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Nacaché, J - El Niño Actor

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162 E L AC r O R D l i C l N i ;

ACIOU A H I I N I l( ( I , N ( ) A( l O K

cin rural con la regin, punto esencia! del personaje, pasa por la silueta
El fetichismo se mantiene, al actor se le tortura continuamente (ms
del actor, que mantiene cada plano con sus slidos cimientos, impone su
que nunca?) con planos-secuencia que no slo las astucias digitales no
obstinada manera de mantenerse inmvil, la cabeza baja (la lnea de la
nuca y del crneo formando una oblicua perfecta), los hombros curvados, han vuelto obsoletos, sino que, con despiadada firmeza, pretenden ser el
los brazos colgando o sujetos detrs de la espalda. Schott no se queda in- campo de cultivo de todas las experiencias actorales. Los actores llega-
mvil como una estatua o un animal al acecho sino que se hace rbol rn hasta el final de la escena hipando, eructando (Emmne-moi, M . Spi-
(yendo ms all de la naturalidad vegetal con la que suean tantos ci- nosa, 1991). La histeria o la ansiedad se convierten en estados de inter-
neastas), echa sus races, bajo sus pies todos los suelos se convierten en pretacin habituales que devuelven a la prehistoria las preocupaciones
una superficie blanda en la que podra hundirse (de ah el efecto perturba- del Actors Studio. Las lgrimas no tienen valor si no se vierten en direc-
dor de la escena de la levitacin, cuando de repente ese cuerpo pesado es to; Juliette Binoche soporta insultos y escupitajos en uno de los largos
atrado, contra todo pronstico, hacia arriba). Camina mucho, pero su planos de Cdigo desconocido (Code inconnu, M . Haneke, 2001). En
propia forma de caminar, regular y sin prisas, compone una serie de frag- Irreversible (Irreversible, G. No, 2002) se filma una violacin sin elip-
mentos de inmovilidad, igual que el movimiento de sus prpados, o sus
sis: Monica Bellucci se arrastra, grita y solloza en tiempo real sobre el
lentos giros hacia el lugar de donde viene el movimiento, el ruido, el es-
suelo sucio y spero de un paso subterrneo. Imponiendo al espectador
pectculo: no es pura reaccin, como en Kulechov, sino puro reflejo; su
cuerpo siempre reacciona a los estmulos, la voz llega a continuacin, esta representacin, haciendo que slo se reproduzca lo esencial de la
desplegando un pensamiento que nace de la articulacin aplicada en cada violencia mientras que el resto apenas se simula, el cineasta cree acceder
palabra. El principio de su interpretacin, o cuando menos aquello que al ncleo duro de una verdad cinematogrfica, all donde el plano no
ha captado Dumont sobre la misma, es el desfase de Schott respecto a la atestigua, lamentablemente, ms que un padecimiento en directo, consi-
orquestacin de las imgenes y los sonidos, demasiado rpidos para l. derado como nica prueba posible de la implicacin del actor.
Siempre atrasado con relacin al movimiento del filme, es incapaz de
protegerse los ojos (salvo cuando los baja en determinados momentos, tan
intensamente como los abre en otros); para l, interpretar es mirar con fre-
E l nio actor
cuencia aquello que nos hara desviar la vista.

Los nios estn protegidos a este respecto? Lo estn en el teatro,


Aunque el actor no est dispuesto a entregar su cuerpo al cine, el cine que esencialmente es un mundo de adultos, puesto que un cuerpo dema-
se apropia de l, escudado en los mejores pretextos. Mientras que el cla- siado reducido, una voz infantil amenazan la presencia actoral. Las obras
sicismo se detena en el umbral de los rostros velados de luz, la cmara contemporneas incluyen cada vez ms a menudo a jvenes actores, pero
moderna, en nombre de la verdad, sondea al actor, con la finalidad, se- su contribucin est severamente reglamentada; aunque slo sea por este
gn Alain Bergala, de arrancar la confesin ms o menos controlada de preciso motivo, y aun cuando el trabajo de los nios en el cine est igual-
su verdad. mente estipulado por la ley, por lo general los papeles infantiles se desa-
rrollan en la pantalla.
La finalidad de esta concepcin del cine como frceps y criterio de la
verdad justfica, a los ojos del cineasta moderno, el terror y la crueldad de
la filmacin; la cmara y el magnetfono no estn all para traducir una
U N A VERDAD T E N A Z
verdad gesticulada, son el estilete que practica una incisin en vivo al ac-
tor como superficie sensible sajando la piel de la realidad. La filmacin
modema (con su fetichismo del sonido sincronizado y del plano-secuen- Para el nio, que tiene sus propias referencias respecto a la circula-
cia) debera valorar ms a menudo este dispositivo de tortura como una cin entre realidad y ficcin, y para quien las falsas apariencias del cine
mera representacin.'' no logran hacer mella en la tenaz verdad, la interpretacin es un asunto
serio e ntimo. Cuando se dirige a un nio, explica Bla Balzs, el reali-
zador ha de lograr que aqul slo acte consigo mismo: no es que la in-
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tativa (1977, pg. 73). Por consiguiente no se los puede dirigir ms que Estados Unidos, tambin se manifiesta en otros mbitos, en otros gne-
confundiendo al actor con el personaje, poniendo en prctica un gesto ros; en los aos sesenta el cine sovitico se convirti en un gran especia-
que no obstante est tan alejado del procedimiento stanislavskiano (qu lista de filmes de nios, con gran propensin a dotarlos de un valor mo-
puede revivir un nio?) como del meyerholdiano: el nio puede, gracias ral ejemplarizante; ni el fantstico ni el melodrama pasarn por alto el
a su naturaleza interpretativa, reproducir por igual (con mayor fideli- poder del dolor o de la angustia infantiles {Suspense [The Innocents, J.
dad que un animal) una mecnica gestual o vocal, realizar un trabajo Clayton, 1961]; El incomprendido [Incompresso, L . Comencini, 1967]).
consciente con el cuerpo o con la voz, sin que se perciba el mnimo atis- En Francia, pese al predominio de un realismo que tiene en cuenta la
bo de distancia. aportacin natural del nio, el mtodo no resulta demasiado distinto;
Habra, pues, dos modos de filmar a un nio: uno, desde la disponi- Georges Poujouly y Brigitte Fossey en Juegos prohibidos, los innumera-
bilidad, dejndole existir ante la cmara, proporcionndole tan slo las bles actores jvenes de filmes de internado, desde Les disparus de
mnimas instrucciones. Los filmes de esta tradicin, aun apuntando a es- Saint-Agil hasta Adis, muchachos, pero tambin (aunque con mucha
tticas distintas, tienen en comn la voluntad de no tomar del nio ms ms libertad) Jean-Pierre Laud en Los cuatrocientos golpes, son diri-
que aquello que puede o quiere dar. En esta estela se encuentra Vigo gidos con vistas a realizar una interpretacin, incluso un verdadero tra-
(Zro de conduite), Ozu {He nacido, pero..), Tarkovski {La infancia de bajo de actor.
Ivn), Kiarostami {Dnde est la casa de mi amigo?), y tambin Mau-
rice Pialat (de L'Enfance nue a Le Gargu) o los Petits Frres, de Jacques
Doillon. E L CHILD ACTOR H O L L Y W O O D I E N S E

En este arte de captar la carga de verdad de la que es portador el nio, Con todo, el cine del Hollywood clsico quedar como el especialis-
el neorrealismo tambin desempe un importante papel; cabe pensar en ta incontestable de un child actor que fue una pieza fundamental de aque-
El limpiabotas, y sobre todo en el joven Edmund Meschke de Alemania, lla organizacin sistmica. Para satisfacer la abundante produccin de
ao cero, en esa interpretacin que Amde Ayfre consideraba un fuera
los aos 1930-1960, Hollywood necesitaba un vivero permanente de ni-
de juego, y en la que vea las bases de un realismo fenomenolgico. Por
os actores formados y casi criados en los estudios desde su ms tierna
su parte, Jean-Louis Schefer se siente impresionado por ese nio-tiempo,
ese nio-mundo (Toda Europa vive en ese nio lejano, sin ira), y Nico- edad. Mary Pickford, eterna chiquilla del cine mudo hasta pasados los
le Brenez destaca del joven actor, a quien sin embargo se le supone una treinta aos de edad, cedera el puesto a autnticos nios: las baby bur-
infancia inocente, su incapacidad de interpretar esa infancia, esa inocen- lesques en las que debut Shirley Temple ponan en escena a criaturas a
cia, de no interpretar ms que la parte criminal de la figura.'^ partir de los tres aos.
En un sentido global, las razones por las que un nio es recordado
La segunda forma de filmar a los nios es la que resulta ms familiar responden a sus cualidades excepcionales: elocucin, encanto y gracia,
al gran pblico; es la de los filmes de aspiraciones antropomrficas a las aptitudes para el canto, el baile, la comedia, incluso con parejas adultas
que alude Bazin, y que en la estela de una larga tradicin literaria y est- (por ejemplo, la qumica de la pareja Chaplin-Jackie Coogan en El chi-
tica, especulan en profundidad acerca de la ambigedad de nuestro inte- co), que en su conjunto le permiten interpretar los estereotipos infantiles
rs por los cachorros de hombre." El trabajo actoral que se espera es del cine hollywoodiense. Muchos de esos jvenes actores hicieron
prximo al del adulto profesional, incluyendo la plena conciencia de la autnticas carreras. Algunas no duraron ms que el tiempo de su infancia,
relacin actor-personaje, as como una formacin tcnica del oficio y finalizando con la adolescencia (Shirley Temple, Margaret O'Brien,
del aprendizaje del papel. Este enfoque, extraordinariamente prspero en Freddie Bartholomew); otras, iniciadas ms tarde, se prolongan en la
edad adulta (Judy Garland, Elizabeth Taylor).
En este contexto, el joven actor es utilizado para todo aquello que
12. Vase Cahiers du cinema, n- 17; Cahiers du cinema, especial Rosseliini; Ci-
nmalhque, n" 11. precisamente escapa de la infancia: el poder de entrar y salir de un per-
13. Allemagne, ann zro, en Qu'est-ce que le cinema?. L e Cerf, 1985, pg. 203. sonaje, de exhibir aptitudes y una capacidad de trabajo excepcionales para
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SU edad, de mantener relaciones armoniosas y cmplices con los adultos, violentando, al sustraerle toda la intensidad que para l licnc la realidad?
en una palabra, de componer, bajo la direccin de extraos reductores de Hollywood se ha eximido de plantearse este interrogante, y a cosa de
cabezas, la perfecta reduccin de un adulto. Aunque la infancia constitu- ello, aparte de una galera de animalitos sabios, con el nio actor ha fa-
ye un polo incontestable de la moral hollywoodiense, el actor nio es bricado ntegramente un modelo inaudito de humanidad; ha modificado
quien desvela su profunda ambigedad en la increble perfeccin alcan- la escala de la imagen, ha miniaturizado la de la estrella, desplazando ha-
zada por algunas interpretaciones (Margaret O'Brien en Cita en St. cia la infancia, como hacia una trra incgnita, el centro de gravedad de
Louis, Jon Whiteley en Los contrabandistas de Moonfleet). Algunas ve- su universo.
ces tambin amenaza con turbadores efectos. Graham Greene ha descri- Sin embargo, han sido otros quienes han respondido a la sospecha de
to satricamente la equvoca admiracin que su pblico masculino, manipulacin: Jacques Doillon, cuyo mtodo de trabajo protega a sus
hombres de mediana edad y eclesisticos, profesa a Shirley Temple actores de cualquier abuso, lo hizo sobre todo en Ponette (1995).
(Farinelli-Passek, 2000, pg. 67).
Adems, en cuanto se admite la destreza del nio para hacer de ac- Haba visto bastantes pelculas sobre nios desde la ptica de los
tor, nada impide al director exponer a actores muy jvenes a situaciones adultos. Quera hacer un filme en que el guin, el rodaje, la escritura, fue-
extremas en el mbito de la sexualidad o de la violencia: los adolescen- ran compartidos con los nios. Quera mantener a los adultos lo ms lejos
tes filmados por Larry Clark (Kids) no son, pese al tono abiertamente posible. [...] Si en esta pelcula hay algn aspecto documental, algo que
no me parece atacable, me interesa su contenido, y me importa que su ver-
provocador del cineasta, ms que los herederos de numerosas generacio-
tiente de ficcin haga hablar a los nios de otro modo, como lo hacen en
nes de actores amaestrados por la fbrica de sueos.
la realidad."*

Hermoso proyecto que de algn modo qued desvirtuado por el sin-


CMO I N T E R V I E N E L A TICA E N L A DIRECCIN D E ACTORES
gular premio a la interpretacin que el festival de Venecia otorg en
1996 a la pequea Victoire Thivisol, que tena cuatro aos cuando se lle-
Es natural pensar que el segundo enfoque resulta menos respetable
v a cabo el rodaje. El actor verdadero, del que el nio constituye una
que el primero, ms manipulador y autoritario, prximo en su intencin
forma rara y perfecta, sigue siendo el horizonte y la ltima fe del cine.
a la de esas madres apasionadas que ofrecen a su hijo al cine como en un
sacrificio (Bellsima [Bellissima, L . Visconti, 1951]). Con todo, en el
primer caso la perversidad no est ausente: pues aunque lo que ms se
trasluce es el respeto a una integridad, el rechazo a una manipulacin que
vaya ms all de la que est naturalmente ligada a la filmacin, la pues-
ta en escena es tan autoritaria como con cualquier otro actor, con la dife-
rencia de que el nio no goza de la libertad necesaria para acatar esa
autoridad o sustraerse a ella.
Por tanto, lo que aqu importa no es jerarquizar estos enfoques desde
el prisma de la dignidad, sino considerar que la tica llega a la direccin
de actores a travs del nio actor. Puesto que l mantiene, en mayor me-
dida que el actor adulto, una turbadora relacin natural con la mimesis,
inmerso por completo en ella (en su sentido ms restringido: puede imi-
tar, reproducir y resultar convincente) y fuera de ella; slo puede inter-
pretar y representar, sobre todo si es muy joven, si se encuentra lo ms
cerca posible de una situacin de verdad.
14. Entrevista con Jacques Doillon publicada en L'Humanit, 25 de septiembre
De ah surge una posible duda: se est dirigiendo al nio o se lo est de 1996.

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