Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                
Gaceta Ecológica ISSN: 1405-2849 gaceta@ine.gob.mx Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales México Gibson, Clark G.; Mckean, Margaret A.; Ostrom, Elinor Bosques, gente y gobierno Gaceta Ecológica, núm. 58, 2001, pp. 3-16 Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales Distrito Federal, México Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=53905801 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto Bosques obierno osques,, g ente y ggobierno obierno.. Algunas lecciones teóricas iniciales* Clark G. Gibson, Margaret A. McKean y Elinor Ostrom D e los trabajos que recopilamos en People and fo- usuarios de los bosques no están atrapados en una rest. Communities, institutions, and governance po- inevitable carrera por cortar árboles. Muchos de los demos desprender varias lecciones. La primera y más dueños de los bosques en Kumaon, Nepal y en Bolivia importante es que los usuarios locales de los recursos han dedicado muchas horas a debatir entre sí sobre forestales pueden ejercer más control sobre los incen- las causas del deterioro del bosque que ellos perciben tivos a los que se enfrentan, de lo que frecuentemen- y a proponer reglas alternativas por consideración ha- te se describe en los libros de texto sobre políticas cia otros en su comunidad. Durante años han experi- para el sector. Como lo sostiene McKean (2000), los mentado reglas para definir quién podría utilizar los 1 N ÚM ERO 5 8 3 bosques de la localidad, qué productos maderables y están siempre en estado de indefensión y que no cuándo podrían recolectarse, qué tipo de herramien- pueden hacer nada por sí mismos en lo que respecta tas se permitirían usar, cómo podría cuidarse el bos- a la degradación del recurso. Los argumentos de Mc- que y qué sanciones podrían imponerse a quienes Kean ( ibid.) se apo yan en lo s caso s exito so s que rompieran las reglas comunitarias. Como resultado de tienden a seguir principios de diseño como: el esta- lo anterior, muchos de estos usuarios superaron los blecimiento de límites claramente definidos, el dise- dilemas que tuvieron para lograr una forma de auto- ño de reglas equitativas para compartir los costos y gobierno que les permitiera manejar sus bosques me- los beneficios, establecer dispositivos efectivos de mo- jor que algunos de sus vecinos y que muchos gobier- nitoreo para imponer sanciones graduales, y crear nos y empresas forestales en sus países. Por ello, mu- organizaciones mayores integrando unidades meno- chos de estos casos demuestran que la propiedad co- res dentro de organizaciones más grandes. munitaria puede resultar una forma eficiente de dere- Por otra parte, hemos aprendido nuevamente que cho de propiedad en relación con los recursos de uso las acciones locales tienen un alto grado de variabili- común (RUC) 2, como lo sostiene McKean, más que dad. Existen casos en donde los miembros de algunas considerarlos fuente de ineficiencia, como aún lo afir- comunidades son incapaces de percibir la creciente m an lib ro s escasez de sus bosques, no logran crear reglas efecti- de textos y artículos sobre la política para los recursos vas para contrarrestar los incentivos de la recolección naturales (véase, por ejemplo, Banco Mundial, 1991). excesiva y no pueden hacer cumplir sus propias re- Los casos analizados nos permiten afirman con glas. Los usuarios de bosques en Loma Alta, Ecuador, solidez contra la presuposición, ampliamente acep- y algunas de las comunidades en la India y en Nepal tada, de que los usuarios de los recursos naturales no han tenido éxito en diseñar e implementar reglas 4 m uc ho s G A C ETA EC O LÓ G IC A en el ámbito local que les permitan controlar efectiva- A cierto nivel resulta sencillo dar una explicación mente la cantidad de productos forestales. Dadas es- teórica. Los usuarios en el ámbito local no invertirán tas diferencias recurrentes en cuanto a la efectividad en mejorar sus instituciones locales si no creen que de las organizaciones locales, se presentan importan- los beneficios que recibirán (en términos de una pro- tes interrogantes para los analistas de cuestiones polí- ducción más sostenible, productos forestales más di- ticas así como para aquellos interesados de manera versos, reducción de la erosión, o un mejor suminis- más amplia en la teoría de la acción colectiva: ¿qué tro de agua) por diseñar instituciones locales más efec- factores ayudan a explicar estas diferencias entre las tivas no excederá el gasto inicial, así como los costos comunidades en cuanto a sus capacidades para dise- continuos que implica el manejo diario de los bos- ñar, alterar e implementar instituciones para su auto- ques. Las instituciones locales afectan la probabili- gobierno? ¿Por qué algunas comunidades pueden or- dad de que participantes abusen o se aprovechen de ganizarse desde un principio? ¿Por qué algunas po- los resultados de los esfuerzos de otros y aumenta la blaciones continúan experimentando nuevas reglas de probabilidad de beneficios positivos. Sin embargo, las manera que alcanzan a ser relativamente eficientes y mismas instituciones, son costosas de manejar y con- obtener resultados sustentables? ¿Por qué algunas co- servar. De tal manera que la pregunta central para los munidades se niegan a cambiar sus diseños institu- miembros de una comunidad de usuarios de recur- cionales que, aunque una vez exitosos, fracasan cuando sos es si los beneficios de organizarse superan a los varían las condiciones ambientales externas? Estas pre- costos. Explicar por qué algunas comunidades se or- guntas son muy difíciles de contestar. Muchas combi- ganizan eficazmente mientras que otras no requiere naciones de variables afectan el establecimiento ini- que entendamos los beneficios y costos de este tipo cial de nuevos arreglos institucionales, así como el de o rganizació n, tal co mo lo s perciben diferentes esfuerzo por adoptar y experimentar nuevas reglas a miembros de la comunidad. Así, una comprensión fin de encontrar el conjunto adecuado de incentivos teórica de la acción colectiva local depende de vincu- dado la situación ambiental y cultural así como el en- lar los costos y beneficios de invertir en instituciones torno institucional más amplio en el que se inscriben. locales con las decisiones tomadas dentro de arreglos Como resultado de haber trabajado juntos en la cons- de elección colectiva en una comunidad. trucción del programa de investigación denominado Una parte importante de la explicación de por qué International Forestry Resource and Institution ( IFRI, algunos usuarios vencen los dilemas que enfrentan por sus sigla en inglés) hemos comenzado a desarro- en el uso de sus recursos lo forma una teoría abstrac- llar una mejor comprensión teórica de la diversidad de ta de los beneficios y costos de la acción colectiva factores que parecen afectar las decisiones que to- local. Una pregunta más práctica es cuáles variables man los usuarios locales acerca de si invierten o no (o empíricas afectan estos costos y beneficios. Ahora la continúan invirtiendo) en acciones colectivas. Debe tarea se vuelve más ardua. Muchas variables poten- destacarse que estas inversiones resultan costosas. In- cialmente pueden afectar los beneficios y los costos volucran a usuarios enfrascados en largos y a veces de la acción colectiva. Tratar de identificarlas es una acalorados debates acerca de si están cortando made- tarea importante para los analistas de políticas. Si se ra en exceso, a quién se debe culpar de ello, qué pueden establecer relacio nes empíricas, ento nces reglas deben cambiar, si las normas que tienen las puede ser posible diseñar políticas públicas que re- comunidades vecinas son mejores que las suyas y cómo duzcan algunos de los costos e incrementen ciertos pueden lograr que se cumpla con estas reglas. beneficios de forma que más usuarios locales supe- N ÚM ERO 5 8 5 ren los dilemas que enfrentan en el uso de sus recur- A2. Común acuerdo: los usuarios tienen una ima- sos. Con base en el trabajo de muchos especialistas gen compartida de los bosques (atributos R1, R2, R3 (McKean, 2001; Wade, 1994; Schlager, 1994; Tang, y R4 ya mencionados) y cómo sus acciones producen 1992; Ostrom, 1990, 1992a, 1992b; Baland y Plateau, efectos sobre los demás y en el bosque. 1996; Ostrom, Gardner y Walker, 1994) es posible A3. Tasas de descuento: la mayoría de los usua- comenzar a reconocer los factores que múltiples es- rios tiene una tasa de descuento lo suficientemente tudiosos han identificado como promotores de la pro- baja en relación con los beneficios futuros que po- babilidad de que quienes usan los recursos forestales drán obtenerse del bosque. se organicen ellos mismos en primera instancia, y A4. Credibilidad y reciprocidad: los usuarios con- continúen experimentando con reglas revisadas a fin fían unos en otros para mantener sus promesas y es- de evitar las pérdidas sociales asociadas con reglas tablecer una relación de reciprocidad entre ellos. en uso ineficientes que tiene que ver con los recursos A5. Autonomía: los usuarios son capaces de de- de propiedad común. Ostrom divide estos factores en terminar reglas de acceso y recolección sin que las dos grupos. El primero se refiere a los atributos de un autoridades externas ordenen lo contrario. recurso, el segundo a las características de los usuarios de tales recursos. A6. Experiencia organizativa previa y liderazgo local: quienes se apropian de los recursos han aprendido, al menos, habilidades mínimas de organización ATRIBUTOS DEL RECURSO: y liderazgo a través de la participación en otras aso- R1. Mejoras posibles: no se percibe que el bosque ciaciones locales o sabiendo la forma en que los gru- se halle en un nivel de deterioro tal que resulte útil pos vecinos se han organizado. organizarse o subutilizar las pequeñas ventajas que resultan de la organización. Ambos conjuntos de variables pueden afectar los R2. Indicadores: el cambio en calidad y cantidad co sto s y beneficio s de lo s individuo s que deben de- de productos forestales proporciona información con- cidir si invierten sus recurso s en la co nstrucció n o fiable y válida sobre la situación general del bosque. en la mejo ra de las institucio nes lo cales relacio na- R3. Predecibilidad: la disponibilidad de produc- das co n sus bo sques. Po r ejemplo , si lo s usuario s tos forestales es relativamente predecible. lo cales no creen po sible que sus bo sques mejo ren R4. Localización espacial, terreno y extensión: el aún po r el esfuerzo co lectivo exito so que realicen bosque es lo suficientemente pequeño, dado el terre- lo s individuo s ( R1) resultará po co pro bable que se no, la transportación existente, y la tecnología de co- o rganicen en primer lugar o inviertan esfuerzo para municaciones como para que los usuarios pueden mejo rar sus reglas. La dificultad para predecir lo s desarrollar un conocimiento preciso de las fronteras patrones de crecimiento en un bosque ( R3) hace que externas y los microambientes internos, y constru- resulte muy co sto so para cualquiera el descifrar re- yan dispositivos de monitoreo a bajo costo. glas efectivas que limiten la reco lecció n de manera sustentable. Si lo s usuario s no co nfían en que lo s ATRIBUTOS DE LOS USUARIOS: demás mantendrán sus pro mesas ( A4) , tienen que A1. Importancia: los usuarios dependen de los esperar pagar gasto s para o bligar a su cumplimiento bosques para una parte importante para su subsis- más alto s, lo que implica que usarán parte o to do s tencia (o para otras variables de importancia para lo s beneficio s que pudieran o btener. Ostro m discu- ellos). tió co n cierta pro fundidad có mo estas variables in- 6 G A C ETA EC O LÓ G IC A teractúan afectando lo s beneficio s y lo s co sto s de la rear el uso de los bosques o hacer cumplir las reglas acció n co lectiva lo cal. locales en los juzgados. También vemos que no existe Junto con las variables mencionadas, para las cua- una relación marcada en los estudios sobre sistemas les existen vínculos teóricos relativamente claros entre de riego autoregulados. Tang (1992) no encontró rela- la variable y los costos y beneficios como los perciben ción estadística alguna entre el tamaño del grupo y las los usuarios, existen dos atributos adicionales para variables de funcionamiento. En el análisis de Lam quienes hacen uso de los recursos para los que hay (1998) de un sistema de irrigación mucho más grande una considerable discusión teórica. Son lo que se re- en Nepal, que cuenta hasta con 475 miembros, tam- fieren al tamaño del grupo y a la heterogeneidad de poco halló ninguna relación significativa entre la can- quienes los utilizan. Las discusiones teóricas se han tidad de agricultores y el funcionamiento de las varia- llevado a cabo teniendo como base el trabajo funda- bles. En el trabajo de Varughese (2000), donde el cional de Mancur Olson (1965) que sostiene que los número de usuarios va de 79 a 750, el autor encontró grupos más pequeños tienen que enfrentar costos de que la cantidad de unidades familiares por hectárea transacción menores y por ello es probable que supe- de área boscosa no da lugar a una diferencia sistemá- ren mejor los problemas de la acción colectiva que los tica en la organización o en el funcionamiento de la más grandes (véase también Buchanan y Tullock, 1962; acción colectiva. Como resultado, los estudios empíri- Baland y Platteau, 1996, Cernea, 1989; para una opi- cos desafían la suposición de que los grupos peque- nión diferente, Hardin, 1982). Pero como resulta del ños es probable que se organicen mejor y que tengan trabajo de Agrawal (2000) los grupos pequeños pue- éxito en tal empresa. den estar en desventaja cuando tienen que utilizar de La razón por la cual algunos estudiosos sostienen manera ordenada suficientes recursos para monito- que el tamaño se encuentra relacionado negativa- N ÚM ERO 5 8 7 mente con la posibilidad que los usuarios superen Muchas de las variables mencionadas antes se ven los dilemas de la autoorganización para administrar fuertemente afectadas por los regímenes de gobierno un recurso común es que presuponen que los grupos nacionales de los que forman parte los bosques. Estos más grandes probablemente sean más heterogéneos gobiernos pueden facilitar la organización local al pro- que los menores. Así, con frecuencia la heterogenei- porcionar información precisa sobre los sistemas de dad por sí misma se considera un detrimento de la recursos naturales, ofrecer ámbitos donde los partici- autoorganización. Marcus Olson (1965), por otra par- pantes pueden establecer contactos y procesar la reso- te, reconoció la posibilidad de que los grupos en donde lución de conflictos así como proporcionar mecanis- hay heterogeneidad considerable pueden resultar pri- mos para respaldar los esfuerzos locales de monitoreo vilegiados si quienes tiene mayores intereses econó- y sanciones. La formación de coaliciones locales de micos y poder iniciaran una acción colectiva para pro- organizaciones no gubernamentales, donadores inter- teger sus propios intereses. Aquellos con menores bie- nacionales y élites políticas favorablemente dispues- nes podrían considerarse con capacidad para “ go- tas dan lugar a una gran diferencia en cómo los usua- rrear” las contribuciones de quienes tienen una ma- rios locales pueden ser capaces de organizarse efecti- yor cantidad de activos. Este argumento fue presen- vamente (Silva, 1994; Blair, 1996). De esta manera, los tado de manera rigurosa por Bergstrom, Blume y Va- usuarios de los recursos forestales en los regímenes rian (1986) y obtuvo un apoyo experimental modes- macropolíticos que facilitan sus esfuerzos tienen más to de parte del trabajo de Chan et al. (1996). Por otra posibilidades de desarrollar instituciones locales exi- parte, Dayton-Johnson y Bardhan (1998) sostienen tosas que quienes viven en sistemas que ignoran por que la desigual valoración puede ser benéfica dentro completo el problema de los recursos o, en el otro ex- de márgenes estrechos pero dañina si estos últimos tremo, creen que todas las decisiones acerca del go- son amplios. Un estudio empírico realizado por Moli- bierno y la administración deben ser tomadas por el nas (1998) apoya la noción de que la relación entre gobierno nacional. Cuando las reglas son impuestas desigualdad en el ingreso y efectividad de los grupos por extraños sin consultar a quienes van a ser los más locales es curvilínea. afectados, es muy posible que los usuario locales se 3 Desgraciadamente para quienes gustan de las ex- vuelvan ladrones, más que cooperantes hacia los re- plicaciones sencillas de la conducta social, es un con- cursos que de otra forma habrían manejado de forma junto muy grande de variables —12 en to tal— el sostenible y tratarán de evadir a las autoridades exter- que po tencialmente afecta lo s cálculo s de co sto -be- nas a la comunidad. neficio de lo s usuario s de recurso s. Y para empeo rar Aunque los conceptos de beneficio y costos son las co sas, más allá de estas 12 variables existe un relativamente sencillos, no hay una variable única (o número mayo r de ellas identificadas en la literatura inclusive dos o tres) que proporcione una relación relacio nada co n po líticas y que alguno s especialis- empírica sólida con tales conceptos teóricos. Cuando tas so spechan que influyen so bre las tasas de defo - todos los beneficios y costos pueden ponerse en térmi- restación. Incluyen explicaciones tan populares como nos monetarios la operacionalización y la prueba de la densidad de po blació n, la dispo nibilidad de nue- una teoría es mucho más sencilla que cuando muchas vo s vínculo s para la transpo rtació n, la dispo nibili- variables no monetarizadas afectan los cálculos de dad de sustituto s para pro ducto s maderables y el costo-beneficio que realizan los participantes. Además, aumento en el valo r de la madera y de o tro s recur- realizar pruebas en relación con la importancia relati- so s del bo sque. va de más de una docena de variables distintas que 8 G A C ETA EC O LÓ G IC A tienen que ver con Por ejemplo, en la posibilidad de los el estudio de Agra- usuarios locales para wal (2000) los usua- organizarse y reorga- rios del bosque en nizarse a fin de re- Kumaon debían de solver problemas re- percibir una mejora lativos a los dilemas viable en las condi- que tiene que ver cio nes de lo s bo s- con los bienes comu- ques (R1) que trata- nes no es algo que b an d e m ane jar pueda hacerse co n para que no tuvie- el co njunto de lo s ran que ser obliga- casos que se anali- do s a o rganizarse. zan en Gibson et al. Como se ve en la in- (2000). Una explora- fo rmació n pro po r- ción y una prueba a cionada por este tra- fondo requerirían un bajo todos los bos- número mayo r de ques tiene al menos estudio s individua- cierta biomasa ma- les. Una prioridad en derable y alguno s c uanto a nuestro s cuentan actualmen- estudios actuales y te con un nivel sig- futuro s es o btener nificativo de biodi- mejores mediciones versidad. Lo s fun- de estos conceptos y cionarios de los con- examinar su peso relativo para explicar la aparición y sejos forestales realizan evaluaciones periódicas de continuidad de las organizaciones locales en el mane- las condiciones de los bosques antes de decidir so- jo de los bosques. Y la creación de la red de investiga- bre los niveles de cosecha anuales (R2), lo cual es ción IFRI está diseñada exactamente para permitirnos particularmente cierto para el más exitoso de estos contar con un cuerpo de datos mucho mayor para consejos. Evidencia del uso ilegal de productos fo- este tipo de análisis comparativos realizados de forma restales puede dar como resultado el despido del guar- rigurosa. Pero los casos analizados en People and fo- dabosques que el consejo tiene contratado. La posi- rests... proporcionan cierta confianza extra de que bilidad relativamente alta de predecir los productos muchas de estas variables resultarán vínculos impor- forestales (R3), no varía mucho entre los bosques de tantes entre los complejos ambientes donde viven los Kumaon y por ello no tiene un papel importante en usuarios de estos recursos y donde deben tomar deci- la explicación de las diferencias entre las comunida- siones complicadas y los conceptos abstractos de cos- des. En el estudio de Agrawal las comunidades más to y beneficio de la acción colectiva. Vamos a ilustrar pequeñas que intentaban administrar un bosque es- cómo algunos de estos conceptos son revisados en pacialmente disperso (R4) fueron las que enfrenta- muchos de los capítulos de Gibson et al. ( op. cit. ). ron las mayores dificultades para desarrollar disposi- N ÚM ERO 5 8 9 tivos de monitoreo de bajo costo cubriendo grandes los atributos mencionados antes. Una implicación distancias. obvia pero importante es que la localización espa- Como lo señala Agraw al ( op. cit. ) los bosques cial, la extensión y el terreno que ocupan de los bos- juegan un papel crítico en las actividades producti- ques (R4) es un aspecto crítico para la construcción vas de los habitantes de Kumaon (A1). Sin el forraje, de regímenes de manejo exitosos ya sea que la ges- los fertilizantes, la leña y la madera para construc- tión se lleve a cabo a través de grupos locales o del ción que proviene de estas zonas boscosas, a veces a gobierno central. costos bajos, los habitantes de las serranías encon- Lo s bo sques de Lwamunda, Mbale y Bukaleba, trarían extremadamente difícil subsistir en este am- pro tegido s po r el go bierno ugandés so n muy am- biente. Y todas las comunidades tienen la autoridad plio s, co n límites extenso s que co rren a lo largo de para establecer consejos de poblado con considera- terrenos no gubernamentales. Para hacer cumplir las ble autonomía (A5). La mayoría de estas poblacio- leyes nacionales que restringen la recolección de pro- nes comparten los restantes atributos considerados ducto s fo restales de estas reservas, el departamento como conducentes a la autoorganización. De hecho, fo restal necesitaría una gran cantidad de perso nal e, todas las comunidades que estudió Agrawal se ha- idealmente, mejo res medio s de transpo rte. Debido a llan organizadas y funcionando en algún grado. Lo que el Estado es incapaz de pro po rcio nar lo s recur- que su estudio aporta a nuestra comprensión es la so s suficientes para hacer esto realidad, la gente de importancia de igualar el tamaño del grupo con el manera rutinaria explo ta estas zo nas. Su eno rme ex- del ecosistema para superar los problemas de segui- tensió n ayuda a que se co nviertan en recurso s de miento. Un grupo requiere ser lo suficientemente gran- acceso abierto. Por otra parte, la reserva Echuya ayu- de como para movilizar recursos adecuados para un da al departamento co n cuidado lo que reduce lo s programa efectivo de monitoreo que haga frente a co sto s del patrullaje. Aunque extenso , este bo sque quienes caen en la tentación de romper las reglas tiene un so lo camino cerca de allí, lo que facilita el comunitarias y que en su caso pueda sancionarlos. mo nito reo . Si una localidad pequeña y relativamente pobre tie- Los atributos que influyen sobre la toma de deci- ne todo un bosque completo que patrullar, enfrenta siones también pueden ayudar a entender por qué costos continuos de monitoreo y forzar al cumpli- los bosques privados de Namungo no se encuentran miento de las reglas a costos más altos que una po- sobreexplotados. Con límites pequeños y un sendero blación más grande con niveles parecidos de ingreso alrededor, la familia Namungo y su personal pueden por hogar que es al final capaz de movilizar un grupo patrullar fácilmente el cotorno de esta área. Namun- de trabajo mayor para monitorear quién está hacien- go también evita los costos asociados con los atribu- do uso del bosque. De esta manera, el estudio de tos de los usuarios que se hallan en situaciones de Agragal nos ayuda a comprender cómo el tamaño del bienes comunes. Como único propietario, no tiene grupo de usuarios puede tener una relación curvilí- que superar las diferencias entre él y los otros dueños nea con respecto a la probabilidad de una autoorga- relacionados con la importancia (A1), el común acuer- nización exitosa. do (A2), o la confianza (A5). La propiedad individual Por su parte, aunque Banana y Gombya-Ssemba- hace que otros atributos cobren importancia, como jjwe (2000) no tratan el tema del autogobierno en los la tasa de descuento (A3): si la tasa de descuento de bosques de propiedad comunitaria, las lecciones que Namungo cambia, puede elegir aclarar su bosque sin se derivan de su trabajo destacan la importancia de sufrir los costos asociados con la toma de una deci- 10 G A C ETA EC O LÓ G IC A sión en el ámbito grupal. vas al uso de los bosques, los pobladores locales no Como en el trabajo de Banana y Gombya-Ssem- han buscado invertir en la construcción de institu- bajjwe, el análisis de Schweik (2000), demuestra que ciones para administrar dichos recursos naturales. El las características del bosque afectan su manejo. El funcionario forestal de distrito no quiere ceder el con- área de bosque gubernamental de Shaktikhor es ex- trol de las reglas de recolección a las comunidades tensa pero se localiza en un terreno de difícil acceso locales. con una infraestructura de transporte limitada. Esto En el caso de Loma Alta, Ecuador, analizado por hace que el monitoreo que realiza el personal del Gibson y Becker (2000) encontramos muchos de los Departamento de bosques sea costoso y difícil, lo que atributos de los usuarios que podrían reducir los cos- da como resultado un patrón de obligatoriedad cen- tos de la autoorganización local. Destaca en este sen- trado sólo en áreas que son fácilmente accesibles para tido el que la comunidad tiene completa autonomía los vehículos. local así como una amplia experiencia organizativa Algunos atributos de los usuarios de estos bos- anterior. De hecho, la comunidad se ha organizado ques son de buen agüero para la aparición de institu- sola para obtener beneficios de los bienes públicos ciones locales exitosas. Todos los individuos en el área locales. dependen de los bosques para su subsistencia, inclu- Sin embargo, la ubicación de los bosques contri- yendo forraje, combustible, productos alimenticios y buyó a dos problemas que han impedido a que Loma madera. La mayoría de las personas también com- Alta diseñe y haga cumplir las reglas sobre la explo- parten una común acuerdo sobre el papel que juegan tación excesiva del bosque. Muchos de sus residen- los bosques y su uso, aún cuando dichos usos pue- tes no realizan normalmente el recorrido para reco- den ser desiguales (debido al sistema de castas). Los ger madera de sus bosques por lo que continúan ima- pobladores perciben el deterioro boscoso y recono- ginándose que éste es más grande de lo que resulta cen la necesidad de hacer algo para frenarlo. Pero en realidad. Estas personas no comparten la visión como no tienen autonomía para fijar las reglas relati- común de los problemas a los que se enfrenta el uso N ÚM ERO 5 8 11 de este recurso debido a la incursiones de los usua- habitantes de la comunidad participaron en un es- rios vecinos, su propia recolección en exceso y los fuerzo científico por medir la cantidad de agua cap- vínculos entre la floresta y el suministro de agua. tada por los bosques y después filtrada hacia sus Además, la gran distancia que hay entre la comuni- propias fuentes subterráneas de agua. La comuni- dad y el bosque sólo aumenta los costos de cualquier dad y la ONG realizaron también un video sobre su esfuerzo por tratar de monitorear el uso del bosque. bosque que permite que la mayoría de los miembros La cantidad de grupos en Loma Alta que utilizan de la co munidad cuente co n una visió n diferente el bosque por diferentes razones implica también cos- acerca del valo r de este recurso , el peligro de su tos altos para cualquiera que busque construir pla- sobreexplotación y de los beneficios que pueden al- nes de manejo efectivos de este recurso. El punto de canzar si encuentran un modo efectivo de preservar vista de los cortadores de madera es distinto al de los parte de este bien para el futuro. Con este tipo de campesinos y recolectores de paja toquilla. Y pocos ayuda externa, la perspectiva común de los benefi- de estos grupos entienden su impacto sobre las con- cios y costos cambió en la comunidad, y se constru- diciones del bosque. De esta forma, un común acuer- yeron reglas para regular el uso de los bosques y do acerca del bosque ha estado relativamente ausen- alcanzar un modelo más sostenible. te en el caso de Loma Bonita. El ejemplo demuestra que no existe una relación Es interesante destacar que después de nuestra fija entre el tamaño, la localización y la forma de un visita inicial de investigación, Becker regresó a la zona bosque y las percepciones que los individuos tienen como parte de un esfuerzo organizado por una ONG acerca de tales variables. La relación entre percepción local para ayudar a que los pobladores establecieran y realidad es en sí misma potencialmente alterable a una reserva en su valioso recurso (Becker, 1999). Los través de la acción colectiva. Pero cuando un bosque 12 G A C ETA EC O LÓ G IC A se encuentra a una distancia considerable, este factor El estudio de Varughese (2000) de 18 comunida- físico aumenta la dificultad para lograr un acuerdo co- des ofrece una prueba directa de si una de las expli- mún de los beneficios posibles e incrementa los costos caciones populares sobre la deforestación sirve para de alcanzar la acción colectiva local exitosa. comprender las diferencias en las condiciones de los El análisis de Becker y León (2000) muestra cla- bosques en las áreas rurales de Nepal. Una de esas ramente que las características de los yucararé les explicaciones “ obvias” de por qué muchos países en- han permitido, hasta fechas recientes, crear y conser- frentan actualmente deforestaciones masivas es el in- var instituciones que dieron como resultado el mane- cremento poblacional. Como Varughese encontró que jo exitoso de sus bosques comunitarios. De hecho, se más del 65 % de los bosques cuyas condiciones están podría afirmar que los yucararé poseían todas los atri- mejorando también tienen un crecimiento poblacio- butos de los usuarios: dependían en gran medida del nal por encima del promedio y que un 55 % de los bosque, tenían una perspectiva común acerca de este bosques cuya situación está empeorando tiene un cre- bien (acerca de cómo utilizarlo, qué plantas atraen a cimiento demográfico en sus habitantes por debajo de los animales de caza, y que actividades se necesitan la media, el autor concluye que no existe una relación para administrar el bosque), pensaban permanecer general entre crecimiento poblacional y condiciones en el lugar, compartían una distribución similar de de los bosques en estas 18 comunidades (véase tam- intereses, en buena medida confiaban unos en los bién Fairhead y Leach, 1996) cuya evidencia se opone otros, diseñaron sus reglas sin la interferencia de ex- a este enunciado. Por otra parte, este estudioso en- traños y poseían una larga historia de organización. cuentra un fuerte apoyo para la afirmación de Mc- Estas características les ayudaron a reducir los costos Kean de que las instituciones de bienes comunes pue- que enfrentaron en la construcción y mantenimiento den resultar con frecuencia más efectivas que otras de un conjunto de instituciones que los han apoyado formas de propiedad para los commons, y en particu- a ellos y a sus recursos boscosos por siglos. lar para los recursos forestales. El autor también halla La aparición recientemente de una industria ma- un alto nivel de asociación entre el grado de actividad derera comercial cerca de los yuracaré afectó a algu- colectiva que existe en una comunidad y la condición nos de estos atributos que a su vez pueden influir de su foresta. Esta actividad se manifiesta de maneras sobre la capacidad del grupo para manejar sus bosques. El mercado de la madera permitió que algunos individuos del grupo étnico ganen más que otros, afectando su común acuerdo, la distribución de sus intereses y sus niveles de confianza mutua. Con el continuo crecimiento urbano en el área, la tasa de descuento del bosque puede también verse reducida con el tiempo. Conforme aumentan los costos asociados a estos atributos, la capacidad de los yuracaré para mantener lo que previamente eran instituciones exitosas se ve desafiado. N ÚM ERO 5 8 13 grupos más diversos y también más exitosos han creado diversas formas de membresía de tal m an e ra q u e quienes tienen intereses diferentes pueden participar de forma distinta. Por ejemplo, en un grupo lo s dueño s de las tiendas de té tienen una gran demanda de madera para combusinnovadoras para hacer frente, por ejemplo, a grupos tible pero poco tiempo para dedicarse al monitoreo y de usuarios de gran tamaño. La creación de subcomi- la conservación del bosque. Este grupo creó una ca- tés y subgrupos para coordinar a las grandes membre- tegoría especial de membresía a través de la cual sías fue una forma de lograrlo. Y en su estudio mayor, quienes no pueden participar pagan más por su mem- Varughese (1999) examina también cómo la heteroge- bresía y pagan por la madera que obtienen sin tener neidad afecta la posibilidad de acción colectiva y las que integrarse activamente en las actividades fores- mejores condiciones de los bosques. Analiza el impac- tales. La otra categoría obtiene el beneficio de los to de las disparidades en riqueza, distancia del bos- fondos que pueden destinar a una variedad de fines que, y la cantidad de mujeres en puestos de decisión comunitarios, incluyendo monitores forestales y se- en los grupos forestales, así como las diferencias en siones de entrenamiento extra. Así, contar con sufi- etnicidad en las probabilidades de mayores niveles de ciente autonomía para desarrollar sus propias reglas acción colectiva organizada. Lo que encontró es del y experimentar con ellas a lo largo del tiempo es, en mayor interés. Mientras que existen ejemplos de gru- verdad, una cualidad importante con la que cuen- pos heterogéneos en muchas de sus características tan en gran medida los grupos exitosos de usuarios que son muy exitosos en su organización local, otros en Nepal y en la India. Conforme más y más apren- sólo lo son moderadamente, y hay otros que no han demos sobre estos grupos, y por qué unos tienen sido capaces de producir ninguna organización efecti- más éxito que otros será posible llevar a cabo una va. En otras palabras, no existe una relación clara investigación aún más sistemática relacionada con la entre heterogeneidad y organización exitosa. importancia relativa de los rasgos discutidos antes Varughese también encuentra que los grupos au- conforme afectan los beneficios y los costos percibi- toorganizados más heterogéneos han desarrollado dos de la acción colectiva. También será posible in- varios tipos de dispositivos institucionales ingeniosos formar mejor a quienes diseñan políticas públicas a fin de reducir la potencial divisibilidad que emana acerca de las estructuras de apoyo institucional que de su heteregeneidad. Como resultado, varios de los podrían ayudar a un manejo forestal participativo. 14 G A C ETA EC O LÓ G IC A NOTAS Baland, J. M. y J. P. Platteau, 1996. Halting Degradation of natural resources: Is there a role for rural communities? Clarendon Press, Oxford. Banana, Abwoli Y. y William Gombya-Ssembajjwe, 2000. * T O M A D O de: C. Gibson, Elinor Ostrom y Margaret McKean, 2000. «Forest, people and governance: some initial theoretical lessons». En C. Gibson et al., 2000, pp. 227-42. T R A D UC C IÓ N de Raúl Marcó del Pont Lalli. 1 Véanse los trabajos que aparecen en C. Gibson et al., 2000. 2 Successful forest management: the importance of security of tenure and rule enforcement in ugandan forests. En Gibson, C. et al., pp. 87-98. Becker, Constance D., 1999. Protecting a garúa forest in Ecuador: The role of institutions and ecosystem valuation. Ambio 28(2) (marzo): 156-61. Becker, C. Dustin y Rosario León, 2000. Indigenous forests Seguimos aquí la traducción de Ostrom, 2000 realizada por el FCE. Hemos usado en otra parte del texto como sinónimo bienes comunes o commons. management in the bolivian amazon: lessons from the yuracaré people. En Gibson, C. et al., pp. 163-91. Bergstrom, T., L. Blume y H. Varian, 1986. On the private provision of public goods. Journal of Public Economics 29: 25-49. También aquí optamos por la mencionada traducción del Blair, Harry, 1996. Democracy, equity, and common pro- FCE, esto es, gorrón para free- rider, haciendo referencia a perty resources management in the indian subcontinent. Development and Change 27(3): 475-99. 3 quienes viven por cuenta de otros. Buchanan, James M. y Go rdo n Tullo ck, 1962. The calculus of consent. University of Michigan Press, Ann BIBLIOGRAFÍA Arbo r. Cernea, Michael, 1989. Users groups as producers in participatory afforestation strategies. World Bank Discus- Agrawal, Arum, 1994. «Rules, rule making, and rule breaking: examining the fit between rule systems and resources use». en Ostrom, E., Roy Gardner y James Walker , pp. 267-82. ———, 2000. Small is beautiful, but is larger better? Forest-management institutions in the Kumaon Himalaya, India. En Gibson, C. et al., pp. 57-85. N ÚM ERO 5 8 sion Papers N° 70. World Bank, Washington D.C. Chan, K.S., S. Mestelman, R. Moir y R. A. Muller, 1996. The voluntary provision of public goods under varying income distributions. Canadian Journal of Economics 19: 54-69. Gibson, Clark y C. Dustin Becker , 2000. A lack of institutional demand: why a strong community in western 15 Ecuador fails to protect ist forest. En C. Gibson et al. , pp. 135-161. Dayton-Johnson, J. y P. Bardhan, 1998. Inequality and conservation on the local commons: a theoretical exercise. Working Paper. Department of Economics, Uni- versity of California, Berkeley. Fairhead, James y Melisssa Leach, 1996. Misreading the ———, 1992b. The rudiments of a theory of the origins, survival, and performance of common-property institutions. Making the commons work: theory, practice, and policy . Daniel W. Bromley et al. (eds.), pp. 293318. ICS Press, San Francisco. ———, en prensa. Reformulating the commons. The commons revisited: an american perspectiva. Johanna african landscape: society and ecology in a forest- Burger, Richard Norgaard, Elinor Ostrom, David Poli- savanna mosaic. Cambridge University Press, Cam- cansky y Bernanrd Goldstein (eds.). Island Press, Washington, D.C. bridge. Gibson, Clark, Margaret A. McKean y Elinor Ostrom, 2000. People and forests. Communities, institutions and governance . The MIT Press, Cambridge y Londres. Hardin, Russsell, 1982. Collective action . Johns Hopkins University Press, Baltimore, MD. Lam, Wai Fung, 1998. Governing irrigation systems in Nepal: institutions, infraestructure, and collective action . ICS Press, Oakland, CA. McKean, Margaret A., 2000. Common property: What is it, what is it good for, and what makes it work? en Gibson, C et al., 2000, pp. 27-55. Molinas, José, 1998. The impact of inequality, gender, external assistance and social capital on local-level collective action. World development 26(3): 413-31. Olson, Mancur, 1965. The logic of collective action: public goods and the theory of groups. Harvard University Press, Cambridge. (Hay traducción al español: La ———, Roy Gardner y James Walker, 1994. Rules, games, and common-pool resources. University of Michigan Press, Ann Arbor. Schlagel, Edella, 1990. Model specification and policy analysis: the governement of coastal fisheries. Tesis de doctorado. Indiana University, Blomington. Schweik, Charles, 2000. Optimal foraging, institution, and forest change: a case from Nepal. En C. Gibson et al. , pp. 99-134. Silva, Eduardo, 1994. Thinking politcally about sustainable development in the tropical forests of Latin America. Development and change 25(4): 697-721. ———, 1997. The politics of sustainable development: native forest policy in Chile, Venezuela, Costa Rica y Mexico. Journal of Latin American Studies 29: 457-93. Tang, Shui Yan, 1992. Institutions and collective action: self-governance in irrigation . ICS Press, San Francisco. Varughese, George, 1999. Villagers, bureaucrats, and lógica de la acción colectiva. Bienes públicos y la forests in Nepal: designing governance for a complex teoría de grupos. Limusa Noriega Editores, México, 1992) . resource. Tesis de doctorado. Indiana University, Bloomington. Ostrom, Elinor, 1990. Governing the commons: the evolution of institutions for collective action . Cambridge ———, 2000. Population and forest dynamics in the hills University Press, New York. (Hay traducción al espa- of Nepal: institutional remedies by rural communities. En Gibson, C et al., pp. 193-226. ñol: El gobierno de los bienes comunes. La evolución Wade, Robert, 1994. Village republics: economics conditio- de las instituciones de acción colectiva. F.C.E., México, 2000) . ———, 1992a. Crafting institutions for self governing irrigation systems. ICS Press, San Francisco. ns for collective action in South India. ICS Press, San Francisco. World Bank, 1991. The forest sector. World Bank Policy Paper. World Bank, Washington, D.C. Clark C. Gibson. Profesor asistente en ciencia política en la Universidad de Indiana e investigador asociado al Center for the Study of Institutions, Population, and Environment Change de dicha casa de estudios. Correo-e: ccgibson@ ucsd.edu. Margaret A. McKean. Miembro del Departamento de ciencias políticas de la Nicholas School of the Environment en la Universidad de Duke. Tel.: 919-660-4340. Correo-e: mamckean@ duke.edu Elinor Ostrom. Codirectora del Workshop in Political Theory and Policy Analysis, del Center for Study of Institutions, Population, and Environmental Change (CIPEC) y profesora de la cátedra «Arthur F. Bentley» en Ciencia política en la Universidad de Indiana. Correo-e: ostrom@ indiana.edu. Para mayor información, consulte: www.indiana.edu/ ~ workshop, que cuenta con una gran cantidad de textos en línea e información general sobre el IFRI y commons. Indiana University, 513 North Park Bloomington, IN 47408-3895. Tel.: 812-855-0441. Fax: 812-855-3150. Correo-e: workshop@ indiana.edu I L UST R A C IO N ES : Chatwin, B., 1993. Photographs and notebooks. Jonathan Cape. Londres. 16 G A C ETA EC O LÓ G IC A