Comunicar, nº 45, v. XXIII, 2015 | Revista Científica de Educomunicación | ISSN: 1134-3478; e-ISSN: 1988-3293
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Uso de las TIC y mediación parental
percibida por niños de Chile
ICT Use and Parental Mediation Perceived by Chilean Children
Dra. Llarela Berríos es Profesora Investigadora de la Universidad de los Andes en Santiago (Chile)
(llarela.berrios@uandes.cl) (http://orcid.org/0000-0002-0716-8610).
Dra. María-Rosa Buxarrais es Catedrática del Departamento de Teoría e Historia de la Educación de la
Universidad de Barcelona (España) (mrbuxarrais@ub.edu) (http://orcid.org/0000-0002-7511-3814).
María-Soledad Garcés es Profesora Investigadora de la Universidad de los Andes en Santiago (Chile)
(sgarces@uandes.cl) (http://orcid.org/0000-0003-4233-2321).
RESUMEN
El uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) se ha ido masificando en los últimos años, modificando los
hábitos de comunicación, aprendizaje, entretenimiento y de socialización. Hemos investigado sobre los hábitos de los menores
con dichas herramientas, además de su percepción de la mediación parental en este terreno. Se presenta un estudio exploratorio,
en el que se emplea metodología «ex post facto» descriptiva por encuesta, con un cuestionario como instrumento de recolección
de datos aplicado a 422 niños/as de 9-12 años de colegios privados de Santiago de Chile. Los resultados indican que las TIC
forman parte de la vida cotidiana para la mayoría de los niños/as. A pesar de no apreciarse diferencias significativas, en edad y
género, se encontraron comportamientos de riesgo entre las características de uso y en la percepción de la mediación parental,
por lo que vislumbramos la necesidad de implementar programas de intervención sobre mediación parental en el uso de las TIC,
para así promover un uso seguro, responsable y ético de las tecnologías de la información y la comunicación. De los resultados
deriva la reflexión en cuanto a la importancia de formar y fomentar desde temprana edad en el uso idóneo de las TIC, considerando que estas herramientas son utilizadas de forma cada vez más transversal y homogénea entre los más jóvenes.
ABSTRACT
The use of Information and Communication Technologies (ICTs) has extended to all contexts of our lives in the last few years,
modifying our communication, learning, entertainment and socialization habits. The aim of the present research is to investigate
about primary-age children’s habits with these tools, as well as these children’s perception of parental mediation in this area. In
this study we used an ex post facto descriptive methodology by survey. A questionnaire was applied for data recollection to 422
children of private schools in Santiago de Chile aged between 9 and 12 years old. The results point to an early access to electronic devices and the transversal and homogeneous use during childhood. There is no doubt that ICTs play an active role in
daily life for most of these children. No significant differences in age or sex were detected in our study, but we encountered risky
behaviours in how children use ICTs and in their perception of parental mediation. The complexity becomes more evident the
more time they have with electronic devices connected to the Internet without adult supervision. This finding raises the need for
the application of intervention programs on parental mediation of children’s use of ICTs in order to promote a safe, responsible
and ethical use of these tools.
PALABRAS CLAVE | KEYWORDS
Educación primaria, menores, mediación parental, control parental, riesgos, competencias digitales, investigación educativa.
Elementary education, minors, parental intervention, parental control, risks, digital competencies, educational research.
Recibido: 02-06-2014 | Revisado: 05-08-2014 | Aceptado: 17-01-2014 | Preprint: 15-04-2015 | Publicado: 01-07-2015
DOI http://dx.doi.org/10.3916/C44-2015-17 | Páginas: 161-168
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1. Introducción y estado de la cuestión
Los avances tecnológicos han irrumpido en la vida
cotidiana: comunicarse, leer noticias han sido digitalizados. Pero el aumento más significativo del uso de las
tecnologías de la información y la comunicación (TIC)
ocurre precisamente entre la población más joven. Los
menores están expuestos desde muy pequeños a las
TIC (Lepicnik & Samec, 2013) y las usan sin formación específica (Area, Gros & Marzal, 2008). Son
miembros activos de la «e-society» (MacPake, Sthepen
& Plowman, 2007), que posee una elevada digitalización, lo que les dota con «hiperconectividad» y ubicuidad, generándose una brecha digital entre niños y
adultos. Si bien, el uso de las TIC comporta varias
ventajas, conlleva además una serie de riesgos para los
menores.
Aquí analizamos el uso de las TIC y la mediación
parental percibida por los niños y niñas entre los 9-12
años. En el estudio se abordaron cuatro de las tecnologías más utilizadas por los menores (Internet, televisión, videojuegos y teléfono móvil). Se investiga sobre
las características de su uso (frecuencia semanal, lugar,
compañía y tiempo) y sobre la mediación parental en
el tema (horarios, actividades y contenidos). Además,
se examinaron las variables categóricas edad y sexo.
1.1. Niños y TIC
Diversos estudios (Gutnick, Robb, Takeuchi &
Kotler, 2010; Bringué & Sádaba, 2008; Sádaba &
Bringué, 2010; Bringué, Sádaba & Tolsá, 2011) han
puesto de manifiesto algunos datos preocupantes referidos al uso de Internet por parte de los niños. Según
ellos, el 80% de niños entre 5-9 años navega regularmente y el 60% y 70% admite navegar solo.
En Chile, el estudio realizado por Bringué y
Sádaba (2008) ofrece datos sobre los riesgos a los que
se exponen los niños en Internet, señalando que un
5% de los usuarios de 10 años ha accedido ocasionalmente a páginas pornográficas y un 13% a contenidos
violentos. Estudios más recientes (Bringué, Sádaba &
Tolsá, 2011) establecen que más de la mitad de los
niños entre 6-9 años son usuarios autónomos. Además, cifran en un 30% el número de menores que utiliza redes sociales como Facebook. Otro dato preocupante es que los menores de 10 años expresan haber
conocido físicamente a un amigo virtual, comportamiento apreciable en el 50% de los niños y en el 33%
de las niñas. Si bien Internet es una herramienta útil
para el desarrollo de los menores, algunos especialistas
(Bringué & Sádaba, 2008; Bringué, Sádaba & Tolsá,
2011; García & Bringué, 2007; Garmendia, Casado,
Martínez & Garitaonandia, 2013; Livingstone, 2013)
han presentado los riesgos de la exposición a Internet
sin la compañía ni la formación adecuada, como violencia, pornografía, adicción y ciberacoso, entre otros.
Otro medio utilizado por los niños es la televisión.
Se podría pensar que la irrupción de las tecnologías que
permiten interactividad, ubicuidad y movilidad, reemplazarían su uso. Sin embargo, un estudio reciente, elaborado por Mediametrie y Eurodata TV, para la octava
edición de «Kids TV Report: Trends & Hits in Children’s Programming in France, Germany, Italy, Spain &
the UK» (2013), de Mediametrie y Eurodata TV, señala
que el consumo televisivo diario de los menores europeos entre 4 y 12 años durante el año 2012 es de 2 horas
16 minutos. Mientras que los resultados de las investigaciones chilenas (CNTV, 2010; CNTV, 2012a;
CNTV, 2012b) apuntan a que el consumo televisivo
promedio de los niños entre 4-12 años es de cuatro
horas diarias. Si bien esta cifra supone prácticamente el
doble que la de sus coetáneos europeos, lo inquietante
es que el 78,2% consume programación para adultos.
Sobre este tema, diversos autores destacan que el acceso a contenido inadecuado puede derivar en problemas
conductuales por la falta de formulación de temáticas y
estructuras apropiadas, la escasa madurez y capacidad
de asimilación de los menores.
Por otra parte, el uso de los videojuegos es una
práctica muy extendida entre los niños. Son programas
de ocio multiplataforma (ordenador, consolas, móviles) (García & Bringué, 2007), cuya variedad de estructura narrativa y esquemas de interactividad permiten al usuario adaptarse a su ritmo y estilo (Rangel,
Ladrón-de-Guevara, Goncalves & Zambrano, 2011).
Esto mismo ha permitido a los niños y niñas acceder a
los videojuegos precozmente. Así lo demuestra el estudio de Lloret, Cabrera y Sanz (2013): en España el
90% de los menores entre 6-9 años juega con videojuegos. En Chile, un 57% de los niños tiene esta afición (Bringué & Sádaba, 2008). Sobre la edad y sexo
de los videojugadores chilenos, Bringué, Sádaba y
Tolsá (2011) concluyen que a los 6 años de edad, el
70% ya es usuario, sin evidenciar diferencias en función del sexo, mientras que entre los 7-10 años esta
cifra aumenta en los niños y disminuye en las niñas. Es
importante destacar que a través de esta actividad se
potencia la adquisición de competencias digitales, las
cuales favorecen su vinculación con el ámbito educativo. Algunos estudios señalan que los videojuegos poseen cierta carga de violencia cuya exposición reiterada puede derivar en: aumento de hostilidad, falta de
empatía e incremento de agresividad (Rojas, 2008),
pero quizás sean otras las variables que contribuyan al
aumento de la agresividad en los niños.
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Finalmente, en los últimos años el teléfono móvil
padres sobre las actividades que realizan en Internet,
ha llegado a formar parte de la vida cotidiana de los
mientras que un 36% considera ser vigilado por sus
menores: «En Europa, uno de cada tres móviles está
progenitores a la hora de navegar. Asimismo, admiten
en manos de un menor de edad. En España, la mitad
que las actividades prohibidas en Internet son: comde niños/as entre 11 y 14 años dispone de él» (García
pras on-line (47%) y dar información personal (46%).
& Bringué, 2007: 111). En esta misma línea, el estudio
Por otro lado, actividades como chatear, descargar
transnacional realizado en Japón, India, Indonesia,
archivos y jugar son prohibidas a un 7% de los menoEgipto y Chile (Livingstone, 2013), indica que: un
res. Finalmente, solo el 3% de los encuestados afirma
65% de los menores entre 10-18 años tiene acceso a
que sus padres les prohíben acceder a una red social.
un teléfono móvil, el 81% posee un móvil nuevo y el
Por lo anterior, adquiere gran importancia la media20% tiene «smartphone». En Iberoamérica más de la
ción parental debido a que los padres establecen critemitad de los niños entre 6-9
años es usuario de la telefonía
móvil (Bringué, Sádaba &
Por su incidencia en el desarrollo cognitivo, se propone que
Tolsá, 2011). En Chile, los
estudios concluyen que los
las escuelas para padres promuevan la formación en el uso
menores tienen su primer móvil alrededor de los 10 años.
idóneo de las tecnologías, con una mirada segura, ética,
No obstante, entre los 6-9
integradora y responsable, de tal forma que puedan regular
años el 54% ya es usuario, cuyas principales actividades son
el tiempo de exposición de sus hijos frente a una pantalla y
jugar y hablar con porcentajes
similares entre niños y niñas
supervisar los contenidos de Ias TIC.
(Bringué, Sádaba & Tolsá,
2011; Livingstone, 2013). Esto
corrobora que el uso del teléfono móvil por parte de los niños
chilenos se inicia precozmente. Por tanto, es fundamenrios de seguridad y responsabilidad para el uso adetal que los adultos promuevan pautas de uso seguro y
cuado de las TIC e influyen en el desarrollo y adquiresponsable con el fin de evitar riesgos como: adicción,
sición de conductas apropiadas en el uso de las TIC
ciberacoso, «grooming», «sexting», entre otros.
(Livingstone & Helsper, 2008).
1.2. Mediación parental y TIC
La masificación del uso de las TIC durante la última década ha producido una serie de cambios sociales. Prueba de ello es que desde la literatura la generación actual recibe diversas denominaciones: nativos
digitales, «e-society», generación «touch» y generación
«multipantalla» (MacPake, Sthepen & Plowman,
2007; Prensky, 2011). Estos menores han crecido utilizando las TIC, mientras los adultos han aprendido
sobre la marcha, ocasionando una brecha digital entre
ambas generaciones. Probablemente, el desconocimiento sobre el efecto del uso de las TIC sea el motivo
de la escasa preocupación de algunos padres, quienes
se limitan a controlar el tiempo y obvian contenidos
que requieren mediación parental (Garitaonandia &
Garmendia, 2009; Garmendia, Casado, Martínez &
Garitaonandia, 2013; Livingstone, Haddon, Görzig &
Ólafsson, 2010). En esta línea, el estudio realizado en
Chile (Bringué, Sádaba & Tolsá, 2011) concluye que
un 50% de los niños afirma ser preguntados por sus
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2. Material y métodos
2.1. Muestra e instrumento
La muestra es de tipo intencionada y corresponde
a N=422 (el 50,5%, varones; el 49,5%, mujeres) entre 9-12 años, con una media de 9,8 años y una desviación típica de 0,906 años. La media en varones es
de 9,86 años, con una desviación de 0,931. En mujeres, los valores son 9,74 y 0,878, respectivamente.
Pertenecen a 4°, 5° y 6° básico de 5 colegios privados
de Santiago de Chile.
Se elaboró un cuestionario en el que se recopiló la
siguiente información: datos sociodemográficos (edad,
sexo, curso, colegio); uso de las TIC que hacen los
niños/as de 9-12 años (frecuencia semanal, ubicación,
compañía y tiempo); mediación parental percibida en
el uso de las TIC (horarios, actividades, y riesgos).
2.2. Diseño
Es un estudio de carácter exploratorio mediante
metodología «ex post facto» descriptiva por encuesta,
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de tipo empírico analítico. Antes de aplicar el
cuestionario, se sometió
a una prueba de fiabilidad. La que arrojó
α=0,87, considerada
satisfactoria. Fue validado por dos especialistas
y se procedió a aplicar la
prueba piloto a 30 niños/as para modificar las
preguntas que inducían
a error. La versión definitiva se aplicó durante
el año escolar 2013, los
participantes respondieron el cuestionario en
sus clases de forma anónima, previo consentimiento de sus apoderados.
3. Análisis y resultados
Se efectuó un análisis estadístico descriptivo con frecuencias y porcentajes
utilizando el programa estadístico SPSS (versión 21.0).
Para contrastar las variables independientes (edad y
sexo) se realizó la prueba de Χ2.
3.1. Uso de las TIC que hacen niños y niñas de 9
a 12 años
En la tabla 1 se presenta la información proporcionada por la muestra, sobre la frecuencia semanal,
lugar, compañía y tiempo de uso de las TIC. Los resultados evidencian que la mitad de los niños navega por
Internet cualquier día de la semana, que más de un
tercio realiza esta conexión desde cualquier lugar y,
finalmente, la mayoría accede sin tutela. Un dato importante a destacar es la baja cantidad de menores que
usa Internet en compañía de sus padres. Por otro lado,
el tiempo de uso no presenta variaciones entre los
menores que permanecen conectados sin límite de
tiempo y aquellos que se conectan menos de una hora
al día.
En el consumo televisivo, la gran mayoría ve televisión cualquier día de la semana y esta actividad es
realizada preferentemente desde el salón del hogar,
actividad realizada principalmente con la compañía de
sus hermanos/as. Es importante destacar que el 37,2%
afirma que ve televisión el tiempo que quiere.
Sobre el uso de los videojuegos, prácticamente no
existen diferencias entre los menores que juegan cualquier día de la semana, aquellos que solo juegan los
fines de semana y festivos, y quienes nunca juegan. Sin
embargo, la mayoría realiza esta actividad en la sala de
estar y principalmente sin compañía. Solo dos niños
juegan con los padres. En el tiempo de uso diario, los
resultados son homogéneos: el 29,6% indica que
puede jugar menos de una hora, y el mismo porcentaje
afirma que puede jugar el tiempo que quiera. El teléfono móvil es utilizado por más de la mitad de los
niños cualquier día de la semana desde cualquier lugar
y principalmente sin restricción del tiempo, sin embargo, es destacable que un 32,5% indique no usarlo.
3.2. Mediación parental percibida en el uso de las
TIC
Respecto a la mediación parental percibida por los
menores, los principales resultados se aprecian en la
tabla 2.
Sobre la imposición de horarios, en las actividades
relacionadas con el uso las TIC, la mitad de los menores indica no tener horarios para usar el ordenador y
navegar por Internet y ver televisión. En este aspecto,
la restricción horaria se evidencia preferentemente en
el uso de videojuegos. Mientras que en actividades de
la vida diaria (hacer deberes, dormir, comer y cenar),
la mayoría indica tener horarios establecidos.
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En relación a las actividades que son permitidas en
el uso de Internet, la mayoría de los menores indican
que sus padres les conceden: entrar a redes sociales
(Facebook), subir fotos y vídeos, descargar películas y
vídeos, ver vídeos desde YouTube, estar mucho tiempo conectado y jugar on-line. Mientras que las actividades que les prohíben al navegar por Internet son:
comprar, llenar formularios con datos personales y
contactar con personas desconocidas.
Los resultados evidencian conductas de riesgo,
acceder a redes sociales como Facebook, considerando que los sujetos de la muestra son menores de 13
años, edad mínima para crear un perfil en dicha página, a la que se accede mediante un formulario con
datos personales. Además, en esta página es fácil contactar con desconocidos. Las otras actividades, como
subir fotos y vídeos,
descargar archivos
multimedia, reproducir
vídeos desde YouTube, estar mucho
tiempo conectado y
jugar on-line, conllevan ciertos riesgos, a
saber: acceder a contenido inadecuado
(violencia, pornografía), entregar información personal en la
red, adicción y establecer contacto con desconocidos. Por tanto,
existe una contradicción, de la cual se desprende cierto desconocimiento sobre los
peligros que estas actividades implican en la
vida de los menores.
Sobre los programas de televisión, la
mayoría de los menores indica que sus padres les permiten ver
programas en la noche, telenovelas y noticias. Por otro lado, los
programas prohibidos
consisten en programación adulta y de
contenido altamente
violento. En estos re© ISSN: 1134-3478 • e-ISSN: 1988-3293 • Páginas 161-168
sultados se produce una dicotomía, ya que la programación permitida posee contenidos para adultos, además de presentar violencia explícita o implícita en algunos casos.
En cuanto a la mediación parental percibida en los
videojuegos, es importante destacar la alta frecuencia
de menores que señalan que pueden jugar solos, y más
de la mitad indica no tener restricción parental para los
juegos violentos. Por otro lado, se aprecian indicadores
de conductas de riesgo, un 46,4% que afirma tener
consentimiento parental para jugar mucho tiempo y un
31,5% manifiesta que puede jugar con desconocidos
on-line. Por otra parte, la mayoría de los menores admite conversar con sus padres sobre los riesgos de las
TIC. Esto ocurre con mayor frecuencia en cuanto al
contacto con personas desconocidas.
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3.3. Edad y sexo en el uso de las TIC
Para analizar la influencia de «edad» y «sexo», se
realizaron pruebas Chi-cuadrado en tablas de contingencia, que prueban la asociación entre las variables
estudiadas. Al emplear «edad» con cuatro categorías
(9, 10, 11 y 12 años) no se cumplen las condiciones
para realizar las pruebas (valores mínimos esperados
de 5 por celda). Para resolverlo, se agrupa «edad» en
dos bloques 9-10 y 11-12 años, aunque cada categoría
tiene dos edades y ello variaría el verdadero comportamiento entre las variables. Con esta agrupación, se
cumplen las condiciones en la mayoría de las pruebas.
A pesar de la significación estadística, es conveniente
señalar que el 53,5% no son significativas. Al presentarse significaciones, estas debieran acentuarse al aumentar la muestra.
Al cruzar la variable «sexo» con puntuaciones de
las TIC, el 96% no presenta significación. No obstante, existe un grado significativo en las actividades de
«ver vídeos en YouTube» [(Χ2=4,170; GL=1; p=
0,041)], y la percepción de habilidades digitales que
consideran tener respecto a su familia, amigos y profesores [(Χ2=8,056; GL=3; p=0,045)]. La significación en el caso de los varones es levemente superior al
de las mujeres.
4. Discusión y conclusiones
Los resultados de las características de uso de las
TIC analizadas (frecuencia, lugar, compañía y tiempo)
evidencian que el uso de Internet es generalizado en
los menores encuestados, la mitad de ellos accede
cualquier día de la semana, y más de un tercio se
conecta desde cualquier
lugar. Esto refleja un cambio respecto al lugar de
conexión en los últimos
años. Este cambio se fundamenta en la masificación de los dispositivos
3G, los cuales aportan
ubicuidad e hiperconectividad, características importantes para los menores de esta generación.
Respecto a la compañía a
la hora de navegar en
Internet, el 58,3% admite
que navega solo. Solo un
9,8% de los menores utiliza Internet en compañía
de sus padres y además el
36,7% navega sin límite de
tiempo. Ante esto se concluye que la exposición a
Internet sin la supervisión y mediación parental presenta riesgos (Casado, Martínez & Garitaonandia,
2013; Livingstone, 2013).
En cuanto al consumo televisivo, los resultados
indican que el 70% ve televisión cualquier día de la
semana, aunque es importante señalar que esta actividad es realizada principalmente en el salón y son
acompañados preferentemente por sus hermanos. Estos aspectos son beneficiosos para los niños, si el televisor se encuentra en un espacio común. Además, si
están acompañados, existen menos posibilidades de
que los menores accedan a contenido inadecuado. Sin
embargo, el 37,2% afirma que ve televisión sin límite
de tiempo, resultados que van en la línea de los publicados por CNTV (2012a).
Respecto al teléfono móvil, los resultados señalan
que la mayoría de los niños posee un dispositivo móvil,
que más de la mitad de los menores utiliza uno, cualquier día de la semana y desde cualquier lugar, y que
lo hace principalmente sin límite de tiempo. Esto se
corrobora con los datos aportados por Bringué,
Sádaba y Tolsá (2011) y por Livingstone (2013), quienes reafirman la necesidad de la mediación parental
en el uso del móvil debido a las conductas de riesgo
que reflejan los datos obtenidos.
De acuerdo a la mediación parental percibida en
el uso de las TIC, los resultados muestran que la mitad
de los menores no tienen horarios establecidos por sus
padres para usar el ordenador e Internet y ver televisión. Aunque, en el uso de videojuegos se evidencia
restricción horaria. La fijación de horarios es funda© ISSN: 1134-3478 • e-ISSN: 1988-3293 • Páginas 161-168
mental para establecer límites, además de colaborar
con el uso adecuado de las TIC, contribuye en la prevención de conductas de riesgo.
En relación a las actividades que pueden realizar
en Internet con autorización parental, es de remarcar
el alto porcentaje de niños con acceso a redes sociales
(Facebook), «subir fotos y vídeos, descargar películas y
vídeos, ver vídeos desde YouTube, estar mucho tiempo conectado y jugar on-line. Y por el contrario, no
pueden: realizar compras on-line, rellenar formularios
con datos personales y contactar con personas desconocidas». Esto resulta paradójico, porque si bien los
menores no pueden entregar información personal y
contactar con personas desconocidas, a la mayoría se
le permite utilizar Facebook, red social en la que es
necesario tener la edad legal correspondiente, se deben cumplimentar formularios con datos personales, y
en la que es muy fácil contactar con desconocidos. Las
otras actividades permitidas también presentan riesgos
que van desde el acceso a contenido no adecuado,
entrega de información personal, adicción y contacto
con desconocidos. Esta información evidencia cierto
desconocimiento frente a los riesgos que estas actividades implican en la vida de los menores, motivo por el
cual debería impulsarse el diálogo familiar sobre los
momentos y lugares idóneos de uso, y acordar la adecuación de contenidos digitales, servicios web y relaciones que puedan establecer (Berríos & Buxarrais,
2005; Buxarrais, Noguera, Tey, Burguet & Duprat,
2011).
Sobre el consumo televisivo, los menores afirman
que sus padres les permiten ver programas nocturnos,
telenovelas y noticias; mientras tienen vetados programas de adultos y violentos. Esto coincide con los datos
entregados por CNTV (2012b). Se aprecia cierta
contradicción en la información, debido a que los programas que pueden ver emiten contenido para adultos
y en diversos casos presentan escenas de violencia.
Esta desatención puede ocasionar desconocimiento de
los menores hacia lo que ven, experiencia de emociones fuertes sin expresarlas y falta de desarrollo de una
postura crítica frente a lo percibido. El aspecto positivo
es que la mayoría ve televisión en espacios comunes,
hecho que facilitaría la supervisión.
La mayoría indica conversar con sus padres sobre
los riesgos derivados del uso de las TIC, tales como:
contacto con desconocidos, daño por ver contenidos
adultos y revisión de la fiabilidad de los documentos.
De acuerdo a las variables analizadas (edad y
sexo), en los cuatro rangos de edad expuestos no existe diferencia en el uso de TIC, aunque se desprende
una vinculación entre la edad y el uso. En la televisión
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y videojuegos, el espacio está estrechamente vinculado: preferentemente a zonas comunes del hogar. Al
usar cada dispositivo hay una relación con la edad, el
uso y la compañía. Usan las TIC principalmente solos.
No se encontraron diferencias estadísticas significativas en función del género tanto en las características
del uso, como en la mediación parental percibida por
los menores, contradiciendo estudios anteriores (Bringué & Sádaba, 2008; Bringué & Sádaba, 2009; Bringué, Sádaba & Tolsá, 2011).
Constatamos que las TIC forman parte de la cotidianidad para la gran mayoría de los niños entre 9-12
años. La generación interactiva chilena supera la
media respecto a otros países de la región, debido al
acceso a todas las tecnologías (Bringué & Sádaba,
2008). Sin duda, se trata de una generación precoz en
el quehacer tecnológico (Aguaded, 2011): en edad
preescolar ya acceden a las TIC en su hogar (Plowman, McPake & Stephen, 2010; Plowman, Stevenson, Stephen & McPake, 2012; Plowman, Stephen &
McPake, 2012; Lepicnik & Samec, 2013). Por su incidencia en el desarrollo cognitivo, se propone que las
escuelas para padres promuevan la formación en el
uso idóneo de las tecnologías, con una mirada segura,
ética, integradora y responsable, de tal forma que puedan regular el tiempo de exposición de sus hijos frente
a una pantalla y supervisar los contenidos de Ias TIC.
La limitación que presenta nuestro estudio es la
aplicación del instrumento solo en colegios privados
de nivel socioeconómico alto. Por ello, difícilmente los
resultados se pueden extrapolar a la realidad de los
colegios públicos y concertados, principalmente por la
segmentación existente en la educación chilena. Como prospectiva, se plantea aplicar el cuestionario a
niños/as de colegios públicos, concertados y privados,
para establecer una comparación entre las tres realidades. Asimismo, se incluirá la parte cualitativa, considerando a las familias y el profesorado.
El estudio arroja aportaciones novedosas, respecto
a la percepción de los menores acerca de la mediación
parental en el uso de las TIC dentro del contexto chileno. Al tratarse de un trabajo de tipo exploratorio,
constituye una primera aproximación a la realidad.
Referencias
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© ISSN: 1134-3478 • e-ISSN: 1988-3293 • Páginas 161-168