas de la
realidad proporcionadas por los partidos –tradicionales y nuevos– participantes en la campaña?
PI3: En caso de darse, ¿se traduce este apoyo
simbólico en un alineamiento ideológico claro permitiendo, así, que el pluralismo polarizado sobreviva
en la esfera digital?
4.2. Muestra y recogida de datos
Se han seleccionado los discursos de dos columnistas, José Antonio Zarzalejos e Ignacio Escolar, que
publican sus bitácoras en medios digitales españoles
de notable relevancia. En ambos casos, se trata de
medios nativos digitales, es decir, medios que existen
únicamente en Internet y que no tienen una versión
impresa. Ambos han sido seleccionados por su relevancia y centralidad en el espacio público digital, así
como por enmarcarse en medios de comunicación
con líneas editoriales de distinta orientación ideológica. Por un lado, el blog del periodista y escritor
José Antonio Zarzalejos, titulado “Cuaderno de campaña”, se publica periódicamente en el diario digital Elconfidencial.com, fundado en febrero de 2001,
dirigido por Nacho Cardero y editado por Titania
Compañía Editorial. Por otro, la bitácora del también
periodista Ignacio Escolar se titula “Escolar.net: En
aquel momento parecía buena idea” y es publicado
en Eldiario.es, cibermedio que dirige desde su creación en septiembre de 2012 este mismo periodista, y
que es editado por Diario de Prensa Digital.
La importancia de los cibermedios que acogen
la producción de los dos columnistas seleccionados
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queda respaldada por sus audiencias. De acuerdo
con comScore, el medidor oficial de las audiencias
digitales en España, Elconfidencial.com contaba en
diciembre de 2015 (período que se corresponde con
el marco temporal de esta investigación), con un total
de 7.507.000 usuarios únicos –incluyendo los datos
relativos tanto a dispositivos móviles como a ordenadores–, mientras que Eldiario.es sumaba, en el mismo periodo, 5.965.000 usuarios. Estas cifras los sitúan, respectivamente, como el primer y tercer medio
nativo digital más leídos de España, lo que acredita
su relevancia como medios digitales de referencia de
la audiencia española.
En cuanto al marco temporal, hemos optado por
circunscribir esta investigación al período que se corresponde con la campaña electoral que tuvo lugar
antes de las Elecciones Generales del 20 de diciembre de 2015. Esta decisión se justifica por una sencilla razón: los períodos electorales resultan particularmente propicios para observar la relación que se
establece entre actores políticos y mediáticos. Como
consecuencia, la recogida de la muestra se realizó del
4 al 18 de diciembre de 2015, y consistió en recopilar
todas las publicaciones aparecidas en los dos blogs
seleccionados durante las dos semanas en las que se
desarrolla oficialmente la campaña. En este periodo,
el periodista José Antonio Zarzalejos escribió un total de once artículos, mientras que Ignacio Escolar
publicó nueve posts, que se corresponden con ocho
artículos escritos y un videoanálisis. La muestra total
asciende, por lo tanto, a veinte piezas de opinión.
4.3. Técnica de análisis
La técnica de investigación seleccionada es el análisis
del discurso, que abordamos desde una perspectiva que
cabe enmarcar en la corriente de análisis sociológico del
sistema de discursos. Esta aproximación se diferencia
de otros enfoques, entre otras cuestiones, en que la unidad de análisis es el corpus de textos en su conjunto, que
debe ser analizado y aprehendido en su totalidad, y en
que aspira a relacionar el texto con el contexto cultural,
político y social de su producción (Conde, 2010).
Concretamente, prestamos atención a cómo los
artículos de opinión publicados contribuyen a definir lo que está en juego en las elecciones, es decir, a
cómo construyen la “factualidad política” (Pan y Kosicki, 2001) con el propósito, además, de identificar
el ejercicio expresivo que domina en sus discursos,
si es de carácter fundamentalmente interpretativo o
si, en cambio, supera el discurso de opinión basado
en pruebas objetivas para adentrarse en mensajes
más subjetivos e ideológicos que llevan a cabo un
enjuiciamiento de la realidad con el propósito de movilizar a sus lectores, aproximándose de ese modo a
la comunicación propia de los actores políticos. Con
esa finalidad, evaluaremos los textos que conforman
el corpus a partir de la siguiente categorización de las
columnas de opinión que hemos elaborado de acuerdo con las contribuciones revisadas en la fundamentación teórica del presente trabajo:
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La categorización de las piezas de opinión que
componen el corpus de análisis en las tipologías recogidas en la Tabla 2 requiere evaluar la intensidad
con la que la subjetividad de los autores aparece
en los textos. El estudio lingüístico de la modalidad permite interpretar las actitudes y el nivel de
compromiso del autor con aquello expresado, evidenciando su voz y sus opiniones (Fowler, 1991;
Richardson, 2007). De este modo, a partir de determinados rasgos del discurso, puede establecerse el grado de rotundidad con el que el mensaje es
expresado. El análisis, por ejemplo, de los modos
y tiempos verbales y los adverbios (Reah, 1998)
ofrece mucha información para determinar si una
determinada evaluación de la realidad se sitúa en
el ámbito de lo probable (voluntad interpretativa) o
de lo verdadero (Fairclough, 1995). Las expresiones
vinculadas con la certeza (voluntad sentenciadora)
y las asociadas con la obligación, propias de las columnas de opinión y observables en actos de habla
ilocutivos (voluntad movilizadora), responden a expresiones en las que la autoridad del autor se manifiesta con claridad (Richardson, 2007).
Respecto a la proximidad entre el discurso periodístico y el de los partidos, el análisis que se presenta es complementario al anterior y consiste en una
exploración del alineamiento entre los marcos partidistas y los periodísticos, es decir, un estudio que
cabe encajar en la tradición de los estudios sobre
frame-sponsorship (Carragee y Roefs, 2004), según
la denominación estadounidense o frame-promotion
(Hänggli y Kriesi, 2012), según la europea. Dado
que trabajos previos permiten prever que el análisis
revelará una voluntad movilizadora en los artículos
de los columnistas analizados, aspiramos a establecer hasta qué punto su discurso se corresponde con
los marcos de acción colectiva puestos en circulación
por los partidos políticos en liza durante la campaña
electoral. Para ello, nos servimos de los resultados
Carratalá, A. ; Valera-Ordaz, L. Estud. mensaje period. 26(1) 2020: 71-83
obtenidos en el marco de un proyecto nacional de
I+D5 (Valera et al., 2017), cuyos resultados han sido
expuestos más arriba (Tabla 1).
5. Resultados
A continuación, se exponen los resultados de la siguiente forma. En primer lugar, se detalla el análisis relativo a la naturaleza del discurso periodístico,
es decir, al tipo de columnas que prevalecen en el
discurso de ambos periodistas, y, en segundo lugar,
se aborda la relación que este exhibe con respecto
al discurso de los actores políticos y los marcos de
acción colectiva que las fuerzas políticas pusieron en
circulación durante la campaña electoral.
5.1. El discurso de los columnistas: ¿análisis
interpretativo o acción ideológica?
Las columnas publicadas por Ignacio Escolar a lo
largo de la campaña ofrecen un carácter mixto, pues
si bien el periodista trata de apuntalar un buen número de sus aportaciones como análisis interpretativos
del escenario electoral lógicamente fundamentados,
en algunos momentos su argumentación deja paso
a expresiones con un claro propósito sentenciador
y movilizador que revelan una determinada apuesta
política. El propio Escolar evidencia una clara voluntad por subrayar el carácter analítico de sus nueve
intervenciones a lo largo del periodo de estudio y,
para ello, una característica frecuente en sus textos
es la inclusión de datos con los que trata de reforzar
sus afirmaciones. Dado el contexto en el que elabora
5
El proyecto de I+D se titula “Estrategias, agendas y discursos en las
cibercampañas electorales: medios de comunicación y ciudadanos”
(referencia CSO2016-77331-C2-1-R), está financiado por el Ministerio de Economía (2017-2020) y dirigido por el profesor titular de
Periodismo Guillermo López García.
Carratalá, A. ; Valera-Ordaz, L. Estud. mensaje period. 26(1) 2020: 71-83
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sus comentarios, lo más habitual es que sus columnas
aludan a los datos arrojados por los sondeos electorales para respaldar sus tesis:
“Hay dos teorías –no son incompatibles entre sí– para
explicar por qué la vice sale hasta en las farolas”
(04/12/2015)
“Entre todos los gráficos de la última encuesta del CIS
hay uno especialmente revelador: el cruce entre la intención de voto y la edad” (04/12/2015)
“Es cierto, con una distancia tan corta en la intención directa de voto y esa amplísima bolsa de indecisos, cualquier cosa puede pasar el 20 de diciembre”
(08/12/2015)
“Con el PP el truco está colando, o eso apuntan los sondeos… […] O al menos así lo ven las encuestas, si nos
las queremos creer” (13/12/2015)
“El debate, ese único cara a cara al que el presidente del plasma se prestó, fue un insulto democrático: el
reflejo de una España que ya no existe y que probablemente no volverá.” (15/12/2015)
“Es a ese escaño donde dentro de unos días, si el CIS se
cumple, volverá.” (16/12/2015)
Escolar se esfuerza por enmarcar sus análisis
en la legitimidad que aportan los datos de sondeos.
Sus columnas ofrecen más ejemplos de cómo trata
de distanciar sus textos de lo que podría ser la formulación gratuita de opiniones subjetivas, aunque
como más adelante detallaremos no siempre lo consigue. El recurso a la documentación hemerográfica
–“algunos datos importantes para entenderlo mejor”
(16/12/2015)– es recurrente para fundamentar la exposición argumental. Se observa, por ejemplo, cuando
cuestiona que sea la vicepresidenta quien acuda por
el PP al debate a cuatro televisado: “…es la primera
vez que la número dos de una lista…” o “…es inédito
que sea ella…” (04/12/2015). También aparece cuando recuerda a Mariano Rajoy los calificativos peyorativos dirigidos al presidente Zapatero, un ejercicio de
memoria al que dedica en exclusiva la columna “Los
insultos (a la inteligencia)” (15/12/2015), en la que
reúne hasta 22 ejemplos de expresiones formuladas
por Rajoy cuando era jefe de la oposición.
Escolar busca articular sus columnas como textos fundamentados en razones y hechos y, en efecto,
en dos de los nueve textos que componen la muestra
se observa cómo ofrece sus columnas como discursos probatorios con los que desarmar el discurso del
PP. En el artículo “Una democracia no es una liga
de fútbol” (08/12/2015), el periodista trata de rebatir
una de las afirmaciones realizadas por Santamaría en
el debate electoral y lo hace en una exposición que
arranca así: “Pero el argumento es falaz por tres razones bastante fáciles de explicar”, que posteriormente
estructura en otros tres párrafos, fundamentados con
datos (“…nada menos que en 160 municipios españoles…”) o referencias a textos legales, como la
Constitución (“…está muy detallado en el artículo 99
de la Constitución.”). En otro de los textos, Escolar
también señala que considera “un argumento falaz
decir que Ciudadanos y Podemos están recibiendo
un trato preferente en los medios” y, a continuación,
añade que “no es cierto”, explicando que desde las
elecciones municipales y autonómicas ambas formaciones son ya una realidad (09/12/2015). Asimismo,
ese deseo de dotar de bases sólidas a su discurso le
lleva en ocasiones a moderar sus afirmaciones cuando carece de pruebas o datos que puedan sostenerlas,
especialmente cuando se trata de previsiones sobre
cuestiones futuras:
Pese a que este es el principal carácter de las columnas de Escolar, también se hallan muestras de
expresiones más propias del columnismo de opinión
que del de análisis, especialmente, cuando su discurso evalúa al candidato del PP, Mariano Rajoy. En estos artículos, el propósito interpretativo deja paso a la
voluntad sentenciadora y, en algunos casos, a la movilización política. Como muestras de la primera, se
observan valoraciones del candidato popular que no
se fundamentan en datos ni hechos sino en percepciones subjetivas –“su evidente falta de decencia”, “otra
vez autoritario” (15/12/2015)– o cuestiones polémicas –“el señor de los sobresueldos” (04/12/2015),
“el candidato plasma” (13/12/2015). También cabría
destacar ciertas expresiones categóricas –“el que
incumplió absolutamente todo su programa electoral” (04/12/2015), “Santamaría perdió el debate”
(08/12/2015), “una de las legislaturas más vergonzosas de la historia de este país” (15/12/2015)– en las
que la exposición de Escolar sacrifica la moderación
y opta por la argumentación persuasiva a través de
razones subjetivas y un tono contundente.
La apelación a la movilización política de los lectores por medio de una vía más pasional tiene una
presencia menor, pero su aparición en tres columnas
muestra claramente que el discurso de Escolar también exhibe una intención netamente activista. Esta
manifestación se observa en fragmentos en los que
busca la unidad con sus lectores frente al rival ideológico (el Partido Popular) –“¿Estamos condenados a
otro gobierno de Mariano Rajoy?” (13/12/2015)– y,
sobre todo, en dos columnas en las que propone acudir a las urnas para facilitar un cambio de gobierno,
bien de manera sutil –“… es desmoralizador que las
urnas el domingo […] no castiguen este desprecio
muchísimo más” (15/12/2015)– o totalmente abierta:
“Lo que es seguro es que el próximo Congreso desterrará a un lugar más lejano que el palacete de Doñana
la política de la mayoría absolutista que ahora padecemos […]. Que no se nos olvide. Que no se repita
nunca. Que no vuelva a salir gratis” (08/12/2015).
Por su parte, las columnas publicadas por José
Antonio Zarzalejos reflejan una combinación de
elementos analíticos y de opinión, de forma que la
voluntad interpretativa de la realidad social se conjuga con algunas columnas que exhiben un tono sentencioso y claramente valorativo, como ocurre sobre
todo con las piezas dedicadas a comentar los debates
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Carratalá, A. ; Valera-Ordaz, L. Estud. mensaje period. 26(1) 2020: 71-83
electorales y la actuación de los distintos candidatos.
Resulta llamativo comprobar que, en contraposición
con el caso de Ignacio Escolar, no existen apelaciones directas a la movilización, en el sentido de que
este periodista en ningún caso invita a los lectores a
apoyar explícitamente a ningún partido político ni a
movilizarse en ningún sentido específico. En el caso
de Zarzalejos, por lo tanto, no hemos hallado una voluntad expresamente movilizadora.
El carácter eminentemente interpretativo del discurso de Zarzalejos se manifiesta a través de diversos mecanismos. En primer lugar, por el uso habitual
de diversas fuentes de datos para contextualizar sus
afirmaciones, entre las que destacan las encuestas
preelectorales, cuyos resultados son ampliamente comentados en varias columnas para dibujar el escenario al que se enfrentan las fuerzas políticas. En este
sentido, la referencia a diversos estudios preelectorales y fuentes de datos, y el tono distanciado permiten
a Zarzalejos ofrecer una descripción desapasionada
de las características sociodemográficas de la sociedad española y de cómo estas previsiblemente influirán en la orientación del voto de los ciudadanos.
“A un lado los mayores de 60 años y los pensionistas
(11.5 millones de electores) y al otro, los menores de
35 que en julio de 2014 suponían el 26,3% del censo
electoral (en 1971, más del 57% delos españoles tenían
entre cero y 35 años)” (05/12/2015)
“La Voz de Galicia publicaba ayer un sondeo interesante por detallado. Atribuía a Podemos un total de 56
escaños” (14/12/2015)
“Este año es, desde 1940, el primero en el que se van a
experimentar más fallecimientos que nacimientos. La
esperanza de vida ha aumentado con más de un millón
y medio de personas con 85 o más años” (05/12/15)
Junto con la introducción de datos, el discurso de
Zarzalejos también incorpora referencias a diversos
trabajos de naturaleza académica y ensayística, procedentes en general del campo de la sociología y de la
ciencia política, como ocurre con autores como George
Lakoff (12/12/2015) o Peter Mair (09/12/15), o ideas
como la “democracia de audiencia” (10/12/2015).
Mediante las referencias a trabajos académicos para
suscribir sus interpretaciones de la realidad, la argumentación de Zarzalejos adopta un tono analítico que
hasta cierto punto la acerca al registro científico, y,
sobre todo, se aleja de un modelo de periodismo de
opinión basado en el adoctrinamiento ideológico y la
movilización. En el discurso de Zarzalejos se detecta,
por lo tanto, una clara voluntad por ofrecer reflexiones
de naturaleza analítica, al estilo del periodismo de opinión anglosajón, donde el tono reflexivo, la valoración
de los datos y la discusión sosegada y prudente de la
realidad social se anteponen al sectarismo y la guerra
ideológica de trincheras.
“Los ciudadanos españoles –y esa es la gran brecha–
están situados en dos orillas: la de los que siguen in-
tegrados en los mecanismos laborales, sociales y culturales del sistema vigente antes de la crisis, y la de
los que han sido excluidos de su amparo y disfrute”
(05/12/2015)
“Se supone también que la variable rural-mundo urbano establece preferencias ideológicas diferentes”
(05/12/15)
“Según este autor ‘los electorados se están desestructurando progresivamente, lo que deja a los medios de
comunicación más espacio para fijar las agendas y
exigir un esfuerzo electoral mucho mayor a partidos y
candidatos” (09/12/15)
Pero, junto con esta voluntad analítico-interpretativa que tiende a dominar su producción discursiva
y que lo aproxima al periodismo de opinión anglosajón, en el discurso de Zarzalejos hemos hallado
también columnas que cabe enmarcar dentro de una
tradición de argumentación persuasiva, caracterizada
por las afirmaciones categóricas, la contundencia y el
lenguaje sugerente y, hasta cierto punto, provocador.
Estas columnas se inscriben, por lo tanto, en la línea
de la tradición periodística mediterránea, más inclinada al estilo literario y la significación política.
“Pablo Iglesias es, justamente, el prototipo de político
banal resultado de un ampuloso populismo” (09/12/15)
“Sus rivales, por distintas razones, flojearon tanto que
hicieron de Iglesias el tuerto en el reino de los ciegos”
(09/12/15)
“Se confundieron los dos, ofreciendo, por momentos,
un espectáculo confuso y lamentabilísimo que aparcó
cualquier sentido constructivo para convertirse en un
‘crescendo’ de reproches que transmitieron a la audiencia una sensación de discusión atrabiliaria y desnortada” (14/12/15)
Esta tendencia se observa especialmente en la evaluación que el columnista realiza de la participación
de los candidatos en los debates electorales, en las
que, por una parte, formula opiniones contundentes
sobre su desempeño y estrategia y, por otra, realiza
una dura caracterización del líder de Podemos, Pablo
Iglesias. Además, estas valoraciones son expresadas
en ocasiones desde la primera persona singular, lo
que evidencia el uso de razones de naturaleza netamente subjetiva.
“Pablo Iglesias protagonizó una representación de eficaz populismo, que martilleó a Pedro Sánchez hasta
incomodarme reiteradamente” (08/12/15)
“Iglesias es un hallazgo de unos tiempos en los que la
clase política se mueve en el vacío y la democracia se
ha hecho banal” (09/12/15)
Esta crítica dirigida contra el líder de Podemos
sitúa ideológicamente a Zarzalejos de manera inevitable, si bien conviene subrayar que sus columnas no
invitan a los lectores a la movilización, como sí ocu-
Carratalá, A. ; Valera-Ordaz, L. Estud. mensaje period. 26(1) 2020: 71-83
rre en el caso de Ignacio Escolar. En definitiva, en
las columnas de Zarzalejos prevalece, en general, una
voluntad analítica de naturaleza sosegada, que aspira
a ofrecer a la audiencia claves para la interpretación
de la realidad social. No obstante, esta voluntad convive con otros rasgos característicos del periodismo
de opinión español, como son el estilo literario y provocador y las afirmaciones categóricas y contundentes.
“Si la confrontación entre Sánchez y Rajoy fue la “última del bipartidismo” resultó un último acto político de
más mediocre y fea factura” (14/12/15)
5.2. El alineamiento con los marcos partidistas
Las columnas firmadas por Ignacio Escolar exhiben
cierta sintonía con los marcos de tres de los cuatro
partidos políticos que concurrieron a las elecciones.
Hasta en ocho de las nueve piezas de este columnista pueden observarse interpretaciones de la realidad
política que resuenan con los enmarcados de PSOE,
Podemos y Ciudadanos, especialmente con motivo
de la dimensión diagnóstica.
Por un lado, es fácil identificar algunos planteamientos de Escolar compatibles con el discurso de
los partidos emergentes. La formación Ciudadanos
basó su marco diagnóstico en la idea del “bipartidismo agotado” (Valera et al., 2017), es decir, en denunciar lo que el partido liderado por Rivera entiende
como un sistema obsoleto y ruinoso de alternancia
política entre gobiernos del PSOE y del PP. Esta tesis
del agotamiento de un modelo político-electoral que
pivota sobre dos grandes formaciones se observa en
dos de las columnas de Escolar, en las que apunta a
que esa tradicional dinámica ha llegado a su fin con
estas elecciones:
“PP y PSOE comparten una estrategia que durante
décadas les funcionó: polarizar la campaña entre dos;
buscar el voto a la contra o por el mal menor. El PP,
contra el PSOE. El PSOE, contra Rajoy. La estrategia
es compartida, más en esta última semana de campaña
que arranca con un debate a dos. Su eficacia no parece
que lo vaya a ser” (13/12/2015)
“El debate, ese único cara a cara al que el presidente del plasma se prestó, fue un insulto democrático: el
reflejo de una España que ya no existe y que probablemente no volverá” (15/12/2015)
Sin embargo, es más habitual que la problematización de la realidad que ofrece Escolar resuene con
el capital simbólico de las formaciones progresistas
(Podemos y PSOE). Algunas de las columnas de Escolar se alinean con el marco diagnóstico de Podemos “la traición de las élites”, que incide en cómo la
conducta despreciable de las élites políticas y económicas, entregadas a la corrupción y a la satisfacción
de sus intereses privados, ha causado la desatención
de los problemas sociales y el interés general (Valera et al., 2017). Así sucede con el video-post “Otro
79
regalo de Rajoy a su votante más fiel” (10/12/2015),
en el que Escolar asegura que la promesa del PP de
perdonar el IRPF a los que sigan trabajando superada
la edad de jubilación va dirigida a “dos de los cuerpos
electorales más afines al PP”, uno de ellos, “los más
ricos”, “muchos de los presidentes del IBEX 35”.
Asimismo, la evaluación positiva de la participación
de Iglesias en el debate a cuatro –“El candidato de
Podemos fue de largo el que mejor empleó su minuto final […] y también le fue bien en los minutos
anteriores” (08/12/2015)– y la denuncia sistemática
de la corrupción en buena parte de sus columnas,
aproximaría su ejercicio interpretativo al marco de
la formación morada. Sin embargo, mientras que en
el diagnóstico de Podemos “subyace cierta demonización de las élites, que tienden a identificarse con
los partidos tradicionales: PSOE y PP” (Valera et al.,
2017: 70), Escolar limita su crítica a la formación liderada por Rajoy.
En este sentido, las opiniones de Escolar se corresponden más intensamente con el discurso socialista
de campaña, que advierte de la “crisis multiorgánica”
que ha generado la legislatura del PP, tanto a nivel
económico como a nivel institucional, con un Estado
debilitado “como consecuencia de la corrupción, la
opacidad y la falta de diálogo” (Valera et al., 2017:
66). Aunque el empeoramiento de la situación económica provocado por la gestión del PP está presente en
las columnas de Escolar –“el presidente que prometió
acabar con el paro y termina la legislatura con menos
empleo que cuando llegó” (04/12/2015)–, son especialmente las acusaciones permanentes de corrupción
y el debilitamiento de la democracia a manos del PP
las que más claramente delatan la proximidad con el
discurso socialista, y las que Escolar señala con asiduidad a lo largo de la campaña:
“Santamaría no supo explicar […] qué clase de lucha
contra la corrupción puede encabezar el presidente que
le deseó “fuerza” a Bárcenas, o que negó los sobresueldos del PP desde una televisión de plasma pagada con
dinero negro” (08/12/2015)
“…una televisión que se supone pública pero que
ha privatizado a su servicio el Partido Popular.”
(09/12/2015)
“Un presidente que tenía que haber dimitido un minuto
después de conocerse los sobresueldos que cobró de
Luis Bárcenas y los SMS de apoyo que le dedicó”;
“Mariano Rajoy […] ha protagonizado una de las legislaturas más vergonzosas de la historia de este país
(15/12/2015)
“Nos hemos acostumbrado a tantas cosas que unas
respuestas así de un presidente del Gobierno ante el
enésimo caso de corrupción ya nos parecen de lo más
normal”; “En el PP parece que compaginar la vida política con el cobro de comisiones es de lo más habitual”
(16/12/2015)
El alineamiento con el diagnóstico socialista se
acompaña, además, de un tratamiento amable del can-
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Carratalá, A. ; Valera-Ordaz, L. Estud. mensaje period. 26(1) 2020: 71-83
didato socialista, Pedro Sánchez, cuya participación
en el debate que protagonizó con el líder popular es
evaluada positivamente –“fue tremendamente eficaz
en desmontar a Mariano Rajoy”, “se fue creciendo en
la parte económica, acorraló a Rajoy” (15/12/2015)–,
y de quien incluso tomó prestada la definición de
Rajoy como “un político indecente” (15/12/2015),
calificativo que Sánchez dirigió al candidato conservador en el cara a cara televisivo.
Pese a que algunas columnas de Escolar exhiben
una voluntad movilizadora, esta no se corresponde
con precisión con ninguno de los marcos prognósticos empleados por las fuerzas políticas que concurrieron a las elecciones. Las llamadas a la acción de
este columnista responden, sobre todo, a la necesidad
de evitar una victoria del PP, aunque de ellas no se
desprende explícitamente la recomendación de confiar el voto a ningún otro partido en concreto.
En lo que se refiere al discurso de Zarzalejos,
sólo cuatro de las once columnas publicadas durante la campaña exhiben cierta consonancia con el
discurso partidista orientado a la movilización del
electorado: “El 20-D y la España de los ‘outsiders’”
(05/12/15), “Entre el populismo de Iglesias y la centralidad de Rivera” (8/12/15), “Rivera y el riesgo
de la desmesura” (10/12/15) y “14-D, abochornante debate de perdedores” (14-12-15). Resulta claro,
asimismo, que en los cuatro casos la proximidad se
produce con respecto al discurso político de Ciudadanos, especialmente en relación con su marco
diagnóstico “bipartidismo agotado”, que dibuja un
escenario por el cual “la alternancia en el poder de
los partidos tradicionales (PP y PSOE) ha arruinado al Estado, ha desatendido el interés general y ha
provocado una enorme crisis de confianza en la política” (Valera et al., 2017: 72).
Es decir, en el discurso de Ciudadanos destaca la
atribución de los problemas de la sociedad española
a unos actores políticos, los partidos viejos, que no
han sido capaces de solventar los problemas sociales,
y que únicamente se han preocupado por alternarse
en el poder. En este sentido, el discurso de Zarzalejos
muestra sintonía con el marco “bipartidismo agotado”, a saber, la idea vertebradora de que los viejos
partidos se han entregado al sectarismo y la corrupción y ello ha impedido atender las necesidades de
los ciudadanos. Una idea que también aparece, si
bien de forma netamente distinta, en el discurso de
Podemos, y que permite a los nuevos partidos legitimar su irrupción en el escenario político ante los
electores.
“Ciudadanos y Podemos (…) aunque desde distintas
perspectivas, dicen pretender renovar la ‘vieja política’
por vía de la socialización de los beneficios que pueda
reportar la salida de la crisis económica y no incurrir en
la endogamia –sobre todo la corrupción y la opacidad–
de los partidos que encarnan la vieja” (05/12/15)
El discurso en torno al bipartidismo y la crítica
de las fuerzas políticas tradicionales (PP y PSOE)
se detecta, además, en la evaluación que Zarzalejos
realiza del debate electoral que se produjo entre los
líderes políticos de los partidos que habían dominado
la política española hasta entonces: Pedro Sánchez y
Mariano Rajoy. El periodista no sólo critica la actuación de ambos candidatos en el debate, sino que lo
hace a través del lenguaje del ‘bipartidismo agotado’,
puesto en circulación por Ciudadanos.
“No dieron la talla los representantes del bipartidismo,
ni en el fondo, ni en la forma, estableciendo en el debate público –no parlamentario– un hito que será difícil
de olvidar: los insultos cruzados (y de gravedad) que
rompen lo que los británicos denominan ‘fair play’ y
nosotros conocemos como juego limpio” (14/12/15)
“Si la confrontación entre Sánchez y Rajoy fue la ‘última del bipartidismo’, como adujeron los líderes de
Ciudadanos y Podemos, resultó un último acto político
de la más mediocre y fea factura. Hubo momentos abochornantes” (14/12/15)
Asimismo, la proximidad discursiva con respecto
a Ciudadanos (y la distancia con respecto a Podemos)
se detecta en la alabanza que el columnista realiza
del partido de Albert Rivera, al que atribuye diversos méritos ideológicos y de trayectoria institucional.
En efecto, Zarzalejos alaba el potencial renovador de
Ciudadanos, su moderación y centralidad, y destaca
su origen como partido nacido en Cataluña para combatir la hegemonía del nacionalismo.
“Ayer se confirmó que por el lado del centro derecha
hay un corredor –Ciudadanos– con un potencial renovador sustantivo, en todo caso suficiente para disputar
al PP la hegemonía a medio plazo” (08/12/15)
“(…) el segundo [Albert Rivera] por mostrarse propositivo, realista y moderado yendo derechamente a por
los electores del centro izquierda y derecha” (08/12/15)
“Rivera, durante ese insufrible baile de San Vito, no
cometió errores de discurso y fue coherente con su
programa, incluso en asuntos muy delicados como el
contrato único” (10/12/15)
“En el origen del partido [Ciudadanos] hay mucho talento y una gran profundidad de análisis intelectual.
Nación en Cataluña para contrarrestar el nacionalismo
pero a través de una España diferente y ciudadana, contemporánea. Por eso, el partido garantiza la integridad
territorial del Estado, el cumplimiento de los compromisos internacionales, un modelo de democracia liberal bien corregido en algunos de sus exceso y un laicismo saludable” (10/12/15)
En definitiva, en el caso de Zarzalejos, existe cierto alineamiento con el discurso de Ciudadanos, si
bien esta proximidad se da principalmente a través de
dos mecanismos: a) la sintonía parcial con el marco
diagnóstico “bipartidismo agotado”, y b) la alabanza
del partido y sus atributos ideológicos.
Carratalá, A. ; Valera-Ordaz, L. Estud. mensaje period. 26(1) 2020: 71-83
6. Discusión y conclusiones
Los resultados indican, en primer lugar, que el discurso articulado tanto por Ignacio Escolar como
por José Antonio Zarzalejos exhibe generalmente
un carácter interpretativo, especialmente en el caso
de este último. La mayor parte de los textos pueden
considerarse columnas de análisis, lo que apunta a
un ejercicio de la opinión en la esfera digital que no
reproduce, en la mayoría de sus expresiones, las características propias del columnismo tradicional de
los países mediterráneos, cuya tradición periodística
se ha destacado por privilegiar la persuasión basada
en principios ideológicos y una retórica adoctrinadora, con una clara vocación de movilización (Hallin y
Mancini, 2008). En efecto, tanto Escolar como Zarzalejos muestran interés por basar sus columnas en
razones probatorias, y datos; y adoptan un tono prudente, para lo que se sirven de abundantes referencias
a estudios electorales, documentación de archivo e
incluso fuentes académicas. De esta forma, colocan
sus tesis en el ámbito de lo probable, especialmente
cuando interpretan el panorama electoral o la situación política general, a modo de analistas que ofrecen
pautas interpretativas a la audiencia, en un ejercicio
habitual del periodismo anglosajón.
Pese a que las columnas de análisis son las que
dominan generalmente el discurso de ambos periodistas, también se han detectado algunas muestras
que se corresponden con una voluntad sentenciadora,
propia de la columna de opinión, en la que la voz
subjetiva de los dos periodistas se manifiesta de forma explícita y el tono deviene más exaltado. En estos
casos, la moderación es abandonada en favor de afirmaciones categóricas y juicios de valor, sobre todo
dirigidos a criticar abiertamente la participación en
la campaña electoral de algunos de los candidatos:
Rajoy en el caso de Escolar e Iglesias en el caso de
Zarzalejos. En otras palabras, la persuasión ideológica y el favorecimiento de la vía psicológica sobre
la lógica se dan cuando los columnistas tienen como
objetivo criticar a quien ellos sitúan como adversario
político, y en este ejercicio de crítica contra los candidatos que pertenecen a la esfera ideológica rival,
incorporan con frecuencia descalificativos y consideraciones personales.
El ataque al rival político (dirigido contra el Partido Popular, en el caso de Escolar, y contra Podemos,
en el caso de Zarzalejos) que exhiben ambos periodistas revela que el pluralismo polarizado del sistema
mediático español se reproduce hasta cierto punto en
la esfera digital. La crítica del enemigo ideológico
constituye una estrategia habitual de las cabeceras
españolas para significarse políticamente sin alinearse de forma totalmente explícita con las formaciones
con las que comparten valores e ideario, tal como
concluyen investigaciones recientes. En este sentido, Baumgartner y Chaqués Bonafont (2015) señalan cómo los diarios impresos con mayor difusión en
España (El País y El Mundo) tienden a privilegiar
una cobertura informativa que incide en los errores
81
del rival político en mucha mayor medida que en las
virtudes de los partidos ideológicamente cercanos, a
raíz de un análisis de sus portadas durante más de
quince años. Por su parte, Valera-Ordaz (2019), tras
analizar si el pluralismo polarizado de la prensa tradicional española se traduce en la reproducción de
los marcos partidistas durante la campaña electoral
de 2011, concluye que esos mismos diarios adoptan
generosamente los marcos de acción colectiva de los
partidos ideológicamente cercanos en sus editoriales,
y que incluso profundizan algunos de sus significados, además de criticar generosamente los enmarcados de los partidos rivales.
En cuanto a la función agitadora-movilizadora,
que implica un paso más en la aproximación del actor
periodístico al político, y que es habitual en los sistemas mediáticos de pluralismo polarizado, conviene
subrayar que sólo la hemos identificado en el caso
de Ignacio Escolar. Zarzalejos evita pronunciarse
explícitamente a favor de una formación política en
particular, o llamar a la movilización de sus lectores
para facilitar la victoria de un determinado partido
político. Sin embargo, en el caso de Escolar, la voluntad interpretativa y sentenciadora se combinan también con una clara vocación de intervención sobre la
realidad, si bien esto ocurre únicamente en un tercio
de sus publicaciones. Tres de las nueve piezas analizadas exhiben una función movilizadora, pues en
ellas Escolar urge a los lectores a actuar el día de las
elecciones para evitar la victoria del Partido Popular.
Conviene destacar, asimismo, que Escolar no realiza
llamadas a la movilización a favor de una fuerza política en concreto, sino que su apelación a los lectores
es de naturaleza transversal y gira en torno a evitar el
gobierno del PP.
Pero más allá de esta voluntad sentenciadora y
ocasionalmente movilizadora (en el caso de Escolar),
¿se observa correspondencia entre el discurso de los
columnistas y los relatos que las fuerzas políticas pusieron en circulación durante la campaña? En relación con nuestra segunda pregunta de investigación,
los resultados señalan que sí que existe alineamiento
con respecto a los marcos partidistas por parte de ambos columnistas. Por una parte, Zarzalejos desarrolla
en sus artículos el marco diagnóstico del “bipartidismo agotado” puesto en circulación por Ciudadanos,
ahondando en la idea del potencial renovador de los
nuevos frente a los viejos partidos, y dedicando amables consideraciones y alabanzas a su líder: Albert
Rivera.
Por su parte, Escolar tiende a adoptar algunas de
las claves interpretativas de las nuevas formaciones
(Ciudadanos y Podemos), pero, sobre todo, a aproximarse al discurso socialista de campaña. En efecto,
Escolar difunde abundantemente el marco diagnóstico desplegado por el PSOE, salvando a este partido
de las críticas que las nuevas formaciones dirigen a
las fuerzas tradicionales, y focalizando su discurso
en aquello que acentúa el mensaje socialista: la idea
de que la legislatura del PP, un partido notablemente
salpicado por la corrupción, ha empeorado de forma
82
grave la situación político-económica española. Esto
es, se suma a la “crisis multiorgánica” que constituye
la esencia de la problematización socialista de la realidad; y dedica a Pedro Sánchez un reconocimiento
de su papel durante la campaña, especialmente en lo
que se refiere a los ataques que lanza contra Rajoy.
En definitiva, el columnismo en la esfera digital
muestra cierto desplazamiento de las características que históricamente han definido al ejercicio del
periodismo en los sistemas mediáticos de pluralismo polarizado. Por un lado, la mayor parte de los
discursos de opinión examinados evidencian la una
preferencia por la interpretación prudente y probatoria frente a la evaluación subjetiva de la realidad,
que, no obstante, todavía se identifica, mientras que
las muestras de una voluntad movilizadora sólo perviven ocasionalmente (y lo hacen únicamente en el
caso de Escolar). Esa contención en el ejercicio del
periodismo de opinión en el medio digital no impide constatar en los columnistas un alineamiento
ideológico (e incluso partidista), consonante con
la línea editorial de cada uno de los medios, como
Carratalá, A. ; Valera-Ordaz, L. Estud. mensaje period. 26(1) 2020: 71-83
tradicionalmente se ha dado en el periodismo practicado en los países mediterráneos. Un alineamiento
ideológico que se manifiesta claramente de dos formas: como ataque al rival político y como coincidencia (cuando menos parcial) con el capital simbólico partidista. No obstante, la aparición de nuevas
formaciones políticas introduce mayor variedad de
discursos de campaña, y contribuye a evitar que la
sintonía con los marcos partidistas por parte de los
columnistas sea total –se da en la dimensión diagnóstica pero no en la prognóstica–. Asimismo, la
nueva situación política hace tambalear, al menos
en cierta medida, las históricas alianzas entre diarios y partidos, como se desprende del hecho de que
uno de los dos columnistas aproxime claramente su
discurso al de una de las nuevas formaciones. Por
tanto, el pluralismo polarizado resiste solo parcialmente ante la transformación provocada por los
nuevos medios y los nuevos partidos. Futuros estudios deberán observar si los cambios que esta investigación ha detectado se profundizan a medida que
los nuevos actores se consolidan.
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