AL-KITAB
Juan Zozaya Stabel-Hansen
A.E.A.M.
Madrid 2019
(Carmelo Fernández Ibáñez ed.)
Carmelo Fernández Ibáñez (ed.)
AL-KITĀB
Juan Zozaya Stabel-Hansen
ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE ARQUEOLOGÍA MEDIEVAL
Madrid 2019
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CAPÍTULO V
Arqueología
Islámica
El supuesto mihrab de la mezquita aljama de Tarraquna (siglo IX) procedente de la casa de Ya’far de Madinat ar Zahra (Córdoba)
(Foto Joan Menchón i Bes).
David Urquiaga Cela, Raúl Flores Fernández, Ana Mercedes Herrero Corral, Gloria Ojalvo de Miguel, Armando González Martín
AL-KITĀB
Juan Zozaya Stabel-Hansen
Madrid 2019
Páginas 313-320
LA MAQBARA DE HUMANEJOS
(PARLA, MADRID)
David Urquiaga Cela1, Raúl Flores Fernández1, Ana Mercedes Herrero Corral2,
Gloria Ojalvo de Miguel3, Armando González Martín3
RESUMEN: El presente artículo muestra los primeros resultados arqueológicos y antropológicos de la excavación realizada en la
maqbara de Humanejos (Parla). La necrópolis fue excavada en su totalidad y consta de 66 fosas con al menos dos tipos diferenciados de
orientaciones, para las que se proponen diferentes fases cronológicas. Provenientes de esas estructuras se han analizado 64 individuos,
de los cuales 50 son adultos, 13 no-adultos y uno indeterminado. Se reconstruye la composición paleodemográfica del grupo así como
su estado de salud a partir de la observación de los caracteres de interés patológico.
Palabras clave: Andalusí. Humanejos. Maqbara. Osteoarqueología. Parla.
ABSTRACT: The first archaeological and bioanthropological results from the excavation of the maqbara of Humanejos (Parla) are
shown in this chapter. The cemetery, which was fully excavated, has 66 tombs with at least two distinct types of orientation for which
different chronological phases are proposed. In these structures, 64 individuals have been analyzed, 50 of them were adults, 13 nonadults and one indeterminable. The paleodemographic composition of the group has been reconstructed as well as its health status
through the study of pathological signs.
Keywords: Andalusí. Humanejos. Maqbara. Osteoarchaeology. Parla.
I. EL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO
DE HUMANEJOS11233
El yacimiento de Humanejos se encuentra situado al
suroeste de la localidad de Parla (Madrid) y toma su nombre del arroyo que lo atraviesa. Por el momento, se han
excavado 20 ha, aunque el yacimiento se extiende por el
vecino término municipal de Torrejón de la Calzada, fuera de los límites de la actuación arqueológica. En total se
han documentado más de 2500 subestructuras que abarcan
cronologías desde el Calcolítico hasta la Edad contemporánea, destacando los enterramientos Campaniformes (Flores y Garrido 2014), los restos de una pars fructuaria de
1. Arqueólogo profesional.
2. Universidad Complutense de Madrid.
3. Universidad Autónoma de Madrid.
ISBN: 978-84-09-15467-8
época romana (Flores y Urquiaga 2019) y varias necrópolis
tardo-antiguas y medievales. El yacimiento ha sido excavado siguiendo el protocolo de la arqueología de gestión de la
Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, bajo la dirección de Raúl Flores Fernández.
Se excavó en dos campañas: una primera entre el verano y
diciembre del año 2008 y una segunda desde septiembre de
2009 hasta finales de abril del año 2012.
El relieve es llano, interrumpido ocasionalmente por
pequeñas lomas de escasa pendiente. La necrópolis se encuentra próxima a la orilla izquierda del arroyo de Humanejos, aunque fuera de su zona de inundación. A tenor de
los resultados de las prospecciones arqueológicas realizadas creemos que el asentamiento andalusí se encontraba
situado en su orilla opuesta, ocupando un antiguo enclave
hispano-romano, en donde son visibles en superficie abundantes restos cerámicos. Destacan además diversas lagunas
313
La maqbara de Humanejos (Parla, Madrid)
Figura - 1. Plano general de la maqbara.
314
endorreicas en el entorno, muchas de ellas recientemente
desecadas. En este sentido el nivel freático se encuentra
muy próximo al suelo, en ocasiones a menos 2 m de profundidad, lo que ha sido aprovechando para la construcción
de pozos. Tradicionalmente el espacio ha estado dedicado a
labores agrícolas, cuyas remociones de tierras han alterado
la superficie del yacimiento.
II. LA MAQBARA
La maqbara de Humanejos ha sido excavada en su totalidad. Se encuentra situada junto al “Camino Real de Madrid a
Toledo”. Se articula en dos sectores divididos por un pequeño camino terrero que parte del antiguo “Camino Real”. Al
norte se documentaron 20 enterramientos, y en el sector
sur, distante apenas 20 m, se excavaron 46 deposiciones.
El “Camino Real” con dirección sur, se encamina hacia la orilla izquierda del arroyo Humanejos, situado a 150 m, y lo
cruza por un pequeño vado. Inmediatamente, en la orilla
opuesta y en terreno llano se situaría el hábitat asociado a
la necrópolis, del que por el momento no se han realizado
excavaciones en extensión. Es una constante en las maqäbir
su disposición junto a alguna de las vías de acceso a un núcleo de población (Casal et al. 2006: 265-266; Ruiz Taboada
2014: 48), así como su ubicación, observable tanto en el
centro como en la costa peninsular, a fuentes próximas de
agua, como ríos, ramblas, pozos, barrancos… (Olcina et
al. 2008: 215). Algunos investigadores han señalado que la
cercanía de las maqäbir con los puntos de abastecimiento
hídrico estaría relacionada con los rituales que tienen lugar
tras la muerte (Casal et al. 2006: 272; Fierro 2000: 171172; Ruiz Taboada 2014: 48).
Generalmente las tumbas
están distribuidas de forma irregular en el espacio. No obstante,
tanto en el sector norte como en
el sur algunos grupos de enterramientos están dispuestos formando alineaciones longitudinales, a
modo de calles, lo que facilitaría
el tránsito por la maqbara (Fig. 1).
El conjunto está compuesto por
estrechas fosas simples excavadas
en las arcosas miocénicas, que en
ocasiones cercenan subestructuras prehistóricas, de longitud
poco mayor al cuerpo del finado. Debido al arrasamiento de la
superficie del yacimiento por las
labores agrícolas las fosas fueron halladas inmediatamente
después del desbroce superficial. Sus profundidades no
rebasan los 60 cm. Los extremos de las fosas son redondeados o cuadrados y sus paredes rectas o ligeramente
cóncavas. Los suelos de las fosas son rectos. No se ha documentado ningún tipo de preparado en las paredes o en
las bases de las fosas. La austeridad de las estructuras, casi
general en las maqäbir andalusíes es debida a la doctrina
oficial de Malic ben Anas que obligaba a que la fosa fuese excavada en la roca o en la tierra y no tuviesen una
profundidad superior a la cintura de un hombre (Navarro
Palazón 1985: 10).
Los cuerpos inhumados fueron colocados en decúbito
lateral derecho (Fig. 2), excepto un caso documentado en
decúbito prono. En general tenían la cara orientada hacia
La Meca, al SE, con el eje de la tumba SW-NE, tal y como
marca el precepto islámico. No obstante, existen algunas
excepciones, ya que 17 fosas presentan una orientación
W-E. Éstas últimas están situadas mayoritariamente en zonas periféricas de la maqbara, destacando el grupo de siete
fosas situadas en el límite sur. Estas sepulturas de orientación similar a las de los últimos cementerios hispano-romanos y visigodos, aunque con el cuerpo colocado en decúbito lateral derecho, debieron ser las primeras en ocupar
la necrópolis. Según algunos autores, y a tenor del hallazgo
de sepulturas similares en otras maqäbir, podrían datarse
en momentos emirales, quizás anteriores a la primera mitad de siglo IX (Casal et al. 2006: 284; Castillo et al. 2011:
287-289; Martín Ripoll et al. 2006: 660-661; Vigil-Escalera
2009: 99, 105, 107-108).
La maqbara de Humanejos evolucionó y se amplió
con el resto de enterramientos de acuerdo a la correc-
David Urquiaga Cela, Raúl Flores Fernández, Ana Mercedes Herrero Corral, Gloria Ojalvo de Miguel, Armando González Martín
ta implantación del ritual recogido en el
derecho malikí, con el eje de la tumba
SW-NE, en posición paralela a la qibla.
Esta nueva disposición se generalizaría
en la primera mitad del siglo X (Ruiz
Taboada 2014: 56-57). En el sector superior de la maqbara la orientación de
estas tumbas varía entre los 232º y los
258º con respecto al norte, si bien existe una fosa con 210º; en el sector sur las
fosas oscilan entre los 238º y los 264º.
Las diferencias en la orientación podrían
estar en relación con la trayectoria solar
cambiante a lo largo de las estaciones del
año. Bajo el cráneo de uno de los finados
hallamos una piedra que creemos servía
para acomodar y orientar la cabeza hacia
el SE, acción documentada en otras maqäbir (Casal et al. 2006: 285; Olcina et al.
2008: 220).
No se han hallado elementos de
ajuar en el interior de las fosas, lo que
viene a ser una constante en este tipo de
enterramientos. Este aspecto, además
de la homogeneidad de las sepulturas a
lo largo del tiempo, dificulta enormemente determinar cronologías precisas.
Tampoco hemos localizado otro tipo
de materiales como clavos para ataúdes
o catafalcos. En ambos casos, el uso de
Figura - 2. Fotografías de enterramientos. La fosa inferior se encuentra
adornos y ataúdes estuvieron regulados y
cubierta con un tablón de madera.
prohibidos por la jurisprudencia islámica
III. ESTUDIO ANTROPOLÓGICO Y
(Casal et al. 2006: 284; Castillo et al. 2011: 286; Olcina et
PALEOPATOLÓGICO DE LOS RESTOS ÓSEOS
al. 2008: 218-219).
Las fosas fueron cerradas con grandes tablones de
En el presente trabajo se han analizado un total de 64
madera dispuestos longitudinalmente (documentadas al
individuos provenientes de la maqbara de Humanejos. Antes
menos en 15 casos -Fig. 2, fot. 3-) o por pequeñas tade pasar a describir sus características, resulta conveniente
blillas de madera colocadas de forma perpendicular (al
señalar que el análisis osteológico, a pesar de aportar una
menos en 2 fosas, Fig. 3). El uso de cubriciones de madera
valiosa información, puede verse condicionado y limitado
en las sepulturas andalusíes no se documenta con asiduipor diferentes factores y procesos tanto ambientales como
dad, si bien su uso no es infrecuente (Castillo et al. 2011:
antrópicos, haciendo que la muestra analizada no sea siem286; De Juan 1987: 73; García-Barberena et al. 2011:
pre una fiel representación de la población viva de origen.
303; Vigil-Escalera 2009: 103). Finalmente las sepultuAdemás, el propio estado de preservación de los esqueletos
ras fueron cubiertas por tierra. No existen en la maqbara
es el que va a permitir que los resultados que se obtengan
superposiciones de fosas, por lo que probablemente, bien
sean más o menos completos. Precisamente, el primer anámontículos de tierra, o bien algún otro tipo de elementos
lisis que se llevó a cabo fue la evaluación del estado de presituados al exterior señalizarían los enterramientos, imservación de los restos óseos humanos recuperados. Para
pidiendo que al excavar una nueva fosa se cercenasen las
ello se utilizó el método propuesto por Rascón et al. (2011)
más antiguas.
315
La maqbara de Humanejos (Parla, Madrid)
316
epífisis como la emergencia del
tercer molar definitivo. De esta
manera la proporción de no adultos es del 20,3%, con un índice de
juventud (IJ) de 0,20. Estas cifras
se encontrarían en el límite más
bajo de lo que cabría esperar en
una población con una demografía de régimen pretansicional, en
la que los individuos que mueren
antes de la edad adulta representan como mínimo el 20% del
total y pueden llegar a alcanzar
el 80%. Unas proporciones de
no-adultos similares se encuentran en las maqabir de San NicoFigura - 3. Planimetría de un enterramiento con cubierta a base de pequeñas tablas
de madera.
lás de Murcia (26,6%) (González
Martín 1999: 136) o la de Santa
Clara de Cuellar, Segovia (25%)
(Herrerín 2004). Sin embargo, en
otras necrópolis coetáneas, los valores rondarían el 50%, como por
ejemplo, en la maqbara de Pamplona con el 54% de no-adultos (De
Miguel 2016: 637).
Debido a la dificultad de estimar la edad de muerte en adulFigura - 4. Distribución de la muestra según su Estado de Alteración Tafonómica
tos, o más bien a la falta de pre(EAT) (modificado de Rascón et al. 2011).
cisión de los métodos existentes,
tan sólo se han podido clasificar
en dos grupos, uno de adultos jóvenes y otro de maduros,
en el que se evalúa tanto la calidad del hueso como el núaunque hay que señalar que en muchos casos el mal estado
mero de elementos anatómicos preservados en cada individe preservación de los mismos no ha permitido hacer esta
duo. De este modo quedan clasificados según su estado de
distinción. De este modo, de los 50 adultos, 8 serían jóvealteración tafonómica (EAT) en 9 grupos, siendo los 1, 2 y
nes, 6 podrían clasificarse como maduros y el resto serían
4 los mejor preservados y los grupos 6, 8 y 9 los que peor.
de edad indeterminable. El sexo, por su parte sólo pudo
En la población musulmana de Humanejos, el 37,5% de los
ser determinado aplicando el método de Bruzek (2005) soindividuos (n = 24) se encuentran bien preservados en los
bre la morfología del coxal en 13 de los individuos adultos,
grupos 1 y 2, pero igual de numerosos son los que están
siendo 8 hombres y 5 mujeres. Precisamente a esos mismos
mal preservados, es decir, en los grupos 6 y 9 (37,5%, n =
individuos se les pudo estimar la estatura utilizando las ta24). Finalmente los 16 individuos restantes se encontrarían
blas de Mendonça (1998), siendo la media de 156 cm en
en los grupos intermedios 3 y 5 (25%) (Fig. 4). Esta situamujeres y de 162 cm en hombres. Es una estatura baja pero
ción ha provocado que, como se detallará más adelante, vasemejante a la encontrada en otros yacimientos como en la
riables como el sexo o los caracteres de interés patológico
maqbara del Tossal de Manises, Alicante (Roca de Togores,
no hayan podido ser determinados en muchos de los casos.
Muñoz 2008: 230) o la de San Nicolás de Murcia con una
En cuanto al tipo de población inhumada en este cemedia de 155 cm en mujeres y 166 cm en hombres (Robles
menterio, de los 64 individuos, 50 son adultos, 13 no-adul1997: 67).
tos y uno indeterminado debido a su pésimo estado de
En el caso de los individuos infantiles, para observar
preservación. Para hacer la clasificación entre adultos y no
su distribución por edades, en primer lugar se les ha estiadultos se tuvo en cuenta tanto la completa fusión de las
David Urquiaga Cela, Raúl Flores Fernández, Ana Mercedes Herrero Corral, Gloria Ojalvo de Miguel, Armando González Martín
Figura - 5. A.- Desgaste atípico en los dientes superiores anteriores de dos individuos; B.- Oesteomielitis en fémur izquierdo con absceso; C.- Escrescencias óseas en forma de peine el un calcáneo; D.- Nódulo de Schmorl.
mado una edad de muerte siguiendo el método de calcificación y erupción dental de Ubelaker (1978) y después se
les ha clasificado en las categorías de edad que van desde
Perinatal (nacimiento y primer año de vida), Infantil I (1-5
años), Infantil II (6-11 años) a Juvenil (12-19/21 años). De
los 13 individuos no-adultos, solo uno es perinatal, tres son
infantiles I, dos infantiles II y siete son juveniles. Esta distribución no se corresponde en absoluto con lo que cabría esperar en este tipo de poblaciones, en las que la mortalidad
infantil durante el primer año de vida debía ser muy alta e
iría descendiendo a medida que aumenta la edad. Este desajuste en la maqbara de Humanejos podría deberse bien al
reducido tamaño de la muestra excavada y por lo tanto analizada, que no sería representativa de la población muerta,
o bien a una peor preservación de los restos óseos de los
individuos más pequeños del grupo. Las proporciones de
perinatales son mucho mayores en la mayoría de necrópolis
de esta época como en la maqbara de San Nicolás, en la que
este grupo es el más numeroso dentro de los no-adultos
(González Martín 1999: 140). Otro hecho curioso es el
aumento de muertes durante la adolescencia, algo que suele relacionarse con los problemas derivados del embarazo
y el parto en el caso de las mujeres y con el “acceso” a la
violencia en el de los hombres (De Miguel 2016: 637-638).
En cuanto al estado de salud de este grupo, sólo 22 individuos (34,2%) no presentaban ningún tipo de patología
observable en los huesos, lo que no quiere decir que no padeciesen alguna, puesto que muchas veces el mal estado de
preservación no permite hacer este tipo de observaciones.
Los dos tercios restantes presentaban al menos un carácter
de interés patológico, ya sea en la cavidad oral o en el resto
del esqueleto. Es sin embargo la patología oral la más abundante, ya que está presente en 32 individuos y representa,
por lo tanto, la mitad de la población analizada. Dentro de
ésta, la más numerosa es la caries, detectada en 24 personas
y hallándose en la mayoría de los casos en más de una pieza
por individuo. Este tipo de patología no está correlacionada ni con el sexo ni con la edad del individuo, puesto que
se han localizado tanto en infantiles como en adultos de
ambos sexos. El resto de caracteres patológicos son menos
relevantes, pero llama la atención el reducido número de
casos de hipoplasia del esmalte (n = 8), un marcador de
estrés inespecífico que suele aparecer de manera más abundante en otras poblaciones de esta misma cronología, como
en la necrópolis islámica de la Villa Romana de Alters en
Valencia (Polo y García 2005: 460)
En cuanto al resto de patologías resaltan los signos artrósicos, presentes en diferentes huesos de 10 individuos
317
La maqbara de Humanejos (Parla, Madrid)
318
y asociados en ciertas ocasiones a otros signos degenerativos como los nódulos de Schmorl (Fig. 5d). El resto de
caracteres son más anecdóticos, como los traumatismos o
las fracturas con signos de curación halladas en una clavícula, un cráneo y un metatarso de tres individuos distintos.
Otro caso interesante fue hallado en el fémur izquierdo de
un adulto que presentaba una importante osteomieleitis
con una deformación en el volumen del hueso así como un
absceso de gran tamaño en la parte dorsal (Fig. 5b). Una
patología muy similar se documentó en el fémur izquierdo
de un varón procedente del yacimiento medieval de Les
Mesquites en Castellón, en el que un análisis radiológico
determinó que la infección fue provocada por un traumatismo anterior (Bel Marza 1993: 335). Por último, otra vez
vuelven a ser muy escasos los llamados marcadores de estrés inespecífico como la cribra orbitalia y femoral, halladas
solamente en dos individuos, con una prevalencia de 0,03.
Ésta es, sin embargo, mucho más elevada en otras poblaciones contemporáneas como en la maqbara de San Nicolás
en Murcia (0,58) o en la de La Torrecilla en Granada (0,27)
(Robles et al. 1995: 114).
También son relativamente abundantes los llamados
marcadores de actividad que se encuentran en los huesos
tanto de extremidades superiores como inferiores. Son
más numerosos los hallados en las inferiores (13 individuos) en forma de peine en las rótulas y calcáneos (Fig.
5c) o de engrosamiento de la línea áspera en los fémures,
que estarían todos ellos relacionados con largas caminatas.
En las extremidades superiores también se encuentran en
forma de engrosamiento en húmero, cúbito y radio (7 individuos). Aunque el número de individuos sexados es bastante reducido, no parece que exista diferenciación entre el
tipo de actividades llevadas a cabo por mujeres y hombres.
Otro grupo interesante lo componen las posibles marcas
de actividad halladas en los dientes de al menos siete individuos adultos, dos de ellos masculinos y los otros cinco indeterminables. Se encuentran, sobre todo, en los incisivos
centrales y caninos superiores en forma de desgaste atípico,
más acusado en la cara lingual de la pieza, y que no estaría
producido por la mecánica normal de masticación (Fig. 5a).
Estas marcas podrían estar por lo tanto producidas por la
utilización de los dientes como herramienta de trabajo, por
ejemplo del cuero (Verdene-Flechier 1975). El llamado
signo de Cordonier ha sido observado en otras necrópolis
medievales, como en la de Santo Tomás de Mendraka (Vázquez y de la Rúa 1991: 136) o la de Los Castros de Lastra
en Caranca, Álava (Izaguirre et al. 1991: 142).
Por último se han detectado algunos signos de interés no patológico en varios individuos, resultando los más
numerosos los huesos sesamoideos de manos y pies, presentes en diez individuos. Además otros tres casos tenían
huesos wormianos, un carácter epigenético que se presenta
en forma de huesos supernumerarios, más frecuentemente
en la sutura lambdática. Finalmente, tan solo tres personas
tenían perforación olecraneana, una variante de la normalidad que tradicionalmente se asocia a las mujeres, pero que
en esta muestra se encuentra también en varones.
IV. CONCLUSIONES
Los trabajos arqueológicos nos han permitido excavar
en toda su extensión una maqbara andalusí. Es probable que
esta necrópolis fuese consecuencia del abandono de la cercana necrópolis de época visigoda, cuya datación, a partir
del estudio preliminar de sus materiales, apunta a una cronología para sus fases más antiguas entre los siglos VI y VII.
A tenor del análisis de las orientaciones de la maqbara, los
primeros enterramientos que se practicaron fueron aquellos que ocupaban fosas con orientación W-E, de probable
cronología emiral. El posterior desarrollo de la maqbara sigue el rigor de la normativa jurídica malikí: estrechas fosas
excavadas en el terreno, con orientación SW-NE, en donde
los finados son dispuestos en decúbito lateral con la cabeza
orientada hacia la Meca. En algunas sepulturas se han documentado cierres con tablones de madera longitudinales
o bien pequeñas tablillas colocadas a lo ancho. La ausencia
de ajuares o de otros elementos muebles y la homogeneidad de las sepulturas a lo largo de los siglos en este tipo de
maqäbir generan importantes dudas a la hora de plantear
dataciones con cierta certeza.
En esta necrópolis se han analizado 64 individuos, de
los cuales 50 son adultos, 13 no-adultos y uno indeterminable, siendo por lo tanto el índice de juventud de 0,20.
Dentro de los no-adultos, tan solo uno es perinatal, tres
son infantiles I, dos infantiles II y siete juveniles, algo que
no se corresponde con lo que cabría esperar en una población con un régimen de mortalidad antiguo en el que,
entre otras cosas, los muertos durante el primer año de
vida deberían ser mucho más elevados. El sexo, que sólo
ha podido ser determinado en 13 adultos ha resultado en
ocho hombres y cinco mujeres a los que también se les ha
podido estimar la estatura dando una media de 162 cm en
los primeros y 156 cm en los segundos.
En cuanto al estado de salud de esta población hay que
señalar que el 65% de los individuos presentaban al menos
un signo patológico. La patología más abundante es la oral,
presente en 34 individuos, sobre todo las caries (n = 24).
El resto de signos detectados, aunque menos abundantes
David Urquiaga Cela, Raúl Flores Fernández, Ana Mercedes Herrero Corral, Gloria Ojalvo de Miguel, Armando González Martín
que los anteriores, están relacionados sobre todo con procesos degenerativos y traumáticos. Por último cabría destacar la presencia de marcadores de actividad sobre todo
en extremidades inferiores que indicarían largas marchas
y en los incisivos centrales y caninos superiores de varios
individuos que podrían relacionarse con la utilización de
los dientes como herramienta de trabajo.
La maqbara se encuentra junto a la antigua vía de comunicación que conectaba la ciudad de Toledo con la villa
de Madrid. El camino tomó relevancia a finales de la Edad
Media, si bien no debemos descartar que ya tuviese cierta consideración o una variante a partir de época tardoantigua a tenor de los yacimientos altomedievales documentados: desde Madrid transitaría por los enclaves de la
Colonia del Conde de Vallellano (Carabanchel), Fuente la
Mora y Arroyo Culebro (Leganés), Loranca (Fuenlabrada),
las Dehesillas (Parla), Prado Viejo (Torrejón de Velasco),
Cubas de la Sagra, y desde aquí orientar su recorrido hacia
el oeste, hacia Carranque y el Guadarrama, en donde enlazaría con la vía 24 del Itinerario de Antonino, en dirección a
la ciudad regia.
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ÍNDICE
Presentación ................................................................................................................. 9
CAPÍTULO I, Juan Zozaya: Arqueólogo, Medievalista y Museólogo
Los animales en piezas islámicas del Museo Arqueológico Nacional
Juan Zozaya ........................................................................................................... 13
Juan Zozaya (1939-2017), historiador, islamista, arqueólogo
Leonor Zozaya-Montes ...................................................................................................25
Juan Zozaya y la arqueología medieval española
Manuel RetuerceVelasco, Javier Rodrigo del Blanco, Álvaro Soler del Campo .........................................29
A note on the mounted falconer
Jerrilynn Dodds ..........................................................................................................47
Juan Zozaya. Una memoria personal
Edward Cooper ........................................................................................................ 57
CAPÍTULO II, Museología
Juan Zozaya Stabel-Hansen: un análisis de sus posicionamientos críticos en torno a los museos
Javier Mateo de Castro ................................................................................................ 63
Museos arqueológicos y arqueología medieval: el largo camino hacia la visibilidad
Rubí Sanz Gamo ...................................................................................................... 69
El tiempo en la exposición museística
William S. Kurtz ...................................................................................................... 75
Los profesionales de los museos arqueológicos estatales: panorámica de los últimos cincuenta años
Javier Rodrigo del Blanco ............................................................................................. 81
CAPÍTULO III, Arqueología Tardoantigua yVaria Arqueológica
Venus ¿Ocaso o metamorfosis?
Pilar Fernández Uriel ................................................................................................ 91
Actualización y visión crítica sobre los antecedentes preislámicos en la provincia de Soria
Eusebio Dohijo ........................................................................................................ 99
Piezas tardías del coleccionismo antiguo en el radio de Ulaca (Solosancho, Ávila)
María Mariné Isidro .................................................................................................107
Colección visigoda emeritense: pasado, presente y futuro
Trinidad Nogales Basarrate ........................................................................................115
El origen de las intervenciones arqueológicas en Calatrava la Vieja (Carrión de Calatrava, Ciudad Real)
Miguel Ángel Hervás Herrera, Manuel RetuerceVelasco ............................................................121
509
Rodrigo Amador de los Ríos, arqueólogo
Luis J. Balmaseda Muncharaz ......................................................................................... 129
Las excavaciones en la fortaleza de Gormaz (Soria) y la introducción en España del Harris Matrix System
Mertxe Urteaga y Manuel Retuerce .................................................................................137
Anatomía de la tierra. La importancia de la medicina para el desarrollo de métodos científicos y
enfoques históricos en arqueología
Barbara Sasse-Kunst .................................................................................................145
CAPÍTULO IV, Arqueología Cristiana
Antiguas pautas de asentamiento en el yacimiento de L’Esquerda (Osona, Barcelona): un ejemplo
de arqueología diacrónica
Imma Ollich i Castanyer, Montserrat de Rocafiguera i Espona ...................................................... 155
Lamps and lighting in Catalonia from late antiquity to the early fourteenth century
Philip Banks ..........................................................................................................161
La arqueología medieval, fuente básica para el estudio de la primera etapa del manso, unidad del
poblamiento aislado en la Catalunya del s. XI
Assumpta Serra Clota ................................................................................................167
El testar mudéjar de la Casa del Tiente de Benavente (Zamora)
Hortensia Larrén Izquierdo ..........................................................................................175
510
Las torres pentagonales en proa del reinado de Alfonso VIII de Castilla. Un nuevo modelo defensivo
de finales del siglo XII
José Javier de Castro Fernández .....................................................................................185
El armamento arrojadizo medieval de Calatrava la Vieja: el área 33
Alejandro Floristán García ..........................................................................................195
Entre la arqueología, la leyenda y la historia: El Santo de Alcaraz
Aurelio Pretel Marín .................................................................................................203
Armamento medieval en Albacete
José Luis Simón García .............................................................................................211
Construcción y maestros de obra barceloneses en la Baja Edad Media
Mª. Carmen Riu de Martín .........................................................................................221
Producción de moneda falsa en el castillo de Alarcos en el siglo XIV
Manuel Mozo Monroy, Antonio de Juan García ....................................................................229
Ceramiche architettoniche indite dalle Marche: San Prospero a Petritoli (FM)
Sauro Gelichi ...................................................................................................... 237
La hidráulica en el Císter femenino castellano: Santa María de Vileña, San Andrés de Arroyo
y San Vicente de Segovia. Una aproximación
Ester Penas González ..............................................................................................245
Una inscripción de un retablo en la ermita de San Baudelio (Casillas de Berlanga, Soria)
Elías Terés Navarro ..................................................................................................253
CAPÍTULO V, Arqueología Islámica
Sobre la conquista islámica del noroeste peninsular: recientes aportaciones
José Avelino Gutiérrez González .....................................................................................261
A propósito de la conquista islámica y los territorios del Ifranj: la ciudad de Tarragona
Joan Menchón Bes ...................................................................................................269
La red de faros en Catalunya oriental, un dispositivo andalusí de torres atalayas
Ramón Martí, Mª. Mercè Viladrich .................................................................................277
Investigación arqueológica en Cabeza de la Torre y El Castillejo (Masegosa).
Un sistema de fortificaciones de los primeros emires en la serranía de Cuenca
Michel Muñoz García, Santiago David Domínguez-Solera, Jesús Francisco Torres Martínez ..................... 285
Vascos: ¿de centro metalúrgico a recinto militar?
Ricardo Izquierdo Benito ....................................................................................................... 293
Revisando Pechina y el antecedente de las cerámicas vidriadas islámicas en al-Andalus
Elena Salinas .........................................................................................................299
En delà et en deçà des murailles, des biens communs à tous: traces d’une organisation
collective à Madrid (IXe-XIe siecles)
Christine Mazzoli-Guintard .........................................................................................307
La maqbara de Humanejos (Parla, Madrid)
David Urquiaga Cela, Raúl Flores Fernández, Ana Mercedes Herrero Corral,
Gloria Ojalvo de Miguel, Armando González Martín ..............................................................313
El porta-candil árabe de Malbuger Vell (Mahón, Menorca)
Guillerm Rossello.....................................................................................................321
De almunia en almunia. Fiestas y juergas en la Córdoba omeya
Eduardo Manzano Moreno ..........................................................................................325
Hornos de barras documentados en la Península ibérica
Paula Garrido Amorós ................................................................................................. 331
Un edificio singular del barrio andalusí de la Arrixaca, Murcia. Ritual de fundación y
análisis de su planta.
Alfonso Robles Fernández ............................................................................................337
A necrópole do Ribāt da Arrifana (Aljezur, Portugal). MárioVarela Gomes, RosaVarela Gomes.................343
New discoveries at Qusayr ‘Amra: archaeology of construction during the umayyad eriod
Ignacio Arce ..........................................................................................................353
El servicio de mesa para líquidos en el Garb al-Andalus: jarras e jarritas – jarras e bilhas
Susana Gómez Martínez, Sandra Cavaco, Catarina Coelho, Jaquelina Covaneiro, Isabel Cristina Fernandes,
Ana Sofia Gome, Mª. José Gonçalves, Isabel Inácio, Marco Liberato, Gonçalo Lopes, Constança dos Santos,
Jacinta Bugalhão, Helena Catarino ................................................................................... 363
El arrabal de Funtanālla, origen, organización y evolución de un centro alfarero de época islámica
Mª. Carmen Íñiguez Sánchez ........................................................................................373
511
Aguamanil zoomorfo de bronce
Carmen Barceló ......................................................................................................381
La fortaleza de asedio andalusí en el Cerro del Bú de Toledo.
Juan Manuel Rojas Rodríguez-Malo, AlejandroVicente Navarro, Lourdes López Martínez,
Jesús Martín Alonso, Patricia MoragaVaz ............................................................................387
Aportación al catálogo de moneda andalusí
Salvador Fontenla Ballesta...........................................................................................397
Astrolabios en los reinos taifas de Toledo y Valencia: arte, ciencia y precisión en al-Andalus
Azucena Hernández Pérez ...........................................................................................403
Algunas cuestiones de arqueología del Garb al-Andalus
Susana Gómez Martínez .............................................................................................409
Identidad beréber y arabización: el caso de los ziríes de Granada
Bilal Sarr .............................................................................................................417
El castillo de Ulldecona: evolución de la fortificación andalusí
Toni ForcadellVericat .................................................................................................425
El jarrito metálico con tapadera de la Plazuela de Chirinos (Córdoba) (siglos XII-XIII d.C.)
Rafael Azuar..........................................................................................................433
Algunas observaciones sobre la destilación en al-Andalus: nuevos hallazgos de alambiques almohades
Laura Aparicio, Pilar Lafuente, Elena Salinas .....................................................................439
512
Mqābriyya almorávide aparecida en Cerrado de Calderón (Málaga): análisis arqueológico y epigráfico.
Mª. Antonia Martínez Núñez, Carmen Peral Bejarano .............................................................447
Alguns dados demográficos sobre a Silves islâmica, em torno do relato do “Cruzado anónimo” e não só
Maria José Gonçalves ....................................................................................................... 455
Pulsera de oro (Aspe, Alicante)
Ana Labarta ..........................................................................................................463
A propósito de la importación de cerámicas nazaríes a Ceuta: azules cobaltos y lozas doradas del silo
de la calle David Valverde Soriano
José Manuel Hita Ruiz, FernandoVillada Paredes .................................................................469
La fortificación de la ciudad palatina de la Alhambra: una singularidad
Jesús Bermúdez López ................................................................................................477
La guerra de Granada y las pinturas de la iglesia de Santiago en Capilla, Badajoz
Álvaro Soler del Campo ..............................................................................................483
El estudio de los capiteles andalusíes y magrebíes: ¿pasatiempo de ociosos?
Patrice Cressier .......................................................................................................491
Medio físico y sociedades humanas. Las zonas húmedas del antiguo reino de Granada.
Un debate desde la arqueologia del paisaje.
Antonio Malpica Cuello ................................................................................................ 497
Tabvla Gratvlatoria ......................................................................................................507
A.E.A.M.