La soberanía de Dios es un tema difícil de analizar, más aún relacionarlo con la libertad aunada a responsabilidad que le ha dado al hombre. Solamente Dios sabe cómo funcionan a cabalidad todos los elementos que influyen en su plan de... more
La soberanía de Dios es un tema difícil de analizar, más aún relacionarlo con la libertad aunada a responsabilidad que le ha dado al hombre. Solamente Dios sabe cómo funcionan a cabalidad todos los elementos que influyen en su plan de salvación para la humanidad.
Dios predestinó y escogió antes de crearlos, a quienes eligieron seguir a Cristo para ser santos delante de él. Romanos 8:29. Porque a los que antes conoció, también predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Efesios 1:4. Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en amor.
La predestinación de Dios bien entendida es una excelente noticia para quienes aceptan a Cristo. Quienes usan su libertad para actuar alineado a la voluntad de Dios permiten que el destino que quiere para ellos se lleve a cabo. Colosenses 1:16-17. Porque por él fueron criadas todas las cosas que están en los cielos, y que están en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue criado por él y para él.
Por supuesto que Dios en su soberanía y misericordia puede predestinar a ciertas personas para su salvación. Cuesta pensar que Dios haga lo contrario y predestine individuos a la condenación eterna. Nadie merece la salvación, pero estamos bajo el nuevo pacto de la gracia. Cualquiera puede tener acceso a ella por fe en el sacrificio de Cristo (Juan 3:16). Los que no reciben misericordia tampoco van a recibir injusticia. Hay personas que lanzan la interrogante de porqué Dios no salva a todos. Si así fuera, volveríamos a caer en el tema de ser autómatas cuya obediencia y adoración a Dios no tendría mérito alguno.
Dios predestinó y eligió antes de la fundación del mundo para salvación a todos los que a su vez eligieran recibir y seguir a Jesucristo. Difícil de comprender. Dios no fundamentó su plan perfecto en nuestra libre elección. Lo estableció en su hijo Jesucristo. Al final es un tema real y muy complejo que sobrepasa el entendimiento humano. Lo mejor es que te formes tu propia opinión pidiendo a Dios que su Espíritu te ilumine.
“¿Dónde estás…?” es la pregunta que nos con-voca a pensar; que nos e-voca los múltiples desafíos que se plantean desde una Ecología integral, y que nos pro-voca hacia la búsqueda de -al menos- atisbos de respuesta a esta compleja y... more
“¿Dónde estás…?” es la pregunta que nos con-voca a pensar; que nos e-voca los múltiples desafíos que se plantean desde una Ecología integral, y que nos pro-voca hacia la búsqueda de -al menos- atisbos de respuesta a esta compleja y urgente problemática. “¿Dónde estás?” es la pregunta que brota como un eco desde los distintos ángulos de la realidad. Porque es el interrogante que Dios plantea al hombre en los orígenes míticos de la creación, pero es también la pregunta que el hombre dispara a Dios -sobre todo en los momentos de oscuridad- y hoy, también, es la pregunta que la Madre-hermana tierra, herida, dirige a sus hijos-hermanos. En la presente contribución, intentamos abordar esta única problemática desglosada en esa triple pregunta a partir del “Cántico de las creaturas” de San Francisco de Asís, himno lentamente madurado pero puesto por escrito recién al final de un liberador itinerario de desapropiación (dejar-que-las-cosas-sean) que le permitió volver tópica la utopía de la gran fraternidad universal. Y todo en medio de su noche oscura y su ceguera: paradójicamente, Francisco canta lo que ya no puede ver. Suena superfluo señalar que durante el S. XIII no se planteaba la cuestión ecológica en los términos actuales, pero, como tendremos ocasión de ir analizando, sí que pueden ubicarse con bastante claridad las tres cuestiones a que hacíamos referencia. Y veremos cómo el santo, desde su intuición teológico-poética, responde al “dónde están” -o deberían estar y cómo relacionarse- Dios, el hombre y la creación.
El libro que prologamos de Paulo Rodrigues es la mejor introducción que tenemos en la península ibérica al teólogo lovaniense. El con toda perspicacia ha elegido el tema del hombre como el mejor puente de acceso a toda su teología. El... more
El libro que prologamos de Paulo Rodrigues es la mejor introducción que tenemos en la península ibérica al teólogo lovaniense. El con toda perspicacia ha elegido el tema del hombre como el mejor puente de acceso a toda su teología. El hombre que es una pasión y un exceso, una indigencia y una tensión de plenitud. El hombre para pensar a Dios – Dios para pensar en el hombre. Con ello retornamos a la actitud de los grandes maestros a veces tan superficialmente criticados (Agustín, Teresa de Jesús, Newman) cuando reclamaban que Dios y el alma, sólo Dios el alma, eran su preocupación. Y lo fueron no en exclusión sino en inclusión por ser ellos enteros y primeros en fundamentación de todo origen, de todo presente y de todo futuro. Quien no se planta a solas y a secas ante Dios, ése podrá hacer teología técnica, pero nunca será teólogo. Desde el Evangelio y Eckhart sabemos que el hombre debe mirar antes a su ser que a su hacer o tener. “Los hombres deberían reflexionar menos sobre lo que deben hacer y más sobre lo que son” (Reden der Unterscheidung I). El hombre es lo que Dios quiso ser cuando proyectó que su divina plenitud suscitara libre y amorosa participación. El hombre es como fruto de un don que es libertad, de una libertad que es don. Ya no hay Dios sin el Hijo encarnado, es decir sin hombre; y ya no hay hombre comprensible sin esa divina expresión de su realidad finita. Por eso preguntar por el hombre es preguntar por Dios.
El presente artículo busca reflexionar sobre la particularidad del ser humano con respecto a las demás criaturas, en orden a una relación positiva con los entes naturales. Para llegar a este fin, en primer lugar, abordaremos al hombre... more
El presente artículo busca reflexionar sobre la particularidad del ser humano con respecto a las demás criaturas, en orden a una relación positiva con los entes naturales. Para llegar a este fin, en primer lugar, abordaremos al hombre (imagen y semejanza de Dios) en relación con el mundo, desde una perspectiva bíblica, buscando encontrar el sentido profundo de algunos textos que hablan de la creación. En segundo lugar, miraremos al hombre como agente activo y dinámico en el proceso de plenificación del mundo en lo que respecta al mismo Creador.
El ateísmo de cierto grupo de cosmólogos contemporáneos se sustenta en una “ontología de la muerte” que tendría el universo como destino último del mismo. Finalmente el curso de la azarosa evolución cósmica y biológica que termina con la... more
El ateísmo de cierto grupo de cosmólogos contemporáneos se sustenta en una “ontología de la muerte” que tendría el universo como destino último del mismo. Finalmente el curso de la azarosa evolución cósmica y biológica que termina con la desaparición de todo registro de vida no muestra sentido alguno, de lo cual se desprende que no hay ni puede haber ningún ser como Dios. Un universo en expansión – según la teoría del Big Bang – desembocaría en una muerte térmica de todo cuando existe. Sin embargo, es posible superar la muerte cósmica, su ontología y el sin-sentido a partir de una nueva hermenéutica del azar-evolutivo. De esta manera puede salvaguardarse la apuesta teísta del resto de cosmólogos desde un sentido escatológico.
Resumen: En el presente estudio se presentan en primer lugar las distintas acepciones del término logos en el pensamiento del teólogo bávaro. El "Logos creador" será la fundamentación del logos de la realidad y del logos humano (razón y... more
Resumen: En el presente estudio se presentan en primer lugar las distintas acepciones del término logos en el pensamiento del teólogo bávaro. El "Logos creador" será la fundamentación del logos de la realidad y del logos humano (razón y relación al mismo tiempo), entendidos como una realidad analógica y no como una emanación neoplatónica. Dios deja impresa su huella divina en la naturaleza de todas las cosas y, en especial, en la persona humana. La correlación entre naturaleza, ley natural, razón y conciencia posibilita el diálogo no solo con otras religiones, sino también con los no creyentes. Todas estas conexiones internas permiten alcanzar una Weltethos, que en Ratzinger presentará un significado particular.
Este escrito trata acerca de dos puntos importantes de la teología cristiana de la creación: la creación de la nada, y la unidad de creación y salvación. Primero expone la idea de creación de la nada dentro del contexto apologético en que... more
Este escrito trata acerca de dos puntos importantes de la teología cristiana de la creación: la creación de la nada, y la unidad de creación y salvación. Primero expone la idea de creación de la nada dentro del contexto apologético en que se formó, y critica el abordaje racionalista y filosófico de la misma. Luego trata de la unidad de creación y salvación, y critica las posturas que disocian al Verbo de Dios del Jesús histórico y escatológico.
This writing deals on two important points in Christian creation theology: creation out of nothing (creatio ex nihilo), and the unity of creation and salvation. First, it exposes the idea of creation out of nothing within the apologetic context in which it was formed; and critiques the rationalist and philosophical approach on this topic. Then it deals with the unity of creation and salvation, and critiques the positions that dissociate the Divine Word from the historical Jesus.
https://doi.org/10.18566/cueteo.v47n108.a04 Este artículo propone el estudio exegético de Rom 8,20-21 y busca responder a la pregunta: ¿“quién” sometió la creación al fracaso? La discusión exegética a propósito del significado de la... more
Este artículo propone el estudio exegético de Rom 8,20-21 y busca responder a la pregunta: ¿“quién” sometió la creación al fracaso? La discusión exegética a propósito del significado de la expresión “por medio de aquél que la sometió” (διὰ τὸν ὑποτάξαντα) puede ayudar a determinar si la teología paulina de la creación, en la carta a los Romanos, se debe entender en términos escatológicos o más bien cristológicos. La afirmación de la liberación de la creación en Rom 8,21 también indaga por el tipo de corrupción del cual el texto trata. ¿Por qué y para qué la creación fue sometida “en esperanza”? Esta investigación ofrece un enfoque retórico a Rom 8,18-30 y muestra el crescendo (auxesis) de los gemidos: la creación gime, nosotros gemimos, el Espíritu gime. Este crescendo incluye la comprensión que tienen los creyentes de la acción divina por medio de Cristo. Pablo usa, en este texto, la figura retórica de la “personificación” (prosopopeya) para identificar la creación humana y sub-humana. Pablo también relaciona esta figura con otra, la figura etimológica o juego de palabras, a partir de la raíz gramatical del “gemir”; de esta manera, muestra una paradoja: en Cristo, el sufrimiento humano y el “pujar” de Dios suceden de forma conjunta. Se concluye así que, en esta parte de la carta, Pablo demuestra que en Cristo tienen lugar no sólo la nueva creación, sino también la conciencia humana de ser hijos de Dios.
El ateísmo de cierto grupo de cosmólogos contemporáneos se sustenta en una “ontología de la muerte” que tendría el universo como destino último del mismo. Finalmente el curso de la azarosa evolución cósmica y biológica que termina con la... more
El ateísmo de cierto grupo de cosmólogos contemporáneos se sustenta en una “ontología de la muerte” que tendría el universo como destino último del mismo. Finalmente el curso de la azarosa evolución cósmica y biológica que termina con la desaparición de todo registro de vida no muestra sentido alguno, de lo cual se desprende que no hay ni puede haber ningún ser como Dios. Un universo en expansión – según la teoría del Big Bang – desembocaría en una muerte térmica de todo cuando existe. Sin embargo, es posible superar la muerte cósmica, su ontología y el sin-sentido a partir de una nueva hermenéutica del azar-evolutivo. De esta manera puede salvaguardarse la apuesta teísta del resto de cosmólogos desde un sentido escatológico.